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Deísmo
El deísmo es una filosofía que deriva la existencia y la naturaleza de Dios de la razón y la
experiencia personal, en lugar de hacerlo a través de los elementos comunes de las
religiones teístas como la revelación directa, la fe o la tradición. La mención de Dios en
este artículo se refiere más a un Creador u Organizador (demiurgo) que al Dios
Abrahámico.
Así, uno de los principales postulados de esta filosofía religiosa está basado en la creencia
de que Dios existe y creó el universo físico, pero no interfiere con él (postulado que
incluye a la evolución teísta). Este postulado se relaciona y origina con una filosofía y
movimiento religioso que deriva la existencia y naturaleza de Dios por la razón. Por ello no
toma posición sobre lo que hace Dios fuera del universo, en contraste con el fideísmo que
se encuentra en muchas enseñanzas del cristianismo, islamismo y judaísmo, que sostiene
que la religión depende tanto de la revelación de las sagradas escrituras o del testimonio
de otra gente.
Los deístas típicamente también tienden a rechazar los eventos sobrenaturales (milagros,
profecías, etc.) y a afirmar que Dios no interfiere en la vida de los humanos y las leyes del
universo. Por ello, a menudo utilizan la analogía de Dios como un relojero. Lo que para las
religiones organizadas son revelaciones divinas y libros sagrados, la mayoría de deístas
entiende como interpretaciones inventadas por otros seres humanos, más que como
fuentes autorizadas. Los deístas creen que el mayor don divino a la humanidad no es la
religión, sino la habilidad de razonar.
El deísmo cobró notoriedad en los siglos XVII y XVIII durante la Ilustración, especialmente
en el Reino Unido, Francia y los Estados Unidos, principalmente entre aquellas personas
educadas como cristianas que vieron que no podían creer ni en la Trinidad divina, la
divinidad de Jesús, los milagros ni en la infalibilidad de la Biblia; pero que sí creían en un
solo dios. Inicialmente, no formaron ninguna congregación, pero con el tiempo el deísmo
también ha llevado al desarrollo de otros grupos religiosos, tales como el Unitarismo que
se convirtió más tarde en el Unitarismo universalista. Continúa hasta la actualidad en la
forma de deísmo clásico y deísmo moderno.

Descripción general 

Los deístas, en general, rechazan la religión organizada y los dioses personales "revelados"
argumentando que Dios es el creador del mundo, pero que no interviene de forma alguna
en los quehaceres del mundo, aunque esta posición no es estrictamente parte de la
filosofía deísta. Para ellos, Dios se revela a sí mismo indirectamente a través de las leyes
de la naturaleza descritas por las ciencias naturales.
El deísta no necesariamente negará que alguien pueda recibir una revelación directa de
Dios, pero esa revelación será válida sólo para esa persona. Si alguien asevera que Dios se
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le ha revelado, será una revelación de segunda mano y no habrá obligación de seguirle.


Esto implica la posibilidad de que se esté "abierto" a las diferentes religiones como
manifestaciones diversas de una misma realidad divina hacia la que tiende nuestra
naturaleza biológica, aunque no crea en ninguna en concreto como "verdadera" o
"totalmente verdadera".
Para afirmar el uso de la razón en la religión, el deísmo permite utilizar en mayor o menor
medida el argumento cosmológico, el argumento teológico y otros aspectos de la llamada
«religión natural». Sin embargo, igualmente no excluye que solo se pueda indicar que se
cree en Dios, pero aceptando que no se puede probar su existencia, al considerar
racionalmente que su creencia está basada solo en fe, y no en una verdad divina.
Las corrientes filosóficas deístas describen a un Dios ajeno a la creación directa de todos
los aspectos del mundo, a diferencia de la imagen literal que presentan religiones como el
islamismo, cristianismo o judaísmo. Sin embargo, la corriente filosófica deísta al promover
el librepensamiento, no pretende establecer ningún precepto ni dogma a seguir. Por lo
tanto, un deísta puede considerarse deísta cristiano, deísta judío, deísta musulmán, etc.
Así, El deísta cree en Dios, pero se encuentra fuertemente insatisfecho o no concuerda
con todos los postulados de las religiones y se plantea constantemente sus principales
afirmaciones. Por ello se considera que el Deísta:
1. Cree en Dios, pero no acepta los credos de ninguna religión particular.
2. Cree que la palabra de Dios es el Universo y la naturaleza, pero no cree que esté
representada total o parcialmente en libros o escritos considerados sagrados.
3. Usa la razón para reflexionar acerca de cómo puede ser Dios, en lugar de aceptar
que le adoctrinen sobre Él.
4. Prefiere guiar sus opciones éticas a través de su conciencia y reflexión racional, en
lugar de adecuarlo a lo dictado de libros sagrados o autoridades religiosas.
5. Disfruta de la libertad de buscar la espiritualidad por sí mismo, y sus creencias
religiosas no se han formado por la tradición o la autoridad religiosa.
6. Prefiere considerarse racional o espiritual antes que religioso.
7. Cree que Dios puede sentirse y/o encontrarse con la misma facilidad fuera que
dentro de un templo o construcción religiosa.
8. Cree que hay creencias básicas religiosas que son muy racionales tras eliminar lo
que pueda haber de superstición.
9. Cree que las ideas religiosas deben reconciliarse y/o adaptarse, y no contradecir a
la ciencia.
10. Cree que la religión y el Estado deben estar separados.
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Historia del deísmo

Las raíces del deísmo están ligadas a los antiguos filósofos griegos y, en especial, a la
filosofía aristotélica de la primera causa. Posteriormente este movimiento florece durante
el Renacimiento con el soporte de científicos ingleses e italianos, como Galileo y Newton;
pero no es hasta la época de la Ilustración, a fines del siglo XVII, que el movimiento deísta
llega a su apogeo a partir de los escritos de autores ingleses y franceses, como Thomas
Hobbes, John Locke, Jean Jacques Rousseau y Voltaire. Al mismo tiempo con los escritos
de los padres fundadores norteamericanos, como John Quincy Adams, Ethan Allen,
Benjamin Franklin, Thomas Jefferson, James Madison, George Washington y, sobre todo,
Thomas Paine. Concretamente los principios deístas tuvieron un efecto en las estructuras
políticas y religiosas de EE.UU., como son la separación de la Iglesia y el Estado, y la
libertad religiosa.

Deístas famosos

Uno de los deístas de referencia es Thomas Paine que en su obra Age of Reason ("La edad
de la razón"), dijo que la naturaleza es la verdad y la incambiable "Palabra de Dios", sin
duda. Otros importantes deístas son los filósofos de la ilustración Voltaire, Rousseau y
Montesquieu. Se pueden mencionar también como deístas indirectos a los filósofos
griegos Sócrates, Platón y Aristóteles, aparte de los padres fundadores de Estados Unidos
como Benjamin Franklin y George Washington.

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