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CAMPUS TEPIC
Actividad.
Proyecto integrador
Presenta:
Jorge Enrique Martagón Fernández
Matrícula:
B221066
Tutor:
Desde esta perspectiva médica, la vejez fue relacionada como un estado previo
a la muerte. De las primeras definiciones que se ofrecieron en la Gerontología,
Lansing proponía que la vejez “es un proceso progresivo, desfavorable, de cambio
ordinariamente ligado al paso del tiempo histórico que se vuelve perceptible después
de la madurez y concluye invariablemente en la muerte”, Golfarb, desde la Psiquiatría,
señalaba que: “el envejecimiento está mejor definido en términos funcionales como un
proceso inevitable y progresivo de menoscabo de la capacidad para adaptarse,
ajustarse y sobrevivir. La senectud es un estado en el cuál la disminución de la
capacidad funcional, física y mental, se ha hecho manifiesta, mensurable y
significativa” (Esquivel, Calleja, Hernandez, Medellin, & Paz, 2009).
Durante los últimos años del siglo XX aparecieron más definiciones sobre
vejez. “El envejecimiento se refiere a una transformación con el tiempo ordenada y
regular de los organismos representativos que viven bajo entornos representativos”.
También señala en esta misma línea de pensamiento que el organismo envejece, se
transforma y va perdiendo progresivamente sus facultades. Según esta autora, el
envejecimiento “reflejaría la tendencia al desorden que manifestaría un ser vivo
organizado como un sistema interrelacionado de substancias químicas inestables que
reaccionan en forma secuencial”. Se considera que es una etapa del desarrollo y
proceso de evolución del organismo resultado del deterioro funcional, donde el
individuo será cada vez más incapaz (Schale & Willis, 2003).
Edad funcional
Durante los años 70s, surgen una serie de publicaciones críticas respecto a la
concepción dominante en psicología de desarrollo, según la cual los cambios
evolutivos más importantes se producirían en la niñez y adolescencia, mientras que la
vida adulta se caracterizaría por una relativa estabilidad de las habilidades adquiridas a
lo largo de las etapas antes mencionadas que, empezarían a declinar al aproximarse la
vejez.
El enfoque del ciclo vital es inaugurado por Neugarten (1975) quien lo razona
en dos condiciones fundamentales: los eventos que suponen una transición para el
individuo (matrimonio, tener hijos, logros profesionales, retiro) y los roles que este
asume, los cuales implican cambios en el auto concepto y en la propia identidad
(Fernández Ballesteros, 2000). Son etapas nombradas como reloj social, debido a que
abarca una perspectiva sociológica, y se considera al ciclo vital como una sucesión de
roles sociales. Se observa en una sociedad moderna, el desvanecimiento de los límites
que se mantienen entre los roles que corresponden a cada edad, denominado en
sociología como ciclo vital fluido (Herrera Zapata & Vega Guerra, 2017).
Posteriormente el enfoque del ciclo vital ha sido desarrollado por autores como
Baltes (1987) quien estableció los supuestos que pueden considerarse la base del
enfoque del ciclo vital:
Dimensión biológica
Dimensión psicológica
Dimensión social
Alrededor del 15% de los adultos de más de 60 años del mundo sufren algún
trastorno mental, depresión, ansiedad y demencia son los dos más comunes. La
demencia y la depresión son los trastornos neuropsiquiátricos más comunes en ese
grupo de edad. La depresión afecta a nivel mundial al 7% de ellos y la demencia al
5%. Le siguen los trastornos de ansiedad (3,8%) y los problemas por abuso de
sustancias psicotrópicas (casi al 1%). Asimismo, aproximadamente una cuarta parte de
las muertes por daños auto infligidos corresponden a personas de este grupo de
población (Organización Panamericana de la Salud, 2013).
Demencia
Depresión
Factores de riesgo
Demográficos
Biológicos/Enfermedad orgánica
Deterioro funcional
Deterioro cognitivo
Evaluación
Funcionamiento cognitivo
Autonomía funcional
Autores:
Spielberger, Gorsuch y Lushene.
Publicación original:
Spielberger, Gorsuch y Lushene (1970).
Adaptación:
TEA (1982).
Aplicación:
Individual o colectiva.
Edad de aplicación:
Adolescentes y adultos con un nivel cultural mínimo que les permita comprender las
instrucciones y enunciados del instrumento.
Duración de la prueba:
No tiene tiempo limitado para su aplicación y habitualmente las personas emplean
alrededor 15 minutos para su completa realización
Se llega a la decisión de utilizar las pruebas antes mencionadas, debido a a los
buenos resultados que se han obtenido a lo largo de los años por diferentes
instituciones y profesionales. A su vez, se recomienda a modo personal el uso de más
pruebas (al menos una más por cada apartado) con el fin de tener una prueba con la
cual comparar y tener mayor confiabilidad en los resultados. Si se aplican dos pruebas
las cuales pretendan medir lo mismo y salen resultados similares (no mayor a 5-10
puntos de diferencia), entonces se puede estar más seguro de que se han aplicado de
manera correcta y es confiable las prueba.
Intervención
Evaluación racional-emotiva
1. Conseguir que las creencias racionales que se han ido instaurado a lo largo de
las etapas anteriores se arraiguen (Ellis, A. 2003).
2. Fortalecer el hábito de detectar, debatir y refutar creencias irracionales sobre
todo las basadas en exigencias absolutistas, creencias catastróficas, auto-
descalificaciones globales y baja tolerancia a la frustración (Ellis, A. 2003).
B. Objetivos generales.
1. Mejorar la calidad de vida en el paciente geriátrico, estimulando las áreas
sociales y mentales con las cuales presenta mayor dificultad de desarrollo.
2. Detener el deterioro cognitivo el cual influye directamente en la calidad de
vida del paciente al verse disminuidas sus funciones mentales básicas.
3. Aumentar el sentimiento de autonomía al poder bríndale herramientas como
trabajos o actividades que pueda hacer por sí mismo y que ayude a sentirse más
útil dentro de su entorno social y hacerle sentir que pertenece a una sociedad
que lo integra con gusto y aprobación por sus aportaciones.
C. Estrategias.
a) Deterioro Cognitivo.
Se hace menester explicitar que, previo a cualquier estrategia cognitiva,
siempre deberá realizarse la correspondiente exploración neuropsicológica que
posibilite determinar las funciones cognitivas afectadas y aquellas residuales, para la
posterior planificación de la estrategia interventiva a desarrollar (Díaz Barrientos, &
Sosa Coronado, 2010). Esto, claramente con el fin de atender las necesidades
personales de cada paciente. A continuación se exponen diversas técnicas de
intervención cognitiva:
b) Autoeficacia.
c) Autoestima.
Esquivel, L. R., Calleja, A. M. M., Hernandez, I. M., Medellin, M., & Paz, M.
T. (2009). Aportes para una conceptualización de la vejez.
Herrera Zapata, L. T., & Vega Guerra, M. F. (2017). Adaptabilidad ante los
cambios biopsicosociales del adulto mayor durante el proceso de
envejecimiento.