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La arC¡uitectura r6rrú"l.n~,.

<l 84. Pompeya. Casa de fas Bodas de Pfa- Introducción


ta. Detalle del atrio.
Aunque durante mucho ti em po no se
85. Giovanni Battista Piranesi, vista del
estableci ó una clara di stinci ón entre
interior del Panteón.
el arte romano y el arte griego, el
esplendor de la arquitectura romana
fue, durante siglos, objeto de admira-
ción. Sin embargo, a pa rtir de Winck-
elmann { 1717-1768}, al profundizarse
el estu dio de la · contrib ución griega
surgió la tendencia de consi derar a la
arquitectura romana como una degene-
ración de la arquitectura griega clásica.
Así, la verdadera comprensión del valor
original del aporte romano es de d&ta
bastante reci ente.1 Si bi en todavía es
mucho lo que queda por hacerse en este
campo, ya estamos hoy en condiciones
de llevar a cabo un análisis estructural
de la arqui tectura romana y de los sig-
nificados que representa.
.•'' La arqu itectura romana no puede aso-
ciarse con un determinado tipo de
/
edificio "dominante", como ocurre en
el caso del templo griego. Hay, en
cambio, una multitud de temas edili-
ci os antes de ahora casi desconoci-
dos, como por ejemplo las grandiosas
construcciones de las termas, de las
basílicas, de los an fiteatros y de .
los circos. Esta multiplicidad indica
funciones Y· estructu ras sociales más
complejas y, también, un . margen más
amplio de significados exi sten ciales;
sin embargo, a pesar de la diferencia-
ción funcional, los edificios y las plan-
tas romanos tienen rasgos fund ame n-
ta les en común. Por sobre todo, están
en general o rganizados sobre una
base axial rígida.
Podemos considerar el eje como una
de las propiedades distintivas de la
arquitectura romana.2 Ya hemos en-
contrado el eje en la arquitectura eg ip-
cia, pero en ella era de importanci a
.'· secundaria en relación con un espacio
ortogonal más general. En Roma, los
elementos ortogonales y rotatorios se
unen para formar tota l idades comple-
Se debe a las obras precursoras de jas, organizadas axialmente. Corres-
est udi osos como Wickhoff, Riegl, von ponde que destaquemos tamb ién que,
Ger kan, L "Orange, BoiHhius, Kaschnitz en general, el eje romano aparece re-
von Weinberg, Lugli y Kahler. lacionado con un centro, que a me-
nudo se define como un cruce de
2 Véase G. Kaschnitz van Weinberg. ejes. El significado del eje romano es,
Mittelmeerische K unst, Berlín, 1965, pues, total mente distinto del signifi ca-
cap. Vi l, pág . 479 . y SS. do simbólico del " recorrido" egipcio.
Una segunda propiedad distintiva de " estilo internacional" , independiente de·--- ..
la arquitectura romana es su utiliza- la situación geográfica particular.
ci ón frecuente y variada tanto del es-
pacio in terior como del espacio exte-
rior "activo" En efecto, se habla de Paisaje y asentamie nto
la arquitectura romana como de una
arquitectura "espacial " , en contraste En tanto que el mundo griego consta-
con el carácter " plástico" de la Grecia ba de una multitud de lugares indivi-
clásica. En la arquitectura romana apc.- duales, el mundo romano estuvo siem-
recen por primera vez vastos espacios pre centrado en la capital. Roma era
interiores aislados o en grupos com- el "caput mundi"; los caminos del Im-
pl ejos. Estos espacios muestran una perio llevaban desde la columna del
gran variedad de formas y están cu- " Mi liari um Aureum " , hasta el pie del
biertos a veces por cúpulas, elementos Capitol io. Si se trazara un mapa sim-
que hasta entonces só lo habían des- bólico del mundo romano, su rasgo
empeñ ado un papel sec undari o en la más sobresaliente se ria una red centra-
construcción. En general, los romanos lizada de caminos.3 No podemos, pues,
trataron el espacio como una sustan- hablar del "paisaje romano" en los
cia modelable y articulable, "activado " mismos términos en que lo hemos he-
de este ·modo, ya no es un "nterme- c ho del paisaje egipcio o del paisaj e
dio" secundario en relación con los griego. Los romanos dominaro n la na-
cuerpos plásticos circundantes, si no turaleza, técnica y espacialmente, y su
que adquiere primordial importancia y sistema rector de cam inos y acueduc-
es definido por los muros, entendidos tos manifiesta este logro. Es muy sig-
como superficies continuas, más que nificativo, a este respecto, la figura de
como masas voluminosas. Para hacer Jano, divinidad romana que no tiene
posi bies tales superfi c ies, los romanos equivalente en ning una ot ra mitología.
desarrollaron una nuéva técnica de la Jano era el dios de todos los accesos
construcción. En vez de los si stemas y las pu ertas pública s por las que
triliticos de los egipcios y los griegos, pasaban los caminos. Sus dos caras
utilizaron una espec ie de cemento que le permitían observar simultáneamente
se conformaba de modo tal que c reara el exterior y el interior de un edificio.
muros continuos. bóvedas y cúpulas Así como era el dios de las puertas,
("opus caementicium"). ¿Cómo, pues, también era el dios de la partida y del
fue posible co nfundir la arqui tectura regreso. Reconocemos aquí un nuevo
roman a con la . griega, o estimar que hecho exi stencial : el deseo humano de
la primera era una "degeneración" de conquistar el universo a partir de un
la segu nda? Es verdad que los roma- cent ro conocido y sign ificati vo. La red
nos adoptaron los órdenes clásicos, de caminos representa así la propie-
pero los emp learon de modo básica- dad básica del espacio existencial ro-
mente novedoso. Lo que antes había mano. En una red así consti tuida , los
sido elemento estructural fue reducido nodos son particularmente importantes,
a "decoración" superficial . Pero seria y los romanos los destacaron mediante
inj usto juzgar a la arquitectura roma- puertas y arcos triunfales.
na confor me a cánones griegos. Es in- No signi fica esto que los romanos ca-
dudable que los miembros clásicos per- recieran del senti miento de la natura-
dieron gran parte de su fuerza pl ástica leza. También en el mundo romano
y de su independencia en la arquitec- algunos lugares fueron escogidos o
tura romana, pero en cambio confieren consagrados en razón de su carácter
carácter a un nuevo tipo de entorno particular. "Geni us loci" es, por sobre
integrado espacialmente. Empero, el todo, un concepto latino. Pero, en vez
carácter ya no es el de lugares indivi- de limi.tarse a interpretar el carácter
duales: es pacio y articulaciones se con- natural, los romanos por lo regular
vierten en funciones de tipos muy co- in trodujeron un orden rector diferente.
dificados, que pueden emplearse sin Cuando se consagraba un "sitio", el
cambios fundamental es en cualquier "augur" se sentaba en el centro y con
3 K. Kahler , Wesenszüge der romis- lugar. Por lo tanto, la a rquitectura ro- su vara, o " lituus", determinaba dos
chen K unst, Saarb rücken, 1958, pág. 9. mana puede caracteri zarse como un ejes principales a través del centro,

80
86. El Lacio oriental, según la Tabula
Peutingeriana.

81
87. Diagrama que representa la subdi-
visión del espacio hecha por el augur
romano cuando consagraba un Jugar.
88. Plano de Timgad.
.
.
lemplum poslícum
sinistrum
ru
__f.J),
lemplu':' ontícum
S1mdrum
-----------------------------7 ~- --------------------------------·--·
fcmplum posticum / /J. ~ \ ""'~ .
l emplvm onl1cvm
· dextrum : dextrvm
1

¡
N

50 150
m.

82
89. Roma. Arco de Constatino.

90. Roma. Mercado de Trajano, Via


Biberatica.

83
dividi endo así el espacio en cuatro------
áreas: izquie rda y derecha, adelante y
at rás. Esta división no era arbi traria
si no que represen taba los puntos car-
dinales y se ajustaba asimismo a las
formas del pai saje circundante. El es-
pacio así definido dentro del lími te del
horizonte era llamado el " templum" .4
Los romanos to maban, pues, una imagen
espacial general co mo punto de parti-
da de s us pl anificaciones, en vez de
recurrir ;:¡ un carácter especifico sim-
bolizado en formas plásticas. Todo l u-
gar romano es una manifestación de
este orden básicamente cósmico.
También el "castrum" y la ciudad se
basaban en el mi smo esquema: la su-
perficie c uadrada o rectangular divid i-
da en cuatro partes mediante dos cal les
principales que se cortan en ángulo
recto. La principal, "cardo"; la secun-
dari a, "decumanus". El "cardo", con
un recorrido norte a sur, representaba
el eje del mundo, y el "decumanus" la
carrera del sol de oriente a occidente.s
Las calles principales llevaban a las
cuatro puertas abiertas en el muro de
la ciudad. Esta estructura .simbólica es
también la d e Roma. El primer asenta-
91. Tivoli. Villa de Adriano. Reconstruc- miento en el Palatino recibió el nom-
ción. bre de " Roma quadrata", nombre que
se refiere no a una forma cuadrada
sino a una divi sió n en cuatro partes.
El c.en tro estaba representqdo por un
pozo al que se llamaba "mundus". El
"mundu s" si mbolizaba, evidentemente,
la relación inmediata con las fuerzas
ter restres cuyos favores debía obtener
el hombre, como en la' caverna situada
bajo la piedra onfalos en Delfos. Más
tarde, cuando bajo Servio Tulio, Roma
~e convirtió en gran c iudad, la división
en cuatro partes se mantuvo, y se creó
un nuevo " mundus" en el Foro Roma-
no, cerca del cual se levan tó después,
en tiempo de Augusto, el Miliarium
Aureum. En otras ci udades romanas
el foro se convirtió por lo común en
un espacio rectangular organizado
axi almente, próximo al centro si m-
bólico.
Es evidente que el paisaje y los asen-
tamientos romanos tenían una estr uc-
tura análoga: eran co ncebidos como
4 W. Müller, Die Heilige Stadt, Stutt- áreas centra li zadas, divididas en cua-
gart, 1961, pág. 36 y ss. tro zonas por dos "recorridos" de dis-
ti nto valor, que se cortaba n en el
5 lbid., pág. 16. centro en ángulo recto.

84
Esta o rganizac1on general conc retaba
una imagen cosmológica, y la ciud ad
era concebida como un microcosmos,
tal com o lo denota la estrecha afinidad
entre las pa labras "orbis" ( mun do) y
" urbs" (ciudad). La relaci ón con Egip-
to es evidente, pero al hacer de un
ce ntro el origen del orden ortogonal
y axial, los romanos transformaron la
i magen estática eterna de los egipcios
en un mundo dinámico donde las po-
sibilidades de p artida y de regreso,
esto es, de co nqui star el entorno, se
convirti eron en un sign ifi cado existen-
cial primo rd ial. Pero esta conquista se
daba como manifestación de un orden
cósm ico preestablec id o, "d e acuerdo
con los dioses" .6

El edificio
El interés romano por el espacio como
medio "ac tivo" de expresión arquitec-
tó nica llevó a la valorización de los
interiores y a la integración del ed ificio
en el marco urbano. Esto es evidente
h;:sta en el tipo más conservador de
edifici'o romano, es decir, el templo.?
Desde el comienzo mi smo, el templo
romano f ue concebido de manera bá-
sicam ente diferente del templo griego.
Por ejemplo, el templo de Júpiter Ca-
pitalino (509 a.C.) presentaba colum-
nas muy espaciadas y relativamente
esbeltas. El intercol~:~mnio central era
92. Roma. Templo de la Fort una Viril.
más ancho, a fin de acentuar el eje
longitudi nal ini ciado en la escalinata
frontal que conducía al alto podio. La
cela, dedicada a la tríada capitalina
(Júpiter, Juno y Minerva), presentaba
en el fondo un muro ciego que se
extendía para abrazar las hileras late-
rales de columnas. El edifi cio no puede
leerse como un cuerpo plástico " de
bulto", s ino que está orientad o fron-
talmente.
A medida que se desarrollaba, el tem-
plo romano asimiló elementos proce-
dentes de la arquitectura griega, pero
conservó e inCluso acentuó sus rasgos
originales El "bosque" de columnas
del templo Capitalino se desarrolló en 6 Según Vi rgi lio, "Cu ando cumples
un profundo pÓrtico y la cela se con- co n los dioses, eres el Amo".
virtió en un espacio unitario que abar-
caba toda la extensión del podio. En 7 Un examen conciso del templo ro-
general, el templo romano no está ais- mano se hallará en H. Kahler, Der ró -
lado, sino que en la parte posteri or mische Tempel , Berlín, 1970.

85
se conecta con el muro que rodea un· -------
espacio organizado axialmente y al
cual domina. As í, la pri macía del es-
pacio resul ta evidente y, como conse-
cuencia l ógica, la cela de templos tar-
díos, como ser el templo de Venus y
Roma (135 d.C.), estaba cubierta con
una bóveda que completa e l si mbolis-
mo cósmico de l a imagen espacial.
En otros tipos de ed ific ios m enos tra-
dicionales, el in terés ro mano en el es-
pacio resulta acaso aún más evidente.
Un buen e jemplo lo consti tuye la "ba-
sfl ica", la cual en diversos aspectos
te n ía una funci ón análoga a la de la
stoa griega, formando por l o común
uno de los costados del f oro, opuesto
al te mplo. El ej e del temp lo puede así
un irse con el eje transversal de l a
basílica.a Este eje está atravesado en
ángu lo recto po r otro eje longitudinal.
La pl anta biaxial de la basílica repite,
pues, el esquema básico del espacio
roma no. Su secció n, con una nave ce n-
tral más alta fl anqueada por naves l a-
terales, no solo permite l a entrada (je
l a luz a la parte central del espacio sino
que contribuye f undamentalmente a ·1a
93. Roma. Templo de Júpiter Capitali-
majestuosidad del interio r. En la Ba-
no. Reconstrucción.
síl ica de Maxenci o, en Roma (307-312
d.C:), subraya este efecto la int roduc-
c ión de tres g randes bóvedas de aris-
ta sobre la nave central. Los empujes
de estas bóvedas so n neutrali zados por
tres bóvedas de cañó n a cada lado.
También l a casa romana con atrio il us-
tra el concepto romano del espaci o .
El atri o, de origen etrusco, es un espa-
cio centralizado, i luminado cenitalmen -
te, penetrado por un! eje longitudi nal
que, a partir del i ngreso, recorre el
jardín desde el peri stil o hasta el ex-
tremo opuesto. En ciertos aspectos, la
casa con atrio tie ne una afi nidad con
8 Véanse, por ejemplo, Augusta Rau- la casa griega con patio; pero, en
nica, Lugdunum Convenarum, Lutetia tanto que la casa griega se ca racte-
Parisiorum, Leptis Magna y, sobre todo, rizaba por su aisl amiento, gracias a su
el Foro de Trajano en Roma. d isposición axial l a casa romana for ma
parte de un sistema espaci al comple-
9 Inicialmente, en las casas más pe- jo. Debido a esto puede ser consi·de-
queñas, sin peristilo, el "tablinium", que rada como a una síntesis ideal de
se encontraba frente al ingreso, al otro "funciones" privadas y públicas, al
lado del " atri um" , tenía fu nci ón análo- mi smo tiempo cer rada y abierta a la
ga, o las funciones de ambas estancias relac ión con el ambiente. El eje lon-
podían intercambi arse. Véase A. Boe- gitudinal terminaba en una "exedra" ,
thius y J . B. Ward-.Perki ns. Etruscan and la sala de recibo del "p ater fam ili as" .s
Roman Architecture, H armondsworth - En consecuenci a el eje puede interpre-
Baltimore, 1970, pág. 153. tarse como un símbolo de autoridad,

86
94. Roma . Basílica U/pía. Reconstruc-
ción del interior.

95. Pompeya. Casa de las Bodas de


Plata . Atrio .

87
al igual que el eje rector del templo.------
romano .
Por últi mo, el teatro ejemplifica en for-
ma ejemplar las intenciones fundamen-
tales de los romanos . En tanto que el
teatro griego puede definirse como un
espacio relativamente "pasivo" que
servía de fondo a las figuras plásticas
y activas de los actores, el teatro ro-
mano es un ve rdadero espacio "acti-
vo". Sus hileras de asientos colocados
en fuerte pendiente y la elevada "scae-
nae f rons" crean un a poderosa sensa-
ción de espacio interior. Dentro de
este espacio los actores no actuaban
"libremente" sino que estaban li mi ta-
dos a un angosto "proscaenium", fren-
te a los espectadores; aparecían, pues,
como un rel ieve. Jun to con los espec-
tadores formaban parte de un espacio
dominante que se revela axial cuando
se lo examina más atent amen te. En el
centro de la "scaene frons", sobre la
puerta principal, se elevaba la estatua
de una autoridad y frente a ella, ·más
allá de los espectadores, había a me-
96. Roma. Teatro de Maree/o. Recons-
nudo un pequeño templo. De este modo
trucción. Museo del/a Civiltá Romana,
la actuación de los actores se inte-
Roma.
g raba en un sistema existencial com-
prehensivo, y el ed ificio ejemplificaba
la búsqueda, tíl'icamente romana, de la
diferenciación funciona l como expre-
Sion de la multiplicidad de acciones
que constituían el sistema.

Articulación
Nuevos problemas de 1 articulación for-
mal se desarroll aron natural mente a
partí r de la creciente importancia de
los espacios activos interiores y ex-
teriores. Mientras que los órde nes
clásicos se habían desarrollado para
caracte rizar pequeñas unidades arqui-
tectónicas relativamente ·independien-
10 Escribe Robert Venturi: "La a rqui- tes, las extensas superficies ininterrum-
tectura se produce en el encuentro de pidas de los edificios romanos más
f uerzas internas y externas de uso y es- grandes exigieron un nuevo ti po de
pacio. Estas fuerzas internas y ambien- subd ivi sión y de tratamiento. Si bien
tales son al mismo tiempo generales y ya los egipcios habían desarro llad o
pa rticu lares, genéricas y circunstancia- algunos de los medios más importan-
les. La arquitectura, como muro e ntre lo tes de articulación arquitectónica, pue-
interno y lo externo se co nvierte en la de decirse que el problema "moderno"
forma espacial de esta resolución y de del muro como "encuen tro de fuerzas
su dra.ma". Complexity and Contradic- exte riores e interiores, de función y
tion in Architecture, New Yo rk, 1966, espacio" fue introducido por los ro-
págs. 88-89. manos.10

88
97. Roma. Coliseo. Interior.

89
98. Ostia . Casa de viviendas de media-
dos del siglo 11 d .C. Reconstrucción.

90
99. Baa/bek. Santuario de la Triada He-
liopolitana . Detalle del interior.

100. Tréveris. Basílica.


101. Tréveris. Basílica. Aula Palatina.

91
Por lo común la articulación del muro---- bre
romano no corresponde a la estructura Ent
técnica del edi fici o. Si bien aparecen rae
elementos técnicos, como ser el arco, din
el tratamiento formal del muro más ten
que "explicar" oculta la construcción. tal
Los edificios romanos de cemento de
constaban de un sistema continuo de co
bóvedas, arcos, muros y pilastras, casi co
sin elemento horizontales. La aparien- tril
c ia de los muros está normalmente Y'
condicio nada por la aplicación de los lit
miembros horizontales y verticales de re
los ó rd enes clásicos. Solo en edific ios P<
" uti li tarios" de i mportanc ia secundaria tu
queda a la vista la construcción, hecho dE
que in dica por qué se introduje ron los la
órdenes en relación con las obras pú- PI
blicas más importantes. Los roman os ti
querían, obviamente, crear un a ·nueva rr
forma simbólica. Es evidente que no lE
se limitaron a la mera imitación -de la lé
arquitectura griega, y que e l uso ro- d
man o de los órdenes difiere funda- E
mentalmente del uso griego. Así, los e
miembros c lásicos, más que expresar t
un determinado carácter ideal forman
una totalidad dinámica y complej a de
partes en interacción.
El ejemp lo más conocido del uso ro-
mano de los órdenes es la llamada
"superposición ", en la que se ponen,
unas sobre otras, col umnas dóricas,
j ón icas y cori ntias, semicolumnas o
pil astras: la masculina y ro busta éo-
lumna dórica sustenta a la j ónica, más
graciosa, que a su vez, sostiene a la
corintia, más esbelta. El ju ego de f ue r-
zas re lativamente sií!lple expresado de
este modo representa un nuevo tipo
de relación entre los elementos de un
edificio. Actúan en conj unto, no como
individuos sino como parles de un "sis-
tema " . La idea recto ra de sistema de-
termina la elección de cada parte. A
difere ncia de la arquitectura griega,
en la que cada elemento contenía el
carácter inmanente del conjunto, aquí
cada parte por sí sola no nos dice
102. Roma. Puerta Mayor. nada sobre el edificio como totalidad.
Un ejemplo más complejo de tales
103. Pompeya. Casa de los Vetii. Inte-
sistemas lo b ri nd an los muros en que
r ior. los órdenes clás icos se combinan con
el almohadillado; y hay que tener en
cuenta que todav ía en el siglo XVI este
artificio era interpretado por Serlio
como expresión de una inte racción en-
tre la capacidad o rganizadora del hom-

92
ro bre y las fuerzas de la naturaleza.11
ra Entonces, si los romanos querían ca-
!n racterizar al edificio como un siste ma
dinámico, ¿por qué no usaban el sis-
~~ ¡¡ tema de c.onstrucción di rectamente a
tal fin? Evidenteme nte porque el ju ego
o ~ de las fuerzas, en una construcción
e f
1
continua, habría r esu ltado demasiado
li 1 complejo y no armonizaría con el es-
1
l- tricto orden espacial de las plantas
e y de los edificios romanos. Los grandes
S " bald aquinos" de las bóvedas de arista
e representan, sin embargo, un paso im-
S portante hacia la utilización de estruc-
3 turas técnicas "reales" como medios
) de organización espacial. En general,
la articulació n romana responde al
problema de cómo dar al espacio con-
tinuidad y ritmo, es decir, orden diná-
mic o. Su intención básica era carac-
terizar el espacio como escenario de
la acción humana inspirada por la
divinidad. El espacio se convierte en
el escenario variad o y dinámico, pero
ordenado, en el que se desarrolla la
histo ri a. Las pinturas mu ra les pompe-
yanas apoyan esta i nterpretació n. Me-
d iante la ilu sión de la perspectiva
hacen que las paredes se disuelvan,
con lo cual la estancia pasa a ser
parte de un a totalidad espacial com-
prehensiva, y las acciones que allí
tienen lugar se encuadran dentro del
plano histórico y divino simbolizado
por los motivos pi c tóricos. El espacio
romano co r poriza así la dimensión del
tiempo, no como un orde n estático y
eterno, tal como ocurría con e l espa-
cio ortogonal de los egipcios, sino
como dimensión de la acción.1 2

Palestrin a
En Palestrin s, cerc3 de Roma, se en-
cuentran los restos de la antigua Prae-
neste, donde se e rguía uno de los
sa ntuarios más importantes de la an -
ti güedad rom ana. Estaba consagrado
a la Fo rtuna Primigenia, la "primogé-
nita" de Júpiter ( i aunque al mi smo 11 S. Serl io, Tulle /' opere d 'Architet- 104. Palestrina. Templo de la Fortuna
tiempo se afi rma que fue la nodriza tura, IV. Primigenia. Reconstrucción axonomé-
de J úpiter y de Juno!). Estamos ante trica.
una devoció n muy diferente de las que 12 " El hombre no sólo está rodeado
hem os vi sto en Grecia. Un dios antro- por la dimensión de espacio sino ta m-
pomorfo es reemp laz ado po r el vago bién por la de tiempo " , K. Schefold,
concepto de "hado", esto es, el p rin- Pompejanische Malerei, Basel, 1952,
c ipio que mueve las cosas y prod uce pág. 83.

93
105. Palestrina. Templo de la Fortuna
Primigenia. Rampa occidental.

106. Pal es trin a. Templo de la Fortuna


Primigenia. Vista general. 1>
los hechos. El santuario de ia ·Fortuna___ _
procede del periodo republicano (apro-
ximadamente 80 a.C.), pe ro el culto
de la diosa en este sitio era, sin duda,
mucho más antiguo.13 Desde el co-
mienzo de la evolución romana, el des-
tino se presen ta como una nueva di-
mensión de la existencia humana.
Dos antiguos lugares sagrados, que ya
existían en la empinada ladera se to-
maron como punto d e partida para el
gran proyecto de Si la: el templo c i rcu-
lar de la Fortuna Primigenia que data
del siglo 111 a.C. y, aproximadamen te
unos 100 metros más abaj o, para la
estatua de la Fortu na con Júpite r y
Juno en el regazo. Estos d os elemen-
tos se incorporaron a un vasto plan
de terrazas distribuidas axial mente. Al
templo an tiguo se le añadió un pó rtico
semicircu lar que abrazaba un "teatro"
desde el cual se dominaba toda la
campiña. Dificil será encontrar otro
l ugar donde se evidencie a tal punto
como los romanos utilizaban el paisa-
je. A uno y otro lado el espacio está
delimitado por col inas, mientras el
"cardo" dirige la mi rada hacia el mar,
en lontananza. Un valle que corre de
107. Palestrina. Templo de la Fortuna este a oeste atraviesa este eje debajo
Primigenia. Primera terraza ( de los he- del san tuario, como un "decumanus" .
miciclos). El santuario domi na este ámbito orde-
nado, y el "teat ro" surge en el sitio
desde el cual sus asociaciones cósmi-
cas pueden perci bi rse y com prenderse
(el altar . de la Fortuna posiblemente
estaba situado dentro del " teatro" , en
el lugar del "escenario"). La serie de
terrazas que están más abajo prepara
al visitante para esta sign ificativa ex-
periencia final. "Preparar" significa, en
este caso, un movi miento continuo
de-ntro de un espacio organizado. Se
entra al santuario por ambos lados me-
diante escalinatas dispuestas si métri-
camente, que llevan a una especie de
propíleos con pórticos con columnas
y fuentes. Aquí se i nician las largas
rampas de acceso, que se elevan en
ángulo recto en la dirección del eje
p rincipal de la planta. Las r ampas es-
taban flanqueadas por muros y no per-
mitían contacto alguno c on el paisaje
antes de que el vi sitante llegara a la
plataforma central, donde una magní-
fica vista de la llanura que se ex-
tiende más abaj o reve la la significación
y el poderío del eje principal. Las es-

96
cal i natas dan acceso _,á. una l arga· te~ra­
za fl anque~da pgr.· una columna donca.
En el centro de r:;ada mitad de l a terra-
za "se in sertan exedras jónicas : la oc-
ci dental, para albergar un altar; la
ot ra para i.a_..E=:statua de la Fortuna con
;J6piter y' J uho en su regazo. Una es-
cali nata central lleva a otra terraza
c uyo muro, p·o·sterior está articul ado por
,sem i co l u~nas jónicas. Si se sigue a
lo largo · del eje princ ipal, se llega a
una . amplia plataforma rodeada . po r
tres lados de columnas cori ntias. Des-
de aquí se ve el templo de la Fortuna
que aparece por arriba del teatro y
de .su pórtico sem icircular con co-
lumnas.14
· Er''·santuario de Palestrina, no está in-
·te'grado por cuerpos pl ásticos indivi-
duales como el templo de Delfos, sino
que consta de terrazas, col u mnatas,
.;, . · .. rampas y escali natas unificadas para

~
p
1'... formar un todo i ntegrado. La continui-
.:7> dad es una de sus fundamental es pro-
piedades formales. La continuidad es-
t;' pacial y plástica general se combina
, · con una di stri bución axial dominante.
Una serie de caracteres significativos
se observa al dirigirse hacia la meta
final: el gran muro pol igonal bajo la 108. Roma. Panteón.
pri mera terraza, y los órdenes dórico,
jónico y corintio en los niveles princ i-
pales. Cada elemento se torna parte
dependiente de un todo dinámico, el
cual ·párece concretar una acci ón sig-
nificativa. Desde el momento en que el
visitante ingresa al santuario, el tra-
zado lo aferra como una "fuerza es-
paci al" que lo conduce hacia la meta.
De este modo el templo de la Fortuna
extiende su influencia más allá de sus
inmediaciones y se convie rte en agen-
te de un orden cósmico que abarca
todo el paisaje. Es evidente que el san-
tuario se "lee" a partir del templo, y
que el "recorrido" romano se "extien-
de" a parti r de un centro. El " regreso"
egipcio ha· sido reemplazado por la
partida y la conquista romana.

El Panteón 13 H. Káhler, "Das Fortunaheiligtum


von Palestri na Praeneste",Anna/es Uni-
Mientras que el santuario de Palest rina versitatis Saraviensis, vol. VI l, fase. 3-4,
es el prime r gran ej emplo de un es- Saarbrücken, 1958, págs. 189 y ss.
paci o exterior activo, el Pan teón ro-
mano representa la introducci ón del 14 Según la reconstrucción de Kiihler
espacio interior como expresión de una op. cit., págs. 204 y 206. '

97
109. Roma. Panteón. Detalle estructu-
ral.

110. Roma. Panteón. Planta .

111. Roma. Panteón. Axonométrica y


corte. 1>

98

1
--~-··-·- ... .. ----'- - _j
nueva dimensión existencia/.15 El edi=-- · -~­
ficio que se yergue actualmente fue
erigido por Adriano (118-128 d.C.) y
dedicado a "todos los dioses" . Nueva-
mente nos enfrentamos con un princi-
pio general y no con una "fuerza"
individual y específica. En verdad el
Panteón ha impresionado siempre a los
visitantes por su carácter "cósmico" .
"Semeja el cielo", declaró Dion Casio,
y estudios recientes corroboran este
sími /.16
El Panteón consta de dos elementos
principales: una vasta rotonda con cú-
pula y un extenso pórtico con colum-
nas. El pórtico se asemeja al de. un
templo romano normal y originalmente
estuvo precedido por un tramo de es-
calinatas, ya que el nivel del suelo era
considerablemente más bajo. Estaba
flanqueado por pórticos más bajos, con
columnas, que se extendían hacia ade-
lante a ambos lados. El efecto general
del exterior no difería del de otros
templos romanos; el Panteón constituía
el elemento dominante de un espacio
exterior activo. La rotonda no fue con-
cebida como un cuerpo plástico sino
como envoltura que contenía la gran
cela, que parece expresar una nueva
imagen del universo humano. Ambas
11 2. Roma. Termas de Caracalla. Planta entidades no forman aparentemente
reconstruida del edificio termal. una totalidad integrada. El pórtico tra-
dicional y l a revolucionaria rotonda
parecen sumados sin una íntima nece-
sidad. Sin embargo, un· examen más
detenido revela rasgos formales que
contradicen esta in;erpretación (por
otra parte, bastan!~ común). Se ha
introducido un volunien rectangular en-
tre el pórtico y la rotonda, el cual
actúa como transición natural. Los en-
tablamentos de los dos volúmenes prin-
15 Dice Ward- Perkins: " con la cons- 18 En 13 actual i dad sólo es visible un cipales no coinciden, pero ambos se
trucción del Panteón .. . se trastornó el pequeño fragmento del muro superi or prolongan mediante el elemento de
pensamiento arquitectónico, y en ade- or iginal. transición, produciendo una interpene-
lante el concepto de espacio interior tración de formas que solo puede de-
como factor predominante en el diseño 19. Según Heidegger, " sobre la tierra" berse a una concepción "total" del
arquitectónico pasaría a ser un elemen- signific;a "bajo el cielo " ... "De una uni- edificio. Además, se ha introducido un
to permanente en el repertorio artístico dad original derivan cuatro principios : eje longitudinal que partiendo del pór-
de la capital ". A. Boethius y J . B. Ward- Tierra y Cielo, Mortal y Divino" " . .. Los tico recorre el volumen de transici ón
Perkins, op. cit., pág. 256. mortales so n los hombres ... Sólo el hom- y, tras atravesar la rotonda, ter mina
bre muere, pero mi entras permanece en en un ábside. Este ábside está flan-
16 . V$ase H. P. L'Orange, Romersk la tierra, bajo el cielo, _participa de lo queado por columnas que a través de
idy/1, Oslo, 1952, pág. 69. Divino". M. Heidegger, "Bauen Wohnen rupturas en el en tablamento se conec -
Denken " , en Vortrage und Aufsi.itze 11, tan visualmef)te con un arco que pene-
17 H. Kiihler, Der romische Tempel, Pfullingen, 1967. tra en el tambor de la cúpula. Una vez
figs. 11 y 12. adentro, empero, el eje es ·menos evi-

100
dente que el efecto centralizador del
espacio circular y de la cúpula hemis-
férica . A menudo se ha señalado que
una esfera, con un diámetro de 43,20
metros, podría inscribirse dentro del
espacio. Pero es importante destacar
que los casetones de la cúpula no
están relacionados con el centro de
esta esfera si no con el centro del pa-
vimento, o sea con el espectador que
se detenga allí.17 De este modo se
define un eje vertical que se eleva
libremente hacia el cielo a través de la
amplia abertu ra hacia el cen it. El Pan-
teón integra, así, la dimensión sagrada
de la vertical en la organización del
espacio interior.
lin1fica, as í, una "cúpula celestial'' y un
prolongado eje longitudinal en un todo
signifícativo. Unifica el orden cósmico
y la historia viva y hace que el hombre o ·5 10 30
se experimente a sí mismo como un
explorador y un conqu i stador de ins-
piración divina, como un hacedor de
la historia conforme a un plan divino.
Esto también se eviden cia en la divi-
sión horizontal del espacio. El tambor
de la cúpula consta de dos zonas ar-
ticuladas mediante miembros clásicos:
abajo, grandes pilastras y columnas
corintias y arriba pilastras más peque-
ñas.18 Estos miembros, sus delicados
entablamentos y los casetones de la
cúpula ocultan la compleja construc-
ción abovedada y otorgan al interior el
sosegado orden cósmico que se perse-
guía. La zona inferior tiene una rica
articulación plástica con nichos pro-
fundos y columnas independientes que
representan, por así decir, la "acción"
en el espacio. La zona superior pre-
senta un orden simple de miembros
antropomorfos, y la cúpula trasmite la
celestial armonía de l a perfección geo-
métrica. De este modo el espacio ar-
quitec tóni co se convierte en símb olo o 10 30
significativo de la existencia del hom-
bre en el espacio.19

113, 114. Roma. Termas de Caracalla. 1.


Las Termas de Caracalla Cortes.

Las Termas representan, sin lugar a


dudas, la manifest ación más grandio-
sa del interés de los romanos en el
espacio interior concreto. En las gran -
des termas imp eriales no solo hay una
rica variedad de interi ores abovedados

101
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115. Roma. Term as de Ca r acalla. Vista 116. Giovanni Battísta Píranesí, vista de
aérea. las Termas de Caracalla.

117. Roma. Termas de Caracalla. f>

. .. .
y con cúpulas sino tam bién una nueva - ----
intención de reunir estos espacios a
fin de constituir grupos complejos. Aun
cuando esto se deba a un programa
funcional diferenciado, no puede ex-
plicarse solo por razones funcionales.
En tanto que las termas de Pompeya
muestran aún una distribución irregu-
lar de espacios, las de Tito (80 d.C.)
tenían un trazado estrictamente si mé-
trico en rel ación con un eje norte-sur.
En las termas de T rajano (109 d.C.)
hallamos también un ej e este-oeste
plenamente desarrollado . Este esque-
ma, con su afin idad con el "cardo" y
el "decumanus" de los asentami entos
romanos, se repite en las termas de
Caracalla (212-216 d.C.) y en las de
Diocleciano (298-306 d.C.).
En las termas de Caracalla se explota-
ron todas las posibi lidades de la cons-
trucción de cemento, y las rui;1as
tod avía testimonian un trazado impo-
nente. El edi ficio termal es un rec-
tángulo que mide 214 metros por 11 O
y se levanta dentro de una superficie
amurallada de 450 metros por 450, con
la que tiene en común el eje principal
norte-su r El recinto exterior está for-
mado por construcciones de volumen
considerable. El ala septentrional con-
tenía ofic inas y viviendas y, en el cen -
tro, la entrada principal. En el ala
meridional había cisternas para agua
fl an queadas por fi las de asientos para
contemplar los juegos que se desa rro-
llaban frente al edificio de las termas.
El eje del campo de deportes está
indicado por grandes 1 ex ed ras sit uadas
al este y el oeste. El edificio termal
tiene una distribución espacial com-
pleja pero rígi damente organizada. La
intersección de sus ejes principales
determina el lugar que debe conside-
rarse núcleo del edificio: una sala de
gran altura c ubierta con tre.s bóvedas
de arista. En los ángulos, cuatro espa-
cios más pequeños que se unían con
la sala, contenían baños fr íos de in-
mersión. La sala era el "frigidarium" o
baño !río de las termas. Paralelo al
eje principal al norte, está la pileta
118. Spalato. Palacio de Diocleciano. de natación o "natatio " , y al sur el
Planta. "tepidarium" circular o baño caliente .
Este úl timo estaba flanqueado a am-
bos lados por fil as idén ti cas de estan-
cias caldeadas más pequeñas. El resto
del rectángulo lo ocupaban palestras

104
·(posiblemente cubiertas}, rodeadas por
una fila de vestidores "apodyteria".
Después de c-ambiarse, los visitantes
entraban posiblemente a las estanc1as
caldeadas, de las cuales pasaban al
•,
"caldarium" De est e, siguiendo el eje
prin ci pal , penetraban eh el "tepida-
dum" y luego en el ' ~ rigidarium" y,
por último, en la "natatio". Vemos,
pu es, que los ejes principales que ?e
corta n solo en parte corresponden a
la pauta funcional.
Como el trazado de las termas rom anas
no puede explicarse. del todo en térmi -
nos func ional es, podemos deducir que
también tiene un significado si mbólico.
O mejor, que el uso comprendía "fun-
ciones'' que iban más allá de l os actos
físicos del baño y la gi-mnasia. Las ter-
mas daban al vi sitante la oportuni dad
de cultivar el espíritu rnediarite ·la con-
versación, la lectura y airas actividades
intelectual es, y dUrante la época impe-
rial fueron verdaderos "centros cívicos"
donde se adoptaban importan tes deci -
siones poi íticas . En consecuencia, de-
bian tener una organización espaciar y
una articulac ión distinta de las estruc -
turas puramente utilitarias. Por tratarse
de uno de los más importantes "pros-
cenios" de la vida romana, las te rmas
tenían que poseer, naturalmente, la es-
tructura espaci al que ya hemos encon-
trado al referirnos al paisaje, el asen-
tamiento y los principales ti pos de
construcc ión romanos. No es, por lo
tanto, mera coincidencia que la orga-
nización de las ter-mas se asemeje a la
de la ciudad . Pero se ria demasiado su-
perficial explicar esta afinidad como
consecuencia de funciones simi lares.
Más bi en, ambas manifiestan el mismo
ord en básico, hecho que prueba que los
romanos ap licaban el mismo modelo
espacial a todos los niveles.

119. Spalato. Palacio de Diocl eciano .


Spalato Peristilo .

Cuando se retiró, después de su abdi- 120. Spalato . Palacio de Diocleciano.


cación, en el año 305 d.C., Di oclec iano Reconstrucción. Museo della Civiltá Ro-
se hizo construir un imponente palacio mana, Roma.
en la costa dálmata. Es di fícil estable-
cer si se trata de un palacio o de una
pequeña "ciudad ideal". De hecho, la
planta se parece mucho a la del "cas-
trum" romano, con sus calles princi c

105
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econstrucción de/epi~ nstJ!o.


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121 . S palato . Pala .
_
d e Diocleciano .

106

1'\...
~:~..-· ..
pales que se cortan en ángulo recto y
el "praetorium" situado en el extremo
. . del eje norte-sur. En efecto, el palacio
- ~-· albergaba a una guarnición y estaba
.fortificado como una fortaleza militar
·. permanente. Pero también inclu ía ele-
;_. mentas propios de )-a arquitectura de
villas y palacios, como la "loggia" con-
tinua a lo largo de la fachada meri-
' diona1.20
La planta se inscribe dentro de un rec-
tángulo que mide 216 metros por 180 .
. El palaci o estaba rodeado por altos mu-
ros con torres cuadradas sal ientes y
entradas monumentales flanqueadas por
torres octogonales en el medio de los
muros septentrional, oriental y occiden-
tal. Las puertas están ligadas mediante
calles con columnatas que se cortan
en el centro geométrico de la planta,
determinando así el esquema romano
básico del "cardo" y el "decumanus" .
Las calles dividen la zona urbana en
cuatro partes igu ales, dos de las cuales o 300
~--E:===-----====~--.c==~ m
estaban reservadas para la guarnición,
y las otras dos, hacia el sur, para el
pal acio propiamente dicho y dos espa-
ciosos recintos. El patio o ri ental con-
tiene el mausoleo del emperador; el 122. Roma. Foros imperiales. Planta.
occident al, un templo consagrado a Jú-
piter y dos pequeñ.as rotondas. El eje
principal norte-sur llevaba a una gran
sala de aud iencias eircular y a otra
vasta sala rectangular también de au-
diencias que comunicaba directamente
con la "loggia " meridional que daba al
mar. De modo que' el eje no se detenía
sino que indicaba la integración del
palacio en un espacio nat~.ral más vas-
to. De especial interés es la secuencia
espacial formada por la Puerta Aurea
en el muro septentrional, el "cardo" y
el peristil o más allá de la intersección
principal, el vestíbulo con cúpula, el
"aula" y la abertura central de la " log-
gia" .21 La puerta estaba coronada por
una arcada que contenía estatuas del
emperador y los dioses en sus ni chos.
Dentro había un vestíbulo cuadrado cu-
bierto por una "cúpula celesti al". El 20 Una "loggia" análoga se encuentra
recorrido procesional llevaba desd e la en el Palacio Flaviano, sobre el Palatino,
puerta, pasando por el peristilo con ar- frente al Circo Máximo.
cadas, al vestíbulo con cúpula que ser-
vía como "salutato ríum" del emperador. 21 Véase E. Baldwin .Smith, Architectu-
Entre el peristilo y el vestíbulo se le- ral Symbolism of Imperial Rome and the
vantaba un "frontón glorificatoric" en Middle Ages, Princeton, 1956, págs_ 141
el que el entablamento horizontal es- y SS.

107
taba interrumpido en el centro por un -·-· --
arco. Más que como un " edificio", el
palacio había sido concebido como
una sucesi ón significativa de espaci<)s,
\ adaptada a l a dignidad del "emperador
divino" .
Dentro de esta totalidad dinámi ca inte-
grada, el mausoleo y el templo forman
una composición simbólica complemen-
taria. Mientras el templo mira hacia el
sol naciente, el mausoleo está orienta-
do hacia el oeste. Así, juntos, repre-
sentan el principio y el fin ; y su eje
común tiene un carácter verdaderamen-
te-metafísico. Quienquiera llegue al ves-
tíbulo i mperial debe de experimentar
esta apelación del misterio y los limi-
tes de la existencia,.f;¡:umana. Muy apro-
piadamente ambos. edificios quedan
ocultos tras las ·' arcadas laterales del
recorrido princi'pq.!.
En general, el palacio de Spalato se
caracteriza por el o rden estricto y la
regularidad. Pero este orden representa
algo mucho más profundo que la orga-
nización militar de la sociedad contem- ·.\·

N------
poránea. Al repetir el orden del "tem-
plum•' romano, el palacio devino un
2!dQ auténtico "palatium sacrum". Así, Dio-
o 5 15 cleciano se construyó un palacio en
'===i=====im.
forma de "castrum" no tanto para su
protección física sino porque la planta
simbolizaba un orden divino universal.
Como "cosmocrator'', el emperador era
el supremo poder que regía este mun-
do, y el palacio era una manifestación
123. Tívoli. Villa de Adríano . Teatro Ma-
de su posición dominante. "El 'palatium'
rítimo . Planta. era, pues, un conceptq y no un edificio
especifico, un concepto que implicaba
un poder universal y divino que ema-
naba de los dioses y que se ponía
de manifiesto en la persona del so-
berano" .22

La concepción del espacio


y su evolución histórica
Los ejemplos han mostrado que, con
prescindencia de la función del edificio
y del nivel ambiental, los romanos em-
pleaban la misma imagen espacial fun-
damental. Hemos visto que esta imagen
representaba un orden universal abs-
traído a partir de determinados fenó-
menos naturales, como ser los puntos
cardinales, y de símbolos antiquísimos,
22 Baldwin Smith, op. cit., pág. 98. tales como la verti cal "espiritual", la

108
124. Tívoli. Villa d e Adriano. Teatro Ma-
rítimo'.

109
125. César Augusto. Museo Vaticano, hori zon tal "profana" y los · conceptos donde una sala octogonal cubierta po r . --··-
Roma. 1> de centro y de reco rrido. A diferencia una cúpula e ilumin ada cenit almente
del p l ur~l i smo de la arq uitectura griega, presenta una nueva interpretac ió n "di-
la arquitectura romana se caracteriza vi na" del papel del emperador. Durante
por la uniformidad. Esto no so lo se debe los rein ados d e Traj ano y de Ad ri ano,
al empleo de la mi sma imagen básica el dominio del espacio alc anzó su cul -
sino también al deseo de hacer de esta minación en creac io nes como el foro
imagen un prin cipo rector que d eter: de Traj ano y la vi ll a de Adriano. El
"teatro marítim o" de esta última ti ene

--
mine la elección y la articu lació n d e los
detalles. La arquitectura romana es au- una pl anta cen trali zada de riqueza y
ténticamente sistemáti ca y, al mi smo complejidad insuperadas, interpenetra-
tiem po, funcional. Los rom anos eran da por los ejes fundamentales cortados
sin d uda, un pueblo prácti co, bien or~ en ángulo recto. El período del Bajo
ganizado, y exigían que sus edifi cios Imperio se carac te riza por una siste-
resultaran eficaces. Dentro del esque- matizació n y un a rigid ez c recientes, así
ma o rganizativo general , enc ontramos como por un a falta casi ascéti ca de la
una rica variedad de formas y de dimen- articul ació n y los detalles tradicio nales
siones espaciales, así co mo ingeniosas En la arquitectura romana las nocione~
sol ucio nes técnicas, entre las que se básicas de centro, recorrid o y zon a
c uenta la ca lefac ción de hipocausto. quedan unificadas, constit uye ndo un
Como en el caso de la a rquitec tura egi p- si stema jerárqu ico. En el plano más am-
cia, las intencione s romanas básic as plio, la propia Rom a era el centro
ya estaban ¡:>rese ntes desde el comien- el " caput mundi ", de un sistema d~
zo mismo y hasta cierto pu nto proceden recorridos y zonas. Las c iudades se
de fuentes itál icas más anti guas.23 Pero i nterpretaban co mo microcosmos de
no es difícil reconoce r un a .evo lución es tru ctu ra análoga y el edificio indivi -
históri ca, que consiste tanto en el des- dual repetía su mismo mod elo. Cada
arro llo g rad ual de las intenciones bási - edificio represe ntaba, así, la totalidad,
cas como en su i nteracción con las y cada siti o recordaba al c iud adano ro-
c ircun stanci as propi as del momen to. mano el orden universal al que perte-
Esta úl tima compon ente histórica falta necía. Esto no signi fica, empe ro, que
casi po r completo, en la a rquitectur~ el es pacio' romano fuera " abierto" y
egi pcia. En general, pu eden distinguir- continuo : co nsistía, más bien, en la
se tres períod os princi pales: el perío'do suma de unidades claramente defi nidas
republicano, el imperial y el del Bajo y estructurada s, tal como resul ta evi-
lmperio .24 En la arquitec tura republ i- d ente c uando co nsid eramos la compo-
cana, el espacio exterior activo se d es- sic ión de Jos fo ros imperiales o la planta
arrolla como una expresión del papel gener al de la villa de Ad riano. El espa-
general de los romanos en el mundo. cio romano brindaba . un máximo de
Al mismo tiempo, la a rticul ación ejem- seguridad sin confi nar al hombre, sea
plifica la i ntegración de los caracteres física o psicológicamente, en un Jugar
antropo mórficos griegos en una nu eva específico.
totalidad sistemática. La arq uitectu ra de
los primeros emperadores se caracte- Sig n ifi cado y arquitectura
riza todavía por la va riedad y po r la
vida "orgánica" de miem bros y detalles. Aunque los romanos he red aro n Jos ór-
Tras el pacífico "clasicismo" de Au- denes de la arquitectura griega clásica,
gusto siguen los experimentos " manie- su intención no era primordial mente
ri st as " del período claudiano. Un ca m- si mboli za r una multi tud de arquetipos
bio d ecisivo está representado .po r la Ideales. El nuevo concepto de siste ma
recon st rucción de Roma bajo Nerón, implica, más bi en , que las partes están
23 Kaschnitz von Weinberg, op. cit., tras el gran incendio del año 64, con la co ndicionadas por un a imagen com-
cap. VI. utilización generalizada del lad rill o y prensiva general. Los elementos indivi-
el ceme nto y la elaboración de nu evas d uales de Jos griegos fuero n así reem-
24 H. P. L'O ra nge, Art Forms and Civi c fo rmas espacial es. La primera gran ma- plazados po r el co ncepto de interacci ón
Lite in the Late Roman Empire, Prince- nifestación de espacio interior se en- si stemática. Los filósofos estoicos insi s-
ton, 1965. cuentra en la Dom us Aurea de Nerón, tie ron en la común naturaleza esencial

110
de todos los hombres, y por c onsi g ui en - pectos. Ya hemos mencio nado a Jano, y la "prax is" era la manifestación histó~ --- ·--·-
te sostuvieron que había una so la ley y el di os de todos los comienzos, y pode- rica del o rden divino. Los romanos no ~
una única pat ria . Posidonio (135-51 a.C.) mos recordar a otro dios típica mente buscaron afirmarse en el campo de la 11

consideraba que la naturaleza era un romano , Marte, d ios de la g uerra. De espec ulación filosófica absoluta, y con- '·
gran sistema y que todos sus detalles su p rema importancia era J úpiter, g ran sidera ron al "tiempo·· como una dimen- 1
estaban ordenados por la divina provi- protector de la c i udad y del Estado. T o- sión existencia l fundamental. No busca- 1
dencia. Esta act itud todavía está pre- dos los dioses roman os eran conce- ban la ese ncia de l as cosas sino su for- 1
sente en la filosofía de Marco Aurel io bi dos com o " fuerzas" más q ue co mo ma de manifestarse. La filosofía estoica .,
(empera~?r de 161 a 189 d .C.}, quien
declaro: Oh mundo, yo aoncuerdo con
"personajes". No pertenecían a lugares
específi cos ni a una mito logía origi naJ. 26
considera las "formas" de la cond ucta
hu mana, y el com portamiento ético sig-
¡
cada nota de tu divina armonía" .25 De En el c u rso de la época i mperial, el e m- nifica vivir confor me al plan di vi no, ser
modo que en vez de perseguir la perfec- perador fue asumiendo cada vez más el in st rumento del c urso de la histori a.
ción i deal, los ro manos sentían que de- las funciones de los dioses. Su persona En coi ncidencia con esto, el arte roma-
bían vivir de confor midad con el plan estaba i nvestida de au to ridad divina no se caracteriza por un nuevo real i smo:
divino, participando activamente en la y él mismo est aba rodea do por un seu- el deseo de representar el momento his-
"historia" . Para los romanos la vida te- docosmos. Sus acciones eran man ifes- tórico para marcar su sucesió n. Esto es
rrestre no era mera reproducción i mper- taciones de la voluntad d ivina y, en particularmente evidente en las repre-
fecta de los arquetipos ideales, sino una consecuenc ia, se perpetuaban median te sentaciones históricas como los relie-
manifestación directa y s ignificativa de monumentos tales como colu mnas, ar- ves de las col umnas de T ra j ano y de
la voluntad divina. Asi podemos com- cos y ed ific ios. En tanto que ig noramos Marco A urel io, pero también en los bus-
p render que l a cont radicción entre el l a fecha de constr ucción de los pri nci - tos de los emperadores romanos. En el
orden cósmico y la acción prácti-::a sólo pales edificios gri egos, todos los monu - arte del Bajo Imperio la histori a viva es
sea aparente; en realidad , orden y ac - mentos rom anos represen taba n impor- reemplazada por el sistema abstrac to
ción eran i nterpretados como aspectos tantes acontecí mientas históri cos. El co m o taJ.27 La arquitectura de Diocle-
de un mi smo proceso histórico. ambie nte arquitectó nico se convirti ó, ciano se caracteriza por un deseo casi
El reconoci miento de la historia como así, en una concreción del estado cós- egipcio de forma eterna. Es como si la
dimen sión básica de la existe nc i a hu ma- mico romano y de su historia. El empe- libertad de acción resultante de la ima-
na impli caba natural mente una nueva rador y su ·"palatiu m sacrum" ac tuaban gen romana del mundo se hubie ra per-
inter pretación de los dioses. Los di oses como su centro sig nificativo. Esc ribi ó dido. Ya el hombre no encont raba segu-
ro man os no eran, en su origen, abstrac- Herodiano: "Do nde el Emperador está, ridad en la acción y la conq ui sta y debía
ciones de la ex periencia de fuerzas na- allí está Roma". Es un error, pues, co n- retornar a los orígenes. Así , la historia
tu rales y de caracteres antropomorfos, siderar a los romanos tan sólo como humana repite el curso de un proceso
sino que eran concebi dos como los ingenieros prácti cos, de vigoroso talen- nat ural.
ag entes del proceso histór ico y como to organizativo. La organi zación romana
simbolizaciones de sus diferen tes as- se fundaba en una d isposición rel igiosa,

25 Marco Aure l io: Meditaciones, 4, 23.

26 "En vano se pregunta dónde están


real mente los dioses romanos. Siempre
están en acción. En su actividad encar- ~
nan las f uerzas que co rresponden a esa 1
cua lidad peculiar que asoci amos con el ·'
romano, es decir la relación con la h·is- ~
tori a en el deveni r del tie mpo. Los dio-
ses son las f uerzas que producen este
deveni r. Su mito es la historia". Káhler,
Der r ómische Tempel, pág. 11. Véase
también F. Altheim, Romische Religions-
ges chichte, 1 , Berlín, 1956, págs. 52,
62, 68.
27 Véase L' Orange, op. cit.

1 12

----- - -- - - - -- - -- --·

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