Explora Libros electrónicos
Categorías
Explora Audiolibros
Categorías
Explora Revistas
Categorías
Explora Documentos
Categorías
En segunda instancia, el arancel, al igual que otros tributos como el impuesto sobre la
renta, el impuesto de industria y comercio (ICA) o el impuesto sobre las ventas (IVA),
es un gravamen que supone una erogación de dinero por parte de un contribuyente
para sufragar los gastos del Estado, es decir, el arancel es un ingreso para el Gobierno
que lo cobra, con el sustento que se han ingresado unos productos a una jurisdicción
distinta a donde estos han sido producidos.
Por otro lado, en la Organización Mundial del Comercio (OMC) fue negociada
la eliminación de los aranceles-molestia, reconociéndoles un nivel inferior al 2%,
arancel que no tiene una mayor relevancia fiscal ni un impacto económico
significante.
En materia de política arancelaria, bajar los aranceles, según expertos es una estrategia
ideal para mejorar las condiciones del comercio exterior, sin embargo dicha estrategia
puede implementarse únicamente cuando los niveles arancelarios son elevados, caso
que actualmente no es el de Colombia, lo que dificulta la implementación de la
mencionada política.
Así mismo, cuando los aranceles son insignificantes, otras problemáticas son las que
comienzan a surgir al momento de determinar las relaciones de comercio
exterior, dificultades de consideración económica tales como los costos de transporte
de las importaciones.
Otro factor relevante son las altas imposiciones de tipo tributario como el Impuesto
sobre las Ventas, el cual ha sido incrementado de manera progresiva con el paso de
los años mediantes distintas reformas tributarias, como la reforma de la ley 1819 de
2016 que entro a regir a partir del primero de enero de 2017, situando como tarifa
general del impuesto sobre las ventas la del 19%, con sus exclusiones, exenciones y
tarifas especiales correspondientes. Actualmente el IVA tiene diez veces mayor
incidencia en el mercado colombiano que el que tiene el arancel.