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De líderes políticos
De conquistas militares
…y algunos hechos
extraordinarios.
REFERENCIAS HISTÓRICAS NO CRISTIANAS
SOBRE JESÚS DE NAZARET
TESTIMONIOS JUDÍOS Y ROMANOS
3. En el libro 20, capítulo 9, 1 Josefo al relatar la muerte de Santiago el Menor, que tuvo
lugar en el año 92 por intrigas del sumo sacerdote Hanán, hijo de Anás, dice que:
« aquél era hermano de Jesús, el llamado Cristo».
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La carta (Epistulae X.96) detalla el siguiente relato:
«(Los cristianos) tienen reuniones matinales, cantan en honor de un tal
Cristo, al que consideran como Dios; se comprometen conjuramento a no
cometer crímenes, hurtos, latrocinios, adulterios y a no faltar a la
fidelidad; se reúnen para comer en comunidad.»
En él se afirma que:
«El día señalado para la ejecución, antes de la fiesta de la Pascua,
se puso a Jesús de Nazareth en un patíbulo por haber seducido y
engañado a Israel con sus encantamientos».
REFERENCIAS HISTÓRICAS NO CRISTIANAS
SOBRE JESÚS DE NAZARET
1. Aunque secundarios, estos testimonios
tienen un gran valor, pues hacen
referencia expresa a Jesús como a una
persona que vivió realmente en un
lugar y tiempo concreto, y en la que se
fundamenta la expansión del
cristianismo y su persecución por los
Emperadores romanos.
2. Aunque los textos sean parciales,
críticos e incluso despreciativos, son
buenos testimonios sobre su existencia
histórica, a la que nunca oponen en
duda sino, todo los contrario, ratifican
su existencia.
3. Y, aunque sean de modo negativo, recuerdan casi todas las verdades que los
cristianos creemos y afirmamos en el Credo: el nacimiento de Jesús, su vida
pública, los milagros, su muerte en la cruz y resurrección, y de modo implícito,
la fundación de la iglesia, la expansión del cristianismo que siguen a Cristo,
profesan su doctrina, le dan culto y están dispuestos a entregar la vida por ser
fieles.
FUENTES BIBLICAS
Jesús de Nazaret en su contexto
histórico
LA HISTORICIDAD DE JESÚS EN LOS EVANGELIOS
Los documentos que con mayor claridad y firmeza testifican la existencia
histórica de Jesús son los Evangelios y el Nuevo Testamento.
1. Estos escritos son unas biografías
fragmentarias de Jesús de Nazaret.
Su objetivo no sólo fue histórico. Su
finalidad, sobre todo, es religiosa y
pastoral: “buscan la difusión de la fe
en Jesús para que los creyentes
alcancen la salvación”.
2. La figura histórica de Jesús aparece
en una época histórica claramente
determinada y perfectamente conocida
por los cristianos como por los
historiadores romanos y judíos.
3. La salvación humana se fundamenta
en la existencia histórica de Jesús de
Nazaret, con sus enseñanzas y los
hechos de su vida, hasta el punto de
que, si Jesús no hubiera existido,
carecería totalmente de sentido la fe
cristiana.
LA HISTORICIDAD DE JESÚS EN LOS EVANGELIOS
Por ejemplo:
San Lucas precisa personajes y los contornos históricos del tiempo de Jesús de
Nazaret:
• «Por aquellos días salió un edicto de César Augusto
ordenando que se empadronase todo el mundo. Este primer
empadronamiento tuvo lugar siendo gobernador de Siria
Cirino.» Lc. 2, 1-2
Augusto fue el
primer emperador
romano. Nació en
Roma en el 63 a.
C. Gobernó entre
27 a. C. y 14 d. C.,
año de su muerte.
LA HISTORICIDAD DE JESÚS EN LOS EVANGELIOS
Por ejemplo:
San Lucas precisa personajes y los contornos históricos del tiempo de Jesús de
Nazaret:
• «En el año quince del imperio de Tiberio César, siendo Poncio Pilato procurador de
Judea, y Herodes tetrarca de Galilea; Filipo, su hermano, tetrarca de Iturea y de
Traconítide, y Lisanias tetrarca de Abilene; en el Pontificado de Anás y de Caifás, fue
dirigida la palabra de Dios a Juan, hijo de Zacarías, en el desierto.» Lc. 3, 1-2
Todas las personas que cita San Lucas han sido plenamente verificadas por otras
fuentes históricas no cristianas.
LA HISTORICIDAD DE JESÚS EN LOS EVANGELIOS
Los relatos evangélicos citan parte de la genealogía de Jesús:
El lugar donde nació y vivió la mayor parte de su vida.
Sus parientes y vecinos.
Su vida pública y lugares donde estuvo.
Su predicación y milagros.
El trasfondo histórico de la sociedad en la que vivió.
Su pasión, muerte y resurrección.
Río Jordán
7. Cafarnaúm……...... Discurso sobre el pan de la
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vida. Jn. 6, 22-59
8. Cesarea de Filipo.. Confesión de Pedro.
Mt.16, 13-20
9. Monte Tabor….….. Trasfiguración.
11,12,13 3
Mc. 9, 2-10
10. Betanea……….…. Resurrección de Lázaro. 1 10
Jn. 11, 1-46
11. Jerusalén………... Institución de la Eucaristía.
Lc. 22, 15-20
12. Jerusalén……..…. Muerte de Jesús.
Jn. 19, 25-30
13. Jerusalén……..... Resurreción de Jesús.
Jn. 20, 2-10; 24-29
LA VERACIDAD DE JESÚS EN LOS EVANGELIOS
1. Los Evangelios fueron escritos muy pocos años después de suceder los
hechos, lo que les da una garantía muy grande de veracidad; expresan
lo que ocurrió.
2. Se conservan millares y millares de copias de lugares muy distantes,
todas ellas coincidentes, lo que es una prueba enorme de la fidelidad
de los escritos que han llegado a nosotros con los escritos originales de
los Evangelistas.
3. Los autores de los Evangelios fueron personajes muy conocidos. Mateo
y Juan fueron discípulos de Jesús, es decir, testigos oculares que
tuvieron conocimiento directo de Jesús, por haber convivido con Él
durante tres años; nos ofrecen un testimonio de primera mano.
Marcos y Lucas son discípulos directos de los Apóstoles.
4. A su vez, fueron muchísimas personas las que conocieron y
presenciaron distintos momentos de la vida pública de Jesús, de sus
milagros, sermones y parábolas, de su entrada en Jerusalén, la
crucifixión, muerte y resurrección. Entre todos estos testimonios de
muy distinta procedencia y condición social no existe ningún caso que
niegue la existencia o contradicción de dichos acontecimientos.
5. Debemos hacer una mención especial de los relatos de las apariciones de
Jesús resucitado en el Nuevo Testamento, tanto por el testimonio del número de
personas citadas tan diversas entre sí, como por los lugares tan distantes donde
sucedieron, etc. ¿se pusieron de acuerdo todos ellos?
6. Las intervenciones y las palabras de Jesús son muy sobrias; no aparece la
invención imaginativa frecuente en los evangelios apócrifos. Incluso sus
milagros se relatan cómo hechos sucedidos con sencillez y enorme
naturalidad: nunca aparece en ellos la manifestación de un mesianismo
ostentoso.
7. Los Evangelistas hablan de Jesús con gran sencillez, sin temor a rebajarlo
de su condición divina; esto es especialmente notable cuando nos hablan
de su humanidad: come, se duerme rendido por el cansancio, se sienta
cansado en el brocal del pozo, llora la muerte de su amigo Lázaro, etc.
Hoy conocemos que algunos copistas de los siglos III y IV «se saltaron»
algunos de estos textos por considerar que rebajaban la majestad del
Señor.
8. La persona de Jesús descrita por los Evangelistas es de tal grandeza,
sobrenatural y humana, que no puede ser creación de un genio literario,
menos aún, de una colectividad cristiana que se puso de acuerdo en
tantos datos sin caer en contradicción.
La conclusión, a partir de los datos evangélicos analizados, es que el
Jesús descrito, verdaderamente existió.