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CAPÍTIlLO 7

LA EXPLICACIÓN CIENTÍFICA

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1. Explicación y e.~plic:lción científica

En el capítulo 3, donde estudillmos la metodología de ]a contr.lSt:lci6n de hipóte-


sis, vimos en los diferentes episodios históricos que 13s hip6tesis sometidas a contrasta-
ción se ¡ntrodudan siempre para dar Cllellla de determinados hechos; por ejemplo, un ex-
tremadocrecimiento de mortandad infantil en una división de un hospital, uml dctcrmin::J.-
da distribución y forma de las placas de In corteza terrestre, el movimiento apllrente de los
astros, etc. Este:'dar cuenta" es 10 que en contextos metacienlíficos queremos significar
con el término 'explicar'. La ciencia, como se dice usualmente, no s610 describe sino que
también aplica, no se preocupa sólo del qué sino tambi~n del porqué.
Esta dimensión expUcaliva, sin embargo, no es exc1usiva de la ciencia. Gtiln parte
de nuestro con ocimiento del mundo es explic'llivo y la ciencia es simplemente el Jugar
donde dicho .conocimiento encuentra su máxima expresi6n. Considerar el cmcter expli-
cativo' como algo específico del conocimiento científico ,convertiría en científicas afirma-
ciones que usualmente no tom:unos por tales, p.ej. "el auto se salió de la carretera porque
había hielo en la calzada" o "Juan no vino a la fiesta porque se confundió de día". Esta
cuesti6n es en parte sólo nominal, pues hay un continuo entre el conocimiento ordinario y
el científico; podrla consideran;e que las explicaciones ordinarias corresponden :l determi-
. nadas protoci~ncias, en los ejemplos mencionados, a cierta prolofisica la primero, o a
cierta protopsicología la segunda. El límite es difuso, y hasta cierto punro arbitrario, pero
todos reconocemos casos claros en que no calificamos una explicación de científica y ca-
sos cl3I'OS en que sí. En este sentido mínimo de la distinción, el carácter explic:ltivo no es
exclusivo de la ciencia, tambi~n proporciomuIlos explicaciones en contextos ordinarios
no científicos. Por otro lado, no s610 el c::t..rácter explicativo no es exclusivo de la ciencia,
sino que tampoco es propio de toda ella. Ni só~o la ciencia es explicativa, ni toda la cien-
cia lo es. Cierus discip)jnas científicas, o panes de ellas, no son explicílliv.:l.s, al menos no
lo son .prima faci~. EIJo es así típicamente en las ~isciplinas clasificatorias, por ejemplo
es
en las la"(onomías zoológicas o botánicilS, aunque cierto que 1M tllxl)nomílls se pueden
integrar posteriormente en corpus discipJinarios más amplios que sí son explicativos.

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220 FUNDAMENTOS DE FlLOSOFÍA DE u. CIENCIA . EXPUCACIÓN aENTfflCA 221

En estas consideraciones sobre la naturaleza explicativa de ]a actividad científica ción; pues é.sa es la tarea de las pr6ximas secciones, sí es posible una primera aproxi-
estamos entendiendo el término 'explicar' en un sentido específico. Las palabras casteUa~ mación intuitiva o preleórica al mismo. Según esta primera aproximación. lo que compar-
nas 'explicar" y 'explicación' son parcialmente polisémicas y no todas sus acepciones tie- ten estos ejemplos es que todos ellos podrian constituir respuestas a cierto tipo específico
nen que ver con la noción de explicación que aquí nos interesa. Estas expresiones unas de preguntas, a preguntas del tipo "¿por qué. ",1". "¿Por qué. se rompieron las cañerlas de
veces significan 'simplemente la narración de cierto suceso ("Pedro le explicó a Laura su casa?" "Por el extremo descenso de las temperaturas." Análogamente en los demás casos.
viaje a la India", "explfcale al policía lo que sucedió'1. Otras el adiestramiento en ciertos Si llamamos 'P-preguntas' a las preguntas de ese tipo, las expUcaciones de las que esta-
procedimientos para alcanzar un fin ("Juan le explicó el funcionamiento de la cámara fo- mos hablando parecen caracterizarse por ser susceptibles de constituir respuestas a P-pre-
tográfica", "el mecánico me ha explicado cómo reparar un pinchazo',. O, relacionado con guntas. Insistimos en que no queremos c?n ello dar un análisis preciso y sustantivo de )a
el anterior, la presentación de las reglas que rigen una determinada actividad colectiva noción, Como veremos, uno de los análisis propuestos explota esta idea desarrollándola
(U Ana quiere que le expliques el reglamento del basket", "aquel invirado estúpido necesi- en una dirección específica, esto es, propone que toda explicación es una respuesta a una
n
ta que le expliquen cómo comportarse en una boda ). A veces se usan en el sentido de co- P-pregunta en un sentido muy específico de 'respuesta' y de 'P-pregunta', No queremos
municar. o explicitar el significado de una palabra ("mi primo físico me ha explicada el hacer eso aquí. ni prejuzgar la adecuación o no de tal anáJisis. Caracterizar preteórica-
significadO de ·espín· ... "ruve que explicarle la que quería decir 'insidioso'''), Este último mente el ~ipo de explicación contenida en estos ejelf;lplos como respu~tas a P-preguntas
uso da lugar a otro que tiende a ser específicamente filosófi co, en el que 'expl icar', tiene es únicamente un modo de expresar las intuicion.e.s mínimas sobre el contraste entre este
el sentido de elucidar .un concepto o una distinción conceptual. Así lo usamos cuando de- concepto de explicación y los restantes, -
cimos. por ejemplo. que Frege dio una explicación del concepto de mÍmero. que Carnap En una primera aproximación, las explicaciones son pues respuestas a preguntas
la dio del de probabilidad. o que Kant explic6 la diferencia entre analilico y sin/ético, "¿por qué?", Esto se debe entender por el momento en un sentido amplio, En primer lugar
Este uso es un caso del anterior en el sentida de que elucidar ciertos conceptos no es sino porque, como se ha indicado, no se pretende de momento ningún desarrollo específico fi-
establecer Jos aspectos fundamentales del significado de las palabras que los expresan, losóficamente preciso de esta idea, Pero, en segundo lugar. porque la idea genérica no se
Este uso se puede generalizar y aplicarse a la presentación o elucidación de un problema corresponde tampoco siempre con la foma gramatical específica de ese tipo de enuncia-
o cuestión conceptual ("en el examen teníamos que explicar la paradoja de RusseU ... ·"hoy dos, Ni tOdos los enunciados interrogativos con la forma gramatical "¿por qué ... 7" re-
toca explicar el problema de los universales"), Para el sentida de 'explicar' como elucida- quieren como respuesta una explicación del tipo indicado, ni s610 ellos las requieren. Mu-
ción de un concepto. la jerga fil.Dsófica inglesa dispone de un término específico. 'upli- chas veces estas preguntas tienen un sentido retórico ("¿por qué tengo que seguir aguan-
carion' (que a veces se aplica en general a la explicación de cualquier significado), mien- tando tus impertinencias?"), o desiderativo ("¿por qué no somos todos más tolerantes?"),
tras que para los restantes usa la misma expresión, 'uplaJl.arion'; la voz castellana 'expli- o exclamativo ("¿por qu6 has tenido que estornudar justo cuando estaba grabando?"), u
cación' traduce pues ambas expresiones inglesas, otro. En casos como éstos, aunque la oración tiene la forma interrogativa, el acto de habla
Éstos son los principales sentidos de 'explicación' en los que no nos vamos a de- no consiste propiamente en la formulación de una pregunta, sino la ~xpresión de una aflf-
tener. Además de ellos, hay afro sentido de 'explicar' que es el que aquí nos interesa, maci~n ("no' pienso seguir aguantándote"). un deseo ("ojalá 'todos fu6ramos más toleran-
aquel que, aunque presente también en ciertos contextos ordinarios, es panicularmente tes").' una queja u otras cosas. ó~denes. solküudes, propuestas, etc. En otro tipo de casos,
importante en los contextos científicos, Casos paradigmático.s de este uso son los siguien- mediante la oración se expresa propiamente una pregunta, pero la cláusula 'por qué (no)'
tes: "el extremado descenso de las temperaturas explica que las cañerías de casa se rom- es superflua. no añade nada ("¿por qué no venís a cenar el sábado?"; estos casos se pare-
pieran". "la fuga radiactiva explic.das malfonnaciones gen~[i.cas en las poblaciones pr6- cen mucho a aquellos de los anteriores en los que se expresa una propuesta), Por último,
ximas a ChemobiJ", "que consumiera cuatro paquetes de cigarrillos diarios explica que en otros casos la oración interrogativa expresa una pregunta y la cláusula 'por qué' no es
Luis muriera de cáncer'.d e pulmón". "la mecánica gravitatoria celeste explica las órbitas .... superflua, pero la respuesta que requiere no es una explicación en nuestro s.entido sino
elípticas de los planetas", "la polarización de la luz se explica por su naturaleza tOfpUSCU- . una "aplicarion", esto es. una elucidación o análisis ("¿por qué Jos contextos de creencia
lar", Aunque haya diferencias importantes entre ellos, todos estos casos comparten algo, son intensionales?". "¿por qué. las leyes científicas no son meras generalizaciones?"),
Qu~ es lo que comparten, y también en qué difieren, es 10 que vamos a ver en este capítu- Éstas son las principales excepciones, aunque la pragmática de las preguntas "¿por qué?".
lo, El objetivo es pues dar una "explicación" (en el sentido del,inglés 'uplication') del y de sus respuestas, ~ muy compleja y puede haber otras excepciones en conte.'tlos espe-
concepto de explicaci6n ejemplificado en estos casos paradigmáticos; en realidad, más ' cíficos, Así, en general. no todo enunciado interrogativo que incluye la cláusula 'por qué'
que proponer una, presentaremos y comentaremos las principales .elucidaciones que se expresa propiamente una pregunta que requiera explicación; pero si ta) enunciado expresa
han propuesto, A partir de ahora, mientras no se indique 10 contrario' el ténnino 'explicar' una pregunta y la cJólusula no es superflua. la pregunta en cuestión requiere por lo general
y sus derivados se entenderán siempre en el sentido ejemplificado por estos casos. como respuesta una explicación.
Aunque no podemos presentar ahora un análisis preciso del concepto de expHca- Por otro Jada. algunas preguntas que requieren una explicaci6n como respuesta
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- . EXPUCACIÓN CJENT1ACA
222 RJNDAMENTOS DE ALOSOFÍA DE LA CIENCIA 223

no se expresan mediante enunciados interrogativos que incluyen cláusulas 'por qué'. El a


propuesta ea relación a la cual se van posicionar las diferentes alternativas. La obra de
CólSOmás destacado es el de las preguntas "¿cómo?", p.ej.: "¿cómo cogió Pedro el cóle- Hempel es pues fundamenlal, propo~iona los fundamentos tanto metodológicos como
ra?'", "¿cómo te saliste de la carretero?", "¿cómo aparecieron los primeros seres vivos . Conceptuales. Comenzaremos por tanto-.:nuestro estudio con la pn.s.entaci6n del análisis
no acuáticos?", "¿cómo pueden volar los aviones?". Aunque estos enunciados interroga- hempeliano del co~cepto de aplicaciÓn (citntfjica) y veremos después las principaJes
tivos no incluyan cláusulas 'por qué'. las preguntas que expresan se pueden considemr modificaciones y alternativas al mismo. En la presentaci6n de los diversos análisis vamos
. :/," P-preguntas en el sentido amplio. pues las respuestas que requieren sr incluyen la cláu- a seguir aproximadamente el orden cronológico de aparici6n de los mismos. La funci6n
sula 'porque' u otras análogas. Es cierto que también se pueden responder sin estas de esta revisión no es simplemente ir yuxtaponiendo diferentes teonas de la explicaci6n
cláusulas, p.ej. a la primera pregunta se puede responder "porque comió fruta sin pelar conforme van apareciendo. Como en otros lugares de esta obra, en la medida. en que la re-
en la India'" pero también simplemente "comió fruta sin pelar en la India". Lo que las visión conceptual de un tema sigue el desarrollo de las propuestas que históricamen te se
hace P-pregun~"\S en sentido amplio es que" aunque a veces se suprima dicha cláusula, han dado, es porque la historia tiene aJgo que enseñarnos. Como señalamos en el prologo,
sus respuestas apropiadas típicamente se expresOJl de la forma "porque ...... Esto es lo en estos ámbitos las propuestas hist6rican:ente primeras no l? son en vano. Son las prime-
que h~y detrás de la idea de que lilS explicaciones son respuestas a P-preguntas: son res- ras, en cierto sentido, casi necesariamente, pues recogen laS intuiciones más inmediatas y
puestas q~e se pueden expresar adecundamente incluyendo cláusulas del tipo 'porque'. las expresan de la forma en principio más sencilla o natural, y las alternativas posteriores
Por supuesto que todas estilS car.lcterístic<ls semiformales no son las determinantes, sim- se encargan de corregir lilS eventuales deficiencias, poner de manifiesto aspectos más pro- .
plemente son el trasunto gramatical de hechos más profundos. Si las respuestns incluyen fundos y, si es necesario, refonnar algunas de nuestras intuiciones. Pero Clsi siempre esos · .t:. ::·i·~;
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esilS cláusulas es porq ue mediante ellas se da raz.ón o se proporciona comprensión de aspectos más profundos del problema sólo se pueden npreciar una vez las propuestas ori-
<lIgo. Ésos son los hechos más pr9f~.~dos, que 'a bara sólo mencionamos en un sentido ginales han comenzado a limpiax el terreno.
muy genérico e impreciso. Espedficar la naturaleza última de esos hechos, determinar Estas consideraciones son particulannente apr9piadas en el caso de la explicaci6n .......
el sentido exacto en que las explicaciones dan razón de ciertas cosas, es justamente la científica. P<lra poder apreciar cabalmente la natumleza de los análisis más recientes es
tare;} de Jos análisis del concepto de aplicaci6n que vamos a ver. necesario comprender antes el núcleo d.e. la propuesta hempeJiana. y ver entonces en qué
El análisis de ia explicación se remonta prácticamente a los inicios mismos de la medida las modificaciones posteriores: conservan O no dicho núcleo conceptual. En la
filosofía. En la Antigüedad el precedente más notorio es Aristóteles, aunque ya en Pla- pr6ximil sección~ examinaremos el m9Óelo de cobertura legal de Hempel y en las pr6xi-
tón se encuentran 'c onsideraciones de interés. La famosa teona aristotélica de las cuatro mas, sucesivamente, el de relevancia estadística, el pragmático, el causal y el de unifica-
C<lUsas o airíai (material, fonnal, eficiente y final) es a la vez, o incluso primariamente, ci6n y subsunción teórica. Puesto que el espacio no permite una revisión exhaustiva, tr.lS
una teorla de la explicación (cf. p,ej. Ruben, 1990, C<lp. 3, y más nbajo §410s comenta- la exposición detenida del modelo de Hempel y de las principales cuestiones que abre,
rios de vrut Fraassen ~ respecto). La palobra griega 'aitía' suele troducirse por 'causa', nos limitaremos en los siguientes a presentar los principales punto~ de contraste (para un
pero en Aristóteles parece significar primariamente una respuesta a una pregunta "¿por estudio detallado. el. especialmente Salmon. 1989; ef. también Kitcher. 1989; Rubon.
qu~?", hay tantas Qiríai como maneras de responder a esas preguntas (cf. Física, 11, 198 1990· y Sintonen, 1989). Los diferentes análisis son partialmente contrapuestos y parcial-
a 15). A la hora de explicar un cambio, su "por qué", podemos apelar a la materia cons- lJlente complementarios. No son acumulables sin más, t~poco son alternativas que sim-
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-.... tituyente, a la fonna que se actualiza, al agente productor:.o a la finalidad del cambio plemente se aplican a diferentes casos. Cada uno surge como corrección conceptual, al
(coincidiendo las tres últimas respuestas en los cambios naturales). No vamos a detener- menos parcial, a otros y con vocación de exclusividad. En la actualidad las espadas si-
nos aquí en los detalles de la teona .aristotélica, íntimamente vinculnda al resto de su fí- guen en alto entre las dos principales alternativas, el modelo causal '1 el de unificación, y
sica y de su metafísica. Aunque esta teoría ha sido muy influyente a lo largo de la histo-. es una cuestión abierta si son integrables de algún modo. En la última sección nos ocupa-
da de la fil osofía, y partes de la misma lo continúan sie ndo en la actualidad, los análisis ...... remos brevemente de las explicaciones funcionilles y teleológicas. que durante mucho
contemporáneos de la noción de explicación se planteon en t6nninos más afines a la in- tiempo han sido motivo de 'perplejidad; veremos un análisis de las mismas. el de
vestigOlción metacientífica general. L Wright, que resuelve tal perplejidad.
Dentro de la filosofía de la ciencia, el punto de partida de los estudios sobre la ex- Antes de iniciar el análisis es preciso destilcar un hecho general relativo a la
plicnción 'Científica. se sitúa a finilles de los años cuarenta con el trabajo fundacional de explicación que conviene tener presente, incluso aunque en muchos de los análisis que
Hempel y Oppenheim (1948). Aunque anteriormente au tores como Mili y Popper habían vamos a ver no desempeñe un papel principal. Se trata del car.ícter illfensiono( de la ex-
realizado algunas contribuciones de interés, es en ese artículo, y en otros trabajos poste- plicación. Recuérdese (cf. cap. 3 §1) que un contexto es intensiona1 si no está g<lrantiUlda
riores de Hempel que le siguen, donde por primera vez se nborda el tema de modo especí- la sustitutividad salva verilau, esto es, si en él la sustituci6n de una expresión lingüíslica ~' ..l':;.J.:.
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fico y se re<lliza un análisis detilllado del concepto de aplicación. En estos trabajos se es- por otra que denote la misma entidad puede alterar el valor veritativo. Pues bien, el con· .. :.:: ..
tablecen los ténninos en los que se va <l desarrollar el debate posteri~r y se presenta una texto •... explica - - -' es intensional. Por ejemplo, supongamos que el lechero del barrio~~;~!i-tt~~

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224 FUNDAMENTOS DE flLOSOFlA DE LA QENOA
. . , . , EXPUCAc6H OENTfFlCA '. 225
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es el llIJlante de la mujer de Pepe. y que Pepe lo sabe. Y supongamos tambj~n que al- o sorpresa, por ello preguntamos el Porqu6 de los mismos; nos preguntamos por la expli-
guien, que no sabe que el lechero es el amante de la mujer de Pepe. nos pregunta por qu6 ~i6n de cosas en cierto sen/ido .ID.esperadas. Por supu~to que podemos buscar explica-
Pepe se pasó todo el día de mal humor. En ese caso, "porque Pepe se ha cruzado en la cl6n de hechos perfectamente cotictianos que en ese sentido no son inesperados sino todo
puerta de casa con el am~te de su mujer" puede ser (en ciertas circunstancias) una buena lo conlIarÍo. Por ejemplo, queremos explicar por qu6 el Sol apar..:e todos los dfas en el
explicaci6n, mientras que "porque Pepe se ha cruzado esta mañana en la puerta de casa horizonte. o por qu6 la LUDa cambia su apariencia. En un senpdo. estos hechos no son
con el lechero" puede (en esas mismas circunstancias) no serlo. O supongamos que que- inesperables, no nos causan s~rpresa; más bien 10 sorprendente seña que el Sol no apare-
remos explicar por qu~ un beduino, que ignora que el agua es H10, modifica su ruta para ciera una mañana en el horizonte o que la Luna mostrase: el mismo perfil una semana se-
pasar por un o::l.sis: Un:l buena explicación puede ser "porque tiene sed y en el oasis hay guida. Pero hay otro sentido en el que sr son "sorprendentes" o "inesperados", a saber,
agua", mientras que "porque tiene sed y e.n el oasis hay H,O" no lo cs. No vamos a dele- mientras no t~C!I?~~s .:*"plLCff~.~~. de .Jos mism.os, ~bemos que pasan y creemos que segui-
nernos ahora en esttl. cuestión, en las secciones 4 y 5 haremos algunas considC1iJciones al rán pasando, péro no tene~os niotJVQ para Jusuficar nuestra creencia: "¿por qué pasan
respecto. más bien que dejan de pasarT. "seguro que el sol saldrá mañana. o eso creo, pero por
Para concluir esta seccj6n introductQri~ imroduzcamos .algo d~)erminolog(a espe- todo lo que sé no hay motivo para ello, eS sorprendente que de hecho mañana saloa
cífica En una explicación 1lamamos 'explanandum' a aquello que requiere de una expli- otra vez", C>

cación, y 'cxplanans' a aquello que proporciona 1:1 expHcaci6n .del ·explonnndum. Todo Ésta es la idea que inspira el .análisis de Hempe1. Si una explicación es una res-
análisis del concepto de explicación debe dar pues uno caracterizaci6n precisa del expla- . puesta a una situaci6n de este tipo, entonces la explicación de cieno hecho, "inesperodo",
nandum y del e-xplanans. Pero no s610 de ellos. También debe caracterizar 10 relad6n que consiste en mostrar que se dan otros hechos que hacen esperable ' la ocurrencia del prime-
se da entre ambos. Llam:1remos 'relad6n explicativa· a aquella relad6n que. por darse ro. Así, la intuición que quiere recoger Hempel es qu~. en una explicación el explanans
entre el explanans y el explanandum, hace que podamos considernr que el primero expli- hace esperable el explanandum. Parn hacer precisa esta intuición se debe especificar el
ca al segundo, Todo análisis debe caracterizar estos tres elementos: explanandum, expla- sentido exacto en que el explanans hace esperable el explanandum y el candidato más in-
nans y relación explicativa; como veremos, los diferentes modelos alternativos se dife~en­ mediato para la relación de :'esperabilidad", el que toma Hempel, es la relaci6n de infe-
cian en su análisis de alguno de estos elementos. Aunque el objeto principal es la explica- rencia lógica: ciertos estados de cosas hacen esperable otro si el segundo "está contenido"
ción científica.. por los motivos indicados más arriba la discusión hará referencia a veces a en los primeros considerados conjuntamente. Explicar el segundo consiste en mostrar que
explicaciones ordinarias pre- o protocientificas, especialmente cuando sean fuente de in- efectivamente está contenido en los primeros. Así, el explanans hoce esperable el expla-
tuiciones muy firmes, nandum en el sentido preciso de que del explanans se infiere el explanandum. Las expli-
caciones SOD argumentos en los que se infiere el hecho a explicar de los otros hechos que
lo explican. .
2. Cobertura lega) inferencial
>: '•. Éste '?5 el núcleo de] análisis he1ppeliano. O mejor, la parte más básica del mismo,
pues ~empel añade una condición general para poder considerar ün' argumento como ex-
En Hempel y Oppenheim, 1948, se presenta el ndeleo del análisis de l. explica· plicaCión. No toda inferencia c~nstituye una explicaci6n . .La condici6n adicional es que
ción que Hempel va a desarrollar posterionnente, principalmente en los años sesenta en el explanans intervenga al menos un hecho general de cieno tipo, Consideremos uno
(Hempel, 1962, 1965, 1966a, cap. 5, y 1967). La idea básica es que las aplicaciones son de los ejemplos mencionados: "el extremo descenso de las temperaturas explica que las
argwnentos en los que el apl(l1lfJndiun se infiere del aplanans. Hernpel insiste en que cañerías de casa se rompieran". Aquí. aparentemente el explanandum, la rotura de las ca-
. esta idea no es originnl, y ·efectivamente sugerencias en este sentido se pueden encontrar ñerías de casa. no se infiere del explanans (explícito), el extremo descenso de las tem-
al menos en Aristóteles, Mili, Cru;npbell y Popper, Lo que sí es original es el desarro]Jo .... peraturas. Si a pesar de eso la consideramos una explicación legítima es porque conside-
espeCífico de la misma, que cofuo dijimos constituye el primer análisis completo y preci- rarnos que el explanahs incluye eliptica o impHcitamente hechos adicionales, es una for-
so de la noción de aplicación. Antes de detenerse en los detalles es conveniente exponer mulación incompleta de la auténtica explicación, La explicación completamente formula-
el esquema general y las intuiciones. que lo inspiran. da sería aproximadamente la siguiente: "la. rotura de las cañerías de casa se explica por
a) el descenso extremo de la temperatura, b) las cañerías de casa estaban nenas de aoua
e) el extremo descenso de la temperatura congela el agua y ti) cuando se congela el :gu~
2.1. FORMA. GENERAL DE LA EXPLTCACJóN MEDIANTE COBERTURA L.EdAi.l!'~ÓAL . de las cañerías éstas se rompen". Ésa es la explicaci6n completa y, ahora sí, el explan:1n-

Una explicación constituye una I"tSpuesta o solución a cierta situación de perpleji- 1. Tnduciremos, I f01lI:!. de mejor O1ltem:!.tlvI, 'upcaablc' y 'upcctabifity' por 'esper.lbJe' y 'es-
dad. Lo que reclama explicllci6n son hechos que en algún sentido nos causan perplejidad pe.rabilid:ld'. Serf:l menos fort:ldo usar 'previsible', pero no es aconsej:!.ble por su connotOlción tempor.ll.

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226 FUNDAMENTOS DE AlOsoÁA DE u.. OENCJA
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dum se infiere (deductivamente) del explanans a) - d). y el explanans contiene al menos
un hecho general, exactamente dos en este caso, e) y d}. la difere?cia entre regularidad~s acci.d~ntal:s y re~ularidades n6micas o leyes, y vimos
Se objetaIá que paza que el explanandum se infiera del expJanans no es preciso que q~e elucldar.y fundamentar dIcha dif~encla es cIer:amente difícil. El propio Hempel
el conjunto de las premisas, el explanans, contenga un hecho general. En efecto, suponga- dl~ute ampliamente el problema y propone su pllrticular concepci6n de las leyes (cf.
mos que si viene Juan a la fiesta entonces no viene Rosa, y supongamos además que de he- p.ej. Hempel y Oppenheim, 1948, §ill, Y Hempel, 1965, §2.3). Ahora no vamos n insis-
cho viene Juan. De estos hechos, ambos particulares, se infiere la no asistencia de Rosa a la tir más en este problema (para las referencias que en este capítulo se hagan al concepto
fiesta. Hempel reconoce por supuesto )a validez de la inferencia, pero rechaza que en tal de ley bastará remitirse o aquél).
caso el argumento constituya una explicación. De la premisa de que las pompas de jabón Supues.t~ pues ~~e disponem~s de la diferencia entre regularidades accidentales y
primero crecieron y después disminuyeron se infiere que las pompas de jabón primero cre- Jey~, la. condlcl6n adICIonal que eXIge HempeJ para que una inferencia constituya una
cieron, pero "es evidente que [esta inferencia] no puede considernrse una explicación de exphcaclón es que el e~plan~s contenga al menos un enunciado general que sea una ley.
por qué las pompas de jabón primero crecieron, [1]a misma obserYnción se aplica a lodos Por supuesto que la eXlgenCi3 es que el explana.ns contenga 'esencialmente al menos una.
los olros r:asos de eslt! lipo" (1965, §2.1: cursivas nuestras). Hempel no ·da un argumento le.~, esto es,la. ley ha de ~er necesaria. para. la inferencia.. el 'explanandum no se puede se-
generaJ al respecto y simplemente presenta como obvio que en todos esos casos, incluido g.ulT del resto de Ja.s prermsas solas. Eso es 10 que ocurre en la fonnulaci6n completa de la
por ~l:O el de nuestr.l fiesta. no se puede habla¡ de explicación. Aunque la COS3 no es quizá exp.1icació? de la. rot~ra de las ca.ñ~rías, ~os enunciados generales del expla.nans son leyes . .
tan obvi.a. la idea que hay detrás es que los casos en los que aparentemente todas l:a5 premi. La Idea central es que la esperablhdad siempre ha de ser n6mica. Las regularidades mera-
sas son particubres y nun así pólTecen constituir propiamente lIna explicnción, son argumen- mente accidentales no ha.cen esperable nada pues son justamente eso, accidentales. Por
tos que esconden en realid:ad subreptici<lITlente algun hecho generill. Por ejemplo, si el caso eso toda regul3ridad que interven gil esencialmente en el explanans ha de ser n6mica' si en
de nuestra fiesta nos parece propiariíBlle una explicación, es seguramente porque se jnter· Jil inferencia interviene esencialmente una regularidad a.ccidental, eso "contamina" de ilC-
preta de uno de los tres modos siguientes. A) La primern premisil no se interprcUl mern- cjden~lidad toda la inferencia y la deslegitima co~o éxplicación. RT.plicatividad y acci-
mente como el condicion:al material "si va. Juan no va Ros:a", sino como un condicional ge- delJlabdad son conceptos excluyentes. Estamos dispuestos a considerar una inferencia
neral, a. saber, "siempre que v:a Juan nunca va Rosa". B) La primern premis:a se interpreta como explicativa, esto es, como "haciep.do al explanllOdum esperable", en la medida en
como un hecho particular pero causal, e.e. "que vaya Juan hace q/le no vaya Rosa"; en este que consideremo,~ que las generalidades que intervienen son .11ómicas. El palr6n general
caso también hay genernlidad, aunque ahora encubierta, pues las implicaciones causales delllnálisis de Hempel es pues el siguie.nte:
particulares se fundamentlln en hechos generales (nómicos). C) La primera premisa se in-
terpreta como el siguiente condicional ma.terial particular: "si Juan va entonces Rosa no (1) El explanans contiene esencialment~ al menos un.a ley, y todos los hechos
piensa (no tiene la intención de) ir"; pero en este caso pam que la inferencia sea válida hace generales que contenga esencialmente deben ser leyes.
falta como premisa a.dicional cierto hecho genernl sobre la relación entre las intenciones de (2) . Si el e.xplllnandum es un hecho particular, e~ explanans contiene también
Rosa y sus acciones. Si no pensamos en ninguna de estas tres interpretaciones es difícil ver esencialmente al menos un hecho particular. Los hechos p:uticu]a.res que
el sentido en que la" ausencia de Rosa queda explicada, parecerla entonces una situación se- contiene el explanílns son las condiciones antecedentes.
mejante a la de las pompas de jabón, . .' (3) La relación de explicación es una relación de infere_ncia lógica, el explanan-
La esperabilidad del explanandum dado el expl~ans' cio' es por tanto mera infe- durn se injiere del explanans.
rencia, sino inferencia de cierto tipo': el explanans debe incluir 'al menos un hecho 'gene-
ral. Pero además, añade.Hempel, tampoco vale cualquier hecho general, los hechos ge· Éste es el núcleo de lo que se conoce como modelo de cobertura legal ('covering
nerales relevantes para las explicaciones han de ser de cierto tipo. Supongamos que que-: ", law model')o La idea que lo articula es la de la explicaci6n como esperabilidad nómica
remos una explicación de que cierta moneda determinada sea dorada. Y supongamos ('nomic expectability'), entt:ndiendo 'esperabiJidad' en sentido inferencia1. El nombre que
que e) esa moneda estaba la Nochevieja de 1990 én el bolsillo derecho de los pantalones '
de Quiné y 1> que en esa noche ' todas las mo~edas del bolsillo derecho de los pantalo-
hemos dado a.este análisis, 'cobertura legal inferencial', resume pues sus rnsO"os caracte-
rísticos generales. Este patrón general se desarrolla después de modo específi;o en los di- '.
...
'-'
.;:

nes de Quine eran dora.das. De e) "y j) se infiere que la moneda en cuestión es dorada, y versos tipos de expliC.lción. Los tipos de explicaci6n específicos se caracterizarán por de-
además j) es un hecho general, pero a pesar de ello no parece que estemos ante una ge- termina.das condiciones adicionales referentes a. cada uno de Jos tres elementos de la ex-
nuina explicación del color de la monedJ., esos dos hechos no lo expJic~ ... Los hechos plicación: que el expla.nllOdum sea particular o generill; que el explanans incluya o no he-
genernles que incluye el explanans no pueden ser cualquier regularidad: han de ser re· chos esuldístico-probabilistas: y que la. relación explicativa inferencial sea. deductiva o in-
gularidades 116micas, leyes nalurales. Esta inferencia no constituye una explkación ductiva.. Las diversas combinaciones posibles dan lugar a cuatro tipos de explicaci6n: el
porque}) es una mera regularid:ad accidental, no es una ley. En el capítulo 5 discutimos nomo16gico deductivo particular, el nomológico deductivo genernl, el deductivo estadísti-
co y el inductivo estadístico (como veremos, se excluyen las combinaciones con (i) infe-

.. .
=1 EXPuCAClÓIl CiEHTIflCA
228 RmDAM~DE~OÁADELACffiNOA
¡ 229

rencia inductiva sin premisas generales probabiJistas y (ii) inferencia deductiva con con- tls 1, Se puede esquematizar eSte lipo .de explicación del siguiente modo. El uso de ml-.
clusión particular y alguna premisa general probabilista): n cu as connota que el hecho (o enunCJado) correspondiente es n~rhcuIar 1 le .
:_& " Y-O'" ,a nea conti-
Antes de pasar a discutir cada uno de estos tipos es preciso hacer dos observacio- nua que 1a uueteDCla es deducuva (cl. cap. 2), y la letra 'LO que se trata de u 1
babilista: . na ey no pro-
nes. En primer lugar, aquí hemos presentado las condiciones generales (1)-(3) en ténni-
nos de hechos pero, según Hempel, dada la natunUeza argumentativa de la explicación lo
apropiado es presentarlas referidas a enunciados: explanandum y explanans son enuncia-
NDP
dos o conjunto~ de enunciados. Aunque Hempel sigue casi siempre esta práctica, a veces
Lambitn habla como si la relación explicativa se diera directamente entre 10 que Jos enun- eh .•. • e..
ciados expresan, los hechos o, para ser precisos, las proposiciones. Hempel prefiere ha- <
blar de enunciados porque le resulta más conveniente para su caracterización de las leyes,
pero lo mismo podría h3ce,rse, si s~. formula con cuidado, hablando de hechos. Esta cues- Las leyes no probabilistas Lt y las condiciones antecedentes cJ consn·h. Luyen conJun-.
tión no es de momento demasiado imPortante mientl1!s no tomemos en consideraci6n los tamente
. . el explanans;
.. el explanandum e se deduce lógicamente de esas leyes y de esas
aspectos intensionales de la explicación que mencionamos más arriba. Aquí usaremos i~­ con d IClOnes antecedentes. A este esquema se ajusta nuestro eiemplo de la ro'u d 1
-'1 d" . "J
ne:las: as con JClones antecedentes son el descenso extremo de la temperatura
rneasca-
ue las '
...r.
distintamente ambas versiones, privilegiando ligemmente la primera por ser quizá más in- ¡"
canenas de casa están Jlenas de agua; bs leyes establecen que las bnjolS tempenll~r! con-
tuitiva; intuitivamente, lo que explicamos son "cosas que pasan" mediante "otras cosas
que p:lsan", no enunciados mediante enunciados. . gelan e.l ag\,la y que, .cuando se congela el agua de ]olS cañerlas, éstas se rompen ; de todo
·:Sf
, "

ello se JDfiere deducuvamente >l


La segunda observación se refiere a las condiciones generales adicionales que im- ' .la rotura de las cZlñerías'"de CM - ... hecho que q ue da asJ. expl'1-
pone Hempel para considerar que una explicación es fáeticam~lIt~ co"eCla. Las condicier ca do, Explicar un hecho parucular es subsumirlo baJ'o una regularid.d nóm'
· · ~~~
nes (1)-(3) caracterizan sólo 10 que es una aplicación potencial o posible. En las explica- ser n ó mica lo hace, Junto · ·
con las condicJones antecedentes, esperable.
ciones correctaS ha de ocurrir además que el explanandum sea verdadero, que 10 que ex'pli- El esquema' NDP es, según ' Hempel,
. aqu~1 :l1 que se aiustan
" , 1 "
'odas I's exp l'IcaCIO- .
camas sea algo que efectivamente ocurre. Eso hace a la explicación real, esto es, que no nes d e hechos paruculares . medJante teonas no estadísticerprobabilislas . Es el mod o ,"IplCO
sea un mero ejercicio conceptual Pero para que, además de ser real, sea fácticam~nlt! co- en que estas teorías explican los fenómenos empíricos particulares por eiem 1 1 l'
'ó 1 á . . ' "J P o, a exp 1-
rrecta es preciso algo más, a saber, que el explanans sea también verdadero. Para tener una caCI n por a mec OIca newlomana de la reaparici6n de detenninado Cometa 1•
"fi 1 ti 'ó . en un u:oar y
explicaci6n correcta, el hecho que ocum y que queremos explicar debe explicarse median- mamen 10 especl ICOS, a exp cacl n heliocéntrica de las fases de Venus o]a l' 'ó
. l'" ' exp IcaCl n
te hechos que también ocurren. Explicamos que pasa cierta cosa porque ciertas otras cosas por 1a mec!n Ica re aUvlsta de la 6rblta an6mala de Mercurio. El lector record- J 1
· 1 ' . . .u<l. que en e
también pasan. Corfl.9 reconoce l-!empel, esta exigencia tiene algo de extraño pues descali- cap etu1o 3. VJmos os, dos pnmeros . ejemplos
. como casos de pred',cc,'on es en epls . od'lOS d e
fica como incorrectas explicaciones·intuitivamente muy buenas en cuanto se ha comprob3- contrastacJ6n. Esto Jlustra la teSJS hempehana de la Simttrf4 ~nlr~ ·• ...pl,·cac·6 d'
'ó 'S ~ . . . ..... I "yprt le-
do que parte del explanans, por ejemplo alguna ley, es falsa. Esta cuestión es en parte nir er n. : egun Hempel, la explicacJ6n de hechos parttcul3[Cs y la predicción tiene l ._
ma , ' 1"' di! . n a mIS
minal, pero tiene también un elemento que no lo es y que se h~ explícito cuando nos ocu- . ~ Iru c ura lóglca, a uruca erenCJa entre ambas es pragmática y tiene que ver con la
pemos más adelante de la expljcación como unificación teórica . . re~~cI6n temporal entre la ocurrencia del hec~o particu~nr y )a construcción del argumen-
to. 'En un caso, se sabe que ya se ha prodUCIdo el suceso descrito en la concl 'ó
b uscan enunCIa 'd d uSIn,yse
os a ecuados
. que expresen leyes generales
. y hechos p'~'c .... .., U1ilrCS para ex-
2.2. ExPUCAClÓN NOMOLóG,CA DEDUCI1VA PAAnCUlAR (NDP) p ti car1o; en el otro, se dispone ya de estos enunciados y de ellos se deduce el ca
· al rrespon-
',. .- dle.nte s~ceso. en cuestión antes del m~mento de. su presunta aparici6n. [... !!sta es] la
Éste es seguramerhe el tipo de explicación más usual. A él dedicaron Hempel y tesIS de la Idenudad estru.ctu~ (o simetrfa) de la explicaci6n y de la predicci6n" (Hem-
Oppenheim su primer trabajo y es el que ha guiado el análisis posterior. Se caracteriza pel,. 1965, §2.4). ~ exp1i~cJones son pues r~trodiccionts, "predicciones" de hechos cer
por satisfacer, además de (1)-(3), estas tres condiciones adic,ional~: nocld~s: las pr~dlcc~ones, SI Jleg~ a. connrma~e, son explicaciones "avanzadas". Ésta es
la tesIS de ]a s!me~a entre exphcaclón y predicción: si abstraemos ]a relación tempor.ll
(4) El expl:1nandum .e.s un hecho particular.
. .'
..-0:'
..,~ '. ~. , .:~.•, ' t:. ~ ,,~! entre el hecho lOfendo y el argumento, no hay ninguna diferencia entre ambas.
(5) Las leyes del explanans son estrictamente generales, e.e. no son estadísti- El modelo de expljcaci6n NDP ha sido objeto de numl!rosas observaciones en", '-
. V • ¡
co-probabilislaS. Por (2) y (4), el explanans incluye también como condiciones cas y comentmos. amos a presentar ahOr.l las principales objeciones que se le han plan-
antecedentes detenninados hechos particulares, las condiciones antecedentes. teado, ,La revisi6n de estas dificultades nos servirá además para hacer algunas observólcier
(6) La relación de explicación es la de inferencia lógica d~ductjva. nes adlcionaJes . La mayoría de las objeciones que presentaremos ahora tienen que ver con

\ :;. i
- .,.- - - - - ", - - -. _ _ _ o - ..._ _ _ _ _ _ __
EXPUCACIÓN CI.ENTÍFlCA · 231
230 FUNDAMENTOS DE ALOSOÁA. DE L\ CJENeIA

diversos motivos que, según los críticos, hacen que la carnctelÍzaci6n de Hempel no se P3: Simttrfa. Explicamos)a longitud de la sombra de un mástil en un momento
ajuste a 1~ intuiciones pues incluye como explicaciones inferencias que intuitivamente dado deduciéndola de leyes de la óptica fíSica y de la posición del Sol y la altura del más-
no consideraríamos tal.es. y excluye otras: que sí consideramos explicaciones. Así. se obje- til. Pero tambi6n podemos proceder a J~~ ~nversa en la deducci6n, inferir la ahura del
ta, las condiciones (l)-{3) más (4)-(6) no son ni necesarias ni suficientes. En ambos casos mástil de esas leyes, la posición del Sol y jo longitud de la sombra. y no parece que en ese
, ~<.
',. se iJustra la siruaci6n con pretendidos contraejemplos. Ahora nos vamos a limitar en ge- caso estemos d41.ndo una explicación de )a altura del mástil. Explicamos el espectro lumí-
neral tan s610 a presentar las objeciones; las propuestas de soluciones las examinaremos ruco camcterfstico de un elemento químico por su estructura atómica, y no ésta por aquél.
más adelante al presentar Jos ilIlálisis alternativos que estos problemas motivan. Tambi~n Hay pares simétricos de! argumentos en los que lo que en uno hace de conc1usión en otro
dejaremos para más adelnnte las cóticas a la idea de que las explicaciones son inferencias. hace de premisa, y viceversa, y ambos s41.tisfacen NDP. pero s610 dno, y no el otro, se
puede considerar explicativo.
Pl: G~l1eralizacion~s "esenciales" in esenciales. El primer problema es de natu-
r.lleza semifonnal. Tal como se ha expresado, NOP tiene una con~cuencia claramente in- P4: Efectos de causa comú1I. 9. una regul:J.ridad ...na :lccidental, nómica, que
deseilble: se 'Puede expliQf cualquier hecho particular mediante unil ley completamente poco tiempo des·pués de que un barómetro registre .un3 caíd~ extremad:lmente brusca, se
independiente del hecho, esto es, una ley sin relaci6n algunil con las entidades involucra- sucede una lamenta en l;¡s proximid3des. Podemos entonces inferir la torment.a de la
das en el hecho. En efecto, seil el·explan:mdum p.ej. Pa y una ley cU:llquiera Vx(Ax....-t Bx) brusca caída del barómetro, junto con esn regulnripad, pero ello no se puede considerílI
en la que n~ intervienen ni el individuo a ni la propiedad P. El siguiente argumento siltis- una explicación de la ocurrencia de la tormenta. Esta regularidad correlaciona dos efectos
faceNDP: diferentes de una caUS3 común, a silber, el brusco descenso de la presión atmosférica. Lo
que proporciona la explicación de cierta tormenta particular es cierto descenso particular
\ix(Ax -> Bx) de la presi6n, no la bnjildn del bar6metro. Otro caso pilI'Ccido es el de las mareas. Existe
(Ae -> Be) -> Po una regularidad nómica (conocida desde la antigüedad) entre la intensidad de la.s mareas y
las fases de la Lunil: la intensidnd es cfc1ica. máxima en luna llena y nueva, mínimil en
Po
cuarto creciente y menguante. De esta regülaridad, y de cierta fase específica de la Luna,
se puede inferir (aproximadamente) la intensidad de la marea Pero ello no es una explica-
Es deductivamente váljdo, la ley ocurre esencialmente, etc. No s6]0 eso, sino que también ción genuin3, In particular intensidad de la marea no se explica por 1il particular forma
si
es materialmente adecuado, pues el explanandum es verdadero también lo es la segun- la
aparente de Luna. Ambos fenómenos están correlacionados por ser efectos de una cau·
da premisa. Pero es obvio que no se puede considerar una explicaci6n de que a es P, pues sa común, lilS posiciones relaúvas de la Luna,-la Tierra y el Sol: la variación de esas posi-
la ley no tiene nada que ver con esas entidades. Hempel ya había advertido esta dificultad . ciones tiene como efectos ópticos las fnses de la Luna y como efect(?s dinámicos los cam-
en su primer tr3bajo y había introducido una condición adicional que establece, aproxi- bios d.e inten$idad de las mareas. Este LÍpo de casos se suelen 'presentar además como con-
madamente, que 13s condiciones antecedentes no se deriven de la ley y del explanandum. trnejemplos a la tesis de Hempel sobre la simetría entre explicación y predicci6n; pode-
En realidad es un poCo más complicada para evitar otros casos semejantes, pero no la va- lIJaS predecir la tonnenta mediante el barómetro, o la marea mediante la fase lunar, pero
mos a exponer aqur (cf. Hempel y Oppenheim, 1948, §6). Sin embargo, Eberle, Kaplan y se trata de predicción sin explicaci6n.
Montague (1961) mostraron que dicha condición no era sufitÍente para bloquear otros ca-
sos más sofisticados. Kaplan (1961)·y Kim (1963) propusieron otras condiciones alterna- P5: lrreltvancia. Supongamos que embrujamos terrones de azúcar profiri endo
tivas que, como Hempel reconoce, sí logran el efecto deseado (ef. su postscriplllm de ciertas palabras m~gicas en su presencia. Es un hecho general que los terrones embruja-
1964 a Hempel y Oppenheim, 1948). ' " ~o
dos se disuelven cuando se sumergen en agua, por tanto podemos inferir la disoluci6n de
cierto terrón embrujado particular a partir de su inmersión en agua y de ese hecho gene-
P2: PreCedencia 'temporal de las condicionts antectdentes. Explicamos la ocu- ral. Pero esta inferencia no explica la disolución del terr6n. Podemos inferir que Juan no
rrencia de UD ecJipse de Luna deduciéndolo de leyes mec:1nicas celestes y de determina- se quedará embar.ll.ildo del hecho particular de que toma pastillas anticonceptivas más el
das posiciones del Sol, la Luna y la Tierra antes del eclipse. Puo el eclipse se deduce hecho general de que ningún vllrón que tomas pastillas anticonceptivas se queda embilra~
igualmente de las misma.s leyes y de posiciones de esos cuerpos dtspués del eclipse, y no zado. Pero ello no es ilceptJble como explicación de que Juno no se quede embarazado
consideraríamos que eso constituirí41. una buena explicación. Pa1.l. que la inferencia sea ex~ (en este caso el explanandum es un hecho neg.:l.tivo, pero ello no afecta a lo que ahor.:!. se
plicativa parece que las condiciones antecedentes han de ser anteriores en ·el tiempo al he- discute). En estos C:lSOS J.:l. inferencia no es explicativa pues parte de 13S condiciones ante-
cho a explicar. cedentes, y con ello "parte" del hecho genera1. son intuitivamente irrelevantes para la
ocurrencia del explí1nandum. Nótese que satisfacen plenamente NDP. Se dirá que hay .......,. :~' '''

------
. ... .
. ;..

.... : .... : .. ....


, ~ , ,, : .

:-1
..
232 RJNDAMENTOS DE FlWSOFÍA DE U!. OENClA ! EXPUCACJÓN aENT1flCA ' 233

algo exl.r:lño en esos hechos generales, que no son regularidades nónúcas. Pero, al menos
. -
cas, sino que sean leyes. Los presuntos contraejemplos no serian taJes pues las regulari-
desde la perspectiva de Hempel, no es así. Estos hechos son regularidades nóin.icas, no es dades involucradas (entre los descensos de barómetros y las tormentas, entre las som-
en absoluto accidental que los tcerones embrujados se disuelvan, ni que los varones que b~ y )as alturas.. entre los terrones embrujados y la solubilidad, cte.) serian nómicas
toman pastillas no se queden embarazados. Lo que de raro tienen estas '1eycs" es que son pero no leyes. Esta estrategia, por lo generol, no es sino otro modo de apelar a la causa-
en cieno sentido simplificables, alguna propiedad contenida en el antecedente es innece- lidad pues, en general, quien defiende la diferencia entre regularidades nómicas y leyes
saria. irrelevante a efectos explicativos, pues el resultado de "suprimirla" es un hecho ge- lo hace en ténninos de causalidad: las leyes serian aquellas generalizaciones nómicas en
neral que tambitn es una ley. Sin embargo, articular esta idea de modo preciso no es una las que se dan las apropiadas rel3cÍones causales entre (las ejemplificaciones de) las
tarea fácil (e!. cap . .5 §2). Nótese que estos casos tambi~n representan un contraejemplo a propiedades involucradas. ,
la identidad entre explic<lción y predicción, tenemos predicción pero no explicación. Hempel;'po{ ,supucst(), ~percibió desde el comienzo que hay una estrecha relación
entre explicació'il. 'y causalidad, pero considera que el an:11isis de la explicación no debe
P6: Explicaciones teleológicas y funcionales. Los ~sos anteriores son casos que hacer referencia explícita a la causalidad. Recon~ce el carácter causal de muchas explica-
se ajustan a NDP pero, por diversos motivos, no parecen poder considerarse explicacio-: ciones y defiende que, cuando tal es el caso, eso queda incluido en su modelo mediante la
nes. Ahora ocurre lo contrario, las explicaciones teleológicas y funcionales parece que referencia a las leyes, pues en tales explicaciones causales las leyes que intervengan se-
son explicaciones genuinas y que (en la medida en que explican hechos particulares) no rán de hecho causales (como típicamente ocurre co~ las leyes de súcuión). Pero sostiene
satisfacen NDP. No lo satisfacen pues, aparentemente al menos, no se infiere el explanan- que hay también explic3ciones NDP no causales. Ello oCurre típicamente cuando SI! usan
dum del explanans, sino que (parte de) el explanans se infiere del explanandum (y del res- leyes de coexistencia, como la ley' de Ohm ("en cada materiill, el cociente entre la diferen-
to del explnnans). Explicamos el latido del corazón por su función en la circulación de la cia de potencial y 1il intensidad de un conductor es const3nte") o la del péndulo
sangre; o las largas orejas de los conejos por su función en el control de la temperatura (T = 2nV(Ug). Respecto de esta última, por ejemplo. Hempel sostiene que nadie diñ.
corporal; o el viaje de Rosa a Salzburgo por su finalidad de 3Sistir a un detenrunado con- que el período de un péndulo es causado por su longitud (cc. 1965, cap. XII, §2.2). Pero
cieno. En estos casos parece que, si es que se pueden considerar inferencias, no sucede ello no s610 ocurre con las leyes de coexistencia, también es dudoso el carácter causal de
que el hecho explicado 'se infiere de las condiciones antecedentes, sino más bien lo COD - algunas leyes de sucesión, como la ley de caída de los cuerpos de Galileo. Ahora vamos a
tr.lrio: del tamaño de las orej as de este conejo (y de otras cosas) se infiere determin3do fe- dejar de momento el problema tan sólo planteado, volveremos sobre tI más adelante.
nómeno particu13r de equilibrio ténnico corporal; del viaje de Rosa (y de otras cosas) se
infiere su asistencia al '~oncierto; etc. Explicamos un hecho mediante otro que es su fun-
ción o finalidad, pero parece que es éste el que se sigue de aquél y no al revés. En la últi- 2.3. ExPUCAOÓN NDMDLÓGtCA DEDUCTIVA GENERAL (NDG)
ma sección volveremos sobre esta cuestión que, como veremos, tiene cierta relación con
la de la prioridad temporol planteoda en P2.
,.::; L
A veces aquello de lo que se da explicación no es un hecho particular sino uno ge-
neral. Explicamos detenninadas leyes denvándolas de otras, en cierto sentido que hay que
El lector h3brá percibido que casi todos estos casos están relacionados de una precisar, más generales. Por ejemplo, las leyes de Kepler 'sobre la fonna y período relati-
fonna u otra con la causalidad, Ello vale no sólo para P4, en' cuya presentación hemos vo' Q:e los planetas se explican por las leyes de la mecánica gravitatoria newtoniana; la
hecho ya referencia explícita a la cal!salidad. En n, si se rechaza como explicativa la misma teoóa newtoniana explica también otros regularidndes nómicas, como la ley de
inferenciil con condiciones antecedentes posteriores en el tiempo al explanandum es caída libre de GaJiJeo, o la ley que correlaciona la int~nsidad de las mareas con las fases
porque se considera que tales condicio'nes tien~n que ser causalmente responsables del de la Luna: la ley de BoyIe queda explicada en 13 teoría cinética de los gases; etc. Cuan-
explariandum y que las cau~as siémpre preceden temporalmente a los efectos. De modo do, como en estos ejemplos, la ley explicada es una generalización estricta, no estadfsti-
parecido, en P3 se acepta ,como explicación' s610 una de las inferencias simttricas por~ co-probabilista. Hempcl denomina 'también estas explicaciones nomo16gico-deductivas.
que la alturn es causalmente responsable de la longitud de la sombra, no viceversa. En Aunque Hempel utiliza la misma denominaci6n para ambas, hay que, diferenciar estas ex-
PS, determinada propiedad contenida en el antecedente de la ley se considera explicati- plicaciones de las anteriores; las diferencias entre ellas se derivan del hecho de que en
vamente irrelevante por ser calls almente irrelevante. Otro modo de 3puntar en la misma equtllas el explanandum es p:lJ'ticular y en tstas general (no probabilista). Es inmediato
direcci6n es distinguir entre regu13ridades nómicas y leY~.~'J i~n ~ D, ~s!as} 6]o un subgru- constatar entonces que las explic3ciones nomol6gico-deducrivas generales se camcteri-
po de aqut lJas. No toda regularidad nómica seria una ley y mientras que la noinicidad se un, 3demás de por (J }-(3), por las siguientes condiciones adicionales:
preserva bajo relaciones de inferencia y simetría, la legalidad no (cf. cap. S, §l Y §2).
Estos contraejemplos dejarian de serlo si en NDP exigiéramos, dada esa diferencia, no (7) El explanandum es un hecho general nómico, una ley, no estadístico-pro-
s610 que las regularidades que intervienen esencialmente sean "no accidentales", n6mi- babilista.
234 FUNDAMENTOS DE ALOSOFÍA DE u. CIENCIA EXPLlCACÓN aENTfFJCA
;.
235

(8) El e.xplanans contiene esencirumenle s610 leyes no estadístico-probabilistas. las premisas. Claro que no está en "esa" forma, pero detenninar cuáles son las fonnas ad-
Ninguna de las leyes de) explanans es el explano.ndum mismo. misibles como explicaciones y cuáles ni? no es sencillo. De hecho Hempel Jo considera
(9) La relación de explicación es la de inferencia lógial tkducJiva. un problema irresuelto. El criterio debe1e:ner que ver. afirma, con la mayor inc1usividad
de las leyes explicativas. como las de Ne~ton respecto de las de Kepler, pero el problema
Se puede esquematizar este tipo de explicación, siguiendo las convenciones est:l~ surge de ]a dificultad de "estnb]ecer criterios bien defmidos para la distinci6n de niveles
blecidOl$ anteriormente, del siguiente modo: de explicación o para comparar oraciones generalizadas en cuanto a su inc1usividad; [101]
{ormulaci6n de cñterios adecuados para este propósito es un problema aún no resuelto"
NDG (ibid..). Más :ldelante, cuando veamos el modelo de unificaci6n te6riCíl., volveremos sobre
L, •...• L. esta cuesti6n.
E

E es lo ley (no probobilista).que se deriva de las leyes explicotivas.L,. Nótese que (7) ex- 2.4. ExPUCAOÓN DEDUCl1VO EsTÁofS11CA (DE)
cluye la posibilidad de explicar hechos generales que no sean leyes. ¿No pueden explicar-
se regu1.:lridades nccjd.entales? No, pues por ser nccident:lles no son·"espembJes", esto es, En la explicaci6n NDG el explanandum es una ley que es una regularidad estric-
expUcables. Si se aceptaran como explanandurh regularidades 3ccidentales entonces po- ·tamente general, en el sentido de no ser una ley estadístico-probabilista. Cuando el ex-
drían aceptarse también en el explanans; por tanto. en la medida en que, como vimos. planandum es una regularld:ld n6mica, pero no estrictamente general sino una ley esta-
. haya buenas razones para exigir que tQdos los hechos generales que intervienen esencial- dística, tenemos una explicaci6n que Hempel denomina explicación deducri . .·o u/adlstj- .... :.-:
mente en el explanans de una explicación sean regularidades nómicas, en esa misma me- ca. Por ejemplo, a pa.rtir de las leyes estadísticas que afinaan que la probabilidad de que
dida se excluyen como explanandum hechos generales accidentales. Otra cosa es que se un var6n occidental desarrolle alguna modalidad de cáncer es de 0,2 y que]a probabili-
sostenga que no hay en última instancia regularidades accidenl:lles, que todas las regulari- d:ld de que sea soltero es de 0,1, y del hecho, supongamos, de que ambos sucesos son
dades son n6micas y que el que algun<ls parezcan accidentales se deriva s610 de nuestro independi~ntes. se explica que la prob:1.l~Üidrid de que un varó.n occident:lJ sea soltero y
actu.:.] desconocimiento. ~ta es otra cuesti6n que ya tral<lmos en el capitulo 5 y sobre la desarrolle cánceres de 0,02. Hempe! afirma que estas explicaciones se caracterizan por-
que no vamos a volver ahora . Pero si hay regul3ridades meramente accidentnles, no pue- que en ellas se deduce una ley estadística a partir de un explanans que contiene indis-
den ser explicado.s. Como dijimos anteriormente, occiden/oUdad y explicalividad son pensablemente al menos una. ley también estadística, realizándose la deducción median-
conceptos excluyentes. te lo teoría matemática de la probabilidad (cf. p.ej. 1965. §3.2). Ello hay que entenderlo
El principal problema para un análisis satisfactorio de 105 explicaciones NDG es, . en el sentido de que en l:l deducci6n, y por tanto en la expli~aci6n ,. se usan como premi-
como reconoce Hempel, el de ofrecer una noci6n precisa y adecuZlda de inc/ltsividad que sas ocultas :l(Jicionales determinados principios del cál~ulo de probabilidades, por ejem-
excluya los casos de autoexplicaci6n: plo en nuestro caso el principio ·que afirma 9:ue la probabilidad del suceso compuesto de
o.tros dos independientes entre sr es el producto de sus probabilidades. Hay que conside-
P7: AUloexplicaci6n. En (8) se exige, adem5s del carácter n6mico del explaf!.ans, rarJos incluidos en el explanans, pues (salvo que se considere, implausiblemente, que
que el explanandum mismo no sea una de lZls leyes del explanans. De otro modo conta- son parte del cálculo deductivo) de lo contrarlo no se puede completar la deducci6n y la
rían como explic:lciones inferencias de una ley a partir de sr misma, lo que evidentemente inferencia sería deductivamenre inválida.
es inaceptable; por supuesto que es una inferencia válida deducir cierta ley L de ella mis- • Btn últim3 observación plantea una cuesti6n que hemos obviado hasta ahora. Esle
ma, pero eso no es una aplicación de la ley. Ahora bien, esa exigencia resuelve el pro- . ejemplo muestra que a veces e! explaOilfls puede incluir (quizá elípticamente) leyes mate-
blem:l s610 en su versión miÍS bur~a, pero esencialmente el mismo problema reaparece in- máticas. como el principio probabilista mencionado acerca de la probabilidad de la con-
mediatamente. En efecto, 'si el explanans contiene una ley que es la conyunci6n del expla- yunci6n de sucesos independientes. Pero algunas de esas leyes no pueden ser calificadas
nandum con cunlquier otra, se da también el tipo de aUloderivaci6n que no se puede con- de regul:uidades nómicas. Quizá la del ejemplo sr sea una regularidad n6m.ic:l, si es que la
siderar inferencia explicativa; por ejemplo, de la ley K /\ B que es la conyunci6n de las le- teoría de probabmd'ades es empírica Pero. podría ser que la inferencia explicativa use
yes de Kepler, X, con l.;J. de Boyle, B, se infiere deductivamente X, pero ello no explica las como premisas p.ej. principios matemáticos del aná1isis, que parece dificiJ calificar de n6-
leyes de Kepler (cf. Hempel y Oppenheim. 1948. §6. nota 33). Ésta es según Hempella micos. En ese caso se estaría incumpliendo la condición que venimos imponiendo de que
principal dificultad pilfa llevar a cílbo un <lnálisis s:ltisfactorio de lílS explicaciones NDG. todos los hechos generales que intervienen esenci:1lmente en el explan:lns sean regularida-
Las explicaciones de leyes no pueden ser autoinferencias de ese tipo, y sin embargo en des n6mic:ls. Hay que matizar pues esa exigencia y limitarla a los hechos empíricas; esto
cieno sentido toda deducci6n es una autoinferencia pues la ley que se infiere "y:l está" en es razonable, pues las leyes matemáticas no se pueden cnlificar de regularidades nómicas,
. ,:-

'- ..
~: .

. ....
~
236 FUNDAMENTOS DE FlLOSOÁA DE LA CJENOA EXPUCAOÓN CJENl"ÍFJCA' .
237

pero tampoco de accidentales. La condición es pues que lodo hecho genernJ empfñco que dad no es total. Eso es Jo que sucede cuando explicamos p.ej. el cáncer de pulmón d: Luis
intervenga esencialmente en el e:ltplanans debe ser n6mico. La idea es que el explanans no medi:mte el hecho de que lleY:lra más de cuarenta años fumando tres paquetes al díil Y la
puede contener esencjaJmenle ninguna rtgularidad tmpírica accidental. pues cIJa conta- ley estadística que aflrma que la práctica totalidad de las personas que fum<ln tres paque-
rnin:lría, por así decir, de accidentalidad el resto y arruinaría su pretendido carácter ex- tes diaños durante cuarenta años acaba d~arrolIando cáncer de pulm6n. Esta explicaci6n
p1icativo. también hace al hecho particular esperable, dado el exp]anans, aunque ahora no totalmen-
De )0 dicho se desprende que las explicaciones deductivo-estadrsticas se caracteri- te. esperable sino sólo altomente. espuable. También aqur se e.'tplica un hecho particular
zan por satisfacer, además de (1)-(3), las siguientes condiciones adicionales: subsumiéndolo bajo regulruidOldes nómic<ls, pero ahorn. por subsunción no se entiende su
deducci6n a pmir de las leyes y de ciertas condiciones antecedentes. sino <lIgo más débil.
(10) El explanandum es una ley estadística. a saber, que se infiere de eUas inductivamente; el cxplanandum se sigue o infiere del ex-
(ll) El explanans contiene esencialmente s610 hechos generales. Estas regul:ui- planans, lÍo fi."Scesmamente; pero sí muy probablemente. En circunstanci3S como éslas
dades (cuando no sean puramente matemáticils) son todas n6micas, y al me- sostiene Hempel: el hecho particular tambi~n se puede considernr explicado. '
nos una de ellas es una ley esta¡:lística (diferente del explanandurn ]1lismo). Hempel denomina inducrivo·tstadfslica (lE) este tipo de explicaci6n. Las explica-
(12) La relaci6n' de explicación es la de inferencia lógica deductiva. . ciones de hechos particulares IE son, como las NOP, orgumentos o inferencias m.di anle
coberturn legal, 5610 que ahora la inferencia es inductiva, y entre las leyes del explanans
Que el explanans contenga esencialmente al menos una ley estadística. es necesa- hayal menos una ·probabilista. Las condiciones adicionales a (l)-(3) Q¡Je las caracledzan
rio si el exphmandum es estadístico y ]a inferencia deductiva, pues de regularidades no son pues las siguientes: .
probabilistas no se deducen regularidades probabilistas. Como habrá percibido el lector,
el esquema que corresponde a este caso es muy parecido a NDG. En realidad las explica- (13) El explanandum es un hecho particular.
ciones DE y las NDG son esencialmente del mismo tipo, a saber, explicacione5 en las que (14) El explaMns contiene esencialmente al menos una ley esladística, y todas
se explica detenninada regularidad n6mica mediante otras deduciendo aquélla de éstas. Si las regularidades (empíricas) que contiene esencialmente son leyes. Por (2)
usamos la letra 'P' para connotar que la correspondiente ley del explanans es probabilista, y (13), el explanans incluye también como condiciones antecedentes deter-
entonces podemos esqúematizar este tipo de explicación del siguiente modo (nótese que. minados hechos parlicul~~s.' las condiciones antecedentes.
aunque no lo connotemos explícitamente en el esquema, el exp]an~dum es ahora un he- (15) La relación de explicaci6n es J:¡ de inferencia lógica inductiva.
cho general probabilista):
El explananduTQ es un hecho particular sin más (p.ej. que Luis tiene cáncer), no
DE es un hecbo panicular probabilista; nótese q'ue si, contrariamente a lo que piensa Hem-
Lit .... L. pelo hubiera ]lechos particulares probabilistas absolutos (p.ej. que la probabilidad de que
PI • .... p~ Luis Jenga cáncer es muy alta), la expHcaci6n de tales hechos ·sería una inferencia de-
E ductiva. Como siempre, todas l~s generalizaciones que 'contiene el explanans han de ser
nó!llÍcas, pero ahora al menos una debe ser probabilista, de otro modo no se podría infe-
rir inductivamente el explanandum (por supuesto el explanans puede incluir además
otras leyes no estadísticas). Quizá se piense que en este caso las regularidades estadísti-
2.5. ExPLlCACJON INDUCTIVO EsTADIsTICA (lE) cas meramente occidentales podrían servir. Si se da ]a alta correlación esta.dística, ¿qué
más da que sea accidental? Pero no. Que la alta correlación estadística sea accide'ntal es
En la explicaci6n NDP explicamos un hecho particular ~ubsumiéndo]o bajo cier- jndifere~te para que el argumento ind,uctivo sea válido, pe.ro no para que sea una expli-
fa
tas· leyes. donde por subsunci6n se entiende derivaci6n deductiva del hechÓ' a p3rtir de . cación. No toda inferencia es explicativa, sólo lo son aquellas que envuelven necesidad,
las leyes y de determinadas condiciones antecedentes. En ese sentido la ocurrencia del he- esto es nomicid~d. Quizá se objete que donde ha.y probabilidad no hay necesidad, que
cho particular se muestra (nómicamente) ~sperable o predecible: el explanandum s~ pr~­ no hay leyes probabilistas; o, al contrario. que no hay regularidades estadísticas acci-
dice (si todovía no ha ocurrido), o se hllbi~ra podido pr~dtcir (si ya se ha producido), a
partir del explanans. ~stíl es. )a ~zón de I~ j~entifi~ac:é'~~r)~~p~::.a ,(e[~f}9.s pragm~~­
dentales. que toda regularidad estadística es n6mica en el sentido en que puede haber re-
gularidades estadísticas n6micas. Éstas son otras cuestiones, que ya comentamos y so- ~~
cos) hace Hempel entre e.-xpbcacI6n y predlccI6n. En bIS exphcacJonesWP la esperablh- bre la:; que no 'lamas a volver ahora (cf. cap. 5, §5). Pero, si hay diferencia entre 2ene- 'i '
dad es total, pero el núcleo de esta idea, la explicaci6n de hechos particulares como espe-
robilidad nómica, se puede aplicar t.nmbién según Hempel a casos en los que la esperabili-
raHzaciones estadísticas ~6micóls y accidentales, entonces s610 las primeras confieren
carácter explicativo a la inferencia inductiva; ellas hacen al hecho esperable, las mera-
~i
.',
'."

. .._-- ----- _. - - - .. . _-.._---- -


238 F1JNDAMENTOS DE ALOSOFIA DE LA CJENCIA

mente accidentales no. Que esta moneqa sea dor<lda no se explica porque estuviera en
Nochevieja de 1990 en el bolsillo derecho de los pnntalones de Quine y que en tal oca-
sión el 95 % de lns monedns en ese bolsillo fuesen doradas (aunque sr se infiere inducti-
.~. vamente de ambas premisas) .
Las explicaciones lE se pueden esquematizar. siguiendo las convenciones anterio-
res. del siguiente modo:
.....,.
,
lE
L ...... I..
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e d P of d
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"0" ' " .
01 .
SCt~IlCt, laren on ., x or .

=

nandum. Nótese que en estos casos n puede ser O. esto es. el explanans puede conlener (1983)' Tht NallJr~ 01 Explonotioll, O;((ard U.P., Nue.y;¡ York.
quizá sólo leyes estadístico-probabilistas. Y en el caso más simple el explanans tiene una (1984); ''The Pr.lgm;¡tic Char3cler .or. E:tplanalion"~ en AsC)uilh y Kilcher (eds.) (1985), PSA
única. ley, esradística; asr. en el ejemp·l ó del dncer de Luis, si A es la propiedad de desa- 1984 Philosophy af Science AssocH1lJOn, EilSI L:l.nsln, vol.~. . .
rrollar cáncer de pulmón y B la de haber fumado tres paquetes diarios durante cuarenta
,
AdarnS E. (1 959) : - lile Foun..
d'u'ons of Rit>id
o
Body Mech:.mes ;¡nd .
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.
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from ose o ar ce ....... ' , •
años, tenemos el siguiente esquema:
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A :l.SS;, J. (1981): Sci~nce and Sociery, Reidel, Dordree~l... .. .
p(AIB) es próxima a J g H G (1958)' ''Th p ...... doltes af Confirm:.tlon ,B,.,tuh Joumal far ¡lit PJlllosoph.y of
Ba Alexnnder. . ' . e 'u .
-----------------------. [próximo a 1] Sciellce 9. 277-233. .
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Olro ejemplo que se ajusta a este patrón simple es la explicación de la cura de Juan de Armstrong,. . . 1
una infección por estreplococos a partir del hecho de que la inmensa mayoría de tales in- minaliJnI ill1d Rtalism; vol.ll: A Thtory 01 VII/versa s. .. .
_ (f983): W/Jot is n La"" of Notllrt? Cambridge U.P., Cam~n~ge. . . . .
fecciones remite al tratarse con penicilina y de que Juan se ha infectado y se ha tratado Ayer, A. J. (1956): "What 15 a La\'{ af N;¡ture'?", R~vtlt! /¡"trno~,onal dt PIlIlosophlt 10; reImpreso
con penicilina (ef. Hempel. 1965. §3.3). Un ejemplo de explicaci6n lE un poco más com- . en Concept ola PUSOII, Macmill:.n, Londres. 1963, Cilp. 8.
", pleja es el siguiente (ibid.). El hecho a explicar es la reducci6n, en 7.64 días. de una . . 6')0)· N O n' Ir esp de C. Litron, Fantane.lla, B:'fcelon;¡, 1979.
muestra particular de radón de lOa 2,5 miligramos por ~esjnlegr3ci6n radiactiva. Este he- BOlean, F ' (1( 9-82:) Em°VU/~. rhg,anT1~t;ri~n' Modtll~ Struklurt!l/, Btispj~/t, Viewe:;, Wiesb:.de.n.
B;¡Iz..er, w. 1 : pmsc . •
cho se explica porque: a) la muestra es de cadón. b) la probabilidad de que un átomo de (1985).17ltori~ und Mt!ssung. Springer, Berlín.
radón se desintegre en 3.82 días es 0,5, e) las desintegraciones de diferentes átomos de ra- ·, - . M l' C. U (od') (1996): Slrucwralist 17Itory of Scitnct, Walt:r de Gruyter,
B~12.er, W. y ou mes, . .
d6n son sucesos estadísticamente independientes, y ti) 10 miligramos de radón coritienen
un cantidad muy elevada de átomos (y. habría que añadir en el explanan s, tales y cuales
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B;¡lzcr. W.; Mou mes, . . y n "
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Este análisis se enfrenta a muchas de las dificullades que vimos en las explicaciones
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NOP, o las versiones inductivas de las mismas, y f1demás a otras específicas. Concluire-
_ (1912): Soci%g)' 01 Scittlct. Pengum. Mlddlesex.. .
mos con tres problemls principales. El primero cuestiona que la alta p~ob_~~ilidad sea un h T (1996)' "Sc'entific Explan:¡tion", en Balzer y Mochnes (eds.) (1996),13·44. .
condici6n suficiente para la explicación. El segundo. que sea una condición necesaria. El :::!~~~ ci763): "An' EsS~y Tow:.rds Solving :. Problem in me Doctrine oC Ülances", Pllilosoplll-
tercero. la ambigüedad inducúva. lo presenta el propio Hempel y para resolverlo introdu- cal Transactioll! ol/ht Royal Socitry, vol. 53, 370-418.
ce una modificaci6n sustancial.

- -"'--
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