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Ernest Nagel

La estructura
de la ciencia
Problemas de la lógica
de la investigación científica

PAIDÓS
Buenos Aires
México
Capítulo II

MODELOS DE EXPLICACIÓN CIENTÍFICA

En el capítulo anterior hemos dicho que el objetivo distintivo de la


empresa científica es suministrar explicaciones sistemáticas y adecuada-
mente sustentadas. Como veremos, es posible ofrecer tales explicacio-
nes para sucesos individuales, para sucesos recurrentes o para regulari-
dades invariables y regularidades estadísticas. Esta tarea no constituye
la exclusiva preocupación de la ciencia, aunque sólo sea por el hecho de
que buena parte de sus esfuerzos están dirigidos a establecer cuáles son
los hechos, en nuevos dominios de la experiencia, para los que pueden
buscarse luego explicaciones. Es evidente que, en un momento deter-
minado, las diversas ciencias difieren en el énfasis que dan a las explica-
ciones sistemáticas en elaboración, y también en el grado en que logran
completar tales sistemas explicativos. Sin embargo, la búsqueda de ex-
plicaciones sistemáticas nunca se halla totalmente ausente de ninguna
de las disciplinas científicas reconocidas. Comprender los requisitos y
las estructuras de las explicaciones científicas, por lo tanto, equivale a
comprender un rasgo muy general de la empresa científica. En este ca-
pítulo trataremos de preparar las bases para tal comprensión, destacan-
do, como paso previo, las formas manifiestamente diferentes de la ex-
plicación que se encuentran en las diversas ciencias.

1. EJEMPLOS DE EXPLICACIÓN CIENTÍFICA

Las explicaciones son respuestas a la pregunta: «¿por qué?». Sin


embargo, se necesita muy poca reflexión para darse cuenta de que tal
pregunta es ambigua y que, en contextos diferentes, puede haber di-
ferentes tipos de respuesta a ella. La siguiente lista breve contiene
ejemplos diversos del uso de «por qué», varios de los cuales impo-
nen ciertas restricciones distintivas sobre las respuestas admisibles a
las preguntas formuladas mediante esas palabras.

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1. ¿Por qué un cuadrado perfecto es siempre la suma de cual- entre los miembros de una comunidad da mayor apoyo a los seres
quier sucesión de enteros impares consecutivos que comience con 1 humanos en los períodos de conflictos personales. En este caso, el
(por ejemplo, 1 + 3 + 5 + 7 = 1 6 = 42)? En este caso, se supondrá que explicandum es un fenómeno histórico descrito estadísticamente,
el «hecho» que se quiere explicar (llamado el explicandum) es un as- en contraste con el hecho aislado del ejemplo anterior; por consi-
pirante a la denominación familiar, aunque no totalmente clara, de guiente, la explicación propuesta no trata de explicar ningún suicidio
«verdad necesaria», en el sentido de que su negación es contradicto- individual del período en discusión. En realidad, aunque las premi-
ria. Una respuesta atinente a la cuestión es, por lo tanto, una demos- sas explicativas no están formuladas de manera precisa ni completa,
tración que no sólo establece la verdad universal del explicandum, es evidente que algunas de ellas tienen un contenido estadístico, al
sino también su carácter necesario. La explicación logrará esto si los igual que el explicandum. Pero, dado que las premisas no están for-
pasos de la demostración cumplen con los requisitos formales de la muladas de manera completa, no está muy claro cuál es, exactamen-
prueba lógica y, además, las premisas de la demostración son tam- te, la estructura lógica de la explicación. Supondremos, sin embargo,
bién, en cierto sentido, necesarias. Las premisas, presumiblemente, que es posible hacer explícitas las premisas implícitas y, además, que
serán los postulados de la aritmética, y su carácter necesario queda- la explicación presentará, entonces, un aspecto deductivo.
rá asegurado, por ejemplo, si se las puede considerar verdaderas en
virtud de los significados asignados a las expresiones que aparecen 4. ¿Por qué flota el hielo en el agua? El explicandum de este
en su formulación. ejemplo no es un hecho histórico, aislado o estadístico, sino una ley
universal que establece una asociación invariable de ciertas caracte-
2. ¿Por qué se cubrió de humedad la parte exterior del vaso, rísticas físicas. Se lo explica comúnmente presentándolo como la
ayer, cuando se lo llenó de agua helada? En este caso, el hecho que se consecuencia lógica de otras leyes: la ley de que la densidad del hie-
quiere explicar es un suceso aislado. Su explicación, en líneas gene- lo es menor que la del agua; la ley de Arquímedes, según la cual un
rales, podría ser la siguiente: la temperatura del vaso, después de lle- fluido empuja hacia arriba a un cuerpo sumergido en él con una
narlo de agua helada, era considerablemente inferior a la temperatu- fuerza igual al peso de la cantidad de fluido desplazado por el cuer-
ra del aire circundante; el aire contenía vapor de agua; y el vapor de po; y otras leyes relativas a las condiciones en las cuales los cuerpos
agua del aire, en general, se licúa cuando el aire entra en contacto con sujetos a fuerzas están en equilibrio. Debe observarse que en este
una superficie suficientemente fría. En este ejemplo, como en el an- caso, en contraste con los dos ejemplos precedentes, las premisas ex-
terior, el modelo formal de la explicación parece ser el de una de- plicativas son enunciados de leyes universales.
ducción. En realidad, si las premisas explicativas fueran formuladas
de una manera más completa y cuidadosa, la forma deductiva sería 5. ¿Por qué la adición de sal al agua disminuye su punto de con-
inconfundiblemente clara. Sin embargo, el explicandum de este caso gelación? En este caso, el explicandum es también una ley, de modo
no es una verdad necesaria, como no son verdades necesarias las pre- que, en este aspecto, este ejemplo no difiere del anterior. Además, su
misas explicativas. Por el contrario, las premisas son enunciados que explicación corriente consiste en deducirlo de los principios de la
se basan en evidencias de juicio observacionales o experimentales. termodinámica junto con ciertas suposiciones acerca de la composi-
ción de las mezclas heterogéneas; en consecuencia, este ejemplo
3. ¿Por qué durante el último cuarto del siglo xix hubo un por- también coincide con el anterior con respecto al modelo formal de la
centaje de católicos suicidas menor que el de los suicidas protestan- explicación. Sin embargo, incluimos este ejemplo para una referen-
tes, en los países europeos? Una respuesta bien conocida a este inte- cia futura, porque las premisas explicativas presentan ciertas caracte-
rrogante es que el orden institucional bajo el cual vivían los católicos rísticas distintivas, prima facie, que tienen un considerable interés
tenía un grado mayor de «cohesión social» que las organizaciones metodológico. Pues los principios termodinámicos incluidos entre
protestantes; y, en general, la existencia de fuertes vínculos sociales las premisas explicativas de este ejemplo son suposiciones de mucha

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mayor amplitud que cualquiera de las leyes citadas en los ejemplos incompleta sin una serie de otras suposiciones generales, por ejem-
anteriores. A diferencia de estas leyes, tales suposiciones utilizan no- plo, acerca de la manera en que se manifiesta el odio en determinada
ciones «teóricas», como las de energía y entropía, que no parecen es- cultura entre personas de cierto rango social. Es improbable, con
tar asociadas con ningún procedimiento experimental establecido de todo, que tales suposiciones, para que sean verosímiles, puedan ser
modo manifiesto para identificar o medir las propiedades físicas que afirmadas con estricta universalidad. Si la suposición concuerda con
esas nociones presumiblemente representan. A las suposiciones de este los hechos conocidos, sólo será, en el mejor de los casos, una gene-
tipo se las llama con frecuencia «teorías» y a veces se las distingue ta- ralización estadística. Por ejemplo, una generalización verosímil
jantemente de las «leyes experimentales». Pero debemos postergar puede afirmar que la mayoría de los hombres (o un determinado por-
para su posterior discusión la cuestión relativa a si esta distinción se centaje de ellos) de cierto tipo y de determinada especie de socieda-
justifica, y, en caso de que así sea, cuál es su importancia. Por el mo- des se comportará de determinada manera. Por consiguiente, puesto
mento, este ejemplo simplemente registra una especie presuntamen- que el hecho que se quiere explicar en este ejemplo es un suceso his-
te distinta de explicación deductiva en la ciencia. tórico particular, mientras que la suposición explicativa fundamen-
tal tiene forma estadística, el explicandum no es una consecuencia
6. ¿Por qué sucede que en la progenie de guisantes híbridos ob- deductiva de las premisas explicativas. Por el contrario, el explican-
tenidos cruzando progenitores redondos y arrugados aproximada- dum, en este caso, solamente se hace «probable» en virtud de estas
mente tres cuartas partes de los guisantes son siempre redondos y últimas. Se trata de una característica distintiva de este ejemplo que
una cuarta parte arrugados? Por lo común se explica el explicandum lo separa de los precedentes. Además, otra importante y sustancial
deduciéndolo de los principios generales de la teoría mendeliana de diferencia entre este ejemplo y los anteriores es que las premisas ex-
la herencia, junto con ciertas suposiciones adicionales acerca de la plicativas, en este caso, mencionan una disposición psicológica (es
constitución genética de los guisantes. Obviamente, el hecho expli- decir, un estado o actitud emocional) como uno de los resortes de
cado, en este caso, es una regularidad estadística, no una invariable la acción. En consonancia con esto, si se plantea la pregunta «¿por
asociación de atributos, y está formulada como la frecuencia relativa qué?» para obtener una respuesta en términos de disposiciones psi-
de una característica determinada en cierta población de elementos. cológicas, esa pregunta sólo será significativa si hay alguna base para
Además, como resulta evidente cuando se formulan con cuidado las suponer que tales disposiciones, en efecto, aparecen en el tema en
premisas explicativas, algunas de éstas también tienen un contenido consideración.
estadístico, ya que formulan la probabilidad (en el sentido de una
frecuencia relativa) de que guisantes progenitores transmitan ciertos 8. ¿Por qué Enrique VIII de Inglaterra trató de anular su matri-
determinantes de caracteres genéticos a su descendencia. Este ejem- monio con Catalina de Aragón? Una explicación corriente de este
plo es semejante al anterior en el sentido de que ilustra un modelo hecho histórico consiste en atribuir a Enrique VIII un objetivo
deductivo de explicación que contiene suposiciones teóricas entre conscientemente sustentado, y no una disposición psicológica como
sus premisas. Sin embargo, es diferente de cualquier ejemplo ante- en el ejemplo anterior. Así, a menudo los historiadores explican los
rior en el hecho de que el explicandum y algunas de las premisas son, esfuerzos del rey Enrique VIII por anular su matrimonio con Cata-
manifiestamente, leyes estadísticas, que formulan regularidades es- lina citando el hecho de que, como ella no le daba ningún hijo, aquél
tadísticas y no regularidades invariables. deseaba volver a casarse para tener un heredero masculino. Sin duda,
el monarca poseía muchas disposiciones psicológicas que pueden
7. ¿Por qué Casio tramó la muerte de César? El hecho que se haber sido, en parte, responsables de su conducta hacia Catalina. Sin
quiere explicar es, nuevamente, un suceso histórico particular. De embargo, en la explicación que acabamos de mencionar tales «resor-
creer a Plutarco, la explicación debe buscarse en el odio innato que tes psicológicos de la acción» no se mencionan con respecto a la con-
Casio tenía a los tiranos. Sin embargo, esta respuesta es obviamente ducta de Enrique VIII, sino que se explican sus esfuerzos por obte-

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ner la anulación como medios deliberados arbitrados para conseguir este caso, es un complejo conjunto de hábitos lingüísticos manifes-
un objetivo consciente (o un fin en vista). Por consiguiente, la dife- tados por ciertos hombres durante un período histórico definido un
rencia entre este ejemplo y el anterior reside en la distinción entre poco vagamente, en diversas partes del mundo. También es impor-
una disposición o resorte de la acción psicológicos (de los cuales un tante observar, que, en este ejemplo, la pregunta «¿por qué?», a dife-
individuo puede permanecer inconsciente, aunque controlen sus ac- rencia de las preguntas anteriores, tácitamente pide una explicación
ciones) y un fin en vista conscientemente perseguido (y para lograr acerca de cómo se ha desarrollado determinado sistema hasta adqui-
el cual un individuo puede adoptar determinados medios). Esta dis- rir su forma actual, a partir de alguna etapa anterior del sistema. Sin
tinción se reconoce comúnmente. A veces se explica la conducta de embargo, para el sistema en consideración no poseemos «leyes diná-
un hombre en términos de resortes de acción, aunque no tenga nin- micas de desarrollo» de carácter general, como las que se encuentran
gún fin en vista que dirija su conducta. Por otro lado, no se considera en la física, por ejemplo, para la evolución de una masa gaseosa en
satisfactoria una explicación, para cierta clase de acciones humanas, rotación. Una explicación admisible del hecho en cuestión, por lo
si no alude a algún objetivo consciente para cuya obtención se em- tanto, tendrá que mencionar cambios sucesivos a lo largo de un pe-
prenden dichas acciones. En consecuencia, en determinados contex- ríodo de tiempo, y no solamente un conjunto de sucesos en algún
tos, un requisito para la inteligibilidad de las cuestiones que plantea tiempo inicial anterior. Por lo tanto, la explicación corriente de ese
la pregunta «por qué» es que se afirmen, en esos contextos, objetivos hecho incluye referencias a la conquista de Inglaterra por los nor-
explícitos. mandos, al lenguaje utilizado por los vencedores y los vencidos an-
tes de la conquista y a los procesos que se operaron en Inglaterra y
9. ¿Por qué los seres humanos tienen pulmones? Esta pregunta en otras partes después de la conquista. Además, la explicación pre-
es ambigua, pues se la puede interpretar como planteando un pro- supone una serie de generalizaciones más o menos vagas (no siempre
blema de la evolución histórica de la especie humana o como solici- formuladas explícitamente, y algunas de las cuales, sin duda, tienen
tando una explicación de la función de los pulmones en el cuerpo un contenido estadístico) concernientes a las formas en que los hábi-
humano en la etapa actual de su desarrollo evolutivo. Aquí entende- tos lingüísticos de comunidades con lenguas diferentes sufren altera-
remos la pregunta en este último sentido. Cuando se la entiende de ciones cuando estas comunidades entran en un íntimo contacto. En
este modo, la respuesta usual que suministra la fisiología corriente resumen, la explicación solicitada en este ejemplo es de carácter ge-
alude al carácter indispensable del oxígeno para la combustión de las nético, y su estructura es evidentemente más compleja que la estruc-
sustancias alimenticias en el cuerpo, así como al papel instrumental tura de las explicaciones anteriores. N o debe atribuirse tal compleji-
de los pulmones al transportar el oxígeno del aire a la sangre y, por dad a las circunstancias de que el explicandum sea un hecho de la
su intermedio, a las diversas células del organismo. Por consiguien- conducta humana. Una complejidad semejante la manifiesta una ex-
te, la explicación considera la operación de los pulmones como esen- plicación genética del hecho de que el contenido salino de los océa-
cial para el mantenimiento de determinadas actividades biológicas. nos sea actualmente de un 3 %, aproximadamente, por volumen.
La explicación presenta, así, prima facie, una forma característica.
N o menciona explícitamente las condiciones en las cuales se realizan
los complejos sucesos llamados «el funcionamiento de los pulmo- 2. CUATRO TIPOS DE EXPLICACIÓN
nes». Describe, más bien, de qué manera los pulmones, como parte
especialmente organizada del cuerpo humano, contribuyen al man- La lista anterior no agota los tipos de respuesta que reciben a veces
tenimiento de algunas de las otras actividades del cuerpo. el nombre de «explicaciones». Pero es suficientemente larga como
para poner bien en claro el importante hecho de que aun las respues-
10. ¿Por qué la lengua inglesa actual tiene tantas palabras de ori- tas limitadas a la clase de cuestiones que plantea la pregunta «¿por
gen latino? El hecho histórico para el cual se pide una explicación, en qué?» no son todas de la misma especie. En realidad, la lista sugiere

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claramente que las explicaciones ofrecidas en las diversas ciencias tituye la tarea de disciplinas formales como la lógica y la matemáti-
como respuesta a tales cuestiones pueden diferir en la forma en que ca, y no de la investigación empírica.
las suposiciones explicativas se relacionan con sus explicanda, de En el segundo y en el tercer ejemplo, el explicandum es un hecho
modo que las explicaciones obedecen a diferentes modelos lógicos. histórico. Sin embargo, en el segundo, el hecho es un suceso particu-
Seguiremos el camino indicado por esa sugerencia y caracteriza- lar, mientras que en el tercero es un fenómeno estadístico. En ambos
remos los tipos en apariencia distintos de explicación en los que pue- ejemplos, las premisas contienen por lo menos una suposición «en
den ser clasificados los ejemplos de la lista anterior. Pero no nos em- forma de ley» de carácter general, y por lo menos un enunciado sin-
barcaremos, en este punto, en el problema de saber si los diferentes gular (particular o estadístico). Por otro lado, la explicación de los
modelos lógicos aparentemente distintos de explicación son o no, en fenómenos estadísticos se caracteriza por la presencia en las premi-
realidad, variantes formuladas imperfectamente o casos límites de al- sas de una generalización estadística.
gún modelo común. Por el momento, en todo caso, identificaremos En los ejemplos cuarto, quinto y sexto, el explicandum es una
cuatro modelos de explicación principales y manifiestamente dife- ley: en los casos cuarto y quinto un enunciado estrictamente univer-
rentes. sal que establece una asociación invariable de ciertas características,
y en el sexto una ley estadística. Sin embargo, la ley del cuarto ejem-
1. El modelo deductivo. Un tipo de explicación que se encuentra plo se explica deduciéndola de suposiciones que son «leyes experi-
por lo común en las ciencias naturales, aunque no exclusivamente en mentales», en el sentido ya indicado brevemente. En los ejemplos
ellas, tiene la estructura formal de un razonamiento deductivo, en el quinto y sexto, en cambio, las premisas explicativas incluyen enun-
cual el explicandum es una consecuencia lógicamente necesaria de las ciados llamados «teóricos»; en el sexto ejemplo, con una ley estadís-
premisas explicativas. Por consiguiente, en las explicaciones de este tica como explicandum, la teoría explicativa misma contiene suposi-
tipo, las premisas expresan una condición suficiente (y a veces, aun- ciones de forma estadística.
que no siempre, necesaria) de la verdad del explicandum. Este tipo Las diferencias que acabamos de observar entre las explicaciones
de explicación ha sido estudiado intensamente desde la Antigüedad. que se ajustan al modelo deductivo sólo han sido descritas de mane-
Ha sido considerado como el paradigma de toda explicación «genui- ra esquemática. Posteriormente daremos una descripción más deta-
na», y a menudo ha sido adoptado como la forma ideal a la cual de- llada de ellas. Además, los requisitos puramente formales que deben
ben tender todos los esfuerzos por hallar explicaciones. satisfacer las explicaciones deductivas no agotan todas las condicio-
Los primeros seis ejemplos de la lista anterior son prima facie nes que se requiere de las explicaciones satisfactorias de este tipo, y
ilustraciones de este tipo de explicación. Sin embargo, hay entre necesitaremos examinar una serie de otras condiciones. En particu-
ellos importantes diferencias que vale la pena examinar. En el primer lar, aunque el importante papel de las leyes generales en las explica-
ejemplo, tanto el explicandum como las premisas son verdades nece- ciones deductivas ha sido señalado con brevedad, subsiste la cues-
sarias. Sin embargo, aunque el punto requerirá una discusión más tión, muy controvertida, acerca de si es posible caracterizar las leyes,
detallada, pocos de los científicos experimentales de la actualidad simplemente, como enunciados universales supuestamente verdade-
creerán —si es que hay alguno que lo crea—• que puede demostrarse ros o si un enunciado universal, para poder ser utilizado como pre-
de sus explicanda que son intrínsecamente necesarios. En realidad, misa en una explicación satisfactoria, debe poseer también un tipo
es justamente porque las proposiciones (singulares o generales) in- característico de estructura relacional. Por otra parte, aunque se ha
vestigadas por las ciencias empíricas pueden ser negadas sin incurrir mencionado el hecho de que en la ciencia se logran sistemas explica-
en un absurdo lógico por lo que se necesitan elementos de juicio ob- tivos integrados y de gran alcance mediante el uso de las llamadas su-
servacionales que las sustenten. Por consiguiente, la justificación de posiciones «teóricas», será necesario indagar más minuciosamente
las afirmaciones acerca de la necesidad de las proposiciones, así cuáles son los rasgos que distinguen a las teorías de otras leyes, qué
como la explicación de por qué hay proposiciones necesarias, cons- rasgos de ellas dan cuenta de su poder para explicar una gran varie-

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dad de hechos de una manera sistemática y cuál es el estatus cognos- explicaciones probabilísticas, so pena de excluir del examen relativo
citivo que se les puede asignar. a la lógica de la explicación importantes ámbitos de investigación.
Es importante no confundir el problema de saber si las premisas
2. Explicacionesprobabilísticas. Muchas explicaciones, en prácti- de una explicación son verdaderas con el problema de discernir si
camente todas las disciplinas científicas, no tienen, prima facie, una una explicación es del tipo probabilístico. Puede ocurrir que en nin-
forma deductiva, pues sus premisas explicativas no implican formal- guna explicación científica se sepa si las suposiciones generales con-
mente sus explicanda. Sin embargo, aunque las premisas sean lógica- tenidas en las premisas son o no verdaderas y que toda suposición
mente insuficientes para asegurar la verdad del explicandum, se dice semejante sólo puede ser afirmada como «probable». Pero aun cuan-
que hacen a este último «probable». do esto ocurra, no elimina la diferencia entre tipos de explicación de-
Las explicaciones probabilísticas se presentan, habitualmente, ductivos y tipos probabilísticos. Pues la distinción entre unos y
cuando las premisas explicativas contienen una suposición estadística otros se basa en diferencias manifiestas en la forma en que las premi-
acerca de algunas clases de elementos, mientras que el explicandum es sas y los explicanda se relacionan entre sí, y no en alguna presunta
un enunciado singular acerca de determinado individuo de esta clase. diferencia en nuestro conocimiento de las premisas.
Ilustran este tipo de explicación los ejemplos séptimo y décimo de la Debe observarse, finalmente, que aún está sin resolver la cuestión
lista anterior, aunque más claramente el séptimo. Cuando se formula relativa a saber si una explicación debe contener una suposición es-
este último de una manera más explícita, adopta las siguientes formas: tadística para ser de tipo probabilístico, o si las premisas que no tie-
en la antigua Roma, la frecuencia relativa (o probabilidad) de que un nen carácter estadístico no pueden hacer «probable» un explican-
individuo perteneciente a las capas superiores de la sociedad y poseí- dum, en algún sentido no estadístico de la palabra. Tampoco hay
do por un gran odio hacia la tiranía tramara la muerte de hombres acuerdo, en general, entre los estudiosos del tema, en cuanto a la ma-
que estaban en situación de adquirir un poder tiránico era elevada. nera de analizar la relación entre premisas y explicanda, aun en aque-
Casio era un romano semejante y César un tirano potencial. Por con- llas explicaciones probabilísticas en las cuales las premisas son esta-
siguiente, aunque de lo anterior no se deduce que Casio tramara la dísticas y los explicanda son enunciados acerca de algo individual.
muerte de César, es sumamente probable que lo haya hecho. Más adelante dedicaremos nuestra atención a estas cuestiones.
Debemos hacer algunas observaciones. Se sostiene a veces que las
explicaciones probabilísticas sólo son etapas intermedias y tempora- 3. Explicaciones funcionales o ideológicas. En muchos contextos de
rias hacia el ideal deductivo y que no constituyen, por lo tanto, un investigación —en especial, aunque no exclusivamente, en la biología y
tipo distinto. Todo lo que se debe hacer, se ha sugerido, es reemplazar en el estudio de cuestiones humanas— las explicaciones adoptan la
las suposiciones estadísticas en las premisas de explicaciones proba- forma de la indicación de una o más funciones (o hasta disfunciones)
bilísticas por un enunciado estrictamente universal; por ejemplo, en que una unidad realiza para mantener o dar concreción a ciertas carac-
el caso anterior, por un enunciado que establezca una asociación in- terísticas de un sistema al cual pertenece dicha unidad, o de la formula-
variable entre ciertas características psicosociológicas cuidadosa- ción del papel instrumental que desempeña una acción al lograr cierto
mente delimitadas (que Casio presumiblemente poseía) y la partici- objetivo. Tales explicaciones son llamadas comúnmente «funcionales»
pación en intentos de asesinato. Pero, si bien la sugerencia no carece o «teleológicas». Es característico de las explicaciones funcionales que
necesariamente de valor y puede ser un estímulo para la investiga- empleen locuciones típicas tales como «con el fin de», «con el propósi-
ción ulterior, de hecho, es sumamente difícil, en muchas disciplinas, to de», etc. Además, en muchas explicaciones funcionales hay una re-
afirmar, aunque sea con moderada plausibilidad, leyes estrictamente ferencia explícita a algún estado o suceso futuro, en términos del cual
universales que no sean triviales y, por consiguiente, inútiles. A me- se hace inteligible la existencia de una cosa o la realización de un acto.
nudo, lo más que puede lograrse establecer con cierta garantía es una Está implícito en lo que acabamos de decir que es posible distin-
regularidad estadística. En consecuencia, no es posible ignorar las guir dos tipos subsidiarios de explicación funcional. Puede buscarse

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una explicación funcional para un acto, estado o cosa particular que posesión de un heredero masculino lo llevó a realizar cierto tipo de
surge en un momento determinado. El octavo ejemplo de la lista an- actividades. Por el contrario, la explicación de la conducta de Enri-
terior ilustra este caso. O, alternativamente, puede darse una expli- que VIII es enteramente compatible con la idea de que fue su deseo,
cación funcional de un rasgo presente en todos ios sistemas de un existente en ese momento, de un cierto tipo de futuro, y no el futu-
cierto tipo, sea cual fuere el momento en el que puedan existir tales ro mismo, el que determinó causalmente su conducta. De modo aná-
sistemas. El noveno de los ejemplos anteriores ilustra este caso. Am- logo, en la explicación funcional de los pulmones humanos no se
bos ejemplos presentan los rasgos característicos de las explicaciones hace suposición alguna de que sea la futura oxidación de los alimen-
funcionales. Así, se explican los esfuerzos de Enrique VIII por anu- tos en el cuerpo la que da origen a los pulmones o los hace actuar; y
lar su primer matrimonio señalando que obedecían al propósito de la explicación no depende de la negación de que el funcionamien-
obtener un heredero masculino; y se explica la existencia de pulmo- to de los pulmones esté determinado causalmente por la existente
nes en el cuerpo humano mostrando que operan de determinada ma- constitución del cuerpo y su medio ambiente. Dar una explicación
nera para mantener cierto proceso químico y, de este modo, asegu- teleológica, por lo tanto, no equivale necesariamente a admitir la
rar el mantenimiento de la vida del organismo. doctrina de que el futuro es el agente de su propia realización.
Cuál es la estructura detallada de las explicaciones funcionales,
cómo se relacionan con las no teleológicas y por qué las explicacio- 4. Explicaciones genéticas. Nos queda por mencionar un tipo de
nes teleológicas son frecuentes en ciertos dominios de investigación explicación, aunque está en discusión si constituye o no un tipo dife-
y raras en otros, son problemas cuyo examen reservamos para más rente. Las investigaciones históricas tratan con frecuencia de explicar
adelante. Sin embargo, hay dos ideas erróneas concernientes a las ex- por qué un objeto de estudio determinado tiene ciertas característi-
plicaciones teleológicas que hacen necesaria inmediatamente una cas describiendo de qué manera el objeto ha evolucionado a partir de
breve observación. otro anterior. Tales explicaciones son llamadas comúnmente «gené-
Es equivocado suponer que las explicaciones teleológicas sólo ticas» y se las ha presentado tanto para entes animados como inani-
son inteligibles si las cosas y actividades explicadas de tal manera son mados, tanto para características individuales como para caracterís-
agentes conscientes o productos de tales agentes. Así, en la explica- ticas de grupo. El décimo ejemplo de la lista anterior ilustra este tipo
ción funcional de los pulmones no se hace ninguna suposición, ex- de explicación.
plícita o tácita, de que los pulmones tengan algún propósito cons- La tarea de las explicaciones genéticas es determinar la secuencia
ciente en vista o que hayan sido creados por algún agente para un de sucesos principales a través de los cuales un sistema originario se
propósito definido. En resumen, la aparición de explicaciones teleo- ha transformado en otro posterior. Las premisas explicativas de ta-
lógicas en la biología o en otras disciplinas no es necesariamente un les explicaciones, por lo tanto, contendrán necesariamente un gran
signo de antropomorfismo. Por otro lado, algunas explicaciones te- número de enunciados singulares acerca de acontecimientos pasados
leológicas suponen manifiestamente la existencia de planes delibera- en el sistema en investigación. Cabe destacar otros dos puntos acer-
dos y propósitos conscientes; pero tal suposición no es ilegítima ca de las premisas explicativas de las explicaciones genéticas. El pri-
cuando los hechos la garantizan, como en el caso de las explicaciones mero es el hecho obvio de que no se menciona todo suceso pasado
teleológicas de ciertos aspectos de la conducta humana. en la evolución del sistema. El segundo es que los sucesos mencio-
Es un error, también, suponer que las explicaciones teleológicas nados son elegidos sobre la base de suposiciones (con frecuencia tá-
afirman tácitamente que el futuro actúa causalmente sobre el pre- citas) relativas al tipo de sucesos que tienen importancia causal para
sente por el hecho de que tales explicaciones contienen referencias al el desarrollo del sistema. De acuerdo con esto, además de los enun-
futuro para explicar lo que ya existe. Así, al explicar los esfuerzos de ciados singulares las premisas también incluirán (explícita o implíci-
Enrique VIII por obtener la anulación de su matrimonio, no se hace tamente) suposiciones generales acerca de las dependencias causales
ninguna suposición de que el estado futuro aún no realizado de su de diversos tipos de sucesos.

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Esas suposiciones generales pueden ser leyes de desarrollo bastante cierto, ninguna ciencia física), reza la objeción, responde realmente a
precisas y para las cuales se dispone de elementos de juicio inductivos la pregunta de por qué se producen los sucesos, o de por qué las cosas
independientes. (Esto puede ocurrir cuando el sistema en estudio pue- se relacionan de determinadas maneras. Sólo sería posible responder
de ser considerado, para los propósitos en vista, como miembro de una a tales preguntas si pudiéramos demostrar que los sucesos en cues-
clase de sistemas similares que sufren una evolución semejante, por tión deben producirse y que las relaciones entre las cosas deben exis-
ejemplo, en el estudio del desarrollo de las características biológicas de tir. Pero los métodos experimentales de la ciencia no permiten esta-
un miembro individual de alguna especie. Pues entonces es posible, a blecer ninguna necesidad absoluta lógica en los fenómenos que son el
menudo, emplear métodos de análisis comparativos para establecer ta- objeto último de toda indagación empírica; y aun cuando las leyes y
les leyes de desarrollo.) En otros casos, las suposiciones generales pue- las teorías de la ciencia sean verdaderas, sólo son verdades lógica-
den ser solamente vagas generalizaciones, quizás de contenido estadís- mente contingentes acerca de las relaciones de concomitancia o de los
tico, sin referencia a algunos de los rasgos sumamente específicos del órdenes de sucesión de los fenómenos. Por consiguiente, las pregun-
objeto de estudio. (Esto sucede a menudo cuando el sistema investiga- tas que las ciencias responden son preguntas relativas a cómo (de qué
do es bastante excepcional, por ejemplo, cuando se investiga el desa- manera o en qué circunstancias) se producen los sucesos y se relacio-
rrollo de alguna institución en una cultura particular.) Sin embargo, en nan las cosas. Por lo tanto, las ciencias pueden llegar, a lo sumo, a sis-
ningún caso las premisas explicativas de los ejemplos comunes de ex- temas amplios y exactos de descripciones, no de explicaciones.1
plicaciones genéticas formulan las condiciones suficientes para la apa- Esta argumentación plantea más problemas que los que podemos
rición del hecho mencionado en el explicandum, aunque a menudo las discutir con provecho en este punto. En particular, el problema de si
premisas enuncian algunas de las condiciones que, en las circunstancias las leyes y teorías son meras formulaciones de relaciones de concomi-
que generalmente se dan por descontadas, son necesarias para la apari- tancia y sucesión entre fenómenos requiere más atención que la que
ción del mismo. Por eso, una conclusión razonable es que las expli- ahora podemos dedicarle. Pero, aunque se admita esta concepción
caciones genéticas son totalmente probabilísticas. Pero por el momen- acerca de las leyes y las teorías, es evidente que el argumento depen-
to pospondremos la consideración detallada de la estructura de las de, en cierta medida, de una cuestión verbal. Pues el argumento supo-
explicaciones genéticas y, en general, de las explicaciones históricas. ne que sólo hay un sentido correcto en el cual las preguntas del tipo
«por qué» pueden ser planteadas, a saber, el sentido en el que la res-
puesta apropiada es una prueba de la necesidad intrínseca de una pro-
3. ¿EXPLICAN LAS CIENCIAS? posición. Pero se trata de una suposición equivocada, como lo testi-
monia la anterior lista de ejemplos. Por ende, una respuesta suficiente
Hemos distinguido entre esos cuatro tipos principales de expli-
cación porque parecen corresponder a las diferencias estructurales 1. «La idea muy común de que la función de la ciencia natural es explicar fe-
reales de los ejemplos de explicación que hemos examinado y por- nómenos físicos no puede ser considerada verdadera a menos que se use la pala-
que dicha clasificación suministra un marco de referencia conve- bra "explicar" en un sentido muy limitado. Las nociones de causación eficiente
y de necesidad lógica no son aplicables al mundo de los fenómenos físicos, por
niente para examinar algunos temas importantes de la elaboración
lo cual la función de la ciencia natural es describir conceptualmente las sucesio-
de explicaciones sistemáticas. En el capítulo siguiente abordaremos nes de eventos que se observan en la naturaleza; pero la ciencia natural no pue-
algunos de los problemas asociados especialmente, aunque no exclu- de explicar la existencia de tales sucesiones y, por lo tanto, tampoco puede ex-
sivamente, con las explicaciones deductivas. plicar los fenómenos de los mundos físicos, en el más estricto sentido en el cual
Pero antes de abandonar el esbozo de los modelos explicativos ex- puede usarse el término "explicación". Así, la ciencia natural describe en tan-
puestos en este capítulo, comentaremos brevemente una objeción, to puede, cómo o de acuerdo con qué reglas suceden los fenómenos, pero es to-
que ha tenido importancia histórica, contra la afirmación de que las talmente incapaz de responder a la pregunta de por qué suceden». E. W. Hob-
ciencias realmente elaboran explicaciones. Ninguna ciencia (y, por son, The Domain of Natural Science, Londres, 1923, págs. 81-82.

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a este argumento, cuando se basa en tal suposición, es que de hecho
hay usos bien establecidos de las palabras «por qué» y «explicación»,
de modo que es totalmente correcto llamar «explicación» a una res-
puesta a una pregunta del tipo «por qué», aunque tal respuesta no dé
razones para considerar al explicandum como intrínsecamente nece-
sario. En verdad, hasta los autores que rechazan oficialmente la idea
de que las ciencias pueden explicar algo usan, a veces, un lenguaje que
describe ciertos descubrimientos científicos como «explicaciones».2
En la medida en que dicho argumento repose exclusivamente so-
bre suposiciones acerca del uso lingüístico, carece de importancia y
de interés. Pero, en realidad, ese argumento tiene mayor entidad. La
objeción que plantea estuvo dirigida originalmente contra varios
blancos. Uno de ellos era el antropomorfismo subsistente en la físi-
ca y la biología, parte del cual se reflejaba en los significados co-
múnmente asociados incluso a conceptos técnicos como los de fuer-
za y energía, mientras que otro aspecto del mismo se manifestaba en
el uso acrítico de categorías teleológicas. En este sentido, la objeción
equivalía a una operación de limpieza intelectual, y estimuló la rea-
lización de un programa de análisis cuidadoso de las ideas científi-
cas, programa que aún mantiene su vitalidad. Otro blanco contra el
que estuvo dirigida la objeción fue una concepción de la ciencia muy
difundida en una época y que aún cuenta con distinguidos adeptos,
en una u otra forma. Según esta concepción, la tarea de la ciencia es
explicar los fenómenos sobre la base de leyes de la naturaleza que
traduzcan un orden necesario de las cosas y, por lo tanto, que sean
algo más que contingentemente verdaderas. La objeción, así, equiva-
le a negar la afirmación de que las leyes de la naturaleza poseen algo
más que una universalidad de fado, negación que coincide con una
de las principales conclusiones del análisis de la causalidad hecho
por David Hume. El problema real que plantea dicho argumento no
es un problema trivial de usos lingüísticos, sino un problema esen-
cial acerca de la corrección de una concepción esencialmente huma-
na de las leyes científicas. Dedicaremos nuestra atención a este pro-
blema en el capítulo IV.

2. Por ejemplo, Mach describe el análisis hecho por Galileo del equilibrio so-
bre un plano inclinado en términos del principio de la palanca como explicación
del primero (Ernst Mach, The Science of Mechantes, La Salle, 111., 1942, pág. 31).

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