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Violencia psicológica

En todas partes del mundo, los niños durante una gran etapa de su niñez se encuentran
expuestos a diferentes tipos de violencia provenientes tanto de agentes intrafamiliares
como extrafamiliares. Estudios recientes revelan que la probabilidad de que un individuo
reciba violencia por parte de otro integrante de su propia familia es 80 veces más que la
de recibir violencia en el exterior 1, es por esto que la violencia en las etapas tempranas de
la niñez se constituye como una de las principales formas de vulneración de los derechos
humanos, y por lo tanto, de los derechos infantiles.
Para efectos de la presente investigación, consideramos que la violencia psicológica en un
entorno intrafamiliar y extrafamiliar cobra especial importancia. Debido a lo anterior,
resulta prudente definir lo que es violencia antes de enfocarnos en la violencia
psicológica y los estudios académicos referente a cómo afecta esta al desarrollo
emocional de los niños.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define a la violencia como: “el uso
intencional de la fuerza física, amenazas contra uno mismo, otra persona, un grupo o una
comunidad que tiene como consecuencia o es muy probable que tenga como
consecuencia un traumatismo, daños psicológicos, problemas de desarrollo o la muerte.”
(Organización Mundial de la Salud, 2012)
En línea con lo anterior, no existe una definición clara para los maltratos psicológicos
dados las amplias categorías que este término abarca, diversas organizaciones y
asociaciones profesionales ofrecen su propia interpretación para cubrir los tópicos más
recurrentes como: el maltrato físico, la negligencia y el abuso sexual.
La definición de maltrato psicológico que consideramos más acertada la proporciona la
Asociación Internacional para la Prevención del Abuso y la Negligencia Infantil, esta
señala lo siguiente:
“el fracaso al no proporcionar al niño un entorno evolutivamente apropiado y de apoyo,
incluyendo la disponibilidad de una figura primaria de apego, de forma que pueda
desarrollar un conjunto estable y completo de competencias emocionales y sociales que
corresponden con sus potencialidades personales en el contexto de la sociedad en la que
vive. Puede consistir también en actos hacia el niño que le provocan o tienen una alta
probabilidad de provocarle daño en su salud o en su desarrollo físico, mental, espiritual,
moral o social. (…) Los actos incluyen restricción del movimiento, patrones de rechazo,
denigración, culpabilización, amenazas, inducción de miedo, discriminación,
ridiculización u otras formas no físicas de tratamiento hostil o rechazante” (International
Society for Prevention of Child Abuse and Neglect, 1999).
Dada las implicancias de la naturaleza de este conjunto de acciones, como la dificultad de
detectarlo, la elevada frecuencia de ocurrencias, el carácter no físico de sus secuelas, el
número de investigaciones académicas es muy reducido, a comparación del abuso sexual
y el maltrato físico.
Respecto a los comportamientos que reflejan el maltrato psicológico en los niños y su
desarrollo emocional, Fernández, G (2019) señala que estos pueden ser deshonra,
descrédito o menosprecio al valor o dignidad personal, tratos humillantes y vejatorios,
vigilancia constante, aislamiento, marginalización, abandono, celotipia, comparaciones
destructivas, amenazas y actos que conllevan a disminuir la autoestima, a perjudicar o
perturbar su sano desarrollo, a la depresión e incluso al suicidio.

1
Montt, M. (2012) Violencia Intrafamiliar y Maltrato Infantil. En: C. Almonte, M. Montt.
Psicopatología Infantil y de la Adolescencia. 2ª Edición. (pp. 214- 227) Santiago;
Mediterráneo.
Varios expertos afirman que es frecuente que los diferentes tipos de violencia psicológica
y física coexistan, por ejemplo, Claussen y Crittenden (1991) en su estudio pragmático
encuentran que un 90% de los niños en una región de Estados Unidos físicamente
maltratados o abandonados habían sido maltratados psicológicamente.
Claussen y Crittenden (1991) hallaron que este tipo de maltrato predecía mejor
posteriores alteraciones del desarrollo del niño que la gravedad del maltrato físico. Tras el
daño físico que puede resultar del maltrato o abandono, la mayoría de las secuelas afectan
al desarrollo psicológico, emocional y de la conducta, lo que implica que esta forma de
maltrato debe ser atendida como un mediador del dolor causado por otras formas de
maltrato.
Estudios posteriores señalan que cuando el maltrato psicológico es la única forma de
maltrato, este puede tener un efecto más adverso en el funcionamiento psicológico del
niño y posterior adulto, incluso más que incluso el maltrato físico, sobre todo respecto a
medidas de depresión y autoestima, agresividad, delincuencia o problemas en relaciones
interpersonales.
Fernández, G (2019), recientemente realiza una investigación a nivel biológico y
psicológico, concluye que las secuelas producidas por la violencia psicológica en los
niños, acompañadas de estrés asociado al maltrato infantil, a la violencia de pareja en los
padres y la disfunción familiar tienen efectos negativos inmediatos, profundos y
duraderos en el niño, que pueden afectar el funcionamiento neurobiológico del cerebro,
interrumpiendo el desarrollo de los circuitos cerebrales, comprometiendo el papel de la
corteza pre-frontal en el control de los impulsos a lo largo de la vida del niño y alterando
el sistema de recompensa y aversión, que afectan la salud física y mental del niño, ya que
existe una relación entre el maltrato infantil y el desarrollo de una variedad de problemas
psicológicos como alteraciones del comportamiento' impulsividad' trastornos somáticos,
que pueden afectar negativamente las funciones cognitivas relacionadas con el
aprendizaje y provocar alteraciones de la salud mental y secuelas psiquiátricas
posteriores.2
Cáceres O. (2011) realiza un estudio de la influencia del maltrato psicológico en el
desarrollo de conductas violentas en Perú a través de un trabajo de campo y analizando
una población de control conformado por niños de 12 a 14 años y adolescentes de 15 a 17
años, llego a la conclusión de que el proceso permanente de interiorización de
significados de violencia psicológica intrafamiliar, afecta y pone en riesgo la salud mental
y formación de la personalidad del menor.
Violencia Psicológica - Desarrollo emocional infantil:
De acuerdo con Vigotski (1996b), el periodo del desarrollo infantil se caracteriza por los
cambios recurrentes del propio desarrollo, donde el proceso consiste en un movimiento
no lineal o continuo, sino en avances y retrocesos, según las determinaciones de su
entorno familiar relaciones externas y sus implicancias para la experiencia más inmediata
del niño.
Según Vigotski, la etapa de desarrollo infantil se caracteriza por la determinación social
sobre los procesos biológicos presentados por el niño, la cual estimula su desarrollo al
afectar cómo se comporta socialmente, con el propósito de que estas experiencias
externas generen cambios internos. Durante estos periodos el niño adquiere
características específicas que serán componentes esenciales para el desarrollo de su
personalidad.[ CITATION daS14 \l 10250 ]

2
Fernández, G., de Fernández, C. A., Troya, E., Raza, C., Valencia, P., Fernández, M.,. . . López, J.
(2019). La violencia doméstica: Una experiencia adversa significativa con grandes complicaciones
en el niño. Archivos Venezolanos De Farmacología y Terapéutica, 38(3), 140-147.
La personalidad es una concepción social y no es innato, el cual es determinado por los
cambios ocurridos en el transcurso del desarrollo, en función de demandas sociales,
culturales y personales, de esta manera, la actividad mediante la cual el individuo buscar
satisfacer sus necesidades y establecer relaciones sociales constituye la base para el
desarrollo psíquico de la personalidad.[ CITATION daS14 \l 10250 ]
De forma paralela al ámbito cognitivo, también se va produciendo en el niño un
desarrollo emocional, siendo esta etapa de suma importancia ya que determina su
desenvolvimiento en la sociedad por el resto de su vida.
Según el informe de un equipo de expertos de la Universidad Internacional de Valencia
(2018), en la etapa infantil se puede distinguir distintas etapas en el desarrollo emocional
y afectivo del niño de acuerdo con la edad en la que se encuentra:
 Las emociones de un recién nacido se rigen por parámetros muy primarios, el
llorar o reír y su mundo se basa en necesidades, afectos y acciones muy básicas.
 A los 18 meses de vida comienza la aparición de una afectividad inteligente y
comienza a tener una gran necesidad de protección, siendo la madre quien se
encuentra más próxima.
 Hacia los 2 años, el niño es consciente de la mirada de las otras personas e
interactúa más con ellos, por lo que precisa de su aprobación como forma de
refuerzo y afianzamiento de su personalidad.
 A partir de los 4 años, edad en que los niños se encuentran iniciando el periodo
escolar, se presenta un desarrollo del lenguaje más extenso y fluido, con un léxico
emocional mucho más complejo, que le permitirá comprender la realidad,
comunicar vivencias y expresar afectos mucho más elaborados.
Un desarrollo emocional correcto y dentro de los parámetros considerados normales es
fundamental para que el niño alcance un nivel suficiente de inteligencia emocional, pueda
relacionarse con el exterior con normalidad y no presente problemas que afecten su
personalidad y estabilidad de sus emociones.
Los niños que han desarrollado un nivel de inteligencia emocional aceptable no
tendrán problemas con identificar sus propias emociones, expresar emociones, aceptarse a
sí mismos y a los demás, desarrollar autocontrol y empatía y tener la capacidad de
resolver problemas, por ello, es indispensable que experimente una buena convivencia
con sus referentes más cercanos.
Desde el punto de vista Vigotskiana, el periodo posnatal consiste en un periodo
transitorio que se caracteriza por una forma peculiar de desarrollo que contribuye a la
formación de la personalidad. Dos momentos marcan este periodo, el primero consiste en
el inicio de la vida individual del ser humano, cuando ya está en contacto con el medio
social; el segundo evidencia el hecho evidencia que esa vida individual posee
características primitivas, por lo que también es determinante en el futuro desarrollo
emocional del niño vivir en un ambiente de armonía en el que pueda desarrollarse con
plenitud.
Para Vygotsky (2011), el medio socioeconómico-cultural del individuo define los
motivos por los cuales el niño presenta determinados gustos por ciertos objetos, además
de determinar su imaginación y fantasía, por lo que, también está presente en el desarrollo
emocional ya que también es otro factor que determina su percepción y como categoriza
su entorno.
El maltrato emocional se da cuando el menor recibe críticas habituales, humillaciones,
denigración, insultos, es silenciado o dañar su autoestima, que afectan a su desarrollo
emocional y generan estrés, traumas y aislamiento social que pueden repercutir en
posterior etapa de vida adolescente y adulta. [ CITATION Alo06 \l 10250 ]
Existen muchos estudios sobre la violencia familiar y como esta afecta al desarrollo de
los niños y se ha llegado a la conclusión que el maltrato infantil tiene efectos nocivos
sobre el desarrollo del cerebro, los logros personales y educativos, así como a su
capacidad de adquirir o demostrar habilidades.
Las teorías que explican como el niño puede reaccionar a situaciones de violencia y
posteriormente como las afronta son las siguientes:
 Teoría de modelaje o aprendizaje social: los menores aprenden y adoptan
tipos de conductas de sus referentes, ya que son estos quienes le enseñas a
interactuar con el exterior, siendo los menores quienes incorporan conductas de
posición de agresor o víctima.
 Modelo cognitivo-contextual: los menores utilizan una serie de
estrategias que les permitan afrontar estas situaciones según su valoración y
atribución que les asignan a estas situaciones de conflicto y pueden adoptar
sentimiento de como sentirse culpables, amenazados y sin recursos adaptativos.
Al incorporar estas conductas desde una edad temprana los infantes no solo se
comportarán así con sus referentes o su cercanía, también lo harán con su entorno
en general
 Teoría del apogeo: el menor establecerá un apogeo inseguro ya que no
recibe el apoyo emocional esperado y podría aumentar las dificultades en las
habilidades sociales de las etapas posteriores.
 Teoría del desarrollo: pone en énfasis las repercusiones que pueda sufrir
el niño al largo de las diferentes etapas de desarrollo como problemas
psicológicos y conductas fuera de lo común.
 Teoría del trauma: esta teoría destaca el impacto que tiene en los menores
al ser testigos de violencia, el infante está constantemente sumergido en
sentimiento como el miedo, impotencia o desamparo, así como la percepción
constante de inseguridad física que pueda sufrir.

Gelles (2013) identificó la aparición de un “ciclo de violencia” como uno de los factores
relacionados con la ocurrencia del maltrato infantil y de la violencia conyugal, de esta
manera, se puede contrastar que hay un cierto patrón intergeneracional para la aplicación
de la violencia.
Presenciar o ser sometido a actos de violencia familiar es uno de los más potentes
factores de riesgo, en el caso de los niños, para repetir esta pauta de conducta en pareja
cuando crezcan, las pautas educativas que transmiten los padres son fundamentales en la
modulación de los conflictos internos de los hijos.
Las víctimas presentan el siguiente perfil: dependencia del abusador, pobre relación con
él, aislamiento emocional y social, depresión, ansiedad, poco control sobre la situación,
entre otro. También sufren el riesgo de ser maltratados por parte de otras personas dentro
o fuera de la familia.
De forma específica, los infantes y adolescentes presentan secuelas dependiendo del tipo
de maltrato ya que se trata de un grupo vulnerable por la situación de dependencia en la
que se encuentran con respecto a los adultos y presentan doble victimización: sujeto de
violencia y dificultad para expresar y reclamar sus derechos.
Las dificultades emocionales que pueden presentar los niños a una edad temprana
involucrados en casos de violencia son diversas, para determinar cómo se puede apoyar
en estos casos se pone énfasis en los siguientes aspectos:
1. Los vínculos: Es uno de los principales focos de atención para entender el
desarrollo emocional de un infante. En esta etapa temprana el desarrollo del niño
se apoya en vínculos que construye con él las figuras de cuidado primario, si
estos vínculos faltan o son inadecuados, el desarrollo está en riesgo
2. La ansiedad: El niño puede presentar niveles de ansiedad excesivos o reacciones
de miedo antes situaciones cotidianas que lo rodean, al igual que momentos de ansiedad o
pánico sin que sea claro qué es lo que los precipita. La ansiedad puede llegar a llevarlo a
inhibir su conducta en actividades sociales, también puede manifestarse a través de
llantos, perturbaciones en la hora de sueño o al momento de comer y que pueda cometer
actos imprudentes e impulsivos.
 La depresión: se puede encontrar cuando el infante tiene falta de curiosidad e
interés hacia las personas y a los objetos que lo rodean. Cuando se muestra
indiferencia respecto a la identidad de las personas con las que se conecta, actúa
de modo similar con diferentes personas, sin mostrar preferencias o rechazos.
 Trastornos del espectro autista: Son aquellos padecimientos crónicos y de
comienzo muy precoz que se caracterizan por involucrar dificultades en tres o
más aspectos del desarrollo: interacción social, comunicación y lenguaje,
conductas restringidas, repetitivas y extrañas y sensibilidad frente a estímulos
auditivos, visuales, olfativos y vestibulares.
 Trastorno de estrés: Ordena una serie de síntomas que pueden surgir en los niños
cuando estuvieron expuestos a situaciones traumáticas severas o a un suceso de
estas, involucrando a las personas más cercanas a él. El infante puede tener las
siguientes conductas:
El niño genera juegos repetitivos, recuerdos recurrentes o pesadillas que repiten
la vivencia traumática
 Se observa una menor gama de afectos y menor capacidad de modular los afectos
Menor interés en establecer y participar en relaciones sociales, perdida de logros
evolutivos que haya adquirido y problemas para dormir.
Si presenta un estado de mayor excitación con vigilancia extrema de lo que lo rodea y
reacciones sobresaltadas frente a estímulos que recibe.
La experiencia de violencia y maltrato infantil ha sido asociada con alteraciones en la
estructura del cerebro. El hecho de que el cerebro humano siga desarrollándose durante la
infancia y la adolescencia hace que sea especialmente vulnerable antes situaciones
traumáticas o de estrés crónico y se produzcan daños. En el desarrollo de las áreas del
cerebro sensibles al estrés que durante la infancia se encuentran en un momento de
máxima sensibilidad.
Varios trabajos han constatado, en víctimas de maltrato y abuso sexual infantil, la
existencia de alteración de funciones cognitivas básicas como memoria, atención,
aprendizaje y funciones afectivas.
El bullying que puede sufrir el niño en la escuela también tiene efectos en el desarrollo
emocional a largo plazo, ya que el bullying ejercido por sus compañeros es un factor de
riesgo para presentar posteriormente peor salud mental y física y a una pobre adaptación a
los roles adultos como la formación de relaciones sociales, la integración en el trabajo y
la independencia económica. [ CITATION Lar17 \l 10250 ]
En diversos estudios se ha llegado a la conclusión de que el bullying se está presentando
cada vez a edades más tempranos, por lo que se debe prestar bastante atención a las
interacciones del niño en ambientes fuera de casa que afectan a su desarrollo personal y
emocional. [ CITATION Lar17 \l 10250 ]
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