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Índice de contenidos

PRESENTACIÓN .................................................................................................................. 3
OBJETIVOS .......................................................................................................................... 4
ESQUEMA DE LOS CONTENIDOS ................................................................................... 4
EXPOSICIÓN DE LOS CONTENIDOS............................................................................... 5
2.1. LA ESCRITURA ACADÉMICA ..................................................................................... 5
2.1.1. La ética académica ................................................................................................ 7
2.1.2. Textos académicos .............................................................................................. 11
2.2. LOS TRABAJOS DE INVESTIGACIÓN ....................................................................... 13
2.2.1. Los artículos ............................................................................................................ 15
2.2.2. Las monografías ....................................................................................................... 16
2.2.3. Conferencias, congresos y simposios ........................................................................ 17
2.2.4. Trabajos de fin de título ............................................................................................ 17
2.3. LAS INSTANCIAS NORMATIVAS .............................................................................. 19
2.3.1. Instancias lingüísticas ............................................................................................... 20
2.3.1.1. Real Academia Española .................................................................................... 20
2.3.1.2. La Fundación del Español Urgente ..................................................................... 21
2.3.2. Instancias científicas: la APA.................................................................................... 22
2.4. ASPECTOS LINGÜÍSTICOS ......................................................................................... 23
2.4.1. Organización ............................................................................................................ 24
2.4.1.1. Enunciado ................................................................................................... 24
2.4.1.2. Párrafo ........................................................................................................ 25
2.4.1.3. Epígrafe ...................................................................................................... 26
2.4.2. La redacción ....................................................................................................... 27
2.4.2.1. La coherencia y la cohesión ......................................................................... 28
2.4.2.2. Economía lingüística ................................................................................... 29
2.4.2.3. Precisión y claridad ..................................................................................... 30
2.4.2.4. Uso de los verbos ........................................................................................ 31
2.4.3. El lenguaje políticamente correcto ....................................................................... 32
2.4.4. La inserción de elementos: tablas y figuras .......................................................... 37
2.5. LA CITACIÓN DE FUENTES ................................................................................... 38
2.5.1 En el cuerpo textual............................................................................................. 39
2.5.1.1 Cita literal ........................................................................................................... 39
2.5.1.2. Paráfrasis textual ................................................................................................ 40
2.5.1.3. Formas de referenciar en el cuerpo textual .......................................................... 40

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2.5.2. LAS REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS ......................................................... 42
2.5.2.1. Publicaciones periódicas.............................................................................. 44
2.5.2.2. Libros y capítulos de libros .......................................................................... 47
2.5.2.3. Actas de congresos y simposios ................................................................... 49
2.5.2.4. Trabajos de fin de título ............................................................................... 50
2.5.2.5. Medios audiovisuales .................................................................................. 51
2.5.2.6. Recursos de Internet .................................................................................... 52
2.5.2.7. Materiales legislativos ................................................................................. 53
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS .................................................................................... 54
Anexo 2.1. Marcadores textuales .................................................................................... 57
Anexo 2.1. Marcadores textuales (continuación) ............................................................. 58
EJERCICIOS DE AUTOEVALUACIÓN .............................................................................. 59

Autor:

Castro, I. (2019). La comunicación escrita. En I. Castro y G. Díaz (Ed.), Técnicas de


comunicación en los procesos educativos (pp. 35-97). Manuales docentes.
Estructura de Teleformación.

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PRESENTACIÓN

La comunicación escrita comporta varios factores a los que es necesario prestar


atención si se desea que el texto cumpla con las funciones para las que se ha creado (por
ejemplo, una nota de prensa tiene como función informar de un evento a los medios, un
manual de instrucciones tendrá como función informar sobre cómo llevar a cabo un
proceso o utilizar un objeto, etc.). Si bien estos cometidos varían con respecto a la
tipología textual (textos científicos, periodísticos, humanísticos, literarios, publicitarios,
digitales, jurídicos, académicos, etc.) y la intención del autor, la función primordial de la
comunicación escrita es informar sobre un asunto, teniendo siempre en cuenta al
interlocutor o los interlocutores. En este sentido, el medio escrito es el vehículo principal
a través del cual los miembros de la comunidad científica transmiten sus conocimientos,
hallazgos, controversias… Publicaciones científicas de diversa índole constituyen un
largo catálogo de publicaciones que tienen en la comunicación escrita su asiento.
Así, el conocimiento de la tipología textual a la que pertenece el texto académico
adquiere especial relevancia para el estudiante universitario de primer curso. Esta
afirmación deriva de tres ideas básicas a las que se habrá de enfrentar, en este caso, el
alumnado del grado en Educación Primaria: en primer lugar, en su calidad de estudiante
deberá manejar fuentes bibliográficas de carácter académico, pues su progreso curricular
depende en gran medida de ello. En segundo lugar, en el desarrollo de su vida
universitaria (y también de la profesional) deberá realizar múltiples trabajos, lo cual
implica no solo la destreza del manejo de fuentes y sistemas de referencias bibliográficas,
sino también de las técnicas de producción de textos adecuados a las exigencias
académicas y a las situaciones concretas del entorno educativo (informes o boletines de
calificaciones, por ejemplo). En última instancia, en los actuales programas de estudios
se contempla como colofón del itinerario universitario la realización de un trabajo de fin
de título, sea este el trabajo de fin de grado, el trabajo de fin de máster o la tesis doctoral;
en todos ellos el aspirante deberá demostrar altas capacidades en el manejo de las
herramientas productivas propias de la vida académica.

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OBJETIVOS

• Comprender la importancia de la escritura académica.


• Conocer los principales tipos de textos académicos.
• Identificar las instancias normativas vigentes para la correcta elaboración de un
escrito académico.
• Aprender las principales estrategias para elaborar un texto académico aceptable.
• Manejar las distintas formas de citación según la Asociación Americana de
Psicología (APA).
• Saber elaborar unas referencias bibliográficas según las normas de la APA.

ESQUEMA DE LOS CONTENIDOS

COMUNICACIÓN INSTANCIAS
ESCRITA NORMATIVAS

ESCRITURA TRABAJOS DE INSTANCIAS INSTANCIAS ASPECTOS CITACIÓN DE


ACADÉMICA INVESTIGACIÓN LINGÜÍSTICAS CIENTÍFICAS LINGÜÍSTICOS FUENTES

ÉTICA ACADÉMICA ARTÍCULO ORGANIZACIÓN CUERPO TEXTUAL

TEXTOS REFERENCIAS
MONOGRAFÍA REDACCIÓN
ACADÉMICOS BIBLIOGRÁFICAS

CONFERENCIAS, LENGUAJE
CONGRESOS Y POLÍTICAMENTE
SIMPOSIOS CORRECTO

INSERCIÓN DE
TRABAJOS DE FIN DE
ELEMENTOS:
TÍTULO
TABLAS Y FIGURAS

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EXPOSICIÓN DE LOS CONTENIDOS

La escritura, junto a la docencia, la gestión y la investigación, es una de las tareas


principales de la comunidad académica. Se trata de una actividad cotidiana en
instituciones educativas de todo tipo: colegios, institutos, universidades, laboratorios,
centros de investigación, etc. Quienes inician su andadura en el grado en Educación
Primaria, alumnado de máster o doctorado, o quienes ocupan puestos de responsabilidad
al frente de prestigiosos grupos de trabajo, dedican muchas horas a escribir. No en vano
el éxito académico depende, en gran medida, de la capacidad del individuo para adquirir
las destrezas necesarias en el ámbito de la recepción y producción de textos de cara a un
correcto desarrollo curricular. Por un lado, se trata de recibir (escuchar y leer) de forma
efectiva las diversas fuentes que se deben consultar, desde apuntes de clase hasta
bibliografía específica (manuales, artículos científicos y monografías especializadas). Por
otro lado, resulta fundamental plasmar los conocimientos adquiridos en diversos formatos
escritos: tomar apuntes, redactar trabajos o, por ejemplo, responder pruebas objetivas de
desarrollo de contenidos.
En este contexto, un conocimiento profundo y actualizado de todos los aspectos del
proceso de escritura de textos académicos es fundamental, sobre todo en lo que respecta
a una problemática concreta que supone un esfuerzo importante para cualquier persona
que se inicie en el ámbito académico; esto es, las convenciones para citar en el texto y
para la elaboración de la lista de referencias bibliográficas.

2.1. LA ESCRITURA ACADÉMICA

La escritura académica (producida en el ámbito universitario y científico) se compone


de textos especializados que buscan informar y difundir conocimientos de manera
objetiva. En esta sección estudiaremos las características principales de la escritura
académica, las cuestiones que atañen a sus principios éticos y los diversos tipos de textos
académicos y trabajos de investigación.

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En general, podemos afirmar que los textos que se emplean en el contexto académico
guardan estrecha similitud con los escritos científicos (Montolío, 2000, p. 22). En ambos
casos prima la información, a pesar de la evidencia de que no es igual redactar una tesis
doctoral que elaborar un artículo o responder a las cuestiones que se plantean en un
examen de una asignatura.
En cualquier caso, se trata siempre de una modalidad textual específica utilizada por
los especialistas en diversas disciplinas para la transmisión de contenidos científicos o
técnicos. Si los analizamos en su conjunto, los textos científicos y académicos son
aparatos conceptuales complejos, elaborados con rigor, en los que las ideas aparecen de
forma ordenada, siguen una justificación y van dirigidas a un sector específico.
Asimismo, sus objetivos primordiales son divulgar conocimientos y difundir los
resultados de las investigaciones entre los miembros de la comunidad científica. Habida
cuenta de que ha de ser un vehículo de transmisión de contenidos entre especialistas o
personas en proceso de formación, se caracteriza por ser una variedad culta de registro
formal (ver epígrafe 3.4.2 de la Unidad de Aprendizaje 1) y por incluir una revisión de
las fuentes bibliográficas relativas a una parcela del saber en el seno de una determinada
disciplina.
Así pues, el estilo propio de los textos académicos es eminentemente informativo. En
este contexto, informar consiste en elaborar un escrito dirigido al destinatario con utilidad
concreta (por ejemplo, adquirir nuevos conocimientos o fundamentar una investigación
en curso). Prat-Ferrer y Peña-Delgado (2015) señalan las cualidades básicas para
conseguir un buen estilo informativo:

Atracción: lo que dices debe despertar interés, captar la atención. Trata bien a tu
lector; no le dificultes la lectura, ni tampoco escribas como si fuese para tontos.
Claridad: lo que escribas debe entenderse: debes tener las ideas claras para que el
lector pueda captarlas, pero además debes exponerlas con transparencia.
Concisión: no te alargues con disquisiciones que no vengan al caso; di lo que
debes decir y nada más; utiliza solo las ideas y expresiones indispensables,
eligiéndolas con cuidado.
Corrección: es obvio que debes usar un lenguaje correcto adaptado a un entorno
del saber.
Precisión: los datos que presentes deben ser verdaderos y exactos.

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Naturalidad: es decir, sencillez; no te expreses con un lenguaje pedante que no te
venga bien ni a ti ni a tu lector.
Propiedad: lo que presentes debe ser lo apropiado a cada tema.
Ritmo, sonoridad, color: trata de escribir de forma agradable para tu lector, que
tu prosa no sea pesada.
Variedad: no aburras con repeticiones innecesarias, ya sea de sonidos, palabras o
ideas, la redundancia solo es buena cuando sirve de énfasis. (pp. 100-101)

La clave está, como se habrá podido apreciar, en elaborar un texto adecuado. O sea,
redactar escritos que cumplan con el fin para el que se elaboran: ofrecer información
relevante sobre una determinada área de conocimiento a una comunidad concreta (en este
caso, lectores especialistas y expertos), comunicar un descubrimiento científico y
convencer, con pruebas y ejemplos, sobre su legitimidad e importancia científica.
Es necesario advertir aquí que un texto académico no ha de coincidir con un texto
pedagógico y, por tanto, orientado a la población escolar. Si bien ambos deben mantener
cierto nivel de claridad y ser lo suficientemente explicativos, no cumplen la misma
función dado que no comparten destinatarios. Un manual destinado al alumnado de
Educación Primaria estará redactado en un registro accesible al nivel al que va dirigido
y, además, complementado con toda una serie de elementos de diseño (viñetas,
resúmenes, etc.) con el fin de conseguir que, además de explicativo, pueda ser atractivo.
Sin embargo, un trabajo académico (póngase como ejemplo una actividad del Plan de
Actividades de Aprendizaje) no tiene como destinatarios a personas a las que enseñar
(aunque trate sobre ellos), sino personal docente que no precisa de elementos de resalte
(negrita, etc.) ni otros elementos que conviertan el texto en inadecuado. Valga como
ejemplo de inadecuación la entrega de una actividad a un profesor universitario
empleando una portada pensada para alumnado de 1.ª de Primaria.

2.1.1. La ética académica

En el ámbito de la educación es moneda común hablar de los principios éticos del


alumnado, de sus familias e, incluso, del propio profesorado. Todos ellos son partícipes
activos en la relación de enseñanza-aprendizaje de las denominadas virtudes cívicas,
propias de los sistemas democráticos actuales. Tolerancia, justicia, solidaridad se

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cuentan entre ellas. Tanto es así que, en el actual sistema educativo español, las
competencias sociales y cívicas constituyen un eje sobre el que se debe articular el
currículo de la Educación Primaria. Así, por ejemplo, en el Decreto 89/2014, de 1 de
agosto, por el que se establece la ordenación y el currículo de la Educación Primaria en
la Comunidad Autónoma de Canarias, se fija como prioridad “fomentar en el alumnado
la tolerancia, el respeto y la valoración positiva de las diferencias, tomando como
referente ético y legal la Declaración Universal de los Derechos Humanos” (p. 22453).
El aspecto que circunscribe la reflexión sobre las virtudes cívicas a la futura tarea del
docente no parece objeto de controversia. Sin embargo, nuestro interés debe centrarse en
otra virtud cívica: la profesionalidad. Dado que este no es el espacio para discutir sobre
qué acciones permiten definir nuestra labor docente como correcta o incorrecta
(deontología profesional o “teoría del deber”), aquí nos dedicaremos a la profesionalidad
de la producción de un estudiante y, por ende, de un investigador.
Así, tanto en el ámbito académico como en el científico se ha de garantizar que los
trabajos realizados y expuestos sean originales y estén sujetos a determinadas
convicciones de carácter ético. Los principios básicos que se deben asegurar, a criterio de
la Asociación Americana de Psicología (APA, en adelante), son los siguientes:

• asegurar la precisión del conocimiento científico,


• proteger los derechos y las garantías de los participantes en la investigación, y
• proteger los derechos de propiedad intelectual.

Este último punto es el que genera mayor controversia. En el ámbito académico y


científico, todos los trabajos (bien de carácter teórico o empírico) han de asentarse
siempre en un paradigma científico. Este concepto, acuñado por Kuhn (1962/2016),
establece que los paradigmas son realizaciones científicas universalmente reconocidas y,
por consiguiente, en cierto sentido dogmáticas, que durante cierto tiempo proporcionan
modelos de problemas y soluciones a una comunidad científica en particular. Entonces,
las preguntas que se formulan en el seno de un paradigma científico y sus modelos de
respuesta (metodología, formulación de estas, etc.) están mediatizados por el marco
general del área científica desde el que surge. Un ejemplo de paradigma científico es la
perspectiva cosmológica heliocéntrica de Copérnico, expuesta en el siglo XVI, según la
cual todos los astros giran alrededor del Sol. Esta teoría sustituyó la consideración

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geocéntrica de Ptolomeo (propia de los siglos I o II d.C.), defensora de que todos los astros
giran alrededor de la Tierra, auténtico centro del Universo.
A tenor de lo expuesto, todo trabajo que pretenda ser considerado como académico o
científico precisa radicarse en un conjunto de estudios previos que constituya su base. No
se trata aquí de copiar, sino de documentarse con cuidado sobre los temas que se
expongan y dar fe de que han sido extraídos de esa fuente concreta. De esta forma, se
evita lesionar los derechos de la propiedad intelectual de otros profesionales, así como
mostrar que el estudio se asienta en un paradigma científico que, en cierto sentido, lo
avala.
Documentarse es, entonces, la fase previa de toda redacción en el ámbito académico y
científico. Las fuentes de información se clasifican tradicionalmente de la siguiente
forma:

• Fuentes primarias: textos que ofrecen la información original. Hay que prestar
especial atención a si se trata de escritos de primera mano, obra original del autor,
o de segunda mano (esto es: traducciones o antologías). En el caso de las
traducciones, el texto original puede sufrir modificaciones sustantivas, aun
presuponiendo el buen hacer profesional del traductor. Este fenómeno es muy
sensible en escritos de carácter teórico. En este tipo de textos, la precisión
conceptual se expresa en formulaciones lingüísticas que, con frecuencia,
presentan mayor complejidad para el trasvase a otros idiomas. Esto se debe, en
parte, a las peculiaridades socioculturales que rodean a las lenguas implicadas en
la traducción. Caso particular es el de las antologías, puesto que, con frecuencia,
se trata de textos incompletos. Por ello, se requiere la confirmación en la fuente
original con el fin de no obviar elementos nucleares.

• Fuentes secundarias: textos que versan sobre fuentes primarias ofreciendo una
interpretación, elaboración o crítica. En definitiva, son juicios sobre textos
primarios.

• Fuentes terciarias: colecciones de fuentes primarias y secundarias. Un ejemplo


claro de este tipo de fuentes es un trabajo de fin de grado que se acoja a la
modalidad de revisión bibliográfica sobre diferentes campos o temas relacionados

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con los estudios que culminan. Escasean, pero son muy útiles para el inicio de
cualquier investigación.

Es importante apreciar como corresponde el manejo de la información que otros


investigadores han aportado, por ello conviene reiterar aquí: documentarse no es copiar.
Actuar de manera responsable, ética y legal en el uso de la información empleada es
fundamental para la realización de trabajos académicos de todo calado. La praxis
científica se ha visto salpicada por dos malas prácticas comunes: el plagio y el
autoplagio. En este marco, la APA (2019) ofrece definiciones y consideraciones que es
preciso tener en cuenta.

• El plagio: el concepto que nos puede resultar más obvio es la presentación de un


trabajo elaborado por otra persona como propio, pero también se encuentran
incluidos bajo esta denominación el parafraseo de ideas o palabras, así como la
copiar estas sin indicar su autoría. Por ejemplo, si llevamos a cabo un estudio
basado en otro que alguien realizó hace tiempo, se le debe dar crédito al
investigador. Para evitar el plagio, es necesario identificar de manera clara qué
ideas o informaciones se han tomado de otras fuentes o autores y cuáles son
producto de nuestro trabajo y esfuerzo. Cada vez que se use lo que ha dicho
alguien o se resuma o parafrasee información encontrada en libros, artículos,
páginas web, etc., se ha de indicar la fuente por medio de una cita dentro del
texto y su correspondiente entrada en la lista de referencias bibliográficas (APA
2019, sección 8.2).

• El autoplagio: consiste en presentar un trabajo propio ya publicado como una


investigación nueva. Un autor comete autoplagio cuando reutiliza material
propio ya publicado sin indicar la referencia a un trabajo anterior (APA, 2019,
sección 8.3).

Prácticas indebidas como el plagio y el autoplagio cuestionan los valores éticos de


quien las comete, sea o no consciente de las convenciones de la escritura académica.
Algunos ejemplos de plagio son el del Ministro de Defensa alemán Karl Theodor zu
Guttenberg, quien renunció a su cargo en 2011 por ser acusado de plagiar su tesis doctoral.
Por nuestra parte, en la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria se detectó un plagio
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y “fraude científico” en una tesis doctoral dedicada a la acción de un fármaco sobre un
tipo de cáncer de cartílago, motivo que originó la anulación del título de Doctor del autor.
Como se puede apreciar, la originalidad de los textos es muy importante, no solo por el
descrédito que puede suponer el descubrimiento de un plagio, sino también porque
presentar un estudio propio y bien documentado es una muestra clara del esfuerzo y del
trabajo necesario para hacer una aportación al conocimiento de la materia tratada.

2.1.2. Textos académicos

Hablar de textos académicos supone no poder eludir una amplia casuística de escritos:
apuntes de clase, exámenes, trabajos especializados, artículos de divulgación y un largo
etcétera de documentos que guardan relación con el ámbito académico y científico. No
obstante, se pueden establecer determinados rasgos comunes que los diferencian. En este
sentido, es fundamental aludir al concepto de tipología textual. Según la versión en línea
del Diccionario de términos clave de ELE, debemos entender por tal lo siguiente:

Una tipología textual es una forma de organizar la diversidad textual y de clasificar


los distintos textos. Los textos, como producto de la actuación lingüística, se presentan
en una multiplicidad y diversidad prácticamente inabarcables; ello no obstante, son
susceptibles de ser ordenados en tipologías que los clasifiquen y agrupen a tenor de
conjuntos de rasgos que los identifiquen y los diferencien entre sí. (Centro Virtual
Cervantes, s.f.)

Si nos fijamos bien, el conjunto de rasgos característicos de los textos académicos y


científicos conforma un primer nivel de identificación. Esto es, en virtud de la finalidad
para la que se elabora y de la función con la que se realiza, es posible distinguir el texto
académico y científico de otras tipologías. Señala Montolío (2000):

Los textos científicos, en efecto, no sirven, por ejemplo, para mostrar los sentimientos
del escritor (como podrían hacerlo las cartas personales), ni para mover al lector a
realizar ciertas acciones (como sucede con el texto de unas instrucciones, o con una
instancia); tampoco están pensados con el fin de provocar una emoción estética (como
la poesía, o la literatura en general), ni la risa (como los textos cómicos). Un texto

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científico suele tener, en primer lugar, carácter expositivo, es decir, se utiliza para
exponer, mostrar, enseñar al lector cierta información, dato o situaciones que antes no
conocía. Y, en algunos casos, estos textos son también argumentativos, es decir,
intentar convencer al lector de algo, de las teorías y puntos de vista que el escritor
defiende. En esencia, por lo tanto, un texto científico tiene dos funciones: informar y
convencer. (p. 20)

Por otro lado, el segundo nivel de identificación vendría a determinar una tipología
dentro de los mismos textos académicos, es decir, establecer subclases que proporcionen
una estructura a la diversidad de modalidades. En esta línea, Prat-Ferrer y Peña-Delgado
(2015) agrupan los textos académicos en tres:

• De exposición. En ellos se presenta y explica un asunto. Es el más común en el


ámbito que aquí nos interesa: el universitario.
• De divulgación. Se escriben para divulgar un tema a los no expertos.
• De controversia. Sirven para discutir un asunto sobre el que hay más de una
opinión. (p. 25)

Con independencia de la categoría en la que se enmarquen, los textos académicos


siguen una línea discursiva que pretende la objetividad. Por ejemplo, en el caso de los
textos de controversia, en los que se refuta una opinión, un hecho o una interpretación, se
trata de presentar un profundo convencimiento de los argumentos que se detallan. Para
ello, en muchas ocasiones resulta conveniente redactarlos siguiendo una estructura
argumentativa que permita mostrar unos hechos con el fin de garantizar su difusión y la
consecuente aceptación por parte de la comunidad especializada.
Otra característica de los textos académicos es la intertextualidad, especialmente en
los expositivos y divulgativos, que deben dar cuenta de la literatura científica más
relevante en torno al tema tratado. Por intertextualidad entendemos el entramado de
relaciones que un texto mantiene con otros. El discurso académico, como ya hemos visto
(apartado 1.1), parte de investigaciones y estudios ya publicados, bien para acordar, para
desestimar o bien para ampliar postulados teóricos y metodológicos. Este criterio,
reiteramos, también funciona como rasgo diferenciador de autoridad y otorga valor
científico a nuestras contribuciones.

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En resumen, es preciso apuntar que la producción de textos académicos implica
reconocer la complejidad que atraviesa su composición, la elección del objeto de estudio,
la tipología textual (exposición, divulgación o controversia) y todo tipo de competencias
discursivas y comunicativas específicas que se adquieren con la práctica.

2.2. LOS TRABAJOS DE INVESTIGACIÓN

El objetivo central de este apartado es dar a conocer las diversas vías de publicación
de los trabajos de investigación. Investigar adquiere sentido cuando lo que se estudia se
interpreta dentro de un marco científico determinado y se relaciona con los trabajos,
resultados, metodologías y postulados teóricos ya existentes. Para que la ciencia avance,
el investigador se plantea una pregunta motivada por un conjunto de circunstancias y
conocimientos previos (paradigma científico) que desemboca en la formulación de ese
cuestionamiento. Tras este interrogante, se generan hipótesis, se analiza el estado de la
cuestión, se plantean herramientas metodológicas, se cuestionan parámetros, se realizan
experimentos... y un largo etcétera que depende de los objetivos de cada proyecto. El fin
último de este proceso es construir un marco intersubjetivo válido que permita consolidar
los cimientos de una disciplina.
Veamos un ejemplo publicado en forma de artículo científico en la revista Journal of
Teacher Education (Charalambous, 2106), donde se busca dilucidar qué tipo de
conocimientos son necesarios para enseñar matemáticas en centros de Educación
Primaria en Chipre. La pregunta que se plantea es: ¿necesitan los maestros conocimientos
distintos a los de la materia en sí? A pesar de que puede resultar obvio, es importante
valorar que cada contexto educativo, incluso cada escuela, cada clase, cada alumno y cada
profesor, presenta unas características muy diferentes que limitan la metodología
didáctica y la motivación de los agentes. Para minimizar posibles diferencias, el
investigador decide centrarse en aspectos muy concretos de la práctica docente, a saber:
a) proporcionar y evaluar explicaciones, b) seleccionar y utilizar representaciones
gráficas, c) analizar errores del alumnado, y d) elegir ejercicios y tareas. Para ello, se
necesita estudiar una población: en este caso, más de 600 profesores de Primaria de
distintos centros. Finalmente, se aplican herramientas metodológicas con fundamento

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estadístico (test paramétricos y la teoría de respuesta al ítem, una propuesta de modelo
matemático que mide el funcionamiento mental del ser humano). Cierra el trabajo con
unas conclusiones y una propuesta de futuras vías de estudio en el área sujetas al marco
legal vigente en Chipre.
El ejemplo de artículo científico que acabamos de esbozar supondrá un impacto para
los expertos en educación, quienes le otorgarán relevancia en función de su utilidad,
aplicabilidad, debilidades y fortalezas. Algunos estarán de acuerdo con lo que se dice y
quizá podrán aplicarlo a la realidad de sus aulas, otros refutarán los resultados o los
replicarán parcialmente. En definitiva, cada investigador se beneficia del proceso de
investigación y, a su vez, la literatura científica se retroalimenta.
Las contribuciones científicas se dan a conocer a través de diversas vías, con alcance
e impacto desigual. En función de múltiples circunstancias (estadio de formación del
autor o autores, grado de dedicación, etc.), las más habituales son:

• Artículo académico (en revistas y publicaciones periódicas)


• Monografía
• Conferencias, congresos y simposios
• Trabajos de fin de título (trabajo de fin de grado, de fin de máster y tesis doctoral).

Hay que tener en cuenta que esta clasificación no contempla algunas formas de
difusión (por ejemplo, resúmenes en boletines informativos o informes). Con frecuencia
los esfuerzos de un mismo autor o autores se ven reflejados, con distinto alcance y
magnitud, en varias publicaciones. Así, una tesis doctoral puede derivar en una
monografía y en varios artículos o ponencias en congresos y simposios. Hay tesis
doctorales que suponen una innovación en un área específica, son citadas por expertos y
no son auspiciadas por ninguna editorial, mientras que otras llegan a las bibliotecas
universitarias y apenas conocen distribución. El auge de la publicación en acceso abierto
(repositorios institucionales como el ACCEDA en la ULPGC, redes sociales, revistas
científicas en acceso abierto) tiene mucho que ver en esto último. Del mismo modo, si
bien los cauces de la trayectoria investigadora se estructuran en torno a etapas
diferenciadas (máster, doctorado, comienzo, desarrollo y consolidación de la carrera
académica), la diseminación del conocimiento académico no tiene por qué discurrir en
paralelo. Es común que investigadores noveles y académicos con más experiencia

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coincidan en foros de promoción de una comunidad científica y aspiren a dar conocer sus
trabajos por vías similares.

2.2.1. Los artículos

Un artículo es un documento relativamente breve (entre 6000 y 8000 palabras, aunque


estos límites los fija cada publicación) destinado a publicarse en una revista científica
especializada. Por influencia del inglés, algunos investigadores utilizan de manera
informal el término paper para referirse a este tipo de contribuciones. Una de las
utilidades del método científico es, en esencia, hacer observaciones que puedan ser
replicadas por otros. Por ello, un artículo debe ser lo bastante claro como para informar a
la comunidad científica de los resultados de un estudio y con el suficiente detalle como
para permitirle replicarlo en condiciones similares.
Una manera habitual de estructurar un artículo académico en el esquema IMRaD
(Introduction, Materials and Methods, Results and Discussion). Esta forma de
organización se emplea en varias disciplinas y se refiere en esencia al cuerpo del
documento, que debe finalizar en unas conclusiones. No es una estructura obligatoria, ni
se puede aplicar en todos los tipos de artículos (es especialmente problemática en artículos
teóricos y reseñas). Sin embargo, sí es recomendable en el caso de las contribuciones de
corte empírico.
Una estructura orientativa de un artículo académico puede ser la siguiente:

• Título.
• Nombre de los autores y datos de contacto (correo electrónico).
• Institución (universidad, grupo de investigación).
• Resumen del trabajo (abstract. En muchas publicaciones, ha de estar en varias
lenguas, aunque el inglés es la predominante).
• Si el documento es largo, de manera opcional se puede incluir un índice de
contenidos. Dado el caso, tras el índice de epígrafes y subepígrafes, es necesario
incluir un índice paginado de tablas y otro de figuras.
• Cuerpo del informe (esquema IMRaD).
• Conclusiones.
• Agradecimientos (se pueden colocar también como nota a pie de página del título).
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• Referencias bibliográficas de las fuentes citadas.

En algunos casos, conviene adjuntar anexos al final del artículo. Un anexo o apéndice
es un documento adicional que proporciona información complementaria sobre el
contenido de la investigación, ya sea de tipo teórico o metodológico. Así, puede ser un
texto que se ha estudiado en un artículo sobre literatura o un cuestionario utilizado para
confeccionar una investigación cualitativa, por ejemplo. Los gráficos y las tablas suelen
introducirse en el contenido del texto, aunque los editores de algunas revistas científicas
pueden requerir entregarlos en un documento anexo. Conviene observar aquí que,

En la actualidad, existe gran diversidad de alternativas para difundir un artículo de


investigación: revistas impresas, revistas electrónicas (indexadas o no), libros con comité
editorial, entre otras. Ante tantas opciones, los investigadores se ven en la obligación de
elegir cuál es la vía más adecuada para la publicación de sus trabajos. Por ello, se han
creado diversos indicadores bibliométricos de calidad, destinados a medir la excelencia
de las revistas para facilitar la toma de decisiones de las instituciones respecto a cuál de
ellas subscribirse, o en cuál prefieren publicar los académicos. En consecuencia, aquellas
revistas con índices bibliométricos más altos (los llamados "índices de impacto") son las
que presentan mayor competitividad en la investigación y las que, por tanto, tienen mayor
calado y prestigio en la comunidad científica.

2.2.2. Las monografías

Una monografía es un volumen que informa de manera argumentativa sobre un asunto


en particular. En el contexto de la investigación académica, puede recopilar varios
artículos en torno a un mismo tema, o versar sobre aspectos metodológicos o teóricos que
fundamentan una disciplina. Las monografías tienen como finalidad exponer casos de
estudio, compilar materiales, profundizar en la investigación sobre un tema en concreto
y arrojar hipótesis nuevas sobre el mismo con el objeto de afianzar, descartar o corregir
perspectivas de una o varias disciplinas.

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2.2.3. Conferencias, congresos y simposios

En el contexto académico, una conferencia es una disertación pública sobre un asunto


científico o cultural con la finalidad de generar y difundir conocimientos en torno a un
tema específico, basados en una investigación profunda por parte de uno o varios
especialistas. En la celebración de congresos especializados, se suelen incluir
conferencias de este tipo para todos los asistentes, por lo general dictadas por los
investigadores de mayor renombre. Se les suele denominar conferencias plenarias.
Asimismo, también existen las conferencias magistrales, que suelen celebrarse de
manera independiente y no tienen por qué versar sobre contenidos estrictamente
académicos. De este modo, muchas conferencias magistrales están dictadas por
deportistas de élite, políticos relevantes o escritores famosos. Si bien las conferencias en
tiempos pasados consistían en la lectura de un texto (por lo general producido para ser
leído), hoy en día se proponen medidas expositivas más sugerentes, efecto que se
consigue, por ejemplo, generando textos escritos para ser oralizados (sin exceso de
erudición, sin enunciados de difícil comprensión) o con el más frecuente apoyo de
sistemas de refuerzo visual: diapositivas o vídeos.
Los congresos y simposios, por su parte, son reuniones, por lo general de carácter
periódico, en las que los miembros de una comunidad científica presentan y discuten los
últimos avances en la investigación de un área. Por norma general, estas reuniones se
celebran en universidades y otras instituciones relacionadas con el estudio y la docencia,
con fines asociativos, divulgativos y de investigación. Estos encuentros entre
investigadores pueden ser de ámbito nacional o internacional.
En última instancia, las actas son volúmenes en las que se recogen redactadas todas
las ponencias (o una selección), las conferencias plenarias y las comunicaciones
presentadas en congresos, simposios, seminarios, foros, etc. Las características de los
artículos publicados en actas son muy similares, en formato, a las de los artículos de
investigación. En ellos se dan a conocer por primera vez los resultados y los avances de
investigaciones en curso. Sirven, en muchos casos, para plantear ideas que luego se
afianzan en investigaciones de mayor alcance.

2.2.4. Trabajos de fin de título

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El sistema universitario europeo actual requiere la elaboración de un Trabajo de Fin
de Título (conocido habitualmente por sus siglas, TFT) en todas las etapas de formación:
grado, máster y doctorado. Por razones obvias, las exigencias y objetivos de estos trabajos
varían en tiempo y forma, pero coinciden en dos patrimonios comunes:

• Precisan ser planificados, estructurados, redactados y revisados según las normas


de la escritura científica y académica.

• Deben contar con el asesoramiento, siempre y en todo caso en régimen de tutoría


académica, de uno o varios profesores con formación y experiencia en el objeto de
estudio.

Antes de finalizar la primera etapa de los estudios universitarios, es preciso completar


el Trabajo de Fin de Grado (TFG). Este tiene como objetivo que el estudiante
universitario desarrolle las competencias y los conocimientos adquiridos para culminar
sus estudios. Debe tener un marcado carácter profesional, puesto que el TFG prepara para
el desempeño futuro de la profesión. En el ámbito educativo, Caro, Valverde y González
(2015) dan cumplida cuenta de todas las fases del proceso: planificación, investigación,
redacción y exposición del TFG.
Los Trabajos de Fin de Máster (TFM) son el resultado de un trabajo de evaluación
continua del proceso de aprendizaje en un programa de posgrado. En analogía con el TFT,
está pensado para evidenciar las competencias adquiridas a lo largo de todo un programa
formativo y demostrar el aprendizaje. Es una prueba de madurez y de profesionalidad del
estudiante, que se defiende en público. En algunos programas de estudios, supone el
primer paso en la elaboración de una tesis doctoral, ya que los TFM pueden adoptar la
forma de estudios piloto o de diseño de la investigación que se planea realizar con
posterioridad.
Según el Diccionario de la lengua española, una de las acepciones de tesis es “una
disertación escrita que presenta a la universidad el aspirante al título de doctor en una
facultad” (RAE, s.f.). Es importante subrayar que la tesis doctoral ha de ser original y
tener un rigor científico. Este trabajo es el resultado de un proceso de aprendizaje y
supone la profundización del estudiante de posgrado en la investigación de algún área de
conocimiento. Desde un punto de vista metodológico, suele ser más precisa y detallada
que otros trabajos científicos y ofrece una recopilación exhaustiva de la mayoría de las
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dimensiones de estudio del tema tratado. Su extensión suele ser amplia, con un formato
similar al de una monografía o libro. En los últimos años, el formato tradicional de tesis
doctoral convive con las tesis por compendio de publicaciones, que incluye un mínimo
de tres artículos científicos del autor o autora publicados en revistas con alto índice de
impacto, junto a una introducción y unas conclusiones.
Aunque cada vez es más habitual publicar las tesis doctorales (en su totalidad o en
versión resumida, como libro), tradicionalmente han formado parte de la literatura gris,
es decir, documentos que se distribuyen por cauces no convencionales y que no disponen
de ISSN (siglas correspondientes a International Standard Serial Number, cifra que se
asigna a las publicaciones periódicas, como las revistas), ni ISBN (International Standard
Book Number, identificador para los libros). Por norma general, se depositan en las
bibliotecas de las universidades en las que se han defendido y están accesibles en formato
electrónico en sus repositorios institucionales.

2.3. LAS INSTANCIAS NORMATIVAS

El ámbito de la escritura académica, entendida como práctica social, está regulada por
normas. Además, ya se ha expuesto que la actividad académica está bastante reglada no
solo en lo que respecta a la variedad de tipos de textos (artículo, monografía, etc.), sino
también en lo que se refiere a la forma de presentación. En este último punto cabe reseñar
aspectos de índole lingüística y modos precisos de referir a otras fuentes en el texto
propio.
En el entorno académico hay instituciones de distinta naturaleza que se consideran
fuentes de normatividad, es decir, entidades de prestigio que arbitran las fórmulas de
presentación de las investigaciones. En principio, por un lado, podemos distinguir las
instancias lingüísticas, esto es, instituciones de carácter lingüístico y que, por tanto,
presentan un ámbito de acción general. Por otro lado, están las instancias científicas o, lo
que es lo mismo, instituciones académicas con frecuencia especializadas en cada rama
del saber y, en consecuencia, de alcance restringido.

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2.3.1. Instancias lingüísticas

Son muchas las instituciones académicas entregadas al análisis de diversos aspectos


lingüísticos con el fin de recopilar datos para, con posterioridad, realizar distintas
consideraciones. En cuanto a los dictámenes generados por estas instancias, es necesario
distinguir entre dos conceptos:

• Correcto – incorrecto: es prescripción normativa y, por ello, de obligado


cumplimiento en ámbitos académicos. Por ejemplo, el uso de las tildes en español;
en caso de omisión en un texto académico, se estaría incurriendo en una falta de
ortografía.

• Adecuado – inadecuado: afecta a cuestiones estilísticas centradas en


recomendaciones. Aquí, podemos hablar del lenguaje inclusivo como adecuado
en el ámbito académico frente a otras fórmulas tradicionales que hoy día son
consideradas como estigmatizadoras (ver epígrafe 3.2.3., sobre el lenguaje
políticamente correcto).

2.3.1.1. Real Academia Española

La Real Academia de la Lengua (RAE) fue fundada en 1713. Es una institución “que
tiene como misión principal velar por que los cambios que experimente la lengua española
en su constante adaptación a las necesidades de sus hablantes no quiebren la esencial
unidad que mantiene en todo el ámbito hispánico” (RAE, s.f.). Entre sus muchos
documentos, son obras de referencia las siguientes:

• Diccionario de la lengua española (2014): conocido como el DLE, ofrece una


versión en línea gratuita. En el ámbito hispánico, es la principal fuente de consulta
tanto de aspectos léxico-semánticos como ortográficos de las palabras.

• Ortografía de la lengua española (2010): se publicó con el objetivo de


proporcionar una descripción exhaustiva de las normas vigentes en materia
ortográfica. Así, en ella se compilan cuestiones prescriptivas sobre el uso de las

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letras, acentuación, signos de puntuación, signos auxiliares (como los paréntesis
o los corchetes), etc.

• Diccionario panhispánico de dudas (2005): por lo general, recibe el nombre de


DPD. En él, a través de un sistema de organización alfabética, se da respuesta de
forma argumentada a las dudas más habituales sobre el uso del español. Esta obra
es de consulta libre en la página web de la Real Academia Española.
Nota: conviene realizar una precisión al respecto de la vigencia de los
contenidos del DPD, puesto que algunos aspectos no están actualizados
conforme a lo expuesto, sobre todo, en la Ortografía de la lengua española,
que se publicó 5 años después. Valga como ejemplo el caso de guion: el DPD
admite la consideración de la lexía como monosílaba o como bisílaba. En este
último caso, por tanto, puede llevar tilde. Sin embargo, en la Ortografía solo
se admite la versión monosilábica, motivo por el cual se penaliza el empleo de
la tilde.

2.3.1.2. La Fundación del Español Urgente

Conocida como la Fundéu BBVA, esta institución está vinculada a la agencia de prensa
EFE y se ha implantado en el ámbito hispánico como una fuente inestimable de consulta.
En un principio, su objetivo se centra en el asesoramiento para el buen uso del idioma en
los medios de información. No obstante, cualquier persona interesada en cuestiones de
redacción en lengua española debería estar familiarizada con sus aportaciones. El auge de
la Fundéu responde a varias fortalezas: en primer lugar, ofrece los contenidos de forma
abierta a través de su página web; en segundo lugar, las entradas son relativamente cortas
y muy clarificadoras; y, en tercer lugar, recibe asesoramiento de la RAE, por lo que hay
garantías del carácter normativo de sus recomendaciones.
La organización de materiales se estructura como un diccionario de consulta. Así, por
ejemplo, si introducimos en la página la búsqueda del término ONG, esta arroja el aspecto
controvertido de la pluralización de las siglas en la entrada “Plural de las siglas: las ONG,
no las ONG’s” (Fundéu, 19 de julio de 2017). Esto refiere a la norma de la Ortografía de
la lengua española (RAE, 2010) que no permite en el ámbito escrito la adición de -s como
marca de plural. En consecuencia, el empleo de *ONGs u *ONG’s es incorrecto (al igual

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que *TICs o *TIC’s), ya que la marca de plural vendría dada por el determinante: las
ONG (las TIC). Sin embargo, la Fundéu recoge lo siguiente en lo que respecta a la
oralidad:

En la lengua hablada, en cambio, las siglas sí forman el plural según las reglas
generales, es decir, con la adición del sonido de una ese, aunque en su forma escrita
esta letra se omita. Así, aunque se escriba las ONG o los PC, lo adecuado es leer /las
oenegés/y /los pecés/. (Fundéu, 19 de julio de 2017).

Conviene, asimismo, estar al tanto de todas las novedades que se publican en la página
web de la Fundéu, puesto que, además de las consideraciones de índole lingüística, se
recogen abundantes recursos actualizados sobre la lengua española: glosarios
especializados (por ejemplo, sobre la crisis o sobre el mundo de la moda), guías
descargables en formato electrónico, compilaciones de consejos para la redacción y
revisión de textos especializados, etc.

2.3.2. Instancias científicas: la APA

En el ámbito de las ciencias sociales, al que se circunscriben disciplinas tan variadas


como la pedagogía, la sociología o la psicología, existe una fuente de normatividad de
amplia aceptación, la Asociación Americana de Psicología.
APA es el acrónimo de American Psychological Association, fundada en 1892 en la
Universidad de Clark (Worcester, Massachusetts). En términos generales, el uso del
acrónimo APA es moneda de uso común en todas las comunidades académicas. No
obstante, si hay que nombrar a esta institución por su nombre en español, Asociación
Americana de Psicología y Asociación Estadounidense de Psicología son las formas
aceptadas en el discurso científico. Conviene no confundirla con la Asociación
Estadounidense de Psiquiatría (American Psychiatric Association), con la que la APA
comparte siglas.
La APA ha elaborado desde 1929 el manual de estilo más utilizado en la redacción
científica en el campo de las ciencias sociales y conductuales. Estos Manuales de
publicaciones (Publication Manuals of the American Psychological Association)

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incluyen directrices orientadas a establecer una configuración estándar para la redacción
y presentación de trabajos académicos. Entonces, las normas de la APA ofrecen un
formato general de trabajo para normalizar el orden y la estructura del contenido de los
manuscritos. Además, fijan las normas de redacción para una expresión clara, concisa e
imparcial, especialmente en lo que respecta a las referencias de las fuentes utilizadas:
citas y referencias bibliográficas. En la fecha de redacción de esta Unidad de Aprendizaje,
está vigente la séptima edición, de 2019.
Las normas de la APA se usan en todo el mundo, de ahí que la expresión “estilo APA”
(APA style) se haya convertido en habitual para la comunidad científica. El estilo APA
busca homogeneizar la estructura de presentación de las discusiones científicas con los
siguientes objetivos generales:

• Facilitar la comprensión del conocimiento científico en las ciencias sociales y


conductuales.
• Promover la claridad de la comunicación entre los diversos miembros de las
instituciones académicas.
• Expresar las ideas con la mayor precisión posible.

En consecuencia, la producción de textos escritos acorde con estas directrices sirve


para el trasvase de conocimiento, para la integración de los nuevos miembros académicos
en las respectivas comunidades discursivas y, en definitiva, para dotar de uniformidad y
homogeneidad de formato a los textos de la ciencia. Esto, sin duda alguna, constituye una
gran ventaja para la comunidad científica y, por qué no decirlo, también para editoriales
y editores.

2.4. ASPECTOS LINGÜÍSTICOS

Los trabajos académicos y científicos tienen determinadas condiciones que se


materializan en estructuras lingüísticas específicas. Por ello, el objetivo de este apartado
es aportar una serie de aspectos que se deben considerar a la hora de la redacción de los
textos de estos ámbitos.

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2.4.1. Organización

Un texto es una red de elementos lingüísticos dotados de significado y con una


estructura que promueve determinada información. Desde el punto de vista del contenido,
los textos se organizan en ideas principales (los temas) y en ideas secundarias (los
subtemas). Estos últimos tienen por función desarrollar, matizar y explicar las ideas
principales. Si analizamos la estructura concreta de los textos académicos y científicos,
se observan los siguientes elementos: enunciados, párrafos y epígrafes.

2.4.1.1.Enunciado

Un enunciado es un conjunto de palabras que constituye un sentido completo. Por


regla general, los puntos y seguido son los elementos que separan unos enunciados de
otros. Hay que hacer notar que en la teoría lingüística se tiende a distinguir oración,
unidad de carácter gramatical que indica que el conjunto de palabras tiene un verbo
conjugado (Yo soy guapo), frente a enunciado, unidad de naturaleza comunicativa que no
precisa de verbo conjugado. Veamos el ejemplo siguiente: Buenos días. Soy el profesor
de la asignatura. Si bien tenemos una sola oración (Soy el profesor de la asignatura, pues
presenta el verbo en forma personal soy), contamos con dos enunciados (Buenos días,
señal de saludo; y Soy el profesor de la asignatura, que aporta información sobre la
condición del emisor).
En el ámbito académico en el que nos centramos, el tamaño ideal para un enunciado
oscila entre 12 y 40 palabras, siempre con un estilo fluido, puesto que lo relevante aquí
es la aportación informativa, el contenido. Subordinado a este fin, entonces, el estilo no
ha de convertirse en un problema de ininteligibilidad.
Desde el punto de vista ortotipográfico, la APA (2019, sección 2.19) permite el empleo
de las siguientes fuentes:
• Calibri, Arial o Georgia a 11 puntos;
• Lucida Sans Unicode o Computer Modern a 10 puntos;
• Times New Roman a 12 puntos.

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2.4.1.2.Párrafo

Un párrafo es un conjunto de enunciados que desarrollan una idea. Los párrafos se


dividen entre sí por puntos y aparte. La extensión de los párrafos ha de ser de
aproximadamente de entre 4 y 20 líneas, en función de la complejidad del pensamiento
expuesto.
En lo que a coherencia de los párrafos se refiere, hemos de advertir que, por un lado,
el párrafo en sí ha de ser inteligible sin necesidad de apelar al anterior o al siguiente; esto
se denomina coherencia intra. Asimismo, el párrafo ha de tener, por otro lado, coherencia
inter o, lo que es lo mismo, “se debe articular lógicamente con los párrafos que le
preceden y le siguen para transmitir un conjunto comunicativo con sentido” (León, 2011,
p. 28). La sucesión de ideas que van conformando nuestro discurso debe ser progresiva,
es decir, deben apoyarse unas en otras, han de darse paso de modo que no se produzcan
saltos bruscos que atenten a la comprensión del destinatario. Es justo en este ámbito donde
adquieren importancia los conectores o marcadores textuales, esto es, “las piezas que
unen las diversas partes del texto hasta conformarlo como un armazón compacto con un
significado global” (García-Domínguez y Marrero-Pulido, 2014, p. 103). El anexo 2.1
muestra un amplio repertorio de marcadores textuales organizados según su función.

Prat-Ferrer y Peña-Delgado (2015) ponen el acento en los siguientes aspectos que se


deben considerar a la hora de redactar un párrafo:

• Párrafos de una sola oración: se hacen difíciles de leer. Las ideas se pierden.
Intenta ver si la oración se puede dividir.
• Párrafos sin estructura interna: las ideas están desordenadas. Hay que buscar un
orden.
• Párrafos demasiado largos: constan de varios subtemas presentados sin descanso.
A lo mejor los subtemas se pueden presentar en dos o tres párrafos.
• Desequilibrios entre párrafos: mezcla de párrafos muy largos y muy cortos. Sería
conveniente revisar la organización.
• Falta de orden o de cohesión externa: los párrafos parecen colocados al azar. Hay
que buscar un hilo conductor.

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• Falta de marcadores del texto: los párrafos están bien ordenados, pero esto no le
queda claro al lector por falta de nexos o de expresiones que marquen la dirección
que va tomando el discurso. (p. 123)

2.4.1.3.Epígrafe

La información en cualquier texto coherente presenta una organización jerárquica,


puesto que las ideas rectoras son las destacables. En escritos académicos y científicos esta
estructura se apoya en el empleo de epígrafes (o encabezados) y subepígrafes (o
subencabezados). Unos títulos concisos y suficientemente explicativos permiten al lector
anticipar el planteamiento del autor y conocer de antemano la estructura de lo que va a
leer.
La propuesta de la APA es muy estricta tanto en la pertinencia de la redacción como
en la forma de presentación de las distintas secciones. Al respecto, se pueden resumir las
siguientes consideraciones:

• Existen cinco formatos de encabezado, de acuerdo con los distintos niveles de


subordinación (ver tabla 2.1).
• La introducción a un texto no lleva encabezado que lo designe como tal, puesto
que se da por hecho que la primera parte del manuscrito es su preámbulo.
• Debe haber al menos dos subepígrafes por epígrafes; en caso contrario es
preferible omitirlos.

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Tabla 2.1
Niveles de encabezado

NIVEL DE FORMATO
ENCABEZADO

NIVEL 1 Mayúscula inicial, centrado y negrita


El texto se inicia en un nuevo párrafo

NIVEL 2 Mayúscula inicial, alineado a la izquierda y negrita


El texto se inicia en un nuevo párrafo

NIVEL 3 Alineado a la izquierda, en negrita, en cursiva con mayúsculas


inicial
El texto se inicia en un nuevo párrafo

NIVEL 4 Con sangría alineado a la izquierda en cursiva y en negrita, con


mayúsculas inicial y punto final. El texto se inicia en la misma línea y continúa
como un párrafo normal.

NIVEL 5 Con sangría alineado a la izquierda en cursiva y en negrita, con


mayúsculas inicial y punto final. El texto se inicia en la misma línea y continúa
como un párrafo normal.

Nota: Adaptado de APA, 2019, sección 2.27.

Obsérvese que en el presente documento no se han seguido las explicaciones expuestas


en lo que respecta a los niveles de encabezado, puesto que la editorial en la que se publican
estos materiales tiene sus propias normas de edición.

Conviene aclarar aquí que las normas APA no contemplan la existencia de ningún
índice o tabla de contenidos. No obstante, en el ámbito académico, es moneda común la
obligatoriedad de presentar no solo una tabla de contenidos debidamente paginada, sino
también un índice paginado de tablas, por un lado, y figuras, por el otro.

2.4.2. La redacción

En este punto, nos centramos en consideraciones generales de carácter lingüístico que


no solo se circunscriben al lenguaje científico propio de la Psicología o de las Ciencias

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de la educación, sino también a todas las restantes disciplinas. Son muchas las
prescripciones que se pueden anotar aquí; no obstante, por la característica introductoria
de esta unidad y por su extensión, incidiremos únicamente en algunos elementos
nucleares.

2.4.2.1. La coherencia y la cohesión

Los conceptos de coherencia y cohesión son dos pilares básicos de todo texto bien
construido, ya que son requisitos básicos que debe cumplir toda producción textual para
que pueda ser considerada como un texto.

En primer lugar, la coherencia es la relación lógica que contraen los enunciados entre
sí para construir una unidad de sentido. Es decir, la información de los distintos
enunciados han de tener un vínculo entre sí y con el contexto (Beaugrande y Dressler,
1972/1997, p. 37). Así pues, es frecuente encontrar en los exámenes vaivenes
informativos, esto es, secuencias de contenido que no tienen una progresión de contenidos
lógica, sino que, a golpe de recuerdo, hacen transitar al lector por estructuras de contenido
sinuosas.

En segundo lugar, la cohesión es la manifestación de la correcta estructuración del


texto según las reglas de la lengua. En definitiva, es la conexión de los distintos elementos
lingüísticos en la superficie textual (Beaugrande y Dressler, 1972/1997, p. 35). Aquí
entendemos por mecanismos de cohesión tanto la ortografía como elementos de carácter
sintáctico y léxico. Por tanto, la concordancia entre los distintos elementos presentes en
la secuencia lingüística o aspectos como la sinonimia, etc., pertenecen al ámbito de la
cohesión.

Obsérvese que, en función del canal, el criterio de cohesión puede verse atenuado. En
el ámbito de la mensajería instantánea (tal como WhatsApp) la cohesión textual puede
verse sensiblemente alterada (por ejemplo, no empleando las tildes, ni utilizando todas
las letras). En este caso, el mecanismo de coherencia es el que debe salvaguardar la
viabilidad del texto, dado que es el que permitirá dar un sentido y, si fuera necesario,
restituir los elementos faltantes.

Ej.: no se q te pasa. Q qieres q te diga? Ire a verte mñn

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[No sé qué te pasa. ¿Qué quieres que te diga? Iré a verte mañana]

Con todo, el lenguaje académico no admite este tipo de lesiones en la estructura


cohesiva del texto, puesto que se caracteriza por el rasgo de la formalidad. Por este
motivo, es extremadamente inadecuado emplear cualquier tipo de elemento propio de un
canal de mensajería instantánea en una comunicación académica. Habida cuenta de ello,
ni los truncamientos de palabras, los emoticonos o las interjecciones (Jajajaaja para
expresar carcajada) son apropiadas en, por ejemplo, una comunicación a través de un
correo electrónico con un miembro de la comunidad educativa.

2.4.2.2.Economía lingüística

El texto académico debe recoger tan solo aquello que debe ser dicho. Una estrategia
para comprobar la concisión de nuestro estilo expositivo consiste en realizar las siguientes
preguntas:

• ¿Puedo decir lo mismo con menos palabras?


• Si quito esta palabra, ¿cambia el sentido?
• ¿Es necesario este inciso para que se entienda la idea?
• ¿Añaden algo fundamental estos complementos? (León, 2011, p. 60).

Estos interrogantes tratan de evitar dos errores comunes en la redacción de textos


académicos y científicos: la verborrea y la redundancia. Por un lado, la verborrea o
palabrería consiste en el empleo de expresiones prolijas que podrían reflejarse de forma
concisa. En la Tabla 2.2 se exponen ejemplos frecuentes.

Tabla 2.2
Modelo de estructura prolija y solución concisa
Estructura prolija Estructura concisa
El presente trabajo Este trabajo
En los datos obtenidos se muestra En los datos se muestra
Con estos resultados es posible arrojar luz sobre… Con estos resultados se aclara
En los tiempos actuales Ahora
Con el propósito de que Para, por
Nota: Adaptado de León, 2011, p. 61; APA, 2019, sección 4.5.

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Por otro lado, la redundancia o pleonasmo con intenciones enfáticas es un error
común que, en aras de la consecución de capacidad de comunicación, debe ser evitado.
La Tabla 2.3 aporta ejemplos frecuentes de este fenómeno.

Tabla 2.3
Modelo de estructura redundante y su solución
Estructura redundante Estructura concisa
Los dos fueron iguales Fueron iguales
Un total de 68 participantes 68 participantes
Cuatro diferentes grupos Cuatro grupos
Igualmente de la misma manera Igualmente
Es absolutamente esencial Es esencial
Vamos a resumir brevemente Vamos a resumir
Tras unos breves instantes procedieron a responder A continuación respondieron
El material fue exactamente igual El material fue igual
La razón es debido a que La razón es que
Nota: Adaptado León, 2011, p. 62.; APA, 2019, sección 4.5.

2.4.2.3.Precisión y claridad

La comunicación académica requiere de altos índices de precisión y claridad, puesto


que el objetivo último del texto no es otro que la transmisión de unos contenidos muy
específicos. Por este motivo, la forma de escritura no debe ser un problema en este
proceso de comunicación.
En las siguientes tablas se expondrá una serie de fenómenos que se detectan con
frecuencia en textos científicos. En primera instancia, podremos observar casos de
ambigüedad (Tabla 2.4):

Tabla 2.4
Modelo de expresiones ambiguas y su solución
Ambigua Explicación Concisa
Pretendemos llevar a La intención se da por supuesta. Hay que Realizaremos una
cabo una investigación… informar de lo que se hará. investigación…
Veremos la repercusión “Veremos” es coloquial, “repercusión” es Registraremos los cambios en
en los pacientes… demasiado global. las conductas de los
pacientes…
Observaremos las Tanto si las relaciones son nulas como si no Registraremos las relaciones
posibles relaciones… lo son se registrarán. entre las variables.
Detectaremos el alcance “Detectar” es impreciso, “alcance” es Registraremos las
de las medidas ambiguo. modificaciones producidas en
propuestas… la conducta debidas a la
intervención…

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Observaríamos a los “Observaríamos” es condicional, nosotros Observaremos a los niños en
niños en su clase lo haremos, salvo que muramos, en cuyo el contexto de su aula…
normal… caso…; “clase normal” es coloquial.
Nos gustaría poder anotar Seguramente es cierto que nos gustaría, Registraremos los cambios en
el impacto del método de pero también nos gustaría que nos tocara la el rendimiento debidos al
enseñanza… lotería…; “anotar” es coloquial, “impacto” método de enseñanza…
es demasiado global.
Nota: Extraído de León, 2011, p. 61.

En segunda instancia, están las expresiones antropomorfas, esto es, la incorrecta


atribución de intención o acción a objetos inanimados o animales (ver Tabla 2.5).

Tabla 2.5
Modelo de expresiones antropomorfas y su solución
Ambigua Explicación Concisa
…el experimento demuestra Quien demuestra es el …a través del experimento
que… investigador. demostramos que…
La tabla 3 indica que… La tabla no realiza ninguna En la tabla 3 se indica que los
acción por sí misma. participantes…
La revisión de la literatura pone Somos nosotros quienes De la revisión de la literatura
de manifiesto que… ponemos de manifiesto. hemos extraído que…
Nota: Extraído de León, 2011, p. 63.

2.4.2.4.Uso de los verbos

En lo que concierne a la persona verbal, es común en español el plural de modestia, es


decir, el empleo de la 1.ª persona del plural (nosotros consideramos) para referirse a uno
mismo “por si este último pudiera indicar presunción, como cuando un autor se refiere a
su propia obra” (RAE, s.f.). La APA considera el plural de modestia como un error, puesto
que puede inducir a confusión si, por ejemplo, hay un solo autor o autora (APA, 2019,
sección 4.16). Por tanto, admite en exclusiva ese plural en caso de que haga referencia a
los coautores del documento. Si, por el contrario, solo hubiera un autor, es preferible usar
la primera persona del singular (Como conductista, considero que…).
En la misma línea, se ha extendido el uso de la 3.ª persona del singular (se consideró)
con carácter impersonalizador. Aunque no se trata de un empleo incorrecto, es
fundamental precisar siempre que pueda dar lugar a ambigüedad, como en la descripción
de procedimientos. Por ejemplo, al indicar los pasos de un experimento, emplear El
experimentador instruyó a los participantes, cuando soy yo la persona que ejecuta esa
acción, pudiera parecer que no participé en mi propio experimento. En aras de la claridad

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y la precisión expositivas, la APA (2019, sección 4.16) prescribe el uso de la flexión
verbal que corresponda: instruí (si soy el único autor), instruimos (si hay más coautores).
Otro punto en el que insiste la APA es en el uso de la voz activa frente a la frecuente
presencia de la voz pasiva (en español, esto es frecuente por la fuerte influencia del
inglés). Así, se considera preferible usar Los participantes recibieron las instrucciones
que Las instrucciones fueron recibidas por los participantes (APA, 2019, sección 4.13).
Centrándonos ahora en el tiempo verbal, la APA aboga por las fórmulas más
desambiguadoras. El pretérito perfecto simple, por ejemplo, ha de emplearse para
expresar acciones que sucedieron en un tiempo específico y pasado. Por ejemplo, Sánchez
(2000) presentó resultados similares, y no Sánchez (2000) presenta resultados similares
(APA, 2019, sección 4.12). En el segundo caso, las conclusiones se formulan como si aún
durara esa presentación; mientras que en el primero la acción se realizó en un tiempo
concreto y manifiestamente pasado (en un documento publicado en el año 2000).

2.4.3. El lenguaje políticamente correcto

En los últimos años, somos testigos de importantes avances que propician la igualdad
de oportunidades y de trato en las sociedades democráticas. Si bien todavía existe una
discriminación importante en muchas esferas de la vida laboral, cultural y política, la
actual presencia, por ejemplo, de las mujeres en los contextos públicos y la conquista de
roles hasta ahora ocupados en exclusividad por hombres han hecho que, desde las diversas
instituciones, se empiecen a replantear los principios que rigen nuestros hábitos
lingüísticos. Son muchos los aspectos que precisan de especial consideración inclusiva:
el género, la orientación sexual, la identidad étnica o la discapacidad son solo algunas de
ellas.
Esto es relevante para el profesorado de Educación Primaria, ya que la tarea docente
requiere rigor en el uso del lenguaje y una especial atención a las cuestiones de diversidad.
La razón es simple y de hondo calado: el profesorado, junto a otros agentes del contexto
social y familiar, es un espejo en el que se mira el alumnado. El docente forma a personas
y tiene que ser consciente de que su lenguaje es un vehículo de comunicación y
concienciación. Conviene no olvidar que el lenguaje transmite unos valores que, en
estrecha relación con el pensamiento, configuran, nombran e interpretan el entorno en el

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que vivimos. Como tal, el lenguaje refleja la sociedad y crea nuevas formas lingüísticas
en función de los usos y deseos de sus hablantes.

2.4.3.1.Sexismo lingüístico

El sexismo lingüístico o el uso de la lengua de un modo sexista utiliza palabras o


estructuras para discriminar a hombres o a mujeres. La discriminación lingüística es más
frecuente en el trato a las mujeres, ya que el lenguaje construye identidades y se ha
convertido desde sus inicios en instrumento de poder. El sistema lingüístico del castellano
ofrece múltiples posibilidades para evitar el sexismo. En contra de la creencia popular
que sostiene que el lenguaje no sexista consiste en desdoblar el género (por ejemplo:
estimados alumnos y estimadas alumnas), la lengua española permite la utilización de
estrategias y recursos que son fieles a la gramática y al principio de economía del
lenguaje. Para darlos a conocer, recientemente se han publicado en España numerosas
guías del lenguaje no sexista de la mano de universidades, comunidades autónomas,
sindicatos, ayuntamientos y demás instituciones.
El Protocolo para el uso del lenguaje no sexista de la ULPGC (aprobado por el
Consejo de Gobierno el 21 de abril de 2016; en adelante Protocolo de la ULPGC) es un
documento oficial sobre el uso del lenguaje normativo y administrativo no sexista. Se
puede descargar de manera gratuita en ACCEDA, el repositorio institucional de nuestra
universidad. Este Protocolo es el resultado de una acción formativa impartida en la
ULPGC en 2014 por el Dr. Almeida-Suárez, profesor de la Universidad de La Laguna
(ULL). La formación tuvo por título Lenguaje no sexista en el ámbito universitario y
supuso una iniciativa pionera en materia de igualdad en las Islas. El documento se aprobó
también en la Universidad de La Laguna, donde, al igual que en la ULPGC, es de
aplicación recomendada.
Tras ofrecer una visión panorámica del ámbito normativo sobre el lenguaje no sexista,
Almeida-Suárez aporta un pormenorizado estudio sobre el sexismo lingüístico titulado El
sexismo en el lenguaje. Orientaciones para una práctica no sexista de la lengua con
abundantes recomendaciones. Este experto aporta numerosos ejemplos reales extraídos
de las páginas web de la ULPGC y de la ULL y otros documentos producidos en el ámbito
universitario como mensajes de correo electrónico, cartas, etc.
El Protocolo de la ULPGC ofrece distintas alternativas al uso del masculino genérico
(Almeida-Suárez, 2016, pp. 32-35), entre las que destacamos aquí las siguientes:

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• Desdoblamiento del género (especificación entre masculino y femenino de los
referentes a los que se alude). Por ejemplo, en lugar de utilizar los profesores, optar
por los profesores y las profesoras.

• Empleo de sustantivos genéricos y colectivos o de formas metonímicas. Consiste


en nombrar a la institución en vez del cargo (por ejemplo, el alumnado en lugar de
los alumnos, el personal laboral en lugar de los trabajadores).

• Reemplazo del masculino por formas lingüísticas específicas, como construcciones


con el pronombre se, formas no personales, etc. En este caso, Almeida-Suárez
(2016, p. 37) propone el siguiente ejemplo: ante una frase como “Si un/algún
alumno tiene que salir antes de terminar la clase, debe avisar”, se plantean dos
alternativas no sexistas: “Si se tiene que salir antes de terminar la clase, se debe
avisar”, “Si alguien tiene que salir antes de terminar la clase, que avise”.

En términos generales, podríamos afirmar que la convención más aceptada con


respecto al masculino genérico es emplear términos colectivos, abstractos o vocablos no
marcados, perífrasis o metonimias. En este sentido, también se puede omitir la referencia
directa o bien utilizar infinitivos o pronombres.
Además del masculino genérico, el Protocolo de la ULPGC cubre un amplio espectro
de aspectos que atañen al lenguaje no sexista: uso de sustantivos específicos,
construcciones superlativas, pronombres, reglas de concordancia, feminización de los
nombres profesionales, fórmulas de trato, duales aparentes, vacíos léxicos, etc. Las
recomendaciones contempladas son de carácter puramente lingüístico y de amplia
influencia social, son de fácil aplicación y pueden contribuir a generar un clima igualitario
entre nuestro alumnado. Puesto que no es objeto de esta unidad de aprendizaje
profundizar in extenso en el resto de cuestiones relacionadas con el lenguaje no sexista,
se recomienda la lectura del Protocolo de la ULPGC al completo.
En definitiva, esta es una herramienta de gran utilidad que pone en valor que
demuestra que utilizar un lenguaje igualitario y no excluyente permite visibilizar a las
mujeres, rompe los con estereotipos y con los prejuicios sexistas. Supone un
posicionamiento institucional firme y un compromiso sólido de nuestra universidad en

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aras del progreso y de la consecución de los objetivos de la igualdad plena en nuestra
sociedad.

2.4.3.2.Orientación sexual

El concepto de orientación sexual refiere a un patrón permanente de atracción, conducta,


emoción, identidad y contactos sociales (APA, 2019, sección 5.8). Por este motivo, se debe
emplear la expresión orientación sexual frente a preferencia sexual, habida cuenta de que todas
las investigaciones al respecto asumen que la orientación no es asunto de libre elección.
La APA (2019, sección 5.8) recomienda el uso de lesbiana, varón gay, hombres bisexuales y
mujeres bisexuales (o individuos bisexuales, cuando no se haga distinción en lo referente al
género) en sustitución de homosexual. No obstante, si bien el rendimiento de estas lexías en inglés
pudiera ofrecer esta caracterización, el término gay en español se ha especializado como hombre
homosexual, quedando lesbiana para referir a mujer homosexual (RAE, s.f.). Así pues, al menos
en español, el término varón gay es redundante, esto es, en el término gay ya viene comprendida
la consideración de hombre.
En cualquier caso, la APA (2019, sección 5.2) promueve que se consulte a las personas
implicadas en los estudios cuál es su “etiqueta” para la definición y la emplee (siempre y
cuando no perpetúe nomenclaturas de uso peyorativo). Esto mismo ocurrirá con las
autodefiniciones sobre la identidad étnica y racial.

2.4.3.3.Identidad étnica y racial

Los dos principios básicos que promueve la APA (2019, secciones 5.1 y 5.2) son los
de especificidad y sensibilidad. Esto es, se ha de emplear terminología lo
suficientemente restrictiva como para delimitar de manera adecuada el grupo humano al
que nos referimos y, a su vez, tener presente que en muchos casos los términos ponen de
relieve aspectos de carácter peyorativo. Así, por ejemplo, el uso de los gitanos se
considera inadecuado, pues señala a los miembros de ese grupo humano de forma
monolítica y, en muchas ocasiones, favorece la perpetuación de los estereotipos. En su
lugar, hablar de sujetos o participantes de etnia gitana está extendido.

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2.4.3.4.Discapacidad

Desde el punto de vista terminológico, en lo que refiere a la denominación de personas


con discapacidad, ha habido una importante evolución. Incapacitado, retrasado, inválido
o minusválido son términos considerados hoy día como inadecuados por razones obvias.
La APA (2019, sección 5.4) señala la impertinencia de nombrar a las personas por su
condición (esto es, discapacitado, autista, etc.), a favor de la fórmula personas con
discapacidad o personas con autismo.
En los últimos tiempos se ha extendido la expresión diversidad funcional, que nace en
el ámbito académico y ha sido fuertemente contestado por los colectivos implicados, esto
es, de personas con discapacidad. En esencia, el concepto de diversidad funcional gira en
torno a una idea básica: “las personas no tienen deficiencia, sino diversidad, de lo cual se
deduce que lo que sufren no es discapacidad, sino marginación e injusticia debido a su
diversidad” (Canimas-Brugué, 2014, p. 82). Por su parte, la Organización Mundial de la
Salud (OMS) define discapacidad como “un término general que abarca las deficiencias,
las limitaciones de la actividad y las restricciones de la participación”; por tanto, “la
discapacidad es un fenómeno complejo que refleja una interacción entre las
características del organismo humano y las características de la sociedad en la que vive”
(OMS, s.f.).
La controversia sobre la adecuada utilización de ambos términos ha dado mucho de
sí. Aquí se recoge la consideración del Comité Español de Representantes de Personas
con Discapacidad (CERMI) sobre las normas de estilo aplicables a la discapacidad, la
cual, siguiendo la Convención sobre los derechos de las personas con discapacidad
(BOE, 2006), prescribe que en todos sus documentos se emplee personas con
discapacidad para referirse a este sector de la ciudadanía y discapacidad para aludir a su
realidad personal y social (CERMI, 2011, p. 4). A esta última línea parecen sumarse
distintas organizaciones vinculadas de una forma u otra al ámbito de la discapacidad en
España (por ejemplo, Plena inclusión España, Aprompsi, Adepsi, etc.) y también quienes
suscribimos este manual.

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2.4.4. La inserción de elementos: tablas y figuras

Hoy día, el empleo de métodos de visualización de datos es algo cotidiano en el ámbito


académico, ya que facilitan la comprensión de gran cantidad de información. La APA
(2019, secciones 7.8 a 7.21) contempla dos tipos específicos: las tablas y las figuras. Por
un lado, las tablas permiten mostrar valores numéricos o información textual siguiendo
un sistema de organización en filas y columnas. Por otro lado, la APA denomina figuras
a una amplia tipología: un esquema, una gráfica, una fotografía, un dibujo o cualquier
otra ilustración o representación no textual.
Aquí se ofrece información de carácter general sobre la presentación de tablas y
figuras, sin aludir a la amplia casuística que puede darse en distintas modalidades de
estudios.

• Tanto las tablas como las figuras han de enumerarse con cifras arábigas en el
orden en el que aparecen en el texto: Tabla 1, Figura 1, etc.
• En lo que respecta a los componentes de las tablas y las figuras tenemos los
siguientes:
o Identificación. Número de la tabla o figura por encima.
o Título. En el renglón de abajo, su título debe ir en letra cursiva (ver cualquier
tabla de las presentadas en esta unidad de aprendizaje o la Figura 2.1).
o Notas. Se escriben al final de la tabla introducidas por el término “Nota:”,
en cursiva. El sistema de notación de las tablas implica mayor complejidad.

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Figura 2.1
Estructura básica de análisis del criterio diagnóstico de la discapacidad intelectual (trastorno de
desarrollo intelectual) leve

Niños en edad escolar y


Área conceptual adultos: dificultades de
aprendizaje

Nivel leve de
Inmadurez en las relaciones
discapacidad Área social
sociales
intelectual

Suelen requerir apoyos en


Área práctica tareas complejas de la vida
diaria

Nota: Adaptado del DSM-5 (Asociación Americana de Psiquiatría, 2014, p. 19).

En lo que respecta al Cualquier trabajo que siga las normas APA deberá contener un índice de
tablas y otro de figuras debidamente paginado justo después del índice habitual.

2.5. LA CITACIÓN DE FUENTES

Según el estilo APA, todas las fuentes empleadas han de describirse en el cuerpo
textual con un sistema de notación corta que permite identificar la fuente original de
manera precisa. Al finalizar el documento, se debe consignar un listado de referencias
bibliográficas, donde se aporta la información bibliográfica completa de todas las fuentes
referenciadas en el cuerpo textual. En este punto, es importante poner énfasis en única y
exclusivamente se deben incluir aquellas que referencias que se han anotado en el cuerpo
textual.

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2.5.1 En el cuerpo textual

Existen dos fórmulas básicas de citación en el cuerpo textual: la cita textual y la


paráfrasis del material.

2.5.1.1 Cita literal

Se entiende por cita literal o textual la incorporación literal del texto de otro
documento en el hilo expositivo. Ahora bien, estas citas, concisas, solo deberán insertarse
cuando sean necesarias para apuntalar la línea argumental y, sobre todo, se debe evitar
construir un trabajo propio como una colección de citas ajenas. En función del número de
palabras citadas, existen dos procedimientos (APA, 2019, secciones 8.25 a 8.34):

• Cita de menos de 40 palabras. Se inserta en el párrafo en el que se está


escribiendo con comillas (“ ”). Tras el signo de cierre de comillas se escribe entre
paréntesis la fuente (ver epígrafe 2.5.1.3). Observemos el siguiente ejemplo:

Dicho con otras palabras: “El desarrollo tecnológico ha sacudido también a la


escritura, como a tantas otras actividades” (Cassany, 1995, p. 42).

• Cita de 40 palabras o más. Se incorpora en un párrafo independiente sin


comillas. Este nuevo renglón deberá tener un margen izquierdo de
aproximadamente la misma posición de la sangría normal de un nuevo párrafo.
Prosiguiendo con el ejemplo anterior:

Aunque es importante su uso, no deja de implicar cierta dificultad acudir al


torbellino de ideas como herramienta previa a la escritura:

La práctica y el hábito ayudan a familiarizarse con la técnica […]. En la escuela


se nos enseña a hacer borradores, esquemas o listas de ideas antes de elaborar
un escrito, de manera que puede resultar difícil para algunos aprendices.
(Cassany, 1995, p. 63) [Tras el paréntesis nunca va punto y aparte]

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Nota: obsérvense dos cuestiones en el ejemplo propuesto. En primer lugar, se
emplean los corchetes con los puntos suspensivos con el fin de indicar que se ha
omitido información que aparece en el texto seleccionado; no obstante, no han de
usarse al comienzo o al final de la cita. En segundo lugar, tras el signo de punto
final de la cita aparece entre paréntesis la referencia bibliográfica pertinente (ver
epígrafe 2.5.1.3); y esta nueva información finaliza sin signo de punto y aparte.

2.5.1.2. Paráfrasis textual

La paráfrasis textual o citas de resumen son un recurso óptimo para presentar


información significativa que no requiere la exactitud de la cita literal. Se trata, entonces,
de reformular lo dicho por otros con nuestras propias palabras. En todo caso, siempre
habrá de consignarse la fuente original de manera detallada. Veamos el siguiente texto
con cita literal:

En lo que concierne a los permisos para el empleo de fuentes, la APA es tajante:


“Si usted incluye citas extensas o reimpresiones de tablas o figuras, tal vez necesite
una autorización escrita por parte del titular de las obras protegidas por las leyes de
propiedad intelectual” (2010, p. 173).

Si transformamos este ejemplo en una paráfrasis textual, podemos obtener el fragmento


siguiente:

En lo que concierne a los permisos para el empleo de fuentes, la APA advierte sobre
la necesidad de autorización escrita del titular de las obras con el fin de no lesionar las
leyes de la propiedad intelectual (2010, p. 173).

2.5.1.3. Formas de referenciar en el cuerpo textual

Al finalizar la cita, ya sea literal o parafraseada, se ha de indicar la procedencia de la


fuente original en forma pautada según las normas de la APA. La fórmula general es la

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siguiente: (Apellido, año de publicación, página). En el texto que sigue se puede apreciar
la estrategia de citación en dos vertientes:

A la hora de referenciar los materiales legales la APA (2010, pp. 216-224) prescribe
un modelo aplicable a las instituciones americanas y, por lo tanto, escasamente útil en
el ámbito legal español. Por ello, considero que es preferible acudir a otras fuentes
europeas y, sobre todo, españolas. (Fondevila-Gascón y Olmo-Arriaga, 2013, pp. 229-
233)

En el primer caso, el nombre de la institución (APA, equivalente al apellido del autor o


autora) permanece fuera del paréntesis, mientras que en el segundo se incluye dentro.
Ambas posibilidades son correctas. Su elección depende, en cualquier caso, de la línea
discursiva que se mantenga.
La APA presenta una serie de estilos básicos de citación en el cuerpo textual que, de
forma esquemática, se exponen en la Tabla 2.6.

Tabla 2.6
Estilos básicos de citación en el cuerpo textual
Tipo de cita Primera cita en Formato entre
el texto paréntesis
Un solo autor Castro (2007) (Castro, 2007)
Dos autores Castro y Díaz (Castro y Díaz,
(2008) 2008)
Tres o más Castro et al. (Castro et al., 2009)
autores (2009)
Grupos Organización de (ONU, 2013)
identificados por Naciones Unidas
las siglas como (ONU, 2013)
autores
Grupos (sin Universidad de (Universidad de
siglas) como Stanford (2014) Stanford, 2014)
autores
Nota: Basado en APA, 2019, sección 8.16

Cumplir con los aspectos normativos propios de la redacción de textos científicos es


prioritario, dado que un texto académico que no se atenga a estos principios no será
publicado en ningún medio de difusión científica. Como se puede apreciar, se insiste aquí
en el hecho de que, dada la importancia del estilo APA en Psicología, Educación y
Ciencias sociales, conocer y aplicar sus reglas deviene en fundamental para el alumnado
del Grado en Educación Primaria.

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2.5.2. LAS REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Todo trabajo académico debe incluir una sección final dedicada a las referencias
bibliográficas en la que consten tan solo las fuentes que se citan en el texto. En este
punto hemos de distinguir entre todas las fuentes consultadas y aquellas que aparecen en
el cuerpo textual mencionadas. Solo estas últimas deben aparecer en el apartado de
referencias bibliográficas. Así pues, si debe haber absoluta correspondencia entre las
fuentes empleadas en el cuerpo textual y aquellas que se recogen en el apartado de
referencias bibliográficas.

Se excluyen de la lista de referencias, por lo general, documentos que no puedan ser


recuperables por los lectores (correos electrónicos personales, etc.), los cuales deberán
ser citados únicamente en el cuerpo textual. Tampoco se deben recoger en el apartado de
referencias las menciones de sitios web completos (Google Scholar, por ejemplo),
publicaciones generales (si hablamos del diario El País, y no de un artículo publicado en
este medio) o aplicaciones de uso común (WhatsApp).

Por otra parte, se ha extendido la fórmula de la webgrafía para recoger en el apartado


de referencias bibliográficas todas aquellas fuentes web. La APA no contempla esta
distinción (ni ninguna otra) en lo que respecta a la naturaleza de las fuentes. Todas las
referencias habrán de organizarse siguiendo un estricto orden alfabético en un único
apartado de referencias.

Mediante esta lista de referencias se reconoce el trabajo de otros autores y se les


proporciona a los lectores una herramienta fiable para localizar los recursos usados. Este
apartado ofrece un resumen de las normas del estilo APA recogidas en la séptima edición
de su manual (APA, 2019). Para favorecer la comprensión, cada modelo se ilustra con un
ejemplo de referencia a un trabajo de investigación sobre contextos educativos. Algunos
de ellos están en inglés, ya que es la lengua de comunicación mayoritaria en el ámbito
científico. Para los propósitos de este material docente, se detallan las normas
bibliográficas en torno a las siguientes fuentes: publicaciones periódicas, libros, libros de
consulta y capítulos de libros, actas de congresos y simposios, trabajos de fin de grado y
de máster, tesis doctorales, reseñas, medios audiovisuales, trabajos inéditos, algunos

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materiales de Internet (foros de discusión, páginas web, blogs), materiales legislativos y
patentes.

Es importante hacer constar que el estilo APA se ha desarrollado en un contexto


anglosajón. En consecuencia, solo consigna el primer apellido de cada autor en sus
referencias bibliográficas. Las diversas variantes con las que un autor español puede
firmar una obra (nombres de pilas compuestos, dos apellidos) dificultan la redacción del
apartado de referencias bibliográficas. Por ello, la Biblioteca Universitaria de la ULPGC
recoge las recomendaciones de la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología
(FECYT) sobre cómo referenciar nombres compuestos y apellidos. Hay que fijarse en el
modo en que los autores firman sus trabajos para la elaboración del listado de referencias
bibliográficas, pues en la casuística caben diversas posibilidades:

• Algunos autores con nombres compuestos optan por lo siguiente:


o Incluir el primer nombre completo y la inicial del segundo, para evitar que se
interprete como primer apellido. Ejemplo: Juan J.
o Unir ambos nombres con un guion. Ejemplo: Juan-José.
o Evitar las partículas "de, de las, del" o unirlo todo con un guion. Ejemplo: una
autora de nombre María del Carmen puede optar por firmar como María C. o
María-del-Carmen.

• Con respecto a los apellidos, algunos autores:


o Firman con el primer apellido, especialmente si este es poco frecuente.
Ejemplo: María Olga Escandell.
o Unen los apellidos con un guion, sobre todo si son frecuentes. Ejemplo: Ana
García-Valcárcel.
o Evitan partículas o las unen con un guion. Ejemplo: Luis Olmo Marote o Luis-
del-Olmo-Marote.
o No obstante, en publicaciones en español es habitual que aparezcan los dos
apellidos sin ningún signo auxiliar. Ejemplo: Israel Castro Robaina.

En lo que respecta al orden de referencias, la APA aporta también toda una serie de
prescripciones (2019, secciones 9.7 a 9.37):

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• Orden alfabético por apellido/nombre siguiendo letra por letra.

• En caso de tener varias obras de un mismo autor, se deben ordenar por año de
publicación, colocando primero el más antiguo. Ejemplo:
Fortea, S. (2011)
Fortea, S. (2012)

• Las entradas de un solo autor se sitúan delante de las de autor múltiple, aunque
estén encabezadas por el mismo autor (y con independencia del año de
publicación). Ejemplo:
Fortea, S. (2011)
Fortea, S. y Escandell, M. (2012)

• En el caso de que haya autores múltiples, se proporcionarán los apellidos e


iniciales de hasta 20 autores inclusive. Si se diera el caso de que el documento
tuviera 21 autores o más, se deben incluir los nombres y apellidos de los 19
autores primeros, luego puntos suspensivos y el apellido y nombre del autor
final.

• Las referencias bibliográficas se han de redactar con sangría francesa. Este


es un tipo de sangría distinta a la empleada generalmente, dado que la primera
línea aparece más a la izquierda que el resto del párrafo.

• En el caso de que el documento que estemos trabajando sea una reedición de


un texto original que se publicó años atrás, se tomará como fecha principal la
más reciente. Por ejemplo, tenemos que Bühler escribió Teoría del lenguaje
en 1934, pero nosotros trabajamos con la edición de Julián Marías de 1979.
Entonces, se escribe en la cita en el cuerpo textual “Bühler (1934/1979) indica
que…”.

2.5.2.1. Publicaciones periódicas

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Las publicaciones periódicas pueden ser de varios tipos: artículos publicados de
manera regular como revistas científicas, periódicos y boletines informativos son los
formatos más habituales en la investigación. El estilo APA (2019, sección 10.1) propone
el siguiente modelo de referencia:

Apellido del autor, A. A., Apellido del autor, B. B. y (&) Apellido del autor, C. C.
(año). Título del artículo. Título de la publicación, xx, pp-pp. doi:xx.xxxxxxxxxxxx

Nota: en la citación de autores de textos en inglés se sigue la convención anglosajona,


según la cual el último término de la enumeración también se segmenta con comas
tras el signo &. Por el contrario, si la fuente bibliográfica está redactada en español,
no se pone la coma antes de la conjunción copulativa y.

Con respecto al DOI y la URL, la norma establece lo siguiente (APA, 2019, secciones
9.34 a 9.36):
• Si la publicación a la que estamos haciendo referencia tiene un DOI, hay que incluirlo.
• En caso de no tener un DOI asignado, incluya la URL. Asegúrese de utilizar este
formato: http://www.xxxxxx

URL Y DOI
El acrónimo URL corresponde, en inglés, a Uniform Resource Locator (localizador de
recursos uniforme). Una URL es una secuencia de caracteres que sigue un estándar y
que se usa para nombrar y localizar recursos (sitios y páginas web), documentos e
imágenes en Internet. Todos los contenidos digitales tienen una URL cuando se
publican en la Red. Es frecuente que, en los casos de fuentes electrónicas, no tengamos
número de página.
El acrónimo DOI corresponde, en inglés, a Digital Object Identifier (identificador de
objeto digital). El DOI se usa para dar a las publicaciones científicas un número
específico que permite su localización en la Red. La particularidad del DOI es que no
cambia con el paso del tiempo (como sí ocurre con las URL), ya que esta información
está incorporada en forma de metadatos, y no se pierde si el documento se reubica en
otra dirección.

Asimismo, conviene tener en cuenta la siguiente directriz que atañe al material


complementario: para hacer referencia al material complementario que ofrecen algunas
publicaciones, incluya después del título una descripción del contenido entre corchetes:
[Carta al editor], [Mapa], [Audio en podcast], etc. Siga esta recomendación para cualquier
tipo de información que se salga de lo habitual.

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En la Tabla 2.7 se resumen las consideraciones de formato de la APA en sus variantes
más comunes de publicaciones periódicas.

Tabla 2.7
Principales modelos de citación de publicaciones periódicas

Artículo de publicación periódica con DOI

modelo Apellido del autor, A. A., Apellido del autor, B. B. y/& Apellido del autor, C. C. (año).
Título del artículo. Título de la publicación, xx, página de inicio-página de finalización.
doi:xx.xxxxxxxxxxxx
• Lorenzo, S., Escandell, M. O., & Castro, J. J. (2015). Teachers’ opinions of
ejemplo
student dropout from formal music education centres of the Canary Islands.
Music Education Research, 17, 1-10.
https://doi.org/10.1080/14613808.2015.1095719

Artículo de publicación periódica sin DOI

modelos Con URL:


Apellido del autor, A. A. y/& Apellido del autor, B. B. (año). Título del artículo. Título de
la publicación, xx(x), pp-pp. http://www.xxxxxx
Sin URL:
Apellido del autor, A. A. y/& Apellido del autor, B. B. (año). Título del artículo. Título de
la publicación, xx(x), pp-pp.

ejemplos Con URL:


Marrero, G., Castro, J. J. y Etopa, M. P. (1999). Evolución de los resultados de la calidad
de la enseñanza en la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. Revista electrónica
interuniversitaria de formación del profesorado, 2(1), 1-6.
https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/2796486.pdf
Sin URL:
Castro, J. J. y Etopa, M. P. (2000). Las actitudes de la población de la isla de Gran Canaria
hacia la integración de las personas con Síndrome de Down. Anuario de filosofía,
psicología y sociología, 3, 93-116.

Artículo de revista

modelo Apellido del autor, A. A. y/& Apellido del autor, B. B. (mes, año). Título del artículo. Título
de la publicación, xx(x), pp-pp.

ejemplo Escandell, M. A., Castro, J. J., & Fortea, M. S. (junio, 2015). Assessment of the Efficacy of
a Program to Improve the Social Communication and Behavior of young Children with
ASD. Revista de Investigación en Logopedia, 5(2), 167-185.

Artículo de revista en línea

modelo Apellido del autor, A. A., y/& Apellido del autor, B. B. (mes, año). Título del artículo.
Título de la publicación, xx(x). http://www.xxxxxx

ejemplo Fitchett, P. F., Heafner, T. L., & Van Fossen, P. (junio, 2014). An Analysis of Time
Prioritization for Social Studies in Elementary School Classrooms. Journal of
Curriculum and Instruction, 8(2).
http://www.joci.ecu.edu/index.php/JoCI/article/view/v8n2p7

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Artículo de periódico

modelo Apellido del autor, A. A. (fecha de publicación completa: año, día y mes). Título del
artículo. Título del periódico, pp. xx, xx.

ejemplo Blanco, C. (1999, 22 de junio). Los malos hábitos de lectura contribuyen al fracaso escolar.
El País, pp. 15, 16.

Artículo de periódico en línea

modelo Apellido del autor, A. A. (fecha de publicación completa). Título del artículo. Título del
periódico. Recuperado de http://www.xxxxxx

ejemplo Lucas, B. (2005, 18 de octubre). El fracaso escolar es más alto en las zonas con menor
renta. El País. Recuperado de
http://elpais.com/diario/2005/10/18/madrid/1129634667_850215.html
Nota: Basado en APA (2019)

En caso de que el artículo no tuviera alguna información, tal como el volumen, número
o la página, se omiten estos elementos de la referencia.

2.5.2.2. Libros y capítulos de libros

En esta categoría, el estilo APA incluye todo tipo de libros: enciclopedias, diccionarios
y libros de consulta de una disciplina específica, libros publicados exclusivamente en
formato electrónico, libros de dominio público disponibles en línea y libros
descatalogados que solo pueden encontrarse en repositorios institucionales, entre otros
muchos. Como norma general, se aceptan los modelos de referencias bibliográficas
descritos en la Tabla 2.8.

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Tabla 2.8
Modelos de citación de libros

Libro completo, versión impresa

Modelo Apellido del autor, A. A. (año). Título del trabajo. Editorial.

Ejemplo Betancort-Reula, C. M. (2015). Didáctica de la Educación para la Convivencia. Servicio


de Publicaciones y Difusión Científica.

Reedición de libro

Modelo Apellido del autor, A. A. (año de la última edición). Título del trabajo (nombre del editor o
del traductor). Editorial. (Trabajo original publicado en xxxx).

Ejemplo Beaugrande, R. y Dressler, W. U. (1997). Introducción a la lingüística del texto (Trad. S.


Bonilla). Ariel. (Trabajo original publicado en 1972).

Versión electrónica de libro impreso

Modelos Con DOI:


Apellido del autor, A. A. (año). Título del trabajo. Editorial. doi:xx.xxxxxxxxxxxx
Sin DOI, con URL:
Apellido del autor, A. A. (año). Título del trabajo. Editorial. http://www.xxxxxx

Ejemplos Con DOI:


Muhwezi, D. (2006). The combat for gender equality in education. Rural livelihood
pathways in the context of HIV/AIDS. Academic Publishers.
https://doi.org/10.3920/978-90-8686-586-4
Sin DOI, con URL:
García-Muñoz, Ó. (2012). Lectura fácil: métodos de redacción y evaluación. Real
Patronato de Discapacidad. https://www.plenainclusion.org/sites/default/files/lectura-
facil-metodos.pdf

Libro exclusivamente electrónico

Modelo Apellido del autor, A. A. (año). Título del trabajo. http://www.xxxxxx

Ejemplo Greabes, T. W., Hayes, J., Wilson, L., Gielnak, M., & Peterson, E. L. (2012).
Revolutionizing Education through Technology. The Project RED Roadmap for
Transformation. http://www.one-to-oneinstitute.org/images/books/ISTE_Book.pdf

Capítulo de un libro, versión impresa

Modelo Apellido del autor, A. A. y/& Apellido del autor, B. B. (año). Título del capítulo. En A. A.
Apellido del editor (Ed.), Título del trabajo (pp. xxx-xxx). Editorial.

Ejemplo Fortea, M. S., Santiago, O., Marrero, G. y Canal, R. (2010). Estudios epistemológicos en
tres municipios de la provincia de Las Palmas. En M. Belinchón (Ed.), Investigaciones
sobre autismo en español: problemas y perspectivas (pp. 37-52). Universidad
Autónoma de Madrid. Centro de Psicología Aplicada.
Nota: Basado en APA (2019)

Página 48 de 62
En el caso de que existieran varias referencias de un mismo autor correspondientes al
mismo año de publicación, se especificará en el paréntesis donde se consigna el año una
letra del abecedario correlativa en función del orden alfabético del título de la obra. Por
ejemplo:

Freire, Paulo (1978a). Cartas a Guinea-Bissau: Apuntes para una experiencia


pedagógica en proceso. Siglo XXI.

Freire, Paulo (1978b). Pedagogía del oprimido. Siglo XXI.

Freire, Paulo (1978c). Pedagogía y acción liberadora. Zero.

2.5.2.3. Actas de congresos y simposios

Las actas de congresos y simposios se pueden editar en libros (libros de actas y libros
monográficos con una selección de ponencias) y en publicaciones periódicas (por lo
general, números monográficos). Las presentaciones en forma de póster son cada vez más
habituales. La APA recomienda los modelos generales descritos en la Tabla 2.9 para
colaboraciones en estos foros o para presentaciones y pósteres que no se han publicado
formalmente.

Tabla 2.9
Modelos de citación de simposios y congresos

Colaboración en simposio

Modelo Apellido del autor, A. A. (mes, año). Título de la ponencia. En A. A. Apellido del Presidente
(Presidencia). Título del Congreso / Simposio. Simposio llevado a cabo en la conferencia
de Nombre de la Organización, Lugar.

Ejemplo Pérez, E. (noviembre, 2015). Las redes avanzadas, la educación y la investigación. En B. E.


Vaca (Presidencia). Educación y Tecnología desde una visión Transformadora.
Simposio llevado a cabo en el XVIII Congreso Internacional Edutec, Riobamba,
Ecuador.

Actas publicadas en libros

Página 49 de 62
Modelo Apellido del autor, A. A. y/& Apellido del autor, B. B. (año). Título del trabajo. En A. A.
Apellido del editor & B. B. Apellido del editor (Eds.), Título del libro (pp. xxx-xxx).
Editorial. doi:xx.xxxxxxxxxxxx

Ejemplo Corral-Liria, I., Cid-Expósito, G y Núñez-Álvarez, A. (2012). Vinculación del género en la


profesión de enfermería. En J. C. Suárez-Villegas, I. Liberia Vayá y B. Zurbano-
Berenguer (Eds.), I Congreso Internacional de Comunicación y Género (72-85).
Editorial Mad. https://idus.us.es/handle/11441/34040
Nota: Basado en APA (2019)

2.5.2.4. Trabajos de fin de título

Es cada vez más habitual acceder a tesis doctorales (pero también a TFG y TFM) en
repositorios digitales, como bases de datos por suscripción, repositorios institucionales,
páginas web personales y portales para investigadores (ResearchGate y Academia.edu,
por ejemplo). También, existen bases de datos comerciales, como ProQuest Dissertation
& Theses.

REPOSITORIOS DIGITALES
En el repositorio institucional ACCEDA (http://acceda.ulpgc.es) de la Biblioteca Universitaria
de nuestra universidad se puede acceder a tesis doctorales, TFG y TFM defendidos en la
ULPGC. Otros recursos de interés son los materiales didácticos, las revistas y los textos
presentados en congresos y simposios.
ResearchGate (https://www.researchgate.net) y Academia.edu (https://www.academia.edu)
son redes sociales y herramientas colaborativas dirigidas a investigadores de todos los ámbitos
de conocimiento. En ellas, sus miembros comparten artículos ya publicados, versiones previas
de artículos en prensa, presentaciones, materiales didácticos, informes, capítulos de libro, etc.

El estilo APA establece un modelo general para las referencias de las tesis doctorales
(Tabla 2.10), que es igualmente aplicable a los trabajos de fin de grado y a los trabajos de
fin de máster. En dichos casos, no olvide las explicaciones correspondientes (en redonda)
tras el título del trabajo: (Trabajo de fin de grado) o (Trabajo de fin de máster).

Tabla 2.10
Modelo de citación de trabajos de fin de título

Trabajo de final de título no publicado

Modelo Apellido del autor, A. A. (año). Título de trabajo. [Tesis doctoral/Trabajo de Final de
Máster/Trabajo de Final de Grado no publicado]. Nombre de la universidad a la que
pertenece el trabajo.

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Ejemplo Betancor-Reula, M. E. (2012). Estrategias de recitación del texto poético: diseño y análisis de
una experiencia. [Trabajo de Fin de Grado no publicado]. Universidad de Las Palmas de
Gran Canaria.
Trabajo de final de título publicado en base de datos

Modelo Apellido del autor, A. A. (año). Título de tesis doctoral. [Tesis doctoral/Trabajo de Final de
Máster/Trabajo de Final de Grado, Nombre de la universidad a la que pertenece la tesis].
http://www.xxxxxx

Ejemplo Cuesta, R. (1997). El código disciplinar de la Historia. Tradiciones, discursos y prácticas


sociales de la educación histórica en España (siglos XVIII-XX). [Tesis doctoral,
Universidad de Salamanca].
http://www.nebraskaria.es/Nebraskaria/Trabajos_y_publicaciones_files/Tesis%20de%20
R.%20Cuesta.pdf
Nota: Basado en APA (2019)

2.5.2.5. Medios audiovisuales

Los medios audiovisuales incluyen películas, series de televisión, documentales,


programas de radio, canciones, etc., y también material estático como gráficos,
fotografías o mapas. El estilo APA establece el siguiente estándar general para películas
y grabaciones de música (Tabla 2.11).

Tabla 2.11
Modelos de citación de formatos digitales

Película

Modelo Apellido del productor, A. A. (Productor) y/& Apellido del Director, B. B. (Director).
(año). Título del vídeo [Película]. http://www.xxxxxx (página web del distribuidor).

Ejemplo Fougea, B. (Productor) y Plisson, P. (Director). (2013). Camino a la escuela [Película].


http://www.caminoalaescuela.com/

Podcast

Modelo Apellido del productor, A. A. (Productor). (fecha de publicación completa). Título del
podcast [Audio en podcast]. http://www.xxxxxx

Ejemplo Fernández, G. (Productor). (3 de diciembre de 2013). Podcast EducaconTIC 43: Arte y


creatividad en el ámbito de la educación formal y no formal [Audio en podcast].
http://www.educacontic.es/blog/podcast-educacontic-43-arte-y-creatividad-en-el-
ambito-de-la-educacion-formal-y-no-formal

Episodio de una serie de televisión

Modelo Apellido del escritor, A. A. (Escritor) y/& Apellido del director, B. B. (Director). (año).
Título del episodio [Episodio de serie de televisión]. En Apellido del productor ejecutivo
(Productor ejecutivo). Título de la serie. Productora.

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Ejemplo Lozano, H. (Escritor) y Cortés, E. (Director). (2015). Los peripatéticos [Episodio de serie
de televisión]. En S. Jiménez, H. Lozano, A. Montánchez, y C. Onrea (Productores
ejecutivos). Merlí. Televisió de Catalunya.

Grabación de música

Modelo Apellido del compositor, A. A. (Año de copyright). Título de la canción [Grabada por B.
B. Apellido del artista si es distinto del compositor]. En Título del álbum [Medio de
grabación: CD, disco, casete, etc.] Lugar: Sello discográfico. (Fecha de grabación si es
distinta de la fecha de copyright de la canción).

Ejemplo Gieco, L. (2005). Los maestros. En Por favor, perdón y gracias [CD]. Buenos Aires: Emi
Records.
Nota: Basado en APA (2019)

2.5.2.6. Recursos de Internet

El creciente auge de Internet y su facilidad de acceso permite a personas de todo el


mundo participar en comunidades interactivas virtuales en las que se discuten uno o varios
temas en particular. Dentro de este amplio abanico de opciones, se incluyen blogs, grupos
de noticias, foros en línea, grupos de discusión y listas de correo electrónico, entre otras
muchas. La APA, consciente de las nuevas necesidades de las comunidades científicas,
propone el siguiente modelo de formato de referencia:

Tabla 2.12
Modelos de citación de recursos de internet

Mensaje publicado en un grupo de noticias, foro en línea o grupo de discusión

Modelo Apellido del autor, A. A. / Seudónimo (año, día y mes). Título del mensaje. [Comentario
en un foro en línea]. Recuperado de http://www.xxxxxx

Ejemplo Beatriz, B. (2015, 15 de diciembre). Programación Castilla-La Mancha. [Comentario en un


foro en línea]. Recuperado de http://desvandocente.foroactivo.com/t6611-
programacion-castilla-la-mancha

Texto publicado en una página web

Modelo Apellido del autor, A. A. / Seudónimo (año, día y mes). Título del texto. Página web.
http://www.xxxxxx

Ejemplo Infocop (2014, 2 de diciembre). El Gobierno de Canarias implanta la asignatura de


Educación Emocional y para la Creatividad. Infocop online.
http://www.infocop.es/view_article.asp?id=5395

Mensaje publicado en un blog

Página 52 de 62
Modelo Apellido del autor, A. A. / Seudónimo (año, día y mes). Título del mensaje. [Mensaje en
un blog]. http://www.xxxxxx

Ejemplo Moll, S. (2016, 24 de abril). 8 gestos que debes evitar mientras enseñas a tus alumnos.
[Mensaje en un blog]. http://justificaturespuesta.com/gestos-evitar-cuando-ensenas-
alumnos/

Vídeo de Youtube o Vimeo

Modelo Apellido del autor, A. A. / Seudónimo (año, día y mes). Título. [Vídeo]. Youtube o Vimeo
(o cualquier otra plataforma). http://www.xxxxxx

Ejemplo Faust, S. (2012, 30 de diciembre). El fenómeno de Finlandia. [Vídeo]. Youtube.


https://www.youtube.com/watch?v=nDXDrvd1utE&feature=youtu.be

Nota: adviértase que, en contraste con el caso 30 (apartado 3.5.), el estilo APA diferencia
entre vídeos que se pueden adquirir por vía comercial (documentales y materiales
divulgativos) y vídeos accesibles en sitios web como YouTube (https://www.youtube.com)
o Vimeo (https://vimeo.com).

Entrada de un diccionario en línea

Modelo Apellido del autor, A. A. / Seudónimo (generalmente sin fecha [s.f.]). Nombre de la
entrada. En el Nombre del diccionario. Recuperado el (fecha completa) de
http://www.xxxxxx

Ejemplo Real Academia Española. (s.f.). Lenguaje. En el Diccionario de la lengua española.


Recuperado el 1 de septiembre de 2010 de https://dle.rae.es/lenguaje
Nota: Basado en APA (2019)

2.5.2.7. Materiales legislativos

El estilo APA está pensado para la legislación de Estados Unidos, así que, por regla
general, ha venido presentando algunos problemas en su adaptación a la legislación no
estadounidense. No obstante, la 7.ª edición ha simplificado la casuística legislativa,
quedando como se expone en la Tabla 2.13:

Tabla 2.13
Modelo de la APA adaptado para materiales legislativos de España

Materiales legislativos

Modelo Entidad. (año, día y mes de publicación). Nombre completo de la norma. Nombre de la
publicación, número del volumen, pp. xx-xx.

Ejemplo Consejería de Educación, Universidades y Sostenibilidad. (2014, 1 de agosto). Decreto


89/2014 por el que se establece la ordenación y el currículo de la Educación Primaria
en la Comunidad Autónoma de Canarias. Boletín Oficial de Canarias, 156, 21911-
22582.
Nota: Basado en APA (2019).

Página 53 de 62
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Almeida-Suárez, M. (2016). Protocolo para el uso del lenguaje no sexista de la


ULPGC. ULPGC, Unidad de Igualdad.
https://acceda.ulpgc.es/bitstream/10553/18689/1/Protocolo_Lenguaje_no_sexista_
ULPGC.pdf

American Psychiatric Association. (2014). Guía de consulta de los criterios diagnósticos


del DSM-5. (Trad. Burg Translations, Inc.). American Psychiatric Publishing.

American Psychological Association. (2010). Manual de Publicaciones de la American


Psychological Association (6.ª ed.). (Trad. M. Guerra Frías). Mundo Moderno.

American Psychological Association. (2019). Publication Manual of the American


Psychological Association. The Official Guide to APA Style (7th ed.). American
Psychological Association.

Beaugrande, R. y Dressler, W. U. (1997). Introducción a la lingüística del texto (Trad. S.


Bonilla). Ariel. (Trabajo original publicado en 1972).

Canimas-Brugués, J. (2015). ¿Discapacidad o diversidad funcional? Siglo Cero, vol. 46


(2), n.º 254, abril-junio, 79-97. http://dx.doi.org/10.14201/scero20154627997.

Caro, M. T., Valverde, M. T. y González, M. (2015). Guía de Trabajos Fin de Grado en


Educación. Pirámide.

Cassany, D. (1995). La cocina de la escritura. Anagrama.

Castro, J. J. y Etopa, P. (2000). Actitudes de los docentes de la isla de Gran Canaria hacia
la integración escolar de las personas con síndrome de Down. Anuario de filosofía,
psicología y sociología 3, 45-64.

Centro Virtual Cervantes. (s.f.). Diccionario de términos clave de ELE. Recuperado el 20


de agosto de 2020 de

http://cvc.cervantes.es/ensenanza/biblioteca_ele/diccio_ele/diccionario

Página 54 de 62
Charalambous, C. Y. (mayo, junio de 2016). Investigating the Knowledge Needed for
Teaching Mathematics: An Exploratory Validation Study Focusing on Teaching
Practices. Journal of Teacher Education, 67, 220-237.
doi:10.1177/0022487116634168.

Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad. (2011). Decálogo para


un uso apropiado de la imagen social de las personas con discapacidad.
https://www.cermi.es/sites/default/files/docs/colecciones/Dec_logo_para_uso_IMA
GEN_SOCIAL.Folleto.pdf

Gobierno de Canarias. (2014, 1 de agosto). Decreto 89/2014, de 1 de agosto, por el que


se establece la ordenación y el currículo de la Educación Primaria en la Comunidad
Autónoma de Canarias. Boletín Oficial de Canarias, 156, 21911-22582.

Fondevila-Gascón, J. F. y Olmo-Arriaga, J. L. (2013). El trabajo de fin de grado en


ciencias sociales y jurídicas. Guía metodológica. Ediciones Internacionales
Universitarias.

Fundación del Español Urgente BBVA. (19/072017). “Plural de las siglas: las ONG, no
las ONGS’s”. http://fundeu.do/plural-de-las-siglas-las-ong-no-las-ongs/

García-Domínguez, M. J. y Marrero- Pulido, V. (2014). Comentario de textos. En M. J.


García-Domínguez, V. Marrero-Pulido, C. Herrera-Caso, R. M. González-Monllor,
A. M. Pérez-Martín e I. Castro-Robaina, Comentario de Textos y Lengua Castellana
(2.ª ed.). (pp. 23-265). Servicio de Publicaciones y difusión científica de la
Universidad de Las Palmas de Gran Canaria.

Kuhn, T. S. (1962/2006). La estructura de las revoluciones científicas (Trad. C. Solís


Santos). Fondo de Cultura Económica.

León, O. G. (2011). Cómo redactar textos científicos en Psicología y Educación.


Netbiblo.

Montolío, E. (Coord.). (2000). Manual práctico de escritura académica (Vol. II). Ariel.

Organización de Naciones Unidas (2006). Convención sobre los derechos de las personas
con discapacidad. https://www.boe.es/buscar/doc.php?id=BOE-A-2008-6996

Organización Mundial de la Salud. (s.f.). Temas de salud. Discapacidades. Recuperado


el 20 de agosto de 2020 de http://www.who.int/topics/disabilities/es/

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Prat-Ferrer, J. J. y Peña-Delgado, Á. (2015). Manual de escritura académica. Madrid:
Paraninfo.

Real Academia Española. (s.f). Diccionario de la lengua española. 23.ª ed. Recuperado
el 20 de agosto de 2020 de https://www.rae.es.

Real Academia Española. (s.f.). La institución. http://www.rae.es/la-institucion.

Real Academia Española y Asociación de Academias de la Lengua Española. (2005).


Diccionario panhispánico de dudas. Santillana.

Real Academia Española y Asociación de Academias de la Lengua Española. (2010).


Ortografía de la lengua española. Espasa.

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Anexo 2.1. Marcadores textuales

INTRODUCIR EL TEMA DEL TEXTO ACABAR


• El objetivo principal • En conclusión / para • En definitiva
• Este texto trata de concluir • Así pues
• Finalmente / para
finalizar
INICIAR UN NUEVO TEMA INDICAR ESPACIO
• Con respecto a • En lo tocante a • Arriba / abajo • Cerca / lejos
• Acerca de • Otro punto es • Derecha / izquierda • En el interior / en
• Al respecto de • En cuanto a • Más arriba / más abajo / el exterior
• En lo que concierne a/ • Sobre en medio • De cara / de
en lo concerniente a • En relación con / con • Delante / detrás / en el espaldas
• En lo que atañe a relación a centro
• Por lo que refiere a • El siguiente punto
• Por lo que afecta a trata de / versa sobre
• El punto trata de • En otro orden de
cosas
MARCAR ORDEN RESUMIR
• De entrada • Por una parte / por • En resumen / • En fin
• Antes que nada otra (parte) resumiendo / para • En resumidas
• Ante todo • Al final resumir cuentas
• Para empezar • Finalmente • Recapitulando / para • Globalmente
• En primer lugar / en • Para terminar recapitular • En conjunto
segundo lugar • Como colofón • Brevemente • Recogiendo lo más
• Primeramente • A fin de cuentas • En pocas palabras / en importante
una palabra • En suma
• Luego • Como conclusión
• Después • En último lugar • Sucintamente
• Además de ello • En último término
• Por un lado / por el otro • En definitiva
(lado)

CONTINUAR SOBRE EL MISMO PUNTO INDICAR TIEMPO


• Además • Es más •Antes / anteriormente / • Más tarde
• Luego • Cabe añadir / poco antes • Más adelante
• Después observar •Ahora (mismo) • A continuación
• Asimismo • Otro tanto puede •Al mismo tiempo • Acto seguido
• A continuación decirse de •Simultáneamente • En tanto que
• Así pues • Algo parecido / •En el mismo momento • Tan pronto como
• Incluso semejante ocurre con •Entonces • En cuanto
•Después

DISTINGUIR, RESTRINGIR O ATENUAR INDICAR OPINIÓN


• Por un lado / por otro • Aun así • A mi juicio / entender / • A juicio de los
(lado) • Ahora bien criterio expertos
• Por una parte / por otra • Con todo • A mi modo de ver • Según este punto
(parte) • Al fin y al cabo de vista
• En cambio • A fin de cuentas
• Por el contrario • Verdad es que
• Sin embargo
• No obstante

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Anexo 2.1. Marcadores textuales (continuación)

HACER HINCAPIÉ O DEMOSTRAR DETALLAR


• Es decir • Ahora (mismo) • Por ejemplo • Pongo por caso /
• Esto es • Al mismo tiempo • En particular pongamos por caso
• O sea • Simultáneamente • En el caso de • Valga por caso
• En otras palabras • En el mismo • A saber • Tal como
• Dicho de otra momento • Como muestra • Concretamente
manera • Entonces • Verbigracia • Específicamente
• Como se ha dicho / • Después
expuesto • Más tarde
• Vale la pena decir • Más adelante
• Hay que hacer • A continuación
notar • Acto seguido
• Hay que destacar • En tanto que
• Es necesario • Tan pronto como
constatar
• En cuanto
• Lo más importante
es
• La idea central es
• Antes /
anteriormente /
poco antes

INDICAR CAUSA INDICAR CONSECUENCIA


• Porque • Por culpa de • En consecuencia / por • Por esto
• Visto que • Pues consecuencia • Pues
• A causa de • Como • A consecuencia de • Como resultado de
• Por razón de • A fuerza de • Por consiguiente / • De ahí que
• Con motivo de • Dado que consiguientemente • La razón por la que /
• Ya que • Considerando que • Por (lo) tanto cual
• Puesto que • Teniendo en cuenta • Así que • Conque
• Gracias a que • De modo que • Por ende
• Por lo que / cual

INDICAR CONDICIÓN INDICAR FINALIDAD


• Si • Siempre y cuando • Para (que) • Con el fin de (que) /con
• A condición de que • Con solo (que) • En vistas a la finalidad de
• En caso de que • En caso de (que) • A fin de (que) • Con el objetivo de
• Siempre que • Con tal de (que) • A fin y efecto de

INDICAR OBJECIÓN INDICAR OPOSICIÓN


• Aunque • Con todo • En cambio • En oposición
• Si bien • Hasta cierto punto • Antes bien • Sea como sea
• A pesar de (que) • En cierta medida • Ahora bien • Con todo
• Aun + gerundio • Después de todo • No obstante • Sin embargo
(aun estudiando) • Por el contrario / al • De todas maneras /
• Por más que contrario formas
• En todo caso • De todos modos
• En contraste

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EJERCICIOS DE AUTOEVALUACIÓN

1. En cuanto a la escritura académica, señale la opción correcta:

a. La difusión de la información es su objetivo primordial.


b. La información difundida es de carácter subjetivo.
c. Es propia de la asociación de individuos especialistas y no especialistas.
d. Ninguna de las anteriores es correcta.

2. Según Prat Ferrer y Peña Delgado, cualidades necesarias para obtener un ben estilo
informativo en la escritura académicas son

a. La corrección del lenguaje respecto al tema tratado.


b. La naturalidad y la sencillez en el lenguaje empleado.
c. La concisión de las ideas tratadas.
d. Todas las anteriores son correctas.

3. Según la APA, son principios éticos básicos que se deben asegurar en el ámbito
académico:

a. La atracción por parte del lector del material publicado, así como su veracidad.
b. El ritmo y la sonoridad textual del material publicado.
c. La protección de derechos de propiedad intelectual.
d. a) y c) son correctas.

4. En cuanto a la documentación para la investigación, es cierto lo siguiente:

a. Las fuentes primarias son aquellas que tratan sobre textos originales,
ofreciendo una crítica o interpretación.
b. Las fuentes secundarias son aquellas que ofrecen información original.
c. Los TFG de revisión bibliográfica son fuentes primarias de información.
d. Ninguna de las anteriores es correcta.
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5. A criterio de la APA, es cierto lo siguiente:

a. Cuando se parafrasean las palabras de cualquier autor omitiendo su referencia


bibliográfica, incurrimos en autoplagio.
b. Cuando un investigador parafrasea sus propias ideas, expuestas previamente
en otra obra, y las referencia con corrección, está incurriendo en autoplagio.
c. Cuando un autor copia las ideas de otro autor sin referenciarlo, incurre en
plagio.
d. Ninguna de las anteriores es correcta.

6. En lo que refiere a los artículos académicos, señale la opción correcta:

a. Tienden a ser textos de gran extensión.


b. Presentan un modelo de escritura que debe aderezarse con metáforas.
c. Pueden presentar un apartado final, el anexo, donde se incluye información
complementaria de la investigación.
d. Si bien la estructura del artículo no tiene patrón obligatorio, todos deben
finalizar con un apartado de conclusiones.

7. En cuanto a las monografías, señale la opción correcta:

a. Informan de manera claramente estética sobre un tema concreto.


b. Pueden centrarse en un caso particular o en varios exponiendo aspectos
concretos, profundizando en ellos y arrojando nuevas hipótesis.
c. Solo pueden enfocarse en un caso concreto con el objetivo de complementarlo.
d. Ninguna de las anteriores es correcta.

8. La cita literal mayor de 40 palabras se debe presentar en el cuerpo textual de la


siguiente forma:

Página 60 de 62
a. En párrafo aparte, sangrado por la izquierda, entrecomillado y con letra de
menor tamaño.
b. En párrafo aparte, sangrado por la izquierda, sin comillas y con letras de
similar tamaño al resto del texto.
c. En el mismo párrafo, entrecomillado y con letra de similar tamaño al resto del
texto.
d. En el mismo párrafo, sin comillas y con letra de similar tamaño al resto del
texto.

9. Indique cuál de las siguientes referencias bibliográficas corresponden a un capítulo


de libro:

a. Castro Robaina, I. y Morín Rodríguez, A. (2008). La metodología


sociolingüística como recurso de aula en el análisis de obras literarias. El
Guiniguada, 17, 45-60. Recuperado de
https://acceda.ulpgc.es/bitstream/10553/5742/1/0235347_00017_0004.pdf
b. Castro Robaina, I. (2014). La última cena: celebración de la muerte. En G.
Santana Henríquez, Fueron felices y comieron perdices: gastronomía y
literatura (pp.165-191). Madrid: Ediciones Clásicas.
c. Castro Robaina, I. (2013). Viaje y tragedia en la obra de Ignacio Amestoy. En
G. Santana Henríquez (Ed.), La cultura del viaje (pp. 61-96). Madrid:
Ediciones Clásicas.
d. Ninguna de las anteriores es correcta.

10. Dada la siguiente entrada: Castro Robaina, I. (2015). Semblanza de un archipiélago


dramatúrgico novel. Obra en un acto. Primer Acto. Cuadernos de Investigación
Teatral, 348(I), 219-223. Se trata de la siguiente publicación:

Página 61 de 62
a. Un libro.
b. Un capítulo de libro.
c. Una publicación de acta de congreso.
d. Un artículo.

Página 62 de 62

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