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a..eCTOR. ES DE EUDEBA
EL s·IGLO
DE
AUGUSTO
·...

EDITOitlAL UNIVERSITARIA DE BUENOS AIRES lJ


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·>>/;/_,di?
Título del original:
Le siecle J' Auguste
Presses Universita ires de France, París. 19 55 INTROD UCCióN

Traductor..
RlCARDO ANAYA
A n1enudo resulta cómodo designar un usiglo"

l
de historia con el nomb1·e de un solo individu o.
Pero es preciso entonces que ese siglo haya durado,
sin trastorno visible, el tiempo suficient e para per-
mit:ir al menos el desarroll o de una generaci ón hu-
La rev1s10n técnica estuvo a cargo del n1ana. Quizá sea esta la razón por la cual son tan
doctor GERARDO PAGÉS, raros los grandes siglos_, los que dan la impresió n
profesor de la Universida d de Buenos Aires 1 de que la humanid ad llegó cada vez, si no a la cima,
L por lo menos a uno de los altos .de su camino. Es

1 ~ edición: setiembre de
2~
1960
edición: febrero de 1965"
¡
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n1enester , además, para que pueda simboliza rse todo
un período con el nombre de una sola persona, que
ésta lo haya dominad o de varias maneras. Y hasta
carecería de importan cia que ella tuviera influenci a
sobre los acontecim ientos políticos y militf' res de su
tiempo~ o por lo menos no sería suficien-t e, si asin:lis-

(\'
n-io no hubiese impreso su propiq sello a la fisonomí a
1
esp¡ritua l de una época que, por eso, se ha con-
vertido en verdader amente suya. La historia narra-
tiva buscará con curiosida d los acontecin 1ienj:os; la
que se esfuerza por compren der el pasado y 'le pide
que informe al presente, trata de discernir un pen-.
samiento vivo en el secreto ,P.e lo que fue su c.readón.
Si Pericles. no hubiera querido el Partenón , limi-
tándose a consolida r la confeder ación ateniense y a
aceptar la guerra del Pelopone so, o si Luis XIV no
:~.f. i.S' t;.ü. <:_.: ..;erial Universita ria
de Buenos Aires - Florida ·6 56
.l'w;;·,-tada por la Unh·ersida d de Bue11.os A.ires
hubiese llamado a su lado a Le Notre, a Moliere y a
Racirie, nadie pensaría en llamar «siglo de Pericles"
He.:ho d depé>sito de ley
a los treinta o cuarenta años del apogeo de Atenas,
J_A ARGENTIN A- \"F.INTED IN ARC.ENTIN A
ni ••sigl o de Luis XIV, . al perío do que, de 1660 a Filip ?, segun do marid o de su madr e, pero Césa r no
171 :S, cons tituy e la edad clásic a franc esa. Lo mi$m O tardo en !~evado consi go,. y en el año 4 5 lo adop tó.
ocur re con el .. siglo de Augu sto"" , cuyo s límit es ex- C. Octav 1o se l~amó desde enton ces oficia lmen te
trem os se extie nden desde la muer te de Césa r, el 1$ C:·.
Julio Césa r Octa viano . Ese nomb re y esa adop -
de znarz o del'4 4 a. C.~ hasta la del mism o Augu sto, c1on lo señal aron para recib ir, despu és de los Idus
ocurr ida cerca de Nota, . en Cam pania , el 19 de agos- de marz o del 44, la heren cia del dicta dor. Sin em-
i1
to del 14 d. C. Si los histo riado res desig nan así esos .:: \
bargo , en ese mom ento no comenzar~ verda dera-
sesen ta años, es porqu e no pued en librar se de ia.im - ~en.t~ el •~ts!glo .de Augu sto"'. Tran scurr irán cerca
de
presi ón, tai vez falsa, aunq ue más proba blem ente d1eCtS!ete .anos antes de que el joven Césa r ll ocup ado
justifi c<1da , de que prese ntan una profu nda unida d., e.n. conq uista r el pode r, esté en cond icion es de hacer
queri da y consc iente ment e impu esta por el homb re ~";e se rec~n?zcan el senti do y el alcan ce de su mi-
que, al llega r al pode. r, encon tt·ó a Ronu . en el caos, s~on! Y qwz~ de tener plena conci encia de ello6 Ni
y que cuan do muri ó dejó un estad o organ izado , pa- stqu1 era la vtcto ria de Aedo , que el 2 de septi embr e
cifica do, arn1•u:lo de un ideal y de una razón de ser del 3 1 le asegu ró la domi nació n de hech o sobre el
que los conte n1po ráneo s de. Césa r habia n busca do en mund o roma no --con sagra da por un triun fo triple
vano . No hay grand es siglos sin. esa fe unifi cante el ~ ~, el 14 y el 1 S' de agost o del año 29- era
q uf! solo pued e halla r su orige n en una volun tad sufac 1ente para decid ir el comi enzo de ese .. siglou
creador:a~ única capaz de reuni r y organ izar todo <?· Octa vio no entró verda deram ente en la histori~
cuan to sin ella perm anecí a dispe rso. ~~no.el ~~de en~ro del año 27, día en que, por una
La ob.ra de Augu sto fue posib le por el largo es- 1nspu acton genaa l, L. Mun acio Planc o propu so al
pado de tiemp o duran te d cual se ejerc ió su acció n. Sena do que se otorg ara al nuev o señor el nomb re de
Cuan do Augu sto n1uri ó había alcan zado los seten ta Attgu sl1u.
v siete él flor.. N ;:,e&¿~ d 24 dt': septi embr e del año 6:; a. . La elecc ión de ~se nomb re, desti nado a tanta glo-
C., dura nte d consu lado d~ Cicer ón. Perte necía a
na., fue una man:t obra parla ment aria. Tres días an-
una famil ia burgu esa, de cabal leros oriun dos de V e- tes Octa vio h~~ía anunc iado- solem neme nte que,
lctri, en d Lacio , y su abuel o era un rico banq uero. r:stau:a.~a P?~' f1n ]a paz, ponía el pode r a la libre
Su padre . C. Octa vio, había despo sado una sobri na cbspoS!ClOn ael Pueb lo y del &nad o roma nos. Pero
de Césa r, Atia~ y ese casam iento decid ió la eleva - el S~n~do no podia acep tar ese prese nte, y el propi o
ción di! la farnil ia. Pero C. Octa vio 1nuri ó joven , el Octav 10, al hacerlo:~ no proce día de buen a fe. Aun-
-nño 58 :.l. C., en d xnon" lcnto en que, luego de habe r que por algún rnilag .ro se hubie se despo jado de pron -
gober na-do b 1'vbc edoni a) podía O!spirar al consu lado. ~o de. la ambi dón apasi onad a que hasta - enton
ces
El futur o Augu sto. que enton ces se llama ba C. Oc- !o an~mara, su apart amie nto solo habr ía sido una
tavio Tudn o (el sobn~notnbre Turin o recor daba una !rreahza~le quixn era. Habí a adqu irido dema
siada
c.amp aña aforu.u;~da cld pa~&·e contr a c;davo~ :e- Influe~c1a en ~oma para que le fuera posib le volve
r
helad os en h regw n de Thunum~ en lt•lha mertd m- :a ser szmp le cmda dano . (Aca so no era el verda dero
n:.ll). pasó .tigú;;. tiemp o bajo 1a tutcb de L. }.,¡'tu-~..·i,) Y nuev o fund ador del Impe rio? Sus servic ios, sus

L
victorias, lo habían elevado por encima -de los de"- 16 de enero. del año 27, se proclamó el principio de
n"lás hombres hasta el punto de que no se los podía
una .. e.z:oa nueva", la conclusión de un nuevo pacto
· medir con la misma vara, como si él hubiese sido
con los dioses de ]a Ciudad y como el renuevo de
de otra naturaleza. Y era precisamente esa posición
su Fundación.
excepcional lo que se trataba de expresar con un thu-
. Para nosotros, los poderes de Augusto parecen
lo, con un nombre nuevo. En un momento dado los
resumirse con demasiada frecuencia en un sistema
senadores pensaron en concederle el de Rómulo. Pero constitucional cuya habilidad n'laquiavélica tiene
sus amigos vieron el peligro. Róm.ulo había funda- por meta concentrar toda la autoridad real en m~l­
do la ciudad, es cierto, pero fue rey y finalmente nos del príncipe, n1anteniendo la apariencia de la
pereció asesinado por los senadores. A ~esar de su libertad republicana. Se admite, a veces, que para
prestigio, el nombre era de n'lal agüero y resultaba realizarlo, Augusto acudió a una sabia ••propagan-
imposible pretender que la República estaba restau- da., creada a su alrededor por historiadores y poe-
rada y a la ve~ conferir, aun indirectamente, hono- tas, a quienes encomendó conquistar los espíritus, o
res reales al hombre ·de quien hahí.a dependido esa al menos enceguecerlos acerca de las verdaderas in-
restauración. Fue entonces cuando Munacio Planco tenciones que él llevaba. En ese caso Augusto solo
propuso el ri:ombre Augu.s.t.o. El vocablo no era hubiera sido un político genial, movido esencialmen-
nuevo en la lengua; lo aplicaban ordinariamente a te por la ambición, que utilizó para sus fines ego_ís-
lugares u objetos consagrados, designados por los tas un aparato. religioso. Semejante explicación pue-
augures. Un verso de Ennio estaba en la memoria de ser, a lo más, válida para la obra política y
de todos: «después que la ilustre Ron'la fue funda- militar de su reinado; pero no explica en modo al-
da bajo augustos augurios ... , El epi teto Augusto guno la magnífica floración intelectual, artística y
aplicado a Octavio afirmaba la misión divina del literaria que entonces vio la luz, y hasta corre el
Fundador, el carácter ••afortunado, y fecundo de riesgo de desacreditarla, pues el término ••propagan-
toda iniciativa emanada de él. A· él y solo a él per- da" es demasiado peyorativo para que no vacilemos
tenecía el privilegio· de .. empezar', todo bajo felices antes de calificar como .. propaganda augusta!" obras
auspicios. La fórmula - ·diríamos utransaccional ..- que fueron, durante generaciones, una fuente cons-
del viejo parlan'lentario Munacio Planco se vincula- tante de inspiración. Pero entonces hay que resig-
ba de ese n1odo co.ri antiguas creencias y con una narse, contra toda evidencia, a no descubrir en. ese
especie de instinto arraigado en la conciencia reli- siglo ninguna unidad profunda, y a no ver, en sus
giosa ron1ana. Sin prejuzgar en cuanto a la forma éxitos tan evidenten1ente convergentes, más que una
de gobierno, tenía el n'lérito de apartar en la idea yuxtaposición de afortunadas· casualidades. ¿Cómo
misma de Rey lo que los romanos siempre lamenta- adffi.itir, en efecto, que un si m pie jefe de partido,
ron en ella, y lo que las magistraturas republicanas porque sabía llevar adelante sus an1biciones perso-
habían intentado conservar, a duras penas: el ca- nales, tuvo el poder de suscitar, en unas decenas de
rácter irremplazable y casi mágico de la persón~t años~ d flo.z:oecirniento de una edad clásica? Esto solo
real. Así fue como oficialn1cnte, en esa sesión del es concebible si Augusto encarnó plenamente fuer-
8
9
zas espirituales que hasta ese n1o1nento permane-
"" o
.9- E .. cían latentes, y si les dio la posibiJidad y la oportu-
·¡-""e.
e.o.., nidad de llegar a su clara conciencia. Augusto no
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recarga su sistema poli tico con creencias religiosas;
no .desvía en provecho propio, por no se sabe qué
exceso de confianza, las formas artísticas y literarias
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"]o; no }as u to1na a su servtcio
de su .s1g ••u
para reves-
ti.rh:s c:on su. propio carácter, sino que, de acuerdo
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un ideal que es menos el suyo que el de Ron1a ente-
ra~ ·pero que, sin su influencia, es probable que Ron1a
no hubi(;'ra expresado jamás. En ninguna otra época
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....., ~~ .N aparec;e tan evidente la interdependen cia de los di-
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versos planos de la historia: la conquista .romana

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Imperio ha estado a p\~nto de ser repartido en sus
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tará con recurrir a la violencia. Ninguna opresión
edifica cosas duraderas, y el prisionero tiene siempre
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rJ razón contra e1 carcelero. Augusto supo proponer a
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.S ..-.... aquel rnundo a la deriva, antes que un sistema nue-
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S z v-os una justificación nueva de cuanto en el sistesna
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<¡..z antiguo seguía siendo viable. Cierto es que, en el
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·euo ..s...o tiempo, su conquista del poder precedió a )a cons-
trucción de su ·Imperio. Pero no es menos cierto
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·a ~ ..J < que el Siglo de Augusto solo fue inaugurad~ el día
-s~ en que .el olvido c:omeJ1ZÓ a caer .sobre los. episodios
~o ~e 1 sangrientos, y en que el pensamiento romano volvió
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a encontrar, gracias a la obra naciente, su fe en sí
u~ mismo después de la larga· desesperación de las gue-
rras civiles.

10
:1'

CAPÍTULO J
LOS AÑOS PRELIMINAR ES
Y I . u\. CONQUISTA DE I..~OS 'ESPíRITUS

i: Los conjurados que, el 15 de n1arzo del año 44,


j: asesinaron a César, estaban .::r.nin1ado~ por un solo
deseo: suprimir al cctirano" que desde hacía ci_nco
años impedía el libre ·juego de las instituciones re-
publicanas. N o pensaban que esas instituciones se
habían condenado a sí mismas debido al medio si"-
glo -de anarquía y a la reanu'dación casi incesante
·.de las guerras civiles. Par~ ellos bastaba con volver
.·· a de¡:)ositar el poder en manos. de los cónsules regu-
larmente elegidos para. que todo volviera al orden y
t·ecomenzara · la justa tradicional de los ambiciosos_-
y de las facciones en torno a las magistraturas y a
los gobiernos provinciales. ¿N o era eso lo que, en el
pasado, había asegurado la grandeza romana y su
supremacía entre todas las demás naciones? El Im-
perio era cosa de Roma, y Roma la propiedad de
algunas familias, ávidas por repartirse los cargos y
los beneficios.
Sin embargo, el genio de César supo, en ·esos cinco

ti
años, echar los cimientos de un orden nuevo. El
dictador no era un aventurero· aislado. Dejaba tras ·
de sí un partido, amigos probados y el esbozo de
un ideal. De los dos cónsules en ejercicio, por lo me-
nos uno, Antonio, era su más fiel lugarteniente; e1 ·
otro, el joven Dolabela, estaba dispuesto a venderse
al mejo.t postor .. Desde el principio, la restauración
republicana se hallaba comprometida . No obstante,,

~.·
Antonio no se erigió en seguida en campeón del La notxc1a del asesinato encontró al joven en
desaparecid o. Durante la primera sesión del Se~ado, Apolonia (Iliria)~ donde había sido encargado por
celebrada el 17 -de marzo, se opuso, sin duda, a una su padre adoptivo de preparar la expedición pro-
proposición tendiente a conceder honores excepcio- yectada contra los partos. No tenía más que dieci-
nales a los homicidas, pero no pidió por derto que ocho años, y proseguía a !a vez su formación mili-
se los condenara y se conformó con hacer validar, tar. y· su cultura intelectual en compañía de retóri-
en bloque, todos los actos de César, y hasta sus pro- cos y filósofos griegos --entre los que figuraba el
yectos, que aún no tenían fuerza de ley. Así,_ el estoico Atenodoro -- y de personajes que habrían de
pasado inmediato no era abolido. Cinco años de In- u-nirse a su destino, como en particular Vipsanio
tensa actividad legislativa_no podían serlo, y el -~ce­ Agripa. En cuanto se enteró de los acon-tecimi entos
sarismo" sobrevivía a los Idus de marzo. ~~ Senado, de Roma, Octavio se apresuró a regresar a Italia. El
compuesto .en gran parte por hombres a quienes el testamento de César lo designaba heredero. ¿Recla-
n1ismo César había llamado, asintió al deseo de An- Ina.ría esa peligrosa herencia? A pesar de los conse- ·
tonio. jos de los suyos, se resolvió a hacerlo.~> y .luego· de
Pero la realidad del poder no pe!"teneda ni al Se- demorarse un tiempo en Italia meridional , entró en
nado n~ siquiera al cónsul. Si Antonio era, de h~~~o, Roma durante el mes de mayo. Ese día el Sol estaba
dueño·de )a situación, no lo debía a su cargo oftcJal, velado por un halo, lo que era tenido por presagio
sino a· su posición de principal lugartenien te de Cé.- de reale~a. . .
sar. Tenía como aliado político a Lépido, señor de Al principio pudieron creer que Octavio se limi-
la caballería del-dictado r difunto, y la plebe romana taría a reivindicar la · fortuna de César, pero se '·
·era propensa a escucharlo. 'Los vet:era~'?s de César, desengañar on pronto. La agitación religiosa en torno
a quienes su antiguo jefe habí~. dado taerras en las. al dictador asesinado, que Antonio se esforzal;ta por
1~ ciudades ita,lianas, constituían una fuerza latente, contener, fue de pronto aviva<Ja por una manifes-
!i:
~¡ pronta a seguir Jas consignas cesariana·s, y t:ení~n !os . tación espectacula r. Durante la celebración de las
•1
·1 ojos puestos en él. Durante las semanas que SI P-Ie-. fiestas en honor de Ceres, a fines de mayo o prin-
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1
ron a la muerte de César, Antonio se esforzó por cipios de junio, Octavio intentó exponer solemne-
;
1
mantener la paz· y dar tiempo para. que las pasio~es nlente el· sitial dorado que el Senado había votado
1
1' se calmaran. No le cab~ responsabil idad por los dis- tiempo atrás para César y la diadema rechazada
1
turbios producidos durante los funerales .del dicta- por éste no hacía mucho:. era ya un primer paso
1
-dor, ·cuando la muchedum bre quemó el. cadáver en hacia. la apoteosis del difunto. Por el momento, esa
pleno Foro, y cuando, sintiéndo~ amenazado s, Jos rnanifestac ión no tuvo consecuenc ia; el veto de un
· mat~dores se encerraron en .sus casas o buscaron re-. tribuno la impidió, pero .era muy significativ a.
fugio en los villorrios del Lacio. Pero las cóleras Octavio intentaba explotar el culto naciente del
populares son poco duraderas, ~ se hubiera llegad~ dios César. La ocasión se le present_ó en los últimos
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progresivan 1tmte a un acuerdo sJ, bruscamen te, Oc- días de julio, cuando celebró él mismo -superand o
! taylo no hubiese entrado en escena. a la oposición de Antonio-- los Juegos de la Victo-
1
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ili
ria de César, instituidos dos años antes por el dicta- no cielo de Roma, cuando celebraban la Victoria
dor en honor de su Hpatrona,,, Venus~ Genetrix, an- de César, una confianza maravillosa en la divinidad
tepasado místi<;:o y protectora de su familia, la gens de su padre. ¿No enseñaban acaso los estoicos (cuyé}s
Julia. Y ocurrió que, hacb la hora undécin-:ta (entre lecciones había oído, trasmitidas por Atenodoro)
l~s 20 y las 21), durante la celebración de los jue- que las· almas bienaventurad as alcanzaban el Em-
gos, apareció un cometa en el cielo. Nadie dudó _de píreo, entre los astros, y que eran seres divinos? Por
que ese prodigio no hubiese sido enviado por los diO- consiguiente, no era inverosímil que el cometa mi-
ses. para probar la divinidad del muerto. lagroso fuera en realidad el alma de César en su·
Los historiadores se han preguntado, desde la An- ascensión hacia el cielo.
tigüedad, en qué medida Octavio era sincero cuando . -~demás, el año precedente, Octavio había acom-
, afirmaba así el carácter divino de su padre adop- pañado a César durante la guerra de España. Había
tivo, yen qué tnedida, al apoyar la creencia popular~ Yivido en la intimidad del dictador, quien t~mbién
no hacía sino utilizar para sus propios fines la su- tenía fe en su estrella, ·y no había emprendido la
perstición de la muchedumbre . Es probable que· el guerra civil sino después de un prodigio manifiesto,
cometa de julio del año 44 -el Sidus lttlium- le acaecido a orillas del Rubicón. Muy probablemente
aportara la revelación de su propia mis~ón divina. los designios ambiciosos de Octavio, su circunspec-
Octavio no es un fundador de religión. Pero sabe- ción, la frialdad legendaria de sus cálculos, no fueron
nl.OS que no estaba exento de creencias extrañas. los únicos móviles que lo decidieron a reivindicar en
Creía en los presagios extraídos de los sueños, Y su totalidad la herencia de su padre y a proclamarse
hasta llegó a tener, durmiendo, un diálogo con Jú- <"hijo del dios César".
piter. Más tarde, ya dueño de Roma desde tiempo Los más ardientes entre los cesarianos empezaron
atrás, se obligará, a raíz de una visión no~turna, a en secreto a dudar de Antonio. Éste se dio cuenta.
mendigar cada año, en deterni.inado día, tendiendo Se acercó oficialmente a Octavio, en una reconcilia-
la mano a los transeúntes, que le daban monedas. ción aparente, y obtuvo el alejamiento de los prin-
Por sobre todo, temía al trueno, y en sus víajes cipales conjurados de los Idus de marzo, Bruto y
siemore se cubría con una piel de foca, que, se Casi~, que partieron, en disimulado exilio, para go-
supo~ía, preservaba del rayo. Por lo demás, _pa~a bernar ,_las lejanas provincias de Creta y Cirene.
mayor seguridad, había levantado en el Capttoho Luego, como las semanas pasaban y veía cercano el
un templo a Júpiter Tonante. Son numerosas las termino de su propio consulado, deseó asegurarse un
anécdotas relativ.:as a sus supersticiones y muchas las mando militar que le daría el medio de mantener su
pruebas de su piedad y respeto por los dioses. Apa- autoridad. Decidió tornar el gobierno de la Galia
sionado por la astrología, siempre se esforzará por Cisalpina (Italia del Norte), -que ejercía entonces
que coincidan las decisiones y los acontecimiento s de Décimo Bruto, uno de los matadores de César. Para
in-:tportancia con aniversarios gratos, y, corno tales~ hacerlo tenía que arrojar a Bruto. Mientras Anto-
de buen augurio. No nos as01nbremos, pues, de que. nio reunía legiones en Italia del Sur, Octavio llevó
pudiera extraer de la aparición de un cometa en pie- tropas eritr~ lo.s veteranos de su padre y marchó so-

16 17
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bre Roma~ adonde entró el 1 O de noviembr-e . Er<'ll n tomar las21 'medidas necesarias a la seguridad de ):&
un atrevido capricho y, al mismo tiempo, un error. República ' .. En el mismo momento se enteraban en.
Quizá esperó un levantamie nto general de los cesa-. Roma. de. ~rue los dos principales instigadore s de ]a
c~nsptra~ton contra César, M~ Junio Bruto y C. Ca-
. ria.nos. Pero sus propios soldados se negaron a com-
batir con los de Antonio, y debió huir hacia el Nor- ~:to Longtno, en lugar de v.qlver apa~:iblemente ·a sus
te. Su situación parecía desesperada o Antonio tenía anofensivas provincias de Creta y Cirene., se habían
de su parte la legalidad, en tanto que él se había apoderado de todos los recursos, en hombres y dine-
J'O, d~ los territorios orientales. En el Senado, los re~
hecho culpable de alta. traición. Se atrincheró en
Arretium ( Arezzo) , en Etruria. Eligió esa ciudad publicanos mostraron m alborozo. El cesarismo iba
porque uno de sus compañero s, Mecenas, era oriun- pues, a· se: de:fini~!a~ente apla$tado. Empeñáron~
do de ella~ y por su madre descendía de los Cilnios, las operacaone s m~litares contra· Antonio. En dos ba-
que antaño reinaron ahi. Del mismo modo, dieci- tallas, el 14 y el ·~ 1 de abril del 4 3, las tropas del
nueve años antes, el misxno año en que nació Octa- Sen~~o r~sultaron victo.rio.sas, y el procónsul rebelde
. vio, Catilina se habia unido a sus bandas armadas deb1o ret•rarse en dirección de la Narbonens e, donde
en la región de Fiésole antes del asalto final y la contaba co~ la ayuda de su viejo aliado Lépido~ Pero,
derrota. Per.o Catilina no era uhijo de dios.,. A su de los tt"es. generales enviados por la República con-
'\'eZ, los soldados de Antoñio defecciona ron. ·Dos de tra Ant?ruo, los d~s cónsules Hircio y Pansa habían
~us legiones se declararon por Octavio, y el cónsul
sucumb1do . Octavao quedaba solo para representar ·-
sobre el suelo italiano, la nueva ••legalidad "'. ~
debió contentarse , en lugar de aplastar a su rival,
con. marchar hacia la Galia Cisalpina, y pronto ase- ~ pesar de. su éxito y del ostensible apoyo de Ci-
diaba a Módena, donde se había encerrado Décimo cer?n• Octav1o. se encontraba en situación más pre-
Bruto. . ca.?a que nunca. En "Roma~ Cicerón se jactaba
1
\! Entonces fue cuando Cicerón, el viejo consular, .abaertamen te de haberlo utilizado solo como un ins-
salió de su silencio para defender a Octavio. Obtuvo tru,mento que se tir~ cuando deja de ser útil. (Cuál
que el Senado, a principios de enero, reconociera la sera a. su lugar en una república renaciente? Cicerón
oulegalidad)" de los ejércitos de Octavio y de Décimo man1obrab a p~ra ~nseguir el consulado y pensaba
Bruto, pero los amigos de Antonio consiguiero n im- haber ·dad~ termmo a ,la aventura cesariana. Por
pedir que éste fuese declarado enemigo público, y se otra ~;'arte, los antiguos lugartenien tes de éésar se
despachó una embajada para, instado a que depu- reagru_pab~ ante el peligro. Desde fines de mayo~ .
siera las armas y se ·sometiera a la autoridad del ~ntom? se había unido a Lépido, y sus ejércitos .
Estado. Antonio respondió que consentía en renun- fratermza.r on cerca de Frejus. A. SU·vez, unas sema-
ciar a la Galia Cisalpina, pero a condición de recihir nas después. el gobernado r de España Ulterior Asi-
por cinco años la· Galia Comata (es decir, toda la nio" Polión, reconcilió :a Antonio con Munacio Plan-
Galia transalpina menos la antigua provincia de la co, gobernado r de la Galia· Comata. Aislado .Décimo
Narbonens e} . Esto pareció inaceptable a los senado- Brut~ .uno de los vencedores de Módena, i~tentaba
res, que encargaron a los cónsules Hirdo y Pansa llegar a las costas de Iliria y Macedonia a través de
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los Alpes. Había de perecer en la aventura. Las pro- la misión de restaurar el Estado y asegurarle una
vincias occidentales formaban urt sólido bloq:ue, en- constitución viable. .
tre manos cesarianas precisamente, las de los hom- Las intrigas de los meses precedentes habían de-
bres que Octavio parecía haberse enajenado para jado demasiado rencor en los triunviros, y muy cla-
siempre por su campaña contra Antonio, al servicio ramente demostrado el peligro que constituía la opo-
del Senado. sición republicana, para que no intentaran que su
Por segunda vez, Octavio tomó la iniciativa y con- renacimiento fuese imposible en el futuro. Y em-
siguió ocupar un sitio entre los dos partidos. Al fren- pezaron las proscripciones . Ciento .treinta senadores
te de sus t::ropas decidió marchar. sobre Roma y rei- figuraron en las listas fatales para s~r ejecutados sin
.. vindicar el COf1lsulaqo. Legalmente no tenía ningún juicio. Gran número de- caballeros corrieron la mis--
derecho. Era demasiado .joven ·para llegar a la ma- · rna suerte. N o perecieron todos, pero los sobrevivien-

gisttat.ura suprema .. Pero las tres legiones que el-Se- tes debieron esconderse, y pronto no subsistió en
nado intento oponerle se pasaron a su lado, sin com- Roma ningún n1ietnbro in'lportante de la facción
¡.1¡ bate. El pueblo .de Roma, tan fiel corno los .soldados republicana. El mismo Cicerón fue muerto cuando
. .'
:1 ;:¡ la men1oria del dios. César, elevó por unanimidad a den'lasiado tarde ya, trataba de huir.
n .
1 ·_ ·su ·herecki':G··~l:constilado,.d~ndole como -coleg{Pa un ·El 19 de enero del año ·42 fue proclamada: -o:fidal-
¡! 1 ••
,11.
¡· ¡
tal Q. Pedio, honibre sin -anibiciones,' que no podría' nlente la divinidad de· César, desde. ;hada tie1npo
1'!
¡: 1 -hacerle sombra ni trabado .
en su .acción.
J.. '
Esa jorna- reconocida por el pueblo. Se decidió que construirían
li da del 19 -de agosto del ano 4 3, con t~:"a lo ·espera- .un templo en el Foro romano, en .el sitio de la ho ..
¡¡ do, había volcado la situación, una vez más, en fa- guera en que ·habían que-mado el cadáv~r del die-·
'i
111' vor de Octavio: entre los gobernadores rebeldes del tador. Hai?ía llegado el momento de veng~r ~César.
11
1 Oeste y los asesinos de César, a quien unos meses Era de nuevo la guerra civil; de nuevo el conflicto
ante·s había jurado solemnemente vengar, se había
1
:1
1~
entre los republicanos, apoyados en las provincias
asegurado con su golpe de Estado una posición más orientales, y los cesarianos, dueños de Italia y de
fuerte que .ninguno de ellos, puesto que en su todo el Occidente. La batalla se empeñó el 23 de
persona parecía haberse r~fugiado otra vez la le- octubre en Filipos, Macedonia. Quedó indecisa. Tác-
galidad. . .. . · ticamente, hubo ventaja para los republicanos, pero
. El primer acto del nuevo cónsul fue hacer conde- . Casio, debido a un error, creyó. que todo estaba per:..
nar por ~n tribunal regular· a los matadores de su dido y se suicidó. Tres semanas ·después, Br1¡1to se
padre.; luego partió hacia el ,Norte, para una e-ntre~ resolvió a una nueva tentativa, y esta vez concluyó
vista con Antonio. Y cer~a de Bolonia se estableció en un desastre. Casi todos los grandes personajes con
entre Antonio, Lépido y él, el Segundo Triunvirato. que contaba la ari~tocracia romana cayeron en esa
A dife~encia del que antes uniera secretamente a jornada. Era el fin de la virtus republicana: "'Vir-
César, Pompeyo y Craso, este nuevo triunvirato tud, no eres más que un nombre", parece que dijo
constituía una rnagist_ratura oficial, aunque· de éx- Bruto al suicidarse. Y su rencor rto 'se dirigía tanto
cepción. Los. tres asociados se atribuían a sí mismos '' Antonio, que había sido su amigo· y de quien
20 21
:i
:!
esperólt a pesar de todo, la salvación de I.a Rep~bli­ Mientras tanto) en Occidente, Octavio se dedi-
ca, sino a Octa·vio, el despi~u.J.uJo vengaaor, an~~a- caba a tareas .necesarias pero ingratas. Le incumbía
do por el espíritu de César. • . • 1 recompensar a los soldados de las veintiocho legio-
Cierto es que Octavio no habla bnllaao e~ a ~es que habían combatido en Filipos y distribuirles
:<!cdón. Se murmuraba que en el curso de la prin1~­ tierras en Italia. Dieciocho ciudades italianas vieron
ra jornada· debió su salvación perso.nal a una fehz su territorio repartido entre los veteranos. De todas
ero por más que la g!ona fuera de An- partes se elevaron quejas. Delegaciones de campesi-
casualidad ' P · El t ccr
tonio los provechos serían para 0 ctaviO. . er nos desposeídos afluyeron a Roma, y Octavio debió
• :J. L' "do había permanecido en Itaha: en prometer atenuaciones, medidas particulares de cle-
tnunv.aro, epi ' 1 no
adelante no se tendrá mayormente en. ':uenta e . ntencia, que solo co.Q.siguieron indisponer a todos.·
haber estado presente en la .hora deCISiVa. Anton:t ' De los dramas· que se desarrollaron entonces, tene-
partió para Oriente, y Octavio quedó encargado e .mos un eco en. los versos de ·un poeta que fue la
gobernar a Italia. ~~revelaciónu de los años posteriores a la batalla de
Filipes. El cqcisalpinoj>» Virgilio, que después de es-
De los dos compañeros que quedaban enfrent~­ cribir ensayos poéticos --de cuya trasmisión hasta
dos Antonio era el que conservaba mayor_ pr·estl- nosotros no hay certeza en ningún caso-- cantó a
gio: En él recaía la realizad?~, del gran sueno cesa- erincipios del año 42, antes de la batalla de Filipos11
riano: conducir una exped!cton co?tr~ lo~ partos la .apoteosis de César, bajo la graciosa alegoría del"
y conquistar definitivamen te el Asaa .1nter1~~·
uerra se imponía en primer lugar por u? de er -e
Eda :1 héroe siciliano. Dafnis, imaginó poner en escena; en
piezas campestres inspiradas en el idilio siciliano y
g iedad. Había que vengar el des~~tre sufnd~ antano .alejandrino,. y bajo la figura de pastores compatrio-
~n. Carras por Craso. Pero tambaen cl,la ~eb.aa reno- tas suyos, a los propietarios desposeídos. Quizá fuera
var la gran aventura que, desde haca a saglos, ator-. él mismo víctima de las confiscaciones . Es posible
mentaba las imagina~iones romanas: aqu~Ua marcha que hubiese perdido su propiedad familiar de Man-
triunfal que condujera a Alejandro hasta la.s ~uertas tua. Al menos, sus biógrafos antiguos así lo afirman,
de la India. Toda penetración profunda en As~a evo- pero con tantas contradiccione s que su testimonio
caba además la t=;popeya de Dionisos, conquistador es sospechoso y puede que se trate solo de una nove~
de la India, y no es de asonlbra.r q~e~ apenas llega- la biográfica extraída c;le los poemas.. Sea como fuere!t
. . on.enta
do a Jas p.rOV1DC13S · 1es, A-tonao se rnrodamara Virgilio ha presentado la imagen inmortal de aque~
aa. • }
el nNuevo Dionisos". Había rec1btdo en TarS? a a Hos aldeanos que, obligados a abandonar sús tierras,
reina Cleopatra, convocada ante él como prtnc~sa arrean ante ellos, a la ventura,. sus rebaños de ove-
vasalla, que se presentó con toda su ?ompa d~ rea.na jas y de cabras y, para colmo, se ven compelidos a
..... . . dad. Olvidando a su mu;er, Fulv!a, que dejar a algún soldadote las cosechas n1aduras y las
y d e ulVlDi • Cle pat:ra a
permaneció en. Italia, AntoniO s•gut? a~
4 • ..

o ..ll .l 41 viñas amorosamente injertadas. Sin embargo~ no to-


Alejandría y pasó junto a ella el anv11erno ue do es igualmente so:m.b.d.o en ese cuadro de las Bucó-
al 40. licas. Si la novena es desalentadora, la primera 10 al
22 23
su d~eño del tuar. e imp ide el abas tecim iento de la pe-
cont rario , invi ta a los itali anos a_ que depo siten n tnsu la. Las ctud ades de Itali a cent ral de Etru
ria
conf ianz a en Octa vio: 'I'íti ro ha ido a Rom a, ha
de Umb ,ría y de ~a Sabi na, cuya arist oc'ra cia
Y. cuy~
pres enta do su súpl ica al jove n héro e, y éste le ha por las
nti- burgu~st~ han stdo dura men te cast igad as
cont esta do al mod o de un dios orac ular : uCo P.r?scnp~lO.t:tes y las conf iscac ione s, tem en la
revo lu-
tros
nuad , hijos , com o anta ño, apac enta ndo vues cton soct al que los triun viro s está n lléva ndo
a cabo
tros toro s.', Títi ro
buey es y haci endo repr oduc ir vues a ':ost a de ellas . Asin io Poli ón, al fren te de siete
ca un
vu·el ve tran quil izad o, y, en reco mpe nsa, dedi legio nes, ~cupa la Cisa lpin a por cuen ta de Anto
nio.
en la
cult o a su salv ador . Doc e vece s, cada año, L. Anto nto,_ estim ando que ha llega do el mom
ento
un sacr ifici o
fiest a de los Lare s dom ésti'c os, ofre cerá d~ obra r y hbr~rse de Octa vio, subl eva a los _pro vin-
ólica
a la divi nida d de · Octa vio. Esa prim era Buc ct~nos. Y se atrtn cher a en Peru sa. Si las
legio nes de
un cult o a Oct a-
mar ca para noso tr_os la apar ición de C1sal~tna se 1~ unen , el fin d~ Octa vio ha llega
do.
ilde s
vio. N o es la prin 1era vez que se veía a los hum Pero este cons tgue n~eva~~nte salir de ese mal
paso .
hoga r.,
hon rar a un «<sa lvado r" entr e los diose s del Ayu dado P?r el gent o nuh tar de Agr ipa, frus tra el
la c.on -
y en eso no habí a nada que pudi ese ofen der plan del cons ul, lleva vigo rosa men te el ased
io de
hom -
cien cia relig iosa de los cont emp orán eos: cada Peru~a, a la que torn a y saqu ea a prin cipio s ·del año
bre pose e en sí un elem ento divi no, su geni us, in- ame n-
geni us 40, stn que Poli ón· haya . podi do (o verd ader
. rnan ente a su ser y a su vida mism a. A ese te haya quer ido) soco rrer a la· ciud ad. Octa
vio es
ifi- ·
se dirig en las orac ione s y las ofre ndas ; los sacr de n,ue vo seño r de Itali a.
vi-
cios tien en la fina lidad de con1 unic arle acre cida De?~a ese éxito , sin dud a, a su habi lida d de
di-
gene_-
"tali dad y efica cia. La prác tica era bast ante p~~mattco., a su espí~itu 4e deci sión , pero quiz á tam -
vos, o .sea
ral entr e pleb eyos , liber tos y aun escla bien a 1~ repu gnan cia, cada vez may or, que las
tro-
mat e-
entr e todo s los que vivía~ en la depe nden cia pas man ifest aban ante una posi ble rean udac ión
de la
r, de un seño r
rial y espi ritua l de un patr onus , es deci gu<: rra civil . Los vete rano s, bien man teni dos, solo
se ha
y de un prot ecto r al mism o tien1 po. Octa vio aspt raba n a la paz. Cua ndo , a fines del vera no
del 40
tien e
cons "':itu ido en patr onus de Títi ro, así com o An~onio? avis ado de la situa ción , quis o pene trar eC:
cam pesi -
la amb ició n de llega r a ser el de todo s los I:ah a al fre~~e de un ejérc ito, los habi tant es de
Brin -
nos itali anos . la entr ada al puer -
lica; dts (Bru ndts tum ), le proh ibier on
Pero es muy prob able que la prin 1era Bucó to Y el acce so a la ciud ad. Sin dud a lo hací an
men os
pri-
al n1en os tal cual la cono cem os, no sea de los por devo ción a Octa vio que por cans anci o
de la
eras
mero s mese s del 41 ni del tiem po de las prim guer ra. Itali a espe raba un salv ador .
salva dor-
conf iscac ione s. Octa vio, ento nces , no es el . E~ esas cond icion es se abri eron en Brin dis
nego -
y el
sino el verd ugo de los prop ietar ios· de tierr as, ctaca ones entr e ~ecenas y Poli ón; el prim ero repr e-
herm ano del
desc onte nto cund e. L. Anto nio, el ~entaba a Oct avw y el segu ndo a Ant onio .
Y el 5
hos-
triun viro , ejerc e. el cons ulad o y es secr etam ente o 6 •de octu bre se conc luyó una paz entr e
amb os
til a Octa vio. part tdos . Com o la prim era muj er de Ant onio
, Fui-
es
Sext o Pom peyo , el hijo del venc ido de Fars alia,
25
l4
''lia, babia nnterto (había azuzado mucho a su cuñ~­ La identidad del niño sigue siendo incierta. Algu-
do, L. Antonio, a que t01nara _las armas~ y penegu_aa nos historiadores creen que·se trataba de un hijo de
con odio a Octavio), Anton1~ desposo ~ ?ctav1ot~ Polión, muerto a const edad. Otros estiman que solo
hermana de Octavio. Éste habaa de permu:u ~ A.n- podía tratarse de un hijo de An_tonio, pues el naci-
tonio el reclutamiento de legiones en el s~elo atab~­ rniento que se anticipaba no tendría su significación
no: ambos se repartían el mundo. ~ntonto t~ndna sino simbolizando la indisoluble union de los dos
las manos libres en Oriente, Octav1o en Occ&dente. señores del mundo: ¿ r1o estaban acaso encarnadas en
Un río de Albania,. el Drin, fornaaba la frontera q~e Antonio y Octaviat las dos umitades• 9 del cesarismo,
separaba sus zonas de influencia. En cuanto a Le- cuya unión daría al mundo, por fin, el salvador e$-
pido obtenía el África. perado? Octavia:. en efecto, tendrá aJ año siguiente
E;,. Italia~ el pacto de Brind~s ~~areció como el un hijo de Antonio, pero, en lugar del varón espe-
comienzo de una era de paz. Vugslto compone es:- ¡·ado, será Antonia la mayor, futura abuela de Ne-
tonces la más célebre y, hasta nuestros días, la mas rón. Sea como fuere$ poco importa la identidad del
misteriosa de sus Églogas:~ que él ~edica al cónsul Po- niño cantado por VirgiHo. puesto que será el testigo
lión, cuya entrada en el cargo había sido retrasada y no el autor de los acontecimientos maravillosos
hasta la conclusión de la paz. El poema canta a un que transformarán al mundo 1• En esa l:.gloga lV
niño que está por nacer~ o acaba de nacer (~as pa- Virgilio no hacia n1ás que dar expresión eterna a
labras del poeta son intencionadamente an'lbtguas)" las aspiraciones y creencias difusas que se abrían
y que será testigo de la felicidad nuevamente halla- paso a su alrededor. En el año 43 se habian acuñado
da. Poco a poco muestra al universo q':'e rehace? en 1nonedas que _anunciaban el retorno de la edad de
sentido inverso~' el camino que lo conduJo ~e la dacha oro. Astr~logos y filósofos estaban de acuerdo en
primitiva a las desdichas de hoy. Los cnmenes de predecir un próximo rejuvenecimiento del mundo.
Ja edad de hierro desaparecerán. La única guerra que Carcopino ha insistido con justeza en el carácter ge-
subsistirá solo será una expedición lejana, un~ n~eva neral de esas aspiraciones al final de la República.
"'guerra de Troya u, don~e ~~s héroes se haran Alus- Afirmaciones de origen pitagórico haHaban cabida
tres. Es imposible que V ug1ho no pe~sara en el es- en creencias propias del arte augural etrusco. Se pen-
pejismo de Alejandro:. ¿no fue el pr~mer acto d~1 saba comúnmente que la vida del universo estaba
conquistador 1nacedomo sah:u:!a.r » en ~~erra troy<ula: sometida a u.n ritmo periódico, que se inscribía en
la tumba de Aquiles? Y cuando el nu1o crezca ~era el interior de un ugra.n aiio"', definido por el re-
la edad de oro. Los mares· dejarán de ser re~t;i'ndos torno de los astros a su posición iniciaL Y el "'gran
por los mercaderes ávidos y los surcos se abnran .por año'~" estaba dividido en umeses .. de duración varia-
si mismos a las cosechas. El poeta c~ncede tre1nta
af1os pa:ra que vuelva ese siglo bendato -:-la edad
que el niño necesita para llegar a la~ ~~~g1strat~ra~ . 1 Elproblema ha sido uaudo en paru:iculu po.r J. CAz;.-
c.:o~u·ro,
Virgile el le mystev-e de la JVe Églogutf', Pnis, 1945.
supremas-. Pero, desde~.ahora, la ~ea~.._¡d.ad ~e:apa · Carcopino conduye en favor d.d joven Pallón Saloni.no. se-
rece en la tierra, y es el :í.!.n de los 3:no::;; so.mbno;s. . gundo hijo del !-eg:1do d,¡; Ant:on¡o.

2.7
ble según las tradiciones . La opinión n1ás común dora. Por un instante, en el curso del año siguiente,
asimilaba esos umeses" siderales y los saec·ula de. los Oct~;io tuvo la. esp~ranza de atraer a Pompeyo
adivinos etruscos, es decir, el período de tiempo bas- :asoc1andolo al_ tnunv1rato , pero era un aliado poco
tante largo para contener la más prolongada vida seguro, demastado orgulloso de su independen cia y
humana (máximo generalmen te estimado en ciento Octavio hubo de volver pronto a la lucha po/la
diez años) . El final de un saecul1t1n estaba indicado liberta~ de los mares. El asunto fue mal llevado y
por un prodigio; se producía cuando moría el últi- condujo.~ u-? desastre para Octavio. Se pidió ayuda
mo humano llegado al mundo desde que el ccsiglo'} a _Antomo. Este fue a Tarento, en la primavera del
había comenzado , y los dioses enteraban del acon-· ano 37; hubo ahí negociacion es difíciles. 1\tlecenas
tecimiento a los iniciados por medio de algún fenó- :st:a~a presente. Había llegado de Roma, en peque-
meno extraordina rio. Ahora bien: en Roma el final nas JOr~a~~s, acompa-?ad o por varios amigos, entre
de cada uno de esos .. siglos, y el principio del si- dios Vtrg1ho y Horac10. Éste puso en verso el relato
guiente se celebraban con ceremonias solemnes, lla- del viaje en una sátira que se ha conservado . En
madas j'u.egos seculares. Éstos se celebraron hasta el dla percibimos lo que podía ser entonces la vida a1-
año 149 a. C. Luego siguieron, tres años después~ r~d~dor de Octavio. La descripción de Horado deja
la victoria definitiva de Roma sobre Cartago, la s:n d~~a, de propósito, la impresión de una gran
pacificació n de España y el fin de la Liga Aque~, Y s1mphc1dad . Se ~onforman con viviendas modestas·
asimismo de la Grecia libre. Y durante unos ve1nte cocina vulgar; se ríen mucho de las chanzas, alg~
años Roma conoció una paz interior que nada per- esperadas, de un payaso de .pueblo. Nada recuerda
turbó. Todos esos recuerdos explican que los con- . que se trata del cortejo de un gran señor, dueño del
temporáne os de Virgilio esperaran· con impacienci a mundo. Pero, sobre todo, la intención evidente del
el final de aquel usiglo" cuyo comienzo había sido poeta es insistir en la gran amistad que une a aque-
tan herp}OSO y cuyo 'fin aparecía señalado por tan-
·'.·
llos ~uenos ~ompañeros. ¿Cómo entre mala gente
tos horróres. Creían sinceramen te en la virtud rege- podrían manifestars e sentin1iento s tan verdaderos y
neradora del rito que se preparaban a celebrar. y he nobles?. Ya ad~vinamos lo que será una de las gran-
aquí que, al término del centésimo noveno año, lle- des prcocupacw nes de Augusto: evitar a t:oda costa
gaba la paz tan deseada, la reconciliac ión de los dos el fasto y el lujo privado, seguir fiel al viejo ideal
hombres cuya discordia hubiese acarr.eado tantos romano de simplicidad y economía. El relato del
sufrimient os a toda la humanidad . uvia.je a Brindis" (pues antes de· ir a Tarento los
Desg.raciadam~nte, la paz de Brindis no bastó para ..diplomáti cos" y su escolta se ·detuvieron en Brindis)
resolver como por milagro las dificultade s en que constituye así para nosotros un. precioso testimonio :
se debatía el mundo. El hijo de Pornpeyo, Sexto, la primera aparición de un tema dominante en la
que seguía en udisidencia~· desde la victoria de Cé- p;opagand a del régimen. Esa afectación de simpli-
sar, era dueño del mar y col}tinuaba provocand o el cidad es tanto n1ás notable cuanto que contrasta vi-
hambre en Italia .}lasta el punto de que; en el mes van'lentc con el aparato casi real de que se rodeaba
de ·noviembre , la plebe romana se mostró amenaza- Antonio en Asia.
29
28
En las negoc iacion es de Ta~ren.to se decid ió que el popul ar -ta.n to la de la plebe urban a corno la de
ttriun virato seria prorro gado hasta el año 33, o _sea. la burg~esía de los muni cipio s- seguía siendo un ·
:facto r Am_portante. Anton io había cedid o impru -
por- un quinq uenio pleno . Anton io cedía a su cole-
ga. ciento ~·€einte buque s. Luego volvió a march ar a de.nteme~t:e al espeji smo de las avent uras lejana s.
Orien te, para termi nar los interr umpi dos prepa ra- Y paga n: dura~ente el .haber recog ido la parte de
tivos de su exped ición contr a los parto s, por el lia- la herenc 1a cesan ana, que Augu sto recha zó hasta e]
cabo de su reinad o.
tnado de Octav lo. Éste decid ió acaba !' de una vez
con Sexto Pomp eyo. Agrip a adiest ró sever amen te a
_La exped ición contr a los parto s, empre ndida en he
las tripul acion es y mand ó const ruir 11 espec ialme nte, prtma vera del 36, termi nó en u.n fracas o. Anton io
espera ba penet rar en el imper io parto pasan do por
un puert o en el lago Lucri no" en la costa napol ita-
na, 31 abrigo de las incurs iones enemi gas.. Luego , en el Norte Y .el país de los medo s. Sus tropa s entra ron
el n"les de julio del )6, las fuerza s de Octav io inva- en A:_rm':n1a, pero ésta se suble vó y sus lineas de co-
dieron SiciiiaJ princi pal punto de apoyo de Pomp e- munu :ac¡on es queda ron amena zadas . De"bió retira rse..
yo. El 3 de septie mbre Agrip a alcan zó una victor ia ~a tan ~sperada marc~a triunf al termi nó en derro ta.
decisi va en N auloco . Sexto Pomp eyo huyó a Orien - qr ~as que Anton io se vengó · de los armeo ios y
te, donde a poco pereci ó. Octav io se había asegu ra- r~duJ~ su p~ís a provi ncia, ya ni se habla ba de inva-
do el se&iorio de los mares . Los trigos de Sicilia y de du· el1~peno pa~to. Peque ño consu elo era saber que
Áfric a volvie ron a afluir a la capita l. Lépid o, que tnton 1o mante nta relaci ones cordia les con el rey de
un instan te trató de opone rse a la acció n de Oc:ta.vio~ os ~edos hasta. el punto de despo sar a su propi o hijo,
íue despo jado de su poder triunv iral y envia do en ~~eJa.ndro !"feho s, que tu"·o de Cleop atra. con · Ja
reside ncia vigilad~ a Circei~ en los limite s del Lacio . ~1 J"' de aque t Las fron~eras del Imper io se hallab an.,
5 !'1 du~a,. ga.ran tizada s ·dte ese modo , pero los
1 éxitos
Pero Octav io, respet uoso del derec ho religio so, no le brillo de las victor ias y a
retiró su titulo de $Umo pontí fice, que se con:fe ría
d1plom atu:o:s no tienen el
de por vida.· una pr~pagand~ m~liciíom le fue fácil prete nde; que
Lenta mente , la balan za de las fuerza s, que en Anton no se entre8.:.'!~a ;a las delici as del Orien te, obra-
ba co~o rey y olv.Jdab:aA q-ue era roman o.
tiemp os de la paz de Brind is parec ía inclin arse en
favor de Anton io, se restab lecía en benef icio de , Prects ame:n te hacia aquel la época Octav io obte-
Octav io. El presti gio de victor ias orient ales nunca nla, en las fronte ras italian as, la gloria milita r que
bastó para asegu rar una popul aridad durad era a se le e::cap aba a Anton io.. Pacifi có varias tribus de
ningú n jefe roman o. En el pasado~ Sita, Lúculo~ montan~ses al norte de los países ilirios , afirm ando
Pomp eyo, vieron decre cer su autor idad a medid a la _segu ndad de las costas dálma tas. Era un éxito Ji-
que se prolo ngaba su alejam iento. Lo mism o le ocu- rutado~ pero obten ido en las puert as mism as de Ita-
la, lo cual 1? hacía más signif icativ o.
J.'rtÓ a Anton ioo Aun suspe ndido el juego ordin ario
de las magis tratur as, cuand o ya no existí a ningu na . ~ D_esde el tJJ.e~po de las ,proscripciones~ Octav io ha-
vida políti ca libre, en Italia y en Roma residí a sin ~:aa c~mpren(b.do que> por medio de confisc!P1clon~s
emba rgo la fuent e de toda autor idad. La opinió n ) repart os de tierra s le era posib1 e cr.e~r, en b mis:m~

){1¡
Itali a, una burg uesí a nuev a en que apoy ar su ~taliana, mad re y nodr iza de aque lla ltali ca pube s,
po- JUV entu ? llega da de todo s los hori zont es italia
pula rida d de mod o dura dero . Para asen tar una nos»
ver- que hab1 a hech o la fuer za de las legio nes y conq
dade ra auto rida d no bast aban las acla mac ione uis-
s· in- tada un Imp erio para Rom a.
cons tant es de la pleb e urba na devo ta de los man
es Se repi~e de~as!ado a menuc::;lo que la inte nció
de Césa r. Los reve ses sufr idos en la luch a cont n
ra de ?c~avto, al c!nv ttar a Virg ilio a que escr ibier
Sext o Pom peyo y sus pira tas, ·las dific ultad es a las
que Geor g1ca s, era prom over la agri cult ura" e inci tar
acar rear on en el abas tecim iento , el alza de los a
pre- los rom anos a que volv ieran a las ocup acio nes de
cios y la esca sez de ví vere s,ha bían prov ocad o. sus
mo- ante pasa dos: un poet a, aun geni al, pued e difíc
tines en vari as ocas ione s y rnos trad o el pelig ro il-
de
~poyarse excl usiv a1ne nte en el popu lach o. Hab ía que tnen te luch ar con tra una evol ució n econ ómi ca
co-
~mpliar a toda cost a las base s del nuev o régi men nle~zada hace siglo s. Los lati/ ttnd ia, que
cons tituí an
, Y· la r19-u~za de los arist ócra tas rom anos al fina l de
com o. los sobr eviv iente s de las gran des fami lias man
~ Rep~bhc~, ahog aban poco a poco a
la
tení an con obst inac ión su enoj o haci a Octavio~ los pequ eños
éste prop1etaru~s, rem plaz ando los triga les
se volv ió .had a la burg uesí a de las pequ eñas dud por past iza-
a- les, de mas fáci l expl otac ión. No se pod ía
,.. des itali anas . obra r
La guer ra. de Peru sa cons tituy ó. una s~ria adve ~bre la econo~ía itali ana sino divi dien do aque
r- llas
. tenc ia y prob ó que no toda s las ciud ades de prov Inm ensa s prop teda des. Por dive rsas razo nes --en
in- tre
cias esta ban de part e del triun viro , pero éste dlas , !a n~ces1dad. de reco nstit uir una arist ocra cia
espe - se..:
raba q.ue la prom esa hec~a a Títi ro (sob re todp nato r1al rtc~ en bien es raíce s, y la de aseg urar se
más
si t~rde adhe sion es, grac ias a los desp ojos
iba segu ida de. efec to) acab aría por esfu mar el de los ven-
re-
cuer do dé l~s desd icha s pasa das. SobF e la ruin ctd os- Oc~avio no q uecí a o no pod ía hace rlo.
Pero
a de I~ q~e pod1 a un poet a era devo lver
las olig arqu ías mun icipa les, clicn tas tradi cion ales. el sent ido de
de dagn~d~d a la burg uesí a. prov inci ana
los gran des seño res rom anos , se leva ntab a una que aún so-
clas e· breV lVIa ; era, sobr e todo , reco ncili ar a Itali a
med ia de dom inio s sin dud a más m.od estos y de con
re- .
curs os m_ás limi tado s, pero que pern1.a.n~cía más Rom a; En los mun icip ios los anci anos reco rdab
an
sóli- _. tod~via la gran guer ra que a. prin cipio
dam ente arra igad a á esa cierr a que cons tituí s del siglo
a· su
únic o med io de exis tenc ia. Esa clase se vio engr habt a !lev ado a los it~lianos subl evad os a enfr
osad a enta r
con los vete rano s de Filip os. Y más tard e, cuan las legiO nes: El sent imie nto de un patr iotis mo
do loca l
Octa vio tuvo que reco tnpe nsar a nuev os sold ados no se habí a exti ngu ido aún en Um bría en Luc
ania
abst~vo juici osam ente de proc eder . a nuev as conf is-
, se en Sabi na, ~n ~tru~iaó Y no es de segu ;o casu alida
d
caci ones en Itali a, y fue a busc ar en las otra s que las Geo rgtc as, Insp irada s por Mec enas unie
pro- ran
vinc ias con qué satis face rlos. Fue tam bién el en un mism o elog io a todo s los hom bres ~ue cult
mo- i-
men to en que Mec enas enca rgó a Virg ilio que vaba n el suel o de .la pení nsul a. Los cam pesi nos
pusi era una epop eya rústi ca en la cu:a.I cant ara
com - l~_bradores, trab ajad ores libre s o escla vos, no oi~ían los
no Sin dud a. ellos mism os la voz del poet a, pero
solo la nobl eza de los traba .jos agríc olas . y de la sus
vida seño res dare ctos, en las ccviUasu rústi cas, no pod
en los cam pos, sino tam bién la gr~ndeza de la
ti~rra ían
32
deja r de ser sensi bles. a ese hom enaj e. Las Gt"órgi~·,
;s
naci eron cier tame nte muc ho por quit ar a los prov
an-
c;:ianos de Itali a el sent imie nto de que eran ninf
erio -
re!!~· a ula . plebe· -de. Rom a, pue$tO que uno .de eUm~
el man tuan o Virg i1io, proc lama ba,. con· Ja apro
ba-
ción ofic ial de Octavio~ su p.-ee mine ncia mór al 11
gran deza y la nobl eza· de ·su vida . Y ~ay cier tame
la
nte
~lguna verd ad en la afirm ació n insc rita más tard e
por Aug usto en su testa~ento polí tico : ..Itali a
en-
tera me pres tó jura men to, en un imp ulso espo ntá-
neo, y n1e recla mó com o jefe _en la guer ra que
term inó con la victo ria de Acc io•.,

Su polí tica itali ana no had a olvi dar a Octa vio. que
era igua lmen te nece sario man tene r su pop ulan
dad
en la capi tal. En la here ncia de Césa r figu raba
un
vast o· prog ram a de· ,obra s públ icas. El prop ósito
del
dict ador era u mod erni zar u a Rom a y dota rla
de
mon ume ntos públ icos com para bles ·con los de
las
gran des capi tales hele nísti cas. El viejo 'For o rom
ano
estab a ates tado de esta tuas y de sant uari os
vene -
rable s que era i-mp osibl e trasl adar . Era dem asia
do
estre cho para bs nece sidad es de la vida judi dal
Y
tamb ién, para abri gar los ocio s de la pleb e. Ya
en
46, Césa r dedi có un nuev o Foro , situa do al
pie del
Cap itoli o.. Era un :reci nto de pórt icos cons truid
o al-
rede dor del temp lo de Ven us Gen ctrix . Ahí se
re-
unía n los hmn bres de nego cios , prin cipa lmen te
los
carn bista s y los banq uero s. Césa r habí a proy ecta
do
tamb ién leva ntar un teatr o, al sur dei Cap itoli
o, en
un luga r simé tl"ic o de-s u Foro . Octa vio term inó
éstc:r
pero post ergó la cons truc ción del teatr o. Tam
~oco
sigu ió con otro proyecto~ verd ader ame nte gran d1os
o,.
que cons istía en desv iar el curs o del Tíb er haci
a un
lech o artif icial ·que cava rían a lo larg o de las
co-
linas vatic anas . Asi hubi eran ane] tado a la ciud
ad
Dura nte el mism o períod o, Octav io proce dió a liarem os ya sus ecos en las Bucól icas. Sea como fuere,
1·esta uracio nes que se había n hecho urgen tes: la d~ despu és del 36, Octav io unió su fortu na a la de
la Villa P-ublica, en. el Camp o de Marte , donde se A:Po!o~·S;, ent.re g? a la ta~e~ de contr olar las upre-
~lojaban cierta s diputa cione s llegad as de. l~s provi n- dtccto nes atr1bu 1das a la Stb1la de Cuma s, sacerd oti-
cias y donde se instal aban a veces servtc 1os depen - sa del dios. Ento~ces circul aba gran nú-me ro de ellas,
diente s de] ejérci to. Tamb ién fue restau rado el a~gunas de las cuales había n sido acogid as oficia l-
teatro de Pomp eyo, así como una de las~ ~randes ~~­ mente . en los libros sibilin os que, coloca dos bajo la
~ílicas del viejo Foro roman o, la basth ca Emll.l:a· guard ta de un colegi o . especi al de sacerd otes solo
Pero la constr -ucció n más impo rtante que a la sazon consu ltaban por orden del Senad o. Octav io se'agre-
se ex11prcndió revela las intenc iones secret as de Oc-· gó a ese colegi o. y decíd ió depos itar los libros sibili-
tavio. nos en el futur o santu ario de Apolo que estaba cons- .
En el año 36, luego de la victor ia obten ida so- truJ:e ndo en el Palati no. Así era dueño de pub]i car
bre Sexto Pomp eyo, Octav io prome tió sole~~emente o de ~aliar t.al o cual de esas profe cías, según le fue-
a Apolo que le levan taría un templ o magn dtco en el ra mas o meno s venta josa, y de ejerce r una acción
Palati no. Hasta enton ces ese dios, que conse rva\?a ~bre las co~rientes místic as de la opinió n. Esas nie.-
su carác ter helén ico, no había sido admit ido en el dlda~ so~. ev~?entemente comp lemen tarias de las que
interi or del pomc rium, espaci o límite sagra do de la Agnp a ·tomo duran te su edilid ad en el 3 3 contr a
ciuda d. Como todas las divini dades extran jeras, te- todos los astról o$os y mago s, a quien es fue prohi bi-
nía que confo rmars e con santu arios situad os fuera da la perma nenci a en la ciuda d. Octav io fiel a su
de ese cerco vener able: Octav io, introd ucién dolo en prime ra políti ca, estim aba ser el único intérp rete de
el coraz ón mism o de la ciuda d, sobre la colina dond~, la volun tad de los dioses y desco nfiaba del peligr o
se decía , Rómu lo había tomad o los prime ros·au spt- que· para él repres entab a la presen cia en Roma de
- .
dos en el mome nto de la funda ción, s~ permt taa , una infini dad de ~di~inos cuyas predic cione s podía n
una
innov ación que rozab a el escándal~. Pe~o Apolo . era ser un arma precio sa en mano s de los oposit ores.
s1t dios. Circu laba en Roma una htstor Ja marav illo-
sa. Asegu rábas e que un día Atia se había unido al Con el año 33 termi naba el triunv irato y, teóri-
dios en el templ o de éste en el Catnp o de Marte .Y c::'me nte, el poder volví a a los magis trados ordin a-
que Octav io había nacid o de aquel abraz o. Octa': 10 rios. Los dos c::óns~les, desde ha~ía tiemp o design a-
no hada nada por disipa r la leyen da. Al contr ano, dos, eran partid arios de Anton io. Uno de ellos· en
en un banqu ete (priva do,. es cierto ) hasta había !a pri~era sesión del Senad o, se entreg ó a viole~tas
apare cido vestid o de Apolo . Es p?sibl e que el A~o1o Invec tivas contr a Octav io.. Este, como única res-
que Octav io invoc aba no ~uera stn? una form~ _re- pu~sta, pocos días despu és, penet ró en la sala de
juven ecida " del muy ant1g uo VeJov e (un Juptte r seSio~es con una escolt a armad a, impus o silenc io a
a•¡nfe rnal") , que era una divini dad fam~liar de los los co~sules, defen dió su propi a políti ca y atacó a
Julios . Ese pat_ro cinio apolín eo de <?cta~to rf?mo nta Anton 1o: ~Era un nuevo golpe de Estad o y como una
quizá s ~ los prime ros tiemp os del triunv trato, Y ha- .declar acion de guerr a. Los cónsu les salier on de Ro-

. 36 . 37
m~. ac:oll)'lpañados por más de tresci entos senad ores, y C'~ible, pero la impru denci a de Anton io había dado
...se pfése~~;aron ante Anton io. Octav io se con~entó pae a la_s peores cal:om nias. (Acas o no fue él quien "
.... ~.~9n:~~esignar otros dos cónsu les, que le era.n adictos~ :~ ~~ ~o 44, ·tenda ó a César li!t diade ma y tomó la
·, .~t.,t~:,su.i v"olun.tad había puest o fin al régim en del . •n•~·~~ll'lr.~ ,d~ . of~ecerle así el poder real? ,¡,Václbr ia
. . ' :::~t.iunvirato. No le queda ba más que pedir a las arm~s el mas~ ho~b!e e.n reivin dicarl a para él, en tantÓ
qu~ ya eJercua., JUnto . a "Cieo patra, ·todas ·las prenO - .
--~-"~~ decisión contr a Anton io.
· j__ &· aquel. _mom ento éste se encon traba en Éfeso , gatnra ! en ~nente? Igno.r amo$ sin·dud~ las verda...
.--~~~i:~nde. lo babia seguid o Cleop atra. Se hallab a ro- de:ras ~ntencaones de Anton io. La propa ganda de
Octav .ao Y sus amigo s ha in~erca)ado entre ellas ·
·n{.'~~do, como antañ o Pomp eyo, de una ~riUante co-
··.'i:~e en la que figura ban todos los grand es nomb res nosot ros como una p~ntaUa que las eculu 0 las de:
~~,d~· R~ma. A sus propi os partid arios se agreg aban los forma , pero es muy proba ble que el.t~iunviro, pr~
a·ep~licanos conve ncido s que había n huido de Octa - penso ~r natura leza a conce bir grand es designios_
vmt·'l-ero esa coalic ión carec ía de unida d. La prete n- : hab1a pasad o ~.n vano tanto s años en Orien te sa-
da .de Cleop atra indisp onía· a buen núme ro de los • r~ando la embn aguez de ser un dios. A la 0 inióa ·
~~eros de Anton io. pues sic. adivinab~. en. el u:al1ana se Je prese ntaba n imáge nes sorpr enlnt es•
· ···· amcmto de ~fao. qué panad o ubraa acu por un lad~ el nuevo Dioni sos y el cortej o de divim~
. . io de esa a
desdi chada drcun san.c ia: Anto nio dades monst ruosa s adora das a orilla s del Nilo· por el
.t.?flíb!ae limitado a ··mvin diear ellupl.r de
que le F - otro, el apolí? eo Octav io, el héroe lumin oso,'g aran-·
tefteieb en el Estado mma ao en vin;u!! las coa- t~ de los ,desttn os roman os. El comb ate que: se apl'o-
XJma .sera, nueva mente , el de los Olímp icos contr
a
v~ :mter iofts, naclie habria-~n.....aa clis- cia
los ,Giga ntes, la lucha del orden contr a la violen
aatid e d deRC ho de venp r su hono r.. Pei'O apare cía y e1 exceso . .
como ua ftfteg ado. y era fácil atribu ide los .-ú
ncsro s cl!esipios cont n 1\oma . Ocu.v io ao dejó de A fines del año 32 se decla raba oficia lment e la
~o.. Ence ndo de que 8 rival había depoa taclo guerr a a_ Cleop atra* No se tratab a d.e .Anto nio. No
m. ~to en. mano s de la v~ ·pudo .coao - -come nzaba una nueva guerr a civil, sino, ostens ible-
~to la liberta...~~ ·~
y ¡... ,... ,. zac!on
·cedo . y ··dio c;_.,.u. de que Antonio. no coatet mente , 1la cruza da . de u ... !>'tvliu
t-;,..;...a _..
coe -.~--~~,ea . avcw-~-~,1P.J
.• • O. f .. ,
.JI-~-- L.!•..f~¡;;
- ~·~~
a codt: a a barba rte y la esclav itud. I.>uede q 11e nadie

arnQD en
...
tenido •·~a~ ~-. qú~~---m~ .
Aléjaa\dda.;.~ ~- ~
públic as y se ~, a¡;.reg
. ... .
.
aron. nimoJ. U· ~~:. AB-
t:omo ya no era: ·AP<! ,u~:;_an~s:u~n.m.,.~. ro.a~..,
Cleo patn; iba a march ar ,~re·~~~ ~;;.,j~.,b
.
"••· se e Jase ex:nba ucar, pero no por eso dejab a de ci.r-cu-
~~r la cons1 gna. L~ lenta prepa ración inicia da intne-
J.ata~ente _despu es de los Idus de marzo llegab a
po.r f:_n a termm o: el hered ero de César no era y¡,¡¡
un senor qu~ tratab a de asegu rar su domin io .sobre
el mund o, Sino el camp eón envia do por los dio$!:S
en el Capit olio. La capiu l ~~ Imper io seda uans -
ferida ·a Aleja ndría . Italia nos y roman os se conft l"- para salvar a Roma y al Imoer io.
ri·r.ian en esclav os de quienesp hasta en.ton ces. había a El i~viern~ tr~?scturió enA pr.epa rativo s militares~
sido súbdi tos myos . Todo eso era. sin dutJa," apeaa s Anto nm habna fiJado su cuarte l gener al en Patras ,
Jt
as y
sobr e·el golf o de Cor into . Sus fuer zas ma.r ít:im Q de
terre stres cort aban la ruta de Orie nte. Más num ero- .tiva s de resis tenc ia de _An tonio en Egip to, y el 1
zas a~osto entr aba en AleJ andr ía. Ant onio se habí
a sui-
sas que las de su .adv ersa rio (sob re todo las fuer -
nava les), se com pon ían, com o anta ño las de Pom
- Cida do. Cleo patr a, amenaza.:.:a por Úcta vio con figu
de Octa vio r~r. en stt cor:t ejo triun fal, en Rom a, se hizo
volu n-
peyo , de elem ento s disp ares . Las. trop as mun do
eran sólid as y bien adie strad as. Las tripu lacio nes,
en tap~men~e ptc:t r por un áspi d. De nuev o.el
la luch a con tra medtterra~eo se halla ba ente ram ente unid o den tro
part icul ar, habí an sido prob adas en · ·
Sext o Pom peyo . · del Imp erio .
No esta mos exac tame nte info rma dos sobr e las es-
pri-
cara muz as ni l~s mov imie ntos que. ocup aron la
uno
mav era y el invi erno del 41. Solo sabe mos que,
paiia ban. a·
por uno , los nobl es rom anos que acom
Ant onio se pasa ron al ~nemigo. Pued e que la pro-
á
paga nda de Octa vio expl ique esa .dese rción ; quiz
es-.
se dier an cuen ta, poco a poco , de que su inte rés
-
taba en el otro cam po; tam bién es posi ble que com
era de·
pren dier an que una vict oria de Ant onio no
do.
ning ún ·mod o dese able .par a el porv enir .del mun
La bata lla deci siva se dio- en el mar , el 2 de sept iem-
l?re. Pare ce que buen a part e de la _flota de Ant onio
,o
no entr ó en acci ón, sea por torp eza, o por .trai ción
lla
por repu gnan cia a com bati r. Al fina l -de aque
bu-
jorn ada, Ant onio · cons igui ó huir con cuar enta
Ant o-
ques . Cleo patr a ya nave gaba haci a Egip to y
le-
nio la sigu ió. Poco s días desp ués capi tula ban sus
entr o nava l
gion es. Por sing ular casu alida d el encu
en
se prod ujo a la vista del prom onto rio de Acc io,
\.
•.

un sa:ri tuari o
.· Epir o, y en ese prom ont( )rio se alza ba
de Apo lo. El dios babi a cum plid o su prom esa.
Se nece sitó men os de un año para dete rmin ar la
ión
suer te de las prov incia s orien tales . Una conj urac
fom enta da en Itali a fue apla stad a por Mecenas~
Los ·
expu lsad os o
gobe rnad ores adic tos a Ant onio fuer on
él
se som etier on. Los reye s vasa llos insta lado s por
no
fuer on man teni dos en sus tron os. Dua::ante el vera
tent a-
del año sigu iente , Octa vio queb ró las últim as
40
41
preparaban el porvenir. Hemos dicho cómo se habi;¡¡
,.
impuesto la idea de su misión diviná: hijo de(~ffi.~s
1

c .•\.PÍTÜLo II
César, favorito de Apolo, había elegido para cel;f:...
EL PRINCIPADO ..<\.UGUSTAL
brar su triunfo de 29, los dia.s consagrados a la..
fiesta de Hér.cules, solicitando ·así el patrocinio del
héroe a quien sus utrabajosu habían valido la inmor- ,·
talidad. Al fundar gran núme.ro de colonias de ve-, ..
·teranos en Italia y e~ las provi~1ci:as, habb.$e atra!dq;:
. . por otra parte, numerosa clientela. ·Jefe victoriosa~
Interrumpida por un asesinatfl?• por q~inc.e año$ . · acumuló sobre si mismo los triunfas y la !!!1o.ria ·mi~
de guerras civiles y por;-· varios gólpes de Estado, la litar. Desde ningún punto de vis~a ·existi;, :en todo
tarea ·qu_e César se ha~ía impuesto al tomar el poder el Estado!l' quien pudiera comparárse~e, y la nu~ya
continuaba ip.acabáda en el momento en que Octa- (<constitución" había. de· teser. en éuenta es4f.. sitÚa-
vio pudo por 'fin~ celebrar, en agosto del 2 9' el triple ción de hecho. Es cu~ioso,. en efecto, .que ·oct~vio
triunfo <¡ue ponía término a la lucha contra Anto- ;amás haya emprendido la tarea de tr<ó\~ar b pri:o.ri
. nio. César· habia emprendido; al asumir la dictadura, los cuadros del régimen que tenia la int~nción de
una reorganización total del Estado romano.. Pero fundar. Aparentemente ·no le merecían. ninguna
no tuvo ·tiempo 4e realizar su programa~ cuyo pri- simpatía los teóricos· que, en. d pasado, había.n. ima-
mer punto c.omportaba". aparentem~nte, la. constitu- ginado constituciones utópicas. En eso se rev¡g}aba
ción. de un régimen monárquico. Roma no lo permi- romano; Lo que en realidad puede llamarse la· (~corAs­
tió. Pero los cclibertad.oJ;'eSU no supieron .restablecer t:ituciónu republicana no era más que un conjunto
la República, y con los años, a medida que !as pros- bast.ante poco coherente de leyes votadas en distintas
cripciones y las batallas ra!eab~n las filas del antiguo épocas, de las cu~les unas habian caído en ·de~so y
.Sénado11 era cada·vei más evidente que· la aristocra- otras habían sido poco a poco modificadas po.r la
cia tradicional no estaba ya en condiciones de volver. práctica. Su funcionamiento estaba asegurado por
a tomar sus responsabilldade.s de otrora, y el título tradiciones, designadas bastante vagamente· con el
que se habían dado los triunviros· (trilutz.·viri reip- nombr~ de mos ntsioru.m ( cos1;~mb.re de los antepa-
blit:~ i:'onstituenJae, es decir, poco: más .o. mengs: sados) y eran siempre modifi~bles. El espíritu con-
"'~triunviros con poder co.,nstituyente"') ~raducia Ja servador de los romanos iw concebía que pudieran
urgencia dei probl~ma constitucionat .una vez. ter:.. introducirSe!. ·c.;ambios radicales en prácticas probadas
ntinada la guerra;·oc.tavio ~nia por fin las manos por el uso y que el tiempo había mostrado qqg: agra-
a
libres para dar Roma lis instituciones que ésta re- daban a Jos dioses/ pero el sentido d~ las realidades
clamaba·, y podía preverse que no serían las de· mn- les adveitía tambi.én que esas. mismas práctia:as de-
taño. · J:,ian fatalme~te adaptarse~ bie,n o mal, a las· nuevas
~ D .

En el curso de los años .que precedieron a !a bata- .condiciones impuestas pór !os h~~bo~ Las instit~ao­
lla de Aedo ya había tomado varias ·medidas que nes romanas habían probado :·$0 planicidad en el
4~
42
curso de los siglos. De ellas recabará el nuevo señ~r sentaba la ventaja de conservarle el im perium pro-.
el armazón de su régimen. consular, y'il por lo tanto, un mando militar y la
Desde el golpe dé Estado del 3 1, Octavi'o había disposición de las legiones.
asumido el consulado ·año tras año. Era así presi- Durante cuatro años, del 27 al23, la autoridad de
dente del Senado y jefe supremo del Estado. Com- Augusto se asentó· legalmente sobre la reunión en
partía, por lo demás, esas prerrogativas con su cole- su persona del consulado y del imperium procoJrlSU-
ga, el segundo cónsul, pero éste, que le debía su la,r. Así .era dueño de la mayor parte del ejército, en
elección (o más bien su designación) , le era f<.'rzo- tanto que como uprocónsul,, y cónsul dirigía la
samente adicto. Jurídicamente, las atribuciones y las política exterior y la administración interior del Es-
:funciones legislativas y ejecutivas de los cónsúles no tado, según las opiniones del Senado (cuya convo-
se habían modificado. be hecho, la continuidad de catoria quedaba reservada a su iniciativa). Con1o
un mismo cónsul, año tras .año, transformaba esa cónsul; también, tenía autoridad sobre los demás
magistratura en un instrumento de poder personal.: tnagistrados y podía avocar a su propio tribunal
En tiempo de la' República, las provincias esta- . cuantos asuntos quisiera.
han administradas por gobernadores~ ex cónsules o Tales eran los poderes ulegalesu de Augusto a
ex pretores, investidós de .autoridad soberana, a la partir de enero· del 27. La uconstitución" mism,a no
vez civil y militar, llamada ~'~'imperium proconsu- había sido transformada. Consulado y proconsulado
laru~ Después del mes de enero del 27 a. C., en seguían siendo, jurídicamente, lo que siempre ha-
el ·momento en que le fue conferido el título de bían sido. Lo nuevo no era que un solo hombre
juntara en sus manos poderes que, habituahnente,
August1ts \ Octavio restableció ese sistema y de-
volvió ál Senado la gestión ·de todas las provincias, pertenecían a personajes diferentes -pues esa con-
salvo tres, España, G~lia y Siria, que se reservó centración no dejaba de tener ejemplos en el pa-
para él. -Erap: las tres provincias en que .se desarro- sado: no era nada extraño que un cónsul en ejerci-
llaban operaciones militares. España, insuficiente- cio fuera al mismo tiempo goberna~or de provincia,
mente pacificada', había sido du.rante los ~ños pre- aunque debiera hacerse representar en ésta por un
cedentes teatro de numerosas sublevaciones~ Lo mis- h1garteniente (legatus)-; la innovación (y la
mo ocurría con la Galia, ·donde además habría quizá anomalía) solo empezaban con la duración de esos.
:que hacer frente a incursiones bárbaras en· la fron- poderes, y sobre .todo la ·de ese consulado sin cesar
.·:tera del Ri:n. Por -6ltimo, Siria estaba bajo la per- renovado, puesto que los proconsulados tampoco
. pet.u1i amenaza de una invasión de los partos:~~ y la eran anuales, sino atribuidos por períodos variables.
opinión ;pública no" había abandonado aún la espe- E~ dia en que Augusto decidiera renunciar al consu-
ranz_a .de vengar_ la derrota de Craso. Se jus:tificaba, lado, la constitución republicana quedaría al mismo
pues; ""arrJpliame:ntc que Augusto se reservara .esas tiémpo restablecida. En las actas oficiales, el sistemlll
tres difíciles provincias. Pero sobre todo, ello pre- inaugurado en el año 27 se designa naturalmente
bajo d nombre de res publica reddita, o res pw.blicf4
1 Véase pág. ~ y sigs. 'iestitttfa, lo que .significa que el podel!." había sido
4S
~'devuelto .. a sus legítimos poseedores, el Senado y
el pueblo de Roma. En eso no habí;:t ninguna dupli..., .función quien Uevá\Ja iniciativa de con'\-·ocar. a la
dd:.M:h los instrumentos del ·poder habian sido res-· asamblea y quien la preside) , pero es el primero en
tituidos al cuerpo político~ por lo menos en derecho; dar su parecerG Y esa primera opini~n cobra impar-
pero oc-u.rrfa que esos instrumentos estaban co.nfia- , tanda excepcionai'l poll" el hecho mismo de. que cons-
. dos a un solo hombre, investido de una misión tituye una suerte de presagio.·. Así, en ·las asamblte<A$
~·excepcional'~. La historia c-onoce otros ejemplos. de popul:.ues, el voto de la primera centuria era se-
constituciones oscilantes entre la monarquia y. la guido generalmente por las demis. Al ser prince ps.
.república, capaces, según la elección o las necesida- se11atu:, Augusto ·se hallaba investido de una. auto-
c, des. del. mQmento, de servir a un régimen o al otro. ridad moral,. de naturaleza casi .,religiesa, análoga a
'J1D (La n1i:sión de Augusto era la :resultante de varios la que,. un siglo antes,. poseyó Escipión Emiliano, por ~
hechos que no eran de orden jurídico, sino de orden ejemplo. Y nadie sospechó jamás que Escipión Emi-
histórico; en el año 32, romanos, italianos y hombres liano aspirara a la monarquía.
libres de las provincias occidentales, rindieron a Oc- En fin, como último e:lemento de los upoder~s~"
tavio pleito homenaje, por. eJ cual estaban atados de Augusto en el interior de la respublica restituf¡¡
para siempre. Además, rnuchos provincianos vivían contaba su riqueza personal. Sucesor en Egipto de los
en alguná. de las colonias fundadas por Octavio Ptolomeos, poseía inmensas rentas, que no ingresa-
o le debían el derecho de ciudadania rorriana, eran ban en el tesoro público (el ~~erariun: Sat.Etrni$ ad-
.. dientesu suyos y ·le debían fidelidad, del mismo ministrado por el Senado), sino en m caudal par-
n1o<.lo que él les debía asistencia y protección. En ticular (el fisco). Esos recursos le permitían asumir
fin, en el interio.ll." del Senado; Augusto era el perso- la carga de ciertos servidos públicos en momentos
naje más importante. Estaba -investido de la más difíciles: por e.jemplo, la conservación de los cami-
g~ande auctoritas: se le escuchaba, no porq~e poseía nos, el abastecimiento de Roma (la anon.t;g) o, como·
la fuerza, sino porque tenía, por sus acciones ante- lo hizo Agripa en el año 3.3, los acueductos. En eso
riores y su mismo éxito un valor preeminente. Era también, ese sistema no es sino el desarrollo de una
Jrrincep$ senat1u, jefe moral indiscutido entre sus costumbre .republicana.. En todo tiempo, los gene-
iguales, y. cada una de sus palabras, cada una de sus rales victoriosos, sobre todo si habían sido honrado$
opiniones, eran uejemplarcesn. La noción de ~eprind ... con el triunfo, entregaban al pueblo romano una
pade ~ que hoy nos parece de esen:c:ia ~on-árqwc~~
119
parte del producto del botín en forma de grandes
era entonces· wbre todo aristocrática y o!ig.árqui~aa obra públicas o de juegos. Esos ma.nera o upresen-
Se desarrollé en el c~r!o del segundo siglo ~:fittes ):le ·tes~"~t eran una de las cargas que la c:ostumb.ce impo-
nuestra era durante el periodo en que ei Senado ejer- nía a los magistrados y a los grandes personaj~ del
ció la preeminencia. El pri11ce;s senslus, es decir, el Estado. uNobleza obliga."' Tal costumbre de los
perso;;aje de mayor jerarquía en el Senado (en m11m:ra existía en el interior de los municipios y de
rrincipio el de mayor cd.1d cn~re los ex cónsules), todas las pequeñas ciudades provinciales.. Augusto
no es el pre~dente de )3 se~ón (es el cónsul en no podía renunciar a ella por propia dec.is..ións y e$
· muy seguro que la en~rmid.ad ·de sus .recursos le ~r-
·..u;
4?
n"litía adquiri r la preemin encia tambié n en ese pun- deberes particu lares (definid os por el misrno Cice-
to y ejercer un control eficaz sobre la rama que él. rón en otro de sus tratado s, el De Officiis ). Deben
quisiera de la adminis tración. pública . serví~ de guías a todo el pueblo y trabaja r en pro
· Vemos que, después del año 27, el -t•principado~' ?el b1e~ común. Cicerón ~esea substitu ir la a~tigua
de August o podía indifere ntemen te orientar se hacia .1erarqu 1a, fundad a exclusi vament e en el nacimie n-
una restaura ción republi cana o hacia una monar- to, por una que se base en la virtud, es decir, coli-
quía, pero tambié n que perman ecía fiel a la vez a gar a un· tiempo la pureza de la intenci ón y la ·
las instituc iones y a las tendenc ias profund as del energía persona l. La .influen ci!l estoica es aquí ma.;
régimen oligárq uico abolido en el 49 por el golpe nifiesta . El estoicis mo reconoc e la desigua ldad de
de Estado de César. El Estado romano conserv a sus los espíritu s. Doctrin a aristocr ática, gusta de opo-
dos .. instanc ias" fundam entales , el Senado y los co- ner a la muched umbre de ignoran tes (indoct i o stul-
micios (es decir, las asamble as electora les) ; solo que li) algunos espíritu s selectos , que poseen la verda-
su funcion amiento está domina do por un princep s, dera luz y son los únicos capaces de conceb ir y rea-
d hombre que los dioses han designa do como guía. lizar el Bien. En los tien1po s heroico s de Zenón y de
Augu-st o podía invocar aquí una obra compue sta Crisipo , el estoicis mo prestó su apoyo a los prínci-
por Cicerón en los últimos años de la Repúbl ica, pes heleníst icos, esforzá ndose por influir e ilumina r
el De Repztbl ica: Cicerón , que aspirab a persona l- a quienes la Fortun a había investid o del poder. Los
nlente a ser princt.•ps !ienalus , había descrito el grandes pr,incipés republi canos del siglo precede nte,
funcion amiento 1deal de una constitu ción bastan- los Escipio nes y sus amigos, invocar on tambié n el
te parecid a a la instaur ada en el afio 27. En la estoicis mo, y sabemo s que, en· su juventu d, Octavio
base figurab a la concord ia ordi11-um, es decir, el tuvo como maestro . al estoico Atenod oro. Es sin
acuerdo libreme nte consent ido de todas las cla- duda poco verosím il que en el año 27 August o acu-
ses. Ahi residía la fuente del poder. Pero ese po- diera efectiva mente a los consejo s de éste, pero es
der era ejercido a la vez por interme dio de los 1nuy posible que recorda ra sus leccione s cuando u.res-
magistr ados elegidos por los comicio s y bajo la tituyó~~ una repúbli ca que estaba a mitad de camino
fiscaliz ación del Senado . A éste lo dirigía un gru- entre una oligarq uía y una monarq uía ((ilustra da".
po reducid o de persona jes eminen tes, a quienes per-
tenecía la auctori tas. El carácte r oligárq uico de s~­ J?e~pués.de la! reo,rga~ización del año 27, August o .
tnejant e concepc ión es innegab le. El funcion amiento dec1d1o aleJ~rse algun tiempo, al modo de los legis-
del sistema se asienta, en último análisis , en el valor ladores ant1guo s. Esperab a que en su ausenci a las
persona l, el buen sentido , el patrioti smo y el desin- instituc iones que había dado a Roma funcion arían
t:erés de los prJncip es, sostenid os por los ubueno s ciu- más libreme nte. Hacia mediad os del año fue a Ga-
dadanos nl> los optimat es, es decir, en la práctic a, Iia y de ahí pasó a España . Dejaba e.n Roma tres
todos aquello s que por su nacimie nto, su fortuna agentes adictos: .Agripa , Mecen~s· y Estatili o Tauro.
o su talento poseen una influen cia cualqui era sobre Su ausenci a duró hasta el año 24 y st1 regreso fue
sus conciud adanos. Esos ubueno s ciudada nos" tienen saluda~o por Horacio :

48 49
que una ama rga irris ión; y pare ce que los dios
es lo
hub iera n traic iona do.
Pero , cont ra toda prev isión , Aug usto sobr eviv
ió.
La rece ta de un méd ico griego~ Ant onio Mus a,
fue
Reg reso victo rioso ,_ sin duda . (al men os ofic ial- el inst rum ento ·de ese mila gro. Uno s baño s fríosil>
men te, pues las opcr ac».o nes cont !nua ron _dur ante "!~­ tom ados a tiem po, devo lvier on la salu d al prín
cipe•.
rias cam paña s más ), pero , segu n prop aa conf es1o La obra podí a cont inua r. Pe.ro la alert a habí a
n reve -
del poet a, reto rno ine.s pera do. August~ esta ba en- lado las lagu nas y el pelig ro del siste ma. Conv
eJ?,Í a
ferm o. Hab ia corr ido el rum or de su mue rte. Em- sepa rar más los pode res· del · pdn cipe y los de
los
peza ban a mur mur ar que el nuev :o Hérc ules , al xnag istra dos ordi nari os, para evit ar que, al desap
re- a.;..
gres ar de Occ iden te, pod ría tam bién ubaj ar :t. rece r el prim ero su cole ga en el cons ulad o fuer
los a el
Infiernos,!!>" y la opos ición volv ió a cobra~ espe llam ado a remp laza rlo. Com o la cons tituc ión
ran- repu -
7-U. Una conj urac ión esta lló entr e
blica na segu ía subs istie ndo, la auto rida d de Aug
los nusm os que usto
rode aban al príncipe~ Su prop i? cole ga, e~ el con- habí a (le sede no inte grad a, sino supe rpue sta. Mien
.:.
sula do para e! año 23, Tere ncto Varr on· Mur ena, 'tras Aug usto viviera~ la. unió n en su per:s ona de
po-
· cuña do de Mec enas , es súbi tame nte acus ado, con dere s uord inar ios" y de una pree mine ncia exce
... p-
dena do en su ause ncia y sumariam~nte. ejec utad cion al no pres enta ba ning ún inco nven ient e, pero
o la
Aug usto se da otro cole ga,. Calp ur.ru o Pu;o n, repu .. even tual idad de su mue rte obli gaba a tene r en cuen
-
- ta el verd~dero. cará cter del régi men que él habi
blica no auté ntic o, pero su mal se agra va,- Y en a
el fund ado, y que era, no UQa mon arqu ía, sino
Pala tino se desa rroll a una esce na trágic~. ;Aug una
usto , diar quia : por una part e, el Sena do y el Pueb lo, com
mud o tend ido en el lech o, ·entr ega a P1son los o
.le- en tiem pos de la Rep úbli ca, y por la otra , el
. gajo s ~cretos de la adminástrac~ó? Y. tie~~e su aaul prí.n:..
a Agr ipa. No da ning una otra Ind1caa.on., pero io cipe y su casa, que ejer cían una func ión de regu
la-
su ción y de cont rol. Pod ía conc ebir se.q ue uno de
adem án es da.r o: en Pisón, reca e lega lmen te la g:s- los
tión del cons ulad o, a la mue rte de su c:?l~~a; Agn dos elem ento s cons titut ivos del siste ma desa
pare -
pa ciera y Rom a se conv ertir ía ento nces , segú n el caso
here dará todo éuan to c:om ptte a la pomc1on ~rsonal ,
de Aug usto , el eon junt o ~de su :fort una, Y S!n dud en mon arqu ía o en repú blica . Pero la esen cia
a del
tam bién su i1n peri ttm proc onsu lar. Pero no se prin cipa do cons istía en SU: coex i!',te ncia, en un.
equi -
le libri o siem pre ame naza do y siem pre pres erva do.
ocul ta a Aug usto que las pro?a~ilid~des de~. régi~en
son toda vía débiles..: Desa pare c:.do el~' ¿cua l sera Para sepa rar más neta n1en te su prop io pod er
la y
los pode res de l:ats mag istra tura s trad icion ales , Augu
4t#cloritas de Agr ipa? ¿Qu é . será , sobr e to..d?, del s~
sent imie nto· de ·la r¡raisión divi na con que esta ~'~~':e to .renú nció a ~upar cada año el cons ulad o.
.s­
En
tido , con exdu sión de cual quie r otr,? ? Esa nus.t cam bio se atrib uyó , a part ir del J9 de julio del año
divi na de los Julio s, qüe here dó de Cesa r, no· es mas
o;' 23, la npot esta d tribu nicia "', es deci r, no solo
la
invi olab ilida d pers onal , sino sobr e todo el .dere cho
de veto sobr e lo! acto s de todo s Jos mag istra dos. En

H
lo sucesivo , ningún cónsul o pretor podría ded.dir cir, en 1a práctic a, el de la succs1o n de August o.
nada sin el consent imiento , cuando menos t:ácn:o, Puesto que, en última instanc ia, la preemin encia del
del príncip e. Ese derecho de veto (iu.s interces sionis) príncip e en el Estado descans aba en una investid ura
había sido con,ceb ido en otra época para protegex · a divina de la gens Julia, ~1 sucesor de August o soló
los plebeyo s de los actos arbitrar ios de los Inagistr a- podía ser un represe ntante de esa familia elegida,
dos patricto s. Había sido confiad o a los tribuno s de hereder o de su propia divinid~d, así como él había
la plebe, que así llega-ro n a constitu irse en prote~to­ heredad o la del dios César. Pero hasta entonce s los
res de la misma. Al final de la Repúbl ica, los tnbu=- dioses le habían negado un hijo. Un primer casa-
nos contrib uyeron mucho a .crear una agitació n miento , con Claudia , la .hijastra de Antoni o, alianza
demagó gica y· a provoc ar la anarqu ía ·en que ,zozo- in1pues ta por los veteran os de César con1.o prenda
bró.el régitnen . August o no quería ni podía ejercer de buen entendi miento entre Octavio y Antoni o,
el tribuna do (donde hubiera tenido colegas ) , pero . _no llegó a consum arse. A fines del año 40, Octavio
aisló en éste. la tribunic ia potestas e hizo de ella un casó con Escribo nia, viuda de dos consula res, que le
instrum ento de fiscaliza ción. sobre el conjun to de. dió una hija 31 Julia. Pero pronto se divorci ó, uhas-
la vida política . Esa potesta d tribunic ia es tan. esen- tiado, dice, del carácte r insopor table de su. mujeru ,
cial al régime n del princip ado que hasta ~~ _ftn del y el 17 de enero del 38 desposó a Livia Drusila ,
Imperio su renovac ión ~nual, el 1 O de d1c!emb re, que para eso debió abando nar a su marido , Ti. Clau-
servir.·á para fechar los años de cada reinado . . dio. Nerón;o al que amaba, y del.que ya había tenido
Por otra parte, para conserv ar la libre disposic ión un hijo (el- futuro empera dor Tib~.rio) y espe-
de las fuerzas militare s, August o ·invistió el impe- raba un segund o. Octavio se había enamor ado .de
t·ium procons ular no solo en el interior de c~ert;as ella y nada pudo disuadi rle de que al menos aguar-
provinc ias, sino en todo .el Imperio , y en la misma dara el nacimie nto del niño. ·Los pontífi ces fueron
Roma se arrogó el in;eperium. militar, lo cual era consult ados sobre la oportun idad de ese casamie nto.
contrar io a toda la tradició n. Eso le daba el derecho L~ contest ación fue que los dioses no se oponían .
de m~nt~ner. tropas en la capital~ o sea las cohorte s (_Pero el casami ento· con Livia resultó estéril, y
upretor ianas,,, que habrían de pesar en sumo grado ·Augus to debió buscar un sucesor fuera de su pos-
sobre la suerte del Imperio . · teridad directa. Él mismo no era hijo verdade ro de
La reorgan ización del año 2 3 recaía, según se ve,. César; por la sángre solo era sobrino nieto. Ahora
sobre las concesi ones otorgád as en el 27 .. August o . bien: la herman a de August o, Octavia , la desdi-
creaba, al lado de las instituc iones .de la Hrepúb lica . chada esposa de Antoni o, había tenido tres hijos de
libre", una poderos a máquin a de despoti smo .. El uso un primer casa:ml ento con C. ClaudiQ> Marcel o; dos
que de ella se hiciera depend ería de la persona del hijas,. Marcel a mayor y Marcel a menor, y un hijo!)
prín-cip e. C~Marcelo, nacido ·hacia el 42. A ese joven se diri-
gieron las mirada s de August o. En el año 29 ya ha-
La alerta del 2 3 había plant:ea do, de manera agu-· bía f'igurad o, .como también el hijastro de Augusto:!>
da, ~1 problem a de la duració n del régimen , es de-. Tibeti.o,.. en la pompa triunfa l del mes de agosto, a
52 ji
53

-.¡r
f.
~-'
~
. b derecha de su tío. Luego Aug~sto lo llevó co»:-
slgo en sus campañas contra los cantabros (co:nQ el . cuando aún- está en· Sicilla, llama a Ag.tlpa, lo obliga
siguió a César en tiempos de ~unda) y en el ano 25 . a! divórcio >' hace que se case con Julia, ·viuda de
le dio su hija Julia en casanuento . Entonces a todos .Marcelo. En Julia descansa ahora el destino de los
. pareció evidente que Marcelo era el llamado a ser l..diiJ) y esta vez los dioses son favorables~ Con: dos
heredero de Augusto. Horad.o compara,. en una es- años de intervalo nacen dos varones. Gayo y Lu~io
trofa voluntaria mente ambigua, la glo?a de }~ar­ César~ Los nietos del príncipe son aún mis que
celo y el brillo del astro Juliano (~l Bzdus Iu.l-zum Marcelo -un sobrino-- la respuesta evidente de la
del 44), que ubrilla como la ~una e~tre los fuegos Providenci a :a su largo ruego. Augusto vuelve en- .
menores'~ 1 • Marcelo fue elegido edil antes de la
ronces de Oriente, y. en seguida, en el año 17 a. C.,.
celebra por fin los juegos seculares.
edad, y los juegos que se ofrede~on en s? no:nbre
en el mes de septiembre , los L?tdt R9mmzz tuv1eron A la muerte de Agripa 51 en el año 12, Augusto
incomoara ble brillantez. Al·m:asmo.t~~mpo Au~usto ordenó que .Julia se casara inmediatam ente con Ti-
aleja de Roma, confiándol e una m~s1on en O:r1en~ell berio. a quien obligó pan eso a que se divorcl~ra.
Tiberio estaba especialme nte encarga-do de velar por
a su viejo compañero de lucha, Ag~xpa, que no quie-
re a Marcelo y ve con melancoh_a acumularse os la ~educación de· los dos. jóvenes príncipes, Gáyo y
honores ·sobre esa joven cabeza. Stn duda Augusto Lucio11 que Augusto había adoptado en cuanto na-
no ha adoptado aún a: Marcelo, p7r? todo hace cre;r cieron. El hijo de Livia se hallaba por el .mismo
que esa adopción no tardará. Qu1za la proclamar an hecho compelid9 al papel subalterno que otiron fue
en los pr6xin1os juegos secula~es,. tan esperados d~s­ el de Agripa. En 6 a. C. Aug·usto lo asoció por
cinco años· ·a la potestad tribunicia y lo envió a
de la época de la paz de Bnndis, y que P;;n~us~?
piensa seriamente celebrar ahora: e~ nuevo. m.glo ~ Oriente, corno había mandado a Agripa en el año 23 ..
anunciado r de la edad de orol) habra de, ser _m~~89- Pero Tiberio11 menos dócil ·que é.ste,. abandonó toda
rado en nombre de Marceló. La profec1a vug¡liana . actividad politic:a y se retiró a Rodas, en un ~ti!io
del 40 está por fin a punto de realizars~ en provecho . voluntario , entregándo se en.te.ll."amente al estudio ,d¡¡;
del sobrino de Augusto. / · • de tas letras.. Ap~nado. así Tiberio de la escena, G<ñy~
Desgraciad amente, después de la ~elebr~ón ·y Lucio César .son colmados de honores. En ei año
los Luái R.omtmi:- M~rcelo cae enfermo y muere~ J a. C. se decide .que el·mayor," Gayo, recibir& e!
sin duda hada fines de octubre «Jel 23: Aus.wto consulado antes de la edad, en el año 1 d. C., y que
debe doblegarse ante la ev.den.cia: los cUoses n,o le tres años despué$ le correspond er;l al hermano.
han designado todavía. e~ esperado heredero~ n~'!!' Mientras unto. los caballeros romanos saludan a
rio para asegurar la. oon~a~dad y J:asta el equih;1)fJQ ·Gayo con el título de uPrincipe de la Juventud:'ll
. del principado . El) cuan~ ~~de ~ de ~oma ~­ (Priiu:epz lsventutis) ; título que recuerda y anun-
ve·a partir. y esta vez~· dinge haaa-One. nte. Perq_ cia el de Princeps Setu~h!rs..
Pue 11c:ompletar la formación de Gayo y ccpre-
·. '·lellbl"io " ·al Imp!!r;io~> Augusto le encargó, en ¡.a. C.lll
, como -.Je.. ·,~pauv$\
. " . ..t...._.!
tt.;llJ)nma-·. --li- • • ..
una .. nuaoo. ma.utu
!ll!
en
. 1a
é~te hiciese lo mismo con Germánico, que por su
frontera del Danubio y luego lo envió a Oriente~. madre, Antonia. la joven, era nieto de Octavia .y que~
donde el joven príncipe tuvo una entrevista con el además, se había ca~do con una hermana de Gayo y
:rey de los partos. Pero poco después, cuando intenta- Lucio César, Agripma la mayor. ~el peor de los
ba restablecer el orden en Armenia, Gayo quedó he:ri_. casos, Tiberio sólo sería el depositario del poder
do en el curso de un asedio. Quebrantada toda ener- imperial, y la upred.estin.ación" de los lulii no que-
gía, había de mori,r a causa de su herida, después de daría traicionada.
varios meses de enfermedad ( 21 de febrero del año Pero, una vez más,· los cálculos del :anciano em-
4 d. C.) . El golpe era tanto más rudo para Augusto perador fueron buflados, quizá por la suerte, quizá
cuanto que el .otro César, Lucio, había muerto en por maquinaciones de Livia (a quien un9 de sus
Marsella, dos años antes (20 de agosto del año 2 bisnieto~, el emperador Calígula, había de llamar
d. C.). Augusto había cumplido entonces los sesen- «•UJises co~ faldas''). Agrlpa Póstumo no. tardó en
ta y siete años y el probletna de su sucesión parecía ser relegado en ima isla, so pretexto de que su
tan lejos de recibir una solución como lo estaba en ·carácter brutal y su estupidez hacían imposible $u
el año 23 a. C. permanencia en Roma. A principios del reinado de
Para resolverlo de una vez, Augusto efectuó dos Tiberio sería ejecutado. En el año 13, cuando Sintió
...adopciones sin-1ultáneas, la de Tiberio y la de .Agripa que la muerte se acercaba, Augusto tomó las..últi-
Póstumo, hermano de Gayo y Lucio, nacido en el mas disposiciones posibles. Tiberio fue asociado por
.año 12 a. C., después de la muerte del padre de és- él a su poder, dándole, por una ley' .atribuciones
1: tos. La adopción de Tiberio s~lo era un· expediente· iguales a, las suyas. El17 de agosto. del año 14, moría
i;
1.
pará el príncipe; las condiciones en las cuales se Augusto. En Roma, ni los senadores m el pueblo
¡: produjo están cla:ran1ente reveladas en la primera ni lós soldados vacilaron· un instante en prestar a
parÚ! del testamento de Augusto, del que Suetonio Tiberio el j~ment:o de fidelidad que cr~ba entre
¡: : nos ha conservado los términos~ uPuesto que una ellós.Y él el pleito homenaje sobre el que deseansaba
¡i
cruel· fortuna me ha quitado· a mis hijos ·Gayo y . la mu:toritss del príncipe. AuguSto fue oficialmente
1! ... Ludo) sea Tiberio César mi heredero, por la mitad diyinizado:. el prin~pado había superado .sin tro-
¡·
i: y un sexto .•. ~» Augusto no podía confesar más cla- piezo la última prueba · y había sobrevivido a su
!!
j!
ra y cruelmente que el destino lo había obligado.. Pe- creador.
l!
ro la adopción simultánea de Agripa Póstumo ~dica­
ba también que pretendía controlar el porvenir: si él
sobrevivía bastante tiempo para que el joven llegase
a la edad de sucederle, Tiberio sería eliminado una
·\'eZ más. Si, al contrario, Tiberio llegaba ~ ser efec-
tivamente dueño del Irnpe.do, Augusto había toma-
do otra precaución destinada a impedir que· el poder
saliera en forma definitiva de la rama juliana de su
familia. Al adoptar a su hijastro, lo obligó a que
J7
56
CAPÍTt.lLO J.U:

U~o de los .primeros cuidados de Mecenas. el


compañero de ·Octavio en la aventura que había de
llevar a ambos al colmo del poder y de la gloria. ·
fue atraer a su alrededor a los poetas. 9cta~_!)__a~~­
l?-ª-b-~ apenas de su~rar !as primeras ~ficiilta~ de_
su empresa y :de c~n~!~f' con Antomo y Lép¡do la-
alianza del triuñviratol l . ~!J~J;f.d.o . ya encon~~Ino$._ a. ··
·vrrg¡li~- ;,ñ·-·la--iñiimidad.de MecenaS. P.~~- 4e~:u.~_sll
presenta~()-.PQD;_:iéJ.j~i~lij~_Virgi~(l;_HQraclo se l!Jle al
grupo, en el que ya figuran escritores cuyas obras
ño conocemos , pero que no carecían de méritos:
L. Vario Rufo, Plocio Tueca, Quintillo Varo y Val-
i:: gio Rufo. Rodeando así a Octavio de un círculo de
literatos, Mecenas no hada sino seguir una tradición
ya antigua. Pronto haría dos siglos que a los gene-
rales romanos les agradaba vincular:se con poetas ca-
paces de cantar sus hazañas. El austero Catón había
udescubier ton así a Ennio y lo había sacado de la
,;
centuria que él mandaba en Ce:rdeña, para que pu-
diera consagrarse enteramen te a la poesía. El mismo
Ennio bahía cantado~ en su poema Ambracia, las
l1azañas de su upatró:n:"' Q. Fulvio N obilior en la
:toma de esa ciudad. Los P.!"Q~g_!l_~u~~s ~ºmanos imit~­
ban de ese modo a _los conq~~t..:!QQ.t:es hele:nísticoss.
_y__aln;l,i~mo_Alejandro, ·quien
bien sabía ql.le la._glo~i.ª
de Aquiles hubiera sido vana si Homero no la hu-
bieSé ·inmortaliz ado. Poco a poco, cada gran familia
18

i'
1::
César, y Virgilio murió en el 19 a. C., ·más de trein- Iiadón entre Octavio y Antonio, no es una ubca
ta año·s antes que Aügústo. Propercio desaparee~, sin de upropaganda" y no debe nada a 1\ticccnas. Vir-
duda, hacia el año 15 a. C. Horado muere en el 8, el gilio solo expresa en ella su fe en la misión di-
Jnis~<? __q~e ~ecena.s, y el ·final del princip~do. d~ vina de César, héroe Hpadfico", n1ucrtn dema-
Augusto está singularmente desprovisto de grandes siado pronto . para poder llevar a cabo su tarea ..
nombres. La coincidencia no es, pues, total, y tam- p~ro acompañado por el pesar de la naturaleza toda
bién es cierto que los más grandes poetas del siglo y recompensado por la inmortalidad. La Églo..~dl IV,
ya hábían alcanzado la edad adulta, cuando no un escrita dos años después, no hará más que v-olver a
perfecto dominio de su talento, antes que se cum- · temas cercanos: el sig1o que va a nacer verá el triun-
pliera la revolución póH tica ·augustal. L~ vocación fo de la paz, gracias a la concc;>rdia por fin restable-
_de _}i()¡:oacio, como la de Virgilio, Propercio·o--'Tiºqlo, cida entre los dos herederos de César. Ni Antonio ni
·:riada deben ni a Mecenas ni a ·Octavio: la simple Octavio tenían el poder de provocar esa fe mesiá-
-comparación de las fechas nos lleva. a comprobar nica que resplandece en el poe1na. Esa fe existe
l!
-que.Ja_nl.adurez literaria del siglo es .ex.~~~~ID:~l'!t~ fuera de e:Uos; tiene su origen en creencias remotas
con~~~p<?r~n~~-d.:~J()~ añ~s que "i(!~()J!.J~ ~-(?,~.9~~~~-a. . :· y en doctrinas elaboradas desde tiempo atrás. ·Es
. del poder_ p()r .O.ctavio y sus amigos; en literatura · n1uy probable que ambos hombres de Estado -sobre
como en política, -los.. años más importantes del si- todo Octavio, aconsejado por Mec~nas- trataran
glo son los que precedieron al triunfo de Augusto. de sacar provecho de ese arranque ·de entusiasmo,
En la última parte de su reinado, éste no hará sino pero es muy dudoso que uno u otro pidieran al poeta
recoger el beneficio del pasado. ese canto de esperanza. El hecho mismo de que la
Pero si bien todas esas razones hacen que no pieza esté dedicada a Polión, partidario manifiesto
podamos pensar en explicar a Virgilio y a Horacio de Antonio, pero cuya actitud no dejó d~ ser ambi-
por Augusto y Mecenas, no por eso es menos cierto .. gua en el curso de la crisis que precedió a la paz de
que ~as dos evoluciones se produjeron una al lado Brindis, impide pensar que .Virgilio scplo sea aquí el
de la o~ra, y resulta posible que los mismos factores instrumento de Octavio o de su grupo. Al contra- .
influyeran en una y en otra, si es verdad, como he- rio, parece que Virgilio, al elegir a Polión, hubiera
. mos tratado de mostrarlo, que la revolución política querido .evitar colocarse entre los dos prota,gonistas:
de Augusto no· fue simplemente la conquista brutal cesariano. convencido, Virgillo es arrastrado por una
del poder por una facción d.e a,mbiciosos, sino la corriente de opinión independiente y aún no está
.««puesta en orden,. y como el redescubrimiento de atado a nadie. . ·
Ciertos valor~s espirituales esenciales del alma ro- ~.¿:_. Esa independencia de.. l()_S p~_1;a$.~gr.upados en tQI"~
tnana. E$_ --~~g:Qr.o. q\le · an:t~s .de .enC()ntr;ar.. ~-- . M~­ -~~ ~e__ N{ecenas <¡uizá sea el rasgo más notable de todo
cenas, Virgilio era un u cesariano". La muy her- ~~ .~!~~cJo. M,e~e11as. ~u,bie.ra. quf!p~Q que al menos
mosa Egloga V, que canta la muerte .y la apoteosis 1!!71.~- ~.!L~H_Q$ .cantara.las. hazañas .gué,ri"~r~s de ()cta.;.
de César, y que fue, ni u y probablemente com- vio. Su insistencia se adivina a través de las discúl-
puesta en el año 42, cuando la primera reconci- pas_ ~q~e suce~ivam~ntc le di~igen VÚ·gilio, .:fi_oracio
60 61


.
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peras que entonce s se escribier~n sobre temas con-
y. Properc io. Que otros -~~i_~en- compQn gan b_. iJ temporá neos, la ~ns Je Akj~mdvís11 dé Rabirio_,
epopeya esperad a. En cuanto a ellos, su mu_s::t es de- '.j.l y la Hhlori11 R.om.:~tu (Res RomMU~e), de Comeli o
anasiado débil, su inspirac ión demasia do limitad a: 1 SeverolP son obras menore s, prcmto olvidad as•. y que
Virgilio , en tiempo de las Bucólic as, pretend e que .1 · · no·a¡re garon:m ueho.,.a -la
-gloria de:·.Augusto. _ .
tan grandes temas no conYien en al caramil lo de u.n \j No obstant e, si los -.poeus amigos de Mecena s ~, :
pastor; más tarde esbozar á el proyect o de un "-"~enl- ~ negaron a aceptar ciegam ente las consign as de· su
plo de Octavio ".., pero es para disc~lparsc 1nejor de -~~ protect or, eso no signific a que la acción de éste fuera
'olver entre los campes inos. Por último, cu:and~ ent- ~ desdeña ble. Se ejerció primera mente de modo ma..o
prende la tarea de escribir una epopey a, pedirá el .· · ~ terial- Virgilio y Properc io habían quedad o arrui-
asunto a los tiempos heroico s anterior es a la funda- . nados por las guerras civiles. El primero había (sin
dón de -Roma. Por tres veces el poetm desobed ece .tj duda) peKdido su domini o familia r en la Cisalpina~~
i,
las órdenes de Mecenas. Horacio tiene excusas más ':! y el segund o el que poseía cerca de Asís, en la ·
'! fáciles. Su talento selo se adecua a cancion es livia- g Umbría . Ho.racio Labia sido despoJa do del modest o
nas. Sabe alaba~r el amor. el vino,. el ocio, la mm- 11 pasar que le babia legado el padre, ei liberto· de
¡¡
bra de las parras,. o tambié n 1m0nli zu sobre las \l Ven:usj a, en A pulla;. arrastra do, mientra s se hallaba
H ridicule ces de sus contem poráneo s. Y cuando Augu.s- . ~ en Atenas, al partido de Bruto y Casio, t:omó parte
to le pide qw ~e ponga ofidallm eftte a su Mn!'ic:iq ~ contra Antoni o y Octavio~ en las desgraciad:a.s jor-
y claemp eñe a su lado las fum:io na ~- a:cn:tar io,. !lie .: .. :~ nadas de ·Filipos. De vuelta a Italia, Uevaha 'll!na
niega, confesa ndo un ~ 'que prefúeR IÚ domi- .·~ vida oscura y· pobre, traba jando como ·depeR:E.d~~.u.rt~
nio de Sabina a los honora d@ la ~ En cuanto ··.~ ( scriba) en las oficinas de los cuestores, y &~1\-wc,¿.­
a Properc io. en quien Mes:ca u ~mhiéa había puare )J gaba su rencor en pequeñ as piezas sat:í:ricas de e:;Kn:.r~:"'
.suape ranu.n o R mostró anAs dóal: ~~él. que ·:~ ordinar ia violenciae Mecena s les procuró a todos ellos
~ conOce los comba ta del ~mor,. ~~-- b auda- . ·:;~ segurid ad y bienesta r. Les dio, además!> bienes más
·áz de forrur 'm propio ~to .y ~~- pcens } ·.· _;,Ü preciad os aún: su amistad y
·a dios dntio, Apolo. ae :lo. tpa'mitidm. y .más vale .'·t~ propia dignida d. Horado insisteelmuchas sentimi ento de su
veces acerca
callar que.CGm pGQU ·SM o1Jg inllfi&fiiá «fe~ ob~ :-}f. de la gentílez a y .ia. verdade ra cordiali dad de las
_ ~-~;;qW1: si M~s·ta.ia la~ cle·~ri~_ .:~-~ relaci-on es en e! interior del grupo. Ningun a rivali-
u:P.r. Jqs.~~·---~ ~n:aos qu. .110 ·¡· dad allí, nada de esos celos secretos .tan frecuen tes en
. ·. t~VO pi~ ézi~ y., fl~~ h. ~-~\t.UQ: ;~_lipstal no . ·--~ las camaril las literaria s. Lo que Mecena s entrega a
¡' i •
. VIO .~~·
•-
. . ~C:pOpe.·:!f~·.plllll:.l-
- · 'li" ..:- ...,. deseaba v
1 • ~ ..4....,..·· . .. .,- ··¡¡
:¡\ uno no se lo quita a otro. Ningun a condesc endenci a:
1
1


:, ,que-. h~-r~ -~~-.las ..~ktori•ur -del ,priP¡Cipe. ] de parte del umaes-t ron, sino el respeto absolut o de
!. :
!' ' Unos; años ante-s Cicei'Óft :apn:nd ió a ~ ~t~ q~---~ _· é~ la libertad persona l. Mecena s erra un cabaHe ro; . .no
· i~cómódo violent ar la. inspirac ión de los. poetas, y él. _,~ descend ía de una gran familia senator ial, y toda su
que· tanto deseaba que se c:ompmien_ un allto Jae... - j . vida se negó a entrar en el senado.. No era en él
I"Oico a la gloria de su propio ccmsub do, de~¡~.~$:"' ~ tanto una señal de modesti a· auténti ca como de un
narse a e~prender por si la tarea .. Las únicas epo- ··i
' 1
1 '

.~~1 'Ü
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i,
orgullo que lo llevaba. a mantener.se aparte, a crea~se
una situación en la que no debiera nada a nadie. no llega al exceso. Lucilio escribía de prisa, pero
Por su madre descendía de una familia . real de la facilidad estropeaba su estilo. !!~-t:_~~io picJ~ .Jl1á~
Etruria. El reino de sus antepasados ya no existía; al trabajo, y a él se deben las máximas de que se
Aretium, la ciudad de éstos, no era más que un '' ~ valdrán todas las· edades clásicas sobre la necesidad
municipio romano ~nt.re los demás, pero no por eso de pulir y acabar una obra. ~L-ª.r!~J:ó.~rª-ta Mecenas
Mecenas dejaba de conservar el, alma rea_I;_ profun- no es sin duda extraño a esa exigencia de perfección,.
damente aristócrata, se complac1a en escr1b1r peque- ídeal.común a todos--los escritores de. su grupo y
ños poemas herméticos, de los cuales algunos ver- razón por la cual Virgilio, muerto antes de hall~!""
sos han sido conservados por Séneca, y que suenan podido dar la última mano a la Eneida, pedirá en
muy diversamente de los que comp~nía?- e~~onces su testamento que destruyan su obra.
sus amigos. Mecenas era por natural mchnacmn un La acción de Mecenas, como se ve, se ejecutó de
poeta preciosista, que detes~aba a la m~chedu~bre,. modo sutil y diverso; no fue en modo alguno una

la gloria vulgar y el vano ru1do. Esa delicadeza Inna- ccdíctadura a las letras, intransigente y autoritaria)>
ta alcánzaba a las relaciones con sus amigos, y su que establecía consignas al modo de un moderno
sola presencia bastaba para excluir toda rivalidad y ~cministerio de propaganda". Sus amigos sufrieron
¡·.
·1:
!] ! todo celo que, en su compaiiía, hubieran chocado su influencia, es innegable, perO a' meriudo quizá sin
¡¡ ¡
'! 1
,. 1

como otras tantas ·disonancias. gy~_$e dieran cuenta. Esa influencia consiste. ~oJ.:>.:I:'e
:¡ i [ l.a personalidad-de Mecenas e~plica, pue.s! en ~ran todo, en Ítltimo análisis,.· en una voluntad de consi-
11 ¡
pa.rt~ uno de los caracteres esencial~s de }a literatura . .derar__al po~tª como u~ se~ de. excepci~n, a quien se
¡i : ; aU,ffi..ll.stal y quizá el que más contr~buyo a hacer.de debe proteger' librar de las sórdidas necesidades de
il¡ é~ta una literatura clásica: su sentido de la rnedtda
·Ja· vida, devolverlo a SÍ mism,(), y a quie~ _S~. p~c:!_~, en
cambio, q~e dé una expr~sión eterna a los sentim.ie~-:
1:
! ! y del gusto. Las primeras piezas de Horado, sus
1!

E podos, son anteriores a la entrada del poe~a en .el t:os y a las ideas que los demás hombres no sienten.
i
1
grupo; aún conservan, por su calor y su ·Vt?lenc1a,. ni conciben sino de modo oscuro e imperfecto,.
un sabor popular que· ya no se_ encontrara . en el Con ese tít;:ulo -de ucreador ideal',_ el poeta ten-
i¡':)
1.

¡·
mismo grado en las obras poste?ox:es. El geruo na- drá su lugar en la urbe, a la cual aportará la con-
sagración suprema de la Belleza. Como todos los
1- tural de Horado llevaba a este Italiano del Sur a la
¡1 pintura más viva y más reali~~a. Espontán~amente mejores entre los romanos, Mecenas reverencia a
1i
Se hizo el continuador de Luc1lio, que, un stglo an- Grecia; bien sabe que la verdadera grandeza de ésta
i:
11
tes, había inaugurado la sátira literaria. Per'? ~~en- , la debe a sus poetas y a sus artistas, y que sin belleza
¡; nada hay duradero: la obra política de Augusto,.
! ¡ tras las Sátiras de Lucillo (en cuanto podemos JUZ- ·
gar por los fragmentos conser~ados) se mantení~n por más genial que fuese, no podría en sí misma
¡ i cerca de su origen popular y tenaan el olor del terruno eludir la ley común; estaría llamada a desaparecer
.'1¡
italiano las Sátiras de Horado afectan un tono de si no uniera su fortuna a las únicas creaciones hu-
mayor ~rbanidad, y la libertad misma de los dichos manas capaces de atravesar los siglos. De modo que,
después de todo, es bastante indiferente que los
64
6S

¡
. ':lf.
tt
poetas se nieguen a cantar a Augusto en sus· :Vers.os ~'ff tica de la vocacton de los bllii: un pasaje famoso
si en ellos se encuentr a, no el elogio! c<:>~t~~ail~ >d~ .~nl· ,:.~ -'.\.1 de la lliada había registrad o a~taño la promesa so-
.:;Jmo, sino el espíritu de la urevo uc1on august~ '· ·. · -.J lemne hecha por los dioses a Eneas. ·Después de la
<JUC supera infinitam en.te a la propia p~rson~ ·.d!! · . : ] destrucci ón de Troya y llegado el fin de la raza de
Augusto y ·pide su inspiraci ón ·al sent¡ne~"t~. ~asi: . ·.J!. Príamo, el_ poder recaería en él y en sus descen-
i '. . religioso de la grandeza y de la .misión ~- ~~<'Ji-~ : ·. _:·(~ dientes, que·obte ndrían el imperio del mundo. Ade-
más existía una antigua creencia, repetida en ~~
U na obra; sobre todo, domina ef siglo d~ i\U.g:4S.t~ .·. · :·-_:.-~.-~ misma Roma y también en otras regiones de Italia.:
y lo ~xp_g:,~~a; una obra que'
apenas publi~~da:·~ra.: ,)~ según la cual la profecía homérica había encontra do
ya-·cl~sica, que los escolares aprendi.a n de· me,~.?r.i~~ •· . ·_Af¡_. su realizació n en la extraord inaria fQrtuna conce....
y de la cual manos torpes garrap~teaban ve~~~_\eri· .· ,,~ 11
dida por los dioses a los roman·os . La tradición que-
'todas las paredes, hast;;a en las ciudades m~s. •al~já.;;._ Z~ ría, en ·efecto, que la ciudad fuese fundada por el
das del Imperio: la Eneida, d~ Yir_:gilio. F~e,::S~m~P:~·-.· .::it~ propio Eneas, escapado de Troya y llegado a Ital~a
~!d~!:~:s~:!P:;sd:; ~~~~' Á~=st~~tas~Ó:6~t~.
cas habían probado. que el genio· de :Virgilio•e.s.t~b:ll
·... I::j~r~
con algunos compa9e ros. Virgilio no inventó esa
leyenda, que ya había sido tratada antes que él por
Nevio, en su epopeya sobre la Guerra púnica, que
a gusto en la epopeya, y la epopeya seguí~ sien4o .·:._:_•~.~ muy probable mente oculta el recuerdo de antiguas
-el gran género por excelenci a, el que, desde · ~o·· ~ migracio nes de est_e a oes~e, producid as quizá a fi-
.tnero, pasaba por conferir infalible~dente -la _i~~d?dr~ ·.~·.".·_:1: nes del segundo milenio a.----C. Sea lo· que fuere
't<.\lidad. La composic ión de la Enet a, ernprel_!L .1 a ;. de los orígenes y- de las formas diversas tornadas
hacia_ . eLafio i9. a. C. e interrl.lrn Pida en el l_9 ;.por ·. i por la leyenda, el argumen to elegido por Virgilio
la muerte de Vírgilio, poco anf~es de ~ue dla :~o~d~~
1
yera, es contemp oránea de a ormaC~o~n .. e_1 p~~~Cl~
pado. Al par que construía su .ed1f1cio pohti<;:o,
-~n
·,;;
tenía la ventaja de vincular directam ente a la Roma
imperial con el pasado más lejano y prestigio so del
:.1~ mundo heleno. La Iliada~ de la que se dice con razón
Augusto se interesab a en el progr~sc-: del •P?:e~~· · ·:_l~ que constituí a la Biblia del pensamie nto griego3 se
l\·iientras andaba por España, escnb1a a V~rgtho ·~ convertí a así en garante de la grandeza romana: los
que le enviara noticias de su Eneida. Virgilio. se dis,.;, \1, romanos dejaban de ser conquist adores ávidosl' due-
culpaba, alegando la enormida d de la tarea:: ern- .,:' ños del universo por l<;t única fuerza. de las armas:)
prendida . Pero Augusto se impacientaba~~ le -~edía . para ser los instrume ntos de un Destino o, si se pre-
que se apresura ra, corno si la suerte del reg1men hu- ¡e fiere, de una Providen cia que desarroll aba sus de-
bicse dependid o de la diligenci a del poeta. Cpe~ta ·_-.;~ signios sobre más de diez siglos. I~a dominac ión que
trabajo creer que solo se
tratase de impacie_n cia de. "j ejercían sobre las ciudades griegas no era n'lás que
literato. Es seguro que Augusto contaba: _con la ;~ un justo desquite; la tmna y el saqueo de Corinto
[ndda como ayuda p~ra- su reorganiz ación del :·~ expiaban la ruina de Troya y la muerte sacríleg~ de

::~·{~cerna, en efecto, presenta la justificación ml- ~ Príamo. Y, al mismo tiempo, todo rencor,· en los
vencidos , se tornaba injustific ado. Lo que se:me-

1~'
jante Hjusti ficaci ón" de la conqu ista r01na na tiene
de ilusor ia pa-ra nosotr os (pues nos es difíci l con- la~-~-h~:Q'!Q~s g!:i~g<ts_,. ha_b_~ª--º~cido _de la antigu a co_~ _ ·
sidera r las epope yas como otra cosa que como ejerci- : munid ad espiri tual descr ita por Ho.me ro. ~so e~­
cios de poetas , sin fines prácti cos) , resuJ taba tal a la -v-arias oport unida des Virgil io insiste sobre los ~az~ .-
vista de los antigu os, para quien es la Histo ria y el _qu.-e---u.n.en.-na ·Eiie-ás ·con tal o cual prínc ipe grieg() ._
Mito no estaba n separa dos por fronte ras netas: y esa -essíiiauaa-li razón .que lleva a imagin aJ;, en
Aquif es era para ellos tan real como Aníba J; Filo- ~-vnr-de-··su:· poem a,· el bello episod io de
peme n o Aleja ndro no lo eran más que Agam enón
o Mene lao. La epope ya virgil iana, al dar un·a forma ~-~-~~11~·· salido de Troya y erran~o
interm inable -.
perfec ta. a esas tradic iones, graba ba ·en cierto modo m-erú:e por -erma r, desem barca al fin en el Lacio ,
para siemp re, como una inolvi dable lecció n de his- en las bocas del Tiber . Al princi pio lo acoge n bien
toria, el relato de los acont ecimi entos que legiti ma- los indíge .Ras y el v~ejo _rey ~atino, pero_ el renc? r
ban al Imper io. ·-_:_de J.yño_li._Y.J\.!li~ --~ttq-~~ contr a la hostili da_d de. u~a,
Virgil io respo ndía de ese modo a una de las prin:- __ part.~--~~ }a J'Ob~~~~~n,)uego_~e un d~sgractado tnc~--­
. cipale s preoc upaci ones de Augu sto. Así como las dente , y la guerr a amen aza. ~neas ttene que hallar .
Geórg icas había n sido un poder osó instru mento de aliado s. N o sabe ·a quién pedir socorr o, cuand o ~~~-­
visión le señala que vaya aguas arriba hásta encon-:-
la recon ciliaC ión entre Roma e· Italia , así. tambié Z.. ____ ----·- ·· --·--· · -· · · · · ·- ·· ··-·---.-·-- · b-ar ·· ·
trar una ciuda d. gnega . O. e. . . ~n~~'-.E 'º~ªs empre n d-e
la E~eida debía servir para ~eco11ciliar a ·las dos
mitad(!S,_ del Imper io. En varias ocasio nes, en el curso erVí~¡e--y--:p~r()ii~o-uega al lugar de la futur a Roma
.
de las guerr as civiles~ parec ió que el mund o roman o Ahí lo recibe , con toda clase de expre siones de ca-
tendí a a separa rse en dos mitad es: de un lado las rifio~ el-rey Evan aro, u-E_ .arca<!~()__?.:t=_r~ra exp~l~a~()
provi ncias occide ntales , del otro, los antigu os reinos de su. patna y que ha funda do en esos ~ugare~_la
.helení sticos . Las tres grand es batall as que había n ,, ---Ciudacf de- Palan ú!a. ·Ésta es una ciuda d puram ente
restab lecido la unida d comp romet ida, Fa.rsa lia, Fi-
j
.1
.,
·-·griega;· óctipá la coliiia . nat:ar
de Augu sto, el Pala-
lipos y Accio , se desarr ollaro n en la juntu ra, en el
;

i. -tino~ _y ya·antes de la funda ción de Roma se adivi-


punto de encue ntro entre Orien te y Occid ente. ._~an lo~ siti2_s-p~e(l~stinados _de la que llegar á a ~e,r
.¿Por cuánt o tiemp o aún conse guiría Roma ma~te­ Já Reina de las Ciuda des. Se -º-ª---además el caso de
ner equili brada la balan za entre esos dos domin ios, ~-e -E~andro ha:· ~idC!._9trora.___ hu~sped .de A11._qui.s~s, .
separa dos por tantas causa s divers as: difere ncia de os
pad"ie -de Enea s.J.. q()S .lt~~l?res reanu dan aquel los.
lengu as, _de civiliz acione s, de tradi"c iones polític asll J~-~ps sagrad os y comu lgan en un sacrif icio solemn~
de creenc ias religio sas? Era mene ster a. toda costa a Hércu lés, ·a la yez héroe griego y héroe roma.:Zl~·
proba r al mund o griego que-Xoma no·· era extrañ ·a· Evan dro prom ete a "Eneas envia rle un contingen~e
al-"'lieleni_snio,' sino que estaba unida a -él. por u!já . "'"de cabaileros~-a~~~~~- -~~~~~~- pc:)ne . a su propio ~i jo, .
comu nidad de origen y de cultu ra.. En ese sentid o, Palan te. En el mon1 ento de la partid a, el anc1a no
la filiac. ión troya na result aba partic ularm ente v_~_:_ ~­ rey tiene el presen tin1ie nto de que Palan te no vol-
"'J.!()sa, s~empre que pudie ra proba rse que Roma , con1? verá. Pe.r;o no por eso deja de persis tir. __ba . ::tlianza
de·--····los
:--··-·
arcadi os y de los troya nos queda rá sellad a con
68 -~~ .. ~--.
. ... -- .. -
' . .. .
~~ -' . -~ ·•

69
"l··

la sal!_,gre del joven: el odio, nacido de los combat es 'l tra.r esa _política· dinástic a y a darle l~ garan:tí a su-
alreded ord.e--T roya, no es fatal entre las dos razas.
Ya hubo en el pasado un tiempo en que ambas se ':ri·!
'M
prema .. de la ~eyelaci6n~ Virgilio , al· escribir la
.E1UJida, no traicion aba sus propias convicc iones; per-
unieronen una lucha común contra los pueblos . :.~. n,aneci a :fiel a la m_istica cesarian a que ya animab a
· bárbaro s. Evandr o y Eneas represe ntan la civiliza-:-
ción, el o_i:aeñ~---··er- sentido··· de ·las -·leyes, ·Ia-···:pieda<!
l
Ji
la . égloga de Dá:fni.s, y qu.izá. por eso mismo, a cau-
--~!:;:· sa·:;:~d~. e,sa .profund a sincerid ad, sirvió tan bien las
·--~"-'tó'do''cuiúito Rom:i ha aportad o al niündo y poiee .

¡J .. int~nciones de August o y contrib uyó a dar tan só-


en común co~ las ciudade s griegas. El poen'l~ con- -~i . Jidas· bases esp~rituales al régimen imperia l.
tiene como una exhorta ción secreta a prosegu ir la ;~
·•¡·.t
''.' tarea comenz ada en los tiempos ) legenda rios: lejos. ·:~4;
'} ,;..:,C:u·a-ndo· la E1teida no era más que un p~oyecto,
de ahogar el helenism o, el Imperio no hace · sino :1
. ·l>rop~ .r~~la.anundaba ya al mundo diciend o: ceHe
l~
exaltar en él el sentido de su verdade ra misión. ·1~
· ··-aq~¡ .... q_u·~·~na ce una obra más grande que la Iliada.':~
...Pero, __ª=t. el~g~! ....~,-E.n~as como persona je:. VirgiJ.io . .;1
. '.1{,, .u·~~s a.iios después, ¡ él mismo e~prendía la tarea
-~~~!!:l...!!4~~~_s_ c.>.tro d~sigº!q~ -~neas, hijo. de Venus_
.. 4!!quises,_ era el antepas ado . de -la ens 1ulia de J~ . -~
y;> .., 1:· ¡
.·. :de: "S:oritpóner una serie de poemas surgido s de_ la
· 111-is.n-J::t,inspiración. Sin embarg o10 hasta entonce s, sus
_j.[Ll:~_desc~ii.. -~~!! sar Auau~~(). De su unión con '
· Elt!.:.tfas·-·parecían -bastan te alejadas d~l estilo épico.
· _us_a_n;!g~YD . J.jQ"Jfc!~-~ª~---#lscanio en l()s P.~~as, '' LQS ·.~res, libros que había p1._1blicado no· contení: ,¡n
J~Q~l.~!icos, pero (J ue la tradi~i.ºti -_I~il!~~a ...C::Q,Q,Q~Í-ª..
~on_~L~ºmbr~ 9-e._]ulo. -DeCíase q~~.J~-ªª"-·P.Jª--º .h.~í~.
1 . ·. casij;)~.t"a.cosa que un.' largo grito de pasión: pasión
.·¡;..
:·:..\• ..
..: á ye~es.dkhosa,. pero m~s a ·menud o doloros a por·
~ido el fundad( )r. de .la c_iuda,d --de--Alba, metróp oli de l,. unalibcr'~ad' a la que él designa con el nombre de
. ~~):t().ma' ·y:--pat_!'ia de ~Ó!lll:J:lO. y . Remo. A su vez se .,F, . , ~in_ti:,t~ Y.· vemos que a partir del 23 a. C. -año· .
i;abTa· con~~r.t¿i4(;) c;n <:~ a~~E<l~!i_():-(1~--u~~- larga_ d(!s7" .
. ..
·. .
de.cisivo :· en la historia ·literari a. del siglo de Augus-
. cendenc ia cuyo último represe ntante era César.~4~h. '·
~

.... t~. ~*·inspiración c;ambia : en lo sucesivo casi no


l:1 prOmes a hecha. por los dioses .a Eneas hallaba su .
';.'
·ca_ntar~---~rio antigua s leyenda s romana s. Pero no las
pleno -en
cum".f)limiento el princip ado de August o:.- -·~~.~ elige ~~ azar. T.odás· ~e refieren a temas esencial es de
~¿·n_· cierio sentido , sin duda, todos los romano s eran j·~ la idéolo'g ía augu~tal. Así~ el prin1er poema del li-
cthijos de Eneas", pero el hijo de Eneas por exce- bz:o· IV e'stá consagr ado al Palatino , la colina sagrada
lencia era August o, cuya-:m ision ,Personal se hallaba, . ~-
al. fin y al cabo, "garanti zada por la profecí a homé-
rica. S.~- concibe ~~- }!J.lpad encia que. testimQpi::~J;~
r
l
. &él·tégirrien nuevo: ahí tomó Ró1nulo los auspicio s
·ahtcs·<·<,ie la Fundac ión; ahí se levanta ba su pobre
m:Q:r:ad,a; ·tambié n ahí naCió August o y se levanta
. """"'->- Au81:!S . . hacia cl-23 a. c., cuando
._"_____ -· .. to, ' . trataba de fupqa~ -~!
,·:¡
eL~~mplo de A)_l)olo, su divino protect or. y precisa-
. · ~ su princip ado sobre la continuida~ de una dinast~<t, .= ~-
mente la pieza central del libro, la sexta:J celebra rá
:·er.a ·indispe nsable q ~e el· poema· viniera a -just,ifls_,lU', ~ ese .··sa~.tuario augusta l por excelen cia. En ella se ve
la fundaci ón de ésta. La adopció n de Marcelo y la f a] di@s lanzanc lo sus flechas contra los. navíos de
·-celebr ación éle los Juegos Secular es habían de coin"!"
cidi.r con la publica ción· de la obra llamada a iius-
~~
.. An~onio en las aguas de Aedo; se le oye profetiz ar
:1 y pro:n1et cr a Augusto ,. urnás grande que sus ant:.<:··
70
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pasados troyanos'", la victoria y, por ella, el imperio militar alejan demasiado tiernpo de ella. Toda la ter-
del mundo. Esta pieza (posterior al año 20. a. C., nura que el poeta atribuía otrora a Cintia .se en-
puesto que en ella se alude a la entrega por los par- cuentra en esa alma de joven mujer, pero es una
tos de los estandartes de Craso, que es de ese año) ternura que osa afirmarse porque se sabe legítima.
·• :· está aparententente destinada a preparar los Juegos Propercio intenta aquí la reconciliación de la poesía
Seculares del .17, que se celebraron en una atmósfera amorosa tradicional (escrita lo más a ·menudo en
netamente apolínea. .honor de libertas o de cortesanas) y del amor con-
En el libro IV de Propercio se encuentran otras yugal, sobre el cual el pudor romano guardaba ge-
alusiones a las preocupaciones de Augusto. Por ejern:. neralmente silencio. La última elegía de la colección
plo, la bellísima elegía de Tarpeya solo se explica está presentada como una plegaria dirigida por una
en la perspectiva de la mística cesariana. Tarpeya, muerta, Cornelia, a Paulo, su marido. Cornelia, hija
traidora a· Roma, entrega la entrada de la ciudadela de un primer casan1iento de Escribonia, resultaba
al rey sabino Tacio; sin embargo, Tarpeya se ha haber sido la hijastra de Augusto. Propercio cele-
co':lvertido en herofn,a nacional. Es que su falta per- bra en ella todas las virtudes características de la
mitió la fundación. del reino doble, a un tiempo gran dama romana. Así termina el libro de las
sabino y romano, y la llegada a Roma de los Marcii Elegías, comenzado en medio de los desórdenes de la
Reges, antepasados de César por el lado materno, pasión, con una suerte de palinodia del poeta y con
como otrora· lo recordó el dictador al pronunciar la la afirmación de que la verdadera grandeza no reside
oración fúnebre de su da Julia: u Por los I ulii --di jo en el amor ilegítimo, sino en la observancia estricta
. César- nuestra faniilia llega a Venus y a los Dio- y digna de los deberes familiares .
ses; ·por los. Marcii, llega a los reyes."' 'Lá elegía de
Propercio aclara esa doble pretensión y se esfuerza, Preocupaciones morales, políticas y nacjon-a-1~~­
.como hacía la Eneida, por desdfrar en el pasado tán igualm.ente presentes en la obra d~Q~j}¡/
más remoto de Roma las ccfigüras"' . que· anunéian Entre las ccanexiones" sucesivas de los géneros grie-
y garantizan el pr.esente. Pero Propercio tampoco gos producidas por la poesía romana en. el curso de
olvida que su talento lo inclina a pintar robre todo las generaciones precedentes, solo faltaba el lirismo
los movimientos del alma y todos los matices del coral. No había ningún Píndaro latino. La ocasión
amor. Y sucede que Augusto intenta reformar las parecía magnífica para colmar esa laguna. Si Pín-
. costumbres y que vuelvan a honrarse los sentimien- daro adquirió gloria inmortal cantando a los caba-
tos familiares. Dos elegías serán, pues, consagradas llo$ y a los cocheros· victoriosos, a los púgiles y a
a cantar un amor legítimo: ·ta conmovedora carta los corredores, ¿no sería más fácil celebrar los triun-
de Aretusa a Licotas y el elogio de Corneüa. La· fos romanos? ¿Eran acaso tantas hazañas cumplidas
primera va dirigida p~r una joven: romana -cuyo ·en los campos de batalla indignas de inspirar a los
verdadero nombre se disimula bajo el seudónimo poetas? Horado. parece haber pensado en ello, y
griego de Aretusa- a su marido, que el poeta llaina hasta ·en tiempos de sus últimas Odas hablará del
_Licotas, y a quien las ne_cesidades de una carrera estifo pindárico con cierto pesar:. sin duda no pre-
72 73
tende querer rivalizar con el autor_ de los grandes todas esas razones, un poeta clásico romano no podía
epinicios y teme, queriendo elevarse demasiad~- alto, upindar~z~r·•. l-i?raciQ~,~kº J~---4~ch~ de en(;Oll:t~~r,
correr la suerte de Ícaro, a quien una excesiva con- ~~J_Qs . hr1cos..gr1egos, ·otros modelos.. A l<>.:S.>P2~~s
fianza en sí mismo precipitó e11 las ondas d~l mar; ·· eólicos, a ~~f.'?.! ___Al~~Cl. y Arqiiíloco dd>erá' sus rit-
pero los términos mismos en que esa derrota se_ Il.lº"~ P..!lli!i~s, sus estrofas de íorma fija, de des-
expresa no dejan de recordar el modo de Píndaro. ···arroilo a ~a vez simple y oratorio.
Era por cierto muy tentador volver a esas imágenes · Las fuentes favoritas de la inspiración horaciana
brillantes, al tono profético, a la libertad del rit1no son las mismas de que se habían valido los poetas
que engrandecen los menores temas y confieren al eólicos. Horaci9, como ·ellos, canta al amor, a los
poema una dignidad religiosa y, a la vez, una magni-. plac~!"CS-·de la-mcs~···y.--del· vino~· a }a ~~_istad y .a los
ficencia _real. Sin embargo, Horado no c:;edió; no menudos
...... ____ .......
incidentes de· su vida. Exhortacwñ--a--g--o-
~·~w· ...---.. ---·····.....·--·----------- .
••••"''••~ ,, '•• •.•. • ·····- - - - .
fue demasiado lejos en esa línea y sus más pindári- zar de la vida, sin preocuparse de un mafia.ria -q\ie ..
cos movimientos siguen sometidos al cuadro. algo ·~~!:~=i~--~~ias:escape y _acep-iaeián de ta· muerte ~t:aii- ~­
estrecho de los metros eólicoso ¿Acaso simple modes- io la de los demás como la propia~; en todo eso,
tia? ¿Debemos4 creer al poeta cuando pretende u aco- nada parece acercarse a los . grandes temas augus- _
piar con esfuerzo, al modo de las abejas de Apulia, tales. Y,. sin embargo, pronto nos damos cuenta de,
entre los bosques y sobre las riberas bañadas por él que esos poemas no son si:no sutiles variaciones en
Tíber, para componer, poco a poco, versos laborio- torno a un sentimiento único: la dicha de vivir•.
sos?~' 1 • Adivinamos que hubiera sidQ capaz de ele- Ésa es la dicha cuyo rec~erdo habían peraido los
varse más alto, ppro su conciencia de -artista le dejaba romanos durante. las largas pesadillas de las guerras
entrever que la le~gua latina se hubiese. prest'ado · civiles, y que por fin les era devuelta con el restable-
muy mal a l.os juegos métricos de·_ Píndaro. Los edi- ci~ie:nto de la paz. Desde el principio de ese con-
ficios rítmicos de éste, cuya estructura comenzaba junto surge un himno de reconocimiento al héroe
ya a no ser muy clara aun para los espe~iaJistas en.· que h;.1 sabido, después de tantas desgracias, devol-
métrica, hubieran seguramente deoorienta.do- a· los ver la alegría al uruverso. La promesa de Apolo se
_.,
oídos romanos. El éxito de Píndaro estaba indiso- ha cum.plido: la edad de oro ha vuelto a la tierra.
lublemente unido a la.lengua grieg~ • .Ádemás, el m<?- El día en que fue dedic;ado el templo del Palatino,
"Vimi~nto, las imágenes, la evocaCión a. vec~s tumui .. HoraciQ dirigió una _plegaria al dios; no le pedía la .
tuosa de los mitos, fuera· cu;1l fuese su propiá belleza, nqueza, ·ni cosechas inmensas,. ni rebaños innume-
conservaban algo extraño a las tendencias profunda~
y al gustó general de la época aúgustal. V eremos, ·al
rables, sino el ocio para disfrutar de su modesto
pasar, la salud del cuerpo y de la mente, y sobre
_tratar de la escultura, que entonces preferían acti- todo, deseaba que se le ahorrase la pena de arrastrar
tudes sosegadas, más próximas a la natu¡;aleza co- . una odiosa vejez que lo privara de su lira. ~Las._Odas
mún, llenas a la vez de realismo y de serenidad. Por: g~ l-Ioracio son en rig:1~,r lugar ·los cantós.'aeal~­
gría .y:_· de' re'C:'onO'éiiniento que . a humanidad enter~- .
1 Odas, lV. 2, 29--31. el~ya hac~a. Augusto. .
75 .
Como conviene a una poesía del instante fugaz, de los Juegos Seculares, en el año 17 a. C. Ese himno,
los grandes acontecimientos contemporáneo~ hallan dirigido a Apolo y a Diana, es una l~rga plegaria
también su eco. Horacio celebra con vigor salvaje la para obtener la prosperidad. Puede considerárselo
muerte de Cleopatra, el coraje inhumano de la reina como la más alta' cima del lirismo horaciano: la
sujetando en la mano la serpiente que la librará simplicidad de la expresión, conveniente a una ora-
'i, de la ignominia del cortejo triunfal. En otro lugar ción de niños, y conforme también con el tono ha-
hace votos por Augusto~que proyecta (o finge pro- bitual de las invocaciones litúrgicas romanas, que
yectar) una expedición· contra los árabes y otra siempre conservan como un acertto popular,. no
,/
contra los bretones. A veces, en fin, atribuye a perjudica a la plenitud de las imágenes. Es verdade-·
Juno palabras proféticas por las que confi-rma para ramente la antigua tradición de la piedad· romana
Roma el imperio del mundo, con la sola condición que parece renacer, con ...sus abstracciones personifi..;,
de que una piedad exagerada no lleve a los romanos cadas, la Buena Fe, la Paz; el Honor y la Pureza,
a .levantar nuevamente las murallas de Troya -.-pa- con1o las quería la religión de antaño. Olvidamos,
labras que casi no se explicarían si la opinión pÚ· al leer esos versos, que Apolo es un dios extranjero,
blica no hubiera en cierto momento atribuido a recientemente introducido en la ciudad; el arte del
Augusto el designio de.transportar~.. Q:r.iente la ca- . poeta ha sabido darle, como en apariencia artificiosa,.
pital del Imperio, y si el poeta, del que todo el mun- una suerte de antigüedad. Y tal ·es el papel que
do sabía que era famlliár de Mecenas y del principe, A:ug:q_s._to.... y_ _ Jv!:eff:!~a~ asignan .a la poeSla; · adornar~
no hubiese escrito esa· oda para dar a esos rumores las realidad.es polí-c.icas''con los prestig~os:~a~l... s:~~#­
una desmentida oficial. No es, por lo demás, el único mier,t,t<;> y de la bell~:za. Ambos saben muy bien
poema en que Horacio ásume semejante papel. Todo que los hombres son incapaces de sujetarse a la
el principio del libro HI de las Odas está consagrado sola razón. Las leyes pueden constreñir; §.~lo.. Ja.
a una verdadera exposición de las reformas morales _pqesía .tiene el ~on de persuadir y .encadenar--los
que más tarde realizará Augusto. ·El poeta, aquí, corazones.
se anticipó al legislador, y es seguro que Horado se
entregó a la tarea (o le fue encomendada) de pre- La inspiración propiamente "augusta!" no agota,
parar a la opinión para las leyes sobre el casamiento sin embargo, toda la obra de Virgilio, de Proper-
y sobre la familia, y para la casi obligación en que cio y de Hcracio. N o solo unos y otros no han sido
pronto se halla~ían los senadores de casarse y tener . totalmente dóciles a las instrucciones de Mecenas,.
hijos. Como Propercio con la elegía consagrada a sino que éste era demasiado prudente para prohi-
Cornelia, Horacio quiso voluntariamente contribuir birles que a veces siguieran sus propias tendencias
a la obra de restauración moral emprendida por y escribieran para su propio placer. Bien podía
Augusto. Augusto irritarse por las dilaciones de Virgilio en
Por último, a Horacio le tocó el honor de com- acabar la Eneida. No por eso el poeta dejaba de
poner el himno cantado por un coro de ~eintisiete. complacerse en el relato de los amores de Dido y
jóvenes y veintisiete doncellas cuando la celebración Eneas o en el de la muerte de Euríale. Esas .. esca-
76 77
.
padas" eran la condición necesa·!'ia para que toda la
obra fuese equilibrada y armoniosa. N o nos imagi"""
nemos a los poetas del círculo de Mecenas semejantes
a escolares inclinados diligentemente sobre su tarea.
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. ]a originalidad y la verdadera grandeza si, en el


:fondo de ellos mismos, no hubiesen sido libres?
Y" además, el círculo de Mecenas no. incluía a
. todos los poetas de valía. Dos al menos, Tibulo y
A .Horado le ocurría que no podía permanecer en O:vidio, están fuera de él; tino porque se ha vincu-
. L¡)i'.

Roma y se marchaba a· Sabina, al dominio que debía •:
lado a otro patrón, el otro por ser naturalmente
~ Mecenas, para llevar vida. de campesiD.o. Mecenas :l' inclinado a apartarse de todas las influencias,. . Ti-
·~~·.'
no se ofendía; esa inclinación solo ser·via para ha- ·•.
bulo, descendiente de propietarios pudientes del La-
cer más convincentes los alegatos del poeta en pro f,· do" también había quedado arruinado . por las
de la simplicidad rústica~ Y si a éste se le antojaba :~
~11
perras civiles, y había unido su fortUna. a la de
alabar demasiado libremente los encantos· .de alguna :1~. Valerlo Mesala Corvino, que, después de combatir
~~
joven liberta, a nadie se le ocurría ponerlo en contra- 'it en Filipos, acabaría per afiliarse al partido de Oc-
dicción consigo mismo cuando· se convertía e.p. aboga- . tav.io. Había ido con Mesala a la Aquitania inme-
:J diatamente después de Aedo, y se preparaba a seguir

~
do de las virtudes familiares. Cada cual sabía, en
efecto, que ne todas las clases sociales estaban obliga- a su protector al Asia (alrededor del 28 6 27 a." C.)
d~s a la misma virtud. La libertad de las manumiti~ · cuan.do ·Una enfermedad súbita lo detuvo en Cor-
das hubieS~e sido indecente en una matrona, pero cira y lo obligó a abandonar la vida activa. Había
Augusto nunca pensó er1 prohibir placeres .que no de morir una decena. de' años más tarde, poco des~
corrían el peligro de acarrear e! deshonor a las fami- pués de Virgillo. Esas circunstancias hicier.on:·¡que-
lias romanas. N o hay en eso hipocresía alguna, sino no pá.rticipara en la formaCión de la ideología
un distingo que las costumbres toleraban y que hu- augusta! con el mismo 'titulo que lós amigos de
biera. sido vano querer borrar, aun cuando fuese Mecenas. De Tibulo nos queda ~bre todo un libro
concebible. Propercio lamenta.s::á abiertamen¡:e que de Elegias amorosas, al que no siguieron, como fue
las leyes de Augusto lo alejen de Cintia, sea obli- el caso de Properdo (si se exceptúa una pieza con-
gándolo a contraer matrimonio con una rr.mjer de sagrada al santuario de Apolo Palatino, en el que
su misma condición~ sea prohibiéndole que se case aparecen temas virgilianos) , poemas de inspiración
con su querida, y en el libro f\,T de las Éleglas in- nacional.
sertará~ entre las piezas romanas, algunas pinturas Como Horado, Tibulo guarda de sus campañas
m1;1y vivas que prueban con claridad que su pasión el horror a la guerra. Aunque _se portó valiente-
sobrevivía a su uarrepencimiento~~. Por eso nos da- mente, no tiene palabras bastante duras para el pri-
mos cuenta, considerándolo todoll que la unidad de mer hombre que forjó una. espada. Sin embargo, e!
pensamiento que nos hemos esforzado poi" compro- gran deseo de paz que lo anima .no se parece de
bar en la obra de los tres poetas más grandes de ningún modo al sentimiento horaciano. Lo que en
la edad augusta! no excluye de ningún modo la Horado es alegría y sentido del instante fugitivo
diversidad, .ni siquiera la independencia. ¿Cómo, se convierte en Tibulo en nostalgia dolorosa de una
por lo demás, esos poetas hubieran podido alcanzar dicha sencilla. Mantenido prisionero, como lo con-
·iicsa él mismo, -~·en los hierrosu de una joven (en sus campesino que, cada mes, ofrece a los Lares el in-
versos la llama con un seudónimo: Delia), renuncia cienso y las flores y observa religiosamente las fies-
por ella a la gloria y se adivina lo que eso le cueJsta. tas rústicas. Pero, también como él, esos mismos
Pero, más allá del amor y de las satisfacciones ilu- romanos son incapaces de librarse verdaderamente
-·sorias que ie da Delia, entre dos traiciones, lo que de los placeres de la ciudad y aceptar la otra mitad
desea por sob_re todo es la plenitud que solo podría de la vida campesina, que está hecha de labor, de
proporcionarle ·una vida enteramente pasada en. el . privaciones y de inquietud.
campo. Propercio, también en-amorado, ha sabtdo Virgilio y Hpracio consigu.en disimular ese males-
notar los momentos más fugit~:ivos y todos los estre- tar profundo; pero no por ello es menos real den-
. rnecimientos de su pasión por Cintia. En compara- tro de sus mismas obras: esos pastores, esos campe-
ción, el amor de Tibulo nos parece bastante monó- sinos, ese ufilósofo", que alaban los encantos de·una
tono, y es difícil evitar la -impresión de que en vida simple y la grandeza de las virtudes primiti-
:Delia ama menos a la mujer o a la querida que a la vas son en realidad los hijos de una civilización que
compañera ideal de los días venturosos con que debe casi todo a los refinamientos del helenismo.
sueña. A medio camino entre Virgilio y Propercio, Su simplicidad es laboriosamente adquirida; es S'!)-
Tibulo está repartido - a veces desgarrado-- entre berana sol~ura de artista y no balbuceo de una
dos tendencias que son las de su tiempo. Por su me- ·musa campestre: La Naturaleza de que nos hablan
dio pertenece al mundo frívolo de los jóvenes ele- no es salv-ajismo primitivo, sino el jardín dibujado a
, gantes, propensos a la galantería Y. al placer. E~a imagen de ese salvajismo, tal como lo i:rnaginamos. La
·Delia, que lo tortura, es bien conoctda de Horacto política .de reforma moral intentada por Augusto
y sus traiciones no lo atormentarían excesivamente; pretendía, también, restaurar etvalores" que se ase-
se lo dice a Tibulo, en unos versos ligeros: ccTi- guraba fueron los de los romanos de ot:rqra, antes de
bulo, no seas más desdichado de cuanto es menester; ·que la conquista del mundo hiCiera de Roma la
pensando en la insensibilidad de Gliceria, no cantes c"apital de un Imperio helenístico y drenara hacia
·plañideras· elegías, porque otro, más joven que tú, ella riquezas y también ideas incompatibles con
ha hecho que te sea infiel y que ya no resultes más aquel viejo ideal de sencillez, hecho de ignorancia y
d preferido 1 . " Excelentes consejos, por cierto, pero de estrechez tanto como de uvirtud". Poetas y mo-
Tibulo es incapaz de semejante ligereza. Sueña con ralistas podían igualmente soñar con una .. vuelta"
ver a Delia representando el papel de propietaria a las costumbres de antaño; en esos sueños entraba
rural y volviendo a las virtudes de las antiguas ma- mucha ,parte de complacencia, de imaginación y
·tronas. Todo el drama de Tibulo está en ese con- tambi~n de ilusión. U nos, como Horado y Virgilio,
traste, que es también,·en cierta medida, el de Ronu sabían ser convincentes, a fuerza de arte; otros, co-
entera. Como Tibulo, los romanos suspiran por la rno Tibulo, eran menos hábiles y sufrían al no po....
felicidad de los campos, y~por la sencilla piedad del der realizar en sus vidas ese imposible ideal.

1 Otlas, I, 33, 1, y sig.

so 81
:,:¡
Con la po-esía de Ovidio se ha cumplido d di;vor- tJI.Ue dedr, y sv..:dnspiraci6.Tti peKmanedó si~rnprre en :~mJl
do. Ovidio., que en su _juventud fue amigo y como · puramente lit..e.rario. Camlo, Galo; P:rope:rcio y TI..,
~:fiscí'pufo''"':"dé Tibulo, no se abochorna de no ser bulo habia1n cantado sus :ilmoJre:s; -él cantará ~ ¡¡~~ ..
más. que un ·poeta mundano. ~SE~n~emente se . sión por Corina~ al la par que· confesará que esa c~)­
vincula a la escuda de los neóteroi (los jávenés), rina no tiene .nad;a de real,· qu? ¡¡;;¡¡ s.olamen;ee un . ,.. ob-
flor·ecie.nte ~n~km-poi-de-Caí:UfO;yde súbito edip- · jeto,~ imaginario, qu~ debe un rasgo a ésta, Cil:ll\'0 g¡
sada por la gloria de los amigos de 1\.fecenas. ,Los . .aquélla. Si Cori.na llora la muerte de un loíro f~vo"'
neóttf.:r..oi, menos preocupados que Virgilio u Hora- rito, es porque Ca_tulo escribió ot1·ora la~.mentos oobrre
~ci~- por conservar a la poesía latina un acento na- el gol\rión d~ Lesbia. Formado-en la sociedad gdante

dona!, se 4~d.ar.ab,;¿tp._ !!-biertamente discípulos de los de Roma, Ovidiº-__!!l~ __!2be.___ es.E;::t~!! .Jr9.:b.\!;~. ~~---~-IDA1;:~'"
~l~jandri;;~s. Su_ ~om!!t~i--p~r.. {!~-~~~:!:lc~a. era ~~.poe­ sin .quizá h~~~r~o ~~l'_;e,riment~d~,j~~~s~ -~ ~~~!!--··
sía am.qros~, o b.uen t.rataoan con 1nftn1to cuú:iad? "'tenido nuncila . algo mas que " a_yentura~ ~~~~~~.li!... ~
ie~;~ menudos, leyendas ráras, co~o an~año hicie- ~·peró'~~§.una verdadera ,paSión~ Lo que siente con
ron Calimaco, Teócrito y ApoloniO de Ródas. Fue
entre los neóteroi, donde Virgilio hizo su aprendi-
~mis' ardor. es
lif.alegriáC(i:.ii~los.senti.dol!l¡; pero quizá no
tan profundamente com(!l' la alegria de hablar de ello..
zaje de poeta, y de las Bucólicas a la Eneida la in- Antes que enamorado, Ovi~· es literatQ.a '!~~~~:m-
fluencia de éstos es sensible. Refinamiento alejan-
drino es también la exhumación por Horacio de los ·-f:~fid.Xu~JJ¿;-nes .-ª~ .ra.=r.:~~~l.l~~- ~nti;ea~!~. ~\1-~~~!_. ·
metros del lirismo eólico. El mismo Jtiecenas, ya io . Después Tecantar a Corina 9 Ovidio deseó· reno-
hemos dicho, tendía naturalmentcr a componer ver- varse; ~ara eso.. hnaginó retrotraer en el tiempo sus
sos afectados y oscuros. Propercio, en los tres pri- poemas de amor y .hacer hablar en sus ve.:rsos a las
meros libros de las Eleglas~ y otro amigo de Virgilio~ enamoradas deda leyenda. Escribió entonces las He-
Cornelio Galo, en cuatro libros de An-1-ores (hoy per- Yoidas, que son ·cartas imaginaria~&: en lai que Pené-
didos), debían mucho a la inspiración a~ejandrina, Jope$ Briseida, Fed:ra, Dido~ se quejan elocuen.remem~­
1
. y al principio de su libro IV Properdo afirma to- te de haber sido abandon~dt<is. El tema no éra nuevo..
davía que no tiene más ambición que llegar a ser Propetdo babia ya compu~sto !a tierna ucii\ll.rta de
el '~'Calimaco romanon. De modo que el alejandri- Aretusa a Ucotas'i', que entra en :el cuadro de sus
nismo no había dejado de ejercer su influencia a elegías romanas~ y t:lll ~gtv.ro que Ovidio ft: inspiró
través de toda la poesía augusta!. Pero con Ovidio en il'tse modelo.. Pero lo nuevó era la explotación si~~·
. pierde toda discreción y campea en la obra entera. temática del procedimientoo Las Htfroirl€Zs con~?­
Desde su juventud, Ovidio fue ati'~íd.()!_ hacia ~a va.n un rasgo e&1!nda! del espíritu mlejandrino: ia
:poe~Iar.iorl:i11'-impiiiso irresistible. Componía versos <~·modernización~' de lo~ 1terna.lt l;e;gend~.rios. Peoi:wpe
con·ta·mayor facilidad y, cuando todavía era alum- y Briseida sienten y habM;;1n como cottifi:!lanas del tiem-
no de los retóricos, no tenía igual para ;entregarse a po de Augusto. No :-w!o el poeta no i.nten~ di.'lll.de$
abundantes desarrollos sobre temas históricos o mi- • !
una pm.coJ.og:a~ ~
•1! Tl • , 'fl
v-~~o~... mu, en 1"tel~C1on con aa .r:~alil
(1' ~

tológicos. Por desgrada, no tenia gran cosa original $ÜlO que, al co!!".4t.rario:!i $C e.ntr~tienji1; .en hac~r dl1! eil'®s
32
mujeres uo.rdinarias", como si el anacronismo cons- favorito de las cortesanas y de los jóvenes elegantes.
tante de sus dichos fuera más propio que ninguna El Arte de amar .apareció, sin duda, hacia el a.ij.o 1
t.entativa de color local para revelar en ellas los sen- de nuestra era, y al año siguiente estalló en la fami-
·-a:imientos eternos del alma femenina. En las Heroi- lia de Augusto un escándalo si~ precedentes. Julia,.
das hay mucho ingenio, ·y aún más pesadez y mo- . la propia hija. del príncipe, la madre de Gayo y Lu-
notonía. cio César, los u presuntos herederos,, es acusada de
Más tarde, Ovidio tuvo ·la ocurrencia de erigirse inconducta y desterrada a la ísla de Pandataria (Ven-
en "maestro de amoe' y compuso un Arte de amar, totene). El mismo Augusto instruyó su proceso ante .
en tres libros. En el~os parodia, no sin chispa, el to- el Senado; citó hechos abrumadores; uno de los
no ·doctoral de los autores de tratados técnicos, en- amantes de Julia, su primo Julio Antonio, fue con-
tonces numerosos; los consejos que da revelan su .1
~.
denado a muerte y ejecutado; otros cuatro perso-
larga expex:iencia de la galantería y sirven de pre: ' najes de la más encumbrada nobleza fueron desterra-
texto para entretenidos cuadros de costumbres. S1 dos. Es posible que el asunto reyistiera un cará1Ct~r
se perdona a Ovidio su fundamental .inmoralidad, polít~co y que·en realidad quisieran ahogar.una cons- .
no nos resta más que estar encantados por el carác- piración naciente. Pero no es menos cierto que. ~f'
..
~
ter muy moderno de esos croquis que én otros tiem- pretexto oficial era la inconduc.ta de Julia, y q.ué en
pos se hubiesen dicho uparisienses"'. Entrevemos, to- el proceso no ·se trató de otra· cosa. Ovidio ··sentía
n-¡ado a lo vivo, todo el movimiento de una gran bien que el momento no se pre$taba pa,ra la poesía
capital, que es también la capital del place.J:'; es el gala.nte. Y se dispuso, .~.·componer una suerte de epo-
.. (mundo galante" romano con. Jas maniobras de las peya mitológica c.1.iyo' tema era la h~storia de las
mujeres, sus rivaliq.ades, sus astucias, los billetes que · ;i e: metamorfosis~'.
se envían secretamente, las sirvientas en su ·papel b.~ Metamorfosis, la .~!?~a¿~!!i~~.~~!~!?Ee. f!~ _qY..~~-?.?
de alcahuetas. A veces, dejando la calle, Ovidio pe- que s~ra-le"fda·:·¡·-·tr"ivés ~·dfi!""toda la Edad Media, ~
netra en. los. camarines. Ha compuesto, además de
su Arte de amar,· dos pequeños poemas que habían
presenta, bastante· curiosamente, como v~sto un
~~~!júi:··.c-~en~so col~ca<!~)?aj~ ..l€:~~.Y:~~óii"-"ª'~·
de ser el complemento: uno trata del arte de los afei- Pitágoras y· que pre'i:eiiCle ilustrar, c~!l.)~... ·~y~~~- 4e
tes, el otro, los Remedios al amor, de los medios que 1·élatos forñaaüsa,a··-íñiiO.lo-T
.................................. a-, Ta
,... -············- ······~- ......, .._ ...... g..... le .. universal del
···--·~-""'~J( ......... ,.,....-~" ¡·~·-·----~--
deben emplearse para curar las pasiones. El segundo .~..C:Y~EiF.· En realidad, ese l_azo queda muy f ojo y
de esos poemas debía, en el pensamiento de Ovidio, cada episodio es tratado por sí mismo, con toda la
redimir lo que su Arte de amar podía tener de pe_-- libertad!> el encanto y la facilidad de que· e"ra capaz
lígroso, y su instinto no lo engañaba. Es indudable el poeta. Hallamos en la obra una serie de. cuadros,
que las costumbres son más libres que n"':'"nca. Hay muy ·a menudo amorosos (.Ovidio es incorregible)·,
mucha diversión. en Roma, pero, a medida que el tomados de la erudición alejandrin.a,. que también
príncipe e~vejece, su humor lo inclina más a la se mostró interesada por semejantes historias. En los
austeridad, y hasta la libertad de las costumbres co- últimos libros, Ovidio aborda las leyendas romanas·
rre el riesgo de provocar su cólera contra el poeta y se es;fuerza por darles el encanto y el color de las
84 85
helénicas. Empresa curiosa:. para la cual estaba pre- Oficialmente, Augusto· le reprochaba la inmorali-
parado por la redacción de otro g.ran poema,. que él dad de su obra pasada, que fue proscrita de bs bi-
l!an1aba los Fastos y que estaba consagrado a las bliotecas públicas. Pero, ¿por qué esperar tanto? E.i
fiestas del calendario romano. Ovidio asignaba es- propio O vi dio, en los :versos que escribió en el ·exilio
peci~l valor a sus Fastos para obte.ner el perdón de (sus Tristes. y sus Pónticas, que son largos lamentos
Augus'(:o. La primera idea se la dio, probablemente, sóbre sus desdichas), alude a una indiscreción de. que
un verso de Propercio,. quien se proponía cantar los habría sido culpable. El mismo año de su exilio que-
antiguos santuarios de Roma. Pero Propercio .no Ue- dó también marcado por la relegación de la segunda
vó.:a cabo su. proyecto. Solo Uegó'a dar, en el libro IV Julia, la nieta de Augusto:t castigada como su madre
de las Elegías, algunos ejemplos, sin emprende:_r ver- y por las mismas. razon~s. ¿Deben relacionarse los
.daderament'e una obra de conjunto sobre ese tema. dos acontecimientos? Nada lo prueba. Se ha supues-
Ovidio, más osado, se dispuso a comentar, día tras to que Ovidio~ para escribir sus Fastos:~ intentó vio..;.
día, las diferentes solemnidades.. del año litúrgico. lar el secreto de los ritos y asistir a lQs misterios. de
El calendario romano tenia muchas.fiestas tnuy an- la Buena Diosa, que no debían tener a ningún hom-
tiguas, de ritos extraños~ cuyo significado había si- bre por testigo. Hipótesis ingeniosa, pero bastante
do olvidado desde hacia tiempo.· A principios del poco probable. El secreto fue bien guardado, y Ovi-
reinado de Augusto» un uancicuariou ~ Varrón, se . dio murió, lejos de Romall desterrado de aquella· so-
ltabia esforzado por recoger las tradiciones aún vi- ciedad elegante a la que tanto amó y cuyos vicios y
··!iientes y p·o.r explicar creencias y costumbres~ Su espíritu encarna .
..esfuerzo fue alentado por Augusto, preocupado poro
salvaguardar!' en el pasado nacional, cuanto pud.iell'a Cuando se intenta trazar un cuadro de la litera-
reforzar el sentimie~to religioso y volver a dar una ~;:.~ aygy:ffar;-ños' 'oimos" cueñta de que 'las obr~s
a-ttmadura moral a aquel pueblo que ya no. creía en . poética!_.J:je.q~p_, . ,ª.mpliª' .~u,perioiiaa:a-$9bre-Iai -oéras
•• !f.


casi no
,_·(

-sus dioses. Como Virgilio y Propercio, Ovi.dio con- eñPr();a. A los grandes poetas se puede ope.:.
-cibe los comienzos de Roma al modo d.e una pas- ·n.e:'i: :ri:i4.f~q-g~- ún __ pxQ.sista; el historiador Tito ):.,ivio~
'toral.·Pero - y éste es un a_po.rte propio de Ovidio- Esto-es tanto más nota-ble-ci.iañto ·que en el'·pei'ioao
ninfas, ~faunos y dioses se solazan libremente, como precedente la balanza se mantuvo poco n1.ás o me-
.en un i.dilio gala;IT'Jlte, La 'influencia helenística, tan nos igual. En tiempo de César, Salustio y Catulo,
.evidente en las Metamorfosis y las 1-Ieroidas, tam• . Lucrecío y Cicerón -por no citar sino los más
bién se manifiesta aqui, hasta el pu11to de trastrocar grandes- están ahí para probar que el genio rema-
a veces, y hacer irreconocibles las leyendas naciona- !¡ no e.ra. apto para cultivar uno y otro género. ¿Por
les. Hacía falta otro ton9 para complacer a Augusto. j
1
qué, pues, de repente, esa ruptura de equilibrio y
Ovidio· no tuvo tiempo sufi<?iente para terminar su esa primada de los poetas? .
poema~ que permaneció interrumpido después del Ji-. Una primera razón, evidente, reside en el cambio

l..r~ VI. En. el 8 d. C., por una falu. no precisada, el de régimen político. Ya ha pasado el tiempo de los
11:
i!.
,.
1!
poeta fue relegado a T9mes, a orillas del mar N egro.. grandes oradores. Con la desaparición de la libertad
!
·'
y de las luchas del Foro o del Campo de Marte, los misma, y perman eciendo al mismo tiempo fiel a un
discurso s han perdido parte de su importa ncia. Ya sol<' ideal y a 't'lna sola vocació n. Tito Livio empren -
no son uactos,, capaces de influir en la opinión pú- dió esa tarea y escribió , en ciento cuarent a y dos li-
blica y de modific ar el curso de la historia . La pala- bros, la historia de Roma desde los orígene s hasta
bra se convier te en recurso vano, destina do no a el año 9 d. .C. Solo la muerte le impidió ir más
conmov er a la muched umbre, sino a halagar el oído allá. De ese conjun to no poseem os más que treinta
de algunos conoced ores. La elocuen cia se refugia en y .cinco libros comple tos y en cuanto al resto, resú~
las salas de declam ación y degener a en. retóriéa . Has- menes muy incomp letos y ·fragme ntos. Apartá n ...~o­
ta entonce s, los grandes oradore s se formab an por se del método de los historia dores de la época inme-
el ejemplo ; los jóvenes elegían como maestro a un diatame nte anterio r, que se content aban con escribir
hombre político renomb rado y se apegab an a él, lle- monogr afías consagr adas a una sola guerra o a un
vaban su vida, le formab an cortejo ; poco a poco se solo episodio bien definid o, Tito Livio volvió a la
atrevía n a aceptar causas ante los tribuna les o a fórmula de los más antiguo s historia dores latinos,.
pronun ciar alguna arenga de lo alto de los Rostra. los analista s, que referían , año por año, todos los
Ahora prefiere n confiar se al cuidado de los retóri- acontec imiento s ocurrid os desde la fundaci ón de
; 1
1
cos._pro fesional es, que les hacen ejecuta r, en la calma Roma hasta su tiempo. Pero - y ésa es esencialmen..:.
de las escuelas , ejercici os graduad os. Se imagin an te la noved ad- el relato de Tito Livio está .. orien-
proceso s ingenio sos, fundad os en leyes extraña s, y tado''. Se trata de explica r a Roma, de verla vivir y
cada cual se esfuerz a por inventa r exordio s atrac- luchar~ de compre nder las razones de su grandez a y
tivos y desarro llos tanto más aplaudi dos cuanto las de las catástro fes que sobre ella se precipi taron
más se apartan del buen sentido . Los oradore s que en tiempos de las guerras civiles; de de9ucir , en fin,
habían recibido esa formac ión podían obtener éxi- qué razones de e·speran za aporta el princip ado. Sin
tos al n1odo de los virtuoso s. La elocuen cia no era embarg o, aun cuando al fin y al. cabo sirve a una
ya una discipli na creador a, sino· sencilla cuestió n de política , la obra de Tito Livio no !leja de ser pro-
oficio y de estilo. fundam ente honesta . Las fuentes son, en cierta me-
Quedab a la historia . Mezcla da, en los tiempos de did·a, criticada s;, compar adas entre sí, preferid as
Salustio y de César, a las luchas política s, podía según el criterio (bastan te subjetiv o, es cierto) de la
prestar inmenso s servicio s a August o. ¿Acaso uno de verosim ilitud. N o se ocultan los acontec imiento s do-
los postula dos del régimen no era la necesid ad de lorosos o los poco glorioso s. Tit~ Livio no acepta a
restable cer, en todos los dominio s, la ucontin uidad'" ojos cerrado s las tradicio nes sobre las más remotas
de las tradicio nes romana s? August o estaba dispues - edades de Roma. Muy a menudo su obra es el único
to a acoger -lo deseaba con vehem encia- al histo- testimo nio que poseem os, y si no existier a, no solo
riador que hubiera sabido descubr ir esa continu idad nuestra ignoran cia sería aún más comple ta sobre
en el pasado y mostrar , por ejemplo , la plastici - ciertos período s de la historia romana , sino que la
dad de las instituc iones según las épocas, siguien do faz misma de Roma no sería para nosotro s lo que
paso a paso el esfuerz o de Roma por definirs e a sí es, y no podríam os evocar con la misma simpatí a
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rni el mismo sentimiento de- íntima farniliaridad a los que un recuerdo. La poesía, en fin, es el lenguaje
h01nbres que, en el pasado, fundaron su Irnpedo. De de los. dioses; posee una naturaleza sobrehumana; su
la obra de Tito Livio se desprende una impresión de belleza, s-p ritmO., su encanto hacen de ella como una
fuerza y de vigor moral cuyas lecciones siguen sien- revelación de Yerdades que de ot~ro modo nos sedan
d.o·válidas a manera de ejemplos imperecederos. Tito inaccesibles. Era natural que el siglo de Augusto)
. Livio s~rvía~ sin duda, a Augusto, pero solo en la que vio el retoñar de la religión nacional, fuese por
medida en que éste servía a esa patria profundamen- excelencia el gran siglo de la poesía inspirada. ··-
te amada.
Tito Livio y Virgilio se complementan . Ambos
trabajaron en otcesculpir" una imagen (quizá un imi-
to) del alma romana, y esa imagen era precisamen-
te la que Augusto deseaba. De ahí no hemos de de-
ducir -que esa imagen fuera completament e falsa y
arbitraria. Augusto mismo encontraba .los principa-
les .rasgos en la tradición. Así como Virgilio no in-
ventó la leyenda de Eneas, o Tito Livio las figuras
rudas y vigorosas de los grandes hombres de otrorall
así tampoco Augusto creó enteramente un ideal ro-
mano. Éste existía, pero alterado, semiborrado ya
por el olvido,. la evolución de las costumbres, las
transformacion es sociales y económicas. Es innega-
ble que la revolución augustal fue una restmtración,
y que al devolver Roma a si misma le prolongó la
vida por varios siglos. Y si; en esa obra de recons-
trucción espiritual, la poesía parece asumir el papel
principal, es porque en un tiempo en que los libros
costaban caro~ en que la enseñanza pedía mucho a la
memoria, la lectura co]ectiva de los poetas, de los
que se aprendían largos fragmentos desde la infan-
da, constituía lo esencial de la formación moral. La
Eneida: fue durante generaciones, y hasta el fin de
la Antigüedad, el catecismo de la juventud romana,
el compendio de una fe en el destino de Roma, que
sobrevivió no solo a la ruina de la dinastía juliana,
sino a la ruina misma de Roma y la prolongó en los
espíritus y en los cora~ories .cuando ya no era más
91
.diente, colocó campanillas en el techo de Júpiter
CAPÍTULO IV Tonante para indicar, según se dice, que éste no
¡"¡ era sino el «portero,, del Capitolio. En el Palatino
i
¡¡1:. EL ARTE EN LA ÉPOCA AUGUSTAL fueron edificados otros tres templos, dedicados uno
!'.:,
a Minerva, otro a Juno Reina, y el tercero a Júpiter
Libertad. En la región cercana -del Foro, dos san-
tuarios, que hasta entonces sqlo habían sido oscu-
ras capillas, fueron promovidos a una dignidad nue-
va: el templo de los lares, en el comienzo de la Vía
En su testamento, Augusto se jacta de haber res- Sacra, y no lejos de ahí, el de los dioses penates.
taurado, al día siguiente de su triunfo, en un solo Lares y penates del pueblo romano eran, en efecto,
año, ochenta y dos santuarios. Eran en general los remotos fetiches que se decían sustraídos por el
· capillas o pequeños templos descuidados desde ha- piadoso Eneas al incendio de Troya y tJ:"a.sladados
cía tiempo y que los mcendios, tan frecuentes en- h~sta Roma. El renacer de la leyenda troyana ex-
tonces, o senéillamente el abandono en que los de- plica la iniciativa de Augusto. .
jaban, habían hecho caer en ruinas. Augusto los A esos templos conviene agregar el de Marte Ven-
reconstruyó, y los adornó con exvotos preciosos. Esa gador, edificado· en el éentro ·del nuevo Foro con
obra preludiaba el esfuerzo de restauración religiosa que Augusto dotó ala ciudad y que recibió el nom-
y la reposición de los viejos cultos. Se completó con · ··bre de Fontm Augusti. Ese templo del dios venga-
la construcción de templos nuevos, mucho más im- dor· (Mars tJ ltor) fue verdaderamente el edificio
portantes: el de Apolo Palatino con sus anexos, un· dinástico por ·excelencia del nuevo régimen. Marte,
pórtico y dos bibliotecas; el d.e César, en el Foro padre de Rómulo y Re111o y ccamante"' de V~nus,
romano, ofrecido en el año 42 en el mismo lugar en se halla· entre 'los antepasados divinos de César, que,
que fue incinerado el cuerpo del dictador, pero que ya en vida, fue asimilado a Rómulo-Quirino. En el
no fue acabado. y dedicado sino en el 29; en el Capi- campo de batalla de Filipos, Octavio prometió ele-
tolío, el templo de Júpiter Tonante, que conmemo- varle un templo si triunfaba de los asesinos del dic-
raba un umilagro" ocurrid9 durante la guerra con- tador; pero el templo no quedó terminado hasta
tra los cántabros, en. España .. En el curso de una el año 2 a. C. Su inauguración, el 19 de agosto,
marcha, un rayo cayó delante de la litera de Augus- coincidió con el aniversario de la.' entrada de Octavio
to, matando a un esclavo pero sin dañar al príncipe; en Alejandría. Era una de las grandes fechas del
en reconodmient9, Augusto prometió un templo a régiiJ?en, puesto que la toma de la ciudad puso fin
Júpiter, y el que elevó fue de .tal magnificencia que a la gue.r:ra contra Cleopatra. Alrededor del templo
hizo sombra al otro Júpiter, el Muy Buen~ y Muy resplandecía un pórtico en el que Augusto h~bía
Grande, cuyo santuario, muy cercano, ql.ledaba coloc~do las estatuas de todQs los triunfadores, cada
eclipsado. El dios no titubeó en quejarse a Augusto.; · una acompañada de una inscripción que relataba sus
.se le ~parec~ó durante un sueño, y Augusto, obe- hazañas.. El conjunto formaba como un inmenso re-:-
92 93

c.xnto sagra d o, un H temenos
, , . d• • • _¡¡
uectamente 1n.spnauo Pornpeyo (del 55 a. C.) , Roma no tuvo jardines
.en los de los grandes santuarios helenis.ticos. E~ iu- públicos. César fue el primero que imaginó lega.~;"
. gar había sido elegido con cúidad.~): por el sur:~ ese su gran parque del Tra:stévere al pueblo romano~
Foro eta contiguo al de César, que se presentaba Pero ese parque estaba muy alejado del centro. Los
como el ~·témenos" de Venus Genetrix. Así Marte upó.rticos'" construidos por Augusto consti~uían, al
y Venus, padre y madre de lá raza nadda de R.ómu- contrario, lugares accesibles en todo tiempo, donde
lo, dominaban las dos grandes plazas públicas con podía hallarse, según los días~ la tibieza del rol. o
que el nuevo· régimen había dotado a Roma. Por . ·la frescura de la sombra. En tiempo. de la Repú-
el norte, una enorme muralla de cintura ocultaba a blica, el ocio de la plebe transcurría enteramente en
las miradas las miserables casas adosadas a las pen- el Foro, y esas mu~h.edumbres ociosas estaban siem-
dientes de Suburra. Hasta el fin del Imperio, :aun pre dispuestas a escuchar las arengas de algunos de-
después de la edificación .del Foro de Trajano, ahí magogos. Con las restricciones impuestas a la acti-
terminará el barrio monumental de los Fm:os im- vidad política, era prudente proporcionar a esa mi:s-
periales. E! utémenos>'1 de Marte Vengador deter- :rna plebe otros placeres y dispersarla a través de más
minó, definitivamente, el eje sobre el cual se des- numerosas plazas públicas. De ese modo el urbanis-
:u.·rollarían las construcciones ulteriores. mo de Augusto depende de consideraciones muy ex-
Pero la actividad de Augusto no se limitó a los trañas a la estética. ·
·edificios sagrados. Desarrolló principalmente las ba- Los lugares de espectáculos fueron igualmente
sílicas, ayudando a Paulo Emilio .a restaurar y a objeto de la solicitud del príncipe. César había te-
engrandecer la Basílica Emilia, ampliando él mismo nido en otro t:ie.rnpo la idea de construir un gran
la Basílica Julia, que había sido destruida por un teatro adosado al Capitolio. En Roma no existía
incendio. En adelante, el Foro romano estará ente- más que un solo te~tro permanente, el que Pom-
ramente rodeado de columnatas que harán que se peyo construyera· en el Campo de Marte, y que no
parezca cada vez más a una plaza pública de tipo podia contener sino diez mil espectadores, lo cual
helenístico. En otros barrios también se edifican era insuficiente. Pero César no tuvo tiempo de llevar
pórticos: uno, en nombre de Octavia, hermana del a cabo su proyecto. Augusto lo retomó y lo amplió.
príncipe, no lejos del circo Flaminio, al sur del Compró con su propio dinero terrenos pertenecien-
Campo de Marte; otro en nombre de Livia, en las tes a particulares y comenzó la construcción, sin
laderas del monte Opio (en el barrio del Esquilmo), duda hacia el 24, a su regreso de España~ El teatro
primer monumento di'gno de ese nombre construido solo fue inaugurado en el año 13 (quizá ·en el 11 )
tan lejos· del centro; otro, en fin, en nombre de Agri- a. C., pero los trabajos se hallaban .,ya bastante
pa, en la parte or:iental del Campo de Marte. Augus- adelantados en el año 17 para que pudieran cele-
to multiplicaba así los pa~eos públicos. Algunos de brarse una parte de los Juegos Seculares. Augusto
esos pórticos rodeaban un área plantada como jardin10 le dio el nombre de uteatro de Marcelo'~, en recuer- .
lo qti~ era una innovación impo:rtant~~ Hasta en- do del joven en quien se habían depositado tant2s
tonces, si se deja a un lado el l(paseou del teata·o de esperañzas y' cuya muerte retrasó> ya lo hemos di-
cho el nac imi ent o del nue vo Hsig
lo~,. El tea tro de jun tas ob1 icu as, bas tan te par eci da
Ma ;ce lo tod aví a sub sist e en gra n a un a red de pes -
par te. Co nst rui da ca. De ahí el nom bre de ccr etic ula
en tra ver tin o (ot ror a cub ier to con dou qu e se dio a
un rev est imi en- esa s cla ses de rev est imi ent os. Par a
to de má rm ol) , su fac had a sem icir los gra nde s mo nu- .
cul ar se com pon e 1ne nto s rec urr en a la mu y ant igu
d.e tre s pis os de arc ada s sup erp ues a téc nic a de la pie -
tas; _ ent re los, ~reos dra d.e sillería._ Lo s vie jos ma ter iale
de la pla nta baj a est án enc ast rad as s vue lve n a goz ar
pil ast ras dor tca s; de fav or. Sob re ese pu nto tam bié
ent re los del pri me r pis o, pil ast ras n Au gus to se afa nó
jón ica s; por últ i- po r res pet ar las . tra dic ion es ven era
mo el ter cer pis o era cor int io. La ble s, sob re tod o
téc nic
tru~ción rec uer da la que se em ple ó a· de la con s- en la res tau rac ión de los san tua rio
s, com o si hub ier a
en el tea tro de tem ido ccd eso rien tar. , a 'las div ini
Po mp eyo , y anu nci a ya la del Co dad es de ant año
lise o. Se des~u~re mo der niz and o des con sid era dam ent
un a fue rte inf lue nci a de la arq uit e su mo rad a.
ect ura hel ent stic a
(Po mp eyo se ins pir ó dir ect am ent
e en el tea t:o de Au gus to, org ull oso de los em beJ
Mi tile ne) per o sin em bar go, se lec imi ent os que
rec ono cen cie rto s hab ía pro por cio nad o a la ciu dad
car act ere s' pur am
' ent
e rom·anos~ Cu and o 1a tec , ntc
. a , se com pla cía en
n~·petir que .ula hal >ía enc
de los tea tro s apa rec e en Ro ma , a ont rad o de lad rill os y la
me dia dos del sig lo I dej aba de má rm ol'' . Ha sta esa épO
ant es de nue str a era , es ya: el pro c:a, en efe cto , los
duc to de un a lar ga !·di fici os púb lico s, y· sob re tod o los
ada pta ció n de los mo del os gri ego tem plo s, est aba n
s, y los tea tro s au- dec ora dos con orn am ent os de alf
gus tale s (re sta ura ció n del de:. Pom are ría agr ega dos .
Ma rce lo) anu nci an los ult eno res
pe~o, y teat~o de El em ple o del má rm ol seg uía sie ndo
anf tte atr os g!g an- exc epc ion al; su
tes cos : el Co lise o y tod os los que tra baj o era pat rim oni o cas i exc lus
se lev ant ara n en ivo de los tall ere s
gri ego s. En lo suc esi vo los esc
las ciu dad es pro vin cia les . ult ore s uro ma nos u
El usi glo de Au gus to" con oci ó, (m uch os de. los cua les era n de ori
com o se ve,.. u.n a gen hel éni co y se
hab ían for ma do en la pro pia Gre
gra n act ivi dad arquitectónic~. _V cia o en Or ien te)
olv ía ~ las tradic~o-: se ded ica rán a tra tar tod a cla se de
nes ant eri ore s a las gue rra s CIVIles
, 'al tiem po de Sila , l~s var ied ade s exó tica s, im por tad asmáde rm ole s des de
que hab ía vis to for ma rse un est ilo
uit áli co' '' y es a ve- ..t_\-frica., ~asta los má rm ole s ital ian Asi~ o de
ces dif ícil rec ono cer , a sim ple vis os, cuy as cua lid a-
ta, la fec ha de tal o des com ien zan ent onc es a ser rec
cua l fra gm ent o o de tal o cua l edi ono cid as.
vue lve n las exc ava cio nes . Sin em bar io qu~ n«?s de~
fic En tre los dif ere nte s órd ene s arq uit
ect óni cos se pre -
go, la tec ruc a de _fiere cas i exc lus iva me nte el cor int
los rev est imi ent os es má s· reg ula io (al me nos par a
r en tiem pos de los tem plo s) , con sus col um nas
Au gus to que tre s cua rto s de sig de pro fun das aca -
lo ant es. L~s con s- nal adu ras , sus cap itel es en qu e
tru cci one s sUá nic as com por tab an, se abr en las hoj as
por enc 1m a del de aca nto , sus fris os ado rna dos
cas qui llo cen tral _ de las parede~, de vol uta s. Par ece
un rev est imi en. to ·',
que pon en em peñ o en apr ove cha
de peq ueñ os cub os de tob as, ure r tod
gularme~te dis - dad es del má rm ol des arr oll and o los as las pos ibil i-
pue sto s. En tiem pos de Au gus to, ele me nto s veg e-
los alb aru les ha- tale s y la flu ide z de la dec ora ció
bía n adq uir ido la cos tum bre de igu n. El mo num ent o
ala r esos ele me n- má s car act erí stic o de la esc ult ura
tos de. mo do que con stit uye ran un dec ora tiv a aug us-
a sue rte de red de ta}, el Al tar de la Paz de Au gus
to, cuy a con str uc-
96
97
;1
c:ión fue de.¡;idi da por senado consul to en el año 13 a. · dentro de un espírit u nuevo ; cuelga n según un rit-
C. para celebr ar la pacific ación definit iva d: _las ~o amplio , sujetas , de trecho en trecho , poa: un
provin cias occidentales~ nos ofrece un magn!Í 1Co bucrán eo esculp ido (es decir, el esquel eto descar na-
ejemp lo 9e ese est.ilo~ La superf icie exterio r ~~~ mu- do de una cabeza de buey, resto de un sacrifi cio),
ro de cerco coloca do alrede dor del altar prop1a men- a.p,enas sepa~adas d~l fondo en los puntos de suje-
tc dicho está enter:u.nen~e cubier ta por un verdad ero cxon, en sahent e mas acentu ada hacia en medio de
bordad o de mármo l. Ligera s voluta s de acanto están s~, curv~ .. Ese motivo tiene aquí eviden te signifi ca-
dispue stas en forma simétr ica con relació n a· ejes CIOn religio sa; son, por sí solas, un acto de recono ci-
que destac an bohord os vegeta les y, alterna damen tc, miento y una plegar ia. Augus to ha devuel to a los
la nervad ura princip al de una hoja abierta en toda hombr es la alegria de vivir. Grada s a él~ los dioses
su amplit ud. Cada voluta termin a, en el centro t con han hecho la paz con los mortal es; los cultos anti-
una flor: rosetó n, peonia o adbrm idera. A veces, ~uos ·han tornad o a encon trar su eficaci a y, por la
la figura de un cisne con alas desplegadas~ el cuello tnterce sión del prínci pe, !a divinid ad reco:m pensa a
gracio samen te encorv ado, interru mpe el desarro llo. los hombr es dando a sus campo s la prospe ridad y la
de las voluta s. El cisne, pájaro apolín eo por excele n- 1narav illosa abund ancia de la Edad de Oro. Se pien-
cia, tmna un valor heráld ico, como tambié n las co- sa, ante tamañ a magni ficenc ia, en los versos de las
ronas de laurel que se encuen tran en otros puntos Geórgi cas en que Virgili o cantab a, veinte años an-
. de la con1po sición, pero el esculto r se ha esforz ado tes, la fecund idad de las campiñ as italian as.
por hallar, en las formas flexibl es del pájaro t un pa- _Tamb ién s~ piensa en ·virgil io al 1nirar el gr;an
rentesc o inespe rado con el movim iento de la planta . fnso y los relieve s que repres entan person ajes, y que
Aun cuand o queda someti do, en SU. conjun to, a )a consti tuyen la decora ción princip al del A1tar. A ia:-
geome tría de un estrict o ordena miento 9 el artista. ha q~ierda de la entrad a, del lado este, una compo si-
conseg uido darle una liberta d q':~ exduy~ toda tm- cwn repres enta una figura :femenina:~> sentad a, con
presión de artific io. No solo ha 1ntr~duct~o peque~ dos niños en el regazo y frutas sobre las rodiUa:s; a
ñas variaci ones que suprim en toda Stmetn a Intem- sus pies, una vaca y un borreg o; a la derech a u:na
pestiva " sino que la ~~materia'•. ~isma de la planta divinid ad marina , y a la izquie rda, el geruo de un
se halla expres ada con rara felactd ad y rara verdad . r~o, apoyad o sobre un cisne con ai3s desple gadas.
En fin, no ha vacilad o en aniina r esos follaje s con Es probab le que el artista quisier a figura r de ese
una vida secreta , coloca ndo, acá y allá, lagarto s, in- .modo a balia entre el mar y las aga..1as vivlfic antes
sectos y pájaro s. . de los ríos, nutrie ndo a los dos gemelo s d.ivinos'll
El mismo sentido de la vida, el mismo reahsm o Rómu lo y Rerno, antepa sados de la dudad . La in-
alegre aparec en en otro motivo del Altar: las· guir- tendó n simból ica no ha dañad o ni a )a vivaci dad ni
naldas de hojas, espigas y frutos que adorna n la al fresco r del cuadro . I-Iubie ra podido temers e que
parre superi or del fr~so~ en el interio r del monume~­ la ideolo gía august al diera nacim iento a. un .arte so-
to. Esas guirna ldas son:~o sin duda,. un t:ema muy VJe- brecar gado de ~iegorías · y algo declam atorio. En
jo9 famili ar al arte helenístico~ pero están tratada $ .realida d, no pu.ede dejarse de r~con.occr .hasta· qué
pun to toda s las com pos icio nes son ento
nce s alig e- ritu al; las mir ada s no son uni form eme nte
rada s y sim pies . Has ta los relie ves uhistóri
cos~~ (los sus dire ccio nes se cru zan y crea n una
para lela s;
que inte nta n fija r una esce na o_ rela tar un ilus ión "!1 de
aco~te­ pro fun did ad. Aq uí vue lve a enc ontr arse
cim ient o) sep aran a -los pers ona Jes y ~os suQ la mis ma
.ord inan con cilia ción de las dos tend enc ias p,r:o fund
uno s a otro s sin pesa dez . Las actitude~ son as del si-
se.renas; glo: una gra ved ad algo sole mne y, a pes
los ade man es está n fija dos no en el ímp etu, ar de tod o,
' s1no en el sen tido agu do de la ver dad y de la vida
el mom ento en que lleg an al fi~. ~?s te~
ciile cció n son las esce nas de sacr ifici O: el as ~e.pre­
.
Ese real ism o en la figu raci ón de los pers
sacr 1f1c an: ona jes
te con un cos tado de la tog a sob re su cabe era desd e muc ho ante s una trad ició n de la
za~ esta esc ultu ra
d:la nte del alta r; uno o dos cam illi, · qu~ rom ana . Exi stía un arte ital iano del retr ato,
1? _aSisten,. nac ido ·
le tien den un plat o colm ado con_ las. ~nm qui zá en los talle res de Etru ria, desa rrol
vaso que con tien e el vin o de la lib~c10n.
1C1 as ! ~1 1·es pon der a las exig enc ias n~cidas de las
lado . par a
~as Vl~tl­ cos tum -
mas , un ~oro, un pue rco o una ove ja, seg bres fun erar ias y del cul to fam ilia r rom
un el nto, . ano y que ,
des preo cup ado s de la sue rte que les e~pera, · en la épo ca de Aug usto , con oció un imp
no opone~ ulso ext ra-
resi sten cia algu na. El mom ento eleg ¡do no ord inar io: la gra n pro cesi ón del Alt ar de la
dra mát ico; es el inst ante de orac ión Y ~e rec
es~~ ?"as ,. de con side rars e com o una gale ría de retr
Paz pue -
og~mten­ atos ind i-
to que prec ede al sacr ific io, ~omo s1 al .· vidu ales y es, si no fáci l, al men os pos ible
arti sta le reco noc er
· 1·epu gna ra lo pint ores co y
las prin cipa les pers ona lida des de la cort e.
lo vtolen~o. . ..... , ' mus eos de Eur opa pos een imp orta ntes
Tod os los
El gra n fris o que ocu pa la par te tnte nor del mu - cole ccio nes
ro de cerc o del Alt ar de la Paz desa rrol la de sem ejan tes retr atos aug usta les, bus tos
una larg a cuy a ver a-
pro cesi ón que nos rest ituy e la atm ósfe ra cida d nos está gar anti zad a por la com para
de las so- ción con
lem nida des relig iosa s y de la reli gión de las efig ies grab ada s en las mon eda s. La preo
Est. ado . En cup ació n
él se ven los licto res con sus hac es, prec del p;tr ecid o es tant a,. que es pos ible enc
edie ndo al ont rar, de
prín cip e; lueg o, el gru po de las. Ves tale s un pers ona je a otro , tal o cua l rasg o fam
y el co~e­ bas ta par a per mit ir )a iden tific ació n aun
ilia r que
gio de los Flám ines , y, det~~s ~e lo~ ind epe n-
pers ona jes dien tem ente de los test imo nios mon etar ios.
ofic iale s, mar cha tod a la fan uha 1mp ena Así los
noc e a Liv ia, a Agr ipa, . a Juli a, con sus Se r~~o­
l. rasg ós de Liv ia, en un bus to de la glip tote
dos ca Ny -
Gay o y Luc io Cés ar, aún mu y jóve nes, mol htJOS, Cal sbe rg, resu ltan auté ntic os al com para rlos
con los
esto s en de su hijo , el emp erad or Tib erio . Per o la
EUS vas tas toga s pret exta s, y seri e más .
:vis ible men te (al men os rica y la más emo cion ante es la de las esta
el más jov en) imp acie ntes por .que acab e tuas del
la cere mo- pro pio Aug usto .
nia. Fin alm ente , la pro cesi ón de sena dore s
Y .s;a~erdo­ El prín cipe fue repr esen tado en muc has
tes. La imp resi ón gen eral ante esa proc opo rtu-
esto n, que nida des y el cul to que se pro fesa ba a su pers
hub iera pod ido ser de mon oto nía desc:s~r ona in-
ante,. es, citó a los arti stas a no con tent arse con uno
por el con trar io, de var ieda d y mov nru. o dos ti-
ento : Tal pos ofic iale s, sino a rep rod ucir su cara en
pers ona je se da vue lta, llevar un ded o a los todo s los
hac e señ a a un niñ o par a que obs erve la~1o~, .Y per iod os de su vida . Pos eem os así dos
retr atos de
el salenc1o Oc: tavi o aún mu y jov en, en el mom ento
en que fue
100
lOl
a Apolo nia a reivin dicar la heren cia de su padre :fresco s ~intados. Los p.rin1e ros, de ejecuc ión suma -
adopt ivo. Sabem os que Sueto nio, un siglo despu.és de mente fma y delica da, .repre sentan paisaj es que pa-
la muert e de Augu sto, descu brió una estatu ita que recen sa~ados de temas idílicos~ Se ve una campa ñ"l
hasta repres entab a al «dios Augusto,~ niño, antes pobla da de peque ños santua rios, sobre todo tumba sJ
de su adopc ión por César . Era un peque ño bronc e entre los cuales se levan tan casas rústic as. Much os
en cuyo zócalo estaba incrus tado, en letras de hie- temas parec en de origen orient al, y se adivin an de-
rro, su prime r cogno ·nu:n, Tburi nus. Sueto nio se lo trás de tal o cual siluet a de torre o de pórtic o ~oli­
,, regaló al empe rador Adria no, que lo colocó entre las gonal , model os egipci os o asiátic os.· Un viejo árbol
:¡;
divini dades de su larari o person al. En la serie de ba e<:had o una rama bajo el arqui trabe de una puer-
las orand es estatu as .de Augu sto que han llegad o a t.a; una palme ra se alza, rodea da de una baja empa -
1•

nos::t ros es posibl e seguir la evolu ción de la edad, a lizada . Uno y otra son sin duda de aquello~ árbole s
pesar de la conve nción que tendí a a conse rvar a los sagr~dos en los cuales los campe sinos colga ban guir-
héroe s prome tidos a la apoteo sis una aparie ncia de nalda s Y que el arado respet aba al trazar el sut·co.
juven tud eterna , que es la de los dioses . A pesar de P!'r. todas partes person ajes, o mejor dicho silueta s
eso, no falta el busto de labios delgad os, de frente raJ?tdaK?~nte esboz adas, que otorg an extrad rdinar ia
hgera mente arrug ada, que nos deja adivin ar lo que am.ma c10n. Una mujer , acoda da a la puert a de una
algun os momen tos_· fuero n las angus tias del poder . y tumb a, parec e medit ar, pero no lejos de ahí un
tambi én los estrag os de las enferm edade s que vanas . h~mbre está de pie sobre una roca y pesca con ~aña,
veces hicier on temer por su vida. Aquí tambi én el mtent ras que otro parec e a punto de echar la red.
realis mo roman o ha sabido conci liar la verda d, re- Grave mente , .un niño ha~e pinito s sobre un puent e
velad ora del alma y la preoc upaci ón de expre sar la e'?' _arco tendid o por encam a del río, y su madre ,
majes tad sobrehuman~ del empe rador . \·tgda~t~,. acon.-:paña su avent urado paseo . Más>t.aUá,
una sxrvAenta s1gue a su ama, llevan do en la cabez a
Pero en el ~rte augus ta! ocurr e lo mism o que en una urn~ l!ena, quizá , con el agua neces aria para
la poesía de aquel siglo. A pesar de su. grav.edad~no e! CUmp ltmten to de algún rito piado so en }a tun1bz Í
ha olvida do las leccio nes de la edad alepn dnna, y .al cerca~a. Los dioses y los muert os están. presen tes por
lado de las estatu as se encue ntran retrat os, reliev es ~o~u1er en aquell a natura leza que hace pensa r ·irre-
religio sos o histór icos, obras más ligeras." L.a buena st~~~blemente en las descri pcion es virgil ianas y tam-
fortu na de los arque ólogo s nos ha devue lto., .ha!=e bien en ~os peque ños. p~mas de la antolo gía griega .
u~os decen ios, una rica morad a roman a, const rui- ~?s equ1v ocaria mos sin duda¡ si quisié ramos descu -
da a orillas del Tíber quizá por el año 20 a. C., y a la ~.rlr un sentid o místic o bien precis o oculto en esas
que un aband ono rápido salvó de los arregl os y amáge nes. El . salón cuyo techo adorn aban no era
.restau racion es intem pestiv as. Esa casa de camp~, lla- una. capill a o un orator io? sino una sala en que los
mada •tde la Farne sinan, nos ha entreg ado notab les habita ntes de la casa llevab an su vida cotidi ana.·
conju ntos decor ativos , de los cuales unos están cons- Y les agrad aba encon trar a su alrede dor la presen cia
tituid os por reliev es en estuco y otros ·por grand es de la natura leza. Puede que, para nuest ro gusto: ; el

102 103
·!.'

el ~os Mercurio .aparece detrás del tÚml'.lo en que


¡:.
' paisaje esté demasiad o lleno'de personaje s y de ues-
tructuras "', pero no es la única vez en la historia esta apoyada la JOVen; empuña la espada y ya se
. del arte que la naturalez a necesita la presencia hu- sabe que está a punto de degollar al guardián de-
mana ·para que la con1pren dan. Los romanos , como . masiado vigilante ), ya sea un paisaje, esta vez for-
los alejandri nos, viven en inmensas casas de campo; mado por un solo santuario , aislado en medio de un
si tienen la nostalgia de la campaña , es menester que bosque s~lvaje_. Pero, paisaje o escena de género, el
esa campaña sea·- amable y esté animada , para qúe cuadro tiene siempre por tema principa l una visión
no les parezca un ce desierto horroros o". Las mil de la naturalez a.
divinidad es, las almas que visitan las tumbas y los Adivinar íamos, con solo ver semejant es conjun-
santuario s rústicos s6n como un pueblo familiar, tos, que los contemp oráneos de Augusto habían de
intermed iario entre la sensibilid ad de los hom- tener pasión por los jardines. La pintura decorativ a
bres y las potencia s misterios as, algo aterrador as, que ~ontemporán:a nos trae la prueba, con dos ejemplos
ocultan la tierra y las aguas. La religiosid ad de los Igualmen te celebres: los frescos del auditoriu 1n de
romanos , inclinada al panteísm o, vuelve a encon- Mecenas, en ·el Esquilino , y los de la Villa 'de Livia
trarse aquí, como se la encuentr a en tal Oda de Ho- en Prima Porta, no lejos de Roma, sobre la ví~
rado o en· los versd's de Virgilio. Es evidente Flaminia . Aquí como allá, una sala subterrán ea
que a menudo también Ovidio piensa _en sus des- -destina da sin duda a servir de salón en los días
cripcione s en esta naturalez a de paisaje uidílico"' . caluroso s- ~sta~a adornada con pinturas que repre-
Las Metanz.orfosis tenían que gustar porque, más sentaban un Jardin. A lo largo de las paredes, una va-
de una vez, ponían en j1:1ego las maravillo sas aven:- lla baja _Parece correr por delante de los macizos y
turas legendari as en el mismo decorado de la vida bosquectl los (lo que entonces llamaban una silva un
cotidiana . "boscaje "). Adelfas, arces, abetos jóvenes tod~vía
Los relieves de la Farnesin a están muy cerca de bajos, limonero s, naranjos , laureles, forman una es-
los paisajes de la pintura. Sus motivos se encuentr an pesura impenetr able. En la hierba, entre los troncos
·no solo en los frescos de esa uvilla", sino también ,:, flores vivamen te coloreada s; en las ramas aparecer.:
en otra motada privada dé la misma época, que ·-' frutas:. naranjas, limones, y también manzana s y
fue, sin duda, la propia casa de Augusto en el Pala- " ?tembrtll os. Sobre la valla están posados unos pá-
tino. Esta casa (generalm ente conocida eón el nom- ::; Jaros; un loro, en una jaula, pone una nota exótica.
bre de («Casa de Livia"') nos ofre~e los ejemplos más Nos imaginam os que, en la sala misma ' unas fuentes
, f
daros de lo que se llama el usegundo estilo" de la tratan rescura y murmull o. Más tarde, Séneca com-
pintura pompeya na. La superfici e del muro, en vez padecerá irónicam ente a Mecenas atormen tado por
de estar decorada para sí misma, está uabierta " por el ca~ct~r áspero de su mujer, por no haber podido
ventanas represent adas en proyecci ón y a través de dormtr stno al rumor del agua que corre o bien al
esa abertura imaginar ia· se descubre , ya sea una es- sonido de una música lejana. Refinam ientos de lujo
cena mitológi ca (por ejemplo, la aventura de Io, que parecen culpable s al filósofo, pero oque aparen-
transform ada en vaca y vigilada por Argos, pero temente la severa Liviano desconoc ía y que respon-
~04 105
T
1

d.ían al gusto de todo el siglo más q ~e a los de un


solo hombre. CAPlÍTULO V
Naturalmente , los jardines reales se parecían a
esos jardines ilusorios de que gustaban rodearse. Es L.-\. PAZ AUGUS'l;AL
el momento en que se construyen casas de recreo en·
todos los alrededores de Roana, y en que se aban-
dona cada vez más el viejo atrium a la moda antigua
por l~s vastos peristil~s plantados de bosquecillos.
Al m1smo Augusto le gustaban los árboles hermosos. No es casualidad que el monumento más aéa-
Si su habitual afectación de austeridad no se lo hu- bado y característico del arte .augustal sea un altar
biese impedido, gustoso se hubiera hecho. construir levantado a la Paz. )-.a obra de Augusto fue esen-
jardines. Pero se contentaba con los frescos de su cialmente una obra de pacificación, no solo en el
1norada, sobre el Palatino, o bien, cuando se le anto- interior, _restableciendo , a veces por la violencia, la
jaba, se iba a pasar algún tiempo en la casa cié campo •·concordia de las clases" con que soñaba Cicerón,
de algún liberto cuyo lujo desafiaba impunemente
· sino también en las provincias y sobre todo en las
. el escándalo. .
fronteras. La larga crisis de las guerras civiles se
El arte augustal, como se ve, no contradice nin-
había producido poco después que unas c:<unpañas
guna de las conclusiones a que nos llevó el examen
victoriosas, en Oriente y en Occidente, agregaron al
de la literatura. En uno y otro terreno aparecen las
mismas aspiraciones, las mismas tendencias, a veces Imperio territorios considerables: César acababa de
contradictoria s; ligereza y gracia al lado de la anti- conquistar las Galias y de reconocer la Bretaña; solo
gua u grave d a d" , pero por to d as partes, a pesar d e hada tres lustros que Pompeyo había puesto ·defi-
todas las afectaciones, de todas las influencias ejer- nitivamente fin a la lucha contra Mitrídates, quien
cidas por los modelos helénicos, ese sentido del obje- por un momento estuvo a punto de sublevar contra
io:~ ese don de expresar la originalidad de cada cosa
Roma a todo el mundo helénico. Los territorios con-
que constituye uno de los más preciosos aportes del quistados al rey del Ponto están aún lejos de su inte-
f':spíritu italiano. Al mismo tiempo, de ese universo gración total al Imperio; la fidelidad de los reyes
plástico o poético emana una impresión de mesura y va salios, en Asia, se muestra vacilan te y, en el mo-
de calma, como de una fuerza consciente y segura de n'lento de Accio, Antonio no ha conseguido ple.na-
sí misma, bien diferente, en aquella edad clásica, de n1ente restaurar en todas partes, en Oriente, el presti-
la exuberancia ya romántica de que será testimonio, gio romano. En todos los puntos, Augusto, al tomar
dos generaciones después, el ubarroco', neroniano el poder:. debe hacer frente a graves problemas.
y flaviano. · La prosecución de la guerra contra Cieopatra ha-
bía arrastrado a Octavio victorioso hasta Alejandría.
Su primera tarea fue anexar Egipto, del que hizol1 no
un_a provincia ordinaria, sino un territorio directa-
106 107
mente unido al dominio imperial y gobernado por
t:ratégicos. Los desiertos formaban límites natura-
un ~cprefecto'\ que era el representante personal del
les infranqueables . No ocurría lo mismo C:on los
príncipe. El primer prefecto, Cornelio Galo· (tam-
territorios asiáticos, de la Palestina al Cáucaso. Ins-
bién poeta, amigo de Virgilio, que en primera ins-
talados desde hacía siglos en Asia Menor, y luego
tancia le dedicó las Geórgicas), quedó encargado
en Siria, los romanos habían constituido dos pro- ...
de asegurar la tranquilidad del país. Galo paseó vic-
vincias rodeadas de una franja de estados vasallos.
toriosamente las armas romanas hasta Filas (no lejos
El principal peligro, aun sin tomar en cuenta las
de Asuán) :P pero, henchido de orgullo, aceptó ho-
zonas disidentes extendidas en las region~s monta-
rnena jes desmesurados y no tardó en caer en des-
ñosas de Anatolia, residía en el vasto imperio parto
gracia de Augusto. A uno de los sucesores, Gayo
que se había formado al este de las posesiones y pro-
Petronio, le tocó, después del 25 a. C., imponer el
tectorados ro:manos, imperio feudal sin unidad in-
respeto a Roma a los saqueadores etíopes, quienes,
terior, incapaz de amenazar verdaderamen te el po-
en el invierno del 21 al 20, hicieron acto de sumí-
derío romano, pero que _hostigaba sin cesar a las .
. sión, al menos teórico, a Augusto. Éste ya había in-
regiones sometidas y acogía todas las tentativas de
tentado, en el año 2 5, establecer su protectorado en
rebelión. El pensamiento de César había sido reco-
la otra orilla del Mar Rojo, en el país de. los sabeos,
nl.enzar la epopeya de Alejandro, sometiendo a los·
en la Arabia Feliz. Elio Galo, encargado de la ex-
partos, y la opinión pública esperaba de Augusto que
pedición, .mal aconsejado, mal guiado, emprendió
por lo menos vengara el desastre de Cra.so. La pru-
la tarea de llegar a la región de Adén a través del
dencia del.príncipe lo alejó de tal empresa y se es-
desierto que se extiende al este del Mar Rojo. Sin
forzó en arreglar el problema por medio de la sola
duda consi auió fáciles éxitos frente a indígenas ape-
diplomacia .. Entre el rey parto Fra:ates y él ;hubo
nas armad;s, pero sus tropass diezmadas por la falta
una larga sucesión de presiones, de amenazas, de de-
de víveres frescos, debieron finalmente replegarse
lnostraciones militares, que llevaron, en e~ año 20 a.
sin haber obtenido gran resultado. Al emprender lo
C., a la entrega por los partos de las insignias con-
q ue en suma no fue sino una exploración sin conse- . quistadas a las tropas de Craso. Mas, para ello, Au-
'
cuencias, '
es probable que Augusto tuviese por o b"Jeto gusto debió encargar a Tiberio la organización de
llegar a la región de donde provenían los perfun_;es y
una verdadera expedición contra Armenia, donde
}as especias, con los que se hacía un gran COmerCIO en
instaló un rey vas.allo, a fin de sustraer el país a la
el in-terior del Imperio y cuyo precio estaba tan_ re-
influencia parta. Ese éxito, en realidad modesto, fue
cargado por los caravaneros, que acarreaba sahdas
presentaqo al Senado con1.o una gran victoria. Se
en 1nasa de monedas de oro, sin ninguna contra-
habló de ••conquista", y Augusto aprovechó para
partida. Puede que también cedie~a a la curiosidad__
declarar solemne1nen.te que el Imperio había a~can­
de reconocer países cuyas maravillas ensalzaba la
zadó sus límites naturales y que no se iría n1ás allá.
tradición. La operación se completó con la instalación de otro
Pero ni los confines egipcios, ni las relaciones con
1·ey adicto a Roma en la Me~ia apotropátena (el
Arabia F;eliz planteaban en realidad problemas es-
actual Azer.baiyán). Parecía ·que se hubiese esta-
lOS
109

1:1
1
bÍecido en definitiv a una «<marca" romana y que la C., éste tomó a Jerusalén y puso fin ai gobierno de
frontera asiática quedaba protegid a con eficacia. los sumos sacerdote s. Augusto secundÓ gustoso los
Desgraci adamente , una serie de revolucio nes inte- esfuerzos de Herodes, que se hab~a entregad o a la
riores no tardó en abrir Annenia a los partos. Las tarea de sacar a Judea de su aislamien to espiritua l y
t.ropas romanas enviadas para instalar un nuevo rey asegurar el gobierno sobre un pueblo que pasaba por
iueron rechazad as en el año 1 a. C., y Augusto ingobern able. Pero, a la muerte del rey, el año 4 a.
encargó a su nieto Gayo que restablec iera la sit:ua- C., el país volvió a caer en la anarquía , y dos dipu-
c.ión. Esta vez:. de nuevo, los ejércitos J:"f)manos pu- taciones, una de samarita nos y otra de judíos fue-
:st~ron ~n el trono a un rey vasallo, pero Gayo resul- l·on a Roma a reclamar su integraci ón en el Imperio.
to hendo de tanta gravedad que debió retirarse y Y en el año 6 d. C. la Judea se convirtió en provin-
.no tardó en morir. Armenia se mostraba engaños:.1. cia bajo el mando de un procurad or.
Al final del reinado de Augusto , y a pesar de los Tal fue, en. sus grandes líneas, la política oriental
cantos de victoria entonado s treinta años antes, el de Augusto . Evitaba las aventura s, esforzánd ose por
pais estaba sin rey, en plena ~narquía y 1nás q·uc organiza r las conquist as ant:eriore s y asegurar en to-
nunca sometido a la influenci a parta. Aunque a das partes el restablec imiento o el mantenim iento
regañadie ntes, Roma acabó por admitir que el Eu- del orden, · según métodos de gran elasticida d. Al
frates constituy era la frontera común de los dos hacer eso, los romanos no remplaza ban, en Oriente,
Imperios . En una isla del río, en «terreno neutralu una civilizaci ón por otra: la obra de helenizac ión,
fue donde Gayo tuvo una entrevist a solemne con comenza da en tiempo de Alejandr o, proseguid a por
el rey Fraates. La diplomac ia asegurab a relativa es- los reyes helenístic os e interrum pida o contraria da
tabilidad en una región que las armas no podían en tiempo de las innumera bles guerras que prece-
conquist ar. dieron e impusier on .la' interven ción de Roma, fue
Más al norte, la ocupació n ron'lana había progrc- retomada : y continua da después del establ.ed miento
sa~o a !o largo de las costas del Mar Negro, en aquel de la paz. Augusto aparece, en esas provincia s, de
.t·eino del Ponto de donde otrora partiera el rey Mi- modo muy natural,. como el sucesor lejano de Ale-
t.rid.atcs. Ahí, Poletnón , un rey vasallo~ había llega- jandro. Por todas partes le levantan altares y tem-
plos~ como era costumb re levantarl os a los Pto1omoo s31
do por ~n momento a extender , bajo la égida ron1a-
na~ su poder hasta Crimea, a fin de proteger a los :a .los Seléucida s y a los demás príncipes . Los g:r~n­
países helenizad os contra los saqueado res escitas y des focos del pensamie nto griego, Alejandría~ Pér-
asegurar el cornercio del trigo, tan importan te para gamo, Antioqu ía, pronto conocerá n un brillo com-
el abastecim iento del Imperio. De ese lado, Au..,.usto parable al del pasado. La cultura urom:u1a n es, aquí,
consiguió Cc)nstitui r, alrededo r del Mar Negro: una idéntica a la cultura helenísti ca, a la que no susti-
defensa sólida. tuye, sino que solo procura promove r.
Al sur de Siria, en fin, se había formado , en tien1-
.po de Antonio , un reino judío en manos de un La mitad oriental del Imperio~ sea cual fuere su
príndp~ extranjer o, un idumeo, Herodes_... En d 37 a. importan cia, se presenta ba, a los ojos de los i'talia-
Ul
no
nos, como una "posesión de ultramarn. Geográfi- bies, y las poblaciones de la montaña hacían pesar
camente, Ron1a e Italia pertenecen a Occidente~ la una constante amenaza tanto sobre la Galia cisal-
opinión pública temía a veces que el prestigio his- pina como sobre las regiones pacificadas de la N ar-
tórico y la riqueza de las provincias helénicas ten- ·bonense. Una serie de expediciones consiguió redu-
diesen a desviar el centro de gravedad del mundo cirlas. A partir del 25 a. C., sufrieron exterminio
romano y a desposeer a Roma de la preeminencia. los salasios del valle de Aosta, y los sobrevivientes
Dicho temor se abrió paso en tiempo de César. Re- fueron vendidos como esclavos. Nueve años des-
apareció. (en parte por la acción de la propaganda pués, P. Silio Nerva pacificó los valles que se ex-
de Octavio) en tiempo de la lucha contra Antonio, tienden al este del-lago de Garda. Había llegado el
y y_a hemos visto que hubo un momento en que la momento de proceder a una conquista total. La lle-
opcsición atribuyó el mismo designio a Augusto. To- varon a cabo, el 1 5 a. C., dos columnas, una de las
da la política del principado tuvo precisamente por cuales, con Druso, partió d~l sur, subió por el valle
objeto restablecer ese equilibrio amenazado, orga- del Adigio y, quizá por el paso del· Brénero, alcanzó
nizando las provincias occidentales de modo más só- · el valle del Inn; la segunda columna, tnandada por
lido que en el pasado y también usoldándolas" más Tiberio, partió de Galia, marchando hacia el· este. Ti-
íntimamente a Oriente. berio alcanzó una· victoria cerca del lago de Cons-
El primer cuidado de Augusto fue acabar· la pa- tanza y se unió a Druso a orillas del Danubio. Esta
cificación de la Galia y de España, donde aún sub- campaña permitió la formación de nuevas provin-
sistían muchas regiones disidentes. Los diez primeros cias, que tomaron el nombre de Recia y N órica. La
años del principado se consagraron a esa tarea. En primera comprendía, con su anexa la Vindelicia, ]a
Galia, la ciudad de Lyori (Lu.gdunum), fundada Suiza oriental, el norte del Tirol y el sur de Bavie-
en el año 43 a. C., no tardó én ser capital federal. ra; estaba colocada bajo la autoridad de un prefecto
Situada en el punto de encuentro de las tres grandes de jerarquía ecuestre, que tenía a su disposición
divisiones del país (Céltica, Aquitania y Narbo- dos legiones estacionadas en Augsburgo (Augusta
nense), esa ciudad fue el centro de donde irradió la Vináelicorum). La segunda era un antiguo reino
romanización. Augusto permaneció tres a.ños en Ga- vasallo que, situado inmediatamente al este de la
lia. Un año después de su partida, Druso estableció, Recia, se extendía· hasta ·el Danubio. Las exigencias
en la confluencia del Saona y del Ródano, un altar de la seguridad y de las comunicaciones al interior
consagrado a la divinidad de Roma y de Augusto del macizo alpino habían arrastrado poco a poco a
( 12 a. C.). A ese sitio, el 19 de agosto de cada año las legiones a controlar el Danubio desde su fuente
(día aniversario de la toma de Alejandría), todas hasta Viena.
las ciudades galas enviaban diputados a ofrecer un El sur de. los Alpes fue igualmente organizado.
sacrificio solemne. En el año 14 a. C., fue creada la provincia ecuestre
Entre Ron1a y Galia las comunicaciones se ha- de los Alpes Marítimos, en tanto los Alpes Cotianos
cían ya sea por mar, ya a lo largo de la ruta CE>s- (región del monte Genevre) eran confiados a un
tanera. La mayoría de los pasos. alpinos eran inaccesi- joven príncipe indígena, M. Julio Cotio, quien re1-:
112
113
'1

nó en la región con el título oficial de prefecto. En entre Venecia y Macedonia. La ocupacwn de Siscia
. daño 6 a. C., Augusto pudo levantar, en el punto ( Sisak r;-- y la fundación de la colonia de Emona
tnás elevado del camino costanero, e.n La Turbie, un (Laibach), que instalaba a los romanos sobre el Sa-
trofeo que celebraba su victoria sobre todas las po- 're, :fueron los prin1eros jalones de la en1presa. La
blaciones alpinas udel ·M·a:·r Superior al Mar Infe-. guerra de Panonia, llevada contra los brucios, ins-
rior", es decir, del Adriático al Tirreno.· talados en los valles n1edios del Save y del Drave,_
La inscripción de La Turbie no celebra solo las condujo a los romanos hasta el curso medio del Da-
victorias conseguidas en la parte occidental de los nubio y así prolongó hacia el este, por la provincia
Alpes. Comprende en una misma fórmula otras ope- de Mesia, las anexiones llevadas a cabo seis años an-
racion<es además de las evocadas, principalmente tes con la Recia y la Nórica. El objetivo principal
]a guerra de Panonia, conducida entre el año 13 y había sido alcanzado: Macedonia era directamente
d 9 a. C. por Agripa y Tiberio. Las anexiones pre- accesible, por vía terrestre, a través del Ilírico, la
·cedentes tenían por objeto unir de modo más só- nueva provincia de Panonia. (Hungría occidental)
lido Italia y las Galias. La guerra de Panonia res- y la Mesia.
pondió a la necesidad de usoldaru a Italia con las Aún no había comenzado la guerra de Panonia
provincias orientales. cuando ya las legiones romanas intentaban penetrar
Octavio no era más que triunviro cuando ya se en el norte de Germanía y alcanzar la región. del
ltabía esforzado por ensanchar la· zona efectivan1en- Elba. Las razones de esta nueva empresa,. aparente-
te ocupada en la provincia de Iliria, en la oriUa rnente en contradicción con la: p_olítica pacifica de·
()ri.ental y septentrional del Adriático. No solo ha- Augusto y su aYersión por las conquistas inútiles,
bía que mantener sólidamente los pasos de los Alpes parecen al principio oscuras. Sin embargo, el he-
Julianos -para cerrar a los eventuales bárbaros llega- cho de que Druso, que fue el encargado, comenzara.
dos de Europa Central ~la eatrada .a la Venecia, .sin·o las operaciones hacia el tiempo en que Tiberio se
que era necesario establecer una Hne~ de comunica._ em.peñaba en Panonia parece indicar que las dos
ción segura, por vía terrestre, con las provincias o-uerras dependen de un mismo plan. En efecto, era
balcánicas. Hasta Augusto, la ruta ordinaria de Gre-
cia y de Asia pasaba por Brindis e incluía un tra-
;;,_uy tentador concebir una frontera establecida sin
interrupción de las bocas del Elba hasta el Danubio,
yecto marítimo. Ese. vínculo era precario y· sobre según una línea jalon,.ada hoy por Hamburgo, Leip-
todo no podía bastar a un transporte en masa de zig,. Praga y Viena. Esa frontera hubiera presentado
1:ropas si fuera de pronto. necesario. Y sin embargo b. vei'ltaja de ser más corta que la renana, que era
era el único lazo entre Roma y su dominio oriental. la de la G·alia conquistada por César, y de permitir
Al este del Adriático, la ocupación romana no iba rnovir.nientos más rápidos a partir de Iliria. Además,
más allá de la barrera de los Alpes Dináricos, y es la facilidad con que César se aseguró d don1inio de
sabido que no hay ruta practicable a lo largo de la la Galia parecía prometer una ocupación rápida y
costa· dálmata. La primera preocupación de Augus- segura.
to fue, pues, asegurar esa indispensable .. carretera" Las prin1er:;;ns operaciones parecieron responder ~·
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esas esperanzas. Druso, en ~na serie de campañas septentrional, para alcanzar a·su vez, con ayuda de la
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1,!:! llevadas del año ·11 al 9 a. C., penetró profunda- flota, el curso inferior del río. ·Parecía haber llegado
'!'.'.
¡t: mente en Germania, alternativamente por el valle el momento de dar el último golpe y anexar el reino
J.!:, del Lippe, a partir de su base de V étere (cerca de de Marobod. De hecho, en el 6 d. C. comenzaron ope-
¡~¡! Xan ten) Y por el del Meno, a partir de Moguntia- .r aciones combinadas contra éste. U na columna par-
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1•1
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.cu~, (Maguncia)· Ayudado por una flota que reco- tió de Maguncia en dirección a N uremberg. Otra
nocto _la costa ha~ta }utlandia, obtuvo varios éxitos, subió hacia el Norte, a través de la Iliria y la J'T ~­
'j¡i sometiendo · a dtversos pueblos germánicos pero rica, para alcanzar a la primera. Pero, cuando :tPan
cuando ::oiví~ de las orillas del Elba, en el afio 9 a.
·11'

:1:·
lii a dar el asalto final, todo quedó comprometido por
., C:·, ~urto accidentalmente. Tibeiio acababa de dar el alzamiento de la Iliria. Tiberio se apresuró a con-
Ir',r¡ termtno a la guerra de Panonia; Augusto le enco- cluir con Marobód .una paz que lo reconocía como
:¡¡
¡¡¡ Inendó la prosecución de la obra de su hermano y ' J:ey y ce amigo del pueblo romano u' p~ro lo dejaba de
luego de ~os años pudo parecer que Germanía es;a- hecho independiente, y durand! tres años debió ha-
1/
/, ba conqu1s~ada. Un altar de Roma y de Augusto . cer frente a fos sublevados. La lucha fue sumamente
11

l fue levantado entre los ubios, en Colonia. Se había ·dura, y en ciertos momentos pudo parecer que hasta
!.'
alca~zado una primera etapa. la suerte del Imperio se hallaba en juego. Augusto
....
S1n e~b~r?~, el optimismo oficial distaba mucho.
1,
1' conoció horas de desaliento. Sin embargo, la tena-
li de ser JUStificado. Las operaciones de Tiberio solo cidad de Tiberio acabó por reducir a los ilirios, y en el
!
hab~an constituido unos cuantos ccraids", y era de- año 8 obtuvo su capitulación. Pero esa insurrección
InaSiado pronto para hablar de anexión. Bien se vio puso término a la esperanza de constituir un gran
cuando una .tribu del valle del Meno, los marcoma- limes del Elba al Danubio. El mismo año 9 d.
nos, conductda por su jefe Marobod, que se había C. en que Tiberio celebró su triunfo, un desastre
forma~o en Roma, en1igró en masa y se instaló en sin precedentes aniquiló el ejército de Germanía:.
Bohei?·ua. Mar~bod consiguió, en pocos años, crearse cuyo jefe, Varo, se dejó so:r:prender en el bosque de
un retno -cuya 1nfl~cncia se e:x:tendió, hacia el norte, T eutoburgo por el joven jefe querusco Arminio. El
l1ast,a el curs? med.io del Elba, y que pronto consti- sueño de Augusto se derrumpaba. Hubo que reple-
tuyo u~~ ~ena an1enaza. Tiberio vivía en esa época garse a la orilla izquierda del Rin.
e~ s~ extho voluntario de Rodas, y parece que los
CJercitos romanos se hallaban en pleno período de Si se excluye la insurrección iliria del 6 d. C., el
reorganización. Debió ha<;erse un alto. Solo en los reinado de Augusto no conoció más que actividades
~!rededores del con1i_enzo de nuestra er:.:.. ·pudieron militares limitadas a las fronteras y, en conjunto,
Ie~~udarse las operacwnes. Hacia el año 2 a. C., Do- el balance sugiere que el Impet:io se halla en plena
lntct~ Ahenobarbo, partiendo del Danubio realizó expansión. Los diez párrafos consagrados, en el tes-
el pnmer enlace militar con el alto valle del Elba tamento del príncipe, a· las diversas expediciones,
4
donde. eri~ió un altar a Augusto. Y, a partir del d~ muestran a Roma en contacto con pueblos tan leja-
. C., Ttberw prosiguió la conquista de la Germania nos corno los etíopes, los árabes de Adén y los dm-
. ·116
117
brios de Jutla ndia o los senon es, estab lecido s entre el
Elba y el Oder . Emba jadas llega das de la India , de
la Esdti a y del Cáuc aso busca n la aanis tad roma na.
Pero, a pesar de todos esos éxito s, Augu sto Horó
hasta el fin las legio nes de Varo . Ni en Gern 1ania ni
en Arme nia había alcan zado Rom a front eras sóH-
da.!>, y los proye ctos tanto tiemp o n1adu rados desen 1-
boca ban .~n un fraca so irrep arabl e.
-:> Sin emba rgo, sería injus to juzga r por este fraca -
so la obra inme nsa realiz ada por Augu sto y sus co-
labon adore s. El conju nto del impe rio perm aneci ó
en profu nda paz y cono ció una unida d sin prece -
dente . Hast a enton ces, las provi ncias eran admi -
nistra das sin mayo r empe ño por gober nado, ;:es, an-
tiguo s cónsu les o preto res, rnás preoc upad os en'
n1an tener su posic ión polít ica en la mism a Rom a que
en procu rar el biene star a sus admi nistra dos. Para al-
guno s, un gobie rno provi ncial era un mal neces ario,
una etapa que desea ban tan corta como fuera posib le
en la carre ra de los hono res. Para otros , una prov in-
cia no era sino un terre no de caza dond e adqu irir
n1uy pron to el diner o neces ario para paga r sus deu-
das y comp rar a los electo res. Los gobe rnado res hon-
rados (los había ) no perm anecí an en el cargo bas-
tánte tiemp o para adqu irir la exper ienci a neces aria,
y. sus buen as inten cione s qued aban · muy a menu do
s:in efect o. Para los ucaha lle.r..o s,. es decir , los ricos
¡·oma nos que no había n queri do valer se de artim a-
,.
ñas para· logra r una magi stratu ra o que no poseí an
la fortu na neces aria para, entra r en el Senad o, las
provi ncias propo rcion aban un vasto camp o en que
ejerc er provechos~s ·actividades~ Much os se hacía n
••pub lican os", ~s decir- , arren daba n el derec ho de
perce pción de los impu estos ? que gene ralme nte de-
jaba susta ncial es benef icios.
Augusto~ sigui endo la políti ca de Césa r, se esfor -
118 119
zó por transforn 1ar ese sisten1a de adn1inist rac.ión, t:radicion alrnente, Italia estaba exenta de tod.o ~m­
que solo era una explotaci ón de las poblacion es con- puesto directo) • Poco a poco acabó por const1tua rse
quistadas . Las sociedade s de publican os, n1uy agos._ una verdader a ucarrcra ecuestre" , con sus grados Y
tadas por las exigencia s de Pon1peyo , que reclamó sus ascensos. En la cima se halla~an la uprefect ura
para sí de ellas un esfuerzo financier o considera ble, de Egipto" (el praefectu s Aegypti solo era elt!:"~geren­
vieron que se les retiraba el cobro de los •tdiezmo s» te" del país por ·cuenta del Emperad or) , la prefec-
de la provinci a de Asia, su n"lejor recurso. Apenas se tura de la anona u (es decir, luego del año 6 d. C.,
les dejaron los impuesto s indirecto s, que daban me- el cuidado· de asegurar el abastecim iento de Roma) ,
nores beneficio s. Al n1ismo tiempo, el príncipe reor- la u prefectu ra de las Vigiliasn ~ ?irección d~ los s~r­
ganizó la orden de los caballero s. Al principio , esta vicios de policía y de protecc1o n contra 1n~endio,
orden compren día lo más selecto de los ciudadan os, en Roma, esto, luego del año 6 d: C.) , y las. dr~·ersas
los que eran bastante ricos para nuntene r úna cabal- •·procura durías:u (gobi~rno. ~e Ciertas provtncta .s _de
gadura. Poco a poco, el término llegó a ser una de- categoría ecuestre y dtrecc1on de grandes servtcto.s
signación cómoda que cubría a la ••segunda clase'" financier os provincia les) . Prefecto s y procurad ores
·de la ciudad, una suerte de aristocra cia del dinero ,
. . podían permane cer ~uch~ tiempo en el cargo Y
sin ninguno de los privilegio s políticos de la verda- adquirir toda la expenenc ta deseable. Los. procura-
dera nobleza, que seguía siendo la de los senadores . dores nombrad os por Augusto permane~1er?n por
Augusto insistió en devolver les su carácter militar. lo general en función en tiempo de T1beru~•. Los
Cada año, el .15 de julio, pasaba en Roma una espe- caballero s que prefería n ~onsenrar un~a act1vtdad
cie de revista, en el curso de la cual cada caballero se privada emprend ían op~ractones comercta les (a me-
tnosuaha ·con su caballo. Pero, cumplido s los treinta ntldo se ag,rupab an ~n compañí as) . o h~sta~ funda-
y d.nco años, el caballero podía renuncia r a su papel ban verdader as fábncas. Augusto hbero as1 a toda
n1ilitar y quedaba disponibl e para .desempe ñar fun- una clase media, que pronto contribu yó muy eficaz-
ciones públicas. Así se constituy ó una clase de ad- mente a la prosperid ad general. .
¡¡
i: ministrad ores, de la que Augusto se sirvió amplia- La aristocra cia tradicion al había sufndo mucho
Inente. Les confió en primer lugar el cuidado de
i~
por las guerras civiles. Pero César ya se ~abía pre-
gobernar los intereses financier on imperiale s en sus ocupado por guarnece r, nuevamen~e l~s ftlas del Se-
d01ninios y también en las provincia s. De ese modo nado. Lo hizo incorpor andole provtnc1 anos. Augusto
los caballero s remplaza ron, corno funciona rios a ~iguió la misma política, a.l~ par que se mostraba
sueldo, a las antiguas compañí as de publican os para más respetuos o de las tradic1o-?~s romanas. Y:~ du-
la recaudac ión de todos los impuesto s directos (el ración de su reinado y su hab1hdad le perm1t1e rop
lributu11~ solí, impuesto que se exigía en las provin- atraerse a los sobreviv ientes de las antiguas familias.
cias a los arrendata rios de tierras pertenec ientes al Tanto que el Senado volvió .a ser, poco a ~~o, lo
dominio público; el tribu.tum .capitis:, impuesto per- que fue al final de la Repúbhc a: una clase d1r1ge.nte
sonal, que en las mismas condicion es se aplicaba a en la que se reclutaba n los gobernad ores. Pero ésto~
toda persona cuyas rentas no provenía n de la tierra; ya. no sentían tras de sí a una plebe revoltosa , n1
120
121
las intri gas de las facc ione s rival es. Aden 1ás,. la voz Sin duda de cuan do en cuan do, se esfu erza
de los pro~incianos era más escu chad a que ot.ro n por
ta. limi tar 1a' prod ucci ón prov incia l de aceit e o de
Cad a prov incia pose ía su ••co nsej o,, form ado vino ,
por para cons erva r ciert os merc ados a los gran des
dele gado s eleg idos por las ciud ades , que se reun pro-
ían duct ores italia nos (sob re todo a los sena dore
peri ódic ame nte en _torn o al alta r fede ral de Rom s que
a y pose ían dom inios en Cam pani a) '.~ero ~sas s::m
de Aug usto ; si tení an quej as del gobe rnad or, el ~~­
cepc ione s. Nad ie pien sa en proh 1b1r la f;abrtca
sejo no vaci laba en lleva r ante el emp erad or
con- cw~
una gala , en Lezo ux o en La Graufe~en~ue, de las
quer ella por malv ersa ción o por abus o de pode vasi -
r. El jas con relie ves que in1it an a las ttaha nas de Arez
Sena do inst ruía la caus a, bajo el cont rol del prín zo.
ci- Los tejid os livia nos de lino , de algo dón o de seda
pe,. y toda quej a reco noci da com o fund ada queb ,
raba fabr icad os en Egip to o en Siria , entr an Hbre
la carr era del c_ulp able. Esto inci taba a los proc ón- :nen te
en toda s parte s. Y lo mism o suce de con las cnst
:mle s a una máx ima prud enci a. ale-
rias egip cias o siri:ns, los bron ces _de Delo s, el
Tod as esas refo rma s (y los edic tos de Cire ne, pape l
ha- prov enie nte de los papi ros del N1lo , las man tas,
llado s hace algo más de vein te años , prue ban las
que la capu chas , las telas de cáña mo, lo_s _colc hone s ~e
dilig enci a impe rial se ejerc ía aun sobr e prov plu-
incia s n1as fabr icad os en Gali a. En Su1a bebe n v1no
cuya adm inist ració n e~ta~a, en teor ía, co~fiada de
al Cam pani a; en Roma:~ vino del Delt a. Parec.:e que
Sena do) tuvi eron com o resu ltado el alivi o de la el
con- volu men total de los inter cam bios come rc:aa1es
dici ón de los súbd itos. La pros peri dad gene ral co-
au- noci ó, en poco s años , cons idera ble aum ento ,
men tó, y por t:oda s part es se asist ía a un imp a~~­
ulso rrea ndo una baja gene ral de prec ios y ·una eleva
mag nífic o de la indu stria y del com ercio . Las c10n
nue- del nive l gene ral de la vida . Plin io nos hace
vas ruta s (mu chas resp ondí an inici alme nte a sabe r
pre- (con algu na indi gnac ión) que la. más ~umild_e
ocup acio nes estra tégic as) serv ían al desa rroll o gran -
de las jera pose e, en su tien1 po (es dec:a.r, hac1 a _el f~nal
·com unic acio nes. Los merc ader es «<ita liano s" pene del
tran rein ado de Aug usto , o en tiem po de· T~b~r1o)
en toda s part es, prec edie ndo a las legio nes. Hab , un
ían espe jo de plata . La riqu eza no es ya el, p:r1,:1leg
cr':lz ado el Dan ubio muc ho ante s que los gene t? ex-
rales ~. clus ivo de los conq uista dore s. Los subd 1tos
·de Aug usto . Se los encu entr a en todo s los pues t:ten en
tos :,· su part e. ·Aca so no ha reto rnad o la Eda d de
avan zado s del Imp erio , en· Bac trian a en Adl ( .. Oro
n en que Virg ilio pred ecía ? (Cóm o, en esas con dlCWn
Ja· ruta de la Indi a y de Chin a. Qui~á pens~r~ en no habr ía de nace r un sent imie nto m-uy real de
.es,
eUo~ Aug usto ~~ man dar la expe dició n reco:..
de Elio GaJo noci mie: nto haci a aq1,tel que, . en tan poco s
a trav és del Mar Rojo y al esta blec er relac ione s añ.~s,
expu lsó para siem pr-e la angu stia del mañ~~a,
. tosa s con el rein o árab e de Petr a. Itali a ocup
amis - ~a .an-
.
segu rida d, el ham bre, la guer ra, y devo lv10 la
tura lme nte, un luga r priv ilegi ado en la econ omí
a, na- dac~a
a del de vivi r? Esa grat itud es inse para ble de otro
Imp erio , pero el prínc ipe_ no ejerc e ning una .acci sent i-
mien to que ·debe llam arse upat rioti smo imper
dire cta para prot eger la. Las tasas adua nera s (por
ón ial'~:
to- el orgu ho de pert enec er a un Imp erio fuer te y
~-ia) cobr adas en .las prov .inci as solo pr.ós -
31 son simp les pero . Poco a poco se esfu ma el. renc or de ~?s
peajes~ de ning ún mod o dere chos "pro :rub-
tecc ioni stas" . ditos . E! emp erad or no es ya el jefe de un ejerc
!l.to o
122
123
de ~na naci?n conquistadora, sino el Padre, pronto dedicado a toda la ge1u Augusta. A medida que- se
el d10~., a qu1en se debe todo, y se ve nacer, primero va hacia Oriente son mayores las honras. Hay ciu-
en Onente (donde ya era antigua tradición .. divini- dades que reciben el nombre de Augu~to (Augttsta
zar" a los señores del momento), y luego en Oc- en Occidente, Seb4sté en. Oriente) o de Cesarea 7 y
c..id~nte, un culto de Roma y de Augusto, donde cada día el rey Herodes celebra un sacrificio solem-
estan enlazadas las dos potencias pacificadoras del ne en beneficio del príncipe en el templo de Jeru-
universo. salén. Es difícil atribuir a la adulación o a la com-
Sería demasiado largo estudiar cómo nació · y se placencia todas esas manifestaciones verdaderamente
desarrolló el culto imperial. Hemos dicho cón1o sur- unánimes. Augusto no solo consiguió unir los terri--
gió, en Italia y en la propia Roma, del reconocilnien- torios del Imperio, sino que dio a todas las provincias
to espontáneo del pueblo. El culto del gcuius fue un sentimiento y una fe que se hubiera buscado en
en forn1a pro~~esiva utilizado por Augusto, a quien vano en tiempo de la República -quizá porque los
repugnaba V1s1blemente dejarse divinizar en vida mismos conquistadores no compartían tal sentir-
(pero el ge11Ítts es el elemento divino de todo mor- como también la firme convicción de que Roma
tal): en el 12 a. C. ya se permite insertar la men- había recibido una misión providencial y que, poco _
ción de .su ugeniou en los juramentos oficialcsl' a poco, todas las naciones que ·componían su Impe-
entre Júpiter Óptimo y Máximo (el dios soberano rio no formaban más que una sola Ciudad.
de la religión del Estado) y el nombre de los dioses
la~es. Hacia la misma época se organizal' en cada ba-
t·~o, una religión de ese ugenio'\ injertada en la de ·
los uLa.re~ de la encrucijada" (los Lares compitaks)
que extstta entre el pueblo en la época republicana.
Cada uno de los doscientos sesenta y cinco barrios de
1~ Urbe (los vici) designaba un "presidente.... (11111-
g1ster) :r generalmente un liberto, para dirigir la cele-
bración de ese culto. Así, hasta los más ínfimos
entre los habitantes de Roma comulgaban en el re-
conocimiento hacia César.
Por el mismo tiempo, las ciudades provinciales
''eÍan formarse asociaciones de devotos a Augi:asto
(los c~legios de Augustales) que tenían su flame11~
es decar, su sacerdote. El aniversario del príncipe
se consideraba como día de fiesta, ~n el que se ofre-
cían sacrificios. Y hemos dicho que en el año 12 a.
C.- se fundó el gran altar de Lyon. En la colonia
cesariana de Cartago se levantó un altar análogo
124 lZS
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R. S Y MI:, T be J{.011UJ11 1·e-z.·ol1l tion , Oxf ord , 19 3.9. .
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',, ]. CAR COP JNO : Virg ile INT ROD UCC ION
et le ·mys tere de la IV" .Égl ogue ,
ción corr egid a y aum enta da, Parí edi-
s, 1.94 3. I. Los .añ os pre lim ina res y la. con
]EA NMA iRE: "La poli tiqu e rc!ig ieus e d'A ntoi ne
et de Clé opa ·
qui sta de
tre" , R(•t· ue llrcbéoloJSique, 1.92 4, los esp írit us .
1' I, pág s. 241 -261 . 13
'!' L. R. TAY LOR : The di.vi1rity of the
r:
Ass oc., Phil ol. Mon ogra phs, I. Mid
Rom an emp eror , Am . PhH . U. El pri nci pad o aug ust al
dlet own (Co nn.) , 193 1. 42
H. \'VA C·E!' <VO Of(T : Prin cejJ s, Phil III. La lite ratu ra aug ust al
olog ue XC I ( 1.93 6), pág .
206 y sigs ., 323 y sigs . . 58
A. MAG DEI. AIN : Atlc lori tas Prh ;cip IV. El arte en la épo ca aug ust al
E. STR ONG : La scul tura roma11a
is, Parí s, 1.94 7. . 92
da Aug usto a Coslantino~ V. La paz aug ust al
2 vol. , F iore ncia , 19 2 3. 107
J. G. C. AND ERS ON, A. MoM JGL IAN O, R. SYM BIB LIO GRA FÍA SUM ARI A
E, etc. , en Cam - ·
brid 8c anc ieut bisf ory, vol. X (Th
e Aug usta n Emp ire) • 126
Cam brid ge, 1.93 4.
M. 'Ros TOV TSE FF: The soci al a11d
eco11omic bisl ory of the R.o-
. 1tum Em piu , Ox: ford
. 192 6.
R. REIT ZEN STlE IN: Z.u Cic uo de Re
Pub lica , Hcr mes , LIX Cu adr o gen eal ógi co de la fam ilia de
(19 24) , pág . H6 y sigs . Att gus to 10
J. G.'!.G É: Res Ges tae Diu i Aug usli , edid ón y ·. Ma pa del iin pe río e;z tiem pos de Au gus
193 5.
com ent. , Pa"ris, to 119
R .. PAR IBEN I: t. V de la Stor ia di
Rom a. &Jo nia. 195 0.
1
1'
1

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