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Una gran pregunta

Las Abuelas de Plaza de Mayo y la identificación de sus nietos


Lean la viñeta “La búsqueda y una pregunta fundamental” y respondan.

1. ¿Qué métodos usaban al comienzo las Abuelas para intentar encontrar a sus nietos y
nietas? ¿Cuáles eran las desventajas de estos métodos?

2. La ciencia es considerada un gran cuerpo de conocimientos que dan respuestas, pero su


motor está en las buenas preguntas. ¿Cuál fue la pregunta que se hicieron las Abuelas
que inició una nueva era en la recuperación de los nietos y las nietas?

3. ¿Por qué se les ocurrió que su sangre podría ser importante para identificar a sus nietos
y nietas? ¿Qué metodología se imaginan que se podría usar? ¿Qué ventajas y qué
desventajas le ven a esta metodología?

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Viñeta fenomenal

La búsqueda y una pregunta fundamental

La Asociación Civil Abuelas de Plaza de Mayo es


una organización de derechos humanos creada
en nuestro país en 1977, con los objetivos de
localizar y restituir a sus legítimas familias a todos
los bebés, niños y niñas apropiados y apropiadas
durante la última dictadura militar (1976-1983);
crear las condiciones para prevenir la comisión de
ese crimen de lesa humanidad, y obtener el
castigo correspondiente para todos los
responsables. Durante el régimen militar
funcionaron en los centros de detención
clandestinos verdaderas maternidades, donde las
mujeres detenidas en la ilegalidad daban a luz a
sus bebés. Unos 500 hijos e hijas de estas
personas, luego desaparecidas, fueron apropiados
por familias de militares, abandonados en
institutos o vendidos de forma cuidadosamente
planeada, con falsificación de documentos y
simulación de adopciones.

El 30 de abril de 1977, familiares de los desaparecidos y las desaparecidas comenzaron a


reunirse y caminar alrededor de la Pirámide de Mayo, frente a la casa de gobierno, todos
los jueves. Al comienzo, se reconocían entre sí porque llevaban un pequeño clavo; luego,
se identificaron con un pañuelo blanco en la cabeza. El grupo se llamó Madres de Plaza
de Mayo, aunque también había padres y abuelos.

Pocos días después, el 15 de mayo, 13 mujeres que buscaban a sus nietos y nietas, 12
abuelas, presentaron una carta en un tribunal en Morón, en la que informaban sobre los
bebés desaparecidos y pedían que se suspendiesen todas las adopciones. Los nietos y las
nietas que buscaban eran “los bebés de nuestros hijos desaparecidos o muertos en estos
últimos dos años. Algunas de estas criaturas han nacido de sus madres en cautiverio.
Otra fue sacada de su hogar, que fue destruido. Hasta ahora, todos nuestros esfuerzos
han sido vanos. Las criaturas no han sido reintegradas a sus hogares, a sus familias. No
sabemos ya qué hacer”. La carta sigue: “Últimamente, ha llegado a nuestro conocimiento
que algunos abuelos han podido localizar a sus nietos en tribunales de menores o por su
intermedio. Por eso nos permitimos rogarle quiera tener a bien interesarse en la lista de
bebés desaparecidos que adjuntamos por si ustedes tuvieran noticias de alguno de
ellos”.

Este subgrupo de la agrupación Madres de Plaza de Mayo se autodenominó Abuelas


Argentinas con Nietitos Desaparecidos, y en 1980 se cambió el nombre a Abuelas de
Plaza de Mayo. Las Abuelas recorrían tribunales de justicia, buscaban testigos,
comparaban fotos, espiaban a familias sospechosas, iban a orfanatos y revisaban las
adopciones, pero era un trabajo dificilísimo. Trabajaban como verdaderas detectives,
poniéndose en peligro, ya que la dictadura militar persistía.

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Viñeta fenomenal

Comenzaron a pedir ayuda a organizaciones internacionales de derechos humanos y a la


Iglesia católica. En agosto de 1978 se publicó la siguiente solicitada en el diario La Prensa
y se comenzó a movilizar la opinión pública:

Apelamos a las conciencias y a los corazones de las


personas que tengan a su cargo, hayan adoptado o
tengan conocimiento de dónde se encuentran nuestros
nietitos desaparecidos para que, en un gesto de
profunda humanidad y caridad cristiana, restituyan esos
bebés al seno de las familias que viven la desesperación
de ignorar su paradero. Ellos son los hijos de nuestros
hijos desaparecidos o muertos en estos últimos dos años.
Nosotras, Madres-Abuelas, hacemos hoy público nuestro
diario clamor recordando que la Ley de Dios ampara lo
más inocente y puro de la Creación. También la ley de los
hombres otorga a esas criaturas desvalidas el más
elemental derecho: el de la vida, junto con el amor de sus
abuelas que las buscan día por día, sin descanso, y
seguirán buscándolas mientras tengan un hálito de
vida. Que el Señor ilumine a las personas que reciben las
sonrisas y caricias de nuestros nietitos para que
respondan a este angustioso llamado a sus conciencias.

Abuelas Argentinas de Nietitos Desaparecidos

Gracias a sus investigaciones, hacia 1980 fueron identificados los primeros nietos
desaparecidos, pero los cálculos de las Abuelas les indicaban que había alrededor de casi
500 nietos y nietas que aún no conocían su identidad. Quedaba un largo trabajo por
delante.

Una mañana de agosto de 1979 sucedió algo que cambió la historia en la recuperación
de los nietos desaparecidos: las Abuelas leyeron en el diario El Día, de La Plata, la historia
de un hombre que, por una prueba de sangre, había demostrado ser el padre de un hijo
al que no quería reconocer: se había hecho una prueba de paternidad. Fue entonces
cuando se hicieron la gran pregunta: si los padres no están (nuestros hijos
desaparecidos), ¿servirá nuestra sangre de abuelas para encontrar a nuestros nietos?

La sangre sirvió e inició un nuevo camino en la recuperación de los nietos y las nietas;
también impulsó la aceleración de una nueva línea de aplicación de las técnicas
genéticas a la identificación de las personas. Actualmente son 130 los nietos recuperados.
El Banco Nacional de Datos Genéticos almacena la información de muchísimas familias
para poder seguir trabajando en la identificación aun cuando los abuelos y las abuelas ya
no vivan.

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