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1. ¿Qué métodos usaban al comienzo las Abuelas para intentar encontrar a sus nietos y
nietas? ¿Cuáles eran las desventajas de estos métodos?
3. ¿Por qué se les ocurrió que su sangre podría ser importante para identificar a sus nietos
y nietas? ¿Qué metodología se imaginan que se podría usar? ¿Qué ventajas y qué
desventajas le ven a esta metodología?
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Viñeta fenomenal
Pocos días después, el 15 de mayo, 13 mujeres que buscaban a sus nietos y nietas, 12
abuelas, presentaron una carta en un tribunal en Morón, en la que informaban sobre los
bebés desaparecidos y pedían que se suspendiesen todas las adopciones. Los nietos y las
nietas que buscaban eran “los bebés de nuestros hijos desaparecidos o muertos en estos
últimos dos años. Algunas de estas criaturas han nacido de sus madres en cautiverio.
Otra fue sacada de su hogar, que fue destruido. Hasta ahora, todos nuestros esfuerzos
han sido vanos. Las criaturas no han sido reintegradas a sus hogares, a sus familias. No
sabemos ya qué hacer”. La carta sigue: “Últimamente, ha llegado a nuestro conocimiento
que algunos abuelos han podido localizar a sus nietos en tribunales de menores o por su
intermedio. Por eso nos permitimos rogarle quiera tener a bien interesarse en la lista de
bebés desaparecidos que adjuntamos por si ustedes tuvieran noticias de alguno de
ellos”.
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Viñeta fenomenal
Gracias a sus investigaciones, hacia 1980 fueron identificados los primeros nietos
desaparecidos, pero los cálculos de las Abuelas les indicaban que había alrededor de casi
500 nietos y nietas que aún no conocían su identidad. Quedaba un largo trabajo por
delante.
Una mañana de agosto de 1979 sucedió algo que cambió la historia en la recuperación
de los nietos desaparecidos: las Abuelas leyeron en el diario El Día, de La Plata, la historia
de un hombre que, por una prueba de sangre, había demostrado ser el padre de un hijo
al que no quería reconocer: se había hecho una prueba de paternidad. Fue entonces
cuando se hicieron la gran pregunta: si los padres no están (nuestros hijos
desaparecidos), ¿servirá nuestra sangre de abuelas para encontrar a nuestros nietos?
La sangre sirvió e inició un nuevo camino en la recuperación de los nietos y las nietas;
también impulsó la aceleración de una nueva línea de aplicación de las técnicas
genéticas a la identificación de las personas. Actualmente son 130 los nietos recuperados.
El Banco Nacional de Datos Genéticos almacena la información de muchísimas familias
para poder seguir trabajando en la identificación aun cuando los abuelos y las abuelas ya
no vivan.