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TEMA:
SINDROME OBSTRUCTIVO DE APNEA DEL SUEÑO
ESTUDIANTE:
CURSO:
FECHA DE PRESENTACIÓN:
14 de febrero de 2020
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SINDROME OBSTRUCTIVO DE APNEA DEL SUEÑO
INTRODUCCIÓN
CONCEPTO
La Academia Americana de Medicina del Sueño (AAMS) define al SAOS como una
enfermedad que se caracteriza por episodios repetitivos de obstrucción total (apnea) o
parcial (hipopnea) de la vía aérea superior durante el dormir. Esos eventos a menudo
ocasionan disminución de la saturación sanguínea de oxígeno y normalmente terminan
en un breve despertar (alertamiento o microdespertar). [ CITATION CAR10 \l 12298 ]
Por definición, los eventos de apnea e hipopnea tienen una duración mínima de 10
segundos, aunque la mayoría tienen duración entre 10 y 30 segundos y de vez en cuando
pueden prolongarse por más de un minuto. Los eventos respiratorios (apneas o
hipopneas) pueden ocurrir en cualquier etapa de sueño; sin embargo, son más frecuentes
en sueño de movimientos oculares rápidos (MOR) y en las etapas N1 y N2 de sueño no
MOR. Cuando los eventos respiratorios ocurren en sueño MOR suelen ser más
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prolongados y se asocian a mayor desaturación de oxígeno. Al resolverse el evento
respiratorio, la saturación de oxígeno suele regresar a los valores basales. Una apnea es
la disminución en el flujo respiratorio ³ 90% con respecto al flujo base (el flujo anterior
al evento) y tiene una duración de cuando menos 10 segundos; se cataloga como
obstructiva si durante el evento persiste el esfuerzo respiratorio o como central en caso
de que el esfuerzo esté ausente; la apnea es mixta cuando hay ausencia del esfuerzo
respiratorio en la primera parte del evento, seguido de un reinicio del mismo en la
segunda parte.
La AAMS tiene dos definiciones de hipopnea; la recomendada nos dice que es una
reducción en el flujo respiratorio ³ 30% con respecto al flujo base, al menos de 10
segundos de duración, que se acompaña de una desaturación ³ 4% (en relación a la
saturación previa al evento); la otra definición es: disminución del flujo 50% seguida de
una desaturación ³ 3% y/o de un alertamiento.
EPIDEMIOLOGÍA
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En la Ciudad de México, a través de cuestionario y poligrafía respiratoria se estimó una
prevalencia de SAOS de 2.2% en mujeres y 4.4% en hombres. Dicha estimación
aumenta de manera exponencial al incrementar el índice de masa corporal (IMC),
llegando a ser casi del 10% en sujetos con IMC mayor a 40 kg/m2.
FACTORES DE RIESGO
Los factores de riesgo para desarrollar SAOS los podemos dividir en dos grupos:
El SAOS es más prevalente en los hombres con una relación hombre:mujer de 2:1. Esta
característica “protectora” en la mujer se pierde después de la menopausia.14 La
prevalencia de SAOS también está relacionada con la edad, siendo más frecuente
después de los 40 años; alcanza su pico máximo hacia los 60 años y después tiene un
descenso paulatino. Las características craneofaciales propias de cada etnia o grupo
racial confieren diferentes riesgos de desarrollar SAOS; en Estados Unidos, la
prevalencia de SAOS entre la población latina es mayor (hasta 16%) en comparación
con la raza aria y similar a la que presentan los afroamericanos. Las alteraciones
anatómicas craneofaciales como retrognatia, micrognatia, macroglosia y paladar ojival
que acompañan a problemas congénitos como la trisomía 21, síndrome de Prader-Willi,
síndrome de Crouzón, síndrome de Marfán y secuencia de PierreRobin, confieren una
estrechez intrínseca a la faringe favoreciendo el colapso.La diabetes mellitus tipo 2, la
acromegalia,18 el hipotiroidismo, el síndrome de Cushing y el hiperandrogenismo son
las endocrinopatías que se asocian al desarrollo de SAOS.
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Daños a la salud asociados al SAOS
Los estudios epidemiológicos han mostrado que el SAOS es causa o se asocia a la mala
calidad de vida, accidentes vehiculares, accidentes laborales y domésticos, síntomas
depresivos y de ansiedad, problemas de memoria, atención y concentración, además de
enfermedades cardiovasculares como: hipertensión arterial sistémica, cardiopatía
isquémica, arritmias, insuficiencia cardiaca, hipertensión arterial pulmonar y
enfermedad vascular cerebral.
FISIOPATOLOGIA
1) la fuerza “dilatadora” que tiende a mantener la faringe abierta y que depende de dos
mecanismos; el primero y más importante es la contracción de los músculos dilatadores
de la faringe de los cuales el geniogloso es el más grande y el más estudiado;y el
segundo, es el volumen pulmonar, que al ejercer hacia abajo una fuerza de tracción
sobre la vía aérea, confiere estabilidad a la faringe. [ CITATION EGU17 \l 12298 ]
2) la fuerza “colapsante” que tiende a cerrar la faringe, está constituida por la presión
negativa intraluminal generada por la contracción diafragmática y por la presión
positiva extraluminal que ejercen los tejidos blandos, principalmente la grasa, sobre la
luz faríngea. Aplicando el modelo de resistencia de Starling para tubos colapsables, la
permeabilidad de la faringe depende del equilibrio de estas dos fuerzas (dilatadora vs.
colapsante).
La presión por fuera del tubo (en este caso la faringe) se convierte en el determinante de
que exista flujo a pesar de mantener un gradiente de presión; es decir, la presión
transmural (presión intraluminal menos la presión extraluminal) determinará el calibre
del tubo y con ello el flujo de aire. Cuando la presión extraluminal es mayor a la
intraluminal (presión transmural negativa) la faringe se colapsa y no permite el flujo de
aire a pesar de que se mantenga un gradiente de presión en los extremos. En los sujetos
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sanos, la faringe se colapsa cuando la presión intraluminal está por debajo de la
atmosférica, mientras que en los pacientes con SAOS el colapso se presenta con
presiones intraluminales mayores a la atmosférica; en estos pacientes, la faringe se
obstruye sólo con la pérdida del tono muscular de la vía aérea superior durante el
dormir.[ CITATION DRA15 \l 12298 ]
Son muchos los factores que pueden modificar el equilibrio entre las fuerzas dilatadoras
y colapsantes y con ello afectar la permeabilidad de la vía aérea superior, los más
importantes son:
1) hipoxemia intermitente-reoxigenación
3) alertamientos o microdespertares.
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La hipoxemia intermitente-reoxigenación se refiere a que los eventos de apnea-hipopnea
se acompañan de caídas en la presión arterial de oxígeno, lo cual se revierte al
reinstaurarse la respiración. Este proceso de hipoxemia-reoxigenación generalmente se
presenta con un patrón cíclico durante toda la noche y ocasiona que el endotelio
vascular, durante la hipoxemia, libere sustancias promotoras de inflamación como
proteína C reactiva, factor de necrosis tumoral e interleucinas 6 y 8.
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un incremento en la postcarga del ventrículo izquierdo alterando la función sistólica del
mismo, además, provoca problemas de relajación disminuyendo así el llenado
ventricular. Esta combinación resulta en una merma del volumen latido y
consecuentemente del gasto cardiaco. Al resolverse el evento, el retorno venoso hacia el
ventrículo derecho incrementa, lo que, por el mecanismo de interdependencia
ventricular, desplaza al septum interventricular hacia la izquierda disminuyendo la
distensibilidad del ventrículo izquierdo, afectando aún más la función ventricular.
CUADRO CLÍNICO
Como se dijo anteriormente, la apnea del sueño es una enfermedad heterogénea por el
lento y progresivo desarrollo de los síntomas, que tiene un amplio espectro de formas de
manifestación clínica, siendo la forma típica de presentación la de un hombre de edad
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media, con sobrepeso u obeso, con ronquidos progresivos de larga data, cada vez más
intensos y molestos. A esto se agregan pausas respiratorias nocturnas, observadas por
sus parejas o compañeros de dormitorio.
El examen físico puede evidenciar además del sobrepeso, la edad y género, otros
factores de riesgo, ya sea de origen alérgico respiratorio (obstrucción nasal por rinitis
alérgica, adenoides o asma), cardiovascular (HTA, arritmias), neurológico (déficit
cognitivo), metabólico (diabetes mellitus), endocrino (bocio) u otorrinológico
destacando la existencia de hipertrofia amigdaliana obstructiva, frecuente en apnea de
niños y adolescentes. Este hecho es de importancia, ya que su corrección quirúrgica
soluciona el cuadro.
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SINTOMATOLOGÍA
Los síntomas nocturnos principales son los ronquidos y apneas o pausas presenciadas
por testigos, mientras que en los síntomas diurnos se destacan la somnolencia diurna
excesiva y el cansancio o sueño no reparador, ambos muy sugerentes de enfermedad,
aunque menos específicos que los nocturnos.
La anamnesis detallada de los sujetos con sospecha de SAHOS es vital para la sospecha
diagnóstica, teniendo en cuenta que la edad, el incremento de peso, especialmente en
hombres, la menopausia en las mujeres, el uso de medicamentos tranquilizantes o
relajantes, son factores que favorecen la inestabilidad de la vía aérea superior, la
instalación de la enfermedad y la aparición de los síntomas. En la obtención de estos
datos, la información dada por las parejas de los pacientes es generalmente muy
importante.
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El Ronquido es el ruido producido por la vibración de los pilares anteriores y las partes
blandas del paladar por el paso de aire a través de un área estrechada de la faringe,
producto del flujo turbulento que genera este estrechamiento. Es el síntoma más
frecuente y llamativo del SAHOS y su ausencia disminuye la sospecha diagnóstica; sin
embargo, su valor predictivo positivo es bajo por su alta prevalencia en la población
general (49% de los hombres y 25% de las mujeres), cifra que aumenta progresivamente
con la edad. En niños es el síntoma principal y se presenta hasta el 27% de los SAHOS.
Puede ser crónico o de inicio reciente, continuo o intermitente y estas interrupciones
sugieren apneas.
Las pausas respiratorias o apneas observadas, son episodios repetidos durante el sueño,
seguidos por hiperventilación post apnea y a veces movimientos corporales que
generalmente son inadvertidos para el paciente, pero llama la atención de la pareja, que
es la que la reporta tanto al paciente, como al médico. Junto con el ronquido, son la
causa más frecuente de consulta y es un buen predictor de apnea del sueño confirmada
por Polisomnografía, aunque no se correlaciona con la severidad.
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Como ayuda en su medición se han validado dos herramientas semi objetivas, la escala
de somnolencia Epworth (ESE), descrita en 1991 y la escala de somnolencia de
Stanford (SSS) en 1972. La primera es la más simple, difundida y utilizada. Fácil de
realizar, pero sin estrecha relación con la severidad del desorden respiratorio de sueño.
Entre los exámenes objetivos de somnolencia, hay que mencionar la pupilometría, el
test de latencia múltiple del sueño (TLMS), el test de mantención de la vigilia (TMV) y
el test de latencia.
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Grado I: Se visualiza úvula completa, paladar blando con sus pilares y las amígdalas.
Grado II: Se visualiza solo base de la úvula, pero no las amígdalas, ni los pilares.
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la úvula. (D) se visualiza parte del paladar blando, pero no las estructuras más distales.
(E) se visualiza solo el paladar duro.
El efecto del beneficio del tratamiento para aquellos pacientes con riesgo cardiovascular
está bien documentado, no así para el síndrome metabólico en el que se necesitan
estudios de más largo plazo. La Polisomnografía (PSG) convencional en el laboratorio
sigue siendo el patrón oro para la confirmación diagnóstica y determinación de la
severidad de estas afecciones. Sin embargo, es un examen caro que consume recursos
tanto de tiempo como de personal y logra diagnosticar solo una minoría de pacientes.
Además, es difícil de implementar en el nivel primario de salud.
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Desde la descripción oficial de la Polisomnografía hecha en 1974 por Holland y
colaboradores el progreso tecnológico ha sido enorme, con amplia aplicación en
diferentes campos clínicos y de investigación. En la actualidad su foco principal son los
trastornos del sueño. Desde el año 2005 la indicación de la PSG ha sido enmarcada por
las guías de la Asociación Americana del Sueño (AASM). La PSG convencional en
laboratorio, incluye registro de EEC, EOG, EMG mentón, EKG frecuencia cardiaca,
flujo aéreo, esfuerzo respiratorio y saturación de O2, con al menos siete canales y
cuenta con la asistencia y supervisión de un técnico especializado, durante toda la
noche. Los canales de sueño de este examen registran los estados de vigilia y sueño, sus
diferentes etapas y las proporciones de cada una de ellas.
Estos se pueden agrupar en tres tipos. Equipos PSG convencionales portátiles (Tipo I)
que incluyen las mismas variables de una PSG convencional, con un mínimo de siete
canales. Equipos portátiles modificados o de poligrafía respiratoria, con un número de 4
canales, que incluye variables respiratorias (flujo, esfuerzo respiratorio, frecuencia
cardiaca y saturación de O2) sin EEG (Tipo II) y equipos continuos simples o de canal
dual que incluyen flujo aéreo y saturación de O2 con 2 o 2 canales (Tipo III).
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TRATAMIENTO SAHOS
Para los pacientes con SAHOS leves se utilizan una amplia variedad de medidas
terapéuticas, mientras que los pacientes con SAHOS moderado a severo tienen
indicación de CPAP.
1) Medidas Generales
• Bajar de Peso.
• Evitar la posición supina al dormir.
• Evitar la ingesta de Alcohol las 4 a 6 horas previas a dormir.
2) CPAP Las mascarillas de presión positiva continua de aire constituye el
tratamiento más efectivo y aceptado para el tratamiento del SAHOS.
Funciona expandiendo la vía aérea superior, impidiendo así el colapso de sus
tejidos blandos. Mediante este mecanismo, el CPAP elimina efectivamente las
Apneas del Sueño, disminuye los arousals y normaliza la saturación de oxígeno.
Hasta la fecha, las indicaciones para su uso son las siguientes:
a) AHI igual o superior a 15 (SAHOS moderado a severo).
b) AHI entre 5 y 14. (SAHOS leve) asociado a uno de los siguientes síntomas
y/o comorbilidad: Somnolencia Diurna Excesiva, HTA y Enfermedad
Cardiovascular. Numerosos estudios publicados hasta le fecha han revelado que
el uso del CPAP en pacientes con SAHOS moderado a severo produce una dis
minución de la Presión Arterial, mejora la función del ventrículo izquierdo y
mejora el rendimiento cognitivo de dichos pacientes. Entre los efectos
colaterales más comunes por el uso de CPAP podemos citar: boca seca, rinitis y
congestión nasal. Afortunadamente actualmente se dispone de equipos de CPAP
más modernos, los que han incorporado, entre otras variables, un termo-
humidificador, lo que ha minimizado significativamente estos efectos
colaterales. Si aún persistieran, se recomienda el uso de antihistamínicos o
esteroides nasales, por un tiempo limitado.[ CITATION DRA16 \l 12298 ]
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BIBLIOGRAFÍA
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