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Presentación

Centro de estudio:
Universidad Central del Este

Facilitador:
Lic. Manuel del Rosario

Asignatura:
Historia Social Dominicana

Participantes: Matrículas:
Cindy González 2018-1837
Paola Garip 2018-2017
Jahasiel Roberto 2018-1664
Miosotys Franco 2017-0060

Tema:
Período De La Segunda República (1865-1916)

Fecha:
17/07/2018

Grupo:
SOC-011-1
Introducción.

En el periodo de la segunda república española sigue la pugna política, ahora entre el


último gobierno restaurado por Antonio Pimentel, quien se negaba a gobernar desde Santo
Domingo, como lo mandaba el congreso, y José Maria Cabral quien tuvo que comandar
desde Santo Domingo, respondiendo a la no diputación de Pimentel. Cabral logro quedarse
tal con el poder, y remodelo la constitución.

EL gobierno de Cabral, los partidos de colores se hicieron dueños del escenario político
siendo estos: Rojo y Azul, siendo el rojo al mando de Buenaventura Báez, y el partido más
poderoso quien gobernó por seis años.

Luego durante los años siguientes hubo una sucesión de gobiernos hasta 1887, cuando
comienza la dictadura de Lilis que duro hasta 1889.

Características principales de la segunda república:

Con la salida de las tropas españolas, el 10 de junio de 1865, al redactar el pacto del
Carmelo, se marca el inicio de la 2da. República, aunque fortalecida por los sentimientos
nacionalistas, se presenta llena de una gran debilidad económica y problemas de orden
sociales. 50 años de vida republicana van a conformar la realidad política, social y
económica de los dominicanos a través de su historia.
Propósitos.

 Determinar las causas fundamentales que originaron la crisis de la dictadura de Ulises


Heureaux y sus repercusiones.
 Comprender la resistencia encabezada por los valerosos hombres de Este llamado
‘‘Gavilleros’’.
 Analizar los diferentes contenidos para comprender el mensaje de los textos sobre el
período de la segunda república (1865-1916).
 Comprensión sobre el desarrollo de los gobiernos en este período.
Inestabilidad económica, política y social.
Los enfrentamientos de los grupos opositores que surgen a raíz de la Guerra Restauradora
(Liberales y Nacionalistas), traen como consecuencia gobiernos de corta duración,
gobiernos paralelos y otros muy prolongados. Por otra parte, la actitud de altos militares
que procuraban beneficios en todos los ordenes sociales, detendrían la evolución política
del país ya que utilizaban su prestigio militar para realizar golpes de Estado.

A los políticos y militares de la época sólo los movía el interés individual y partidarista,
surgiendo así un regionalismo desenfrenado que enfrentara a los líderes políticos y militares
a partir de 1865. El Cibao será la zona de mayor agitación política en oposición siempre a
la zona del sur, que respondía a un liderazgo más conservador.

Los gobernantes pos-Restauración con sus acciones van a perfilar el camino que habría de
recoger la recién restaurada República. Por tanto no podría extrañarnos la vuelta de Báez al
gobierno luego que los liberales obtienen el triunfo con la guerra de Capotillo. Con el
bipartidismo entre Conservadores y liberales se definen los sectores políticos que formaran
los dos partidos políticos que más fuerza obtienen a partir de 186.

El partido Rojo, conducido por Buenaventura Báez, con ideas anexionistas y conservadoras
e integrados por cortadores de maderas, comerciantes y campesinos y el partido Azul con
su máximo líder Gregorio Luperón, con ideas liberales y nacionalistas integrado por dueños
de grandes fincas de tabaco, café, caña de azúcar y un grupo de intelectuales de la época
quienes darán aportes positivos a la república cuando se establecen como gobernantes. Pero
no podemos dejar de destacar el papel que jugó el partido Verde, dirigido por Ignacio María
Gonzáles, aunque no tuvo tanta influencia en los primeros años de república, pudo alcanzar
el poder en momentos de gran inestabilidad política.

Agudización de la crisis.

La resistencia de los gobiernos republicanos a satisfacer las aspiraciones acuciantes de las


masas obreras y campesinas fue una de las causas de la intensidad que adquirió en nuestro
país la lucha de clases después del 14 de abril; pero a impulsar esa lucha contribuyó además
la agudización de la crisis económica mundial que, iniciada en 1929, alcanzó en España su
máxima profundidad en 1932 y 1933.

Dos circunstancias vinieron a agravar la crisis y a imprimirla mayor duración:

La primera era el sabotaje de los grandes capitalistas y terratenientes, quienes, a fin de crear
dificultades a la República y de golpear al movimiento revolucionario de los trabajadores,
sacaban de España sus capitales, cerraban las fábricas y dejaban yermos los campos,
arrojando a miles de obreros a la calle.

La segunda era la resistencia del Gobierno republicano a establecer relaciones comerciales


con la Unión Soviética, impidiendo con ello que las transacciones con el país del
socialismo proporcionasen trabajo a decenas de millares de obreros y mejorasen la
situación económica de España.

Con la agudización de la crisis económica, la lucha huelguística cobró gran amplitud. Tuvo
especial importancia la huelga general de Sevilla.

En la huelga de Sevilla de julio de 1931 se realizó el Frente Único de comunistas y


anarquistas. Durante cuatro días sostuvieron los trabajadores una lucha heroica que tendría
ecos solidarios en Dos Hermanas, Utrera, Coria del Río, La Campana, Morón de la Frontera
y otras localidades de la provincia. Y, a despecho de las medidas represivas de las
autoridades republicanas, que tuvieron su expresión más brutal en el cañoneo de la Casa de
Cornelio, en donde se reunían los comunistas, y en la aplicación de la «ley de fugas» a
cuatro comunistas en el Parque de María Luisa, la huelga de Sevilla fue el punto de
arranque de una poderosa ola de luchas populares, que alcanzó su máxima altura en la
huelga general del 25 y 26 de enero de 1932 contra el peligro reaccionario y en las de
febrero del mismo año contra las deportaciones de [72] obreros revolucionarios a Guinea.
Al cabo de pocos meses, a partir de la segunda mitad de 1932, se iniciaba una nueva oleada
de luchas, que fue ganando velocidad y altura de mes en mes y cuyos jalones más
importantes fueron la huelga general de Granada, las tres huelgas de los mineros asturianos,
las metalúrgicas de Valencia y La Felguera, la huelga general de Sevilla y la de Salamanca,
que abarcó a doscientos pueblos de la provincia.

El campo comenzó a agitarse desde el otoño de 1931. Labradores de Corral de Almaguer se


apoderaban del pueblo decididos a repartirse las tierras de los absentistas; un amplio
movimiento de los arrendatarios contra la «rabassa morta» tenía por escenario las tierras
catalanas; labriegos y jornaleros parcelaban fincas en Sagunto, Ojén y otros lugares, izaban
la bandera roja en Almerche, se repartían tierras en los pueblos de Cáceres, se amotinaban
en Villa de Don Fadrique, en Sarpagudo y Villanueva de Córdoba, en Dos Hermanas y
Parla, en el Pedroso y Granja de Torrehermosa; se manifestaban en Gabia Grande o iban a
la huelga en Badajoz, Toledo, Andújar, Doña Mencia, Gilena y otros muchos lugares.

Los liberales en el poder.

La independencia dominicana se restauró nuevamente en 1865, después de una guerra


cruenta contra España, gracias al valor y decisión de los patriotas campesinos, comerciantes
e intelectuales nacionalistas que lucharon en condiciones muy desventajosas, utilizando la
táctica de guerrillas.

A partir de entonces, se disputaron el poder dos tendencias bien definidas: de una parte los
comerciantes importantes de las ciudades, tanto criollos como extranjeros, junto a la vieja
guardia de hateros que dirigieron la guerra separatista, casi todos ellos pro-colonialistas, y
por otra la nueva generación de la Restauración, respaldada por el campesinado y los
intelectuales que seguían una línea nacionalista y liberal.

Lo más destacable de ese período es la paradoja de que mientras el heroísmo dominicano y


la táctica de guerra de guerrillas iniciadas por Mella auspiciaron los movimientos de
independencia de Cuba y Puerto Rico; aquí se produjo poco después un movimiento que en
pocos días produce el retorno de Buenaventura Báez al poder; y apenas cuatro años
después, ese personaje funesto concertaba otra anexión, esta vez a Estados Unidos, con la
intermediación de los conocidos aventureros norteamericanos Fabens, Cazneau, Babcock y
el propio hijo del Secretario de Estado Seward, quienes se tenían repartidas la riquezas del
país en caso de ésta llevarse a cabo, lo que fue evitado solo gracias a la perseverancia
patriótica de Luperón y Cabral, que generaron su rechazo en el Senado norteamericano, con
la participación del senador Charles Summer.

Desgraciadamente, el caudillismo local y regional que generó la guerra de guerrillas, en una


comunidad casi ignara como la nuestra, hizo derivar a la sociedad en una lucha entre
caudillos liberales y anexionistas, la depauperación del Estado y la progresiva penetración
político-económica de Norteamérica. Todavía en 1878 Báez regresó brevemente al poder,
pero ya sin tiempo ni recursos para intentar la anexión.

En 1879, gracias al movimiento revolucionario dirigido desde Puerto Plata por Luperón,
quien estableció una política encaminada a desarrollar la República dentro del marco de la
democracia liberal de la época, que pretendía, el fortalecimiento de las instituciones y de
grupos de burguesía destinados a ser la clase gobernante del país, el cual produjo varios
regímenes que concluyeron con la instauración de la tiranía del general Ulises Heureaux
(Lilís), quien gobernó con mano férrea hasta que murió víctima de un atentado el 26 de
julio de 1899.

La dictadura de Ulises Heureaux.


La dictadura de Ulises Heureaux (Lilís), que gobernó el país por diecisiete años, hasta el 26
de julio de 1899, ha sido valorada precariamente por los historiadores. Es un período de la
historia que tiene sello de permanencia en muchos sentidos.

Lilís hizo florecer los medios de comunicación. Lilís fue responsable de la instauración del
ferrocarril. Lilís fue auspiciador de las primeras y más importantes obras de infraestructuras
del gobierno, pero al mismo tiempo, fue responsable de la deuda externa que quebró las
finanzas públicas, y fue responsable del mayor déficit fiscal del siglo XIX.

Lilís es tenido como un presidente caricatura, desfigurado en su inteligencia y habilidades.


Solo sus cartas suman más de 42 tomos, y no han sido publicados, más que episódicamente
en aspectos que interesan.

Estas menciones vienen como consecuencia de la reciente publicación del libro “La
dictadura de Heureaux”, de varios capítulos del libro la Villa de Naboth, de Sumner Welles,
con presentación, notas, adenda y edición del historiador Orlando Inoa. No todo está dicho
sobre el dictador Ulises Heureaux, quien de alguna forma, solo en algunos aspectos, tiene
un símil como político, en personajes actuales.

Los nuevos caudillos a principio del siglo XX.


Tras la aplastante victoria de Estados Unidos frente a España en el 1898 y la muerte del
dictador Heureaux en 1899, la vida dominicana cobró un nuevo ritmo, caracterizado por la
aceptación del liberalismo como norma general, el caudillismo local y regional como
expresión política, la dominación económica y política norteamericana, y la modernización
refleja del país, producto de la incorporación de adelantos tecnológicos y la propia
influencia social estadounidense.

Inicialmente se formaron dos grandes banderías políticas dirigidas por caudillos,


mayormente de escasa o ninguna instrucción, aunque de mentalidad liberal y romántica,
que se sucedieron en el poder: los jimenistas o “bolos”, encabezados por el empresario
Juan Isidro Jimenes, pero apoyado por la juventud terrateniente del Norte y Noroeste del
país y respaldado por los hateros del Este y del Sur, así como de la clase media de Santiago
y otras poblaciones; y los horacistas o “colúos” encabezados por Horacio Vásquez,
magnicida de “Lilís”, entorno al cual se agruparon los hacendados y agricultores del Cibao
y por la clase media de la capital y otras ciudades.

En la práctica muchos caudillos regionales y locales se pasaban de bando de acuerdo a sus


conveniencias, e incluso cuando sus lugartenientes de acercaban al poder se olvidaban de su
jefe, “descubriendo” sutalento político, como fueron los casos de Woss y Gil y Morales
Languasco dentro del jimenismo y Cáceres y Bordas Valdez con Vásquez.

Ocupación militar norteamericana (1916-1924).


La intervención norteamericana en la República Dominicana de 1916-1924, afectó el
desarrollo de la educación durante los ocho años en que asumieron el control del territorio
nacional, y sólo se preocuparon por organizar el Estado para sus propósitos estratégicos.
Así lo expuso el doctor Onavis Cabrera, durante una conferencia magistral que dictó en la
Academia Dominicana de la Historia como parte del amplio programa que desarrolla la
entidad en su sede ubicada en la calle Mercedes de la Ciudad Colonial.

Ante una sala repleta, en su comparencia, que duró una hora, al catedrático relató en “La
reforma educativa del gobierno norteamericano de ocupación: 1916-1924”, que dentro de
las primeras ejecutorias en el sector educativo los estadounidenses suprimieron los Instituto
sociales de Santo Domingo y Santiago, así como las Escuelas Normales Teóricas de Azua,
La Vega, San Pedro de Macorís y Puerto Plata.

De igual modo eliminaron escuelas primarias y prohibieron que se impartieran exámenes,


así como la expedición de títulos en escuelas primarias y secundarias. También derogaron
el Código de la Educación entre otras medidas.

Las medidas alcanzaron hasta la Universidad de Santo Domingo en la que suprimieron la


Facultad de Filosofía y Letras. La investigación realizada por Cabrera, reveló que durante
la ocupación militar norteamericana, se logró centralizar las actividades del sector
educativo. “Sentaron las bases para la organización del Estado, sin embargo en lo atinente a
la educación, se concentraron en los niveles primarios y rudimentarios. En el nivel
secundario y universitarios sus aportes fueron muy limitados, a no ser por la presión de la
pequeña burguesía, que buscaba por mayor espacio en la educación superior”, comentó.
Entre los factores que contribuyeron para que la educación no avanzara, citó la crisis
económica de 1921 y el impacto que tuvo en las escuelas con la creación de un impuesto
escolar que tocó hasta el salario de los maestros. “Entre 1921-1922 el sistema escolar
experimentó un acelerado decrecimiento, al extremo de que la matrícula se redujo en unos
40 mil estudiantes en todo el país. El primer Censo de 1920 estableció que la matrícula era
de 101,866 estudiantes”, comentó.

Detalló que en ese período y como parte de su proyecto, le dieron “mayor importancia a la
problemática de la centralización administrativa del sistema escolar y a la educación
primaria y rudimentaria”. La crisis económica por la que atravesó el país por el desplome
de los precios internacionales del azúcar, marcó el presupuesto para la educación que fue
bajado en un 50%. “El impacto de la crisis económica en el sistema escolar fue planteado
con toda crudeza en un informe que hizo el Superintendente General de Enseñanza, Julio
Ortega Frier, quien reclamó un aumento del presupuesto”.

Gobierno de ocupación.
La primera ocupación estadounidense de República Dominicana se produjo entre 1916 y
1924. Fue una de las numerosas intervenciones en América realizadas por las fuerzas
militares estadounidenses. El 13 de mayo de 1916,2 el contraalmirante William Banks
Caperton obligó al secretario de Guerra de la República Dominicana Desiderio Arias, quien
había ocupado el cargo durante el gobierno de Juan Isidro Jimenes Pereyra, a abandonar
Santo Domingo bajo la amenaza de realizar un bombardeo naval a la ciudad.

Tres días después de que Desiderio Arias abandonara el país, un contingente del Cuerpo de
Marines de Estados Unidos desembarcó y en dos meses tomó el control de la nación
imponiendo en noviembre de 1916 un gobierno militar bajo el mando del contraalmirante
Harry Shepard Knapp.

Los marines impusieron el «orden» en la mayor parte de la república, con excepción de la


región oriental. A consecuencia de la ocupación, el presupuesto del país se equilibró,
disminuyó la deuda externa y se retomó el crecimiento económico.

La fuerza de ocupación propició la realización de importantes proyectos de infraestructura


como la creación de nuevas carreteras que unieron todas las regiones del país por primera
vez en la historia. También se creó la Guardia Nacional, una organización militar
profesional que sustituyó a las fuerzas partidistas de carácter caudillista que habían librado
una lucha interminable por el poder.
Bibliografía.

 http://www.filosofia.org/his/1960hp11.htm
 http://www.agendistas.com/historia/situacion-segunda-republica.html
 http://fororenovadorprd.over-blog.es/article-situacion-politica-economicas-y-algunas-
reformas-en-la-segunda-republica-1861-1916-anexion-a-108486328.html
 https://www.negociosdominicanos.com/historia/la-segunda-republica
 http://hoy.com.do/la-segunda-republica-de-fin-de-siglo-liberalismo-y-entreguismo/
 https://acento.com.do/2013/opinion/editorial/1149843-la-dictadura-de-lilis-y-la-precariedad-
del-analisis-sobre-su-impacto/
 http://hoy.com.do/la-republica-de-principios-del-siglo-xx-el-caudillismo-y-la-garra-
imperialista/
 https://www.diariolibre.com/revista/cultura/la-ocupacion-norteamericana-de-1916-1924-y-
su-impacto-negativo-en-la-educacion-dominicana-AF3979839
 https://es.wikipedia.org/wiki/Ocupaci%C3%B3n_estadounidense_de_la_Rep
%C3%BAblica_Dominicana_(1916-1924)
Conclusión.

Como cierre, Se ha denominado Segunda República al periodo histórico que va desde 1865
hasta 1916. Se ha denominado inicio de la segunda república al período de nuestra historia
que va desde 1865 a 1879. Con la salida de las tropas españolas, el 10 de junio de 1865, al
redactar el pacto del Carmelo.

Cambios de gobierno rápido. La coexistencia de dos gobiernos (generalmente uno en el


Cibao y uno en el Sur, en Santo Domingo). Por el inicio del endeudamiento externo. La
inversión de capital externo. Reinicio de la industria azucarera con capital extranjero.
Pugnas políticas constante.

Por el inicio de la formación de los partidos políticos en nuestra historia con elementos que
los definen como son las simbologías y el liderazgo. El período entre 1865 – 1886, se
definieron los rasgos básicos del caudillismo dominicano así como algunos patrones de su
actuación.  Fortalecida por los sentimientos nacionalistas, se presenta llena de una gran
debilidad económica y problemas de orden sociales.

EL gobierno de José María Cabral, los partidos de colores se hicieron dueños del escenario
político siendo estos: Rojo y Azul, siendo el rojo al mando de

Buenaventura Báez, y el partido más poderoso quien gobernó por seis años. El partido Azul
por su parte con un gran número de líderes asume el poder después de 1879. Ya varios de
sus líderes habían estado en el gobierno. Ellos fueron: José María Cabral de 1866 a 1868.
Ulises Francisco Espaillat. 1876. Jacinto de castro en 1878.

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