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PROPIEDADES DE LUBRICACIÓN Y PROTECCIÓN DEL MOCO E IMPORTANCIA DEL MOCO EN

EL TUBO DIGESTIVO – GUYTON & HALL


El moco es una secreción densa compuesta fundamentalmente por agua, electrólitos y
una mezcla de varias glucoproteínas formadas por grandes polisacáridos unidos a
cantidades mucho menores de proteínas. El moco muestra ligeras diferencias en las
distintas partes del tubo digestivo, pero en todas ellas posee varias características
importantes que hacen de él un lubricante y protector de la pared gastrointestinal
excelente. En primer lugar, tiene una cualidad adherente que permite fijarse con firmeza a
los alimentos y a otras partículas, formando una fina capa sobre su superficie. En segundo
lugar, posee la consistencia suficiente para cubrir la pared gastrointestinal y evitar casi
todo contacto real entre las partículas de alimentos y la mucosa. En tercer lugar, su
resistencia al deslizamiento es muy escasa, por lo que las partículas se desplazan a lo largo
del epitelio con suma facilidad. En cuarto lugar, el moco hace que las partículas fecales se
adhieran entre ellas, creando masas fecales que se expulsan gracias a los movimientos
intestinales. En quinto lugar, es muy resistente a la digestión por las enzimas
gastrointestinales. En sexto lugar, las glucoproteínas del moco poseen propiedades
anfóteras, lo que significa que amortiguan pequeñas cantidades de ácidos o álcalis;
además, el moco suele contener cantidades moderadas de iones bicarbonato, que
neutralizan específicamente los ácidos.
Así, el moco facilita el deslizamiento de los alimentos a lo largo del aparato digestivo y
evita la excoriación y el daño químico del epitelio. Cualquier persona se percata de la
auténtica calidad lubricante del moco cuando sus glándulas salivales no secretan saliva,
pues en estas circunstancias resulta extraordinariamente difícil deglutir los alimentos
sólidos, incluso aunque se ingieran grandes cantidades de agua.

Células mucosas superficiales


La totalidad de la superficie de la mucosa gástrica existente entre las glándulas posee una
capa continua de células mucosas de un tipo especial, llamadas simplemente «células
mucosas superficiales», que secretan grandes cantidades de un moco viscoso, que cubre
la mucosa del estómago con una capa de gel de un grosor casi siempre mayor de 1 mm.
Esta capa constituye un importante escudo protector de la pared gástrica que, además,
contribuye a lubricar y a facilitar el desplazamiento de los alimentos.
Otra característica de este moco es su alcalinidad. Por eso, la pared gástrica subyacente
normal nunca queda directamente expuesta a la secreción gástrica muy ácida y
proteolítica. Hasta el más leve contacto con los alimentos o, sobre todo, cualquier
irritación de la mucosa estimulan directamente la formación de cantidades adicionales y
copiosas de este moco denso, viscoso y alcalino por las células mucosas superficiales.
El moco del intestino grueso protege a su pared frente a las excoriaciones, pero, además,
proporciona un medio adherente que mantiene unida la materia fecal. Asimismo, protege
la pared intestinal de la gran actividad bacteriana existente en el interior de las heces y su
alcalinidad. Por último, el moco y la alcalinidad de la secreción (un pH de 8, debido a la
gran cantidad de bicarbonato sódico) ofrecen una barrera que mantiene los ácidos fecales
alejados de la pared intestinal.

Principios de Anatomía y Fisiología - TORTORA


¿Qué impide a la pepsina digerir las proteínas de las células gástricas junto con los
alimentos? Primero, la pepsina se secreta en su forma inactiva llamada pepsinógeno, en la
cual no puede digerir las proteínas de las células principales que la producen. El
pepsinógeno no se activa hasta que entra en contacto con el ácido clorhídrico secretado
por las células parietales o con otras moléculas de pepsina activas. En segundo lugar, las
células epiteliales gástricas están protegidas de los jugos gástricos por una fina capa de 1-3
mm de moco alcalino, secretado por las células mucosas superficiales y las células
mucosas del cuello.

FISIOLOGIA HUMANA – TRESGUERRES


BARRERA MUCOSA GÁSTRICA
Una de sus características más importantes de la mucosa gástrica es su capacidad para
resistir las agresiones del ácido clorhídrico y la pepsina, así como de sustancias exógenas.
Los mecanismos responsables de la defensa de la mucosa se pueden dividir en dos
grandes apartados: 1) factores extrínsecos a la mucosa (flujo sanguíneo, secreción de
moco y bicarbonato) y 2) factores intrínsecos de la mucosa (restitución celular inmediata,
capacidad cicatrizante, permeabilidad mucosa a los H+ y otros).
a) Secreción de moco: Desde el punto de vista químico y estructural, las glucoproteínas
que componen el moco gástrico presentan una estructura típica con un núcleo proteico,
unidas por puentes disulfuro, cadenas laterales constituidas por hidratos de carbono,
principalmente del tipo hexosamina. La viscosidad es una de las principales características
del moco y se explica por la polimerización de estas moléculas, constituyendo un gel
viscoso con un 5% de glucoproteínas y un 95% de agua. La disminución en la
concentración de glucoproteínas y el déficit en la síntesis de las mismas conduciría a una
disminución de la viscosidad. El espesor del moco es otra de las circunstancias constantes,
se ha calculado que es de 5 mm y recubre la superficie mucosa del estómago. Todavía no
existe ningún sistema que permita medir la cuantía de renovación o la producción
constante de moco por las células específicas de la mucosa del estómago, pero se
considera que debe ser suficientemente elevada como para poder ejercer la protección.
b) Secreción de bicarbonato: Se ha demostrado secreción de bicarbonato por parte de las
células epiteliales en las mucosas oxíntica, pilórica y duodenal. La defensa de la mucosa
gástrica depende en gran medida de la capa de moco-bicarbonato que cubre por
completo la superficie interna del estómago.
El cálculo de la secreción de bicarbonato varía ampliamente en función del método
utilizado. El estímulo vagal, así como los agentes colinérgicos y determinadas
prostaglandinas, se comportan como favorecedores de la secreción de bicarbonato.
c) Barrera bicarbonato-moco: La actuación conjunta de estos factores potencia la acción
independiente de cada uno de ellos. Su principal función es prevenir la acción de los H+
sobre la mucosa. La disposición en una estructura tridimensional de sus glucoproteínas
produce una fase inmóvil interpuesta entre el bicarbonato secretado por la pared y el jugo
gástrico, de tal manera que el ácido que difunde a su través es neutralizado dentro de esta
capa de un gradiente de pH en el interior de la capa de moco (Fig. 57.4). El pH en la luz del
estómago humano estimulado es de 2, mientras que por debajo de la capa de moco el pH
llega a ser de 7. El moco actuaría a modo de soporte, facilitando la neutralización continua
de los hidrogeniones e impidiendo el paso de moléculas de mayor tamaño del tipo de la
pepsina. La degradación continua por esta enzima proteolítica obliga a su síntesis
continuada.
Las prostaglandinas participan activamente en el mantenimiento del gradiente de pH de la
capa de moco, como se demuestra al inhibir su síntesis administrando antiinflamatorios
no esteroideos (AINE), tras lo cual se altera significativamente este gradiente.
f) Mecanismos de citoprotección mediados a través de prostaglandinas: Las
prostaglandinas se originan a partir de los fosfolípidos de la capa bilipídica de la
membrana celular. Tienen efecto directo sobre la mucosa, incrementando la secreción de
moco y bicarbonato, a la vez que aumentan el flujo sanguíneo por efecto vasodilatador.
ANATOMIA Y FISIOLOGIA DE TRESGUERRES
Barrera mucosa gástrica
El epitelio gástrico tiene que soportar un medio ácido y con enzimas proteolíticas que lo
lesionarían si no existieran mecanismos de protección. La secreción de moco procedente
de células distribuidas por toda la mucosa gástrica forma una capa alcalina de unos
milímetros de espesor, pegajosa y viscosa. Además, el epitelio secreta bicarbonato que
potencia el efecto protector del moco. Entre ambos consiguen que aunque en la luz
gástrica el pH sea cercano a 2, en la capa que rodea al epitelio el pH no sea acido. La
secreción mucosa aumenta en respuesta a estímulos irritantes, como el alcohol, o a
estímulos mecánicos de fricción con las partículas ingeridas en la dieta. La capacidad
reparadora del epitelio es otro factor de protección.
La mucosa gástrica de una persona sana pierde 30 millones de células cada hora por
descamación. Paralelamente se produce la regeneración y esta es mejor si el flujo
sanguíneo es adecuado, si el pH es superior a 4 y si hay gastrina. Cuando disminuye el flujo
sanguíneo de la mucosa gástrica, se crea una situación de hipoxia y déficit nutricional en
las células epiteliales. Como resultado, disminuye la síntesis de moco y el epitelio se
regenera peor.
Las prostaglandinas juegan un papel muy importante en la protección del epitelio gástrico,
puesto que aumentan la secreción de moco y bicarbonato. Además, como son
vasodilatadores aumentan el flujo sanguíneo, con lo que favorecen la regeneración
celular. Por ello, la aspirina y los antiinflamatorios no esteroideos, al inhibir la síntesis de
prostaglandinas, pueden producir daño en la mucosa gástrica.

Nivel preepitelial
La superficie de la mucosa gástrica está compuesta por mucina, que junto con otras
proteínas y lípidos constituye un gel continuo en cuyo interior se segrega un fluido rico en
bicarbonato que proporciona un gradiente de pH protector. La mucina es una
glucoproteína viscosa con unas propiedades fisicoquímicas que la hacen relativamente
resistente a la barrera ácida. Las células epiteliales de la superficie segregan
constantemente moco para cubrir su superficie luminal con una capa de gelatina continua
que protege el epitelio de la acción del ácido, enzimas peptídicas y abrasiones. La
secreción de moco varía en función de diferentes factores y algunos fármacos, los
estímulos más potentes de la secreción de la mucosa son las prostaglandinas y los agentes
colinérgicos. Por otro lado, algunos AINE inhiben la actividad de las enzimas biosintéticas
productoras de moco.
El bicarbonato se secreta por la mucosa gástrica y duodenal por un mecanismo
dependiente de la anhidrasa carbónica.
La barrera moco-bicarbonato es la primera línea de defensa de la mucosa gástrica y
duodenal y establece un gradiente de pH con valores de 2 a 7 desde la luz gástrica a la
superficie epitelial. Cualquier agente que altere significativamente esta capa protectora es
potencialmente gastrolesivo ya que la pérdida de la integridad de la capa moco-
bicarbonato facilita el paso de los hidrogeniones desde la luz a la mucosa, y la difusión de
los iones sodio y potasio en sentido inverso, lesionando el epitelio.
Nivel epitelial
El equilibrio entre pérdida y renovación celular es otro importante factor de defensa de la
mucosa. Se ha comprobado que la exposición de la mucosa a agentes nocivos como el
etanol, el ácido o los AINE aumenta la pérdida de DNA del estómago, y que el tratamiento
preventivo de la mucosa con prostaglandinas evita esta pérdida.
El proceso conocido como renovación de mucosa repara los pequeños defectos epiteliales
mediante migración celular. La reparación requiere un microambiente alcalino y se inhibe
en caso de isquemia mucosa o pH bajo.
Las lesiones de la mucosa gastroduodenal inducen la formación de una capa mucoide,
mezcla de moco, lípidos, fibrina y restos celulares que proporciona un microambiente
propicio para la reparación y regeneración. La regeneración requiere proliferación celular
que depende parcialmente de las prostaglandinas tisulares y es la que permite reparar los
defectos epiteliales más importantes.
En la actualidad se sabe que las prostaglandinas, especialmente la PGE2, son un elemento
clave en la defensa de la mucosa gástrica, ya que actúan potenciando la mayor parte de
los mecanismos involucrados a todos los niveles. Sus acciones son las siguientes:
Aumentan la secreción de moco y bicarbonato.
Aumentan la secreción de fosfolípidos de membrana.
Aumentan la regeneración y restitución del epitelio.
Mantienen y elevan el flujo sanguíneo mucoso en función de las necesidades.
Reducen la secreción del ácido.
Ejercen citoprotección del endotelio gástrico.
Estabilizan las membranas de lisosomas.
Nivel postepitelial
Es de gran importancia la microcirculación gástrica en los mecanismos de defensa de la
mucosa. La preservación de la integridad vascular gástrica y el subsiguiente
mantenimiento de la circulación sanguínea es uno de los elementos clave de la
citoprotección. Probablemente las prostaglandinas pueden ayudar a mantener el flujo
sanguíneo de la mucosa al preservar la microcirculación endotelial gástrica.
MECANISMOS DEFENSIVOS DE LA MUCOSA La habilidad protectora de la mucosa
gastroduodenal normal contra factores agresivos endógenos y exógenos es debida a un
número de procesos defensivos (que operan dentro y alrededor de la mucosa)
presentados diagramáticamente en la figura 1, y listados aquí. 1) Capa estable de Moco y
Bicarbonato La primera línea de defensa de la mucosa es la capa estable formada por el
gel mucoso y el bicarbonato que cubren la superficie luminal mucosa y así mantienen un
microambiente neutro en las células superficiales epiteliales. Además de ser parte de la
capa estable, el moco sirve como lubricante, retarda la difusión de hidrogeniones y
pepsina, inhibe la activación del pepsinógeno y ejerce una acción antibacteriana. Un grupo
de hormonas gastrointestinales como la gastrina y secretina; la prostaglandina E2 y
agentes colinérgicos estimulan la secreción de moco. También algunos medicamentos
activos tópicamente (tal como los antiácidos) estimulan la secreción de moco. El
bicarbonato es secretado al lumen por células epiteliales superficiales y parcialmente por
células parietales estimuladas ("marea alcalina"). El gel mucoso minimiza la pérdida
luminal de bicarbonato manteniendo así un microclima neutro en la superficie mucosa. La
secreción de bicarbonato es estimulada por las prostaglandinas y compuestos con
aluminio (Ej. antiácidos).
La capa estable de moco y bicarbonato mantiene un microclima "neutro" en la superficie
luminal de las células epiteliales superficiales. (2) Las células epiteliales superficiales son
capaces de secretar moco y bicarbonato. Debido a la presencia de fosfolípidos en su
superficie, estas células son hidrofóbicas, repeliendo el ácido y agentes lesivos
hidrosolubles. (3) La continua renovación de células mucosas a partir de las células
progenitoras en la zona proliferativa mucosa permite el reemplazo de células epiteliales
dañadas o viejas. Usualmente tiene 3-5 días reemplazar completamente la superficie
epitelial, mientras que toma meses reemplazar las células glandulares. La injuria
superficial del epitelio es restituida en unas horas por la migración de células procedentes
del área del cuello. (4) Células parietales secretoras de HCI secretan hacia el lumen
gástrico y simultáneamente bicarbonato a las microvascularizaciones adyacentes, donde
es transportado para crear un microclima neutro en la superficie luminal. Esta es la
llamada "marea alcalina". (5) La microvascularidad mucosa aporta oxígeno y nutrientes a
toda la mucosa y es capaz de remover sustancias tóxicas. (6) La generación continua de
prostaglandinas E2 (PGE2) y prostaciclina (PGI2) por la mucosa es crucial para mantener la
integridad de la mucosa. Casi todos los mecanismos defensivos de la mucosa son
estimulados o facilitados por prostaglandinas exógenas y endógenas. (7) La estimulación
de los nervios sensoriales gástricos conducen a la liberación de neurotransmisores tales
como el péptido relacionado al gen de la calcitonina (PRGC) y sustancia P en las
terminaciones neuronales, localizadas dentro o cerca de los grandes vasos submucosos. El
PRGC activa la generación de óxido nítrico. Además, macrófagos, leucocitos y células
endoteliales segregan una serie de citoquinas que afectan la proliferación y crecimiento
celular.

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