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El Uso de Los Aranceles en El Comercio Exterior Uat
El Uso de Los Aranceles en El Comercio Exterior Uat
1. Política Arancelaria
De esta forma, podemos decir que la política arancelaria es aquélla rama de la política
comercial que protege a la industria dentro de la política económica de un país, y que
tiene como fin el fomento y desarrollo de la inversión directa, y por otro lado el fomento
a las exportaciones de bienes tangibles y transportables. Abarca el conjunto de
disposiciones tomadas por el Gobierno para el establecimiento del sistema arancelario
y legislación complementaria con la finalidad de regular el intercambio de mercancías y
servicios con el exterior. En México la política arancelaria cumple sustancialmente 2
funciones:
a) Por un lado existe el aspecto fiscal o recaudatorio, que tiene como propósito
obtener recursos para el erario federal o través de la imposición de tributos a
la importación y exportación de mercancías. Sin embargo, este aspecto no es
actualmente aplicable en la política arancelaria del país.
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Ambos objetivos (fiscal y extrafiscal) de la política arancelaria, se plasman en la
estructura de la Tarifa de la Ley de los Impuestos Generales de Importación y de
Exportación (TIGIE) y que incluye las tasas de los tratados de libre comercio (TLC’s) y
Acuerdos de Complementación Económica (ACE´s), entro otros instrumentos jurídicos
que establecen dichas tasas, y que de esa forma constituye el más poderoso
instrumento de la política sectorial del comercio exterior en el país.
En este sentido, los aranceles son las cuotas o tasas que se establecen en forma de
porcentajes (ad valorem) o en términos específicos y mixtos, que determinan el pago
de los impuestos al comercio exterior a pagar aplicándose a un valor o precio de un
bien que les sirve de base y de donde resulta el impuesto a la importación o
exportación de las mercancías.
En México, los aranceles forman parte de los impuestos al comercio exterior, es decir,
de los impuestos generales de importación y de exportación, mismos que se
encuentran determinados en la Ley de los Impuestos Generales de Importación y de
Exportación (LIGIE), la cual contiene la Tarifa que establece los montos de los
aranceles a pagar respectivamente.
Los aranceles han sido y constituyen el instrumento más transparente de toda política
comercial, incluso se encuentran reconocidos por el Acuerdo General sobre Aranceles
Aduaneros y Comercio (GATT) ―actualmente GATT/OMC, ya que forma parte de
dicha Organización Mundial del Comercio―, en virtud de que se establecen en
términos de cuotas que se aplican a una base de donde resultan los tributos a pagar, lo
cual genera seguridad a los importadores y exportadores en cuanto al monto de dichos
gravámenes. De igual manera, si se les quiere ver como barreras al comercio
internacional, los aranceles representan el obstáculo más claro, en virtud de que previo
a cualquier operación aduanera los vendedores o compradores de bienes situados en
distintos territorios aduaneros conocen el monto del valor de las operaciones y los
impuestos a pagar, permitiendo determinar el incoterm1 a utilizar, así como el costo y la
conveniencia o no de la compraventa internacional de la mercadería.
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International Commerce Terms-Términos Comerciales Internacionales.
2
2. Aranceles e Impuestos Internos
Como ya hemos dicho, con motivo de las operaciones aduaneras se causan otras
contribuciones diferentes a los impuestos de comercio exterior (impuestos generales de
importación y de exportación), así como derechos y aprovechamientos, que se
establecen en cada una de las leyes impositivas respectivas. Estos gravámenes,
―además de las obligaciones dictadas para los mexicanos por el artículo 31 fracción
IV de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos2―, encuentran su base
legal en los numerales 2 y 3 del Código Fiscal de Federación (CFF) y en la Ley de
Ingresos de la Federación para el Ejercicio Fiscal anual que corresponda; se
caracterizan porque afectan también a las importaciones o exportaciones de
mercancías. Se les conoce también como “contribuciones internas” o “impuestos
internos”, con excepción de las cuotas compensatorias (CC) que son consideradas
como un aprovechamiento, pero que también implican un gravamen; y generalmente
son los siguientes:
3. Definición de Aranceles
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legislación internacional se les conoce también como derechos aduaneros, derechos
arancelarios, aranceles aduaneros, derechos de aduana, etcétera.
De esta manera, los aranceles pueden ser definidos como las cuotas, tasas o tarifas
que se establecen en forma de porcentajes o en términos específicos o la combinación
de ambos, que determinan los impuestos al comercio exterior a pagar aplicándose
éstos a un valor o precio de un bien que les sirve de base y de donde resulta el
impuesto a la importación o exportación, según corresponda.
Los aranceles han sido y constituyen el instrumento más transparente de toda política
comercial, incluso se encuentran reconocidos por el GATT, el cual forma parte de la
OMC, en virtud de que se establecen en términos de cuotas que se aplican a una base
gravable (conocida como el valor en aduana de las mercancías) de donde resultan las
tributos a pagar, lo cual genera seguridad a los importadores y exportadores en cuanto
al monto de dichos gravámenes. De igual manera, si se les quiere ver como barreras al
comercio internacional, los aranceles representan el obstáculo más claro, en virtud de
que previo a cualquier operación aduanera los vendedores o compradores de bienes
situados en distintos territorios aduaneros conocen el monto del valor de las
operaciones, así como los impuestos a pagar, determinando la conveniencia o no de
las compraventas internacionales de mercaderías por su costo.
Algunos de los argumentos válidos en favor del establecimiento de un arancel son para
proteger a sectores industriales de reciente creación, el comercio estratégico, la
protección de las industrias importantes para la defensa nacional y la protección contra
las prácticas desleales de comercio exterior (dumping y subvenciones). De ahí que
también se afirma los impuestos o contribuciones al comercio exterior persiguen fines
extrafiscales pues su objetivo no es la recaudación al erario público sino que tiene
como fin impedir que se realicen actividades que afecten al estado a los sectores
productivos del país, ya que como lo afirma una tesis de la Suprema Corte de Justicia
de la Nación (SCJN): “… pueden servir accesoriamente como instrumentos eficaces de
la política financiera, económica y social que el Estado tenga interés en impulsar,
orientando, encauzando, alentando o desalentando ciertas actividades o usos sociales
según sean considerados útiles o no, para el desarrollo armónico del país, mientras no
se violen los principios constitucionales rectores de los tributos”.3
3
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA. Semanario Judicial de la Federación, Octava Época, Pleno, Tomo
VII, Junio de 1991, Tesis P./J. 18/91, p. 53.
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De esta manera, el efecto más importante del establecimiento de un arancel es el
desaliento de las importaciones. Esto se debe a que el arancel usualmente genera un
mayor precio doméstico del bien importado, un menor consumo, una mayor producción
interna y, por tanto, un menor volumen de importaciones del bien. La imposición de un
arancel tiene como consecuencia, pérdidas reales en el bienestar del país debidas a
las ineficiencias causadas en la producción y el consumo. A ello se le conoce como
costo de protección de un arancel.
Sin embargo, debemos recordar que los aranceles son instrumentos de desarrollo y de
fomento a las exportaciones de un país, de tal suerte, que casi todos los productos que
se exportan tienen un arancel exento o del 0%, y por otro lado, son mecanismos de
integración comercial en los diferentes tratados o acuerdos comerciales en los diversos
grados de integración reconocidos por la OMC, por ejemplo, el APEC (Foro de
Cooperación Económica Asia-Pacifico), el TLCAN, el Mercosur, la Unión Europea, etc.
4. Aranceles OMC
5
aranceles menores a algunos países en desarrollo en el marco de un Sistema
Generalizado de Preferencias (SGP).
5. Tasas Preferenciales
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6. Impuestos al Comercio Exterior
Las contribuciones que se causan por la entrada al territorio nacional de las mercancías
o de su salida del mismo se les conocen como impuestos al comercio exterior o
impuestos ad valorem (según el valor) y se denominan por la LIGIE, respectivamente,
impuesto general de importación e impuesto general de exportación. La legislación y
doctrina internacional también les denominan “aranceles aduaneros”, “impuestos
aduaneros”, “derechos de aduana”, “tributos aduaneros”, y a través de la historia se le
han conocido también como “portorium”, “teloneum”, “alcabala”, “almojarifazgo”,
“portazgo”, etcétera.
Están obligados al pago de los mismos las personas físicas y morales que se
encuentren en la situación jurídica o de hecho prevista en la Ley Aduanera, incluso
tratándose de mercancías que se encuentren bajo algún programa de devolución (Draw
Back) o de diferimiento de aranceles. La Federación, el Distrito Federal, los estados,
municipios, entidades de la administración pública paraestatal, instituciones de
beneficencia privada y sociedades cooperativas, también están obligados al pago de
los impuestos al comercio exterior sin importar que conforme a otras leyes o decretos
no causen impuestos otros impuestos o se les exente de su pago. Esto debido a que
los impuestos al comercio exterior son independientes en su causación de cualquier
otro tipo de impuestos, además de que su objeto y finalidad son diferentes.
Por otra parte, no debemos olvidar que en el caso que corresponda, las mercancías
que ingresan al país pueden estar afectadas al pago de los llamados impuestos
internos (IVA, IEPS, ISAN, DTA) y de un aprovechamiento (cuota compensatoria), los
cuales deberán pagarse junto con los impuestos al comercio exterior, esto es, el
impuesto general de importación o de exportación conforme a la TIGIE.
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7. Principio de Autodeclaración Aduanera
Así, hoy las operaciones aduaneras en México se sustentan en este principio muy
importante, no sólo para el pago de los impuestos al comercio exterior, sino para el
cumplimiento de las regulaciones y restricciones no arancelarias y de las demás
formalidades del despacho aduanero de las mercancías. El principio de la
autodeclaración en materia aduanera4 constituye el pilar fundamental en el
establecimiento de las políticas de revisión de las mercancías de comercio exterior por
parte de las autoridades aduaneras. Así, las principales disposiciones de la Ley
Aduanera relacionadas con el principio de autodeterminación o autodeclaración y la
presentación del pedimento aduanero ante el Sistema Automatizado Aduanero Integral
(SAAI-WEB), son las siguientes:
“ARTICULO 1o. Esta Ley, las de los Impuestos Generales de Importación y Exportación
y las demás leyes y ordenamientos aplicables, regulan la entrada al territorio nacional y
la salida del mismo de mercancías y de los medios en que se transportan o conducen, el
despacho aduanero y los hechos o actos que deriven de éste o de dicha entrada o salida
de mercancías. El Código Fiscal de la Federación se aplicará supletoriamente a lo
dispuesto en esta Ley.
Están obligados al cumplimiento de las citadas disposiciones quienes introducen
mercancías al territorio nacional o las extraen del mismo, ya sean sus propietarios,
poseedores, destinatarios, remitentes, apoderados, agentes aduanales o cualesquiera
personas que tengan intervención en la introducción, extracción, custodia, almacenaje,
manejo y tenencia de las mercancías o en los hechos o actos mencionados en el párrafo
anterior.
Las disposiciones de las leyes señaladas en el párrafo primero se aplicarán sin perjuicio
de lo dispuesto por los tratados internacionales de que México sea parte”.
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Este principio lo encontramos en los artículos 36, 42, 43 y 81 de la Ley Aduanera y 6º y 72 del Código
Fiscal de la Federación.
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“ARTICULO 36. Quienes importen o exporten mercancías están obligados a presentar
ante la aduana, por conducto de agente o apoderado aduanal, un pedimento en la forma
oficial aprobada por la Secretaría. En los casos de las mercancías sujetas a regulaciones
y restricciones no arancelarias cuyo cumplimiento se demuestre a través de medios
electrónicos, el pedimento deberá incluir la firma electrónica que demuestre el descargo
total o parcial de esas regulaciones o restricciones. …”
“ARTICULO 59. Quienes importen mercancías deberán cumplir, sin perjuicio de las
demás obligaciones previstas por esta Ley, con las siguientes: …
Il. Obtener la información, documentación y otros medios de prueba necesarios para
comprobar el país de origen y de procedencia de las mercancías, para efectos de
preferencias arancelarias, marcado de país de origen, aplicación de cuotas
compensatorias, cupos y otras medidas que al efecto se establezcan conforme a la Ley
de Comercio Exterior y tratados internacionales de los que México sea parte, y
proporcionarlos a las autoridades aduaneras cuando éstas lo requieran...”.
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Esto significa que corresponde al propio contribuyente por si sólo o por conducto de su
agente o apoderado aduanal, determinar la base y la cantidad de impuestos a pagar
por la importación y exportación de mercancías, correspondiendo a la autoridad
aduanera únicamente la revisión del pago efectuado mediante el ejercicio de sus
facultades de comprobación, incluso del cumplimiento de las demás obligaciones en
materia de regulaciones y restricciones no arancelarias y acreditamiento de Normas
Oficiales Mexicanas, aplicables.
8. La Obligación Fiscal
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Véase el artículo 72 de la CPEUM.
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Sin embargo, en materia de regulación constitucional relacionada con el comercio de
bienes y el establecimiento de aranceles, sobresale el artículo 131 de la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos (CPEUM) el cual dispone:
El Ejecutivo podrá ser facultado por el Congreso de la Unión para aumentar, disminuir o
suprimir las cuotas de las tarifas de exportación e importación expedidas por el propio
Congreso, y para crear otras, así como para restringir y para prohibir las importaciones,
las exportaciones y el tránsito de productos, artículos y efectos, cuando lo estime
urgente, a fin de regular el comercio exterior, la economía del país, la estabilidad de la
producción nacional, o de realizar cualquiera otro propósito en beneficio del país. El
propio Ejecutivo, al enviar al Congreso el Presupuesto Fiscal de cada año, someterá a su
aprobación el uso que hubiese hecho de la facultad concedida”.
Esto es, en el primer párrafo del artículo citado se establece como una facultad
reservada de manera exclusiva a la Federación, el gravar las mercancías que se
importen al territorio nacional o bien aquéllas que se exporten; así como reglamentar e
incluso prohibir la circulación de mercancías en dicho territorio. En cambio el párrafo
segundo otorga al Presidente de la República la facultad para aumentar, disminuir las
cuotas de las tarifas de exportación e importación expedidas por el propio Congreso de
la Unión, es decir, se refiere a las cuotas fijadas en la Ley de los Impuestos Generales
de Importación y Exportación (LIGIE). En dicha ley se establecen las tasas de los
impuestos al comercio exterior que deben pagarse por la importación o exportación de
mercancías.
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exportación e importación expedidas por el propio Congreso, y para crear otras, así
como para regular y controlar el comercio exterior, cuando “lo estime urgente”. Esta
facultad está aunada a la obligación por parte del Presidente de la República de
someter al Congreso de la Unión la aprobación sobre el ejercicio que dicha facultad en
el año calendario que corresponda, lo cual ocurre cada año en la Ley de Ingresos de la
Federación del ejercicio respectivo.
De igual modo, es común que con base en dicho numeral 131 Constitucional, el
Ejecutivo Federal emita los decretos modificatorios la Tarifa de la Ley de los Impuestos
Generales de Importación y de Exportación, así como el Decreto por el que se
establecen diversos Programas de Promoción Sectorial (PROSEC), entre otros
instrumentos jurídicos; por lo que sobre la aplicación del mismo existe abundante
bibliografía y jurisprudencia que podrá estudiarse con mayor profundidad, y que
demuestra la importancia de los aranceles como medidas extrafiscales de la política
comercial y del comercio exterior en México.
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En la valoración de mercancías es muy importante conocer y determinar la base
gravable de los impuestos al comercio exterior -o derechos de aduana, esto es en
México: el impuesto general de importación y el impuesto general de exportación-, la
cual definimos como la cantidad o monto sobre la que se determinan los derechos de
aduana o impuestos de importación como de exportación. Para completar esta
definición debemos precisar, que dicha base:
(Valor en Aduana)
BASE GRAVABLE
X
ARANCEL
(Tasa, Cuota o Tarifa)
__________________________
= IGI
Así, cada una de las condiciones y requisitos señalados por la legislación aduanera
para aplicar el valor de transacción (valor en aduana) deben cumplirse cabalmente,
pues si faltara alguno de éstos o existieran circunstancias de restricción para aplicar el
método de valor de transacción en las operaciones de importación, no sería legal
aplicar dicho valor de transacción en las importaciones de mercancías, debiéndose
aplicar alguno de los otros métodos o valores secundarios recocidos por la Ley
Aduanera.
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También debo precisar que algunos gravámenes internos utilizan esta misma base
para determinar el impuesto causado con motivo de la importación de mercancías, por
ejemplo: el derecho de trámite aduanero (DTA), el impuesto al valor agregado o el
impuesto especial sobre productos y servicios (IEPS).6
Asimismo, dentro de las obligaciones que la ley prevé para los importadores
relacionada con el Valor en Aduana, es la presentación de una manifestación por
escrito y bajo protesta de decir verdad, la cual debe contener todos los elementos
necesarios para que el agente o apoderado aduanal proceda a la correcta valoración
de las mercancías mediante la “Hoja de cálculo para la determinación del valor en
aduana de las mercancías de importación” y la “Manifestación de valor”, cuyos
formatos se encuentran en el Anexo 1, formatos A.35 y A.36 de las Reglas de Carácter
General en Materia de Comercio Exterior (RCGMCE).
Sin embargo, debo señalar que al ser la factura relevante para determinar el valor en
aduana, al momento de escribir esta obra, el SAT puso en marcha el Comprobante de
Valor Electrónico (COVE) para utilizarse en el despacho aduanero de las mercancías.
El COVE homologa en un archivo electrónico (XML) a aquellos documentos de cruce,
así como el documento que ampara el valor de las mercancías, tales como facturas de
importación, notas de remisión, declaraciones de valor, listas de empaque, etc., con el
fin de eliminar la presentación física de estos documentos en la aduana, razón por la
cual las empresas y agencias aduanales deberán considerar lo que establece el
Manual de Registros del Comprobante de Valor Electrónico, el procedimiento y el
diagrama de flujo correspondiente. Este esquema esta incluido en la “Ventanilla Única
de Comercio Exterior” (VUCE), la cual busca contar con un único punto de recepción
de información anticipada de los diversos actores del comercio exterior, permitiendo
facilitar y controlar el comercio del país, el cual entró en operación en 2012.8
6
Léase los artículos 49 de la LFD; 1o. fracción IV, 2o., 25 y 27 de la LIVA y 12 y 14 de LIEPS,
respectivamente.
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Artículos 36 fracción I inciso a) y 59 fracción III, de la Ley Aduanera en relación con la regla 1.5.2. de
las RCGMCE.
8
De conformidad con las reglas 3.1.30 y 3.1.31. de las RCGMCE, entre otras, publicadas en el Diario
Oficial de la Federación el 13 de enero y 1o. de marzo del 2012.
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