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Curso Virtual “Derecho a la Identidad”

Clase Nº 1

Les damos la bienvenida a la primera clase del curso. En esta clase exploraremos el caso de la
Asociación Abuelas de Plaza de Mayo, entendiendo a esta organización como un caso
ejemplar de movilización de la sociedad civil para la defensa de derechos.
Como ustedes saben, el 24 de marzo de 1976 las fuerzas armadas llevaron adelante
un golpe de Estado e instauraron un gobierno de facto que, al decir de Emilio Fermín
Mignone1, se caracterizó por tener dos niveles (o tipos) de normas. Veamos como lo presenta:

El análisis de la acción represiva desarrollada por las Fuerzas Armadas argentinas


desde 1974 y de manera particular a partir del 24 de marzo de 1976 (fecha del golpe
de Estado militar contra el régimen constitucional), permite advertir la existencia de
dos niveles de normatividad.
El primero, de carácter publico, está configurado por el conjunto de normas
sancionadas antes y después del 24 de marzo de 1976, dirigidas a enmarcar
formalmente dicha acción.
El segundo, de carácter secreto pero susceptible de ser reconstruido con los
datos, testimonios, examen de las características operativas y textos disponibles, se
encuentra constituido por ordenes y pautas de organización y acción -sin duda alguna
escritas- propuestas por los servicios de inteligencia y por los estados mayores de las
tres Fuerzas y aprobadas por sus respectivos comandos.

En este módulo abordaremos el análisis de un aspecto de este segundo nivel, aquel vinculado
con la apropiación y sustracción de niños y niñas de la dictadura militar argentina. La
agrupación que conocemos como Abuelas de Plaza de Mayo es un organización de la sociedad
civil que surgió en el año 1977:

Hacía ya seis meses que las Madres de Plaza de Mayo habían convertido la orden
policial de “circular” en “la ronda de los jueves”, verdadero símbolo de coraje cívico.
También habían golpeado muchas puertas: ministerios, cuarteles, comisarías,
iglesias, hospitales. La respuesta en todos los casos era un silencio cómplice. Aquel
jueves de 1977 una madre se apartó de la ronda y preguntó: “¿Quién está buscando
a su nieto, o tiene a su hija o nuera embarazada?”. Una a una fueron saliendo.

1Mignone E. (1981). El caso argentino: desapariciones forzadas como instrumento básico y generalizado de una
política. la doctrina del paralelismo global. Ponencia en el Coloquio de París “La política de desapariciones
forzadas de personas”.

1
En ese momento, doce madres comprendieron que debían organizarse para
buscar a los hijos de sus hijos secuestrados por la dictadura. Ese mismo sábado, 22
de octubre, se juntaron por primera vez para esbozar los lineamientos de su búsqueda
e iniciar una lucha colectiva que sigue hasta hoy. Las mujeres se bautizaron como
Abuelas Argentinas con Nietitos Desaparecidos, más tarde adoptaron el nombre con
que el periodismo internacional las llamaba: Abuelas de Plaza de Mayo. 2

Este grupo de mujeres se unió para buscar a los/as bebés de sus hijos e hijas
desaparecidos o muertos. Algunos de esos bebés habrían nacido en cautiverio, mientras que
otros/as fueron secuestrados junto a sus familias. La conciencia respecto de la forma que
adoptaba el accionar de las fuerzas armadas (y de policiales bajo mando militar) es algo que
fue desarrollándose con el correr del tiempo. Al decir de una de las protagonistas de este
primer grupo:

El día que conocí a Alicia ella estaba con un salto de cama rosado y ordenaba su
casa. Empezamos a charlar y perdimos la noción del tiempo. Ese día empecé a
descubrir lo que realmente estaba pasando y a entender que la búsqueda debía
hacerse de otra manera, que no había un solo niño desaparecido sino por lo menos
dos. Y si había dos, ¿cuántos más podrían ser? Por primera vez tuve la horrorosa
sensación de que no encontrábamos a los niños porque no nos los querían
entregar.3

En aquel período este grupo de mujeres desarrolló un sistema propio para contar con
una nómina de los niños y niñas que buscaban, tratando conseguir algún tipo de información
y de mantenerla organizarla. Entre las muchas acciones que llevaron adelante están el
recorrido de juzgados de menores, orfelinatos y casas cuna, tomando fotos de los niños en
jardines de infantes y escuelas, etc. También presentaron escritos y cartas a personas de
relevancia política nacional e internacional: a lideres políticos argentinos, al Secretario de
Estado de Estados Unidos, al Papa Pablo VI, Corte Suprema de Justicia de la Nación, la
Conferencia Episcopal Argentina, UNICEF y la Cruz Roja.

2 Abuelas de Plaza de Mayo (2007). La Historia de Abuelas. 30 años de búsqueda (1977- 2007). Buenos Aires:
APDM, pág. 19.
3 Dillon, M. (2002). Historia de los organismos de derechos humanos - 25 años de resistencia Abuelas de Plaza

de Mayo. Buenos Aires: Comisión Provincial por la Memoria.

2
El 5 de agosto de 1978 (en la víspera del Día del Niño) el diario La Prensa publicó la
primera solicitada en la que se reclamaba por los niños desaparecidos. Esta publicación fue
un factor decisivo para comenzar a movilizar a la opinión pública internacional:

Apelamos a las conciencias y a los corazones, de las personas que tengan a


su cargo, hayan adoptado o tengan conocimiento de dónde se encuentran
nuestros nietitos desaparecidos, para que en un gesto de profunda
humanidad y caridad cristiana restituyan esos bebés al seno de las familias
que viven la desesperación de ignorar su paradero.
Ellos son los hijos de nuestros hijos desaparecidos o muertos en estos
últimos dos años. Nosotras, Madres-Abuelas, hacemos hoy público nuestro
diario clamor, recordando que la Ley de Dios ampara lo más inocente y
puro de la Creación.
También la ley de los hombres otorga a esas criaturas desvalidas el más
elemental derecho: el de la vida, junto al amor de sus abuelas que las buscan
día por día, sin descanso, y seguirán buscándolas mientras tengan un hálito
de vida.
Que el Señor ilumine a las personas que reciben las sonrisas y caricias de
nuestros nietitos para que respondan a este angustioso llamado a sus
conciencias.
Abuelas Argentinas con Nietitos Desaparecidos

Un hito fundamental para destacar es el desarrollo científico del “Índice de


Abuelidad”, desarrollado en virtud de la necesidad única que enfrentaban en Abuelas. La
desaparición de madres y padres de los niños y niñas apropiados/as hacia imposible el
establecimiento de la filiación entre abuelas/os y nietas/os a fines de los años ’70. Las técnicas
existentes hasta el momento no lo permitían. Fue así como encontrar un método fehaciente
de identificación resultaba fundamental, ya que permitiría establecer la identidad de los/as
nietos/as, hijos de personas desaparecidas.
De acuerdo al propio relato del libro de Abuelas,
Los chicos que buscaban las Abuelas iban creciendo. La esperanza de que
aparecieran sus hijas y nueras casi era nula. En este marco, las Abuelas se
propusieron encontrar algún tipo de estudio que pudiera servirles para identificar a los
chicos en el futuro. Las fotos y los recuerdos no eran suficientes para probar una
filiación, y menos aún en los casos de niños nacidos en cautiverio, ya que no existían
elementos que sirvieran como punto de partida para su búsqueda y posterior
identificación.

3
¿Cómo demostrar la identidad de sus nietos y evitar que se transformaran en
“siluetas de humo y lágrimas”? Éste era el problema que tenían que resolver. Si bien
ya se habían recorrido algunos caminos en materia de identificación como el de las
huellas plantales, los dientes o mechones de pelo que algunas Abuelas conservaban
de sus nietos, nada de esto era posible para identificar a los chicos nacidos en
cautiverio. Cierto día leyeron en el diario El Día de La Plata acerca de un
descubrimiento que permitía conocer la filiación de una persona a través de un análisis
sanguíneo.
A partir de esto quisieron saber si existía algún elemento de la sangre que
permitiera probar la pertenencia familiar de un individuo. Con este objetivo lograron
contactarse con Eric Stover, quien dirigía la Asociación Americana para el Avance de
la Ciencia (AAAS, según sus siglas en inglés). “Lo que piden es posible, pero nunca
se hizo. Vamos a investigar”7, dijeron los científicos. Un año más tarde, con la
“primavera democrática”, las Abuelas recibían buenas noticias desde Washington.4

A mediados de 1980, Mary Claire King con la colaboración de un equipo de científicos,


logró en la formulación de este índice. Este análisis de material genético permite establecer
la posibilidad de parentesco entre un nieto y sus abuelos, garantizando el 99,99 por ciento de
efectividad. Como nos aclara el genetista Penchazadeh “el Índice de abuelidad es una fórmula
estadística y probabilística que establece para el caso de un niño que no sabemos su
identidad, cuál es la probabilidad de que sea nieto de una pareja de abuelos o de los cuatro
abuelos”5.
La historia de Abuelas es por demás extensa e interesante y podrán conocerla a través
de la biblografía del módulo. En este punto resulta importante que podamos tomar dimensión
de esto que se ha dado en llamar “Plan Sistemático de apropiación y sustracción de niños y
niñas”.
La Sentencia del Juicio a las Juntas (Causa Nº 13/84, dictada con fecha 9 de diciembre
de 1985) absuelve de culpa y cargo a los acusados del delito de sustracción de menores y esto
significa que estos hechos no pudieron ser debidamente probados y atribuidos en esa
instancia. Sin embargo, es importante tener presente que las llamadas leyes de impunidad

4Abuelas de Plaza de Mayo (2007). La Historia de Abuelas…, op. cit., pp. 46-47.
5Penchazadeh V. (2016). "El Índice de Abuelidad usa la genética a un objetivo de derechos humano". En Boletín
electrónico Spondylus, 18/10/2016.

4
(Ley de Punto Final Nº 23.4926 y Ley de Obediencia Debida Nº 23.5217) dejaron expresamente
el delito de sustracción de menores por fuera de la extinción de acciones (es decir que esos
delitos podían seguir investigándose y juzgándose) y de la presunción de haber actuado
siguiendo órdenes.

Así fue que algunos años más tarde, en octubre de 1996, la Asociación Abuelas de
Plaza de Mayo impulsó la denuncia que dio inicio a la causa por el “Plan sistemático de
apropiación de niños”. Aun con muchas dilaciones y demoras, el avance de esta causa fue el
único espacio para continuar avanzando en el juzgamiento de los delitos de la dictadura.
Recién en 2007 la causa fue elevada a juicio oral y público (once años después de su
comienzo).

Como señala Iud “esta causa pasó a tener otra relevancia: dejar establecido para la
historia, con la fuerza simbólica y social de una sentencia judicial, que aquellas apropiaciones
de niños no fueron ‘ocasionales’ ni decisiones individuales de algunos oficiales o suboficiales,
sino que respondieron a una definición orgánica de las máximas autoridades de las Fuerzas
Armadas”8. En el año 2014 la causa obtuvo sentencia favorable de la Cámara Federal de
Casación Penal, ratificando la sentencia del Tribunal Oral Nº 6 e, incluso, aumentando las
penas. La sentencia da por comprobada la existencia de una "práctica generalizada y
sistemática de sustracción, retención y ocultamiento de menores", a la vez que confirma que
"la apropiación de niños constituye una forma de desaparición forzada y un crimen de lesa
humanidad" y que este delito "se sigue cometiendo hasta que los niños apropiados recuperan
su identidad".

Entre las lecturas que les proponemos se encuentra el texto de Regueiro


“Subversivas”: “Malas madres” y familias “desnaturalizadas”. Este estudio nos permite

6 Ley de Punto Final Nº 23.492, artículo 5: “La presente ley no extingue las acciones penales en los casos de
delitos de sustitución de estado civil y de sustracción y ocultación de menores”. Véase el texto completo en:
http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/20000-24999/21864/norma.htm
7 Ley de Obediencia Debida Nº 23.521, artículo 2: “La presunción establecida en el artículo anterior no será

aplicable respecto de los delitos de violación, sustracción y ocultación de menores o sustitución de su estado
civil y apropiación extensiva de inmuebles”. Véase el texto completo en:
http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/20000-24999/21746/norma.htm
8 Iud A. ( ). El juicio por el "Plan sistemático de apropiación de niños", un hito en la lucha contra la impunidad.

En: Revista Derechos Humanos, Año II, N° 3.

5
situarnos en la perspectiva que adoptó la última dictadura militar respecto del rol de la familia
como célula básica de la sociedad. Este tipo de mirada respecto de lo social permitió construir
a las mujeres militantes de organizaciones político–militares como “malas madres” en tanto
se alejaron de los estereotipos socialmente vigentes respecto del rol y espacio social que
supuestamente les correspondia a las mujeres. Según la autora las nociones de “abandono”
y “peligro” resultaron centrales para poder sostener y justificar la decisión de apropiarse y
sustituir la identidad de al menos 500 niños y niñas. A su vez, sobre estos preconceptos se
fundó la idea de que si estos niños/as eran devueltos a sus familias biológicas, estarían
destinados/as a ser criados/as como “subversivos”, reproduciendo estructuras familiares
“disfuncionales” y ajenas a los principios ético-morales que la dictadura pretendía sostener.

Por su parte, Urosevich nos propone interpretar este plan sistemático a la luz de la
Convención sobre el Genocidio de 1951. Este instrumento internacional tipifica entre las
modalidades que adopta el genocidio al “traslado por fuerza de niños del grupo a otro
grupo”9. La autora sostiene que, para el caso que estamos aquí analizando, “el traslado por la
fuerza de niños, lejos de constituir un acto aislado producido por seres demoníacos, es un
proceso racional que requiere una cuidadosa planificación y organización por parte del grupo
agresor”10.

A su vez, Urosevich agrega que “como parte de las condiciones necesarias para el
desarrollo de apropiaciones de niños sistemáticas y planificadas, el Estado Argentino creó
maternidades y salas de partos clandestinas dentro de diferentes centros clandestinos de
detención, tortura y exterminio. Entre ellos: El Campito, El Vesubio, La Cacha, Comisaría 5ta
de La Plata, Pozo de Banfield, la Escuela Mecánica de la Armada. Sin embargo, para desarrollar
estas prácticas sociales genocidas, el Estado perpetrador no sólo construyó estos dispositivos
de poder novedosos -las salas de parto y maternidades clandestinas- sino que, al mismo

9 Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio, artículo 2.e.


10 Urosevich F. (2015). La apropiación sistemática y planificada de niños como práctica social genocida.
El caso de la ESMA. En: Feierstein D. (dir.), Tela de Juicio. Debates en torno a las prácticas sociales
genocidas. Buenos Aires: Equipo de Asistencia Sociológica a las Querellas-EASQ, pág. 82.

6
tiempo, utilizó instituciones, técnicas, saberes, usos burocráticos y costumbres previamente
existentes”11.

Este tipo de practicas institucionales preexistentes son detalladamente estudiadas por


Villalta. En la selección que les proponemos como lectura de profundización encontrarán un
estudio de estos dispositivos burocráticos, donde la autora recupera historias de gran
profundidad para abordar la problemática. Finalmente, también les proponemos que
recorran las páginas de dos libros significativos: “Botín de guerra” (de Julio Nosiglia) y “Niños
desaparecidos. Jóvenes localizados 1975-2015” (publicado por Abuelas de Plaza de Mayo y la
UNQ).

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Lecturas obligatorias del Módulo
- Abuelas de Plaza de Mayo (2007). La Historia de Abuelas. 30 años de búsqueda (1977- 2007).
Buenos Aires: APDM.
- Regueiro, S. (2015). “Subversivas”: “Malas madres” y familias “desnaturalizadas”. En: Cadernos
Pagu, No 44, pp. 423-452.
- Urosevich, F. (2015). La apropiación sistemática y planificada de niños como práctica social
genocida. El caso de la ESMA. En: Feierstein D. (dir.), Tela de Juicio. Debates en torno a las prácticas
sociales genocidas. Buenos Aires: Equipo de Asistencia Sociológica a las Querellas-EASQ.

Lecturas de profundización
- Abuelas de Plaza de Mayo (2015). Niños desaparecidos. Jóvenes localizados 1975-2015. Buenos
Aires: APDM.
- Nosiglia J. (2007). Botín de guerra. Buenos Aires: APDM.
- Villalta C. (2012). Entregas y secuestros: el rol del Estado en la apropiación de niños. Ciudad
Autónoma de Buenos Aires: Del Puerto-CELS.

11 Ibidem, pág. 83.

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