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La medicina legal tanatológica es uno de los contenidos principales de la medicina legal y forense en la
clasificación que realiza el Prof. Gisbert Calabuig. Se encarga del estudio de cadáver y de sus fenómenos
evolutivos y de las técnicas y procedimientos más adecuados para dicho estudio.

La vida representa un complejo conjunto de fenómenos bioquímicos que siguen unas leyes fijas y que se
traduce en el funcionamiento normal del organismo con la aparición de unas constantes vitales y un
equilibrio biológico, físico y químico. Cuando este equilibrio se altera, las constantes no conservan sus
valores, y aparecen alteraciones que afectan a la normal fisiología del organismo, este «enferma»; si lo
que ocurre es que cesa el equilibrio, desaparecen los valores constantes y el organismo queda a merced
de factores externos o ambientales y también a merced de su propio medio interno, el organismo
muere. Muerte, procedente del latín mors, mortis, se define en el Diccionario de la Real Academia
Española como «cesación o término de la vida».

Es conocida la primera definición clásica, en el 500 a. C., de los signos de fallecimiento que aparece
recogida por Hipócrates en De Morbis, y que en medicina se estudia como la «facies hipocrática», son
signos faciales que aparecen al inicio del período de instauración de la muerte.

La muerte es «un proceso» que, dependiendo de la intensidad y calidad de la agresión que la


desencadena, tendrá una duración diferente, pero que está constituido por una sucesión evolutiva de
fases de desestructuración progresiva del funcionamiento del organismo como unidad biológica. Estas
fases no se muestran de manera delimitada sino que se solapan unas tras otras. Se consideran:

Muerte aparente: Abolición aparente de las funciones vitales. Se pueden dar en casos de sumersión,
electrocución, etc.

Muerte relativa: Se considera que es la secuencia de la agonía, hay cese efectivo de las tres funciones
vitales, la respiratoria, la cardíaca y la neurológica, pero mediante la aplicación de técnicas y
procedimientos médicos de reanimación, estas funciones se restablecerán aunque no en todos los
casos.

Muerte intermedia: En esta situación ya no es posible recuperar las funciones vitales, ya que
progresivamente éstas se van extinguiendo.
Muerte absoluta: Es la total desaparición de las funciones vitales biológicas. Es la plena instauración de
la muerte.

Existe en el lenguaje cotidiano más un concepto de «momento» de la muerte que de un «proceso» de la


muerte, esto es debido a que según la legislación del Registro Civil referente a las defunciones se debe
indicar la hora del fallec

Capítulo I

Tanatología forenseIntroducción

La medicina legal tanatológica es uno de los contenidos principales de la medicina legal y forense en la
clasificación que realiza el Prof. Gisbert Calabuig. Se encarga del estudio de cadáver y de sus fenómenos
evolutivos y de las técnicas y procedimientos más adecuados para dicho estudio.

La vida representa un complejo conjunto de fenómenos bioquímicos que siguen unas leyes fijas y que se
traduce en el funcionamiento normal del organismo con la aparición de unas constantes vitales y un
equilibrio biológico, físico y químico. Cuando este equilibrio se altera, las constantes no conservan sus
valores, y aparecen alteraciones que afectan a la normal fisiología del organismo, este «enferma»; si lo
que ocurre es que cesa el equilibrio, desaparecen los valores constantes y el organismo queda a merced
de factores externos o ambientales y también a merced de su propio medio interno, el organismo
muere. Muerte, procedente del latín mors, mortis, se define en el Diccionario de la Real Academia
Española como «cesación o término de la vida».

Es conocida la primera definición clásica, en el 500 a. C., de los signos de fallecimiento que aparece
recogida por Hipócrates en De Morbis, y que en medicina se estudia como la «facies hipocrática», son
signos faciales que aparecen al inicio del período de instauración de la muerte.
La muerte es «un proceso» que, dependiendo de la intensidad y calidad de la agresión que la
desencadena, tendrá una duración diferente, pero que está constituido por una sucesión evolutiva de
fases de desestructuración progresiva del funcionamiento del organismo como unidad biológica. Estas
fases no se muestran de manera delimitada sino que se solapan unas tras otras. Se consideran:

Muerte aparente: Abolición aparente de las funciones vitales. Se pueden dar en casos de sumersión,
electrocución, etc.

Muerte relativa: Se considera que es la secuencia de la agonía, hay cese efectivo de las tres funciones
vitales, la respiratoria, la cardíaca y la neurológica, pero mediante la aplicación de técnicas y
procedimientos médicos de reanimación, estas funciones se restablecerán aunque no en todos los
casos.

Muerte intermedia: En esta situación ya no es posible recuperar las funciones vitales, ya que
progresivamente éstas se van extinguiendo.

Muerte absoluta: Es la total desaparición de las funciones vitales biológicas. Es la plena instauración de
la muerte.

Existe en el lenguaje cotidiano más un concepto de «momento» de la muerte que de un «proceso» de la


muerte, esto es debido a que según la legislación del Registro Civil referente a las defunciones se debe
indicar la hora del fallecimiento con la mayor precisión posible y también porque clásicamente se ha
asociado el «momento» de la muerte con el momento del paro del latido cardíaco o con el último
momento respiratorio. Es cierto que hay circunstancias, sobre todo traumáticas, que son rápidamente
causantes de la muerte, y el momento de la misma fácilmente evidenciable; sin embargo,
biológicamente es un proceso progresivo de desestructuración de la función global del organismo.

Uno de los principales temores que ha tenido el hombre a lo largo de la historia ha sido el correcto
diagnóstico de la muerte cierta. Históricamente, por el temor a la inhumación prematura y a los
enterramientos masivos en situaciones de epidemias y guerras. Y actualmente, por la utilización de
elevada tecnología médica que puede mantener o prolongar la vida en determinadas condiciones. La
legislación del Registro Civil marca los tiempos y las circunstancias para las inhumaciones y desde luego
la ciencia médica tiene los adecuados conocimientos del diagnóstico de muerte, aun cuando el
diagnóstico de muerte corresponda a situaciones como son la determinación de muerte cerebral o la
muerte «a corazón parado o en asistolia», regulados por la actual legislación en materia de extracción y
trasplante de órganos (Ley 30/1979, de 27 de octubre, sobre extracción y trasplante de órganos y el Real
Decreto 1723/2012, de 28 de diciembre, por el que se regulan las actividades de obtención, utilización
clínica y coordinación territorial de los órganos humanos destinados al trasplante y se establecen
requisitos de calidad y seguridad).

1. Tanatología forense

La tanatología, término que procede del griego thanathos «muerte» y logos, es la ciencia que abarca la
suma de conocimientos relativos a la muerte; siendo la tanatología forense el capítulo de la medicina
legal que abarca el estudio de la muerte y de todas sus circunstancias, desde el punto de vista de las
exigencias judiciales.

Su contenido incluye las siguientes áreas:

Diagnóstico de la muerte cierta. Estudio del cadáver y de los signos de muerte, así como el estudio de
sus fenómenos evolutivos (transformadores, destructores y conservadores).

Estudio del origen y causa de la muerte y todas aquellas circunstancias que la rodean.

La data de la muerte o cronotanatodiagnóstico.

Las técnicas de estudio del cadáver, siendo la autopsia el método principal de estudio y también todas
aquellas técnicas complementarias a esta.

La legislación en torno al cadáver.

1.1. Concepto médico y jurídico de la muerte


No hay una definición unívoca del término muerte. Para establecer el concepto médico de muerte se
proponen los términos: muerte biológica, la que ocurre tras la extinción de todas las funciones
biológicas del organismo, y que ocurre tras un período progresivo de desestructuración del organismo,
con diferente cronología según sistemas celulares, hasta llegar a alcanzar la muerte. Y el concepto más
utilizado en la práctica médica cotidiana, la muerte clínica, es decir, el diagnóstico de muerte aplicando
todos los conocimientos actuales que permiten declarar a la persona sin vida y que se basa en el cese de
las funciones cardíacas, respiratorias y neurológicas.

La muerte en sentido jurídico, y en aplicación del Código civil según dice el artículo 32, sería cuando con
la certificación de la muerte biológica de la persona se establece la extinción de la personalidad jurídica
de la misma.

2. Diagnóstico de la muerte cierta

Para el diagnóstico de muerte cierta se han definido una serie de signos, signos de muerteque
conocemos como la comprobación instrumental o no de determinadas condiciones o estados capaces
de demostrar la certeza de la muerte.

Hay dos grandes grupos de signos de muerte, que se clasifican, siguiendo al Prof. Gisbert Calabuig, en:

Signos negativos de vida.

Signos positivos de muerte.

2.1. Signos negativos de vida

Los signos negativos de vida son signos que aparecen tempranamente tras la muerte del individuo pero
que pueden ser clínicamente menos fiables. Actualmente con la utilización de medios y técnicas
diagnósticos su certeza está resuelta.
Siendo las funciones vitales respiratorias, cardíacas y neurológicas las definidas como la triada vital, el
cese de los tres bloques vitales supone la muerte irreversible, aunque actualmente la posibilidad de
mantener de manera artificial la función cardíaca y respiratoria hace que el diagnóstico de muerte
cerebral o neurológica cobre la mayor importancia.

1) Cese de la función respiratoria

Hay maneras muy rudimentarias de comprobar el cese de esta función (espejo en orificios nasales, signo
de la vela, etc.) utilizadas en otros tiempos como expresión de los métodos disponibles. Hoy en día se
utiliza la auscultación respiratoria, también puede utilizarse la electromiografía, la radioscopia, etc. No
es suficiente el cese aislado de esta función para un correcto diagnóstico, sino que debe darse en el
conjunto de fracaso vital, tanto cardíaco como neurológico.

2) Cese de la función cardiocirculatoria

a) Cese función cardíaca

Encontramos múltiples técnicas instrumentales utilizadas para la comprobación del cese de la función
cardíaca, desde la cardiopuntura para comprobar la existencia o no de contractura cardíaca, incluso con
la utilización de adrenalina al 1% como estimulante cardíaco, a lo más utilizado, como es la auscultación
cardíaca o el electrocardiograma. El ECG mide la función contráctil del corazón y así en caso de parada
cardíaca aparece la línea isoeléctrica, método gráfico muy utilizado en los servicios de emergencia tras la
reanimación pertinente. También se ha propuesto la radioscopia y la radiografía cardíaca. Otra técnica
sería la ecocardiografía.
Hay que tener en cuenta que no garantizan fiabilidad estas técnicas si el individuo está sometido a
maniobras de reanimación o bien con aplicación de técnicas de mantenimiento de esta función y/o de la
función respiratoria.

b) Cese función circulatoria periférica

Para el diagnóstico del cese de la función circulatoria periférica hay múltiples indicios y muchos de ellos
de carácter anecdótico que hoy no tienen mayor trascendencia clínica, como son la decoloración de
tegumentos, palidez cutánea, ausencia de palpación de pulsos arteriales, etc. También la provocación de
pliegues en la piel, la prueba diatérmica, o el estudio de determinados signos oculares.

Los avances científicos y tecnológicos y el interés de nuevos procedimientos y actualizaciones en


materia de extracción y trasplantes de órganos, así como los criterios que la legislación señala, Ley
30/1979, de 27 de octubre, por la cual se dictan las disposiciones sobre la extracción y el trasplante de
órganos y la norma más reciente, de entrada en vigor en el mes de enero del 2013, el Real Decreto
1723/2012, de 28 de diciembre, por el que se regulan las actividades de obtención, utilización clínica y
coordinación territorial de los órganos humanos destinados al transporte y se establecen los requisitos
de calidad y seguridad nos facilitan una manera de diagnóstico de muerte cierta cuando se dan criterios
circulatorios y respiratorios específicos en las denominadas «muertes por asistolia».

Diagnóstico de muerte por criterios circulatorios y respiratorios

 
a) El diagnóstico de muerte por criterios circulatorios y respiratorios se basará en la constatación de
forma inequívoca de ausencia de circulación y de ausencia de respiración espontánea, ambas cosas
durante un período no inferior a cinco minutos.

b) Como requisito previo al diagnóstico y certificación de la muerte por criterios circulatorios y


respiratorios, deberá verificarse que se cumple una de las siguientes condiciones:

Se han aplicado, durante un periodo de tiempo adecuado, maniobras de reanimación cardiopulmonar


avanzada, que han resultado infructuosas. Dicho período, así como las maniobras a aplicar, se ajustarán
dependiendo de la edad y circunstancias que provocaron la parada circulatoria y respiratoria. En todo
momento deberá seguirse lo especificado en los protocolos de reanimación cardiopulmonar avanzada,
que periódicamente publican las sociedades científicas competentes. En los casos de temperatura
corporal inferior o igual a 32 ºC se deberá recalentar el cuerpo antes de poder establecer la
irreversibilidad del cese de las funciones circulatoria y respiratoria y por lo tanto, el diagnóstico de
muerte.

No se considera indicada la realización de maniobras de reanimación cardiopulmonar en base a razones


médicas y éticamente justificables, de acuerdo con las recomendaciones publicadas por las sociedades
científicas competentes.

c) La ausencia de circulación se demostrará mediante la presencia de al menos uno de los siguientes
hallazgos:

Asistolia en un trazado electrocardiográfico continuo.

Ausencia de flujo sanguíneo en la monitorización invasiva de la presión arterial.

Ausencia de flujo aórtico en un ecocardiograma.


Si lo permiten los avances científicos y técnicos en la materia, podrá utilizarse cualquier otra prueba
instrumental que acredite absoluta garantía diagnóstica.

3) Cese funciones nerviosas

Pueden establecerse dos grupos de signos de cese de funciones nerviosas, el primero comprendería los
signos propios de muerte cerebral y el segundo los signos propios del cese de funciones nerviosas
periféricas.

a) Diagnóstico de muerte cerebral

Los nuevos avances científicos y tecnológicos en la ciencia médica han hecho que el diagnóstico de
muerte cierta, al poder realizar el mantenimiento de funciones respiratorias y cardíacas, se vean
reflejados sobre todo en el diagnóstico de muerte encefálica o cerebral.

Los criterios científicos y los avances producidos en este campo vienen de la mano de una regulación
concreta referente a la extracción, donación y trasplantes de órganos, ya que las medidas utilizadas
exigen la mayor fiabilidad y certeza en el diagnóstico de la muerte. En España, se inicia la regulación con
la Ley 30/1979, de 27 de octubre, sobre Extracción y Trasplante de Órganos, que establecía los
requisitos para la cesión, extracción, conservación, intercambio y trasplante de órganos humanos con
fines terapéuticos. Después de sucesivas actualizaciones legislativas en el desarrollo de esta ley, desde el
mes de enero del 2013 ha entrado en vigor el Real Decreto 1723/2012, de 28 de diciembre, por el que
se regulan las actividades de obtención, utilización clínica y coordinación territorial de los órganos
humanos destinados al trasplante y se establecen requisitos de calidad y seguridad.

Los criterios diagnósticos clínicos, los períodos de observación y las pruebas confirmatorias que se
requieran según las circunstancias médicas, se ajustarán a los protocolos de diagnóstico y certificación
de la muerte para la obtención de órganos de donantes fallecidos, según lo regulado en la normativa
vigente y así se pueden extraer las condiciones que expresamente dicta el RD y que son de obligado
cumplimiento para el diagnóstico actual de la muerte cerebral.

Diagnóstico de muerte por criterios neurológicos (muerte encefálica)

Condiciones diagnósticas

Coma de etiología conocida y de carácter irreversible. Debe haber evidencia clínica o por neuroimagen
de lesión destructiva en el sistema nervioso central compatible con la situación de muerte encefálica.

Exploración clínica neurológica

El diagnóstico de muerte encefálica exige siempre la realización de una exploración neurológica que
debe ser sistemática, completa y extremadamente rigurosa.

Inmediatamente antes de iniciar la exploración clínica neurológica, hay que comprobar si el paciente
presenta: la estabilidad clínica que se solicita y la ausencia de situaciones que pudiesen interferir en el
correcto diagnóstico de la muerte.

Ante la posible muerte cerebral, los hallazgos de la exploración neurológica son los siguientes:

Coma arreactivo, sin ningún tipo de respuesta motora o vegetativa al estímulo algésico producido en el
territorio de los nervios craneales; no deben existir posturas de descerebración ni de decorticación.

Ausencia de reflejos tronco encefálicos (fotomotor, corneal, oculocefálicos, oculovestibulares, nauseoso


y tusígeno).
Ausencia de respuesta al test de atropina. Tras la administración intravenosa de 0,04 mg/kg de sulfato
de atropina, no debe existir un incremento superior al 10% de la frecuencia cardíaca basal.

Apnea, demostrada mediante el «test de apnea», comprobando que no existen movimientos


respiratorios torácicos ni abdominales cuando la PCO2 en sangre arterial sea superior a 60 mm de Hg.

Hay determinadas situaciones clínicas que pueden dificultar o complicar el diagnóstico clínico de muerte
encefálica al impedir que la exploración neurológica sea realizada de una forma completa o con la
necesaria seguridad.

Se realizan una serie de pruebas recogidas en los protocolos médicos:

Pruebas que evalúan la función neuronal:

Electroencefalografía.

Potenciales evocados.

Pruebas que evalúan el flujo sanguíneo cerebral:

Arteriografía cerebral de los 4 vasos.

Angiografía cerebral por sustracción digital (arterial o venosa).

Angiografía cerebral mediante tomografía computerizada multicorte, con o sin estudio de perfusión
cerebral.
Angiografía cerebral mediante resonancia magnética nuclear.

Angiogammagrafía cerebral con radiofármacos capaces de atravesar la barrera hematoencefálica


intacta.

Sonografía doppler transcraneal.

Para el diagnóstico de muerte encefálica, si así lo permiten los avances científicos y técnicos en la
materia, se podrá utilizar cualquier otra prueba instrumental no incluida en la relación previa, siempre
que acredite absoluta garantía diagnóstica.

b) Diagnóstico del cese de las funciones nerviosas periféricas

El valor diagnóstico de los signos del cese de estas funciones y de las pruebas que se aplican son muy
variables y hoy en día prácticamente en desuso. Se podrían utilizar como métodos de diagnóstico el
electromiograma o bien los potenciales evocados.

2.2. Signos positivos de muerte

Los signos positivos de muerte son debidos al establecimiento de fenómenos cadavéricos. Son más


tardíos pero más certeros. Solo aparecen cuando se ha instaurado la muerte ya han cesado las funciones
vitales y el organismo se encuentra a expensas de factores internos o externos.

 
1) Fenómenos cadavéricos debidos a cambios hísticos

Estos signos de muerte aparecen por cambios en el medio interno, por la anoxia y la acidificación y por
la aparición de la autolisis.

a) Signos por cambios en la reacción del medio interno. Con la muerte se produce una acidificación de
los tejidos y fluidos del organismo.

b) Signos por cese de las oxidorreducciones en los tejidos.

c) Signo de Rebouillat. Se refiere a la pérdida de elasticidad de las fibras epidérmicas tras la muerte.

2) Fenómenos cadavéricos abióticos

Livideces y rigidez cadavéricas.

3) Fenómenos cadavéricos originados por la putrefacción

Estos signos obedecen a la intervención de los gérmenes que hay en el cadáver.

2.3. Fenómenos evolutivos que aparecen en el cadáver


Como fenómenos cadavéricos conocemos una serie de fenómenos que acontecen en el cuerpo sin vida
cuando están sometidos a determinadas influencias tanto internas como externas.

Los fenómenos cadavéricos pueden ser clasificados en:

Fenómenos cadavéricos transformadores: abióticos y bióticos.

Fenómenos cadavéricos destructores: autolisis y putrefacción.

Fenómenos cadavéricos conservadores: naturales o artificiales.

2.3.1. Fenómenos cadavéricos transformadores

1) Fenómenos cadavéricos abióticos

Estos fenómenos surgen por influencias ambientales sobre el cadáver y son:

El enfriamiento cadavérico, algor mortis, ocurre con el cese de las funciones vitales. El hombre pierde su
capacidad homeoterma, es decir, la capacidad de mantener una temperatura corporal en unos valores
constantes. Hay una pérdida gradual de temperatura del cadáver hasta igualarse con la temperatura del
medio ambiente.
El enfriamiento corporal comienza por las partes salientes y expuestas, cara, pies y manos, y
aproximadamente a las 2 horas de la muerte ya es perceptible la frialdad. Posteriormente llega a
extremidades, pecho y torso. Las zonas que más conservan el calor corporal son el abdomen, axilas y
cuello. Los órganos abdominales pueden ser perceptibles al tacto con calor casi a las 24 horas de la
muerte.

La evolución cronológica del enfriamiento podría ser completa desde las 8 a las 17 horas de la muerte,
aunque es más frecuente que lo sea aproximadamente a las 10-12 horas cuando la exploración es por
tacto de la superficie corporal; si se utiliza el termómetro el enfriamiento se evidencia a las 24 horas.

Para la determinación del enfriamiento, ya se ha comentado que se hará mediante inspección y


palpación, será por el tacto y la evolución observada, pero resulta recomendable utilizar métodos como
el termómetro rectal (a excepción de sospecha de delito sexual) o bien por la utilización del termómetro
intrahepático o subhepático con abordaje abdominal.

No es sencilla la valoración cronológica de este fenómeno cadavérico ya que hay múltiples factores que
pueden influir:

Causa de la muerte: Hay causas de muerte que aceleran el enfriamiento, como son las hemorragias, las
enfermedades crónicas o las intoxicaciones por alcohol, las muertes por frío o las grandes quemaduras.
Sin embargo lo enlentecen las muertes por golpe de calor, la sofocación, y las patologías agudas.

Factores individuales: Influye la edad, el estado nutricional, el peso.

Factores ambientales: Se enfría más rápidamente cuanto mayor sea la humedad y la aireación y más
baja la temperatura ambiental. Aunque estos factores ofrecen grandes variabilidades, el tiempo que
tarda en enfriarse el cadáver depende más de la diferencia de temperatura corporal y ambiental que de
las cifras absolutas de estas. Se tendrá en cuenta el lugar de hallazgo del cadáver, al aire libre o bien a
cubierto, con ropas o desnudo, etc.

La deshidratación cadavérica es un fenómeno cadavérico que se deriva de la evaporación de líquidos


corporales del cadáver debido a condiciones ambientales que suelen ser extremas. Entre los hallazgos
propios de la deshidratación cadavérica encontramos:
Fenómenos generales: Es la pérdida de peso del cuerpo. No suele apreciarse en cadáveres de adulto
sino en recién nacidos y niños de escasa edad.

Fenómenos locales:

Apergaminamiento cutáneo: Se da la formación de una placa dura, amarillenta y seca al haberse


desprendido la capa córnea de la epidermis por la deshidratación.

Desecación de las mucosas: Se aprecia en labios, sobre todo en recién nacidos o niños de escasa edad,
se crea a modo de un ribete pardo, rojizo. También es visible, en ocasiones, en las niñas en zona vulvar.
Este fenómeno requiere un correcto diagnóstico diferencial para no confundir con otros signos que
pudiesen orientar a la sospecha de delitos.

Fenómenos oculares: Dependerán si los ojos permanecen abiertos o cerrados. La pérdida de


trasparencia de la córnea. La aparición de la mancha esclerótica de Sommer-Larcher: se muestra como
una mancha oscura en ambos ángulos oculares, primero en el externo y luego en el interno, se ha
desecado la esclerótica y vemos el pigmento de la coroides. El hundimiento del globo ocular. La pérdida
de tonicidad ocular, flojo, y blando por pérdida de líquidos intraoculares.

Las livideces cadavéricas, livor mortis, pueden explicarse cuando al cesar la función cardíaca la sangre no
resulta bombeada por el corazón y, por tanto, queda a expensas de la gravedad. La sangre se situa en las
zonas declives del organismo, se distienden los capilares y aparecen unas manchas rojizo-violáceas que
serán las livideces. Aparecen siempre, a veces hasta en período final de la agonía, pero lo más corriente
es que empiecen tras la muerte evolucionando su coloración y su extensión. Se inician en forma de
pequeñas manchas aisladas, rojizo-violáceas, que empiezan a confluir hasta abarcar zonas más amplias
en el plano inferior o declive.

Si el cuerpo se encuentre en posición de decúbito supino, hacen su primera aparición en la región


posterior del cuello a los 20-45 min, y empiezan a confluir después de 1,45 h. En el resto del cadáver
aparecen de 3 a 5 horas después de la muerte. Ocupan todo el plano inferior del cadáver a las 10-12
horas del fallecimiento. Simultáneamente, con la formación de las livideces, la piel de la región corporal
opuesta va palideciendo, tomando el color céreo tan característico de la muerte. Una vez establecidas
no suelen cambiar de forma ni de coloración, a excepción del fenómeno de la «transposición de las
livideces». Entre las características de las livideces se debe tener muy en cuenta en el estudio del
cadáver:

La coloración: Normalmente son de color rojo violáceo, pero pueden variar según la causa de la muerte,
más concretamente según la coloración sanguínea en el momento de la muerte:

Intoxicación por CO y cianuro: sonrosadas.

Intoxicación por metahemoglobinizantes: achocolatadas.

Asfixias: rojo oscuro.

Sumersión: rojo claro, rosadas.

Muerte por hemorragias: claras y escasas.

La distribución: Dependerá de la posición del cadáver. En posición decúbito supino las manchas serán de
localización dorsal, con excepción de las partes sometidas a presión (escápulas, nalgas, parte posterior
muslos, pantorrillas y talones). En decúbito prono estarán en plano anterior del cadáver y con la misma
salvedad relativa a las zonas de apoyo e igualmente en otras posiciones. Predominio en zonas declives a
excepción de zonas de apoyo o presión.

Hay situaciones de gran interés médico legal:

Livideces paradójicas: Se forman en regiones no declives. Se observan en la cara y región anterior de


cuello y tórax en cadáveres en decúbito supino y en algunas muertes repentinas y/o asfícticas.
Transposición de las livideces: Es la posibilidad de transporte o desplazamiento de las livideces
cadavéricas cuando se cambia de posición el cuerpo una vez ya iniciado el proceso. Podemos encontrar
livideces opuestas a otras. Esto solo ocurre si se cambia de posición al cadáver antes de las 10-12h tras
la muerte, ya que a partir de ese momento las livideces se fijan en su posición original. Si la movilización
del cuerpo se realiza tras más de 18 horas después de la muerte, las livideces de la posición inicial no
desaparecen y si el cambio de posición se da después de 24 horas no se formarán nuevas livideces.

Diagnóstico diferencial con las equimosis: Se hará mediante una incisión en la zona afectada. Si se trata
de equimosis mostrará sangre extravasada, coagulada y adherida a los tejidos, si se trata de livideces la
sangre no está extravasada ni coagulada.

La hipóstasis visceral es la acumulación de sangre en las partes declives de las vísceras. Se trata del
mismo fenómeno en los órganos internos que en la superficie cutánea. No se debe confundir con
estados patológicos, como las congestiones vitales.

2) Fenómenos cadavéricos bióticos

Son una serie de modificaciones que expresan los cambios de naturaleza físico-química que tienen lugar
en el cadáver al producirse la muerte.

La rigidez cadavérica, rigor mortis, la apreciamos cuando tras la muerte y pasado el estado inicial de
relajación y flacidez muscular aparece, al cabo de cierto tempo, un lento proceso de contracción
muscular y rigidez.

Lacassagne define la rigidez como un estado de dureza, retracción y tiesura que sobreviene en los
músculos después de la muerte. Se trata de un fenómeno constante, variando solo en el momento de
instaurarse, que puede ser excepcionalmente precoz o muy tardío. La rigidez se produce por cambios de
reacción bioquímica en el tejido muscular.

La evolución cronológica de la rigidez cadavérica suele iniciarse a las 3-6h tras la muerte y es completa a
las 8-12 horas, alcanzando su máxima intensidad a las 24 horas y desaparece a las 36-48 h.
Aparece, inicialmente, en los músculos de la mandíbula inferior y orbiculares de los párpados; después
afecta a la cara y pasa al cuello, invadiendo sucesivamente el tórax, los brazos, el tronco y, por último,
las piernas. Desaparecerá en el mismo orden.

En la evolución de la rigidez se distinguen 3 fases:

Fase de instauración: Comprende desde el inicio del proceso hasta su máxima instauración (24h). La
rigidez puede vencerse aplicando cierta fuerza, pero el proceso de la instauración de la rigidez se
reinicia.

Periodo de estado: En este período la rigidez es prácticamente invencible. Se pueden producir desgarros
o fracturas.

Wikipedia

HISTORIA DE LA TANATOLOGIA FORENSE

La primera autopsia documentada fue en 1286 durante una plaga en Italia, pese a que se sabe que ya se
realizaban con anterioridad. Posteriormente también hay constancia de procedimientos en busca de
conocimientos anatómicos, que se realizaban a través de autopsias y no de disecciones.

En la escuela de medicina en Bolonia hacia el siglo XIV, se realizaban autopsias por causas legales antes
que disecciones, ya que también dependían de la escuela de derecho y, en muchas ocasiones
colaboraban para determinar muertes en casos muy difíciles. Más tarde, en 1360 se realizaron autopsias
en Europa, con cadáveres de criminales ejecutados, pese a que las actuales religiones no lo veían con
buenos ojos.

No es hasta 1507 que las autopsias empiezan a ser consideradas una práctica médica para determinar la
causa de algunas muertes o la evolución de enfermedades.

Fue a partir de finales de 1800, cuando la autopsia empezó a ser la forma de determinar la hora de la
muerte, gracias a que empezaron a identificarse los fenómenos cadavéricos y su evolución. No obstante,
todavía no se sabía a ciencia cierta la causa de esos cambios, y eso daba lugar a errores de varias
índoles.

Lo que en aquel entonces se interpretaba a veces como una mueca de horror o de pánico, era en verdad
el resultado del cambio físico o del daño causado por un arma, una sustancia cáustica, un animal o un
insecto. O bien podía tratarse del cambio de color causado por el sofocamiento, la lividez o el comienzo
de la descomposición. Muchos médicos veían y observaban, pero aún no comprendían plenamente lo
que ocurría a los cadáveres.

Alexander Lacassagne, realizó varios estudios en Lyon que supusieron un verdadero avance en el campo
de la tanatología, más concretamente en la comprensión de los fenómenos que tienen lugar en un
cuerpo inmediatamente después de su muerte.

Lacassagne tomó apuntes sobre el rigor mortis y su evolución cronológica, el algor mortis y cómo la
temperatura se iguala con el entorno, el livor mortis y la palidez cadavérica. Se dio cuenta de que estos
fenómenos eran útiles para determinar el IPM, y también de las variaciones que podían experimentar
según sus factores modificantes.

Con él, llegó una fascinación por la práctica forense y varios profesionales presentaron mejoras y nuevos
métodos, como Karl Rokitanski, que desde Viena enseñó a sus alumnos un método post mortem en el
cual se descubrían los órganos internos y se investigaban dentro del cuerpo.

Gohn fue un paso más allá e introdujo la técnica de extracción de órganos según su función, técnica que
aún se utiliza hoy en día en algunas escuelas de medicina.

Rudolf Virchow desde Berlín, tenía su propio método, que consistía en extraer y examinar los órganos
por separado. Es ésta la técnica más utilizada hoy en día en las autopsias. Es un procedimiento más
delicado, mediante el cual es menos probable que se pierdan fragmentos minúsculos de evidencia
médica.

La medicina forense así como todas las demás disciplinas médicas, se vio muy favorecida a partir de
1900 con invenciones tecnológicas tales como el microscopio electrónico, los rayos X o la resonancia
magnética.
3.https://es.m.wikipedia.org/wiki/Medicina_forense

La medicina forense,[1] también llamada medicina legal, jurisprudencia médica o medicina judicial, es la


rama de la medicinaque aplica todos los conocimientos médicos y biológicos necesarios para la
resolución de los problemas que plantea el Derecho. El médico forense auxilia a jueces y tribunales en la
administración de justicia, determinando el origen de las lesiones sufridas por un herido o la causa de la
muerte mediante el examen de un cadáver. Estudia los aspectos médicos derivados de la práctica diaria
de los tribunales de justicia, donde actúan como peritos. Se vincula estrechamente con el derecho
médico. El médico especialista en el área recibe el nombre de médico legista o médico forense.

https://es.m.wikipedia.org/wiki/Medicina_forense

2
4.http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0864-21252005000100025

   

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Revista Cubana de Medicina General Integralversión impresa ISSN 0864-2125versión On-line ISSN 1561-


3038Rev Cubana Med Gen Integr v.21 n.1-2 Ciudad de La Habana ene.-abr. 2005 

Certificado de reconocimiento por ingestión de bebidas alcohólicas

Héctor Barreiro Ramos,1 Adriana Barreiro Peñaranda,2 Eugenio Fernández Viera3 y Ofelia Marrero


Martín4 

Resumen

Dentro de los llamados procedimientos médico-legales hay 3 que son de suma importancia para el
médico de asistencia, el certificado de defunción, el de primera intención de un lesionado y el de
reconocimiento por ingestión de bebidas alcohólicas. En el caso de los dos primeros contamos con
algunas publicaciones que nos pueden ayudar en su confección; sin embargo, con respecto al último no
conocemos que se haya publicado algo, y por tanto, se hace necesario difundir los conocimientos al
respecto. El resultado de este procedimiento tiene una trascendencia indiscutible, tanto para el sujeto
sometido a él, como para los órganos de justicia; además del poco tiempo disponible en pregrado para
explicar este tipo de actuación. Se revisó la legislación vigente y trabajos relacionados con la temática de
las intoxicaciones y adicciones más comunes en nuestro país, fundamentalmente del fondo bibliográfico
del Instituto de Medicina Legal. La exposición la realizamos a manera de manual o guía práctica para el
examen clínico de la ingestión o embriaguez alcohólica, su diagnóstico diferencial con la intoxicación por
metanol, la marihuana y la toma de muestras entre otras cuestiones. El material está dirigido
fundamentalmente a los médicos de asistencia y estudiantes de 5to. año de la carrera de Medicina.

Palabras clave: Certificado, intoxicación, embriaguez alcohólica.

Dentro de los llamados procedimientos medicolegales1 que tiene que cumplir el médico de asistencia,
está el certificado de reconocimiento por ingestión de bebidas alcohólicas, establecido por la Resolución
39 del Ministro de Salud Pública que es explícita en su segundo Resuelvo, cuando dice:" Poner en vigor
con carácter general y obligatorio en todas las unidades del Sistema de Salud el Certificado Médico de
Reconocimiento por Ingestión de Bebidas Alcohólicas" ..., que luego sigue señalando que el mismo se
realizará a petición expresa de la autoridad, y por último agrega la obligación de realizar el examen
clínico de acuerdo con la guía que aparece al dorso del modelo.

Desarrollo

Podemos agregar como otro basamento legal de esta actuación el Código de Viabilidad y Tránsito,
(actualizado) por el Decreto Ley No. 231 del 12 de diciembre de 2002,2 que plantea en varios artículos
cuestiones relacionadas con este proceder:

Artículo 79.1.- Cuando un conductor cometa una infracción del tránsito conduciendo un vehículo de uso
personal y haya ingerido bebidas alcohólicas, se le duplicará el importe de la multa correspondiente a la
infracción cometida. 

Artículo 79.2.- Si se tratase de un conductor de vehículo de carga o de transporte colectivo de pasajeros


o de un conductor profesional, el simple hecho de conducir después de haber ingerido bebidas
alcohólicas, será sancionado con la suspensión de la licencia de conducción por no menos de 90 días y
no mayor de 1 año. Si, además, comete una infracción del tránsito también se le impondrá la sanción
establecida en el apartado anterior. 

Artículo 96.- Se prohíbe al poseedor legal o persona encargada por cualquier concepto de un vehículo,
conducir o permitir que otro conduzca:
Cualquier vehículo destinado a carga o transporte colectivo de pasajeros, cuando haya ingerido bebidas
alcohólicas. 

Cuando haya ingerido bebidas alcohólicas, en todos los casos que el conductor actúe en su condición de
chofer profesional.

El Código Penal actualizado3 señala:

Artículo 181.1- Incurre en sanción de privación de libertad de 3 meses a 1 año o multa de 100 a 300
cuotas o ambas el que:

Conduzca un vehículo encontrándose en estado de embriaguez alcohólica, o bajo los efectos de la


ingestión de drogas tóxicas o sustancias alucinógenas, hipnóticas, estupefacientes, u otras de efectos
similares. 

Permita que otra persona en estado de embriaguez alcohólica, o bajo los efectos de la ingestión de
drogas tóxicas, o sustancias alucinógenas, hipnóticas, estupefacientes u otras de efectos similares,
conduzca un vehículo del que esté encargado por cualquier concepto.

Artículo 181.2 - Se sanciona con privación de libertad de 1 a 3 meses o multa hasta 100 cuotas o ambas
al que:

Conduzca un vehículo habiendo ingerido bebidas alcohólicas en cantidad suficiente para afectar su
capacidad de conducción, aunque sin llegar al estado de embriaguez. 

Permita que otro conduzca un vehículo de su propiedad o del que esté encargado por cualquier
concepto, a sabiendas de que ha ingerido bebidas alcohólicas, que sin llegar al estado de embriaguez le
han afectado su capacidad de conducción.

Artículo 181.3.-Si el delito se comete por un conductor de vehículo de carga o de trasporte colectivo de
pasajeros, o un conductor profesional que actúe como tal, la sanción será:

Privación de libertad de 6 meses a 2 años, o multas de 200 a 500, o ambas en el caso del apartado 1. 
Privación de libertad de 3 meses a 1 año, o multa de 100 a 300 cuotas, o ambas en el caso del apartado
2.

Sabemos que los accidentes de tránsito son uno de los factores que más afectan a la población, 4 y que
el alcohol es su amigo íntimo; 5 por ello es de suma importancia la toma de muestras para el estudio de
la alcoholemia, porque nos dice las condiciones en que se hallaba el conductor o la víctima en el
momento del accidente (Fournier Ruiz IG. Medicina Legal en Preguntas y Respuestas. La Habana.
ISCMH,1987.p.45-87).

Entre los parámetros y técnicas del examen clínico podemos citar hacer solo el examen a petición de la
autoridad competente, cerciorarnos de que el examinado no esté masticando "algo" mientras tomamos
los datos generales, y ese "algo" tiene que botarlo, al igual que si está fumando. Luego se deben esperar
unos 10 minutos para oler su aliento, por lo que se recomienda, continuar con el resto del examen, y
luego pedirle que realice una inspiración profunda y expire lentamente.

Durante el interrogatorio y examen, se deben descartar traumas craneales o de miembros que puedan
alterar algunas pruebas, como también si tiene un padecimiento crónico, agudo, o defecto físico en las
extremidades, hay que profundizar en las maniobras que se pueden hacer y acentuar más la
observación. Las maniobras que sean imposibles o dolorosas se descartan, pero se explica por qué no se
realizan. Se sobreentiende que el médico no está limitado a las maniobras que obran al dorso del
modelo oficial, y por tanto, puede hacer las que entienda necesarias para arribar a un diagnóstico.

Si se va a extraer sangre para estudio de alcoholemia, debe ser inmediatamente después del examen
clínico, al igual que si se va a tomar muestra de orina. Este examen clínico debe contemplar disímiles
aspectos:

Aliento etílico: Será apreciado por el médico examinador al aproximar la nariz a la boca del examinado lo
más cercana posible, aunque en ocasiones no es necesaria dicha maniobra por lo evidente del aliento
durante el interrogatorio. 

Maniobras imprecisas: Para ello se puede volcar una caja de fósforos sobre una mesa o camilla, y se le
pide al sujeto que vaya cogiendo los fósforos uno por uno sin hacer contacto con los otros (juego de
palitos chinos). Se observan las dificultades del examinado, y en base a ello, se concluirá si la afectación
es ligera, moderada o severa. 
Disminución de la atención: Se puede comprobar durante el interrogatorio, ya que el examinado desvía
su atención hacia otras actividades circundantes; además, se medirá su capacidad de concentración
indicándole que cuente en retroceso. 

Alargamiento del nistagmo de rotación: Se precede a sentar al paciente en una silla giratoria cualquiera
o quedarse de pie, y después de varias vueltas en el mismo punto, se le detiene para explorar la
duración del nistagmo, anotándose los resultados que serán consideradas como ligero a moderado si
dura de 9 a 19 s, y severo si se mantuviera 20 s o más. 

Disminución de la sensibilidad corneal: Puede explorarse soplando directamente y de cerca sobre los
ojos abiertos del examinado, para observar si tiende a cerrarlos de inmediato o no. Debe realizarse por
sorpresa, aunque en ocasiones resulta difícil su apreciación. 

Euforia: Se valorara con cuidado, pues generalmente no se conoce la personalidad del examinado,
aunque pueden existir elementos que indiquen otro estado de alteración de la conducta, como es la
agresividad o el distanciamiento, entre otros. 

Hipo, náuseas y vómitos: Estos elementos pueden ser comprobados por el médico examinador o por
referencias del agente de la autoridad, como también por el interrogatorio al propio examinado. 

Lenguaje tropeloso e inmotivado: Se apreciará durante el interrogatorio y el examen. 

Marcha atáxica (en zigzag): Es expresión de una alteración de la coordinación, y se expresa por la
tendencia caerse hacia delante, hacia atrás o a los lados (anteropulsión, retropulsión y lateropulsión
respectivamente). 

Romberg positivo: Se realizará el Romberg simple, en el cual es muy importante el balanceo que
presenta en el examinado. También se hará el sensibilizado. Igualmente debe valorarse la edad y el
estado emocional del individuo, así como la existencia de enfermedades de base o traumas que puedan
interferir. 
Incoordinación motora de extremidades: Se explora la coordinación dinámica a través de las pruebas
siguientes:

Miembros superiores: índice____índice     indice____nariz 

Miembros Inferiores: talón____rodilla

Sueño constante: Nos indica una embriaguez marcada, y se ve a veces aún cuando el examinado está de
pie. 

Desorientación en tiempo y espacio: Se comprobará mediante el interrogatorio, y constituye un signo de


embriaguez marcada, cuando está presente. 

Pérdida del conocimiento: Resulta evidente su observación, pero deberá descartarse que no responda a
otra causa, sobre todo, en los sujetos lesionados con trauma craneal.

La interpretación y manera de informar preferimos, de forma didáctica, separarlas en dos tipos de


signos. La llamada de ingestión, que es cuando hay aliento etílico presente, y están alteradas de manera
ligera a moderada las maniobras manuales, cuando se aprecia una atención disminuida, el reflejo
corneal y el nistagmo de rotación (de 9 a 19 s), o también si estamos en presencia de incoordinación
motora. Si se dan uno o varios de estos elementos, decimos que presenta signos de haber ingerido
bebidas alcohólicas, pero que no se encuentra en estado de embriaguez; mientras que si no se
demuestran ninguno de estos, concluimos que no presenta signos de haber ingerido bebidas
alcohólicas. 

El segundo, conocido como de embriaguez se da si el examinado presenta, además de alguno de los


signos anteriores, lenguaje tropeloso e inmotivado, y las pruebas han estado muy alteradas, (maniobras
manuales severamente imprecisas, atención muy disminuida, hipo, naúseas, vómitos, marcha atáxica,
Romberg positivo, incoordinación severa, nistagmo de rotación severo de 20 s o más, sueño constante o
pérdida del conocimiento). Con estos resultados concluiremos que el sujeto se encuentra en estado de
embriaguez.
Como se ve, no hay que concluir si está o no apto para conducir, ya que esto en las condiciones actuales,
el médico no lo puede asegurar. 

Diagnóstico diferencial con la intoxicación por marihuana 

De todo lo revisado,6-9, preferimos lo descrito por Fournier6como Complejos Clínicos de la Intoxicación


Cannábica Aguda, donde señala 4 tipos: 

El oculoparpebral: Midriasis, congestión conjuntival y blefarostenosis. En la intoxicación alcohólica


aguda puede haber midriasis y anisocoria,7 pero más frecuentemente hay miosis.8 La congestión
conjuntival se aprecia en ambos, pero la blefarostenosis del alcoholismo es menor y reaccional, mientras
la del cannábico es fija todo el tiempo que dura la intoxicación. En el alcoholismo es muy frecuente el
nistagmo y la reacción pupilar a la luz ordinaria suele estar ausente; sin embargo, en la intoxicación
cannábica hay fotofobia, en la oscuridad suelen presentarse ilusiones y alucinaciones terroríficas, lo que
no es frecuente en la intoxicación alcohólica aguda. En la intoxicación cannábica existe, por resequedad
de las mucosas, dificultad para los movimientos oculares.

El dinamolocomotor: Hay agitación motriz, y se diferencia de la intoxicación alcohólica en que sus


movimientos son firmes al igual que su marcha, y no hay incoordinación como en el alcohólico. Tampoco
está perturbada la conciencia, solo que esta no puede controlar la agitación, mientras que en el
alcoholismo sí se da esta perturbación, aunque como en este caso también, con frecuencia las nociones
del tiempo y espacio se pierden en alguna medida. 

El complejo rinobucofaríngeo: Está caracterizado por la sequedad de las mucosas, la dificultad para
escupir que contrasta con el saliveo del embriagado, y el aliento se ha comparado con el de heno
quemado o hierba seca, etc. En ambos casos suele haber naúseas y vómitos, mientras que el hipo es
propio del embriagado. 

El complejo neuropsíquico: Es el más variable, pero se señala con mucha frecuencia la euforia profunda,
amplia, inmotivada y la risa tonta. También se presenta distorsión de las percepciones sensoriales, un
aumento de la sensibilidad para los sonidos y los colores, los detalles aparecen exagerados, pérdida de
la noción del tiempo, sensación de ingravidez, aumento de las capacidades psíquicas superiores y de la
sensibilidad táctil, estado de ansiedad y la presencia de síntomas paranoides. Hay sudoración profusa y
taquicardia, tendencia a la hipertensión, los ruidos, las luces, etc., que a su vez dan lugar a ilusiones y
alucinaciones. Se presenta también horripilación de la piel. 

No es ocioso señalar que la embriaguez alcohólica cursa que por 3 períodos clásicos, que son en primer
lugar el conocido como del cordero o del mono, donde se destaca la euforia, la alegría, la locuacidad, la
exaltación, la hiperactividad y el excitación. El segundo, llamado médico legal o del león, en el que
disminuyen las facultades intelectuales, se pierde el autocontrol, aparece excitación sexual con
impotencia genital, la mirada es apagada, la palabra se torna pastosa, la visión es doble, hay
incoordinación de los movimientos, irritabilidad y agresividad; y el tercero, llamado del cerdo,
caracterizado por el hipo, las naúseas, el vómitos, el babeo, la somnolencia, el sueño profundo o el
coma.

Diagnóstico con la intoxicación con metanol

Después de un período asintomático un entre 8 y 12 h, comienza una ligera embriaguez con malestar,
cefalea, vómitos, vértigos, astenia, somnolencia, taquicardia, cólicos violentos, disnea, cianosis,
sequedad bucal, disminución progresiva de la visión, convulsiones, coma, y trastornos respiratorios que
pueden llevar a la muerte.

No obstante, si esto no bastara para dar una diagnóstico certero, deben realizarse pruebas de
laboratorio que dirán la última palabra, aunque para los análisis toxicológicos se debe saber tomar las
muestras debidamente.

La extracción, por ejemplo, se hará por las técnicas tradicionales, o sea por punción venosa superficial
en la zona del antebrazo, sin usar el alcohol como antiséptico (que aunque se ha demostrado que no
influye, es preferible no usarlo), y la aguja, la jeringuilla y el frasco tienen que haber sido esterilizados
por efecto del calor. Se deben extraer como mínimo 10 mL. Si no disponemos de los frascos especiales
con agujas acopladas, al vacío y con anticoagulante sólido, podemos usar los frascos de colirio, la
mayoría de 8 mL, esterilizados y con sus tapas, llenados hasta rebosar, y tapados herméticamente. El
anticoagulante ideal es el sólido (citrato o fluoruro de sodio 0,8 mg por 10 mL de sangre), de lo contrario
usar la heparina (1 gota por cada 5 mL). El frasco se identificará con un número de expediente, el
nombre del peritado, la fecha y hora de la extracción, además de una remisión según modelo propuesto
por el Instituto de Medicina Legal. 
Obviamente, lo ideal es realizar el análisis de inmediato, de lo contrario, mantener el frasco en
temperatura de 0 a 40 °C, y en última instancia, puede mantenerse en un lugar fresco hasta su envío al
laboratorio.

Conclusiones

Hasta aquí hemos visto la importancia de confeccionar correctamente este certificado que forma parte
de los deberes del médico de asistencia, así como los basamentos legales que nos obligan a esta
actuación. También se exponen los parámetros de su confección, cómo realizar el examen, cómo
informar su diagnóstico diferencial con la intoxicación por la marihuana, y cómo es el mecanismo para
las tomas de muestras y su conservación. Todo esto, aplicado correctamente, eleva la eficiencia en un
proceder muy importante de nuestro trabajo.

SummaryCertificate of recognition for the ingestion of alcoholic beverages

Among the so-called medico-legal procedures there are 3 that are very important for a physician: the
death certificate, that of first intention of an injured and that of recognition for the ingestion of alcoholic
beverages. There are some publications that can help us to made the first two; however, we do not
know about any publication on the latter. Therefore, it is necessary to spread the knowledge existing on
this regard. The result of this procedure is unquestionably significant for the individual subjected to it
and for the legal bodies, in addition to the little time available at the undergraduate level to explain this
type of acting. The standing legislation and the papers related to the topic of the most common
poisonings and addictions in our country, mainly from the bibliographic collection of the Institute of
Legal Medicine, were reviewed. A manual or practical guide was prepared for the clinical examination of
the ingestion of alcoholic beverages or intoxication, its differential diagnosis with the poisoning due to
the consumption of methanol and marijuana, and the taking of samples among other questions. The
material is mainly directed to physicians and 5th-year medical students. 

Key words: Certificate, poisoning, intoxication.

Referencias bibliográficas
1. Lancis Sánchez F. Lecciones de Medicina Legal. La Habana: Andrés Boisin; 1970.p. 3-5. 

2. Asamblea Nacional del Poder Popular. Decreto-Ley 231 Modificativo de la Ley No. 60, Código de
Viabilidad del Tránsito. La Habana: Ed. Especial; 2002. 

3. Cuba Ministerio de Justicia. Código Penal Cubano Actualizado. La Habana: MINJUS 1999.p. 149-55. 

4. Volkov MN. Aspectos médicos y sociales de la prevención y tratamiento de los accidentes. Cron de la
OMS 1973; 27: p.316- 27. 

5. Lancís Sánchez F. Nociones de Medicina Legal. La Habana: Fiscalía General de la República de Cuba.
1970. p.163. 

6. Fournier Ruiz IG. Los complejos clínicos de la intoxicación cannábica aguda. Act Med Legal. 1981; 1
(2): 25. 

7. Gisbert Calabuig JA. Medicina legal y toxicología. 2da ed. Valencia: Editorial Saber; 1983. p.140-7. 

8. Pedro Pons A. Patología y clínica médica. 3ra ed. Vol. 6. Barcelona: Salvat; 1969; p.1130-3. 

9. Simonín C. Medicina legal judicial. 2da ed. Barcelona: JIMS; 1966. p 572-5.

Recibido: 22 de julio de 2004. Aprobado: 2 de diciembre de 2004. 

Dr. Héctor Barreiro Ramos. Calle 19 # 1362 entre 24 y 26 apto 25, Vedado, municipio Plaza, Ciudad de La
Habana, Cuba.
1Especialista de II Grado en Medicina Legal. Profesor Asistente del Instituto Superior de Ciencias
Médicas de La Habana. 

2Especialista de I Grado en Medicina Legal. 

3Especialista de I Grado en Medicina Legal. Centro Provincial de Medicina Legal de La Habana. 

4Especialista de I Grado en Medicina General Integral. Profesora Instructora del Instituto Superior de
Ciencias Médicas de La Habana.

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