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,_.\,~_t.;.e Q~LJ.E~~~c ....C :"<"l


.©. '-'N .
" . LÁ SIR. INGA
Algo realmente nuevo está en sus
manos, lector.
En una época cruel como la que
vivimos, densa de problema, drama
y aventura, ese pequeño objeto lla- El Tango: su historia y ·e volución
mad~~libro" ;;;ei. un,...- ~nstrumento in-
disp;~nsá,le ~~::~a -~9.n~i~nci:;i.; el sd~.
laz <& :et'-blvifltM1'él lj:qíflo~e #.Jpderno. '
Pero como si reencarri_a ra el suplicio
de Tántalo, nuestro tiempo de ca-
restía ha ihecho-'.(Ciel libro ·algo-.. eco-·.,
nómicamente iqii;f<;anzable . .. Los cos-"
too de impresión · afojan la adquisi- ·
ción de 10!! . li~ros . a~~ J ;;i.s .JP~~o.s_ de
una enorm~ n¡iasa ··· dé ~- leciiores_, : que -~
tiende a acetéarsé- a ellos; La col&..., ."
ción LA SIRINGA se propone cerrar
especialmente escritas para ella; es-
mediante la edidón regular de obras
ese abismo entre~ el libro y el lector
crupulosamente revisadas y corregi-
das. Se trata de ediciones de gran
tirada, a precios excepcionalmente
económicos. Todoo loi títulos. se pro-
ponen plantear ál lector de ese vasto
mundo hispanoamericano los proble-
mas cardinales d.e su destino. Tribu-
-na independiente de todo interés
menor, la Colección LA SIRINGA dará
a conocer ensayos acer~ de la polí-
tica argentina y latinoamericana, su
. historia, su economía y sll ·arte. Jo ·
mismo que las de aquellos· paíse·s · de ·
Europa o Asia que de algún modo,
algo pueden decir al público de ha-
bla castellana. Política; historia,- eco-
nomía y arte constituye de por sí un
amplio programa, pero · sólo queda-
ría como vaga aspiración de catálogo
si no agregáramos que esta Colec-
ción aspira a abrazar en ·sus ediciones
la gi,gantesca incógnita de Améri~
latina, ese Nuevo Mundo que un día ·
Hegel designó como . la tierra del
.· Íuturo.
'
'•
. l·; .

HORACIO ARTURO FERRER

EL TANGO
Su Historia y Evolución

• • • •
12·

~·•• .Llllo • odlto• - - -


• l

• • •
ALE VARE

• Pronto, e.n · 1964, ·Angel Vi'lloldo cumpliría cien años.


Quisiera que la sola evocación de este hecho tuviera,
para: todos, como lo tiene para :tní, un lado sombrío y,
tambiéri -¿por qué .n -0?-, vergonzante: nos estamos em-
briagando, todavía, con vinos -riquísimos, por cierto-
que nos enturbian la vista y no nos dejan contemplar
DERECHOS RESERVADOS nuestra propia imagen. .. Y,. aún, cuando recuperamos, en
Queda hecho el depósito
que previene la ley 11 . 7.23 . un fugaz minuto, la lucidez perdj.da, entre va:pores que
.,,- convidan a la recaída deliciosa, nos estre1lamos- -violen-
tamente- contra el espejo. Lo que hemos viS'to, por la
hendija engañosa de un instante, nos resulta. feísimo.
Y el tango, uno de los atributos menos felúces de la
deformada imagen. Su historia, un conjunto de circuns-
tancias. de origen misterioso y desarrollo incierto. Y los
n.o mbres que ella pronuncia, 'las obras que kt ilustran
y los hechos que la nutren .merecen,· conse~uentemente,
za piadosa ·y condigna negÚ.gencia que, en el estudio d-el
fenómeno 'de arte dentro del área cultural rioplatense,
se le ha conferido.
La modestia del recurso interpuesto en ·zas páginas
que siguen, para argumentar en contra de totl actitud,
no me i'&Úsiona. en cuanto al juicio final. Pero l(:t. realidad
histórica que en ellas .s e resume y se glosa, sí. Tiene la
fuerza imuperdbl~ de los grandes amores.
·,,.....~r.-7" 1"1'-'' ).,.·
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. . !: H .. A.F.

© Copyright by Editorial A. Peña Lillo


Buenos Aires, 1960
Impreso en Argentina Printed in Argentine
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Se terminó de imprimir en ARTES G~C.A$ DOCE S.R.L., 5


Humberto IQ 2071, Avellaneda, en Noviembre de 19160
tan tes- la . obra de Palestrina, Bach, Beethoven y Stra-
vinsky, habremos quemado importantes etapas. Y el
incipiente episodio. de la música popular h:abrá sido,
afortunadamente, superado.
El planteo, sin otras consideraciones, resulta incues-
.EL arte po,p ular en la formación de la cultura nacioJJ1.al tionable. Nuestros 'Programas de enseñanza nnedia, por
ejemplo, son prueba fehaciente de que el critt:!rio existe
Muchos --y de la más variada índole- son los fac-
y se aplica: la música popular no figura én ellos.
tores que se han asociado para desestimar la música
Frente a 'esta manera de ver las cosas, de cuy~ certeza
popular enl nuestras ciudades · como · asunto del peii-
parecemos dudar" solamente unos pocos, se al:z:a, ~espia­
samiento crítico e investigativo.
dadamente, la realidad. Y la realidad es qiue lo que
· Sin embargo; casi toda la músiea: qtte· ePt Buenos Aires
espontáneamente nos interesa, es otra cosa que la que
y Montevidleo se escucha y se consume, la : m .úsica que
nos dan. Ello implica ejercitarnos mentallnente en
atrae, que preocupa y emociona a sus hombres, es ·dé
un aparato forzado y caprichoso. ·Uri aparato que ad-
origen popular.
mitimos, toleramos y resistimos en el aula, mientras
Manejando esa idea sin" hacer - · todavía- distin~;os
satisfacemos .nuestras verdaderas necesidades -tal vez
o apreciacfones de valor estético o ~utentic.idad, . es poo.:
de cualquier manera- fuera c;le · ella. Pero en ese deseo
sible afirmar, que el más ligero examen de lo que lá de otra cosa se va preservando, naturalmente, una acti-
radio divulga o et disco recoge -para apelar a los tes:-
tud creativa.
timonios de dos · medios difusores de gran enverg:a-
dura-, bastarían para confirmar con amplitud un he- . El trauma que así se genera es demasiado notorio para
ch.o indiscutible: la música popular es un acontecimiento ·discutirlo. Sin . embargo, se insiste en él.. Pero con
permanente!, importante, una necesidad indispensable en grandes dificultades; porque para conseguir 1~n la for-
la vida de nuestras comunidades. mación intelectual de nuestro hombre aquel nivel cul-
tural que le per~itiera gozar de la . gran música euro-
Tal es el .fen6meno que, objetivamente, interesa ·pre-
pea, sería necesario que ese hombre tuviera la tradición
sentar: Hasta hoy; , la hipótesis más . admitida para , expli-
estimativa que el auditor del viejo continente dispone
carlo. ha sido ofrecida por aquéllos a quienes el misnnp
en su clima musical.
significa ulrla. molei:¡tia. O .por lo menos, una etapa. a
superar: .se estima que el bajo n'ivel de x:iuestra cultµra Ante aquella hipótesis, pues, cabe tejer otra.: el hom-
estética no nos permite apreciar, asimilar, mani~est~~io-; bre · americano tiene -acaso incipientemente desarolla-
nes musicales de mayor elaboración. Y por lQ tanto, est~-; da- su propia tradición estimativa y creativa respecto
mos -por esa causa- . inhibidos de gozar CQ~ .ellas y de la música. Y su conducta mental es irre1prochable:
sometidos :a consumir otras de menor cuantía. · sabe lo que quiere. Y lo que quiere, es música popular.
Confórmiindonos con ese sólo enfoque del problélli'a Con este nuevo punto de partida, el análisis de las
y sin barajar otros conceptos, la explicación parece posibilidades e imposibilidades de futuro, pensando en
buena y pe>dría exponerse de esta otra manera más di- nuest.cá cultura musical, tiene resultados muy distintos.
recta: el d:ía que la cultura europea que se imparte en La pasión por la música popular no configu:ra ya una
nuestra enseñanza esté definitivamente al alcance de circunstancia mental a substituir p_or otra a través de
todos, y de:sde los primeros años escolares se haga fan:rl- la enseñanza, sino -por el contrario- una circunstan-
liar -hasta por el más desposeído de nuestros babi- cia mental' para ser -cultivada. Con sus propias metas,

6:
• •
con sus propias perfecciones, con sus propias finali- con idéntico vigor una gran industria que vive de su
dades. explotadón sistemática.
Lo que va a suceder, entonces, sólo tiene un punto Tan poderoso 'h~ sido su auge, que bien puede pen-
de contacto con aquel supuesto: acaso, la música de rarse que sus mejores ivías de ingresos - ·la radio y el
América tome de la música europea, para su desarrollo, disco, por ejemplo-- han vivido a expensas de la mú-
todo lo que ésta tiene de aprovechable en normas, ex- sica popular. Y que, Em la práctica, ni la Una ni el
periencias y conocimientos hechos. Pero nuestro pro- otro sobrevivirían a una emisora con programas exclu-
greso e n materia de estimación y cre~ción musical no sivamente clásicos, ni rnontar una planta de grabación,
consistirá, por ello, solamente, en un mayor conoci- matrizado e impre&ión de discos fonográficos para regis-
miento y en una más amplia divulgación de la superior trar ú nicamente música sinfónica. En cambio, la Idea de
música de Europa: ese progreso est~á determinado por ne!?ociar con toda felicildad invirtiendo capital en una
la decantación, por el perfec<?irnnamiento y la supera- radio o en una grabadora1, contando solamente con música
ción de m1estra música popular. La· realidad lo consigna popular para sus programas y repertorio, es perfecta-
con fuerza irresistible. mente común. La música popular es motivo de las m.és
·!'in!?iies ·! nversiones.
Dos advertencias previas Esa industria, por supuesto, no hubo de conformarse
a l a espera de la prodUlcCión que· compositores y reali-
Esa fuerza no es, como• podría suponerse, la pura
zadores, espontáneamente, pudieran producir. Ni tam-
exteriorización de una comunitaria manera de sentir.
poco, ·por supuesto, con.tentarse con lo que al público
No es pura porque es la resultaillte de un complej9 sis- pudiera· ·agradarle. Para uno y otro caso, se cuiaó de
tema donde juegan, no. solamente ya el pueblo y su
montar un adecuado apairato, capaz de asegurar la curva
arte m.usical, sino una serie de elementos que es 1m-- creéiente de sus 'ingresos. Trabajando paralelamente
prescindible conjugar junto a ellos, para entrar real-
con las edité)rlales - que se dedican con exclusividad
mente en el tema de la música popular. , ·. a la impresión de partes de piano y orquestacíones-
La idealizada visión del hombre que goza de la mú- han formado el necesariio elenco de autores Y composi-
sica que otro hom.bre crea, esf;a desvirtuada muchas tores capaces de "fabric ~•r" la obra supuestamente solici-
veces en los hechos porque el puro vínculo de la obra tada por el público. Ya sea reiterando con pequeñas
de arte está condicionado, deformado y no pocas des- variantes un clisé exiti::>so, ya r ecomponiendo. con 1as
truido, por factores extraños a su propia finalidad. partes mas a'fortunadas de varios precedentes, una pá-
D esde que e n todas las latitudes de América afloró gina fuertemente comerciable.
la música popular como manera propia de expresión, La maquinaria ·instalada es capaz, ·también, de inven-
hasta el presente - vale decir, 1:m amplio panorama Y lar el artista que la necesidad del momento sugie.ra: ·10
sin precisiones, lo que va transcurrido del siglo vein- · bautiza, lo encumbra, l•o promueve, lo llena de gloria,
t e-, se han interpuesto, entr.e el creador y los desti- lo lanza a 'la fama. Y ~;i es del caso -no siempre esta
narios d e su obra, varias situaciones que han cobrado, operación se cor9na ·con igual suceso-- 'lo abandona o
con el transcurso del tiempo, decisiva gravitación. lo destruye.
Juntamente con la creciente aceptación de la n:i.úsica En último término, y trabajando siempre esta descrip-
popular americana :--CJUe registra todas las variantes ción en gruesos trazos, ha inventado tambien el impres-
de gustación, desde la pasión honda y sincera hasta l a Cindible equip6 crítico: las revistas de música popular
pasajera circunstancia de la moda- se ha desarrollado,

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.. y quienes las escriben, los programas radiales de pre-

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• • • •

sunta especialidad, el . "comentarista", el "disc..:jockey" des·, que no huele a ''republiqueta. mul ata" y que es" lo
que son otros tantos engranajes del - mismo mecanismo. suficientemente pintoresca y excitante para ser admi -
Por supuesto que todo . este plan admite excepciones: tida ·entre sus modas, · El "folklore latinoamericano"; tal
Pero las normas son aquéllas. como se ha impuesto entre ·nuestros peores esnobismos,
No parece necesario abundar más sobre ·la tremenda ;,,f es . el penoso reflejo- del interés yanquL . Mucho más
interferencia que la industria .determina entre el crea- 1
grave, cuando, bajo el rótulo triunfal, obtienen igual
dor y el consumidor de música popular. Y mucho me- suceso lo auténtico, que .lo .fabricado y lo híbrido que ·Se.
nos, agregar consideraciones que resultan obvias, res- genera, cuando eúos componen o interpretan música.
pecto de la perniciosa gravitación que esa ·interferencia la tinoame'ricana.
ejercita sobre la música misma: obra y realización pier- '¡ ··Merced a estas dos grandes ·advertencias, podremos de-
den pureza, autenticidad, , fuerza, sabor y vida. El trá- ... terminar, en el cuadro de la producción de música po-
1
fico espúreo, el trasiego incontrolado, la hibridación 1 pular -que los dos ·hechos anotados . conf unden y anar-
arbitraria de formas, la mortificación de la música, la quizan hasta los extremos más i ntolerables- una
hubieran atomizado definitivamente, de no haber me- primera, imprescindible . selección: dejamos, · con ·ella,
diado una circunstancia salvadora: es tan grande y per- fuera de concurso, todas aquellas ·realizaci ones que lle-
manente . el caudal de . música que se produce, ·que -la van ·en su orillo " la marca de fábrica" ; asi como· todos
hay, incluso, para malbaratarla. La industria del arte los híbridos que, a través -de pelít:ulas, c;liscos e inven-
popular; tal como se la practica, es una enfermedad tados artistas, devienen la:s excitaciones de la moda.
grave, pero no mortal. Ha contribuido sí, a crear con- Porque· no aportan contenido alguno, porque están .d es-
fusión; a degenerar el gusto del público, a fomentar el provistos de significado, porque el tiempo no las hospe-
desconcierto, a crear el penoso hábito de la música. Ha . da, porque revelan siempre deplorables simulaciones.
llegado a convencer que aquéllo que fabrica es autén-
tico· o que los ~artistas que inventa, promueve y vende Ubicación ·del arte popular en ·el cuadro de la producción
no son el móvil de .u na gran estafa. , .
· Como todo el material artístico y humano con que . . Establfacldo este distingo de . caráctei; - general --que
especulan no está encuadrado dentro de ese programa, puede ser aplica.d o . a toda. la -música popular del cont i-
la actividad desplegada por esa industria ha tenido,
también, resultados beneficiosos: en discos y en edicio-
·- nente- . podemos r,estringir nuestro campo de observa-'
ci ón al Río de - la . Plata, señalando ql,le .la i::núsica popu-
nes papel hay un fabuloso registro de arte popular, del lar -de nuestras ciudades, es la únic~ ;manif estación
cual el experto . oído puede extr.a.er · -manejando con artística .verdaderamente . represent ativa. y perdur;;tble
rigor y cautela sus criterios de selección- una visión que se ha- dado . en ellas. Agregando, para evitar equí-,
cértera· de sus realida,des: -sus valores estéticos, sus hom- v hcos, que este concepto involucra todos los grados de
bres y su historia. desarrollo que ha alcanzado en sus dife¡:ent es epi s odios
· Un segundo factor es consecuencia y está compren- bi~tóricos. Etapas que habremos de. considerar y . carac-
dido déntro de un problema mucho más amplio que t~rizar con la .más ciudadosa atención, páginas adelant e.
no corresponde analizar exhaustivamente: aquí, pero que, ·El reconoc~miento de esta. idea que deslinda cl ara-
dado su enorme influencia, debe figurar en el más sus- m ente dentro de nue.s tra producción artística .l o que es
cinto examen de la m_úsica . popular: en la visión que ~i-}ténticamente representativo de . aquello que no l o es,
Estados Unidos tiene de América latina, la música es lliii: encontrado siempre grandes obstá cul os, insal vabl es
una de las· pocas .imágenes. que no contagia enfermeda- cllf+cul tades.

10 11·
• J ~

La má·s importante de las muchas causas que han


obrado para ello a través de la."historia de nuestro pen- vela como . actitud mental: detrás de .a quella fantasía
por medio. de la cual el sujeto,. tocándose con la varita
samiento crítico, puede ser recogida --con total aj_uste
1 r mágica de su imaginación pone todo su aparato _humano
1 a la realidad- de la siguiente grafica manera: en el . \
! 'R ío de la Plata, la mayor parte de quie nes tieneri. los
del otro lado del Atlántico, hay una evidente repulsa
eI.eme:ritos y las prerrpgativasede 1nvestigi:¡,r y de dar sus del lugar donde se vive y un consecu"=nte desprecio por
opiniones, de clarificar ·y ·o rientar respecto de nuestro sus gentes.
arte, suelen hacerlo pensándo que su ventana da, ro~ Y no se trat'a,. en el primer caso de una repulsa de
mánticainente, a las callecitas de Montmartre, o que su fondo sino de forma. Si Montevideo se trasformara en
máquina de escribir está · instalada en la redacción de un l?equeño remedo de París, el problema estaría sub-
''Time". sanado. En el segundo caso, no es desprecio de forma
Todo esto supone, 'y los 't estunonios -no ·oien se le- -porque gente fea, pobre e "inculta" la _hay también
vante un poco el vuelo-- son tan desalentadores comó en su idealizada visión de ultrafronteras- sino un des-
numerosos, que la mayoría de las valoraciones atrevi- precio de fondo: un clasismo mental, tajante, ilevanta-
das, ae las perspectivas manejadas a propósito de nues- bl«i; aterrador.
tro arte nacional o regional, están absolutamente vicia- Esa conversión de nuestras ciudades, que en sus ar-
das de nulidad por la fantasía .' quitecturas, por ejemplo, ha alcanzado grádos de des-
1
Hay una tremenda confusión 'de medidas: porque se ¡' . composición tal yez insanables, es un vieja deseo, cum-
utilizan para estimar los hechos de nuestra realidád, las plido a medias, de las. clases altas. Reflejado y amplia-
mismas_ varas con que se arbitran juicios para la pro- mente deformado en el angosto espejo de la burguesía.
ducción de otros elencos humands. Lo más grave es que Pero, sobre todo -insisto-- es una frustrada mastur-
los panoramas trazados con los elementos obtenidos por bación, la transformación a la que se aspira, incluye,
esa vía, se derrumban a la primera comparación con la junto a usos y . costwnbres de la más variada índole,
verdad que pretenden glosar. · 1. todas las manifestaciones de arte. · Y por ende la
Esa evasion de ia. realidad por supuesta emulación de música. De ahí surge el criterio de enseñanza que se
otras cµlturas, que vista desde nuestro micromundo es 1
apltca y al cual aludía párrafos atrás.
casi siempre moti~o · de orgullo para qµienes detentán Por ello, cuando Pablo· Palant sostiene que el tango
el patrimonio del. 'juego y participan de él, y objeto de

l
1
es '1a pasión musical· de la mitad del país y el desprecio
admiración para quienes alientan alternar junto a ellos, de la otra mitad", no hac,e otra cosa que :Bijar - a través
debe ser la nada. Es la nad~: porque ni siquiera insi- de constatación en torno a la música popular- un he-
núa ei peligro d e gravitar negativainente en los pr0ce- cho de categorías sociales absolutainente notorio.
sos intelectuales que aspira a copfar. ¡ Las clases que integran la parte s~erior de nuestro
·P ara nosotros sI, obra como lastre. corte, no tienen un arte propio. Es deprimente el clima
Ha~iendo un corte ·vertical,- en el cual quedaran orde-
nadamente agrupados a manera de estratos.' las Clase~ :
sociales con_ sus correspondientes manife~taciones artis..l
ticas, ese last~e estaría depositado én las capas superio-
.-.~. '
que flota en sus conciertos: - E stá viciada de desinterés
la pedante atmó:¡fera, que bajo . una pátina de abstraída
delectación, cae· pesadamente sobre . sus exposiciones.
· Es la aburrida e-xistencia del "Paris-Match" tirado so-
res, ocultando, demorando, entorpeciendo la creación de bre una . mesita, de un Picasso colgado . distraídamente
lo~ estratos infe~iores . • • · •
en una pared. Porque la música no entra naturalmente
Lo más serio, sin embargo, es lo que esa postura re- por sus poros, rii v ibra su alma con una plástica que

1:!1
l~
no entiende. Sus ropas Sé le despégan. del cuérpÓ acei~ podrá serttir, ·una falta de relación tal entre sus versos
tadas por el peligroso lubricante del esnobiSmo. y el sentimiento de su tie?npo y lugar".
Todo lo queJ producen --con excepciones que ratifican Dentro de nuestro corte, la única simbiosis "grupo -h u-
fervorosamente la norma- no · sólo es representativo mano-manifestación ·artística" realmente verdadera, es la
de. nada, sino que por · su propia vacuidad tampoco es que ·c orresponde a sus estratos inferiores. Tal vez no
perdurable. El arte de las clases altas -exclusiva obra se pueda hablar c;le arraigo con entera plenitud al refe-
de su admirativa idealización de lo europeo-- está con- ;rirse a nuestras clases populares, ni este concepto con-
denado al estatismo por el adelgazamiento de · sus pro- figure la imagen de un hecho completamente definido.
pias facultades creadoras, anquilosadas en la copia. ob- En cambio, es dable constatar que el arte de nuestras
secuente de otros modelos. clases populares, _notificando incluso esas indefiniciones,
"El arte profesional de las clases superiores -escri- es auténticamente· representativo. Las historias del tango
bía ·Tolstoi- no dimana de un impulso intimQ- del artis- y del teatro popular s.on dos irreprochables documentos.
ta; nace porque en las clases superiores de la sociedad Y acaso esa auténtica representatividad, que dimana .
se pide alguna · diver.§ión, quf! pagan mwD cara. . No pi- de una entrañable unión entre el hombre y su expre-
den al arte otra cosa que sensaciones de placer. · Asi se sión haya sido fomentada, enriquecida, verificada al
ve que los artistas están obligados a inventar métodos hincarse en su suelo para resistir· el vapuleo permanen-
especiales para prod.u cir imitaciones, 'falsificaciornes de te, la perspectiva de su propia atomización frente a los
arte, a fin de satisfacer las eXigencias de las clases so- poderosos vientos culturales que · soplaban y soplan,
ciales · que les dan trabajo"~ desde allende fronteras, a través de las clases altas. La
propia marginalidad de su desarrollo, la insuperable eco-
No se trata, sin embargo, de juzgar que toda produc-
nomía 'de sus medios, el esfuerzo. entablado par.a elevar
ción intelectual de nuestros países sea fruto exclusivo
a través del arte, no ya una abstracta~ eventual, capri-
del esnobismo. Muchas veces es consecuencia de la
chosa circunstancia del espíritu, sino una apremiante
equivoc~da orientación cultural que ·se brinda, orien-
denuncia, un diario de fuego escrito por necesidad y no
tación que arranca al hombre del medio desde su ado-
por voluntaria decisión individual.
lescencia creativa. Y el frenesí ·de ese hombre que se
da a la tentatlva de "dar su mensaje" desemboca fatal- Sin embargo, nuestro arte popular, es . de origen eu-
mente por ella, "hasta que u.na tarde o U.na noche cual- ropeo. Porque .no podemos pensar en "clases populares"
quiera --como lo describe Murena-, ·e n una , calle, en como en un fenómeno uniforme, parejo, homogéneo,
u.na plaza, en un café, mientras recita mentalmente un cuando-- por el contrario- y en función de las muchas
poema pro:Pio, se cala de improviso la falsedad, la gra- y distintas aportaciones humanas que desaguaron· en· el
tuidad de ese poema respecto a la calle, a las caras que Plata para integrarlas, sabemos que no es así.
se ven en ellas, al paisaje que. se distingue de la plaza,
q. las voces o al estruendo que puebla el café, ·gratuidad El papel de la inmigración en la génesis del arte
que consiste en que el ·poema no tiene ese.ncia ninguna La gravitación del elemento inmigratorio es uno de
en relación· con. lo que lo rodea, que no es del senti- · l~s hechos capitales en el estudio de nuestro arte popu-
miento qu.e circul'a en torno al autor. Y el autor se con- lar. El mosaico de nacionalidades que, en virtud de los
fiesa a sí mismo~ si es sincero, que dicha gratuidad sig- trasiegos masivos de población servidos, preferentemen-
nifica nulidad, porque sabe que ningún poeta ha sen- te, en la segunda mitad del siglo pasado apareció en las
tido ·desde ·Dante hasta Elliot, pasando por Homero, ni ciudades platenses, se compuso ·-mayoritariamente con

14 ·15
ilegan .a figurar entre ia alta b u rguesía elegante: Los
italianos, españoies y criollos. Los censos de 1887 en hijos y, sobre todo, las hijas de muchos inmigrantes en-
Buen os Aires y en 1899 en Montevideo señalan, con elo- ric;z~cidos no conservan, acaso, nada d~ la pesada rus-
cuencia estadística, l a cifra humana: mitad de extran- ticidad de 8U3 genitores: se tornan finos, pulcros, se
jeros inmigrantes, mitad de nativos. educan en el buen tono 11 hasta adquieren, a veces, aire
Dicho todo esto de una :manera más elocuente: e l cansado e irónico de la aristocracia de sangre", escribe
tango, por ejempl o, fue la auténtica representación d e Zuro Felde.
ese mosaico. Se tradujeron a través de é l inquietudes Otros muchos, no consiguieron encumbrarse. No sólo
y problemas propios de nuestras ciudades, u t i lizando no lo consiguieron, .s ino que tuvieron que bajar la
para ello música de origen español. Y fue realizado por guardia ~te la miseria, soportando, además del p~so
italianos e hijos de italian9s. · de la despiadada r ealidad, la carga de much?s suenos
Sucede, que la forma como se opera la influencia eu- rotos realentados y vueltos a sucumbir cada día.
ropea en las clases a ltas-y-en.---ias- clases- populares es El 'tango, el teatro y la poesía popular han recogido
polarmeñte optiésta~ mientras aquéllas toman, ya en ia, hasta el cansancio todas' las peripecias del i:n:migrante,
aoundanCia,-l o--sü'Pe rfluo, éstas toman, e n la miseria, lo acaso a,.te~uadas hoy por la distancia.
ünprescm ble. En las clases altas, esa gravita~iÓn · cam- Carlos ·de · la Púa 'logró .s inte tizar .e n un admirable
füa-coñ. - cada golpe de la · ~oda, resbala y 'cae vencida, poema de ." La crencha engrasada: » toda la tragedia ·que,
cada v.ez, tras el berretín transitorio. En las clases infe- entonces, importó para aquellos d esposeídos la perspec-
riores•. por imperio del desamparo, se arranca 'de esa tiva ine:vJtable de la bancarrota familiar, cocinada en
influencia lo desesperadamente necesario para incorpo- las brasas de un porvenir tan inmediato como negro, Y
rarlo sustancialmente a sus medios de v.ida y a sus me- tan ~vivado por la fatalidad:
dios de expresión. Las primeras a lteran sucesivamente
los medios de expresión de sus usufructuarios, las se- c•vinieron. de Italia, tenían veinte años
gundas se incorporan a los medios de expresión de sus con un bagayito por toda fortuna ;
desposeídos posesore~. • • 11., sin aliuiadas, entre desengaños
El destino de los inmigrantes no fue, ni mucho menos, llegaron a v iejos sin ventaja alguna.
parejo. Mientras llegaron contingentes cuya especializa- Mas nunca a 81LS labios los abrió el reprot;h e.
ción artesanal fue absorbid~ por un medio donde l a mano .Siém.pre consec:uentes, ~pre labu.rando,
de obra calificada era escása, los inmigrantes lograron pasaron los días, pasab~n las noches:
alojarse tanto en la ciudad como en el _campo y adaptarse el viejo en la fragua, la vieja lavando.
a su condición d e vida. Pero, juntaznente a estas apor- Vinieron los hijos, ¡todo~ malandrinas!·
taciones c u yo porvenir en América estaba de antemano Vinieron las hijas, ¡todas engrupi~as!
- y en cierta forma- asegurado, desembarcaron tam- E.Zlos rSOfl. b.o rrachos, chorros, asesinos,
bié n , en nuestros puertos, decenas d e nliles de hombres y . ellas, son m~jeres que es.t á.n .en la. vida".
sin oficio, acarreados como ganado tras .el reflejo men-
tido de una existencia venturosa: venían a . "hacerse la A elios se sumó caótiCamente, e n un lapso de pocas
América".. dece~· eje años, ~l aluvión incontro~ado de· _gentes -sin
Los primeros constituyeron la part~ del alud inmi- eapecialldad ni ocupación que -. fueron a disimular sus
gratorio que se incorporó a la vida nacional sin defi- v.i.das -rechazadas por el medio Y. por su ineptitud para
cultades: "con Za faciiid.a d d e hacer f ortuna y aclquirir ~arse a la .contienda ciudadana o para afincarse
educación social, muchas familias de esta procedencia
.1'1
16
. p pa quedó irremedia-
v'adida per-o et· hombre de 1a am . . de la ci'tLdad Y
en. el trabajo rural- al. oscuro -resllmidero de las ori- , d t la expanswn
llas. • ' blemente" ªJ'.'resa o en re Et alegato vindicatorio de la
Otro fenómeno, éste de transmigración, se confapuló ia· resiste:ncia d e l. campo. d d su voz et vilipendio al.
llanura es et pañueto bar a o y ,
--desde adentro- para dar al caos humano de nues°'as
ciudades su definitivo aspecto: en tanto el campo ad- cuelto duro". . N te y sur, reco-
ntas de Buenos Aires, or
quirió con el clavaje de alambrada5 su ·g ran tono feudal, L as d os Pu . h ano que ha inva-
gen los restos del nuevo compleJo um
su habitante trashumante y rebelde o lo que de él que-
daba -si no se reclutó en .el régimen degradatorio del 'dido la urbe?. . f. b amarilla del 71, desaloja
peonaje - se vio forzado a bajar a la ciudad. : La grari ep1de1n1a de i e re 1 roxi-
. . . f · ·liares instalados al Sur, en_ as P .
Pero, ni su constitución física, ni sus medios de ·vida, los nucleos anu . . dolos hacia zonas mas
ni su cabeza estaban hechos para ·lidiar en el certamen roidades del Riachu~lo, e~puJ:erentement~. el Norte
ciudadano. altas y · ~ejor v~ntiladas . t pr y el Oeste (Caballito,
El gaucho estropeado por una circunstancia que no · - ·en las <:ercanías del cen ro--
entend.í a, despojado de s u libertad, de sus bienes, de su 'Ffores, Floresta)· .' fermizas Y penosas del Ria-
aspecto, de su alimento, de sus amores, de su pasado y Sobre .las costas ba3as, e n . . t de agua, se instalan
de su futuro se atrincheró en ·el irremediable presente: chuéló, aprovechando l~ co~n~~d:s sobre toda la zona
toda la violencia de su desarraigo vino a · gotear, desde diversas ma~ufacturas undp aQn ·Imes). sebo suela, cur-
su soledad y · su introspección, sobre los bordes de la Sur . -(Barracas, Avellane a, w . .' .
ciudad. No logró penetrarla: · todas sus energías estalla- tiduría, jabón, ~ósforost Y pap~l.cauce del Maldonado, Y
ron contra el muro invulnerable de su inadaptación y Hacia el norte, en. .:nou:tas van apareciendo junto
desembocaron con su flamante impotencia en · el exi;>e- tr,a s el loteo de las v1~J q ·t. . cos almacenes, matade-
diente desesperado de la prepotencia: el suburbio :fue la a' los grandes. corralon~s ~s h:~a el río, el Mercado de
gran necrópolis ' donde vino a -guardarse 'para siempre. .
ros, carboner1as. y baJan o
En Buenos Aires, acaso, estos fenómenos cobraron frutos del Parana. . referencia, la innrl-
mayor volumen que en Montevideo: ' la ciudad quedó Af Sur; por fin, se afinca, con Plevantan sus chozas
- d · enovesa ·
dividida en dos países inconciliables, apenas comunica- gración de :proc~ enc1a gd . o;que la .,...esistencia del
dos p'or el infinitesimal agujero de los mercados: "Has- con chapas de zm~ Y ma era p trucción de albañilería.
dmite la pesada cons
ta la Intendencia de ' Alvear, el Norte y el Sur, · s~ pare- suelo no . a . . b habitáculos aplastada con-
cían tanto conio una hermana pobre a una hermana y la larga fila de msa1u r es tuja en el viejo barrio
'rica -señala Martínez Estrada-·-Luego empezó a dife- tra la sJlueta del puerto s e apre
renciarse el Norte Burgués del Sur Proletario. Desde ae la Boca. b b . Norte se asienta la in-
. En Palermo, sobre el su uré io y en • ambos extremos
Alvear todo lo que es edificio se levanta y se aih:~ja; la ., de · origen calabr s. b ·
avenida homónima 'es la cúspide desde do?ide· declinan núgrac1on . lidad geográfica, la aJa
. d nidos en la margina
todas laS cosas urbanas. Hacia el 'oeste •y el Sur,' que- que an~ . u. . te roletariado · urbano Y un grup~
daba la Pampa sin vencer; no se la desalojó al edificar, clase ~ed1a, el nac1en ~estinado a desaparecer: esta
·quedó agazapada. Quedaron . ~lli los hombres de su.elo ínciden,tal .enter~ente de la inmigración Y el compa-
"más· que pared, el compadre de pañuelo y cuch.i llo · que formaélo. por el descartet igración del hombre de
:un buen dia se juzgó ciit.dadano de la urbe, quise» en- draje surtído por la ransm
trar en derecho de esa ciud<idania 11 se . cijir'mó como campo. mi de la ciudad no p e r -
El tajo asestado a la fisono a
.ent~ de frontera. La Pampa ·era irremediablemente in-
19
18
mite confusiones: . "Boedo
aspecto , ··do . es un boulevar amplio 11 de
vivi . Posee en camp . l .
see en parisiense. lo . ~sino o que Florida po- tro síglo-. '~Y ia· múSica, texto y forma interpretativa de
e1 diamante de , .drs. mismos ObJetos de distinta calidad la realizaeión tanguista; con . definidas modalidades de
vi io, el oro fix y · •
comprende que Boedo ., . , sin embargo, se composición y estilos instrumentales y ·vocales a · lo
('Martínez Estrada}. es mas Buenos Aires que Florida". largo de ;su densa hi~toria; presidida por dos institucio-
Un recuerdo !le José J. Podestá en . nés estéticas de puro cuño rioplatense: el cantor de
cupera con precis·, sus Memorias, re- tango~ y la Orquesta ·' !ípica:
1on suma hasta ., t
mezcla de t emperamentos c' que .Puno llegó la Nue,stros .temas, con todas las precisione~1 y nebulosas
. tras ciudades: cuan..i . ' ultur~s y actitudes en nu&s- pr<;>pias de nuestra arb~traria · composición. social, han
-, . . . ~o uno de los integrante d
pan1a, Francisco Cocoliche itali . .s e su com... encontrado en · el tango y ·en el teatro ligE~ro de origen
muchos de los actores que' obla8;.º e ~grante como popular, sus úniéos soportes.
de nuestra escena era P . on las p~imeras horas Habría que consignar en este reducido jin ventario de
poncÜa: "Ma qui~me ;equ~1do en .su identidad, res- nuestra creativa popular la parte que c0irtesponde al
cregoyo gasta lo g .. . rdanc isque Cocoliche, .e songa arte negro: pero se trata de un proceso completamente
uese e · la taba e l . -
caracuse, amique. aff•cat l a canilla de lo separado del que aquí .se presenta, con ca·r acteres, · inci-
' • e · a parata " y .
con el nombre de este .. ·..· ·. precisamente piente desarrollo y destino, .enteramente distintos.
personaJe se baut· , ·
guaje que proviene de un ita ·an . izo ese sub-l~n- No es necesariÓ pensar . demasiado para explicarse
en un .español ya deform d lj. . o dialectal chapuceado aquella abierta preferencia o · para demostrar esa pre-
elementos de expresión t ' a . o en la verba ciudadana y ferencia con las pruebas inobjetables de .su perdurabi-
!PICOS de la cam -
E s de capital importancia . ~ana. lidad o de su arraigo, de S'U .c onsolidación como len-
tribución .europea en l f • pue~,, el análisis de la con~ guaje de· arte, de sus éxitos corno vínculo, dé su desa-
· a ormac1on de n tr
populares. Por lógica exten . , ues as clases rrollo prg·á nico y permanente. : ·
sion, el arte P
ma l Y sustancialmente- ha d . . opu1ar -for- Las razones de esa predilección por tango y por tea-
ción. ependido de esa contribu- tro como vehículos de manifestación colecti:va podrían
ordenarse ~n una primer.a t~n~qtjva, . no . definitiva....--:-,
Tango y teatro . popular· razones d . . de la siguiente manera: no han sido necesarias para acce-
. · e su arraigo
der a ellGls, esp~cializaciones técJ?.icas .qti•e estuvieran
Ese . art.e popular, que es
ficada exteriorización de
tegorías humanas
ur.:- P d , .. .
ara OJicam~nte:-- la uni-
heterogéneo cuadro de ca-
,.
fuera d,e 11,l órbita ~e los. naturales . recursos populares.
Quien sepa ' enten'.dérsel~s· ·con un ~nstrumento de música
gresiva ~ .......... ,g............ -od que· ~otifica, por lo menos, la pro~ no falta ni en el más. menguado á~bitp cultural. Por otra
..u... .r.cu
"444.1.Q e sus ingredi t ' · ·
con exclusividad a dos medi en es-- ~e ha limi~do parte, el aprendizaje no ·puede ser un sacrificio ni una
literatura. Ni plást· . ~s .4.e expresión:. música y tarea· desdorosa,_cuanto es -siempre- un.a aspiración.
dancia sí de poesi'aica, ru .lanq~~.tµr,.a popular. Abun- 4demás, llev ando los términos de la cuestión a un
. • · -en as letr d ] ·
decenas de miles en la . . . as . e ps tangos, por extremo perfectamente el?-cuadrado dentro de la reali-
Bartolomé Rodolf~ Apr·z ver~1f1cac1ón lunfardesca de dad, para hacer un tango no es ni ha stdo necesario
Flores, Carios d~ la p, i e, íYacaré, Celedonio Estebán saber ni escribir múska~ No se .· t~ata aquí de juzgar
Enrique González Tuñ::· YasL~;mo en la . ric~ prosa de que las obras ~sí surgidas sean buenas o malas - las
los cientos de sainetes que bl Reason:-- .de teatro; en hay : de las un.a s y de las otros- · sino, simplemente,
con ~u~n1¡ica voz en l tr ~o aro.n nuestros escE:narios constatar que el hecho existe; manifestarse· a través de
'· · os , . einta primeros
. años
, de. nµes- .,.
,, un tango ha sido, también, posible para uin analfabeto.
f Un silbido, un poema oral, son, · pueden ser, un tango.
• 20
• o

1
21
. Cabría · agragar, para subr.ayar definitivam~te esta y . estén mucho más allá de sus pc;>sibilidades y de su
idea, que entre los ·más .importantes creadores de tan- obligada economía_ de pensamiento.
g?s Y en t~as las. ed.a~es de su desarrollo,_ compr~n­ Buscará,. por el contrario, la vía más expeditiva. Si no
didas . sus .epocas .. inc:ip1ent~s,. su transfornu~~ión y su encuen:tra una propia, ia tomará en préstamo transfor-
actualidad- han. . Mart'inez, e arzos
habido artistas, Jose' mándola al influjo de su distinta individualidad. De
~ardel y .Enrique S~ntos DiSct?volo, por ejemplo, cu a cmi~quier manera se procurará el medio de expresión
importancia y · gravi~ción es absolutament~ . imposi~e qu'.e se · asista. con el menor esfuerzo personal.
desconocer, y cuyos conocimientos musicales lian sido me- ~ste y no otro, como ya veremos, configm:a el verda-
nos que escasos, cuando no inexistent~s. No ha sido ello de¡:o. or!gen del . tango.
no es,. una norma; pero es la posibilidad la .q ue interes~ Algo antes de su aparición y antes aún del surgi-
maneJar ahora.
miento del teatro popular rioplantense, circularon infi- .
·· Sería redundante, pero es necesario insistir sobre el nidad . ~e . estribillos donde se hacía, sumaria y primiti-
valor de est_e hec?o: al hombre urgido por complica~io­ vame:p.te, la relación de comunes problemas de actua-
n~s ~e subs1s~enci_a, por ejeniplo, acuciado por su mar- lidad. .Circularon de boca en boca," modificándose, per-
ginalidad ~ocial o por su angustiante desarraigo, .no dl-éndo.s e o ·. reconstruyéndose.
puede. pedirsele que piense en ~l arte como un h~cho "Pepino el 88'~ evoca esa incipiente etapa de colectiva
externo a sí mismo. Que haga de la creación un acto m~festación .ante comunes inquietudes·: "En mis en-
de su voluntad. · · tradas de payaso me per-mitía poner en evidencia, hasta
·, ·~l arte será para ·él, todo• lo · contr:riC:: un arma uti- dónde era discreto, los sucesos del momento, criticando
hs~a, un panfleto en el cual denunciará ·todas· sus· ur- en · ca~iones y monólogos lo que el pue.b lo sabía y co-
ge~cias: . el a~te será para él una prolongación de sí mentab.a ".
mismo, imposible de . concebir como ajeno objeto. - .El· ''Tango de la casera'' que cundió sobre Buenos Ai-
~ad.a há"~rá en su, arte de _racional: será salvajemente res entre 1870 y 1880, fue una manera de denunciar que
subJ~tivo, info~mal, _modelado -aéaso--:- a golpes . . Fruto habían en la ciudad más de. mil quinientos conventillos.
;e crrcunstanciales .impulsos a los que ninguna medid~ a cuatro vecinos por pieza.
e esperada 1:'elleza puede sujetar. Porque la finalidad La segunda causa del tremendo favor que tango y tea-·
~o es, esencialmente, crear belleza, sh~o proyectarse tro gozaron desde un principio· está consignada en las
esesperadamente, de alguna manera. : · ' dos evocaciones que anoto: su notable agilidad para re.-
. A~q~e más tarde, de ese caos, de esa . espontá;,_ea e partiz: con g~an eficacia opiniones y sentimientos.
irrepriroibl~ catarata de formas expulsadas vandáÜca- Por último, y sin agotar, ni mucho menos, el tema, e&
mente, SUXJa toda una preceptiva estét1·ca· y 1 necesario apuntar que tanto el tango como el teatro
d b · · ogremos popular . están construidos con elementos formales per-
escu. rir que ese trern.endo desorde es sólo aparencia!.
¡ue tien~ noi:nas, que está íntimamente relacionado co~
. os propios ritmos del individuo o del grupo y .
fectamente .accesibles.
La terminología que se emplea, la sintaxis que se gasta,
no se qwso · ·
inventar belleza, hay belleza. · que s1. los . girq¡:;, los modismos, los entendidos valores que en-
tran en. la elaboración de un sainete o de una letra
~l hombre, en 1a situación porque -atravesaron los . de· tango, son los mismos que se manejan en la conver-
primeros .entreguistas, valga el caso, no pue,d e supeditar
.
sus necesidades de comunicación y de , l . . sación de todos los días.
.,, l · .1 . , · vincu o inmediato Finalmente, hay que aludir al poderoso espíritu de
... a as:imi AC.i~n ae técnicas que bandeen sus nr
· ~
.
enil.lrªs sintesíS de ·ambas formas de expresión: a la econorní~ qq
·22
23.
medios se suma la economía· en el tratamiento d 'e los Hay muchas 1etras de ·tangos ~ue shon 4~e:tde~dde~o;:s~~~ .
. t int gros "Mi·noc e ~....., ,
temas, ofrecidos sin ambaj es, directamente. menes de ~aine es · e · Linnig "La <:opa del
. "Milonguita". de samue1 , .. - ,
No ha cabido, sin embargo, _igual fortuna a tango y Contu!s1, · "Griseta" de José Gonza-
teatro en sus prooesos de'edesar~ol!o. • oIVido" de Alberto. Vacarezza, . woom·-
. ' . . . . ,, de ·M anuel Romero, .,..
Mientras la historia del tango tiene., con diversas alter- lez C~stillo, ' Ti~pos '?'eJOSC d' amo 'cCambalache" de
. . . b 'n'' de Enrique a ic , • , .
nativas -pronunciados picos de - aug~s . y crisis- Ulla pas de Ja 0 • ,· 'lo . ''El metejón" de Florenc10
linea. de inconmovible permanencia, no es dable obseryar· Enrique Sant~s Dis~e-~o , C, tulo Castillo, "Barrio de
en el itinerario de nuestro teatro los mismos car~cteres. Chiarello, ~'Tinta r~ ~e"v·ª ja amiga" de José María
Es curioso, a la vez observar, que uno y otro. conser- tango"' "de l!omero anzi, . ie ,..~sito rpa:ra citar al
. "P cal'' de Homero ~1""' ,
van paraielas traye_c torias de gestación, nacimiento ~ Contursi Y er . . , estilos, de una
. ar buenas obras de distintas epocas Y
desarrollo hasta el primer cuarto 'del siguo xx. az . . . los
Es · más, alreded9r de 1920, iinen sus respectivos, re- interminable lista de eJemp arl se han ejercitado en
sonantes éxitos: es la época de las orquestas, de los Muchos . a1;1tores,. por otr: Jont~si, Alberto Vacarezza,
cantores y cancionistas de tango en los escenarios tea- .-ámbas actividades. Pascu~ ·nni Manuel -Romero,
trales. "Los dientes deZ pen-o', de Carlos Weisbach y Jose, G .onza'lez Castillo' Samuel Li g, ,..
,. ·
José González Castillo, "Cabaret Montmartre" de Al- lvo Pelay Y Roberto L. Cayol. .
. .. . er admitir el fo~zado ap;:t.-
berto Novión, ''Cuando un pobre $e divierte" de Alberto .Resulta desesperante, V y . tar la obra naciO".'.'
Vacarezza, "El bailarín del cabaret" de Manuel Romero: h ontado para reinven ,. -
rato que se a m. or cada obra .. naCida a
Después de este ~ancomunado episodio -apuntalado nal, el au~or nacional cualnddo, d~ buenas vol~ntades y
por descomunales éxitos de taquilla- los em;presarios , ,, n un flaco ca o . .
"d'orceps .e . : una centena de tangos surgi-
teatrales concluyeron por liquidar la gallina de los hue- generOSFiS opuµones, hal~d d n que todos aspiramos ª·
vos de oro, convirtiendo sus mejores sucesos en rutina- dos con toda la natµra i a co
rias fórmulas que _cansaron, finalmente, a sus gruesos que florezca nuestro hoy inexistente teatro. t d
auditorios. Malbarataron en poco tiempo toda la espon- . . ermanencia, d.e sµ coheren e es-
.El testimoru.o de su P . ·da de nuestras
tánea calidad artística que en sus principios ofreció la ·
arrollo, .e .s u P
d. rotagónico papel en 1 V1 . ' ·
· d
ª
gumento ~a pensar
flamante combinación. . d ece ser sobra o ar · .
CIUda es . ·par : ha: ue conferir la preya1encia
El teatro nacional no logró recuperarse del golpe. En q~e es. al tango al qµe Y q· a la que el - teatro no
cambio la industrialización del tango rio logró agotar entre Jl!..1.estras art~s poJ?ulares Y .
sus reservas. Es así, que a -partir de 1930 sus derroteros puede aspirar. 1
se. separan definitivamente. t popular, tiene en as
Buena parte de este disímil destino puede atribuirse .y visto que solamente el :n~ecedentes Y presentes
a que todas las cualidadE~s -enumeradas para explicar la ciudades del Plata cabalesb , ue concluir -aunque
prüebas de autenticidad, ha ra q -el tango es,
aceptación popular de tango y teatro -factura séncilia, . 10 sea escandaloso -que · -- ·
accesibilidad de temas y lenguaj.e , rápida difusión- se tan sólo enunci~ h ho artístico de nuestra
. · ás importante ec
han d-ado con mayor ámplitud· en aquél. El tango parece por fm, e 1 m - , . flejo que fUnciona .c on e 1
área cultural. , Es .. el . uni~o re . .
ser mucho más sensible, tal vez meno¡ pi;ofundo, para estímulo de nuestras realidades. ta a la
registrar el intrascendente he;ho cotidiano. Más livia- d eza sea la respues
no para distribuirse, más sintético en la estructura ·de y acaso, esa conserva a pur , sido relegado por· la
favorable indiferencia con que ha
los ciclos dramáticos donde se apoyan sus anécdotas y
"cultan meditación burguesa.
tramas argumentales.
..,,.,.. '
~ -
. definitiva en. lugar de -r~s-µItarles un . a~r~-:-
C~nsider.~ciones generales ·sobre el ·e studio de la · · gqa1e ,y en . · ' · ·· nza y .d e
. t tema les comporta acaso, una . ve~gue ·, .
. ~~toria ,·del tango.- y.en .e . '·. ·1 lamentables impugnaciones.
r •

esa moles ti~ nacen as mas ., como . ofensa algo


.linn:na:.
·~~uella es, ~~ parte·, l~· .ca.us~ d~ ~a escasa .di- Ibar.guren sostenía como detraccio~ Y
. ·
que se connotaba ª· a . rea 1 ·· . ·
.
lidad casi como v .e rdad incO? -.
· t• • es
._
fusJon del. tango flt;ntro del estudi<;> .de la música µI)iver-
ºbl . ''El tango no es propiamente argen in0 , ,
~al. . En otro grado, se debe a q1,1e -c.o mo tan bien lo t
trover i e· . · cid · los ar-rabates
ha dicho- Vicente Rossi- "los telégrafos funcionan so-
u-n: . roducto híbrido o mestizo na 9 en . . ' ~ -. .
. P • tente en una mezcla de habanera tropical 1J. ~i.-
lamente de allá para acá,,. 1J consi.s . . _
longa falsificada''.
· Seguramente, al iiac·e r mención de·. este fenómeno -la objeto. estético, como fe~
desproporció:q entre :~l :·ap-aigo y la aceptación del tan- · El esiudio del tangp, como
ha quedad<:>,. a la p.9str~,
go en el Río de la Pla~ y su mengu,ada resonancia fuera nómeno popular con hi~tori?-,
de las fronteras- cada cuai· . rescate
. .
entre sus recuerdos en tie.r ra de. nadie.
el mítico . triunfo .: del ~go en• París, IA.s <!ontroversias
una primera aproximación
· diplomáti~as .. entablad~ , ~a lfl, ,cijscusión de su supues-
ta sensualidad . ·o de los . estribillos cantados a propósito . · ~n tren de repasar esa historia, acaso reconstruirla
de ellas: "Dicen que el tango tiene una gran languidez,. bases de observación y de flamantes cons-
sobre nuevas . . . -adir algunos ·antece-
por eso lo ha .prohibido el Papa Pío DieZ',. Aconteci- tataciones será imprescindib1e an . . . .
mientos suce(ijd{;>s .· ap~mas ~l:bo!eada la segunda década }~ dentes p~a su mejor comprensión: v~ase q':1edi~i~~ge~
~e :puestro ..siglo. · · musicológico y ·humano del tan~o . es . muy ., . . -
. Sin embargo,
. . las razones de este
. auge son muy otras.
de todas las restantes manifestaciones de ,m usica pop~ .
que . las . .manejadas hasta el pres~nte, casi siempr~ en lar· del continente; . · ·
func~ón de excitantes _r elatos románticos sobre la base qe h dejado .un lar-
En las ciudades del ~lata e¡. ta~!º ~n~ré· las prim·eras
los cuales se. ha. perpetrado la .peor literatu,ra publicada go rastro. Rastro que se ex ien , .. se rl.d.a ·mitad
a p~opósit? c;le~ g~nero. · señales ·de su gestac~ón, º.perad~ en la gu ..
P~rque ~~ realidad es que si el silencio trasunta el del siglo pasado, y en el presente; . . r .

púdico des.apego que ha . merecido el tango, no es menor , · ada desde la altura, so~o
lo que ello traduce como ignorancia respecto de la vid.a ·E sa larga marca continua, mir · dos y fflcilinente
a de hitos pronuncia . . · ·
de las Cl~s-es popul.a res, su temática y sus problemas, prpvé -:-a maner . d us ídolos reverberados
'bl los nombres e s . ' · ·
ni ·m enos desestimativa toda :la literatura· de tono pater-. reconoci es- · fle"ós de sq. brillo su~le~ en-
nal, para exaltar por pintorescos los más desóladores en las leyendas que los re l , 1 . . m. pre fecunda para
. · · ' popu ar sie . · •
páramos humanos, para sostener que · no es importante cender en la imagmacion . L ti'tulos de sus . obr~s,
. admiraciones. os · ·
lo que desconocen. enriquecer sus , , . ·.sus letras y de sus textos
Las causas·, pues, de la escas·a divulgación del pro- los fragmentos mas faciles _detrume·n.to .favorito, el ban-
. rfil de su ins . ·· . ·
ceso históríco del tango, son evidentes:· la clase que pro~· ·r µusicales, el pe -. . tancias extraídas de su
, lgunas pocas circuns · . . .d
duce el tango, · no tiene interés de pensar en él como don~on, Y. a d' tinguirse en la d1strai a
evolución, es lo que sue e is 1 .
objeto de estudio, . sino que su: inquietud es, natura}..;
mente, producirlo y gozarlo. ·Quienes tendrían tal vez p~rspectiva de siempre. cobran otro relie-
. el enfoque las cosa& .,
posibilidades · de·. analizarlo, . exponerlo y difundirlo, · no Al aproximar t, t'. cos creadores que sin haber
lo hacen porque, inmersos en . otras medidas culturales, ve.
H
ay
decenas de au en i
.
. ·
, blica que los reponga a
· l
~l<;:anzado . gran resonancia pu . . . .
el taneo les resbala, no lo sienten, no entienden St\ len...
27·
26·
. t . entan' en mediQ. del ma-
nitos Y anónimos a~tis as ·1n; . ad~ día los eiementos
re~o inmediato, siri haberse prolongaq? en el rito~ nido Y rutinario quehacerd . e ; s llev~á a la s-uperfi-
configuran eletrientos de ta-! importancia dentro de la que el talento de algu?~s e ~e ohan rascado su violín,
su
tramá, que ésta p~rdería enterainent~ · continuidad al cíe: centenares de .m usicos q ·.
- d , 0 su piano en
el mé.s oscuro
omitfrseles: se ·me ocurre que el nombre de Elvino Var- tecleado su ban oncon t .b ·do infinitesiinal, pero
daro es- un e~-celente ejeÍnpio para el caso. - que han con ri ui: , .
a~oni.nlato, pero por la impronta de su
.~ mismo podría decirse de los hec'.hos y las ol;:>ras que masivamente ,a darle al tanf.go--om1'a estética por la cual
una adecuad~ pr9xiniida4 al tango "i>e~it~ distingUlr . . f ctura la ison . .
comumtaria a - . ·r·tual que lo hace incon-
y cuya exclusi~n. en ·:la más somera reseña, falsearía le reconocemos, el aliento esp1 .i
por entero la realidad: omitir en un examen de su evo- fundible. de el~o, que la importancia de su
lución el tango URecU.erdd, de Osvaldo f'ugliese, sería _ ~-odría ded':1cixse . como rasgo de defini-
1
de~conocer que' en el proceso de la transformación cre~­ J;lotación musical; _.p or. eJemp o, ia ·Es otra. cosa, la que
dora de nuestra música popular esa obra determinó ción, n .o tiene mayor importlanc u~ es Y no otra música:
--en r&Zón de su original desarrollo y su novedosa es- · que el tango sea o q
determina . secreto del, arte po-
tructura para la época · de su aparición, 1925- un nuevo Es que, acaso, -ese sea e 1 v1:vo .
orden de cosa_s. Y no sólo .e n el campo : ~composit_ivo, pular. . . .bl a simple vista que el
sino por añadidura en el interpretativo: su enorme. ri- b . ues del rastro v1s1 e .
De aJO, ,p • · . te· en la atrirósfer.a c1u-
qu~za - armónica, sus efectos contrapuntísticos, su mag- tan o ha -dibujada, palmariamen '. .
nífica . variación . obligada,. <;onstituyeron una verdadera g un hondo y fuert e cl:llllento. . . -
dadana, hay . storia tenga una estructura,
prueba pe fuego para los ejecutantes · de entonces. A ello obedece qu~ su hi .. ta las nii:smas tensiones
Ppdría hablarse, ~on toda justicia, de obras antes y. cuyo plan de · desarrollo se ~3us :a .
después de "Recuerdo", de instrumentistas, ~ntes y des- del lugar social donde esta enclava~a.
pués .de- "Recuerdo". e ~ • • . . untes para un deslinde integral de
Se. refiere, a propósito de este . tango, que · cuando los rrimeros ap . . dº .
las guar ias.
parroquianos de alguno de los muchos ca~és-concert que , . ll vara representada la historia
solían poblar Buenos .Aires y Montevideo, pedía dicha En un gran pano .~ue ende división llamarla la aten-
obra al ""conjunto de .la .casa" -integrado casi siempre del tango; una tamb1en ~~ "G'l.Lia.rdia Vieja" Y "Guardia.
por mÍisicos de escasas ·virtude_s -· " .¡Recuerdo!"... "¡Re- ción del más desprdeveru .:aeiones convencionales que a
~uer<lo'~, a viva yo;z, los _bandone9nistas, casi si_empr~ los Nueva". Son las e~om1 . d Configuraban-.ambas,
más cmnprometidos por l<;is ~ificultades de _la obra res- · dios han sido asigna as.
tales episo ·· . t . históricas de .mayor
pondían: ~"Con mucho gusto; .serán dado . . . " de tal manera, las dos c1rcuns anc1as , . u1ar
y · no ya acercán_4ose a ese indeleble ra~tro que el impoJ.".tanct~ en .- el 4esarl"º!º l~e ;:::~;n:~cae:º!em~
tai:igo ha surcado sobre nues_tras url:?es y observando con · Sin em.b~go, a pesar . ha logrado,
1 . . hisUmico ·se les ¡-econoce; no ,se . .. .
~ayor: cuidado el :verdadero granc,> de su ·trama, sino, Y vo umen . una integral diferene1ac1ón.
sumergié~donos en ella, nos será factible c~nstatar que hasia hoy, esta.bleceI" tribuirla a varios fac"".
aquellas figuras-claye, que sus decisivas <;>bras, s_o n ape- Esa indiferenQ.iación podemos .a. . . -
. la falta de -estudiQ. ·sistemático, la reciente pciromo-d
nas la décima parte que el iceberg asoma sobre el ni- t ores.
. t "r!.uard.ia ·Nueva" • · la ausen a . e
vel de las agua_s. ción del .conc~p -~ . , .,... _ ue inciden en ~l
Que por debajo de la huella de sus éxitos. de sus íd.o.:. una completa rev1sion de las causas q
los..· de sus instancias más notorias, subyace -en ilimi- desarrollo h~tórico c;lel tango.
tad~ prof~ndidad- el muliitU:dinario taller donde, in-
29.
• • • •
.asificación en . las dos_ consa_'bidas
t6ricámente cierta la Cl
Parece, empero; muy sencillo, consignar que Ramos
·Mejía, Villoldo, · el "tano" · Genaro, GTeco, "Hansen", "El Guardias. :tlenómeno absolutamente
La historia del tango es un
entrerriano',.~ "El choelo" y la flauta, ·perteneeen como . t' uo en el cual, los· episodios- fundamentales sus ?e
hombres, luga:tes, obras ' e instrumentos a la Guárdia con ind. ,. hallan entrañablemente unidos por un con-
Guar ias se . · · ·· hu-
Vieja en tanto que Discépolo, Pugliese, Fresedo;· Troilo~ . t de' vi'nculos estéticos, sociales, economicos y
JUn O . ·
e1·· cabaret; ''Uno", ''Boedo,,, · "Malena••· y · ""Responso" co-
manos.. · t l · · ·o
rresponden · a ·. la ·Nueva, empleando una simple disposi- El f" de la Guardia Vieja está sobrepues_o a , in1ci
ción cronológica. in , 1 ·. . ·forma por demas no-
·· de la Nueva. Presenta a_q ue ' en . D lf" o Juan
· Ello nos · -conduciría a' · tramendos equívocos: porque .. la·s ·flamantes obras de Enrique e in , .
t ona- .. .. · · 1 muchos
se determinaría con ese criterio una crítica juntura en} e l ·cobián 0 "'Agustín' Bardi, · por ~Jemp ,0-:- . l
la cual; con la ·cónsiguiente ·s orpresa, habría' homhres y ar os . . ·han de distinguir a este. y a . a
obras ' que perteneciendo a la Nueva Guardia, preceden, de los cara~ter.es que Guardia . NU:eva dej~ . traslucir
vez el coIDienzo de la · que
en el tiempo~ a ·:hombres y ·obras de ·1a Vieja; Ernesto . . Ódificaciones e innovaciones muchos· rasg.os
Ponzio seguía ··en 1930· tocando el' 'violín a la manera de en sus m . . a la Vieja Guardia. En
los asocian inextricablemente . . . . dºscu-
la Guardia Vieja~· Para· entonces ya hacía diez años qµe . d uchas . ·o bras que pertenecen in i
Elvino Vardaro, Julio De Caro, Cayetano Puglisi, Manlio la escntura e m .. 'n espíritu y desarro-
. 1, t or .grado · de evo1uc10 , . .
Francia:' y .AgesilaO. Ferrazzano.,· entre· otros, habían inau- . tib emen e, P . .. . . frecuente encontrar
gurado · la· típica .manera de tocar ese instrwnento en el 11o a 1a Guarclia. . "Nueva, . ..
es muy
- amientos--· vacilaciones, de1-
. . ..
·- ·sobre todo en los acompan , · d 1 . , Guardia
tango, ·hecho que .corresponde históricamente a la Guar- ' , ru·cas Y giros caractensticos e .a
dia · Vieja~ . gadeces armo ·
1

··.En este sentido me :suscribo al criterio sustentado··por Vieja.· ~ • • .. • • ·reludíádos por

Luis A. Sierra respecto de lá diferenciación de "Guar...,. . : ~n otros asi;>ectos los cambios . ~o V~~ ·! utaciones. pa:t-
dias": "Nos inc_linam9s q. afirmar que la solución de~ des- Un lento proceso de transformacion, P . . . :· . ÍnpI~' eón
.. . . .: ~ . ~ 'bl -como sucede, por e3e . _,
linde ·entre·zas aoi' "guardias" radica en un concepto de · ciales y casi . . . . invisi , , es
blico- sino . ·
que por · e l contrario,
forma que es el conducto por el cuai se ha operado el el canibio de . su_.?~ . . 'bruscas e inespera-
proceso· evol.utivo . de . nuestra ·tang.o . .Oreemos . -que es ,, presenta cortes r_a~~cales~ Cvarlian~~ardel cteado~ de ias
únicamente ·el aspecto 'formal, el rasgD . inequívoco de tal la aparicion de ar os ' . . .
_d as: . ·' , ' ·. : o. Idéntica observación. pue.-
distinción entre la Guardia Vieja y , la "Guardia Nueva". formas cantables del táng . . . · t~·· de ·pedro Maffia
· Compartiendo integralmente este·. criterio -medular- ·de hacer~e re~pec~ . ::~ n::~:::~certdencia del _g éne-
merite expuesto por su autor- iría, sin embargo, ·más -una de las figur . .. ,. · " - tanguista del
allá.·. Solamente"una recapitulacióñ y considerátión global ·fo- inventor absolúto en 1·1a e~;c:i~~': en tren de es~
De manera que o m . ' . d
de acontecimientos .-.:..el ·páulatino camino recorrido por el b~d one6n : . ; . . . . . , ·D:tégral de ambos per10 !ls,
tango. desde las oriUas. hacia el centro ·de nuestras ciu- tablecer \Ulª diferenciacion i . . . . . . . íos· de ple-
·, . . . arios con rasgos de sus Illomen . . .
dades, el cambio lle posesores y oficíantes, la aparición se~a . caractenz_ . 1 delicadd · ·c añamazo d .e la
y consolidación de la· industria aparejada al arte popu..:. nitud para ·ápordar, luego, e . . .
. ' .
lar, la•·definitiva instalación ·del tango como·· espectáculo transformación.
comerciable; la progresiva capacitación de sus ejecutan-
tes, fuil:tam.ente con las capitales instancias de su mo- . Eleme~*ós definit.o rios . de .la Guardia: Viej.~
difieaci6i:Í- · formal-· podrán darnos, en . definitiva, · 1os . . . de - áp.roximación, . puede decirse ..que,
Cmi" buen grado
verdaderos rasgos diferenciales. Rasgos que · hacen his-
3l
30
nes por la tarea artística es completamente arbitrario,
cronológicamente, la Guardia Vi'eja se extiende desde
hasta .que el creciente número de auditores comie:pza a
1880 a 1920.
Corresponde a ella la etapa de gestación- y des·a rrollo - oronar ídolos, y la competencia de éxitos y destrezas
regula el volumen de los ingresos a las cajas de los
primerizo de los elementos .que luego han de . jugarse
L.ueños de cafés y locales donde actúan las orquestas, de
para definir el tang-0.
:p:r.:opietarios o representantes de casas grabadoras y edi-
·En el plano estético puro: surgimiento de la especie
por natural hibrjdación de otras especies populares de toriales.
Qu,eda así definido otro rasgo del mundo del tango
pl~na aceptación . en nuestr.as ciudades..
i::·azado en su Guardia Vieja: la entrada victoriosa de
Determinacióri tímbrica en sucesi~os -ordenamientos
sus prinleras "vedetes", casi siempre ejecutantes de ban-
i~s.trumentales: de~de la anárquica constitució~ de los
-~~s conjuntos hasta la ~cl:usión de los. metales. doneón .
. .
.."~J;.a ..detenninación de . una inicial combinación: arpa, Elementos definitorios de la Guardia Nueva
violín, flauta. Luego, flauta,, violín y .guitarra. Más tar- /

de, después de comenzado el siglo, pia~o, violín y ban'- Los restantes cuarenta años, es decir, desde 192-0 a
doneón. · . 1960, pertenecen .al dominio .de la Guardia Nueva. 1

Todas estas plantas iru;trumentales fun~ionan en un EL tango se resuelve en sus formas compositivas: las
régimen de ej«7cudón enteramente .:ora],: . el modo inter.. e ·)ras se estructuran, ya sin -dudas, y con escasas excep-
pretativo es lá improvisación · sin solistas. · ..:iones, en dos o tres partes de dieciséis· compases cada
. En esta secuencia s.e define; también .Za típica danza una, y con arreglo a la calidad de sus temas se inscri-
del tango,. ben dentro de las tres variedades que surgen: ~ango
Desde el punto de vista social, el tang0 de la Guardia ·m ilonga, -tango romanza y tango canéión o con letra.
Vieja es, durante mu.c ho tiempo, patrimonio ex~lusivo La letra argumentada, se construye siempre sobre la
de los grupos margi.nales de la urbe: .sufre --como con- base de los divevsos grados de lenguaje popular, amal-
s~uen~ia ~del ambiente y de,. los individuos _que ejer- ¡!ama de español con lunfardo, contribuciones de dialectos
citan su práctica -el rechazo de la restante ,población italianos -en gran proporción-, préstamos de la ger-
ciudáqana. No solamente d.e las altas clase.s, como se manía, voces indígenas, matizado con inversión de las
ha sostenido, sino -inclusO- de las familias de la palabras, etc ..
EL tango con letra y el cantor de tangos son dos fe-
baja clase media y .del proletal"iado. El t~go _pasa a
sus manos, lentamente,. con . la
prog¡-esiva dilución de nómenos de pareja aparición, lógicamente. El cantor
soliSta, hambre o mujer, acompañado por -trío o. cuar-
las orillas por la expan8ión de la _c iudad, cuando esas
clases populares toman conciencia de pr.Qpiedád sobre teto de guitarras, el vocalista· - o cantor de orquesta con
su :m~ica.
'r
contracanto instrumental- y el cantor solista con acom-
Corré~ponde a la Guardia Vieja, asiQtlsnio, el. g-rran
pañamiento de orquesta son, pues,· hechos estéticos que
~u.~e ~nternacional del tango producid.o poco después de ~orresponden a la Guardia Nueva.
1910, que determinó su · aceptación - Y h~ta ei furor-, Dentro de sus limites, creándola, la definitiva .comor-
pero con el signo perentorio de la moda, entre las ''alta8 mación de sus medios instrumeptales traduce uno de
esferas". · · ·· sus hechos capit~les: queda instaurada la cai:nbinación·.
Econ~mi?amente, no existe . en: la Guardia Vi~ja, por
...:aracterística de instrw:p.entos para el tango, con el
lo menos hasta sus últimos tiemp·os,
1
·e1
·p:fo:tesionalismo -nombre genérico de "Orquesta Típica". Cada instru-
mento cobra, dentro de ella, propia vida, apareciendo
oi:ianizado entre los músicos. El régimen ·de retribv.cio-
• • • •
82
los clásicos regímenes s.o listas del ~énero. La. sist~ma,..; ctacia de sangre. ·Y es verdáderamente ·deplorable ~ons..
tización de esas fo~mas alcanza su más pleno auge con tatar, cómo se ha hecho caudal de esta circunstan~ia ~n
la adopción de la orqu.~stación como ba:se del. tempera- la pl~ma de no pocos escritores para. dar con el.la ind1:-
mento interpretativo del t·a ngo, expediente que conso- pensab les seguridades de interés en torno .ª nuestr~, ~u­
lida un mo~o de concebir la música popular enteramente sica popular. o para mostrar como conquistas esa sim-
opuesto, por ejemplo al del jazz: en éste, aun cuando pática" palmadita de anuencia .
haya orquestación, el espíritu es improvisado. . En ·el .En lo que tiene que ver con los lug~es. fre.cuentados.
tango, aun cuando se improvise, la intención traduce por el tango, junto a su ingreso, a las m8:s drv~~rsas ~lases
acuerdos previos, la música pensada y puesta en los sociales como motivo de espe<;.taculo o divers1on, deJa d~
instrumentos ante~ de ser ejecutada. ser tan sólo música de lupanar y de clausurados boli..-
Uno de los distingos que a cuenta de la mayor riqueza ches o~illeros para ser ejecutado en la niás diversa g~ma
pueden capitalizarse para promover en el estudio de la de locales: cafés, cabarets, glorietas, recreos, ~c~es
historia del tango la diferenciación integral de sus guar- teatros, confiterías, salas de baile,· casas de familia Y
dias, es que solamente dentro de la Guardia Nueva clubes.
puede habl~rse con entera propiedad de estilo~ y m _oda..,. Semejante .despliegue excitó d,e~initivamente . las ape-
lidades 'interpretativas. Resulta virtualmente imposible tencias de la industria que .estaba al acecho: . se con-:
e~ aquella primera . etap¡t, caracterizar, :necolilocer esti- templa, a lo largo de toda la. Guardia Nueva,· la co~o­
los: ni en las actitudes individuales, ni en las agrupa.,. lidación del tango como material aJtamente vendible.
cioµ.es de varios instrumentistas. _ Nace ·co_n : ella el .empresismo y su desarro~lo ~~sde .la
_Para . ter~ar con los aspectos de orden estético que, incipiente tentativa hasta la perfecta o_rgamz~cio~ bw:~
orgánicamente, podemos. man~jar sin entrar en . d~talles sátil, la. industria que hace del.arte _pop~lar .e l leit:r~iotiv
para· esbozar una primera semblanza .. hi.s tórica .de .. la de sus ingresos y de la inversión. d~ c~p1~~l, a traves. ~e
Guardia Nu~v~, es necesario consignar el empobreci-. distintas ramas. La. editorial pár~. ~presi?n, promoc;:i.o~
miento de la danza del ta'l).go. Con su amplia divulga-: y distribución en gr~ escala de partes ~~.piano y orque~:
ción, arrancada de Sl:l privativa condiciqn de música y taciones, pµblica~ión de re.vist;;Ls especializad~s en el ge
danza de, la orilla, las .figuras. que la adornaban fueron nero y venta de librillos con letras Y ~los~~os. L'.'1 .em.-
suavizándose, empobreciéndose o perdiéndose paulati-;- ción matrizado y repr_O d\lccion de disco_s
presa d e graba • - t, l
namente. Del bailarín de burdel de. la .Boca al bailarín fonográfico~. La :.organiz~ció~ .que _da_ ~l . _e spec ac~ ~ _efi:_
de cabaret, hay tanta distancia como de é.s te al despro;.. pres.e nda, a<;tuaciones de orquestas, c_a ntantes, y solistas
vlsto bailarín de los clubes de hoy. La inventiva . coreo ... en los diversos )ocales. La que _lleva el espectaculo a _las
gráfica ha seguido una ·curva completé!-ffielite inversa -ª cas~s·:- -~~d.io . y televisión. . . _
la inventiva musical. La representación comercial ·cJ,e los artistas Y_ ,las ag~n
D.esde el punto de vista de su repercusión social, exis- cías de p~blicidad, están comprendidas tambien den:.o
ten también importantes elementos de .- distinci<)n: . · el de este gran mecanismo, caracterís_tico de la Guar ia
tango deja, en definitiva, de ser pertenencia exclusiva Nueva. · , la . · "ón de !os
de las. pequeñas agrupaciones humanas de las orillas.. (Pertenece - también a este periodo, 1i3aci ._ .
·Estas se funden en"las. clases populares, ~esdibujándose~ derechos de au.tcrr y su efectiv.o cobr:o, prorra~eo Y dis~
Si bie~, _creativamente será patrimonio inalienable de · . .¡,,,,nd · , de las entidades de
tribución med1apte 1a J"" .- acion - . · . , ·. , - d - .
esas clases populares, se. verá incluido en el programa autores Y compositores, a~í ~o~o la ~gre'J11.iacion e ~n­
de diversi~ne.s de la ~lta . b,u rguesía. Y aun de la aristo".:" térpretes para -la atención de comu~es problemas pro e-

34 35
sionales (ejecutantes, directores, cantores, ·orquestado- elementos dispersos de companias de zarzuela comen-
res, etc.)"~ zaron a integrar hacia 1889, los etencos que ofrecieron
Finalmente, tarnbién como signo típico de la Nueva entre nosotros el ta.n mentado 'género chico'. El. primer
Guardia, será· necesario anotar la competencia entre el esc-enario que acogió la novedad fue el del "Pasatiem-
tango y otras ~species . populares, llegadas a nuestros po". y al ofrecerse "La gran vía", se obtuvo ei mismo
lares, promovidas y estimuladas -como parte de su ne- suceso que al ser estrenada, tres años antes, en los tea-
gocio- por los trw;;ts internacionales de managers, gra- tros españoles. Nuestros zarzuelistas criollos, fueron _to-
badoras, editoriales, etc. mando del género lo que tenia de popular, y, si bien la
Suscintamente he aquí, pues, cuáles son los elemen- construcción de sus obras resultaba señaladamente his-
tos diferenciales de mayor inlportancia para la ., distin- pana, el sentido y las alusiones buscaban la expresión
ción de las ''Guardias" del tango. nacional, señala Ordaz en "El · Teatro en el Río de la
Plata". !' '. : . ' ~ -- T W"I~~ l.
Breve reseña histórica de la Guardia Vieja
A su vez, bajo la carpa del "Circo Podestá-Scotti" se
Esta breve enumeración, concebida en esquema y gran formaba, desde la sola pantomima pasando por ''Juan
panorarna -para no perder "de vista el volumen con- Moreira" y "Juliá.n Gi-m:énez" hasta llegar a "Calan-
junto de las Guardias y para facilitar por inmediata dria", el necesario intérprete.
confrontanción los distingos más espectaculares- no y no es necesario buscar más, ni ir en procura de me-
ofrece, sin embargo, el verdadero clima de cada etapa. jores razones para explicarse la génesis del tango. Ni para
·Los escenarios ·porteños de fin de siglo, auspiciaban darle fecha con certeza: el mismo público que acogió
en su cartelera, un ·menú teatral cuya inconmovible per- con vivas muestras de sinlpatía aquellas obras que
manencia esta conj:urada, precisamente, por la falta aludían a sus ciudadanos · asuntos y aquellos intérpretes
de una manera propia de exteriorización escénica: ·n i capaces de encarnar sobre el tablado en el · picadero,
autores, ni actores nacionales habían para cubrir tan "" personajes c;:uya humanidad, B:ctitudes, gestos y reac-
sensible carencia. ciones tan bien conocían, ese mismo públi-co tenía, de
iEl "Teatro de la Opera" mantenía en programa una antemano, la predisposición necesaria para recibir -con
Gran Compañía Lírica ltaliana. • El · ''On.Í-ubia", otra de el mismo efecto con que reeibía los primeros esbozos del
zarzuelas españolas, al igual que el "Jardín Florida" teatro nacional- una música nacional. Pero no ya la
y el "Pasatiempo'~. El "Doria", a su vez, realizaba sus música nacional campesina, sino una música cuyo espí-
funCiones con compañías de operetas italianas, en tanto ritu aÍudierJi a la ciudad, y cuya forma le perten~ciera
que el "Variedades" lo hacía con operetas francesas.
de alguna manera.
Cuando se había heeho la tentativa de montar una
La tanguidad existió en las ciudades platenses, pues,
obra de tema, carácter y lenguaje más o menos local,
se tropezaba con el inconveniente insalvable de gauchos antes que el propio tango.
sinluládos y ridículos. Esa necesida4 impostergable respecto de una comu-
No había textos reveladores de la realidad nacional. nitaria fuente de expresión -prevaleciendo heroica-
Y cuando los había, · estaban condenados a ser inter- mente sobre la mezcla humana de una sociedad cons-
pretados por actores españoles o italiap.os. tituida en los empujones de los aludes inmigratorios-
Sin embargo, el clima para que una forma propia de vin~ a gestarlo por la hibridación de tres especies po-
teatralización cuajara, estaba latente en ambas márgenes pulares perfectamente divulgadas en la ciudad.
del Plata. Y ese teatro se realizó por dos vías: algunos En otras· palabras: no existió la ·tentativa consciente
1 J , .. J - J .~
36 37:
de inventar algo propfo, sino que · esa expres1on surgió la primera. miJon.ga que se bailara en un escenario por-
~n la medida que. se .tenía al$o para .decjr . . teñ~ para una revista representada en el teatro Goldoni
Hacia fin de siglo, aún a.I1tes, el vocablo "tango" co- de la Plaza Lorea. Y fue este .compositor quien compuso
mo .. designació_n .. de diversas cosas, es perfectamente -nara -" Ensalada Criolla", tres "tangos" que cantaban y
usual. bailaban durante el pasacalle: "Soy el rubio Pichinnn-
Se califica ·con él, naturalmente, al tango adaluz en go". ~'No -me vengo.s con paradas" y ~'Zueco, que me voy
pleno auge dentro de_! "género chico" . . Se llaman "tan- de baile".
gos" a las habaneras aportadas por la marinería cubana '~Ensalada Criolla", presentada en e l circo de los Po-
llegada en los barcos que el repunte del comercio ar- destá. exigió cientos de funciones. Y ese éxito se debió,
gentino hacía fondear.: en --el · puerto.· boquense. "Tango" en buena parte, a dichos "tangos" o "milongas" o "ha-·
se· les dijo a·· las milongas afincadas -sobre todo- e:p. baneras". léase cualquiera de los tres, que es cierto.
Palermo. Se recuerda .todavía, su fama es justi:{icada~· Tales "tangos" remedaban, en la obra que ~mundo
el. tradicional ''Almacén de la milonga" reverberado en Guibourg llama "primero ciento por ciento local". el pa-
los . n.c;>mbres . de sus más notqrios "milongueros": "El sacalle de "La gran vía" de Pérez y Chueca. ("Soy el
pardo Flores", "El tigre Rodríguez"~ uEl negro Vilariño"- ratct; primero, y yo el segundo, y ·yo el tercero"). ·
Y__N ernesir/Trejo, entre otros. · . . . . . · ·. Enorme cantidad de "sainetes _ ~orno prolone:aci6n
El teatro popular, comportó el . caldo indispensable rioplatense del . "género chico" español- incluveron
para acelerar la providencial mix.t ura que, aligerada de " tang os como tema . de at~acción: "Jus ticia cri.o1.la,, de
a.11tecedentes y d~talies, . exponemo!? aqllí. · 'P.z <>ntliel Soria y Reynoso, donde se conjugaba un hermoso
Vicente Rossi piensa que "cuando ia. milonga saine- coniunto de escenas montadas en un conventill o .
tera empe;zó a popularizarse, y los a..l ma.cenes de m-zi- -Como bien lo consi gna Lui s 0-r.daz, "el público can-
siCa s~ hici.e ron e~o ~e. l~ de-manda animando a . los c~?n-· rado del repetido ('género chico" español que hacia ol-
po~tores CU.pa.(;es, tomó reliev~ . la calificación, y en. Ú)S vidar esas piedras angulares aue fueron "#La gran vía"
párrafos de nuestros ciinetes se citaban con frecuencia y "La · verbena · de la palo?na", apoyaba cada vez con
"tango y milonga", irtfluencia. ~?:ie.vitable de aquella cla- más entusiasmo la producción de nuestros autores más
sificcición. inicia.da . por las . ediciones de piezas 'Para pia_~· populares,,.
no, que daban _habaneras baj9' la deno?ninación de. "tan- L .a . transformación de los el ementos ambientales y
gos". Se hiz9 común en el diálogo o en el canto h'l.Ílnanos se - asiste en la más prodigiosa sustit u ción de
sainetero, la f-r:a&e: "baila.remo~ i_ango y ?nilorigti.", '~le nor:pbres · y designaciones: ·' "El chu ló ·er a el oriainal gra-
metim.os tango y milonga", ·c omo Si se tratará de do~ do:::í .cd.?no de nuestro compadrito porteño. La. "ch'l..ilaTJa"
cosas análogas con diferentes nombres.. Poco a .poco una nuestra "taquera,, · de barrio. El "pel?na sablista" de los
se refundió · en la otra y se consumó la ~titución de Madriles, nuestro vulgar "'pecha.dar callejero". Las "ver-
títulos. Es, pues, el Teatro Rioplatense quien convirtió ben as" nuestras "milongas',. Las '"broncas". nuest ros
la . milonga en tango y dio a éste su perduración y su "bochinches". ha escrito José Gonzáiez C astillo;
fama''. e~
. • • . • ·1· · '""'- r1;11*Ww:.
1. •
Sf a las clases populares rioplatenses de fin y pri n-
En 1898, Po<Lestá estrena la revista "Ensalada Criolla" cfpio de siglo correspondió el importante papel de a u s-
en ?11 prólogo, un acto y cuatro cuadros escrita por piciar con su sentimiento. su necesidad de propia ex-
Enrique De María y musicada por Eduardo García La.- presión y de ellos con su aplauso y su simpatía Ia·
lanne.
aparición del ·tango, no le pertenece en los hechos, la
.De· Eduardo García La.lanne había sido, precisamente, paternidad del nuevo sujeto.
La realización del tango fue responsabilidad exclu- lidad de· un · público d-e ·a morales y ·agalludos y dé otros
sivá dél orillero, fruto de su ocupado ·ocio de ahgustias, cu:ya desgracia : y éuya dicha consistía én parecerlo. No
de .desolación y destierro. eran tipos de amontonarse como paquetes, silla a silla,
El fue su artífice sumo: el tango se hizo en sus ma- en una leonera .llena de humo · y de e-starse allí media
nos y su- pelvis,_ siendo música de prostíbulo. ~och~ ~irando hacia arriba a los músicos,. liada más que
· Los capítulos esenciales de su gestación se producen para pasar · l~ · horas encantados C(i)'ffl.O niños~ El ta'ngo
al amparo de los sórdidos · bordes ciudadanos: · ·es de y . ~Z alcohol eran. ·uno, · y nada se entendía mejO'I' con ias
hac·e r ·notar -porque claro~ es importantísimO- . que a pen{IS que les rodeaban, roncando como peñones, en los
su vez el tango se · convirtió ·e n llamador de oro para abisme$ pp,roniles ... q:el p~cho. ~l tango era . para ellos,
las · burdeleras, que fomentaban al calor de su música cosa de _fuertes come un 11a.s:o. dobl~ -d e .ajenjo o una pu-
reográfica · ·
. .
.
·· '
.
el .desenfreno sexual y con él la poderqsa inventiva co-
·
ñalada".
. • .....1
"Los. noc~~T-lniegos lib~r:tinos de la Boca -prosigue el
La ·danza del tan·go "el esfu:e rzo de creación más vigo- ~·
ci;ta¡_do · autor- no .se ta ·'pasaban sin· ~ir . despttés de las
roso · y ·original de los últimos ·siglos" ·---como ha dicho
audiciones- a . b'a ilarse un tanguito en los burdeles. Los
Carlos · Vega, ·uno de los pocos, auténticos estudiosos de
bailarmes de renombre ·.como · "El 'cívico" solían dar aUí
los· orígenes del · tango- se ·hizo· posible a través de la
verdaderos espec.táculos· de 'Coreografía orillera. En una
excitación · de los cuerpos ·en el salvaje abrazo amoroso.
atmósfera de desvaf"fo . et indiViclu o se apartaba en di-
El baile, · tal cual se hacía p~a el tango en las orillas,
no tenía .precedentes. chos .casos .Y aplawdía, invariablemente embriagada, fre-
n~ti~a., la turba lupanaria. Se _.ponía,n de mal humor los
El fenórneno creativo acunado al margen de la vida
bailarines . rivales, · se enloquecía el corazón de ltts pros-
ciudadana, · comportó a sus costados verdaderos horro-
res humanos. titutas, se estimulaba ,. la ·· ambidón de los moéosos con
aire de ~'cajisitos'' precoces~.. Cortes, quebraqas, luju-
Muchos lugares que la leyenda y los observadores
rias, voGe.rÍQ: guaranga, botellas, manoseos torpes, dagas
. superfluos han transform·a do eufemísticamente en "pin-
torescos clubes", no fueron · otra cosa· que deleznables
cel~sas, hu.m o. Si no había trifulcas y detenciones, hasta
emporios de prostitución. Muchas desdichadas provin- el amanecer no se daba treg,u a a los m:usiqu.eros. Y los
homos~xuales, y las escenas droláticas y gr-0tescas" .
.cianas o · hijas de · inmigrantes eran reclutadas merced
a · fabu:Iosos engaños de ventura, y sometidas .más :tarde, Ese submundo clausurado e invulnerable para el resto
a los ·más.· condenables trasiegos de compra-venta, para de la ciudad, abrió una brecha para la secre.t a .novele-
explotarlas ---hasta el hartazgo- expuestas a la pl'epo- ría de les jóvenes de "familia bien'\ por los "dan·d es-
tencia sexual del orillero. O a la vanidad del "patotero'' tinos" que, . como los de "Laura" en Paraguay Y Puey-
·para quien era orgullo de dioses ctener una mujer en rredón, .y '~María La Vasca" en Carlos Calvo y ·Jujuy;
tales mercados. permitían en su órbita :entreverarse el) los vericuetos
En la B _o ca coexistieron -dos clases de escenarios para del excitante, impostergable- para ingresar dignamen-
el .tango. Los cafés -donde no se bailaba- y los bur- ·te al ·padrón de los verdaderos "-ranas" -país del tango.
deles, donde se · bailaba después de haberse escuchado Fue precisamente, en el piano de estos ""lugares", en
una "tirada" de tangos. los pequeños · conjWltos que daban el pie para las gran-
-·E n los cafés, ''durante los conciertos -escribe José des "fiestas";· ·e n los ; ·c afés de la Boca, en los ocultados
Sebastián · Tallon- se bebía nerviosamente y era · cosa "recreos" de ·Palehno, donde se conjugaron por primer-a
de machos hacerlo sin medida. Se trataba en su tota- vez !las f6rmufas : rítmicas del tango, tal :como se ejer-

4-0· 41 .
citaron en su etapa inicial. Es decir, por adaptación de establecer el dictamen, y la carencia es grave, cual ha
las fórmulas del tanguillo, de la . habanera, de la ·mi- sido el espíritu, la ¡:mntería, -la intención de la obra.
longa. Solamente se ha tenido .e n cuenta para la pugna, su
Su rápida conformación estuvo cobijada por aquella designación genérica de "tango". Criterio, que por otra
vehemencia. La música estimuló la dania y ésta calentó parte, conduce inevitablemente a los más gruesos equí-
en los instrumentos 1a definidón de su música. vocos.
suma,
El hecho, en .. ·es que, de lá misma manera que En cambio, arbitrando ~l juicio sobre aquella clase de
consideraciones, el primer tango debería ser. por ejem-
bajo .. las lonas del circo ·de ·1os Podestá -siempre ins-
plo, uEl entrerrian~' del . "negro" Rosendo Mendizábal.
talado en las postrimerías de ·1a urbe.- en un proceso
Estrenado e:ri 1897 en los bailes de "Laura'', es la primera
titánico, lento, de · aclimatación de formas, va tomand.o
obra que además de su gran repercusión pública y pese
cuerpo la simiente del tearto nacional, de la · misma a estar sujeta por muchos cos~ados a las especies que
manera en· los cafés "El Vasco•• de Barracas, en ''La han dado origen al tang~, tiene bajo el nuevo, naciente
Paloma,, ·de . Palermo, eri "La Pichona" de la calle Pa- j
rótulo, la vida propia, el sabor suficiente como para con-
mari-
v6ri, en "La turca••, ·4 'El · griego", ''Roual,, y "La figurar la . página primera del género, en . su etapa de
na" de~ la :Soca, en· nEt bailetín ·'del Palomar,,, "Hansen"~ gestación.
"La red", "Et velódro1na'', ·" Et kioskito,,. "El tá1nbito", Y más: si aquéllas consideraciones de espíritu, sabor,
en las "casas" de la "China Rosa", "Laura•• y "María intención, contenido, se aplican con todo rigor, habrá
la Vasca", en "La cancha d·e Rosendo", ''La fazenda", que esperar a los tangos de Arolas, de Bardi, de Cobián,
en los ''salones" "La Cavour" y ''Peracca", los angostos por ejemplo, para determinar con plena posesion de
grupos de tres y cuatro e:recutani!es. van trabajando .ias prueba, · esa ·obra · príncipe.
maneras instrumentales· del ·tango. · Varios conjuntos cobran, entonces, excepcional nom-
Paralelamente, y en un constante juego de recíprocas bradía en los sul;>urbios: no sería difícil hacer una
influencias, se van gestando las primeras obra$: dejan nómina casi completa éon todos los tanguistas que ac-
ellas entrever, a su vez, y tras los importados- soportes tuaron durante · 1a Guardia Vieja, pues en este período
fo~ales, el aÍisbo d~ iuz local. no pasan de setenta los nombres que alcanzaron pre-
Mucha tinta, mucho pápel y mucha investigación se dicamento. Y ello i'ncluyendo ·generosamente, músicos
ha gastado para ; elucidar un solo· punto: cuál es el pri- de ínfimo desempeño en el decurso de esa primera hora.
mer tango. La profusión de tangueros durante la Guardia Vieja
Héctof y Luis J. Bates proponen ·"Dame la lata". es otro de los grandes mitos de la seudoliteratura tejida
Carlos Vega juzga que "Andate a la Recoleta" estaría en torno al género.
entre los iniciales. Gast6n Tala7>1.iÓn se inclina por "La Redueiendo la referencia a los grupos de instrumen-
Quincena" y "Los vividores", · "'Tango N9 ·1,,, de .Jorge~
tistas más representativos, cabe recordar, siguiendo un
Maehado para· otros. Sin embargo, todas las hipótesis clarificador orden en el tiempo, los siguientes nombres:
aducida.S · para · esclarecer él caso, todas las suposiciones 1899- Juan Maglio (bandoneón), Luciano Rios (gui-
y las indagaciones promovidas (que no son tantas por- tarra), Julián Urdapilleta (violín).
que ·quienes ·escriben sobre · el tango ·se Vienen copian- 1902 -Genaro Vázquez (violín), Benito Masset (flau-
do unos a los otros desde hace· treinta afíos) para · dar ta), Enrique Saborido (piano).
feliz resolución a : tan poco importante ·misterio, ado- 1903 - Juan Carlos Bazán ' (clarinete) , Vicente y Er-
lecen de la misma falla: no se maneja en ellas, para nesto pcm,zio (violines), Tortorelli "(arpa) .

. 43
1903 - Vicente Greco (bandoneón), Dom..ingo Greco Esta escueta reier~ncia de per_sonales én conjuntos ca-
y el utuerto Arturo" (guitarras). racterísticos y muy representativos de la Guardia Vieja
1906 -Augusto P. Berto (bandoneón), u Don Eduar- permite observar, sin ~lucid·aciones al margen, una serie
do" (violín), Andrade (flaut~) , Durand (gui- de hechos fte• gran impfjrtania: el fenómeno de la espon-
tarra). tánea selección instru;+iental, vale decir, quedan fuera
1907 - Juan Carlos Bazán (clarinete), Rober·t o Firpo. de concurso los metales y paulatinamente, tam,bién, los
(piano), A .lcides Pala-vecino (violín). instrumentinos. Pienso que tal exclusión debe adjudi-
1908 - Vicente Loduca (bandoneón), Samuel Castrio- carse, sobre toda otra CO&a, a un problema ae tempe-
ta (piano), Francisco Canaro (violín). ramento. Es más: . jamás se ha podido encontrar la
1910 - Genaro Spósito (bandoneón), Agustín Bardi fórmula capaz de incorporar esos importantes sectores
(piano), uez tuerto" Camarano (gwta~ra): instrumentales a la orquesta de tangos. El tango se
1911-Augusto P . Berto (bandoneón), Julio Doutry resiste tradicionalmente a otros timbres que no sean
(violín), José Martínez {piano). bandoneón, piano y cuerdas.
1912 - Genaro Spósito (bandoneón), Alcides Palave- El violín es el más antiguo de los instrumentos en las
cino. (violín), Harold Philips (piano). combinaciones tanguistas. Formaba parte ya, de las
1912 -Juan Maglio {bandoneón), José Banano (vio-
rondalla$ que recorrían las calles de la ciudad y que
incluían en su repertorio algunos " tangos". No tiene,
lín), Luciano Ríos (guitarra), Hernani Machi
(flauta). en la Guardia V i_e ja, muchos cultores que puedan des-
tacarse: · Ernesto Ponzio, Vicente Pepe y Tito Roccat a-
1912 - Arturo Bernstein (bandoneón), Vicente .Pepe
gliata, son sus figuras más interesantes. Sobre todo el
(violín), Luis Bernstein (guita!l"ra), el" ~'tczno" último, que proveyó a quiene-s serían sus continuadores,
Vicente Pecci (flauta).
con una serie ··de creaciones Suyas, adornos y "flol'eos"
1913 -Vicente Greco (bandoneón), Ricardo Gauden.- · que se emplean -a ún en el presente.
cio .{violín), Marcos Ramíre-z (piano). • El bandoneón, arribado a nuestras ciudades hacia 1870
1913 - G'f'.aciano De Le·one (bandoneón), Agustín Bar- -ha estado expuesto en la vidriera de la tradicional
di (piano), Eduardo Mcm.elos (violín) . casa de bandoneones "Mariani" de Buenos · Aires (Don
1915 - Ricardo L. Brignolo (bandoneón), · Rafae-l Tue- Luis Mariani ha~ sido el pionero de los artesanos dedi-
. go'ls (violín), Luis Ri•cardi (piano). cados a su afinación y compostura) el bandoneón del
1917-·0rquesta Arole:1s: Eduar do Arolds (bandoneón), padre de Ciriaco Ortiz, datado en 1878-- emprende su
Julio· De Caro y Rafael Tuego1.s (violines), Ro- ingreso a los conjuntos del tango con el siglo. Su papel
berto Goyeneche (piano), Luis B-ern.!tein (bajo). se hace protagónico y su carrera, desl umbrante.
1917 - Orquesta Canaro-Martínez: Osvaldo Freseélo Con excepción del "alemán" Arturo Bernstein , nadie
(bandoneón), Francisco Canciro y Julio Doutry hubo en la Guardia Vieja -que lo tocara bien-. Hasta el
(violines), Jo"&é M ·a rtín.e·z (piano), Leopoldo famoso "Tigre del bandoneón'', Eduardo Arolas, no pasó
ThoTnpson (contrabajo). .de ser un modestísimo ejecutante frente a Pedro Maffia.
1919-0rquesta Ro·b erto .Firpo: Pedro M. Maffia y Si en un principio y hasta 1920, aproximadamente,
José Servi d io {bandoneones} , Cayetano Pu- coexiste en los grupos instrumentales con la flauta, con-
glisi, y Adolfo Muzzi (violine!!!), Luis Cosenza cluyó por desalojarla definitivamente. Pero, por encima
(armonio~, Roberto · Firpo (piano), A iejandro de toda otra consideración, es una " voz" nueva, des-
Michetti (flauta). conocida- · no puede tomarse como antecedente l a ''ver -

..
" /._.-~ 45
dtilera" · de los marineros- sin v1c10s, ni torturas, ni modalidad más avanzada eh sus criterios de interpreta-
reeuerdos que no sean los muy flacos que· asocian tenue- ción ·dentro de este primer ciclo histórieo. Tuvo Firpo
mente a su lejano origen bávaro. un c1aro sentido .d e la calidad sonora del cqnjunto, del
Voz capaz de ser modelada a placer, de ser educada valor de teñ:er en el mismo avezados músicos. Cultivó,
sin torceduras previas en la fresca lección del lenguaje asimismo; un amplia e interesante repertorio de obras
popular, termina · por •converttrse · en fnsttumento sim- qae grababa, con entera exclusividad, para el. sello "Na-
bólico de.l tango. El hombre del pueblo, el hombre de la cional Odeón".
calle siente por el bandoneón un respeto, una admiración Poco · después, apenas transpuesto 1920, esta orquesta ·
que no profesa por instrumento alguno. de Roberto Firpo será, a su vez, superada por la de
El piano se incorpora cuando las posibilidades del Juan Carlos Cobián. La orquesta del autor de "El mo-
trabajo auspician la aparición del músico sedentarizado tivo" sirve de puente y enlace entre los más adelanta..:
~ con "la orqüesta de la casa/': en 1905, por ejemplo, .dos conjuntos de la Vieja Guardia y las fla·m antes for-
Payrot y Giardini, propietarfos de "Hansen", entregan nfaciones que inauguran ia Nueva, con Julio De Caro
a Luis Suárez Campos, para qué lo estrene, el primer a . la cabeza.

* piano' que tuvo dicho local.


El régimen de ejecución es la improvisación! Pero
de ninguna nianer~ una improvisación a la manera del
Nada hay' pues, completa~ente definido. en la Guar-;-
dia yieja. Cada . nota que se toca está comprometida
en l.a s vacilaciones propias de un gr~ empeño "en vere-
jazz. Es una ~provisación de carácter provisional ·a mos, a las dud~s de una hermosa intención sin concre-
fa espera de ·sus propios ordénamientos. Estos llegarán ta.r , a la inde~inición prop~a de un grupo humano hete-
tiempo después, cuando se comience .·a .difundir entre r~géneo, embrión de .los caracteres ciudadanos de los
músicos_. de tango, aunque de manera precaria en sus cuales somos legatarios.
principios, la técnica~ de la orq-µestación. Por. oira p~rte;. la marginal condición de la mayo!ía
La improvisación de la GÚ~dia Vieja e~; por eÜo, una .. _de sus .oficiantes mantiene al tango sumido en una
impr:ovisaciqn siz:i solistas: no hay insirumento cantante. nebulosa apenas surcada por .los relumbrones de. ·sus
En .parte, porque ia modesta condkión. téchica de los ídolos, por el atractivo . semirevelado de lo prohibido.
instrumentj.stas no lo permite . En parte, porque es evi- Claro que esto I).O configuraba sino una parte de otros
dente que la improyisación no ha de ser .c uerda esté~ panoramas más trascendentales.
tica para el tango. EL. temperamento interpretativo que Se producen entonces en el Plata l.a s primeras mani-
se gesta· es muy otro. festaciones del deocontento obrer9. Con él, las primeras
'¡,.

Tal es a .grandes rasgos, la semblanza inicial de ~los huelgas y los. movimientos que se ~raducen en los tam-
. instrumentos elegidos .para tocar tarigos, y los carac- ~ién primeros sofocones .de las clases altas. La silueta
teres primordiales de las maneras interpretativas . que de lo~ "anél,rquistas" circula como un fantasm~ de miedo
se observan en sus conjuntos ~· . de boca en boca.
De esos primigenios grupos, el mejor -sin ninguna Muchos de los músieos del tango- que no viven de
clase de dudas- fue·· "el del "alemán" Bernstein. Por su esta pro~esión, ampliamente d~sacreditada-, practican
ajuste, ·asombroso para la época, por la capacidad y el otros oficios para su supervivencia: Arolas fue pintor
virtuosismo individual de los : ejecutante~ que· lo com- de ·c a:rteles, Greco canillita, Berto pintor de. brocha gorda,
ponían, superó ·por lejosº a los restantes conjuntos.· Contursi zapatero, ·Firpo pintor de letras y decorador,
La orquesta de Ro·b erto Firpo,. a su vez, comportó · la Villoldo linotip.i sta: En tanto la comuna de la ciudad de

A.R
Buenos Aires~ .y par.~, c.omplacen~ia de .una .pl,lrgl).esía.en- quí-rierc;m écmdenCÍa· de pr-opíedacl . soJ)re sii música.
riquecida y de "1na aristocracia reavivap~ ._en - su sangre Una cosa era hospedar sus inquietudes en expresiones
patricia, emprende el tajo primoroso de la Avenida de · ajenas, m.uy. otra sentirse dueños de esa -ex_presión .cuan-
Mayo: cercada con el aparatoso ip~e:,:to de las- bala~stra­ do en ·ésta se han volcado hasta su entraña las fuerzas
das 1;suis XV, sobrevola.Q.as desde aug~stos ~ronton~s por .de su alma.
Atlantes, Venus y angelit~s, ~iene un dejo de vía madri- A las _especies populares que dieron origen .al tango
ieña, recuerdos de avenida Kleber y "líneas" de ren~· .!i- se les· cobró un. "derecho de piso•·• que finalmente las
miento italiano! traspasó,. en usufructo permanente, a manos de sus· pro-
Todo bien batido, pasa a constituir el prgullo de la videnciales arrendatarios.
misma burguesía que .emp:rende ~l rechazo sistemático Esa convicción de propiedad que permitió infligir .al
del tango. tango radicales combios, fue marginaQ.a . y ayudada por
Pero, "soy silbado; luegó. eXisto'>. _ otras circunstancias. ·
Hasta 191ó, aproxírn.adamente, mientras se advierte el La Gran Guerra ..limpió,. pero apenas en la piel, na-
progresivo trasplante de . los pequeños conjuntos hacia turalmente, a la pacatería de la aristocracia -y- a través
el · centro -desde "La• Marina.. eri Suc!rez• y Necochea," del más crudo esnobismo- de los pre~uicios que la
hasta ccEl estrib_o " en ~tre Ríos al 700, pasand,o por el separaban de lo popular.· No se trató, por supuesto de
ceBar · Castilla~' de Corrientes 1265 hasta llegar al mismo un acercamiento por simpatía, ni mucho . menos: se to-
corazón de la urbe: café ccBotafogo" dé Lavalle y Sui- mó con pinzas algo· que . ''interesaba" aparte de sus
pa.c ha, siguiendo un itinerario ilustrativo pero · cualqui~­ creadores. .
ra- no puede hablarse en manera alguna de indepén- Esto aconteció sobré todo cuando, en los muchos navíos
dencia estética del tango, rii por ello mismo, en definitiva, de ,g uerra que . fondeaban en nuestros· puertos se co;...
de rasgos formales propios. · menzó a bailar, en las' fiestas de abordo, la música . po-
Recién, cuando entre ·el quince y el veinte, a la ilumi- pular norteamericana; los one y ·. two ... steps.
nada vocación pionera de sus primeros cultores, siga Hechos tan. trascendentales como el aligeramiento de
la gran vocación creadora de una nueva generaciÓih po- ropas, contribuyeron a arrimar el tango a las "altas
dremos hablar de tangos sin comillas. · esferas" . . Pero no es .menos -considerable otro hec:!ho: tras
Esta variante, que se produce precisamente por el la <!ruz.a da emprendida por varios tanguistas- al Viejo·
volumen de los cambios que apareja ·1a aparición de Mund.e -Angel Gr.egor.io Villol.d o, Alfredo Gobbi y Doña
la Guardia Nueva, es consecuencia de un complejo de Flora Rodríguez de Gobbi, el_ ~.'vasco.~~ Casimiro . Aín, el
tr~o que integrab~n Vicente Locuca en bando~eóri,
factores de la más diversa índole y ·p rocedencia. Pues
junto a las modificaciones específicamente musicológi- Eduardo Monelos en _violín y Qele.st·i:rio Ferr.e r en .pianq;
cas, se fueron sucediendo, como causales una veces y entre muchos otros-, el tango pasó por 1a hendija· esti-
como consecuencias otras, una serie de hechos cuyo des- m4l~te del "bpn g~µt", con todas las "seguridades» de
arrollo es, aproximadamente, el siguiente; ~er_ a,lgo .."in,teresé\I}t~>·_. Per9 "interesante" como lo en-
t1f,?~d~- -..Mµmford,~; · que ~o describ.i r a Henri de Reg-
Crónica de la transformación: la Guardia Nueva 1úer: "Je m'incline devant sa royanté, . d'ailleurs éphé-
mf4re .. . , ~, ;r..o~o ··h ace·· suponer que no lo había entendido.
En primer -tér~no, los fundamentales cambios ope- . Aµnqµ·e; -por ~quJ, tal aserto y otros similares sonaran .
rados en el tan~o entonces, -:fµero.n consecuencia de una en . camRanª J _<;l~·, ,~ristal;, .. el . tango se c.o nvertiría para la
razón sustancialmente human~: las clases po:r:rulares ad- "ge_nt~ b~en" ---:;:~ ·sin transición.- de... revolcado; . incon-

48
veniente y pornográfico,. en pintoresco, atendible y eX;-
citante. . blicidad y de la moda: los "concursos-tango", los "tés-
Una crónica de la época, aporta el siguiente "delicioso''· tango", el "color-tango", los ''champagne-tango", la
detalle ~obre un asunto acontecido en el "Maxim's" de '·' pollera-tango" y otras tantas necedades propias de un
París, mientras una pareja, mozo de gran familia ar- gran capricho internacional, que . ningún beneficio re-
gentina él, "deminondaine" ella, bailan un tango; "Ella porta capitalizar, al hacer historia, en favor de nuestro
seguía guiada por el brazo fuerte, el coTnpás exótico y arte ·popular. Todo ello es; en el tango entonces, y a
lánguido. Rit1n0s de una raza extrañaTnente pausada y propósito de otras expresiones populares luego, absolu-
voluntariosa. Después dijo, abandonando hacia atrás tamente ridículo.
su nuca consistente: El tango, eres t.ú ". Y lo más nota- La industria del ·tango, máxima beneficiaria del acon-
ble del caso. es que la "raza extrañamente pausada y tecimiento, produjo entonces fabulosas ganancias, enri-
voluntariosa" no era otra que las gentes que en la Boca queciendo a no pocos intérpretes que, como Roberto
Y en Palermo habían mezclado en uno de los más inve- Firpo, llegaron a amasar; cuantiosas fortunas.
rosúniles grupos humanos, inmigrantes italianos, japo- Las casas grabadoras solían entonces, registrar · 1as
neses y ese retazo de gaucho desplazado y mal aclima- versiones en . el Río de la Plata, 'en tanto que el matri-
tado que se refugió en la silueta díscola, corajuda y zado se hacía en el exterior: Inglaterra, Franci~, Brasii
triste del compadrito. y · preferentemente, Estados Unidos.
Pío X dio al ''tango"· ~on todas las premuras del Una larga nómina de marcas r~gistradas vendió discos
caso-- opo~tunas credenciales de decencia cuando la grabados con el más variado rep~rtorio: "Atlanta", "To-
indecendia · debía concederse a quienes, después de ig- casolo sin Rival", "Pathé", "Tircisso", · ''Artigas", "Oro-
norarlo por su procedencia lo habían adoptado a ma:... phon", "Homofón", "Cabezas", "Era", "Marconi", ''Fry-
nera de moda, dado su circunstancial destino. ny", "Favo.rita'~, "Zanofono". Pequeñas empresas que fue-
Algún avisado detractor que no quiso participar en ron pronta absorbidas por los grandes consorcios inter-
el juego, se permitió <!enuncia\- la· incontrovertible reali- nacionales:.. "Columbia Records", ''Odeón'' y "Víctor".
dad: "El Tan.g o es en Bruenos Aires una danza priva- El negocio· de venta de aparatos reproductores no fue
tiva de las casas de mala fama y de los bodegones de peor en zaga de las muchas editoriales que llenaron de par-
especie.. No se baila nunca en los salones de buen tono tes de piano los atriles familiares; --·Las casas "Bre.'JleT
ni entre personas distinguidas. Para los oídos argen..: Hermanos", "Benjt;1.mín A. Y .antgrno", "Juan S. Balerid',
tinos la música del tango despierta · ideas realmente· úA~ta . y Lena", ,. "Carlo8 V • .Tiápari\.", "Jo~~ Felipetti,
desagradables. No veo diferencia alguna entre el tango y más ·tarde. "~irov-áno"~ . "Perrotti", "Mancini", "Yada-
que se baila en las academias elegantes de París y :ei rola", ''Rivarola,', "G-rinberg'', "Gornatti"', ."Poggi y
qu.e se baila en las bajos centros nocturnos de Buenás "K<Yrf!,", .entre muc;has, que fueron . esforzadas precur~o­
Aires.. Es la misma danza; con los mismos ademane~ ·y ras ~e los grandes emporios edi~ores de h()y.
las mismas contorsiones". Tál lo que aseguró, a manera· Tan grande y voluminoso despliegue en torno al tan-
de advertencia, Enrique Rodríguez Larreta, ministro ar- no
go, influyó, directamente, sin embargo, en SJ.l proceso
gentino en París. . creador. . Nuestra música j;}opular siguió, pese a la in"".'
Mientras tanto, junto a las ''cenas-tango", ofrecidas terferencia; su· ·propio ~estino..
por el "Savoy-Hotel" de Londres· en el decurso de la Hubo, diez ~fios; más tarde, cierto afrancesamiento. Pe-
temporada de 1914, proliferan ~-'otr·as ··iriffrtítas ~-váiiántes ro con el tango siempre . dentro 4e sus más característi-
r'"' suma actualidad, producto "de..: lo~ génios'.!·. \ iéf' la· ·'pu..: cos cánones estéticos. Entonces, apro~imadamente 1915;
el tango no se europeizó, como podría suponerse: ei "tan-

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. . • • • ellas evoca ya, como en páginas precedentes, aquell~
go. eu:t;opeo" es ya un- :fenómeno de museo que no llegó especies que dieran origen al tango. . .
al Río de la Plata. · En la primera producción de Cobián, deben _se~ recor-
PC?r otr~ parte~ las orquestas que actualmente tocan dados: "El motivo,,, de 1913,, "Salome'',-d.e 1917, "A pan
el tango en París, por ejemplo, no sólo no _utilizan aque- y agua", de 1920, <'Mi refugio'', de 1922. .
lla manera esteregtipada y sin gracia, sino que, en su "Sdm Souci"~ estrenado en Montevideo,, en marzo ·de
gran mayoría, e~tán volca,das en las. más evolucionadas 1917; "Agua bendida'' dado a · conocer · por la orquesta_de
corrientes de nuestra música popular. Son ejemplo elo- Eduardo Arolas en los bailes de Carnaval de .1 918 en
cuente y de ello, los excelentes conjuntos dirigidos por el Teatro Solís; "Milonguita'' estrenado por la recordad~
Marcel Feijoo_, Roger David, Primo Corchia y Quintín María Esther Podestá de Pomar, en mayo .. de _1 920, · e_ri
Verdu. la obra "Delikatessen Hause" en el Teatro <l:e la· Opera
Nada, pues, · configuró para el tango el halago de de Buenos Aires; "La copa del olvido", cantado. por pri..;
allende fronteras, el . amorío efímero , de la "alta socie- mera vez por el actor · j osé Cicarelli, en octubre de
dad", el internacional arrum~co de la moda. Precisa- 1921 en la obra ''Cuando un pobre se divierte" en e~
mc¡mte cuando investido de sus formas incipientes y · pri- "Nacional"; "Padre .n uestro", con· el que debutara la
mitivas ·ha~ía logrado la fama y el auge de grandes Maizani en la obra "A :iní ·n o me· hablen dé penas'_'~ · en
proporciones, se suscitaron en el tango sustanciales y ]unio de 1923, en la sala de aqtiel ·mismo teatro, son
definitivas modificaciones. varias de las producciones iniciales de Enrique Delfina.
y nada tienen ellas que ver, por su ·terminada y flamant~
Los compositores de nuevo cuño estructura, por sus ricas posibilidades armónicas, con los
modos de composición empleados ·eh la · Guardia Vieja.
Una de las variantes de mayor importancia se pro- ·La obra de Agustín Bardi, ·José Martínez · y Eduardó
duce en el campo· compositivo. El proceso de adaptación I Arolas comporta otro temperamento: si bien :fueron, ·a1
de formas iniciado con la aclimatación de otras espeéies igual que los de Cobián y Delfino,' tangos de nuevo
populares a los dictados temperamentales de nuestros cuño, guardaron por otras razones y en' la · entrafia -de
. . . .. \ . .
elencos humanos, y continuando con· paulatinas variantes sus temas, el espírifu de aquel ser solitario y prisionero
de intención, · expresión y espíritu, concluye por desem- .
que se afirmó "entre la expansión ·.de la ·ciUdad 'Y la
bocari ahora.én un' género· musicál enteramente n:uevo. resistencia ·del ca111.po como· ente de .;frontera".
L<>s I'espo~abl~ de eSa. transformación en la faz au- Esa pelea :entre categorías geográficas, humana~ y ~ul­
tora! del tango tienen.nombres ámpliamente consu5bstan- turales ha quedado registrada eri la .obra de estos. tres
c1ados con la mejor historia del géne_ro. Se llaman, entre compositores. De muy especial manera en-- Bardi y . en
otros de menor cuantía: Juaii. Carlos Cobián (1895-1953), Martínez, quienes manejan con la m.a!~r .sol:~a Y
Enrique Detfino . (1895)-, Agustín Bardi (1884-1941) ,' harta frecuencia elementos de segura rermn1scenc1a cam-
E·d uardo Aro1as (1891-1924) y 3osé Martíne! (1890-1939) . pesina én sus .temas. " j Q· ue' no che· . . . .,,, o " El abro..¡o''
. ..1
Juan Carlos Cobián y .Enrique Delfino, cuyos estilos o "La racha" de· Agustín Bardi, ccpunto y · coma" o '' El
de .composición son perfectamente definidos y no admi- pensamiento" u "Olivero" de .José Martíhez provén ..ejem-
ten confusión alguna, pueden agruparse juntamente: sus plos excelentes. Aún en la intención -si no en· ~l -e~pí­
textos musicales, cuya riqueza ios proyecta sin pausa ritu de sus páginas- ha quedado apresada esa ci.rcuns.-
hasta el presente, se caracterizan por su abierta tenden~ tancia: ''El ródeo", "El p i al", ~'Chuzas", "El bu.éy solo"~
cia .al desarroil~ meiód,ico. Sus obras son enteras, orgá- .,. '' El t aura" del "chino" Agustín y '~Exl)resión campera"-~
nicas, ne~ente <Jefimdas y a
tal . punto, q\le nada ·en !

52-
''~Z ·?natTero"", "El palenque'', ''.Y erba mala", ."La torca-
cita" del "gallego" Martínei. · . Esta se ajustó en su medidas poéticas a las dimen-
Edu~rclo Arolas ~~:e fu~ el compadrito por anto- siones, a la acentuación, al ritmo- de las frases musica-
no~as1a, hasta ·en · la ~l.egancia "sui generis" de ponerse les. Y por sobre todas las cosas -como lo analizaremos
ª,~nos por encima de los- guantes- ~onfiguró un .caso más adelante-- el clima poético que deviene el natural
tip1co . d~ t~nguista gue puede extenderse a otros músi- clima humano del tango. Cualquier poema ·al que se le
cos de. esta époc~: . como intérprete, como director de acople música de tango, no es -necesariamente- una
s~ co~:into, como bandopeonista, fue hombre de la Guar- letra de tango.
dia _VieJa. A _cam..bio, se. tradujo, netamente, .como com- El primer tango éon letra fue "Mi noche triste", ver-
positor de l~ nueva línea: •sus: graiide~ tangos para or- sificado por Pascual Ccmtursi (1916-17), sobre la página
que,sta, cont1~an una modalidad auténticamente rio- musical del pianista Samuel Castriota, originariamente
platense de inventar música, y están pensados sentidos titulada "Lita".
1

~ escritos . P~a ~er ejecutados ·de una manera muy ·dis- Está escrito en lenguaje popular - y no lunfardo, co-
~nta a co~o · él, con sus precarios y vacilantes medios mo suele afirmarse- y es sin precedentes que puedan
interpretativos, los vertía "~l Marne'' de 1914 "L considerarse, otro de los cortes radicales establecidos
guit'!mta'' de 1913, "La cachi~" de 1921, han desb¿rdad~ entre las dos tradicionales guardias del tango: en la
su tiempo proyectándose al presente : en . testimonio de Guardia .Vieja no hubo, efectivamente, tango cantado
su exuberante imaginación creadora. Tanto en sus obras digno de consideración, como g_énero.
como en las de Bardi, se sumrui; a veces, hasta diez y doce En·un hermoso medallón sobre Pascual Contursi --aún
temas diferentes apresados -en el desarrollo de sus partes. no publicado- Luis. A. Sierra valora así la importan-
·. Es de fundamental .importancia señalar, porque la cia y la gravitación de esta figura: "Cuap.do Pascual
fu?rza ?e los acontecimien,tos o su rápida sucesión po- Contursi aparece en el escenario del tango, su estruc-
dr1a as1 hacerlo supo~r, que las sustanciales transfor- tura cambia fundamentalmente. Da el paso trascen-
maciones que aqu~ . van siendo reseñadas, no formaron dental, rectificando su línea primitiva de danza cana-
parte, en ningún momento y de manera alguna de un llesca. ¿Y cuál es la influencia que decide esa trans-
"movimiento~ orgánico de renovación. ' formación? La payada. Sin q:uda alguna, hay e n
Nada de eso: . ,Ja organicidad de las modificaciones Contursi raigambre de payador. Ya Villoldo, guitarrero
obse_rvadas en el ''decurso de . este proceso, su idéntico y cantor, quiso darle versos al tango, pero le puso letra
destino,_ su común puntería, son fruto del igual origen de cupié a "La morocha" de Saborido. Y el mismo Con-
de l~s. ideas que se vierten, .de los sentimentos que, a tursi fue payador. La payada y el tango, están herma-
traves de ellas, se exteriorizan. nados en su auténtica expresión de pueblo".
~~ flamante repertorio ~ que ~ludimos, cuyas ~bras ''Mi noche triste" fue estrenado en el teatro "Esme-
mas importantes pertenecen a la inspiración de los cita- ralda" (hoy "Maipo") por Carlos Gardel y ampliamente
dos autores ,- y· en el cual hay que incluir por la indis- difundido luego por la actriz Manolita Poli en el sal~
';Utible trascendencia de su formulación rítmica "La nete "Los dientes del perro".
cumparsita'' de . Gerardo H. Matos Rodríguez (la .cual
El cantor de tangos: Gardel
ya señalaba en sus temas . una también nueva manera
de tocar el tango)-, auspició por la riqueza melódica y Acaso uno de -los acontecimientos de mayor trascen-
las posibilidades · cantables .de muchas. de sus piezª~ dencia dentro de este conjunto de modificaciones que
la ar.1arición de la letra del tango. ' - a vuelo de pájaro- aquí se :re§~ñªn~ h~y3 ~ido la
llP~i<;ión file Carlp$ (Ja.rde l .

• • •
A ·él ·coNesponde, con absoluta exc~usividad, fijar todas se interrelacionan·· y · se influyen mutuamente, con la
las normas ·--que en materia de canto- se ·han de adop- técnie.a y la estética instrumental.
tar para ·esa especialidad dentro del tango: su manera de Tanto .e l mW;ico neGesit6 c~pacitarse técnicamente para
encarar lá letra· argumentada --desde sus primeras inter- que le .f uera factible .demostrar · una manet.a propia de
venciones como so.lista- · -, · el modo que .él impuso para sentir su música, como el desarrollo natural , la aspira-
frasearla, su manera de decir música y 1etra siguen per- ción ~sp9ntánea de perfecciopa,m.iento, la libre---compe-
fectamente vigentes cuarenta años después de-su primicia tencia profesional y la enseñanza metodizada a ceitaron
creativa.· . ·'1 y : echaron· a andar. los resortes expresionales.
De :rp.ás está decir, que todos es9s elementos que Gar- AI·pie de· la .edición papel de 'UllO de sus tangos, "Lo
del jugaba · en su · inconfundible estilo ·P~ª cantar el que .está 'b ien está :bien", Robe.rto Firpo, una de las figu-
)
tango, fueron tomados espontáneamente a través ·de su_ ras de mayor relieve de. ia· ·época, consigna una adver-
típica personalidad -mezcla :de · pícaró y de compadre- tencia que revela el inter.és de todos los músicos de
d-e 1a más pura forja de actitudes populares. · entonees por difundir las nuevas formas -musicales · y
A . su ·w1ujo ·fueron surgiendo· otros cantantes, algu- promover ·s u estudio: uRuego --dice Firpo en ese párra-
nos francamente distanciados de ·su modalidad' como fo-.,. estudiar paulatinamente y con paciencia este n u evó
Ignacio Corsini y · Agustín Maga·Ldi. ' Pero· :estos 'tempe- acompañamiento, pues·· él facilita con creces l a ejecu-
ramentos interpretativos ·no tuvieron ecó: fa verdad.e ra ción de cualquier o-tro tango". .
tradición . de ·.tango· cantado ·es netamente gardeliana. Los El "alemán" A-rturo Bernstein,' dominaba completa.:.
gr?ndes canfor'e s solist¡.s que 'le siguier~n. eomo 'Charlo, m~nte .el bandoneón. Aunque desde el punto de vista
sintieron poderosamente· la · casi ·inevitable gravitación de la expresión fuera u:n típico instrumentista de la
de sus maneras. ·. .. ' · Guardia Vieja, conocía como nadie todos los secretos
El catltor de ·orquesta, o vocalista, · surgió por i·m pc- mecánicos de su instrumento, al extremo asombroso de
rio de esa graVitación y los mejores ·nombres que ·h an reconocer ·1os sonidos de la escala cromáti_c a " abriendo"
ilustrádo esta ·m odalidad ·- Roar.íguez Lesende, Ray, Bc- o "cerrando» el fuelle, en capto· y bajos. Afortunadamen-
rón, Fiorentino, Marino, Rivero-y ·aún al amparo· de sus teJ -se abocó a la enseñanza del 'bandoneón, trazando los
propias modalidades, ·han tenido todos; caracteres de lineamientos generales con que Carlos Marcucci, años
estiló que los ·asocian a "El mago". · · después, escribiría su magnífico -acaso no superado--
Las ·intérpretes femenirias eng·a rzan -sin excepción- método· de estudio.
sus móda1idades, en. ia creación de ·cuatro artistas cuya A su vez, un hombre de la jerarquía docente de Vi-
aparición se regi.stra, también, poco . después de 1920: cente Scaramuzza, se convertía en maestro de quienes
Rosita Quiroga, ·Azucena Maizani, Libertad Lámarque y serían, con el c~rrer del tiempo, varios de los ·más gran-
des pianistas del tango. Entre ellos Osvaldo Pugliese,
Mercedes Simone~ ·
Luc~o D.emare· y Orlando Goñi.
En otras palabras: aquel nuevo repertorio de los Co-
Papel del estudio musical y de fa evolución
bián, Delfina, Arolas, Bardi, Martínez, etc., que no en-
técnic~ en la . transf()rmación del tango ·
contraba acomodo en los tríos y cuartetos de la Guardia
Otro de los factores que ·obraron capitalmente en la Vieja, tuvo su contraparte int erpretativa, en. el aspecto
transformación, y cuya gravitación en el proceso histó- instrumental, en lo que · es una de las instituciones de
rico del tango determina- en buena parte- · el deslinde mayor volumen e ·importancia en el cuadr9 d~ lª e~té·
;-las de Gua.rdi.a s, tiene que ver eJJ. p .a rtes igual~~, pgr q.lJ.(t tif:~ tan~uer~: · J~ " Orquesta T ípica";
de otra manera. .-Pero .tampc;>co había podido .·plasmar
L'- "orquesta típica" la nueva articulación de los intrumentos con que debía
La «Orquesta Típica" surge, en sus primeras mani- servirse esa .nueva modalidad.
festaciones entre 1915 y 1920, como consecuencia del Cobiá,n está un· poco con un pie en cada Guardia: su
desarrollo ejercitado sobre la planta instrumental del conjunto tiene las características inhospitalarias del in-
trío compuesto por bandoneón, piano y violín. Desa- térprete de transición: el lavado, gris, sil} vida.
rollo obrado en dos sentidos. Horizontal primero, por . Cuando el inimitable autor de "La casita de mis vie-
·la multiplicación de las unidades instrumentales. Ver- jos" e~prende el primero de sus mil viajes de errante
tical luego, cuando la unidad instrumental deja de vol- artista, Julio De Caro toma la dirección de su ~ sexteto.
carse caóticamente en el conjunto, toma conciencia de su ·Ingresa su hermano Francisco como pianista y debutan
ubicación, de su.alcance, de su aportación y de su destino a fines de 1923. :Ei · verdadero rendimiento de ese sex-
dentro de la trama orquestal. teto en todas sus posibilidades de enriquecimiento, de
La primera no es importante: sólo se opera en los progreso mu;;ical, de _e stabilización rítmica para el tango
primeros años de la Orquesta Típica, cuando · ésta se queda a su •cargo. La duplicación de violines y bando-
v.e obligada a multiplicarse en procura de mayor volu- neones, la feliz incorporación del contrabajo como ins-
men sonoro para seguir la creciente curv~ de los audito- trumento de · ritmo y de fondo, cobran ahora un sentido
rios.: al tango se le fueron brindando -el negocio era real y ofrecen un magnífico campo para la evolución
brillante-, más y más amplios locales en una época armónica del tango.
donde el artificio de los equipos electrónicos de ampli- En -otras palabras, cuando Julio De Caro aparece en
ficación no contaba. escena, el tango tiene un amplio repertorio cuyas obras
En cambio, la segunda, configura una de las mejores comportan ·por su forma, por su contenido, por su in-
y más trascendentes cartas en la transformación de tención un distinto orden de cosas. Son· netamente rio-
nuestra música popular. El rol protagónico de ,ese acon- platenses, . nada le deben a nadie. Tiene el tango ade-
tecimiento capital es servido por un joven de' ~ más más, la combinación de instrumentos que resuelve satis-
nueva promoción de músicos del tango: Julio De Caro, factoriamente la planta de su Orqi.lesta Típica. Pero,
Tiene apenas 18 años cuando una circunstancia fortuita por contrast~, hay una tremenda desproporción entre la
lo convierte en primer violín de la orquesta de Eduardo calidad propia de las obras y el modo como son inter-
Arolas. Integra luego el conjunto de Osvaldo Fresedo, 1 pretadas.
de -reciente aparición, c\llminanCio l~ eb:pa lnicial de su 1 Julio De Caro enciende en la Orquesta Típica esa luz
carrera junto a Juan ·carlos Cobián. de contexto local, esa· independencia musicológica y
De la misma manera que Arolas no había conseguido I·
<~
mental que Carlitos Gardel ha dado a sus formas can-
conjugar en el aspecto interpretativo ·con su orquesta
tables, que Pedro' Maffia ha otorgado al bandoneón, que
y su bandoneón aquella nueva línea tan poderosarp.ente
Pascual Contursi ha entrañado a. su letras, que Agustín
externada en su obras, Juan Carlos Cobián tampoco
Bardi, Enrique Delfino, Juan Carlos Cobián han insu-
había logrado cuajar su caudalosa inventiva de compo-
flado en sus textos musicales. Tal, la contribución de
sitor avezado e imaginativo, en los seis instrumentos de
su conjunto. Sus obras eran altamente comunicativas, J'ulio De Caro al tango.
Vale la pena - a pesar de la índole rigurosamente

1
personales, originalisimas: su orquesta, sin embargo, no
conseguía entrañar y exponer esa belleza por un lado, P.a norámica de este enfoque- . detenerse en la época
·decarista y brindarla con el lujo de detalles con que ella
de la efervescente anarq~ía, de la desordenada vitalidad
~~nt~lleó sobre el crepúsculo de la Vieja Guardiq, Hq..
g~ la 0-U?fdia . Vieja, porque ya quería decir lªs cosas

1
minando, contagiosamente, una nueva aura en el país
d~.1 tango. y registrar con ·algunos nombres --que son eelli, Minotto Di Cicco, Carlos Marcucci~ Pedro Laurenz,
hIJOS de s_u creación- cómo .esa luz se propagó, y se Ciriac9 .0rtiz, Armando Blasco, Federico Scorticati, Héc- .
propaga vigorosamente ·s obre la Nueva Guardia~ tor Artola, Alfredo De Franco, Miguel Jurado, AníbaZ
La int~gración de ru sextE!to es pr<ñnlsoria: · reúne Troilo, Jorge Fernánde~, Antonio Ríos, Julio Ahumada,
bajo la vocación conductora de su violín uno de los más Máximo Mori, Mario Demarco, Osvaldo Ruggieto, Astor
~alificados puñados de· vir1tuosos que, dentro de su Piazzolla~ Leopoldo Federico, Julián Plaza, quienes se
epoca, se pueda .e scoger. agrupan según ~us personales modalidades en las distin-
El elemental trabajo de "tono y dominante"· que· es tas tendencias temperamentales que ha prohijado el
recurso característico . de los pianistas de ·la Guardia bandoneón· en los últimos cuarenta años.
Vieja, es abandonado.1y suplido por el primicia! acom- lnestimable trascendencia tuvo la inclusión del contra-
pañamiento armonizado: los 1 'rellenos", los puentes, los bajo en la concepción instrumental del sexteto decareano,
ad.OTnOs; los revolucionarios solos en acordes, tal comó afi.tmando el "ensambl.e" del grupo, consolidando ~a fiso-
son concebidos por Francisco De Ca'To, pr.e ludian y echan nomía de su ritmo, dándole un fondo protector. Leopoldo
bas~, anticipan la formidable carrera· de instrumentó Thomposon, cuya prematura desaparición, en 1925, privó
conductor por excelencia; qué ha de corresponder al piano al género de su más ducho e inspirado conti-abajista, fue
en la trama de la Orquesta Típica. La novedosa apor- el introductor de este instrumento en la música popular
tación de este intén:>rete se prolongará, berieñciosamen- rioplate~se. A la inventiva del :•negro" Thompson, adeu-
te, en -muchos pianistas que ·se erigen en· continuadores da el tango, entre otros efectos de permanente empleo y
de su estilo: Osvaldo Pugliese, Armando Federico, Héc- segura cepa tanguista, su intenso compás "canyengue"
tor· Grané, Eduardo Scalise, Armando Baliotti, Osear y el inicio· de una pléyade de contrabajistas que han figu-
Napolitano, José Pascual, Orlando Goñi, Héctor Stámpo- rado. invariablemente -siempre con algo de aquel inteli-
ni, Horacio Salgán, Osvaldo Man.ri, Jaime Gosis, Julio gente precursor- en todos los organismos instrumentales
Medovoy, Osmar Maderna, Carlós Figan, Atilio Stámpo- de la Guar.dia Nueva:· Luis Bernstein, Olindo Sínibaldi,
ne, Osvaldo Tarantino, que ·se me ocurren ·son -en una '· Hugo Bar.alis' (pádre), Humberto Costanzo, Enrique y
nómina tan escueta como verídica y entre ·muchos no- Adolfo Kiauss, Angel y Alfredo Corleto, Vicente Sciarre-
tables ejecutantes- sus más avezados discículos hasta ta, Pedro Cctracié>la, ·Hamlet Greco, Aniceto Rossi, Enri-
hoy. que Díaz, Rq,fael Del Bagn-o, Rafael Ferro y Juan Anto-
Tres o cuatro voces en los bandoneones · configuran nio Vasallo, entre otros.
entences una proeza técnica acaso inferior a lo que Pedro Y por fin, las inéditas armonías-·los temas de contra-
Maffia aporta en materia de sonido, de ideas armónicas punto,.. las contramélodías y el inconfundible "portamen-
enteramente ·bando4eonísticas. Las variaciones - .frasea- to" 1'ÍOlinístico de· Julio De Caro, ideada todo en una forja
das Y corridas-, los solos fraseados, los solos "a capella", del más puro co~tenido tanguero, haciendo "pendartt" y
los admirables "dibujos'' que. traza con la más sorpren_. creando una escuela de violines distinta a la de ElVino
dente soltura y dice con delicado "cachetº, eclipsan defi- Vardaro -el mü completo intérprete del tango sin dis-
nitivamente la ''aflautada", intituitiva, precaria . produc- tinción de instrumento~, pera paralela en su aspiracióri
ción bandoneonística de la.. Guardi¡¡ Vieja. • .. · .' y sl!I inconfundible· ·e:xpresión1 del contenido ·musical con-
En la abierta veta de su invención se inscriben; inician- digno ..de su representativo valor humano . .An1ba:s tendéfi-·
do el diálogo de los estilos, los nombres de mayor gravi- cías ;amparan y tutelan la aparición. de nombres· que, cómo

t~~jón e importancia creativa: Enrique Pollet, Luis Petru- Jiosé · Ni·e·so, Eugenio Nóbile., _Antonio Rodio~ Roberto
/ Guisado:, Amonio Rossi, Raúl Kaplún, Alfredo Gobbi,
Hug.o 13.aralis (h.), David J. Diaz, Enrique Cameran.o, mediand.o la tercera década del siglo, lá pritnera plana.
Enrique M. Francini y Simón Bajour, entre otros muchos, de las tendencias evolucionistas.
. 'I
configuran en sucinto examen de pombres el testimonfo Juntamente con sus ·modalidades, coexisten, otros tem-
d.e la verdadera tl'.adición violinística que se ha dado p~ramentos interpretativos, éstos de corte netamente con-
dentro del tango.

Los estilos interpretativos


Recapitulando: las fuentes de ·donde arranca el des- .
ar~ollo musical del tango en su faz instrumental
deben buscarse en. Julio De Caro:. Pero es de suma im-
portancia señalar a la vez; el indiscutible valor que debe-
mos. atribuir a otras modalidades trascendidas en otros
aspectos de la vida del •tango. •
Paralelamente a la tarea desplegada · por De Caro y
movido por idénticas inquietudes de evolución musical;
define Osvaldo Fresedo su peculiar estilo, esencialmente
melódjco y jugado sobre recursos acaso antinómicos a los
empleados por De.Caro: aquello que es vivacidad expre-
sional, en Fresedo s.e torna placidez. 'L a "rascada" com-
padre que en el violín de Julio ev:oca dejos del andar
caviloso y provocativo del compadrito, es aplomada pos-
tura en las versiones impec~bles de la orquesta del autor.
de '.'Ar9mas"; tiene Fr~sedo exc~pcional intuición para
conducir, hasta lo .e~qll:isito, las: posibilidades y ·las rique-
zas del matiz. :Lo ,que son anti~ipaciones y "rubatos" en
De Caro, .e s riguroso .respeto del "te111po"' musical en
Fresedo. · ·
.Per~~ tal . ~~Zn._por la r~~n .·<Je · esos mism9s ~lerp.entos
que constituyen la clave de su estilo, sea éste más cerrado
en .. sí ~ismo . ;y proyecte en menor grado su luz ·h acia
otros. in~érpretes., :__ Dicho ~s~o a pes~ .d e los imp.o rtantes

. hh~ttf)J
desprendimientos .q ue significarc;m las modalidades . de
Ca~los Di Sarli y Miguel GaZÓ·:-desenvueltas sobre las
normas instauradas ·por Fresedo.
P.or ello, haciendo un balance de estas escuelas funda-
¡f/\ . :d
~il- ____________,L------1~--....---
doras, resulta que el tango de Julio De Caro está más
sujeto a las vicisitudes de la vida ciudadana que el de s ervador en su espíritu y en su exteriorización f?rmal.
Osvaldo Fresedo, más estereotipado y abstracto como y de ese contraste histórico, por primera vez dentro del
imagen de la cosa rioplatense. Ambos configuran, pro- cuadro que inscribe los nombres de los directores del tan-

62 63·
fo Muzzi y José KOLter \. v1oll11t::;:;1, o1. v->"- ............
go,. · s~rgen dos .corriéntes francamente ántagóllícás.
vw

Rizzuti (piano) y Humbertq Costan%o (bajo).


Corrientes cuyo sostenido enfrentamiento enciende de
192,3 -SEXTETO JULIO- D:E CARO: Pedro Maffia y
pique las más enconadás ' p·ol~micas.. I.a elata diferencia-
Luis PetruceUi (bandoneones), Julio y Emilio
ción· de· estilQs qúe se· iriicia al asentarse el tango como
De Caro (violines)', . Francisco D.e Caro (piano),
materia musical emancipada y propia de · los pueblos del
Plata, nos pone ante un fenómeno absóltitamente inexis-
Leopoldo Thompson (bajo).
1925.- · ORQUESTA' FRANCISCO CANARO: Carlos
tente .en ~l ce~rado ciclo de la Guardia Vieja. In.é dito en Marcucci y Juan Canaro · (bandoneones). FTan-
la órbita ·del tango: la di~tincióri de modalidades inter- cisco Canaro y Ages.ilao Ferrazzano (violines),
p~etativa~. en dos cauces, el uno·quietista y aun regresivo~
Fioravanti· Di Cicco (piano), Rafael Canaro
el otro abiertamente evolucionista.
(bajo); Romua:ld·o Lomoro (batería).
Con- el transcurso del tiempo, ._la franca oposición de
192·6.-SEXTETO PEDRO MAFFIA: Pedro · Maffia y
los· criteFiOs sustentados por. ambos· bandos ahonda el
Alfredo De Franco · (bandoneones); Elvino Var-
difereñdo-y· abre inconciliables surcos: mientras los evo-
daro y Emilio Puglisi (violin~s), Osvatdo Pu-
lucionistas forman escuelas de interpretación, a cuya
gliese (piano) y · Francisco De LoTenzo (bajo).
pro~ocióii se acogen los musicos de cadji siguiente gene-
1926.-SEXTETO CARLOS ' DI SARLI: Juan Otero y
rac1on; Y sus éstilos se diversüican orgánicamente alimen-
Tito Landó (bandoneone$) , José D. Pécora Y
tando· un ilrbol cuyas ramificaciones...siguen brotando sin
Héctor Lefalle (violines), CaTlos Di Sarli (pia-
pausa, no es posible establecer esa c·o ntinuidad entre las
no) , Capurro (bajo) .
orquestas: sin evolución. 1927.-SEXTET.0 · ANSELMO AIETA: Ans.e lmo , Aieta
Tal ~s· el fenómeno que se. constata en los cuarenta y José·.Nav·aTTo (bandoneones-), Juan D'Arienzo
años que_forman ya~ la Guardia Nueva·. Fenómeno que y Juan·· Cuervo (violines), Luis Viscá (piano),
pued~ identificarse cla:oo.mente, • cori sus• do~ situaciones
AlfTedo Corleto (bajo).
estéticas: en el cuadro' ~djunto: un gran tronco central 1927.-SEXTETO-- CAYETANO PUGLISI: FedeTico
que. arranca de Julio De .C aro. Otro proceso lateral illi.;. Scorticati y Pascual Storti (bandoneones), Ca-
ciado con Osvaldó Fresedo. Luego, d·e · iZquierda a dere- yetano Puglisi y Ma-uricio Miseritzky (violines),
cha, rec9rrieñdo las cuatro ·d écadas dei período: sus Armando FedeTico (piano), Juan Puglisi (bajo).
c'ónti:ntiaéi~ne~, sus desprendimientos' Y. desenlaces ubfo~­ 1929.- SEXTETO VARDARO-PUGLIESE: Alfredo De
dos; cron:olÓgicamente ' cori fas fecha~ . de irrupci6n o de Franco y Eladio Blanco (bandoneones), Elvino
asentamiento de !Os estilos.. de cada -íntérpr~te en la liza VaTdaro y Carlos Campanone (violines), Osval-
taliquista, . hasta alcanzar la· época moderna. do Pugliese (piano); Alfredo Corle-t o (b~jo).
Én l_a ' parte inferior del ~ua<ko, colpcamos también cori 1933.-SEXTETO. ELVINO ·vARDARO: Aníbal Troilo
arreglo a ese criterio, las orquestas -de la otra tendencia y Jorge Fernández (bandoneones), Elvino Var-
Aj,ustaiido~ pues, la referenci~ a lá: enumeración cie l~s daro ·y Rugo Barali's (h.) (violines), J~é Pas-
artistas más irrtpor-1'.antes de ambas corrientes, será con-
cual (piano), Pe.d ro Caraciolo (bajo) .
vertieíite:. reseñar a: vri.elo de pájaro' las orquestas más 19a4..;_ ORQUESTA PEDRO LAURENZ: Pedro Laure1'tZ,
representativás, . espigando.. -apenas;- por- ·S·l:lpuesto, . é-st~ Armando y A lejand-ro Blasco (bandoneones) ,
tema: . José Nieso y Sammy Friedentahl (violines).
1922.-SEXTETÓ ·osvA,LDQ;FR;ESEDO: Osvaldo .FTe..: Osvaldo Pugliese (piano), Vicente Sciarreta
s.edo y Albe~o ~o4ríguez . (pa~d9neon.es_) ,. Ado.l-. (bajo).
.~193!;>.- ORQUESTA· JUAN D'ARIENZO: Domingo Mo- da.ro, José- Nieso, Alberto Del Bagno, Aquil'es·
. ro, Juan José Visciglio y Faustino Taboada Aguilar, Domingo Varela Conte, Lázaro Becker,
·.· · ·· ·(bandoneones), Alfredo Mazzeo, Domingo Man-
Domingo Mancuso y José Votti (violines), Si-
cuso y Francisco Mancini (violines), Rodolfo
món Zlotnik y ·Mario Lalli (violas), José Braga-
Biaggi (piano) y Rodolfo Duclós (contrabajo) .
to (cello), ·Hamlet Greco (contrabajo), Jaime
1940.- ORQUESTA · ANIBAL TROIL0"1 Aníbal Troilo,
Gosis (piano), Eva Goldeschtein (arpa), J qrge ·
Juan M . · 'Rodríguez, Astor · Piazzolla, Eduardo
Sobral (vocalista), Astor Piazzolla· (bpndoneón
Marino y Marcos TroHo (bandm:ieones), David solista). . ·
J. Díaz, Reinaldo Nichele, Pedro Sapochnik y
195ñ.- OCTETO uBUENOS AIRES,,: Astor Piazzolla .y
Hugo Baralis (violines), Orlando GO'iii (piano),
Leorpoldo ~ederico (banqoneones), Enrique M ..
Enrique Díaz (bajo), Francisco Fiorentino (vo-
Francini y Hugo Baralis .(violines), José Braga,-
calista). · ·
to (cello), Atilio Stampone (.piano)., Horacio
-19.4 0.- ORQUESTA OSVALDO PUGLIESE: E;.nrique
Malvicino (guitarra eléctrica), Juan A. Vasallo
· Alessio, Osvaldo Ruggiero, Antonio Roscini ·Y
(bajo).
Luis Bonnat (bandoneones), Enrique Camerano,
1958.- SEPTIMINO u LOS ASTROS DEL TANGO'' :
Julio Carrasco y Jaime Tursky (viqlines); Os-
Julio Ahumada (bandoneón), Elvino Vardaro . ·Y
valdo Pu-gliese (piano), .Aniceto Rossi (bajo),
Enrique M. Francini (violines), · Mario .LaÚi
Roberto Chanel (vocalista). ·
(viola),. José. Bragato. (.cello), Jairne Gosis .(pia-
1942.- ORQUESTA MIGUEL CALO: Armando Pontier ,
no), Rafael Del Bagno (contrabajo).
·· Carlos Lázzari, José Cambareri,' Eduardo Rovi-
Esta breve nómina de conjuntos, no trasunta la com-
ra y Felipe Ricciardi · (bandoneones), Enrique
plej'idad . de un .~roceso superabundante de nombres .y
M. Francini, Aquiles Agu1.lar, Mario Lalli y
m~da1:idades, pero sí revela las orque~tas de mayor tras-
Angel Bodas (violines), Osmar Maderna (pia-
no) ,. Armaooo Caló (contrabajo), Raúl Berón cendencia y muestra --con el decurso de los años- ia
y Raúl Iriarte (vocalistas). aparición de tas sucesivas generaciones que fueron con-
1942.-·0RQUESTA ALFREDO GOBBI: Edelmiro gregándose en torno al tango. Permite, rescatar, además,
,¡ yAmario, Mario Demarco y Deolindo Casaux iuia ancha visión de las mociíficacÚmes establecidas ~~· la
(bandoneones), Alfredo Gobbi, Bérnardo Ger- composición 4e ia Orquest~ Típica a partír de . Sl,1 primi-
mino y Antonio Blanco (violines), Juan Olivero tiva planta instrumental, . pasando por .el sexteto hasta
Pró (piano), Juan José Fantín (contrabajo), · il~gar a las modernas· orquestas. . · · · · · '. : .· . .
Pablo Lozanp y W alter CabraJ, (-vocalistas) . Diversos mstrumentos fueron incorporados a ' la misma
.1952.- ORQUESTA HORACIO SALGAN: LeopoLdo Fe._ ~n l~ diStintas etaP,as de .s·u desarrollo, u:n:os con c~r4ct~r
derico, Abelardo Alfonsín, Roberto .D íaz, Anto- mera.Jnente e;xp~ri.mental~ . otros en forma permanente,
nio Scelza (bandoneones), Víctor Felice, Angel pero en determiriad,o~ <¡:.onjunt~s, tal <;orno .ar.pa._y v.ib~a:­
Bodas, Pedro Desrets, Alberto Del Mónaco, Ra- fón en Fresedo, 'gllítarra 'éiéctrica: en el Octeto "Buenos
·m ón. Coronel (violines), Victoria Casagrande füres•'. El violo~c~llo fue empleaC:Io por prim~~a yez en
viola), Miguel Ariz (cello), Horacio Salgán ' ét.pec¡ue~o conjunto .de .Edtiard,c)° Á.rolas hacia 1917, t<;>cado
(piano), Angel Allegre (bajo), Horacio Deval ~or el ''' alemán" Fritz. J:..ueg.o) o· \ncQrporaron a sus or-
y Angel Díaz (vocalistas) . q~estas Roberto .Firpo y ~~~r? ~· Maffia, en esté\ últuna
1955.-0RQUESTA ASTOR PIAZOLLA: ELvino Var- eJecutado
'
por · Nerón
.
Ferrazzaiío.
.. . . . - . ·. ·o
.
svaldo Fresedo' en
' 1942 Aníbal Ttoilo, ·y de" allí' en "adelante. cásí tocias las
66
orquestas de la tendencia evolucionista, completaron su se •sirven·de-la-orquestación, del or.questador·como reeur-
cu~rda con viola y cello, · dándoles, incluso, papeles so· de ·indisperu;able- valor para · sus· realizaciones,
solistas. La exhaustiva ·consagración· de Artola y Galvári cundió
contagiosamente entre muchos músicos del género que se
El rol . jugado .por la orquestación entregaron fervorosamente al estudio de tan düícil disci-
plina.. Es así que en poco más de veinticinco años, esa
El valor de los acuer.dos :pre"'\Üos, ·de las · JlDÍ'lllas de eje-
infatigable inquietud se traduce en sorprendentes· progre"'."
cueión admitidas. · en tácitos -y comunes ·c onvenios por
sos de escritur.a ; en la útilización de los instrumentos
todos los músiCos del tango, instauraron desde 1920 en
-incluso en el bandoneón, al que se le arrancan insospe-
-- adelante y en::forma por demás · creciente y ·caadalosa la
preceptiva estética -'donde 'bebe, ·como de ·una fuente ch~das posibilidades-- en los criterios armónicos tradi-
levantada -sobre comunitarias id~as, la singular elocución cionales del género que fluyen torrentosainente por el
. de· cada orquesta. nuevo ·c auce. El progreso ng. consistió, como muchos su-
ponen, en hacer más compleja la música del tango, sirio
Tales ordenamientos concluyeron por encontrar su de- - ·lo que es -muy distinto- en aprovechar de una mejor
fir..itivo equilibrio con el ajuste que al organismo instru-
manera sus elementos propios. Es la diferencia que exis-
mental de la 'Orquesta Típica proveyó Za orquestación. En
te, por ejemplo, entre "Boedo" tal como lo tocaba Julio
otras palabras antes de · 1a sistematización de esta espe-
De Caro en 1927 y uBoedo" tal como lo realiza Osvaldo
cialidad y preViamente a su conc:feta ·aparición como nor-
Pugliese quince años más tarde eón el invalorahle aporte
ma-para · todos los ·conjuntos, se ·1a ejercitaba empírica-
de la or,questación escrita por él mismo.
mente. En las· partes ~de piano que se distribuían a cada
José- Pascual, Ismael -Sp_italnik, Osvaldo Pugliese, Pas- .
componente del ·conjunto se !IIlB.rcaban las voces, las solu-
cual.- Mamene, Horacio. Salgán, .Emilio Ba'Lca'.rce, Máximo·
ciones armónicas, · en ·· fin, el · trabajo que entraba en la
Morí, Julián ,Plaza, Mario Demarco., AstOT-Piazzolla,. Héc-
- órbita de ··cada instrumento: ·no fue ·otro el régimen em-
tor Stamponi.,· Roberto Pansera, Julio .Medovoy, Jua_n José .
. pleado, y por· casi diez años, entre los músicos de J"Ulio
Be Caro_'Y los. conjuntos de su escuela. Paz, Carlos, . Ga:r:cía, Roberlo..' Pérez: Prechi, Leopoldo Fe- .
derico; son . algunos. de los muchos -músicos que en dos
La incorporación del ·orquest<idor profesiona.l, pues, a la generaeioneS' ,se, han abocado dentro-del tango, y . en · dis- .
plana -niayor 'de los músicos del tango, obedeció estricta- tintas -latitudes temperamentales, al estudio y ,la práctica
mente 'a ··una situación ·comprometida por propio tempera-
de la orquestación.
mehto--de ·1a música 'popular rioplatense. No configuró, de
Dicho·· de otra manera: el conservatorio no significó
manera alguna, un agregado -gratuito o superfluo. --F>or
--com.o un , difundido y deleznable romántico criterio,
ello ·mismo los -nombres ·de ·Mario Maurano, Héctor M. suele sustentarlo-, un impedimento entre la calle Y la
-Arto-la Y ·Argentino ··Galvéín ·q ue ··se asocian ·a sus - ~tapas
música del ·tango. La . realidad .. es. enteramente adversa
ir.íi.éiales -allá ·por 1932 y en· adelahte;rec-c~gen en su anóni- a esa suposición: en ningún músico del tango, a través
--mo pioneriszno -Ia· esforzáda, ·sacrificada; tB:rea de ·a tender de. todos . susr. episodios, constituyó una aspiración tocar
. las ·circunstancias de este' auspicioso adelanto técnico. mal, .sino .ppr el con_trario, las tentativas siempre estuvie-
Como bien · lo ha ·dicho Luis A. Sierra en un . jugoso ron dirigidas a la propia superación. Desde la época en
.ensayo .a ··propósito. de la. t:>e:rsona.Iid~d O.e 'ese gran a+tis- que ,Eduardo Arolas decidió tomar clases de solfeo, teoría
ta: "Argentino Gcilván llevó el ·tango a los atriles en y armonía con Bombich, director de la Banda de la Peni-
feirma definitiva". Tan e.:; así, q~ ªun !ilq¿.¡,e~s orquestas tenciaría hasta la actualidad en· que un intérprete como
. que . por convicción· han abr~~?o la ten:de:ri~ia r.egr~slva ~lviri.Q V~rrqqrq, que debutó en la or-questª Q,e Ju~n :Ma-

...,68 69 \'
gl~o en el a~e 1920, sigue estudiando .hoy, 196()., con el
nu_smo empeno de ·~Uperación del día aquel que tuvo por fáciles de ilustrar: "Anclao en París'' música de Barbied
pr~e:a ,vez el violín en sus manos, a . los tres años, bajo y letra· de Cadícamo, cantado 'p or Carl os Gardel.
la ~v1g1Jante mirada del maestro Fioravanti Br.ugni. ·
Por ello, nombres coi:no los de Bautista y . Rubione Cuando se trata de un tango de dos partes, pero sin
maest:r:,os de tanguistas. por excelencia, debe ser incluid¿ letra, o tocado con prescindencia de la misma, el esquema
e:p . e~te , párrafo dond~ se da cuenta d~ la gravitación de 'ejecución es el mismo· que en el caso anterior. Se aéos-
e~~rc1da por Jos orquestadores y los _músicos estudiosos tumbra, sin emb~rgo, a repetir nuevament e una d e las
en la. ~volución del gén~ro. · partes enriqueciéndola con una variación o un solo fra-
La aparicióit del mosai~o de estil<?s .que son propios del seado de bandoneones. Por ejemplo, " Am4rado", músi~a
t~go, .~us. desarrollos y rarnificacipnes así como su diver- de Pedro Maffia y Pedro Laurenz en las realizaci ones de
Osvaldo Pugliese ó Julio De Caro son- casos caract erísti-
sif1cac1on en dos corrientes opuestas, son hechos que per-
te~ece~ al. campo histórico . de la Gu~rdia Nu.e va. La
+ cos de este tipo de exposicióh exclusivamente inst rumen-
Gu~rd1a Vieja, tal ,como ha quedado indicado, no tuvo tal para una obra de dos p:irtes."
estil?s capaces de ser caracterizados y,. por lo tanto, dife"'." · Desde 1925 en adelante, casi no se. hari compuesto
renc1ad.o s. tangos de tres partes. · Constituyó ésta, empero, una_m ? -
• • • • dalidad muy difundida antes .de esa fecha y a la tercera
Estructura y .variedac;les del tango pa11ie -por extensión ~enominativa de otras especies-
se le llamaba " trío":. En su realización, estas obras de
De la misma manera que el incipiente desarrollo inter- tres partes quedaban, en general, así ordenadas: A~B-~­
p~eta tivo de la Guardia Vieja hace imposible el distingo B-C o A-B-C-A tal este ú~tim.o ca.s o el de _" Mi noche
de sus conjuntos ·por la caracterización de sus mod.a lida- triste" de Castriota y Contursi en ,la versión de Carl os
des, todas ·m uy semejantes, tampoco es factible encontrar Gardel. .
en esa secuencia inicial las variedades compositivas qüe Se han dado, se siguen dando, otras combinaciones .que
nos será 'dado descubrir en la Nueva Guardia.
no impo,r ta. abundar aquí en la medida que no .J?.an al".!an-
Antes de esbozar un ' ligero examen de esas variedades zado mayor arraigo entre compositores e intérpretes..
rtos détendremos un instante para pre·c isar ·algunas idea~ En camQio e$ interesanie apotar que las i~troducciones,
en· torno. a · Io que ha sido la estructU.ra de las obras ·que · los puentes y las codas sigueµ siendo valores perfectp.-
h~ nutrido el repertorio del tango. .·
mente vig.e ntes '.h asta el tango de hoy.
_L a mayoría de los tangos se desarrÓllan en partes con-
Al transformarse el.,tango y aparecer la Guardia Nue-
vencionales .de dieciseis compases. Las hay más breves
va dio éste tres variedades formales a cuyos inconmovi-
Y las. encontraremos más extensas. Pero no se incluyen
en un caso general: la norma, es ~quélla. · · b~s·· c'áriones se han ajustado sus composit0res· en todas
las · épocas: tango· -?nilonga, " tango romanza ·y tango con
... ~uc4~s ~eces, sobre todo e~ tangos GOn letra, Ja parte
letra o ·tango canció~.
as1 ·construida se for~ por la repetición de una frase
Poco después . de 192'(}, Juan · de Dios Filiberto intentó
d~ . ocho compases, en. función de la repetición de la
estrofa de versos. · · · dar f~rma a otra· vari edad, la " canción porteña".,. Pero
Los tangos constan, en su gran mayoría, de dos o tres nació y terminó con las obras de este compositor boquen-
· " ,. " El b esi·to " i ''Cam•n.;to"
·se: ."El pañue-l.ito,,, "La cartita ~ ~ ~
partes. Cuando tienen dos se ejecutan cas~ siempr~ así:
a) Tango-Tnilonga~ No se trata, como frecuent emente
A ...ª~:A-B, quf; ~~ uno de los tip.os ~~~ ~~~C'H~nte~ ffi4§
r · se sostiene, de un: tango tocado en forma rápida. Es una
variedad desarrollada -preferentemente- en base a te-
70
71
mas fuertemente rítmicos. ·Muchas vece::¡ tienen una parte te para la reiteración de la priméra parte, repitiéndose .
rítmica. y. otra melódica. En la época decarista la rítmica el "estribillo", "refrán" o segunda parte por dos veces
solía ser la segunda, en tanto que de 1950 a esta parte, se con el znismo texto. Son ejemplos de est~ tipo "Adiós
habitúa. a construir la, primera con ese caráctei::. ·muchachos" de Julio . Sanders y César -F. Vedani, ~'Male-
Son obras totalmente inadecuadas para ser versificadas . a" rde Lucio Demare y Homero Manzi, "Sur" de Aníbal
y se ejecu'611, tradicionalmente, en solo de orquesta o solo .Troilo. y Homero Manzi. "Noches de Colón" de Raúl de
instrumental, como que han sido concepidas par.a ~er ver- los -Hoy9s y Roberto ·L. Cayo!, aporta el caso de texto
tidas de esa manera. distinto para la repetición del estribillo. Y finalmente,
Ejemplos de tango-milonga, son: "C. T. V/', de Agustín tangos.-de tres partes con .letra,. son: "De vuelta al bulín"
iB~di (1917), "Pablo" de José Martinez (1919), "La Re- ie José.Mart-inez y Pascual Contursi, "Tierrita" de P,..gus-
vancha" ·de Pedro Blanco Laurenz (1924), "Milonguero tín Bardi y . Jes~ Fernández Blanco, "Aromas" de Osval-
Viejo" de Carlos Di Sarli (1926), "Boedá" de Julio De do y Emilio Fresedo.
Caro (1927), "Puro apronte" de 'Domirigo Plateroti (1930), Grandes cultores ha concitado esta variedad. Tras la
"Arrabal" de José Pascual (1935), "El tábano" de Aman- j"\roducción fundadora de -los Juan Carlos Cobián, los En-
..do Bagliotti y César Ginzo, "Tres y dos" de Aníbal' Troilo rique Delfino, los Agustín Bardi,_ etc., surgen, inco.q>ora-
(1943), "Orlando Goñi" de ·Alfredo Gobbi (1946), «A los dos al período decarista y a las nuevas normas de compo-
amigos" de Armanüo Pontier ( 1949) , "M arró.n y azul" sitores de tangos, melodistas de la inventiva de Lucio
de Astor Piazzolla · (1954), "A ·fuego lento" d·e Horacio Demare ("Dandy", "Malena"
- , "Mañana zarpa un barco",
Salgán (19·5 4), "Corazoneando" de Osvaldo Pugliese "Hermana"), Anselmo A ieta (''Tus· ·besos fueron míos",
. (1956), "La bordonit" de --Emilio Balcarce (1958), '.' Sol- "Suerte· loca'', · "·M ariposita", "Entre · sueños"), Carlos
'feando" ·de Mario Demarco (1959), . acopiando títulos y Garaer ·("Volve.r".) ·"Amargura"; "·"Soledad") el "negro"
autores de ,distintas épocas, e incluyendo varias de .las ·Joaquín M ·auricio Mora, autor de varios de los tangos más
más importantes · obras .de . corte moderno. hermosos que se :hayan escrito ("Divina', "En las som-
b) Tango · rom:anza. · Compuesto 'Sobre · te-m.as ..1m.e'tódicos . bras", "Frio", ~(Más allá"), Aníbal Troilo ("Y no puede
por -cuya · cOTT11plejidad· armónico no se J'Testan -par-a ser ser", "María" ' , "Barro de tango", "Sur") , Mariano Mores
cantados. Constituyó una·-variedad ·cuyo -apogeo:se regis- ('(Cuartito ·azul", "Uno", "Cafetín de Buenos . Aires"),
-tra en la -época . decarista. HN-c:>che .:de ·amor" (1924) Charlo :("Ave de paso", "Horizontes", "Fueye").
de Fernando Franco, "Flores negr-as" (li927) :de Francisco
. De Caro --compositor· eximio de privilegiadq talento mu- XX - La literatura del tango
.· sical-., "Arco Iris'' (1927) de Sebastiá-n Piana y Pedro No menor profusión de nombres y estilos han transita-
Maffia, "Frivolite" (1927) de · Enri.q ue D~lfino, "Mus.e tte" do por el nocherniego mundillo de las letras de tangos,
~
(1929) de .Lucio Demare, ''Mi paloma" (1932) de Alfre- 1 respecto a la múltiple garria de posibilidades revisada en
do Gob-bi, comportan hermosos ej eJ:ll.plos de. esta variedad. su proceso musicológico.
e) Tango ca.nción o tango con letra~ $e caracteriza por No c~be aquí detenerse en un minucioso estudio. Sin
-sus temas meiódicos -3imple$ -.Y · cantab.l es. No hay norma
0
embargo, será necesario proceder a una breve !ecapitu-
,establecida· IÚ costwnbre admitida .en cuanto a cuál de sus lación de_. esos let:r_:istas y esas tendencias en la medida
elemE:ntos se -hace primero. .I..as letras se construyen si- que la letra argumentada es uno de los hechos de mayor
_guie.n do·la regla.·establecida. paJ,"a la. música, en dos partes. importáncia dentro de los lindes de la Guardia Nueva.
.Como la norma de ejecución A-B-A-B, . es repetir las · La letra de tango ' no es simplemente un poema: está
·p?.rtes, .los letristas .en_general, escriben .. un te?cto difere:n- ·i deada-para ser cantada y no dicha, y no pocas veces se

72 73
escribe sobre las frases musi-cales. De. m~era que su es- gravedad d~l tango tomando un buen ·whisky bajo el sol
"tructura, sús medidas, el rit~o que la sujeta, la acentua- de un elegante balneqrio. Pero obras como la citada, o
ción que le da escala, el clima donde respira, dimanan "Pan", "Mala. entraña", . "Audacia", comportan -en con-
de la música del tango, de la atmósfera del tang?, del junto-- un verdadero ensayo sobre los sectores más des-
espíritu del tango. En otras· palabras: hay, y no po~as, pojados de la comunidad a través de descripciones de
letras muy _buénas y muy logradas como tales, que diso- personajes· Y ambientes perfectamente logradas. Tal vez
ciadas de su música .s e distorsionan, se· empobrecen, se· "El bulin de liz. calle Ayacucho,, configure uno de los
mejores aciertos de Flores. en este último sentido.
marchitan. .
La heterogénea composición humana de nuestras ciu- La opra de. Enrique· Santos Discépolo revela en su des-
dades está reflejada en la variedad de ~onos; intenciones encantada concepción de la vida, en su despiadada con-
y lenguajes que prové la literatura del' tango. . . signación del fracaso, en sus. espectaculares y ·sobrecoge-
Es lenguaje popular de impronta ori~lera el que maneJa dores contr~stes entre el ·soy, el quisiera o el debiera ser
Pascual Contursi para describir "en el· canf~nflero que del rioplatense, la gravitación indiscutible d~l grotesco
pirandelliano:
~orno dice Tallon- llora la ida de su prostituta" o con.
el que describe a la prostituta abandonada ·por su "Soy un· arlequín
"hacán":
"Pobre mina que ha tenido Hay no tiene pa'poner~e . ....
1
.
un arlequín que salta ·Y baila,
para ocultar ·
(
a la gente rechiflada rli zapatos.ni ves.t idos, su corazón lleno de pena.
y sólo con la mirada a~da enferma y -el amigo . Me clavó en la cruz
conquistaba~ corazón. no ha aportao ,para el bulín." tu folletín ·d~ Magdalena,
p9rque soñé
'. .
,..
("El moti1Jo" con niúsica de Juan Carlos Cobián.)
- .
que .era Jesús y te _s alvaba
Ese mismo lenguaje es el que anima las versificaciones
Me engañó t~ voz,
de Esteban Celedonio Flores. Este .imprime, sin embargo,
otro. cariz -muy · distinto-- a sus letras. · tu llorar de arrepentid·a sin perdón.
Observador agudísimo de la vida entre las clases pepu- Eras mujer. . . Pensé en mi madre
y me clavé."
lares, conocedor - y en carne.propia- de .todas ·sus· caren-
("So'JI un arlequín".)
cias, Flores es mucho más cronista que poeta.
El mismo fenómeno, pues, qué es dable observar en los
"Yo naci, señor juez, en el suburbio.
sainetes de ~u hermano Armando, "Mateo", "Stéfano", es
Suburbio triste de ta énorme pena, fácil constatarlo en los grandes tangos que Enrique com-
en el fango social donde una noche
puso, casi uno por año, desde 1927 hasta 1951, el de su
asentara su rancho la miseria.
De muchacho, nomás, urgué . . ..
en el" cieno ·
Donde van a 1:Jodrirse•las granaezas: ·
muerte: "Que vachaché" (1927), "Esta noche me em-
borracho,, (1928), ''Yira-Yira" (1929), "Tres esiJeranzas,,
(H~3-1-) - ·-uno de. los más hermosos-, "Cambalache"
¡hay que ver, señor juez, cómo se vive 1
0-932) y, en fin, "Uno" (1942), "Sin palabras" (1943) y
· para saber, después, porqué se pena!"
("Senttneia" con música de Pedro Maffia.) .l "Cafetín de Buenos Aires" (1948) entre muchas páginas
de muy difícil elección.
Claro que es muy fácil discutir, acaso, el valor de l~tras Enrique Cadícamo, a su vez, ha trabajado con el más
como· "sentencia" o cuestionar la tristeza o la espontanea J1€!tero~éne9 piaterial argum.e ntal, en todos .los ~rªgQ~ gel

74
lenguaje p9pular: para-· componer· iuna ·de- -las=--· obras más aparece en las letras de tango con' la pluma de José Gon-
fecundas que haya dadÓ·;letrista. alguno.: Coexisten en· su ~ález Castillo, que ~bre otra perspectiva, distinta y nueva,
producción, p,áginas · de tan ' diversa índole, lenguaje· y ·. Junto a las muchas .que se ejercitan ya en la literatura
espíritu como: del género. Sus·. versos para "Griseta", " Organito de la
"Gran viviyo de espamento! Melandrin de meta 11; ponga! tarde" --que no -dejan en su .fina decantación ese aire
peculiar, acaso inapreciable, que respiran todas las bue-
Atajate este p.o nchazo que te voy. a sacudir.; ..
No es que quiera deschavarte por. canta~ una mi.longa, nas letras de tango- aportan el inmediato precedente
para la aparición de Alfredo Le P.era,- Cátulo Castillo,
sino. por.que con tus briyos vos .no -m e"vas a · engr.u.pir.:"
. . .
"Santa Milonguita tenía los ojos .
. -·- .
("Che; Ba.rtolo !" con· mús.i ca . de .. 'Ri-v1olf.o : Sciam&11.ella.) ·
~ -
Francisco García. Jiménez, José-María Contursi y Homero ·
Manzi,, quienes dan inusitado vuelo a la flamante ten-
U:encia. Todos ellos han publicado letras de gran va1or
tan grandes y claros que hacíari suspirar, P8:ª el tango. Pero Homero Manzi logró, más ·que cual-·
sus labios pecaban de breves y Tojos qwer ·otr.o, . p!asmar con todo vigor las posibilidades del
y era su mirada color verdemar. nue-vo estilo. Enormemente influído por Evaristo Carrie-
Ella que fue siemp'Te Festín y Alegría, , go -dej.ó profusión de. páginas-de pleno espíritu ciudadano:
que en juego de copas se h-artó .de' champán "Con -un:.iazariUo l-legás por las ·n oches
tuvo ·un bello arranque de sensiblería, :trayendo ·l as quejas del viejo violín,
0

y quiso ser· buena, buena como ·el.J>.a n:'' y · en medio -del humo parece -un-fantoche
( "Sa.nta. mil011.ouita." con música , d·e . Enrique Delfino.) ~turrara0 s-ilu·eta:..de flaco rocín.
P.un-&uál ~parroquiano, tan viejo y tan ciego:
·E nrique Cadícamo es --como ha. logrado retratarlo al·-ir °'d estrenzando tu eterna canción
Nicolás Olivari con precisa línea- ''el vate porteño, panés e--n-" el: alma recuerdos añejos
maestro de esa pequeña historia lírica de la· ci-tµiad que y ·-un· poco de .pena ·mezclás al ·alcohol."
es el tango, en la que se confabula la atmósfera.. despia- " - ( "Vúio cúoo" con música de Piana y Castillo. )
dada de la gran urbe que extrangula todos lbs 'sue1íos, la 1
.D espués de 1_940, esta modalidad se fortalece con el
gran ciudad que sofoca. al hombre y encanalla a la mujer 1
~porte ~e varios nuevos letristas, ·entre los que se · desta-
apenas se apartan, en instintiva indepenedencia, del cami ·
tan·:. ·Julián Centeya, Héctor.. Marcó, Carlós Bahr y Euge-
no trillado . .. " 1
·· uio Majiit ·Homero .Expósito constituye la vanguardia de
Otros letristas, oscilaron entre las tendencias expuestas, ¡. ·Ja literatura ' tanguist,. , Sin emhargo, sus páginas que
sobre todo en la época gardeliana: Armando Tagini,
causaron verdadera sotj:>resa en el momento de su apa-
Alfredo y Julio Navarrine, Ivo Pelay, Mario Batistella,
rición - y se ·convirtiero~ por su indiscutible calidad en
·Lito Bayardo, Alberto Vacarezza, Luis· César Amadori,.
auténticos clásicos de las nuevas etapas- auspiciaron
Luis Rubistein, Roberto L . Cayol, Manuel A. Meaños ,
--una veta,Jiteratia ·que, lamentablemente, no llegó a con-
Juan M. Velich, Enrique Dizeo, Francisco ·Bohigas, Juan .c~r,etarse: 4
A. Caruso, José De· Grandis, Dante A. Linyera; Emilio· u¡@y.eme!
Fresedo, Enrique Maroni, Manuel Romero, Atilio ·Supp.a.-
.:Ha·ble.m os del adiós .. ..
ro, LiLis Bay6n Herrera, SamiLel-Linnig y Mario Gamila, .Tu -jorma .de ·partir
encabezan una larga lista que · no resulta fácil comple- ! me ··dio la sensación
tar aquí. de un .arco de ·violin
Vn .1,enguaje popular depurado y proclive al "~~lti§rnQ '
1

clavado ··en un :gorrión.

.t1'1
~~tac~ón. De la transformación que define, modela y da
¡Sálvame! r
d!!fin;t;vo sentido -estructural, formal y temperamen-
Que anoche comprendi ~- a si.U¡ ele111entos, surge el tango comó especie popu-
que es corta una canción 1~ ema~cipada y clara, como música y literatura repre-
para poder Uorar sentativa del área cultural rioplatense.
ta desesperaci.6 n
de tanta soledad. Con·todo rigor histórico, puede afirmarse que el tango
¡Oyeme! se gesta en la Guardia Vieja y nace con la Guardia Nueva.
Me tienes que escuchar. Muchas situaciones se han confabulado para fomentar
Si ayer, que pude hablar, los equívocos defendidos hasta hoy sin respuesta: cada
pensaba de perfit, uno ha incluido en la Guardia Vieja aquellos intérpretes,
ahora que no estás, orquestas y estilos que fueron quedando a la zaga de su
no sé pensar en ti." época. Explotando esa humana postura, la industria del
( "Ov•""'" con mdalc& de Enrique :M. Franclni. l arte popular y sus glosistas han capitalizado esa situación
poniendo aquel exitoso precinto a todo lo barato que se
Transcurrido el medio siglo, la muerte de varios de los suele producir. Pero la simulación de formas instrumen-
más pr olíficos e importantes autores de letras -entre . tales por supuesta imitación de la Guardia Vieja no per-
ellos Flores, Discépolo y Manzi- asi como la inactividad •
tenece, por supuesto, a ella, ni tampoco a la Nueva por su
de otros, propende la aparición de los "letristas de edi- <. insuperable hibridismo: le es imposible a cualquier mú-
torial", quienes elahoran sus engendros para complacer sico de hoy tocar tan mal como se hacía antaño y a la vez
a un supuesto gusto popular y degeneran finalmente en sentirse tocado por et impulso hacedor que aquellos ad-
la chacabanería, la repetición hasta el hartazgo de los mirabtes pioneros sintieron, Impulso al cual no puede
mismos giro~, los mismos temas y lugares comunes, re- aspirar desde et momento qu.e copia. Ahora., tocar mal es
planteados y gastados una y otra vez, d~ntro de un patrón muy fácil; pero tocar mal et tango no es incorporarse
tan convencional como deplorable. a ta 6uardia Vieja. Es, simplemente, tocarlo mal.
De todos modos, y a pesar de esa carencia actual, toda
Guardia Vieja y Guardia Nueva no comportan, pues,
la buena literatura que el tangó ha producido en cuaren-
dos conceptos antinómicos, sino dos períodos de un mismo
ta años da para meditar hasta dónde no será ella, autén-
proceso histórico dispuesto uno a continuación del otro, y
tica poesía popular, nuestra única poesía ciudadana. Con-
enrabados claramente por una secuencia de transforma-
siderando, claro está, qde las letras de tango sean poesia.
ción y perfectamente ajustadas a las modificaciones sus-
XXI - Conclusión citadas en el medio humano del cual son fidedigno eco.
El gusto o el disgusto frente a las múltiples tendencias
A la luz de la integral renovación de conceptos históri- que ha producido el tango a lo largo de su desarrollo es,
cos que, sobre el tango y su mundo hemos desarrollado, evidentemente, una cuestión que se resuelve en el rincón
·es posible concretar algunas conclusiones de carácter ge- personallsimo de la sensibilidad. En cambio, la conside-
neral que permitirán, de una vez por todas, abandonar ración o la desestimación del tango -visto objetivamente
las viejas posturas nostálgicas, para encarar con criterio como auténtica manifestación de arte popular- es fun-
realista y verídico el estudio de nuestra·música popular. ción directa del mayor o menor conocimiento o( simple-
La Guardia Vieja configura, como ya lo hemos visto . mente, de la ignorancia de nuestras realidades.
detalladamente, un periodo típicamente.embrionario y de ·
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Discutir sobre el tango es, sin embargo, un ejerdcib
dialéctico ·que casi· ningún rioplatense rehuye~ _Pero es ·.G ó l :e -~ .e i 6n "' L A
necesario aclarar que, p·& a discutir sobre el tango, como
sobre cualquiera otra ,cosa, hay que· producirlo; escuchár- Los Grandes Temas N ai:ionales
lo, estudiarlo,
.
sentirlo.
·. . . . .
Actividades quE~ pueden ser tam-
. bién, lecciones en muchos e -insospechadossentidos.
en Económicos Libros

bién, lecciones en muchos e insospechBLdos sentidos. 1. RAMOS, J . A.: Historia Política del Ejército
Argentillo. De la Logia Lautaro a la indust~fa
pesada.
2. REY, E.: Frigerio y la Traición de la Burgue.:.
·sía Industrial.
3. JAURETCHE, A .. : Política Nacional y Beyi-
sionismo Histórico.
4. BELLONI, A.: D•el Anarquism.o a( Per~nism.o.
Historia del movjlm.iento obrero Argentino.
5. PALACIO, E.: La Historia · Falsificada.
6 . GOBELLO, J. y PAYET, L.: Breve Dicciona-
«.,,.
rio Lunfardo.
-
7. METHOL FERRE, A.: La crisis del Uruguay
y · el Im.perio Británico.
8 . DEL RIO, Jorge:: Electricidad y Liberación
Nacional. El caso S.E.G.B.A.
9. ASTESANO, E. B.: Rosas. Bases del Nadona-
lismo Popular.
10. LÓZADA, S. M.: El Régim.en de las Asocia-
_c iones Profesionales.
11. ROSA, J. M.: El Pronunciamiento de Urquiza ·
a través de los documentos diplomáticos brasi-
leños .y orientales.
12. FERRER, A.: El ·Tango: su Historia y Evolu-
ción:
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DE PAOLI, Pedro: La Reform.a Agrari~.

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