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INTRODUCCIÓN
CASO CLÍNICO
Ingresó en la sala de observación el día 12-2-07 y egresó el día 13-2-07 con diagnóstico
de epilepsia y recibió tratamiento con fenobarbital de 100 mg, una tableta dos veces al
día y difenilhidantoína de 100 mg (en Cuba las tabletas son de 50 mg) una tableta tres
veces al día.
Estudios analíticos:
Hematocrito fue 41 volúmenes por ciento.
Leucograma: mostró 8 000 células/mm3 con el siguiente diferencial neutrófilos: 85 %
linfocitos: 15 %; plaquetas: 500 000/mm3; glicemia: 81 mg/dl; urea: 17 mg/dl;
creatinina: 0,5 mg/dl.
Examen parcial de orina: color amarillo, aspecto transparente, gravedad 1 005, Ph 5,
cilindros epiteliales escasos, leucocitos: 0-1 por campo, bacterias escasas.
VIH: negativo
Heces fecales: Áscaris lumbricoides 20 huevos por campo.
Al no tener más crisis lo egresan con tratamiento ambulatorio con iguales fármacos ya
descritos, no se reflejan otros datos en su historia clínica de urgencia.
Reingresó el día 22/2/07 y fue egresado el día 12/3/07 durante el mismo se realizó una
tomografía axial computarizada (TAC) que mostró múltiples lesiones quísticas
cerebrales intraparenquimatosas de diferentes tamaños en ambos hemisferios cerebrales
compatibles con neurocisticercosis en etapas vesicular, calcificadas y con edema
perilesional.
La forma clínica en este paciente fue la parenquimatosa, descrita como la más frecuente
(22-69 %) y se manifiesta por lo general con cefalea, crisis convulsivas, déficit
neurológico focal o deterioro intelectual. Se reporta un caso similar a este por Serrano
Ocaña G, et al. Se describen otras formas de presentación como la subaracnoidea, la
intraventricular, la espinal y la extraneural. En este caso, la existencia de un
traumatismo craneal previo fue motivo de duda sobre la posibilidad de hematoma
subdural crónico, lo cual evidentemente se descartó con la neuroimagen. Existen
enfermedades tales como epilepsia que pueden coexistir con el diagnóstico de
cisticercosis cerebral. También se describe como otras parasitosis intestinales pueden
interferir con la absorción de fármacos antiepilépticos que se manifiestan en el paciente
de difícil control que no demuestra como causa la cisticercosis cerebral.
CONCLUSIONES
INTRODUCCIÓN
Caso clínico
El examen físico reveló a un paciente despierto, con funciones vitales normales que
presentaba en forma intermitente y episódica para fasias semánticas y literales, fallos
para nominar y bloqueos de corta duración (2 minutos aproximadamente) sin trastorno
de conciencia ni fenómeno post-ictal; sin déficit motor ni sensitivo, sin trastorno de
marcha, ni de nervios craneales.
DISCUSIÓN
En el Perú más de la mitad de pacientes adultos con crisis epilépticas las presentan
secundarias a neurocisticercosis y esta es la principal causa de admisión hospitalaria por
epilepsia de inicioreciente. En general, los cuadros clínicos dependen de la localización,
tamaño y número de parásitos en el encéfalo.
No hay consenso con respecto al tipo de crisis epiléptica predominante que presentan
los pacientes con neurocisticercosis. Algunos autores reportan una proporción mayor de
crisis parciales sobretodo en la edad pediátrica. Otros concluyen que las crisis
generalizadas son más frecuentes. Parece que las crisis generalizadas o crisis parciales
secundariamente generalizadas son las reportadas con mayor frecuencia, mientras que
las crisis parciales complejas sin generalización secundaria son menos frecuentes. De
todas formas el tipo de crisis dependerá de la ubicación topográfica del parásito en el
cerebro y su afectación a la corteza.
Asimismo en otro estudio indio realizado por Tushar Patilet al quien describió las
características clínico-radiológicas de 40 pacientes, encontró que la presentación clínica
más común fue crisis parciales simples en un 47,5%, crisis parciales
complejas7,5%,crisis parciales con generalización secundaria 10% y 35% pacientes
tuvieron crisis generalizadas principalmente.
Estamos ante el caso de un paciente varón que presenta epilepsia focal sintomática
debido a neurocisticercosis cuya forma de presentación eran crisis parciales simples con
afasia paroxismal; siendo explicada la presentación por la localización y estadío del
parásito, confirmada por la buena respuesta a la terapia antiepiléptica y antiparasitaria.
Si bien la bibliografía describe estas formas de presentación, de crisis parciales, éstas
son descritas como crisis parciales motoras y es en la característica de las crisis de
nuestro paciente que radica la singularidad del caso, siendo ésta no descrita
anteriormente en la literatura indexada.
TOXOPLASMOSIS CEREBRAL EN
INTRODUCCION
MATERIAL Y METODOS
De aquellos con serología positiva 25 pacientes (7,3%) cursaron con cuadro clínico
compatible con diagnóstico de toxoplasmosis encefálica, de los cuales 23 pertenecían al
sexo masculino y 2 al sexo femenino.
c) Serológico:
En ningún caso, se realizó biopsia cerebral confirmatoria por presentar los pacientes un
cuadro clínico y tomográfico compatible con el diagnóstico de toxoplasmosis cerebral,
sin evidencia clínica orientadora de otra patología. Se suma a ello las limitaciones
técnicas que no fueron ajenas en el momento de decidir la conducta diagnóstica.
3.- Diagnóstico de valoración inmunológica
A los 4 pacientes restantes el estudio les fue solicitado como parte del protocolo de
valoración inmunológica, con anterioridad al debut clínico de su parasitosis
(promediamente 15 meses antes), constatándose en 3 de ellos, cifras de CD4 entre 200 y
400 mm3 y en un paciente cifras superiores a 400 mm3.
TRATAMIENTO
Cinco de los 24 pacientes tratados recibieron en el inicio, un esquema sin ácido folinico
pero con pirimetamina + sulfadiazina. En todos ellos se observó una mala tolerancia, y
en tres de ellos se logró una adecuada respuesta de su toxoplasmosis encefálica con
remisión clínica y tomográfica. En los 3 pacientes se desarrolló una pancitopenia, que la
medicación antifólica logro revertir solo en 2 de ellos, falleciendo el restante.
Los 10 pacientes con mala respuesta a los tratamientos, sufrieron una agravación
progresiva de su afección, motivada por un acceso tardío al diagnóstico (3 pacientes)
ineficacia terapéutica (4 pacientes) y recaída por abandono de medicación (3 pacientes).
RECOMENDACIONES
Introducción
La bilharziasis supone una verdadera epidemia que afecta a más de cien millones de
personas en el mundo según la OMS. Es una enfermedad consecuencia del contacto sin
protección de la piel con aguas contaminadas por el parásito Schistosoma haematobium,
tremátodo que para sobrevivir necesita calor y humedad además de la participación del
caracol Bulinus, lo cual explica que se encuentre principalmente en determinadas zonas
como el África tropical donde es responsable de una gran morbilidad y mortalidad. Los
inmigrantes y viajeros que vienen de estas zonas son los pacientes susceptibles de
padecer Bilharziasis en los países europeos: por ello la European Association of
Urology ha preparado una guía clínica para el diagnóstico y tratamiento de la
esquistosomiasis.
Caso clínico
Con vistas a realizar un diagnóstico definitivo se realizó, bajo anestesia raquídea, RTU
vesical con coagulación de la lesión previa toma de biopsias frías superficiales en fondo
vesical para su análisis patológico.
Las larvas maduras son responsables de la invasión sistémica que en ocasiones produce
síntomas floridos como artralgias, dolor abdominal, urticaria, cefaleas y/o picos febriles;
este cuadro clínico agudo conocido como Síndrome de Katayama es más frecuente en
viajeros y en niños. Sin embargo lo más común, al igual que la primoinfección, es que
pase desapercibida y pasados tres meses se eliminen huevos por la orina ya que habitan
en el sistema venoso vesical donde son bien tolerados y no producen trombosis,
facilitándose así el diagnóstico de esta parasitosis.
CASO CLÍNICO
Los tres especímenes identificados como Fasciola hepatica juvenil y adulto (figura 2),
fueron fijados en formol al 10%. En el laboratorio, estas duelas fueron lavadas con agua
destilada, con repetidos cambios, para la eliminación del formol. Luego, se hizo el
aplanamiento entre dos láminas, sujetas con pabilo por una semana, lo que permitió
diferenciarlas mejor (figuras 3 a 6). Posteriormente, se realizó la coloración con carmín
clorhídrico. Se muestra en la figura 4 las fuertes espinas curvas y dirigidas hacia atrás,
antes de colorearlas, y las coloreadas con carmín clorhídrico (figuras 5 y 6).
DISCUSIÓN
La infestación con Fasciola hepatica ocurre por el consumo de vegetales de tallo corto
y consumo crudo o frutas; allí se establecen las metacercarias, que ingresan vía
digestiva atravesando la pared del intestino. Después de 6 a 9 semanas (o de 42 a 60
días), las fasciolas jóvenes penetran la cápsula del hígado; algunas de ellas evolucionan
hasta adultas en el árbol biliar.
Caso 1
http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1025-
02552014000100010&lang=es
caso 2
http://www.scielo.org.pe/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0034-
85972015000300006&lang=es
Caso 3
https://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0716-
07201997000300011&lang=es
Caso 4
https://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0004-
06142007000700010&lang=es
Caso 5
http://www.scielo.org.pe/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1025-
55832011000200009&lang=es