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Caminándolos, hemos visto que casi todo está por descubrir. Tesoros valiosísimos de la
Madre Naturaleza permanecen aún escondidos, esperándonos, Guardan las respuestas
adecuadas a las preguntas con que nos ha ido desafiando el desarrollo.
Los árboles son una de esas fuentes inagotables de respuestas que la vida nos reserva
para que las desentrañemos. Miles de árboles que aún ni conocemos y otros miles que
no aprovechamos llevan dentro miles de soluciones que hoy necesitamos. El tempate, el
jícaro, el marango, el mangle, el nim, el bambú y el eucalipto son sólo algunos de estos
tesoros ecológicos.
El bambú es una planta nativa de todos los continentes, excepto de Europa, donde no
sólo no hay bambuzales, sino que algunos intentos realizados para aclimatar esta planta
han terminado en éxitos muy dudosos o en fracasos. En Asia fue donde empezó a
utilizarse el bambú , hace más de 6 mil años. Desde entonces, los asiáticos
experimentan usos y posibilidades, calculándose que han encontrado más de mil 500
aplicaciones: alimentación humana y animal, construcción, mobiliario, vestido,
medicina, diferentes ramas de la industria y hasta aeronáutica.
Tal vez es mejor así porque, como gramínea que es, cuando el bambú florece y
fructifica, muere. Muere todo el bambuzal aunque tenga muchos kilómetros de
extensión. Porque, aunque entre los dos extremos del bosque de bambú es haya 200 o
más kilómetros de distancia, todo él es una sola planta y cuando se seca, se seca todo de
una vez. En Asia, la floración del bambú es considerada como señal de desgracias
prolongadas y de hambruna. No les falta razón: después de que florece y muere, el
bambuzal necesita unos 10 ó 12 años para regenerarse y esos años son sumamente
difíciles para las poblaciones que viven en, de y con el bambú .
Desde tiempo inmemorial, las diferentes culturas que han vivido del bambú han
aprendido a cultivarlo. La siembra no es difícil y es similar en todas las especies. Se
corta una vara de bambú joven de un metro o metro y medio de largo que tenga en
alguno de sus nudos una yema y se siembra bajo tierra, inclinada, de tal manera que un
extremo asome en la superficie mientras el otro se hunde en la tierra. Conviene
sembrarlo con las primeras lluvias y regarlo abundantemente hasta que esté bien
enraizado. Cuando el nuevo brote de bambú asoma en la tierra, ya trae todo su calibre.
Nunca se engrosará más. Por esto, es fácil saber qué destino se dará a cada vara con
bastante tiempo de anticipación, aunque aún tengan que pasar algunos años para que
esté listo para su uso.
A esa velocidad, el brote alcanza su máxima altura en unos 3 meses como promedio. A
partir de ese momento, el tallo comienza su prolongado proceso de maduración, que
dura entre 3 y 6 años, dependiendo de las especies y del uso que se le quiera dar.
Durante ese tiempo, el tallo - que inicialmente es relativamente blando - sufre una
transformación en su estructura, que se conoce como lignificación: la hierba se
transforma en leña, en madera.
Debido al sistema de crecimiento del bambú , los tallos maduros y aptos para el corte se
encuentran bambuzal adentro. Los corteros tienen que adentrarse entre los firmes y
larguísimos troncos para realizar una cosecha selectiva, cortando solamente los troncos
maduros. Un cortero con alguna experiencia reconoce fácilmente el tronco que ya está a
punto por la cantidad, consistencia y forma de las hojas y ramas. Al contrario de lo que
ocurre en los árboles - que se ramifican y tupen cuanto más años tienen - los bambú es
se van quedando pelones con los años.
Una mezcla de costumbres, superstición o misterio - que la ciencia no ha podido discutir
por falta de elementos - aconseja que los bambú es que se van a utilizar en construcción
y mobiliario se corten tres o cuatro días después de la luna llena. Recomienda también
que se corten al final de la tarde, unas horas después de que el sol haya cruzado el cénit,
cuando la savia ha comenzado su regreso a las raíces.
El tallo de bambú es muy ligero y por eso es relativamente fácil sacar los troncos
cortados de la profundidad del bosque. Bastan dos o tres hombres para los tallos de las
especies más gruesas y con una sola si se trata de otras variedades. Nunca hacen falta
pesadas grúas ni tractores, que al penetrar el bosque maltratan la vida vegetal más
pequeña y hasta a algún aventurado rizoma, encargado de extender más el bambuzal.
Tampoco son necesarias enormes inversiones en caminos de penetración, que sólo
servirían para dañar las raíces. Esto facilita y abarata la extracción de tan valiosa
madera. Si se cosecha debidamente, el bambú puede producir nuevos tallos cada año,
sin necesidad de reforestación, y sin que el bosque se agote, pudiendo estar todo un
siglo en extracción constante.
También el ser humano puede alimentarse con el bambú . Los cogollos - tallos todavía
pequeños pero que ya emergen del suelo - sirven para la alimentación. Como con los
espárragos, es preciso cubrir los cogollos con tierra, porque si no, se ponen fibrosos y
pierden calidad. Cuando el cogollo asoma a la superficie, hay que esperar 10-15 días y
al alcanzar una altura de unos 30 centímetros ya puede cortarse. Se hierven largo rato,
como los frijoles. Saben tan sabrosos como las papas y son mucho más nutritivos. La
demanda internacional de cogollos de bambú en conserva está en alza, a la misma
velocidad con que el Japón y los "tigres de Asia" se imponen en la economía mundial,
lo que augura buen futuro a este producto no tradicional.
El bambú es una alternativa. Sobre el bosque, el bambuzal tiene la ventaja de que puede
ser manejado durante períodos ilimitados de tiempo sin muchas dificultades. Y además,
la fibra de bambú es mejor que la mejor fibra de madera para fabricar papel. La utilidad
de una fibra se calcula en función de su relación largo-ancho. Cuanto más larga y más
estrecha sea la fibra, mejor papel produce. La fibra de bambú resulta ser mucho más
apropiada que cualquier otra. Para saber cuánto bambú hace falta para producir papel,
existen ya cálculos bastante precisos: una hectárea de bambuzal produce
aproximadamente una tonelada de pulpa de papel.
Fue necesaria la irrupción de las películas de artes marciales protagonizadas por los
orientales para que pudiésemos admirar las elegantes mansiones de tres pisos
construidas de puro bambú , donde viven los más ricos en aquellos países de poderosas
economías. La vivienda de bambú , que en América es considerada como una
manifestación de miseria rayana en la indigencia, es considerada en los países de Asia
como una señal de opulencia.
El bambú tiene múltiples usos en la construcción, desde las vigas y las paredes
exteriores, hasta los tabiques interiores, las cañerías y las tejas. Todo puede construirse
con bambú . Las paredes internas, de bambú trenzado. Las paredes exteriores, de los
troncos más gruesos. Las cañerías, de los más finos. Las tejas, de troncos de bambú
partidos por la mitad. Para darle mayor consistencia, el bambú se puede repellar y la
apariencia será la de cualquier vivienda levantada con materiales convencionales.
Otra ventaja más: las viviendas de bambú aíslan del frío, del calor y del ruido por las
cámaras de aire que forman los troncos de bambú . Los bambú es también se utilizan
para hacer paneles prefabricados, que resultan más resistentes, flexibles y livianos que
los convencionales. En zonas sísmicas son muy aconsejables porque es muy difícil que
una vivienda llegue a desplomarse por fuerte que sea el terremoto y porque si esto
llegase a ocurrir, la ligereza del material evitará las pérdidas humanas.
Fue tanta la oposición y la resistencia al bambú que hizo el pueblo nicaragüense, que
algunas exitosas investigaciones que estaba desarrollando el Ministerio de Vivienda y
Asentamientos Humanos tuvieron que ser interrumpidas y luego fueron olvidadas. Sólo
un visionario expulsado de todas partes por su capacidad de pensar con su propia
cabeza, continuó trabajando con el bambú en una finca que era un territorio libre de
prejuicios, en Matagalpa: Alan Bolt.
Alan Bolt y sus locos compañeros del grupo de Teatro Nixtayolero sembraron bambú ,
compraron bambú , experimentaron con bambú , construyeron con bambú y afrontaron
con energía las burlas de quienes se oponían al bambú por "saberlo todo". Cuando Alan
tuvo una oportunidad de desarrollo profesional en Chile y viajó a este país, el bambú
quedó en manos de la Asociación para la Promoción del Bambú y Materiales Locales,
integrada por varios ex-compañeros de Alan. Entre ellos, Iván Castellón, un hombre
largo y delgado como una vara de bambú y enamorado de esta planta.
Es necesaria una política de promoción del bambú y amplia información sobre sus
posibilidades, sobre la cantidad y calidad de soluciones que puede aportar a la vida
cotidiana del país. Para que se generalice su uso. Nada impide hacerlo. Tal vez sólo
arraigados prejuicios culturales. Esperamos que tengan raíces menos persistentes que las
del milenario bambú .
Maquinas y Herramientas
El taller permitió conocer la gran variedad de productos y la versatilidad del bambú para
diseñar cualquier tipo de producto de uso en el hogar, así como muebles o utensilios
diversificados.
Muebles del Hogar nítidamente presentados y en sus cajas tienen precios superiores a
los US$ 500.00 dolares, aunque hay productos como sillones cuyos precios fluctúan
entre los US$100 y US$ 150 dolares.
Según su opinión el mercado de productos de bambú está en crecimiento, pero la
combinación de factores como diseños, acabados, precios y segmentación, son
fundamentales para ubicarse en un tramo importante de la demanda.
Conclusiones
El bambú sin curar puede durar entre dos o tres años, eso depende si es†á en
contacto con la tierra o mojándose frecuentemente.