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PLAN UNIVERSIDAD EN CASA

PROGRAMA NACIONAL DE FORMACIÓN EN MEDICINA


INTEGRAL COMUNITARIA

Tanatología Forense
Tanatología Forense
Desde tiempos memorables se estudió la vida y la muerte, ha formado gran
parte de estos sucesos entre la medicina y la filosofía, estudiado y analizado
por grandes investigadores dentro de la historia a través del tiempo, estas
personas trataron de explicar conforme a los avances tecnológicos y desde
diferentes enfoques la muerte desde sus diferentes puntos de vista,
fundamentalmente su causa, de allí el sin fin de denominaciones que le dan al
fallecimiento en cuanto a su origen real, y en dependencia de los hechos que
conllevaron a ella.

Para poder comprender la muerte, debemos conocer acerca de la vida, que


según el profesor Gisbert Calabuig la define como un complejo conjunto de
fenómenos bioquímicos que siguen unas leyes fijas y que se traduce en el
funcionamiento normal del organismo con la aparición de unas constantes
vitales y un equilibrio biológico, físico y químico. Cuando este equilibrio se
altera, las constantes no conservan sus valores y aparecen alteraciones que
afectan a la normal fisiología del organismo y este “ENFERMA”; si lo que
ocurre es que cesa el equilibrio, desaparecen los valores constantes y el
organismo queda a merced de factores externos o ambientales y también a
merced de su propio medio interno, el organismo muere.

Se entiende por muerte a todo proceso terminal que consiste en la extinción


del proceso homeostático de un ser vivo y, por ende, concluye con el fin de la
vida. El proceso del fallecimiento -aunque está totalmente definido en algunas
de sus fases desde un punto de vista neurofisiológico, bioquímico y médico-, la
muerte aún no está del todo comprendida en su totalidad desde todos los
diferentes puntos de vista termodinámico y neurológico. La muerte “es un
proceso” que, dependiendo de su intensidad y calidad de la agresión que la
descencadena, tendrá una duración diferente, pero que está constituido por
una sucesión evolutivas de fases de desestructuración progresiva del
funcionamiento integrado del organismo como unidad biológica.

De manera generalizada la tanatología, término que procede del griego


thanathos “ muerte y logos estudio” , es la ciencia que abarca la suma de
conocimientos relativos a la muerte;siendo la tanatologíia forense el capítulo de
la medicina legal que abarca el estudio de la muerte y de todas sus
circunstancias, desde el punto de vista de las exigencias judiciales. Para
realizar el diagnóstico de la muerte se deben tener presente una seria de
signos que nos orientaran a establecer un correcto pensamiento clínico y
etiológico en cuanto a la víctima, y los hechos que se llevaron a cabo para
llegar a tal fin, estos signos se clasifican como signos ciertos e inciertos.
Dentro de los signos inciertos de la muerte se encuentran: la abolición de la
sensibilidad cutánea y sensorial, fascie cadavérica con nariz afilada, rostro
violáceo y ojos hundidos, inmovilidad, deshidratación y relajación de esfínteres.
En relación con los signos ciertos de muerte, algunos de estos signos se
producen debido al cese de las funciones vitales, mientras otros aparecen por
el establecimiento de los fenómenos cadavéricos; todos revisten gran
importancia médico legal y son: Cesación de los latidos cardíacos y la
circulación, supresión de la respiración, pérdida de la contractilidad muscular,
enfriamiento cadavéricos, livideces cadavéricas, rigidez cadavérica, espasmo
cadavérico y putrefacción cadavérica.

Es de gran interés tener presente el signo inequívoco de la muerte, el cual


no es más que la putrefacción cadavérica, ya que no se trata de la cesación de
un fenómeno vital sino de la modificación de los tejidos, que solo ocurre en el
cadáver y si no fuera que su inicio tiene lugar varias horas después de la
muerte, sería inútil el afán de buscar signo único y exclusivo de la muerte. Va
precedida de una serie de procesos fermentativos del cadáver, anaeróbicos,
que se llevan a cabo en el interior de las células por la acción de sus propias
enzimas. Sin participación bacteriana y que se agrupan bajo el nombre de
Autolisis.

Se puede señalar que el proceso de putrefacción tiene como fin la


destrucción del cadáver, la que se lleva a cabo por la descomposición de la
materia orgánica con la participación bacteriana. Las bacterias juegan un papel
fundamental en este proceso, estas pueden provenir del exterior, pero tienen
mayor relevancia las que se encuentran en el medio interno, en especial las
del tracto intestinal, que desde el mismo invaden el organismo a través de los
vasos sanguíneos, sirviéndoles las proteínas y los carbohidratos de la sangre
como medios de cultivo. El aspecto que indica que comenzó la putrefacción en
un cadáver es la aparición de una mancha verdosa en el cuadrante inferior
derecho del abdomen. Esta mancha se debe a la combinación del ácido
sulfhidríco, producido por los gérmenes saprófitos existentes a nivel del ciego,
con derivados de la hemoglobina, entre ellos la coleglobina; aparece alrededor
de las 24 h aproximadamente; aunque esta se puede retardar como ocurre en
sujetos muy delgados; ancianos; casos de grandes hemorragias; intoxicaciones
por monóxido de carbono, cianuro y arsénico; sepultamiento bajo tierra; frío
intenso y clima seco, entre otros. Por el contrario es acelerada en cadáveres de
obesos, niños, sujetos que han sufrido traumatismos extensos o enfermedades
sépticas, agonías prolongadas, cadáveres al aire libre y mucho más si se trata
de un cadáver extraído del agua.

Como hemos podido observar, se producen múltiples procesos que llevan a un


mismo fin, la descomposición de los tejidos; citando un pasaje bibliográfico
contenido en la biblia “del polvo vienes y polvo serás”, nos hace referencia de
que a medida que transcurren los años posterior a la muerte, nuestros cuerpos
sufren infinidades de transformaciones bioquímicas, moleculares, que solo nos
llevan a un objetivo, la degradación total de lo que anteriormente
considerábamos nuestro santuario “el cuerpo”, pero que es de gran importancia
porque, elementos como el nitrógeno, el fosforo y el azufre, los cuales están
ligados a la materia muerta se convierten en una forma utilizable por las
plantas, continuando así el ciclo natural de la vida.

Un hecho que siempre ha creado curiosidad en los humanos, es la data de


muerte, debido a que esta puede tener variaciones en dependencia del clima,
o procesos propios de la víctima, de manera general se plantea que para los
países tropicales estas serán las características de definen las horas de muerte
según Gisbert Calabuig:

Menos de una hora: temperatura corporal normal, no hay rigidez ni livideces,


se constata descenso de la mandíbula y midriasis; más de tres horas: frialdad
en zonas descubiertas, resistencia para cerrar la mandíbula, livideces tenues
en planos declives; más de ocho horas: frialdad cadavérica generalizada,
livideces nítidas bien establecidas que desaparecen con facilidad con la digito
presión, rigidez cadavérica generalizada y respuesta positiva a la estimulación
mecánica muscular de los bíceps y más de doce horas: frialdad cadavérica
generalizada, livideces nítidas bien establecidas que no desaparecen a la digito
presión, rigidez cadavérica generalizada y respuesta negativa a la estimulación
mecánica muscular de los bíceps.

No obstante cuando una persona muere, no siempre se debe a un hecho


violento, y no todo hecho violento es un delito, es por ello que la muerte desde
el punto de vista médico legal le da diferentes denominaciones:

Todo esto en relación con el agente causal del fallecimiento, y el cual nos
orientará a conocer si se cometieron actos ilícitos o si la muerte siguió un curso
natural, en caso de que se sospeche de culpabilidad, los entes de autoridad
(fiscales) brindaran permisos en cuanto al estudio del cuerpo para evidenciar si
existen elementos que corroboren la impresión diagnostica en relación con los
fenómenos externos y hechos que puedan hacer pensar una posible causa,
además de los elementos encontrados en la escena. La certificación de la
etiología médico legal que emite el médico legista está basada en hechos
conocidos acerca de las circunstancias que rodearon y llevaron a la muerte, en
relación con los hallazgos de la autopsia y las pruebas de laboratorio. De tal
forma se certifica la muerte por hechos violentos como: el homicidio, el cual se
define como la muerte de una persona por otra; como contraparte parte el
suicidio es la acción de quitarse la vida por un acto voluntario y violento; no
obstante el accidente es un suceso que es provocado por una acción violenta,
repentina, impredecible e incontrolada; por último es importante señalar la
muerte natural, la cual se certifica cuando se debe a una enfermedad o al
envejecimiento.

Nosotros, como futuros médicos debemos de conocer como examinar a un


cadáver, y sus pasos a seguir. En primer lugar, se debe realizar el
reconocimiento del cadáver mediante la inspección que hace el médico en el
exterior del cadáver, ésta a su vez puede ser de dos tipos: clínica y legal. En el
reconocimiento clínico esta se realiza en una muerte natural y lo realiza el
médico de asistencia, y su objetivo es diagnosticar el fallecimiento, lo cual
conlleva a la expedición del certificado médico de defunción o a la indicación de
la necropsia clínica. Mientras que por su parte, el reconocimiento judicial se
realiza también en el exterior del cadáver, pero con una orden de una autoridad
competente en caso de que se sospeche que la causa de muerte no fue natural
si no por actos violentos o por sospecha de criminalidad.

El segundo paso que se realiza es el levantamiento del cadáver, el cual es


una actuación médico legal sujeta a normas técnicas, médicas y psicológicas,
este se efectuará en un orden cronológico que de forma breve se describe
como sigue: Recoger los antecedentes del caso, comprobar la muerte y
determinar la data de esta, describir, dibujar, filmar o fotografiar el cadáver, su
posición y lugar donde fue hallado, describir el lugar donde fue habido el
cadáver, describir la ropa del cadáver, determinar u opinar si el cadáver está en
la misma posición y sitio que tenía cuando ocurrió la muerte, desvestir el
cadáver, reconocer el exterior del cadáver por planos de la cabeza a los pies,
localizando por regiones anatómicas los signos de violencia o de otra
naturaleza (producidas por animales después de la muerte, etc.); examinar los
orificios naturales, sin sondear ni dilatar heridas, sin practicar incisiones ni
ninguna otra operación, opinar sobre la causa de la muerte cuando se tengan
elementos y, finalmente, recomendar la realización de la necropsia para emitir
una conclusión definitiva sobre las causas de la muerte y la etiología médico
legal.

Por su parte, Se conoce como intervenciones sobre el cadáver a las


operaciones que se pueden practicar sobre él, interesando más o menos la
integridad de los tejidos. Se pueden señalar la disección, la necropsia, la
reconstrucción, el embalsamamiento, el modelado o mascarilla y el aseo y
compostura facial.

Por su grado de relevancia es importante tener conocimientos sobre la


necropsia-autopsia la cual se define como la abertura de un cadáver con el
objeto de averiguar la causa de la muerte y las circunstancias en que esta se
verificó, la misma es efectuada por un médico y tiene como sinónimos: autopsia
y tanatopsia. A su vez la necropsia puede ser de 2 tipos: la necropsia clínica y
la necropsia médico legal o judicial.

La necropsia clínica es aquella que se realiza en los casos de muerte


natural, el estudio es llevado a cabo por un especialista en anatomía patológica
y su objetivo fundamental es confirmar o conocer con fines científicos las
causas de la muerte; en el otro extremo tenemos a la necropsia médico legal,
que es realizada por el médico legista o forense, por disposición de una
autoridad competente, se práctica en casos de muerte violenta o sospecha de
criminalidad, esta a su vez incluye el estudio externo e interno del cadáver, el
de la ropa, y lugar del hecho y no precisa consentimiento de los familiares a
diferencia de la necropsia clínica.

La certificación de la muerte se lleva a cabo a través de la expedición del


certificado médico de defunción, el cual no es más que un documento oficial
empleado para registrar el deceso, el cual debe contener los datos generales
del fallecido y la información adicional acerca de esa muerte, es la certificación
de que esa persona ha fallecido.

De manera general, establecer el origen y la causa de muerte después de


practicar la necropsia es una de las grandes responsabilidades para el médico
forense, cuando dichos extremos no están claros o son discutibles, puede
convertirse en una de las tareas más arduas del quehacer profesional. La
determinación del origen y la causa de la muerte por parte del médico tiene
repercusiones jurídicas, sociales, económicas, sanitarias… por ello facilitar una
causa de muerte incorrecta puede generar incontables perjuicios que van
desde inducir a errores judiciales a que el propio patólogo se vea inmerso en
situaciones indefendibles, es por ello la importancia de conocer y ampliar
nuestros conocimientos en relación a este tema tan importante como lo es la
tanatología forense.

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