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Resumen

Concepto de Efectivo: Se habla de efectivo al estado en el que el dinero puede encontrarse en el ámbito
económico en curso legal, pudiéndose contar con ello en el corto plazo para asumir distintas obligaciones
de pago.

A menudo el efectivo es la forma más corriente de encontrar el dinero en el día a día. A grandes rasgos,
es común hablar de efectivo como el dinero del cual se puede disponer en un plazo menor para realizar
diferentes transacciones o pagos cotidianos.

Desde el punto de vista de la empresa, es importante tener en cuenta el concepto de liquidez del dinero,
ya que el concepto de efectivo está estrechamente ligado a este último como forma de disposición de
activo circulante. En otras palabras, aquellos recursos que una sociedad puede transformar en dinero en
periodos menores de tiempo.

Por este motivo, es necesario destacar que el dinero en efectivo no es solamente aquel del que
disponemos en forma de billetes y monedas, como a menudo suele entenderse coloquialmente, sino que
también sería del que disponemos en una cuenta corriente, por ejemplo.

Otra modalidad de efectivo significativo es aquel que puede provenir de documentos de pago a nuestro
favor. Un ejemplo típico de este punto es el de los cheques aún no cobrados o de pagarés.

La menor o menos disposición de efectivo por parte de las personas o las sociedades condicionará en gran
medida su capacidad de pago y los plazos en los que desarrollen sus respectivas actividades comerciales
o económicas.

Con el desarrollo de las tecnologías y la proliferación de dispositivos móviles en casi todo el mundo las
formas de pago han evolucionado considerablemente.

De este modo, las nuevas modalidades de pago por móvil por ejemplo hacen que el concepto de dinero
efectivo o disponible se adapte a dichos avances, permitiendo el pago instantáneo en casi la totalidad de
ámbitos comerciales.

Otra aplicación del concepto de efectivo sería el de la cantidad de dinero emitido por un banco central en
un territorio determinado.

Es decir, puede considerarse también desde el punto de vista económico que hablamos de efectivo de un
país al total de moneda emitida con el que cuenta en un momento determinado.

Presentación del Efectivo en el Balance General: El balance general, estado de situación o balance de
fin de gestión, es un estado financiero básico, que, en forma resumida de acuerdo con normas de
contabilidad y disposiciones legales, proporciona información en términos de unidades monetarias
referidas a la situación patrimonial y financiera de una empresa a una determinada fecha.

El balance general es una imagen de la empresa en un momento determinado. Incluye los activos y
pasivos, proporcionando información sobre el patrimonio neto de la empresa. En otras palabras, un
balance general es un resumen de todo lo que tiene la empresa, de lo que debe, lo que le deben y de lo
que realmente le pertenece a su propietario, a una fecha determinada.
Al elaborar el balance general el empresario obtiene la información valiosa sobre su negocio, como el
estado de sus deudas, lo que debe cobrar o la disponibilidad de dinero en el momento o en un futuro
próximo. El balance general consta de dos partes, activo y pasivo. El activo muestra los elementos
patrimoniales de la empresa, mientras que el pasivo detalla su origen financiero. La legislación exige que
este documento sea imagen fiel del estado patrimonial de la empresa. Las partes de un balance general
son: activo, pasivo y patrimonio.

Los activos pueden definirse como el conjunto de bienes y derechos reales y personales sobre los que se
tiene propiedad, así como cualquier costo o gasto incurrido con anterioridad a la fecha del balance, que
debe ser aplicado a ingresos futuros. En otras palabras, los activos son todos los bienes que tiene la
empresa y posee valor tales como:

 El dinero en caja y en bancos.


 Las cuentas por cobrar a los clientes
 Las materias primas en existencia o almacén
 Las máquinas y equipos
 Los vehículos
 Los muebles y enseres
 Las construcciones y terrenos

Los activos de una empresa se pueden clasificar en orden de liquidez en las siguientes categorías:
Activos corrientes, Activos fijos y otros Activos.

Por otro lado y según el autor, existen otras formas de clasificar a los activos. Una de ellas lo clasifica en
tres grupos principales: Circulantes, Fijos y Cargos diferidos. Otros reconocen dos grupos: Los Activos
Circulantes y los No Circulante. La base fundamental para hacer la distinción entre circulante y no
circulante es primariamente el propósito con que se efectúa la inversión, es decir si es permanente o no.

Los activos corrientes: son considerados activos corrientes el efectivo y todas aquellas otras cuentas que
se espera se conviertan, a su vez, en efectivo o que se hayan de consumir durante el ciclo normal de
operaciones. En otras palabras, son aquellos activos que son más fáciles en convertir en dinero en
efectivo durante el período normal de operaciones del negocio.

Los activos fijos: son el valor de aquellos bienes muebles e inmuebles que la empresa posee y que le
sirven para desarrollar sus actividades. Para ponerle valor a cada uno de estos bienes, se calcula el valor
comercial o de venta aproximado, teniendo en cuenta el estado en que se encuentra a la fecha de
realizar el balance. En los casos en que los bienes son de reciente adquisición se utiliza el valor de
compra. Los activos fijos sufren desgaste con el uso, los cuales reciben el nombre de "depreciación".

NIF relacionada con el Efectivo: El efectivo y equivalentes al efectivo es una partida contable
perteneciente al activo corriente del balance de situación de una empresa. Esta representa tanto el
efectivo disponible, como los activos de corto plazo que pueden ser convertidos en efectivo de forma
inmediata.
Para atender los pagos derivados del funcionamiento operativo, las empresas disponen de una tesorería
compuesta por diversos activos. Tener una mayor cantidad de efectivo a la necesaria, supone un coste
de oportunidad para la empresa.

Por ello, parte de ese efectivo se invierte en activos de corto plazo (letras del tesoro o depósitos a la
vista, por ejemplo) para obtener una rentabilidad por ese excedente de tesorería. Todo activo de corto
plazo que se pueda convertir en dinero en menos de 90 días sin riesgo de pérdida de valor, se considera
como equivalente al efectivo. Por lo tanto, se considera como efectivo y equivalentes a todo el dinero
del que dispone la empresa de forma “inmediata”.

Las empresas con gran cantidad de efectivo y equivalentes al efectivo son vistas como un arma de doble
filo. Tener mucho efectivo y equivalentes, es signo de una buena gestión y un riesgo más reducido. Si la
empresa dispone de mucho dinero para realizar sus pagos, su riesgo se reduce notablemente. Sin
embargo, grandes niveles de efectivo y equivalentes también son considerados como ineficientes.
Empresas con mucha caja, tienen un coste de oportunidad al no obtener nada por esta.

Se entiende que la liquidez de la empresa tiene que estar en línea con la del sector. Por lo tanto, un nivel
muy alto podría indicar capacidad ociosa y un nivel muy bajo podría indicar un riesgo latente de impago.

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