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Fragmento de mi relato Autobiográfico: Mariana Villa

Inmediatamente, a la hora de avanzar en mi educación, elegí la carrera de


kinesiología porque me gustaba el contacto que éstos tenían con sus pacientes, el
trato y el tiempo que les dedicaban.
En el comienzo de la facultad, se notó el poco conocimiento y la carencia de
estudio porque me costó mucho rendir mis primeros parciales. En la universidad me
encontré con qué no sabía estudiar, a pesar de que nunca me había ido mal en la
secundaria o llevarme previa o incluso repetir de año. El cambio fue abrupto para
mi.
Fue así como, preparé mi primera materia “biología general” y me había sacado
como nota un 2, después de haber estudiado durante meses. Me sentí
decepcionada pero seguí estudiando y había conseguido aprobar, pero cambie mi
forma de estudiar: empecé a relacionar contenidos, a investigar más, auto-
evaluarme, a resumir haciéndome preguntas de las ideas específicas y cuadros
sinópticos, a trabajador la memoria visual a través de dibujos, a cambiar mi ritmo de
estudio y descanso. Le dediqué más tiempo a estudiar ( 8 horas diarias); a despertar
y acostarme temprano. La profesora de biología era una patóloga muy exigente y
manejaba muy bien la cátedra. Enseñaba relacionando todo el tiempo los
contenidos y era muy específica en los conceptos. Lo que ella decía en sus clases
era lo que tomaba. A diferencia de mi profesora de Biología de la secundaria que
solamente nos daba preguntas fácticas para sacar del libro y estudiar de memoria,
siempre me gustó biología pero no la entendía y solamente estudiaba para aprobar.

En relación a la Triada:
El Rol que tiene el docente en el caso de mi secundaria es protagónico, define
las actividades, tiene la palabra y transmite la información de una manera fáctica, no
se interesa por el aprendizaje del alumno, solamente hace hincapié en una
transposición de contenidos sin darle un sentido real para que los alumnos lo
relacionen y no deja de ver a los chicos como una nota o un número el cual deben
aprobar para aprender. No tiene una relación docente- Alumno y unas de las
preguntas que más realizaba era… ¿ se entiende? …¡ seguimos!.
A modo de reflexión, en cuanto a la secundaria si tengo que especificar la cara
de la moneda: PRODUCTO- PROCESO. Puedo afirmar que estuvo más presente la
ciencia como producto ya qué siempre se estudiaba los contenidos, nombres
específicos de la materia y no se lo relacionaba con el mundo que nos rodeaba,
nunca concebí la biología como algo que me podía pasar a mi o a mi alrededor.
Incluso en mi paso por la facultad de Kinesiología siempre fueron teóricas las
clases, nos hacían pedir un esqueleto humano del cementerio para estudiar pero la
mayoría no sabía ni como empezar a relacionar, el libro de Anatomía con el
esqueleto, es más, nos daba terror la idea de sacar un esqueleto de una persona
para poder estudiarlo. Porque nunca había tenido ese acercamiento con los objetos
de estudio.
Acá podemos hablar claramente de un modelo transmisivo, donde la visión
sobre la ciencia es un conocimiento acabado y verdadero y su metodología es una
serie lineal de pasos que se aplican para conocer la realidad. En este caso,
solamente se daban clases dentro del aula, nunca se nos permitió ni siquiera salir al
patio, porque nos dispersamos mucho y perdíamos tiempo. Tampoco recuerdo que
se nos haya preguntado qué pensábamos nosotros sobre tal o cual tema. Ésto era
tal cual lo relata Juli Garbulsky, “zombies en la escuela” : Pizarra- carpeta- prueba.
En la secundaria me iba mal en biología, porque nunca me gustó estudiar de
memoria y eso hizo que se apagaran mis ganas de aprenderla. En la universidad
eso cambió porque necesitaba aprobar la materia y busqué todas las maneras
posibles para poder entenderla, debido a que no podía pagar un profesor que me
ayudará a estudiar.
En consecuencia, mi rol como alumno siempre fue portador de contenidos:
“consumidor de conocimiento. Debe atender, captar y recordar los conceptos que
recibe el docente.” ( La aventura de enseñar Ciencias Naturales”. Melina Firma.
María Eugenía de Potestad. pág 14).
Por consiguiente el autor David Perkins.“ La escuela inteligente” Del
adiestramiento de la memoria a la educación de la mente. Describe muy bien sobre
las deficiencias alarmantes que provoca este tipo de enseñanza. Hablamos de un
conocimiento frágil, olvidado, ingenuo y ritual. Es un hábito que se teje durante
muchísimos años en los alumnos y trae como consecuencia un modelo de
búsqueda trivial, donde solamente importa el conocimiento fáctico, y ésto ocasiona
un pobre lenguaje de pensamiento, inferencias pobres a partir de la lectura y el bajo
rendimiento se atribuye a la capacidad y no al esfuerzo. Tal es así, que hoy en lo
personal se me dificulta redactar, tengo errores de ortografía y debo leer varias
veces en matemáticas, por ejemplo, los problemas donde se pone en juego varias
formas de resolverlos, porque siempre espero que haya una sola forma de
solucionarlo.
Para finalizar, en cuanto a mi experiencia me deja pensando que de haberme
encontrado con docentes que me motivarán y me inspirarán ese “amor por
aprender”, no me hubiera dado por vencida tan fácil. Yo empecé a estudiar mi
carrera como docente a los 27 años, motivada por mis hijos, por su educación y por
su futuro. Antes creía, al tener una mala experiencia en la facultad, que aprender no
era para mi. No podía memorizar tanta cantidad de contenido. “Tantos músculos,
huesos, articulaciones y nervios”. Hoy entiendo que no sabía cómo hacerlo, porque
siempre utilicé la repetición para estudiar, en vez de utilizar técnicas más elaboradas
para la memorización, como la relación de contenidos y buscar el ¿para qué me
sirve tal o cúal concepto?. Igualmente, puedo relacionarlo con unos de los 7
principios de Perkins: “aprender el juego del aprendizaje”. Hoy puedo decir que
estoy aprendiendo a ser consciente de manera sistemática ¿qué? ¿y cómo
aprendo? . Dirigir la atención, elegir el momento y lugar de estudio, descansar para
poder tener lucidez a la hora de relacionar los contenidos propios y aquellos nuevos
que voy adquirir.
En suma, me quedo pensando y reflexionando con está frase de Perkins:
“imaginemos un mundo en el que todos los adultos tuvieran una especie de sentido
activo aunque simple del compromiso cívico, la responsabilidad con el medio
ambiente o la erradicación de los prejuicios. El mundo sería un lugar mejor si las
personas lograran una mediocridad activa en lugar de una erudición pasiva.”

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