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R. Zuasnabar Yauri, J. Melo Saca, C. Araujo Elaluf, P. Palacios Bernuy, J. Oscco Cuadros, M. Quispe Lopez
I. RESUMEN:
La salud mental de los estudiantes cuando ingresan a la universidad puede
verse afectada por múltiples factores, entre los cuales se encuentran las
situaciones académicas generadoras de estrés. Éstas constituyen un factor que
puede estar relacionado con la presencia de depresión en los estudiantes
universitarios. Es por ello que en esta recopilación d estudios anteriores es
importante ver cómo es que este factor depresión afecta los sistemas del
organismo en los estudiantes universitarios.
Palabras clave: Jóvenes universitarios, depresión, sistemas.
II. INTRODUCCIÓN:
La depresión es uno de los más comunes y más serios problemas de la salud
mental que enfrenta la gente hoy en día. Millones de personas en el mundo
sobreviven en medio de la depresión. Afecta a personas de niveles sociales altos
como también bajos, ciudadanos, campesinos, hombres y mujeres, tanto en
países desarrollados como en países en vías de desarrollo, entre estos se
encuentran los jóvenes universitarios.
Las condiciones de la salud mental de los estudiantes cuando ingresan a la
universidad pueden verse afectadas en la medida en que las exigencias
académicas, las dificultades en el desarrollo del aprendizaje y la adquisición de
destrezas plantean situaciones de fracaso o éxito, que acompañadas con el
ritmo de estudio, la intensidad horaria, la exigencia de los docentes, las
presiones de grupo, la competitividad entre compañeros, los cambios en los
horarios de alimentación y los cambios en el ciclo sueño-vigilia, pueden alterar
esas condiciones de salud (Gutiérrez, 2010, et. al), causando así trastornos
graves.
Entre estos trastornos, la depresión es uno de los que se presenta con mayor
frecuencia, la cual se define como un grupo heterogéneo de trastornos afectivos
cuyas características son un estado de ánimo deprimido, disminución del
disfrute, apatía y pérdida de interés en el trabajo asociado a insomnio, anorexia
e ideación suicida (Gutiérrez, 2010, et. al). Todas estas previas menciones se
conectan con la afección a los sistemas del organismo en los jóvenes
universitarios, por lo que en este informe se hará una revisión general de los
problemas que puede causar la depresión en los diferentes sistemas, tomando
en cuenta el metabolismo de la misma siendo así el objetivo:
Determinar los problemas que causa la emoción de la depresión en los
diferentes sistemas de los jóvenes universitarios.
III. DEFINICIÓN:
Definida como uno de los tipos de alteración del ánimo, consiste en su
disminución, con un grado variable de perdida de interés o dificultad para
experimentar placer en las actividades habituales y acompañado de diversos
síntomas psíquicos y físicos.
DESCRIPCIÓN DE LA EMOCIÓN:
• Factores genéticos
• Factores químicos: alteraciones de neurotransmisores
• Factores psicosociales como: experiencias adversas en la infancia: dificultades
cotidianas y crónicas, eventos indeseables en la vida, red social limitada, baja
autoestima (Guadarrama, 2006).
Existen dos formas básicas de depresión: la exógena y la endógena, los
causantes de estas pueden ser factores: genéticos, químicos y psicosociales. La
depresión exógena obedece a una causa externa generalmente bien definida. La
depresión endógena, en cambio, no tiene causa externa manifiesta, lo cual lleva
a considerarla una alteración biológica. Hoy en día gracias a estudios
efectuados a mediados del siglo XX se pude asociar esta enfermedad a los
neurotransmisores. (Sustancias que sirven de mensajeras entre las células
nerviosas) (Fañanás, 2002).
Alteraciones de neurotransmisores
Existe evidencia que niveles anormales de la serotonina (5-hidroxitriptamina, 5-
HT), norepinefrina y dopamina, neurotransmisores aminérgicos que actúan en
las neuronas del sistema nervioso central, podrían ser importantes en la
fisiopatología de la depresión.
Norepinefrina
Distintos estudios farmacológicos han confirmado el papel de las vías
noradrenérgicas en la etiología de la depresión. Quizá la mayor evidencia
farmacológica nos llega de los estudios de reducción. En el estudio llevado a
cabo por Delgado et al con pacientes con una mejoría reciente en su depresión,
los cuales habían respondido a antidepresivos inhibidores de la receptación de
la NE, se demostró que estos pacientes eran más vulnerables a sufrir una
recaída transitoria debido a una reducción de catecolaminas, elicitada por alfa-
metilpara-tiroxina (AMPT) (Guadarrama, 2006). Los pacientes que habían
respondido a ISRSs eran más vulnerables a una reducción de triptofan, que
reduce la serotonina en el cerebro. Lo que resulta interesante es que, en un
estudio distinto, no se observaron cambios en el estado de ánimo en
voluntarios normales durante continuos tratamientos con NE o después de que
estos tratamientos fueran interrumpidos de manera abrupta.
Tomados de manera conjunta, estos estudios sugieren que las fluctuaciones de
los niveles absolutos de NE puede que no indiquen los cambios “de un minuto a
otro” en el estado de ánimo de aquellos individuos que no estén deprimidos, o
que lo estén pero no reciban medicación. Sin embargo, una vez que se consigue
una mejora utilizando un antidepresivo monoamino-selectivo, la reducción de
los niveles de ese monoamino tiene efectos que deprimen el estado de ánimo.
Serotonina
La serotonina ejerce importante acción en el talante, conducta, movimiento,
apreciación del dolor, actividad sexual, apetito, secreciones endocrinas,
funciones cardiacas y el ciclo de sueño-vigilia. La mayoría de la serotonina
cerebral se genera en los núcleos del rafé, principalmente en el novenonúcleo
del rafé, que se localiza encordado entre la línea media del puente y el bulbo
raquídeo, estructuras que forman parte del tallo cerebral. La serotonina es
producida a partir del aminoácido triptófano, el cual es transportado a través de
la barrera hemato-encefálica hasta las neuronas por el gran transportador
neutral de aminoácidos (LNAA). El LNAA también mueve otros aminoácidos:
tirosina, valina, leucina e isoleucina a través de la barrera hematoencefálica. El
triptófano debe competir con estos otros aminoácidos para el transporte en el
cerebro. Por lo tanto, la cantidad de triptófano transportado depende tanto de
su concentración como de la concentración de los otros aminoácidos en el
cuerpo. Ya dentro de la neurona, se lleva a cabo el proceso de síntesis de
serotonina (Guadarrama, 2006).
Metabolísmo de la depresión:
Metabolismo de la depresión:
La inflamación implica un proceso estrechamente regulado, caracterizado por
dos subsistemas complementarios: el sistema inmune innato y el sistema
inmunológico posterior, altamente adaptable. El sistema inmune innato es
activado por patógenos invasivos que se dirigen a los receptores de
reconocimiento de patrones (PRRS), tales como receptores unidos a la
membrana de tipo Toll (TLRs) y los receptores NOD como citosólicas (NLRs).
Mientras que los TLR detectan ambos estímulos extracelulares e intracelulares,
NLRs responden a los agonistas citosólicas. La familia NLR contiene varias
proteínas que actúan como andamios que pueden oligomerizar en grandes
complejos de proteínas, induciendo así la formación de una plataforma
molecular llamada inflamasoma. Estos varios complejos de proteínas
contribuyen a la activación de las caspasas inflamatorias (es decir, la caspasa-1)
que resultan en el procesamiento proteolítico y la secreción de citoquinas,
incluyendo la interleucina (IL) -1β e IL-18 ( Martinon et al., 2009, citado por Choi
y Ryter 2014). Por lo tanto, inflamosomas, que incluyen miembros de la familia
NLR (es decir, NLRP1, NLRP3, y IPAF), así como el miembro de la familia PYHIN
AIM2, representan mediadores críticos de estrés celular en los sistemas inmune
innata y adaptativa (Fig. 1). En esta revisión se discute la importancia de las vías
de inflamasoma, específicamente, el de la inflamasoma NLRP3 más plenamente
caracterizado, en las enfermedades metabólicas y cognitivas, incluyendo la
obesidad, la diabetes mellitus tipo 2, la enfermedad de Alzheimer y el trastorno
depresivo mayor (Fig. 2).
Depresión
Un estado inflamatorio elevado puede influir en los síntomas depresivos a
través de varios mecanismos potenciales relacionados con compuestos
neuroactivos de la vía quinurenina. En primer lugar, cada uno se han mostrado
citoquinas proinflamatorias tales como IFN-γ, IFN-α, IL-1β y TNF-α a un máximo
de regular directamente transportador de serotonina (SERT) proteínas dentro
del cerebro, lo que lleva un mayor recaptación de 5-HT y una reducción en las
concentraciones extracelulares [correspondiente 29 , 30, citado por Allison y
Ditor 2014]. En segundo lugar, mediadores proinflamatorios pueden influir en
los síntomas depresivos por medio de varios mecanismos indirectos asociados
con alteraciones en la actividad de las enzimas de la vía de quinurenina (véase la
Figura 6).
Sabemos que tanto el estrés como la depresión y la inflamación son capaces de activar
el sistema de citoquinas. Éstas pueden tener un efecto depresivo, ya sea directamente,
por medio de la activación del sistema CRH (la hormona liberadora de córticotropina),
o indirectamente, provocando resistencia de los receptores de glucorticoides, lo que
causa hiperactividad del eje hipotálamo-hipofisiario-suprarrenal, debido a inhibición
del mecanismo de retroalimentación normal. Por otra parte, las citoquinas
postinflamatorias pueden alterar los sistemas de transmisión monoaminérgicas
(neurotransmisores monoaminérgicos: Noradrenalina (NE), Serotonina (S-HT) y
Dopamina) en múltiples sitios del sistema nervioso central (SNC) y en varias regiones
cerebrales, por ejemplo reduciendo la disponibilidad de L-triptofano, que a su vez lleva
a una reducción de los niveles de serotonina (Platzer, 2000). Por último, existen
receptores neuronales a citoquinas ampliamente distribuidos en el SNC, lo que sugiere
que las citoquinas funcionan como neurotransmisores y ejercen una acción directa
sobre el cerebro (Kronfol, 2000).
Figura 1
Figura 2
Depresión y el Sistema Digestivo
Muy poca es la base científica que hay sobre los efectos de la depresión sobre el
aparato digestivo, pero de lo que si se tiene certeza es que existe tal efecto.
Definitivamente nuestro tubo digestivo está ligado a las diferentes emociones, y al fin y
al cabo lo que sintamos puede ser tanto cuestión fisiológica como emocional.
Como Gallar dice, cuando la depresión es muy patente y repercute poco sobre el
aparato digestivo del enfermo, este consulta directamente al psiquiatra. En cambio,
acude al gastroenterólogo o al internista cuando la depresión es enmascarada por
alteraciones de otra índole, como mal sabor de boca, trastornos dispépticos,
estreñimiento, diarrea, meteorismo, aerofagia, etc. Es lógico que cualquier afección
orgánica del aparato digestivo pueda ir acompañada de cierto grado de depresión o de
ansiedad, por el hecho de sentirse enfermo el paciente. El 60% de pacientes que
acuden a la consulta privada u hospitalaria del gastroenterólogo o del médico general
de las grandes ciudades aquejadas de trastornos del aparato digestivo, o que suponen
dependientes de este, en realidad están afectados.
En los últimos años ha despertado gran interés el estudio de los mecanismos centrales
que intervienen en la regulación de los niveles de cortisol circulante. En el núcleo
paraventricular del hipotálamo existe un grupo de neuronas que secretan el péptido
llamado factor liberador de corticotrofina (más conocido por la sigla CRF derivada de
su nombre en inglés: "corticotrophin releasing factor"). El CRF es transportado a la
hipófisis por la circulación hipotálamo-hipofisiaria portal. En la hipófisis estimula a las
células productoras de la hormona adenocorticotrofina (ACTH), la que pasa a la
circulación periférica y estimula a la corteza suprarrenal para que secrete
glucocorticoides, particularmente cortisol. Los glucocorticoides, a su vez, ejercen
retroalimentación negativa en la hipófisis anterior, hipotálamo e hipocampo, mediante
la estimulación de receptores de glucocorticoides. De este modo, la cantidad de
corticoides es mantenida dentro de un nivel normal.
Las áreas más probablemente involucradas son las estructuras límbicas (involucran el
cingulado, hipocampo, cuerpos mamilares y tálamo anterior), los circuitos de
recompensa (núcleo accumbens, sublenticular, amígdala extendida, amígdala,
tegmento ventral, cingulado, ínsula, tálamo, giro parahipocámpico y corteza prefrontal),
el hipotálamo y la corteza temporal anterior. Los estudios mediante tomografía por
emisión de fotones únicos (SPECT) y por emisión de positrones (PET) han demostrado
una disminución global del metabolismo cerebral, más marcado en las regiones
frontales, especialmente en la corteza prefrontal medial y dorsolateral, los ganglios
basales y la corteza cingulada. No obstante, el flujo sanguíneo y el metabolismo
parecen estar aumentados en zonas de la corteza orbitofrontal y de la amígdala.
Además de la evidencia derivada de los estudios por neuroimágenes sobre el papel de
los circuitos ganglios basales -tálamo-corteza en la fisiopatología de la depresión
mayor, los estudios sobre respuesta al tratamiento con antidepresivos sugieren que la
corteza cingulada anterior también puede jugar un papel significativo.
Bibliografía:
Choi A., Ryter S. 2014. Inflammasomes: Molecular Regulation and Implications for
Metabolic and Cognitive Diseases. Molecules and Cells, 37(6); 2, 11-12pp.
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