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Keywords: Abstract
- Demyelinating diseases Acute disseminated encephalomyelitis. Acute haemorrhagic leukoencephalitis.
- Differential diagnosis Other demyelinating diseases
- Red flags There are demyelinating diseases of the central nervous system other than multiple sclerosis. The
- Developments in diagnostic criteria help to reach an early diagnosis of the various diseases; however, the differential
diagnosis is broad. We therefore need to understand the atypical characteristics (red flags) of each
neuroimaging
disease to perform a correct diagnosis and offer appropriate therapeutic measures. The advances in
- Laboratory techniques neuroimaging and laboratory techniques are helping characterize and differentiate the various types of
diseases. In this update, we review the most important aspects of each disease.
casos, incrementar la batería de pruebas diagnósticas para de la médula espinal. Es más frecuente en niños y adultos
llegar a un diagnóstico certero1,8. jóvenes, y en algunas cohortes pediátricas se describe un cier-
En la presente actualización, se revisarán las característi- to predominio para el sexo masculino9-11. Suele encontrarse
cas más importantes de otras enfermedades desmielinizantes un factor precipitante, un proceso infeccioso previo, pero po-
del SNC distintas a la EM. En la tabla 1 se muestra un resu- cas veces se consigue identificar al microorganismo causante.
men de las mismas. Se han descrito casos de EMAD tras la inoculación de ciertas
vacunas (viruela, antigua vacuna de la rabia, etc.)10, aunque
parece que podría estar más en relación con que las vacunas
Encefalomielitis aguda diseminada estuvieran mal purificadas, contaminadas con cantidades ele-
vadas de antígenos de mielina que con el proceso de inmuni-
La encefalomielitis aguda diseminada (EMAD) es una enti- zación9. También se ha descrito una mayor susceptibilidad
dad infrecuente caracterizada por una extensa reacción infla- genética para desarrollar una EMAD en pacientes que pre-
matoria y desmielinizante del SNC, tanto del cerebro como sentan los alelos HLADQB1-0602-1501 y DRDI-15039.
TABLA 1
Manifestaciones diferenciales de las enfermedades desmielinizantes
Actualmente, se debe considerar la EMAD como un sín- focitos y macrófagos que contribuyan a la inflamación y des-
drome caracterizado por: a) un evento inflamatorio y des- mielinización perivenular. En respuesta a este proceso, se
mielinizante multifocal que afecta al encéfalo y, en algunos activarían y proliferarían los astrocitos, favoreciendo así el
casos, a la médula espinal; b) está acompañado de encefalo- proceso de remielinización9. En la tabla 2 se muestran los
patía y c) en la resonancia magnética (RM) presenta (fig. 1) criterios diagnósticos.
lesiones grandes y difusas (más de 1-2 cm) con márgenes La EMAD suele ser monofásica, raramente ocurre una
poco claros, pudiendo aparecer nuevas lesiones en los prime- forma multifásica. Si un paciente experimentara recaídas
ros tres meses desde el comienzo de la enfermedad, pudién- posteriores que no cumplan con los criterios clínicos de
dose presentar en la sustancia gris profunda (ganglios basa- EMAD, habría que considerar otras enfermedades desmie-
les) y siendo raras las lesiones hipointensas en T1. Por linziantes crónicas como la EM o TENMO13,11.
consenso, la duración del evento se considera de tres meses Hasta la fecha, ningún ensayo clínico ha evaluado las op-
como máximo, por lo que la aparición de nuevas lesiones en ciones terapéuticas para la EMAD, y los protocolos se basan
la RM tras los tres primeros meses desde el comienzo, no en la opinión de expertos y en estudios observacionales. El
permitiría realizar el diagnóstico12. En el estudio del líquido tratamiento inicial consiste en megadosis de metilpredniso-
cefalorraquídeo (LCR), lo habitual es encontrar una pleoci- lona intravenosa (entre 20 mg/kg y 30 mg/kg, hasta un máxi-
tosis linfocitaria leve-moderada con proteínas normales o mo de 1000 mg/día) durante 3-5 días. Si los síntomas mejo-
ligeramente elevadas. Las bandas oligoclonales (BOC) IgG ran, pero no se resuelven por completo, se puede continuar
suelen ser negativas en LCR13. con una pauta de prednisona vía oral comenzando con 1 mg/
La etiopatogenia es desconocida, no obstante, se tiende a kg/día durante 15 días, descendiendo posteriormente de for-
aceptar que los antígenos de origen vírico (sarampión, her- ma lenta. Si los síntomas persisten y son graves, se debe ini-
pes, varicela, paperas, virus de Epstein-Bar o influenza), por ciar un tratamiento con inmunoglobulinas intravenosas o
mimetismo molecular con los componentes de la mielina, con plasmaféresis9,10,13-15.
induzcan una respuesta inmunológica autorreactiva, llevada El pronóstico, por lo general, es favorable, y la mayoría
a cabo por linfocitos T autorreactivos y autoanticuerpos que de los pacientes se recuperan completamente en un período
atraviesen la barrera hematoencefálica y activen a otros lin- de 6 meses, aunque hay casos en los que los pacientes presen-
tan cierto deterioro cognitivo y al-
teraciones del comportamiento
como secuelas. Actualmente, se
está estudiando el solapamiento
entre la EMAD y las encefalitis au-
toinmunes, ya que hay casos descri-
tos de encefalitis por anticuerpos
anti N-metil-D-aspartato (NMDA)
que han presentado episodios de
desmielinización, previos, posterio-
res o simultáneos, aunque se des-
conoce la frecuencia con la que los
pacientes que desarrollan EMAD
desarrollan encefalitis por NMDA
y viceversa. Es importante conocer
que ambos trastornos se pueden
dar en el mismo paciente16.
Leucoencefalopatía
aguda hemorrágica
La leucoencefalopatía aguda he-
morrágica (LAH), descrita por pri-
mera vez por Hurst en 1941, se
puede considerar una variante gra-
ve y fulminante de la EMAD. Des-
de el punto de vista clínico, el dete-
rioro se produce rápidamente, en
cuestión de horas a unos pocos días
y, debido a que las lesiones se
Fig. 1. Resonancia magnética cerebral de una paciente que sufrió una encefalomielitis aguda diseminada. A. Secuen-
cia FLAIR de lesiones hiperintensas multifocales. B y C. T1 con Gad: la mayoría de las lesiones captan contraste. acompañan de un gran edema ce-
D. FLAIR + gadolinio. rebral que produce una herniación
Neuritis óptica
cerebral, el paciente puede fallecer en pocos días o semanas. Es un cuadro de pérdida de agudeza visual (AV) acompañada
El cuadro suele desarrollarse dos semanas después de un pro- de dolor o malestar con los movimientos oculares. A diferen-
ceso infeccioso y se presenta con una encefalopatía aguda cia de la EM, en los TENMO no es infrecuente: la afectación
con fiebre, cefalea, deterioro del nivel de conciencia y crisis bilateral; la intensidad grave con mala recuperación a pesar
convulsivas generalizas, sin detectarse, a menudo, ningún dé- del tratamiento (AV menor a 20/200); la presencia de un es-
ficit focal previo. La RM cerebral muestra múltiples lesiones cotoma no central o altitudinal y la afectación del quiasma
de sustancia blanca captantes de gadolinio, acompañadas de óptico observado en la RM cerebral7,6. Todas estas caracterís-
edema perilesional y focos hemorrágicos dispersos. En los ticas obligan a descartar un TENMO.
casos en los que se puede analizar el LCR se observa una
pleocitosis con predominio de polimorfonucleares, hiper- Mielitis aguda
protenorraquia y hematíes, sin consumo de glucosa. El trata- La principal característica es que suele ser longitudinalmente
miento es similar al descrito para la EMAD (megadosis de extensa, es decir, que abarca al menos 3 espacios vertebrales
corticoides, inmunoglobulinas intravenosas, plasmaféresis, en la imagen por RM medular (en cortes sagitales). La lesión
inmunosupresores, etc.) incluyendo medidas para controlar suele ser centromedular, expandiendo la médula y provocan-
la presión intracraneal (PiC). El diagnóstico suele ser post do una afectación completa con paresia grave o plejia por
mortem, destacando en la anatomía patológica una vasculitis debajo del nivel de la lesión. Esto contrasta con la mayoría
intensa con necrosis perivascular y hemorragias, exudado de de las mielitis que se producen en la EM, que suelen ser
fibrina e infiltración neutrofílica. El pronóstico es ominoso, parciales, afectar a cordones posteriores y predominar sínto-
concluyendo con el fallecimiento de un alto porcentaje de los mas sensitivos19,20. También se suele acompañar de dolor con
casos15,17. mayor frecuencia que en las mielitis de otras etiologías, es-
tando en probable relación con la afectación centromedular.
La recuperación suele ser peor que en las que se producen
Otras enfermedades desmielinizantes. debido a EM. La localización más frecuente es la cervical, y
Trastorno del espectro de la el hecho de que se extienda cranealmente hacia el tronco-
encéfalo tiene un alto valor predictivo para TENMO. La
neuromielitis óptica velocidad de instauración de los síntomas también suele ser
más rápida que en la EM19.
El TENMO es un trastorno inflamatorio que afecta al SNC,
antiguamente se pensaba que estaba estrechamente relacio- Síndrome del área postrema
nado con la EM, confundiéndose incluso con una forma Este síndrome, que se caracteriza por la tríada de náuseas,
óptico-espinal de EM. La identificación de los anticuerpos vómitos e hipo incoercible, ocurre hasta en el 43% de los
contra la acuoporina-4 (Ac. AQP-4), un canal de agua pre- pacientes. Es probable que el área postrema sea el sitio de
sente en los pies de los astrocitos altamente expresado en los entrada de los anticuerpos Anti-AQP4 al SNC, por lo que no
nervios ópticos, tronco cerebral y médula espinal; así como es raro que, en ocasiones, el síndrome sea el primer síntoma
la demostración de que tienen un papel patogénico han sido de la enfermedad, la presentación, lo que produce que el pa-
cruciales para la definición actual del trastorno. Dado que el ciente sea estudiado para descartar causas digestivas. Por lo
TENMO conlleva una morbilidad significativa y, en ocasio- general, responde al tratamiento con metilprednisolona y la
nes, mortalidad, un diagnóstico rápido y preciso seguido de recuperación del paciente es buena6,7,21.
una rápida instauración de un tratamiento preventivo es cru-
cial5-7. Síndrome troncoencefálico
El comienzo suele ser a edades más tardías que la EM, Además del síndrome del área postrema, se han descrito
con una edad media de 40 años, no siendo rara su presenta- otros síntomas debidos a la afectación troncoencefálica,
Pruebas complementarias
La alteración más frecuente en la RM cerebral es la presencia Fig. 2. Resonancia magnética axial T1 con gadolinio. Se observa, señalado con
de lesiones inespecíficas de sustancia blanca (asintomáticas). flecha azul, captación de contraste en el nervio óptico izquierdo que se extiende
También con frecuencia se ven lesiones periependimarias ad- al quiasma óptico en una paciente con trastorno del espectro de la neuromielitis
óptica.
yacentes al sistema ventricular, diencefálicas y tronco-ence-
fálicas. Es característico que la afectación de un nervio óptico
se prolongue al quiasma (fig. 2). Pueden aparecer lesiones en paciente de TENMO y otra enfermedad autoinmune, el pa-
el cuerpo calloso que afecten a todo su grosor6,7,21. En cuanto ciente debe presentar síntomas de ambas enfermedades, no
a la RM medular, lo característico es encontrar lesiones lon- bastando con la presencia de autoanticuerpos sugerentes de
gitudinalmente extensas, que expandan la médula espinal y otra enfermedad sistémica7,20,21.
que capten contraste de manera irregular (fig. 3). Se ha descrito que en un 3,2-12% de los casos puede ser
A todo paciente en el que se sospecha un TENMO se le parte de un síndrome paraneoplásico, sobre todo en pacien-
debe determinar en suero la presencia de anticuerpos AQP4, tes mayores de 50 años. En estos casos, habría que considerar
preferiblemente mediante métodos celulares, ya que presen- ampliar el estudio para descartar una neoplasia oculta. Se ha
tan una mayor sensibilidad y especificidad con respecto a descrito asociación con carcinoma de mama, linfoma, carci-
otros métodos, como las técnicas de ensayo inmunoabsor- noma de pulmón, tumor carcinoide, timoma, teratoma ová-
bente ligado a enzimas (ELISA) (sensibilidad del 76 y 65%, rico, cáncer de cérvix uterino, carcinoma de tiroides, gamma-
respectivamente, especificidad del 99 y 97%, respectivamen- patía monoclonal, adenocarcinoma de próstata, leucemia
te)7. El estudio de LCR será normal durante una remisión y aguda mieloide, somatotropinoma hipofisario, carcinoma
tiende a estar más alterado en el contexto de una mielitis seroso de ovario y carcinoma adrenocortical24.
transversa que durante una neuritis óptica; pudiéndose en- En la tabla 3 se pueden consultar los criterios diagnósti-
contrar hasta 380 células, a veces con predominio de polinu- cos.
cleados6,7. La determinación de BOC IgG en LCR suele ser
negativa, siendo solo positiva en un 10% de los casos22. Es
posible la determinación de anticuerpos AQP4 en LCR, pero Tratamiento de las recaídas
solo estaría justificado en pacientes con sospecha de TEN-
MO en los que la determinación en suero haya sido negati- La evidencia actual se basa en opiniones de expertos y estu-
va6. Se ha demostrado que los niveles de proteína ácida glio- dios observacionales. La megadosis de corticoides y la plas-
fibrilar están significativamente elevados durante los ataques maféresis son los dos tratamientos más frecuentemente usa-
iniciales del TENMO a niveles mucho más altos que en otras dos para las recaídas. También se puede usar la administración
enfermedades inflamatorias del SNC, resultado del daño as- intravenosa de inmunoglobulinas. En casos dramáticos en
trocítico prominente en este tipo de trastornos. Los niveles los que no respondan a ninguna de las terapias, algunos au-
de interleucina 6 también se elevan durante las recaídas7,20,21. tores recomiendan el tratamiento con ciclofosfamida, aun-
Frecuentemente se asocia el TENMO con otras enfer- que no hay datos sólidos que avalen esa práctica terapéuti-
medades autoinmunes, como lupus eritematoso sistémico ca5,7,15.
(LES), enfermedad de Sjögren y miastenia gravis. También se
ha descrito la coexistencia con enfermedad autoinmune del Corticoides
tiroides, artritis reumatoide o encefalitis autoinmune Normalmente, siguiendo el mismo esquema que se utiliza en
(VGKC, Caspr2, ILGIL, CRMP-5)23. Para diagnosticar a un la EM, se utilizan dosis de 1000 mg de metilprednisolona
Fig. 3. Resonancia magnética cervical potenciada en T2. Se observan dos pacientes con lesiones cervicales longitudinalmente extensas. En la imagen A se aprecia cómo
se extiende la lesión cranealmente hacia la parte inferior del tronco-encéfalo. En la imagen B se observa cómo la lesión produce una expansión de la médula sobre todo
a nivel de C5-C6.
cos, insuficiencia renal y anafilaxia (sobre todo en casos de Suele ser mejor tolerado gastrointestinalmente que azatio-
déficit de IgA). La mayoría son autolimitados y no requieren prina. En cuanto a los efectos adversos, se describen los
la suspensión del tratamiento, se aconseja premedicar antes siguientes: infecciones oportunistas, supresión de médula
de la primera infusión con 1000 mg de paracetamol intrave- ósea, trastornos linfoproliferativos y alteraciones dermato-
noso y 5 mg de dexclorferniramina intravenosa5,7,15,21. lógicas. Está contraindicado durante el embarazo y las pa-
cientes en edad fértil deben usar métodos anticonceptivos
mientras dure el tratamiento y al menos 6 semanas después
Tratamiento preventivo de su finalización. La monitorización es similar a la descri-
ta con azatioprina, pudiendo espaciarse los análisis tras el
Por lo general, dado el riesgo de recaídas, se recomienda ini- primer año5,7,25.
ciar un tratamiento preventivo, para disminuir el riesgo de
recaída y de sus potenciales secuelas, a todos los pacientes Rituximab
con anticuerpos AQP4+, quedando a criterio del médico tra- Anticuerpo monoclonal quimérico dirigido frente al
tante el iniciarlo en los casos seronegativos, pues en un CD20, marcador de células B. Produce una depleción de
5-10% de los casos la enfermedad podría ser monofásica6,25. las mismas. Se suele utilizar en casos en los que se ha ob-
Los tratamientos que se usan con mayor frecuencia son aza- tenido una respuesta subóptima con los tratamientos des-
tioprina, micofenolato de mofetilo y rituximab. La evidencia critos previamente. Existen varios esquemas terapéuticos,
actual se basa en opiniones de expertos y estudios observa- se puede administrar un ciclo en 4 dosis separadas por una
cionales, aunque en este momento se están realizando ensa- semana de 375 mg/m2 o dos dosis de 1000 mg separados
yos clínicos con otros tratamientos, por lo que en casos se- por 15 días. Se suelen administrar los siguientes ciclos a los
leccionados puede ser una opción para el paciente, entre 6 meses del primer ciclo o si se identifican células CD20+
otros actualmente están en fase III los siguientes fármacos: en sangre periférica. En cuanto a los efectos adversos, se
eculizumab (actúa como inhibidor del complemento, puede deben tener en cuenta los asociados a la infusión, las infec-
ser utilizado como terapia aditiva o en monoterapia), SA237 ciones oportunistas o la reactivación de virus (hepatitis B).
(anticuerpo monoclonal frente al receptor de la interleucina Se han descrito casos de leucoencefalopatía multifocal pro-
6, similar al tocilizumab) y MEDI-551 (anticuerpo monoclo- gresiva por reactivación del virus John Cunningham, en
nal anti-CD19). pacientes que estaban en tratamiento con rituximab, con-
comitante con otros quimioterápicos (terapia para trastor-
Azatioprina nos linfoproliferativos), no se ha comunicado ningún caso
Análogo de las purinas, actúa como antimetabolito interfirien- hasta la fecha en pacientes con TENMO en monoterapia
do en la proliferación de los linfocitos. Para ajustar la dosis, se con rituximab5,7,25.
recomienda determinar la actividad de la tiopurina metiltrans-
ferasa (TPMT). Se puede iniciar en dosis de 25 mg/día o
50 mg/día e ir incrementado posteriormente según su toleran- Esclerosis concéntrica de Baló
cia. La dosis objetivo sería entre 2 mg/kg y 2,5 mg/kg. El au-
mento del volumen corpuscular medio de los hematíes o la La esclerosis concéntrica de Baló es un subtipo raro de en-
presencia de linfopenia pueden indicar que la dosis se encuen- fermedad desmielinizante que cuenta con características ra-
tra en rango terapéutico. Se debe monitorizar con hemograma diológicas y anatomopatológicas propias. Con los avances en
y pruebas hepáticas semanales durante el primer mes de trata- neuroimagen se ha demostrado que la historia natural de la
miento, cada 15 días en el segundo y tercer mes, y mensual- enfermedad es variable, pero con el tratamiento en fase agu-
mente durante el resto del primer año. Se recomienda solapar da, la recuperación de los síntomas neurológicos es posible.
el tratamiento durante los primeros 6 meses con un tratamien- La edad media de aparición son los 34 años, es más frecuen-
to de descenso con prednisona, dado que puede tardar ese te en mujeres y en la raza asiática.
tiempo en actuar completamente. Tras diez años de tratamien- La afectación clínica depende de la localización de la le-
to, el riesgo de carcinogénesis se incrementa, y habría que re- sión, siendo muy variable: dolor de cabeza y náuseas, altera-
valorar la necesidad de continuar el tratamiento u optar por ción del lenguaje, trastornos visuales, alteración del compor-
otra alternativa5,7,25. tamiento, déficits motores, etc.
La RM cerebral muestra en secuencias potenciadas en
Micofenolato de mofetilo T1 lesiones con anillos concéntricos isointensos e hipointen-
Inhibe la síntesis de nucleótidos de guanosina, suprimien- sos alternos, mientras que en T2 estos anillos se muestran
do así la proliferación de linfocitos. Es una alternativa a hiperintensos e isointensos, se han descrito otros patrones
azatioprina, probablemente de acción más rápida. Se puede más complejos como en mosaico, roseta, clavel o en barras
comenzar con 500 mg diarios durante la primera semana, paralelas26,27. La lesión no se suele acompañar de edema y, si
500 mg cada 12 horas en la segunda semana, 1000 mg por lo hace, es mínimo. Suele observarse una captación de con-
la mañana y 500 mg por la noche en la tercera semana y traste en el borde más periférico de la lesión. Se puede pre-
mantener el tratamiento posteriormente con dosis de 1000 sentar en forma de múltiples lesiones, aunque con más fre-
mg cada 12 horas, en caso de ser necesario, podría aumen- cuencia lo hace con una única lesión. Aparecen en la sustancia
tarse hasta 3000 mg diarios (divididos en dos dosis) para blanca, preservando a las fibras en U (a diferencia de las le-
mantener los linfocitos por debajo de 1500 células/mcl. siones típicas de EM)27,28. En estudios con tomografía por
medad de Marburg es una variante de EM o una entidad Ácidos largos de cadena muy larga normales
Ausencia de antecedentes de neuritis óptica y de evidencia clínica de infarto de la Resonancia magnética nuclear cerebral o potenciales evocados visuales sugerentes
arteria espinal anterior de desmielinización del sistema nervioso central
Determinación positiva para los anticuerpos anti-MOG mediante métodos celulares
LCR: líquido cefalorraquídeo.
ble su monitorización a largo plazo22,39. En cuanto al trata- 12. Baumann M, Sahin K, Lechner C, Hennes EM, Schanda K, Mader S, et
al. Clinical and neuroradiological differences of paediatric acute dissemi-
miento, se tienden a seguir los mismos esquemas que el uti- nating encephalomyelitis with and without antibodies to the myelin oli-
lizado para los TENMO. godendrocyte glycoprotein. J Neurol Neurosurg Psychiatry [Internet].
2014;265-72.
✔
13. Narula S, Banwell B. Pediatric demyelination. Contin Lifelong Learn
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Responsabilidades éticas ✔
14. Alves-leon SV, Veluttini-pimentel ML, Gouveia ME, Gaspareto EL, Al-
varenga MP, Frugulhetti I, et al. Acute disseminated encephalomyelitis.
Arq Neuropsiquiatr. 2009;67:643-51.
Protección de personas y animales. Los autores declaran ✔r
15. Bevan CJ, Cree BA. Fulminant demyelinating diseases of the cen-
tral nervous system. Semin Neurol. 2015;35(6):656-66.
que para esta investigación no se han realizado experimentos 16. Titulaer MJ, Höftberger R, Iizuka T, Leypoldt F, McCracken L, Cellucci
T, et al. Overlapping demyelinating syndromes and anti-N-methyl-D-
en seres humanos ni en animales. aspartate receptor encephalitis. Ann Neurol. 2014;75(3):411-28.
17. Hart MN, Earle KM. Haemorrhagic clinical-pathological encephalitis: a
clinical-pathological review of 38 cases. J Neurol Neurosurg Psychiatry.
Confidencialidad de los datos. Los autores declaran que en 1975;(1972):585-91.
este artículo no aparecen datos de pacientes. 18. Romero Delgado F, Cuello JP, García Domínguez JM, Higueras Hernán-
dez Y, Goicochea-Briceño H, Guzmán de Villoria JA, et al. Neuromyelitis
optica spectrum disorder in a ninety-year-old woman. A Case Report. Int
Derecho a la privacidad y consentimiento informado. Los J Neurol Neurother. 2016;3(2):3-5.
autores declaran que en este artículo no aparecen datos de ✔
19. Mariano R, Flanagan EP, Weinshenker BG, Palace J. A practical approach
to the diagnosis of spinal cord lesions. Pract Neurol. 2018;18(3):187-200.
pacientes. ✔
20. Cree BAC. Acute inflammatory myelopathies. En: Day BL, Lord SR, edi-
tors. Handbook of clinical neurology [Internet]. 1st ed. Amsterdam: Else-
vier B.V.; 2014. p. 613-67.
Conflicto de intereses ✔
21. Höftberger R, Lassmann H. Inflammatory demyelinating diseases of the
central nervous system. En: Day BL, Lord SR, editors. Handbook of cli-
nical neurology [Internet]. 2018. p. 263-83.