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bastante para que la acción ejercitada sea acogida en la sentencia, porque ésta
precisa de la constatación de una relación procesal válida, amén que la
pretensión del actor se encuentre amparada por una norma legal;
UNDÉCIMO: Que en este sentido, la atribución subjetiva de los
derechos y obligaciones deducidos en juicio, es una cuestión de fondo que
afecta el propio ejercicio de la acción y que por lo tanto debe ser objeto de
análisis al momento de la decisión. Será entonces obligación del tribunal
determinar si concurren los presupuestos de la acción deducida en juicio,
cuestión que por lo demás constituye un presupuesto procesal de fondo
destinado a obtener una sentencia favorable.
De la forma antedicha, corresponderá al sentenciador comprobar si la
acción resulta jurídicamente procedente del modo que se la planteó, sin que
ello importe extender sus consideraciones a cuestiones no debatidas. Dicho
imperativo obliga, en consecuencia, al tribunal en un primer momento, a la
revisión de los presupuestos procesales de forma, como lo son la forma de la
demanda, la capacidad procesal de las partes, la competencia del tribunal,
entre otros, y luego, ya con el mérito del proceso, los de fondo o materiales,
que equivalen a la condición de la acción, cuyos requisitos son el interés, la
legitimación para obrar y la posibilidad jurídica. Desde el prisma del derecho,
reflejan la opinión que a los sentenciadores les merece la controversia
generada en torno a un punto del debate y que responde a la esencia de su
actividad jurisdiccional, expresada en la facultad y el deber que
privativamente les compete en orden a interpretar y aplicar el derecho -decir
el derecho, iuris dictio- con arreglo al cual ha de decidirse el conflicto jurídico
sometido a su decisión.
Es tarea del juez determinar en la sentencia si la situación concreta
planteada en la demanda se encuentra o no amparada por una norma legal, sea
expresa o tácitamente. Ello supone una operación lógica que determinará si
existe un precepto, abstracto como es consustancial, que contemple la
situación jurídica envuelta en el asunto sub judice; de ser así, si el hecho que
el actor invoca corresponde a la categoría de los que esa norma considera y si
la existencia del hecho está justificada;
DÚODECIMO: Que, con facilidad resulta advertible, que los
argumentos traídos a colación por el recurso para fundamentar el vicio de
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“normas decisoria litis”, puesto que en caso contrario, esta Corte no podría
dictar sentencia de reemplazo, dado el hecho que se trata de un recurso de
derecho estricto. (CS, 14 diciembre 1992, RDJ, T. 89, secc. 1ª, pág. 188);
DECIMOCTAVO: Que no debe perderse de vista que el recurso de
casación en el fondo persigue instar por un examen del juicio conclusivo de la
cuestión principal, desplegado en la sustancia misma de la sentencia definitiva
o interlocutoria que se busca anular, cuyos desaciertos jurídicos sólo
autorizarán una sanción procesal de esa envergadura, en la medida que hayan
trascendido hasta la decisión propiamente tal del asunto, definiéndola en un
sentido distinto a aquél que se imponía según la recta inteligencia y aplicación
de la normativa aplicable.
De este modo, entonces, aún bajo los parámetros de desformalización y
simplificación que caracterizan a este arbitrio desde la entrada en vigencia de
la Ley N° 19.374, no se exime a quien lo plantea de indicar la ley que se
denuncia como vulnerada y que ha tenido influencia sustancial en lo
resolutivo de la sentencia cuya anulación se persigue;
DECIMONOVENO: Que lo razonado conduce derechamente a concluir
que la imputación de desacato a lo dispuesto en los artículos denunciados en
el arbitrio, no puede, por sí sola, servir de apoyo idóneo al remedio procesal
que se examina, por ser una condición fundamental del mismo que el yerro
jurídico invocado influya sustancialmente en lo dispositivo del fallo,
exigencia que no se cumple en la especie, pues aún en el evento de ser
acertada la interpretación que el impugnante otorga a los preceptos legales
aludidos en su recurso, no puede entenderse que ella haya repercutido en
forma determinante en la resolución del asunto de fondo que viene decidido,
puesto que nada se ha objetado respecto de la normas cuya omisión se
constata y que no han sido consideradas al puntualizar la infracción
preceptiva descrita en el arbitrio procesal que se examina.
Dicho de otra manera, la lectura del libelo de casación muestra que el
recurrente se mantiene asilado en la tesis de su defensa planteada en la
demanda, la que reitera y por cuyo acogimiento insiste, empero, sin extender
el fundamento de su postulado de nulidad a la norma sustantiva de la
decisión, que en definitiva, y en virtud de su aplicación, fundó la decisión
cuya anulación se pretende;
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