Está en la página 1de 3

COMENTARIO CRÍTICO DE: “PRIMER CONVERSATORIO INTERNACIONAL…

VALOR DE LA EDUCACIÓN A DISTANCIA Y VIRTUAL EN LA SOCIEDAD DEL


APRENDIZAJE”.
Participantes: ANTONIO BARTOLOMÉ, ANTONIO MENESES HERNÁNDEZ, CLARA ESPERANZA
PEDRAZA Y ÁLVARO GALVIS.

El conversatorio giró en torno a tres preguntas:

1. ¿Por qué se habla de sociedades del aprendizaje?


2. ¿Cuál debe ser el nuevo modelo de Educación para un entorno conectado en
red?
3. ¿Qué valor adquiere la educación desde la virtualidad?

Alguna vez se ha escuchado ¿estudiar para qué?: pregunta que se formulan padres de
familia y estudiantes… y como buenos docentes repetimos el discurso “La educación
es lo que libera al hombre del sometimiento en todas sus formas, es la que permite
mejorar el estatus social” ya sea con estas palabras o con otras pero, la idea es la
misma. Después de escuchar el conversatorio surgieron tantos interrogantes a la
labor docente.
En primera instancia, surge el autocuestionamiento referente a la didáctica, a la
pedagogía, al modelo educativo, a la metodología e incluso a la misma pedagogía que
se aprendió en la universidad y parece que el tiempo transcurrió sin generar cambio
alguno en la forma de abordar las clases, e incluso se habla de salir de la rutina en las
clases, que no sensibiliza ninguna fibra del ser, es descontextualizado, hay tanta
información pero, los estudiantes no ven claramente cómo articularla y mucho menos
cómo aplicarla en diversos entornos y aprenden por una nota. Entonces no se estaría
cumpliendo con la intención de las sociedades del aprendizaje que apuntan a una
educación que sea útil para abordar desde la parte emocional, hasta los aspectos más
complejos de la vida. Como docente, aún se tiene el concepto rígido que es al interior
del aula es donde realmente se llevan los procesos de enseñanza-aprendizaje y se
olvida, que cualquier escenario se convierte en entornos de enorme riqueza cultural
que llegan a permear a los estudiantes más, que el interior de un aula de clase.
Un segundo planteamiento, tiene que ver con el acompañamiento virtual que se hace
por esta época de pandemia. Los conferencistas sacudieron fuertemente mis
conceptos sobre calidad educativa porque, estaban muy arraigados en el concepto del
contacto físico, visual, que se logra desde la presencialidad. Hoy reflexiono que
todos los planes de acción del gobierno estudiantil y de cada una de las áreas de
gestión institucional que no tuvieron continuidad y la sensación de crisis y
estancamiento producto del trabajo virtual, es debido a barreras físicas, psicológicas, a
fuertes paradigmas, a mentalidad rígida frente a los cambios que se debían asumir
para afrontar los nuevos retos.
Al autoevaluarme, considero que perdí estos ocho meses de cuarentena; que era la
oportunidad de haber asumido una posición diferente, que no siempre se va tener el
control de todo y, considero que todos los docentes estamos en la misma situación,
porque nos centramos en cómo comunicarnos con los estudiantes, cómo abordar las
clases, en cómo continuar con un currículo que costó mucho trabajo flexibilizarlo
(aspectos muy importantes a tener en cuenta), pero, no hubo, ni se ha realizado el
análisis ni individual ni desde lo colectivo de cómo abordar esta virtualidad rural desde
varias ópticas, nunca fuimos propositivos, porque no hemos visto más allá de la
pantalla del computador. Puedo concluir en este aspecto que, como docente debo
desaprender viejos patrones para poder aprender y encarar con innovación los retos de
la educación desde la virtualidad.

Un tercer aspecto a tener en cuenta, es el uso de las TIC, y no es porque no se usen,


es porque se emplean para apoyar las clases monótonas y aburridas que incluso en
esta época de emergencia sanitaria se siguen impartiendo, sin un propósito claro de
transformación académica y de generación de conocimiento y mejora de las
habilidades comunicativas, mentales y de pensamiento.

Un cuarto aspecto muy importante donde me cuestiono, tiene que ver con lograr nexos
emocionales con estudiantes, a aprender a conocerlos, a identificar sus intereses de
interacción desde la virtualidad, ya que al recapitular esta temporada de
acompañamiento virtual han sido de los aspectos menos abordados, se basó
únicamente en el componente académico, olvidando por completo al ser.

Para concluir, fue una actividad muy enriquecedora, que tocó fibras muy profundas de
mi rol como docente, me “raje” en la sociedad del aprendizaje, generó un cambio de
pensamientos para abordar una futura alternancia educativa, sin olvidar que la
educación virtual será parte de los procesos académicos y de aprendizaje en nuestras
instituciones educativas.

También podría gustarte