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dida que iban escajwmlose de las casas desús amos. drentarla por unos moros que acertaron á pasar |>or rados, en vista de tan rara presencia de ánimo, des
Juan velaki jK»r su seguridad. Cervantes con suma aquel sitio, tuvo que hacerse á la mar. Volvió en se pacharon un propio al rey, quien mandó que lodos
diligencia y disimulo, dirigía aquella maquinación, guirla ; pero alarmarla ya la |toldarión «le aquel cam- aquellos infelices fuesen conducirlos á sil baño y que
proveyendo d lorio y ofreciendo este medio de fuga |»«, que acudió y se puso en acecho, no solamente á Cervantes le llevasen d su presencia. Así se verili-
¡i los cautivos «le su confianza. Pero la depositó muy frustró la tentativa, sino que. arrojándose sobre la có, y así tuvo «pie entrar en Argel el animoso joven,
sobrada en uno que llamaban el Dorador, natural de embarcación, la apresó con toda su gente. Quedaron, maniatado, d pie y |«etsegui«lo por los insultos de
Mdilla, que des,niés de haber renegarlo de .su fe en en consecuencia, los ríe la cueva privarlos «le loria aquel bárbaro populacho. Puesto Cervantes en pre
la juventud, se había vuelto d reconciliar con la Igle esperanza y socorro: pue-, no volviendo á aparecer el sencia de Azdn Bajá. preguntóle éste con terribles
sia, y bahía sirio ¡lostcrírirnienle cautivado. Piste cni I Virador, carenan «le torio alimento y se hallaban amenazas quién era «le este negocio saltedor y quién
dalia ríe comprar los víveres y conducirlos d la cueva reducirlos á la mayor desesperación. habría |mmIí«Io ser su autor. Porque sospechaba el
ron el recato «pte es de suponer, y debía ser uno de ►A los tres días le vieron por fin. pero conducien rey «leí K. P. Jorge Olivar, «le la orden de la Merced
los prófugos. do al comandante «le la guardia del rey con veinti y comendador «le Valencia, y aun se tenía por cierto
►Todo estaba dispuesto: la noche, aunque incierta, cuatro infantes armados «le alfanjes, lanzas y esco,re que el mismo Dor.ulor se lo habría dicho y |n rs«,ia
de la lilwrtad se iba acerrando. y Cervantes se ocu- tas y algunos turcos de d caballo. Encamináronse to «lirio, y de aquí «pie, como codicioso tirano, quisiera
(■alta en recoger d sus amigos más rezagados, con el rios derechamente d la cueva, val oir el rumor «le las echar mano con esta ocasión del mismo Padre pira
disgusto ríe no halier |to«lido atraer al doctor Auto pisarlas y amenazas, tuvo licmjio Cervantes «le adver sacar ríe él buena cantidad «le rlinero. Pero como á
nio ríe l/oa. eclesiástico de estoica virtud, que lleno tir á 'Us compañeros que descargasen sobre él loria ,tesar de todas sus amenazas no pudiera sacar nunca
de achaques y guardarlo con csjiectal vigilancia por la culpa: en seguirla se arlelantód encararse con el co «le Cervantes otra cosa sino «pie él y no otro fuera el
su amo. no pudo ó no quiso acompañarle. Llegó por mandante. di< ien'lo con singular entereza que él solo autor de la conspiración, mandó «pie lo metieran en
fin la fragata, que manteniéndose en franquía torio bahía fraguado aquel proyecto y seducirlo á los «leinás, su laño, teniéndole también ,ior esclavo, aunque
el día 2i ríe septiembre, se arrimó ya de noche, y su así que sobre él solo debía recaer cualquier castigo. después, d él y d otros 1res ó cuatro, Imito «le volvei
tripula' ión verifícala el desembarco, cuando ame ►Asombrarlos los agresores tanto como los captu por fuerza d los pitrones respectivos.
EDICIONES ILUSTRADAS DEL «DON QUIJOTE DE LA MANCHA» IMPRESAS EN INGLÉS EN LOS AÑOS DE l8l8 Á 1881
pero nuestro soldado, poseído «le nuble ardimiento, De regreso á su patria, estuvo restableciéndose de cuántos fueron los padecimientos que sufrió durante
dijo que prefería morir (ideando por Dios y jwir el «•liasen Mesina, donde mandó 1». Juan «le Austria aquellos cinco años. y cuánta mi alegría al divisar «le
rey á conservar la salud á tosía «le acción tan «•««• que s«- le socorriera en 15 y jo de enero, yen 9y 17 nuevo las costas «le la patria, alegría mezclada «le
Iwrde. «le marzo «le 1572, ya por la pgadurin de la armada, pesar á causa «le la pobreza y «lesatupiro en «pie ha
Y combatió con gran brío junto al es«ptife. con ya jior gastos secretos y extraordinarios, y una vez lló á su familia. No teniendo otro camino «pie elegir.
tribuyendo à la matanza «le turcos que los de su curado ordenó á los oficiales «le Cuentay A*«rsézr<|Ue Cenantes alistóse en las lr»|ias destinadas á la jor
galera hicieron á la capitana «le Alejandría (i). En asentasen en sus Libros «I,- caigo tres escudos de nada «le Portugal, y en unión de su hermano Rodri
esta refriega recibió Cervantes tres areal «ti zazos, dos ventaja mensuales a Miguel de Cervantes, en el ter go, alférez, «le infantería, tomó parte en esta empresa,
i o « I pecho y otro en la mano izquierda, de cuyas ci cio «le D. I.ope «le Figueroa y conipmía que le asi como en la juntada de las Terc eras. Presúmese que
catrices se lionralu, «como recibidos en la más alta fuese señalada, «¡ue fué sin duda la «le Ponce «le militó en su antiguo tercio, compuesto « asi todo «le
masión que vieron los siglos pisados, los presentes, l.c«in. Con ella lomó parte en las poro fructuosas veteranos, y emitan ado en el galeón .San Mateo, con
ni es|ieran ver los venideros,» y «como estrellas que operaciones militares «le 1572, según lo ««infirman tribuyó. como en I ¿panto, á la.victoria déla armada
guian á los demás al cielo de la honra y al «lesear la algunos testigos «pie figuran en la información cita española. Regresó después a l.islma. y de alliá Mos
justa alabanza.» da. Confirman asimismo varios de sus camaradas que tagán y lingo á Oran, donile se halló de guarnición
se halló en la ex|xdieión á Túnez de «573, sirviendo ron su tercio (2).
[i) Deilaratiin hetha por 'oí enalto tenigot preientadoi como buen soldado. De regreso á Italia siguió las
(2) Informe junio al Memorial de Miguel de Ceríanleí
fora la Infermati,‘n de iirtitici fue en 1578 loliiili Rodri vicisitudes de su tercio hasta 1575, en que obtuvo
Saaitdra, ¡oiré fue le le haga mereed, atento à tai tauiai </m
go de Cerranlei, en eeaiiln ,/ue tu hre Miguel le hallaba tau- licencia para venir á España á solicitar recompensa. refiere, de uno de leí eftiei ,/ue pide. - Navarrete: Vida de Cer-
lito. D. Juan «le Austria se interesó por él y le dió las vaulei.
EDICIONES ILUSTRADAS DEL «DON QUIJOTE UE LA MANCHA» IMPRESAS EN FRANCÉS EN LOS AÑOS DE 1695 Á («Oí
«Tres campañas añadidas a Lis antiguas dice uno siete años de edad, de los que aproximadamente unos
de sus biógrafos, v que nada sin i< ron ni a su lama nueve, restados los cinco de cautiverio, sirvió en las LAS ILUSTRA* IONES DEL «QUIJOTE»
ni á mi foriuita, acabaron de desengañarle de lo |xk*o filas de la infantería. Y no es aventurado asegurar
que podia aptovei liar por aquel c.imiuo. \ ciase ya que la profesión de las armas ejerció |Mtder<isísima Siempre, y mucho más en los tiein|>os actuales en
entrado en la edad madura, perdidos bis años de su influencia en su vida y en sus obras, puesto «¡ue eo ! que lodo la impulsado ,w»r la tuerza de un frío |»osi-
juventud, perdidas sus fatigas, perdidos sus servicios, un» Ira dicho con sumo acierto el ilustre Capmany tiiistno; < uando parece que es resultado de sagaz in
sin estado, sin nombre, y no quedándole por tamos al ocuparse de diestros escritores soldados del siglo teligencia no c onceder valor ni apreciar los hechos y
sacrificios más que su espada y mi pundonor. Lmjx.- de oro, <enel teatro de la guerra <!<•!><• el continuo es • Lis cosas más que por su lado utilitario y material: en
zaba ya tal vez á fermentar en su tal* za y le iiuítala iKTtáculo de objetos nuevos» raros, grandes y terribles. • una sociedad como la nuestra que vive recordando
EDICIONES ILUSTRADAS OKI. «DON QUIJOTE DE LA MANCHA» IMPRESAS EN FRANCES EN LOS AÑOS I». tSc6 A 1832
|KxlcTosamente á escribir, aquel conjunto de sucesos comunicar viveza y grandiosidad á la expresión: la ideales «pie fueron, 110 suplidos |«»r otros trnl.Tvb y
extraordinarios de caracteres y costumbres interesan- tolerancia de los trabajos y la familiaridad en los pe solo |M»r algunos vislumbrados los venideros, importa
les y <le 1 uadros y pinturas, grande y apacible, «pie ligios, valentía y solidez á los | x nsamíen tos ; y el co mucho |Hiner de relieve, ofrecer á la v ista de unos y
sus continuos viajes |x»r tan diversos ,aises habían no*amiento de los |xiíses y gente diversos, junto eon de Otros la importancia que han revestido y revisten
acumulado en su fantasía. Quizás también la compo la experiencia y práctica de las (tasiones y astuc ¡as, las créât iones del genio, la lalxvr intelectual, exentas
sición de la 6'ff/rr/frr, en que por entonces se ocu verdad y profundidad á las sentencias. » Pero al y ajenas por completo á todo cálculo mercantil y pro-
paba. le manifestó la necesidad de abandonar el bu trocar la espuria por la pluma» tampoco olvidó Ccr |x’isitos industriales.
llicio y agitación de las armas si había de seguir el vantes los méritos que enaltecen al soldado, y en la Por esto el presente número de La Ilustración
instinto de su talento y cultivar sosegadamente las más hermosa de sus obras, en el Dan Quijote* ensal Artística, honrándose al rendir un tributo de admi
letras zó la Milicia sobre toda |x>mlctación, calificándola ración y (le respeto á Miguel de Cervantes. es. además
He cualquier nuxlo que esto fuese, él dejó de una como ejercicio j/z/cwrrf r&<7/r/<7 hombres inven/a- de una corona tejida por el entusiasmo y nucía acla
vez la carrera militar, y en 1584 publicó aquella no ro>t, como escuda ntoJeio de hidalguía y como cien mación de su gloria iin|x?recedent. testimonio vivo de
vela |astora I, eon la que se granjeó inmediatamen < ia la que fdo /<> abîma. El famoso discurso de las cuánto vale y cuánto puede, de la importancia que
te un mimbre en el mundo literario (1) » Armas y las Letras no esotra cosa que una apologia tiene en la mx- ¡criad el produc to de la inteligencia,
Cuando oto acave ¡ó. ( criantes coi liaba treinta y de la profesión militar. aun tratándose de intereses,puramente materiales.
Véase si no el largo catálogo de las ediciones del
(1) Quintana: Miguel de Cenante*, Francisco Parado inmortal Quiúde^ impreso en textos los idiomas, en
lodos los tamaños y condiciones desde que apareció •iosa, y |Mjr su asjwto total, mejor que un criado I 1111 artista: el vcix edor monta un caballo desastroso,
la primera (Kirie en 1605: enumérense los grabados enil é inconsciente (Kircxc el conquñero de su señor. ! y el resto de la lámina no lo es mellos por mi entona-
que adornan muchas de ellas» desde el tosco abierto >¡ no se achacara á resultados de una sugestión inva j pión y dibujo.
en madera hasta el delicado agua fuerte, ríesele las untaria óá pro|>ósitos preconcebidos afirmaría que I El editor Sánchez en Madrid da á luz sucesivamente
mas perfectas obras en talla dulce hasta las cromo a cataza de I). Quijote me recítenla á Shakc*|>eare, I tres nuevas ediciones ilustradas, en 1777, 1797 y
litografías más adocenadas y reluciente'. y salta á la orno en la de Sancho veo las facciones del John en 1798, merecedoras cada una de ellas de atem ión
vista la trascendencia inmensa que ha tenido y que Bull creado |x>r el humorismo de los artistas ingleses. \ de resjieto |x»r el artista: dividida en nueve lomos
continuará á más y mejor teniendo la creación de Ixi primera edición ilustrada española vió la luz de pequeñas dimensiones la segunda, adórnanla pre
obra tan genial Dejemos de lado el regocijo y pla L-n Bruselas corriendo el año 166». de la que repro ciosas viñetas finamente abiertas en acero encatazan
centero solaz que ha propon ionado á unos y asimis ducimos dos grabados: la aventura de And resillu. que dolosca|iítulos:hermoM-an la tercera buenos grakido*
mo el elevado deleite y purísimo goce á otros, la corres|>onde a la primera (Kirie, y la portada de la en láminas sueltas dibujadas con soltura y elegancia
alteza de su concepto, su iin|H>rtan< ia social, y ciñen segunda, de aspeclo decorativo, en la que campea el y de carácter contenqK>rána». aunque nada cs|ufinl,
donos concretamente á los resultados materiales, de generoso hidalgo, espida en mano y embrazando la mientras la segunda reviste |x>r la ilustración iiiqxu
ben asombrar al más escéptico é indiferente las con rodela, con un león domeñado á sus pies en el centro lancia extraordinaria ,x>r el coiieqMo y la traza en la
secuencias múltiples, infinitas, de un simple tratajo de un zócalo en hemiciclo, sobre el cual descansan ronqxisii ión. el color, la robustez x propiedad de los
intelectual, luis aventuras de los dos héroes manche- Dulcinea encantada y Sancho Panza gota-mador, tipos en los más de los cuadros y por la finura é in
gas escritas por el desdichado mam o, que para sa sosteniendo la efigie de Merlin. Son los |>erscin.ijes teligencia del buril con que fueron interpretado*. An
carlas á luz necesitó escudarse en los blasones del representados flemáticos y re|tusados: cakdlcro y ser tes de ésta, en 1787, dió .1 luz la Real Academia Es
duque de Béjar primero y besar los píes del conde de vidor hermanos |M»r los tqtos, y es Dulcinea una ma pañola una edición esmerada, enriquecida también
tantos en su segunda |xtrte, han |>er(>etuado basta trona de un cuadro de Teniers. con numerosas láminas gral*a<las en metal |>or arlis
nosotros los nombres de estos (K-rsonajes y los egre Ixi disposición y concepto de c%a (onada, como la tas españoles, |»ero ele as|xxto frío é incoloro, repro
gios protectores recitan del infeliz artista una in de la primera (Kirie, sirvió de ti|>o y de norma para duciendo un dibujo sin vida ni movimiento, aunque
mortalidad que no merecieran, y unas cuartillas ma infinidad de ediciones sucesivas, de la que es una I de sabor genuinamente es|Kiñol en lcisti|xisy detalles.
nuscritas en mísero aposento mueven más tarde las muestra la calet era que adorna la publicada en Ma V’a en este siglo, en 1804, \’ega da en Madrid una
prensas de todo el mundo, se reproducen y multi drid por la viuda de Blav el año 1730. En ella cabal nueva edición de mediano tamaño, que contiene dos
plican, tradtícense gráficamente por el grabado, ins ga I). Quijote, seguido <lc Sancho abrazado al ru portadas alegóricas y buen número de laminitas con
piran á pintores y escultores V los resultados mate cio, surgiendo de entre los dos un pedestal coronado encuadramientos y (icanas en que cani|iea la fisono
riales de una obra literaria son incalculables: una por el busto de Dulcinea, flanqueando la composi mía propia del sendo clasicismo propio de la cpnca,
creación artística, un destello de un arte que nin ción las estatuas larroco-romanas ele los calmlleros constituyendo una ilustración bonita y elegante del
guna industria necesita remuele más millones tícese andantes Amaclts y Rolando. libro. En 1807 apiri ce en Ixipzig Doh Quijote im
oro cu que sólo creen lis hombre-* de nuestros días En Insanos 1674-1706 y 1714 (uiblicause en Ma preso en castellano en varios tomos de forma reduci
que todas las empresas sugeridas por su codiciosa drid ediciones ilustradas con pequeños graliados en da y adornado con grabados de buena talla, de dibujo
actividad. talla c intercalados en el texto, en los que. como no vigoroso y movido, y pix’os años después, en 1814.
listas consideraciones se ocurren al contemplar y podía suceder otra cosa, traslucíase, aunque vagamen Bossangc y Masson estampan en París, y en castellano
al estudiar, como he debido hacerlo (tara la formación te, el carácter del pais en los ti,>os y en varios detalles, también, el /)ou Quijote en seis pequeños lomos qtle
de este número, la biblioteca cervantina que posee como también la inqxricia y escaso valer de los ar adornan varias grabados ele ejecución correcta, |»ero
nuestro amigo el Sr. I). Isidro Ihmsoms, en la que tistas que tales obras produjeron. Verdussen en Am- de condiciones artísticas |xxx> relevantes.
figuran puede decirse «todas* las edit iones del (?/zz- beres y Bonnardel en León (Francia) estampan (Kir Izi Real Academia Esjiañola en 1819 rinde nuevo
/c/c. A su ilustración é inteligencia, que han coo|>e» los años 1719 y 1736 ediciones ilustradas con lámi homenaje á (‘enantes con publicar otra edición em-
rado en gran parte en nuestro* trabajos: a su franca nas sueltas, curiosas |ior la ingenuidad del dibujo y la talleeida con buenos dilwjox de Rivelles, gratados
y cordial hospitalidad, abriendo de ,Kir en (Kir las sencillez gráfica con que tratan dereqircsentar las más |x>r Euguidano y Blanco, que recuerdan :í (¡ova algu
puertas de su tesoro bibliográfico. que bien puede culminantes aventuras del generoso hidalgo, hasta nos, como el que publicamos representando la verti
llamarse único, debemos la realización de este home queen 1744 aparece en El I laya una edición en cua ginosa molienda ele puñetazos y mojil ones entre Ma
naje con que la Ii.rsi k icióx Artística trata de tro tornas, adornada con habilísimos graliados según ritornes y sus compiñeros en el a|M>sento de l>. Qui
enaltecer una de las nuis puras y esplendentes glo las conqiosiciones de Covpel airosamente resueltas y jote, y de casta y sabor nac ionales todos ellos.
rias españolas. no mal dibujadas, á la |>ar que ri< as <11 ese color y De la edición impresa en castellano en BoMon por
Publicóse la primera edición del ZW Quijote de ta cbro-ohscuro propios ele la escuela holandesa, que el año 1827 reproducimos una de las láminas sueltas,
Moue/ta en el año 1605 (** Juan ele la (’uesta y á constituye una nota brillantísima en la iconografía gratadas al contorno, que revelan en mi autor un hu
rosta de Francisco de Robles: en é|xjea en que la del Quijote. morismo de buena ley con un dibujo fácil y correcto;
imprenta declinata ya (Mir la pendiente en la que Pocos años antes, en 1737, I. y l\. Tonsnn habían y de la publicada el año anterior en Madrid ixir
empieza hoy á detenerse, |xr«lidoel c arácter artístico impreso en Izmdres las dos (tartes del libro vil cuatro M. de Burgos «los. como c jeiiqdos «le esa nueva ilu*
de sus primeras manifestaciones transformóse en pro tomos in folio, conteniendo sesenta y ocho graludos iración curiosa é interesante que revela al menos « o
ducción industrial: á los primorosos tratajos de los t n cobre, de los que reproducimos dos: grabados nocedor en los menores accesorios el gusto y lasted
miniaturistas y c alígrafos que exornaran los primeros corree lamente abiertos (k to que no al anzan 11: con den« ias de la é|»<x a.
libros estam|udos, siguió la adocenada latar del obre mucho á los magistrales cuadros de ( ’oypel, curiosos A exjiensas «le un conocido cervantista estampa
ro, escasa si no exenta de originalidad y más escasa eso sí, |M>r los tipas, es|xrialmente los del calxillero J. Didot en París una edición mfcroscópiea cu un
todavía de elegancia y de buen gusto. Así en la (Mir y su servidor. tomo, rvproduchla pix'os años después en dos, conté
lada del primer Quijote, ornamentada con una viñeta En Madrid y en 1750 se estampa lina edición niendo pecpieñíts láminas de asjKcto y cualidailes
no desprovista de buenas cualidades, jieru infelizmen exornada esta vez con grabado* abiertos en madera, bien semejantes á las que figuran en la publicada |x»r
te encuadrada con un filete, vemos el título del libro ejecutados tor|x nientc, (K-rci no privados los asuntos Bergnes en Barcelona el año 1S32, gratadas en a« ero
dando preeminencia al calificativo de /zr¿r//¿w y de cierta gallardía en el dibujo, intención y carácter |x)r Alabern, y antes, en 1829, a|Kirecc en Madrid
partiendo la palabra Qui-xote |wra terminar en otra en los tipos y de ingenio en la representación; y como en varios tomos y en forma también reducida la
línea con la denominación «/«* Zr J/<rwAr en tipos es probable que la conveniencia de reducir los gastos edición de los hijos de doña <’alalina Peñuela, que
inferiores al Hidafget y á <7 eow/uesto por en la impresión de nuevas ediciones pira extender y adornan curiosísimas |Mirladas decorativas con exv
Migue/de Cervantes en cursiva humilde, como facilitar su venta, hiciera adoprarcl procedimiento de ñas alegóricas en tierra firme, mientras por los airx *
también de la misma cursiva y en línea a|xirte el se ilustrarlas con gratados en alto, sigue una serie de revolotean geniecillos y campean sendos y garbi>*os
gundo a|x-llido Saavedra. mientras dirigido at duque éstos, que demuestran, es,xctalnicntc lá de Madrid en rasgos de exjierto jiendolista. todo tanito, un tanto
de /tejar se lee en versales, y llena tanto espacio la el año 1751, la mayor grosería |>o*ible en el gratado sentimental v en (K-rfecta comunidad con la estética
designación de los títulos y cualidades de este perso y la carencia absoluta de las más rudimentarias cua del dix
naje como el titulo del libro. lidades en la cotn|>osición y en el dibujo, sin que se Algunos años imis tarde Bergnes. á quien tanto
Hasta que aparece en 1620 y en Londres con la eleven en muc ho más las publicadas por Solís en Bar debe la imprenta catalana, su regenerador al finalizar
primera edición inglesa el primer grabado represen celona y Hartar en Tarragona (Mir Insanos 1755 y 57 el primer tercio de este siglo, imprime nuevamente
tando á D. Quijote y á Sancho, saí n á luz en distin res,lectivamente, tras ele las que a,Kirece la edición de Don Quijote en forma grande, intercalando en el tex
tos años repetidas impresiones del libro, cuyas (Mata Martin, de Madrid, en 1765, como última expresión to los numerosos dibujos con que lo ilustrara Tony
das se exornan con signos ó mareas de los impresores, negativa del arte, ele buen gusto y hasta de sentido Lohannot, grabados en madera.
emblemas ó simplemente con viñetas tosí as todas ellas común Felizmente |kmos años después,en 1771. pu lira entonces la obra de este artista tenida como
y de época anterior, escogidas por representar más ó blica Ibarra nuevamentccl librci inmortal,enriquecido el summufu^ algo como no ha mucho* años *e ronsi
menos aproximadamente á los hénx-s del libro; algu esta vez con líennosos gratados, de los que como deraba la de (Î. Doré: el éxito alcanzado por esa ibis
nos de ellos grabados curiosos y característicos, como muestra damos las |iortadas de la primera y segunda Iración del Dou Quijote fué grande, y como siempre,
los de Valencia, Lislxia y Barcelona, reproducidos en |>aTle, donde en sendos medallones están 1). Quijote mis comjxisiciones fáciles y sueltas y su manera fue
estas |»áginas. y Dulcinea, de ealxva varonil, noble é inteligente él, ron reproducidas é¡mita«las hasta el infinito De algu
El frontispicio de la primera edición inglesa impre y mofletuda, vivaracha y risueña ella. nos de sus dibujos son reminisi encias, si 110 copias,
sa |)or Blounte, grabado en talla y vigorosamente di Ixi Real Academia Es,kiñola en 1780 publicó una algunas láminas litografiadas en una curi«>*ÍMin.i edi
bujado, representa al insigue caballero y á su servi edición moniitnent.il, cuatro tomos in folio, conte ción inqiresa en México el año 1842, que contrastan
dor montados en Rocinante y en el rucio: á sus pies niendo treinta y dos grabados de cjnm ión hábil y notablemente con otras más originales ejecutadas con
la fantasía decorativa del artista trazó una esj>ecie de esmerada: dos muestras de ellos, la alarma nocturna una inocencia fenomenal como |w>r ejemplo la llegada
(tedestal, raro y extravagante, en que figura el título en la Insula y el vencimiento de I). Quijote (>or el á Barcelona que reproducimos en la última |>ágina «le
del libro, ostentando el zócalo en un tarjetón el nom caballero de la media luna, figuran junto á los otros las ediciones en cs|iañol, ilustradas, en «pie figuran
bre del impresor. Aparte la relevante candidez del dos de la edición londinense de l'onson. Ixi desgra muestras de la edición de Repullés (Madrid, 1853).
dibujo, en las catalgadurax especialmente, débese ciada terminación del gobierno de Sancho constituye adornada con hermosas láminas dibujadas ,x>r P. C.
notar en esa composición «‘1 carácter de los jx'rsona- un cuadro interesante, por la agrupación, movimiento (.amaron y gratadas |k>V F. Duflos, y la publicada en
jes, bien distintos por cierto del tipo que generalmente y expresión de las figuras y (xir el claro-obscuro á Sevilla en 1854. encabezada con el héroe, graludo
se ha asignado á cada uno de ellos. Es I). Quijote trechos firme y vigoroso ó fino y delicado, en con en madera por Benedicto.
un caballero de testa noble e inteligente: Sancho no junto felizmente resuelto. Por mi* condiciones todxs Va las «liciones posteriores son de todcK conocí
es el rústico gayán del vulgo: su mirada es fina y pe poco se recomienda la derrota del desdichado hidalgo: das, |>or lo que y |x>r no dar una extensión más que
netrante; la expresión revela una cierta ironía mali- sólo el gru|x» de éste y Rocinante revelan la mano de extraordinaria á este número, no las consignamos gra-
EDICIONES ILUSTRADAS DEL «DON QUIJOTE. |»R I.A MANCHA» IMPRESAS EN ALEMÁN EN LOS AÑOS PE 1648 Á |8OO
Acámente muchas «le ella*: «Ici vu mencionarse, sin hulio ni hay rasa editorial importante que no haya de Cervantes, rejictidu |nrculmente en Cojicnhaguc
embargo, alguna* p.r su importancia y significación, contribuido con alguna edición .i enaltecer el mejor < « 776X ramo tampoco el «le I x-ipzig (. 780). que figu
como la «le (kirchs ( Barcelona, 1859). dedicada á la libro de la literatura castellana, como |>oeos son los ra en una elegante |-hI.k1.i gallardamente rompue*
memoria de Cenante*; «lo* tomo» in folio. enriqueci artista* que no le Layan rendido homenaje inspiran- tx Es el de París (.835, olica «le Dcvcria. el pintor
do* con 12 graludo* abierto* cnanto, ,»or Hostigosa. I dose en sus páginas francés; y se re«onúeixLui por el carácter de los ras
Estcvanillo, Martingz Roía y I jijó, según los «liliujo» De uno de ellos Jiménez Aranda, se reproducen gos con «pie la tradi, ión jivrsonifna á Cervantes el
de Espalier. I. Ferrant, Montañés E «le Madraza, en este número cuatro dibujos inéditos que gustoso de Pforzheim y c*|>c« raímenle el «le Sevilla (1S54F
C Ixwvnzale, C..L. Ribera. Fluixench. R. Martí y ha facilitado para contribuir con sus firmes cualida En otra página pulúieamos el que figura en la ver
Ahina y E. Planas con profusión de iniciales dibu des «le ilihujante á avalorar la presente publicación. sión catalana, imprest en esta capital en 1891. y «pie
ccnsuia ¡l la ilustración del Quijote: si imposible es ile autor anónimo, tiene indisputable autoridad por su desgracia, los habitantes de Argamasilla lo maltra
l.i transí up ióu gráfica del héroe, es (tnsible la repre figurar al lient • de una de las mejores edieiones que taron y lo aprisionaron, sin que se haya sabido, basta
sentación de otros tipos, «le muchas escenas, inciden «leí Quijote se han hecho en Italia, según puede verse ahora, los motivos de tamaña violación.
tes y aleta,fis, y da razonado motivo pira reproducir un las líneas con que cncaltcxa su traducción el eru » Pero ¿qué son las cadenas para un hombre de ge
infinidad de documentos interesantes, de crear cua dito é ilustrado cervantista I). Ignacio Dublé. nio? Aunque esté sujeto y oprimido conserva siempre
dro. verdaderamente artísticos y «le hacer, en una la energía y se burla de estos horrores. Sócrates filo
palabra, obra meritoria a, exornar, cuando no en otro IX: las ver.xtnes italianas «k-l Quijote, es quizás la sofaba en »u prisión como en la (daza «le Atenas;
« <mccpl.>, en el decorativo, un libro por todos ysiem- mis notable la de 1818, puNicada en Venecia |»r Torcuato Tasso en situación |tarccida no se dolía «le
pre leída Alvis<>|M.li. si no por su antigüedad. por la exactitud halter perditio la liliertad, sino de no pMler «scribir á
Vu mi.mo, en mi (wofesión, que los azares de la «le la traducción, que se hizo en vista «le la edición su talante, lo cual le estaba prohibido por sus opreso
suerte me han dejorado, de ilustrador de libros, he «le 1780, corregida por la Real Academia Española, res. Cervantes aprisionado por los manehegos dió
puesto Ioi|m: mano en la obra del inmortal Cervantes y ile la otra olición de 1797-98, publicada en Madrid rienda suelta d sil imaginación y compuso el Don
con el piopósito, ya que no fuera factible el de inter por D. Gabriel de Sancha y anotada por D. Juan Quijote; así el libro más ingenioso y singular que ha
pretar al generoso héroe mancltego, «lu contribuir en Antonio Pellieer. la edición i que nos referimos con producido el espíritu humano fué compuesto en una
el i'm jmi valer de mis fuerzas á enaltecer y glorificar, tiene un estudio biográfico crítico de Cervantes y sus cárcel, donde, según nos dice el autor, titila incomo
l omo con esta manifestación se hace, una creación obras debido i la pluma del anónimo traductor, uo- didad prevalece y todo triste minor tiene su asiento.
genial cuya esplendente aureola no obscurece en lo moaltreltanlo ferila quanto modesto, según lo califica >ki filosofía y la elocuencia fueron i contemplará
más mínimo afortunadamente todo el mezquino (*> el prólogo de los editores, y que, á juzgar por dicho Cervantes, cuando éste, errante y miserable, era olvi
.itiu.ino «le nuestro «fin de siglo.> tralujo crítico y ,tor la versión del Quijote, se com dado de los (toderosos y despreciado «le l«»s |Mjelxs
prende dclúó ser un eminente literato. I K-l mencio porque SO desdeñaba de escribir, á semepn/a de ellos,
J. k 1’EI.IICKR nado estudio trailui irnos los siguientes párrafos, que versos frívolos y vanos. Mientras Unto tenia la alen-
ción puesta en MI siglo, y veía con sentimiento y con nuevo sin ;qeinar»e «le la naturaleza. ni decaer un solo en decirlo di*i|>ó la* ilusione* de la (atalleria. ta
enojo á la mayor ¡arte de los hombro cmjKñado* en instante, ni causar le«li«i jamás. Todo esto pertenece multitud de libros ¡mr él impugnados, esparcidos por
un género de lectura que |xfjudi« ata la educación, al genio, «¡ue se manifiesta ¡«or »i solo sin nvcv»i>ta«l todas ¡artes y con tanta avidez acogidos, desapareció
corrompía la nuirai, pervertia la* costumlwvsy u*uqu- de regla» ni iiumIvIo». de tal modo que no Irruiría noticia «le su existen
lu à lo bello aquella atención que *e concedia á b* •C'uuim).. el Don M* ihimi «n ixir*tn,*·>u coi» cia *ino ¡M»rquc se Ice el Quijote, triunfo singular y
más monstruosa* ¡merit tone* E*tata la E*¡una inun b //z.z«ór. m> *c < <«ii¡mi*ta» quv «a impuMlúc com maraxilloso. digno de la otaa y de la gloria que nadie
dada de litaos de «atalleria. y *u* despropósito*com- parar «lo* obra» ilc tan di*tinta naturaleza: y tanto «c puede di*putar á Cervantes.
titutan la admiración<k los ignorante *, el pa*atiem¡M> extremó la analogía, quv*v pretendió encontrar en el >los sátiras viren poco tiempo; si tienen vaguedad,
de los ocioso* y quizá* también de lo* hombres de ! poeta griego alguno* iia*o* tie lo* cuales ¡«ix uró no interesan; y si *c aplican á determinades objetos,
no ordinario talento <Yo acataré con esta |>e*te,> de Cervantes hacvr*v imitador. YenLuleramente seria mueren tan pronto como cesan las circunstancias que
cía para si (’enante*; v su elevada v caprichosa ima extraña la afirmación de que la lectura de Homero las tan hecho nacer. Estala reseñado á Cervantes el
ginación le prese ntó el héroe que debía exterminar á hubiese producido el Mw Oui/t»ee; no otatante. si al privilegio de que ¡ara vergüenza de ver aniquilada la
tan intolerables piladme*. rei'ordar al ¡udrede la |K>e>í;t *e dijere que |xiracom Caballería y con ella la* ridiculas costumbres, viviese
>No valían. sin cmtargo, pata » on*eguir tal inten (Miner el /A>/z Qnrote era neiestn.i tanta fuerza de ni /X/zz ^k/z/MZf y adquiriese nula día más esplendor.
to, ni las estériles inverti- ingenio como |xtra coiujmi- ¿Quién hay que tenga el don de interesar como él?
vas. ni las finas argumenta ner la //á/#/»/. csturtaitm* Por esta razón le llamó inimitable <1 autor de A7</zuz,
ciones que *<• habían usado de hnlo (uinto < oiitoruie* y lo prefería a todos l«»* «’scritores de fantasía: y por
hasta entonces: débil repa • on <**tv iui< io. añadiendo esta razón todas las naciones culta* lian traducido su
rt» á contagio tan grande, y que esta mÍMita relation obra, y las má |tima» no *e cansan de imprimirla ni
que contcniílasen obra* no tiene < ’creantes, no sólo los ojos *C causan de leerla. Los ttombre* de l>. Qui
leidas |u>r el pueblo, à éste con Homero, ó no también jote y «le San<’ta» Panza ícmi« nan en los lugares má* re
de nada le ¡xxtian sen ir. c«m Slfimles con Virgilio, moto* de la tierra, y<tt«»* do* humildes ¡tersonajes, na
¿Ik qué apnAecha que un ion la**-, om f oriRille. • idos en l.i íauta*i.i «le < enantes, vencen en edetaidad
critico escrita jura otfo* con Ratine y««mtod<i*los á lo* más riustres Ir-hm* «le la látaila y de la historia.
crítico* aquello que é*to* • LxtMen lii·intaes sin embargo, á lo* cuate* uoeus^
pueden acaso ¡tensar ¡mr *1 >Vn homtae á emo ta U este I.I.HX y que «Adrar, d, imfpith v de f.ivoh »..
solos? P<x tal motivo la* de lectura *S-rb iiiimi i« f<lu!o el «lile *«• rinnS-ara m
clamaciones de Lui* \ ive*, tragu a de la altura a «næ dar á conocer áe*ot tale* la* talk/a* «kl Zfe* Quijote.
de Alejo Venegas y de otros ta Ih gado en este siglo, y ¿Insípida *u le* tura cuando la hicieron utuve:*al *us
contra los libros de calía- gracia* tint» a* y* el deleite
Hería eran inútiles ya que <lUc ditumlv hor díklunP
el pueblo, ab*orto en la lec ¿Frívob una obra que corri
tura de éstos no leía aqué gió el vicio literario i!e *u si
llas ni era capaz «le enten glo. y sin l.i c ual bis que la
derlas Si se quiere extirpar juzgan tan desdettosimente
un v icio arraigado en halas «lui/áx aún per de fian el
parte*, se necesita un reme tienqx) leyendo un //z/Zírrfá
dio «’«inveniente para lodo*. Je tiaulot Qu«- *e cite tu»
►Crecía vntrciailltt la ne solo autor en el cual el pía-
cesidad «le esle remedio, y « ei. efc< to eterno é in*ejsi-
si la gente eifraki Hiela* mi» rable de b* obras de hermo
delicias en b leetura <|iie sa imemión, resulte tan
se tratalu de aniquilar, era cumplnlo y haya llegado á
necesario reemplazar «Ihlu tan alto grado. Pero «h jeino*
leclim ¡mr otras igualiucii á tale* hombre* «<m *u ex
te agraibbles y suplir l.i travagante «« n*ura; su* la
¡>ér<li<h «le tanto» lil*«>»< «mi Imo* no *e abrieron nunca á
Kltcrtl imptoa CD ¡h»:r3Ó.or. en cl jA-. i"S5
uno que lo» asenlajase a la *onri*a, ni *u* «'ora/oiK**
lodo* |>or la novexLid y el a la* gra< ia*.
deleite: «pie, a«Ioma«lo con H«b» las gabs de la ima que h-, tr.ta.lo casi t-kn K’uamlo *e publicó en
ginación, seapoya»e en los prim ipios «l« l buen gusto hr. géucr.* .le hteratura 1605 la primera parte del
y «le la verdad, y « uva invent ión pinto « on la filosofia ron una (tenetrai ión y una Quijal , no pudo tan de
resultasen útiles y deleito»»» á Unía « lase de ¡«er-sona» facilidad que formaran é|»n improvisoc«»iurer*e la finísi
en cualquier estado «le la vida. ca en el mundo, al afirmar ma sátira que etx errata, y
•'Tal fué el /Ai* Quijote que altura lee ávidamente en su* JZwz/d/zoff que el convino al autor tarer una
la posteridad, sin atreverse a «l« « idii qué es lo mas espíritu humano no hac< • rltica aparente de *u obra,
digno de admiración, si b luerza (le la fantasía que ma* que fe|>rodui ir*e y <|Ue |Ktra que ésta fuese buscada
lo inventó, ó el deleite que lo si/«ma, ó el estilo eon las obra* que nosotros ad y entendida. ( ’.radas al //z/x-
«pie está redactado. Cuando en el euiM» «le la conver inirainos son imitación <le mz/z/ (l, se difundió el libro
sación se viene á tratar de este libro, todos compiten otras nias antigua*, dice yen poco tiempo se hizo uni
en hacer su elogio, y nunca de» recen las alalein/as, que el modelo del /)ott versal su leí tura. Esta cele
como si fuera inagotable el manantial «le las mismas. Quijote fué el f kózWe. de btidad suscitó la envidia (¡ue
Uno encomia b rmvedad y felit idad del pensamien Ariosto. E* indu<labié que «lerratm. *u veneno *obre los
to; otro la verdad y lulleza «le los « ara» teres y «le las *e debe b nui* viva admi poetas confundidcs ¡»or la
costumbres: éste la verdad de los «pistidios: a«juél la ra< ión y el niay« re*fRtu SU|.eriorkt>d de Cervantes, >
al rumiaocia y delicadeza de la» alu»iutk-» y «le los á e*te escritor italiano, <o K.lici-m ilu»ira.U in-.|x,-<« m Bohemia en cl »fl - |W*. él, desgraciado y oírseuro,
chistes; «|uién admira el infinito artificio v gracia «le nx> à utxxle lo* ma* gran Miliri*ticndo <|ui/á* gracias á
los diálogos, y quién la inapto iatil» l>elk-/a del estilo de* est ritore* original* * de <|U« |mede coorgulk* cîm- I b e<mi|u*i«Sn de !•►* denei*. n<» amtacx»nata otra ri
y b (Nireza «leí k-ngiuje. Toda* aquella» «lotes que b |XR-*ía. l\ ro¿4|«R; anakigia pueble existir entre «lo* queza ni otros bieiR * que la gloria «le su otaa. al mi*
acá y allá «lifunditlas halrbn formado b gloria de mu loco* «le manía tan ihversa, entre un «uadm c«»m¡>le m<» ticmio que los poilus irritado* *c conjuntan ¡ara
ch»» escritores, se encontraron nunitla» en un solo lamente quitmríco x otro cuadro hxlo v«f«b«l. « titre aniquibrb.
hombre y esparcida» om profusión en un solí» libro: un libro «!«• « atalleria y una vitira «le tales libro*» en > En una • ofn|M»*t« ión tic iiesimo estilo el insolente
¿y en qué tienqro? En un siglo «le frivoliil.ules y de tre la litartad «¡ue *c ¡icrmite el ita. .lito y el artife hi
«li'putas más «¡ue «le gusto \ «le silrer. en el cual el y la sabiduría con que prixetle el c*|Mîh>I?
arte «leí raciocinio se había casi ¡tcnlido y en que la >Y aun matulo m? coiu e«lie*e qua la marcha del (i) Uk tratajm rfitiem ¡««urin't* â la techa .Id aiikaU.
que tradtirimo* han trnkln a impugnar b rxaetilixl de e*u*
literatura puede únicamente « «Hitar «lo» ó tre» libn.s uno es muy semejante à la del otro en |m reí idos su
nSimMi'xrnc* fvbtivu* al flnieofie, Kl dtaingiiid.» renantiMa y
(pie se atrevan á competit c«in la »ti|K'riori«l¡l(l de las vesos de la fábula, ¿« uántas otra* cualidades resaltan dm tu iti ¡1 ri. . «fol llit i.- . .I. ViUni i Ü. Jul Ami
«los edades «pie le siguieron; y pm esto cuantío se en el Qtnjttte «pie no (Muirían ser tomada* de Ariosto mi «ItaiiiM» h-ido vi» z| .le atril «le lKo¡ ui la M-rión piïhlira re
considera la época en «pie se publicó Don Quijote y ni de ningún otro escritor? ¿Etn uéntrase por ventura lebrada en d liutr.. de .In ha « iudml |xira i,..niuvin.»iai el aniwi
xariu 277 .le la muerte de Cenante*, .lire arvtra de e*te n*unl..
se compara ¡i Cervantes con los hombres de su tiem en dieln» ¡meta el tono de sensibilidad dulce y afee !.. siguiente: «El |»riitiv«t. une andamln I.»* I¡run.« emulen.»
po, la obra parece un ¡Mírlenlo y ( vivantes un coloso. tilosa, tan frecuente en la obra de Cervantes? ¿Neee eda »aga y r.inCima liadun.n .le la* .ih.*i..in* quijiMex^* hié
►No es esta ocasión o¡K)ilUiia «le analizar las belle sitó acaso aprender de Ariosto la elegatu ia de un es ! el iludre artiller.i I>. V in nie de lm quien < n /ï,/a ,j,
zas del ZAw Quijote, ni «le examinar por cuál modo tilo siempre armonioso y puro, que adaptándose al Cert^nJet* im¡u«*a eu 1780, hare la ¡* i« grina ahrmi« i«».i .le
' que mi nÙMiH. Ui^valod.. halna ¡mt-t». ado m anónima
el autor haya sabido hacer «le »u héroe el más ridiculo objeto descrito por él, « natural. Iluido é ingenióse
y al mismo tiempo el más prudente ym i» virtuosode en las narraciones, modesto, ingenuo y decoroso en M U*£l«‘uhrt'-
los hombres, sin que tantos y tan divers»» aspectos los chistes, ¡vreciso en los raciocinios, rico y fastuosc hcmrii <lr cierta» i«x*4xttia« inteiM x-i«a«i,* at«a*i-«»c*- aika«lirwd(.
en que lo presenta se |terjud¡<|Uctl entre sí: «vino en en las descripciones? Finalmente, ¿de quién aprendió I <t dil^mtr U^rafo «im- xn St. Kmdia/ hat-j rrorotc
Ma* U..Senario
Sancho ha reunido iodos k» gra«I«r» de b simpleza, nunca el precioso y difícil arte de los diálogos en lo* moue un cien>|4a< .tel mtavf»"*»
rw-M «le 1> hua Ant-«iio prit. •< |» MaUm Feinaixhz »k Va-
cual es su admirable « ondlK ta en estas variedarlcs cuales Cervantes no tiene rival alguno, ni aun el ilus
incomprensible» sin pcrjudi«-ar á la unidad «le lo» ca tre Richardson?
racteres: cómo lia saltillo juntar en su fábula !«» >No, Don Quijote no buscó modelos, yhastaahor: i cwriesrJWklw á »rwnle >«£!-. («Mir.. I». A«M
I !.. «k- Ca»to. ri .i.p.i.-.».. lluuapK .Ici ..ul-^ .1,1 (hM/Wz. U ox.
acontecimientos que ¡oreelan nui» apartados «le la carece de imitadores: es una otaa que encierra lo i mmlcntc iii.,.uKn..ci..ii.U Tieliw m »«i Hittori-tde!a heer.ti-t>„
misma, haciéndolo» servir para ¡«Hier «le relieve la caracteres todos de la originalidad y del genio; es ur to'*■"«' «T»M«-lbiM» h.( .kjj.l.. U» o-a» «n « I mi»in..
locura de su personaje prim i¡»rl; dótuk- ha aprendi- poema divino, cuya com¡»o*ic¡ón nació tajo el auspi csliuh» .le rarmriu «le n>.li.w» aulcnrini» acerca .Ici ral liluci..
tlo á variar la» situai iones, á ¡«itur en contraste las cío de las Gracias y de las Musas: cuya a|xarición luí atntitti.U» á Cenante*.
escenas, á conservarse siempre original y siempre un rayo de luz que en menos tiempo del que se tard: ts.M T.)
EDICIONES HÚNGARAS, UNIANDESA, BOHEMIA V CROATA ILUSTRADAS, IMPRESAS EN IOS AÑOS DE 1850 A l88i
Villegas ( i ) osó calificarlo de Diste poeta y llamarlo justa <|ue le es dable atttbtcidttar al hombre de cons- I convendrán en ello cuantos hayan lefdo csiolira admi
quijotista, con pretexto «le tomat la «hlensa del |K>eta I>¡<;uo talento. Su a« ti\iibd intelectual Imito <lc ejer rable. asi como en que es de aquellas que no pindén
Argensola {;), -i quien Cervantes mi había hecho otra citarse en un campo est re» hamcnle limitado: la lilx-r- Iccinc |w»r fragmentos ni ser analizadas eoitfnrme á las
ofensa que la «le apreciarlo con exceso. Otro jx>e- tad de palabra, la de dix utir las grandes cuestiones reglas de la critica ordinaria. Vara conocer .i huido al
ta (3) tan obscuro como Villegas, imitando por mofa rebeiotuths < on el hienestar jiolitico y religioso <le catallero de la Mancha hay que examinarle en todos
à Cervantes H«g«» bajita la temeridad de continuar los hombres sv hallakin tajo un entredicho igual al sus as|KTtos. Hay que contemplarle » tiitaliMlo »n la
una obra cuyo mérito estalu muy lejos «lo |kh!c« es que jte*ata sobre la litartad de impn nta. y asi enea lectura de SUS libro» <le« atall» iias; oirle <!» pxrtir <*«hi
timar. ¡Ignorante’ ¡Atreverse a escribir «Mío Quijote. llenado vi |»ensamiento >cc<he el manantial de tinta los |iabdint*s y los em antaiior»-», y verle xobf alleiule
y «lecir que lo hacia para mejntar el priniero y ,m.t- humana energía. |M»r«|iie faltándole b independencia los confines de la razón á itit|*ul»o» «!»• su gallarda
que al autor de «Sic le faltalu tal« nto,ura continuar no pudo influir en el «I m nvohiiuivnlo <1? la* letras, fantasía.
lo! ¿No sabía el tal que la « tilica mis difícil es ¡a «pie de las ta-lbs artes, ni <le ninguna de bs producciones ! >EI queta teiii<lo el enilreleso «le salmorear lo> p«e--
mira al ejemplo y que el éxito x-gnro im» está tixr- intelectuales <k aquel lientnu» mas de .-fanr/rj y «le Or/auJo » s qttait |mwle api» * :ar
va«l«t mas que al hombre «le sii|«vriorc» facultades? >Si hubiesen regulo .1 Ls|Miia otras instituciones las < ual¡< latle» tlel héroe man* hego «uamlu iiinutu mi
•-E1 pobre hombre la< hals» «le lujo el estilo de Cer Cenante* 110 tatab tenido que atai/ar la carrera de 1 viejo y ex uábdo jamelgo, y cuitarlo de una tn«»li«»M
vantes, y se búrlala de é»te- (torque era viejo, lisiado bs amias como un soldado vulgar, stguiviolob tasta 1 armadura cru/a mont»*» y valk*» en IxtM a «k* aveulit
y imbre; como si ' illegas, Argensola y Iwlos los pie- pierde r en ella un Iro/o x b salud cstrofwath t»or las I ras digna» de su espida; cuando »u allM»n»r.i<l.i faut.»
ras de aquella épica reunido» pudieran ««snpetir en fatigas de b guerra x bs pena» <kl cautiverio; no se i sia transforma kw ni»»!ino» de xiento. la* ;»kl» ana» y
mérito literario con un s«ilo capitulo los labriego» en giganh ». piladme».
d< l Quijote, y « «uno si la pobreza y la I hilcinea» y mago», sin que l«>* « on
imperfección «le Cenante», « itbriemlo tratiempís desazones y d» mIk has qui
de oprobio á su siglo, no añadieran en tropel le agobian sean |»art<* á ha
mayor lustre á la veneración que le es cerle abnr los oj«>». la» proeza» del
debida. Pero tales ultrajes. que no ingenioso hidalgo «011 su fiel K<h í
merecen la atención de la posteridad, liante y su cómico escudero San» lio
son citados por nosotros únicamente aparecen entonces á !«►» ojo» ciel ta
por, pie ilun encaminados a la «densa tor con aquella dignidad que d i nu
de un hombre ilustre. Además. v ienen encanto tan incomparable á »u» ha
¡i comprobar la venlad «leí dit ho «le zafias.
Pope: «Que un nial escritor «■» gene wl’ara estimarlas en su ju»to x atar x
raímente un hombre malo.» apte» iar debiilamente el »aia«t*r di
»l’or el contrario, ;< umita dignida«l e»tos |ier»<inajes fuerza e» «omw « r « I
y cuánto demr«» x* encuentra en la «le a«piclki»á «tuieite» imitalun. ,<tes
defensa «le (‘«rvante»! Para confuir- I m.
<iir<i iivmjo a,< íta.F* . .1 tl.L U» ,
110 n<»% mira tuvo»
Grabado, de b edición española publicada en el año 1780 por la Real Academia de Madrid, imprenta de Itana, molida o'ao x o’ij
na. Sin calcular jamás mis propias fuerzas, acometían encantadores no eran en realidad sino sencillas aldea broma sus más generosos impulsos. Mal podía disi
las más peligrosas empresas en beneficio de gente in nas que al verle (x-nsaron morir de espanto. mular á los otros las flaqueza* «pie á sí mismo nose
grata. sacrificándose er» aras de leyes y principios que ►A lo* hombres le<trata siempre de un mtxl» caba perdónala. Una alma grande como la suya no calla
muchos juzgaban completamente ilusorios. I-a devo lleresco. y como no olvida jamás su ¡tapcl de ende la verdad aunque sea en «letrinieiito «le lo que más
ción al heroísmo y las pnietav* de virtud, son. como rezador de entuertos, siempre le» deja un recuerdo de ama y respeta, mientras no ceda en su propio «le*,
lia dicho Sismondi. los asuntos más nobles y ejem *u persona, pero la» más de las vece* |«»r lodo extre «loro.
plares que trata la historia de la humanidad. No los mo desagradable. Bien lo explicó el bachiller Alonso . ►Pe ro ni este propósito, ni el indicado contraste-
hay más elevarlos en los dominios «le la Poesía, cuyo IZpez diciéndolc: entre el mundo heroico y el mundo vulgar, ni su feli-
elemento principal es la representación de graneles y - «No »é cómo pueda ser eso ,le enderezar tuer « j'ima sátira contra la exalta» ión «le la fantasía pue
desinteresados sentimientos. tos, pue* á mi «le derecho me habéis vuelto tuerto, den señalarse como los únicos móviles «|ue indujeron
■•Sin embargo, el misino carácter que nos inspira dejándome una pierna quebrada, la mal no se ver.» á Cervantes'.! escribir su libro. Hay otro muy apa
admiración contemplarlo desde un alto punto tle.vis- derecha en todo* los dias «le su vi«la, y el agrav io «pie rente y «le más directa aplica» í«tii que- hasta boy pa
en mi hâtais deshecho, lia rece haber pasado inadvertido. Conviene recordar
sillo dejarme agraviado «le ma «pie, cuando ajiarccíó el /><w Quijote, la literatura es-
ñera «pie me quedaré agraviado |añola estala atestmla de libres «le «alialleria*. en
¡tara siempre; y liarla desveli su mayor ¡arte muy malos. Tal lue su peini< ¡osa in
turaba sido tO|arc«m vos,que fluencia, «pie no sólo pervirtió el gusto nacional, sino
va»* buscando aventura».» que desv ió deplorablemente á aquel pueblo «leí buen
►I.a conclusión que «ledii camino. No hay «lu«,a «pie la mitologia calnllcrcsca
cimos «le 1.» leellIRl «Ici D»u «imtribuyó á inspirar ll«« ione* muy pura» «le honra
Quijote la enc«»nt ramos en lo» y «le moralidad á la» na« iom-s modernas Ik-sde luego
sentido* términos «-«ni «,ue el purificóse el amor, de manera que sin encare» imien-
|»obre lachillcr se bnxnln «le to |»xk-nios «kcir «jue seguramente «klwnin* á los
su malaventura. autores de LauzarMt. ./»<»«//« y (Marnte la ex«pii-
► Es que b exaltación «le sen sita galantería «pie distingueá bs mudeina* naciones
timientos redumb en |x-rjuiciu europeas «le lo* pudrios antiguo»; ese respeto á la
no sólo «Id individuo que se mujer, rayano en idolatría, «pie los griego* «leícono-
sacrifica ,«ir los otros, sino «•¡vron ¡Kir completo. Bri»«-i«b, Arulrómaca y Pené-
también «le la sociedad cuyas l«»pe « alan resignadas en los brazos «le sus conquis
leyes «piebranta, fomentando tadores, «pie hacían de ellas sus esclava* al («oí «pie
el espíritu de rebelión, sin pro mis esposas, la buena fe, en los tiempos iiunlcrnos,
ducir sino resultados extraños se ha puesto al serv icio «le la fiicizn procbniámhise
y cor» frecuencia lidíenlos el» que la felonía es deshonra. I.«»s antiguo* la tuvieron
sumo grado. por inmoral, |x-r«» no la « «uisidcraron vergonzosa. El
•Como n»ás arrila dijimos sentimiento del honor fué íntimamente enlazado ron
un libro que hutacsc tratarlo nuestra propia existencia, la ile»h««nta se juzgó |x*»r
este asunto «le un modo lógico que la muerte y el valor una cualidad indi»,x-nsal»l«-,
Kc|«-lur<i>« «le U»« -W la» o<ni»-cr¿--i»c. .lilmjada» y gratada* |.« PMIi y grave habría sitio ex« «diva no m'»I<» ¡ara el soUiilo, »im» (ara el hombre en ge
wl« oanl'M del OiWr. i>oWka<la» en K'ZII» «n d aft>> iSj, mente triste y enenador, mien neral. sin «listiix ión «1«- clase* ni «'alegorías.
tras «pie una sátira escrita sin ► I’ero si l«»s genuino* litaos «le « .ilal!vrijsejcr« ieron
acrimonia |xxlia ser un.» jovial tan favorable influencia en b*costumlue* na« ionak-s
ta. hácese casi ridiculo si nos coloramos jara juzgarle i y donosa |uodu< « ión. pues asi el autor «orno los »mi- m» fué meno* fatal su imitación (ara el gusto (uíhli-
en el nivel común ríe lo* mortales. Es sabido que el rizados eran susceptibles «le elevados y generoso* co. lai imagin.m ión, cuando m» se npoya en la reali-
error, ó en otros términos, la sauriez y el descarrío sentimiento*. En nulidad, lo* actos ejecutado* por «bil, es una cualkla.l ataludante y vulgar. Ha habiilo
del entendimiento, rs el má* ataludante manantial de ti|«i* |iareciil«» á I». Quijote
i llistes y entretenida reí reación que existe en el mun «lan una i«l«-a más ventajosa de
do. En las aventuras del héroe las simplezas y las mi < ««razón que «le su inteligen
preocupar ionrs abundan que es una ta-nrlir ión, pro cia; peni cl nombre «le este hérix?
duciendo las más cóiuhas yuxla|»osi«ioncs, y asi está imaginario apiñase con suma
lleno el relato ríe graciosos incidentes; («orque un frecuencia ;i los «pn- se pasan
hombre que torio lo ve heroico ó calvalleresco no «le generosos en mis empresas,
puede menos de rlar lugar á mil extrañas combina- ora sean «le cará« 1er público ó
dones, á mil singuiare» carena* y novelescos aconte privado, lo mal (micha que ese
cimientos. Luego hay un sinnúmero ríe contraste*, ti|«» no tiene nada de sobrena-
más jocosos todavía, (torque no puede darse liarla tural ni inverosímil. Stsmondi
más donoso que el que ofrecen la poesía y la pr«»*a ha hecho notar que algo parti
ríe la vida; los ensueño» ríe la imaginar ión y los pe cípala «Iel espíritu «le b caba
destres detalles ríe la vida diaria; el heroísmo y el vo llería amiante el mismo carácter
raz apetito riel héroe; el palacio ríe Armida y la ven «le Cervantes, y «pie bs aventu
ta; la princesa encantarla y Maritornes. ras que tuvo durante su cautive
►Según Sismondi, áesto se debe «pie tantas perso rio traen á la memoria bs «le los
nas digan riel Don Quijote que es uno ríe los libros poemas caballerescos.
más tristes que se han «-arito. lo que no rleja de te ► No hay duda «pie el amor á
ner un gran fondo de verdad, pues la liase ríe la no la gloria fué el móv il que le im
vela y la enseñanza quede ella se despende son real pulsó á abandonar su* estudios
mente desconsoladora». Cenantes ha compendiado y la «piietud «Iel hogar para em
todos los noble* sentimiento* y ««las las ilusiones de puñar la es|M«b contra los ene
un heroico espíritu en las desgraciarlas aventuras de migo* de mi («tria y á alistar
su héroe. 1». Quijote, hombre rie bien á cana calai se nuevamente á pesar «Iel mal
y cumplirlo caballero, íué siempre ludibrio de zafios |cigo «pie habían recibido su*
y maleantes, 'lal fué el logo que recibió por sus vir »erviri<»» y «le hata-r (x-rdido un
tudes aquel hombre valiente entre los valientes «pie brazo en el comíate más me
arrostró los más formidable» (x-ligros naturales y so morable «pie re lu lihrailo para
brenaturales aquel hombre tan honrado que no titu atajar el ,u»«» á bs huestes mu
beó jamás un soit» instante al tratarse del cumplimien sulmana» «pie amenazaban la
to rie su |ialahro, aun en los asuntos más lialarlies, independent ia de toda Europa.
ni se desvió lo más mínimo rie la estricta verdad er» ►Esc mismo espíritu fué el
ninguno de los lance» ríe sil agitada existencia. «pie estimuló en Argel al intré
►Desintercsadoal(«arque valeroso, no (ideó nunca pido lautivo, granjea mióle el
sino en defensa de la virtud, y cuando le acometió el respeto «le los moros; el «pie
deseo de poseer un reino fué para regalarlo á su fiel «iiamlo Imito rei-ibido la Extre
escudero. maimrión le inspiró la necesaria
► En suma, Iué á un lien»,mi el más fiel y rendirlo serenidad ,«ir.i contemplar ri
de los enamorado», el más magnánimo de lo» gue sueño la muerte que se aproxi K«l<..lorfii-I» «Ir» agu lix-Hc «le Mr. A. Schiülier, j«ut4na.l.v en Alluoa en 1S63.
rreros. amo bondadosiiimo y c»pcjo de paladines. maba á la cata-cera «le su lecho,
Tamaño .H original O'aS » O'I9
Si á todo esto se añade la delicadeza de su gusto y la y el que le dictó bs nobles pa-
ilustración de »u entendimiento* bien puede decirse íabra» de su último prefacio. En
que aventajó en tatndail, lealtad y bizarría á todos lo* su carta al conde de tamos y en varios «le su* (¡o*- alguna* naciones y algunas é|xxa* «pie han carecido
Amadises y Orlando* que había tomado |«»r modelo*. trerot e»« rito* fuera fácil encontrar nimbos punto*«le «le ella; nías en c.inibio, bs «pn- l.i tuvieron b han
Pero, entreunto, *u* más generosas empresas no le semejanza entre Cervantes y su desventurado héroe, Ostentado como un «Ion colectivo. Lo* españoles, los
valen sino tumbos v porrazos sin cuento, y su amor á que al fin acala por comprender la vanklad «le la provcnzales y los áralx-s han tenido una imaginación
la gloria sólo le proporciona sinsabores y desengaños. gloria y «le aquella ambiciosa carrera que no le había especial que se advierte en los individuos «le i·stos
Los gigantes con los cuales lucha tan denodadamen valido «ino desazones é infortunios. pueblos como un sello «le raza, así en el poeta como
te resulta luego que eran molinos de viento trans- ►Si es verdad que ridiculizarse á sí mismo es el ma en el rústico aldeano. Si e»ta imaginación no es en
ormados en titanes jx»r su acalorada fantasía; las yor esfuerzo del buen gusto, no podemos menos «le frenada por las reglas del buen gusto, incurre muy
damas que creyó libertar de las garras de poderoso» admirar al genio «pie de tal manera supo tomar en á menudo en las más asombrosas extravagancias.
UNA l>E I.AS COMPOSICION» DE I.A EDICIÓN DEC. «DON QUIJOTE DE IA MANCHA»
ilihiií-l. i».i iXnf > publicada por la cam de M. Haeheiic y C* de Pari» en el ano 1863, propiciad en K'juiïa de la can editorial «le II Euwbio Riera.
reproducción «le uno «!c Iot cromo* .le la edición del Ingtniaio Hidalgo fon QuHott da ia Man,to, imprca y publicada en el año 1880
ivji<-Iu.< i..n .1. iii.ii «k ilc b «Ikion ikl /ngimeie //idjlgo fon Qui-ele Jr /a Man,to, ini| iva > publicaib < n «I aA« i“k»
pu b ..lii..it ,lv Ln lluMtniclóu Artística
Entre lo mucho que en Francia se ta escrito acuri a »Aliora bien: ¿contra cuál «le ellos se dirige, pues, j » Antes de examinar la doctrina final «le D. Qui
tlel Quijote y de mi autor. |mm <» tratajos hay tan Cervantes? ¿Es «outra la aristocracia? ¿’rendra Byron jote e» preciso seguir lo» desarrollas «leí |K.ansaimenlo
completos como el libro de Emilio Cha*le. ilustre razón? Asi se creería al oir hablar á Sancho: (tero «le Cervantes en ese |>erio«lo de 1598 á 1616. «pie fué
profesor de literatura extranjera de la facultad de Le Cervantes no aborrece al cal cillero «le l.i Mancha, un tieiiqx) «le madurez^ de savia y «le juicio general,
tris lie Nancy, titulólo )!M Je Cervantes, sa rie. pues le tace bueno, intrépido, elocuente; su «arácter eM’uchando lo «pie dice cuando habla directamente
son temps. son truvre politiquee! ¡iterarte. De él toma es generoso y noble, y demuestra muy buen sentido tic la (HKsia, de b literatura y «le la sociedad es,ta
mos los siguientes párrafos del interesante capitulo siempre «pie no se toque d su idea fija. ¿Y cuál es ñóla. - Emilio ( 7tas/e f
referente al^entido que, á juicio del autor, informa la esta ¡«lea? Es la antigua idea «le Cervantes en sus
novela inmortal del rrínei|te de lo» ingenios espa años juveniles y «le lix'as c»|tcranzas, la idea de bs Lkao. for E. k Vernlvii.
ñoles, gratules empresas.
> Podría citar muchos rasgos del libro de Cerva ir
<K1 sentido de, Dan Quijote. su alcance lejano y mi le» «pie permiten reconocer. tajo el disfraz de mi Del articulo Cebantes indunlo en la importante
profundidad cambiante no pueden ser comprendidos D. Quijote, corredor de aventuras, al eatallero pobre eneidopedb dinamarquesa noruega A«W/xí Cez/rv/--
desde luego por lo» < ontemporáneo», (torque están y nómada que. nacido ,ura bs armas y amigo de la» jít/zpv//c.vówz/, publicada en ( ?o|»enhague en 1885. y
demasiado cerca y les falta la |ters|x-ctiva; mientras letra», quiso en una y «ara carrera corregir los errores escrito por el Dr. G. Storm de Cristianía, traducimos
que los critico». que vendrán á su vez á juzgar el li públicos Si alguno Ib dudase, «pie lea b última |ú- el siguiente (úrrafo:
bro según las reglas ordinarias, á determinarla inten gina «leí libro, harto olvidada ya. • Para mi solo ha
ción y á reducir el cuadro, experimentarán cierta difi ce decir Cervantes á la pluma de Cklc llámete - • El (J/zz/iz/c lia hedió é|xxa en la literatura uni
cultad para penetrarse de los |>er»onnjes alegóricos. na«'ió D. (Quijote y yo para él; solos lo» dos somos versal. kn intención inmc«liata de Cervantes era. < «)-
El verdadero intérprete del /W Quijote es el autor para uuo.> En el fondo «le b novela hay mi monó mo >e 5talx\ parodiar las fantásticas y atañólas 110
misino, y él nos revela mi propio esfuerzo. Por lo logo, comoen las confesiones cristianas dr San Agus vela» «'.italkrcscas «pie «lexle casi un siglo habían
pronto escribe lo que ve ó lo que le place; <lv»pué» tín y en las confesiones filosóficas «le Juan laeobo. sido la Ici-tura del mundo elegante; mas mi genio
>u genio se engrandece insensiblemente, mis mira» no v»Y no e» esto todo aún: bs profnmli<lade» morales lomó un vuelo má» alto, y al través de b narración
son ya tan restringidas como en otro ttcin|K>. y toma en <|ue Cervantes penetra se iluminan, no sólo (nitmi humorístko burlesca de b» <le.»v<*titura«la» aventuras
|w>r modelo el espíritu, el hombre mismo, uniendo conciencia, á la cual interroga, sino también |M.»r el del caballero errante suena un saludo de despulida
á la observación pintoresca la « ritiea suprema, es diálogo entablado entre Sancho y l>. Quijote. al romanticismo de b E«b«l media. El que la carco-
decir, el conocimiento íntimo de lo «pie hay de más ^Cuando el caballero habb, es lírico; mando el ! miela lanza «pie el «tratallcro de la Triste Figura* blan
extraño y más misterioso en nuestra naturaleza. villano contesta, es todo lo contrario, y entonces cles- «le. se hace astillas contra la prosaica realidad «le los
>D. Quijote. Sancho y Dulcinea son |K*r»ontfica- aparei e ,a antil- 5< social No e» al «‘aballero á quien molino» «le viento, es «-orno un sínilmlo de que loe»
« iones, y su» carac teres síiu1m»1os. Mientras que Cer oímos, ni al villano: «*» b |HX-»ia y la prosa. Lo que ensueños «le la Edad me<lia han «,e desvanecerse
rante» les da euet|H> y forma, cambian tajo su mam» 1 tíos admira únicamente e» la imaginat ión en lucha irremisiblemente ante el concepto racional de la vida
y se engrandecen ,mco á poco. Al describir el espiri i on el buen sentido, lo ideal chocando con b rea* moderna. A-i orino los dramáticos españole» en la
tu «le las novela» se ve conducido á pintar el «le Es- hdatl, el esfuerzo de ilusión «pie trata «le dominar figura cómica del <graeio»o* condensan una |giro<lía
paña, el «le su época, y por último el de la humani la razón |M«¡tiva. Entre el hombre á quien intnmle viva del aéreo idealismo catallere^eo del hér«,e. en
dad: y á pesar suyo, sin la menor intención, sin horror la evidencia y se resiste ¿< ella con soberbia contramos aquí en b maciza y achaparrada ,x r>«)na
esfuerzo, ,mr su movimiento in<Ic|>endiciitc y «luján ten piedad, y el otro que le sigue y le hostiga desde de Sancho Panza el prosako sentido c«>miin «leí al-
dose llevar «le mi asunto, socava cada xez má». El abajo: entre el «pie no ve »in«t las ¡deas y aquel que «leiuo. El cM U«lero y su amo son «los de eso» ti|n>»
análisis psicológb o le imputa; ese libro, que al prin no ve más «pie bs cosas, hay un duelo continuo, eterno» «pie representan y |mr el contraste « ómico
cipio vw una simple p:iro<lia literaria, transfórmase adinirailo más en el libro |>orquc se ha visto ya en ilustran los conce|Hos extremo» «le la villa. Episodios
en una pintura filosófica, en un cuadro «leí mundo, b vi«b. romántico», descr¡|H*ioiies «le la naturaleza y «le la
ilimitado, universal: y como Cervantes interroga al Cervantes los ha escii« hado, repite su» propia» vida juquibr, todo igualmente alumbrado jw>r el sol
mismo tiempo á su propia < otn ¡envía, se burla de mi palabra^ y ya no tiene estilo propio, (xinjue se sirve «li- Andalm ¡a. tachonan «le flore» b obra en b cual
pasado y descubre sus impresiones presentes, a«lixi- «leí estilo de ellos. Ca«b cual usa su vocabulario e$* »e esjKiree holgadamente, en una exposición llena «le
nase en el libro una discreta autobiografia. |k« ial y su jerigonza intelectual; la « onversa« ión de sentimiento y « «flor, manifestándose á cada (oso el
>En un principio, Don Quijote es simplemente la aquellos «los seres, «listin’.^ por mi naturaleza y mi carácter simpático y en el fondo bonachón de (’er-
|»aro<lia. el resumen y la tumba de los libros «lecata- alimento (« orno decía la E«b<l media}, e» la maravilla x antes. - /V. (7. .SZ«/r/z/.>
llcria»: el (nieta «talara la guerra á los gigantes que del libro: el arte «leí narrador triunfa en las discusio-
lo» infestan, á los emperadores «le Trvhisotnla. á los ne» ingeniáis del amo y d< I < riado. y tace entrever Er.xix l-OR <¡ASPAR Slxtixón
em antadores. á los «Iragonc*. á lo»enanr»s. á los e»«n- un su cerebro • on inuMlada iran»|ureneia el juego «le
deros, á la» mujeres guerreras, á las princesas enamo* »u» |x.*nsatnienlos, Al ver funcionar el mecanismo «le
radas á la geografía fantá»ti«*a, a las torres dolantes y ca«la uno «le eso» «lo» r« loje», «pie jama» pueden |w>. Y. Karelin hare preceder á su traducción directa
á todo lo maravilloso que en tales libro» »e desarrolla, nerse de ;i« uer«lo. reixinoremos á las dos grande» fa del Quijote un prólogo «le 20 (dginas 4.*espt, con el
ka biblioteca «le D. Quijote aparece, pues <*» ‘ I pri milias «pie »e • om parten el mundo, la «le lo» ¡«lealis- epígrafe <Miguel Gervantes Saavedra y mi libro /Aw
iner plano: el ama «le gobierno y mi sobrina la saquean: la» y la «le los realistas. Qu//ote de la Maneha.^ Este prólogo empieza asi:
Cervantes |HUie en claro al punto la corrupción de >lu antítesis »orial se ha «lesarro,lado, pues, hasta
las ideas > hace el diagnóstico de la enfermedad uni el punto de abrazar la humanidad entera. En vez «li «Ningún libro ha adquirido lama fama, ninguna
versal. tios castas tenemos a la vista «lo» caU*gorb' «le espí novela ha ah an/ado tan extensa cel« hri«bd. ninguna
• Pero llega Sancho y se hace escudero de D. Qui ritus; vs la antítesis humana y umversalmente verda pr«Mlucción «le ningún escritor ha logrado ganar tan
jote. ¿He dónde viene? Ese ti|x> no está tomado de dera: y á vece» Cervantes que se siente atraído |>or universal popularidad como el Don Quijote «le Miguel
lo* libros de calwllerias: Cenantes ha ido á Imim arle su a»unto más allá de los límites que se trazara en la de Cervantes. Mas cuando á cada paso y «le b boea
en otra parte, en otra literatura «le la Edad media. primera (sirle, interrúmpese riendo, y «liee: de muchísima gente oímos el nombre «leí héroe de
Junto á esos hermosos libros «le aventuras existen «Llegumloá vm rihirel iradm Cor <l«-»ta hiMoria este esta inmortal obra, « ata-, sin emtargo, preguntar »i
extraño» relatos |X)pulares cuyo héroe e» un villano: «plinto capítulo, dice que le tiene jwif apói rifo, por- son much«>s los «pie lian leído el libr«s y más aún los
en Francia se le llama Mareolfo; en Italia lleva el qtie en él habb Saiieho con otro estilo «leí que se que »ahen algo «lel autor mismo, á (n sar «le que tal
nombre de Hurto,«lo, y su mujer el «le Marvolfazperu podía es|x-ntr de su corto ingenio, y dice «:o»as tan vez n«i ltay «>tro libro «pie se haya reimpreso tanta»
a«|Ut ó allá es el mismo hombre, un pobre diablo que sutiles, «pie no tiene |>or (Risible «pie él las supiese.> veces «a traducido á tantas lenguas ni otro autor «pie
busca el medio <le vivir, que na«b tiene que ver con >En efecto, la argumentación va haciéndose seria baya merecido tamas biografías. Detrás del enjuto
lo ¡«leal, y tiara quien la gloria, lo» honores y el amor por momentos: ingenuas en un principio, la» ,M»lé- rostro «lel héroe que ha quedado típico, asoma la po
son variedades de un lujo que le está prohibido á él micas entre Sancho y su amo toman el carácter de tente figura «lel autor mism«». Que salga á nuestra
y á los suxw En lucha con la vi«la. no « uenta más .vpiclla» «pie excitan b ri»a l«>ca «le los niños. San vím.i |M>r un minuto ant«> de cnqiezar á narrarnos la
que consigo misino y con su buen sentido: (wr.i cho se limita |>or lo pronto á desengañar á su amo, vida y los hechos del ingenioso hidalgo.>
guiarse tiene una provisión de máximas ya prepara • pie eon una mirada transforma todo cuanto le rodea,
ibs las cuales conserva como artículos de fe y que que «-onvierie la p<H4<b en un «astillo «;on puente «Mas ¿qué es este libro maravilloso «pie tama faimi
vienen á ser « orno su tradición. levadizo; el porquero, «pie toca un « lierno, en enano y gloria ab anzara? ¡Con la aparición «lel Quijote - ha
» Cervantes, que ha leído los adagios «le Erasino, «pie anuncia mi Ik-gada, y el tejado ni»tic«> en muro dicho E. Cltaslc - la caballería quedó muerta y Ger
las re senas es|xxñobs y las pasquinadas italiana». se almenado, en el « nal tiene mi puesto imaginario un vantes inmortal! Este e» el juicio más acertado al
sirve «le ellos |*>r Imk’.i del labrador manchcg«>: la li |»ajeauMiile. (xar «pn- coiicÍmi «pie puede hacerse del pue»
leralura ora,, «’«impuesta de sentencias ó dichos |>o- hSin emtargo, | mx o á |ioc«» el detate c ambia de nos «-o|o< a en el ver«la<Iero punto de vista desde el
pu,ares, y la literatura escrita, rua en galanterías arts- terreno, y ya mi se trata de xilier »i los molinos mui cual hemos «le examinar b obra.»
l«>« rátii a». *eentr«-ine/« latt en su libro y se « omlwten: gigantes y »i lo» odre» mui fantasmas, sino determinar
e» la lucha «le la novela y «leí proverbio; y Rocinante á qué es preciso atenerse re»|>ecto á la gloria, |K»r «Evidentemente Cervantv» quería escribir tan sólo
y el rucio constituyen un doble símbolo que comple ejemplo, ó á la xeubdcra Ik-lleza, ó á la juMicia so- una sitira «ontra bs mencionadas novebs. entregán
ta el contraste. Sancho, montado en su asno, es el « ial, ó, en fin. al honor «le las mujere». Cue»li«»nes «lolas á la rist pública, para que las gentes se con
polo opuesto de D. Quijote en su «or«el. y cuando delicadas, difíciles de diluchhr. sobre la» cuales los vencieran «le la necedad de Minijante lectura. Ma»
los dos avanzan, cada cual en su ciiadrújiedo, se cree d«» viajeros filo»ofan. siendo siempre «le parecer con la pluma «lel genio, según el agudo dicho «le Heine,
ver salir del fondo «le la Edad metli i á los dos mun trario: y má» de una vez Cervantes nos deja (icrplejo* c» siempre superior á él: alcanza mucho má» allá «le
dos que contenía: el mundo de los villano» y el quín para «lecidir quién «le los dos tiene razón. las ea»uale» intenciones «lel misino, y por esto Curvan
elo de los caballeros, kn »egun«b | tarte «leí Don Qui- >EI autor, en efecto, no quiere «lechrarse ni por te», sin «brse « uenta de ello, escribió una gran sátira
wfe se ha convertido en la antítesis social de dos Sancho ni |K>r D Quijote, y deja á cada cual entre contra b humana extravagancia. El Quijote represen
castas. garscá sus reflexiones. Si no se consultase más «pie la ta la lucha entre el idealismo y e, realismo; el largo y
>Yuelvan i leer el Don Quijote los hombres de primera impresión de lectura, indudablemente el buen flaco catallero es b |>crsoni,icaeión «lel entusiasmo
nuestros «lía» que por la edad han adquirido la expe Sancho es el hombre razonable y l>. Quijote el loco; idealista; el gor«lo escudero es el sentido común rea
riencia y el Manido «le las luchas sociales. y les sor pero si se medita algo más sobre el libro, tal vez se lista. y ambos á do» representan una parodia «lel pro
prenderá ver empeñarse allí, entre el caballero y el piense de otra manera. Ya sabemos que Cervantes pio afecto. No se nos presenta simplemente b dife
patán, la lucha que acatará algún «lia por una revo amalla el heroísmo y también se verá que adoraba la rencia entre un soñador y un individuo prosaico, sino
lución. ,HH-sía. que se trata del eterno contraste entre el idealismo
«SO HA MUCHO TIEMPO QUE VIVIA US HIDALGO DE LOS DE LAS’ZA........S> (Ca|t I.)
•libujo ¡nólito de Je*é Jiméiw Arinda. (Vea«e d text»» «le la jxíg. >4.)
exclusivista y el realismo. Fischer ensalza la obra co mos para dar de ello idea exacta á nuestros lectores. festiva le presentó el héroe que había de anonadar á
mo verdadera producción artística, precisamente pir* De aqui la necesidad en que nos vemos de limitar tantos y tan acreditados paladines. No eran bastan*
que en ella la individualidad del colorido va combi nos á citar únicamente el testimonio de dos autorida tes ya contra ellos ni una invectiva seca, ni un juicio
nada eon la universalidad del fondo. des tan indiscutibles como l>. Manuel José de Quin aislado como los que se habían hecho hasta entonces:
tana, el inspirado |x>cta coronado en vida por regias débiles reparos contra un contagio tan grande, y que,
>EI Quijoto representa un tmlxijo de 15 años y manos, y I). Juan de Valera, el profundo critico y es incoqxirados la mayor parte en obras que el pueblo
si la primera parte es la producción de un chancero, critor eminente, cuyas producciones se consideran no leía, de nada servían al pueblo. ¿Qué aprovecha
la segunda es obra de un filósofo En esta I >. (Quijo con justicia como modelos de bien pensar y bien I que un critico escriba para otros críticos lo que ellos
te sale de nuevo en busca de aventuras, y éstas se decir. De la K/iór Je Migue/ Je Cenantes del pri acaso se pensaran sin él? Por esto las declamaciones
presentan aún más ricos y má* fantásticas y de caríe. mero v del Discurso feíJo ante ia Keai Aeadetnia Es I de Luis Vives, Alejo Venegas y otros sabios contra
(QUE SE LE I’ASAUAX I-As SOCHI s LEVESDO DE CLARO ES CLARO........,» dibujo inédito de José I iménez Aranda
ter todavía más romántico que en la primera parte, paüo/a m junta pública de 25 «le septiembre de 1864 los libros caballerescos eran superfina*, cuando d
|xro ya 110 ofrecen una fisonomia tan típica ni tan por el segundo, entresacamos los siguientes párrafos vulgo, enilx’liecido con dios, ni las leía ni bs podía
profundamente ]»opular. Mucho tiempo la narración pie más directamente se refieren al libro inmortal. entender. Es preciso para desarraigar un vicio gene
se mantiene :i la misma altura que cu la primera par ral que el remedio también lo sea.
le, ,>ero finalmente llega un momento fatal en que, (Maltratado así de los hombres, y contrariado p»r >Y aún s<* necesitaba más entonces. Puesto que las
según la expresión de Fren/el, la comedia se con la fortuna, había entrado (‘ervanles en la jurisdicción gentes se agradaban tanto de la lectura que se inten
vierte en tragedia...................... ..................................... ile la vejez sin que se hubiese desenvuelto en su in ta,» destruir, el fin no se alcanzaba si no se sustituía
>Si las alabanzas tributadas á las chilladas de San genio aquella fuerza colosal que le iba á dar la pri por otra que fuese igualmente grata, y si no se suplía la
dio pudieron imlucir á Cervantes ¿i hacer de este ma< i.t entre los escritores españoles; mas ui los años, (Ardida de tantos libros con uno que venciese á los
carácter el centro de su narración ulterior, bastó esto ni los comraticmpix, ni la naturaleza «le Mis ocupa demás en novedad y en placer; que, rico con todos
pira que en la mitad de la segunda parte se desvane ciones, igualmente triviales que enfadosas, podían los adornos de la imaginación. se a|>oyasc en los prin
cien nuestra simpatía pu el héroe... Pero la ingrata apocar aquel ánimo, ya olro tiempo tan generoso y cipios del gusto y de la verdad, y en donde la inven
impresión <le una parte de la segunda mitad no pin libre cu las mazmorras <le Argel. Detenido en las pri ción y la filosolia, acordes, agradax-n y suspendiesen
dó hacernos olvidar la grandiosidad del conjunto. sionesde Argam.asilla. donde la misma tradición seña á toda < lase de |H.r>oiias en lodos los estados de la
Tiene razón Hs< her cuando dice: <KI mérito minor la el punto de su último destire, concilie la idea de sil vida.
tal de Cenantes consiste en que con una sola pro Don Quijote* y la realiza con la |xirtentosa facilidad > l’al íué d Don Quijote* «loncle no se sal>c qué ad
ilucción creó con ironia artística al mismo trempi la que mi mismo contexto manifiesta I a obra se publicó mirar más. si la fuerza de fantasía que pudo concc
novela cómica y la naturalista...> en 160;. cuando <'ervanles contaba cincuenta y ocho birle, ó el talento divino que brilla en sil ejecución.
► Más claramente no puede explicarse la importan años de edad: así un vuelo de fantasía tan alto y ex Cuando en la conversación llega á mentarse este libro,
cia de este libro para la literatura universal. traordiuario es dado en una époen de la vida en que todos á |M>rlia se extienden en mi elogio, y el raudal
>N<» se sabe qué ha sido del cadáver de <’ervanles, apenas hay escritor. por vigor<*o que sea, que no de Mis alakmzas jamás se disminuye, « orno si saliera
p ro su nombre quedó en la memoria «le los contem sienta desmayar mis lirios; y el libro más ingenioso y de una fuente inagotable El uno ensalza la novedad
poráneos y de la posteridad, rodeado de tal gloria festivo que ha produc ido el entendimiento humano y felicidad del |xmsamiento. el otro la ve rdad y la
como no puede pretender ningún otro nombre en la se cscrílic en una cárcel, (donde - como su autor di belleza de los caracteres y costumbres; éste la varie
literatura á no ser el de Shakes) K-a re. > ce - toda inrornodidad tiene su asiento, y todo triste dad de los episodios, aquél b abundancia y delica
ruido hace su habitación.» deza de bs alusiones y los chistes: rpiién admira más
Trad, por Gaspar Sks’tiSón » Estaba entonces entregada la mayor parte de los el infinito artificio y gracia de los diálogos, quién b
hombres á una dase de lectura extravagante, que vi inestimable hermosura del estilo y la propietbd de
ciaba la educación, corrompía las ideas de la moral, su lenguaje.
Por los juicios que anteceden habrán pididn ver estragaba Las costumbres y usurpai» con las inven ►Todas estas dotes que esparcidas hubieran hecho
nuestros lectores la alta estima en que los más diver ciones más monstruosas la atención debida sólo á la la gloria de muchos escritures se encontraron reuni
sos pueblos tienen la ittt|k-rcccdera obra de Cervan Ix'llc/a. Inundaban los libros caballerescos i España, das en un hombre solo y derramadas < on profusión
tes. No menos laudatorios son los emitidos pir nues y sus despro|>ósitos eran la admiración de los idiotas, en un libro. V no «leja de entrar á la pirte de la ma
tros mis insignes literatos y |>erisadores; y es tanto lo el entretenimiento de los ociosos y tal vez distracción ravilla la consideración de la época. Pues aunque el
que en alabanza del Quijote se ha dicho en España, indigna de los discretos. <Vo acabaré con esta peste,» siglo XVI sea |x>r tantos rcqxtos acreedor á nuestra
que necesitaríamos un espacio de que no disponc- dijo entre si Cervantes, y su imaginación grande y admiración y gratitud, ni el carácter «pie entonces
<DIERA FL, POR DAR, UNA MANO DE COCES......... >
EDICIONES ESPAÑOLAS
AÑO 1*0111.ACIÓN EDITOR TOMOS ILUSTRACIONES AÑO 1*011L AC IÓN EDITOR TOMOS ILUSTRACIONES
lo y Mongc
EX CASTELLANO
Zaragoza
París ^ lèvre
8.’
12.“
to cobre
fr) Este lomo y lo» nueve que .iguen comprenden sólo la frimtra fart,.
(2) La frimtra fart, se empetó en 1604 y exilie en el Museo Británico con un certificado que acredita se imprimió en I.’ de diciembre de 1604. pero no se publicó hasta 1605.
(3) Este tomo y lo» tres siguientes comprenden la ¡'runda fart,.
EDICIONES EXTRANJERAS
AÑO POBLACIÓN EDITOR TOMOS ILUSTRACIONES AÑO POBLACIÓN EDITOR TOMOS II.VS’I RACIONES
I 14.
14.
14.
Duerocq
DucTocq, luecetanr l.ehuby
- ,2."
- 8.*
- 13.’
Id.
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Id.
Londres
Id.
B. Quritch
Milner, Sowerby ofifalifo*
Cassell
5 - £
1 -
1 •• F.®
kl.
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14. G. Itaward - F." madera
I 14.
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