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CANARIAS EN EL SIGLO XX

1. EVOLUCION POLITICA.

a. La fase de 1900-1931.

La vida en las islas se desarrolló preferentemente en las ciudades, tal como había ocurrido en
el siglo XIX. El campo queda al margen, por tanto podemos hablar de una vida política urbana.

La participación de los ciudadanos siguió siendo escasa; la abstención dominó la escena


política hasta la llegada de la II República. La explicación de este hecho radica en que la mayoría de
la población vivía en el campo. Había un gran número de campesinos sin tierras o dueños de
pequeñas parcelas que a duras penas sobrevivir, amenazados siempre por el fantasma de la crisis.
Más que preocuparse por los enfrentamientos políticos (que en nada les resolvían sus problemas),
lo que intentaban era sobrevivir dentro de la miseria. A ello hay que añadir los males derivados de
la subalimentación y, sobre todo el alto grado de analfabetismo.

Un pequeño número de personas siguieron dominando la escena política insular. Era una
reducida élite de la que formaban parte unas pocas familias interrelacionadas entre ellas. Estas
gentes, localizadas en las capitales del Archipiélago (sobre todo en Las Palma de Gran Canaria y
Santa Cruz de Tenerife), constituían un bloque de poder integrado por grandes propietarios de
tierras y aguas, así como por los estratos superiores de la burguesía comercial.

Ningún otro grupo estaba en condiciones de disputarles esa primacía, ni de atentar contra este
estado de cosas. Es cierto que el sector del campesinado podía poner en peligro esta estructura,
pues la miseria que padecía podía ser el caldo de cultivo para provocar algún tipo de revueltas. Sin
embargo, esto no se produjo hasta la II República; hasta entonces el campesino prefirió buscar otra
salida a su precaria situación: la emigración. La misma, incluso, fue alentada por esas clases
poderosas, que así lograban mandar fuera a unos elementos que podían poner en peligro un estado
de cosas que les beneficiaba.

Así pues, en Canarias siguieron existiendo las mismas políticas que en el último tercio del XIX
(liberales, conservadores, republicanos, etc.). Conforme pasó el tiempo nacieron también otras
formaciones de carácter regionalista (partidarios de que el gobierno español debía prestar
atención al modo de ser de nuestra región) y nacionalista (partidarios de que Canarias formase por
sí misma una nación), dando lugar a cierta diversificación de la vida pública. Esto, sin embargo, se
vino abajo en 1923 cuando se asentó la dictadura de Primo de Rivera.

b. La Segunda República (1931-1936).

El 14 de abril de 1931 se proclamó, tras unas elecciones municipales, la II República Española.


Desde el principio tuvo grandes problemas derivados, por un lado, de la crisis económica que se
vivía entonces en todo el mundo y, de otro, de las grandes diferencias económicas y culturales
existentes entre las distintas clases sociales.

Desde un punto de vista político hemos de decir que la República trajo consigo un mayor
dinamismo en la política canaria. Esto lo explica, en primer lugar, el aumento de la participación de
los trabajadores en la vida política, aunque la burguesía siguió ostentando el papel dirigente. En
segundo lugar, se aprecia también una mayor diversificación de las ideas y los programas
presentados a la sociedad.

Conforme pasó el tiempo las posiciones se fueron radicalizando, hasta que la sociedad quedó
dividida en dos grupos claramente enfrentados, como se puso de manifiesto en las elecciones de
1936: los partidos de la derecha y los de izquierda, integrados estos últimos en el Frente Popular,
que ganó estas elecciones.

c. El alzamiento y la dictadura franquista (1936-1975).

El 18 de julio de 1936 algunas unidades del ejército dieron un golpe de estado contra el
gobierno democrático de la República. Esta rebelión tuvo como marco inicial nuestro Archipiélago y
fue encabezada por el general Franco, entonces Capitán General de Canarias. La sublevación contó
con el apoyo inmediato de la mayoría de las fuerzas de la derecha.

Los alzados acabaron por dominar la situación en las islas y entonces se inició una gran
represión en contra de los militantes de la izquierda y de los sindicatos obreros. Muchos de ellos
fueron fusilados, otros desaparecieron, otros marcharon al exilio o acabaron en la cárcel.

Estos hechos iniciaron una guerra civil en España que duró hasta 1939, cuando el ejército
mandado por Franco acabó con la II República. A partir de este momento se instauró un régimen
dictatorial, que suprimió todos los partidos políticos y las organizaciones sindicales y en el cual las
libertades quedaron muy reducidas.

2. LA DIVISIÓN PROVINCIAL.

A principios del siglo XX el llamado Pleito Insular adquirió una nueva dimensión. Entre 1905 y
1910 se fijaron claramente las posiciones de los distintos grupos políticos en Santa Cruz de Tenerife
y de Las Palmas de Gran Canaria respecto a esta cuestión. Si en Gran Canaria la lucha se centraba
en lograr la división provincial, en Tenerife se defendía la idea de mantener la unidad provincial.

Con la Ley de 11 de julio de 1912 (Ley de Cabildos) se dio paso a una nueva organización
administrativa la gestión y administración de cada Isla a través de sus respectivos Cabildos. De esta
forma se intentó poner fin a las rencillas entre las islas centrales, y de hecho la mayoría de los
grupos políticos aplaudieron esta solución. Aunque el problema parecía zanjado, la lucha continuó
hasta 1927, año en que tuvo lugar la división del Archipiélago en las dos provincias que hoy
conocemos.

Sin embargo y a pesar de la división provincial, la rivalidad entre las dos islas centrales se
mantiene viva en la actualidad, manifestándose en distintos aspectos de la vida social, económica,
cultural y política de la Islas, como quedó puesto de relieve recientemente en el denominado
“pleito universitario” o en la divergencia sobre la entrada plena o no en el Mercado Común
Europeo.

3. LA ECONOMÍA.
La crisis de la cochinilla, en las últimas décadas del siglo XIX, trajo consigo un intento por parte
de los dirigentes económicos de buscar un nuevo cultivo que sustituyese a la devaluada cochinilla.
Así a finales de los años 80 del XIX comienzan a realizare los primeros ensayos con el cultivo de
plátanos bajo la iniciativa de compañías británicas.

En los primeros años del XX este cultivo comienza a consolidarse en el mercado exterior. Y por
lo tanto se extiende progresivamente el cultivo de plátanos, pero también el de tomates y papas.
Sin embargo, el inicio de la Primera Guerra Mundial, en 1914, iba a provocar una crisis económica
en el Archipiélago ante la imposibilidad de continuar exportando nuestros productos a los países
europeos.

Este período de crisis comienza a superarse a partir de 1920, pero la crisis financiera de 1929
con el hundimiento de valores en la Bolsa de Nueva York, primero, y la gran competencia de otras
áreas productoras de plátanos centroamericanas y africanas después, introducen nuevamente una
crisis en el sector exportador canario. Crisis que se acentúa posteriormente con el estallido primero
de la Guerra Civil Española en 1936 y después por la Segunda Guerra Mundial en 1939.

Es a partir de los años 60 cuando el Archipiélago comienza a vivir una fase de crecimiento
económico centrado esta vez en el sector turístico. Pero nuevamente otra crisis internacional, la del
petróleo a mediados de los años setenta, dejará sentir sus efectos negativos en la sociedad canaria.
Ya en la década de los ochenta se abre una nueva fase de desarrollo y crecimiento, sin embargo
comienza a manifestarse una crisis en el sector turístico.

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