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vos dioses atrajeron su atención, e incluyeron en el do se propuso salvar del colapso al Estado restau-
Calendario deidades de las ciudades etruscas y de las rando la antigua religión romana y la moralidad
ciudades griegas de Italia. Júpiter, Juno y Minerva inherente a ella.
vinieron de Btruria; el griego Hefaistos fue equipa- Esta religión fria y un poco informe sostenía una
rado a Vulcano, que 1os romanos habian adoptado rígida moral, y la mitología no impedía eJ desarrollo
de sus vecinos etruscos. También había mucbas del· de esta moral. Homero había plasmado para los gric
dades "itáJicas", porque -si bien para símpbncar gos leyendas sobre los dioses en versos jrunortales
hemos hablado de "romanos"- Roma misma estaba - hasta que en una época posterior los criticos ob-
constituida por una fusión de tribus itálicas con jetaron que estos dioses eran menos morales que los
cultos propios, que indudablemcn te tendrían cierto hombres-. Los romanos, aparte de las fónnulas de las
aire de familia. oraciones, no tenían escrituras sagradas y, por tanto,
Los colegios se encargaban de establecer, regi~ no había ninguna moralidad mítica que destruir. Lo
trar y trasmitir, sin alterarlas, las fórmulas de in- que le interesaba al individuo era establecer re1aciones
vocación y de oración. En siglos posteriores, podía adecuadas con los dioses, no pecular acerca de su
darse el caso de que un sacerdote utilizase una li- naturaleza. Lo que a la ciudad le interesaba era lo mis-
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mo, y se le permlúa al individuo entregarse a sus cr~ ligioso, y no podrá comprenderse la 1i teratura pos-
encías particulares, si así lo deseaba. La actitud roma- terior si las virtudes, a las que tan a menudo apelan
na siempre es ]a misma; )a toJerancia1 con tal de que el h~storiador y el orador, no se interpretan en este
no se perjudicara la moral pública y que no se atacara sentido. Estas ideas estaban ligadas al deber, im·
al Estado como Estado. El romano1 a medida que se puesto a la casa y al Estado, de adorar a los dioses.
dcsarrollaba 1 asignaba a los dioses su propia morali- Aquí es donde ha de encontrarse la raíz de ese sen-
dad. El proceso puede ilustrarse de Ja manera si- tido del deber que caracterizó al romano en su mejor
guiente: aspecto. A menudo le hacía parecer poco interesante,
Una de las primeras fuerzas que se indlviduaJizó pero podía llegar a ser un mártir por un ideal. No
fue el poder del sol y del cielo; a este poder se le discutía acerca de lo que era honorable o justo: sus
llamó Júpiter~ a no ser que Júpiter fuese el espíritu ideas eran tradicionales e instintivas y las sostenía
único del cual se individualizaron otros numlna. AJ con una tenacidad casi religiosa.
principio se acostumbraba prestar juramento al aire
libre~ bajo el cielo, donde no podía oc-ultarse ningún Ningán clamor de ltl plebe por el tn4l,
secreto a un poder que lo vefa todo. Bajo este as- ningún ceao tirano, cuyo fnmcfmfento puede matar:
pecto de fuer.la atestiguadora, Hércules recibió el es capaz de debilitar el poder que hac~ fuerte;
al hombre de firme y justa voluntad.
epíteto de Fidius 1 "el que se ocupa de la buena fe".
De nuevo aparece en escena la tendencia individua-
lizadora: se personificó el abstracto del epíteto Pides, Así de inflexible era el romano.
"buena fe''. Y el proceso continuó: se atribuyeron Quizás el concepto que mejor demuestra el pun· .
otros epítetos a Pides para designar Jas diferentes es· to de vista romano es el de genius. La idea del "gc>
feras en que Pides actuaba. nio" empieza por el pater familias 1 que al engendrar
Esta habilidad para abstraer una característica hijos se convierte en cabeza de familia. Se aísla su
esencial es parte del proceso mental del jurista. ~ carácter esencial y se le atribuye una existencia es·
romanos demostraron la capacidad de aislar lo 1m· P.lritual aparte; di.rige 1a familia, que le debe su con-
portante y buscar sus aplicaciones; de aquí su juns- tJnuldad y busca su protección. Asf, como un eslabón
prudencia. Bn el tipo de especulación que exige urla en ese misterioso encadenamiento de hijo-padre-hijo-
imaginación creadora, pero que casi parece hacer padre, el individuo adquiere un nuevo signifkado; se
caso omiso de·los dat~ de la experiencia, fracasaron. sitúa contra un fondo que, en lugar de una superficie
Pero lo más importante es que el aislamiento de las continua, está fonnado por fragmentos dotados de
ideas morales daba a éstas un nuevo realce. En el fonna, teniendo uno de ellos la suya propia. Su "ge-
hogar y en el Estado las ideas morales ocuparon un nio,, por tanto, es lo que 1e coloca en una relación
lugar semejante al de las "fuerzas" mismas. Bran especial respecto a Ja familia que existió antes que él
y que ha perecido, y respecto a la familia (}lle ha de
cosas reales en sf 1 y no creadas por la opinión; tenían nacer de sus hijos. Una cadena de misterioso poder
validez objetiva. No es necesario indicar que las une la familia de generación en generación. A su
cualidades abstractas apenas pudieron haber inspira- "genio" se debe que él, un hombre de carne y hueso,
do un sentimiento religioso fervoroso, pues tampoco pueda ser un eslabón en esa de cadena invisible.
lo lograron las "fuerzas11 • Además 1 estas. cualidades Recuérdese la costumbre, en realidad el derecho,
pronto fueron personificadas en una larga serie de según el cual las familias nobles instalaban en un
"romanos nobles". La cuestión es que las ldeas mo- nicho, en Ja sala principal de la casa, máscaras de
rales estaban envuelt~ en la santidad deJ culto re-
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cera al principio y, más tarde, bustos de los antepa· vez, de una "Providencia" que la protege, y de una
sados merecedores del agradecimiento de su familia misión que aquélla está cumpliendo.
o del Estado. Estos bustos se asociaban a los ritos Ya sabemos que en el hogar del campesino la es--
domésticos más solemnes del hogar. No se trataba posa ocupa un lugar de autoridad y responsabilidad.
de un culto de los antepasados ni de apaciguar a Jos Entre Jos romanos la mujer estaba, teóricamente,
desaparecidos; sino más bien de una prueba de que bajo la tutela del marido, y según la ley no disfru·
ellos y todo Io que representaban vivían aún y ali· taba de derechos. Pero no se la mantenía en reclusión
mentaban la vida espiritual de la familia. como en el hogar griego. Compartfa la vida de su
Fue un paso insignificante en el desarrollo de la marido y, como esposa y madre, creó un modelo de
idea de "genio" el atribuir a cada hombre, que es un virtudes envidiado en edades posteriores. La autori-
pater fmn.ilüzs en potencia, un genio, y a cada mujer, dad paterna era estricta, por no decir severa, y los
una Juno; ya de esto existían precedentes entre Jos padres recibían el respeto de sus hijos, que participa-
griegos. Pero el concepto primitivo de genius era ban en las dh•ersas ocupaciones en el campo, en
susceptible de expansión. Así como el genio de una la aldea y en la casa. Los padres se encargaban de la
familia expresaba la unidad y la continuidad a través educación de los hijos, siendo ésta de tipo "práctJ-
de generaciones sucesivas, más tarde se atribuyó el co'J; incluso las viejas leyendas apuntaban hacia una
genio a un grupo de hombres unidos, no por Jazos moraleja, y la ley de las Doce Tablas se aprendía de
de consanguinidad, sino por una comunidad de p~ memoria.
En tiempos posteriores, se afloró la primitiva sen-
pósltqs e intereses durante etapas sucesivas. El grupo cillez de los primeros tiempos, que si.n duda fue
adquiere un ser propio; el todo significa más que sus idealizada. Pero no se trata de un mito; lo atesti-
partes, y ese plus mlsterloso que se agrega es el "ge.. gua la literatura de los siglos m y ll a. c., pues en
nio". Así, en los primeros tiempos del Imperio te. esa época escribieron gent.es que habían conocido a
J
nemos noticia del genio de una legión ; un oficial hombres educados en esta fonna. Las "viejas cos-
de hoy día convendrá gtistoso en que la "tradición tumbres" sobrevivían corno realidades y, todavfa más,
del regimiento" expresa débilmente lo que él siente.; como ideales. Al enumerar las virtudes que a través
el genio es algo más personal. Así también encon· de su hlstoria los romanos consideraron como típi·
tramos el genio de una ciudad, de un club, de una ca m en te romanas, debemos relacionarlas c<>n las cua·
sociedad mercantil. Se habla del genio de las dis-- lidades autóctonas, con las ocupaciones y modo de
tintas ramas de la administración pl1blica -por ejem- vida, con la lucha de los primeros tiempos por sobre·
plo, de la casa de la moneda y de Jas aduanas- y vivir y con la religión de los primeros siglos de la
es natural que pensemos en nuestros "altos ideales RepóbUca. Se verá que componen una soJa pieza.
y tradiciones del servicio pl1blico". l.Qs romanos te- En todo catálogo de virtudes figura en primer
nían una asombrosa facultad de darse cuenta de la lugar alguna constancia de que el hombre debe re<»
personalidad de una "corporación". Dinamos que eran nocer su subordinación a un algo externo que ejerce
extraordinariamente sensibles al espíritu que la ani· una "fuena vinculatoria" sobre él, a la que se llamó
maba y esto es lo que decían literalmente cuando religio, término que tiene una amplia aplicacJón. De
hablaban de un "genio", Y no es sorprendente que en un "hombre religioso" se decía que era un hom-
el Derecho romano, el derecho de "corporaciones" bre de la más alta pietas, y pie.ta.s es parte de esa
alcanzara un alto grado de desarrollo. subordinación de la que hemos hablado. Se es plus
La fuerza que ha guiado en el presente guiará en respecto a los dJoses sl se reconocen sus dere-
el futuro, y asJ el gentus de Roma tiene mucbo1 a la
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chos ;. se es plus respecto a los padres, Jos mayores, ideal. Las cualidades que ayudaron al romano en sus
los hijos y los amigos, respecto a la patrla y a los primeras luchas con la naturaleza y con sus vecinos,
bienhechores y respecto a todo lo que puede provocar continuaron siendo para él las virtudes supremas. A
el respeto y quizás el afecto, si se reconocen sus de- eJJas les debía que su ciudad-estado se hubiera ele-
reChos sobre uno y se cumple con el deber en con- vado a un nivel superior al de la vieja civilización
formidad con eUos. Los derechos existen porque Jas que la rodeaba -una civilización que juzgaba ende-
relaciones son sagradas. Las exigencias de pietas y ble y sin nervio cuando no estaba fortalecida por las
de offícium (deber y servicios) constituyen por sf mismas virtudes que él había cultivado con tanto
solas un voluminoso código, no escrito, de sentimien- esfuerzo-. Quizás puedan sintetizarse estas virtudes
to y conducta que estaba más allá de la ley, y era en una sola : severitas, que significa severidad con
lo bastante poderoso para modJficar en la práctica las uno mismo.
rigurosas disposiciones del derecho privado a las que El modo de vjda y las cuaHdades de carácter aquí
se acudía sólo como un último recurso. descritos resumen las mores maiorum, las costum·
Gravitas significa "un sentido de la importancia bres de los antepasados, que son una de las fuerzas
de los asuntos entre manos", un sentimiento de res- más poderosas en la historia romana. En el senti·
ponsabilidad y empefio. Es un término aplicable a do más amplio, la frase puede abarcar la constitución
todas las clases sociales : al estadista o al general política y el armazón jurídico del Estado, aunque ge-
cuando demuestra comprender sus responsabilidades, neralmente se afiadan palabras tales como instituta,
a un ciudadano cuando da su voto consciente de la jnstituciones, y teges, leyes. En el sentido más limi·
importancia de éste, a un amigo que da un consejo tado, la frase significa el concepto de la vida, las
basándose en la experiencia y considerando el bien cualidades morales, junto con las normas. y los pre-
de uno; Propercio lo emplea cuando asegura a su cedentes no escritos inspiradores del deber y la con-
amante la "seriedad (gravitas) de sus intenciones". ducta, componiendo todo ello una sólida tradición
Bs lo opuesto a levitas, cualidad despreciada por los de principios y costumbres. A esta tradición se ape-
romanos, que significa frivolidad cuando se debe ser laba cuando algún revolucionario atentaba violenta-
serio, ligereza, inestabilidad. Gravitas suele ir unido mente contra la práctica política, contra las costum·
a constantia, firmeza de propósito, o a firmitasl te- bres religiosas, o contra Jas normas de moral o del
nacidad. Puede estar moderada por la comitas, que gusto. La insistencia de esta apelación, repetida por
significa la atenuación de la excesiva seriedad por la el ·orador y el poeta, el soldado y el estadista, demos-
desenvoltura, el buen humor y el humor. DiscipliM tró que la tradición no perdió su fuerza ni en Jós
es la formación que da la fim:tcza de carácter; in- tiempos más turbulentos ni en las últimas épocas.
dustria es el trabajo arduo; virtus, la virilidad y la Los reformadores podían pasar por alto la tradición,
energía; c.lementla, la disposición a ceder en los pero no podían burlarse de ella, y ningón romano
derechos propios; frugalitas, los gustos senci11os. soñaba con destruir lo que era antiguo simplemente
~stas son algunas de las cualidades que más ad· porque fuese antiguo. Desde fines de la segunda
miraban los romanos. Todas ellas son cua1idades mo- Guerra Púnica, junto con la reverencia por los nobles
rales ; cualidades que probablemente resultarán ín- romanos que personificaban esta noble tradición, em·
sfpidas y poco interesantes. No hay nada entre ellas pezó a oírse una nueva nota: la nota de las lamen-
que sugiera que la capacidad intelectual, la imagina· taciones por la desaparición de algo valioso que es-
ción, el sentido de la belleza, el ingenio, el atractivo taba demasiado remoto para poderlo restaurar en
personal1 fuesen considerados por ellos como un alto aquella corrompida época. Surge esta nueva nota