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preparatoria a fin de que se brinde a la demandada la posibilidad de ejercer su derecho
a reclamar compensación económica y se proceda a conocer en su caso, de dicha
acción, conjuntamente con la de divorcio intentada, debiendo ser tramitado el proceso
por un juez no inhabilitado.
Es del caso señalar que la Ley N° 19.968 que Crea los Tribunales de Familia, en
su artículo 67, consagra de manera expresa, en su numeral 6°, la procedencia del
recurso de casación en la forma en contra de las sentencias definitivas de primera
instancia dictadas por dichos tribunales especiales, el que sólo podrá fundarse en
ciertas causales expresadas en el artículo 768 del Código de Procedimiento Civil, entre
la que se encuentra aquélla aplicable en la especie.
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si en la audiencia preparatoria no se fijó el objeto del juicio, o señalándose éste no se
fijaron los hechos que debían ser probados. En el art. 795 del C. de P.C no se
contemplan estos trámites como esenciales. Por el contrario, los que en dicha
disposición legal se señalan, en general no se contemplan en el procedimiento
ordinario ante los Tribunales de Familia1”.
Frente a dicha problemática, sin duda, deben ser los tribunales de justicia los
que conforme a la base fundamental del ejercicio de la jurisdicción de la
inexcusabilidad (artículos 76, inciso 2° de la Constitución Política de la República y 10,
inciso 2° del Código Orgánico de Tribunales), precisen qué trámites o diligencias
deben ser estimadas como esenciales en el procedimiento de familia. Así, por lo
demás, ha ocurrido.
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preparatoria el juez debe informar sobre la existencia del derecho y el cumplimiento
de dicha obligación no tiene una finalidad meramente ilustrativa sino que pretende
posibilitar la protección del cónyuge más débil por medio del ejercicio de su derecho
(…). Se trata de una obligación legal para el juez, que tiene como finalidad proteger al
cónyuge más débil, incluso de su propia ignorancia y que evita que la caducidad sea
consecuencia de ella. Si el juez no cumple con esta obligación legal, puede perseguirse
la nulidad de la audiencia.
Idéntica interpretación dan los profesores Carlos Pizarro Wilson y Álvaro Vidal
Olivares, quienes señalan que “la solicitud, si quien se pretende beneficiario inicia el
procedimiento, puede verificarse en la demanda de divorcio. Si el posible requirente
es el demandado de divorcio o nulidad matrimonial, tiene la posibilidad de solicitarla
en la contestación de la demanda. Todavía es posible que lo haga mediante una
demanda reconvencional. Incluso, puede demandarla en un otrosí de la contestación
en forma específica. Todavía queda la posibilidad que sea reclamada en la audiencia
preparatoria del juicio de familia, si no se ha incluido en la contestación. Si no se ha
demandado, el juez debe informar sobre la posibilidad de demandarla. Aquí podrán
hacerlo en escrito complementario a la demanda, a la contestación o por vía oral en la
propia audiencia5”.
Por su parte, el profesor Hernán Corral Talciani, indica que la Ley N° 19.947 de
Matrimonio Civil pide que el juez informe del derecho a solicitar compensación
económica en la audiencia preparatoria cuando ya no es posible demandar ni
reconvenir. “Como este resultado es absurdo, mientras no se modifique la norma,
puede entenderse que el escrito complementario a la demanda a que hace referencia
el art. 64 inc. 3° LMC incluye también un escrito complementario a la contestación de
la demanda. De este modo, el cónyuge demandado que es informado de este derecho
por el juez, podría complementar la contestación mediante una reconvención de
4
Efectos jurídicos del divorcio. ACUÑA SAN MARTÍN, Marcela. Editorial Legal Publishing. Primera
Edición, 2011. Páginas 350 y 351.
5
La compensación económica por divorcio o nulidad matrimonial. PIZARRO WILSON, Carlos y VIDAL
OLIVARES, Álvaro. Editorial Legal Publishing. Tercera Edición, enero de 2010. Página 129.
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compensación ya sea verbalmente durante la audiencia preparatoria (dejándose acta
escrita) o en el plazo que le fije el tribunal6”.
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principios que informan el derecho y el procedimiento de Familia y, en este sentido,
cabe considerar lo dispuesto por el artículo 9º de la ley Nº 19.968, que hace aplicables
en la especie la oralidad, concentración, desformalización, inmediatez, actuación de
oficio y búsqueda de soluciones colaborativas. Así, si el legislador ha establecido
expresamente la obligación del juez del grado de informar a la demandada sobre la
existencia del derecho a compensación económica, permitiéndole incluso la posibilidad
de hacerlo a través de reconvención oral –en la audiencia preparatoria–, no puede
desconocerse la especial preocupación e interés de la ley de brindar la debida
protección procesal a aquella parte más débil de la relación matrimonial de cuya
terminación se trata”. (Considerando sexto). Concluye que “la correcta aplicación e
interpretación de las normas citadas, impone conciliar aquella finalidad de especial
protección, que permite hacer efectivo el derecho a impetrar o reclamar la
compensación económica por sobre aquella otra que, haciendo extensivas exigencias
previstas en normas procesales generales, no lo permite” (Considerando séptimo).
Agrega el Tribunal de Casación que “así las cosas, la decisión de no permitir la
materialización del derecho a reclamar compensación económica, no obstante haber
manifestado la demandada su intención de hacerlo, al ser informada en este sentido
por el tribunal, desconoce el legítimo derecho de la parte de ejercer una acción y a
que ésta se conocida y resuelta por el tribunal previsto por el ordenamiento jurídico,
todo lo cual afecta al debido curso del proceso” (Considerando Noveno).
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tribunal a quo, contrariando las reglas más elementales de hermenéutica legal, le
indicó a mi representada que tenía derecho a pedir una compensación económica,
pero cuando su apoderado pretendió ejercer tal facultad le indicó que carecía de ella.
“Debe rechazarse – dicen tres distinguidos autores – toda interpretación que conduzca
al absurdo, esto es, cualquiera conclusión contraria a la lógica 10”. Indicar que se tiene
un derecho que no puede ejercerse equivale a proveer de un derecho vacío de
contenido, un no-derecho, conclusión que debe desestimarse por absurda.
10
Curso de Derecho Civil. Tomo I. Parte General. ALESSANDRI RODRÍGUEZ, Arturo; SOMARRIVA
UNDURRAGA, Manuel; y VODANOVIC HAKLICKA, Antonio. Editorial Nascimento. Tercera Edición,
1961. Página 148.
11
Vocabulario jurídico. COUTURE, Eduardo. Buenos Aires, 1988. Página 199.
12
Disposiciones comunes a todo procedimiento. MATURANA MIQUEL, Cristián. Separatas de Derecho
Procesal. Facultad de Derecho de la Universidad de Chile, 2009. Páginas 22 y 23.
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legislador y la igualdad de las partes dentro de él 13”, es decir, el objeto del recurso de
casación en la forma es custodiar el respeto a las normas del debido proceso de
derecho. En efecto, una de sus finalidades es “velar por que los juicios se tramiten
previa observancia de todos los trámites o diligencias prescritos como esenciales por
la ley, en atención a que en ellos va envuelta la igualdad en la defensa de los
derechos de las partes y la seguridad de que sean declarados o reconocidos 14”.
El artículo 768, inciso 3° del Código de Procedimiento Civil exige como requisito
para la interposición del recurso de casación en la forma, la existencia de un perjuicio
en contra del recurrente (principio de trascendencia o protección, cuya antigua
máxima es “pas de nullité sans grief”, es decir, “no hay nulidad sin perjucio”),
producto de la omisión en una diligencia del procedimiento, que la ley declare como
esencial. Sin embargo, este perjuicio debe tratarse de uno de aquellos cuya
reparación puede obtenerse, únicamente mediante la invalidación del fallo.
13
Los recursos. MATURANA MIQUEL, Cristián. Separatas de Derecho Procesal. Facultad de Derecho de la
Universidad de Chile, 2009. Página 181.
14
Manual de Derecho Procesal. Derecho Procesal Civil. Tomo IV. CASARINO VITERBO, Mario. Editorial
Jurídica de Chile. Quinta edición, 1997. Página 288.
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En la especie, el perjuicio derivado del vicio que se invoca – consistente en
haber faltado un trámite esencial – es la imposibilidad de que la cónyuge más
débil pueda impetrar la compensación económica que le asiste por haberse
dedicado exclusivamente al cuidado de los hijos y a las labores propias del
hogar común sin haber podido desarrollar una actividad remunerada o
lucrativa, no pudiéndose compensar el menoscabo económico que el divorcio
le cause.
El artículo 769, inciso 1° del Código de Procedimiento Civil señala que para que
pueda ser admitido el recurso de casación es indispensable que quien lo entabla haya
reclamado de la falta, ejerciendo oportunamente y en todos sus grados los recursos
establecidos por la ley. De esta disposición se desprende que el recurso se entenderá
preparado cuando:
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referido concepto, señalando expresamente que la deducción de tal recurso de
retractación se hacía con la mira de preparar el recurso de casación en la forma, toda
vez que se estaba omitiendo un trámite o diligencia esencial. Se trata del mismo error
de derecho que se alega en el presente recurso, y que siendo alegado a través de la
reposición fue desestimado con fecha 23 de enero de 2012 en la misma audiencia
preparatoria, por considerar la señora jueza de familia que no estaba incurriendo en la
omisión de un trámite esencial, sin entregar mayores argumentos a este respecto.
POR TANTO,
10
De manera subsidiaria al recurso de casación en la forma deducido en lo
principal de esta presentación, vengo en apelar de la sentencia definitiva de primer
grado dictada por US. con fecha 1° de marzo de 2012, por ser agraviante a los
derechos de mi parte.
11
b) En segundo término, la sentencia impugnada no se pronuncia sobre la
compensación económica de que es titular mi representada, pese a que da por
establecido que las partes contrajeron matrimonio con fecha 2 de diciembre de 1968
(considerando quinto) y que cesaron en su convivencia en el año 1986 (considerando
sexto), elementos todos que podrían haber sido ponderados para determinar la
procedencia de una compensación económica a favor de doña JUANA ISABEL
CASTILLO RODRÍGUEZ.
Barrera Zambra, Marco Antonio con Barría Tirado, Jeanette (disponible en www.microjuris.com, cita:
MJCH_MJJ27299).
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que el aludido yerro se cometió en la sentencia interlocutoria de segunda clase que cita
a audiencia de juicio, mas no en la sentencia definitiva pronunciada con fecha 1° de
marzo de 2012. En efecto, si bien es la resolución que cita a las partes a audiencia de
juicio la que fija su objeto, el tribunal a quo dispone de la facultad general de declarar
de oficio la nulidad de un acto jurídico procesal.
El juez podrá corregir de oficio los errores que observe en la tramitación del
proceso. Agrega que podrá, asimismo, tomar las medidas que tiendan a evitar la
nulidad de los actos del procedimiento (…).
13
artículo 13, inciso 2° no corrigió el error de derecho consistente en omitir como objeto
del juicio la procedencia y monto de la compensación económica, aun cuando se dio
por establecido que la convivencia de los cónyuges tuvo una duración de
aproximadamente dieciocho años, dato del todo fundamental para tarifar el menoscabo
económico, que – en lo esencial- consiste en la valoración del trabajo doméstico 18. Es
por ello, que el fallo impugnado ocasiona a esta parte un grave perjuicio consistente en
la imposibilidad de demandar compensación económica, cumpliéndose en la especie
todos y cada uno de los requisitos que prescribe el artículo 61 de la Ley N° 19.947 de
Matrimonio Civil.
POR TANTO,
RUEGO A US.: Se sirva tener por interpuesto el presente recurso de apelación que
deduzco en contra de la sentencia definitiva de primera instancia dictada en estos
autos con fecha 1° de marzo de 2012, notificada a esta parte en audiencia de juicio de
la misma fecha, y concederlo a fin de que la I. Corte de Apelaciones de Santiago la
revoque y resuelva, concretamente, que se condena a la contraria a pagar una
compensación económica a favor de mi representada por $19.000.000 (diecinueve
millones de pesos) o el monto que estime en justicia.
18
La valoración del trabajo doméstico y su influencia en la compensación económica. Estudios de Derecho
Civil II. TURNER SAELZER, Susan. Editorial LexisNexis, 2006. Página 219.
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