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Corporación de Asistencia Judicial R.M.

Centro de Atención Jurídico y Social LA FLORIDA


Domicilio y teléfono: Doctor Sótero del Río Nº 132, La Florida, 2817935
Correo electrónico cajfamilialaflorida@gmail.com
S.C.F.

JUZGADO: 1° JUZGADO DE FAMILIA DE SANTIAGO.-


RIT: C-3711-2011.-
PARTE A LA QUE REPRESENTA: CESAR VÁSQUEZ FARÍAS.-
ABOGADO: JEANNETTE HUERTA DIAZ.-
CARATULADO: SANCHEZ CON VÁSQUEZ.-

EN LO PRINCIPAL: Deduce recurso de casación en la forma en contra de sentencia


definitiva de primera instancia dictada en la presente causa; EN EL OTROSÍ: En
subsidio deduce recurso de apelación en contra de sentencia definitiva de primera
instancia dictada en la presente causa.-

S.J. DE FAMILIA DE SANTIAGO (1°)

JEANNETTE HUERTA DIAZ, abogada de la Corporación de Asistencia Judicial,


Centro de Atención Jurídico y Social La Florida, en representación de don CESAR
ANTONIO VÁSQUEZ FARIAS, chileno, obrero, cédula de identidad N° 7.797.123-8,
demandado en causa sobre Divorcio Unilateral, RIT N° C-3711-2011, caratulada
“Sanchez con Vásquez”, a VS. respetuosamente digo:

Que, dentro de plazo legal, vengo en deducir recurso de casación en la forma


en contra de sentencia definitiva de primera instancia dictada con fecha 05 de
Noviembre de 2011, por la magistrado doña Gladys Salazar Vargas, y notificada a esta
parte con la misma fecha mediante correo electrónico, por cuanto dicha sentencia
acarrea grave perjuicio a mi parte, conforme los siguientes argumentos de hecho y de
derecho que a continuación paso a exponer:

Los Hechos:

1.-) Es del caso SS. señalar que, con anterioridad a la presente causa, se siguió
otra entre las mismas partes, sobre el mismo objeto y con la misma causa de pedir.
Dicha causa es la RIT C-1033-2011 seguida ante el Primer Juzgado de Familia de
Santiago.

2.-) En la audiencia preparatoria de la causa anteriormente señalada se llegó a


un acuerdo entre las partes sobre compensación económica. Dicho acuerdo consistía
en el traspaso de los derechos hereditarios que a mi representado cabían sobre los
inmuebles ubicados en Parcela N° 18 de San Guillermo, comuna de Pelarco y el Sitio
N°5 de San Guillermo, Comuna de Pelarco, Séptima Región.

Con posterioridad a dicha audiencia preparatoria, y según consta en el audio de


la audiencia de juicio de la presente causa, la demandante con su abogado
consideraron que el valor de los derechos hereditarios de mi representado era muy
bajo por lo cual deciden deliberadamente no asistir a la audiencia de juicio decretada
en dicha causa (causa RIT C-1033-2011).

3.-) Producto de la deliberada inasistencia de la contraparte a la audiencia de


juicio de la causa RIT C-1033-2011 del Primer Juzgado de Familia de Santiago, dicha
causa de divorcio unilateral por cese efectivo de convivencia es rechazada por temas
de fondo toda vez que las partes pertinentes de la sentencia definitiva de dicha causa
señalan que por la inasistencia de la parte demandante no se logró acreditar el
matrimonio ni menos aún el cese efectivo de la convivencia.

4.-) Se debe señalar que dicha sentencia definitiva produjo cosa juzgada
material, ya que no es posible sostener que todas las sentencias en materia de familia
tan sólo producen cosa juzgada formal, pues esta forma especial de cosa juzgada está
reservada para materias que, por su particular naturaleza, son susceptibles de ser
modificadas por las cambiantes realidades de facto de las partes, tal como sucede en
materia de alimentos. El considerar que todas las sentencias de los tribunales de
familia son susceptibles de modificaciones nos lleva a dañar seriamente el principio de
la certeza jurídica, importantísimo pilar de nuestra legislación.

En este punto es pertinente señalar que aun cuando para materias de divorcio
se aceptase la procedencia de la cosa juzgada formal, entre la causa en comento y la
actual no se observan cambios de circunstancias que motiven solicitar el cambio de
una sentencia firme, más aun cuando el fundamento de la nueva acción es
exactamente el mismo de la anteriormente deducida.

5.-) Pese a existir sentencia firme en la causa RIT C-1033-2011 del Primer
Juzgado de Familia, la misma parte demandante vuelve a interponer demanda de
divorcio contra la misma parte demandada y bajo los mismos fundamentos, es decir
con idéntica causa de pedir, en otras palabras concurriendo todos los requisitos
exigidos por el artículo 177 del Código de Procedimiento Civil para alegar la excepción
de cosa juzgada.

En este punto es importante detenerse a señalar que al iniciar la presente causa


la contraparte claramente se aprovecha de su intencional inasistencia a la audiencia de
juicio de la causa RIT C-1033-2011, ya señalada anteriormente en el punto 2.- de esta
exposición, lo cual rivaliza con el principio de la buena fe procesal y con la teoría de los
actos propios.

En efecto el profesor Alejandro Romero Seguel señala que “Con el principio de


la Buena Fe se busca que el proceso sea efectivamente un mecanismo para conseguir
la justicia, evitando las posibles inmoralidades de que puedan servirse las partes en el
ámbito procesal, para obtener una victoria a toda costa. Se trata, en buenas cuentas
de restringir la actuación del litigante “malicioso” o de mala fe. La buena fe busca
conseguir que triunfe siempre la verdad y que todos los participantes en una relación
procesal ajusten sus actuaciones a las pautas éticas más elementales, reprobando la
práctica de cualquier actuación que configure una utilización dolosa o fraudulenta del
proceso” ( “El principio de la buena fe procesal y su desarrollo en la jurisprudencia, a
la luz de la doctrina de los actos propios” , Revista Chilena de Derecho, Vol. 30, año
2003, páginas 169 y 170). La contraparte al intencionalmente no asistir a la audiencia
de juicio en la causa RIT C-1033-2011, por parecerle insuficiente el acuerdo de
compensación económica alcanzado en la audiencia preparatoria de dicha causa según
consta por sus propias palabras en la audiencia de juicio de la causa actual, claramente
tenía en vistas el volver a presentar la misma demanda, aprovechándose de la
supuesta cosa juzgada formal de las materias de familia para intentar obtener no sólo
su pretensión original de compensación económica ($14.000.000) si no un monto aun
mayor ($25.000.000), haciendo funcionar nuevamente todo el aparataje jurisdiccional
y no dándole valor alguno a las decisiones ya firmes de un Tribunal de Familia. Además
la parte demandante al iniciar una nueva demanda desconoce absolutamente el
acuerdo voluntariamente alcanzado sobre compensación económica en la causa RIT C-
1033-2011, toda vez que dicha sentencia definitiva se señala en su considerando
cuarto que las partes habían alcanzado un acuerdo y que se debía realizar la
correspondiente escritura pública. Al desconocer dicho acuerdo la contra parte
desconoce su acto propio, yendo contra el principio jurídico que versa “venire contra
propium factum nulli conceditur; venire contra factum propio no valet”, principio
aceptado en la doctrina jurídica nacional (al efecto ver Alejandro Romero Seguel, ob.
Cit., páginas 167 y siguientes)

6.-) En la audiencia de juicio de la presente causa esta parte hace presente que
existe una causa anterior (la ya señalada RIT C-1033-2011), la cual tenía sentencia
firme sobre la cual recaía la triple identidad legal exigida por el artículo 177 del Código
de Procedimiento Civil para alegar la excepción de cosa juzgada.

El tribunal rechaza esta excepción señalando, en el considerando quinto de la


sentencia recurrida, que de acuerdo al artículo 304, en concordancia con el artículo
305, ambos del Código de Procedimiento Civil, la excepción se debió interponer en el
término de emplazamiento fijado en los artículos 258 a 260 del mismo cuerpo legal, es
decir se rechaza por un tema de forma sin pronunciarse sobre el fondo de la excepción
deducida.

Lo señalado por el tribunal, siendo correcto, no toma en consideración que esa


forma de presentar la excepción de cosa juzgada es lo que la doctrina conoce como
“excepción mixta”, es decir una excepción que siendo por naturaleza perentoria es
posible tramitarla como dilatoria. Ahora bien hay que señalar que la cosa juzgada es
además una excepción anómala, es decir puede presentarse en cualquier estado de la
causa hasta antes de la citación para oír sentencia en primera instancia y hasta antes
de la vista de la causa en segunda instancia, todo esto según el artículo 310 del Código
de Procedimiento Civil.

Es del caso señalar que la excepción de cosa juzgada se planteó durante el


transcurso de la audiencia de juicio, es decir antes de la dictación de la sentencia, la
cual se alegó oralmente siguiendo el principio de la oralidad consagrado en el artículo
10 de la N° 19.968 que crea los Tribunales de Familia que en su inciso primero dispone
“Todas las actuaciones procesales serán orales, salvo las excepciones expresamente
contenidas en esta ley”. Cabe señalar que en ninguna parte la ley N° 19.968 exige
alegar la cosa juzgada por escrito ni en un momento procesal determinado que
modifique las reglas generales, por tanto en conformidad al artículo 10 de la ley
19.968, en concordancia con el artículo 27 de mismo cuerpo legal y con el artículo 310
del Código de Procedimiento Civil la excepción de cosa juzgada fue alegada en forma y
tiempo oportunos.

El Derecho:

Nuestro legislador establece la excepción de cosa juzgada en el artículo 177 del


Código de Procedimiento Civil, el cual señala “La excepción de cosa juzgada puede
alegarse por el litigante que haya obtenido en el juicio y por todos aquellos a quienes
según la ley aprovecha el fallo, siempre que entre la nueva demanda y la
anteriormente resuelta haya:
1° Identidad Legal de personas;
2° Identidad de la cosa pedida; y
3° Identidad de la causa de pedir.
Se entiende por causa de pedir el fundamento inmediato del derecho deducido
en juicio”

A su vez el artículo 310 del mismo cuerpo legal señala “No obstante lo
dispuesto en el artículo anterior, las excepciones de prescripción, cosa juzgada,
transacción y pago efectivo de la deuda, cuando ésta se funde en un antecedente
escrito, podrán oponerse en cualquier estado de la causa; pero no se admitirán si
no se alegan por escrito antes de la citación para sentencia en primera
instancia, o de la vista de la causa en segunda.”

Con respecto a la parte que señala que “no se admitirán si no se alegan por
escrito” es preciso hacer presente que no se aplica en el presente caso, toda vez que el
artículo 10 de la ley N° 19.968, que en su inciso primero señala “Todas las actuaciones
procesales serán orales, salvo las excepciones expresamente contenidas en esta ley”,
prima por ser ley especial. El resto del artículo 310 del Código de Procedimiento Civil
tiene plena vigencia por aplicación del artículo 27 de la ya mencionada ley N° 19.968
el cual expresa “En todo lo no regulado por esta ley, serán aplicables las disposiciones
comunes a todo procedimiento establecidas en el Código de Procedimiento Civil, a
menos que ellas resulten incompatibles con la naturaleza de los procedimientos que
esta ley establece, particularmente en lo relativo a la exigencia de oralidad.”

En cuanto a la procedencia del recurso, este se encuentra consagrado en el


artículo 67 N° 6 de la ley 19.968, el cual en su letra a) señala que procede la casación
en la forma contra las sentencias definitivas de primera instancia, y en su letra b)
señala la procedencia de este recurso por la causal establecida en el N°6 del artículo
768 del Código de Procedimiento Civil, esto es “En haber sido dada contra otra pasada
en autoridad de cosa juzgada, siempre que esta se haya alegado oportunamente en el
juicio”

POR TANTO, en mérito de lo expuesto y normas legales aplicables,


antes citadas

SÍRVASE SS.: Tener por interpuesto dentro de plazo legal recurso de casación
en la forma en contra de sentencia definitiva de primera instancia de fecha 05 de
Noviembre de 2011, elevando los antecedentes para su conocimiento ante la
Ilustrísima Corte de Apelaciones de Santiago, y en definitiva, invalidar la sentencia
antes señalada y dictar sentencia de reemplazo conforme a derecho, acogiendo la
excepción de cosa juzgada, y por su parte condenar expresamente a la demandante a
pagar las costas del presente juicio, por cuanto queda demostrado fehacientemente
que no ha existido motivo para litigar, y que esta se ha aprovechado de su mala fe
para reabrir una causa ya fallada con autoridad de cosa juzgada en la cual concurre la
triple identidad legal del artículo 177 del Código de Procedimiento Civil.

OTROSÍ: JEANNETTE HUERTA DIAZ, abogada de la Corporación de


Asistencia Judicial, Centro de Atención Jurídico y Social La Florida, en representación
de don CESAR ANTONIO VÁSQUEZ FARIAS, chileno, obrero, cédula de identidad N°
7.797.123-8, demandado en causa sobre Divorcio Unilateral, RIT N° C-3711-2011,
caratulada “Sánchez con Vásquez”, a VS. respetuosamente digo:

Que, dentro de plazo legal, vengo en deducir recurso de apelación, subsidiario a


lo solicitado en lo principal, en contra de sentencia definitiva de primera instancia
dictada con fecha 05 de Noviembre de 2011, por la magistrado doña Gladys Salazar
Vargas, y notificada a esta parte con la misma fecha mediante correo electrónico, por
cuanto dicha sentencia acarrea grave perjuicio a mi parte, conforme los siguientes
argumentos de hecho y de derecho que a continuación paso a exponer:

Los Hechos:

Reprodúzcanse íntegramente los hechos señalados en lo principal de esta


presentación, además de:

1.-) Pese a haber habido acuerdo sobre compensación económica en causa RIT
C-1033-2011 del Primer Juzgado de Familia de Santiago, seguido ante las mismas
partes y con el mismo objeto, la parte demandante unilateralmente considero
insuficiente dicho acuerdo, lo cual era lo que mi representado buenamente podía
ofrecer
2.-) En el actual proceso se procedió a solicitar por la demandante una suma
por concepto de compensación económica mucho mayor a la solicitada en la causa RIT
C-1033-2011 del 1° Juzgado de Familia de Santiago, sin señalar el porqué del
antojadizo aumento de la cantidad solicitada.

3.-) Durante la audiencia de juicio se señaló que no se podía incorporar la


prueba decretada por el tribunal por no haberse recepcionado a la fecha de la
audiencia.

Dentro de dicha prueba se encontraban los Oficios a la DIDECO de la Ilustre


Municipalidad de la Florida para elaborar informe socioeconómico de mi representado y
la AFP Habitat para que informase las cotizaciones históricas de mi representado,
prueba que era absolutamente necesaria para determinar las capacidades económicas
de don Cesar Vásquez.

4.-) Pese a lo anterior la sentencia recurrida concede una compensación


económica en favor de la demandante ascendente a la suma de $13.587.206.

5.-) Mi representado tiene una situación económica precaria pues trabaja


esporádicamente como obrero en la construcción en las pocas ocasiones en que logra
encontrar trabajo debido a su edad. A mayor abundamiento don Cesar Vásquez, con el
poco dinero que recibe, debe mantener a su actual pareja y a su pequeña hija de 8
años de edad.
6.-) La demandante mantiene abierta una causa por cumplimiento de alimentos
en contra del demandado, dicha causa es la RIT Z-258-2009 del Segundo Juzgado de
Familia de San Miguel, en dicha causa el demandado por ignorancia y falta de asesoría
no se opuso a las liquidaciones de alimentos, las cuales ya van en la suma de
$14.602.027, por lo cual don Cesar Vásquez, con sus escuálidas capacidades
económicas, debe hacer frente a esa deuda, más la decretada en la sentencia recurrida
y además los gastos propios de la mantención de su pareja y su pequeña hija.

El Agravio:

Que conforme a lo anteriormente expuesto, se configura en la especie la causal


genérica del agravio que solicita la ley para los efectos de la procedencia de la
presente impugnación, por cuanto con la condena al pago de una compensación
económica ascendente a la suma de $13.587.206 bajo ningún punto de vista se
respeta el espíritu ni el tenor literal del artículo 62 de la ley N° 19.947 de matrimonio
civil, el cual establece que para determinar la cuantía de la compensación económica
se considerará especialmente “[…] la situación patrimonial de ambos […]”.

En efecto mi representando tiene una reducida capacidad económica y el monto


de la compensación económica fijado en la sentencia recurrida es a todas luces
desproporcionada para su situación patrimonial, aun cuando sólo sea considerando su
edad, nula calificación profesional y la deuda que mantiene con la demandante en la
causa RIT Z-258-2009 del Segundo Juzgado de Familia de San Miguel. Es importante
señalar que el tribunal al momento de fijar la compensación económica y su forma de
pago pasó por alto el hecho de no tener una clara convicción sobre la realidad
económica de mi representado toda vez que no esperó recepcionar la prueba por él
mismo decretada. Un punto de especial atención debe ser la modalidad de pago
señalada para la compensación económica ya que en el numeral segundo de la parte
resolutoria señala que se debe pagar la suma de $3.587.206 mediante vale vista sin
siquiera saber si mi representado posee o no cuenta corriente. Además al decretar el
pago de los $10.000.000 restantes en cuotas mensuales sucesivas de $100.000 por un
periodo de ocho años y cuatro meses el tribunal desconoce si mi representado tiene la
capacidad económica para responder de dicho pago, toda vez que para su
cumplimiento se tramitan como alimentos y ha quedado claro en la causa que mi
representado no posee las capacidades económicas para siquiera hacer frente a sus
obligaciones alimenticias decretadas en la causa RIT Z-258-2009 del Segundo Juzgado
de Familia de San Miguel.
En este punto se debe señalar la opinión de la ex ministra, señora Delpiano,
quien señala “el juez deberá evitar que, como consecuencia del divorcio, se produzca
un desequilibrio económico entre los cónyuges, el que se entiende no sólo por la
falta de equiparidad patrimonial al momento de la disolución del matrimonio
sino también por las perspectivas económicas de uno y otro” (Historia Fidedigna
de la ley N° 19.947, página 588).

Por su parte la historia fidedigna de la ley n° 19.947 también deja constancia de


“La Ministra señora Delpiano indicó que, cuando se plantean las consideraciones
que tendrá que tener a la vista el juez, hay un elemento bien importante, porque
efectivamente, no se trata de equiparidad económica, sino de compensación. La
inquietud del Honorable Senador señor Espina es si alguien, por dedicarse
fundamentalmente al cuidado de los hijos durante el matrimonio, se encontrará en
dificultades desde el divorcio en adelante.
Observó que, conforme a la propuesta, la calificación profesional y las
posibilidades de acceso al mercado laboral del cónyuge beneficiario, son
aspectos muy importantes para determinar si procede o no esta
compensación. Lo que se está cautelando son las posibilidades futuras de la persona
que no ha trabajado y ha estado al cuidado de sus hijos por muchos años”. (Historia
Fidedigna de la ley N° 19.947, página 592).

Así las cosas en la presente causa se puede constatar que:

a) Mi representado tiene una precaria situación económica.


b) La demandante, luego de la separación de hecho, no tuvo problemas para
insertarse en el mercado laboral, siendo que actualmente tiene un trabajo
estable de almacenera.
c) El sólo hecho de que la demandante cuente con abogado particular y que mi
representado, don Cesar Vásquez, sea patrocinado por la Corporación de
Asistencia Judicial, deja ver que la disparidad económica y posibilidades
laborales luego de la separación de hecho han favorecido a la demandante.

Es por todo lo anterior, y atendiendo a la intención del legislador al establecer la


compensación económica, que la sentencia impugnada causa agravio a mi
representado.

El Derecho

El artículo 61 de la ley N° 19.947, sobre matrimonio civil, señala “Si, como


consecuencia de haberse dedicado al cuidado de los hijos o a las labores propias del
hogar común, uno de los cónyuges no pudo desarrollar una actividad remunerada o
lucrativa durante el matrimonio, o lo hizo en menor medida de lo que podía y quería,
tendrá derecho a que, cuando se produzca el divorcio o se declare la nulidad del
matrimonio, se le compense el menoscabo económico sufrido por esta causa”

A su vez el artículo 62 del mismo cuerpo legal dispone “Para determinar la


existencia del menoscabo económico y la cuantía de la compensación, se considerará,
especialmente, la duración del matrimonio y de la vida en común de los cónyuges; la
situación patrimonial de ambos; la buena o mala fe; la edad y el estado de salud
del cónyuge beneficiario; su situación en materia de beneficios previsionales y de
salud; su cualificación profesional y posibilidades de acceso al mercado laboral, y la
colaboración que hubiere prestado a las actividades lucrativas del otro cónyuge”.

Respecto a la procedencia del recurso, este está concedido por el artículo 67


N°2 de la ley 19.968, en relación con los números 3, 4 y 5 de la misma norma. El
carácter de subsidiaria de esta apelación respecto de lo solicitado en lo principal está
dada por el artículo 67 N° 6 de la ley N° 19.968 en relación con el artículo 770 inciso
segundo del Código de Procedimiento Civil.

POR TANTO, en mérito de lo expuesto y normas legales aplicables,


antes citadas

SÍRVASE SS.: Tener por interpuesto dentro de plazo legal, en forma


subsidiaria, recurso de apelación en contra de sentencia definitiva de primera instancia
de fecha 05 de Noviembre de 2011, elevando los antecedentes para su conocimiento
ante la Ilustrísima Corte de Apelaciones de Santiago, y en definitiva, sea acogido en
todas sus partes, enmendando conforme a derecho la sentencia de autos, revocando
su tenor, y declarando en su reemplazo, que se rechaza la compensación económica o
bien se reduzca a la suma que VS. estime en justicia decretar, y por su parte que se
condene expresamente a la demandante a pagar las costas del presente juicio.

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