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Dolor lumbar
crónico
Un resumen

Rainer Freynhagen
Médico y Diploma
Europeo en
Antestesiología y
Cuidados Intensivos
(DEAA)
Profesor, director
del Departamento de
Anestesiología, Medicina
Intensiva, Medicina
del Dolor y Cuidados
Paliativos, Centro del
Dolor Tutzing Feldafing,
Hospital Benedictus
de Feldafing; Hospital
de Docencia de la
Universidad Técnica
de Múnich, Feldafing
(Alemania)
2 | 2019 | hospitalpharmacyeurope.com
RESUMEN
Dolor lumbar crónico:
un resumen
Este artículo ofrece un resumen de los datos epidemiológicos del dolor lumbar, de su etiología y de
sus diagnósticos diferenciales. Se presentan las recomendaciones de tratamiento actuales, así
como los enfoques terapéuticos que se están desarrollando
Según la Organización Mundial de la Salud, el dolor
lumbar es muy prevalente en los países occidenta-
les y es uno de los factores que más contribuyen a la pér-
dida de calidad de vida y al ausentismo. La afección se
puede clasificar, según la duración del dolor, como agudo
(menos de 6 semanas), subagudo (entre 6 y 12 semanas de
duración) y crónico (más de 12 semanas). Aunque la ocu-
pación y las condiciones de trabajo, la obesidad, el estilo
de vida, la estatura y la edad son algunos de los factores de
riesgo conocidos, las causas exactas del dolor lumbar aún
deben esclarecerse por completo, y su diagnóstico no
siempre es evidente. Sin embargo, está claro que la forma
crónica de la enfermedad, que con frecuencia tiene mor-
bilidades asociadas como depresión, trastornos de pánico/
ansiedad y alteraciones del sueño y que incluso puede
conducir a una discapacidad a largo plazo, representa una
carga considerable para las sociedades y también para los
sistemas de salud.1,2
Datos epidemiológicos y patofisiología
En 2010, la Organización Mundial de la Salud ubicó el do-
lor lumbar entre las primeras diez enfermedades y lesio-
nes a nivel mundial por lo que respecta a la pérdida del
mayor número de años de vida ajustados en función de la
discapacidad. Se calcula que su prevalencia de por vida
está entre 60 % y 70 % en los países industrializados, con
una incidencia del 5 % al año entre adultos. La incidencia
del dolor lumbar llega a su máximo entre los 35 y los 55
años de edad, y su prevalencia general aumenta hasta los
60-65 años de edad y después disminuye lentamente.1 Un
examen sistemático reciente de las publicaciones que des-
criben estudios que reportan datos de prevalencia en his-
torias clínicas de los Estados Unidos, Canadá, Suecia, Bél-
gica, Finlandia, Israel y los Países Bajos reveló una amplia
variedad de valores, entre 1,4 % y 20 %.3
Un total de 37 % de los casos a nivel mundial se pueden
atribuir a posturas de trabajo y movimientos repetitivos.1
El estudio sobre la carga mundial de la enfermedad Global
Burden of Disease, hecho en 2015, reportó una prevalen-
cia puntual mundial del dolor lumbar que limita activida-
des de 7,3 %, equivalente a 540 millones de personas, y el
dolor lumbar ahora se considera la principal causa de dis-
capacidad en todo el mundo.4 Alrededor del 90 % de todos
los pacientes pertinentes tuvieron un dolor lumbar ines-
pecífico, lo cual, en esencia, es un diagnóstico que se basa
en el descarte de una patología concreta. El dolor lumbar
inespecífico tiene una prevalencia puntual de 18 %.5
Muchos mecanismos fisiológicos pueden contribuir a la
aparición del dolor lumbar. Por tanto, la clasificación bina-
ria tradicional de dolor puramente nociceptivo (debido al
daño al tejido no neuronal y la activación de los nocicep-
tores) o dolor neuropático (debido a una lesión/enferme-
dad que afecta el sistema somatosensorial) tenía limitacio-
nes en el sentido de que era inexacta y no contemplaba a
todos los pacientes. Por esta razón, se adoptó el término
“dolor mixto” para designar el dolor lumbar con síntomas
superpuestos tanto nociceptivos como neuropáticos.
En este sentido, recientemente se publicó una primera
definición: el dolor mixto es una superposición compleja
de los diferentes tipos de dolor conocidos (nociceptivo,
neuropático y nociplástico), en cualquier combinación,
que actúa de forma simultánea o concurrente y causa
dolor en la misma zona del cuerpo. Cualesquiera de los
mecanismos puede ser clínicamente preponderante en
cualquier momento. El dolor mixto puede ser agudo o
crónico.6
¿Y por qué eso es tan importante? Un examen sistemáti-
co de estudios de dolor lumbar crónico destacó que entre
el 20 % y el 55 % de los pacientes tenían una probabilidad
mayor del 90 % de tener un componente de dolor neuro-
pático, y un metaanálisis de 20 estudios que describían la
prevalencia del componente neuropático mostró valores
que estaban entre el 25 % y el 73 %.7,8 Lo que se sabe es que
tiene efectos económicos considerables y que puede con-
ducir a un tratamiento insuficiente. De hecho, los costos
del tratamiento para pacientes con dolor de espalda y un
componente neuropático pueden ser 50 % más altos que
los costos en que incurre el paciente promedio.2 Un mode-
lo de prevalencia y costo para el dolor de espalda en la
población general estimó hasta un 67 % más de costos
para pacientes con dolor de espalda neuropático en com-
paración con los de aquellos con dolor de espalda nocicep-
tivo únicamente, y el 16 % del total de los costos relaciona-
dos con el dolor de espalda fue atribuibles al dolor con un
componente neuropático.9
Un componente común del dolor neuropático es el
dolor lumbar radicular, que se propaga hasta debajo de la
rodilla a lo largo de un dermatoma, debido a la irritación/
inflamación/compresión de la raíz de un nervio lumbar.
La ciática, un síntoma común en varias afecciones, puede
ser causada por la compresión de nervios debido a un
disco intervertebral sobresaliente o una inflamación. Sin
embargo, el dolor pseudoradicular imita la irritación de la
raíz del nervio y, mientras se está propagando hacia las
extremidades, no se puede atribuir al dermatoma caracte-
rístico de una raíz nerviosa. Esta distinción es pertinente
desde el punto de vista clínico, ya que el dolor que se pro-
paga tiene necesariamente un componente neuropático,
mientras que el dolor referido puede ser predominante-
mente nociceptivo. Además, las estrategias terapéuticas
por seguir para estas dos afecciones son distintas desde el
punto de vista teórico, ya que el dolor nociceptivo es sus-
ceptible a los medicamentos como los antiinflamatorios
no esteroideos (AINE) u opioides y el dolor neuropático es
más susceptible a los antidepresivos y anticonvulsivos.7
Para la mayoría de los pacientes con dolor lumbar, que
la enfermedad remita espontáneamente constituye la evo-
lución natural de la enfermedad. Es poco frecuente que el
dolor lumbar tenga causas graves, y pocas veces suele ser
útil una búsqueda exhaustiva de la etiología.
 TABLA 1 No obstante, se deben descartar las causas graves
Diagnóstico diferencial del dolor lumbar (“alertas rojas”).

Síntomas y diagnóstico diferencial

Trastornos vertebrales Trastornos vertebrales Trastornos viscerales El diagnóstico diferencial del dolor lumbar es amplio e in-
cluye causas tanto mecánicas como no mecánicas. Entre
Esguince o distensión Neoplasia En órganos pélvicos las causas mecánicas, se deben tener en cuenta esguinces
(por lumbar ejemplo, o distenciones lumbares, enfermedades degenerativas de
prostatitis, endometriosis, discos/carillas auriculares, espondilosis/espondilolistesis,
enfermedad inflamatoria hernias/degeneraciones discales, fracturas y enfermedades
pélvica) congénitas. Las afecciones no mecánicas incluyen trastor-
nos vertebrales (por ejemplo, tumores malignos, infeccio-
Enfermedad degenerativa Infección Nefropatías nes, artritis) y trastornos viscerales (por ejemplo, prostati-
tis, endometriosis y la enfermedad inflamatoria pélvica,
Espondilosis Artritis Enfermedades vasculares así como también enfermedades renales, vasculares y di-
(por ejemplo, aneurisma gestivas) (Tabla 1).10
aórtico abdominal, Actualmente el diagnóstico se basa principalmente en
enfermedad reminiscencia y el juicio clínico. Una evaluación clínica
aortocoronaria) exhaustiva del dolor lumbar constituye un paso importan-
te para tranquilizar a los pacientes y controlar la afección,
Espondilolistesis Osteítis deformante Enfermedades digestivas y una historia clínica completa puede ayudar a acelerar el
(por ejemplo, pancreatitis, diagnóstico. La evaluación debe ir acompañada de una
olecistitis) exploración física exhaustiva, que puede incluir pruebas
sensoriales (por ejemplo, respuesta a la presión, sensacio-
Hernia discal Osteocondrosis nes de frío/calor y vibración) y una evaluación psicosocial.
intervertebral Se debe tener en cuenta que generalmente solo hay una
coincidencia débil entre los resultados de la exploración
Estenosis espinal física y el informe subjetivo por lo que respecta a la grave-
dad del dolor y la discapacidad. No obstante, este enfoque
Fractura no consume mucho tiempo y puede garantizar que no se
pasen por alto “alertas rojas” críticas (es decir, los sínto-
Enfermedad congénita mas que pueden indicar afecciones posiblemente graves
(cifosis, escoliosis) que requieren intervención inmediata, como fiebre,
incontinencia urinaria o fecal, debilidad o entumecimien-
Degeneración discal to bilateral de las extremidades inferiores o deficien-
interna cias neurológicas progresivas).2 Aunque la mayoría de los
pacientes presentan dolor lumbar somático de origen
Adaptación de la referencia 22 osteomuscular (los síntomas lumbares son inespecíficos
en la mayoría de los pacientes, lo que significa que el

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 TABLA 2
Señales de advertencia y factores de riesgo para la cronificación del dolor lumbar

Causas Señales de advertencia Factores de riesgo Percepciones de los miembros del entorno laboral/
extravertebrales del somáticas psicosociales para de los empleados acerca del trabajo y la salud
dolor lumbar (“alertas rojas”) la cronificación (“alertas azules”)
(“alertas amarillas”)

Procesos que afectan • Fractura/osteoporosis • E stado depresivo/ • Preocupaciones sobre si el empleado puede
órganos contiguos: • I nfección angustia cumplir las exigencias del trabajo
• P rocesos • Radiculopatía/ • A fecciones relacionadas • Satisfacción baja del empleo Poca o mala asistencia
abdominales/ neuropatía con el dolor en el trabajo
viscerales • Tumores/metástasis • C omportamiento de • La percepción de que el trabajo es muy estresante
• C ambios vasculares • Espondiloartritis axial dolor pasivo • Un enfoque complaciente en el lugar de trabajo
• C ausas • P erspectivas para proporcionar tareas alteradas u opciones de
ginecológicas relacionadas con el trabajo modificadas para facilitar el regreso al
• C ausas urológicas dolor trabajo
• E nfermedades • T endencia a la • C omunicación deficiente entre el empleador y el
neurológicas somatización empleado
• T rastornos mentales
y psicosomáticos

Adaptación de la referencia 23

dolor se localiza en la espalda/los glúteos y se debe a un

supuesto proceso musculoligamentoso), es imprescindible
descartar estas afecciones de “alertas rojas” (Tabla 2).
Se pueden aplicar pruebas radiológicas y neurofisiológi-
cas especiales para determinar la presencia de una lesión
o compresión en el nervio, pero no siempre proporcionan
resultados concluyentes, o les puede faltar especificidad.
Las anomalías en las radiografías y las imágenes por reso-
nancia magnética (Magnetic Resonance Imaging, MRI) y la
aparición de dolor lumbar inespecífico no parecen estar
fuertemente vinculadas. Por lo tanto, las herramientas de
detección autoevaluativas, como painDETECT, tienen por
objeto identificar a posibles pacientes con dolor de espal-
da neuropático y pueden ser sumamente útiles en la prác-
tica clínica, ya que pueden ser fácilmente aplicables e
interpretadas por personas sin conocimientos especializa-
dos.2,11 El uso de estas herramientas, especialmente en
combinación con mapas de dolor, que a menudo son más
prácticos que las técnicas de imagen convencionales como
la resonancia magnética, puede ayudar a definir y regis-
trar la categoría de dolor de un paciente. El cuestionario
painDETECT ayuda a determinar los patrones espaciales
de la propagación del dolor, lo que ayuda a la determina-
ción del tipo subyacente de dolor y, con esto, a la optimi-
zación del tratamiento sobre la base de este supuesto
(Cuadro 1).12
Es esencial determinar durante el examen si el dolor es
osteomuscular (paradigma de “ver, mover, sentir”) o es un
indicador para buscar causas no osteomusculares y afec-
ciones de alerta roja. Los pacientes con dolor osteomuscu-
lar necesitan mucha tranquilidad (y no una multitud de
pruebas de diagnóstico como radiografías, tomografías
computarizadas o imágenes por resonancia magnética),
que se puede proporcionar durante un examen cuidadoso
sin demasiado esfuerzo. Este enfoque puede ser de gran
beneficio terapéutico en sí mismo, y mantenerse activo
acelera la recuperación y reduce la discapacidad crónica.
Por lo tanto, si se solicita un estudio por imágenes, es
importante tener en cuenta las limitaciones de la técnica
y cómo la información que se obtenga realmente influirá
en el tratamiento de la afección del paciente.
En pacientes con síntomas agudos, no se debe solicitar
de forma periódica estudios radiográficos y pruebas de
laboratorio, sino que se deben usar selectivamente en fun-
ción de la historia clínica, la exploración física y la prime-
ra respuesta al tratamiento.
Finalmente, resulta relevante la detección de “alertas
amarillas” y “alertas azules” (factores que podrían

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contribuir a un mal pronóstico; véase la Tabla 2) en CUADRO 1
La herramienta de detección painDETECT
pacientes que no se recuperan rápidamente. Estos facto-
res se deben detectar y rectificar a tiempo para evitar el
riesgo de que se desarrolle dolor crónico o alguna discapa-
cidad.6 Debido a que la mayoría de las personas con dolor
lumbar (90 %) tiene una causa mecánica inespecífica que
remite espontáneamente, el objeto de la evaluación clíni-
ca es, en última instancia, detectar eficientemente las cau-
sas graves raras e identificar a los pacientes que podrían
tener un mayor riesgo de mejoría tardía debido a un dete-
rioro neurológico o a factores psicosociales.

“Cronificación” y tratamiento
En muchos países, se han publicado pautas clínicas para
el tratamiento del dolor lumbar y, en general, las reco-
mendaciones son similares en todas las pautas del mun-
do. Actualmente, el tratamiento para el dolor lumbar es
más que todo sintomático. El ejercicio (como ejercicios
acuáticos, elongación, entrenamiento de fuerza y resisten-
cia) y los programas intensivos multidisciplinarios de tra-
tamiento del dolor con intervenciones educativas y tera-
pia conductual (cognitiva) son eficaces para el dolor
lumbar crónico y están respaldados por pruebas contun-
dentes. Menos datos respaldan la eficacia de analgésicos,
antidepresivos, antiinflamatorios no esteroideos u
opioides.
Aunque las pruebas de eficacia y seguridad vinculadas
con el tratamiento a largo plazo actualmente son limita-
das para todos los opioides convencionales, una nueva
molécula caracterizada por un mecanismo de acción sin-
gular que actúa en ambos componentes del dolor, tanto
nociceptivos y como neuropáticos, se ha convertido en el
centro de atención en cuanto al tratamiento de afecciones
de dolor mixto, como el dolor de espalda. El opioide
tapentadol es tanto un agonista del receptor opioide
μ (MOR) como un inhibidor de la recaptación de noradre-
nalina (Noradrenaline Reuptake Inhibitor, NRI): es el pri-
mer y único miembro de una nueva clase de agentes anal-
gésicos, MOR-NRI.13 Debido a la interacción sinérgica de
los dos mecanismos, se necesita una menor actividad de
los opioides para llegar a una analgesia comparable y, por
lo tanto, se logra un perfil de tolerabilidad más favorable,
en relación con episodios adversos digestivos, respirato-
rios y endocrinológicos. Esto es de suma importancia,
dada la necesidad frecuente de tratamiento a largo plazo
en pacientes con dolor lumbar. Pero, independientemente
del opioide elegido, las recetas médicas siempre deben ser
por un período limitado con la dosis eficaz más baja que
proporcione un alivio considerable del dolor y un funcio-
namiento mejorado con efectos secundarios manejables.
Las estrategias de mitigación y reevaluación de riesgos
deben incorporarse de manera periódica. Hay que tener
en cuenta que los opioides no son un tratamiento prima-
rio por lo que respecta al dolor lumbar y que pueden ser
inadecuados en algunos pacientes; sin embargo, los bene-
ficios pueden ser mayores que los riesgos luego de una
evaluación exhaustiva y si otros medicamentos están con-
traindicados, no se toleran o son ineficaces.
Aunque el uso de anticonvulsivos (por ejemplo, la
gabapentina o la pregabalina) ha aumentado considera-
blemente en los últimos años, a pesar de las pruebas
moderadas de que no son efectivos para el tratamiento
del dolor de espalda ni el dolor lumbar radicular, los últi-
mos resultados sugieren que las recomendaciones de las
pautas sobre el dolor neuropático no deben extenderse a
la ciática.14 Sin embargo, según el tipo de dolor subyacen-
te, su uso en la rutina clínica es frecuente, en particular si
los pacientes sufren comorbilidades como depresión,
ansiedad o alteraciones del sueño. Lo mismo es válido
para los antidepresivos.1,5,15
Si se usan medicamentos para el tratamiento sintomáti-
co, los pacientes deben ser tratados con el agente más ade-
cuado, la dosis más baja posible y durante el menor tiem-
po posible. En los pacientes sin riesgo neurológico
considerable, el tratamiento inicial debe incluir la modifi-
cación de la actividad, analgésicos no narcóticos y educa-
ción; en los pacientes que tienen síntomas que no dismi-
Alrededor del nuyen luego de entre 2 y 4 semanas, es obligatoria la
90 % de todos los remisión a los tratamientos físicos.5 Los procedimientos
pacientes tuvieron invasivos para el dolor lumbar crónico (inespecífico), es
un dolor lumbar decir, intervenciones en carillas auriculares, epidurales,
puntos neurálgicos, han tenido resultados contradictorios.
inespecífico, lo La estimulación de la médula espinal (Spinal Cord Sti-
cual, en esencia, mulation, SCS) está teniendo cada vez más resultados pro-
es un diagnóstico metedores en una variedad cada vez mayor de afecciones.
La aplicación más común en los últimos decenios ha sido
que se basa en el el tratamiento del dolor persistente luego de una cirugía
descarte de una lumbar. Hay pruebas convincentes de que la SCS funciona
patología concreta como tratamiento para el síndrome de cirugía fallida de la
espalda (Failed Back Surgery Syndrome, FBSS) en pacien-
tes con dolencias axiales y radiculares persistentes, así
como tratamiento quirúrgico reoperatorio por el FBSS.16
El dolor lumbar ha demostrado ser más difícil de tratar
que el dolor irradiado en las piernas, y no hay pruebas
sólidas disponibles sobre la eficacia de la intervención qui-
rúrgica. Para un grupo selecto de pacientes con ciática
debido al prolapso del disco lumbar y que no responde al
tratamiento prudente inicial, se puede pensar, como últi-
mo recurso, en la discectomía quirúrgica. La cirugía de
fusión, debatida durante decenios, aún no ha tenido resul-
tados convincentes.
La mayoría de los pacientes tienen crisis de dolor lum-
bar agudo que remiten espontáneamente y que a veces se
solucionan sin tratamiento. Sin embargo, en algunos
casos las personas presentan crisis recurrentes, con mayor
duración y de características más debilitantes. De hecho,
no es frecuente tener una verdadera remisión, con una
sola crisis de dolor que nunca se repite. Esta “cronifica-
ción” del dolor lumbar es problemática por los efectos
secundarios a largo plazo, incluido el riesgo de adicción a
algunos de los medicamentos que se usan para reducir
el dolor.1
Aunque los médicos suelen tratar a los pacientes en fun-
ción de la duración de los síntomas (agudos, subagudos y
crónicos) y la presencia de radiculopatías, es difícil resu-
mir las recomendaciones de tratamiento de esta manera,
ya que muy pocos estudios brindan información sobre
poblaciones de pacientes homogéneas. En la mayoría

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 enmascaramiento y a gran escala para establecer una
recomendación normalizada y con base empírica para un
enfoque tan prometedor.

Efectos económicos
Se ha calculado que el total de los costos por año vincula-
dos con el dolor lumbar, incluida la pérdida de salarios, es
100 000 millones de dólares en los EE. UU. y entre 2 000 y
17 000 millones de euros en los países europeos.5 En el
Reino Unido, el dolor lumbar es la causa más frecuente de
discapacidad entre los adultos jóvenes, lo que representa
más de 100 millones de días de trabajo que se pierden por
año, mientras que en los EE. UU. esto representa 149 mi-
llones de días de trabajo que se pierden por año.1
Un estudio realizado en Europa apuntó a la mala salud
física, la alta discapacidad funcional y la baja calidad de
vida relacionada con la salud como factores predictivos de
altos costos entre los pacientes con dolor lumbar cróni-
co.19 Otro estudio en el que participaron pacientes ingresa-
dosen un centro multidisciplinario especializado en la
columna vertebral reveló que los costos de atención médi-
ca son el doble que los de los pacientes que reciben aten-
ción primaria.20 Lamentablemente, la mayoría de las vías
terapéuticas que se recomiendan no han sido evaluadas
en cuanto a su relación costo-eficacia, pero el tratamiento
con ejercicios parece ser rentable para el tratamiento del
dolor lumbar subagudo y crónico, aunque no es superior
a otras intervenciones para el dolor cervical y lumbar.21

de los casos, las causas del dolor lumbar no se conocen o
no se han detectado; por lo tanto, no se atacan.1
Recientemente, los enfoques regenerativos han tratado
de usar moléculas y componentes biológicos autógenos
para reparar y reemplazar el tejido dañado. En varios estu-
dios se ha examinado el plasma con mucha concentración
de plaquetas y las células madre mesenquimales, que
muestran altas tasas de proliferación y posibilidades de
diferenciación multilínea, solos o en combinación con
ejercicio, fisioterapia o terapia de la conducta. Se ha deter-
minado que son una alternativa relativamente segura
para pacientes con enfermedad degenerativa del disco
que no responden al tratamiento convencional, pero a
menudo solo brindan alivio a corto plazo.17,18 Sin embargo,
se requieren estudios aleatorios con doble
Conclusiones
La patofisiología del dolor lumbar es indudablemente
compleja y muy complicada por la ausencia de enfoques
no normalizados para la toma de decisiones clínicas. Por
esta razón, el dolor lumbar no se considera una entidad
patológica singular, sino un conjunto de síntomas hetero-
géneos (dolor mixto). Actualmente, el tratamiento de la
enfermedad ofrece un tratamiento meramente sintomáti-
co, lo que ayuda a atenuar los síntomas de dolor y movili-
dad, y ningún tratamiento por sí solo puede prevenir, sus-
pender o revertir la progresión de la enfermedad.1
Los efectos económicos del dolor lumbar crónico en las
personas, las sociedades y los sistemas de salud son muy
alto y aumentan a medida que la población envejece. El
descubrimiento de biomarcadores concretos y eficaces y
de factores antropométricos para diagnosticar mejoras y
hacer un seguimiento de ellas, además del desarrollo de
biomateriales para procedimientos quirúrgicos de reem-
plazo y tratamientos regenerativos, son ámbitos impor-
tantes en cuantas a las investigaciones que se lleven a
cabo en lo sucesivo para reducir la brecha entre las prue-
bas y la práctica, teniendo en cuenta el carácter de largo
plazo del tratamiento de la afección.1

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