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Max era un dinosaurio que le gustaba comer en exceso comida chatarra. Su mamá empezó a enviarle frutas y verduras en su lonchera, pero Max las botó y mintió para comprar comida chatarra, lo que le causó dolor de estómago. Max aprendió que debe comer saludable y no mentir. Pidió perdón a su mamá, profesora y amigos, y prometió cultivar sus propios alimentos y portarse bien.
Max era un dinosaurio que le gustaba comer en exceso comida chatarra. Su mamá empezó a enviarle frutas y verduras en su lonchera, pero Max las botó y mintió para comprar comida chatarra, lo que le causó dolor de estómago. Max aprendió que debe comer saludable y no mentir. Pidió perdón a su mamá, profesora y amigos, y prometió cultivar sus propios alimentos y portarse bien.
Max era un dinosaurio que le gustaba comer en exceso comida chatarra. Su mamá empezó a enviarle frutas y verduras en su lonchera, pero Max las botó y mintió para comprar comida chatarra, lo que le causó dolor de estómago. Max aprendió que debe comer saludable y no mentir. Pidió perdón a su mamá, profesora y amigos, y prometió cultivar sus propios alimentos y portarse bien.
H abía una vez un dinosaurio que se llama Max y era muy inteligente, pero le gustaba comer demasiado. Comer era su pasión y nunca le hacía ascos a nada, comía medio kilo de helado y abundante carne.
Él todos los días llevaba en su lonchera mucha
comida chatarra y la pasaba comiendo en clase y no estaba atento a la profesora; su mama al darse cuenta de lo que ocurría, tuvo una idea genial pensando en la su salud de su Dino dino. Al día siguiente coloco mucha fruta y verdura en su loncherota, ya en la escuela el dinosaurio Max se asombró que no estaba su comida favorita, dijo: ¡Oh rayos! ¿Qué es esto?, llorando boto toda su lonchera, es decir su fruta y verdura; sus amiguitos se sorprendieron al ver su accionar , diciéndole : ¡pero la fruta es rica! ¡NO LA BOTES DINO DINO! Y el dinosaurio Max no salió al recreo y se quedó llorando y dijo: ¡Madre mía, que hambre tengo!, la profesora al ver esto le preguntó al dinosaurio Max: ¿Qué tienes dinosaurio hermoso?, Max contestó: profesora, mi mamá no me envió lonchera. ¡Oh, mi dino dino debes estar muy hambriento! Te daré dinero para que compres tu comida favorita en el quiosco. Estaba tan contento Max que se olvidó que la profesora le dijo, que iba a llamar a su mamá. El dinosaurio Max compro una hamburguesa triple y su gaseosa de tres litros; diciendo yumi, yumi, que linda es esta vida. Sus amigos lo vieron y murmuraron, ¿Cómo es posible, que haga eso?, los dino dinos corrieron a decirle a la profesora lo que antes había ocurrido y le dijeron: ¿Por qué le dio dinero al dino MAX? La profesora con una sonrisa enorme les contesto: porque su mamá hoy, no le envió su lonchera; y los niños muy disgustados por la mentira del dino Max, le dijeron: maestra, si trajo lonchera, solo que la boto a la basura ya que eran frutas y verduras. La maestra muy decepcionada de Max, llamó a su mamá para contarle lo sucedido con el pequeño Dino dino. Llegaron a un acuerdo, para que Max no se enterará de que mamá Dinosaurio sabia toda la verdad y planearon darle una lección, sin imaginar lo que iba a ocurrir. Max no sabía lo que estaba pasando y llego feliz a su casa, sin imaginar que su mamá sabía lo que había hecho en la escuela y más aún que le había mentido la profesora.
Aquella tarde Max, comenzó a sentir unos
retorcijones, que se escuchaban por toda la casa….GRRRRRR,GRRRRR! se sentía mal y le dolía mucho su panza, pero no quería decirle a su mamá porque iba a descubrir su mentira, diciendo: ¡Oh rayos, estoy en problemas! Su mamá, ya se había dado cuenta lo que le sucedía a Max, le preguntó ¿Qué tienes, la fruta no hace mal ni las verduras?; Max, ya no soportó su dolor de panzota y le dijo a su mamá la verdad, aunque sabía que iba a recibir su castigo. Mamá sé que te mentí y a la profesora también y sé que estoy en serios problemas, ahora estoy de acuerdo de que las frutas y verduras son importantes para estar sanos y crecer fuertes. Su mamá con una caricia le dijo: mi pequeño dinosaurio hoy aprendiste dos lecciones, la primera a no mentir y la segunda a que debes comer saludable, por eso debes disculparte con la profesora y tus amigos, además debes estudiar un poco y dejar de comer demasiado.
Por eso Max prometió, que de ahora en
adelante iba a sembrar su propia comida y jamás volvería a mentir. Al día siguiente en la escuela, le llevo a la profesora una manzana roja muy brillante y le pidió perdón, por haber mentido para satisfacer a su panzota; también les pidió perdón a sus compañeritos por ser grosero. Sin imaginar que sus amigos no le guardaban rencor, sino que estaban preocupados por su salud. Dino Max al ver esto, lloro de alegría y con un gran rujido se fueron a jugar, saltando de alegría. Ahora Max siembra sus propias frutas y verduras, además descubrió que era muy bueno en las matemáticas y en atletismo. ¡Y colorin colorado, Max se volvió vegetariano!