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Fase 1 - Reconocimiento

Presentado por:

Víctor Manuel Cruz. Código: 10932019530

Grupo Colaborativo
55

Presentado a:
Nayibe Bohórquez Ortiz

Universidad Nacional Abierta y a Distancia – UNAD


Escuela de Ciencias Sociales, Artes y Humanidades – ECSAH
Programa de psicología
Febrero
2021
Análisis de la Psicopatía de la adultez y la vejez
Izquierdo, A (2005) El desarrollo tiene lugar cuando se observan cambios
duraderos. En la persona coinciden el cambio y la estabilidad, dado que los
cambios de las diversas competencias personales transcurren a distintas
velocidades y en su interacción producen cierta estabilidad, por ejemplo, en la
autonomía de la persona o en su bienestar (Martin y Kliegel, 2004). Las
diferencias en los cambios indican que el desarrollo adulto puede manifestarse
multidireccionalmente, es decir, en algunas competencias de manera estable y en
otras aumentando o disminuyendo.
Este hecho permite investigar la relación entre los cambios y las distintas
competencias. Esta es la intención del estudio de Berlín de Mayer y Baltes (BASE,
1996) que analiza el transcurso de los recursos cognitivos, emocionales, mentales,
corporales y sociales a los 70 años. Schaie (1996), a su vez, dirige desde 1956,
con un mismo propósito, el Seattle Longitudinal Study (SLS) sobre la interacción
de los cambios en el rendimiento intelectual y los estilos conductuales en la edad
adulta.
A la hora de equiparar muestras y dadas las grandes diferencias en la manera de
envejecer, se intenta buscar y definir propiedades comunes en grupos de la misma
edad. Ante todo, se suelen estudiar los aspectos funcionales del bienestar (Gerok
y Brandstädter, 1992). El concepto del envejecimiento normal se orienta por la
norma típica, como puede ser el envejecimiento sin enfermedades crónicas, que
sería lo contrario del envejecimiento patológico. El envejecimiento exitoso ocurre
cuando las personas sienten satisfacción por poder adaptarse a las situaciones
cambiantes de su vida (Havighurst, 1948/1972)

Villanueva Claro, Mercedes. (2009) citan a G. Quintero que centra su atención en


los aspectos que hay que considerar en el trabajo clínico diario y que apuntan a
una desintegración, más o menos rápida de la personalidad, de modo que puedan
ser observados y tratados precozmente. Los cambios más frecuentes que
considera con los siguientes:
 Cambios en el pensamiento, en la afectividad o la conducta diaria del
anciano.
 Insatisfacción por la vida.
 Pérdida de autonomía.
 Insatisfacción y desajustes sexuales.
 Pérdida de papeles familiares y sociales.
 Rechazo e inadaptación a la vejez.
 Inconformidad con su imagen corporal.
 Procesos de aislamiento o disminución de las relaciones humanas.
Erick Ericsson (1902-1994) es considerado el autor más relevante, de tradición
psicoanalítica que supone una reconceptualización de la dinámica evolutiva del
ser humano. En su teoría del desarrollo psicosocial, identificó todas las etapas en
función de las crisis del yo que describe para cada una de ellas; denominó la fase
final con el término de vejez y señaló como crisis característica de esta etapa la
relación entre la integridad del yo versus la desesperanza.
En una de sus últimas obras, Vital involvement in Old Age, define la vejez como la
edad en que se adquieren comportamientos de dependencia, ligada a una
fragilización del estado de salud; reconoce que los comportamientos de
adaptación suponen el reconocimiento y la aceptación de una relación de
interdependencia -dependencia del organismo que impone limitaciones motrices,
sensoriales o mentales- hacia un entorno social donde la calidad de vida actual
depende completamente de esta relación. Ericsson insiste sobre el reflejo de
supervivencia indispensable durante esta edad y sobre la flexibilidad del
funcionamiento psíquico necesaria, permanente o indispensable para resolver
cualquier situación.
Describe la vejez como la fase que prepara al Hombre para la etapa final, la
muerte y la experiencia de soledad. Muchas han sido las investigaciones que han
asociado la vejez con la experiencia de soledad como una característica de la
edad; sin embargo, estudios recientes sobre el tema, realizados por T. Oroza
(2001), confirman que la soledad no es un patrimonio de la vejez, que puede
aparecer en otras etapas del ciclo vital de la familia o como resultado de diferentes
eventos vitales como crisis circunstanciales de la vida.
Pantallazo de la actividad foro de discusión.
Referencias bibliográficas

Izquierdo, A (2005). Psicología del desarrollo de la edad adulta: teorías y


contextos. Revista Complutense de Educación 16 (2). P. 601-619. Recuperado de
https://revistas.ucm.es/index.php/RCED/article/viewFile/RCED0505220601A/1599
0
Villanueva Claro, Mercedes. (2009). ABORDAJE HISTORICO DE LA
PSICOLOGIA DE LA VEJEZ. Revista Habanera de Ciencias Médicas, 8(3)
Recuperado en 05 de febrero de 2021, de http://scielo.sld.cu/scielo.php?
script=sci_arttext&pid=S1729-519X2009000300002&lng=es&tlng=es.

Amador, L., Marco, M. & Monreal, M. (2001). El adulto: etapas y consideraciones


para el aprendizaje. Sevilla: Revista Eúphoros No. 3. Págs. 97 – 112. Recuperado
de https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=1183063

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