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Carlos A.

BOTASSI
Director
edición, 2000 Miguel H . E . OROZ
2"^" edición 2004
Coordinador
Edición al cuidado de
Enrique Horacio Bonatto
E l n u e v o proceso
© Librería Editora Piálense S.R.L.
Calle 15 n° 644 - B1900 - La Plata - Buenos Aires - Argentina contencioso a d m i n i s t r a t i v o
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de l a P r o v i n c i a de B u e n o s A i r e s
Diseño de tapa, armado y paginación
Juan Bonatto Seoane
juanbott@hotmail. com
S-^^ E d i c i ó n

J u a n Carlos CASSAGNE C l a u d i a A . M. MILANTA


Impreso en Argentina - Queda hecho el depósito de ley J u l i o Rodolfo COMADIRA R i c a r d o Miguel O R T I Z

Inés Anunciada D'ARGENIO Pablo Esteban PERRINO

A g u s t í n A. G o R D i L L O María Julia RICHERO


El nuevo proceso contencioso administrativo de la Provincia de Buenos Ai- T o m á s HUTCHINSON Roberto A . S A L A B E R R E N
res / Carlos A. Botassi... [et.al.]; coordinado por Miguel H. E. Oroz; dirigido
por Carlos A.
A n a Cristina LOGAR Daniel F e r n a n d o SORIA
Botassi. - 3a ed. - La Plata: Librería Editora Platense, 2011.
Miguel Á n g e l MARAFUSCHI C a r l o s R. T R I B I Ñ O
784 p.; 23x16 cm.

ISBN 978-950-536-228-8

1. Derecho Administrativo. 1. Botassi, Carlos A. I I . Oroz, Miguel H. E.,


coord. I I I . Botassi, Carlos A., dir.

CDD 342

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ISBN 978-950-536-228-8 €DITORñ
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E L S I L E N C I O ADMINISTRATIVO
E N E L N U E V O CÓDIGO
C O N T E N C I O S O ADMINISTRATIVO
BONAERENSE
T o m á s HuTCHiNSON

A Osvaldo Máximo Bezzi

SUMARIO: I. Fundamentos y orígenes.- I I . E l derecho de peticionar y la obli-


gación de resolver.- III. Concepto del silencio administrativo.- I V . Naturaleza
jurídica del silencio. 1 . E l silencio como acto presunto. 2. E l silencio como
hecho al que la ley acuerda efectos procesales.- V . Inactividad formal e in-
actividad material de la Administración.- V I . E l silencio administrativo. 1 .
Cómputo del plazo para su configuración. 2. Interrupción de los plazos para
la configuración del silencio. 3. L a presunción a favor del particular y la obli-
gación de la Administración: las resoluciones tardías. 4. L a "voluntad" admi-
nistrativa.- V I L L a s manifestaciones del silencio.- V I H . E l silencio negativo
en la ley. 1. Preliminar. 2. Naturaleza y requisitos del silencio. 3. Carácter:
falta de automatismo.- I X . Requisitos del silencio para el código. 1 . Requisitos
generales. 2. Requisitos particulares.- X. Iniciación y consumación del silencio
administrativo.- X I . Efectos del silencio negativo.- X I I . E l silencio con senti-
do positivo.- X I I I . L a s resoluciones tardías. 1 . Consideraciones generales. 2.
Efectos de la resolución tardía y el silencio denegatorio.- X I V . Conclusión

I. Fundamentos y o r í g e n e s

El nuevo • código contencioso administrativo de la Provincia de


Buenos Aires, sancionado por la ley 12.008 -texto según ley 13.101-
regula el instituto del silencio administrativo en los artículos 16 ^ y

1 Art. 16.- Silencio administrativo. 1-Cuando hubiere vencido el plazo que alguno
de los entes mencionados en el art. 1 del presente Código, tuviese para resolver un re-
curso o petición planteados en sede administrativa, el interesado podrá solicitar pron-
to despacho. Esta solicitud deberá presentarse, a opción de aquél, ante la dependencia
donde se hallaren radicadas las actuaciones, ante el órgano responsable del procedi-
miento o bien ante la autoridad jerárquica superior con competencia resolutoria fi-
nal. Transcurridos treinta (30) días hábiles administrativos desde la presentación del
pronto despacho, sin que se dictare el acto correspondiente, se presumirá la existencia
de una resolución denegatoria o adversa para el interesado y quedará expedita la
instancia judicial. También podrá promoverse la pretensión sobre la base del silencio

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El nuevo proceso contencioso administrativo Tomás Hutchinson

25 y por cierto, no ha constituido dicha regulación ninguna modifi- Pocos temas tan rodeados de equívocos, de implicancias y conse-
cación sustancial en la materia. Ha venido a reemplazar al instituto cuencias tan importantes como el que nos toca abordar, según ya lo
de la retardación que el código anterior ^ regulaba en su art. 7 * y que expresáramos cada vez que nos tocó tratar la cuestión '. Su naturale-
había sufrido modificación ^ por virtud del art. 79 del dec. ley 7647/70 ^ za jurídica no siempre ha sido bien entendida por la jurisprudencia y
aun por un cierto sector de la doctrina, aumentando las dificultades y
equívocos tradicionales hasta fechas muy recientes ^. A través de las
líneas doctrinarias de estos últimos años, se ha consagrado una exacta
definición de la naturaleza jurídica del silencio negativo, pero no por
administrativo, cuando alguno de los entes enunciados en el art. 1 del presente Código eso es menos cierto, y a lo largo de este comentario habrá ocasión de
omitiere o retardare el dictado de actos de trámite o preparatorios. comprobarlo cumplidamente, que a ú n se está lejos de la solución final
En tal supuesto, el interesado podrá solicitar el pronto despacho en los términos
establecidos en el inciso anterior y transcurridos treinta (30) días hábiles adminis- de todas las cuestiones que directa o indirectamente se siguen de aque-
trativos desde esta solicitud, sin que se dictare el acto correspondiente, se presumirá lla naturaleza. Los obstáculos provienen en parte de una defectuosa
la existencia de una resolución denegatoria o adversa para el interesado y quedará interpretación jurisprudencial y doctrinaria de la institución y en ma-
expedita la instancia judicial.
yor medida de una poco satisfactoria regulación normativa de ella, que
2 Art. 25.- Suspensión de la ejecución de un acto administrativo. 1. Las partes es inconveniente en algunos códigos procesales administrativos.
podrán solicitar la suspensión de la ejecución de un acto administrativo siempre que El efecto del silencio fue arbitrado, como se ha dicho, para superar
se alegare fundadamente el cumplimiento de los recaudos previstos en el artículo 22
inciso 1). El juez deberá evaluar si la medida suspensiva tiende a evitar perjuicios el obstáculo que la inexistencia de un acto anterior suponía, debido
irreversibles, aun cuando pudieren ser objeto de una indemnización posterior. 2. Para a que el montaje del aparato jurisdiccional descansaba sobre la base
decretar la suspensión de la ejecución de un acto administrativo será necesario el revisora de la decisión preálable. A l servicio de esta particular concep-
planteo previo de esa medida en sede administrativa y que su resolución hubiera sido
adversa para el peticionante. Presentada la petición en sede administrativa el Estado ción, por lo demás ni obligada n i inmutable ^, de la fiscalización por
deberá expedirse en el plazo de 5 días hábiles, fenecidos los cuales sin que hubiere un los tribunales de la actividad administrativa, se creó la técnica del
pronunciamiento expreso se presumirá la existencia de resolución denegatoria que- silencio desestimatorio o estimatorio. Fue así una ficticia construcción
dando expedita la instancia judicial.
del legislador que liberaba a los particulares de las consecuencias.
3 Llamado por lo común "Código Várela" en honor al autor del proyecto -Luis V.
VÁRELA- y que databa de 1906. Dicho código regulaba la inactividad administrativa
bajo la denominación de retardación.
4 Art. 7.-Retardación. Cuando hubiesen transcurrido dos meses desde que un 7 HUTCHINSON, Tomás, Ley Nacional de Procedimientos Administrativos. Comenta-
asunto que dé lugar a la acción contencioso-administrativa estuviese en estado de dic- da, Astrea, Buenos Aires, 1985, t. I , pp. 189 y ss; Procedimiento administrativo..., cit.,
pp. 271yss.
tar resolución definitiva, el particular o administración interesados deberán solicitar
por escrito la resolución. Transcurridos dos meses desde la presentación de ese escrito,
8 En la década del 80 aparecieron dos estudios referidos expresamente al tema.
sin producirse la resolución definitiva, el particular o la administración interesados, Nos referimos a los trabajos de GRECCO, Carlos M., "Sobre el silencio de la Administra-
estarán habilitados para iniciar la acción contencioso-administrativa correspondiente ción", LL, 1980-C-777 y MUÑOZ, Guillermo A., Silencio de la Administración y plazos
por retardación, de acuerdo con el inc. 3° del arto 149 de la Constitución, y como si la de caducidad, Astrea, Buenos Aires, 1981.
resolución administrativa se hubiese producido y fuese contraria a los derechos del
interesado. 9 NIETO, Alejandro, "La inactividad de la Administración y el recurso contencioso
Habrá también lugar a la acción contencioso-administrativa por retardación, cuan- administrativo", en Revista de Administración Pública, n° 37, p. 82.
do la administración no dicte las providencias de trámite en un asunto que dé lugar a
la acción contencioso-administrativa, en los plazos establecidos por la misma autori- 10 Contra, STASSINOPOULOS, Michel, Traite des actes administratifs, p. 84, quien,
dad administrativa en los decretos o reglamentos que fijen sus procedimientos. aunque la distinción no tenga más que un interés puramente teórico, admite que la fic-
ción es una situación imaginaria, que en muchos casos se encuentra en contradicción
5 Ver HUTCHINSON, Tomás, Procedimiento adm.inistrativo de la Provincia de Bue- con la realidad, mientras que las presunciones legales son elementos que completan
nos Aires, Astrea, Buenos Aires. 1995. p. 284; SCJBA. causa B. 51.465, "Guidi", del la realidad en cuya virtud se considera como real lo que así es en la mayoría de los
13-VIII-89. casos. "La denegación de la Administración presumida por la leyes, en general, real,
porque la Administración que no responde durante el plazo prescripto no quiere real-
6 Art. 79.- Vencidos los plazos previstos por el art. 77 inc. g, el interesado podrá mente acceder a la pretensión del particular", tesis ésta muy cuestionable. En otro
solicitar pronto despacho y, transcurridos treinta días desde esta reclamación, se pre- sentido, FERNÁNDEZ DE VELAZCO, Ricardo, El acto administrativo, dice en pp. 206/207,
sumirá la existencia de resolución denegatoria.
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de otro modo insalvables, de la ausencia de pronunciamiento expreso que no se produjera ese acto para que el acceso al contencioso-adminis-
por la Administración. Se partió para ello de la premisa de que la pasi- trativo no se produjera.
vidad e indecisión administrativa significaba el mantenimiento, por En consecuencia se instauró, primero con el decreto del 28 de no-
su parte, de la situación creada -porque fue el silencio desestimatorio viembre de 1864 (art. 7°) y luego con la ley del 7 de julio de 1900 (art.
el primero que se legisló- abriéndose, no obstante, la posibilidad de su 3°) el régimen del silencio administrativo a los efectos de impedir
posterior corrección por los tribunales, en el supuesto de estimar las que la inactividad formal de la Administración en resolver un asunto
pretensiones de los particulares. de su competencia se erigiese en valla para la revisión jurisdiccional
Ante una conducta omisiva determinante del silencio, en su consi- España adscribió su régimen administrativo al modelo francés,
deración objetiva, el ordenamiento jurídico reacciona y opta por una pero el régimen del silencio no aparece regulado en el primigenio sis-
solución, que no es la misma en todos los ordenamientos. Conviene tema contencioso administrativo español.^* Sin embargo, el instituto
adelantar que la causa y origen de la técnica del silencio administrati- del silencio administrativo aparece -aunque no con las características
vo es evitar la privación de toda garantía jurídica al particular afecta- actuales- antes que en el país galo. En efecto, el Real Decreto del 20
do por la morosidad de la Administración de septiembre de 1851 trató de corregir las injustas consecuencias
La doctrina, en su mayoría, ha apuntado que el instituto del si- que se derivaban de la Real Orden del 9 de junio de 1847 -que instauró
lencio administrativo tiene sus orígenes en la legislación francesa la reclamación gubernativa previa como presupuesto procesal-, que al
siendo indiscutible que su origen estuvo estrechamente relacionado no prever plazo para que la Administración resolviera, dejó abierta
con la configuración del contencioso administrativo francés, basado en la puerta por si ella no lo hiciera, con lo que manejaba a su antojo la
el requisito de la decisión préalable que no es otra cosa que la su- posibilidad de que el particular tuviera o no "su día ante el tribunal"
pervivencia de la antigua doctrina del Ministro-Juez En efecto, en
Francia el contencioso-administrativo nació como un proceso al acto
-y no un proceso entre partes- en el cual se protegía la mera legalidad
objetiva de un previo acto de la Administración: por ello era suficiente
15 PACTEAU, B., Contentieux Administratifs, París, 1985, p. 136.
16 FERRIER, J . P., "El procedimiento Administrativo en Francia", en El Procedi-
en nota, que la expresión silencio administrativo es incorrecta, aunque gráfica, ya que, miento Administrativo en el Derecho comparado, Madrid, 1993, p. 378/79.
en puridad, no hay silencio sino, al contrario, la más elevada expresión de la voluntad 17 En Itaha, los precedentes del silencio administrativo los encontramos en el
administrativa: la de la ley. Consiglio di Stato que utilizó por vez primera esa figura en las decisiones del 2 de
11 Si no se hubiera acudido a la técnica del silencio administrativo, la Adminis- marzo de 1894 y del 22 de agosto de 1902 (ABBAMONTE, G., "Silenzio rifiuto e proces-
tración podía conseguir no someterse al control jurisdiccional permaneciendo inactiva. so amministrativo", in Diritto Processuale Amministrativo, 1985, pp. 20/47). Poste-
riormente, en el art. 5° de la Ley Comunal y provincial -Reggio Decreto 3 de marzo
12 A u B Y , J. M . y DRAGO, R-, Traite des recours en matiére administrative, París, de 1934 n° 383 Approvazione del testo único della legge communale-, dispuso que
1992. pp. 590/91; GARCÍA DE ENTERRÍA, E.-FERNÁNDEZ RODRÍGUEZ, T . R., Curso de Derecho "transcurridos 120 días desde la fecha de presentación del recurso sin que la autoridad
Administrativo, Civitas. Madrid, 1989, t . I I , pp. 576/77; GARRIDO FALLA, Fernando, "La administrativa haya proveído, el recurrente podrá pedir, con instancia dirigida a la
llamada doctrina del silencio administrativo", en Revista de Administración Pública, misma que el recurso sea resuelto. Transcurridos 60 días desde la presentación de tal
1955. n° 16, pp. 92 y 100; PARADA VÁZQUEZ, José Ramón, Derecho administrativo (Parte instancia sin que haya recaído decisión se considerará desestimado el recurso a todos
los efectos legales".
General), Madrid, 1991, p. 112.
13 ÁLVAREZ GENDIN BLANCO, S., "La teoría del silencio administrativo", en Estudios 18 Leyes del 2 de abril y del 6 de julio de 1845, creadoras de los Consejos Provin-
en homenaje a Jordana de Pozas. Madrid, 1961, t. I I I , vol. 1°, p. 129; GONZÁLEZ PÉREZ, ciales (con jurisdicción delegada) y del Consejo Real (jurisdicción retenida).
Jesús, Derecho Procesal Administrativo, Madrid, 1966, t . I I , p. 460; MARTÍN MATEO,
Ramón, "Silencio positivo y actividad autorizante", en Revista de Administración Pú- 19 Puede consultarse en SANTAMARÍA PASTOR, J . A.-FERNÁNDEZ, T . R., Legislación
blica. 1965, n° 48, p. 221; BAENA DEL ALCÁZAR, Mariano, "Naturaleza jurídica del silen- administrativa española del siglo XIX, Madrid, 1977, p. 105/6.
cio de la Administración", en Revista de Estudios de Vida Local, 1962, n° 121, pp. 4/5. 20 Dicho Real Decreto al establecer (art. 6°) un plazo -de cuatro meses- para dictar
14 NIETO. Alejandro, "La inactividad de la Administración y el recurso contencioso resolución, sancionó la falta de respuesta en término con el otorgamiento de efectos de
administrativo", en Documentación Administrativa, 1986, n° 208, pp. 235 y 237. carácter negativo a esa inactividad formal de la Administración.

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La figura del silencio fue establecida por el Código Contencioso Ad- cialmente, mas no de manera sustancial, por la norma procedimental
ministrativo de la Provincia de Buenos Aires de 1906 -ver nota 4- 7647/71 (art. 79) Aquella regulación, con sus m á s y con sus menos,
con el nombre de retardación. Por ese régimen, el particular u otra constituyó no sólo una base para la progresiva juridización del accio-
Administración, si su asunto daba lugar a la acción contencioso ad- nar de la Administración Pública, sino también una ayuda para lograr
ministrativa y habían transcurrido dos meses desde que estuviese en el equilibrio armónico entre las potestades administrativas y las ga-
estado de dictarse la resolución definitiva, debían -si querían- solicitar rantías del particular.
por escrito la resolución. Si luego de ese pronto despacho transcurrían
otros dos meses sin producirse la resolución definitiva, el particular II. E l derecho a peticionar y la o b l i g a c i ó n de resolver
o la Administración interesados estaban habilitados para iniciar la
acción contencioso-administrativa correspondiente por retardación, "El derecho a peticionar se explica por sí mismo: es el más absoluto
como si la resolución administrativa se hubiese producido y fuese con- que puede concebirse, porque, como se ha dicho y repetido, supone en
traria a los derechos -tal como decía el artículo- del interesado. el que peticiona la convicción de que la autoridad a quien se dirige
También era posible el régimen del silencio -retardación- en los ca- tiene plena facultad para acordar o negar lo solicitado. Los monarcas
sos en que la Administración no dictara los actos de trámite en un más absolutos, los déspotas m á s odiosos, han otorgado el derecho de
asunto que diera lugar a la acción contencioso-administrativa, en los petición a sus subordinados, y lo han hecho porque, diciéndose casi
plazos establecidos por la misma autoridad administrativa en los de- siempre los tutores de su pueblo, han debido mostrarse sohcitos para
cretos o reglamentos que fijen sus procedimientos. En este caso no ha- recibir las quejas que se le dirigieran" ^e, y entre nosotros está garan-
cía falta el pedido de pronto despacho ^s. tizado de la manera m á s absoluta en el art. 14 de la Constitución Na-
cional 2". Lo propio ocurre en otros ordenamientos
En la Provincia, desde la sanción del primitivo código ^\ silencio
administrativo, contó con una regulación sistemática, modificada par-

administrativo de la Provincia de Buenos Aires (La deformación jurisprudencial de


un código)", en La Ley 96:852; HUTCHINSON, "Legitimación suficiente para entablar la
21 Si bien es cierto que la ley 3952 -Ley de Demandas contra la Nación- de 1900, acción contencioso administrativa en la Provincia de Buenos Aires", comentario a fallo
establecía que al vencimiento del primitivo plazo de 6 meses después de iniciada la de la Suprema Corte de Justicia de la Provincia de Buenos Aires, en El Derecho, t.
reclamación, el interesado podía requerir pronto despacho, y si transcurrían 3 meses 113, p. 629 y ss.; "El recurso administrativo como mera traba ritualista para impedir
sin decisión podía el reclamante acudir a la vía judicial (art. 2°), no establecía expre- el acceso a la justicia", en El Derecho, t. 125, p. 113 y ss. También cierta doctrina ha
samente el alcance denegatorio, y en la práctica, como se aplicó a los actos privados reiterado que el citado código era una copia de la Ley Santamaría de Paredes, pero
del Estado, no necesariamente ése era el alcance que debía dársele a la mora de la esa ley española (del 13 de septiembre de 1988) no contemplaba la figura del silencio
Administración en resolver. administrativo (ver CLAVERO AEÉVALO, "Consideraciones sobre la vía gubernativa", en
Estudios de Derecho Administrativo, Madrid, 1992, p. 197). Por ello, si bien el legisla-
22 HUTCHINSON, Tomás, "Legitimación suficiente para entablar la acción contencio- dor bonaerense abrevó en la citada ley, también se inspiró en otras fuentes y, funda-
so administrativa en la Provincia de Buenos Aires", comentario a fallo de la Suprema mentalmente, tuvo en cuenta las Constituciones nacional y provincial. Ver VÁRELA,
Corte de Justicia de la Provincia de Buenos Aires en El Derecho, t. 113, págs. 629 y Luis V., Proyecto de código contencioso administrativo, Lajouane y Cía. ed Buenos
ss; id., "El problema de la legitimación en el Código Contencioso Administrativo de la Aires, 1906, págs. 5 a 49.
Provincia de Buenos Aires", en Revista de Derecho Administrativo, año I , n° 1 págs.
43 y ss. 25 La llamamos ley. aunque por ley 10.130 (art. 5°) debería llamarse a partir de
ella decreto ley, por las razones que expresamos en HUTCHINSON, T.. Procedimiento y
23 Ver HUTCHINSON, T., Procedimiento y proceso administrativo en la Provincia de proceso ... , cit., p.33, nota 2 y Procedimiento ... cit., p. 4, nota 14.
Buenos Aires. Scotti ed.. La Plata, 1995, p. 171.
26 MONTES DE OCA, Manuel A., Lecciones de derecho constitucional, t. I , p. 347. 5;
24 El citado código ha sido vituperado muchas veces. Me he cansado de repetir GRECCO, C. M . , "Sobre el silencio...", cit., LL, 1980-C-778.
que, si bien ya superado, ha respondido con creces para la época en que se sancionó
y, más aun, todavía hoy permite soluciones a problemas actuales (ver HUTCHINSON, 27 GROSZ, Pedro, "Restricción irrazonable del derecho de peticionar", en Revista
T., "La actuahdad de un viejo código", en La Ley 1983-A-689 y ss; id. "Al final se hizo Jurisprudencia Provincial, vol. IV, n° 2, p. 128.
justicia", comentario a fallo de la Suprema Corte de Justicia de la Provincia de Buenos
Aires", en Jurisprudencia Provincial, abril 1996, año 6, n° 4, p. 244), siendo muchas 28 Así el Tribunal Constitucional de España ha recordado que el deber de resolver
veces la jurisprudencia la que deformó el código (ver LINARES, Juan F., "El contencioso de la Administración puede calificarse como "deber institucional desde la perspectiva

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El silencio viene a constituir como una respuesta de la Admi- sentido no sólo a las relaciones entre los particulares y la Adminis-
nistración que la ley presume en determinadas circunstancias, frente tración, sino también a las relaciones interadministrativas e incluso
a la petición deducida por un interesado y que no es sino el reverso entre distintos órganos de una misma Administración). En cambio, en
indispensable del derecho de petición. Precisamente porque frente al un sentido estricto, sería una ficción que la ley establece en beneficio
derecho de petición se encuentra la obligación de resolver y porque tal del interesado y en virtud de la cual se considera estimada (silencio
deber surge articulado técnicamente, es que la doctrina del silencio ad- positivo) o desestimada (silencio negativo) la solicitud de aquél cuando
ministrativo imbrica decididamente dentro de los límites del ejercicio la Administración incumple el deber que tiene de resolver y se dan los
del poder político y del cuadro de adecuada tutela del ciudadano frente demás requisitos previstos en la ley
a la acción del poder público, previéndose para la hipótesis de que no GARCÍA TREVIJANO GARNICA define al silencio administrativo como
haya una respuesta expresa, determinadas consecuencias jurídicas una presunción o ficción legal por virtud de la cual, transcurrido cierto
El derecho subjetivo del particular para obligar a la Administración plazo sin resolver la Administración, y producidas además ciertas cir-
Pública a dictar resolución expresa, se deduce sin esfuerzo de diversas cunstancias se entenderá (o podrá entenderse) denegada u otorgada la
prescripciones contenidas en la Constitución, la ley procesal y la de concreta petición o el recurso formulado por los particulares u otras Ad-
procedimientos administrativos ministraciones Para PARADA VÁZQUEZ el silencio es un acto presunto
cuyos efectos pueden ser tanto estimatorios como desestimatorios
I I I . Concepto del silencio administrativo En realidad el silencio es una omisión que se prolonga durante un
tiempo -el que establece la ley- para que se produzcan los efectos jurí-
GONZÁLEZ PÉREZ entiende que el silencio administrativo puede tener dicos previstos para la omisión de resolver.
varias acepciones, según se atienda al sujeto inactivo que la motiva o al En el caso de la ley provincial que comentamos el silencio es el equi-
objeto de esa inactividad, expresando que en un sentido amplio podría valente a la declaración expresa que debió hacer en un plazo deter-
designarse cualquier inactividad de la Administración y en un sentido minado la Administración ante la petición efectuada y que en el caso
más restringido se aplicaría sólo a su inactividad formal, así como a no se traduce más que por uno solo de los modos -el negatorio- en que
la inactividad formal o material del particular (se aplicaría en este podía manifestarse la Administración. Esa equivalencia es presumida
por la norma y se torna operativa sólo si el particular lo desea.

IV. Naturaleza j u r í d i c a del silencio


de la Admiaistración como Ente servicial de la Comunidad...", res. 332/1982 del 27 de
octubre de 1982. 1. El silencio como acto presunto
29 El silencio tiene su sentido en otras disciplinas; así en la música el silencio es
el equivalente negativo de la duración sonora que representa, y se traduce por tantas La doctrina parece dar por supuesto que el proceso contencioso
figuras como figuras de notas existen. La escala de valores de los silencios es equiva-
lente a la de las figuras. administrativo estriba exclusivamente sobre la base de los actos ad-
ministrativos, siguiendo en ello a caracterizada doctrina foránea: "El
30 GRECCO, C. M . , "Sobre el silencio..." , cit.. LL, 1980-C-778.
31 Así, el principio de obligatoriedad de la competencia, que como ya vimos, lo
mantiene la ley plena e irrestrictamente ("la competencia es irrenunciable...", art. 30;
"el procedimiento se impulsará de oficio en todos sus trámites...", art. 48; "los plazos 32 GONZÁLEZ PÉREZ. J., Lev 30/1992. de 26de noviembre, Civitas, Madrid, 1993, p.
administrativos obligan por igual y sin necesidad de intimación alguna a las auto- 561/62.
ridades administrativas...", art. 71, todos de la ley 7647/71). Por su parte, el Código
Penal establece que la omisión o tardanza en el cumplimiento de los actos de servicio 33 GARCÍA TREVIJANO GARNICA, E., El silencio administrativo en el Derecho español,
constituye un delito (art. 249). Se relaciona ello con el principio de la eficacia al que p. 79.
se refiere la LPPA (arts. 48, 49, 50 y concs.). Cabe señalar, además, la disposición del
art. 80 de la ley, que estatuye la obligatoriedad de que no sólo la Administración está 34 PARADA VÁZQUEZ, J . R., Régimen jurídico de las Administraciones Públicas y
obligada a dictar una decisión, resolviendo concretamente la pretensión del particular, del Procedimiento Administrativo Común. (Estudios, comentarios y texto de la ley
sino también a exponer los motivos que justifican dicha decisión (art. 108, LPPA). 30/1992, de 26 de noviembre), Madrid, 1993.

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El nuevo proceso contencioso administrativo Tomás Hutchinson

objeto de impugnación de los recursos administrativos y contencioso frente a las peticiones y recursos del particular, y vedaba el acceso a la
administrativos es siempre un acto administrativo" -dice GARRIDO FA- jurisdicción, que comporta una verdadera garantía jurídica del Estado
LLA 3 ^ - ; para GONZÁLEZ PÉREZ, "El acto administrativo, entendiendo la de Derecho. Sin embargo, la concepción del silencio negativo de la Ad-
expresión en sentido amplio, deviene presupuesto objetivo del proceso ministración como un verdadero acto administrativo -una verdadera
administrativo". decisión previa de la Administración capaz de hacer surgir la compe-
tencia de la jurisdicción revisora-, pronto habría de revelar la existen-
De ordinario se admite que este sistema -en que el acto administra-
cia de nuevos obstáculos y, en cierto modo, retrocesos en el camino del
tivo es un presupuesto de la actividad jurisdiccional- responde a una
progreso hacia una revisión plena de la actividad administrativa.
exigencia lógica deducida de la misma esencia de las instituciones, es
decir, de la naturaleza revisora del control jurisdiccional. Y es que, se No dictar la decisión que al particular interesa significa, en este
sostiene, la esencia de la jurisdicción es revisar la actividad de la Ad- esquema, enervar el presupuesto inexcusable del proceso contencioso,
ministración; pero si ésta no ha actuado, ¿qué es lo que va a revisar? El técnicamente caracterizado como un proceso al acto. Si el silencio de la
particular acude a los tribunales para defenderse contra las agresiones Administración se estima como un verdadero acto de ella, de sentido
desestimatorio, parece necesario unir a él los adjetivos que califican
de la Administración; pero si ésta no ha actuado, ¿qué va a reclamar?
en general los actos administrativos expresos: firmes, consentidos,
La jurisdicción debe defender al ordenamiento contra las infracciones
confirmatorios, etcétera. Del mismo modo, y por las mismas razones
de la Administración, pero si ésta no actuó, ¿de qué infracciones la va
aplicables a los actos expresos, parece necesario fijar un plazo para la
a defender?
válida impugnación de esas decisiones presuntas, a fin de evitar una
Por eso, en una primera etapa se caracterizó al silencio negativo de
situación de indefinida pendencia, incompatible, en principio, en las
la Administración como un verdadero acto, aunque presunto, que vino
exigencias de la actividad administrativa (y así lo hacen muchos códi-
a remediar el inconveniente de la inexistencia de una decisión previa gos provinciales). Por este camino, se atribuyen al silencio negativo
que pudiera suscitar la competencia revisora del juez del contencioso de la Administración efectos no sólo procesales de apertura de la vía
administrativo. No es ahora momento para detenernos en el estudio jurisdiccional, que constituyen el origen de la institución, sino también
del alcance inicial y la evolución posterior de la regla de la decisión jurídico-materiales, cual si se tratase de un verdadero acto o decisión
previa y de las consecuencias de la interpretación, con visos de mito, de la Administración
del carácter revisor de la jurisdicción contencioso administrativa, que
si bien respondió en sus orígenes a una exigencia institucional mí-
nima, vino a convertirse después, por una sustitución de las razones 2. El silencio como hecho al que la ley acuerda efectos procesales
iniciales, en el obstáculo más serio de la plenitud del control juris-
diccional Ante tales implicancias, la aparición del silencio negativo Frente a esa configuración, que aiin tiene eco en la actualidad, ini-
vino a ser la gran solución de una importante zona de inmunidad a la cia la doctrina un proceso de depuración dirigido a devolver el silencio
que la Administración tenía acceso sin más que permanecer inactiva negativo a su primitivo origen. Él no es ni puede ser una declaración
de voluntad de la Administración, sino precisamente la ausencia de
toda actividad volitiva, ante la cual no son admisibles procesos inter-
pretativos tendientes a averiguar el sentido de una voluntad que no
35 GARRIDO FALLA, Fernando, Régimen de impugnación de los actos administrati-
vos, Instituto de Estudios Políticos, Madrid, 1956, p. 97. existe El silencio negativo es un puro hecho al que la ley reconoce
36 NIETO, A., "La inactividad...", cit., en Revista de Administración Pública, n° 37,
p. 88.
37 Sobre el tema de la decisión previa. NIETO, "La inactividad...", cit., p. 75.'Un 38 Así, ENTRENA CUESTA, Rafael, Curso de derecho administrativo, p. 548 considera
aspecto parcial de las implicaciones del carácter revisor de la jurisdicción en CLAVERO al silencio negativo como un verdadero acto, aunque presunto. En el mismo sentido,
ARÉVALO, Manuel F., "El carácter revisor de la jurisdicción contencioso administrativa SERRANO GUIRADO, Enrique, "El recurso contencioso administrativo y el requisito de
y las sentencias anulatorias de actos en los que la Administración no entró en el fondo que la resolución cause estado", en Revista de Administración Pública, n" 8, p. 167.
del asunto", en Revista de Administración Pública, n° 42, p. 2 1 7 y ss.; MUÑOZ, "Silen-
39 GARRIDO FALLA, F., Régimen de impugnación de cit., p. 8 7 y siguientes.
cio...", cit., p. 2 6 .

452 453
El nuevo proceso contencioso administrativo Tomás Hutchinson

ciertos efectos jurídicos Naturalmente, estos efectos se limitan a la activa o pasiva, y precisamente en este segundo supuesto es donde la
finalidad perseguida por el legislador, es decir a evitar que la ausencia regla de la decisión previa debe cumplir su función esencial, ya que en
de una decisión previa capaz de abrir la vía jurisdiccional determine otro caso la intervención jurisdiccional se enfrentaría ante una actitud
la pérdida de eventuales derechos de los particulares a consecuencia incógnita de la Administración, cuyos motivos y finalidades serían des-
de una inactividad de la Administración. El silencio negativo equivale, conocidos por su carácter pasivo
por tanto, a una decisión expresa, pero sólo en la medida en que ésta El particular tiene -sin excepción- derecho a la protección jurídi-
sea necesaria para hacer surgir la competencia revisora de la jurisdic- ca de sus derechos, los cuales pueden ser quebrantados exactamente
ción. Ningún efecto jurídico puede ligarse al silencio negativo de la Ad- lo mismo por una conducta activa que por una conducta pasiva de la
ministración, porque no existe voluntad alguna de ésta que el silencio Administración. En este segundo supuesto, a fin de lograr una mejor
pueda expresar, sino precisamente ausencia de toda actividad volitiva. precisión en la conducta de la Administración, se le exige una deter-
Sólo pueden seguirse del silencio negativo de la Administración efectos minación previa mediante una decisión positiva, que al efecto debe
procesales, y de éstos únicamente los relativos a la apertura de la vía provocar. Mediante esa petición provocatoria y la ayuda del instituto
contenciosa. Toda otra consecuencia es ajena a la institución, construida del silencio administrativo, se concreta la inactividad material de la
como una ficción legal, una presunción de interpretación restrictiva Administración en una actividad formal provocada, que posibilita el
A esta altura cabe decir que el silencio administrativo es una insti- libre acceso a la jurisdicción cumphéndose de esa manera con la tu-
tución legal; su existencia deviene de la propia ley. Es condición sine tela judicial efectiva (arts. 18 y 75 inc. 22 CN, arts. 8 y 25 CADH; art.
qua non la previsión normativa -no tiene necesariamente que ser una 15 CPBA).
ley expresa para su existencia No hay silencio administrativo sin De esta manera, la configuración que el ordenamiento provincial da
disposición legal que lo instituya; ningún efecto surge de la inactividad al silencio administrativo no es la del acto presunto, sino una simple
administrativa que no esté previsto en la ley ficción legal por virtud de la cual el interesado puede acceder a la ins-
Para afirmar esta posición es menester, primero, despejar el camino tancia siguiente (art. 79 LPPA) o a la judicial (arts. 16 y 25 CCA). A l no
del obstáculo de la llamada regla de la decisión previa, cuya misión ser un acto presunto no puede aplicarse la teoría general de los actos
parece ser la de impedir el acceso a la Justicia aun en las situaciones -firmes, consentidos, confirmatorios, etc.-.
más injustas. En nuestro Derecho la regla de la decisión previa es un
mero requisito procesal, que condiciona simplemente la admisibilidad V. Inactividad formal e inactividad material
de la pretensión, pero que no afecta al fondo del asunto. Su función de la A d m i n i s t r a c i ó n
dentro del proceso consiste únicamente en precisar la actitud de la
Administración ante una situación concreta. Esta actitud puede ser Una forma práctica de encarar metodológicamente este problema
consiste en distinguir entre actividad material y actividad formal de la
Administración Esta distinción resulta útil al caracterizar relacio-
nes administrativas que, aunque distintas, se engloban de ordinario
4 0 GAERIDO FALLA, Fernando-BAENA DE ALCÁZAR, Mariano, "Naturaleza jurídica del bajo el título general de la inactividad administrativa.
silencio de la Administración", en Revista de Estudios de la Vida Local, n° 1 2 1 , p. 17; Por inactividad material se entiende una pasividad, un no hacer de
DIEZ, Manuel M., Derecho administrativo, Omeba, Buenos Aires, 1963/72, t . I I , p. 2 4 5 .
la Administración dentro del marco de sus competencias ordinarias.
4 1 FERNÁNDEZ RODRÍGUEZ, Tomás R., "Silencio negativo, actos firmes y actos confir- La inactividad formal se refiere, por su parte, a la pasividad de la Ad-
matorios", en Revista de Administración Pública, n° 53, p. 2 8 2 .
4 2 GARCÍA TREVIJANO GARNICA, E., "El silencio...", cit. pp. 121-132.

4 3 Consejo de Estado de España, dictámenes del 2 0 de marzo de 1947 y del 2 1 de 4 5 NIETO, "La inactividad...", cit., p. 8 2 .
marzo de 1953.
4 6 NIETO, "La inactividad...", cit., p. 8 3 .
4 4 HAURIOU, M . , Obra Escogida, trad. SANTAMARÍA PASTOR, J . A . y MUÑOZ MACHADO,
4 7 NIETO, "La inactividad...", cit., p. 8 8 .
S., Madrid, 1976, pp. 5 5 y 2 1 7 .
454 455
El nuevo proceso contencioso administrativo Tomás Hutchinson

ministración dentro de un procedimiento: es la simple no contestación oficialmente determina la producción de todos sus efectos a favor o en
a una petición de los particulares. contra de los afectados por él, no sería correcto tildar de extemporánea
El particular, al dirigir una petición a la Administración, estable- a una resolución que se produjo dentro del plazo, aunque se la hubiera
ce con ésta una especial relación jurídica; es una relación puramente notificado tardíamente. Por otra parte, debemos tener en cuenta que
el artículo del nuevo código procesal dice "Cuando hubiere vencido el
formal, que puede corresponder a una relación o función material de
plazo...Transcurridos treinta (30) días hábiles administrativos desde
la Administración, aunque esto no sea necesario. Ejemplo: un jubilado
la presentación del pronto despacho, sin que se dictare el acto corres-
reclama ante una Caja de jubilaciones porque no se le ha otorgado el
pondiente", de lo cual se infiere que lo que la norma quiso fue acordar
incremento de los haberes, y sin que, a su juicio, haya habido circuns-
todo el plazo para que la Administración dictara el acto.
tancia alguna que justificara dicha omisión. Pues bien, independiente-
mente de la obligación general material, que pesa sobre los organismos Convendría distinguir casos y circunstancias, y considerar como po-
de la Caja de proceder a estas automáticas actualizaciones del haber sible factor decisivo y como impuesto por el más elemental principio
jubilatorio, surge aquí una obligación específica formal de contestar a de seguridad jurídica, averiguar si la notificación de lo resuelto por el
esa reclamación. Entre el jubilado y la Caja existen dos relaciones, que órgano administrativo tuvo también lugar dentro del plazo concreta-
en este caso corren paralelas, pero no confundidas: la actualización del mente establecido para este acto de comunicación. Habida cuenta de
que del mismo modo han de existir notificaciones tardías o extemporá-
monto y la reclamación por no haberlo hecho.
neas no cumplidas dentro del plazo fijado.
En el caso se ha dado una doble inactividad administrativa: ma-
terial -en cuanto no se procedió a la actualización automática de los
haberes-, y formal -si no se responde a la reclamación del particular-. 2. Interrupción de los plazos para la configuración del silencio
Puede que se dé actividad material e inactividad formal
La exigencia legal y jurisprudencial de que la intervención juris- Pero si, tanto en la modalidad positiva de éste como en la negativa,
diccional ha de supeditarse a un acto previo de la Administración, se la eficacia del callar por parte de la Administración opera por el efec-
refiere exclusivamente a un acto en el sentido formal, no a un acto ma- tivo transcurso del plazo predeterminado y la denuncia de la mora,
terial, siendo admisibles, por tanto, los recursos contra la inactividad interesa examinar a propósito del tema la cuestión atinente a la sus-
material de la Administración ceptibilidad de que dicho lapso pueda ser prorrogado o interrumpido,
ya que la prórroga del plazo es, en principio al menos, aplicable con
carácter general (art. 73, LPPA)
VI. E l silencio administrativo
Hay que partir del hecho, comúnmente aceptado, de que los efectos
1. Cómputo del plazo para su configuración que por ley se atribuyen al silencio administrativo no vienen a consti-
tuir una efectiva sanción a la morosidad, pasividad o incumplimien-
El vencimiento del plazo para resolver el reclamo o la petición y los to por parte de la Administración, de la obhgación, que también se
treinta días posteriores a la presentación del pronto despacho tienen le impone legalmente, de decidir oportunamente cuantas cuestiones o
como tope la fecha en que aparece firmada la resolución y no aquella peticiones le sean planteadas, sino que, como dijimos, tiende a prote-
en que fue comunicada, pues si bien es la notificación del acto la que ger la seguridad jurídica. Sin embargo, algunos autores suelen poner
en tela de juicio esta tesis, porque consideran que si es una sanción a
la morosidad, como creen, corresponde negar toda posibilidad de que
la Administración morosa pueda realizar actos que, lejos de suponer
48 El SENASA (Servicio Nacional 'de Sanidad Animal) de acuerdo con el Regla-
mento de epizootias y ante la aparición de una enfermedad, toma medidas enérgicas
(actúa: actividad material), p. ej., procede a aislar los ganados e, incluso, los sacrifica.
Un ganadero afectado reclama contra estas medidas por entender que la gravedad de
la epizootia no justifica su rigor. La Administración no contesta; inactividad formal.
50 HUTCHINSON, T., Procedimiento ... , cit., pp, 252 y ss; Procedimiento y proceso...,
cit., p. 81.
49 NIETO, "La inactividad...", cit.,p. 81.

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El nuevo proceso contencioso administrativo Tomás Hutchinson

la definitiva resolución, sólo tiendan a paralizar la influencia de ese Y, efectivamente, es posible que subsanen esos defectos, puesto que
silencio. el principio del informalismo a favor del administrado así lo requiere.
En este orden de cosas suele decirse que si se permitiera a la Admi- Entonces, para negar la posibilidad de que el plazo se interrumpa o
nistración suspender, más o menos indefinidamente, el plazo preciso suspenda mediante estos requerimientos subsanatorios de parte de la
para que se produzca el silencio, sería poner en sus manos la doctrina Administración, habría que comenzar por hacer caso omiso del man-
de éste, pues para que ella no operase bastaría que los órganos admi- dato del principio citado.
nistrativos recurrieran al remedio de pedir informes o que los intere- Nos parece que en esta cuestión se requieren ciertos matices ya que,
sados aporten nueva documentación al expediente a nuestro juicio, no consiente una solución absoluta y extrema. Así,
Nos parece absurda y jurídicamente impracticable la interpretación en cada caso, hay que averiguar si lo requerido o mandado completar
contraria a la posibilidad de tal interrupción o prórroga del plazo. Pues por la Administración resulta esencialmente necesario de conformi-
si el silencio exige conceptualmente una efectiva pasividad de la Ad- dad con el procedimiento aplicable. En general, podría decirse que se
ministración durante un específico plazo, ¿cómo se va a poder decir debe estimar cuando, según el respetivo condicionamiento legal, fal-
que ella no podrá actuar -aunque no sea resolviendo definitivamente- ten datos o se omita en todo o en parte el cumplimiento de requisitos
antes de que aquél transcurra? Hay que admitir, pues, la posibilidad esenciales, necesarios e imprescindibles para conseguir el pronuncia-
de que el plazo necesario para el silencio se interrumpa o suspenda, miento administrativo que se solicita, de suerte que sin ellos la Admi-
p. ej. durante el tiempo en que el expediente está fuera del ámbito de nistración se vea imposibilitada para decidir adecuadamente sobre la
intervención del órgano que resuelve, volviendo a correr aquél por el solicitud. No cabe duda de que esa idea de necesidad de que aquéllos
tiempo que falte. se observen y cumplan o de que se aporten datos complementarios,
fundamenta y legitima, de modo pleno, el obrar administrativo consti-
Creemos que la solución del problema depende de que se tenga en
tuido por ese correlativo requerimiento al interesado para la oportuna
cuenta que la obligación de la Administración de pronunciarse dentro
y obligada subsanación de los defectos que se detectaran, sin que el
de un plazo, ha de presuponer y requerir que el interesado en la deci-
plazo del silencio administrativo deba proseguir su marcha
sión acomode sus solicitudes o peticiones al ritualismo procedimental
exigido en cada caso. Porque si la decisión o respuesta administrativa Aun cuando se conciba al silencio administrativo como sanción a la
ha de ser correlativa a la concreta pretensión, una Administración que morosidad del organismo, en ningún caso se debería juzgar a éste cul-
no pudiera reclamar la aportación de documentos, de nuevos datos, la pable de la demora resolutoria, en tanto y en cuanto esa suspensión o
ampliación de informes o la producción de los omitidos, necesariamen- interrupción del lapso necesario para que el silencio se produzca, tenga
te tendría que rechazar de plano la pretensión deducida. Ello configu- por única causa la inadecuada actuación procedimental realizada por
raría un efectivo e irreversible perjuicio para los interesados, pues por el propio interesado, a quien, en equidad, no se le pueden conceder
más que cupiera al mismo conseguir los datos o informes omitidos, de derechos o que se deduzcan consecuencias para él favorables, dada su
conformidad con el ordenamiento jurídico específicamente aplicable, irregular pretensión o solicitud.
a través de la oportuna subsanación de defectos u omisiones la de- Admitirlo de otro modo podría conducir a la inaceptable consecuen-
mora en resolver debido a esas circunstancias acarrearía el silencio cia jurídica de que prosperasen solicitudes incorrectamente formula-
administrativo. das, al amparo de la mera pasividad administrativa no cortada por esa
interrupción o suspensión
Coincidimos con GRECCO en que esta solución es la más compatible
con el instituto que comentamos, pues en caso contrario se obligaría

51 REYES MONTEREEAL, José M . , "Las resoluciones administrativas tardías", en Re-


vista de Administración Pública, n° 78, p. 278.
52 REYES MONTERREAL, "Las resoluciones...", cit., p. 279. 53 REYES MONTERREAL, "Las resoluciones...", cit., p. 280.

54 REYES MONTERREAL, "Las resoluciones...", cit., p. 281.

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El nuevo proceso contencioso administrativo Tomás Hutchinson

a la Administración a rechazar de plano la petición, decisión que no A) El silencio como ausencia de toda actividad volitiva. La regula-
puede adoptar basada en yerros formales. Además, esa posibilidad de ción legal del silencio no puede ser más clara en el sentido de configu-
interrupción por parte de la Administración sólo es posible antes de rarlo como una simple ficción legal, de efectos estrictamente procesales
producida su mora; producida ésta, no puede aquélla interrumpir el que el particular puede utilizar en su beneficio, y en ningún caso como
plazo complementario de treinta días una verdadera resolución o acto administrativo -declaración de juicio,
deseo o conocimiento- El silencio no es una manera de resolver, no
3. La presunción a favor del particular y la obligación de la Admi- es una declaración de voluntad de la Administración, sino, precisa-
mente, la ausencia de toda actividad volitiva a la que la ley da deter-
nistración: las resoluciones tardías
minados efectos.
De lo que llevamos dicho, y sobre todo de la obligatoriedad de la El transcurso de los plazos que la ley concede a la Administración
Administración de resolver las cuestiones que el particular le plantea, para resolver sin que ella manifieste expresamente su voluntad, no
cabe concluir que la naturaleza que el silencio administrativo tiene imphca en realidad voluntad desestimatoria alguna, sino únicamente
es la de ser una presunción establecida precisamente en favor de los la posibilidad de que el particular lo considere, así, al exclusivo efecto
derechos e intereses de los particulares y no un medio de eludir obliga- de acudir al juez, cuya competencia surge en virtud de la ficción legal,
ciones y compromisos de los organismos administrativos, lo cual im- sin que ello suponga que la Administración pierda la suya para poner
pide darle una interpretación que perjudique a los mismos a quienes fin al expediente abierto y en situación de pendencia.
quiso favorecer. No obstante lo cual, y por aquella obligatoriedad, la Y es que no corresponde formular interpretación alguna acerca de
Administración puede resolver expresamente la petición (reputándola la voluntad de la Administración, puesto que dicha voluntad aparece
por tanto, viva), produciendo los efectos de librar a quien peticionó las excluida en virtud de la pasividad, del silencio de la Administración,
consecuencias del silencio. que implica la ausencia de todo acto.
Esta resolución tardía, que más adelante veremos en detalle, puede Estamos ante una ficción legal, que presume (iuris et de iure) una
ser dictada por la Administración aunque el particular hubiera hecho consecuencia jurídica ex volúntate -si el particular lo desea-.
uso de la ficción del silencio administrativo. Pues, si así no fuera se B) No puede manifestarse presuntamente. Por lo mismo que las le-
privaría a los interesados del consiguiente derecho a que lo favorezca yes de procedimiento señalan generalmente plazos para que los orga-
un acto que dicte la Administración y se negaría a ésta una facultad, nismos administrativos dicten sus resoluciones y, a la vez, deducen
cual es la de purgar sus propios actos de la deficiente tramitación de consecuencias al no cumplirse por aquéllos ese deber de resolver, ello
que adoleciesen al dejar incontestado lo que pudo y debió contestarse. no significa que la voluntad de la Administración pueda manifestarse
tanto presunta como expresamente. Porque, siempre y sin excepción
4. La "voluntad"administrativa alguna, ya decida la Administración dentro o fuera del plazo, su deci-
sión debe ser expresa; cualquiera, por otra parte, que sea el signo de su
Ya nos hemos referido a lo que pensamos sobre la "voluntad" ad- pronunciamiento.
ministrativa y allí nos remitimos Mas como en el caso del silencio Cosa distinta es que en algunos supuestos el ordenamiento jurí-
se dice que ello es la expresión legal de la voluntad administrativa dico, por simple ficción, autorice que se presuma, a determinados y
debemos destacar las siguientes características: excepcionales efectos, qué es lo que se considera dicho, declarado o
decidido por el correspondiente órgano administrativo en respuesta a

55 GRECCO, C. M . , "Sobre el silencio...", cit., L L , 1980-C-784,


PúbHco la cuestión es muy otra: no puede tratarse de interpretar la voluntad adminis-
trativa cuando precisamente lo que falta es ella.
56 HUTCHINSON, T . , Ley Nacional..., cit., t. I , pp. 3 3 4 y ss.

57 En Derecho Privado la consideración jurídica del silencio consiste en interpre- 58 LANDI, Guido-PoTENZA, Giuseppe, Manuale di diritto amministrativo, t II p
245.
tarlo, es decir, en investigar lo que el sujeto hubiera querido manifestar; en Derecho

460 461
El nuevo proceso contencioso administrativo Tomás Hutchinson

la concreta solicitud que se le haya presentado, y que esa presunción sobre lo que igualmente dejó de resolverse expresamente durante un
legal implique una efectiva voluntad presunta, no exenta de auténtica plazo preciso.
provisionalidad y carente de irreversible eficacia. Ello determina que A los fines de este comentario, debemos tener en cuenta que la ley
sólo los actos expresos de la Administración puedan ser temporánea deduce de la pasividad de los órganos administrativos que, por el mero
hecho del transcurso de un determinado plazo, sin que dentro de él el
o extemporáneamente producidos y, por el contrario, no los tácitos o
órgano administrativo se hubiera pronunciado expresamente, a pesar
presuntos
de habérselo conminado oficialmente a que lo hiciera, se entienda a
Hay que insistir a este propósito sobre el hecho de que aunque el todos los efectos que se ha rechazado la concreta pretensión (silencio
código procesal admita la posibihdad de que el interesado acceda a negativo).
la vía procesal administrativa, ello no constituye más que un mero
expediente que la norma utiliza frente a la necesidad de procurar y No podía ser de otro modo, desde que la acción contencioso admi-
nistrativa que inicia el particular, así sea expresa o por silencio, se
conseguir de algún modo el aseguramiento de las situaciones jurídico-
caracteriza por ser denegatoria de sus pretensiones, pues si su pedido
administrativas consolidadas o, al menos, en trance de consolidación,
resulta totalmente estimado nada tendría que reclamar judicialmente.
cuya incertidumbre no se puede prolongar indefinidamente por omi-
Por ello la configuración que del silencio hacen el código procesal y
sión de la propia Administración. De ahí que impugnar o no los actos
la ley de procedimientos administrativos, lo es sin perjuicio de que, por
administrativos presuntos sólo es una facultad del particular deter-
otras leyes provinciales, se reconozca el silencio positivo (de aplicación
minada por la eficacia que hay que atribuir al silencio administrativo,
más restringida porque siempre requiere la expresa declaración legal
que no excluye la obligación de la Administración de dictar resolución
de su operatividad, que autoriza a entender que lo que fue sohcitado y
expresa, aunque tardíamente.
a lo que no se dio expresa respuesta temporalmente oportuna, ha sido
El silencio es una institución establecida en beneficio del particular,
concedido, declarado o reconocido por la Administración).
para no supeditar la seguridad jurídica a la pasividad de la Adminis-
tración, que no puede invocar en provecho propio el incumplimiento de
V I I I . E l silencio negativo en la ley
su deber de resolver

V I I . L a s manifestaciones del silencio 1. Preliminar

Si, según vimos, no se puede entender legalmente que la Adminis- Circunscribiéndonos a la norma que comentamos, estudiaremos sus
tración esté autorizada para dejar de decidir en ningún caso de modo distintos aspectos: el CCA ha organizado un dispositivo por medio del
expreso, sobre lo que el interesado le demande -sin que el efecto de- cual es posible aceptar presuntivamente una resolución para el caso
ducible de aquel silencio signifique otra cosa que el conferimiento al de que no obre una respuesta expresa frente a las pretensiones que
particular de la facultad de impugnar la presunta denegación de su requieran de la Administración Púbhca un pronunciamiento concreto
solicitud-, tenemos que determinar qué sentido debe acordarse a las (arts. 16 y 25 CCA).
manifestaciones del silencio. El silencio administrativo reviste dos mo-
dalidades plenamente concebidas y reguladas por el Derecho positivo: 2. Naturaleza y requisitos del silencio
a) el efecto y alcance de permisión total de lo concretamente pretendi-
do, y sobre cuya solicitud no se había decidido expresamente en tiem- Corresponde estudiar a continuación los aspectos relacionados con
po, y b) el de denegación, también total de lo que se hubiere pedido y la naturaleza y los requisitos del silencio administrativo negativo. En
el primer sentido, ya hemos puesto de manifiesto que el silencio debe
entenderse como una ficción legal, de consecuencias procesales, que
posibilita al particular la revisión judicial posterior del rechazo pre-
59 REYES MONTERREAL, "Las resoluciones...", cit., p. 270. sunto de su pretensión por inactividad de la Administración. Es, pues,
una presunción legal a favor del particular, pudiendo éste utihzarla o
60 REYES MONTERREAL, "Las resoluciones...", cit., p. 271.

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El nuevo proceso contencioso administrativo Tomás Hutchinson

esperar la decisión expresa de la Administración, que necesariamente procesal. Vencido el plazo que corresponda para el dictado de la deci-
sión resolutoria ("...resolver un recurso, reclamo o petición..."), o del
debe sobrevenir.
acto de trámite ("...omitiere o retardare el dictado de actos de trámite
Ya vimos que, en puridad, no se puede afirmar que el silencio consti- o preparatorios...") el interesado podrá requerir pronto despacho y si
tuya una efectiva y correlativa sanción a la pasividad administrativa, transcurrieron otros treinta días sin que se produzca dicha resolución,
sino que más propiamente es un instituto que trata de proteger la segu- se considerará que hay silencio de la Administración con alcance dene-
ridad jurídica por medio de una presunción legal de voluntad presunta gatorio. Por lo tanto, con carácter general, la configuración del silencio
del órgano que debió pronunciarse en determinado plazo. De allí que el requiere:
propio órgano que no resolvió, conserva también la posibilidad, al menos
A) Demora de la Administración por el transcurso del plazo para
en principio, de dictar una resolución que incluso puede ser contraria al
resolver, computado de la manera indicada en el art. 78 de la LPPA,
efecto legalmente deducible por inñujo del silencio, aunque de esa forma
y desde la recepción del escrito del interesado en la oficina respectiva.
perjudique derechos adquiridos o situaciones ya consolidadas. Dirigi-
La citada demora es esencial para la operatividad del silencio. En
da una petición a la Administración, inicia ella un expediente que sólo
lo que atañe al silencio con efectos negatorios, que es el que ahora es-
puede terminar mediante una resolución expresa, el desistimiento o re-
tudiamos, es procedimentalmente necesario que, transcurrido el pla-
nuncia del peticionario o la declaración de caducidad por culpa de éste.
zo legal que tenía para resolver la petición del particular, como mero
Si ninguna de estas figuras se produce, el expediente continúa abierto
presupuesto temporal, se conmine previamente a la Administración,
y en situación de pendencia, que sólo a la Administración es imputable.
futura demandada, a fin de que, expresamente y en un sentido u otro
Si la petición lo es en un recurso administrativo, la solución es la se pronuncie dentro de un plazo determinado. Como cualquiera otra
misma. El escrito de recurso, rechazo o petición interpuesto dentro persona deudora u obligada a algo, de no cumplir la obligación legal-
de plazo interrumpe desde su fecha el procedimiento de adquisición mente impuesta, incurrirá en mora.
de firmeza del acto recurrido, y no puede reanudarse sino a partir del
B) Denuncia de la mora administrativa, exteriorizada por la inter-
momento en que el expediente termine por alguna de las causas enun-
posición del escrito de "pronto despacho" Conviene analizar distin-
ciadas: resolución del recurso, desistimiento o renuncia. tos aspectos:
Entendido el silencio negativo como una simple ficción legal de efec-
a) Efectos de la denuncia de la mora. El artículo exige para que ope-
tos estrictamente procesales y no siendo, por tanto, un verdadero acto
re el silencio, la denuncia de la mora, por lo cual, al faltar ella, falta un
administrativo -"declaración de voluntad, deseo, juicio o conocimien-
presupuesto procedimental indispensable para que exista el "presunto
to"- no podrá adjudicársele ninguno de los adjetivos que se aplican a
acto administrativo" susceptible de revisión jurisdiccional.
los actos expresos y no se podrá decir, por tanto, que se ha hecho firme,
Para precisar adecuadamente los efectos de la mora, conviene ob-
que ha quedado consentido o que es confirmatorio de un acto anterior.
servar que, aunque sea esencial el establecimiento de plazos precisos
para que ella se dé como tal, no se puede decir que exista por el simple
3. Carácter: falta de automatismo

El silencio administrativo no se produce automáticamente sino


cuando el particular lo determine. No opera ope legis sino por voluntad 61 Nos parece errónea la incorporación de los actos preparatorios con la posibi-
lidad que da la ley de acudir a diferentes órganos para la presentación del pronto
del interesado. despacho. Suponiendo que la demora se produzca porque no dictamina la Asesoría
General, la presunción denegatoria de la Administración se daría estando imposibi-
litado el órgano encargado de resolver (o el superior) de hacerla, por lo cual el pronto
IX. Requisitos del silencio para el código despacho sería inútil.

1. Requisitos generales 62 El artículo exige la intervención activa del particular al obligarlo a requerir
pronto despacho frente a la inactividad de la Administración como condición para
que se opere el silencio, pues, si bien ésta se encuentra obligada a expedirse ante toda
El artículo 16 del código (al igual que el art. 79 de la LPPA) regula petición de los administrados, es dable requerir un mínimo de diligencia por parte de
con carácter general el silencio de la Administración como presupuesto éstos (CSJN, 11/5/82, LL, 1982-C-617).

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El nuevo proceso contencioso administrativo Tomás Hutchinson

hecho de que, durante un tiempo, más o menos dilatado, la Adminis- vocablo final identifica al fondo del asunto pero en este caso carece-
tración mantenga una actitud pasiva respecto de una concreta preten- ría de sentido pues en el caso del acto que está en estado de resolverse
sión. La mora se produce después de que transcurra un determinado -justamente el fondo del asunto- coincidiría con la dependencia donde
se hallaren las actuaciones (art. 57 LPPA) y con el órgano responsable
plazo en que esa inactividad resolutiva persista, tras el cual, oportuna
del procedimiento -en ese momento-.
y fehacientemente, el interesado haya hecho ver a la Administración
su irregularidad; es decir, solicitando -pronto despacho- que produzca Además el empleo del vocablo autoridad jerárquica parece indicar
que se refiere al órgano ante el que se agota la vía administrativa, con
su debida resolución.
lo que parecería indicar que el pronto despacho implica una especie de
No se crea que la mora existe ya por el mero transcurso del plazo avocación por el superior.
legal, sino que se produce instantáneamente en el momento en que
Nos parece, pues, poco feliz la solución legal: i) porque, como vimos,
el interesado denuncia, m á s que la mora en sí, la situación de facto
coinciden en el supuesto la dependencia en que se hallaren las actua-
que la motiva, de tal modo que si la denuncia no se produce, no existe
ciones ®* con el órgano responsable del procedimiento; ii) no nos parece
mora, sea cualquiera el tiempo que transcurra sin que la Administra-
conveniente acudir a la autoridad superior para la configuración del
ción resuelva. En este caso el interesado no estaría habilitado para el silencio por una morosidad de un inferior, excepto si lo que se intenta
ejercicio de ninguna impugnación, del mismo modo que si la denuncia es que éste, en uso de la potestad de mando, intime al órgano inferior a
se produce después de vencido el plazo, éste sería el momento determi- cumplir con su deber. Estaríamos ante un supuesto similar a la queja
nante del nacimiento de la mora. En una palabra, la denuncia no es de en el orden nacional '^^ (pero entonces no sería en puridad un pronto
la manifestación o constatación a posteriori de una situación jurídica despacho).
ya producida, sino un requisito para que se produzca.
b.2) El silencio por actos de trámite. La norma no contempla en el
El transcurso de los plazos es imprescindible; la ficción legal que la
párrafo en que trata al silencio que se produce pendiente el dictado de
norma implementa sólo produce sus efectos a partir del cumplimien-
actos de trámite ante qué órganos debe presentarse el pronto despa-
to de los términos fijados. De ahí la improcedencia -por prematuri-
cho. Entiendo que hay que acudir al primer párrafo del artículo, pues
dad- de la petición de pronto despacho solicitada antes de transcurri-
si bien es cierto que en el mismo se tratan los expedientes que están
do el vencimiento de los plazos del órgano para resolver (arts. 76, 77
en estado de resolver, no lo es menos que habla de las autoridades ante
y concs. de la LPPA) o la acción judicial antes de vencer los treinta las que se tiene que presentar el pronto despacho, cuya interposición es
días siguientes. obligatoria en ambos supuestos.
b) Autoridad ante la que se plantea el pronto despacho. El art. 16
Por lo demás, en el caso sí tiene sentido la distinción entre el órgano
contempla dos situaciones distintas: el silencio en asuntos en estado
ante el cual se hallaren radicadas las actuaciones y el órgano director
de resolver y el silencio en los actos de trámite. Veamos cada uno de del procedimiento, pues durante el trámite del expediente puede ocu-
ellos. rrir que éste remita el expediente a otro para alguna medida de trámi-
b.l) Asuntos en estado de resolver. La norma dispone que en el caso te. El pronto despacho puede pedirse ante el órgano moroso -donde se
en que nos encontremos con un asunto que está en estado de resol-
ver, el pronto despacho podrá pedirse: i) ante la dependencia donde
se hallaren radicadas las actuaciones; ii) ante el órgano responsable
del procedimiento o iii) ante la autoridad jerárquica con competencia 63 Así en los arts. 86, 92 y 94 de la ley 7647/71 el vocablo final es asimilable al
fondo del asunto (Ver HUTCHINSON, T., Procedimiento.... cit., pp. 324, 348 y 352).
resolutoria final.
Sin duda que la expresión final no la debemos tomar en idéntico 64 Si el órgano encargado de resolver envió las actuaciones a un inferior para
sentido al empleado por la ley procedimental 7647/71 -aunque se esté hacer una experticia o para realizar otro trámite, hay una interrupción del plazo para
que se configure el silencio en el supuesto que contemplamos, y si el silencio se produce
refiriendo a una demora en el procedimiento administrativo-, lo cual en el órgano al que se derivaron las actuaciones, ya estamos ante un caso de silencio
es un inconveniente pues hubiera sido lógico guardar una coherencia por actos de trámite.
terminológica para dar homogeneidad al sistema que forman el pro-
65 HUTCHINSON, T., Ley Nacional.., cit., t. ü , p. 285 y ss.
cedimiento y el proceso administrativo. Para la ley procedimental el
466 467
El nuevo proceso contencioso administrativo Tomás Hutchinson

hallan las actuaciones- o ante el responsable del procedimiento para recursos sirven para enmendar un defecto de volición no es suscep-
que arbitre los medios para que aquél actúe. tible de la desestimatoria por silencio, ya que a la Administración no
se le pide que resuelva nada, sino que aclare alguna contradicción o
¿Cabe dirigirse por un acto de trámite ante el superior jerárquico
supla alguna omisión. Si no hay decisión, el efecto denegatorio es irre-
con competencia resolutoria final? En el caso de un acto de trámite, levante, pues tendrá el particular que impugnar el acto que pretendía
lo único que podría hacer el superior es ordenar al inferior -potestad aclararse.
de mando- que actúe, mas no podría actuar él avocándose solamente
En el caso de los recursos ya no basta el mero vencimiento del plazo
para el acto de trámite (excepto que se avoque totalmente, incluida la
para resolverlo a fin de que el particular pueda entender por configu-
decisión final). rado el silencio administrativo, pues ahora es necesario también el
pronto despacho, en la medida que la ley 1 3 . 1 0 1 derogó en inc. 3 del
C) Transcurso de un plazo complementario de treinta días
arto 1 6 -texto según leyes 1 2 . 0 0 8 y 12.310-.
Luego de denunciada la mora, deben transcurrir treinta días sin B) Demora en resolver el pedido de suspensión de los efectos del acto
actividad de la Administración para que quede expedita la vía judicial. administrativo. Cuando se pretenda enervar la ejecutoriedad del acto
Cabe acotar que el código altera el régimen anterior, en el sentido cuestionado, los requisitos son; a) Solicitud de dicha petición en sede
de que la ley Várela no requería para los actos de trámite el pedido administrativa; b) Vencimiento del plazo de cinco días hábiles que se
acuerdan para resolver.
de pronto despacho una vez vencidos los plazos para dictar aquéllos,
aunque sí lo exigía la jurisprudencia de la Suprema Corte provincial Si no hay resolución, se presumirá la existencia de una resolución
denegatoria o adversa para el interesado. En tal supuesto, quedará
expedita la instancia judicial
2. Requisitos particulares

Pese a esta regulación general (prevista en el artículo citado y en el X. I n i c i a c i ó n y c o n s u m a c i ó n del silencio administrativo
art. 7 9 de la LPPA), existen supuestos particulares:
A) Demora en el vencimiento del plazo para resolver recursos. El De lo dicho precedentemente se infiere que es requisito indispen-
propio art. 1 6 establece que puede haber silencio en el régimen recur- sable para la producción de los efectos del silencio que se identifique
sivo estructurado en el LPPA. Así, el "silencio desestimatorio" com- y concrete con indiscutible precisión, ante todo, cuál es el día inicial
del cómputo de los plazos expresados. Este es un problema de simple
prendería a los recursos de revocatoria (arts. 8 9 y concs., LPPA), el
solución puesto que, engendrándose en la generalidad de los casos,
de apelación (art. 94, LPPA), el jerárquico (art. 9 2 y concs., LPPA),
el ejercicio, reconocimiento o denegación del derecho del interesado
el recurso contra actos generales (art. 95, LPPA) y el recurso de revi-
a consecuencia de su imprescindible petición, a la que, como hemos
sión (art. 1 1 8 , LPPA). Disentimos con GRECCO que incluye en este
visto, la Administración está siempre obligada a proveer, la fecha ofi-
supuesto a la aclaratoria (art. 116, LPPA). A la demora en resolver
cial de planteamiento de tal solicitud es la que originó la iniciación
ésta no se le podría aplicar el silencio desestimatorio dada la índole de
de dicho cómputo. O, en otras palabras, que el término se inicia en el
las cuestiones que la aclaratoria contiene. Esta, que para nosotros ni momento en que tiene lugar la recepción por el órgano administrativo
siquiera constituye un recurso técnicamente hablando, ya que sirve competente de la petición del particular que determinó su obligación
solamente para enmendar un defecto de expresión, mientras que los de resolver, salvo supuestos en que la Administración tenga que suplir
deficiencias en la petición, o deba, necesariamente, cumplir engorrosos
trámites técnicos.

66 HUTCHINSON, T . , Procedimiento y proceso..., cit., p. 1 7 1 .


67 GEECCO, C. M . , "Sobre el silencio..." cit., L L , 1980-C-784. Si bien se refiere a la
68 SENTÍS MELENDO, Santiago, Teoría y práctica del proceso, t. I I , p. 214.
ley nacional, en esencia es lo mismo.

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El nuevo proceso contencioso administrativo Tomás Hutchinson

Como término final, del que se origina la producción del efecto ne- esa resolución dispondrá del plazo para impugnar la decisión adminis-
trativa.
gativo del silencio para el interesado, hay que estar al día a partir del
cual expira el plazo, general o especialmente señalado por la ley, a lo Si el particular, empleando el mecanismo del silencio, utilizó ya los
largo de cuyo transcurso se abstuvo el órgano administrativo de dictar remedios impugnatorios, aquella resolución reabrirá la vía para am-
pliar su impugnación.
su resolución, o acto de trámite con denuncia de la mora. Téngase en
cuenta lo que expresamos acerca de la posibilidad de una resolución Aludimos así al tema conocido de la eficacia de la resolución ex-
dentro del plazo de notificación. Nos remitimos a lo que dijimos, con presa dictada después de haber vencido el plazo de la Administración
la salvedad de que este supuesto no es tan importante en el silencio para resolver y cuando el particular ha impugnado la denegación por
negativo. silencio administrativo, y estando la acción o recurso pendientes. Es
el tema que se suele convenir en llamar la resolución tardía. Y res-
pecto de la cual la doctrina discute si se reabre o no un nuevo plazo de
XI. Efectos del silencio negativo
impugnación una vez agotado el disponible contra la denegación por
Cumplidos los requisitos previstos en el ordenamiento, el interesa- silencio cuando dicho plazo existe. Tal es la cuestión, bien simple en su
enunciación, aunque de trascendencia práctica y dogmática considera-
do puede invocar en su favor la configuración del silencio administra-
ble, que veremos.
tivo para promover los recursos impugnatorios (art. 79 LPPA) o la ac-
ción judicial, como si hubiere mediado una resolución administrativa
expresa (arts. 16 y 25 CCA) X I I . E l silencio con sentido positivo
Desde otro punto de vista, según reiteradamente se ha expuesto, el
silencio de la Administración no excluye la obligación de resolver que Vimos (punto VII) que el silencio administrativo reviste dos moda-
le incumbe, ni imposibilita el ejercicio del derecho del interesado para lidades plenamente concebidas y reguladas por el Derecho positivo: a)
perseguir una decisión expresa. De ahí que en los casos de silencio el efecto y alcance de permisión total de lo concretamente pretendido,
administrativo, los plazos establecidos para la articulación de meca- y sobre cuya solicitud no se había decidido expresamente en tiempo
(silencio positivo) y b) el efecto opuesto, el contenido denegatorio de la
nismos impugnatorios no operan con la fatalidad común y se puede ad-
pretensión.
mitir en cualquier momento el recurso contra la denegación presunta
(excepto en los códigos provinciales que establecen plazos). Aunque el código regula el alcance negativo, advertíamos (punto
La resolución expresa dictada con posterioridad a los plazos regula- V I I in fine) que podía existir algunas regulaciones especiales que regu-
dos, ya se trate de los generales o de los particulares contenidos en dis- laran el alcance positivo del silencio. Tal, por ejemplo, el art. 8° de la
tintas normas de la legislación sectorial, abre la vía impugnaticia para
el interesado y a partir de su notificación comienzan a correr los plazos
normales para deducir los recursos pertinentes o la acción judicial.
Y es que, como corresponde a la verdadera naturaleza del silencio, 70 Que establece: "Una vez ingresada una solicitud de Certificado de Aptitud Am-
el transcurso del plazo no significa resolución del expediente, sino sim- biental en dependencias de la Autoridad de Aplicación o en el Municipio en su caso,
plemente la posibilidad de acudir a la vía administrativa o jurisdiccio- la decisión definitiva deberá adoptarse en un plazo de noventa (90) días para los esta-
blecimientos de tercera categoría y de cuarenta y cinco (45) días para los de primera y
nal; pero si el particular no aprovecha esta posibilidad, ofrecida en su segunda categoría. Si al vencimiento de dichos plazos no hubiese pronunciamiento, el
favor, podrá esperar a que la Administración resuelva, y a partir de funcionario responsable deberá informar al interesado y a sus superiores jerárquicos
sobre los motivos de la demora, y si transcurrieron sesenta (60) días más desde el
vencimiento de los plazos establecidos y mediare pedido de pronto despacho sin satis-
facer, el Certificado de Aptitud Ambiental se considerará automáticamente concedido
cualquiera sea la categoría que corresponda a la solicitud". A su vez, el art. 2 9 del dec.
69 GRECCO, "Sobre el...", cit. El precepto que comentamos "existe para que la Admi- reglam. 1741/96 determina que los plazos fijados para la expedición del CAA, cual-
nistración emita el acto que exprese su voluntad en lo que hace a la pretensión del ad- quiera sea la categoría, serán contados a partir de la presentación de la Evaluación de
ministrado, por lo tanto no es, en principio, de estricta aphcación cuando esa voluntad Impacto Ambiental (EIA), en realidad era de acuerdo a las pautas que se indican en el
ya fue expresada y sólo falta el cumplimiento de lo resuelto o acordado" (Procuración Anexo 4 de la reglamentación.
del Tesoro, Dictámenes, 8:121).
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El nuevo proceso contencioso administrativo Tomás Hutchinson

ley provincial n" 11.459 de radicación industrial intereses públicos y privados exige en ocasiones un pronunciamiento
Sin otra preocupación que la de sentar necesarias premisas a los fi- concreto indeclinable"
nes de este análisis, cabe que nos enfrentemos con el problema de tales A lo sumo, la doctrina entiende que puede tolerarse el sentido posi-
decisiones para el punto que tratamos, para que se tenga bien presente tivo del silencio en el caso de la autorización. Así, GARCÍA DE ENTERRÍA,
lo que la manifestación positiva del silencio supone en la esfera del ha señalado que "el silencio positivo viene en realidad a sustituir la
Derecho Administrativo. técnica de la autorización o aprobación previas por la de un veto du-
La inactividad u omisión administrativa, en esta hipótesis, tiene rante un plazo limitado, pasado el cual, lo pedido por el requirente se
entiende otorgado"
por efecto principal estimar la pretensión deducida por el interesado.
Su operatividad, es excepcional y subordinada a la existencia de una Pero no debe olvidarse que "lo que se espera de la Administración,
norma jurídica que concretamente le otorgue tal carácter. en esos casos, es la remoción de unos límites que han sido impuestos a
Una vez calificada positivamente la pasividad de la Administración, los derechos de los particulares, cuyo ejercicio quedaría condicionado a
el peticionario queda protegido por el mismo sistema de garantías que la constatación de su compatibilidad con el bien común" por lo cual
obran para los actos expresos y la Administración vinculada indefecti- no parecería justificarse el silencio positivo sino en el caso de las auto-
blemente por las consecuencias de su inactividad, lo cual explica que, rizaciones Para abonar la solución "se entiende, por tanto, que po-
no sin alarma, hayan contemplado algunos autores las graves tras- dría ser excesiva la indefinida paralización del ejercicio de derechos, de
cendencias que para el bien público en definitiva puedan seguirse con suyo legítimos, y que si la Administración durante un prefijado lapso
el juego de tal automatismo, por la desidia de un funcionario o el puro no se pronuncia, quedan removidos los límites exteriormente impues-
azar del extravío de una documentación. tos, y los derechos recuperan la virtualidad que les fuera sustraída"
En los supuestos específicamente contemplados por las leyes, se En cambio no se compadecería la solución del silencio positivo para
entiende que la Administración accede, dando significado positivo a su aquellos casos en que existan prohibiciones donde no existe un de-
pasividad. Por eso hace mucho decíamos "...es precisamente esta com-
prensión del silencio positivo como ausencia de prohibición durante un
cierto lapso, lo que induce a poner en duda la legitimidad de su utili-
73 HUTCHINSON, Tomás, Ley Nacional de Procedimiento Administrativo, 1.1, p. 215.
zación para la remoción de supuestos límites a derechos subjetivos.
Si tales derechos no son siempre perfilables sin el concurso expreso 74 "El silencio positivo viene en rigor a sustituir esta técnica de la autorización
o aprobación previa por la de un veto (aunque tenga que presentarse en la forma
de la Administración, ésta no puede renunciar a sus potestades pro- convencional de denegación del acto requerido) durante un plazo limitado, pasado el
hibitorias de conductas ilícitas, puesto que el posible conflicto entre cual lo pedido por el requirente se entiende otorgado" (GARCÍA DE ENTERRÍA, Eduardo,
"Sobre el silencio administrativo y recurso contencioso", en Revista de Administración
Pública, n° 47, p. 224).

75 HUTCHINSON, Tomás, Ley Nacional..., t. I , p. 215.

71 Las normas ambientales suelen establecer de forma terminante el carácter 76 Entendiendo por autorización al acto administrativo que otorga un derecho al
previo de la habilitación. El principio de prevención debiera atemperar principios del ejercicio de una actividad, pero el derecho no nace con dicho otorgamiento sino que era
Derecho Administrativo, que trasladados sin más a la esfera ambiental pueden dar preexistente.
lugar a mayores problemas que aquellos que se pretenden resolver. Así. por ejemplo,
la agilización en la obtención de habilitaciones, en aras de la eficacia, puede conculcar 77 HUTCHINSON, Tomás. Ley Nacional..., cit., t. I , p. 215.
la correcta ponderación de los intereses en presencia. Una habilitación para una acti-
vidad molesta no sólo repercute en el titular de la actividad, sino que suele ser mayor 78 Por ejemplo el permiso, que es un acto de habihtación, pero el permisionario
el mal irrogado a las personas perjudicadas por una habilitación mal concedida, que no reclama el ejercicio de un derecho preexistente, sino que éste emerge del propio
permiso (ver PRAT, JULIO, "La concesión y el permiso de uso de aguas públicas", Revis-
el bien producido por la falsa apariencia de una Administración eficiente que cree, por
ta Uruguaya de Estudios Administrativos, n°, 1, Montevideo, 1981, p. 79. quien pone
ejemplo, el silencio positivo. Esa mentalidad bidimensional del Derecho-Administra- como ejemplo los permisos de uso. Frente a una norma general que prohibe, existe
ción (solicitante de la habihtación) es claramente insuficiente y peligrosa. un acto que excepcionalmente innova, que es el permiso (DIEZ, Manuel M., Derecho
72 MARTÍN MATEO, Ramón. "Silencio positivo y actividad autorizante", en Revista Administrativo, Plus Ultra, t. I V , p. 75). Por ello para DROMI es una "exención" (DROMI,
José R., Manual de Derecho Administrativo, Astrea, Buenos Aires, 1987, t. 2, p. 59).
de Administración Pública. n° 48, p. 207.
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recho preexistente. No se conjuga el silencio positivo con una prohibi- que establece sin que la Administración haya decidido, pero no se pre-
ción de policía, cuya existencia y extensión se justifican sólo en tanto ocupa de advertir si, no obstante esta posibilidad de impugnar, queda
y en cuanto la finalidad perseguida mediante el establecimiento de la siempre en pie la obligación de aquélla de resolver expresamente. Sin
prohibición no resulte desvirtuada por el levantamiento de la misma, embargo, como vimos, ello surge de otras normas del ordenamiento.
para un caso particular, por virtud de la emisión de un permiso. ¡Qué Establecida la obligatoriedad de que la Administración resuelva,
mayor desvirtuación que la remoción por una simple mora de la Admi- cualquiera que sea el momento en que lo haga, puede ocurrir que no
nistración! siempre ese pronunciamiento administrativo ocurra dentro del plazo
fijado. Estaremos, así, ante las denominadas resoluciones tardías.
La vigencia y extensión de un permiso jamás puede afectar el in-
terés público en cuya protección la ley ha establecido la prohibición Determinado el elemento temporal mediante el cual puede decirse
que un acto administrativo no fue producido oportunamente, o sea,
excepcionalmente levantada mediante aquél. Por ello no cabe que el
que no tuvo lugar dentro del plazo señalado por el ordenamiento ju-
silencio positivo se aplique a una situación tal sino, a lo sumo, para
rídico para que se reconociera o rechazara expresamente el derecho
aquellos casos en que existe un derecho previo del particular sujeto a
pretendido por el interesado, corresponde estudiar los problemas que
una simple remoción mediante una autorización.
pueden plantear las resoluciones tardías o extemporáneas
El silencio administrativo por sí solo, es decir, por el mero hecho
de que haya transcurrido el lapso exigido para atribuirle los dos con-
2. Efectos de la resolución tardía y el silencio denegatorio
trapuestos efectos que de sus dos manifestaciones derivan, no puede
crear ni extinguir derechos. Su eficacia, en un sentido o en otro, está
La resolución extemporánea tiene consecuencias diversas, según
imperativamente condicionada a que lo que en cada caso pretenda el
sea el efecto acordado al silencio de la Administración. No es lo mismo,
interesado sea en un todo conforme al preciso condicionamiento y a las
para la cuestión que encaramos, que el silencio sea positivo o negativo.
exigencias que, para que sea reconocido, establezcan las leyes
Veremos esta última situación, que es la contemplada por las leyes
Así como el silencio negativo es un mero hecho, en el caso del si- comunes (LPPA y CCA).
lencio positivo nos encontramos con un "acto presunto", con todas las
La resolución expresa con el mismo alcance que la presunta -esto
consecuencias que un acto produce: presunción de legitimidad; exigi-
es, denegatoria- en nada perjudica al particular. A lo sumo éste deberá
bilidad; irrevocabilidad; etc. Por lo tanto no tiene sólo consecuencias
ampliar los fundamentos de su impugnación, si ya la ha efectuado.
formales como el negativo, sino que también las tiene materiales.
Caso contrario, los plazos comienzan a correr desde la resolución ex-
Es, en realidad, una solución que discrepa con la solución normal
presa. Si el particular tenía plazo para accionar por silencio y lo dejó
que, respecto al silencio, trae el dec. ley 7647 (ver art. 79).
vencer, la resolución tardía le brinda un nuevo plazo de impugnación
(el que la norma ofrece respecto de la resolución expresa). Como con-
X I I I . L a s resoluciones t a r d í a s
clusión, el silencio negativo, más que un acto de contenido decisorio,
es una presunción de acto de significación desestimatoria, afinde fa-
1. Consideraciones generales
cilitar la impugnación que acoge la ley como garantía del particular
Hemos de referirnos al concepto, naturaleza y efectos de las llama- Por todo ello, es posible impugnar el acto administrativo expreso,
das resoluciones tardías o extemporáneas. El expreso designio de la aunque no se hubiera impugnado el presunto, como también es proce-
ley es la fijación del momento a partir del cual se posibilita al particu- dente que, después de declarada inadmisible por extemporánea -en las
lar ejercer su facultad impugnaticia, cuando ha transcurrido el plazo legislaciones que prevén plazo para atacar el acto presunto- la impug-

79 FLEINER, Fritz, Instituciones de Derecho administrativo (trad. de la 8" ed. ale- 81 GÓMEZ FERRER, Rafael, "Resoluciones tardías y conflictos de intereses privados",
en Revista de Administración Pública, n° 68, p. 187.
mana por Sabino GENDIN), Labor, 1993, t. 2, p. 325.
80 REYES MONTERREAL, "Las resoluciones...", cit., p. 292.
82 MUÑOZ, Silencio de la Administración..., cit., p. 105 y ss.

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El nuevo proceso contencioso administrativo

nación contra la resolución presunta, se interponga una nueva contra LAS MEDIDAS C A U T E L A R E S E N
la denegación expresa posterior, con base en las mismas pretensiones. E L N U E V O CÓDIGO C O N T E N C I O S O
Si la resolución expresa es favorable a las pretensiones del particular
(de signo contrario a la presunta), el interesado habrá visto satisfechas
ADMINISTRATIVO D E
sus pretensiones. Si esto ocurre cuando ya el afectado por el acto presun- LA PROVINCIA D E BUENOS AIRES
to ha planteado su acción judicial, tendríamos un caso similar al alla-
namiento. El problema de la resolución expresa que acoge parcialmen- Ana Cristina LOGAR
te las pretensiones del particular, y el de las costas, deben solucionarse
tal como el Código Procesal Civil y Comercial encara esas cuestiones "Hoy el honor de la justicia,
en el allanamiento, y en conformidad con lo prevenido en el art. 51 del nada menos, está precisamente
Código Procesal Administrativo -ley 12.008 texto según ley 13.101- en estos juicios cautelares y rápidos'V

XIV. Conclusión
SUMARIO: I . Introducción.- I I . Concepto, fundamento y finalidad de las me-
didas cautelares.- I I I . Presupuestos. 1 . Verosimilitud del derecho. 2. Peligro
El régimen jurídico del procedimiento administrativo -pues en él se
en la demora. 3. No afectación grave del interés público.- I V . Medidas caute-
configura el silencio tiene carácter instrumental, puesto al servicio lares contempladas en el Código Procesal Administrativo. 1 . Suspensión de la
de la eficacia administrativa y de las garantías de los ciudadanos (en ejecución del acto administrativo. Presupuesto de procedencia, a. Verosimi-
ambos casos en interés público). Debe, pues, ser útil a la sociedad a la litud del derecho, b. Pehgro en la demora, c. No afectación grave del interés
que debe servir, como el instrumento que promueva las condiciones público, d. Previa solicitud de s u s p e n s i ó n del acto en sede administrativa. Im-
para que los derechos fundamentales de la comunidad (grupos e indi- procedencia. 2. Medidas de contenido positivo, a. Concepto, b. Antecedentes
viduo) sean efectivos. en el Derecho Comparado, c. Medidas de contenido positivo en el C C A . de la
No puede soslayarse que los principios que inspiran la actuación Provincia de Buenos Aires, d. Presupuestos de procedencia. 3. Medidas cau-
administrativa deben garantizar el sometimiento pleno de ella a la telares encuadradas en el Código Procesal Civil y Comercial, a. Embargo pre-
ventivo, b. Medida de no innovar, c. Medidas cautelares genéricas, d. Medidas
ley y al Derecho, y en el caso que nos ocupa el ordenamiento lo fija en
innovativas. e. Procesos autónomos o autosatisfactivos.- V . Oportunidad para
la consecución de un objetivo primordial: que los habitantes tengan solicitar las medidas cautelares.- V I . Facultades del juez.- V I L Medidas an-
respuesta expresa de la Administración a sus pretensiones y que la ticipadas. 1 . Caducidad de pleno derecho. 2. Efectos de la caducidad.- V I I I .
obtengan en los plazos establecidos. Contracautela. 1 . Contracautela y responsabilidad del peticionario. 2. Eximi-
El instituto del silencio no debe ser una figura jurídica normal sino ción de contracautela. 3. Caución juratoria.- I X . Levantamiento de la medida
una excepción que existe como garantía que impida que los derechos cautelar. 1 . Por razones de interés público. 2. Por cambio de circunstancias.-
de los particulares u otra entidad pública se vacíen de contenido por no X. Recursos contra decisiones cautelares.- X I . Colofón
cumplir la Administración con su deber de resolver.
El nuevo código bonaerense resuelve el tema en forma tradicional, des-
de que trata la cuestión como un presupuesto procesal, por lo que no cabía I. I n t r o d u c c i ó n
esperar grandes innovaciones. Restará esperar la reforma de la ley de
procedimientos administrativos para que allí se regule el silencio como lo Como consecuencia del sometimiento pleno de la administración a la
que es: un instituto administrativo que excede el marco procesal. Constitución y al resto del ordenamiento jurídico, existe una tendencia

83 Porque si bien lo trata el código procesal lo es en cuanto presupuesto procesal, 1 E s T O U P , P., Lapratique des procédures rapides. Referes, ordonnances sur requéte,
mas no puede negarse que el silencio se configura en un trámite -aunque sea final- del procédure d'injonction, París, 1990, citado por GARCÍA DE ENTERRÍA, E., La batalla por
las medidas cautelares, Civitas, Madrid, 1995, p. 344.
procedimiento administrativo.
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