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Así entonces, cualquier contribución que se cause por las operaciones de comercio
exterior está ligada al aspecto fiscal y, por tanto, en caso de no cumplirse
correctamente se tendrán consecuencias fiscales.
Para el caso del segundo (DTA), se causa en todas aquellas operaciones en que se
utilice un pedimento o cualquier otro documento aduanero. Esta situación cambia
al sujeto con respecto de las contribuciones citadas en párrafos anteriores, ya que
debemos distinguir al importador o exportador de mercancía, (no al introductor o
extractor) porque al usar el pedimento existe un contribuyente de quien será la
operación.
La tasa del IVA y la del IEPS para las importaciones es la misma que la que se
establece para la enajenación de los productos gravados de dichos impuestos,
como si se tratara de operaciones realizadas en territorio nacional y; el tratamiento
de dichos impuestos es también el mismo que se daría a cualquier IVA o IEPS
trasladado. Pese a lo anterior, es importante señalar que para el caso del impuesto
al valor agregado, existe dentro de los Anexos de las Reglas Generales de Comercio
Exterior, aquel que señala las fracciones arancelarias por cuya importación no se
está obligado al pago del mismo, dicho anexo es el 27.
Para el caso del DTA, la propia Ley Federal de Derechos establece las distintas tasas
o cuotas que se deberán pagar por cada tipo de operación, es decir, que
dependiendo del tipo de pedimento y del tipo de operación se estará sujeto a un
derecho distinto, siendo el más común para operaciones de importación definitiva
el del 8 al millar (0.008) sobre el valor en aduanas (más adelante se abordará este
tema) y para operaciones de importación temporal la más común es la cuota de $
331 pesos por operación.
Sabemos que estas leyes aduaneras están compuestas por normas de control
de los productos (en cuanto a sanidad y seguridad), procedimientos
burocráticos y de tributación, donde se encuentran los impuestos y
aranceles.
La ley aduanera mexicana estipula los impuestos de importación y
exportación; regula la entrada y salida de mercancías, y hasta de los medios
en que estas se transportan al ingresar o salir de México. Tiene 203 artículos
que contemplan aspectos operativos, tratados de comercio internacionales,
leyes, acuerdos, restricciones y sanciones, entre otros.
Al mismo tiempo, su papel es sumamente importante, ya que garantiza la
circulación de las mercancías sin importar si son exportaciones o
importaciones.
Las famosas aduanas en México están regidas por esta ley y son las que
podemos ubicar en aeropuertos, puertos, fronteras y hasta estaciones de tren.
Y éstas, básicamente, se encargan de controlar las mercancías, realizar los
trámites de embarque y recepción, y cobrar los impuestos que estas
mercancías generen.
Si lo piensas, todas las mercancías que entran y salen del país pasan por las
aduanas; por eso, es fundamental para toda Pequeña y Mediana Empresa
(PYME) exportadora conocer las funciones de las aduanas en México y la ya
mencionada ley aduanera.
Inspeccionar la carga.
Revisar la mercancía que entra o sale de un país o que circula en el
mismo.
Facilitar o prohibir la entrada o salida de mercancías dependiendo de su
estatus legal.
Solicitar información previa sobre las mercancías de importación o
exportación.
Calcular los impuestos en materia de comercio exterior puede ser una labor
sumamente complicada y lo mejor es acercarse a un experto.
Sin embargo, la Secretaría de Economía nos proporciona unos “Pasos a
Seguir” en una Nota Metodológica del “Cálculo del Arancel Promedio
Ponderado por Importaciones” que te mencionaremos a continuación: