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CARGOS ADMINISTRATIVOS

A diferencia del derecho marroquí y español, que se focaliza en dar continuidad al código
de justicia francés con un sistema que procura a toda costa tener una norma; el derecho
islámico, pretende asimilar el concepto de Justicia, proyectándose en la claridad de los
deberes y derechos entre el pueblo y su gobernante.

Teniendo en cuenta esto, es a partir de la Niyâba, delegación del poder que ejerce el
gobernante, que se desglosará un conjunto de cargos administrativos. Sin embargo, en
contraposición a este, encontramos en el derecho islámico marroquí contemporáneo el
concepto de Bai‘a -juramento de lealtad-, el cual describe el sometimiento ante un
soberano, quien tras una ceremonia concreta, le concibe el uso temporal de un derecho y
con unos límites bien definidos.

Será entonces, dentro del concepto de Niyâba, que desarrollaremos dos términos
importantes en los procesos jurídicos: la escritura (puesta en constancia de lo que ha
ocurrido) y la causa jurista (todo proceso de derecho). La primera de ellas es la forma
de explicar lo sucedido pero sin ser un elemento representativo, siendo análoga a un diario
de viaje, frente a su sentido administrativo en el derecho francés, como el código que
existe previamente a una sociedad, lo que sería similar a las instrucciones de un manual.

Por otra parte, tenemos los términos: ‘Aqd, como documento o escritura legal, y ‘Ādil,
como testigo. A pesar de la importancia progresiva que recaerá en el primero, se
mantendrá la eminencia de lo oral sobre lo escrito, donde ‘Aqd cumplirá la función de
una fe notarial y una constancia de la honorabilidad, mientras que el ‘Ādil, le dará la
validez ante un proceso jurídico. Recordemos que el derecho islámico es personal, en el
sentido que vela por el bien común de la comunidad, y será en esta valoración al individuo
que el testigo obtiene una mayor importancia sobre la escritura legal.

Asimismo, la literatura islámica de derecho basa su problema judicial en los hechos de


una ciudad y no en las de un pueblo, pues en esta última, los problemas tienden a
solucionarse oralmente; es por esta razón que a día de hoy tenemos más escritos legales
en el contexto urbano. Diferenciando con esto: el derecho de una comunidad grande -más
impersonal y escriturario- frente al de la comunidad pequeña -más natural y menos
dependientes de lo escriturario-.
Como ya se viene diciendo, será a partir del derecho urbano que surge la necesidad, por
parte del soberano, de tener representantes en la administración, desglosándose a partir
de él una lista de cargos ordenados:

- Qāḍī l-ŷund, juez de tribunales militares; de igual modo, este se mantendrá


dependiente de la autoridad militar.
- Qāḍī l-ŷamā‘a, juez para comunidades concretas; estas pueden ser minorías
variadas en su habla, religión u origen.
- Qāḍī l-quḍāt, juez de jueces o juez supremo; un cargo más común en oriente
que en occidente ya que implica una mayor sofisticación de la administración
frente a la escrituración que habría en occidente.
- Qāḍī l-naṣārà, juez de los cristianos; su función surge gracias a la evidente
presencia de las comunidades cristianas en oriente.
- Qāḍī l-ankiḥa, juez de los asuntos matrimoniales.
- Nā’ib al-qāḍī, viene a ser el representante del juez en las comunidades pequeñas
que no tienen uno.
- Ḥākim, juez rural, de paz; solo funciona en las comunidades pequeñas.
- Musaddid, juez para los asuntos del campo; hace de mediador para los asuntos
de tierras y cosechas.

De este mismo modo, la Niyâba se representará en una serie de cargos que implican al
pueblo en la gestión de sus propios asuntos:

- Ṣāḥib al-maẓālim; representa y asiste el derecho de apelación de los


ciudadanos, actuando también como mediador en ámbitos menores.
- Ṣāḥib al-radd; se hace cargo de las apelaciones. Ejerce el poder de réplica,
ocupándose de casos rechazados por el Cadí.
- Ṣāḥib al-šurṭa, jefe de la policía, equivalente al fiscal; ante un caso penal él
sería quien lleva a cabo la investigación. Manda sobre la policía pero también
desempeña el cargo de fiscal.
- Ṣāḥib al-sūq, zabazoque o muḥtasib; es el jefe del mercado, él vela por la
limpieza de los procesos comerciales. A su vez se desarrollan los tratados de
Ḥisba, que regula estos comercios.
- Ṣāḥib al-madīna, el jefe de la ciudad. Este complementa al anterior velando por
el orden público o incluso ejerciendo unos derechos de tramitación de impuestos.
Por último, todos estos cargos mencionados junto con los cargos máximos de mediador
entre el soberano y el pueblo, el Ḥāŷib ‫ ﺣﺎﺟﺐ‬y el Wazīr ‫وزﯾﺮ‬, como ministros,
ejemplifican el desglosamiento administrativo del derecho como organización social;
demostrando además, cómo el pueblo se ve implicado en la gestión de sus asuntos
mediante el derecho que les asiste -Niyâba-, asumiendo con ello la responsabilidad que
esta implica.

Melanie Alvarado

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