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TEMA 3

¿CÓMO ACCEDER AL CONOCIMIENTO DE LA PERSONA


DE JESÚS?
Objetivo:
Posibilitar una opción por Jesucristo con la certeza de su irrupción en la
realidad humana, con su presencia hipostática entre los hombres de su
tiempo.
Hay dos fuentes:

A) Testimonios Judeos-Cristianos:

1. Flavio Josefo.
2. Tácito.
3. Suetonio.
4. Plinio el Joven.

1. FLAVIO JOSEFO

Entre los escritores judíos antiguos únicamente el testimonio de


Flavio Josefo es digno de tenerse en cuenta. Josefo ben Matatías
(37 - ca. 100 p. C.) judío de familia sacerdotal, general del ejército
judío de Galilea en la revuelta contra Vespasiano, que le hizo
prisionero y le perdonó la vida, se convirtió luego en apologeta de
sus protectores los emperadores Flavios hasta el punto de
adoptar de éstos el nombre de Flavio, que se añadió al suyo
propio y por el que se le conoce. Se conservan cuatro obras
suyas: Antigüedades Judías, La Guerra Judía, Autobiografía y
Contra Apión.

Se denomina Testimonio flaviano a los párrafos 63 y 64 del capítulo XVIII del


libro Antigüedades judías escrito por el historiador judío Flavio Josefo, en los
que se menciona a Jesús de Nazaret.
Las Antigüedades judías son una crónica escrita hacia el año 93 d.C., que
narra la historia del pueblo judío de una manera razonablemente completa.
Los intereses de Flavio Josefo —entre ellos ganar la simpatía de Roma hacia
los judíos— lo llevan, sin embargo, a minimizar las noticias que pudieran
resultar conflictivas.

Josefo no menciona a los líderes del pequeño grupo de cristianos (Pedro y


Pablo) ni a María (la madre de Jesús). Sin embargo, dos párrafos tratan
directa e indirectamente de Jesús de Nazaret:

En el libro 18 de las Ant.Iud., capítulo 3,3, se encuentra un texto denominado


tradicionalmente «Testimonio flaviano». El fragmento en cuestión ha
suscitado extensos debates filológicos e historiográficos en cuanto a su
autenticidad total o parcial. Otro testimonio se encuentra en el libro 20,
capítulo 9.1, donde se menciona indirectamente a Jesús al relatar la muerte
de su hermano Jacobo o Santiago.

El pasaje dice textualmente:

“Por este tiempo apareció Jesús, un hombre sabio (si es que es correcto
llamarlo hombre, ya que fue un hacedor de milagros impactantes, un
maestro para los hombres que reciben la verdad con gozo), y atrajo hacia Él a
muchos judíos y a muchos gentiles, además. Era el Cristo. Y cuando Pilato,
frente a la denuncia de aquellos que son los principales entre nosotros, lo
había condenado a la Cruz, aquellos que lo habían amado primero no le
abandonaron, ya que se les apareció vivo nuevamente al tercer día, habiendo
predicho esto y otras tantas maravillas sobre Él los santos profetas. La tribu
de los cristianos, llamados así por Él, no ha cesado de crecer hasta este día”.

2. Suetonio: Gayo Suetonio Tranquilo (75-160), escribió alrededor del año


120. Suetonio escribió, en una lista de las actividades realizadas por
Nerón.

Texto:
“Bajo éste, su reinado, se reprimieron y castigaron muchos abusos,
dictándose reglamentos muy severos [...] Nerón infligió suplicios a los
cristianos, un género de hombres de una superstición nueva y maligna.”
3. TÁCITO

De los escritores paganos de los siglos I y II, es, sin duda, Tácito (ca. 56-120
p.C.) quien nos trasmite la noticia más importante sobre Jesús en fuentes
paganas. En sus Anales (15,44) al narrar la historia de Nerón se refiere a los
cristianos y explica su origen con las siguientes palabras:

Texto:

"Por tanto, para acallar el rumor, Nerón creó chivos expiatorios y sometió a
las torturas más refinadas a aquellos que el vulgo llamaba cristianos, odiados
por sus abominables crímenes. Su nombre proviene de Cristo, quien bajo el
reinado de Tiberio, fue ejecutado por el procurador Poncio Pilato. Sofocada
momentáneamente, la nociva superstición se extendió de nuevo no sólo en
Judea, la tierra que originó este mal, sino también en la ciudad de Roma,
donde convergen y se cultivan fervientemente prácticas horrendas y
vergonzosas de todas clases y de todas partes del mundo".

4. PLINIO EL JOVEN

Entre los años 100 y 112 escribió una carta al emperador Trajano
preguntándole acerca de cómo debía conducirse hacia los cristianos, y las
medidas que como gobernador tomó contra ellos (Plin. J., Epist. X, XCVI, C.
Plinius Traiano Imperatori), especialmente parágr. 5, 6 y 7:

Texto:
“5...Y que además maldijeran a Cristo... 6 Éstos todos veneraron tu imagen y
las efigies de los dioses, y maldijeron a Cristo... 7 dijeron: “que acostumbran
reunirse al amanecer y cantan un himno a Cristo, casi como a un dios)”

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