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l término mitología tiene su origen en el idioma griego,
que derivó en el latín mythologĭa. Se trata del acervo de
mitos de una comunidad (en este sentido, puede hablarse
de mitología griega, mitología andina, etc.) y del análisis de
estas narraciones.
Un mito es una historia o un relato que nació como una
expresión vinculada a lo sagrado y que, al pasar el tiempo se
secularizó y comenzó a tratarse como un contenido ficcional
vinculado a la creencia de una época.
Los mitos surgen para brindar una explicación sobre la
naturaleza, el nacimiento del universo y otros fenómenos
que no son fáciles de comprender. En el caso de la mitología
griega (una de las más fecundas y difundidas), los mitos no
sólo narran el origen del planeta, sino también las vivencias de
los héroes, los dioses y diversos seres fantásticos.
Dios es el ser supremo al que las religiones monoteístas consi-
deran como creador del universo. Se trata de una deidad a la que
diversas religiones rinden culto y alaban. La palabra proviene del
concepto latino deus y se escribe con mayúscula inicial cuando se
refiere a la mencionada idea de ser supremo para las religiones
como el cristianismo, el judaísmo y el Islam, entre otras.
El concepto teológico, filosófico y antropológico de Dios
hace referencia a una suprema deidad o Teofilia2, que indi-
ca que los dioses son buenos y merecen nuestra devoción. En
otros casos se considera que es un Malteísmo3: la evidencia
2 *Teofilia: amor a Dios.
3 ** El malteísmo es la creencia de que Dios es un ser cruel, arrogante, que no
merece ser venerado. El problema del mal no le demuestra a un malteísta
que Dios no existe, sino más bien que Dios no es congruente.
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contradice la noción de que los dioses son buenos, así que no son merece-
dores de nuestra devoción.
Dios es el nombre que se le da en español a un ser supremo omni-
potente y personal en religiones teístas* y deístas** (y otros sistemas de
creencias) es la única deidad en el monoteísmo o la deidad principal, en
algunas formas de politeísmo, como en el ***henoteísmo.
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* Teísta: Persona que cree en la existencia de un Dios, muchas veces personal y adecuado a
su pensamiento, pudiendo o no rendirle y demostrarle culto alguno.
** Deísta: Persona que considera la existencia de un Dios diferente al que “pintan” todas y
cada una de las religiones.
*** Henoteísmo o monolatría: existen varios dioses, pero sólo se adora a uno de ellos.
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* Panteísmo: el universo está contenido en los dioses, pero éstos a su vez son más grandes
que el universo o es idéntico a los dioses y los dioses han creado el universo pero no inte-
ractúan con él porque el universo es ahora idéntico a los dioses.
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*Teología.- El término teología tiene su origen en el latín theologia, la cual a su vez, proviene del concepto
griego formado por theos (“Dios”) y logos (“estudio”). La teología es, de esta forma, la ciencia que se encarga
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del estudio de las características y propiedades de la divinidad. Se trata de un grupo de técnicas propias de la
filosofía que pretenden generar conocimiento sobre Dios y el resto de las entidades calificadas como divinas.
Ernest F. Kevan la define como la ciencia de Dios que se ha revelado a través de su palabra.
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*Sexto Empírico Entre los sucesores de Enesidemo, además de Favorino, natural de Arlés, en la Galia,
cuyo escepticismo sólo es conocido por los títulos de sus obras y por indicaciones más o menos vagas
de Galeno se distinguieron Agripa y el médico Sexto, que recibió la denominación de Empírico a
causa de la escuela médica a que pertenecía y que floreció hacia fines del siglo II de la Iglesia.
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FILOSOFÍA ANTIGUA
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l encuentro entre cristianismo y Filosofía puede conside-
rarse y tematizarse de dos maneras distintas. Puede, en
primer lugar, plantearse como confrontación entre dos ac-
titudes que cabe adoptar ante los problemas suscitados por el
ser del Hombre y del Mundo: a) la actitud que se basa funda-
mentalmente en la fe y b) la actitud que se basa en los logros de
la razón. Considerado de este modo, el encuentro entre cristia-
nismo y Filosofía, entre las exigencias de la fe y las imposiciones
de la razón, es inevitable y perenne en nuestra cultura, no ha
terminado ni terminará jamás mientras existan el uno y la otra.
Siempre la Filosofía interpelará al cristianismo y éste se verá
siempre obligado a definirse al contestar a la Filosofía.
Pero el encuentro entre cristianismo y Filosofía puede, en
segundo lugar, plantearse como un acontecimiento concreto de
primera magnitud que tuvo lugar durante el periodo histórico
correspondiente al Imperio Romano. En aquel entonces el cris-
tianismo se enfrentó con la filosofía griega. A menudo suele ex-
plicarse el triunfo del cristianismo como el resultado de ciertas
condiciones económicas y políticas del mundo antiguo. Estos
condicionamientos son ciertos, pero el triunfo del cristianismo
se debe también en gran medida a que una minoría de cristia-
nos cultos aceptó el reto de los filósofos y trató de estar a su
altura. La primera parte de esta exposición está dedicada a pre-
sentar las características y los resultados de esta confrontación
histórica entre el cristianismo y Filosofía griega, así como las
doctrinas filosóficas de la época con las cuales hubo de enfren-
tarse el cristianismo, y por último la formulación de un pensa-
miento cristiano, platónico en sus líneas fundamentales.
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o mundo de las formas es en realidad más real que el mundo físico, ya que
las cosas particulares que existen en el mundo material son copias o imita-
ciones de los arquetipos y las formas. Para Platón una forma es una esencia
universal, eterna e inmutable. Él creía que lo que encontramos en el mundo
físico son ejemplos imperfectos de absolutos inmutables, entre los que conta-
ba el bien, la justicia, la verdad y la belleza, los cuales existen en un mundo
ideal y no-espacial. Estas esencias tienen existencia objetiva o extra mental.
Es decir, que existen independientemente de que alguien las conciba o no.
B. Dualismo Epistemológico. Como ya sabemos la epistemología es-
tudia el conocimiento humano. En Platón encontramos un dualismo epis-
temológico por su distinción radical entre la experiencia sensorial y la ra-
zón; además el agrega que la experiencia sensorial siempre fracasa en su
intento de producir conocimiento. El verdadero conocimiento se obtiene
sólo por medio de la razón. Ya hemos visto que para Platón existen dos
realidades distintas: el mundo de las cosas particulares y el mundo de las
formas. En correspondencia con estos dos tipos de realidad existen dos
estados epistemológicos distintos: opinión y conocimiento.
Para que una persona pueda obtener conocimiento genuino el objeto que
va a ser conocido debe ser inmutable. Uno sólo puede tener conocimiento de
aquello que es inmutable, sin embargo Platón creía que esa inmutabilidad es
una propiedad de las formas y no de las cosas particulares. Puesto que nues-
tros sentidos sólo nos informan de las cosas particulares del mundo físico,
se deduce que los sentidos nunca nos pueden dar verdadero conocimiento.
Lo más que podemos obtener de nuestros sentidos es opinión.
C. Dualismo Antropológico. Este dualismo es claro en su distinción
radical entre el cuerpo y el alma. Tal y como hay dos mundos (los parti-
culares y las formas) y dos maneras de aprehender esos dos mundos (la
sensación y la razón), así el hombre es una composición de dos partes (el
cuerpo y el alma). Para Platón, para obtener tanto conocimiento como vir-
tud depende de reducir el poder del cuerpo sobre el alma. La filosofía de
Platón adopta la creencia de que el cuerpo es la prisión del alma. El cuer-
po no simplemente es inferior al alma sino que perjudica al alma en sus
intentos de buscar la verdad y la virtud. Para Platón el cuerpo humano es
secundario e incidental para la humanidad. La persona real es el alma la
cual existe completa e inmortal en total aislamiento de su cuerpo corrupti-
ble. El filósofo no debe temer a la muerte, porque sólo muriendo el alma es
liberada de su prisión para poder obtener la verdad y la virtud.
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son substancias y éstas, con la excepción de Dios, están compuestas por dos
factores: Forma y Materia. La materia de cualquier substancia es de lo que
esté hecha. La materia de la silla en que estás sentado es madera. La forma de
cualquier substancia es el conjunto de propiedades esenciales que hacen que
esa cosa sea precisamente eso. Al igual que Platón, Aristóteles creía que las
formas son esencias inmutables, pero a diferencia de Platón, él creía que las
formas son partes esenciales de las substancias a las que pertenecen.
2. Rechazo del dualismo epistemológico. Aristóteles ciertamente recono-
ció la diferencia entre la razón y la experiencia sensorial. Pero mientras
que Platón denigró los sentidos sensoriales humanos y argumentó que
no pueden proporcionar conocimiento, Aristóteles sostuvo que el conoci-
miento humano es más complejo. Para Aristóteles el mundo de las formas
no estaba en otro mundo al que sólo se podía llegar por medio de la razón,
sino que las formas existían como partes esenciales de las cosas particu-
lares que nosotros aprendemos por medio de los sentidos. Así, Aristóteles
rechazó la separación extrema que Platón hizo de la razón y los sentidos,
tomándolos como partes integrales del proceso del conocimiento. El cono-
cimiento humano tiene dos componentes: el intelecto pasivo que recibe la
información de los sentidos, y el intelecto activo que efectúa la aprensión
de la forma de la cosa particular que se ha percibido con los sentidos.
3. Rechazo del dualismo antropológico. Aristóteles rechazó la separa-
ción radical del cuerpo y el alma. El enfatizó un punto de vista que consi-
dera al ser humano como un todo. Los seres humanos no son compuestos
de dos substancias diferentes, sino que son una unidad holística. Tanto el
cuerpo como el alma son aspectos esenciales de los seres humanos.
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Estoicismo
Zenón de Citio y Epicteto fueron los principales representantes de esta
escuela filosófica, cuyo nombre se deriva de una palabra griega que signi-
fica pórtico, porque Zenón enseñaba bajo uno.
Los estoicos negaban la posibilidad de la suerte o el libre albedrío,
todo ocurría necesariamente, para ellos la libertad es sólo una ilusión, no
hay nada que una persona pueda hacer por alterar su futuro; no hay ma-
nera de evadir tu destino.
Todos los hombres están determinados por el logos (fuerza o razón
universal impersonal). Todos los eventos están determinados por el orden
del universo, todo ocurre de acuerdo a lo planeado. Por lo tanto, para los
estoicos la palabra clave es la apatía (ausencia de pasiones o emociones). La
persona buena es aquella que sabe que no puede cambiar su destino y en
lugar de pelear contra él, lo acepta con tranquilidad, su propósito es vivir
de acuerdo con la naturaleza, aceptando la voluntad de su Dios imperso-
nal. La persona verdaderamente virtuosa elimina toda pasión y emoción
de su vida hasta que llega un punto en el que nada le afecta.
En resumen, un estoico es una persona que vive en un universo mate-
rialista controlado por una razón impersonal. Es un esclavo de su destino
que aprende el secreto de la única vida buena posible: eliminar las emocio-
nes de tu vida y aceptar lo que el destino de traiga.
Gnosticismo
La palabra Gnóstico viene de la palabra griega gnosis, que significa
conocimiento. Los gnósticos pretendían tener un conocimiento esotérico
o secreto especial que les ganaba la salvación. Podía llegar a tenerlo sola-
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Hedonismo
Los hedonistas proponen el placer (en griego hedoné) como valor su-
premo y al cual se han de subordinar todos los demás. La regla práctica es
pues: “Procura el máximo de placer, con el mínimo de dolor”. Sus princi-
pales exponentes fueron Epicúreo y Lucrecio.
Los hedonistas proponían el placer con el estándar del bien, pero que
no todos los placeres tienen el mismo valor. Ellos distinguían entre los
placeres del cuerpo y de la mente. También diferenciaban los placeres de
acuerdo a su intensidad y duración; concluían que los placeres más inten-
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sos eran transitorios y que generalmente los placeres del cuerpo a la larga
producen dolor. Aconsejaban buscar los placeres de la mente que no son
tan intensos pero son los más durables.
Aun cuando Epicúreo nunca proclamó el libertinaje, en la práctica, el
hedonismo es el modo de vida más corriente entre el común de la gente,
cuyo ideal consiste en gozar el máximo de placeres, apartándose del dolor.
Escepticismo
El escepticismo consiste en la duda acerca de todo. El escéptico prefiere
abstenerse de juzgar, oscila entre la afirmación y la negación. Un escéptico
no puede argumentar nada, pues con eso, automáticamente se traicionaría.
Argumentar significa proponer alguna verdad con razones, y eso es
justamente lo que rechaza el escéptico: que podamos alcanzar la verdad.
Los escépticos notaban que los hombres que buscan la verdad pueden
ser clasificados en tres grupos. Primero, aquellos que piensan que han encon-
trado la verdad (los dogmáticos); segundo, los que confiesan que no la han
encontrado y declaran que no puede ser hallada (también los consideraban
dogmáticos); finalmente, aquellos que se mantienen en la búsqueda de la ver-
dad (los escépticos). El escepticismo no es la negación de la posibilidad de
encontrar la verdad ni es la negación de los aspectos básicos de la experiencia
humana, sino es un proceso continuo de búsqueda en la que cada experiencia
es cuestionada. En resumen, el escéptico no puede estar seguro de nada.
Eclecticismo
Este consiste en conservar una postura abierta a todas las influencias,
de tal manera que, por principio, se evite la actitud cerrada ante ciertos
autores y corrientes filosóficas. El ecléctico sabe que la verdad puede ser
poseída por todo filósofo, y por lo tanto, analiza y escoge las tesis que
adoptará, entre los tantos pensadores estudiados.
Por otro lado, el ecléctico puede ser la persona que sin ninguna uni-
dad, estructuración, o espíritu crítico, se dedica a estudiar y a mezclar
cuantas corrientes diversas va encontrando en los libros. Al final se halla
en posesión de un cúmulo de teorías sin organización ni coherencia inter-
na. Históricamente se suele decir que Marco Tulio Cicerón (106- 43 a. C.)
fue un típico caso de eclecticismo. De él se comenta que “sería más filósofo
si hubiera leído menos, y meditado más”.
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Escuela cirenaica
Fue fundada por Aristipo de Cirene (435–360 a. C.). Conoció a Sócrates
y enseñaba como sofista. Jenofonte lo llamaba “discípulo infiel”. Su doctri-
na es opuesta a los cínicos. La felicidad no está en la virtud sino en el placer
(hedoné) sensible; deben evitar el dolor y procurarse el placer corporal por
sobre todas las cosas. Patria, matrimonio y familia son convencionalismos
de los cuales el sabio no sabe procurarse. La religión es cosa que les atañe
a los dioses y no a los hombres.
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LA FILOSOFÍA CRISTIANA
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s importante destacar que se toma la religión cristiana
como el ejemplo para el tema “En busca de Dios”, por el
simple hecho de que el cristianismo es la religión filosófi-
ca deidista5 más conocida en nuestro país, no se trata de poner
a este pensamiento bajo la lupa, pues sería muy extenso tratar
de darle la misma cobertura y comparaciones a las demás co-
rrientes religiosas o de otros dioses ya que el objetivo es dar a
conocer un poco de los datos de este culto más visto en nues-
tras comunidades, no es con el fin de destacarlo o atacarlo, por-
que en este tema, seguramente muchos estarán de acuerdo y
otros tantos no, y finalmente a unos y otros seguramente algo
de reflexión y conocimiento se les puede aportar.
Debemos luchar para que todas las barreras entre la filoso-
fía, la ciencia y el público en general se rompan y, en sentido de
trabajo, elaborar una epistemología histórica que se desarrolle
en contacto directo con el medio científico. La tarea del filóso-
fo de hoy según Dominique Lecourt “no es la de acompañar
de bellas palabras el discurso del mundo”. El mundo va como
va. La filosofía no puede eludir la responsabilidad ética que es
justamente pensar en el mundo.
Hay que construir los medios para hacer escuchar esa otra
manera de crear filosofía, y después de encontrar los medios
utilizarlos al máximo para hacer del pensamiento una fiesta;
porque es una de las actividades humanas que provoca una fe-
licidad tal que el hombre nunca se arrepiente de haber pensado.
5 El deísmo es una corriente de la filosofía que admite, mediante el raciocinio y la
experiencia, la existencia de Dios como creador del mundo natural. La doctrina,
sin embargo, no acepta otros elementos característicos de las religiones en su rela-
ción con la divinidad, como la existencia de revelaciones o la práctica de cultos.
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Qué es la felicidad
La felicidad es el estado emocional de una persona feliz, una sensación
de bienestar y satisfacción, una paz interior, que puede ocurrir por varias
razones. La felicidad es un momento duradero de satisfacción en el que el
individuo se siente completamente feliz y satisfecho, un tiempo donde no
hay ningún tipo de sufrimiento. El término felicidad proviene del latín
felicitas, que a su vez proviene de felix, que significa fértil, fecundo.
La felicidad se compone de diversas emociones y sentimientos, que
puede ser por un motivo específico, como un sueño hecho realidad, un de-
seo cumplido, la autorrealización, la autosuficiencia, o incluso hay perso-
nas que están siempre alegres y de buen humor, y no es necesario ningún
motivo para que estén en un estado de felicidad.
La felicidad es abordada por muchos filósofos, por la psicología y por
las religiones. Los filósofos asociaban a la felicidad con el placer, ya que
es difícil definir la felicidad como un todo de donde surge ésta, los sen-
timientos y las emociones involucradas. Los filósofos estudiaban el com-
portamiento y los estilos de vida que podrían llevar a los individuos a la
felicidad plena.
En la sociología, se analizan los factores sociales que determinan los ob-
jetivos que el sujeto se marca como meta para alcanzar estados de felicidad.
La Universidad de Oxford ha creado un cuestionario para medir, a
través de diversos métodos e instrumentos, el nivel de felicidad de las per-
sonas. Ellos creen que para medir la felicidad, tenemos que evaluar los
factores físicos y psicológicos, los ingresos, la edad, las preferencias reli-
giosas, la política, el estado civil, etc.
El psiquiatra Sigmund Freud* defendía que cada individuo es impulsa-
do por la búsqueda de la felicidad. Pero esta búsqueda sería algo utópico, ya
que para que la felicidad exista, no puede depender del mundo real, donde
la persona puede tener experiencias como el fracaso. Por lo que lo máximo
que el ser humano podría lograr sería una felicidad parcial. *(Fue un char-
latán del Psicoanálisis porque manipulaba los resultados drogando a sus pacientes.)
Varios filósofos estudiaron y analizaron la felicidad. Uno de ellos fue
el griego Aristóteles, quien en el siglo III a. C., argumentaba que la felici-
dad está relacionada con el sano equilibrio y la buena armonía, haciendo
el bien, siendo un ser humano en el más pleno sentido de la palabra. Para
otro griego, Epicuro, también en el siglo III a. C., la felicidad se produce a
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través de la satisfacción de los deseos, del placer. Pirrón de Elis, que vivió
también en el siglo III a. C., creía que la felicidad llegaba por la tranqui-
lidad. Para el filósofo indio Mahavira, que vivió en el siglo VI a. C., la no
violencia era un aliado importante para lograr la felicidad plena.
Los filósofos chinos también han investigado sobre la felicidad. Para
Lao Tzu, que vivió en el siglo VI a. C., la felicidad se puede lograr teniendo
como modelo, la naturaleza. Confucio, pensador chino, en el siglo V a. C.,
creía que la felicidad venía a través de la armonía entre las personas.
Para las religiones teístas, la felicidad sólo se logra en la unión con
Dios, y no es posible ser feliz sin esta comunión.
La doctrina religiosa budista también ha examinado la felicidad, que
se convirtió en uno de sus temas centrales. El budismo cree que la felicidad
se produce a través de la liberación del sufrimiento y la superación del
deseo a través del entrenamiento mental.
La metafísica ha recibido en el siglo XX severas críticas. Las princi-
pales son las que provienen del positivismo lógico, para quien la meta-
física es un discurso sin significado porque sus enunciados son afirma-
ciones acerca de los cuales nunca se podrá tener una experiencia. No
obstante, debemos decir que los temas concernientes a la metafísica no
fueron dejados a un lado en el siglo XX, sino, por el contrario, las distin-
tas corrientes de pensamiento se ven remitidas a ellos con la necesidad
de formular maneras alternativas en su tratamiento.
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los demás, quienes usan de pretexto el cristianismo para ser hipócritas y fal-
sos con los demás, quienes convierten el cristianísimo en un club social, etc. es
“hijo del diablo”, aunque se sepa la Biblia de memoria, asista a todos los cursos
bíblicos, o se autodenomine católico o cristiano. (1 Jn. 3:10.)
Conclusión: Satanás y los demonios existen, y son poderosos. Pero un
(verdadero) cristiano (sin hipocresías), en la Iglesia, es más poderoso que
todos los demonios juntos, siempre y cuando sea humilde, que es lo que
se ha perdido en los ritos de fe, sobre todo con los ministros de cultos reli-
giosos o pastores.
El Anticristo
Nuevo Diccionario Mundial de Webster’s define la palabra “anticristo” como
el gran antagonista de Cristo, que va a difundir maldades mundiales antes del
fin del mundo, pero finalmente será conquistado al regreso de Cristo.
El término “anticristo” es encontrado solamente en cuatro escrituras,
todas escritas por el Apóstol Juan: (I Juan 2:18, 22, 4:3) y (II Juan 7). Origi-
nalmente escrito en griego, significa “un adversario del Mesías” en otras
palabras, contra Cristo.
Juan le advirtió a los Cristianos, “Hijitos, ya es el último tiempo; y se-
gún vosotros oísteis que el anticristo viene, así ahora han surgido muchos
anticristos; por esto conocemos que es el último tiempo” (I Juan 2:18), dice,
muchos y no está limitado solamente a una persona.
El versículo 19 adicionalmente explica que ellos habían salido de aden-
tro de la Iglesia de Dios. “Salieron de nosotros, pero no eran de nosotros;
porque si hubiesen sido de nosotros, habrían permanecido con nosotros;
pero salieron para que se manifestase que no todos son de nosotros”.
Juan escribió estos versículos casi al cierre del primer siglo y al final de
su ministerio de más de 60 años. De los doce apóstoles originales de Cristo,
él era el único que estaba vivo en ese tiempo. Él fue testigo del nacimiento
de la Iglesia de Dios en el día de Pentecostés, (cincuenta días) 31 años d. C.
El la vio crecer como el proverbio de la semilla de mostaza que se esparció
a través del Imperio Romano, y observó cómo fue atacada viciosamente
por los grandes engaños religiosos.
El Manual Bíblico de Halley’s, pág. 673, explica que anticristo “es co-
múnmente identificado con el Hombre de Pecado (II Tesa. 2), y la Bestia de
Apocalipsis 13. Pero la Biblia misma no hace la identificación. El lenguaje
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En busca de Dios
insinúa que los lectores de Juan habían sido enseñados a esperar un an-
ticristo en conexión con los días finales de la última era Cristiana, por lo
tanto, Juan aplica la palabra, no sólo a una persona, sino a todo el grupo de
maestros anti-Cristianos (2:18; 4:3). La idea del Nuevo Testamento parece
ser que el espíritu de anticristo surgiría en el cristianismo, manifestándose
en muchas formas, ambos dentro de la Iglesia y afuera, finalmente culmi-
nándose en una persona, o una institución, o ambas”.
Estos anticristos existieron no solamente en el tiempo de Juan, sino
a través de la historia de la Iglesia hasta nuestro tiempo. Mientras que la
Biblia dice que hay muchos anticristos, también demuestra que la Bestia
y el falso profeta del Apocalipsis 16:13 serán los dos de los últimos y más
importantes anticristos.
Anticristos. Son Engañadores. En II Juan 7, Juan escribió: “porque mu-
chos engañadores han salido por el mundo, que no confiesan que Jesucris-
to ha venido en carne. Quien esto hace es un engañador y un anticristo”.
Como sesenta años antes, Cristo le había advertido a Juan y a los otros
discípulos, tengan cuidado de que ningún hombre os engañe. Porque mu-
chos vendrán en mi nombre, diciendo, yo soy Cristo pretendiendo en pre-
dicar o actuar por la autoridad de Cristo y engañarán a muchos, incluyen-
do a los verdaderos Cristianos. (Mt. 24:4-5.)
Años después, el Apóstol Pablo advirtió acerca de los falsos apósto-
les y obreros fraudulentos (II Cor. 11:13-15) disfrazados como ministros de
justicia, que fueron alrededor engañando a los Cristianos a creer en otro
evangelio. (Gal. 1:6-9; Hechos 20:28-31.)
Estos falsos maestros y falsos hermanos anticristos eran cizañas en-
tre el trigo (Mt. 13:24-30, 36-42). Ellos parecían sinceros parecían piadosos,
como muchos ministros de culto de hoy en día, pero estaban muy lejos de
ser verdaderos Cristianos. Estos falsos cristianos eran difíciles de distin-
guir de los verdaderos cristianos, lo cual se les hizo fácil para ellos a llegar
a posiciones de liderazgo. Desde ese entonces, ellos infectaron la Iglesia
con falsas doctrinas, engañando a la mayoría como también hoy ocurre.
Los Gnósticos. Entre estos engañadores estaban los Gnósticos. Ellos recla-
maban tener conocimiento especial (Gnosticismo se deriva de la palabra Grie-
ga que significa conocimiento), que ellos consideraban más importante que las
Sagradas Escrituras. Ellos usaban sus conocimientos especiales para arrastrar
a las personas a la lascivia licencia para pecar. Ellos engañaron a muchos, ense-
ñando que quebrantar las leyes de Dios no era irrelevante a la moral.
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Pero en Hebreos 4:15 dice: Cristo fue tentado en todo según nuestra
semejanza. El punto es que toda la carne es propensa a la tentación.
Cristo dijo en Juan 16:33, yo he venido al mundo. ¿Cómo puede ser
esto verdad si Él nunca hubiera sido carne, nunca hubiera sido tentado ni
hubiera tenido la capacidad de pecar?
Como usted puede ver, (entender) la falsa doctrina de Cerinto y los
Gnósticos son basadas en razonamientos humanos. Estas desafían la pura
y simple verdad de las Escrituras.
La Doctrina de La Trinidad Niega a Cristo, los Gnósticos negaron que
Cristo viniera literalmente como un ser humano de carne y sangre. ¡Pero
hay otras formas de negar a Cristo!
Por ejemplo, la doctrina de la Trinidad fomenta la idea de que Dios
es “tres Personas y una naturaleza,” y que Cristo es “una Persona y dos
naturalezas”. Enseñan que de alguna manera, una “naturaleza” de Cristo
murió en la crucifixión, mientras que la otra continuó viviendo.
Pero, ¿cómo puede una mitad de un tercio de un ser morir? ¿Está usted
confundido? Debe de estarlo. Eso es confusión doctrinal y “Dios no es el
autor de la confusión,” sino de decencia y orden (II Cor. 14:33, 40).
Lea lo que la Nueva Enciclopedia Catolice dice con respecto a la Trini-
dad: uno no debe de hablar de Trinitarianismo en el Nuevo Testamento
si no se tiene una correcta capacidad, cuando hacemos referencia de un
Trinitarianismo sin calificaciones, nos hemos cambiado del periodo del
origen de los Cristianos, a decir por ejemplo, al último cuadrante del cuar-
to siglo. Fue en ese instante que lo que es llamado el dogma definitivo Tri-
nitario ‘un Dios en tres Personas’ llegó a ser reflexionado y completamente
asimilado hacia dentro de la vida Cristiana.
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* El término exégesis corresponde a la palabra griega exegesis, que significa explicación,
interpretación, y deriva del verbo ex-egeomai, dirigir, sacar fuera; por extensión, explicar,
exponer, narrar.
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