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Síndrome de distrés respiratorio en adultos.

Plan de cuidados de Enfermería


El distrés respiratorio es una insuficiencia respiratoria causada por diversas lesiones pulmonares
agudas. Se caracteriza por una lesión de las células endoteliales de los capilares pulmonares, lo que
aumenta su permeabilidad y permite el paso de líquido y proteínas desde los capilares a los espacios
intersticial y alveolar.
Los espacios alveolares se inundan y se reduce la actividad del surfactante. Las manifestaciones
clínicas son dificultad respiratoria y una hipoxemia marcada y la radiografía del tórax muestra
infiltrados alveolares difusos.

Valoración de Enfermería: realizaremos una valoración del:


–Sistema respiratorio: observar disnea y taquipnea intensa, sonidos respiratorios, esputo aumentado,
tos persistente, signos de hipercapnia (cefalea, confusión, convulsiones….), signos de hipoxia
(agitación, hipotensión, cianosis…).
–Sistema cardiovascular: aumento de las presiones pulmonares y gasto cardíaco reducido.)
–Psicosocial: ansiedad, incapacidad de comunicación, temor al ahogo.

Diagnósticos de Enfermería:
(00032) Patrón respiratorio ineficaz r/c la reducción de la distensibilidad pulmonar.
(00030) Deterioro del intercambio gaseoso r/c los cambios en la membrana alveocapilar.
(00031) Limpieza ineficaz de las vía aérea r/c el edema pulmonar e intersticial.
(00002) Desequilibrio nutricional por defecto r/c alteración de las demandas metabólicas e
imposibilidad de usar la vía oral.
(00092) Intolerancia a la actividad r/c la hipoxia.
(00146) Ansiedad r/c el ahogo, dependencia de la ventilación mecánica y la incapacidad de
comunicación verbal.

Planificación (NOC): los objetivos que pretendemos alcanzar con el paciente son:
– Mantener las vías aéreas del paciente permeables.
– Proporcionar una adecuada oxigenación.
– Mantener un patrón respiratorio eficaz.
– Mantener los parámetros hemodinámicos estables.
– Realizar actividades diarias sin fatiga.
– Mantener un estado nutricional adecuado.

– Reducir el riesgo de infecciones.


– Disminuir el estrés.
Intervenciones (NIC): las intervenciones que realizaremos serán:
-(3350) Monitorización respiratoria.
-(1240) Ayuda para ganar peso.
-(0180) Manejo de la energía.
-(5820) Disminución de la ansiedad.

Actividades:
– Auscultar los pulmones.
– Administrar oxigeno según pauta médica
– Observar estado de conciencia, orientación.
– Realizar analítica de gasometría y hemograma.
– Realizar EKG.
– Administración de medicamentos si fuera preciso según pauta médica de corticoides, diuréticos,
morfina, heparina.
– Colocar al paciente en una posición corporal correcta y ayudarlo a caminar, aumentando de forma
paulatina el ejercicio, planificando periodos de descanso.
– Vigilar el peso del paciente.
– Medir ingesta y excreción de líquidos.
– Administrar nutrición parenteral si fuera preciso y según prescripción médica.
– Ayudar al paciente a expresar sus sentimientos y temores.

Síntomas
Los síntomas generalmente se presentan dentro de las 24 a 48 horas posteriores a la lesión o la
enfermedad. A menudo, las personas con SDRA están tan enfermas que no son capaces de
quejarse de los síntomas. Los síntomas pueden incluir cualquiera de los siguientes:
Falta de aliento
Ritmo cardíaco rápido
Presión arterial baja e insuficiencia orgánica
Respiración rápida
Pruebas y exámenes
Escuchar el tórax con un estetoscopio (auscultación) revela ruidos respiratorios anormales, como
crepitaciones, que pueden ser signos de líquido en los pulmones. A menudo, la presión arterial está
baja. Con frecuencia se observa cianosis (coloración azulada de la piel, los labios y las uñas,
causada por la falta de oxígeno a los tejidos).

Los exámenes empleados en el diagnóstico del SDRA incluyen:


Gasometría arterial
Exámenes de sangre, como CSC (conteo sanguíneo completo) y química sanguínea
Hemocultivos y urocultivos
Broncoscopia en algunas personas
Radiografía de tórax o tomografía computarizada
Cultivos de esputo y análisis
Exámenes para posibles infecciones
Puede ser necesario efectuar una ecocardiografía para descartar insuficiencia cardíaca, que puede
tener una apariencia similar al SDRA en una radiografía de tórax.

Tratamiento
El SDRA a menudo necesita tratamiento en una unidad de cuidados intensivos (UCI).

El objetivo del tratamiento es suministrar soporte respiratorio y tratar la causa subyacente del SDRA.
Esto puede consistir en medicamentos para tratar infecciones, reducir la inflamación y extraer el
líquido de los pulmones.
Se emplea un respirador para suministrar dosis altas de oxígeno y presión positiva a los pulmones
lesionados. Con frecuencia, es necesario sedar profundamente a las personas con medicamentos.
Durante el tratamiento, los proveedores de atención médica harán todo lo posible para proteger a los
pulmones de daño adicional. El tratamiento es principalmente de soporte hasta que los pulmones se
recuperen.
Algunas veces, se lleva a cabo un tratamiento llamado oxigenación por membrana extracorpórea
(OMEC). En la OMEC, se filtra la sangre a través de una máquina que proporciona oxígeno y
remueve el dióxido de carbono.

Síntomas

Los signos y síntomas del síndrome de dificultad respiratoria aguda pueden variar en intensidad,
según la causa, la gravedad y si existe alguna enfermedad cardíaca o pulmonar de fondo. Algunos
de ellos son:

 Dificultad para respirar grave


 Respiración dificultosa e inusualmente acelerada

 Presión arterial baja

 Confusión y cansancio extremo


Cuándo consultar al médico

El síndrome de dificultad respiratoria aguda aparece después de una enfermedad o una lesión
importante, y la mayoría de las personas afectadas ya están hospitalizadas.

Causas

Bronquíolos y alvéolos

La causa mecánica del síndrome de dificultad respiratoria aguda es la pérdida de líquido de los
vasos sanguíneos más pequeños de los pulmones que va hacia los pequeños sacos de aire donde
se oxigena la sangre. Normalmente, una membrana protectora mantiene el líquido en los vasos
sanguíneos. Sin embargo, una enfermedad o una lesión graves pueden causar daños en la
membrana y producir la pérdida de líquido característica del síndrome de dificultad respiratoria
aguda.

Las causas no diagnosticadas más frecuentes del síndrome de dificultad respiratoria aguda son las
siguientes:

 Septicemia. La causa más frecuente del síndrome de dificultad respiratoria aguda es la


septicemia, una infección grave y generalizada del torrente sanguíneo.
 Inhalación de sustancias nocivas. Respirar grandes concentraciones de humo o de gases
provenientes de sustancias químicas puede ocasionar el síndrome de dificultad respiratoria
aguda, así como inhalar (aspirar) vómito y tener episodios de casi ahogamiento.

 Neumonía grave. Por lo general, los casos graves de neumonía afectan los cinco lóbulos
pulmonares.

 Lesiones en la cabeza, en el tórax u otra lesión importante. Los accidentes, como las


caídas o los accidentes automovilísticos, pueden dañar directamente los pulmones o la parte
del cerebro que controla la respiración.

 Otros. Pancreatitis (inflamación del páncreas), transfusiones de sangre importantes y


quemaduras.
Factores de riesgo

La mayoría de las personas que padecen síndrome de dificultad respiratoria aguda ya están
hospitalizados por otra afección, y muchos están gravemente enfermos. Tienes riesgo especialmente
si tienes una infección extendida en el torrente sanguíneo (septicemia).

Las personas que tienen antecedentes de alcoholismo crónico tienen un mayor riesgo de padecer
síndrome de dificultad respiratoria aguda. Estas personas son más propensas a fallecer por
síndrome de dificultad respiratoria aguda.

Complicaciones

Si tienes síndrome de dificultad respiratoria aguda, puedes padecer otros problemas médicos
mientras te encuentras en el hospital. Los problemas más frecuentes son:

 Coágulos sanguíneos. Estar recostado inmóvil en el hospital mientras estás conectado a un


ventilador puede aumentar el riesgo de formación de coágulos sanguíneos, especialmente en
las venas profundas de las piernas. Si se forma un coágulo en la pierna, es posible que una
parte se desprenda y se desplace hacia uno o ambos pulmones (embolia pulmonar), donde
bloquea el flujo sanguíneo.

 Colapso pulmonar (neumotórax). En la mayoría de los casos de síndrome de dificultad


respiratoria aguda, se utiliza una máquina para respirar denominada «ventilador» para
aumentar el oxígeno en el cuerpo y forzar que el líquido salga de los pulmones. Sin embargo, la
presión y el volumen de aire del ventilador pueden forzar al gas a que pase a través de un
pequeño orificio en la parte externa del pulmón y cause el colapso pulmonar.

 Infecciones. Dado que el ventilador está unido directamente a un tubo que se inserta en la


tráquea, esto facilita la infección por gérmenes y más lesiones en los pulmones.
 Formación de cicatrices (fibrosis pulmonar). La cicatrización y el engrosamiento del tejido
entre los sacos de aire pueden ocurrir en pocas semanas desde la aparición del síndrome de
dificultad respiratoria aguda. Esto da rigidez a los pulmones y dificulta que el oxígeno fluya
desde los sacos de aire hacia el torrente sanguíneo.

Gracias a las mejoras en los tratamientos, cada vez más personas sobreviven al síndrome de
dificultad respiratoria aguda. Sin embargo, muchos sobrevivientes sufren complicaciones que pueden
ser graves y quizás duraderos:

 Problemas respiratorios. Muchas personas con síndrome de dificultad respiratoria aguda


recuperan la mayor parte de la función pulmonar en un plazo de varios meses a dos años, pero
otras personas podrían tener problemas respiratorios por el resto de sus vidas. Incluso las
personas que están bien suelen tener dificultad para respirar y fatiga y pueden necesitar
administración de oxígeno en la casa durante algunos meses.

 Depresión. La mayoría de sobrevivientes del síndrome de dificultad respiratoria aguda


también informan pasar por un período de depresión, que puede tratarse.

 Problemas de memoria o para pensar con claridad. Los sedantes y los bajos niveles de
oxígeno en la sangre pueden provocar pérdida de memoria y problemas cognitivos después del
síndrome de dificultad respiratoria aguda. En algunos casos, los efectos pueden disminuir con
el tiempo, pero en otros, el daño puede ser permanente.

 Cansancio y debilidad muscular. Estar en el hospital conectado a un respirador puede


provocar debilidad muscular. También es posible que te sientas muy cansado después del
tratamiento.

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