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MARCO TEORICO
Antecedentes de la Investigación
Sobre todo, el maltrato infantil es el daño ocasionado a aquel individuo inferior a los 18
años de edad; originado por personas cercanas como pueden ser sus padres, apoderados y también
agentes externos al menor, maltratándolos de manera física, emocional, sexual, con negligencia
(Fayaz, 2019; Madroña, 2015) y de cualquier otra forma al menor, arrebatándoles sus derechos y
haciendo que su desarrollo enfrente riesgos de diferentes magnitudes a lo largo de su vida (OMS,
2016).
Por otra parte, Aguilar, Medina y Pinkay (2016) realizaron la tesis, titulada “El maltrato
físico, psicológico y su incidencia en le aprendizaje de los estudiantes del Colegio Nacional
“Vicente Rocafuerte” del décimo año de Educación General Básica Paraleo “F” Jornada Matutina”
en la Universidad de Guayaquil. Ecuador. De tipo básico y diseño correlacional, y llegó a la
siguiente conclusión: El maltrato físico, psicológico incide signiifcativamente en el aprendizaje de
los estudiantes del Colegio Nacional “Vicente Rocafuerte” del décimo año.
Asimismo, Gonzáles ét. al. (2009), titulada “Maltrato psicológico, fisico y su relaciòn con la
convivencia familiar de los estudiantes de la unidad educativa Liceo Bolivariano Emilio
Constantino Guerrero” llegando a las siguientes conclusiones: Sí existe relación entre el maltrato
físico y psicológico y la convivencia familiar, por lo tanto, las malas notas y el mal comportamiento
provienen de la mala convivencia que tienen los estudiantes con su familia. Se determinó que las
mujeres presentan un alto índice de maltrato psicológico (93%) respecto a los varones que solo se
obtiene un 10.5 %. Se observa que los varones son más propensos al maltrato físico que las mujeres.
De la misma manera Cárdenas (2010) realizó una investigación titulada:“ Relaciòn entre el
fracaso escolar y el maltrato emocional familiar de los niños y niñas del grado 2C de básica,
primaria de la Institucion Educativa Empresarial sede Luis Carlos Gonzales” que concluye: Tanto el
maltrato emocional familiar y el fracaso escolar son fenómenos muy relacionados, aunque es
posible establecer otros factores que Influyen con el ámbito familiar y la calidad del centro
educativo donde estudian, como el acompañamiento en el desarrollo y las expectativas frente al
proceso de formación se encuentran también muy relacionados con la situación de fracaso escolar
sobre todo porque los padres o cuidadores no manifiestan claramente expectativas o ideales
respecto a los hijos que puedan satisfacerse en su escolaridad. La mayoría de los grupos familiares
presentan inadecuadas pautas de crianza, que vienen afectando el desarrollo integral de los niños y
las niñas, provocando en ellos estilos pocos adaptativos para enfrentarse a diversas situaciones en
cuanto a su aprendizaje.
Asimismo, Guillén (2010), realizó una tesis titulada “ Imfluencia del maltrato psicológico
familiar en el rendimiento académico de los niños y niñas del 4 grado de educación primaria del
centro educativo N°6014 de Nueva Espernza de Villa Maria del Triunfo” cuyas conclusiones
fueron: El maltrato psicológico se generan principalmente por la carencia de recurso económicos,
donde los padres descargan sus frustraciones, sus limitaciones maltratando psicológicamente a sus
hijos; golpeándolos, gritándoles, disminuyéndoles la autoestima, Los niños maltratados tienen
características como aislamiento, no participan en los trabajos grupales, se muestran agresivos, la
mirada al vacío, no obedecen órdenes. El maltrato psicológico en los niños y niñas del 4º grado de
Educación Primaria del Centro Educativo Nº 6014 se puede prevenir, implementando programas
alternativos de información y formación para los padres de familia.
La Violencia
Según la OMS, en la violencia no existe un factor que explique por sí solo la razón por la
cuál una persona o una comunidad actúa en forma violenta y en situaciones similares su respuesta
sea pacífica. Consideran que es un fenómeno sumamente complejo en el que actúan factores
biológicos, sociales, culturales, económicos y políticos.
Según dicho organismo, la respuesta del sector salud a la violencia es reactiva y terapéutica,
por lo que se debe abordar en forma integral, es decir de manera holística.
La OMS considera que por no tener clara una definición científica de violencia, no se ha
considerado un problema de salud pública. Afirman que las conductas que son aceptadas o
rechazadas dependen de la cultura, de la ética y de las normas sociales, las cuales continuamente
evolucionan. Sin embargo, la define como:
“El uso deliberado de la fuerza física o el poder, ya sea en grado de amenaza o efectivo, contra
uno mismo, otra persona o un grupo o comunidad, que cause o tenga muchas probabilidades
de causar lesiones, muerte, daños psicológicos, trastornos del desarrollo o privaciones”.
Clasificación de la violencia
La OMS considera que se requiere una clasificación para esclarecer la naturaleza del
problema y las acciones necesarias para afrontarlo. Dentro de la violencia; el maltrato infantil es
uno de los males que aquejan al mundo, convirtiéndose en un problema de salud publica.
Maltrato Infantil
Abuso o maltrato de niños que abarca toda forma de maltrato físico, emocional, abuso sexual,
abandono o trato negligente, explotación comercial o de otro tipo, de la que resulte un daño
real o potencial para la salud, la supervivencia, el desarrollo o la dignidad del niño en el
contexto de una relación de responsabilidad, confianza o poder.
En el maltrato infantil existen dos agentes: quienes lo perpetran (victimarios) que pueden
ser los padres u otros miembros de la familia, los cuidadores, amigos, conocidos, desconocidos,
personas investidas de autoridad (maestros, militares, policías, sacerdotes, empleadores,
profesionales sanitarios y quienes reciben la agresión (las víctimas).
El maltrato tiene muchas formas y cualquiera de ellas casi siempre va junto con una o más
de las otras (Belsky, 1993):
El abuso infantil incluye lesiones físicas, en un patrón que con frecuencia se denomina
como el síndrome del niño golpeado (Kempe, Silverman, Steele, Droegemueller y Silver,
1962).
El abuso sexual es cualquier forma de contacto sexual entre un niño y una persona mayor.
El descuido infantil es cuando el niño carece de los elementos necesarios para su
alimentación, vestido y supervisión.
El descuido emocional puede ser causa del síndrome conocido como fracaso no orgánico
para crecer: un bebé deja de crecer y ganar peso en casa a pesar de contar con una adecuada
nutrición pero mejora cuando se le traslada a un hospital y cuenta con apoyo emocional.
El abuso emocional implica causar daño por acción u omisión a un niño, de manera que se
deteriore su funcionamiento físico, emocional, cognoscitivo o de comportamiento. Puede
incluir rechazo, terror, aislamiento, explotación, degradación, ridiculización o corrupción.
El maltrato infantil es un fenómeno que surge con el hombre, por lo que es tan antiguo
como la humanidad. Éste, no se presenta de forma aislada, sino que involucra una gran variedad de
factores biopsicosociales. Durante siglos la agresión a los niños ha sido justificada de diversas
formas, se les ha sacrificado para agradar a los dioses o mejorar la especie, o bien como una forma
de imponer disciplina. En la historia encontramos mitos, leyendas y descripciones literarias
referentes a la actitud de exterminio y maltrato hacia los menores.
La Biblia recoge muchos ejemplos, y tal vez el más conocido sea la Matanza de los
Inocentes, ordenada por Herodes, temiendo el nacimiento de Jesús, Rey de los Judíos. El
infanticidio es uno de los actos más violentos practicado y aceptado en tiempos remotos por
motivos religiosos o disciplinarios. Las tribus Támalas de Madagascar, sacrificaban al hijo nacido
en día nefasto para proteger a la familia; los egipcios ofrendaban una niña al río Nilo para que
fertilizara mejor la cosecha anual; en Grecia y Roma los niños enfermos y malformados eran
eliminados; mientras que en China, arrojar el cuarto hijo a las fieras constituía un método de control
de la natalidad. Asociado a estas prácticas, el castigo físico ha sido y es utilizado, como método
educativo y disciplinario.
El Derecho Romano otorgaba al Pater Famili derechos de vida o muerte sobre sus hijos,
pudiendo venderlos, matarlos, castigarlos o abandonarlos a su gusto, erigiendo la familia sobre
bases de poder y fuerza. Es en la segunda mitad del siglo XIX cuando aparecen por vez primera
publicaciones en relación con este tema.
El síndrome del niño golpeado fue descrito por primera vez en 1868 por Ambrosie Tardieu.
Posteriormente, en 1946 Caffey describió la presencia de hematomas subdurales asociados con
alteraciones radiológicas de los huesos largos en los niños. Henry Kempe y Silverman en 1962,
crearon la expresión síndrome del niño golpeado, concepto este que fue ampliado por Fontana al
indicar que estos niños podían ser agredidos no solo en forma física, sino también emocionalmente
o por negligencia, de modo que sustituyó el término golpeado por el de maltratado.
Por todos estos sucesos, se desarrollan medidas para generar un cambio en esta situación y
es así como hacia 1919 la Sociedad de las Naciones (SDN) crea el Comité de Protección de la
Infancia. La existencia de este comité hace que los Estados no sean los únicos soberanos en materia
de Derechos del niño.
Maltrato Psicológico
Cualquier acto de comisión y omisión llevado a cabo por personas, instituciones o la sociedad
en general, cualquier condición que sea el resultado de tales acciones u omisiones, que prive
a los niños de sus derechos de equidad y libertad y/o interfiera con su desarrollo óptimo,
constituye por definición acciones o condiciones de maltrato o abandono (p. 54).
La Organización Mundial de la Salud (1999), define al maltrato como:
Toda forma de maltrato físico o emocional, o ambos, abuso sexual, abandono o trato
negligente, del que resulte un daño real o potencial para la salud, la supervivencia, el
desarrollo o la dignidad del niño en el contexto de una relación de responsabilidad,
confianza o poder (p. 65).
Wolfe (1985), menciona que, “el maltrato es la presencia de una lesión no accidental
resultados de actos de perpetración (agresión física) o de omisión (falta de atención por parte de
quienes están a cargo del niño y que requiere de atención médica o intervención legal “(p. 70).
El maltrato, es entendido como "trata mal, son "actos lesivos" contra los menores, significa
hacer daño. Es necesario señalar dos modalidades de maltrato: las intencionalmente quieren hacer
daño al niño y las que no tienen tal intención. En esta segunda modalidad, se inscribe la definición
que señalan algunos diagnósticos médicos, como "una enfermedad originada por situaciones en el
ámbito del hogar que amenazan la supervivencia del niño". Sin embargo, el maltrato no debe
entenderse como el sufrimiento por el menor dentro del ámbito del hogar, existe un maltrato de
mayor amplitud.
Los menores de edad que enfrentan y sufren ocasional o habitualmente, violencia física
emocional, o ambas, ejecutadas por actos de acción u omisión, pero siempre en forma
intencional, no accidental, por padres tutores, custodios o personas responsables de ellos
(pp. 2-3).
Esta autora, define claramente que el maltrato es intencional, que hay una predisposición de
los agresores para hacer daño al menor, que pude ser de diverso tipo.
Entre las causas del maltrato, planteadas por las ciencias sociales en el alto número de
estudios y de proyectos de intervención sobre el maltrato infantil realizados en el país a partir de la
década del ochenta del siglo XX, la repetición del maltrato por los mismos agentes y la ampliación
del número de denuncias, sin duda interrogan la eficacia y la pertinencia de las atención
institucionalizada y correlativamente de las interpretaciones que las sustentan.
Esta autora, define claramente que el maltrato es intencional, que hay una predisposición de
los agresores para hacer daño al menor, que pude ser de diverso tipo.
Por acción, consiste en la hostilidad verbal crónica en forma de insulto, burla, desprecio o
amenaza de abandono y constante bloqueo a iniciativas de interacción infantiles. Incluye ser testigo
de violencia.
Por omisión (de privación afectiva): falta “persistente” de respuesta a las señales (llanto,
sonrisa), expresiones emocionales y conductas procuradoras de proximidad e interacción iniciadas
por el niño y falta de iniciativa de interacción y contacto por parte de una figura adulta estable.
Desatención de las necesidades afectivas del niño: cariño, estabilidad, seguridad, estimulación,
apoyo, rol en la familia, autoestima, entre otros.
Asimismo, existen características del niño con maltrato psicológico. Los estudios realizados
en varios países señalan que el maltrato infantil es un problema multicausal, en el que intervienen
las características del agresor, el agredido, el medio ambiente que les rodea y un estímulo
disparador de la agresión.
La figura parental que más agrede es la madre. Se describen algunas características del
agresor, tales como: autoestima baja, individuos deprimidos o con tendencia a la depresión,
neuróticos, ansiosos, alcohólicos, drogadictos, impulsivos, hostiles, con poca tolerancia a la
frustración, con una percepción inadecuada respecto al niño y con antecedentes de maltrato en su
niñez (p. 639).
Para Ramírez (2000), entre los signos de un niño maltratado psicológicamente, se tiene:
Cuando el niño(a):
De la misma manera las causas del maltrato psicológico, planteadas por las ciencias sociales
en el alto número de estudios y de proyectos de intervención sobre el maltrato infantil realizados en
el país, a partir de la década del ochenta del siglo XX, la repetición del maltrato por los mismos
agentes y la ampliación del número de denuncias, sin duda interrogan la eficacia y la pertinencia de
la atención institucionalizada y correlativamente de las interpretaciones que las sustentan.
Para Miller (1998), el modelo etiopatogénico que mejor explica el integral del maltrato
infantil. Este modelo considera la existencia de diferentes niveles ecológicos que están encajados
unos dentro de otros interactuando en una dimensión temporal. Existen en este modelo factores
compensatorios que actuarían según un modelo de afrontamiento, impidiendo que los factores
estresores que se producen en las familias desencadenen una respuesta agresiva hacia sus miembros.
El niño en su indefensión es un objeto fácil y a veces demasiado fácil para el goce de los
padres. En el mejor de los casos el discurso de los derechos logra un temperamento del empuje del
sujeto a aprovecharse del más débil, pero padres y maestros no renuncian fácilmente a derivar ese
plus de goce, garantizado por la impunidad que otorga el cumplimiento de la función correctiva.
Parece reconocerse en los padres una capacidad de daño pronta a ejercerse, que la cultura busca
controlar, sin que lo logre totalmente.
Entre las consecuencias del maltrato, se tiene según Garbarino, Gutman y Selley (2005), en
los primeros momentos del desarrollo evolutivo se observan repercusiones negativas en las
capacidades relacionales de apego y en la autoestima del niño. Así como pesadillas y problemas del
sueño, cambios de hábitos de comida, pérdidas del control de esfínteres, deficiencias psicomotoras,
trastornos psicosomáticos.
A la vez, Garbarino, Gutman y Selley (2005), el maltrato infantil presenta las siguientes
dimensiones:
El rechazo puede ser emocionalmente doloroso debido a la naturaleza social de los seres
humanos y la necesidad de la interacción social entre los demás seres humanos es esencial.
Abraham Maslow y otros teóricos han sugerido que la necesidad de amor y pertenencia es una
motivación humana fundamental.
Según Maslow (1993), todos los seres humanos, incluso los introvertidos, tienen que ser
capaces de dar y recibir afecto a ser psicológicamente saludable. Ser miembro de un grupo también
es importante para la identidad social, que es un componente clave del concepto de sí mismo.
Aislamiento
Privar al niño de oportunidades para entablar relaciones sociales, interactuarcon las demás
personas. La soledad es una faceta de la vida de las personas que muchas veces es necesaria para
poder frenar en el quehacer diario y poner cierto orden en aspectos generales de nuestra vida.
Garijo (2008), señala que “el concepto de niño aislado es tan amplio que de hecho sufren de
aislamiento un alto porcentaje de niños considerados normales, pero marginados en su entorno
familiar o escolar por problemas tan frecuentes como la inadaptación escolar, la timidez o la
incomunicación familiar” (p. 45). El aislamiento social durante las primeras etapas de la vida
impide que las células que conforman la materia blanca del cerebro. maduren y produzcan la
cantidad adecuada de mielina, el "aislante" graso de las fibras nerviosas que les ayuda a transmitir
mensajes a larga distancia dentro del cerebro.
Terror
Amenazar al niño de forma siniestra, haciéndole creer que el mundo es caprichoso y hostil.
Todos los niños tienen miedo a algo, padecen y experimentan numerosos miedos, unos a la
oscuridad, otros a la separación de la madre, a personas extrañas, otros a los médicos.
Según la Asociación Española de Pediatría (2004), los niños viven de acuerdo a nuestras
expectativas. Si lo que les manifestamos es reiteradamente negativo; “eres un vago, egoísta, idiota,
trasto, etc.” se formarán una autoimagen de acuerdo con el espejo que les estamos enseñando, ya
que la autoestima representa una condición de lo humano, aprendida.
En una comunicación adecuada, no se deben utilizar farsas de control. Una farsa de control
se produce cuando se utiliza incorrectamente las técnicas de comunicación para obtener un fin. Los
mensajes negativos “tú” afectan notoriamente la mente del niño cuando provienen de un adulto
importante, generando posteriormente atribuciones con las que se identifican. Para educar es
necesario dar mensajes negativos, pero es importante cuidar la forma de decirlos (como vimos en el
capítulo de comunicación): no insultar, no usar la culpa (“mira lo que le estás haciendo a tu madre”,
“me vas a matar a disgustos”, etc.) ni el temor (“si no te portas bien, el médico te pondrá una
inyección”, “te vas a caer y te matarás”). La intención de los padres al educar debe ser la de
enseñar, no la de humillar ni asustar.
Existen padres autoritarios que se enfadan constantemente y muchas veces sin relación con
el comportamiento del niño. La obediencia se consigue a base de miedo y es frecuente que la
disciplina sea violenta física o verbalmente. Los hijos pueden ser asustadizos, tímidos, inseguros o
rebeldes y desafiantes. Muchas veces los hijos, con la edad, devuelven con la misma moneda si hay
conflicto.
El miedo hará que la gente pierde la seguridad. A menudo, asustar a los niños significa
privar a los niños a la seguridad en situaciones de peligro donde requiere de la capacidad de
respuesta, ellos deben de conocer las normas de la supervivencia, de las habilidades conciencia y
auto-protección para hacer frente a toda situación, como resultado el niño puede ser más rápido y
seguro incluso en responder en clase, ya que algunos no lo hacen porque reflejan su inseguridad.
La evaluación del maltrato psicológico, según Barnett, Manly y Cicchetti (1993), las
características del concepto de maltrato, dificulta su evaluación psicológica debido a su naturaleza
multidimensional y determinada por la gravedad, la frecuencia, la cronicidad, la duración, el tipo de
conductas maltratantes, la edad del niño en el momento del inicio de los episodios y la naturaleza de
la relación con el/la maltratador/a.
Como punto básico para establecer que un niño está o ha sido maltratado emocionalmente,
es necesario hacer una evaluación con base en el funcionamiento emocional óptimo.
Dar atención física básica; incluyendo calor, abrigo, nutrición, descanso, higiene,
protección contra el peligro y suplencia de las necesidades médicas.
Brindar amor y afecto; incluyendo contacto físico, caricias, abrazos, besos,
consuelo interroga. El amor también se manifiesta a través de actos, no sólo con
sentimientos; cada niño pasará por diferentes etapas de recibir y dar afecto.
Seguridad. Consiste en la continuidad del cuidado, los patrones regulares del
cuidado y las rutinas diarias; y, además, un grupo familiar armonioso, con unas
reglas simples pero consistentes.
Estímulo y enseñanza; incluyendo actividades diseñadas para estimular a los niños
a que lleguen a su potencial total; también a través del halago, estímulos a la
curiosidad y la exploración, escuchándolos, respondiendo sus preguntas, jugando
con ellos o promoviendo su aprendizaje.
Orientación y control adecuados para la edad del niño y diseñados para diseñar un
comportamiento sociable; esto puede incluir disciplina o castigos, que el niño pueda
comprender y que sirvan de modelo para qué imite.
Responsabilidad; la cual incluye dar al niño oportunidades y estímulo. Inicialmente,
en lo que se refiere a la forma de cuidar de sí mismo y, finalmente, para tomar
decisiones en su vida; esto debe permitir un espacio para ganar experiencia, a través
de sus errores y éxitos.
Independencia. Permitir que los niños tomen decisiones, lo cual se amplía a medida
que éstos crecen.
Protección (que en exceso, debe evitarse). Entendida como promoción activa de la
autoestima del niño a través del placer, interés y deleite de sus actividades,
ayudándole a sentirse bien respecto a si mismo.