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' Iría del inmortal Ccrvanle*.

y como ha dicho «Ion en dicha culta población comunicó, sohrc asuntos


NOTA l)E LOS EDITORES Buenaventura Carlos Arih&u, <«re*ó la competen* ia literarios, con personas discreta», nutrió sólitlamcntc
entre la» «¡etc poblaciones que se ilis|niLil>an la hon­ su espíritu i*>r medio de la lectura, el estudio y la
Coní-'jjOTiVM *o mwMro propâiiio do obaoqmar * ra de halier recibido al nacer al principe «le nuestro» rcflc\i«jn, y adquirió la lib>»oíía «pie re-liosa «-n itidos
RúMiros B-ttOriptozoa eoa nùinores oxtraorJinar.os, en 1 escritores: quedan eliminados Sevilla, Madrid, l-u- sus escritos.
jast» corro’ponJ-'f-.cX d •’. frror crocioato que el público cena. Toledo, Evpiivias, Consuegra y Alcázar «le De»de sus más ti«-rnos años manifestó singular
nos dispensa, homo» qu*r.d© ai ir.iugar.v la sîfie co- j San Juan; documentos irrecusables deciden á favor amor al estudio, y a»í. él mismo «li< «- que. siendo
rreapondiente a! aSo 1898 honrar con uno ¿o olios ¡< de Alcalá de llenares, ufana de tan gloriosa tnalvr muchacho, reogla jora leerlos cuantos |»a|K-1v» lta-
momoïla dol inmortal Córranlos y Jo au incomparable . nidad.» llalia en la calle. Poseía una imaginación vivísima y
Quijote, pubüoando en ¿i, edenub de MMpb t«xto ( De lal modo se ha hecho la luz en tan interesante una memoria privilegiada, gracias .i la» cuales, ha­
oxoliuuvamonto dedioadc a- principe do las Ic.rns cipe- punto, «pie los biógrafos del presente siglo 110 han biendo oído declamar en sus má» tierno» años, pro-
Bolas, una numorona colección Jo reprodaooionos loma- II creído pertinente llenar largas páginas relativas al liablemente en Madrid ó Segovia, á L·ipe «le Rueda,
dtvi il'roci-unon’.o do Ian «ilioionos mi» importor-los quo ! misino, y sólo I). Jerónimo Moran, en la edición retenía en la edad adulta los vetsos «-ou «pie «k-Ieiló
do nquol libro inn par no han bocho su ánimo infantil, y los viboreaba
en EspaBa y on «1 «xtrar.joro. y encarecía.
Para la roalisación de nuestra idea Con caracteres no más «pie pro­
nos ha prosudo su valioso conouno, blemáticos se ofrece la afirmación
poniendo é nuestra d.apcs e.in su de los que <li« ,1» «|U«- cursó algún
tiempo en la» aulas salmantinas,
Wióíto y cerroaiieu ocufe e de sin que inicda es|ili«rar»e «•! motivo
ciudad D Isidro Hor.scsns, que ha lo ó unitivos «pie á dicha « iu.bd le
grado reunir la coleeci.’n n», cera llevaron y los incalió» con que |«ara
píela 4 interesante de cuantas etisiefl vivir cmtalu ,1» b mitm. Ni de­
d«l Quijote yí <p;«n d* ••> >..» be olvi«br»c «pn-, «orno «li«v «Ion
lomeas de La Iu>rn.vctós ArtIsticj Tomás Tamayo «k- Vargas, los con
onv^&mon la eirfos.ún do aueslro na' ti-mporáneos émulos «le Cervantes
profundo rócete r.rnionio por el favo: le tildalnn «le in^nio kg.-, lo «,u«-
que un de.intere.aJa y entusiasta en el lenguaje «le la é|»o« a «pieria
monto nos ha dispensado significar «pie aquel á quien así '«•
calificaba no habla omit/riii/a /ib
Los Kmtomiu. ve/,11 nijismfo tui iitití efe /,< (’ni
verfi/uti. De lo» primeros maes­
tros «le Cervantes se «’«moce tíni­
SUMARIO camente el nombre- tlel presbítero
Juan IZpcz «le Hoyos, varón pia
Toxto. - iV.rwi'y/ SwrAfre «lo»» y gramle humanista, «pie des­
aitkul» |4. ^.ik» tomad»» ¿«I foee»
runa Enaialaffdia» //ufana Amaai.a pués, fué nombratki catedrático «le
na. - Cartan/a, <aUa.!a, ,«* LiaMMi Graneitica btina ,-n «1 E»ludio «le
Bando. - ¿oí iltnlnatanai da! «Qnija la villa «le Ma«lrkl. y jiosterior-
tf.n-n ¡. L. I'dltc*». -/niaiti turada ntentecura «le la |iari«"«|u¡a de San
rotra a! tQnifita.f |-« alpit»« «minea
!c literal"» tiMi-eiale» ) cvtunjcio». - Andrés. Es <k creer que Cervantes
Edi.itnai Jal aQanjata.t (•« Ignaci* aprendía con singular aprovtvha-
Dublé. - Calílugo «k ImU. lu cilicio miento, si se alienile á los elogios
no del Inga"leía hidalgo fon Quijal, y expresiones «le cariño «¡ue le pro­
da ¡a Manato, publ.M.lu» ca Espita j
en el cxiinnjcio dede »u apririon cr
digó su maestro.
ifojhmln il'i/J. Sus obras acreditan «pie llegó á
QrnbiidoB. - A/ fngtniaia Ifitüfgi adquirir una erudición nada vulgar,
fon Quijeit da la Manato, - Tiiincr; si<piiera, á causa «le una agitada
edición: lóoj. Madrid. - Trimera olí villa, no llegase á «lar á sus estu­
ción ilu.irada: l6zo, Dmdrcs. - l’ri
mera, olici«>ncs en nraAol: Madrid dios la extensión «pie «pii/ás él
Valencia, Lidia. Milán, Bruselas mismo deseak-t. Prescindiendo de
Barcelona y And eres, de 1005 á 1706 cuanto se refiere’ á este primero y
- Primera» ediciones en mgles: b.a obscuro período «le su vida, es lo
drcs.de l6ioá 1711. - Primeras di
eûmes en (ranees: Paris Amsietdan cierto «pie Cervantes se halblsi en
y R'-itn. de 1614 a 1646. Primera' Madrid cuando, en zj de octubre
dieiooes en iiatun·i: Venecia y K-«tu de 1568, rek-bralu b villa en las
de 1611a i?íJ. - Gmtodo.de Xotrib I>cscal/a» Reates las ex«.»ptbs «le
Vencen. 1S19. - lidíenme» en equio
¡talladas: Bruselas. Madrid, Amtmrcs Isabel de Valois, mujer de Feli-
Lo-n (Pranda). Barreta». El Haya P® Î1,
Tarragona, Ixipig, Tail», Bosion. Me El maestro 1xS|k*z de Hovík,
xid y Se» illa, -le 1661 a 1854. - Be P-Mtadi .le li primera edición «iel fon Qui-a/a da la Man, to que entonce* regéntala el Estudio
tratos «k Cercantes de distintas eslicio
.¡g¡mlO«9S xo’,6 Ed,í'0 ’'î' S
ncs. - Ediciones en Inglés ilustrada. impresa en Madrid, con Privilegio, por IJ. Juan de U Cuctia en 1605. - Tamaño del original 0*95 * o'i6
Izm-ltc, Oublln, Glasgow, Nuera Vori «Iriil, lomó paite, a nomine «le este
y Eúimtaigo, de tM»7 i 1SS1. - Edi centro, en el «ludo públic.», y con
dones en Iraníes Ilustradas: Amsterdam, Bruselas, Taris y Dorrcgaray del Quijote (Madrid, 18C3) traía, á titulo este motivo escribió un libio, //iMoriuy reiaeiim ter-
læipiig, de 1695 á iSjl. - Edictate» «1 akman iltlMiailut de recuerdo, esta cuestión definitivamente resuelta.
ti,¡Jera de (a enfermednd, felieiiim» trdmito... de...
F'nutrí ut. Leipng, Vico.» y KoenicsbciK- «le •’» «793- -
La tradición señala todavía los restos de la casa en
Ediciones en h-ibn-k. ilustradas: Ikwdrechl, Amsterdam y doi'1,1 /i,iM de GM-zi. impie».» en Madrid, 1568(1111
Leidcn.dc «657 á 1Í77. - Edidone* en dinamarqués y en «pie dicen se crió Cervantes, enclavados hoy en lo volumen en 8.’ ), «pic, a falta «le otro mérito, en­
sueco: Copenhague y St»koln». de 1775 a iS«4- - I*’» plació- que fué I Invita de los Capuchinos, y reducidos á una cierra bs poesías consagraib» á la fúnebre solemni­
ne» en portuguésuna ilustrada): ljsbna.de i;9iál85O.-K«li- ' pared y puerta tapiada, con indicios de la pobreza
cione» en ruui y en griego ilustrada*: Moeoo. Odessa, Atenas
dad, y entre ellas mus quintillas, «los sonetos y una
yTrieste.de IS» $ à 1S6». - Edicionesen polacoy en bohemio: i de los que la habitaron. elegía de Miguel de Cervantes á «piien »u preceptor
Varv-l-ia y Praga. 1855. - Edkioncs en húngaro, en hnlan-ks. Era hijo de nobilísima y preclara cstiqie, la «le los llanu repetidamente su e,ir,< y ,im,id,> diuijuln. Au­
ni bohemi" y en crura: 1850 a 1S78. - Reporto d n «le ursa ; Cenante., «jue desde Galicia se trasladó á Castilla y tores de crédito sostienen «pie aún conquiso ('enan­
romiiski-m <k Coypel, Pans - Grabados -le la edición en «|uc ya suena en la Historia lujo el reinado de Fer­
estsafcd.k T<mvm(Londres). Gralod-rt<k la edice-n |-jMi tes, por b misma época, aquello» n»w,»«.zí infinito
caita |>w la Real Academia Je la Ixr.gua. Madrid. - Una nando 111 ; todo esto, aceptando como Ixicno el ár­ y otras diversas jxx?»bs, incluso el poema ,u»toral
composiei'-n de Tindli, K-na. Agua inerte de Sehts-lter. bol genealógk«> (rublkado. Fue-ron sus ¡udres Rodri­ I /•llena, de que él mismo hace mérito en el capí­
Ali-rna. - Gratado de la cdkkn ilustrada |-e G- Orné. - Ca go de Cervantes y doña lx-onor Cortinas, señora tulo IV de su l'iaje ai Parnata, |»ereli«lo» para b
Iuvera• .le la edkión jnitókaiti ,«it la casa Montaner y Simón, ilustre, natural, según jurece. de Barajas. De este
originales de Halara y Pellicer. - kepr—lurción en negro -le
posteridad en su mayor parte.
dos láminas er>>ni<<litograliaila> de la edición de Montaner >
matrimonio nacieron cuatro hijo»; Andrea, Luisa, Disputan los biógrafos acerca «le »i (‘enantes pu­
Simón, originales -le talara y Pellicer. - Cuatro gratarlos «le Rodrigo y Miguel, que era el menor de lodos. Su llo ser alumno del Estudio «le Humanidades «le Ma­
dibujos inédito* -le Jiménez Aramia. - Verdón catalana -le abuelo juterno, Juan de Cervantes, fue corregidor de drid, ó si recibió en tiempo anterior las lecciones <|«-
Antonio Itull-ena y Tiisell: 1891. Barcelona, imprenta de Al Ostna, donde dejó gratos recuenlos. y descendiente Hoyos en Alcalá ó Salamanca, y ha (lado margen á
1rs, - Tumi.» «le I». Quijote, alegoría por Pincllr, Roma.
del gran Alfonso Ñuño, alcaide «le 'Toledo, cuya ra­ esta cuestión la circunstancia «l«- que 110 hacía má»
ma entroncó con la de los reyes «le Castilla por me­ «pie ocho meses «pie aquel preifi-»iii regcntalia el Es­
dio de doña Juana Enrique/ de Còrdova y Ayala, tudio cuando se celebraron las exequias, y contando
MIGUEL DE CERVANTES SAAVEDRA (1) segunda mujer de Juan II. Cervantes veinte añ«>s, no es verosímil «pie llevase
la familia de Cervantes, sin embargo, habla de­ tan retrasados sus estudios. Jerónimo «le .Moran sos-
El principe tic lo» ingenios españoles. Miguel de caldo «le su antiguo esplendor. Sus padres, en efecto^ |H.-cha que sus padres se trasladaron «lcs«Ie Alcalá á
Cervantes Saavedra, nació en Alcalá de llenare» en vivían tan falto» de recursos, que mal hubieran |«»- Madrid, y que él. «con su inclinación vehemente á
octubre de 1547. siendo bautizado en la iglesia de dido dar á sus hijos !a educación que les correspon­ b« Belbs Letras. las cuales cultivaría durante sus
Santa María la Major el día 9 de dicho mes y año. día, á no haber lijado su domicilio en Alcalá de He­ primeros añ«>s, sin guia ó preceptor, en el privado
Hoy nadie pone ya en duda que Alcalá fué la pa- nares, cuya Universidad ya entonces tenia asomos de asilo, aprovechara tan buena ocasión de perfeccionar
com|*etencia con la de Salamanca. No por esto se ha los conocimientos por sí solo adquiridos, inscribién­
(1) Toma®o» este articulo del foaienaria Enaiateftíiaa de creer que Cervantes cursó en aquellas aulas, pues dose como alumno en el Estudio público del maes­
Hiifana-A·nari.ana que publica esta asi editorial, que es un
dodi uno de k- mí. completa trátala» biográfico» que del consta lo contrario; pero si se tiene en cuenta su ca­ tro Hoyos, cuya enseñanza era gratuita, puesto que
autor del Qni/att * tan publicad» rácter, podrá admitirse sin duda la sos|«ccha de que se sabe que aquel establecimiento estaba sostenido
con fondos de la villa, kl especie de si habría sido nes, y cuando se tatía con denuedo, en lo más recio Embarcóse Cervantes en la galera de España Ha­
discípulo «le Hoyos en Alcali.. quedó conipleUnien- del comtale, recibió dos heridas de arcabuz en el lada en coinjKiñía de su hermano Rodrigo, de
le desvanecida á principios de este siglo; pues, des­ ¡techo, y otra además que le destrozó para siempre ero Diez Carrillo «le Quesata y de otras jiersonas
pués «le las investigaciones practicadas al efecto por la mano izquierda. Resistió, sin embargo, á los suyos e cuenta. Salió de Xápolcs, y el 26 de sejtticmbre
I). Manuel de lardi/atal. resultó «pie ni Cervantes que querían recogerle, y únicamente al saber que la e 1575'iósela galera rodeada «le una escuadrilla
había cursado en la referida Universidad, ni el maes­ victoria había coronado el esfuerzo «le los cristianos e galeotas «pie mandata el amanta Mamí, renegado
tro Hoyos |»erteneció jamás á su claustro.» se dejó comlucir, lodo ensangrentado, jiero henchido Itanés, capitán de la Mar de Argel. Presa la galera
Hacia febrero «le 1569 salió Cervantes de Esjiaña de gozo, á curarse las heridas, de «pie con justicia se conducida á Argel, se inició para los tripulantes y
con dirección ¡i Roma, acompa­ pasajeros la triste vida de la cauri-
ñando al cardenal Julio Aquaviva, vitad.
legado «leí Papa. Este hecho marca Comienza entonces para Cenan­
un nuevo rumbo en la vida del tes una época terrible de penali­
gran escritor, y es el principio de dades y tormentos, pero á la vez
una infinita serie de desdicha*. gloriosa |x»r el heroísmo de que el
Buscando las causas «pie pudie­ antiguo soldado dió rejictidas y ex­
ran deteiminar á Cervantes para traordinarias muestras. El arráez
«lijar su jotria y sus amigos, cuan­ Dali Mamí, á quien cupo en suerte
do emjiezata á ser conocido en la ('enantes en el reparto que se hizo
república de las letras, y cambiar el de los cautivos, creyó, engañado ]“)r
ejercicio «le la Poesía por el desem­ las cartas «le D. Juan de Austria y
peño de la* funciones de camarero del duque de Sesa, «pie su esclavo
cerca del expresado cardenal: re­ era una persona de calidad, error
cordando la* repeti«Lis alusiones en «jue le afirmó el agradable as­
«pie el propio autor «leí Quijote hace pecto de sus maneras, su bravura
á cierta circunstancia «le su vida, en el combate y el respeto que le
cierta falta «le su juventud, causa manifestatan sus comjiañcros de
de todas sus desgracias, no parece desgracia. Por esta causa creyó que
infundada la opinión de Moran, jKxIría obtener «leí prisionero un
que, publicando un documento ju­ gran rescate, y al efecto le trató con
dicial, en «pie se manda perseguir todo el rigor compatible con la
á 1111 Miguel «le Cervantes, ausente conservación de su existencia. «Si­
de Madrid y condenado en retal- tuación era ésta, dice un biógrafo,
día por ciertas heridas causadas capaz de atatir al hombre más es­
«en esta corte á Antonio de Sigura, forzado; pero el alma «le Cenantes
auJante en esta eorfe,* razona ex­ era inflexible; una idea única se
tensamente para venir á proliar «pie ajwideró de ella «lesdc el momento
este Cervantes perseguido por la en que se vió privado de su litartad:
justicia piulo ser el principe «le los la de recobrar este bien que no tiene
ingenios, y que Antonio de Sigura precio.»
sería probablemente un alguacil. Esta es la parte más interesante
Si Moran acierta, habrá «pie crecí «le toda la vita de Cenantes: en ella
que Cervantes salió «le España lui se engrandeció su alma altanera, se
yendo «le la justicia, y «pie ésta, á aguzó su ingenio y subieron de pun­
su regreso, no le jiersíguió jxirque to su heroísmo y generosidad. Afor­
le precedía la fama de sus gloriosos tunadamente no escribimos una
hechos, porque protegieran al es­ novela, aumpie lo parece; ningún
critor altas influencias, ó. acaso, á suceso «le cuantos le atañen se halla
la vez. por ambos causas. Cenantes, más plenamente justificado que esta
pues, y esto está bien comprobado, serie de tentativas arriesgadas en
resi.lía en Roma, como camarerc «pie á cada paso comprometió si
del cardenal Aquaviva.cn 1570. rata/a ¡cita alcanzar su libertad, >
El viaje á la corte pontificia, cuando no, para salvar la vita «!«
d.nlo su espíritu observador, le fui sus cómplices y clientes en caus;
muy provechoso, y por las indica tan gloriosa.» Burlando la vigilan
cioiies esparcidas en sus obras se cia á que estaba sometido, y acom
puede trazar casi de un modo s«gu juñado de otros cautivos, con quie
ro la nita «pie llevó jxir Valencia nes quiso compartir el beneficio d«
Cataluña, el Mediodía de Francia la libertad, íugtise Cervantes y bus
el l’iamonte, el Milanesado y I: có un moro que le sirviese de gui:
Toscana. Había alcanzado Italia e y le acomjnñasc jtor tierra bastj
mayor grado de cultura; frecuenta Orán, plaza ocupada jxtr los esjia
ban seguramente el palacio del car boles; |wro cuando los fugitivo
denal los más esclarecidos ingenios baljían andado alguna jomada, le
y allí sin «bula amplió Cervantes si atandonó el guía y tuvieron qu<
educación, conoció y trató á vari«x regresar á Argel, donde recibieroi
literatos, y aun adquirió resabios d« severos castigos.
italianismos, no escasos en sus es la familia de Cervantes, par
critus. reunir el precio del rescate, hizo lo
Avido de gloria, pues su pesad! mayores sacrificios: malvendió s'
Ha constante fué la inmortalidad corto patrimonio, empeñó las dote
que buscó por distintos caminos de las hijas, solicitó socono de lo
despidióse del cardenal, al qu« amigos, y quedó rcducita á un et
siempre recordó con afecto, yentn tado próximo á la miseria. El pre
á servir, «piizás primero bajo la ducto «le tantas jirivaciones llegó
banderas jioiitificias, acaso rentan Argel dos años después del ajircsr
do «lesile luego plaza en las fila miento «le los Cervantes; pero n
españolas, que esto no está biei Portada de la primera edición inglesa del Den Quve/r Je a Maneto satisfizo las exigencias de Dali M:
averiguado, aunque sí consti <pi mpica en Lunilio en 1620, por G. Blountc. - Tamaflo «leí original o'ió x 0*09 mí, que 110 quiso soltar á su cautiva
en el propio año «le 1570 formal) y así fué aj (lirado al rescate de s
parte de la compañía «le, capitán hermano Rodrigo, «jucxlando M
Diego «le Urbina, perteneciente al tercio del famoso envaneció siempre. Al «lía siguiente visitó todas las guel sin esperanza alguna de salvación. Encargó ésl
guerrero I». Miguel «le Moneada, y «pie no tardó mu- naves I ». Juan de Austria, «piien concedió á Cenantes á Rodrigo que desde las costas de las Baleare* ó «I
■ lio tivnqx» en acreditar su bizarría. El 7 «le octubre el aumento «le 1res escudos en la jiaga, y le socorrió Valencia le enviase una emtarcación «pie favoreció
• le 1571 se daba la memorable tatnlla de lxpanto. además varias veces. su fuga, y entonces sucedió lo que en los siguiente
( ‘enantes, siempre soldado, yacía en un canutóte de A fines de 1572, restablecido ya «le sus heridas términos refiere Aritau: «Cuín,dió Rodrigo fiehnent
la galera «le Andrés Doria, ¿«r Marquesa, inutilizado, aunque manco para siempre, se vió Cervantes incor­ este deber fraternal, y jirovisto de cartas c instmccii
al parecer, para el comtale, por las calenturas que porado en el tercio «le D. Ix>|>e «le Figueroa; con­ nes de varios catallcros que entraban en el pial
pailei ia. Llegado el instante de pelear, solicitó de currió á la jornada de lavante, y tomó parte en la habilitó inmediatamente una fragata armada al man«¡
Diego de Urbina el puesto de mayor peligro, y á empresa de Navarino. No se conocen bien sus hechos de un tal Viana, marino arrojado y práctico conocedi
cuantos jefes y compañeros querían disuadirle, les en los dos años siguientes, pero se sabe queen 1575, de aquellas costas. El punto de la recalada sedesigr
decía: « En cuantas ocasiones de guerra se tan ofre­ ansioso de volver á su patria y de obtener algún pre­ junto á una casa «ie camjx) sita á tres millas al Es
cido hasti hoy á S. M., he servido como buen solda­ mio por sus servicios, solicitó licencia y la obtuvo de de Argel, projúa del alcaide -\zán, renegado griego,
do; y así ahora no haré menos, aunque esté enfermo I). Juan de Austria, quien le dió cartas de recomen­ cultivada jxir un cautivo natural de Navarra, conocic
y con calenturas.» dación para Felipe II, á fin de que le confiase el bajo el nombre de Juan el Jardinero.
Tomó parte, como deseaba, en la sangrienta lu­ mando de alguna compañía. En igual sentido escri­ • Habíaalll una cueva muy oculta, donde fueron c«
cha, dirigiendo doce soldados puestos tajo sus órde­ bió al rey y á los ministros el duque de Sesa. mucha anticipación guareciéndose los cautivos á m
tllK'lDM' IMPKRM* I'S FSI’XSOI. UK<IH II. A\«< 1605 A l6l·i
1 nu l"M ' mi'ki'V' l\ i 'i·'S.i'·l i·l.'Ki li 1616 Á iyor>
Primeras iliciones inglesas, impreso en Londres en l-> aflos <Ie*i6?o 4 1711

dida que iban escajwmlose de las casas desús amos. drentarla por unos moros que acertaron á pasar |>or rados, en vista de tan rara presencia de ánimo, des­
Juan velaki jK»r su seguridad. Cervantes con suma aquel sitio, tuvo que hacerse á la mar. Volvió en se­ pacharon un propio al rey, quien mandó que lodos
diligencia y disimulo, dirigía aquella maquinación, guirla ; pero alarmarla ya la |toldarión «le aquel cam- aquellos infelices fuesen conducirlos á sil baño y que
proveyendo d lorio y ofreciendo este medio de fuga |»«, que acudió y se puso en acecho, no solamente á Cervantes le llevasen d su presencia. Así se verili-
¡i los cautivos «le su confianza. Pero la depositó muy frustró la tentativa, sino que. arrojándose sobre la có, y así tuvo «pie entrar en Argel el animoso joven,
sobrada en uno que llamaban el Dorador, natural de embarcación, la apresó con toda su gente. Quedaron, maniatado, d pie y |«etsegui«lo por los insultos de
Mdilla, que des,niés de haber renegarlo de .su fe en en consecuencia, los ríe la cueva privarlos «le loria aquel bárbaro populacho. Puesto Cervantes en pre­
la juventud, se había vuelto d reconciliar con la Igle­ esperanza y socorro: pue-, no volviendo á aparecer el sencia de Azdn Bajá. preguntóle éste con terribles
sia, y bahía sirio ¡lostcrírirnienle cautivado. Piste cni I Virador, carenan «le torio alimento y se hallaban amenazas quién era «le este negocio saltedor y quién
dalia ríe comprar los víveres y conducirlos d la cueva reducirlos á la mayor desesperación. habría |mmIí«Io ser su autor. Porque sospechaba el
ron el recato «pte es de suponer, y debía ser uno de ►A los tres días le vieron por fin. pero conducien­ rey «leí K. P. Jorge Olivar, «le la orden de la Merced
los prófugos. do al comandante «le la guardia del rey con veinti­ y comendador «le Valencia, y aun se tenía por cierto
►Todo estaba dispuesto: la noche, aunque incierta, cuatro infantes armados «le alfanjes, lanzas y esco,re­ que el mismo Dor.ulor se lo habría dicho y |n rs«,ia
de la lilwrtad se iba acerrando. y Cervantes se ocu- tas y algunos turcos de d caballo. Encamináronse to­ «lirio, y de aquí «pie, como codicioso tirano, quisiera
(■alta en recoger d sus amigos más rezagados, con el rios derechamente d la cueva, val oir el rumor «le las echar mano con esta ocasión del mismo Padre pira
disgusto ríe no halier |to«lido atraer al doctor Auto pisarlas y amenazas, tuvo licmjio Cervantes «le adver­ sacar ríe él buena cantidad «le rlinero. Pero como á
nio ríe l/oa. eclesiástico de estoica virtud, que lleno tir á 'Us compañeros que descargasen sobre él loria ,tesar de todas sus amenazas no pudiera sacar nunca
de achaques y guardarlo con csjiectal vigilancia por la culpa: en seguirla se arlelantód encararse con el co­ «le Cervantes otra cosa sino «pie él y no otro fuera el
su amo. no pudo ó no quiso acompañarle. Llegó por mandante. di< ien'lo con singular entereza que él solo autor de la conspiración, mandó «pie lo metieran en
fin la fragata, que manteniéndose en franquía torio bahía fraguado aquel proyecto y seducirlo á los «leinás, su laño, teniéndole también ,ior esclavo, aunque
el día 2i ríe septiembre, se arrimó ya de noche, y su así que sobre él solo debía recaer cualquier castigo. después, d él y d otros 1res ó cuatro, Imito «le volvei
tripula' ión verifícala el desembarco, cuando ame­ ►Asombrarlos los agresores tanto como los captu­ por fuerza d los pitrones respectivos.

Primeras cdiciofto itit|«e%&» en l<t» de 1614 i 1646


»EI alcaide Azdn, luego que en su jardín prendie­ prevenir las peligrosas contingencias que pudiera le diesen dos mil palos, sentencia que se hubiera
ron á los cristianos y trajeron al jardinero con ellos, originar la singular audacia de aquel mancebo, fué cumplido inmediatamente si un chiste del español
fué de todo avisado: y corriendo á casa del rey, re­ el de comprársele al arráez Dalí Mamí |>or precio de no hubiera desarmado la cólera del rey.
quirióle con gran instancia que hiciese áspera justicia quinientos escudos, y encerrarle con grillos y cade­ ►Tantos peligros milagrosamente esquivados, in­
:i todos y particularmente que le dejase á él hacerla nas en su baño, donde tenía de la propia suerte hasta fundieron en el ánimo de Cervantes mayor precau­
á su gusto, y que el rey castigase á los demás cristia­ dos mil cristianos. Una vez. con ocasión de encon­ ción, pero no lograron extinguir la sed de (¡licitad
nos que hablan estado escondidos en la cueva. ¡Cosa trarse entre los dos mil cautivos tres caladeros rela­ que de día y de noche le abrasaba. Trabó amistad
terrible! Algunos de ellos estuvieron más de siete cionados con el gobernador de Oran, donde también con un renegado natural de Osuna, llamado Girón
meses encerrados, sin ver la luz sino por la noche ' tenia Cervantes algunos amigos, juntando las reco­ entre los cristianos y Alxlaharramén entre los moros
cuantío de la cueva salían. Cuatro veces estuvo Cer­ mendaciones de todos halló medio para ganar á un el cual deseaba volver al seno de la Iglesia. Persua­
vantes á punto de |>crder la vida |Hir salvarlos; y si á moro que llevó á Orán las cartas que á esta plaza es­ dióle á que adquiriese y armase una fragata, lajo
su ánimo, industria y trazas, dice su contemporáneo cribía el inquieto cautivo, pidiendo les enviasen al­ el pretexto de hacer el corso, y que en ella huyese
llaedo, hubiera corre»!Kindido la ventura, hoy seria gunos espías y personas «le confianza con quienes de Argel, llevando consigo una porción de cautivos
Argel de los cristianos, ,x»rquc no aspiraba á menos pudiesen realizar la fuga. Preso el desgraciado men­ de lo más llorido. Para reunir fondos se acudió á un
en sus intentos. Ihcía Azán-Bajá que si él tuviese sajero al entrar en el mismo territorio de Orán, y mercader valenciano, establecido en aquella plaza y
guardado al cstro|tcado español, tendría también se­ conducido á Argel, fué mandado empalar, y hasta llamado Onofre Exarque, el cual, en efecto, aprontó
guros sus cristianos, bajeles y aun toda la ciudad. morir sufrió el terrible suplicio con tal entereza, que más de mil trescientas doblas, con las cuales y otros
Tal era el temor que le infundieron las trazas de no pudieron arrancarle una palabra del secreto. Pe­ recursos se acudió á lo más necesario. Ya estala to­
Cervantes. ro habiéndole encontrado cartas con letra de Cervan- do dispuesto, sesenta cristianos debían romper sus
> El mejor medio, pues, que le ocurrió al rey pata I tes. Azán llamó A éste á su presencia y ordenó que grillos; pero aun entre ellos bul» un Judas. Era éste

Piincras edidunes ilaluna», imposa» en lo» ailw «Je lóíl á 1722


I'KIMEKA> LUICION» ILCsIkAI·A'* l>EL <I)ON QUIJOTE I>l. LA MANCHA,* IMPRESAS EN »PAÑOL EN LOS AÑOS l>E l66j  IJ*9
klIKAIOS hb Ct.KVANífe» ITI·IJCA 1>OS UN YAMA' MUCIOXk' lifcX «iIhiX Ul’IJO’IK !►! l.\ MASCHA)
Juan Blanco de Paz, que se titúlala doctor, y había rros de la orden y con limosnas de algunas personas cédula y comisión del rey para ejercer allí sus fundo-
sido religioso dominico, y que asi que sujro el pro­ piadosas, comenzaron al punto á poner en planta la hes: presentóse al respetable doctor Sosa ¡ara re­
yecto cometió la villanía de delatarlo al rey Azán, de santa obra que á las playas africanas los conducía, y querirle á que le reconociese como tal. y fué recha­
quien recibió ,xrr todo premio un escudo de oro y como Cervantes era la principal y más noble figura zado; lo mismo exigió «le los Padres Redentores
una jarra de manteca. que se destácala en aquel fondo lóbrego de lágrimas quienes le pidieron exhibiese sus despachos; no pudo
• El rey, disimulando pira hacer su venganza mis y desolación, tan querido de todos, tan ensalzado hacerlo porque 110 los tenía : t«xlo era falsedad é in­
estrepitosa, segtira y extensiva á muchos conjurados, por todos, á quien aclamaban con voz unánime «-/ triga. «Sin emlargo, dice Arilau. era preciso recha­
había «lado ya sus dis|xrsiciones pira sorprenderlos bienhtthor. el matstro, t! virtuoso, ti caballero, con zar un golpe quo hubiera |>«)di«lo repetirse. Con este
en el mismo acto de la fuga. Pero por estas disposi­ otros mil dictados no menos honrosos «pie constan propósito provocó Cervantes una información de tes­
ciones que no pudieron ser del to«io secretas, ó |tor de las informaciones recibidas sobre este punto y de tigos, que por fortuna existe original en el Archivo
algún indicio, conocieron los cristianos que se halla- los testimonios de |xrsonajes del más alto respeto, general de Indias, establecido en Sevilla. En este
ban descubiertos y el tenor se ajiodcró «le todos. natural era <|ue aquellos religiosos se sintieran movi­ precioso documento dieron sus «leda raciones los
Onofrc Exarque, viendo comprometida, no sólo su dos á estimar, entre los más preferentes, el rescate de cautivos más autorizados «pie existían entonces en
hacienda, sino también su vida, dijo á Cervantes que un cristiano que con tanta abnegación y por tamas Argel, cx|x>nicndo los hechos «pie liemos referid», y
él daría «lesde luego la suma ¡redida jara su rescate, veces había puesto su cabeza en |x-ligro por procurar justificando la virtuosa conducta «le Cenantes en
suplicándole con las mayores veras que aceptase el la libertad de sus hermanos de cautiverio, por locual medio de aquellos trabajos. En efecto, no |x>rdió
pirtido, y salvándose á si mismo, le librase de aque- ¡ había llegado á tal punto su predicamento, que tras­ ocasión «le alentar á los renegados, medianamente
¡la angustiosa situación. pasando los limites de la colonia argelina, el nombre predispuestos, para «|uc volviesen á sus antiguas
►Tentadora era la propuesta. mas no era Cervan­ de Cervantes corría con fama y era respetado por creencias, tímidamente abandonadas; traíala á linios
tes hombre para abandonar á sus amigos, de cura todas las plazas berberiscas; y lo mismo entre los in­ ron una gracia particular, que le concillaba el afecto
constancia cq la tortura no [xxlia responder como de fieles por el temor que les infundía, que entre los de cuantos le conocían; con lo poco «pie |xxlía reco­
la suya propia. Tranquilizó al mercader asegurándole cristianos ,x>r los sentimientos de gratitud y amor ger socorría liberalmentc á los más necesitado», ex­
que nada sería rapaz «le arrancarle una sola ,alabra: que excitaba en ellos, era considerado como «hom­ hórtala á los pusilánimes, flacos y tibios, cumplía
por lo pronto, y con el fin «le ver cómo las cosas se bre distinto de los «pie se usaban.» con los deberes de la religión, y coin|H>nía versos,
encaminalan, huyó «leí laño, acogiéndose al amparo Llegó cautivo á Argel desde Constantinopla «Ion algunos de ellos sobre asuntos «le piedad. Acaso á
de su antiguo camarada el alférez Diego Castellano. I >¡ego «le Benavides, y preguntando á los que, como esta época debe referirse la infinidad «le romances de
Mas ¡roeos «lías después oyó publicar por las calles él, lloralnn la pérdida de la libertad quiénes de ellos que habla él mismo en su Viaje al Parnaso.*
de Argel el pregón «pie declárala su fuga é imponía eran los más principales y señalados, fué contestado Con este testimonio, que suplía con ventaja las
|iena «le la vida á quien lo ocultase, y no queriendo |»or lodos «pie Cervantes entre los primeros, porque r/u ix'rdidas cartas de recomendación, vino Cervantes,
que pitlcciera ,«rr mi causa su generoso amigo y en- ¡ muy caballero, muy virtuosoy de muy buena tondition: ¡leño de seductoras esperanzas á Ix-sar las arenas de
cubridor, salió al momento de su asilo, y juntándose escogióle con tan Ixienas noticias por guía y comía- su |atria y á abrazar á su atribulada familia. Ik- ha­
al jaso con Morato Ráez (Maltrapillo), renegarlo ñero, y anduvo en ello tan afortunado, que confesó ber regresado rico, feliz, fastuoso y colmado de ho­
murciano y amigo del rey, se presentó inqrávido á después halxT bailado en el padre y madre, es decir, nores hubiera hallado seguramente manos que es­
éste pira «pie dispusiese «le su vida. protección y recursos y socorro y cariño. Y en otros trecharan la suya, sonrisas «pte le acariciasen, labios
►Irritado Azán mandó alarle las manos atris y muchos testimonios que se conservan, Hernando «le que le llamaran amigo, plumas, en fin, «pie se ejer­
pmerle un cordel á la garganta, como pira ahorcar­ Vega confesaba ««pie todos holgalan y tr.1t.1lan «le citasen en sublimar sus proezas en Leíanlo, sus bi­
le, -si no confesala. Nacía bastó pira «pie nombrase á comunicar con Cenantes, ,«or ser de su cosecha ami­ zarrías en Italia, sus dolores y sacrificios en Argel;
persona alguna; echó toda la culpa sobre sí y sobre gable, noble y llano con todo el mundo:» Juan de pero volviendo pobre, mutilado, modesto y desfavo­
otros cuatro caballeros que estaban ya en lilrcrtad, Yalcázar declaró que «hacía bien y limosna á los li­ recido, ¿qué otro acogimiento |xidía prometerse, sino
hasta que, cansado Azán «le sus inútiles pesquisas, bres cautivos, sustentándoles de comer y pagándoles aquel que la injusticia humana tiene siempre dis­
vencido á los megos de su amigo Morato, ó cedien­ sus jornadas;» el alférez Luis de Pedrosa afirma «que puesto para los desheredados de la fortuna? Grande
do á la fascinadora influencia de un esclavo cuya su- tenía en extremo especial gracia en todo, porque es, debió ser, en efecto, el desencanto de aquel genio
p-rioriiLid no jrodía menos de reconocer, dispuso que dice, tan discreto y avisado, que |mxos hay «pie le inmortal, al poco tiempo de su estancia en la corte, y
le encerrasen en la cárcel de moros, que estala en lleguen;» el religioso carmelita Er. Feliciano Enri­ morlificadorcs hasta lo sumo lo» obstáculos que se
su misino palacio, ydesterróá Girón al reino de Fez. » quez, ««pie se hizo muy amigo suyo, como lo eran los opusieron al logro de su» legitima» cs|x-ran/as. mian­
Asi terminó esta tentativa desgra«‘i.i«la, «pte, como demás cautivos, á quienes da envidia su hidalgo pro­ do, á pesar «le su» treinta y 1res años de edad, sus
las anteriores, dice Arilau, hubiera podido serlo más ceder, cristiano, honesto y virtuoso...» gloriosas heridas, sus padecimiento» inauditos y sus
sin una misteriosa disposición «le la Providencia. ¿Para «pié más? Sería perdurable tarea la de refe­ méritos jamás galardonados, volvió á empuñar las
Habíanse hecho por aquel tiempo grandes apres­ rir t«xlas Lis alalanzas de que fué objeto el que pro armas, no ,ara mandar una compañía, á lo que tin­
tos de guerra en España ; y aunque el objeto de Fe­ dígala á aquellos desgraciados los consuelos que él co años ante» le habían considerado ya acreedor
lipe 11 era invadir y conquistar á Portugal, consta mismo necesitaba. Eué, sin embargo, tan miserable D. Juan de Austria y el virrey «le Xá|xiles, sino para
«pie los argelinos tuvieron gran pavor, recelando «|uc su fortuna, que más de una vez estuvo á punto de luchar «le nuera como simple soldado por su (atria.
hacia K»|aña dichos armamentos con intención de perderse el negocio de su tan anhelada redención. Debió además impulsarle á semejante determinación
apxlerarse de aquel bajalato berberisca Esta violen­ Se recordará que el arráez Dali Mamí bahía vendido el ejemplo de su hermano Rodrigo <|ue, de vuelta
ta situación de general alarma influyó prolublcmcn- su esclavo al rey Azán |x>r «pimientos escudos de de su cautiverio, se había otra vez incorporado á sus
te en el ánimo de Azán pira conservar la vida á oro. Como cuestión de tráfico, el comprador exigía á antiguas banderas, y servía á la sazón en el ejército
aquel cautivo que, dando muestras de grandeza tal, la sazón el doble, según refiere el benedictino Hac- castellano que acabala de invadir á Portugal.
inducía sospecha de que pudiera tener pirte en la do. Y era lo ,ieor que el tiempo apremiaba, pon pie Mal dispuestos su» moradores jara sufrir el do­
tempestad que contra su reino se fraguaba en el del habiendo terminado ya la soberanía de Axán-Bajáen minio de los castellanos, luego que falleció su solté-
monarca castellano. No sería, pues, de extrañar, si Argel, tenía aprestados sus Líjeles para «lar la vuelta rano I). Enrique, opusiéronse á las pretensiones «le
á esto se atiende, que Azán-Bajá le reservara para á Constantinopla, yen ellos se hallalxa Cervantes em­ Felipe 11. levantando estandartes en Lisboa por <-l
aquellos «lias «le prueba que veía’con esputo apro­ barcado. Algunas horas más, y el negocio hubiera prior de Ocrato, I». Antonio, hijo espúreo «le un her­
ximarse, cuyo temor manifiestamente se «lectaró en quedado completamente |x-rdido, ¡xirque ya se alza­ mano del difunto monarca; y aunque aquella tor­
Li epístola «le Cervantes al secretario Mateo Vázquez. ban las velas en el puerto. Pero la caridad «leí P. Gil menta fué brevemente deshecha |x»r el duque «le Alba,
El cronista de aquella época, Rodrigo Méndez de era tan grande como el compromiso, y así, con el Kxlavía con las turbulencias de la muchedumbre y
Silva, en su obra titulada z/k'emAwór ilustre dtt fa­ santo fervor del misionero, pidiendo á éste, influyen­ el |xxlcroso amparo «jue prestaban Lis Cortes «le
moso Ñuño Alfonso, dice que corrió gran riesgo la do con aquél é importunando á todos con sus que­ Inglaterra y Francia a los ,x»rtugucscs en aquella
vida de Cervantes |tor las cosas «pie intentó pira li­ jas y demandas, obtuvo al fin el rescate tan suspira­ guerra, encendida primero en el Continente y pr«tp,i-
bertar muchos cristianos y «|UC fueron «tales su he­ do de Cervantes ,wr el mismo precio de quinientos gada después allende los mares en las posesiones |>or
roico ánimo y singular industria, que si le correspon­ escudos que le había costado á Azán-Bajá. tugucsas, hubo de dilatarse «lesde el año 1581 hasta
diera la fortuna, entregara á Felipe II la ciudad de Era el 19 de septiembre de 1580, y tal vez el úni­ el «583.
Argel.» Bien fuera esa la causa, ó la secreta simpatía co día de su existencia que pudiera señalar el gran Consta «pie |»or mar y por tierra tomó parte Cer­
«pie pudiera infundir en su ánimo atpiel valor increí­ español con piedra blanca. Restituida su libertad, vantes en las campañas de esos tres años, pues él
ble, lo cierto es que Azán se aplacó por entonces, Cervantes permaneció todavía en Argel hasta fines «le mismo dijo en un memorial dirigido al rey, «pie
según se lleva ya indicado. aquel año, agasajado de cuantos conocían sus bellas después «le cautivados él y su hermano Rodrigo,
Morán añade lo siguiente: «Dos meses antes de prendas. -Sólo su delator, el mencionado Juan Blan­ fueron á servir á Su Majestad en el reino de Portu­
que tan trágicas escenas aconteciesen, en ji «le julio co de la Paz, «pie, como casi t«xlos los perversos, gal. y á las Terceras con el marqués «le Santa Cruz.
de 1579, la infeliz madre de Cervantes, en eldesain alxirrecía con preferencia á quienes más habla agra­ Pero no hay noticias positivas de sus aventuras y
piro ya de su viudez, y su hija doña Andrea «le Cer­ viado, puso en juego todas Lis artes que pudo suge­ hechos de arma» en estas expediciones; sólo sabemos
vantes, vecinas de Alcalá y resilientes en Madrid, se rirle su infernal ingenio para desacreditar y perder á que |>or aquellos tiempos fué enviado «le Mostagán
presentaron á los Padres de la Redención imploran- quien no había |x*dido asesinar. Temía tal vez que con cartas y avisos del alcaklc «le aquella fortaleza
,x> su inagotable y rccon«xi«Li piedad, entregándoles de regreso á España, Cervantes había de descubrir su jara Felipe II, quien le mandó pasar á Oran.
¡a suma de trescientos ducados, que á duras penas y infame proceder, y trató «le ganarle |xir la mano á fin También con esta é|xx?a debieron coincidir ciertos
á costa de dolorosos privaciones pudieron reunir, de que sus relaciones no fuesen creídas. Con este amores con una dama portuguesa, de la «pie huiro
pira que sirvieran de ayuda al anhelado rescate de objeto se dedicó á esparcir voces denigrantes, y á una bija llamada Isabel de Saavedra, «pie fórmala
su Miguel. Medio año más tarde, en 17 de enero de recogerlas después, seduciendo á varios cautivos y después, como se dirá, jarte «le su familia
1580, obtuvieron además del rey Felipe II, ¡ara el excitándoles á declarar en cierta información que in­ Concluida la guerra con la reducción de todas las
mismo objeto, un corto arbitrio sobre exportación de tentó. posesiones ultramarinas |>ertcnccientes á la monar­
mercancías á Argel, pero con tan corta ventura que Pero odiado como era, si la crédula docilidad de quía portuguesa, y desvanecidas las irritabilidades
no hicieron uso de esta gracia, poique al tratar de algunos pudo hacerle concebir alguna esperanza, en­ de fortuna |tor este camino, fijó ya Cervantes su do­
beneficiarla, únicamente ofrecieron por ella la mise­ contró en los demás desprecio y resistencia. Despe­ micilio, después de quince años de vicisitudes y ad
rable cantidad de sesenta «luvados.» chado, pero no arrepentido, acudió á un medio de versidades.
Trasladados á Argel el íq de mayo de 1580 los terror, que en aquellos tiempos alcanzaba aun á los Pero lo grande, lo admirable es que aquel incesan­
Padres Trinitarios Er. Juan Gil y Er. Antonio de la infelices cristianos que bógala» en las galeras ó tra­ te movimiento, aquella constante agitación, aquella
Bella, redentor aquél |x>r la provincia de Castilla y bajaban en las obras públicas en tierra de infieles. vida tan llena de tristísimos azares, que parece de­
éste por el reino de Andalucía, provistos con soco­ Arrogóse el titulo de comisario del Santo Oficio, eon bían absorber, si no toda su atención, todo su tient-
EDICIONES ILUSTRADAS DEL <DON QUIJOTE DE LA MANCHA» IMPRESAS EN ESPAÑOL EN LOS AÑOS DE 1736 Á 1757
|to al menos, lejos de distraerle del cultivo de las no «le Granada, la «le las galeras de Cartagena, el una mujer algún chiste picante, deque se ofendieron
letras, sirvió. |»or el contrario. ¡ara excitar más en él gobierno «le Soc«>nusco en Guatemala, ó el corregí- ' sus |*arientes é interesados.» la faina «le «piivpiillo-
su afición nativa y para fertilizar con la oltrenación miento «le la « iiuLnl «le la Paz. pue» « «mi « ualquicra sos y linajixlo» «k- «pu- gozatan k>» pueblos de aquel
de distintos |>aíses y costumbres aquella imagina» ión «le esto» «k-»lino» se «Lita por satisfecho, afielando, «lisitiio: la tradk kín «¡ue todavía sul»iste en Argama-
tan nu «le por 'i. Su» «x»rrerb» por Italia enardecie­ como «lijo él misino. <z/ remedia a que se a.ogian silla «le «pie en la « asi HanLida de Medr.1110 v»liivo
ron su fantasía ron aquel fuego inspirador y «unía- muthoi afros f.rdidos en Sevi/ta. que era tt fatarse >i el encierro «l«m-l«- perillanei ió Cervantes |xnle« i«-u
gioso que. encendido no mucho tieiiq*o antes en los tas indias. refugio y amfaro Je ios desesperados Je «lo largo» iratajos. y el «lielio «k-l mismo, i-onlfrma-
paLu ios «le lArenzo de Médicis el Magnifico y de Esfaña. El rey «leeretó «pie 110 había lugar, y que «lo p«>r otro «k Avellánela, «le «pie su libio lué en
Icón X, alumbraba espléndidamente aun en la se­ burease por .11 á en qué se le hiriese merced. gendrado ,-n una cárcel, donde toda incomodidad
gunda mitad del siglo xvi. Ese fecundo germen co­ Dando á esta promesa más valor «Ici «pie en sí te­ tiene su asiento, han «uiginmlo una multitud «le « 011-
menzó á dar sus frutos durante el cautiverio del ilus­ nia, volvió Cervantes á Madrid en 159.1, y iodo lo jetnras, «pie en vano se han pretendido apurar. Si lo
tre novelista, y «liólos tal vez también durante su es­ «pie pido ««inseguir fué otra comisión del Consejo «pie re refiere tiene, según parece,algún fuuiLiiiieut«i.
tancia en Portugal, puesto «pie meses «lesjniés «le Contaduría Mayor para la cobranza «le « i, lias es preciso ««mfesar «pie 110 se ha visto jamás en el
«le su segundo regreso á España, que ilebió «le ser :i rantiiLadc» «pie. procedente* de lentas y alcaliala». inuinlo má» gtaeioxa ni má» discreta venganza.
últimos «Id 1583. «lió 3 la estampa su primera ,wo- dclrian vario» piielúos «leí reino «le («ranilla, «pie re Acaso ,-sto misino habrá cnntriliuido á <|ue « reyén­
«luitión «le inq»ortam'ia. /.«r Gatatea. colgando fura corrió en elisio, realizando esto» «'réditos « <»n suitu dose alguno aliulkki en su |ierso«a ó en mi familia
siempre aquella espida que le taita dado honra mil cfkai ia, auoque no sin «lili, ultaik-». En 1505 tuvo en esta ó en aqueta cx|«v*iún «kd Quijote, luya pr<>
chi'ima, pero trabajos infinitos sin provuho alguno. que pisir á S« villa con motivo «le baln-r vuelto pro- curado «Multar lo» «loeuinentos «pie pudieran Íu«,rk-
«Consta. «lire Aritau, «pie en 12 «le diciembre «le Ic'iaila una letra sobre Madrid, «le siete mil cuatro­ ridi«tilo li odioso.
158» «‘ontrajo Cervantes matrimonio <*011 «loña Cata­ cientos reales, «pie había remitido al tes,tren» general, Se hallaba estable, ida la « orte «ai Valladolid «le»
lina de Palacios Salazar y Vo/mnli.mo. hija «le lier y «le cuyii ¡nqxirte se le hacía res|Mii)sahle:la«piiehra «le el ano 1600 y andaba rodaita á vueltas « I fasti
liando Salazar y Voziiiedinio y «le Catalina «le Pala del librador le pliso en grandes apuros, de que saliii dioso cxpi-dicnii- del supuesto descubierto «le Cer­
« ios, amluis de las más ilustre» casas de Esipiivias. sin más pirjiiicios «pie el disgusto. En 1597, según vantes |xir resultas «le las cuentas «le sus «libranzas,
Se wha «le ver «pie había estrechas reLieiones entre las « lienta» formadas por las olieinas, resultaba con­ Un informe que a«< iikntalmente dieron en enero «le
Lis familias «le los desposados, |w»r cuanto el padre tra Cervantes un «li·reiihivrto «le do» mil seiscientos 1603 lo» contadores «le relaci«tn«s á la Contaduría
de Cenantes halda nombrado p>r altaica en su tes­ cuarenta y un reaks», y por Real piovi»ii>u se dió Mayor, ita á remover « I asunto y á causarle nuevas
tamento á la «loña Catalina, viuib va «le Hernando. orden á un juez «le Sevilla para «pie le prendiese, y | vejaciones, « uando Cervantes, sabedor acaso «le esta
>EI domicilio conyugal se estaMe» ió en la misma á »u costa l«- «iiv ¡are preso á Li ««irte ¿i «li»,MMÍción novelad, se |>rex-ntó ,-n Valla«ioli«l á «lar sus «lesear-
villa «le E«pi¡vias. al |»are«vr muy imxk-Mainente. «k-l Tribim.il «le C«»trta«hiria Mayor. Veril», «'.re Li pri- go». -pn-sin «linla fueron satisfactorio». »u|Mieslo«|iK-,
|mics no datan lugar á oirá cosí la «lote «le la mujer »i«»n. aun,pie n«» »e tardó, ,»or buena < i»m|K>'i« ión, h iliitod” residido en la «-orte y á Li vista «k-l TiiImi-
ni l«»» recursos «leí manilo. Era precÍM» aguzar el en p«Mier en lilM-rta«l á Cervantes, tajo lianza «le nal tasta el lin «k- sus «lias, no volvió á ser moksta-
ingenio para atender á las nuevas «argas y tanto presentar».- «lentro «le treinta «lía» en Madriil á ren­ «lo tajo el concepto «le deudor a los i-.uulal. » pú
la falta «le nciqiación euanto la proximidad «le dir la « lienta y ,ngar el alcance. híteos.
aquel punto á la corte, daban á Cervantes lre« líente» Nuera entonce» meramente Sevilla emporio co­ Disponía entoilées a su arbitrio «le la nvinaiqnia
(x-asiones para ir á activar mi» pretensiones y á mercial, pues lloreeieroo también en ella por acpiel el famoso duque «le I.erma, gran valido de Felipe 111,
cultivar su» amistades. Túvolas muy e»tr«s has con tienqMi mucho» de l«is |nietas «pie mi» honra dan á «pie, según Lis «piejas «l«- los contemporáneo» y la vi
los más afamados ingenios de aquel tiempo, cuya nuestro l’arnas«i. y con los cuales coniuni, alia Cer- . sible decadencia «leí pu«krio, riqueza y cultura «le la
lienevoleneia se halda granjeado por los elogios, vantes amigablemente. nación, usó «le su privanza en proveí-lio propio má»
á la verd.nl exagerados en su mayor parte, «pie El insigne pintor Francisco l'aelicco, maestro y ! que en el común. T.11 vano se esforzó CcnanU-s en
acatata «le tributarles en el .anta Je Caliofc, in­ »uegr«» del grao Veláz«|uez. asi 11v.111ej.du el pincel ex|»«»nerle mi» M-rvi«io» ,um « -«inseguir la a|M-t«. i«la
serto en el libro VI «le su Ga/atea. Conctiniria. pro- ««Mito Lv |>luilll. y e» faina «|Ue su estudio fué en renim|»ensa: aquéllo» eran ya muy antiguo» y é»ta se
talúemente. donde sus amigos se juntatan. á depar­ a«pielLi é|«» a. no «adámente mux'i jura lo» artistas, guardjlxi »«»!«» |iara l<>» lisimjenr» y pauiagujilo». El
tir las cuestiones literarias «Id «lia y .i coniiinicarsv sino reunuin de grato solaz y dulce estimulo para los •Impie, ambicioso «le euLi/ar »u familia con la» más
el fruto «le sus trabajos, y asi fué que á varios au­ literatos. . haJeana ordinaria Je ios unís eullat inge­ i'sclareciilas «k-l reino, « asóá su hijo segmuli■ D. Di,
tores «pie publicaron por entornes sus obra», dedicó nias Je Set'ii/a y forasteros la llamó el lu»toria«lor go Gómez «le Sainloval « «mi doña laiisa «le Meixloza
algunos sonetos y « oiii|mi»í« iones laudatorias para Roilngo Car«i «-o sus Claros varones Je Sevi/ia. I’a- | que, < 01110 inmediata »ii« esnra «k-l titulo «k-l Infanta
poner al frente de aquéllas, urbana costumbre y tri- checo tuvii el luí. 11 gusto «le retratar a »u» eoin|x,iñi’- | do. Ilcvata el «le « «iliilesa de Saldaña. Al nuevo «-on­
linio recíproco «pie él misino recibió y pagó, peni ros ó cnfm«les: y como eon»ta «pie hizo «'I retrat ■ «le de, pue», «pie según paus e era aliihinadn á la poe­
«pie c«m sumo donaire supo después ridiculizar en el Miguel «l«-C« iv.«otes, no es dudoso que éste debió sía, dirigió (.'enantes una «mLi: pero ni por «-sic me
prólogo «le la primera parle «leí Quijote, » ser «leí número «le los concurrentes á su casa. Tam , «lio alcanzó el m«-r«s ido favor, y aseguran que fué re-
Pero esto no «Lilia medios «le subsistir, y aunque bién fué retrala«lo Cervantes ,m»i otro pintor y |»octa « iiiidi, , 011 «k-spego por aquel orgulloso ministro.
generalmente la industria «le escribir era enton·'es scvillan,» «l«- gran fama, el traductor «le la .iminta, Desalentad,' ( « rvarit,-» por e»te caiuinoy tratando
más estéril «pie en nuestros dias, halda « ¡crios ramos «k-l Tas»,». I». Juan «le Jáuregui. y tuvo amistad ««mi «le publicar la prunera ,«rte «k-l Quijote, «pie a« .vluta
en los que se Ingrata algún mezquino produ* (o. y el gran limo Fernando «le Herrera, «uva muerte «le- «le «fM-ribir. se vi«í en la m-ei-sidail de bus, ar algún
uno «le dio» era el teatro, la escena española estata bió ocurrir en a«piel tiemp«>. según se- «k-«lu« e «le ,111 Mecenas |Mi<k r«oo «pie. según la fra»e «le « nton« e>.
entom es en mantillas. Ni el artili, 10 «le Bartolomé soneto en que (amentó tamaña pénliiLi ( 'enantes, anqurase á la obra y la pu»¡es<- á « ubicuo de lo» ti
Torres Naharro y sus secuaces Cristólxil «le Castille­ soneto «pie « alificó »u mismo aut.ir « on estas ¡ula- 1 ros de la <-nvi«lia. D. Alonso Ixíjiez «le/abriga v So
jo y Juan «le Matara, ni la cómica sencillez, «leí insig­ liras, puestas bajo el epígrafe: Creo que es Je ios bue­ tomayor, séptimo duque de Béjar, era uno «le los
ne 1.0,ie de Rueda y su apasionado Juan «le l inio nos que he heeha en nu vida. magnate» que por aquel ti«-ni|»o hacían gala «le pro
neda, ni los esfuerzos de Fernán Pér.-z de Oliva. Pe- No fueron sólo estos juguetes los Hatajos litera- ¡ léger la» letras y honrar á los autores, si bien no
«Iro Simón Abril y Er. Jerónimo Bermúdez para in rios en «pie se ejen itó su pluma durante el largo siempre «mi buena intención y «lisi'ernimienlo. Relni
«xailar en sus contemporáneo» el gusto á las formas transcurso «le doce años «pie pennaneeicí en Andalu­ sando el duque la dedicatoria, ciñóse Cervantes á
clásicas habían logrado formar un teatro verdadera­ cía. Giro» «le mayor « «msiclcración sinicrou de c'|iar- - suplicarle se dignase oir un capitulo, y fué tanto lo
mente nacional. las reliquias «le aquellos tienqwts. cimiento á mi ánimo en l«»s ratos «pie le dejaban li ' que su lectura r«-g«»r¡jó á lo» asistentes, que 110 I,
preciosísimas ,«ara la historia «leí Arte, romo «,ue se­ bres a<piellas prosaicas y al»orrvc¡hk*s comisiones, y I «iejaron parar hasta el fin «le la «ibra. Tanto fué me
ñalan Las huella» «pie «lejó el ingenio español en su e» opinión a« rvdilada, no entre el vulgo, sino entre nester |ura a* eptar un «ú»»opiio «pre habría Ik-nado
gloriosa carrera, no jwwlian servir «le guia segura. No los eruditos «pie más han («ofumlizado la historia «le de orgullo al nu» indiferente.
hay necesidad «le «letenerse más ni e»te punto: tasta Cenantes, que fué en Sevilla don.le ««nnvnzó á es­ Esta prot«-«< ión «linó niuv ¡mito, siendo «le notar
decir «pie Juan de la Cueva, en Sevilla. y Cristóbal cribir el Quijote. Desde fines «le 1598 hasta princi­ que Cervantv» no «Ic.li. ó al mismo «luque, que aún
de Viriles, en Valencia, toniakin un rumbo nuevo y pios de 1603, siílo «piedan «le Cenantes tradiciones vivía, la segunda parte del Quijote, ni volvió á men
allanatan el camino al gran Izipeile Vega, eorriim- «pie, si bien bastante generales y constantes, no se tarie en su» escrito». Atribúlese esto a la iulhien, ia
piendo en su mismo origen la obra «pie preparaban. :qMivan en «lo«-umcnt<is conocidos; falla tanto más «le 1111 religioso entrometido, «pie mangoneaba « 11
El pueblo, entusiasmado ,mr la brillante novedad, sensible euanto más interesante seria sulier las eir- | casa «le los duques y que se empeñó en «lesacridilur
corría en tropel á los corrales de « «inii-dias, y ("er ciinstanei.is «pu- le dieron ocasión é impulsi) |iata es­ á Cervantes.
vantes «pie escribía ¡«ara la subsisten, ¡a y para la cribir su libio inmortal. Et ingeniosa iíida/go ¡)on I‘oe«is meses después «le publicado el Quijote.
gloria, se vió en el caso «le contentar al pueblo «pie Quijote Je ta Man,ha. Sobre «pie ,-n la M.uu ta estu­ ocurrió á Cervantes un «lisgusto que «lebió aeikirur
ingata y que .aplaudía. Veinte ó treinta «medias vo en aquellos años, todos se tallan acorde»; y «le |W algunos di.s «11 cxi«lcncia. N<> ,iarccc sin.» ,pi»-
según el «lijo «lespués. compuso en a«|uellos años, y «,ue allí tu il»i«í algún «k-saguisulo en « i« rt«» pueblo, una tenaz fatalúLxl le aixlata persiguiendo «in «vsar
ía notable iiMvrtidumbre ron «pie se expresa so- «uyo inmil Mi- recordaba con repugnanita, «Lui testi­ por todas fiarte». I’crmaneró en Valladoliil c«m al­
C »u número, puede presumirse que en poco las monio algunos ,visajes «k- su obra. I’uilo muy bien guna tranquiluLiil en el seno «le la familia. « «Miipue»
estimaría. Sin embargo, fueron bien recibidas ,»or halierse lta»la«Ltiloá aquel ,xiís a««igiéni|o»e al amparo ta de mi bija natural, «le su hermana víihLi, «lona
representantes y es,M-ctadorcs. y tin ofrenJa Jefefinos de algún |iarienle, entre lo» nuiebo» y muy ilustres Andrea, la misma «pie halda contribufilo á su re»« a
ni Je otra eosa arroiaJtza eorrieron su earrera Ubres que por allí tenía: pudo también halier i(l«i á derem te: «k- una bija «le ésta y «le una [icrsuna allegadiza
de ti/bidos, gritas y baraúndas. peñar alguna «'omisión, ya que ««.ste modo «le vivir que se llamnta también su lu-rmana y era beata. Por
Ocupaciones de otro género sobrevinieron á Cer­ había abrazado. «Cims aseguran, dice Navarrete, la noche «leí 27 «le junio, estantío ya recogido Cer­
vantes, «pie ilcsa,iareció de la escena literaria por es­ que, «•oinisionndo |xira eje, litar á los vecinos moro vantes y todos los «le su familia, hubo en la «alie cu­
pacio «le cerca de veinte años, sobre «uyo período sos «le Argamasilla á «pie ,Kigasen los diezmos á la chilladas de «pie resultó heri«lo gravemente D. Gas­
desagraiLable pisan sus biógrafo» rápidamente. Obli­ digniiLid «leí gran priorato «k San Juan, fué atrope- par de F.z|>elcta, caballero navarro, de la orik-n de
gado por la necesitad, aceptó el cargo «le temporal, liado y |«i«-»t«» en la «átcvl; otros sii|M»nen que esta Santiago, «pie andaría romLando, según la costumlire
comisario ó factor «le provisiones para la Armada: prisión dimanií «leí encargo que re l«- taita «««fiado de k»s « nainorailos «le a«,ucll«is liem,Mts. Pidió auxi
se trasladó con este motivo á Sevilla en 15SS. prestó relativo á la fábrka «I«- salitres y ¡lólvora « n La misma lio. allwruKSae la v«s imla«L tajó Cenante», y «on la
sus fianzas, «Icremp-nó allí su « «unciólo hasta 1592. villa, para « uvas vialMiraciones echó mano «le las avuila «le otro fué colocado el herido en el 1 uarto «le
y rindió sus cuentas. En el ínterin no «les, uidata sus agua» «leí Guadiana en pvrjukiu «le lo» vecinos que una vecina, que m- tallata más á mano, donde mu
pretensiones, como que en 15«>o solic itaba del rey un las aprove, hakiri ,«ara el rkgo «le su» « ampos, y 110 rió en Li mañana «k-l 29. la circunstancia «le halier-
oficio, de los «pie se hallatan vacantes en Indias, se­ falta, ni fin, «piien crea que este atrop«llamient«» se «kqiositado sus vestido» en casa de Cervantes,
ñalando particularmente la contaduría «leí nuevo rei­ I acaeció en el Tolloso, por halier «l¡« lio Cervantes á motivó el «pn- se le pusiese en la cárcel junto con su
EI·ICIOXI-S II.VSTK AIIAS HEX <1H>N QVIJOTE l»E I.A MANCHA,> IMPRESAS EN ESPAÑOL EN I.OS AÑOS l'E 1765 Á I798
EDICIONES UVSTRADAS DEI. «DON QUIJOTE OK LA MANCHA» IMPRESAS EN ESPAÑOL EN LOS AÑOS DE I ]<)] Á 1807
CPiaONM ILUSTRABAS l«t <BON «¿l'lJO II» hl- 1-1 MANCHA» IMPRIMA* IN I.M’ANoL I.N UK A.\U> hl. 1819 Á iSjJ
hermana, hija y sobrina. I tías después, rce<in<x ida mi dos algo cargado «le espalda» y mi muy ligero «le lia, 1111,ii«las por los elemento» más lieteiogéneos que
inocencia, fué puesta en lita-rtad. y lo* dicho* de las pies, á la edad en «pie esto escribía, «pie era á la ero errata la sociedad esjañola. Mozos «pie « «mío el
mujeres sonsacada* ¡«or el juez en pesquisa» V «Icela de sesenta y seis año». , gentil maiu i-l-i de las lanza* ¡tan á la guerra /.'r ne-
raciones inqicrtiiienlc* han «lado «¡rasión á la malicia • Pero el retrato de su alma ¡wivilcgiaila, «lire Ari- 1 eesidad, noble* sin grandes bienes «le fortuna, eburri-
<k algunos ¡tara atribuir .i ("enantes una industria tau. se etii neutra en mis escritos y en sus accione». llcrox y otra gente maleante «pie luiMaki en Ftande»
vergonzosa, in« ompatible ton La nobleza «le mi ca­ Impávido en lo» ¡tcligros, fuerte en la» adversiitade». y en Italia un refugio contra ta justicia, estudiantes
rácter. modesto en sus triunfo*. des|irendido y generoso en más ganosos de una jineta que de una Ixirb, señores
Llevada «»tra vez la corte á Madrid, la siguió Cer­ su» internes amigo de Éivorvcer. indulgente eon lo» «le la más alta nobleza y ta»,a |«rín« i|»rs que no ,0
vantes. si. nipre dcdieailo á tas agencias que se le en- esfuerzos liien intencionado* «le b medtanb, dotatbi ■lían á desdoro tomar una pica en 1.x* filas «le a«|uelb
cometutatan, aplicando «le «Ib en «lia y con mejor «le juicio neto y « latísimo, de imaginación sin ejem bizarra infantería. Unos asentaKm su plaza y seguían
fortuna su laltnriosidad á l<« Hatajo* literarios. ph i. en su fecundidad posó |«ir el mundo como pe­ la tandera del primer capitán «pie pósala por la aldea,
En medio «le tanta adversidad. Cenantes llegó a regrino cuya lengua no se comprende. Su» « «intern xilla ó lugar; otro* lomaban por su cuenta la vuelta
tener, ¡xto a muy tarde, extensas é importante* re­ |K»r.invos no le conocieron, y le miraron con indife­ «le Italia ó «le lo» Pai»»-» Rajos y ofrecían su* servi­
laciones «le liita», sin «luda, á la buena a««>gi«la que rencia: la |Mistvri<lad le ha dado una com|N-nsación cios al Maestre ó jefe «le más Hombradía y concepto;
entre todas t» «:l,x»e» tenia entonces la Congregación pista, pero tardía, jxinpie ha c<iii«x:ido «pie ludio un ni l'altaki tatii|xx«i quien sólo eia soldado en el ins­
que celebra ia su» ejercicios en el «’«invento «le la hombre «pte se adelantó á mi siglo, «pie adivinó el tante «le la muestra, y «pie al oir el redoble de la caja,
Trinidail, pues él formaba parte de la asociación, y gusto y las tendencias «le otra sociedad, y «pie, lia- «'onio á buen Guzman hurtaba el « uer|m á las fatigas
fué recibido «lespué» en la Orden Tercera «le San « iémlose p’ipular « <hi mis gracias inagotables, anunció y peligro «le la guerra.
Francisco, linio lo cual contribuiría á mitigar, por la aurora «le una civilizat ion «pie amaneció intu ito Todo* estos elementos se mezclaban y confundían
otra parte, las amarguras «le una villa apesarada que «lespués... en el tercio, y á t«xl«is ellos, |iese á la licencia y al
|Mir momentos se iba ncakimlo. Tenía va concluida ► Los soberamis agrega el mismo biógrafo, han desacato engrendradns por la guerra y la falta de
su obra Zow Trabajas de fértilesy Segisnimida. cuan honrado á jxirfía su memtiria: los magnate» y protec­ ¡vigas, dalia tono y carácter la ordenanza, algo más
«loen 2 «le abril «le 1616 enfermó «le hidropesía, y tores «le la» letras le han levantado monumentos: los severa en !• landes que en Italia, aumpte lia»,ante
sin poder salir «le mi « asa hizo en ella su profohin «le sabio» le Han colmado «le elogios; el pueblo ve »u relajada ya en lo» último» aim* del reinado «le Feli-
la (talen Ten-era. mimbre eon una espetie de culto: las naciones ex­ ¡ie II. Ix gloriosa historia de esa unidad, el ¡irokido
Dió el mal lina bn-ve tregua que le permitió Iras- trañas no» le enxñlbn: las Arte» tota* tan reprodu­ valor «le fas que la « «>m¡x>nían. mi alincgación y su
bularse á Ksquixia*. ó ¡«ara despedirse «le sus deudos, cido su efigie y tas creaciones «le su fantasía taj«i mil heroÍMiru. tixbxb se peqietuxron en el siglo siguien­
ó |iara tascar algún alivio eti la variación de aire» y forma»; la Imprenta multiplica sus e»« ril«i» torio» l«>» te, y tuvieron digna y taillante corona eti Kocruy,
alimento». Pero vista la ineficacia «leí remedio, volvió año* y lo» difunde por todo el ámbito del mundo; en leu» y vn Ix* Duna» «le Dunkerque. Por eso ha
á Madrid á lo» pocos «lía»; el encuentro «pie tuvo en n«>»otro» no podemos prestarle otro homenaje «pie el |MMÍido con razón escribir un estadista é hátoria-
el camino con un estudiante se halla descrito en el «le halier relatado sencillamente Sus hecho».» «lor insigne, «pie soldados como l«is que por a«¡ue-
prólogo «le dicha obra y prueta la jovialidad «pie Kl genio fecundo del inmortal soldadodc Ixqnnto lla centuria se xieroo, infantes «-orno los «¡ue comba­
conservó hasta sus úliinio* momento», como quien, manifesti» variadas aptitudes. I a novela fué el género tieron en Flandes durante los siglos xvt y xvtt no
satisfecho «le mi conducta, tranquilo en su cunden en «pie brilló esjiecialmente aquella privilegiada inte- los vieron los tiempo* anteriores ni será frecuente
eia, iba caminal,«lo alegre y animoso á los próximos ligem ia: jiero t«xlavía como p«x-ta lírico y autor «Ira- v erlos en bis sucesivos (i(. Sólo así se explica el re­
umbrales «le la muerte. «pie tanta» veces arrostró. nuitic«i ganó (‘enante* jiLsto* títulos «le fama, un nombre, la justa lama «le aquel aventurero «¡ue lu­
Pero en donde más resplandece la entereza «leí tanto aminorada |xir el mismo «•splemlnr «le su repu­ chaba cubierto de andrajos en E,iro|M y en Africa,
justo, es en la dedicatoria con «pie ac«im¡iañó el Per tación «’orno novelista. «¡lie llevaki con la «niz de la tizona el símbolo del
tiles y Segismundo á mi constante protector el conde « ristianismo a los nevado* Amies, á la solitaria pam­
«le la-mo*. «pie, relevado «le su güiliento de Ná|xile*, Suyo es el monumento más glorioso de la literatu­ pa y á la» olviiladas islas del Pacífico, «pie hundía «x>n
estaba ¡iróximo á regresar á la corte ¡«ara tomar |x>- ra castellana, el inmortal Quijote, libro al « nal «leili- mi pica el pedestal «le la divinidad azteca ó rompía
sesión «le la presiden! ia «le Italia. Descaía ("enan­ lamos el presente número de La Ilustración Ar­ con mi arcabuz la* a¡iifia«la» haces «le gente luterana,
te* tasarle la» manos antes «le morir: |«cr«» fué liega- tístic x y de etixiis ,ximTpale* ulieioiu-» se ocupa el y «pte desde la» Immc.ts del Escalda á la ardiente costa
do à su gratitud este consuelo. Rv« ibi.ta la Extre­ interesante tralcijo de critica y erudición « 011 «pie no» tunecina, «lesde el golfo mexicano á la Tierra «le Fue­
maunción «I «Ib anterior, escribió en 19 «le alirilaquv ha honra«ln. y «pie en este mismo número |Hihlicamos, go, «lejó huella y memoria «le »us proezas; tipo mili­
Ib carta fatlivamcute tierna, que no tiene lugar en el notable y cntu«iasta cervantista I». Ignad» Ihiblé. tar «Me de singubrisimx» condiiione», ¡loopie, aun-
las agonbs «kl mi» firme cMoi<<>. é hizo su testamen­ «pie fuese villano «le Castilla, en cuanto tomab,t ta
to encargando «los misa» en sufragio de su alma, «¡ue piea, «XMtsidcrátase con iguales bríos y libertades que
atandonó á »u «ueqx» en 23 «le abril «le 1616. CERVANTES SOLDADO euah/uier señor-, pobre como ninguno en la mesma po­
En tal «lia «leí mismo año. observa el doctor Ifaw- breza. generoso hasta el extremo «le fiar la vida á tas
le, falleció el célelirv dramaturgo Guillermo Shakft- Rara vez llega una nación al ajxigeo de su |iodvrlo» ¡iroinesa» de su capitán, terco en lo» empeñas «le
¡icare, honra y prez «le la nación británica. Esta sin «pie la cultura intelectual acom|»añe á su prv|xin- ocupar puesta en la vanguardia, galante eon riliet«\*
1 «invidencia es sólo a¡árente. Kl «Ib 23 «le abril en «ler.im ia militar y política, y este feliz concurso que de lita rtino, leal en su ¡nlabra, tan resignado cotrm
el calendario lumínico «le aquellos tiempos eorres- acredita la historia «le Grvcb en el siglo de Pericles, valeroso, y, sobre todo, tan poseído del sentimiento
pondb al 12 «leí propio mes en el nuestro: las perse­ la «le Roma en el «le Augusto, la de,Inglaterra en el <lc la patria, tan ¡sigad»» del crédito de *11 nación, que
cuciones religiosa» habían retardado allí la ado|x'ióu de Isabel, la de l'iam ia en el de Lilis XIV, piUose bien puede decirse que esa ¡«lea «le la patria existió
«le la reforma gregoriana. Pero Shakspcarc vaee en también «le manifiesto «n la España «le (’arlo* I y «le más ¡xxlerosa en nuestros ejércitos de ¡•’lamies, que
un solierhio monumento, bajo la» suntuosas bóvedas Iròlipe II. Movió á uno y otro de esto» monarca» el en el mismo seno «le la six iedad e*|iañola, lionda-
«le Westminster, « litre reye» y ¡«xlerosos. Kl euer¡xi Itetisainiento «le una monarquía sin rival, y á las co­ meiile afectada ¡x»r el particularismo. Tales fueron
«le ( "creante*. rondín i«l«i humildemente ¡xir cuatro dicias «le esta pre|Hin«lenm« ia, no menos «pie á los los soldados que retrataron Calderón y Izqx-, tale*
liiTtnanos «le la ( hilen Teñera con la cara descubier­ enqicíios religioso*, debióse asi la dilatada soie de los que pintó ( "creantes vn su famosa novela, tales
ta, según la « ostimibre «le aquella six ¡«stall. filé ente- guerra» por amlxis sostenidas como «jue arraigaran en fin aquellos á «¡uiene* Carlos de Gante Hamata
irado en la iglesia de las monjas Trinitarias, donde si calx en riue»tr«i |Hichln la» aficione* aventureras compañeras y hermanos y Juan «le Austria y Hernan­
luida profesado dota Isakl, único fruto de sil» que forzos;iini nle tenían «jue «k-qx-rtar las guerras de do «le ’Toledo magnijeos señores, amados y amigos
amores. Italia, Alenunia y Ftandes y los descubrimiento» de mies. \ tal fué ta escueta en «¡ue ¡a»ó lo más flori­
Su» di-qmju*. /«Iixxle están? Cuando aqu.lb» reli­ India». A e»to deliróse tamlñén b e»|K» ulí»iuu fiso­ do «le sus años el insigne autor «leí Don Quijote.
giosas diecisiete años «le*|»és. trasladaron mi comu­ nomía «|Ue ofreció nuestra cultura, esa mezcobn/a «le Hacia los añus 1569. «mando Miguel «le Cenan­
nidad «le la calle «leí 1111miltal.ro, en «pie se estable­ armas letra» y artes, soIjr: todo «le asunto* mí»ti«-o* te* se trasladó a Italia y «le»¡iués de tata-r sen ido
cieron. á la «le < "amarrareis. recogieran los restos «le y Ix-lieosos que fué |xir decirlo a»i b característica breve tiempo al cardenal Aquaviva «entó su plaza
los «pie habían elegido a«¡uel recinto para mi último «leí siglo xx i; como «jue mucho* «le los eminentes romo soldado raso en la cont|iañía «le Diego de Ur­
descanso y los «le,msitaron sin «listín. ión en una hue­ xarones españoles «pie él ¡tradujo fueron ó militare» bina, ¡xrteneciente al tercio «le Figuvma, el sol «leí
sa ignorada. Aunque un entendido frenólogo, escudri­ ó religiosr»*, cuando no amta* cosa*. Militare» fueron ¡xxlerk» e*|xiñol lirillata en t«xlo su esplendor. Feli­
ñando y hiisi antbi p«ir entre aquellos montones «le Garci la»so, Ercilln, Lope «le Vega, Cervantes; frai­ pe 11 era sin dmh alguna el monarca más rv»|»e(ado
¡xilvo y hueso» «le».ululados, lomase un cráneo y lo les Lui» «le León y Luis de Granada; jesuíta el ilus­ de Europa, no sólo ¡x>r la ««tensión y númerode sus
presentase diciendo: «aquí ¡tensó Miguel «le Cervan- tre Mariana, y sacerdote el mismo Lope «le Vega: es dominios, sino ¡xir la fama y el valor de mis ejérci­
le» Saavedra,* sería «huloso y desconfiad*! nuestro di» ir. lo* prítu i|x* «le mustia poesía y «le niie*tra tos, la pericia y el prestigio «le sus generales. Era
profundo a« atamiento, prosa, «le nuestro teatro y «le nuestra historia. < asi también el portacstan«lartv «leí catolicismo, y por
Eli el año siguiente salieron á luz los Trabajos Je Itiwlría decirse otro tanto «le 110 pocos celebrado* in­ i m» cuando la « ristiandad, amenazada ¡xir el lurcocti
fértiles y Segismundo Madrid, Valencia. lian e- genios «pie |M«r ctiUiliccs brillaron en mu stia ¡Mliia; las «-oslas iiHsliterráncas. se decidió á ¡melar la me­
lona y Brusela». Se perdieron. probablemente para y este felicísimo coin ierto entre la» armas y las letras morable Liga contra el ¡irínci¡K- Selim II, «le Feli¡x>
siempre, la segunda ¡arte de La Galatea. Las Sema no piulo ser más fecumlo para la cultura nacional. y «le Es]»aña e»,x-ró la ¡xxlerosa y efu az ayuda «¡ue
nas de!Jardin v PJ Pernardo. obras que se pro,xtnía ('au«as |xxlero»i»ima* inqielian también lucia la «los año* más tank- «tata ta victoria á la» armadas
com luir si ¡tur un milagro, de» b él al «•onde «le Ix carrera «le las armas á los mui hos bidalgiiillo* que « alólicas en la» agua» «le lz-¡>anto. Sobrevino este ar­
mos, le restituía el «icio la villa. Perdiéronse tamlñén existían en Ks|nña. á lo* mucho» menesteroso» que mamento el año 1570, « «uno eoiiMs iieiu ia «kl ¡«J« t«i,
sus retratos originales. «¡ue pintaron, según indicios, xagalun ¡xir «ampos y ciintale*. y á lo* no e»ea»«»» y Cervantes emtarróse con su terci«i en la armada
Francisco Pacheco, y. |K»Mtivan»entc, I». Juan «le entallen»* «con mucho Zfew y po«-n l»bnca> que |u- «ontakra«la. tomando parte desde aquel punto y
Jáurcgui. Ib-« uahpilera de los dos puede ser copa xeakin las calles de b corte. Por un talo el des|«(s io hora en las operaciones marítimas que precedieron
el «le la Academia. atribuido ¡x»r uno», á Alonso «leí «pie inspíralo el tratajo manual, tachado de tajo y y determinaron el memorable «xmttalc naval.
Ann, y ¡x»r otro* á Vicente (ardurho. ó á Eugenio biimillante: ¡xir otro. n«i ya sólo el alto cora « pt«i en Los tercios españoleé, cuya arcabucería tanto se
(.'axes, ó á alguno «le mi «scuela. «pie eran tenidas las arma», sino b satisfacción que en distinguió en este famoso romktte, formaban un to­
Era Cervantes según la descripción 1pie «le sí mis­ Sil ejercicio tallaban los españole*, ganosos de aventu­ tal «le 8.160 hombres. Distribuyéronse ésto* en las
mo nos hace, «le estatura mediana, «le color viva, an­ ra», de glorias y riipieza*. Va (‘« rxantes lo dijo con galeras «le F.s¡mña. Nápoks, Sicilia y Géirova. y en la
te* blanca «pie morena, rostro aguileno, nariz corva y mi liabitunl donaire: Mds </uier» tener por amoyseúor «knominada Marquesa, «¡ue maintain el célebre Juan
bien proporcionada, frente lisa y desembarazada, ojo* a! Key y servirte en It yuerra, >/ue no d un peleón en ¡1 i Andrea Doria, entró Cervantes con mi eom|iañia.
alegre», cabello castaño, tarta un tanto mils clara, eor/e. V así «>ra en verdad. Estaban la* compañías «le
bigote» grandes, boca pequeña, diente» mal alinea­ lo* teñ ios, en los buenos tieiiqxis «le nuestra infante ( 1 ) Cánovas «Id Castillo: Kilmlloi ,lelnimuh de b'eüfe ! C.
Mill |OM‘> ILUSTRADA*» DLL *|H>N’ IJVIJOII. I»L I.A MANCHA» IMPRK'AK IN LSl’AÑOL I.N LOS AÑO< DI. • •'39 *'
HClt'Nh* I »l • » »\ 'JlhlOfr. 1-1 ‘IVXÇIIX· IMI·KKSl’i I.N IXGLÍ3 KS \SOS l>B Ihij A IAIC
Con cslagnkra salió de Mumiki, formando parte de En el FKyr ni Parnaso recordando la jornada, más expresivas tartas «le recomendación, suplicando
la armada de la Liga, el 16 de septiembre<le 157’. y dice el poeta: al rey se le « «infiriese una coni|>aíi(a «|»>r ser hom­
1 011 1 lia se batió <ti Lepanto, colocado en la división bre de valor y de méritos y de muy señalados ser­
z/rnyóe wZ rZi/it J ¡a raNfaña
de la derecha, ó sea el cuerpo derecho de la linea de Á\i'j deimar, y¡te truje >i mí Memoria vicios.»
I alalia. M hendeo /> Juan fa Aew<a hazaña^ No estaba reservada 1 Cervantes esta reconqicnsa,
I o que se sale de su conducta en este (lia, está bendt ecn aba de ¡a/dadn ¿Joña pues al hacer el viaje, su galera fué apresada jxir
jiistifuado por las declaraciones luchas |*>r cuatro Yeta frefio vatoyp abadofe1A0 cuatro bajeles turcos, y cuantos iban en ella condu­
Tme^ anm/t/e Aunttidet farte en ¡a tiettyia.
testigos en 1578, *q;dri las < uales halLibase en aque­ cidos en cautiverio á la ciudad de Argel. Desde el
llos momentos ( enantes enfermo de calenturas También en el prólogo de sus A'wins y en la se- í6 de septiembre «le 1575, en «¡ue este su< «■so ocurrió.
|M»r lo qw mi capitán y camaradas le ac onsejaban gumía paite «Iel /?«'» Quijote habla Cervantes «le sus Insta septiembre «le 1580. en que fué rescatado, per-
pie lurmanccicsv quieto en !a cámara de la galera: heridas eon el nohlc orgullo «le un buen soldado. tnaneció ( ‘enantes en cautividad, é inútil es decir

EDICIONES ILUSTRADAS DEL «DON QUIJOTE DE LA MANCHA» IMPRESAS EN INGLÉS EN LOS AÑOS DE l8l8 Á 1881

pero nuestro soldado, poseído «le nuble ardimiento, De regreso á su patria, estuvo restableciéndose de cuántos fueron los padecimientos que sufrió durante
dijo que prefería morir (ideando por Dios y jwir el «•liasen Mesina, donde mandó 1». Juan «le Austria aquellos cinco años. y cuánta mi alegría al divisar «le
rey á conservar la salud á tosía «le acción tan «•««• que s«- le socorriera en 15 y jo de enero, yen 9y 17 nuevo las costas «le la patria, alegría mezclada «le
Iwrde. «le marzo «le 1572, ya por la pgadurin de la armada, pesar á causa «le la pobreza y «lesatupiro en «pie ha­
Y combatió con gran brío junto al es«ptife. con ya jior gastos secretos y extraordinarios, y una vez lló á su familia. No teniendo otro camino «pie elegir.
tribuyendo à la matanza «le turcos que los de su curado ordenó á los oficiales «le Cuentay A*«rsézr<|Ue Cenantes alistóse en las lr»|ias destinadas á la jor­
galera hicieron á la capitana «le Alejandría (i). En asentasen en sus Libros «I,- caigo tres escudos de nada «le Portugal, y en unión de su hermano Rodri­
esta refriega recibió Cervantes tres areal «ti zazos, dos ventaja mensuales a Miguel de Cervantes, en el ter­ go, alférez, «le infantería, tomó parte en esta empresa,
i o « I pecho y otro en la mano izquierda, de cuyas ci­ cio «le D. I.ope «le Figueroa y conipmía que le asi como en la juntada de las Terc eras. Presúmese que
catrices se lionralu, «como recibidos en la más alta fuese señalada, «¡ue fué sin duda la «le Ponce «le militó en su antiguo tercio, compuesto « asi todo «le
masión que vieron los siglos pisados, los presentes, l.c«in. Con ella lomó parte en las poro fructuosas veteranos, y emitan ado en el galeón .San Mateo, con­
ni es|ieran ver los venideros,» y «como estrellas que operaciones militares «le 1572, según lo ««infirman tribuyó. como en I ¿panto, á la.victoria déla armada
guian á los demás al cielo de la honra y al «lesear la algunos testigos «pie figuran en la información cita­ española. Regresó después a l.islma. y de alliá Mos­
justa alabanza.» da. Confirman asimismo varios de sus camaradas que tagán y lingo á Oran, donile se halló de guarnición
se halló en la ex|xdieión á Túnez de «573, sirviendo ron su tercio (2).
[i) Deilaratiin hetha por 'oí enalto tenigot preientadoi como buen soldado. De regreso á Italia siguió las
(2) Informe junio al Memorial de Miguel de Ceríanleí
fora la Infermati,‘n de iirtitici fue en 1578 loliiili Rodri­ vicisitudes de su tercio hasta 1575, en que obtuvo
Saaitdra, ¡oiré fue le le haga mereed, atento à tai tauiai </m
go de Cerranlei, en eeaiiln ,/ue tu hre Miguel le hallaba tau- licencia para venir á España á solicitar recompensa. refiere, de uno de leí eftiei ,/ue pide. - Navarrete: Vida de Cer-
lito. D. Juan «le Austria se interesó por él y le dió las vaulei.
EDICIONES ILUSTRADAS DEL «DON QUIJOTE UE LA MANCHA» IMPRESAS EN FRANCÉS EN LOS AÑOS DE 1695 Á («Oí
«Tres campañas añadidas a Lis antiguas dice uno siete años de edad, de los que aproximadamente unos
de sus biógrafos, v que nada sin i< ron ni a su lama nueve, restados los cinco de cautiverio, sirvió en las LAS ILUSTRA* IONES DEL «QUIJOTE»
ni á mi foriuita, acabaron de desengañarle de lo |xk*o filas de la infantería. Y no es aventurado asegurar
que podia aptovei liar por aquel c.imiuo. \ ciase ya que la profesión de las armas ejerció |Mtder<isísima Siempre, y mucho más en los tiein|>os actuales en
entrado en la edad madura, perdidos bis años de su influencia en su vida y en sus obras, puesto «¡ue eo ! que lodo la impulsado ,w»r la tuerza de un frío |»osi-
juventud, perdidas sus fatigas, perdidos sus servicios, un» Ira dicho con sumo acierto el ilustre Capmany tiiistno; < uando parece que es resultado de sagaz in­
sin estado, sin nombre, y no quedándole por tamos al ocuparse de diestros escritores soldados del siglo teligencia no c onceder valor ni apreciar los hechos y
sacrificios más que su espada y mi pundonor. Lmjx.- de oro, <enel teatro de la guerra <!<•!><• el continuo es • Lis cosas más que por su lado utilitario y material: en
zaba ya tal vez á fermentar en su tal* za y le iiuítala iKTtáculo de objetos nuevos» raros, grandes y terribles. • una sociedad como la nuestra que vive recordando

EDICIONES ILUSTRADAS OKI. «DON QUIJOTE DE LA MANCHA» IMPRESAS EN FRANCES EN LOS AÑOS I». tSc6 A 1832

|KxlcTosamente á escribir, aquel conjunto de sucesos comunicar viveza y grandiosidad á la expresión: la ideales «pie fueron, 110 suplidos |«»r otros trnl.Tvb y
extraordinarios de caracteres y costumbres interesan- tolerancia de los trabajos y la familiaridad en los pe solo |M»r algunos vislumbrados los venideros, importa
les y <le 1 uadros y pinturas, grande y apacible, «pie ligios, valentía y solidez á los | x nsamíen tos ; y el co­ mucho |Hiner de relieve, ofrecer á la v ista de unos y
sus continuos viajes |x»r tan diversos ,aises habían no*amiento de los |xiíses y gente diversos, junto eon de Otros la importancia que han revestido y revisten
acumulado en su fantasía. Quizás también la compo­ la experiencia y práctica de las (tasiones y astuc ¡as, las créât iones del genio, la lalxvr intelectual, exentas
sición de la 6'ff/rr/frr, en que por entonces se ocu verdad y profundidad á las sentencias. » Pero al y ajenas por completo á todo cálculo mercantil y pro-
paba. le manifestó la necesidad de abandonar el bu­ trocar la espuria por la pluma» tampoco olvidó Ccr |x’isitos industriales.
llicio y agitación de las armas si había de seguir el vantes los méritos que enaltecen al soldado, y en la Por esto el presente número de La Ilustración
instinto de su talento y cultivar sosegadamente las más hermosa de sus obras, en el Dan Quijote* ensal­ Artística, honrándose al rendir un tributo de admi­
letras zó la Milicia sobre toda |x>mlctación, calificándola ración y (le respeto á Miguel de Cervantes. es. además
He cualquier nuxlo que esto fuese, él dejó de una como ejercicio j/z/cwrrf r&<7/r/<7 hombres inven/a- de una corona tejida por el entusiasmo y nucía acla­
vez la carrera militar, y en 1584 publicó aquella no­ ro>t, como escuda ntoJeio de hidalguía y como cien mación de su gloria iin|x?recedent. testimonio vivo de
vela |astora I, eon la que se granjeó inmediatamen­ < ia la que fdo /<> abîma. El famoso discurso de las cuánto vale y cuánto puede, de la importancia que
te un mimbre en el mundo literario (1) » Armas y las Letras no esotra cosa que una apologia tiene en la mx- ¡criad el produc to de la inteligencia,
Cuando oto acave ¡ó. ( criantes coi liaba treinta y de la profesión militar. aun tratándose de intereses,puramente materiales.
Véase si no el largo catálogo de las ediciones del
(1) Quintana: Miguel de Cenante*, Francisco Parado inmortal Quiúde^ impreso en textos los idiomas, en
lodos los tamaños y condiciones desde que apareció •iosa, y |Mjr su asjwto total, mejor que un criado I 1111 artista: el vcix edor monta un caballo desastroso,
la primera (Kirie en 1605: enumérense los grabados enil é inconsciente (Kircxc el conquñero de su señor. ! y el resto de la lámina no lo es mellos por mi entona-
que adornan muchas de ellas» desde el tosco abierto >¡ no se achacara á resultados de una sugestión inva j pión y dibujo.
en madera hasta el delicado agua fuerte, ríesele las untaria óá pro|>ósitos preconcebidos afirmaría que I El editor Sánchez en Madrid da á luz sucesivamente
mas perfectas obras en talla dulce hasta las cromo­ a cataza de I). Quijote me recítenla á Shakc*|>eare, I tres nuevas ediciones ilustradas, en 1777, 1797 y
litografías más adocenadas y reluciente'. y salta á la orno en la de Sancho veo las facciones del John en 1798, merecedoras cada una de ellas de atem ión
vista la trascendencia inmensa que ha tenido y que Bull creado |x>r el humorismo de los artistas ingleses. \ de resjieto |x»r el artista: dividida en nueve lomos
continuará á más y mejor teniendo la creación de Ixi primera edición ilustrada española vió la luz de pequeñas dimensiones la segunda, adórnanla pre­
obra tan genial Dejemos de lado el regocijo y pla­ L-n Bruselas corriendo el año 166». de la que repro­ ciosas viñetas finamente abiertas en acero encatazan
centero solaz que ha propon ionado á unos y asimis­ ducimos dos grabados: la aventura de And resillu. que dolosca|iítulos:hermoM-an la tercera buenos grakido*
mo el elevado deleite y purísimo goce á otros, la corres|>onde a la primera (Kirie, y la portada de la en láminas sueltas dibujadas con soltura y elegancia
alteza de su concepto, su iin|H>rtan< ia social, y ciñen segunda, de aspeclo decorativo, en la que campea el y de carácter contenqK>rána». aunque nada cs|ufinl,
donos concretamente á los resultados materiales, de­ generoso hidalgo, espida en mano y embrazando la mientras la segunda reviste |x>r la ilustración iiiqxu
ben asombrar al más escéptico é indiferente las con­ rodela, con un león domeñado á sus pies en el centro lancia extraordinaria ,x>r el coiieqMo y la traza en la
secuencias múltiples, infinitas, de un simple tratajo de un zócalo en hemiciclo, sobre el cual descansan ronqxisii ión. el color, la robustez x propiedad de los
intelectual, luis aventuras de los dos héroes manche- Dulcinea encantada y Sancho Panza gota-mador, tipos en los más de los cuadros y por la finura é in­
gas escritas por el desdichado mam o, que para sa­ sosteniendo la efigie de Merlin. Son los |>erscin.ijes teligencia del buril con que fueron interpretado*. An
carlas á luz necesitó escudarse en los blasones del representados flemáticos y re|tusados: cakdlcro y ser tes de ésta, en 1787, dió .1 luz la Real Academia Es­
duque de Béjar primero y besar los píes del conde de vidor hermanos |M»r los tqtos, y es Dulcinea una ma­ pañola una edición esmerada, enriquecida también
tantos en su segunda |xtrte, han |>er(>etuado basta trona de un cuadro de Teniers. con numerosas láminas gral*a<las en metal |>or arlis­
nosotros los nombres de estos (K-rsonajes y los egre­ Ixi disposición y concepto de c%a (onada, como la tas españoles, |»ero ele as|xxto frío é incoloro, repro­
gios protectores recitan del infeliz artista una in­ de la primera (Kirie, sirvió de ti|>o y de norma para duciendo un dibujo sin vida ni movimiento, aunque
mortalidad que no merecieran, y unas cuartillas ma­ infinidad de ediciones sucesivas, de la que es una I de sabor genuinamente es|Kiñol en lcisti|xisy detalles.
nuscritas en mísero aposento mueven más tarde las muestra la calet era que adorna la publicada en Ma­ V’a en este siglo, en 1804, \’ega da en Madrid una
prensas de todo el mundo, se reproducen y multi­ drid por la viuda de Blav el año 1730. En ella cabal­ nueva edición de mediano tamaño, que contiene dos
plican, tradtícense gráficamente por el grabado, ins­ ga I). Quijote, seguido <lc Sancho abrazado al ru­ portadas alegóricas y buen número de laminitas con
piran á pintores y escultores V los resultados mate­ cio, surgiendo de entre los dos un pedestal coronado encuadramientos y (icanas en que cani|iea la fisono­
riales de una obra literaria son incalculables: una por el busto de Dulcinea, flanqueando la composi­ mía propia del sendo clasicismo propio de la cpnca,
creación artística, un destello de un arte que nin­ ción las estatuas larroco-romanas ele los calmlleros constituyendo una ilustración bonita y elegante del
guna industria necesita remuele más millones tícese andantes Amaclts y Rolando. libro. En 1807 apiri ce en Ixipzig Doh Quijote im
oro cu que sólo creen lis hombre-* de nuestros días En Insanos 1674-1706 y 1714 (uiblicause en Ma­ preso en castellano en varios tomos de forma reduci
que todas las empresas sugeridas por su codiciosa drid ediciones ilustradas con pequeños graliados en da y adornado con grabados de buena talla, de dibujo
actividad. talla c intercalados en el texto, en los que. como no vigoroso y movido, y pix’os años después, en 1814.
listas consideraciones se ocurren al contemplar y podía suceder otra cosa, traslucíase, aunque vagamen­ Bossangc y Masson estampan en París, y en castellano
al estudiar, como he debido hacerlo (tara la formación te, el carácter del pais en los ti,>os y en varios detalles, también, el /)ou Quijote en seis pequeños lomos qtle
de este número, la biblioteca cervantina que posee como también la inqxricia y escaso valer de los ar­ adornan varias grabados ele ejecución correcta, |»ero
nuestro amigo el Sr. I). Isidro Ihmsoms, en la que tistas que tales obras produjeron. Verdussen en Am- de condiciones artísticas |xxx> relevantes.
figuran puede decirse «todas* las edit iones del (?/zz- beres y Bonnardel en León (Francia) estampan (Kir Izi Real Academia Esjiañola en 1819 rinde nuevo
/c/c. A su ilustración é inteligencia, que han coo|>e» los años 1719 y 1736 ediciones ilustradas con lámi­ homenaje á (‘enantes con publicar otra edición em-
rado en gran parte en nuestro* trabajos: a su franca nas sueltas, curiosas |ior la ingenuidad del dibujo y la talleeida con buenos dilwjox de Rivelles, gratados
y cordial hospitalidad, abriendo de ,Kir en (Kir las sencillez gráfica con que tratan dereqircsentar las más |x>r Euguidano y Blanco, que recuerdan :í (¡ova algu
puertas de su tesoro bibliográfico. que bien puede culminantes aventuras del generoso hidalgo, hasta nos, como el que publicamos representando la verti­
llamarse único, debemos la realización de este home­ queen 1744 aparece en El I laya una edición en cua­ ginosa molienda ele puñetazos y mojil ones entre Ma­
naje con que la Ii.rsi k icióx Artística trata de tro tornas, adornada con habilísimos graliados según ritornes y sus compiñeros en el a|M>sento de l>. Qui­
enaltecer una de las nuis puras y esplendentes glo­ las conqiosiciones de Covpel airosamente resueltas y jote, y de casta y sabor nac ionales todos ellos.
rias españolas. no mal dibujadas, á la |>ar que ri< as <11 ese color y De la edición impresa en castellano en BoMon por
Publicóse la primera edición del ZW Quijote de ta cbro-ohscuro propios ele la escuela holandesa, que el año 1827 reproducimos una de las láminas sueltas,
Moue/ta en el año 1605 (** Juan ele la (’uesta y á constituye una nota brillantísima en la iconografía gratadas al contorno, que revelan en mi autor un hu­
rosta de Francisco de Robles: en é|xjea en que la del Quijote. morismo de buena ley con un dibujo fácil y correcto;
imprenta declinata ya (Mir la pendiente en la que Pocos años antes, en 1737, I. y l\. Tonsnn habían y de la publicada el año anterior en Madrid ixir
empieza hoy á detenerse, |xr«lidoel c arácter artístico impreso en Izmdres las dos (tartes del libro vil cuatro M. de Burgos «los. como c jeiiqdos «le esa nueva ilu*
de sus primeras manifestaciones transformóse en pro­ tomos in folio, conteniendo sesenta y ocho graludos iración curiosa é interesante que revela al menos « o
ducción industrial: á los primorosos tratajos de los t n cobre, de los que reproducimos dos: grabados nocedor en los menores accesorios el gusto y lasted
miniaturistas y c alígrafos que exornaran los primeros corree lamente abiertos (k to que no al anzan 11: con den« ias de la é|»<x a.
libros estam|udos, siguió la adocenada latar del obre­ mucho á los magistrales cuadros de ( ’oypel, curiosos A exjiensas «le un conocido cervantista estampa
ro, escasa si no exenta de originalidad y más escasa eso sí, |M>r los tipas, es|xrialmente los del calxillero J. Didot en París una edición mfcroscópiea cu un
todavía de elegancia y de buen gusto. Así en la (Mir­ y su servidor. tomo, rvproduchla pix'os años después en dos, conté
lada del primer Quijote, ornamentada con una viñeta En Madrid y en 1750 se estampa lina edición niendo pecpieñíts láminas de asjKcto y cualidailes
no desprovista de buenas cualidades, jieru infelizmen­ exornada esta vez con grabado* abiertos en madera, bien semejantes á las que figuran en la publicada |x»r
te encuadrada con un filete, vemos el título del libro ejecutados tor|x nientc, (K-rci no privados los asuntos Bergnes en Barcelona el año 1S32, gratadas en a« ero
dando preeminencia al calificativo de /zr¿r//¿w y de cierta gallardía en el dibujo, intención y carácter |x)r Alabern, y antes, en 1829, a|Kirecc en Madrid
partiendo la palabra Qui-xote |wra terminar en otra en los tipos y de ingenio en la representación; y como en varios tomos y en forma también reducida la
línea con la denominación «/«* Zr J/<rwAr en tipos es probable que la conveniencia de reducir los gastos edición de los hijos de doña <’alalina Peñuela, que
inferiores al Hidafget y á <7 eow/uesto por en la impresión de nuevas ediciones pira extender y adornan curiosísimas |Mirladas decorativas con exv
Migue/de Cervantes en cursiva humilde, como facilitar su venta, hiciera adoprarcl procedimiento de ñas alegóricas en tierra firme, mientras por los airx *
también de la misma cursiva y en línea a|xirte el se­ ilustrarlas con gratados en alto, sigue una serie de revolotean geniecillos y campean sendos y garbi>*os
gundo a|x-llido Saavedra. mientras dirigido at duque éstos, que demuestran, es,xctalnicntc lá de Madrid en rasgos de exjierto jiendolista. todo tanito, un tanto
de /tejar se lee en versales, y llena tanto espacio la el año 1751, la mayor grosería |>o*ible en el gratado sentimental v en (K-rfecta comunidad con la estética
designación de los títulos y cualidades de este perso­ y la carencia absoluta de las más rudimentarias cua­ del dix
naje como el titulo del libro. lidades en la cotn|>osición y en el dibujo, sin que se Algunos años imis tarde Bergnes. á quien tanto
Hasta que aparece en 1620 y en Londres con la eleven en muc ho más las publicadas por Solís en Bar­ debe la imprenta catalana, su regenerador al finalizar
primera edición inglesa el primer grabado represen­ celona y Hartar en Tarragona (Mir Insanos 1755 y 57 el primer tercio de este siglo, imprime nuevamente
tando á D. Quijote y á Sancho, saí n á luz en distin­ res,lectivamente, tras ele las que a,Kirece la edición de Don Quijote en forma grande, intercalando en el tex­
tos años repetidas impresiones del libro, cuyas (Mata­ Martin, de Madrid, en 1765, como última expresión to los numerosos dibujos con que lo ilustrara Tony
das se exornan con signos ó mareas de los impresores, negativa del arte, ele buen gusto y hasta de sentido Lohannot, grabados en madera.
emblemas ó simplemente con viñetas tosí as todas ellas común Felizmente |kmos años después,en 1771. pu­ lira entonces la obra de este artista tenida como
y de época anterior, escogidas por representar más ó blica Ibarra nuevamentccl librci inmortal,enriquecido el summufu^ algo como no ha mucho* años *e ronsi
menos aproximadamente á los hénx-s del libro; algu­ esta vez con líennosos gratados, de los que como deraba la de (Î. Doré: el éxito alcanzado por esa ibis
nos de ellos grabados curiosos y característicos, como muestra damos las |iortadas de la primera y segunda Iración del Dou Quijote fué grande, y como siempre,
los de Valencia, Lislxia y Barcelona, reproducidos en |>aTle, donde en sendos medallones están 1). Quijote mis comjxisiciones fáciles y sueltas y su manera fue­
estas |»áginas. y Dulcinea, de ealxva varonil, noble é inteligente él, ron reproducidas é¡mita«las hasta el infinito De algu­
El frontispicio de la primera edición inglesa impre­ y mofletuda, vivaracha y risueña ella. nos de sus dibujos son reminisi encias, si 110 copias,
sa |)or Blounte, grabado en talla y vigorosamente di­ Ixi Real Academia Es,kiñola en 1780 publicó una algunas láminas litografiadas en una curi«>*ÍMin.i edi
bujado, representa al insigue caballero y á su servi­ edición moniitnent.il, cuatro tomos in folio, conte ción inqiresa en México el año 1842, que contrastan
dor montados en Rocinante y en el rucio: á sus pies niendo treinta y dos grabados de cjnm ión hábil y notablemente con otras más originales ejecutadas con
la fantasía decorativa del artista trazó una esj>ecie de esmerada: dos muestras de ellos, la alarma nocturna una inocencia fenomenal como |w>r ejemplo la llegada
(tedestal, raro y extravagante, en que figura el título en la Insula y el vencimiento de I). Quijote (>or el á Barcelona que reproducimos en la última |>ágina «le­
del libro, ostentando el zócalo en un tarjetón el nom­ caballero de la media luna, figuran junto á los otros las ediciones en cs|iañol, ilustradas, en «pie figuran
bre del impresor. Aparte la relevante candidez del dos de la edición londinense de l'onson. Ixi desgra­ muestras de la edición de Repullés (Madrid, 1853).
dibujo, en las catalgadurax especialmente, débese ciada terminación del gobierno de Sancho constituye adornada con hermosas láminas dibujadas ,x>r P. C.
notar en esa composición «‘1 carácter de los jx'rsona- un cuadro interesante, por la agrupación, movimiento (.amaron y gratadas |k>V F. Duflos, y la publicada en
jes, bien distintos por cierto del tipo que generalmente y expresión de las figuras y (xir el claro-obscuro á Sevilla en 1854. encabezada con el héroe, graludo
se ha asignado á cada uno de ellos. Es I). Quijote trechos firme y vigoroso ó fino y delicado, en con en madera por Benedicto.
un caballero de testa noble e inteligente: Sancho no junto felizmente resuelto. Por mi* condiciones todxs Va las «liciones posteriores son de todcK conocí
es el rústico gayán del vulgo: su mirada es fina y pe­ poco se recomienda la derrota del desdichado hidalgo: das, |>or lo que y |x>r no dar una extensión más que
netrante; la expresión revela una cierta ironía mali- sólo el gru|x» de éste y Rocinante revelan la mano de extraordinaria á este número, no las consignamos gra-
EDICIONES ILUSTRADAS DEL «DON QUIJOTE. |»R I.A MANCHA» IMPRESAS EN ALEMÁN EN LOS AÑOS PE 1648 Á |8OO
Acámente muchas «le ella*: «Ici vu mencionarse, sin hulio ni hay rasa editorial importante que no haya de Cervantes, rejictidu |nrculmente en Cojicnhaguc
embargo, alguna* p.r su importancia y significación, contribuido con alguna edición .i enaltecer el mejor < « 776X ramo tampoco el «le I x-ipzig (. 780). que figu
como la «le (kirchs ( Barcelona, 1859). dedicada á la libro de la literatura castellana, como |>oeos son los ra en una elegante |-hI.k1.i gallardamente rompue*
memoria de Cenante*; «lo* tomo» in folio. enriqueci­ artista* que no le Layan rendido homenaje inspiran- tx Es el de París (.835, olica «le Dcvcria. el pintor
do* con 12 graludo* abierto* cnanto, ,»or Hostigosa. I dose en sus páginas francés; y se re«onúeixLui por el carácter de los ras­
Estcvanillo, Martingz Roía y I jijó, según los «liliujo» De uno de ellos Jiménez Aranda, se reproducen gos con «pie la tradi, ión jivrsonifna á Cervantes el
de Espalier. I. Ferrant, Montañés E «le Madraza, en este número cuatro dibujos inéditos que gustoso de Pforzheim y c*|>c« raímenle el «le Sevilla (1S54F
C Ixwvnzale, C..L. Ribera. Fluixench. R. Martí y ha facilitado para contribuir con sus firmes cualida­ En otra página pulúieamos el que figura en la ver­
Ahina y E. Planas con profusión de iniciales dibu des «le ilihujante á avalorar la presente publicación. sión catalana, imprest en esta capital en 1891. y «pie

EriiThtfir* ilusirxls* impress* en lm aft«n «h- 1657 j 1877

Ei justa notoriislad de su autor, *11 reconocido


talento, me eximen de apreciar en lo «pie valen
i-sis muestras <!«• su valer. Hace va años que
nuestro querido amigo y antiguo compañero se
ocupa en la labor, pira él pr«slil«*ta. de rqire-
sentar gráfiramente el |>o« m.i «le Cervantes, no
en el sentido de ilustrarlo, como vulgarmente se
dice, no tratando «le decorar un libro, sino con
el propósito «le* explii-arlo á su manera y realizar
|*>r el dihuio. ron enlace natural, una síntesis
clara y razonada «le la obra. A este fin dédira
las horas, los momentos «le plácida tranquilidad
«irte para otros tenrp'ramentos serían de ocio ó
«le bulliciosa expulsión: es pira él este trabajo
íntimo goce v continuado motivo pira manifes­
tar sus cualidades sólidas «le artista serio, hábil
y lalwirioso.
Otro dibujo inédito, «lebiilo :i la fantasía y
claro talento del insigne Urrabieta Vierge, pit
causas imprevistas no figura en estas páginas,
jadas por J. Moragas < lironella, Martinez y Esteva- i con verdadero sentimiento por nuestra parle; pero si según testimonios c* verídico y auténtico; retrato cu­
nillo, relevadas en madera |wir lodos los grabadores í en este homenaie á Cervantes falta su concurso, pron­ yos rasgos más salientes con«*uerdan con los «le un
«pie constituían la escuela catalana en aquella época: to |ngará el tributo á su glorían memoria con una caballero que representa la Justicia, graludo |>or
Ixxhard. Branguli, Surroca. Atudal. Tomcr. Mullor 1 magistral ilustración del Quijote. Jáuregui, en unas ilustraciones del Afwn/if>tit, y pira
y Uopis; la de Dorrcgaray. (Madrid, 1862-63). ’lus­ Intercalada entre las páginas que reproducen mues­ cuva figura supónc*e «pu- le sirvió «le miníelo su inti­
trada eon cuarenta y tresgraludos en coiné, obras de tras de las priná pales, mis típica* é importantes edi­ mo amigo el autor «Iel Quijote.
distinguidos artistas, y la de Aleu y Fugarull (Barra- ciones impresas en castellano «Iel Quijote. se halla De lasediciones impresas en inglés como muestras
lona. 1879) con cromolitografía* rejxoducierxJo com- una selección «le retratos «le *u autor, pul·licados. me- tipográficx*. interesantes por *u aspecto, cxomacñSn
posiciones «le Apele* Mestres; la «le Pablo Riera, nos un«». en versiones del libroá idioma* extranjeros. y sello especial, se han reproducido la portada de la
ilustrada por C. Doré, «le la «pie «Limos una com­ Algunos, como los estanquilos en I.««Mires en 1794 segunda porte (I-nndre*. 1620). la «le otra edición he-
posición, y la |iubh«.id.i p«n «'ta «asi en 1881, con y 1818. son curiosísimos, ya «pie no se recomiendan ; cha en esta ciudad en 1652. elegantes y claras con
láminas en litografía > grabado* al l«oL reproducios por su mérito artístico; no carera de interés i»or la artísticas viñctxs. y otra londinense también, «pie p«w
dos y dos respectivamente en esta* pigina*. expresión y cierto carácter el «le Amsterdam (1768), la traza de su «lis|»osición confirma el año de 1711
Bien puede decirse que de nuestros tiemjms no ! que pone de manifiesto el honroso brazo izquierdo 1 en que fué impresa.
Ik- Ixmtlrc* muí Li mayor parle de las
ediciones escogidas para «lar una idea «le
la ilustración del Quijote en las versiones
inglesas. ki (tortada de la primera, cou la
salida de l>. Quijote seguido de Sancho lle­
vando ilel rainal al rucio» con la altiva que ros (París 1713). no es muy recomendable por sus
atamloitau, viva representación de la ,kiz y condicione* artísticas, (tero es en cambio ptr los trajes
inuiquiltiLid de los «jiiijmix ,*>r lanzarse à y tipos fidelísima representa ión del carácter francés
los azares «le Lis .ixxiituras v^ una ohiiiio- de béiMx'a En 1717 aparece en Amsterdam otra edi-
sición felizmente «orxelàb y resuelta. ke 1 ión. cuya pxtatla. «le grátalo suelto y lim|úo. indica
signailo K<h inante x rcflcxixo cl rix x» lia* p rfn lamente b escuela. si rióla indicara ya el dibujo
rece como que atierwlen al «ol«»quto de rvdtindcado y claro de los flemáticos p-rsonajesen él
-Il _.. ..
rahallefo .«.«•••I
V <***< m·.í. I ...... . .1 .
ikIcio. en et que este® de ex
representados. Esta vez el ingenio «leí artista «<»|«xó
presión jovial y maliciosa, con un cierto el título del libro en una de las «aidas de los mante­
atavio que le aftcnicja et» algo á un bufón, les que mbren la mesa á«|Ue I). Quijote está sentado.
expone slls iludas y recelos sobre los Iteiie- < on la edición «le ( ’lousier, de París (1741), aparece
líi ios di- la vida que x.ili á emprender. Ks un remedo de las compta iones «le Coy¡>cl; la de
una com|M>sictón leliz, finamente grabada, llassompierrc, «le Francfort (1757). nos presenta una
lo propio que otra |KÍgina de la misma edi­ extravagante portada, que con la de Ibrrois (Pa­
ción con .isuntits pirn idos y que recuentan llzlirinaet «limnktnpie-vas y Mieras ilustrada* ds 1777). aunque más sensata, son pruclos fehacien­
la tacna escucb flamenca, Mip-riorcs en tes «le la decadencia artística á que «lev emlió por en
mucho á la lámina re,troclucida «le 1706 tapmas en alo 4r 177Ó a 1865
I«hx es d arte.
(laxxlrvv) en «litajo y en gratado. A b tenniruíión «leí ,x-rxxlo rcxohx Mxurio. dpri-
Mix lio difiere «le esas muiMrax el gratado de Ihi dcs< t»munak-s |irtqxBriñones tie la lacia eon que «le nxigénito «le los I >idot ( 1791/) inqirimc el
Ulin ( 1747). de «’aráiler getiuinamcntc inglés y el «le fictxde su cataza el valero«> nvimhcgo. a< om|tañándo)o de láminas muy interesantes, unas
( ¡bsgow (1771k renitrÚM encía ó imitación de < oy,tel. ' Interesante es también la pirtada «le la edición de pintorescas y colori«Lis. en i,uc cam|K*a una fogosa
I res ediciones sucesivas impresas en Lomlres nos Bruselas ( 1 706) con I >. (Quijote armado de punta en fantasía, y otras frías y « l.ísicas emblemas de la evo-
lian pro)Kirciorlado otras tantas reproducciones inte- . Idnnco (tasando ,x>r una eqtcrie de ano de triunfo, lili ión realizada en aquel p ríinlo atormentado y fe­
resantes: la primera (1774) es de un grakulo que os , pro bien diferente por mis cualidades tixlax á la lá cundo en todo, con los que se noxa,urece l>. Quijote
tenth una orla inocente y desdichada, cerrando una mina que la acomjaíia, suelta v hábil tie dibujo, con las apariencias ,K»r mitad de un seudo romano y
compisición igual; corresponde la segunda á 1794. y ki ilustración luí lia pir la (*om|Ktñbl «le los libre de un |utriota militante. Deterville en Paris y en
es una alegoría historiada que en algo refleja el esta­
llo «le ánimo «le aquello* tietii|tos azarosos piltre­
mente «lilnijaifa y re|trodu< ¡<la; la tercera (1810) es
una escena lúvn inoxida, con «litajo enérgico y de
roIxtMa entonación.
Nueva York nos ofrece en 1815 ¡miela «le una
ilustración, insignificante punie llamarse. V á esta
edición siguen impresas en lamdro otras dos en los
años 1818 y 1821, no muy significadas tampoco,
pero agradables y corns tas en el gratado las ilustra­
ciones que contienen.
Ik Edimburgo 11892) es una curiosísima edición
ron láminas cromo grabadas, intachables como proce
tlimiento, jiero raras hasta la extravagancia algunas
por el (fibujo; y llegamos á nuestros días < <>n repro
ducir dos hermosos aguas fuertes, de la edit ión «le
Edimtargo ( 1879) unoyde lowxlres (1881) «Mro. con
cierto a%|m to t arat teristit o en determinad»»* «blillcs
que revelan estmlios 1rs hos ex |trofeso sobre el terreno
y que |>or su conjunto y ejecución satisfacen al más
exigente.
jEWfrpwzr/ri/wc/ífX. kl primera traducción al irán
cés tie nuestro libro, impresa en París por Juan Foúet
L-n 1614. contiene en mi ¡tortada, no mal compuesta,
una Itellistma viñeta; potada que con las dos de Anís
terdam y la de Kouen constituyen curiosos ejemplares
tqtográficos «le b% primeras ediciones <lcl ZA»/r Quijote.
Comienza la serie de ilustraciones con la |M>rtada
de la edición que en Amsterdam (1695) ¡rubín ó
P. Mortier cuyo carácter rvveb el país donde se |ki
Micara. Montados bw tíos protagonistas I>. Quijote
¡arcce no atender á alguna oltscrvación de Sam ho,
fija su atención en algo que le hace entrever una
próxima aventura, predominando en ese gratado el
titulo en una cinta volandera que lo corona y las EIkíkks pKtugucax Impresa» en bs aflox 1794 y 1853
i803, publica una edición de forma reducida é ilus­ la (Mirlada de un gusto bien inferior á las tres de Ve­ dibujos de Tony Jotannot, |>or ejemplo;los «le Doré,
trada con gratados, felicísimos los más |H»r lo acertado ñuda, con lodo y ser malas, á excepción de las vi­ los de Bertas). Giltart, etc.
de los ti|x>s y la soltura en el dibujo. ñetas. En una palabra, este caso concreto comprueba
Corresponden, puede decirse, á la época del primer En nuestro siglo (1819) Novelli grabó en Venecia «pie la ley «le la inercia rige en las manifestai iones «le
Imperio las edic iones de París (1806) y la de Leip­ una colección de grabados en que se «lescritan grá­ la inteligencia « orno en las <lemas: «pie l.t otiginalhlad
zig (1810), con viñetas «ubicadas por dobles parejas ficamente las escenas más salientes de, libro, con escasea hasta llegar á ser rara.
en cada lámina e inscritas en óvalos ¡i guisa de orna- trazo fino y agradable, de un dibujo expresivo. Obsérvase en la rcpreseiuaehhi gráfica de los tipos,
feos en aquella y con eon>|>OMcioiies en las que se Piuelli, el fecundo y enérgico artista romano, algu­ que en las primeras tentativas proceden los artistas
manifiesta ya la manera y .artificio que (wme en evi­ nos años más tarde tradujo con su firme dibujo y con inocente sinceridad, y a>í los vcnws mu particu­
dencia la muestra de los grabados de la edición que manera clásico realista las aventuras de nuestro héroe. laridad ninguna que los (Minga de relieve; si en algu­
en París estanqió Delongchamps (1824). De otras 111 un álbum de cuyo contenido publicamos laslámi no se acentúa es eon la personificación de Sancho,
tres ediciones, (kirisienses todas dadas á luz á la ter­ ñas primera y última. por la fácil <>ht«*n« ión «le la \ulgarida«l corrii-nte y
minación del primer tercio del siglo, se reproducen Ediciones holandesas* - De las publicadas en Dor­ [irostica; en cambio la fisonomia «le D. Quijote es la
una preciosa viñeta representando la aventura del drecht y Amsterdam en 1657 yen 1670 son las dos de tantos caballeros <|ne«lifícilment«’ podrían lanzarse
yelmo de Mambrino, la visión en la cueva de Mon elegantes portadas sobriamente adornadas con senci­ en el mundo de las aventuras |>«>r el sentimiento ge­
lesinos. fina y correctamente gralxada en acero, y el llas uñetas ornamentales, ejemplares <le buen gusto neroso del amor á la justi« ia; la trans< ripi ión gráfica
hallazgo del rucio |>or Sancho, que tiene todas las :i(>ográfico. En Amsterdam en 1696 imprime una nue­ de una expresión «pie demuestra el « tillo noble y
trazas de un lundido <xtlabréx, lámina dibujada por va edición W. van l/msvebl, á la que pertenecen la desinteresado á un ideal, no existe.
Horacio Vernet, potablemente al comienzo de su (loriada y la lámina «,ue representa la consabida eMx-na En las primeras exliciones represéntanse las e\<’e-
carrera artística. del arriero, Maritornes etc.: es ésta de ejecución des- ñas más sugestivas y salientes «le la historia en su
tas ediciones posteriores (Kipulari/an más el Dan inañada y tor|>c, aunque pacentando bien resuelta la aspecto puramente materiales; na«la «le apreciaciones
Quijote con la ario)* ión del grabado en madera, que figura de la 1 regona y feliz la expresión de Saru’ho en­ finas ni sentimientos hnmlos, nada «le vxpreMÓn |*í-
(xennite una impresión más ex|>ed>l¡va y numerosa y tregado á la at ¡tico sueño. A artista más hábil se debió quica, comodina alguno; ) con la marcha del tieiiqio,
su reproducción en reimpresiones sucesivas. Tony la característica eomjiosición «pie sirve «le |»ortada, si bien se extrema la reproducción fidedigna de la
Johannot, liertail. etc., y últimamente < Histávo I h>ré, agradable é interesante por su concepto. ,»r la expre­ característica en iíjkjs, indunu ntaria y demás acceso­
asocian su renombre á la fama universal de Curvan siva intern ión de los tipos y la soltura del dibujo, in­ rios gráficos» al intentar con el lápiz la expresión de
tes, y las ilustraciones creadas jxir estos artistas cm- terpretació eon sencillez y habilidad por el buril del l«>s rasgos determinantes en los héroes ilcs« ien<le <•!
tallcccn nuevas y nuevas ediciones, asi en Irancia grabador. 1 om epto «pie de elhrs se forman los artistas á lo « ó-
romo en el extranjeio. A una edición moderna corrcs|K>n<le otra lámina mico, ha«áend<» de lo humorístico una burda cari« a-
Cata aquí mentar una de las cnin|Hisiciones <le reproducida, copia litogràfica del Don Qui/ate de tura.
Coypel, reproducida para consignar 1j obra de atrista CE D«iré. tas primeras ilustraciones del Quitóte son nn ros
tan distinguido, que sirvió) en el último siglo de tipo Ediciones portuguesas. - Reducidas eo número, sólo íulornos del texto, como las «irlas é iniciales «le los
y ejemplo á la ilustración de ediciones, ya francesas ó se rcpr«Klucen la portada <le la publicada en 1 794. que libros anteriores á la invención «le la imprenta (sin
de otros (Mises. Ningún elogio necesita: por ella sola ninguna partie tilar¡<lad ofrece, pero de aspecto claro y tener su valor artísti« «> ni su iiiq>ortaru ia decorativa);
comprenderá cualquiera la inipurtarn ia de la colec­ agradable, y la de 1S53, ,>oco feliz como conqiosición son descansos in«licad«is en la lectura, nuevo atra< ti
ción á que pertenece. tipográfica, y ostentando, mal aplicada por cierto, una vo para abrir el libro, simple y puro deleite para l«>s
Ediciones alemanas. - Rara, rarísima es de seguro de las \ ¡fictas intercaladas en el texto, ilustración cu­ ojos; en nada se eonqictietran con el «aiiM cpto «Iel
la primera edición impresa en alemán; no la posee la yo original corresponde á una exlición francesa. autor, «ira sean ejecutados por tor|K- mano, produí to
biblioteca del Musco Británico, ni figura tampico en Ediciones dinamarquesas y suecas. - Dos estampa­ ríe un teuqxramento ordinario, como |K>r la pericia
la del Sr. Bonxnns < orresponde la prioridad, crono das en Copenhague y dos en Stokolnio van represen­ hábil y consumaila «le un artista fino y delicado.
lógicamente, á la cstanqiada en Francfort el año 1648. tadas en este número: de las primeras, una Ixmita por­ la historia <lc la ilustración del Quijote bien pue­
que figura en la página de las Ediciones Alemanas, tada <le fines del siglo anterior, y una lámina litogra­ de decirse que es la del gralxido, « «»m<i « oncepto y
junto á la de 1669, á cuya portada acompaña un fiada, de fácil y suelto dibujo, correspondiente á e«li rom<» procedimiento, dexle el primer tercio del si­
frontispicio con la representación de l>. Quijote «a i ión moderna; de las segundas las portadas atipla­ glo xvu hasta nuestros días: todas mis evoluciones
balgandoun Rocinante en exceso derrengado; la equi das eon «linunutas viñetas, firmemente dibujada una y están representadas en el número extraordinario de
vocación de Maritornes en la venta corrcs|>oii«le á grabadas las dos con finísima |K-rfeeción. isliciones (iubli< adas, < «uno representada se halla en
una de las láminas contenidas cu la edición de I* rano- Ediciones rusas y griegas, - De la publicada en éstas la influencia del medio en «pie se produjeran.
fort ( 1648). < oin|K>si< ión sistemáticamente resuelta Moscou en 1815 pueden verse dos portadas una de Basta una ligera ojeada para ver en nuestras ediciones
para que en torios los planos de la escena pueda el tipografía, «)tra en que figuran en sencbis óvalos los el carácter de los tq>os y el sello vsjiecialde los acce­
esjxctador apreciar mi> pormenores y detalles. ( «uno retratos «le Cervantes y el traductor suyo, grataila en sorios todos, variando según las épixas hasta lascxli-
ejemplares interesantes en la tqmgrafia decorativa metal, y una «le las láminas <|ueadornan los tomos, de 1 iones «pie podemos llamar eontem|M>ráneas: al igual
figuran en la (kigiiia las portarlas correspondientes á esi aso valor artístico. de las extranjeras, cuyas ex()resioues gráfnas corres
las ediciones de Basilea. I ran» fort (1083) y Leip­ S<m de ediciones impresas en griego los tres graba |»«m«len perfectamente á « ada (mís; y asi vemos á
zig ( i 734), exornarlas con sendas viñetas, y, caso cu­ dos restantes que jK-rtenecen áestegni|io. dos corr«-s- I). Quijote en las ediciones españolas y aun en algu­
rioso, de estnu tura un tanto barroca la primera y de pom,lentesá la «le Atenas (i860), ilustrada « orí gri­ nas francesas, inglesas y alemanas, fu l representación
sabir clásico la segunda. bados al boj, no originales y la de C blessa ( 1882X 'lUl’ «le un guerrero «Iel siglo xv, como recuerdo tradicio­
Leipzig en 1780 nos ofrece una edición deliciosa­ tiene una (Mulada cromolitográfica, extremadamente nal y legendario de los catalleros «le otros tiempos,
mente ilustrada, como lo demuestra la entrada en 1 óuiica la composición y de colorai ión chillona y [xira transformarse |wulatinainenic en un «'apitáii in
Barcelona, de dibujo habilísimo, correcto y firme, in­ ordinaria. glés ó « n un soldado alemán, soldado unas vc« «*s de
terpretado |>or un buril inteligente y delir arlo. N<> es las demás e«li« iones consignailas en este número zwír/zzcZcnv, de (u rsonajes que jureceii sábulos «lf un
menos agradable la lámina que corresponde á la edi por medio del grabado, inquesas en húngaro, en 1 uadrode Watteau, que rc< nenian vagamente á < a-
rión de Viena y Praga (179$), «le coloración y claro- finlandés, en polae«>, en liohenuo y en croata, «'asi Ilot ó por ciertos detalles al azaroso período «le la Re­
obscuro con todo acierto resueltos corno también las todas ilustradas» ningún interés ofrecen en este eon- volución francesa y también á modas y convenciones
dos |M»rtadas que pertenecen relativamente á la de repto, ,M>r serlo con clisés de grabados fram ese>, á que caracterizan el gusto y sello artístico de un |x no­
taipzig í 1780» una y .i la de Viena y Praga (179») la excejMÚón «le una |MJrtada decorativa, corres|>on<liente do determinado.
otra» por las viñetas que las decoran. Junto á estos á una publicada en Praga. Prolija seria la enumeración «le las obras «pie el
ejemplares «pie son verdaderos de chados «le ,>erfec- Con la ilustración del Quijote sucedió y sucede libro que nos ocupa ha inspirado ó motivado en las
ción en talla, contrasta de manera visible una muestra todavía lo que con todas las cosas: los primeros que artes (Iel dibujo y de la pintura, en estampas ohleiñ-
de gratarlo en marient. |>ertenectente á la edición ríe á su minio exornaron las ediciones eon portadas ó das (Mu tinlos los procerlunicntos iinaginablvs. las
Kociiistarg (t.Soo), hecho por mano |«oeo hábil. ion láminas, traduciemlo gráficamente los ti|M»s y es- artes gráficas han contribuido á extender y |Hipular¡*
I )e Schródter, un artista alemán,es el tallísimoagua i enas del libro, fueron copiadosé imitados considera­ zar la inmortal creación de Cervantes por d«K|uicr,
fuerte que ríe la serie publicada en Altona (1863) se ble número de veces: en la imposibilidad entonces completandn la acción de la imprenta, si<piiera sea
lia reproducido. A|urte de las sólidas condiciones «le ile reproduí ir los grabados como actualmente lo fací superficialmente; |xinpie por talento genial «pn ten­
dibujo que tiene la figura, hundirla en el vetusto y litan los procedimientos modernos. |»ro«e<lía calla ga y haya tenido el artista (pie ha glosado con el
desvencijado sillón, «leí feliz desorden en los acceso impresor á hacer grabar «le nuevo las viñetas ó lamí lápiz las aventuras «Iel inmortal inaiK liego, ¿quién ha
ríos y ríe, valor sugestivo ríe «ada uno de ellos «le su nas ya publicadas, alterándolas en más ó en menos, (Mxlido fijar gráfi< amerite su fisoinniiia y determinarla?
apropiado carácter y del recogimiento y concentra­ según las cualidades «Iel artista; por lo «mal el número Ninguno.
ción que en el conjunto resulta tan en armonía eon ile repr<nlu«'« iones en esta publicación eonteiiblas L’n concepto artístico « reado y re alizado ,>or un
la expresión y naturaleza del (lenuniaje, es soqiren 1 orres|M>nde « cuno tipos originales á un«> muc ho ma­ |iroc« (liiiiieiH«>, «lifícil es «le irailtn use por otro; máxi
dente, no ya su (Mistura, que no se Concilie el verla de yor de eilieiones estam|M«las. las primeras cnlxreras me cuando éste «*s la palabra escrita, elemento fino,
otra manera, sino la |>Otente fuerza, la vida «le toda alegóricas eon D. Quijote en coriquñía de Ainadis y inmaterial puede decirse*. > hay «pie reproducirle eon
ella, desde el conjunto hasta los más ínfimos detalles; Rolando, con Sancho, Dulcinea y Merlin, sirven de los trazos com retos y fijos «le un riilmjo.
el destello magnético <|ue de los ojos se dirige á las norma á muellísimos com|>osi« iones |iarec¡das; las ¿Quién es i*apaz «le representar la expresión <1«
piginas del libro: la obsesión del desgraciado man viñetas abiertas en cobre de las primeras ediciones E«IÍ|m> ó de Ulises gráficamente? Podrá la genial |>o
i liego, acusada desde la faz. alterada por la emoción á madrileñas, se copian por diversos grabadores en im­ tencia de un artista « onvencer con los < « los de Otelo,
la caperuza que se réstala por el cráneo, desde la presiones sucesivas y no hay que decir que igual |>cro mi fuerza será insuficiente |»ara dibujar las tor­
crispada mano á la mal calzada zapatilla. Sin peligro hecho se produjo con las ilustraciones extranjeras, turas y .angustias de llámlet. De la propia manera,
de errar puede afirmarse que es la mejor, la más noble Iparticularmente con la obra del pintor (’ov|kI des­ dibujando á I). Quijote se hará una obra de arte dig­
y levantada concepción que lápiz alguno baya trazado pués de ajurecer fiel y hábilmente abierta en cobre. na de aplauso, jkto no es posible «pie se |>ersonifi«|UC
al (xersonifimr á I). Quijote. El mismo hecho se ha producido en el presente al noble y generoso caballero, «?omo no es |M>sible«pre
Ediciones italianas. - Escasa importancia, desde el siglo; y si el derecho de propiedad ha cohibido en se tracen eon líneas y contornos precisos los rasgos
punto de vista ríe la ilustración, tienen las ediciones parte esas fáciles reminiscencias é imitaciones, si no «le un ideal; «piédese eso para la fisonomía en todo
en italiano impresas, y «le las «jue se reproducen dos « alcomateriales de lo producido por el ingenio de caso comprensible y conocida «le todos de Saín lio,
venecianas y una romana de, siglo xvu y otra vene­ algunos, la industria moderna favorece al infinito su I el hombre v ulgar, de buen sentido prá< tico y |>ostl¡yo,
ciana también publicada á comienzos del XVIII. Es la multiplicación hasta la vulgaridad. Así hemos visto « uva sola y única aspiración es el gobierno de la In­
de Roma ilustrada, jxro no con gratados originales, y rv|>etirse varias veces, aquí y en el extranjero, los sula Barataria.
Por «-sto es general el decir que ninguno acierta en suponemos serán leídos con gusto por nuestros sus-
la tv|HCHvntación de I). Quijote: fórmase cada cual JUICIOS EMITIDOS SOBRE El. «QUIJOTE» criptores:
con la lectura del libro una idea «leí protagonista, ro« «tuonos Lirr.aAros xacionalrs y kxi han,esos
según mi manera de ser, é inútil es que trate nadie «Abandonó Cervantes el teatro al mismo tiempo
d>- d ille forma corpórea à satisfacción de huios, (tor­ Para «pie resulte completo el homenaje que con el •pie se entronizaba en él Ixtpe de Vega, y hasta «pie
que si du ia Gerard de Nerval, al verter al francés las presente número rendimos à la memoria de Cervan­ no se «lió .i luz la primera ¡tarte del Quijote, no pu­
poesías de Heine, que las traducciones eran du e/air tes y á sil libio inmortal, hemos « reído necesario pu­ blicó ninguna obra «le ini|torUneia. la necesidad de
de tune eiufiiifíi, ¿qué no ha «le ser la traducción de blicar algunos juicios emitidos por eminencias litera­ ganarse la vida le ponía, probablemente, en el caso
un roix eplo literario, de un tipo ideal creado por el rias de Es|uíia y del extranjero acerca del Quijote, de no poder cultivar las Musas. Errante y vagabundo
genio. hecha |«r los trazos y tonos de un «libujante? |«»r los cuales nuestros lectores podrán formarse idea por varias partes «le España, buvcalta. sin encontrar­
listo, x-gún el infortunado cuanto festivo Segarra Bal- del altísimo «oncepto que en to«las («irles y en todos la, una colocación á la cual le «iaban derecho sus ta­
inascda, es tan ini|K»ible como poner en música «los tiempo* ha merecido el monumento más precioso «le lentos sus virtudes y los servicios por él prestados á
desmontes del Retiro.> I nuestra literatura. su patria. Su fatalidad lo arrástrala de Madrid á Se­
No ha de suponer esto, sin « inleirgo, ni la mis leve El primero que á continuación publicamos, aunque villa, de Sevilla á la Mancha, y para (Miner el sello á

E4i<i«ix-» iluoxilu ram y griegas «M /Vu Çuijeft,


impresas en Iw ato* Je i Si 5 á iSSj

ccnsuia ¡l la ilustración del Quijote: si imposible es ile autor anónimo, tiene indisputable autoridad por su desgracia, los habitantes de Argamasilla lo maltra­
l.i transí up ióu gráfica del héroe, es (tnsible la repre­ figurar al lient • de una de las mejores edieiones que taron y lo aprisionaron, sin que se haya sabido, basta
sentación de otros tipos, «le muchas escenas, inciden­ «leí Quijote se han hecho en Italia, según puede verse ahora, los motivos de tamaña violación.
tes y aleta,fis, y da razonado motivo pira reproducir un las líneas con que cncaltcxa su traducción el eru­ » Pero ¿qué son las cadenas para un hombre de ge­
infinidad de documentos interesantes, de crear cua­ dito é ilustrado cervantista I). Ignacio Dublé. nio? Aunque esté sujeto y oprimido conserva siempre
dro. verdaderamente artísticos y «le hacer, en una la energía y se burla de estos horrores. Sócrates filo­
palabra, obra meritoria a, exornar, cuando no en otro IX: las ver.xtnes italianas «k-l Quijote, es quizás la sofaba en »u prisión como en la (daza «le Atenas;
« <mccpl.>, en el decorativo, un libro por todos ysiem- mis notable la de 1818, puNicada en Venecia |»r Torcuato Tasso en situación |tarccida no se dolía «le
pre leída Alvis<>|M.li. si no por su antigüedad. por la exactitud halter perditio la liliertad, sino de no pMler «scribir á
Vu mi.mo, en mi (wofesión, que los azares de la «le la traducción, que se hizo en vista «le la edición su talante, lo cual le estaba prohibido por sus opreso­
suerte me han dejorado, de ilustrador de libros, he «le 1780, corregida por la Real Academia Española, res. Cervantes aprisionado por los manehegos dió
puesto Ioi|m: mano en la obra del inmortal Cervantes y ile la otra olición de 1797-98, publicada en Madrid rienda suelta d sil imaginación y compuso el Don
con el piopósito, ya que no fuera factible el de inter­ por D. Gabriel de Sancha y anotada por D. Juan Quijote; así el libro más ingenioso y singular que ha
pretar al generoso héroe mancltego, «lu contribuir en Antonio Pellieer. la edición i que nos referimos con­ producido el espíritu humano fué compuesto en una
el i'm jmi valer de mis fuerzas á enaltecer y glorificar, tiene un estudio biográfico crítico de Cervantes y sus cárcel, donde, según nos dice el autor, titila incomo
l omo con esta manifestación se hace, una creación obras debido i la pluma del anónimo traductor, uo- didad prevalece y todo triste minor tiene su asiento.
genial cuya esplendente aureola no obscurece en lo moaltreltanlo ferila quanto modesto, según lo califica >ki filosofía y la elocuencia fueron i contemplará
más mínimo afortunadamente todo el mezquino (*> el prólogo de los editores, y que, á juzgar por dicho Cervantes, cuando éste, errante y miserable, era olvi­
.itiu.ino «le nuestro «fin de siglo.> tralujo crítico y ,tor la versión del Quijote, se com­ dado de los (toderosos y despreciado «le l«»s |Mjelxs
prende dclúó ser un eminente literato. I K-l mencio­ porque SO desdeñaba de escribir, á semepn/a de ellos,
J. k 1’EI.IICKR nado estudio trailui irnos los siguientes párrafos, que versos frívolos y vanos. Mientras Unto tenia la alen-
ción puesta en MI siglo, y veía con sentimiento y con nuevo sin ;qeinar»e «le la naturaleza. ni decaer un solo en decirlo di*i|>ó la* ilusione* de la (atalleria. ta
enojo á la mayor ¡arte de los hombro cmjKñado* en instante, ni causar le«li«i jamás. Todo esto pertenece multitud de libros ¡mr él impugnados, esparcidos por
un género de lectura que |xfjudi« ata la educación, al genio, «¡ue se manifiesta ¡«or »i solo sin nvcv»i>ta«l todas ¡artes y con tanta avidez acogidos, desapareció
corrompía la nuirai, pervertia la* costumlwvsy u*uqu- de regla» ni iiumIvIo». de tal modo que no Irruiría noticia «le su existen­
lu à lo bello aquella atención que *e concedia á b* •C'uuim).. el Don M* ihimi «n ixir*tn,*·>u coi» cia *ino ¡M»rquc se Ice el Quijote, triunfo singular y
más monstruosa* ¡merit tone* E*tata la E*¡una inun­ b //z.z«ór. m> *c < <«ii¡mi*ta» quv «a impuMlúc com­ maraxilloso. digno de la otaa y de la gloria que nadie
dada de litaos de «atalleria. y *u* despropósito*com- parar «lo* obra» ilc tan di*tinta naturaleza: y tanto «c puede di*putar á Cervantes.
titutan la admiración<k los ignorante *, el pa*atiem¡M> extremó la analogía, quv*v pretendió encontrar en el >los sátiras viren poco tiempo; si tienen vaguedad,
de los ocioso* y quizá* también de lo* hombres de ! poeta griego alguno* iia*o* tie lo* cuales ¡«ix uró no interesan; y si *c aplican á determinades objetos,
no ordinario talento <Yo acataré con esta |>e*te,> de­ Cervantes hacvr*v imitador. YenLuleramente seria mueren tan pronto como cesan las circunstancias que
cía para si (’enante*; v su elevada v caprichosa ima­ extraña la afirmación de que la lectura de Homero las tan hecho nacer. Estala reseñado á Cervantes el
ginación le prese ntó el héroe que debía exterminar á hubiese producido el Mw Oui/t»ee; no otatante. si al privilegio de que ¡ara vergüenza de ver aniquilada la
tan intolerables piladme*. rei'ordar al ¡udrede la |K>e>í;t *e dijere que |xiracom Caballería y con ella la* ridiculas costumbres, viviese
>No valían. sin cmtargo, pata » on*eguir tal inten­ (Miner el /A>/z Qnrote era neiestn.i tanta fuerza de ni /X/zz ^k/z/MZf y adquiriese nula día más esplendor.
to, ni las estériles inverti- ingenio como |xtra coiujmi- ¿Quién hay que tenga el don de interesar como él?
vas. ni las finas argumenta ner la //á/#/»/. csturtaitm* Por esta razón le llamó inimitable <1 autor de A7</zuz,
ciones que *<• habían usado de hnlo (uinto < oiitoruie* y lo prefería a todos l«»* «’scritores de fantasía: y por
hasta entonces: débil repa­ • on <**tv iui< io. añadiendo esta razón todas las naciones culta* lian traducido su
rt» á contagio tan grande, y que esta mÍMita relation obra, y las má |tima» no *e cansan de imprimirla ni
que contcniílasen obra* no tiene < ’creantes, no sólo los ojos *C causan de leerla. Los ttombre* de l>. Qui­
leidas |u>r el pueblo, à éste con Homero, ó no también jote y «le San<’ta» Panza ícmi« nan en los lugares má* re
de nada le ¡xxtian sen ir. c«m Slfimles con Virgilio, moto* de la tierra, y<tt«»* do* humildes ¡tersonajes, na
¿Ik qué apnAecha que un ion la**-, om f oriRille. • idos en l.i íauta*i.i «le < enantes, vencen en edetaidad
critico escrita jura otfo* con Ratine y««mtod<i*los á lo* más riustres Ir-hm* «le la látaila y de la historia.
crítico* aquello que é*to* • LxtMen lii·intaes sin embargo, á lo* cuate* uoeus^
pueden acaso ¡tensar ¡mr *1 >Vn homtae á emo ta U este I.I.HX y que «Adrar, d, imfpith v de f.ivoh »..
solos? P<x tal motivo la* de­ lectura *S-rb iiiimi i« f<lu!o el «lile *«• rinnS-ara m
clamaciones de Lui* \ ive*, tragu a de la altura a «næ dar á conocer áe*ot tale* la* talk/a* «kl Zfe* Quijote.
de Alejo Venegas y de otros ta Ih gado en este siglo, y ¿Insípida *u le* tura cuando la hicieron utuve:*al *us
contra los libros de calía- gracia* tint» a* y* el deleite
Hería eran inútiles ya que <lUc ditumlv hor díklunP
el pueblo, ab*orto en la lec­ ¿Frívob una obra que corri­
tura de éstos no leía aqué­ gió el vicio literario i!e *u si­
llas ni era capaz «le enten­ glo. y sin l.i c ual bis que la
derlas Si se quiere extirpar juzgan tan desdettosimente
un v icio arraigado en halas «lui/áx aún per de fian el
parte*, se necesita un reme­ tienqx) leyendo un //z/Zírrfá
dio «’«inveniente para lodo*. Je tiaulot Qu«- *e cite tu»
►Crecía vntrciailltt la ne­ solo autor en el cual el pía-
cesidad «le esle remedio, y « ei. efc< to eterno é in*ejsi-
si la gente eifraki Hiela* mi» rable de b* obras de hermo­
delicias en b leetura <|iie sa imemión, resulte tan
se tratalu de aniquilar, era cumplnlo y haya llegado á
necesario reemplazar «Ihlu tan alto grado. Pero «h jeino*
leclim ¡mr otras igualiucii á tale* hombre* «<m *u ex­
te agraibbles y suplir l.i travagante «« n*ura; su* la
¡>ér<li<h «le tanto» lil*«>»< «mi Imo* no *e abrieron nunca á
Kltcrtl imptoa CD ¡h»:r3Ó.or. en cl jA-. i"S5
uno que lo» asenlajase a la *onri*a, ni *u* «'ora/oiK**
lodo* |>or la novexLid y el a la* gra< ia*.
deleite: «pie, a«Ioma«lo con H«b» las gabs de la ima­ que h-, tr.ta.lo casi t-kn K’uamlo *e publicó en
ginación, seapoya»e en los prim ipios «l« l buen gusto hr. géucr.* .le hteratura 1605 la primera parte del
y «le la verdad, y « uva invent ión pinto « on la filosofia ron una (tenetrai ión y una Quijal , no pudo tan de
resultasen útiles y deleito»»» á Unía « lase de ¡«er-sona» facilidad que formaran é|»n improvisoc«»iurer*e la finísi­
en cualquier estado «le la vida. ca en el mundo, al afirmar ma sátira que etx errata, y
•'Tal fué el /Ai* Quijote que altura lee ávidamente en su* JZwz/d/zoff que el convino al autor tarer una
la posteridad, sin atreverse a «l« « idii qué es lo mas espíritu humano no hac< • rltica aparente de *u obra,
digno de admiración, si b luerza (le la fantasía que ma* que fe|>rodui ir*e y <|Ue |Ktra que ésta fuese buscada
lo inventó, ó el deleite que lo si/«ma, ó el estilo eon las obra* que nosotros ad y entendida. ( ’.radas al //z/x-
«pie está redactado. Cuando en el euiM» «le la conver­ inirainos son imitación <le mz/z/ (l, se difundió el libro
sación se viene á tratar de este libro, todos compiten otras nias antigua*, dice yen poco tiempo se hizo uni­
en hacer su elogio, y nunca de» recen las alalein/as, que el modelo del /)ott versal su leí tura. Esta cele
como si fuera inagotable el manantial «le las mismas. Quijote fué el f kózWe. de btidad suscitó la envidia (¡ue
Uno encomia b rmvedad y felit idad del pensamien­ Ariosto. E* indu<labié que «lerratm. *u veneno *obre los
to; otro la verdad y lulleza «le los « ara» teres y «le las *e debe b nui* viva admi poetas confundidcs ¡»or la
costumbres: éste la verdad de los «pistidios: a«juél la ra< ión y el niay« re*fRtu SU|.eriorkt>d de Cervantes, >
al rumiaocia y delicadeza de la» alu»iutk-» y «le los á e*te escritor italiano, <o K.lici-m ilu»ira.U in-.|x,-<« m Bohemia en cl »fl - |W*. él, desgraciado y oírseuro,
chistes; «|uién admira el infinito artificio v gracia «le nx> à utxxle lo* ma* gran Miliri*ticndo <|ui/á* gracias á
los diálogos, y quién la inapto iatil» l>elk-/a del estilo de* est ritore* original* * de <|U« |mede coorgulk* cîm- I b e<mi|u*i«Sn de !•►* denei*. n<» amtacx»nata otra ri­
y b (Nireza «leí k-ngiuje. Toda* aquella» «lotes que b |XR-*ía. l\ ro¿4|«R; anakigia pueble existir entre «lo* queza ni otros bieiR * que la gloria «le su otaa. al mi*
acá y allá «lifunditlas halrbn formado b gloria de mu­ loco* «le manía tan ihversa, entre un «uadm c«»m¡>le m<» ticmio que los poilus irritado* *c conjuntan ¡ara
ch»» escritores, se encontraron nunitla» en un solo lamente quitmríco x otro cuadro hxlo v«f«b«l. « titre aniquibrb.
hombre y esparcida» om profusión en un solí» libro: un libro «!«• « atalleria y una vitira «le tales libro*» en > En una • ofn|M»*t« ión tic iiesimo estilo el insolente
¿y en qué tienqro? En un siglo «le frivoliil.ules y de tre la litartad «¡ue *c ¡icrmite el ita. .lito y el artife hi
«li'putas más «¡ue «le gusto \ «le silrer. en el cual el y la sabiduría con que prixetle el c*|Mîh>I?
arte «leí raciocinio se había casi ¡tcnlido y en que la >Y aun matulo m? coiu e«lie*e qua la marcha del (i) Uk tratajm rfitiem ¡««urin't* â la techa .Id aiikaU.
que tradtirimo* han trnkln a impugnar b rxaetilixl de e*u*
literatura puede únicamente « «Hitar «lo» ó tre» libn.s uno es muy semejante à la del otro en |m reí idos su
nSimMi'xrnc* fvbtivu* al flnieofie, Kl dtaingiiid.» renantiMa y
(pie se atrevan á competit c«in la »ti|K'riori«l¡l(l de las vesos de la fábula, ¿« uántas otra* cualidades resaltan dm tu iti ¡1 ri. . «fol llit i.- . .I. ViUni i Ü. Jul Ami
«los edades «pie le siguieron; y pm esto cuantío se en el Qtnjttte «pie no (Muirían ser tomada* de Ariosto mi «ItaiiiM» h-ido vi» z| .le atril «le lKo¡ ui la M-rión piïhlira re
considera la época en «pie se publicó Don Quijote y ni de ningún otro escritor? ¿Etn uéntrase por ventura lebrada en d liutr.. de .In ha « iudml |xira i,..niuvin.»iai el aniwi
xariu 277 .le la muerte de Cenante*, .lire arvtra de e*te n*unl..
se compara ¡i Cervantes con los hombres de su tiem­ en dieln» ¡meta el tono de sensibilidad dulce y afee !.. siguiente: «El |»riitiv«t. une andamln I.»* I¡run.« emulen.»
po, la obra parece un ¡Mírlenlo y ( vivantes un coloso. tilosa, tan frecuente en la obra de Cervantes? ¿Neee eda »aga y r.inCima liadun.n .le la* .ih.*i..in* quijiMex^* hié
►No es esta ocasión o¡K)ilUiia «le analizar las belle­ sitó acaso aprender de Ariosto la elegatu ia de un es­ ! el iludre artiller.i I>. V in nie de lm quien < n /ï,/a ,j,
zas del ZAw Quijote, ni «le examinar por cuál modo tilo siempre armonioso y puro, que adaptándose al Cert^nJet* im¡u«*a eu 1780, hare la ¡* i« grina ahrmi« i«».i .le
' que mi nÙMiH. Ui^valod.. halna ¡mt-t». ado m anónima
el autor haya sabido hacer «le »u héroe el más ridiculo objeto descrito por él, « natural. Iluido é ingenióse
y al mismo tiempo el más prudente ym i» virtuosode en las narraciones, modesto, ingenuo y decoroso en M U*£l«‘uhrt'-
los hombres, sin que tantos y tan divers»» aspectos los chistes, ¡vreciso en los raciocinios, rico y fastuosc hcmrii <lr cierta» i«x*4xttia« inteiM x-i«a«i,* at«a*i-«»c*- aika«lirwd(.
en que lo presenta se |terjud¡<|Uctl entre sí: «vino en en las descripciones? Finalmente, ¿de quién aprendió I <t dil^mtr U^rafo «im- xn St. Kmdia/ hat-j rrorotc
Ma* U..Senario
Sancho ha reunido iodos k» gra«I«r» de b simpleza, nunca el precioso y difícil arte de los diálogos en lo* moue un cien>|4a< .tel mtavf»"*»
rw-M «le 1> hua Ant-«iio prit. •< |» MaUm Feinaixhz »k Va-
cual es su admirable « ondlK ta en estas variedarlcs cuales Cervantes no tiene rival alguno, ni aun el ilus
incomprensible» sin pcrjudi«-ar á la unidad «le lo» ca­ tre Richardson?
racteres: cómo lia saltillo juntar en su fábula !«» >No, Don Quijote no buscó modelos, yhastaahor: i cwriesrJWklw á »rwnle >«£!-. («Mir.. I». A«M
I !.. «k- Ca»to. ri .i.p.i.-.».. lluuapK .Ici ..ul-^ .1,1 (hM/Wz. U ox.
acontecimientos que ¡oreelan nui» apartados «le la carece de imitadores: es una otaa que encierra lo i mmlcntc iii.,.uKn..ci..ii.U Tieliw m »«i Hittori-tde!a heer.ti-t>„
misma, haciéndolo» servir para ¡«Hier «le relieve la caracteres todos de la originalidad y del genio; es ur to'*■"«' «T»M«-lbiM» h.( .kjj.l.. U» o-a» «n « I mi»in..
locura de su personaje prim i¡»rl; dótuk- ha aprendi- poema divino, cuya com¡»o*ic¡ón nació tajo el auspi csliuh» .le rarmriu «le n>.li.w» aulcnrini» acerca .Ici ral liluci..
tlo á variar la» situai iones, á ¡«itur en contraste las cío de las Gracias y de las Musas: cuya a|xarición luí atntitti.U» á Cenante*.
escenas, á conservarse siempre original y siempre un rayo de luz que en menos tiempo del que se tard: ts.M T.)
EDICIONES HÚNGARAS, UNIANDESA, BOHEMIA V CROATA ILUSTRADAS, IMPRESAS EN IOS AÑOS DE 1850 A l88i
Villegas ( i ) osó calificarlo de Diste poeta y llamarlo justa <|ue le es dable atttbtcidttar al hombre de cons- I convendrán en ello cuantos hayan lefdo csiolira admi­
quijotista, con pretexto «le tomat la «hlensa del |K>eta I>¡<;uo talento. Su a« ti\iibd intelectual Imito <lc ejer rable. asi como en que es de aquellas que no pindén
Argensola {;), -i quien Cervantes mi había hecho otra citarse en un campo est re» hamcnle limitado: la lilx-r- Iccinc |w»r fragmentos ni ser analizadas eoitfnrme á las
ofensa que la «le apreciarlo con exceso. Otro jx>e- tad de palabra, la de dix utir las grandes cuestiones reglas de la critica ordinaria. Vara conocer .i huido al
ta (3) tan obscuro como Villegas, imitando por mofa rebeiotuths < on el hienestar jiolitico y religioso <le catallero de la Mancha hay que examinarle en todos
à Cervantes H«g«» bajita la temeridad de continuar los hombres sv hallakin tajo un entredicho igual al sus as|KTtos. Hay que contemplarle » tiitaliMlo »n la
una obra cuyo mérito estalu muy lejos «lo |kh!c« es­ que jte*ata sobre la litartad de impn nta. y asi enea lectura de SUS libro» <le« atall» iias; oirle <!» pxrtir <*«hi
timar. ¡Ignorante’ ¡Atreverse a escribir «Mío Quijote. llenado vi |»ensamiento >cc<he el manantial de tinta los |iabdint*s y los em antaiior»-», y verle xobf alleiule
y «lecir que lo hacia para mejntar el priniero y ,m.t- humana energía. |M»r«|iie faltándole b independencia los confines de la razón á itit|*ul»o» «!»• su gallarda
que al autor de «Sic le faltalu tal« nto,ura continuar­ no pudo influir en el «I m nvohiiuivnlo <1? la* letras, fantasía.
lo! ¿No sabía el tal que la « tilica mis difícil es ¡a «pie de las ta-lbs artes, ni <le ninguna de bs producciones ! >EI queta teiii<lo el enilreleso «le salmorear lo> p«e--
mira al ejemplo y que el éxito x-gnro im» está tixr- intelectuales <k aquel lientnu» mas de .-fanr/rj y «le Or/auJo » s qttait |mwle api» * :ar
va«l«t mas que al hombre «le sii|«vriorc» facultades? >Si hubiesen regulo .1 Ls|Miia otras instituciones las < ual¡< latle» tlel héroe man* hego «uamlu iiinutu mi
•-E1 pobre hombre la< hals» «le lujo el estilo de Cer­ Cenante* 110 tatab tenido que atai/ar la carrera de 1 viejo y ex uábdo jamelgo, y cuitarlo de una tn«»li«»M
vantes, y se búrlala de é»te- (torque era viejo, lisiado bs amias como un soldado vulgar, stguiviolob tasta 1 armadura cru/a mont»*» y valk*» en IxtM a «k* aveulit
y imbre; como si ' illegas, Argensola y Iwlos los pie- pierde r en ella un Iro/o x b salud cstrofwath t»or las I ras digna» de su espida; cuando »u allM»n»r.i<l.i faut.»
ras de aquella épica reunido» pudieran ««snpetir en fatigas de b guerra x bs pena» <kl cautiverio; no se i sia transforma kw ni»»!ino» de xiento. la* ;»kl» ana» y
mérito literario con un s«ilo capitulo los labriego» en giganh ». piladme».
d< l Quijote, y « «uno si la pobreza y la I hilcinea» y mago», sin que l«>* « on
imperfección «le Cenante», « itbriemlo tratiempís desazones y d» mIk has qui­
de oprobio á su siglo, no añadieran en tropel le agobian sean |»art<* á ha­
mayor lustre á la veneración que le es cerle abnr los oj«>». la» proeza» del
debida. Pero tales ultrajes. que no ingenioso hidalgo «011 su fiel K<h í
merecen la atención de la posteridad, liante y su cómico escudero San» lio
son citados por nosotros únicamente aparecen entonces á !«►» ojo» ciel ta
por, pie ilun encaminados a la «densa tor con aquella dignidad que d i nu
de un hombre ilustre. Además. v ienen encanto tan incomparable á »u» ha
¡i comprobar la venlad «leí dit ho «le zafias.
Pope: «Que un nial escritor «■» gene wl’ara estimarlas en su ju»to x atar x
raímente un hombre malo.» apte» iar debiilamente el »aia«t*r di
»l’or el contrario, ;< umita dignida«l e»tos |ier»<inajes fuerza e» «omw « r « I
y cuánto demr«» x* encuentra en la «le a«piclki»á «tuieite» imitalun. ,<tes
defensa «le (‘«rvante»! Para confuir- I m.
<iir<i iivmjo a,< íta.F* . .1 tl.L U» ,
110 n<»% mira tuvo»

«lir y pulverizar .i su a«lvcf*ario no en­ giiar la miia que luv«» vi auto» al


romo» e\|*edi«*nte más a |«i|m>mIo «•vocar la nivninna «k‘ su» altos Im líos.
que puNiear la x-gunda |«ntc «kd No > - menu» in«lk(|Kn<alfii.' ¡« ihu.k
Quijote, sn,«error t<«Livia 111 ««»cr«« la satírica ¡ntciM'ión «le «se libro quv
chin y buen gusto a la primera, la- «!«• iw» otar «ara. lerizaiki |«or fa» j:-»
lustócn alguno» pasos «I.- V'ta segun­ la» «le tan jovial ingenio batiría »nl«»
da porte- tomar a broma l.i |-sa gra­ una x tia <lí»crta< i«‘»i» »nbr«- los errores
cia de su émiihr, y a«,vertirle alegre y los «ksatiiins sociale* «le su li«.in¡««
mente que la composición «le un libro |’«»r otra paite, sus j«t« «isi.l.uli s nos
cuesta una fatiga mucho major «le lo invitan á retk’xwuiar inqiirân.Iniio»
que él se íiguraltt. Si to«|os los aillo- graves |>ensaniient«i', porque son «te
res se defendiesen ¡i la manera de tal naturaleza que al mism«i tienqio
Cervante s, ñu ños esramlalosas serían que ha« en asomar la risa á lo» labios
las guerras ,|«- los literatos, y la cater­ fomentan la n« livi«l¡ul «l« l « ntentli
va de temerarios detractores no '« miento. Deleitan unsríiamln. I lasla
atreve lian á proferir tantos ladrillos. • en el relato ríe las más graciosas av. ii
turas se adv ierte «“tv tin moral que vi
Ignacio hvui.í autor mima píenle «le vista.
»Eleé»mieoeíeet«»|»nwlu« ido por el
singular heroísmo «lid cakilh ro lia
K<lucró-n «lv lili cuailro ilc In • -ti.. i<>n -!«• C,»|- : -M. .i-uns,~ <l«-l t>rn {‘ui'fír,
Tironas Kou-oe, l'.sq., «11 el «api- eiemlo contraste « «»n el minio rciv.d
lulo IX «le su excelente obra The Ufe I«|I,U ,..b ni Pili. |K.( L. Siiigu,' cil el año 17X0 «le Sam-boen la mu tuina av« mura «le
and wnfingí Migue/ de Ccrmnteí los lutaue*. nos trae á la metiwnia á
Saavedra ha compilado una pirrkut «le am» «Iotas y talxîa visto en la dura ne* esidad de soin itar un me/- , los héroes «le lloim-ro y V irgilio ptimnaiwki sot-
observaciones |w«r todo extremo • uñosas acerca de (|uiiK»eiii|deoiiHom|»atihk «on sus hábitos, ni tatata prender á favor «le las tinieblas el «ampam* nlo ene
nuestro inmortal novelista. Dh»- «Je este modo: tenido «jue a<t|Har un cargowulult» rno en una remo­ migo. Para íomiarnos una i«l« a « xa« la «kl «-aráiter
ta ruluma, atarxlonando la |utña |»k b • nal taV*a «ie la obra he-mos «le « stutliarla en »u «onjunto
«Al fallo er, e ir |<¡«,X, el sornlni» é intolerante Pe­ |xka«lo x wnulo su sangre, l’or «i<ra |arte, es iinluda- ( ¿Quién xifa e.i|*az «le ínmurx* |»»r inisli» «!«• « s
li,k- II, li" jures ¿ir sino «pie el geni»» « lentífvo y ar- ble «jue un hombre dotado de una ardiente imagina­ tractos una i«ka «le fas aventuras que á I» r,»uijote
tístieei se xiiti.iti súbitamente emawipodos de aque­ ción y un espíritu eiKrgko «ual |iw os los luyan ,m I le ocurrieron en la venta «pw él «reta rastillo en
lla letal inlluviw ia que por e»|«< ¡o «le muchos años )I sei<l<». no ta hrta pisado entorn» s mas «le x< tnt» años ¡ ranuilo y en la «'liai mantearon al |n»bre 5an« lio?
había tenúlo alet.irg.ulas fas inteligencias, «le 3«p»el tajo el tiránico reinado «le su ingrato señor, sin pu- ! Del mismo modo hay que leer toda la novela para
des.Hit¡sino político y religioso pm cuya virtud ini|ie- hlicar una sola obra, hasta que en el ano 1605 <lió á haex-rx: cargo «leí arte con que lraz«» el autor un <<m-
raba en la vasta monarquia un sepulcral silencio que luz la primera parte del D^u Qnihtfe. < ual si no bas- traste tan viv«i «•orno el que resulta «k la eontrapo
sólo se atrevían á romper muy ««Hitadas |>ersuna*. Ltran los demás sms.dHires que acibararon su existen­ sición «le dos caracteres « «uno el «Id grave v « «triés
> Hemos visto á Cervantes volver .i su patria y.ísu cia, huta de ver cómo le cenata el camino la ingra­ hidalgo y el «leí rústico y v ulgar escudero. Este «•«>
familia mutil.ulo. pobre, menospreciado y exhausto titud lie una < orle que no jtensó jama* en ascenderle ■KK'iniieiito deriva de ncmella interesante narra» í«ín
de medios y «le es|H.T,inza\, |tcro dotado «le una vigo­ ni en recoin,tensarle. Ilieti puede decirse sin encare en la cual la v iveza «le la fantasía, ostentada en un
rosa inteligencia y un raráctei jovial que en más feli­ cimiento que su genio, como mi tortunn, se vieron sinnúmero «le aventuras, se lierinaua por rmwlo niara
ces circunstancias le habrían valido una fortuna: re­ condenados durante aquel tiránico reinado á una es­ villoso con la sabia pintura «le los ear,u teres, emhi
compensa la menos noble, mas mi por ello la menos pecie <le solitario cautiverio, en cierto sentido más lesando el ánimo del lector. íasrinatlo por la maestría
duro todavía que el de Ion líanos <le Argel, cuantío la «leí novelista, llieii lo muestra la indiferem ia ileaque
ruin turta cortesana se gloriata cu su ignorancia de líos que se solazaron con la les'tura Integra «h la obra
( 11 Se refiere > 1». » stetan Manuel «k Villegas natural «le
Nijrra en la que ruin- Imci.i l<« ait*» «le y>pie menospreciar el />un Quijote. respecto á los fragmentos escogido* «le ella <|Ue m
en 101S publin» un l««tn» «lv mi* Ir.vlun uvm** y |m«cúa* c»»n el >Cttamlo Espina emp/ó á respirar, aliviarla riel publicaron p«>r sejarado. A esto hay que añadir que
liluB* «le A’r,W««ii. I>e una »ahi«h*l rxtfrtiwnla, ote |»«ta %« peso <le tantas gu« rras eitcriorov y tanta opresión también pierde una gran |»aite «le su atradivo ,iara
l»-j»<e*r«U«» al (fente «le Ml <•«•«.• el «4 nar>entc«|uc am<<ti­
pia om MK A Ia* estrella». Hr»Al*B»d «rogante lema Aï. <//
enenadma, y la paz y las art s titiles ptrecivron re los que descono« en |Hir «-«Hiipk-t» la lengua y las « «o
v/ «a/M/fuan .<// tiAr/ V • r«<tf»frt«* <ma r¿-
vivir haciemlo augurar una era mas di« host, no me­ lumbres «le la patria «leí Itéroe.
iIh vía jactaneia, irmiIu» en mi Iil4.» a Cct^anlo, m«4cz« a Gón- joró p»r esto b |nis¡« ¡«mi <Ie < ’enantes; |H*ro. en c am ><>tro«lc los mis ooiables < aia« teres «1«- la «»l>ra «>
po j x l«tB» «Ir Lop* ta V«g>. k» cual q»c G««exp»ra tai, extendióse considerablemente su (ama. El éxito | I el |»erenne nuitraste «pie en «día x- nota entre lo» qu«
le tacara kn ictM»»: «le su nueva obra - recítala al pruw ipo < <>n fruida»! llamamos espíritu poético y espíritu |»ru»aic«> la mu
<Anaffnmtr n»> Kay «píen m t*«f< - íué realmente a*nmta>%n.á pesar <h- hr, envidxws 1 giración, el x-ntimicnto, las premias y las tendencias
<K>ue rv» *trtf» om mucha ataqu»*s de sus contemporáneos, |»iks en vnla de su !¡ más generosas del alma humana « «udvuvaii .i erigran
(¿t>c >a que t«eMr«M pn wm .le eleva
autor se tiraron de ella más «le treinta mil ejemplares. «lecer á nuestros ojos el ti,"» «le I». «,»uijote. Antes v
vwMraaMutntata wm «le arrope...... AI mismo tiempo tradújose á toda» Lis lenguas y vio- ¡I «kspués de su tiempo ha habido hombres «k- e»f«»rza
Cx» ttAtadn opeeial \urxtM antojo*
Oteen «,uv quieren tfa«lurir «leí gñqps se aplaudida ,*>r toda suerte «le ta (ore*. Sin cortar- I do espíritu que consagraron su existen, ia á la nobk-
N«> HabWotak* mirad»» %ue%lr*4 «»/<m.> go, esto no fué nada, « oniptndo con la inmensa cir­ empresa de enderezar entuerto» y satisfacer agravios
dit rj
fiV. culación y los entusiastas homenajes que debían hon­ declarándixse ram|K-ones «le la justkia hollada y la
(a) Partobuné L<x«aril«> de Avgen«»b, nacido en Barhostro rarla más adelante. inocencia oprimida. Como D. Quijote. des< abrían
en 1564, hermano de Luuereio » maolro del peta Eatebon >Cervantes deta su inmortalidad al /)ou Quijote. doquier la imagen de esas virtudes á las cuales tribu­
Manuel <te V illegal. (/t. dd T )
(j) Alude «I deaermoridn cwrlhx «10e con el aetxióflimo <Ie
No se ha prrxlucido jamás en ningún idioma una sá­ taban ferviente culto. Creían firmemente «pie el des­
Alonw» h'crnamlci de Avellaneda publicó en 1614 la segunda tira más amable y delicada ni un alarde tan maravi­ interés, la hidalguía, el valor y la abnegación caballe-
parte del (N. dd T) lloso de inspiración y arte literario. No dudamos que resca no habían desaparecido aún de la haz «le la tie-
Gratado, de h edición coartóla publicada en Londrr* («r J. y K. T»n.<ui en 173S, medida o'2o * o'ij

Grabado, de b edición española publicada en el año 1780 por la Real Academia de Madrid, imprenta de Itana, molida o'ao x o’ij
na. Sin calcular jamás mis propias fuerzas, acometían encantadores no eran en realidad sino sencillas aldea­ broma sus más generosos impulsos. Mal podía disi­
las más peligrosas empresas en beneficio de gente in­ nas que al verle (x-nsaron morir de espanto. mular á los otros las flaqueza* «pie á sí mismo nose
grata. sacrificándose er» aras de leyes y principios que ►A lo* hombres le<trata siempre de un mtxl» caba­ perdónala. Una alma grande como la suya no calla
muchos juzgaban completamente ilusorios. I-a devo­ lleresco. y como no olvida jamás su ¡tapcl de ende la verdad aunque sea en «letrinieiito «le lo que más
ción al heroísmo y las pnietav* de virtud, son. como rezador de entuertos, siempre le» deja un recuerdo de ama y respeta, mientras no ceda en su propio «le*,
lia dicho Sismondi. los asuntos más nobles y ejem­ *u persona, pero la» más de las vece* |«»r lodo extre­ «loro.
plares que trata la historia de la humanidad. No los mo desagradable. Bien lo explicó el bachiller Alonso . ►Pe ro ni este propósito, ni el indicado contraste-
hay más elevarlos en los dominios «le la Poesía, cuyo IZpez diciéndolc: entre el mundo heroico y el mundo vulgar, ni su feli-
elemento principal es la representación de graneles y - «No »é cómo pueda ser eso ,le enderezar tuer « j'ima sátira contra la exalta» ión «le la fantasía pue
desinteresados sentimientos. tos, pue* á mi «le derecho me habéis vuelto tuerto, den señalarse como los únicos móviles «|ue indujeron
■•Sin embargo, el misino carácter que nos inspira dejándome una pierna quebrada, la mal no se ver.» á Cervantes'.! escribir su libro. Hay otro muy apa­
admiración contemplarlo desde un alto punto tle.vis- derecha en todo* los dias «le su vi«la, y el agrav io «pie rente y «le más directa aplica» í«tii que- hasta boy pa­
en mi hâtais deshecho, lia rece haber pasado inadvertido. Conviene recordar
sillo dejarme agraviado «le ma «pie, cuando ajiarccíó el /><w Quijote, la literatura es-
ñera «pie me quedaré agraviado |añola estala atestmla de libres «le «alialleria*. en
¡tara siempre; y liarla desveli su mayor ¡arte muy malos. Tal lue su peini< ¡osa in­
turaba sido tO|arc«m vos,que fluencia, «pie no sólo pervirtió el gusto nacional, sino
va»* buscando aventura».» que desv ió deplorablemente á aquel pueblo «leí buen
►I.a conclusión que «ledii camino. No hay «lu«,a «pie la mitologia calnllcrcsca
cimos «le 1.» leellIRl «Ici D»u «imtribuyó á inspirar ll«« ione* muy pura» «le honra
Quijote la enc«»nt ramos en lo» y «le moralidad á la» na« iom-s modernas Ik-sde luego
sentido* términos «-«ni «,ue el purificóse el amor, de manera que sin encare» imien-
|»obre lachillcr se bnxnln «le to |»xk-nios «kcir «jue seguramente «klwnin* á los
su malaventura. autores de LauzarMt. ./»<»«//« y (Marnte la ex«pii-
► Es que b exaltación «le sen­ sita galantería «pie distingueá bs mudeina* naciones
timientos redumb en |x-rjuiciu europeas «le lo* pudrios antiguo»; ese respeto á la
no sólo «Id individuo que se mujer, rayano en idolatría, «pie los griego* «leícono-
sacrifica ,«ir los otros, sino «•¡vron ¡Kir completo. Bri»«-i«b, Arulrómaca y Pené-
también «le la sociedad cuyas l«»pe « alan resignadas en los brazos «le sus conquis
leyes «piebranta, fomentando tadores, «pie hacían de ellas sus esclava* al («oí «pie
el espíritu de rebelión, sin pro­ mis esposas, la buena fe, en los tiempos iiunlcrnos,
ducir sino resultados extraños se ha puesto al serv icio «le la fiicizn procbniámhise
y cor» frecuencia lidíenlos el» que la felonía es deshonra. I.«»s antiguo* la tuvieron
sumo grado. por inmoral, |x-r«» no la « «uisidcraron vergonzosa. El
•Como n»ás arrila dijimos sentimiento del honor fué íntimamente enlazado ron
un libro que hutacsc tratarlo nuestra propia existencia, la ile»h««nta se juzgó |x*»r
este asunto «le un modo lógico que la muerte y el valor una cualidad indi»,x-nsal»l«-,
Kc|«-lur<i>« «le U»« -W la» o<ni»-cr¿--i»c. .lilmjada» y gratada* |.« PMIi y grave habría sitio ex« «diva­ no m'»I<» ¡ara el soUiilo, »im» (ara el hombre en ge­
wl« oanl'M del OiWr. i>oWka<la» en K'ZII» «n d aft>> iSj, mente triste y enenador, mien­ neral. sin «listiix ión «1«- clase* ni «'alegorías.
tras «pie una sátira escrita sin ► I’ero si l«»s genuino* litaos «le « .ilal!vrijsejcr« ieron
acrimonia |xxlia ser un.» jovial tan favorable influencia en b*costumlue* na« ionak-s
ta. hácese casi ridiculo si nos coloramos jara juzgarle i y donosa |uodu< « ión. pues asi el autor «orno los »mi- m» fué meno* fatal su imitación (ara el gusto (uíhli-
en el nivel común ríe lo* mortales. Es sabido que el rizados eran susceptibles «le elevados y generoso* co. lai imagin.m ión, cuando m» se npoya en la reali-
error, ó en otros términos, la sauriez y el descarrío sentimiento*. En nulidad, lo* actos ejecutado* por «bil, es una cualkla.l ataludante y vulgar. Ha habiilo
del entendimiento, rs el má* ataludante manantial de ti|«i* |iareciil«» á I». Quijote
i llistes y entretenida reí reación que existe en el mun «lan una i«l«-a más ventajosa de
do. En las aventuras del héroe las simplezas y las mi < ««razón que «le su inteligen­
preocupar ionrs abundan que es una ta-nrlir ión, pro cia; peni cl nombre «le este hérix?
duciendo las más cóiuhas yuxla|»osi«ioncs, y asi está imaginario apiñase con suma
lleno el relato ríe graciosos incidentes; («orque un frecuencia ;i los «pn- se pasan
hombre que torio lo ve heroico ó calvalleresco no «le generosos en mis empresas,
puede menos de rlar lugar á mil extrañas combina- ora sean «le cará« 1er público ó
dones, á mil singuiare» carena* y novelescos aconte privado, lo mal (micha que ese
cimientos. Luego hay un sinnúmero ríe contraste*, ti|«» no tiene nada de sobrena-
más jocosos todavía, (torque no puede darse liarla tural ni inverosímil. Stsmondi
más donoso que el que ofrecen la poesía y la pr«»*a ha hecho notar que algo parti­
ríe la vida; los ensueño» ríe la imaginar ión y los pe cípala «Iel espíritu «le b caba­
destres detalles ríe la vida diaria; el heroísmo y el vo­ llería amiante el mismo carácter
raz apetito riel héroe; el palacio ríe Armida y la ven «le Cervantes, y «pie bs aventu­
ta; la princesa encantarla y Maritornes. ras que tuvo durante su cautive­
►Según Sismondi, áesto se debe «pie tantas perso rio traen á la memoria bs «le los
nas digan riel Don Quijote que es uno ríe los libros poemas caballerescos.
más tristes que se han «-arito. lo que no rleja de te­ ► No hay duda «pie el amor á
ner un gran fondo de verdad, pues la liase ríe la no­ la gloria fué el móv il que le im­
vela y la enseñanza quede ella se despende son real­ pulsó á abandonar su* estudios
mente desconsoladora». Cenantes ha compendiado y la «piietud «Iel hogar para em­
todos los noble* sentimiento* y ««las las ilusiones de puñar la es|M«b contra los ene­
un heroico espíritu en las desgraciarlas aventuras de migo* de mi («tria y á alistar­
su héroe. 1». Quijote, hombre rie bien á cana calai se nuevamente á pesar «Iel mal
y cumplirlo caballero, íué siempre ludibrio de zafios |cigo «pie habían recibido su*
y maleantes, 'lal fué el logo que recibió por sus vir­ »erviri<»» y «le hata-r (x-rdido un
tudes aquel hombre valiente entre los valientes «pie brazo en el comíate más me­
arrostró los más formidable» (x-ligros naturales y so­ morable «pie re lu lihrailo para
brenaturales aquel hombre tan honrado que no titu­ atajar el ,u»«» á bs huestes mu­
beó jamás un soit» instante al tratarse del cumplimien­ sulmana» «pie amenazaban la
to rie su |ialahro, aun en los asuntos más lialarlies, independent ia de toda Europa.
ni se desvió lo más mínimo rie la estricta verdad er» ►Esc mismo espíritu fué el
ninguno de los lance» ríe sil agitada existencia. «pie estimuló en Argel al intré­
►Desintercsadoal(«arque valeroso, no (ideó nunca pido lautivo, granjea mióle el
sino en defensa de la virtud, y cuando le acometió el respeto «le los moros; el «pie
deseo de poseer un reino fué para regalarlo á su fiel «iiamlo Imito rei-ibido la Extre
escudero. maimrión le inspiró la necesaria
► En suma, Iué á un lien»,mi el más fiel y rendirlo serenidad ,«ir.i contemplar ri­
de los enamorado», el más magnánimo de lo» gue­ sueño la muerte que se aproxi­ K«l<..lorfii-I» «Ir» agu lix-Hc «le Mr. A. Schiülier, j«ut4na.l.v en Alluoa en 1S63.
rreros. amo bondadosiiimo y c»pcjo de paladines. maba á la cata-cera «le su lecho,
Tamaño .H original O'aS » O'I9
Si á todo esto se añade la delicadeza de su gusto y la y el que le dictó bs nobles pa-
ilustración de »u entendimiento* bien puede decirse íabra» de su último prefacio. En
que aventajó en tatndail, lealtad y bizarría á todos lo* su carta al conde de tamos y en varios «le su* (¡o*- alguna* naciones y algunas é|xxa* «pie han carecido
Amadises y Orlando* que había tomado |«»r modelo*. trerot e»« rito* fuera fácil encontrar nimbos punto*«le «le ella; nías en c.inibio, bs «pn- l.i tuvieron b han
Pero, entreunto, *u* más generosas empresas no le semejanza entre Cervantes y su desventurado héroe, Ostentado como un «Ion colectivo. Lo* españoles, los
valen sino tumbos v porrazos sin cuento, y su amor á que al fin acala por comprender la vanklad «le la provcnzales y los áralx-s han tenido una imaginación
la gloria sólo le proporciona sinsabores y desengaños. gloria y «le aquella ambiciosa carrera que no le había especial que se advierte en los individuos «le i·stos
Los gigantes con los cuales lucha tan denodadamen­ valido «ino desazones é infortunios. pueblos como un sello «le raza, así en el poeta como
te resulta luego que eran molinos de viento trans- ►Si es verdad que ridiculizarse á sí mismo es el ma­ en el rústico aldeano. Si e»ta imaginación no es en­
ormados en titanes jx»r su acalorada fantasía; las yor esfuerzo del buen gusto, no podemos menos «le frenada por las reglas del buen gusto, incurre muy
damas que creyó libertar de las garras de poderoso» admirar al genio «pie de tal manera supo tomar en á menudo en las más asombrosas extravagancias.
UNA l>E I.AS COMPOSICION» DE I.A EDICIÓN DEC. «DON QUIJOTE DE IA MANCHA»

ilihiií-l. i».i iXnf > publicada por la cam de M. Haeheiic y C* de Pari» en el ano 1863, propiciad en K'juiïa de la can editorial «le II Euwbio Riera.

ITamailo del original 0*15x0*19)


►Así. en cl registro que cl cura y cl lurlx-ro practi­ ■a nos hemos familiarizado con La Mancha y con Las I ►Por esta razón no proceden justamente lo* que se
can en la biblioteca «le I». Quijote, citan por cente­ íoledades «le Sierra Morenx I j Espira «le aquella parando «le la novela «le Cenante* sólo la sátira,
nares los libro* de caballerías que Cervantes condena •poca está retr.u.ul.i en nuestra imaginación eon las quieren «lejar á un lado la poesía. Cierto que é»ta. tal
á la hoguera Sin embargo, ninguno de ellos es tibiado costumbres «le sus habitantes. Me atrevo á asegurar room allí a,«re« e. no siempre Se a«Li|»ta al gusto «le
de falto «le numen. La fantasía deslrordalu del poe­ jue mis nos Ira «lado i conocer esa singular nación ' las «lema* n.viones por lo mismo «le estar informada
ma de Esp/iinJMn, «le la continuación «leí AmaJit Je La obra «le Cervantes «pie los relatos y ob»crva«ione* de un iiukIo eseiu Ltl en el espíritu genuinanicnte
Gau/a, «leí AmaJit Je Grecia y de todos los Ainadi- de los más concienzudos viajeros. español; ¡tero el que eon éste se iilentifupie y pueda
ses, y osleut.ih.ne asimismo una imaginación exube­ sentirlo « ual sentirse debe, verá «pie en aquel « tiadro
>En cuanto al estilo del Don Quijote está dotado i
rante en p/orismarte Je //inania, en Pa/merin Je hermoso y Heno de vida, lo serio y lo jocoso, la sátira
O/ipa y Pa/merin Je /ng/aterra, pues todos estos li­ de una belleza inimitable, del cual no puede «lar idea y la ¡Miesía, están p«ir modo admirable unido», « ampie­
bros estaban llenos de encantamientos, gigantes ba­ ninguna traducción por esmerada y feliz, «pie sea. Tie­ lándose mutuamente y alcanzando, gracia» á ello, ésta
tallas amores extraordinarios y maravillosas aven­ ne La nobleza vía ingeltuiiLad de los antiguo» ¡Kx-iint y atjuélla »u verdadero valor.
turas. caballeresco*, realzadas ,»or una riqueza «le colorido, ►Las demás obra* en ¡irosa de Cervantes ¡urtkipan
una precisión de lenguaje y una armonía que no Ira en mayor ó menor grado de la* excelem ia» «leí estilo y
►Mientras los escritores á la moda hacían gala de igualado jamás ninguno «le los escritores españoles. «leí artístico artificio de ex|M>*tción «¡ue caracterizan el
menospnxiar toda* las reglas de la verosimilitud, del Iz»s poco* (visajes en los cuales I» Quijote arenga al Quijote; pero á é»te con«.-s¡x»n«krá siempre la corona
gusto y «le la com¡tosí»:ión. aquel diluvio «le libros de auditorio han adquirido gran celebridad por su belle- vn ¡ututo á la (rcrfccción de la fábula, al ¡«so «pie
caballerías iba ejerciendo una funesta influencia en za oratoria, Entre ellos merece citarse el discurso que aquellos otros trabajos valen principalmente en cuan­
los sentimientos y el criterio «le sus lectores. Ellos endereza á los cabreros, explicándoles la» maravillas to se rela< ionai» con este libro, único en su género y
acostumbraron á los e*|»añolcs ¡i considerar la ampu­ «le la «.«Lid «le oro. El lenguaje «le esta oración es no­ más inimitable cuanto más imitado.
losidad como la reina de las cualidades literarias y ble por todo extremo: tiene una grandeza y una ele­ ► El Quijote es mi encanto sin ¡xtr «L- la literatura
á consagrarse «asi exclusivamente a la ks tura «le gancia «pie recuerdan los más célebres fragmentos li­ C'iiaíiola, y e«>n razón pueden lo» españoles sentirse
aquellas obras tan buceas que sólo ex« ¡Liban la ima­ terarios «le esta clase (pie Li antigüedad no» ha legado. orgullosos «k- ¡uiseer mu novela que constituye una
ginación, sin interesar las demás facultades y senti­ ►Cuando no» fijamos en su persona y en sus pala­ obra tan oiinpletamcntc nacional como n«» La posee
mientos «kl alma. 1-a Historia, conqurada con estas bra*. siempre no» ¡larece verk- calado el castro y ceñi­ ninguna otra literatura, y «pie como nuravilkoo cua­
extravagantes tin iones de la fantasía, se le» antojalia da la coraza, lo cual hace que su estilo resulte cxcc- dro «le la \i«Li. «le La* Cïstumhre* y «le, e»¡»íritu «le la
pesada é indigesta. Así perdieron la afición al estudio *¡vam<-nlegracioso, comparado con el plebeyo lengua­ nación nierei e ser equi¡xiradaá un ¡tecina éjñeo: «pie
de los hechos verdaderos, pirrándose en cambio |xir je de Sancho Panza. El generoso hidalgo le promete no sin razón hanle muchos consñk-rado como epope­
las fábulas que sus autores inlercalakm en las más el gobierno «le tina isla (jue, hablando á la antigua, ya de un genero es¡iecial y de ludo plinto nuevo.
graves narra» ¡«mes y hasta en los anales de »u patria, como los novelistas «le la época. llama ínsula. Al re­
(¡ue fueron llenándose de estúpidas consejas. petir Sancho « un gracioso énfasis esta palabra no |«- ►Yo exhortoencarccidainente á los lei'tore» del Qui­
rece tener una noción muy exacta de su significado, y jote à (pie «‘«utsídcren á Cervantes como un poeta
► No hay duda, pues, «jue Cenantes acometió una el misterioso lenguaje de su amo le preocupa y ad­ que si en la primera parte de mi libro parece haber
jiatriólica empresa poniendo de manifiesto en su mira grandemente. «krrauiado sobre éste, en un momento de festiva pro­
Dan Quijote el abuso de los lihros «le «abilleria* y ► El Don Quijote revela en su autor una extensa digalidad, toda» las llores de íre^a poesía que mez­
hundiendo en el descrédito aquellas di»|urala«la* fic­ erudición, un cultivado entendimiento y un gusto muy cladas con la gracia guardaba en el cuernude la abun­
ciones de h«-vIn•» y caracteres intposiNe». El triunfo refinado. El arte «le la critica parece que le llamó se­ dancia de su genio, »u,«o también escribirotras o,tras
de Cervantes fué «mnpleto:aquella antigua legión de riamente la atención. El examen «le la biMioteca «le no menos «lignas de estimación y «le reqieto «¡ue al­
héroes, titanes y vestigio' cayó para no volverse á le­ I ►. Quijote por el cura nos proporciona un pequeño gún «lía seran colocadas, cual les corre»,(onde, en el
vantar ante la lanza de Don Quijote. En vano proba­ tratado sobre la literatura española, en el cual resplan- santuario «leí arte romántico. R« liér«»me ala apacible
ron algunos escritores de luchar can una sátira tan dece lili correcto é ilustrado criterio. En el prólogo, é ingeniosa Ga/atea, en la cual el juego «le la vida
profunda é ingeniosa, lo único «pie lograron con ello en los demás discursos del héroe y en olios pasajes humana forma con arte reposado y suave simetría un
fué hacer patente que habían sido caricaturizados del libro abundan las observaciones crítica», tinas ve­ bello cuanto artístico tejido de eterna música y deli­
antes que nacidos. Ño sería poca ventura «pie pudié­ ces serias, otras jocosas, pero siempre correctas, ori­ cados, anhelos: es la corona de flores «le la inocencia
semos hacer hoy otro tanto en todos los géneros lite­ ginales ó interesantes. y de la primera y todavía tímida juventud El som­
rarios. ►Sin duda jura hacerse perdonar la severidad con brío Pérsiles, en cambio, desenvuélvese lenta y casi
»Li vigorosa capacidad de Cenantes se revela so que había tratado á los demás quiso mostrarse no penosamente ,»or la profusión de su* «oqircndcntcs
bre todo en sus ¡iomIuc* iones jocosas, en las cuales, meno* severo consigo mismo. Así, al examinar los peripecias, desde el lejano y obscuro Norte hasta el
como lo «lijo él mismo, no se encuentra ni un ataque libros de D. Quijote, pregunta el cura al barbero: cálido Sur, para terminar apaciblemente en Roma,
á la religión, i la moral ni á las leyes. El carácter de - Pero ¿qué libro es ese que está junto al Cancionero centro magnífico del mundo civilizado: es el fruto
Sancho Panza ofrece un admirable contraste con el de López Maldonado? - La ú'«rór/c<i de Miguel de Cer­ tardío, acaso sobrado maduro, ¡tero siempre fresco y
de su amo. El tino es indo poesía y el otro todo pro­ vantes, responde el Irarbero. - Muchos años ha que aromoso «le ese ingenio que aun en sus últimos des­
sa, Sancho posee lorias las cualidades del hombre es grande amigo mió ese Cervantes, replica el cura, tellos respiraba poseía / juventud eterna. Sus Ab.rArj
vulgar sujeto á la influencia de un corrompido sacer­ y sé que es más versado vn desdichas «pie en versos. no son inferiores á ninguna de mis obras: el que no
docio y un vicioso gobierno: tina combinación de Su libro tiene algo de buena invención, propone algo, las uncucntrc divinas, forzosamente se formará un
sensualidad, gula, pereza, cobardía, jactancia, egotis­ y no concluye nada: es menester esperar la segunda falso concepto del Quijote. De aquí que deban ser
mo y bellaquería, conjunto de defectos mezclado con parte que promete: quizá con la enmienda alcanzará traducidas inmediatamente de»|»né* «le éste, porque
cierta virtud nativa, con una constante fiik-liiLul. una del t«»do la misericordia que ahora se le niega: y en­ tratándose «le aqud escritor inmortal e» ¡>re<i*o leer
nnb sutileza y un natural bondadoso. tretanto que esto se ve. tenelde recluso en vuestra tolo cuanto ¡tradujo ó no leer natLi.
►Cervantes debió de creer que no debía cokwar en posada, señor «:om¡»a«Ire. - Thomas Roteoe » ► Del mismo modo que ahora se empieza á con»ii,c-
primer término un carácter odios»», principalmente rar á Shakes¡ieare. no ya como un poeta fogoso, des­
p«jr la índole jocosa de su obra. A pesar «le todas las J.
I rai», por Coroi.ku esterado y frenético, sino como uno «le los artistas
flechas satíricas «pie les dispara, vese bien claramente más intcn« i«m.nlos. así también es (l«; esperar que al
que su propósito es hacer á D. Quijote y á mi escu­ fin se reconoz«’rt en Cervantes algo más que el es­
dero simpáticos al lector, y esto es tan cierto como En Alemania, una «le las naciones que más entusias­ critor burlón, puesto «¡ue en punto á intención ocul­
que no abitante «le halwrsc esmerado en señalar cons­ ta culto han rendido á Cervantes y á su imrompara- ta es tan sagaz y solapado como pudo serloa<|itél, que
tantemente el contraste «le esos dos ti|M»s, se ha guar­ ble Quijote, se lia publicado un libro exclusivamen­ sin halterle conocido, era su amigo y su hermano,
dad'» muy bien «1c atribuir al uno tndat. las cualida­ te dediejdo á coleccionar los juicio», encomiásticos cual si »us espíritus se hubiesen encontrado en un
des y al <>tr«> todos l«»»«k-fecto*. Mientra» la divertida todo». que acerca «le uno y otro han emitido los más rnun«lo íiivímNc y departido allí amigabkmcntc.
locura de I». Quijote consiste en ¡«rarticar al pie «le eminentes literatos y críticos alemanes Ik ellos en­ ►Séante ,»ertniti«lo. antes de terminar, de» ir algo de
la letra su elevarla filosofía, fruto «le una imaginación tresacamos el siguiente, del ilustre Fetkrico Schlegel, la ¡irosa de Cervantes, en la «¡ue, como tengo dicho
calenturienta, Suncho toma por mentor la práctica y cuyo nombre nos relesa de torio comentario sobre La hay nim ba ¡loesía: á mi entender e* la única prosa
calculadora lilusolia (¡ue ha inspirado los proverbios importancia é imjrarcialidad «le los c«>ncc|>tos en su moderna «¡ue merece ser parangonada «'«m la «le Táci­
de todas las na« iones. Ik- ahí resultan á uu tieni¡Mi trabajo contenidos. to, I temóstenc* y Platón, ¡lorque con ser tan esencial­
ridiculizadas la poesia y la prosa, de modo (pie si el mente model na está escrita con tanto arte como aque­
ingenio satírico de Cervantes se celia en el exagerado «loi novela de Corvailtes debe su fama y la admira­ lla otra antigua En ninguna otra ¡irosa encontramos
entusiasmo del héroe, no sale mejor librado de sus ción «pie «lesde hace dos siglos sienten por ella todas tanta simetría y tanta música en la « olocación de las
manos el egotismo del escudero. las naciones «le Euroju, no sólo á la bondad y Ivile­ palabras; en ninguna vemos empleada* las varieda­
► El plan general «Id Don Quijote y la serie «le inci­ za de su estilo, á lo ¡«críeclo«le su ex|"»»i< i(»n y al he­ des de, e»ti,o «le un modo tal«¡uc no (larece sino «¡ue
dente» «pie contiene son un verdatlero derroche de cho «le M-r la que revela más inventit a y más genio de sean masa* «le colores y de luz: ninguna ofrece tanta
ingenio y «le fantasb. Si no* fuera lícito hacer una t«xlas cuanta» olo* satíricas se han producido; débe- frescura, tanta vi«la. tanta verdad en la» expresiones
aplicación profana de las palabras del Evangelista, «li- las también á «¡ue constituye un cuadro viviente y épi­ ¡ genérale» <lc la cultura «spiritual. Siempre noble y
rtanto* que la imaginación representa las cosas reales co «le la vi«l.i y «leí carácter genuinamentv e»|«ñoles. I siempre elegante, orasccleva hasta lo* coucc,Xos más
y las «pie no existen, «lando á éstas un valor que las ► De aquí «pie «.--.vía día tenga nuevos encantos y va­ profundos, ora se entretiene en infantile* cuanto dul­
equiparadlas primeras. 1.a ventad es (pie los objetos lor nuevo, al paso «pie tantas otra» imitaciones suyas ces frivolidades Por esto la ¡irosa e*|«ñola es ¡«ara la
creados por una potente imaginación «picilan impre­ publicadas en Francia, en Inglaterra y en España novela que lia de fantasear la música «le la vida y
sos en nuestra memoria como si estuviesen dotarlos misma resultan completamente anticuadas y yacen ó ¡erra los gélidos artísticos afines, lo que la ¡irosa dé­
de una existencia real y positiva, con sus formas, cua­ están á ¡ututo «le caer en el más absoluto olvido. los antiguo* «•» para la* obras de retórica y «le- histo­
lidades y «leinás circunstancias características. Tal vi­ ►A este liluo más que á ningún otro puede aplicarse ria. -Olvidemos los alemanes el estilo popular de los
talidad les dió el autor, que ocuparon su puesto en el lo que en cierta evasión he dicho acerca «le la* obras franceses y «le los ingleses y esforcémonos por imitar
mundo formando un e»lal»ón de la cadena general de ¡Miélicas satíricas, á saber: que este género literario aquello» nMxk-los!
los seres; «k- modo que más fácil n«»s fuera negar la es en el «,ue el poeta más del»e probar, con gran suma ► Pero entiémlasc bien: tak- morid»»* han de las­
existencia «le los (jue la tienen verdulera, que la de «Je ¡i«M»i.r en l«»< cpi*od¡os accesorio*, en la exposi­ carse en la ¡irosa española de Cervantes, «jue es única
esos engendros «le la humana fantasia. I ». Quijote y ción, en la forma y en el lenguaje, su v«xación y el aun en España. - Federico Je Sch/egeí •
Sancho, el ama y el cura, han quedado indeleblemen­ derecho que tiene á hacer uso de toda» las libertades
te grabados en nuestra memoria. Pe la misma mane- «¡ue se toma Trad, por M. M.» Angelón
l’S'A l'k I.AS CARECERAS UK kA EDICIÓN DEL «QUIJOTE» PUBLICADA KIR l-V CASA EDITORA DE «I.A ILUSTRACIÓN ARTÍSTICA»

dibujada por R. Balaca

UNA DE LAS CABECERAS DE LA ANTEDICHA EDICIÓN PUBLICADA EN EL AÑO l88o

dibujada por J. U Pellicer


«mas El. cura no vino en élu» sin primero leer siquiera los TÍTULOS...,» cuadro piulado por R. Balaca

reproducción «le uno «!c Iot cromo* .le la edición del Ingtniaio Hidalgo fon QuHott da ia Man,to, imprca y publicada en el año 1880

por U cata editora de La Ilustración Artística


«SINO hasta inis docenas i»i i'VNio» ni VNA MECIA....» cuadre pintado por I. I- l’vllii.v»

ivji<-Iu.< i..n .1. iii.ii «k ilc b «Ikion ikl /ngimeie //idjlgo fon Qui-ele Jr /a Man,to, ini| iva > publicaib < n «I aA« i“k»
pu b ..lii..it ,lv Ln lluMtniclóu Artística
Entre lo mucho que en Francia se ta escrito acuri a »Aliora bien: ¿contra cuál «le ellos se dirige, pues, j » Antes de examinar la doctrina final «le D. Qui­
tlel Quijote y de mi autor. |mm <» tratajos hay tan Cervantes? ¿Es «outra la aristocracia? ¿’rendra Byron jote e» preciso seguir lo» desarrollas «leí |K.ansaimenlo
completos como el libro de Emilio Cha*le. ilustre razón? Asi se creería al oir hablar á Sancho: (tero «le Cervantes en ese |>erio«lo de 1598 á 1616. «pie fué
profesor de literatura extranjera de la facultad de Le Cervantes no aborrece al cal cillero «le l.i Mancha, un tieiiqx) «le madurez^ de savia y «le juicio general,
tris lie Nancy, titulólo )!M Je Cervantes, sa rie. pues le tace bueno, intrépido, elocuente; su «arácter eM’uchando lo «pie dice cuando habla directamente
son temps. son truvre politiquee! ¡iterarte. De él toma­ es generoso y noble, y demuestra muy buen sentido tic la (HKsia, de b literatura y «le la sociedad es,ta­
mos los siguientes párrafos del interesante capitulo siempre «pie no se toque d su idea fija. ¿Y cuál es ñóla. - Emilio ( 7tas/e f
referente al^entido que, á juicio del autor, informa la esta ¡«lea? Es la antigua idea «le Cervantes en sus
novela inmortal del rrínei|te de lo» ingenios espa­ años juveniles y «le lix'as c»|tcranzas, la idea de bs Lkao. for E. k Vernlvii.
ñoles, gratules empresas.
> Podría citar muchos rasgos del libro de Cerva ir­
<K1 sentido de, Dan Quijote. su alcance lejano y mi le» «pie permiten reconocer. tajo el disfraz de mi Del articulo Cebantes indunlo en la importante
profundidad cambiante no pueden ser comprendidos D. Quijote, corredor de aventuras, al eatallero pobre eneidopedb dinamarquesa noruega A«W/xí Cez/rv/--
desde luego por lo» < ontemporáneo», (torque están y nómada que. nacido ,ura bs armas y amigo de la» jít/zpv//c.vówz/, publicada en ( ?o|»enhague en 1885. y
demasiado cerca y les falta la |ters|x-ctiva; mientras letra», quiso en una y «ara carrera corregir los errores escrito por el Dr. G. Storm de Cristianía, traducimos
que los critico». que vendrán á su vez á juzgar el li públicos Si alguno Ib dudase, «pie lea b última |ú- el siguiente (úrrafo:
bro según las reglas ordinarias, á determinarla inten­ gina «leí libro, harto olvidada ya. • Para mi solo ha
ción y á reducir el cuadro, experimentarán cierta difi­ ce decir Cervantes á la pluma de Cklc llámete - • El (J/zz/iz/c lia hedió é|xxa en la literatura uni­
cultad para penetrarse de los |>er»onnjes alegóricos. na«'ió D. (Quijote y yo para él; solos lo» dos somos versal. kn intención inmc«liata de Cervantes era. < «)-
El verdadero intérprete del /W Quijote es el autor para uuo.> En el fondo «le b novela hay mi monó­ mo >e 5talx\ parodiar las fantásticas y atañólas 110
misino, y él nos revela mi propio esfuerzo. Por lo logo, comoen las confesiones cristianas dr San Agus­ vela» «'.italkrcscas «pie «lexle casi un siglo habían
pronto escribe lo que ve ó lo que le place; <lv»pué» tín y en las confesiones filosóficas «le Juan laeobo. sido la Ici-tura del mundo elegante; mas mi genio
>u genio se engrandece insensiblemente, mis mira» no v»Y no e» esto todo aún: bs profnmli<lade» morales lomó un vuelo má» alto, y al través de b narración
son ya tan restringidas como en otro ttcin|K>. y toma en <|ue Cervantes penetra se iluminan, no sólo (nitmi humorístko burlesca de b» <le.»v<*titura«la» aventuras
|w>r modelo el espíritu, el hombre mismo, uniendo conciencia, á la cual interroga, sino también |M.»r el del caballero errante suena un saludo de despulida
á la observación pintoresca la « ritiea suprema, es diálogo entablado entre Sancho y l>. Quijote. al romanticismo de b E«b«l media. El que la carco-
decir, el conocimiento íntimo de lo «pie hay de más ^Cuando el caballero habb, es lírico; mando el ! miela lanza «pie el «tratallcro de la Triste Figura* blan
extraño y más misterioso en nuestra naturaleza. villano contesta, es todo lo contrario, y entonces cles- «le. se hace astillas contra la prosaica realidad «le los
>D. Quijote. Sancho y Dulcinea son |K*r»ontfica- aparei e ,a antil- 5< social No e» al «‘aballero á quien molino» «le viento, es «-orno un sínilmlo de que loe»
« iones, y su» carac teres síiu1m»1os. Mientras que Cer­ oímos, ni al villano: «*» b |HX-»ia y la prosa. Lo que ensueños «le la Edad me<lia han «,e desvanecerse
rante» les da euet|H> y forma, cambian tajo su mam» 1 tíos admira únicamente e» la imaginat ión en lucha irremisiblemente ante el concepto racional de la vida
y se engrandecen ,mco á poco. Al describir el espiri i on el buen sentido, lo ideal chocando con b rea* moderna. A-i orino los dramáticos españole» en la
tu «le las novela» se ve conducido á pintar el «le Es- hdatl, el esfuerzo de ilusión «pie trata «le dominar figura cómica del <graeio»o* condensan una |giro<lía
paña, el «le su época, y por último el de la humani­ la razón |M«¡tiva. Entre el hombre á quien intnmle viva del aéreo idealismo catallere^eo del hér«,e. en­
dad: y á pesar suyo, sin la menor intención, sin horror la evidencia y se resiste ¿< ella con soberbia contramos aquí en b maciza y achaparrada ,x r>«)na
esfuerzo, ,mr su movimiento in<Ic|>endiciitc y «luján­ ten piedad, y el otro que le sigue y le hostiga desde de Sancho Panza el prosako sentido c«>miin «leí al-
dose llevar «le mi asunto, socava cada xez má». El abajo: entre el «pie no ve »in«t las ¡deas y aquel que «leiuo. El cM U«lero y su amo son «los de eso» ti|n>»
análisis psicológb o le imputa; ese libro, que al prin­ no ve más «pie bs cosas, hay un duelo continuo, eterno» «pie representan y |mr el contraste « ómico
cipio vw una simple p:iro<lia literaria, transfórmase adinirailo más en el libro |>orquc se ha visto ya en ilustran los conce|Hos extremo» «le la villa. Episodios
en una pintura filosófica, en un cuadro «leí mundo, b vi«b. romántico», descr¡|H*ioiies «le la naturaleza y «le la
ilimitado, universal: y como Cervantes interroga al Cervantes los ha escii« hado, repite su» propia» vida juquibr, todo igualmente alumbrado jw>r el sol
mismo tiempo á su propia < otn ¡envía, se burla de mi palabra^ y ya no tiene estilo propio, (xinjue se sirve «li- Andalm ¡a. tachonan «le flore» b obra en b cual
pasado y descubre sus impresiones presentes, a«lixi- «leí estilo de ellos. Ca«b cual usa su vocabulario e$* »e esjKiree holgadamente, en una exposición llena «le
nase en el libro una discreta autobiografia. |k« ial y su jerigonza intelectual; la « onversa« ión de sentimiento y « «flor, manifestándose á cada (oso el
>En un principio, Don Quijote es simplemente la aquellos «los seres, «listin’.^ por mi naturaleza y mi carácter simpático y en el fondo bonachón de (’er-
|»aro<lia. el resumen y la tumba de los libros «lecata- alimento (« orno decía la E«b<l media}, e» la maravilla x antes. - /V. (7. .SZ«/r/z/.>
llcria»: el (nieta «talara la guerra á los gigantes que del libro: el arte «leí narrador triunfa en las discusio-
lo» infestan, á los emperadores «le Trvhisotnla. á los ne» ingeniáis del amo y d< I < riado. y tace entrever Er.xix l-OR <¡ASPAR Slxtixón
em antadores. á los «Iragonc*. á lo»enanr»s. á los e»«n- un su cerebro • on inuMlada iran»|ureneia el juego «le
deros, á la» mujeres guerreras, á las princesas enamo* »u» |x.*nsatnienlos, Al ver funcionar el mecanismo «le
radas á la geografía fantá»ti«*a, a las torres dolantes y ca«la uno «le eso» «lo» r« loje», «pie jama» pueden |w>. Y. Karelin hare preceder á su traducción directa
á todo lo maravilloso que en tales libro» »e desarrolla, nerse de ;i« uer«lo. reixinoremos á las dos grande» fa del Quijote un prólogo «le 20 (dginas 4.*espt, con el
ka biblioteca «le D. Quijote aparece, pues <*» ‘ I pri milias «pie »e • om parten el mundo, la «le lo» ¡«lealis- epígrafe <Miguel Gervantes Saavedra y mi libro /Aw
iner plano: el ama «le gobierno y mi sobrina la saquean: la» y la «le los realistas. Qu//ote de la Maneha.^ Este prólogo empieza asi:
Cervantes |HUie en claro al punto la corrupción de >lu antítesis »orial se ha «lesarro,lado, pues, hasta
las ideas > hace el diagnóstico de la enfermedad uni­ el punto de abrazar la humanidad entera. En vez «li­ «Ningún libro ha adquirido lama fama, ninguna
versal. tios castas tenemos a la vista «lo» caU*gorb' «le espí­ novela ha ah an/ado tan extensa cel« hri«bd. ninguna
• Pero llega Sancho y se hace escudero de D. Qui­ ritus; vs la antítesis humana y umversalmente verda­ pr«Mlucción «le ningún escritor ha logrado ganar tan
jote. ¿He dónde viene? Ese ti|x> no está tomado de dera: y á vece» Cervantes que se siente atraído |>or universal popularidad como el Don Quijote «le Miguel
lo* libros de calwllerias: Cenantes ha ido á Imim arle su a»unto más allá de los límites que se trazara en la de Cervantes. Mas cuando á cada paso y «le b boea
en otra parte, en otra literatura «le la Edad media. primera (sirle, interrúmpese riendo, y «liee: de muchísima gente oímos el nombre «leí héroe de
Junto á esos hermosos libros «le aventuras existen «Llegumloá vm rihirel iradm Cor <l«-»ta hiMoria este esta inmortal obra, « ata-, sin emtargo, preguntar »i
extraño» relatos |X)pulares cuyo héroe e» un villano: «plinto capítulo, dice que le tiene jwif apói rifo, por- son much«>s los «pie lian leído el libr«s y más aún los
en Francia se le llama Mareolfo; en Italia lleva el qtie en él habb Saiieho con otro estilo «leí que se que »ahen algo «lel autor mismo, á (n sar «le que tal
nombre de Hurto,«lo, y su mujer el «le Marvolfazperu podía es|x-ntr de su corto ingenio, y dice «:o»as tan vez n«i ltay «>tro libro «pie se haya reimpreso tanta»
a«|Ut ó allá es el mismo hombre, un pobre diablo que sutiles, «pie no tiene |>or (Risible «pie él las supiese.> veces «a traducido á tantas lenguas ni otro autor «pie
busca el medio <le vivir, que na«b tiene que ver con >En efecto, la argumentación va haciéndose seria baya merecido tamas biografías. Detrás del enjuto
lo ¡«leal, y tiara quien la gloria, lo» honores y el amor por momentos: ingenuas en un principio, la» ,M»lé- rostro «lel héroe que ha quedado típico, asoma la po­
son variedades de un lujo que le está prohibido á él micas entre Sancho y su amo toman el carácter de tente figura «lel autor mism«». Que salga á nuestra
y á los suxw En lucha con la vi«la. no « uenta más .vpiclla» «pie excitan b ri»a l«>ca «le los niños. San­ vím.i |M>r un minuto ant«> de cnqiezar á narrarnos la
que consigo misino y con su buen sentido: (wr.i cho se limita |>or lo pronto á desengañar á su amo, vida y los hechos del ingenioso hidalgo.>
guiarse tiene una provisión de máximas ya prepara • pie eon una mirada transforma todo cuanto le rodea,
ibs las cuales conserva como artículos de fe y que que «-onvierie la p<H4<b en un «astillo «;on puente «Mas ¿qué es este libro maravilloso «pie tama faimi
vienen á ser « orno su tradición. levadizo; el porquero, «pie toca un « lierno, en enano y gloria ab anzara? ¡Con la aparición «lel Quijote - ha
» Cervantes, que ha leído los adagios «le Erasino, «pie anuncia mi Ik-gada, y el tejado ni»tic«> en muro dicho E. Cltaslc - la caballería quedó muerta y Ger
las re senas es|xxñobs y las pasquinadas italiana». se almenado, en el « nal tiene mi puesto imaginario un vantes inmortal! Este e» el juicio más acertado al
sirve «le ellos |*>r Imk’.i del labrador manchcg«>: la li |»ajeauMiile. (xar «pn- coiicÍmi «pie puede hacerse del pue»
leralura ora,, «’«impuesta de sentencias ó dichos |>o- hSin emtargo, | mx o á |ioc«» el detate c ambia de nos «-o|o< a en el ver«la<Iero punto de vista desde el
pu,ares, y la literatura escrita, rua en galanterías arts- terreno, y ya mi se trata de xilier »i los molinos mui cual hemos «le examinar b obra.»
l«>« rátii a». *eentr«-ine/« latt en su libro y se « omlwten: gigantes y »i lo» odre» mui fantasmas, sino determinar
e» la lucha «le la novela y «leí proverbio; y Rocinante á qué es preciso atenerse re»|>ecto á la gloria, |K»r «Evidentemente Cervantv» quería escribir tan sólo
y el rucio constituyen un doble símbolo que comple­ ejemplo, ó á la xeubdcra Ik-lleza, ó á la juMicia so- una sitira «ontra bs mencionadas novebs. entregán
ta el contraste. Sancho, montado en su asno, es el « ial, ó, en fin. al honor «le las mujere». Cue»li«»nes «lolas á la rist pública, para que las gentes se con­
polo opuesto de D. Quijote en su «or«el. y cuando delicadas, difíciles de diluchhr. sobre la» cuales los vencieran «le la necedad de Minijante lectura. Ma»
los dos avanzan, cada cual en su ciiadrújiedo, se cree d«» viajeros filo»ofan. siendo siempre «le parecer con­ la pluma «lel genio, según el agudo dicho «le Heine,
ver salir del fondo «le la Edad metli i á los dos mun­ trario: y má» de una vez Cervantes nos deja (icrplejo* c» siempre superior á él: alcanza mucho má» allá «le
dos que contenía: el mundo de los villano» y el quín­ para «lecidir quién «le los dos tiene razón. las ea»uale» intenciones «lel misino, y por esto Curvan
elo de los caballeros, kn »egun«b | tarte «leí Don Qui- >EI autor, en efecto, no quiere «lechrarse ni por te», sin «brse « uenta de ello, escribió una gran sátira
wfe se ha convertido en la antítesis social de dos Sancho ni |K>r D Quijote, y deja á cada cual entre contra b humana extravagancia. El Quijote represen­
castas. garscá sus reflexiones. Si no se consultase más «pie la ta la lucha entre el idealismo y e, realismo; el largo y
>Yuelvan i leer el Don Quijote los hombres de primera impresión de lectura, indudablemente el buen flaco catallero es b |>crsoni,icaeión «lel entusiasmo
nuestros «lía» que por la edad han adquirido la expe­ Sancho es el hombre razonable y l>. Quijote el loco; idealista; el gor«lo escudero es el sentido común rea­
riencia y el Manido «le las luchas sociales. y les sor­ pero si se medita algo más sobre el libro, tal vez se lista. y ambos á do» representan una parodia «lel pro­
prenderá ver empeñarse allí, entre el caballero y el piense de otra manera. Ya sabemos que Cervantes pio afecto. No se nos presenta simplemente b dife­
patán, la lucha que acatará algún «lia por una revo­ amalla el heroísmo y también se verá que adoraba la rencia entre un soñador y un individuo prosaico, sino
lución. ,HH-sía. que se trata del eterno contraste entre el idealismo
«SO HA MUCHO TIEMPO QUE VIVIA US HIDALGO DE LOS DE LAS’ZA........S> (Ca|t I.)

•libujo ¡nólito de Je*é Jiméiw Arinda. (Vea«e d text»» «le la jxíg. >4.)
exclusivista y el realismo. Fischer ensalza la obra co­ mos para dar de ello idea exacta á nuestros lectores. festiva le presentó el héroe que había de anonadar á
mo verdadera producción artística, precisamente pir* De aqui la necesidad en que nos vemos de limitar­ tantos y tan acreditados paladines. No eran bastan*
que en ella la individualidad del colorido va combi­ nos á citar únicamente el testimonio de dos autorida­ tes ya contra ellos ni una invectiva seca, ni un juicio
nada eon la universalidad del fondo. des tan indiscutibles como l>. Manuel José de Quin­ aislado como los que se habían hecho hasta entonces:
tana, el inspirado |x>cta coronado en vida por regias débiles reparos contra un contagio tan grande, y que,
>EI Quijoto representa un tmlxijo de 15 años y manos, y I). Juan de Valera, el profundo critico y es­ incoqxirados la mayor parte en obras que el pueblo
si la primera parte es la producción de un chancero, critor eminente, cuyas producciones se consideran no leía, de nada servían al pueblo. ¿Qué aprovecha
la segunda es obra de un filósofo En esta I >. (Quijo­ con justicia como modelos de bien pensar y bien I que un critico escriba para otros críticos lo que ellos
te sale de nuevo en busca de aventuras, y éstas se decir. De la K/iór Je Migue/ Je Cenantes del pri­ acaso se pensaran sin él? Por esto las declamaciones
presentan aún más ricos y má* fantásticas y de caríe. mero v del Discurso feíJo ante ia Keai Aeadetnia Es I de Luis Vives, Alejo Venegas y otros sabios contra

(QUE SE LE I’ASAUAX I-As SOCHI s LEVESDO DE CLARO ES CLARO........,» dibujo inédito de José I iménez Aranda

ter todavía más romántico que en la primera parte, paüo/a m junta pública de 25 «le septiembre de 1864 los libros caballerescos eran superfina*, cuando d
|xro ya 110 ofrecen una fisonomia tan típica ni tan por el segundo, entresacamos los siguientes párrafos vulgo, enilx’liecido con dios, ni las leía ni bs podía
profundamente ]»opular. Mucho tiempo la narración pie más directamente se refieren al libro inmortal. entender. Es preciso para desarraigar un vicio gene­
se mantiene :i la misma altura que cu la primera par­ ral que el remedio también lo sea.
le, ,>ero finalmente llega un momento fatal en que, (Maltratado así de los hombres, y contrariado p»r >Y aún s<* necesitaba más entonces. Puesto que las
según la expresión de Fren/el, la comedia se con­ la fortuna, había entrado (‘ervanles en la jurisdicción gentes se agradaban tanto de la lectura que se inten­
vierte en tragedia...................... ..................................... ile la vejez sin que se hubiese desenvuelto en su in ta,» destruir, el fin no se alcanzaba si no se sustituía
>Si las alabanzas tributadas á las chilladas de San genio aquella fuerza colosal que le iba á dar la pri por otra que fuese igualmente grata, y si no se suplía la
dio pudieron imlucir á Cervantes ¿i hacer de este ma< i.t entre los escritores españoles; mas ui los años, (Ardida de tantos libros con uno que venciese á los
carácter el centro de su narración ulterior, bastó esto ni los comraticmpix, ni la naturaleza «le Mis ocupa­ demás en novedad y en placer; que, rico con todos
pira que en la mitad de la segunda parte se desvane ciones, igualmente triviales que enfadosas, podían los adornos de la imaginación. se a|>oyasc en los prin­
cien nuestra simpatía pu el héroe... Pero la ingrata apocar aquel ánimo, ya olro tiempo tan generoso y cipios del gusto y de la verdad, y en donde la inven­
impresión <le una parte de la segunda mitad no pin­ libre cu las mazmorras <le Argel. Detenido en las pri ción y la filosolia, acordes, agradax-n y suspendiesen
dó hacernos olvidar la grandiosidad del conjunto. sionesde Argam.asilla. donde la misma tradición seña á toda < lase de |H.r>oiias en lodos los estados de la
Tiene razón Hs< her cuando dice: <KI mérito minor la el punto de su último destire, concilie la idea de sil vida.
tal de Cenantes consiste en que con una sola pro Don Quijote* y la realiza con la |xirtentosa facilidad > l’al íué d Don Quijote* «loncle no se sal>c qué ad
ilucción creó con ironia artística al mismo trempi la que mi mismo contexto manifiesta I a obra se publicó mirar más. si la fuerza de fantasía que pudo concc
novela cómica y la naturalista...> en 160;. cuando <'ervanles contaba cincuenta y ocho birle, ó el talento divino que brilla en sil ejecución.
► Más claramente no puede explicarse la importan­ años de edad: así un vuelo de fantasía tan alto y ex Cuando en la conversación llega á mentarse este libro,
cia de este libro para la literatura universal. traordiuario es dado en una époen de la vida en que todos á |M>rlia se extienden en mi elogio, y el raudal
>N<» se sabe qué ha sido del cadáver de <’ervanles, apenas hay escritor. por vigor<*o que sea, que no de Mis alakmzas jamás se disminuye, « orno si saliera
p ro su nombre quedó en la memoria «le los contem sienta desmayar mis lirios; y el libro más ingenioso y de una fuente inagotable El uno ensalza la novedad
poráneos y de la posteridad, rodeado de tal gloria festivo que ha produc ido el entendimiento humano y felicidad del |xmsamiento. el otro la ve rdad y la
como no puede pretender ningún otro nombre en la se cscrílic en una cárcel, (donde - como su autor di­ belleza de los caracteres y costumbres; éste la varie­
literatura á no ser el de Shakes) K-a re. > ce - toda inrornodidad tiene su asiento, y todo triste dad de los episodios, aquél b abundancia y delica­
ruido hace su habitación.» deza de bs alusiones y los chistes: rpiién admira más
Trad, por Gaspar Sks’tiSón » Estaba entonces entregada la mayor parte de los el infinito artificio y gracia de los diálogos, quién b
hombres á una dase de lectura extravagante, que vi­ inestimable hermosura del estilo y la propietbd de
ciaba la educación, corrompía las ideas de la moral, su lenguaje.
Por los juicios que anteceden habrán pididn ver estragaba Las costumbres y usurpai» con las inven­ ►Todas estas dotes que esparcidas hubieran hecho
nuestros lectores la alta estima en que los más diver­ ciones más monstruosas la atención debida sólo á la la gloria de muchos escritures se encontraron reuni­
sos pueblos tienen la ittt|k-rcccdera obra de Cervan­ Ix'llc/a. Inundaban los libros caballerescos i España, das en un hombre solo y derramadas < on profusión
tes. No menos laudatorios son los emitidos pir nues­ y sus despro|>ósitos eran la admiración de los idiotas, en un libro. V no «leja de entrar á la pirte de la ma­
tros mis insignes literatos y |>erisadores; y es tanto lo el entretenimiento de los ociosos y tal vez distracción ravilla la consideración de la época. Pues aunque el
que en alabanza del Quijote se ha dicho en España, indigna de los discretos. <Vo acabaré con esta peste,» siglo XVI sea |x>r tantos rcqxtos acreedor á nuestra
que necesitaríamos un espacio de que no disponc- dijo entre si Cervantes, y su imaginación grande y admiración y gratitud, ni el carácter «pie entonces
<DIERA FL, POR DAR, UNA MANO DE COCES......... >

dibujo inédito <lc |osc Jinsénez Àiíinda


tenia b ilustración, ni la calidad y mérito de los ncs cultas la han hecho suya: los mimbres de don 1 do b honra.» Ni del caballero «pie esta» palabras «li­
autores que á b sazón sobresalían entre nosotros ni. Quijote y Sancho son conocido' en bs regiones más ce. ni «le k»s sentimientos «pie estas (abbras expre­
en fin. el tono general «le nuestras letras ni aun «le apañadas y mentado* en los ángulos má» remotos de­ san, piulo en manera alguna burlarse Cervantes. Hay
nuestro* gustos y usos podían prometer una produc­ là tierra; y estos do» personajes humilde», nacidos en en estas («labras algo «le más (Miélico y sublime que
ción tan original y tan grande, y al mismo tiempo la fantasía «le Cervantes, vencen en celebridad á los cuanto se cita «le sublime y «le (Miélico en la poesía
tan graciosa. Ella á nada se parece, ni sufre cotejo héroes más ilustre» «le la fábula y «le la historia.» ó cu la historia. El t/uii mourut «le Corneille y el /«w/
alguno con nada de lo que entonces se escribía; y eit perdu hors rhonntur de Francisco I, jiarecen fra­
cuando se. compara el Quijote con la épo«’a en que Manuel José he Quintana ses artificiosas, rebuscadas y frías frases «le jorodo,
salió á luz y á Cenantes con los hombres que 1c ro­ al Lulo de bs frase» sencillas y naturales «le «Ion
deaban. b obra parece un (xxtento y Cervantes un Quijote, «jue nacen de lo intimo de su corazón y es­
coloso. «Ensalzado Cervantes hasta bs nuiles en t«xbs bs tán en («eríecta couonancb con b nobleza «le su ca-
»Empéftcnse en buen hora los que se precien «le naciones de Eur<>|«, y singuhrmeiite en Inglaterra y rácter. nunca desmentúb desde el (irincipii» lu»ta el
critico* en analizar las bellezas de esta fábula y exa­ Francia, ya mirada* entonces, y no sin motivo.como fin de la obra.
minar cómo el escritor supo hacer de su héroe el más al frente «le la civilización del mundo, se avivó el fer­ »Yo 110 entiendo ni acepto muy á la letra la supo­
ridiculo y al mismo tienqxi el más discreto y virtuoso vor de nuestros literatos, y no pudieron menos «le sición de «pie D. Quijote simlHiliza lo ideal y San­
de lo* hombres, sin «pie tan diversos aspectos se «la­ reconocer en el autor del Quijote á uno «le los pocos cho lo real. Era Cervantes demasiado poeta (tara ha­
ñen unos á otros; cómo en Sancho empleó toda* las seres privilegiados que, valiéndon«w «le un neologis­ cer «le »u* héroes figuras simbólicas ó pálida* alego-
forma» de la simplicidad; qué de recursos se \u|«o mo expresivo y elegante, designamos hoy con e! nom­ rb». No era como Moliere-, «pie lace en Et stmm la
abrir en estas variedades ¡mpcrccptibfcs. sin ofender bre de genios. la injusta crueldad con «,ue bs referi­ personificación de b avarieu y en E! Misintrofo la
á b unidad de los caracteres; cómo sujm> enlazar á das naciones denigraban lodo lo demás «le Equña, personificación de b misantropía. Era como I tornero
su fábula los lam es «jue parcelan más lejanos «Icelb, data mayor precio y fuerza al panegírico de Cervan­ y « «lino Shakesjiearv. y ere-ala figuras vivas, indiv iiluo»
y hacerlos servir todos para realzar la locura del per­ tes, haciendo de él una excepción rarísima; el l’in«b- humanos, determinados y reales, á (icsar «le su her-
sonaje principal; de dónde aprendió á variar las situa­ ro «le esta BeiM-ia. Como se negaba «pie hulñésemos moMira. Y es tal su virtud creadora, «pie D. Quijo­
ciones, ¡i contrastar las escena», á ser siempre origi­ tenido filósofos, sabios y grandes humanistas, y al te y Sancho viven más en nuestra mente y en mies-
nal y nuevo, sin desmentirse ni decaer nunca, sin fas­ propio tiempo se afírmala «jue Cervantes era un/jw/zi’, tro afecto que los más famosos personajes de la his­
tidiar jamás. Todo esto pertenece al genio, «pie se lo muchos críticos es|ciñóles. que con harta humikhd toria. Ambos nos parecen niorahncnte hermosos, y
encuentra ,«or si solo, sin estudio, sin regla y sin erebn la primera afirmación, quisieron sultsanamos lo» amamos y nos contpbcemos en la realidad «le mi
ejempbres. del «bño deduciendo de b segunda que en Cenantes sér tomo si fuesen honra de nuestra «spccré.»
>A*I aparece Unto mas vano, |«or no decir im,M>r- estaban compendiadas nulas bs «-¡enrías. io«bs bs
tuno, el empeño «le los hombres doctos «pie *c han humanuhde» y t«xb b filosofía. Por otra (arte, la Juan Valf.b a
puesto á «lesentrañar las Ivllezas de este libro, ajus­ magia del Quijote «•«incurría y conspírala á que pa­
tándole á reglas y á modelos «pie, no teniendo con él sase su autor por un varón extraordinario, y yo creo
ni semejanza ni analogia alguna, de ningún modo «pie no hubo e/oiitii/o cs|añol de aquella é|Hiea, y sea EDICIONES DEL «QUIJOTE»
pueden comparársele. Si su autor pudiera levantarse esto dicho (ara honra «le todos, «pie, (tor mucho «pie
del sepulcro, y viera á los unos apurar su ingenio, á se admirase «le su Boileau, «le su Corneille y «le su Son más numerosas delonuc generalmente se cree
otros *u erudición, á otros su cavilosa metafísica y á Racine, no pusiese al manco de laqianto jior cima la* e«licioiK-s que $e han publicado de E! Jngeuioso
lodo* sudar para hacer «k-l Quijote una obra á su mo de estos tres escritores sin halbrle igual, á no ser en //idu/go Don Quijote de D Moucha. En la notable li­
do. «(uizás les dijera con compasión y con risa: «En Homero.» brería «Iel distinguido bibliófilo de esta ciudad D. Isi­
luido os afanáis si cor» e»a diqiosición «loctrinvra dro Bonsoins y Sican figuran má* de 500 edición»-»
(tensáis gustar de mi libro ni hacer entender lo que «Cervantes |iarodió en su Quijote el espíritu eala- distintas de la obra nuestra «le Cervantes, entre bs
vale. ¿Qué hay en Homero «le común conmigo, ni llercsco, pero confirmándole antes «pie negándole. cuales, 1X7 son ediciones publicarla* en lengua ea»-
en Ajui/et con Don Quijote, ni qué tienen que hacer No fué esta su intención, pero fué su inspiración in­ tclbiu, 140 en francés, 83 en inglés, 59 en alemán,
nqui Macrobio y Apuleyo, Aristóteles y l.ongino? consciente, la esencia y el ser «le mi ingenio; «le lo 14 en italiano, 10 en holandés, otras 10 en ruso, 3 en
Todo ese ajiarato de erudición y principios |M»lrá ser­ cual no se dala cuenta, jwir ser él |kh«i critico, y por (lortugué», 3 en húngaro, 3 en lengua danesa, 3 en
vir á vuestra ostentación; mas para explicar mi obra vivir en una edad y en una nación donde la crítica catalán, 3 en sueco, ¡ en griego y otras 2 en bohe­
e* «lcl t«xlo insignificante y superfluo. l-i naturaleza literaria y la reflexión sobre estos punto», si existía, mio, una en croata, otra en pobco, otra en lengua
me presentó á 1). Quijote, mi imaginación se ajMi- era superficial ó extraviada. Época aquella de impre­ servia, y finalmente una edición en bs dos lenguas
deró de él. y un feliz instinto hizo lodo lodemás. Asi. meditada inspiración, el único intento claro y deter­ francesa y |x»bca. Bien «r» ventad «,ue la biblioteca
cuando habláis de imitaciones épicas, de intenciones minado que Cervantes tuvo, fué censurar los libros cervantina de D. Isidro Bon»om* «s quizás b má.»
metallsicas y sutiles, «le artifiiio y pulimento, me de caballerías Melchor Cano, Luis Vives, Alejo de completa «le todas bs que existen; ya que, para no
asombro «le ver que haya en mi libro tantas cosas en Venegas, fray Luis «le Ixón, Malón de Chaide y citar má» «pie algunas de la» «pie hay en Esjiaña, la
«pie no pensé, y «pie sea menester tanto traltajo para otros los habían ya censurado seriamente. Cervantes biblioteca «le D. José M." Asensio, presidente «le la
descifrar y dar precioá lo «pie á mi no me costó nin­ uiso acalar con ello* |>or medio «le la Inula, y vino Academia de Bellas Ixtra* «le Sevilla, con ser las-
guno.» ¡ lograrlo. No llévala Cervantes otro fin, y no se
comprende cómo algunos admiradores suyos lo des­
tante numerosa y digna «le especial mención, no con­
tiene más «pie 113 «xlieioncs españolas y 26 versiones
»No: el Quijote no tuvo modelo. y carece basta conozcan. suponiendo pro¡»ósitos cíntranos en el en lengua» extranjeras; b «le D. Pedro Said, entre
ahora de imitadores (•): « una obra que presenta to­ Quijote. En mil (usajes de esta olira inmortal se de­ su riipiisima colección «le diras no contiene má»
dos lo* caracteres «le la originalidad y del genio, un clara, sin b menor ironía, sino franca y abiertamen­ que 36 ediciones del Quijote en casteibno, y la «Iel
poema divino á cuva ejecución presidieron las ( íracbs te, que se trata de desterrar los libros «le caballerías presbítero Sr. Cortcjón, ilustrado catedrático de Pre­
y las Musas. Su publicación íué un rayo «pie deshizo en y de anatematizar mi lectura. No dclic, pues, dudarse ceptiva literaria en el Instituto «le segunda enseñanza
un momento las ilusiones «le la calKilleria:y el tropel de esto.» de nuestra ciudad, á pesar «le «pie es también muy
de libros «pie atacó, tan umversalmente derramado* notable, dista mucho, según sabemos por conducto
y tan gratamente acogidos, desapareció «le tal modo «Por cuanto queda expuesto se corrobora más que fidedigno, de contener tan gran número de ejempla­
«jue ya sólo en el Quijote llura la memoria «le que «le censurar Cervantes en el Quijote un género de res como la biblioteca del Sr. Bonsoms.
fueron: triunfo admirable y singubr. digno «Iel mérito literatura falso y anacrónico, no se sigue «jue tratase Vamos, en cumplimiento «leí encargo que nos han
de b obra, y glona en <|ue autor ninguno puede com­ de censurar ni «pie censuró y puso en ridiculo las hecho los editores de esta Revista, á decir algunas
petir con Cervantes ( a>. ideas caballerosas el honor, la lealtad, la fidelidad y pabbras acerca de las principales edickmea «Iel Qui­
»Así, contra el destino y condición de bs sátiras, la castidad en los amores, y otras virtudes «pie cons­ jote comprendidas en dicha biblioteca.
cuya vida, por la naturaleza misma de su objeto y de tituían el ideal del caballero y que siempre son y se­
su» medios, es por lo común tan corta <3). se reservó al rán estimadas, reverenciadas y queridas de los nobles EDICIONES EN ESPAÑOL (1605)
Quijote el privilegio extraordinario «le ir adquiriendo espíritus como el suyo. No hay, en mi sentir, acusa­
nueva vida y lustre nuevo al cabo de dos siglos «pie ción más injusta que la de aijuellos «pie tal delito im­ 1 )«• las ediciones en castellano las más antiguas son
lo» libras de caballería y mis ilusiones extravagantes putan á Cervantes. I). Quijote, burlado, apaleado, del año 1605. en «jue por primera vez ajare-ció la
están sc|iultados en olvido. El interés vivo é inmenso objeto de m«»ía para los duques y los ganajanes, ator­ primera parte del Quijote. Seis son bs edi. iones «le
que anima todas bs |urtc* de esta fábula no se limita mentado en lo mis sensible y puro «le su alma por la esra fecha que figuran en b librería del Sr. Bonsoms;
á una sola é|>oca ni tam|ioco á un solo pais. I k-sde desenvuelta Altisidora. y hasta pisoteado |x»r anima­ do* de elbs ,»ubîica«bs en Madrid, do* en Lisboa y
«pie su autor b dió á luz, la» prensas no se cansan les inmundos, es una figura más bella y más simpáti­ otras «lo* en Valencia. I a» do* de Madrid están im­
de estamparla ni los ojos de leerlt 'Podas las nació- ca <(uc todas las demis de su historia. Para el alma presa* |»ir Juan de la Cuesta, á expensas de Francis-
noble «pie la lea, l>. Quijote, más «pie objeto de co «le Robles, y llevan la* «los el escudo «Iel nu-ncio-
escarnio, lo es de amor y de compasión respetuosa. nado imjire-sor, que representa una mano sosteniendo
(1) Cindúlo, Sublero, Fray Gerundio y otro» libro» etcriln» Su locura tiene má» «le sublime que de ridículo. No un halcón encapirotado, delajo del cual se ve un
rn In minera del Quijote prueban mktque ninguna otra ona la
sólo cuando no le tocan en su monomania es don león tendido ó dormido, con el lema «Post tenebra*
Miperinridad de Cenante»; copia» nhcnUct de un admirable
Quijote discreto, elevado en sus sentimientos y mo- «pero lucen»;* y bs do* contienen b 7'ano «le Juan
(11 Éoi •Icsapuki·-n «te lo» titeo» de catolleru» fue muy raímente hermoso, sino que lo es aun en los arran- (¡alio de Andrade. «b«b en Valladolid á l«» veinte
pronta; ya Calderón decú en »u .«ZezrZrz da donar. «(uesdesu mayor lorun ¿Dónde hay (xibbras más días del m« de diciembre «le 1604. y la licencia real,
sentidas mis propias de un héroe, más noblemente ex|tcdida también en Valbdolid á 26 de septiembre
«Fn (i
Todas tu locura» «fojo melancólica» «pie bs que dice al caballero «leb Blan­ «Iel misino año; pero se notan entre ambas las si­
líe Fsnbndián, de Itrliank, ca Luna, cuantío éste le vence y quiere hacerle con­ guientes diferencias: 1 \ en la portarla de una de
Anuido y lleltcncbrin, fesar que Dulcinea del Toboso no es la más hermosa dichas ediciones se dice solamente «Con privilegio,»
i pesar «le fon Quijote, y en la otra «Con privilegio de Castilla, Aragón y
mujer del mundo? «D. Quijote, molido y aturdido,
e * revivir lun vuelto. »
«Jnremta I. «cerra I.) sin alzarse b visera, como si hablara dentro de una Portugal»: a.*, en la primera la dedicatoria va dirigi­
tumba, con voz debilitada y enferma dijo: Dulcinea da «al duque de Béjar, mar«|ués de Gibralcón, conde
(»» E»tl en I> rraiurakra que asi «a: n la afcin es vsg» no del Toboso es b más hermosa mujer del mundo y yo de Benilcaçar y Bañar«?s. vizconde de b Puelfla de
otnera: m «Mb y w mines tucen de la iplscaci- n inventora y el más desdichado caballero de b tierra, y no es bien Alcozcr, señor de las villa* de Capilla, Curiel y Bur-
UuSriu de cTisnr, lx sztiV^TuinMn^n ella y tóbenle que mi flaqueza defraude esta verdad; aprieta, caba- guillos; y en b otra en vez de Benalcaçar se dice
conservarle i fuerza de ingenio y mérito en b ejecución. I llero, la lanza y quítame b vida, pues me has quita­ /taree/ouo, y en vez de Burguillos PurgiHos (véanse en
el presente número de La ILUSTRACIÓN tos copias ti- 1 da en la otra de Madrid y en tos dos de Valencia; y Es la segunda edición castellana publicada en el ex­
pognificas «le las portadas correspondientes á las «los si nos fijarnos en tos fechas «le los Reales privilegios tranjero, y notable, además, porque en ella la dedica-
ediciones): 3.a, la primera edición en el reverso «le la y «le las licencias del Santo Oficio, ¡«odremos afirmar - tirria de Cenantes al du«¡uc de Béjar fué sustituida
plana «pie contiene la Tassa y «pie está sin foliar, lle­ que c, orden cronológico fin que aparecieron las seis por otra de los impresores «All‘ lllmo. Señor el Sig.
va testimonio «le las erratas de fecha i.” «le diciembre ediciones «le 1605 es el siguiente: Conde Y italiano Vizconde.»
de 1604; mientras que la segunda llera tres erratas, 1. a edición, ó i-dfttô/r principe: la de Madrid «Con 16 5. - Primera «-«lición ó edición príncipe de la 2.a
sin fecha, a continuación de la 7ana y en la misma privilegio.» ¡«irte del Quijote, dedicada á 1». Pedro Fernández, de
plana: 4.a, la primera eiliiión no contiene más«¡ue la 2. * edición: la de Lisboa, impresa por Jorge Ro- I (.'astro, conde «le Lentos, «eon privilegio,» impresa
licencia real. «le «¡ue se ha hecho mención, para im­ dliguez. por Juan de la Cuesta, tamlñén .i expensas del librero
primir el libro «•// Zftfoí estos nuestros Reynos de 3? edición: la de Lisboa, impresa por Pedro Cras- Francisco de Robles; 8 hojas preliminares y 280 fo­
Castilla fior tiempoy espacio de diez años; la segun­ beeck. liadas en 8.” menor. Edición rarísima y única «¡ue se
da edición lleva, además de ésta licencia y á conti­ 4. a edición: la de Madrid «Con privilegio de Cas­ hizo en España en vida del autor.
nuación «le la misma, otra real licencia, escrita en tilla, Aragón y Portugal.» 1616. - Edición publicada en Bruselas por Huber­
portugués y fecharla en Valladolid en 9 de febrero 5. a y 6.a: las dos ediciones de Valencia, de Perlro to Antonio. Comprende sólo la 2.a parte «¡el Quijote,
de 1005, autorizando i Miguel de Cervantes Saave­ Patricio Mey. sin que pueda determinarse, á punto y el ¡lermiso para su impresión está fechado en 4 fe­
dra para que fossa imprimir nos meus fteynos de fijo, cuál de las dos se publicó primero. brero de 1616; ¡tor consiguiente debe ser la segunda
Portuga/ ó liuro intitulado ingenioso IIida/go Don Esto mismo opinan también distinguidos cervan­ edición de la 2.a parte, y primera impresión de la mis­
Quixote de /a Mancha. Sin cmtargo, to diferencia tistas. El ya mencionado I). José Maria Asensio pu­ ma en el extranjero
capital entre ambas ediciones es la que señaló IX Juan blicó en el número de La Esbaña moderna corres­ 1616. - Edición publicada en Valencia por Perlro
Eugenio Hartzenlmscb y que hemos tcnidoocasión de pondiente al i.° de Enero del año último un artículo Patricio Mey. Como las anteriores comprende sólo
rom,«rotar, la cual se observa en el capítulo XXVi, de titulado «Noticias curiosas. - Particularidades yanéc- . la 2.a parte y dclx.- considerarse como la tercera edición
la parte ó sección tercera, donde se prosiguen ¡asfine­ dotas relativas a, Quijote,* en el cual artículo, al tra­ de la misma, por cuanto la licencia para su impresión
zas que de enamorado hizo e/ nuestro Don Quijote en tar de tos primeras ediciones de esta obra y de la lleva la fecha del 27 de mayo del mismo año 1616.
Sierra morena. Cuando en dicho capítulo se trata de prioridad de su publicación respectiva, hace tos si­ 1617. - Edición en 8.*, publicada en Barcelona, en
que el héroe mam -liego se propuso imitar á Amadis, guientes consideraciones que nos ¡«recen muy atina­ casa Bautista Sorita, á costa de Juan Simón. Es muy
en la edición «Con privilegio» se lee: mas ya sé que to das. «Kl Quijote debió aparecer a, público á princi notable ¡xir ser la primera que tiene reunidas las dos
que él hizofiné rezar y encomendarse á Dios: pero qué . pios del año 1605. Izi persuade la fecha «le la fe «le I«tries del Quijote, y tan rara «¡ue IX Pedro Salvó
haré de rosario que no le tengo/ En esto /e tino a/ fien. erratas, «¡ue demuestra estaba terminada la impresión dice que su ejemplar es el único que conoce. Sin em­
Sarniento cómo /e baria, yfiné que rasgó una gran tira | en i.° de diciembre de 1604; lo confirman los hechos, bargo, además del suyo debía existir algún otro, ¡mes-
de /as Jaldas de /a eamisa. que andaban eo/gando, y pues en 26 de febrero y en 25 de marzo de 1605 ya to que figura un ejemplar de esta misma edición en
dió/e once nudos, el uno más gordo que tos demás, y se dieron licencias en Lisboa á los editores Jorge la biblioteca de I). Isidro Bonsoms.
esto /< sirvió de rosario e! tiempo que allíestuvo: mien­ Rodriguez y Pedro Craslxreck para que ¡ludieran 1647. - Segunda edición que comprende las dos
tras «pie en la edición «Con privilegio de Castilla, reimprimirlo. Estas licencias causaron gran alarma al partes del Quijote Se publicó en Madrid ¡mr los edi­
Aragón y Portugal, • se «lire: w«rí_|'«r sé que lo que más librero Francisco Robles, que había comprado á Mi­ tores J. Antonio Bonet y Francisco Serrano, yen ella
que él hizofiné rezar y asi l> haré yo. Y sirviéronle de guel de Cervantes el derecho de reimprimir E/ Inge­ la dedicatoria de la i.a ¡«arte va sustituida por otra
rosa io unas agallas grandes de un a/eornoque, que nioso ffida/go, y para provenir la reproducción de del editor Serrano á l> .Antonio de Vargas.
ensarnó. de que hizo un dies. El rasgo relativo á la ediciones en los reinos que formaban la corona de 1744. - Edición en cuatro tomos, 12.", publicada « n
tira de la camisa «pie se lee en la edición «Con privi- España, solicitó y obtuvo nuevo privilegio que com­ l.i Haya por P. Gosse y A. Mocljcns, con la vida «le
legio.» indudablemente se mandó suprimir, porque prendía á Aragón y Portugal, y puso en circulación Cenantes ¡x*r IX Gregorio Mayans y Sisear. Es nota­
sólo se encuentra en tos dos «.-«liciones de Lisboa, de inmediatamente nueva edición. Por cierto que insertó ble esta «-«lición porque tiene, según reza la portada,
que hablaremos á continuación: pero no aparece en en ella el certificado de Portugal, pero no el de Ara­ «muy lícitos estam¡Kis. grabadas sobre los dibujos «le
la otra edición impresapor Juan «le la < uesta en 1605, gón, y la misma falta se nota en la edición de 1608.» Coypcl, primer Pintor del Rey «le Francia
ni en las dos impresa* aquel mismo año en Valencia Solamente asi se explica «¡ue el ¡tasaje del capítu­ 1780. - Magnifica edición de cuatro tomos en folio,
¡•or Pedro Patricio Mev, ni en ninguna «le las edicio- lo XXVI contenido en la edición <(*011 privilegio» ó hilo superior, impresa por Joaquín Burra, y con lá­
nes posteriores. S este dato es de muchísima impor­ edición príncipe, aparezca en tos «¡os «le Portugal y no minas de José «leí Castillo, Antonio Carnicero y otros.
tancia ¡«ira fijar el orden cronológico en que fueron en la otra «le Juan «le la Cuesta ni en ninguna de las Es la primera edición corregida ,x»r la Real Acade­
publicadas tos seis edie ones de aquella misma fecha. ediciones posteriores; y la misma prisa del librero Ro­ mia española. I -1 segunda «le la Academia es de 17-' 2 y
Ediciones de Lisboa de 1605. La primera de es­ bles en publicar la edición «Con privilegio de Casti­ la tercera de 1787, amlxis «-iliciones impresas ¡x»r
tas «los edii-iones. ó sea la impresa con /ictnfa do San- lla, Aragón y Portugal» pudo ser causa «le las erratas Ibarra y « 011 láminas «le Isidro y Antonio Carnicero.
to Ofififio, por Jorge Roilriguez, en 4.", á dos colum­ Harce/ona y /turgif/os que fe observan en la portada Se diferencian tan sólo en «¡ue la segunda edición
nas tiene «o hojas preliminares y 220 foliadas, la de esta segunda edición impresa ¡«ir Juan de la Cues­ consta de cuatro tomos y la tercera de seis.
última sin numerar y 1.» pen última marcada por equi­ ta. Muy raros son los ejemplares de «Mías estas edi­ 1797-98. - He esta fecha existen en la biblioteca
vocación con el númcro2O9, la viñeta de la portada ciones de 1605. La medalla que se acuñó en nues­ del Sr. Bonsoms tres ejem,dates de otras tantas edi­
(véase el facsímile en clpresentc número) representa tra ciudad para conmemorar la inauguración «le la ciones, publicadas ¡xir IX Gabriel de Sancha, con
un caballero moñudo I evando una e*|iada en alto, folotipografía y la reproducción en facsímile ¡wir «li­ estampas «le Navarro y con la vida «leí autor por
y precedido «le un escudero á pie con lanza al hom­ dio procedimiento de la primera «-«lición ó «-ilición I). Juan Antonio Pellicer. Uno de estos ejemplares
bro y es|»ada ¡i ia cintura. La licencia de, Santo Ofi­ príncipe del Quijote, «lice que sólo quedan en España consta de cuatro tomos y está impreso en hilo común;
cio lleva la fecha del 26 febrero de 1605. La segun­ dos ejeni,llares de la misma, si bien nosotros tenemos otro que tiene cinco tomos está impreso en papel de
da «le estas dos ediciones «le Lisboa es la impresa motivos ¡tara creer que esta afirmación no es exac­ hilo superior, y finalmente el otro que consta de siete
por Pedro Crasliccck, con licencia «lela Santa Inqui­ ta. IX Pedro Salvó, para demostrar la rareza de la tomos es uno de los ¡Riquísimos ejemplares (seis se­
sición, e\|>e«li(l.a en 27 «le marzo del mismo año, y edición «le Lisboa, impresa por Jorge Rodríguez, gún Salvó, «los según la nota impresa pegada en el
consta de 448 páginas foliadas, en 8.* menor, y 12 dice que no conoce ningún otro ejemplar que el de primer tomo) que se imprimieron en herniosa vitela
más sin foliar, «le ¡«orlada y preliminares. Eleva en la su biblioteca: sin embargo, IX José M-* Asensio, en y por el cual se pagaron 3.000 francos en París el
portada (véase la reproducción correspondiente) «los una nota de su articulo «Curiosidades,» publicado en año 1882, siendo de creer «¡ue es cl ejemplar que
figuritas que representan un jinete cubierto «le todas La España Moderna y del cual hemos hablado ante­ perteneció al mismo ( ¡abrid de Sancha, por cuanto
armas defensivas con lanza al hombro y en dirección riormente, afirma «¡ue ha tenido ocasión de ver cuatro en todos los volúmenes lleva tos cifras ( L S. entre­
hacia la izquierda, seguido de un peón, armado tam­ ejemplares de esta edición de Rodríguez: el que fué lazadas en el lomo de la magnífica encuadernación
bién «le lanza y espada. de Salvó, vendido en París en 1892; el que fué de de tafilete.
Ediciones de falencia de 1605. - las dos están IX 1-copoldo Rius y que ahora pertenece al Sr. Bon- 1819. - Cuarta edición corregida por la Real Aca­
impresas |»or Pedro Patricio .Mey, á costa «le lusepe soins; el «leí marqués de Jerez de los Caballeros, en demia española. Consta de cinco tomos, en 8." ma­
Ferrer, son del mismo tamaño, tienen el mismo nú­ Sevilla ( 1 ). y el que tiene en su colección el mismo IX yor, con estam,«as de Rivelles, gratadas ,x»r Engui-
mero «le páginas foliadas y sin foliar, la misma apro­ José M.“ .Asensio. Este escritor cervantista, en el Catá­ danos y Illanco. El tomo V contiene la vida de Cer­
bación, firmal,a á 18 de julio por Fr. Luis Pellicer, logo «le su biblioteca califica de rara avis el ejemplar vantes jior I). Martín Fernández de Navarrete.
lector de S. 'Theo/ogia y dififinidor, y llevan en la ¡Mir­ que ¡rosee de la edición «le Lisboa impresa por Pedro 1827. - Edición en miniatura, 16.*, con estampas;
lada la misma estampa, que representa un caballero Crasbceck. El repetido IX Pedro Salva y el Diccio­ límpidamente impresa ,x»r Julio Didot, mayor, y pu­
lanza en ristre. »-n actitud de acometer (véase la « ri­ nario bibliográfico de Jacques-Charles Brunet dicen blicada en París á expensas «le IX Joaquín M.“ de
pia «le «licha ¡ioria«la). Sin cmtargo, son «los edicio­ «¡ue la 2.a edición de Madrid es tan rara y tan busca­ l-crrer. Lis dos ¡«irles están contenidas en un solo
nes distintas, con varias diferencias tipográficas, de da como la primera. Y finalmente, el mismo Salvó, volumen.
las cuales IX Pedro Salvó, en el Catálogo de su bi- al hablar «le tos dos ediciones valencianas, dice que 1832. — Segunda edición en miniatura, también
hlioteca, señala las siguientes como muy notables: compiten en rareza con las de Madrid. publicada en París ¡>or I). Joaquín M.a de Ferrer.
En una «le estas «los ediciones el reclamo «leí recto Es igual á la anterior, con la sola diferencia de cons­
de la .segunda hoja, ó sea la de la Aprobación, «lira- A/; Edición de 1607. publicada en Bruselas, por Ro­ tar de dos volúmenes, ¡>or haberse espaciado tos líneas
en la otra «lira- La; en aquélla la primera hoja va ger Velpius, en 8.° Es notable ¡x»r ser la primera algo más «¡ue en la edición anterior.
marcada fio/ 1: en ésta sólo hay el número 1 (sin «•«lición en lengua castellana impresa y ¡«ublicada en •8U-39- ~ Edición impresa en Madrid ¡ror E. Agua­
fio/}-, en la primera están bien numeradas las ¡«ági- el extranjero. do. Consta de seis tomos en 4.0 con los comentarios
ñas 192 y 243: en la segunda la numeración está Edición «le 1608: tercera impresa por Juan de la «le IX Diego Clemencín, y es, por esta circunstancia,
equivocada, llevando dichas páginas los números 162 Cuesta, con 12 hojas preliminares y 277 foliadas. Por la más útil de las que se han puhlieailo hasta ahora
y 234 res|K-ctiv.amente: y por fin, en la primera la la c ircunstancia «le contener considerables correccio­ para los que quieran conocer á fondo las liellezas y
página 365 principia diciendo el de A/ieante, micn nes, adiciones y supresiones, «34a edición es ,a que ios defectos de la obra de Cervantes.
tras que en la segunda empieza eon tos palabras .£-• ha servido «le texto para las reimpresiones académicas 1863. - De esta fecha existen tres ejemplares de
villa y yo. y ha sido sienqire la más buscada por los bibliófilos. otras tantas ediciones publicadas en Argamasilla del
En cuanto á la prioridad respectiva de las edicio­ Edición de 1610, publicada en Milán por el here­ Alta ,»or Manuel Rivadeneyra; uno de los ejempla­
nes de que nos venimos ocupando, si atendemos á la dero de Pedro Mártir Locanii y Juan Bautista Bidello. res en hilo superior, i6.’; otro del mismo tamaño en
circunstancia anteriormente explicada, relativa al pa­ hilo común, y otro de papel superior, marquilla. Este
saje del capitulo XXVI, contenido en una edición de (1) El Excmo. Sr. Marqué* deJete» de los Caballeros posee último, que consta de cuatro tomos, forma parte de
Juan de la Cuesta y en las dos de I.ishoa, y suprimi­ 1 una de U» mejores lábliotecas cervantinos que hay en España. las obras completas de Cervantes publicadas por c,
cionario bibliográfico «le Rtunct, ya citado anterior­
mente, dice que esta primera versión se imprimió en
Ixtndrcs en 1612 y 1620, de esto se deduce que el
primer tomo, que contiene sólo la i.* jarte del Qui­
jote (y no jtodía contener la 2.* jiorque aún no se
lubb publicado), debe ser «lel afio 1612.
Siguen á esta edición bs de 1652 y de 1675, am­
ias jiublicadas en I.omlres |»r Crookc y Scot res­
pectivamente: y b «le «687. jiublRada asimismo en
I. omlres jtor Newton, «pie contiene la traducción «le
J. Philijts, en un solo volumen, folio menor, con Limi­
nas ó grahados en « obre.
VERSION l'-S ALEMANAS

De estas existen en la biblioteca «lel Sr. Itonsoms


tres ejemplares corrcs|>onilicnles á otras ediciones del
siglo xvu. A saber: lasde 1648 y 1669, publicadas am­
bas en Francfort jxir M. Gotz.cn, y la «le 1683, jiubli-
~ada en llasilea jmr I l.udovico du Four No consta
íii dichos ejemplares el nombre del traductor; jiero
¿teniéndose á lo «jue di<*v el ya rcjK-tido I »ii*ci«nurio
bibliográfico de Bnmel. las ediciones á que n«»s refe­
rimos deben ser otras tantas reimpresiones de b jni-
mera versión alemana, hev ha jxir Pascal Bastcl, y
publicada en Cothen en 1621.
VERSIONES ITALIANAS
Tres son también los cjctnphrcs «jue jiosec don
Isidro Bonsoms «le las «liciones italianas publicada»
durante el siglo á <|ue mis contraemos: la edición «ie
1622 (primera italiana) y la de 1625, publicadas am­
bas en Venecia jwir Andrea Baba; y la de 1677, pu­
blicada en Roma |>»r J. Corno y B. I.u|nrdl kis
Vcr«ii*n cMaLiiu de Antonio BulI-.'(in y Tuteli, 1891, IUrrel.MiL liiiprcnta «le Alté* tres contienen la traducción hecha jx»r k Fmnciosi-
ni, y de las tres se reproduce la jiorlada en el presen­
misnio^Rivadeiieyra. El mérito «le estas ediciones otras tantas ediciones que se publicaron en francés te número de la Revista.
consiste juro el literato en «jue d texto fué corregido desde el afio 1614 hasta el 1695 inclusive.
VERSIONES MOI AMUSAS
|«or I». Juan Eugenio llaRzenlwsch,)* para el biblió­ I -i más antigua de estas ediciones, cuya |M>rtada se
filo en b circunstancia tie «|uc se imprimieron en la reproduce en el presente número de 1.a Ilustra- 1 >e estas Versiones existen en Li biblioteca del se­
misma cx*a donde se supone que estuvo preso Mi­ CUÍN, lleva b lecha de -óu. íué jiulilkaib en París ñor Itonsoms cuatro cjemjibrcx que com>|>ondcn á
guel de Cerrantes. por Juan Fouet, y contiene sólo la i.“ jarte «lel Qui­ bs ediciones siguientes: b «le 1657, publicada en
A partir «le esta fecha. las principales ediciones «lel jote. Es la primera versión francesa, hecha |>or César Dordrecht por Savry; y bs «le 1669. 1696 y 1699.
Quijote se han publicado en nuestra ciudad, y tie Oudin, secretario «le S. M. en bs lenguas germánica, jiublicadas bs tres en Amsterdam, la primera por
entre ellas merecen citarse la* siguientes: italiana y cqiañola y secretario de Monseñor el prín­ lioeckholt, la segunda |xir G «le kimsvcld, y la ter­
1871-73. -Cuatro tomos. Esta edición, impresa en cipe de Condé. El mismo Luis XIII, ¡i quien está cera jior G. de Coup Todas ellas contienen la mis­
la casa Narciso Ramírez y C." es la reprodui t ión en dc(lica<b la obra, le encargó la traducción «lel Dou ma traducción de k V. II. (Bosch, según el catálo­
facsimile «le la primera edición ó ctf/rw frintife del Quijote, y |wtr este trabajo recibió César Oudin una go de lx:o,toldo Rius) y van ilustradas con cstamjias
Quiiote por la fototipografia y fué publicada j»r el suma de joo libras. (véanse en el lugar c«,rres|R,n«liente «le este número
coronel I». Francisco l.ópc/ Fabra. las 1653 notas Síguele, en «míen de antigüedad, la edición «le 1622, las repuMim. iones «le las nortadas resjiei tivas). De
puestasá esta edición por I). Juan Eugenio Ilartzen- publicada también en París por Denis Moreau y que las versiones en las «lemas lenguas extranjeras no
buscli se publicaron en 1874. sólo contiene la 2." parle del Quijote, traducid» iwr existe en la biblioteca «lel Sr. Bonsoms ningún cjem-
• 875- - Edición publicada j»or los herederos de Francisco de Rosset. natural de Provenza, novelista piar del siglo xvii
Pablo Riera. Consta «le «los tomos en folio mayor, y |MH-ta, y muy cxjierto en bs lengua» «lel Mediodía Bastante más podríamos añadir á l«, «jue llevamos
con Láminas tlel célebre dibujante Gustavo lloró. «le l.uropa. Su versión, que es b primera que se hizo exjiuesto; pero este artí« ulo, que ya jieca «le Largo en
1879. - Editor Juan Ab u. Consta «ledos tomos en en francés «le la a.* jarte del Quijote, se imprimió demasía. y «jue jmm b cir» unslam ia «le ser meramen­
folio con cromos y dibujo* «le Apeles Mestres. Esta primera vez en 1Oí8. según dice el I»¡<« binario te bibliográfico la «le carecer «le toda amenidad, re­
edición, conforme á La corregida y publicada jx»r la
Real Academia csjañob, fué anotada |xir Ib Anto­
B liográfico «le Brunet. sultaría. si fuese más extenso, extraordinariamente
Vienen después de estas dos primeras bs dos edi- cansado y fastidioso jara los lectores «le esta Revis­
nio Bofarull y «le Itrocí. Otra edición de la misma dones «le 1625, París, ed. Mestais, una «le ella* «m ta. Por otra jarte, en este mismo mimen» se inserta
fecha es la publicada por Esposa hermanos, com­ la traducción de César Oudin y otra con la versión un estado de todas las cd¡« iones publicadas del Qui­
puesta «le «los tomos en folio mayor, con láminas «le F. «le Rosset: la edición de 1039, París, ed. Ar­ jote. que puede servir «le («implemento al presente
grabadas en acero. nold Cottinct; otra de la misma fecha, publicada por artículo y en el cual se consignan cuantos datos jme-
1880 83.—Montaner y Simón. Lujosa edición en Antoine Couton; la de 1646, publicada en Rouen; tlan interesar á los cervantistas.
«los tomos, folio mayor, con grabados intercalados y la de 1665, en Orleans; la «le 1678, Paris, ed. Claude la lista de ediciones en dicho estado contenida, y
láminas cromolitográfica» «le los reputados artistas Barbin; la «le 1681, también publicada en París por lo que llevamos consignado en este artículo, bastan
Ib Ricardo Balaca y Ib J. Luis l’ellicer. El texto el mismo editor; otra de la misma fecha publi« a«la en jara demostrar la inmensa celebridad «pie, desde su
está anotado ,M»r Ib Nicoli» 1 Haz «le Benjumea. |">r Thomas Anuiulry: la de 1692, Amsterdam, □jarición en 1605, la tenido en nuestra patria y fue­
Finalmente, jara terminar con las ediciones espa­ K braham Wolfgang; la de 1695, París, ed. Cbu- ra de ella b obra inmortal del Prím ijie de los inge­
ñolas, diremos que impresas «n el establecimiento «le Barbin, y finalmente otra de Amsterdam. ed. Pier­ nios españole».
tipográfico del Sr. Coren» están en curso de publica­ re Mortier, que empezó á publicarte el mismo afto Ignacio Dublé
ción tres ediciones «lel Quijote, una en papel de hile», de 1695, terminando su publica­
otra en jajiel «lel JajMÍn y otra en vitela. ción en 1696.
Además podenxn «atar aquí las do* versiones cata­
lanas de la misma «dira, ambas publicadas también VERSIONES INGLESAS
en nuestra ciudad: la «le 1882, que comprende sólo
la primera parte traducida |ior Eduardo Támara, y I .os ejemplares que figuran en
forma un tomo en 4.'’ salido «le la imprenta «le don b biblioteca «lel Sr. Bonsoms.de
Cristóbal Miró; y la «le 1891, traducida por Ib An­ las ediciones inglesas «lel Quijote
tonio Uulliena, «pie forma también un tomo, con publii adas durante el siglo xvu,
el retrato «le Cervantes. De esta edición, impresa son en número de cuatro.
en la tipografía «le F. Altés, sólo se tiraron 350 ejem­ I >c estas ediciones, la más
plares. antigua consta de dos tomos
en 8.’, que contienen respecti­
VERSIONES EXTRANJERAS vamente la i.* y la parle del
Quijote. 1«« cuales fueron im­
1j demasiada longitud de este artículo hace que presos en Ixmdres por Edward
no podamos ocupomo» con mucha extensión de bs Blount; el primero, cuya portada
versiones extranjeras del /ngrnioio Hidalgo Dent Qui- te reproduce en el presente nú­
•ote de la Maneha. Por lo Unto nos limiUremos á mero, no lleva ninguna fecha,
habbr, y aun someramente, de bs versiones que se mientras que el 2.* tomo, en b
¡Hiblicaron en el siglo xvii. (tortada, cuyo facsímile también
puede verse en este número, lle­
VERSIONES FRANCESAS va la fecha de 1620. Dicha edi­
ción contiene la primera versión
Trece son los ejemplares del Quijote que existen inglesa «lel Quijote, hecha por
en la librería del Sr. Ilonsoins, correspondientes A Thomas Shelton; y como el Dic­ TumU de D. Quijote, «legorl* por l*inclli. Rom», 1834
EL INGENIOSO HIDALGO DON QUIJOTE DE LA MANCHA
EDICIONES PUBLICADAS DESDE SU APARICIÓN EN EL AÑO i6os HASTA iSyj

EDICIONES ESPAÑOLAS

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París ^ lèvre
8.’
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Barcelona 'goes y C.‘
1605 Madrid Francisco de Roble* i cn 1 •ID 4" 800 madera
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ltio'5 México (Antonio Bcrgnes y C.«
Lisboa Pedro Crasbceck i| 1 K." 4-* litografia»
«Mayol y C.«
1605 Madrid Francisco de Robles 1 - 4 Madrid 8.“ 8q colxc
Masse y Decaen
.605 Valencia P. Patricio Mey 1 - É Parla 8“
Madiid Fuentenelxo
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C. Hingray
Madrid Francisco de Roble* 1 - ■11 * Parí. 4**
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Bruselas Roger Velpius y Hub. Anl." . - ■ ¡Z Barcelona Carlos Hingray
1611 12." 6 acero
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1617 Id. Hub. Antonio ■ L* ,-4« id. 8." ilustrada
Madrid :l*Ona y C.*
1605 - 15 Madrid Cuesta l'l 4 1 8.» 12 cobre
id. (.Viuda é hijo» de Mayol
1615 id. Francisco de Robles - «
MclUdo I - 4.
1616 Bruselas Hub. Antonio • L* Id. 1 - 4." madera
Barcelona Xivadeneyra
Hiló Valencia P. Patricio Mey R. Sunsunio - 8/ 2 - 4." loo (d.
Madrid Gaspar y Ko¡g
16,7 Madrid Jorge Rodrigues 1 — « I - 4."
Id. Oliverct
H.l 7 Barcelona Bautista Sonta a - ¡ : £ madera
Rivadeneyra
'*37 Madrid Francisco Martinez - J Id. id.
Madrid Çaspor y Roig
'*47 td. Imprenta Real 2 • « 1-’ 4 - 4“ »y cobre
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1655 Id. Bastida a ► Nueva York 1 - 12.“
-1IÍ.2 2 • >■!• Sevilla Bonifacio Piicrrcr
Brusela* ¿Mon marte 3» coiné 2 - 4-“ 18 madera
uióí I). Appleton y C.‘
Madrid Serrano de Figueroa 1 * !-• Paria 1 - 4" 13 acero
-UÓÓ2.68 id. cLa Bastida a Madrid “Tena hermanos
I-’ ? : t: 48 litografia
.67, 2 - 8* cobre Id. Bandry
Bruselas I*, de la Calle
Mellado
-H»7a-73 Amberes ¿Vcrdus.cn a - 8.» 3a M. Barcelona 2 - 8." 8 madera
1674 Madrid a - 1 >•’ Madrid y Barcelona I. Rixlriguer
Maria Armenteros 34 W. 2 - 8." 8 M.
id. -<FI Plus Ultra»
"*.»7 Amherea Vcrdussen 2 1 [.• 3» Id. 2 - F.“ 12 acero
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Barcelona -*k. Bons 1 « * (-• Paria 1 - 8."
2 - i!-• Leipaig T. Carchi
Madrid Antonio González de Reye* M . 2 - 8.*
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Amberes 2 - 34 cobre Pari» F. A. Brockhaus
“•719 J. Vcrdussen
I). Appleton y C.* i-
'-S3 Madrid lid. de S. Jerónimo 2 - - !•’ 35 v Madrid 14 madera
¿Baudry
•-y» id. J. A. Pimentel 2 • I-’ 35 cotxc -63 Id.
’ : 43 cobre
id. <A. Sanz 2 - • !•’ Argamasilla de Alba (-Murcia y Marti
44 madera
'• I-cón (de Francia) ».« Barcelona I>oireg«ray
Cl. y P. Bonnatdel a 32 eolxc i - 4'“ 20 madera
Rivadeneyra
~J737Ç E Londres M. y R. Ton.no 4 F." D8 Id. I-64 W.
^Maravilla
12 - 4-“
- '74' X ‘ Madrid rj- San Martin 2 • F* 44 madera Paris i - 4-’ 8 madera
La Haya Go.sc y Mocljcns cobre Madrid id.
•744 4 : »." 1 “
.750 Madrid Alonso y Padilla W. Garnier
a (•’ 44 madera 1 - 4. joo madera
Rivadeneyra
“'75" id. 'J. San Martin 2 « F’ 44 W. Id.
: : 300 Id.
Gaspar y Roig
'75' id. Alonso y Padilla a - F‘ Id. Barcelona too id.
'755 Amsterdam ó Leipzig Arlutcév Merkus 4 « 8." cobre Leipzig 2 - 8."
-'755 Barcelona
Tarragona
•Juan lolls
«Joseph Barber
4 - 8.»
4 » 8."
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Madrid
Hosion Nueva York
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F. A. Brockhaus 10 madera
Martine» y Garcia
Barcelona Juan Jolis 4 - 1.» 46 Id. Madrid
I». UiicoYbatra
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Madrid QMonso y Padilla a - I’ 44 Barcelona 2 - 4“ 12 madera
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Academia 4 8." 24 coiné Gaspar editores 4 I.L
-•787 id. C Id. 6 — 8.» 24 id. Id. 2 - F.» inadera
itl. 'Andrés Ponce Galuiel París <[j Propgamln Católica.»
” 1797 6 45 'd- I - 4."
>1797-08 id. «Sancha - 8.“ Barcelona Bibliot.* Universal llustraila
S 3' Id. madera
-17118-fio 0 id. Id. * IÓ* Cádiz Baudrv. Kramaid
<1 Id.
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1804 Burdeos J. Pinard Garnier hermanos
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1810 Gaspar editores
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i - 8." edición microKÓp*
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18.4 Ixmdres lackington, Allen y C-* «.• Alcalá de Henares «francisco Alvarez y C.*
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1815 Buideo* \Beauine Garnier hermanos
4 Barcelona 2 - F." ilustrado
1818 sa J. Sommer Madrid Federico Garcia Carballo
»» lb.* 6 2 - 8.* •liciiVn diamante
—1819 Academia Barcelona 'Salvador Rilas
s 20 cobre 1 - F.“ madera
1825 Paris llaudry y Ibrrois ft * |6.“ Moya y Piara
Id. 2 - F* nadera y cromos
'«as id. Cotmon y Blanch Id. Heredero de Pablo Riera
4 «.• » - F* ilustrada
- 182b Madrid » Miguel ilc Burgos 8.’ 12 id. Montaner y Simón
a
-1826 París :llossonge. père Salvador Ribas
10 - : 2." Id. 2 - ».• retrato
i8í7 id. Fermin láidot Luis Tasso Serra
9 - ».• Id. 1; ilustrada
1817 id. Corman y Blanch 1 2.’ Parlí Bibliot.* amena é insiructiva ilustrada
^1817 id. :J. Maria Ferrer am 1 5.’ ,884 Patencia alvador Ribas
- iHag
^1829
Madrid
Id.
al. de C. PiAuel
Jmp. tit. Ramo* y C.’
4• - 1 i.’
4 a. 8."
ib coiné
12 Id.
Barcelona
Zaragoza
B «arnier hermanos
Onego AquirrehcAa
I - 4’”
a, 8,° m.
L’i-:
ilustrada
ilustrada
id. eJ. Espinosa CBiblioL* «mena é inttructi
4 I1 5.» 8 Id. Madrid
Zaragoza Polo y Mongc Comas hermanos
a - 8.- y pluma Paria madera
Berlín G. Finckc Santa Aria
7 12.’ Madrid
Madrid Fuentenebro
j
id. Garnier hermanos
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-1832 Barcelona (J. Góngora
A. Bcrgnes y C.* 6 h° 12 Id. Barcelona fotograbados
J53’ París 4. Maria Ferrer In Jul>era
1832 Madrid
- '?3a~ 34 Barcelona
Fuentencbro
rViuda é hijos de Gorchs
4
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12."
8.’
10 aceto
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16 cobre
id.
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I-elptig J. FleiKhcr Vo Barcelona ^Cristóbal Miró I - 4’
.836 Boston J. Sales-Perkins y Marvin 2 1“ 10 coiné id. fF. Altés i - «.* retrato
.8J7 id. Id. 2 » 8.» 10 Id. id. f Fidel Giró i - 8."

fr) Este lomo y lo» nueve que .iguen comprenden sólo la frimtra fart,.
(2) La frimtra fart, se empetó en 1604 y exilie en el Museo Británico con un certificado que acredita se imprimió en I.’ de diciembre de 1604. pero no se publicó hasta 1605.
(3) Este tomo y lo» tres siguientes comprenden la ¡'runda fart,.
EDICIONES EXTRANJERAS

AÑO POBLACIÓN EDITOR TOMOS ILUSTRACIONES AÑO POBLACIÓN EDITOR TOMOS II.VS’I RACIONES

París Charpentier am 8."


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Tours Maine et file fl au 8.® 81
«*?• Paris Fiimin Didot I W 8.®
1616 Paiis lean Fort en A" ,875 Lymoges Balboa íières 1 « f* 1 1 madera
lóti kl. béais Moreau - 8.® l«aris Urna,siin-Bêche) g a. ■A-
f, Id. lean Mr»,ai» - 8.® id. .Mol,nie, ♦’ 1
M. Antoine Couloo - 8.® Id. j. Ftrel et Cte. 1 «• 4." 1316
1 ■d.
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Or lean» Gilles Hotot - A® ilustrada (?) Lymoges E. Aidant et Cie. 1 «■ 8.» < a
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14. 14. 4 1.® Id. Joiiauat cl Cie. 6 - ■6.® ifl opia fuerte
1681 - 91 I.yón Th. Amaulry 5 14.
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Aiii·lridan, Abraham Wolfgang 11.® 31 kl. EN INGLÉS
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sr5 Parí» Veuve Harbin 6 - ,2.® 31 id. 1651 W. llodgkinsonnr. lor 1 - F.®
Guillaume Erie 3 - 13.® 40 colee ■••7» 75 kl. k. Sod. T. Basset, rtc. 1 — I."
Pari* Compagnie de» Ijlxaire» 6 - 8.® •M7 id- T. Newurii 1 a. F.“ ilustrada
•7'3'7 >•»<« Th. Amaulry 6 - 8.® 58 Id. 14. L hisw. Il 1 - 8.® U c-bte
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•73» Id. 6 - 8.® •7»5 id. J. Knnpion 4 " 11.® ?.? W.
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¡;í¿ La Ilaya
F,«i>cfo,t
herré -e I lundi
Itassnmpierre
1 - F»
6 - 8.0
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W. Ynnys. R. Ware, ele.
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'754 14. Bórdele! 6 - tí 0 ilustrada id. Cj ami K. Tonton 3- F.® 18 (d,
Francfort J. F. Raasompierre 6 - 12.» 14. 14. Oslo,ne 4 - 8.® t« id.
Amsterdam Ârkstéc et Merkus 6 - 8.0 »9 cobre id. Tonton 4 - A" 38 1,1.
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770 4 • 5 14.
1709 Parí» David 6 - 8" •77* Glasgow Rol«rt and Andrew Foulis 4 * 8® Id.
•77' 14. Compagnie des Lilnlm 6 - 8.0 •774 Loodres J Cooke > • 4® 4
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•774 Parts et Haye Bleuet 1 - 8.® í1 kl. id. L·-ngman. CaJoe. Law. etc. 4 - 13." 38 id.
•TT* Urge 1 - F.® 3' Id. ■79» Id. V. Kivington 4- ■1 - W.
•777 Pan. Barrois aîné 4 - 8. •5 Id. •793 Id. 1 jw, M,l er and Kater 4- 8." 13 kl.
I.yón Amable Leroy r. - 8.® 30 kl. Id. Ale». Ilogi; 4-® |6 M.
Rouen Pierre Maehuel 6 - a® J3 1,1. kl. T. Prnpietor» 1 - 4- ’ 11 Id.
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12 "
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Hruacltcs H. lx- Franc 1 - 4-0 3' IK03 Glasgow (Tmpinan and Long 4- 8.®
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.798 Parí» Dularl •1 - 8.® ’4 id. i8°9 Londres Oa-ldy 3- 8.” ilustrada
«799 14. Deterville 3 - 4.® .809 id. Sharpe 4 - 16»
16 acero
Id. M. 6 - 8.® acero 1810 id. W. Miller 4 ~ 8.- ilustrada
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6 - ,8.®
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H Nicolle 6 - 12.® 1810 Id. llurst, Kobtnron 4 • A.
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1810 «> - 8.» M. ■ Saa Edimburgo Hunt, Kolúnson andC® 5 - 8®
1820 14. Atig. Renouant 4 - 13.® Id. ■828-40 Exeter . and B. William» 4 • 16.®
1811 14. Desocr 4 - 12.® acero ■ »3' Londres one» and C." 3 - 13.® S madrrn
18a i - aa 1.1. Mcquicnon- Marvit 4 - Id. 1833 id. ílfinghnm Wilson 3 - 13.® n 14.
14. P. C. Briand .«3¿
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.815 14. Salmon 8 - 13“ ,84o Id. . Smith 4 - 12 « Hoc.
:£ 14. Delongchamps 6 - 8.» 5 acero 1M4» Id. Cd. G. Blion 3 - 4-" ilustrada
Id. Sautelet 6- ,í> ,8,1 Id. Ch. Daly- 1 - 4® made,a
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Londres
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Id.
Didier
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1866 Id. Garnier madera Wien Grund 8." 5 cobre
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Id. Hachette et Cie. |8.® 64 w. S£“": G. Baste 12."
Id. id. P “ 37® w. Schumann 16." 8 14.
EDICIONES EXTRANJERAS

AÑO POBLACIÓN EDITOR TOMOS ILUSTRACIONES


AÑO POHLACIÓN EDITOR TOMOS ILUSTRACIONES

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Stuttgart Mettler c - 8.®
8." •7-6“7 Copenhague Gyldemlalo 4 en 8."
183941 3-
18,0 Wien Sommer 8 cobre 1829-31 Id. Ims Vottrup Schulr 4 - 8.®
Stuttgart Meltier 5- 8.® 186569 id. Woldieks 2 - 8."
1850
1852-53 Berlín I lofmann y C.® * - S."
1S5 Wien A. Wcnedik - S.® madera EN PORTUGUÉS
Berlín Ilofmann y C.*
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i860 (•'» New-Rappin Alfred Ochmigle 6 Biografia •794 Lisboa Tip. Rollandiana 6 - 8.®
Stuttgart A Kroner madera 1S30 Parí». Pillet aloe 8 ->2.®
18-0
1870.71 id. Rieger roo Id. 'S53 Lisboa Tip. Universal i - 4-“ madera
187J Berlin A Sacco - K.® 37Ó madera 1876 Porto Imp. da C ‘ Litteraria 2 - F.™ id.
Id. A. Hoffmann y C." - 8.® i»???» Lisboa Franciico Athut da Silva 2 - 8.® 30 Id.
Stuttgart Tienemann - 8.®
IxsipeiR . . . Philipp Reclam jun. - 8.® acuarela»
EN SUECO
Stuttgart y Leipzig I/wwe-C. I lofmann - 4." cromolilograf.
'g4 Berlin Schmidt y Sternaux - l·.t». madera
18S4 Stuttgart W. Spenann 1818 i Stockolmo II. A. Nordstramo I 4 - 8.® I
1 id. A. Ilcllstens 1 « - 1
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EX HOLANDÉS
EN BOHEMIO

1657 Dordrecht Jacobus Savry 2 - 12.® »4 1 It1. rt t


!866 68 Praga Illarnivy J - 12.” i
>«» Haarlem Kru^vniann 4 - 8.® acero Id. 1 J. L. Kohar 1 2 - 8.® 1
16G0-7C Am.terdam Balte» Boccjtholt 2 - 12.® 26
169Ò M. W. van Lanuveld = - 8.® >5
Willem de Coup. Lam.vcld 2 - 8.® EN HÚNGARO
1699 M. »5
1707 id. Jan Graal i - 8® 35
.732 Te Id. Pieter Vi«er 2 - 8.® ÍS , 1850.53 (No consta el editor)
Keiskemeten 2 - 8.® Id.
Haya P. de llondt i - F.® 31 come 1 HcckenaM
1870 Pest i - 8.® ilustrada
(«»77J Leiden Xothoven van Goot i - 8.® 32 litografía
1873-75 Budapest At Athenaeum Tulajdona 4 - 8.®

EN ITALIANO EN 1>OL.\CO

Venecia A. Baba 2 - 8.® '834-55 i Varsòvia i Menhacb i i - F.® i ilustrada


Id. id. 2 - 8.®
Roma 1 -Coino y Lupardi 2 - 8.® '5 EN CRHXO
Venecia ¿Antonio titoppo 2- 8.®
W. Girolamo Savioni 2 - 8.®
Id. Zerletti •*- S ñ 1SÓ0 1 Alhenas (No consta el editor) 1 -12.® I
MiUn P. Agnelli 8- 8.® 1 » i - 4-’l
«8Ó4 1 Trieste
V’enecia Alviaopoli B- 8.® cobre
Id. Id. 1 — 8.°m 33 M.
MiUn Ubicini 2 - 4-° 1 EN SERVIO
Ñapóle» Tipografía Ranucci 4-12.®
MiUn CPolitti a- 4° 1 1 Panltchowa i (No comía el editor) 11-8.®.
Id. Fratelli Trcve» i - 5.® 64 id.
Id. F. Menoui e C.‘ 2 - F.® Honrada EN CROATO

EN RUSO ‘879 1 U. Zagrebu i Zupana, hermanos i i - 8.® i

EN FINLANDÉS
Moscou Imp. Universidad 6 - 8.® > jo madera
San Petersburgo Constantino Fernako» a :t: Id.
I* Id. (No consta el editor) a i Kuopio i (No consta el editor) 1 1 -12.®
1867 San Petersburgo L-lvov 1 - 8.® Id.
18Ó8 Id. M. Otipovich i - 8.® id. EN TURCO
3 W. Chtchigui I - 4-° ilustrada
2 Odessa Bern.lt i Id.
893 San Petersburgo Chtchigui a - 4-® Id. 18... Edición de traducción incompleta no ¡lastrada

SECCIÓN DE ANUNCIOS

1.4.a cesas extranjeros que deseen anunciarse on LA ILUSTRACIÓN ARTÍSTICA diríjanse para Informée á loa Bree. A. Lorette, Rue Caumartín,
uúm. 61. París.-Laa casas españolas pueden hacerlo en la oficina de publloldad de loe Bree. Oalvet y Rlolp, Paeoo de Orada, núm. 31 _

ENFERMEDADES
ESTOMAGO GARGANTA
VOZ y BOCA
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PASTILLAS de DETHAN Desde hace mas de (0 años, el Jarabe Laroze se presen
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tsUndonee de la Toe. InUamnotoon de la I
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todos los médicos para la curación det las
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’ “ gestraljias,
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•ñlmlentos rebeldes, para facilitar
dolores
M BSMUTBO f MA6NBMA 7 retortllonee de eetOmago, estreñí
>4*ím «*lr> laa AJtooloow d«l Ei .Irt-I i digestion y para regularizar todasas las fundones del estómago y do
Falta <• Apetito. Dta»«Uon«a lato® I I tacioo que prodoce *1
, Roedlas,▼óc&tM, ErtoUt. y CABook I i IM Sin PREDICA!
DIGADORES. Á»<
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ai Bromuro de Potasio DE CORTEZAS DE IARARJAS MIARÍAS
Bs el remedio mas eficaz para combatir laa enfermedades del oorazea,
CARNE i QUINA la epilepsia, histeria, migraña, baile de •■-Vito, Insomnios, oon-
▼ulelonee y tos de los nlfios durante la dentición; en una palabra, todas
r, anido al Tdnloo ui i las sfeoolonee nerviosas.

VINO AROUD con QUINA


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I Calas por loa caloro», no a» conoce nada aupenor al «loe de *aiu do Aread.
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EXIJASE AROUD

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