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Introducción
Esta protección es más eficiente y amplia en países desarrollados pues con alta
frecuencia es insuficiente en los países en desarrollo, aunque debiera dedicarse
atención y recursos a estas actividades para beneficio de la especie humana en todo
el mundo.
Todos los capítulos constan de una breve introducción, varios apartados y algunos de
estos están desglosados en sub-apartados, aunque no son nombrados como tales.
El contenido de este libro docente es consecuente con la estrategia que sustenta los
niveles de aplicación que se realizan para la protección sanitaria de los alimentos. La
misma se muestra en el cuadro siguiente:
En el primer capítulo del libro Protección sanitaria de alimentos, se explican los
contenidos suficientes para cumplir los objetivos siguientes:
Las explicaciones sobre las cinco claves de la OMS para la inocuidad de los alimentos
expresan medidas generales para evitar las enfermedades transmitidas por alimentos
(ETA) y de forma consecuente, en los otros capítulos de este texto, se explica cómo
las BPP agrupan los requisitos sanitarios en los establecimientos de alimentos, el
sistema HACCP se aplica en el procesamiento de un alimento y el análisis de riesgo
tiene como objeto de trabajo duplas formadas por un contaminante y un alimento para
establecer estrategias científicas y políticas efectivas que permitan la producción y
consumo de alimentos con la garantía de la protección de la salud de los
consumidores.
Los animales acuáticos que originan los productos bioacuáticos de mayor importancia
para la alimentación de la especie humana incluyen una amplia variedad de especies,
la mayoría de las cuales viven exclusivamente en el agua pues tienen capacidad para
utilizar el oxígeno disuelto en esta. La diversidad mencionada también se manifiesta
en los diferentes niveles de salinidad del agua en que viven, desde la que se califica
como “dulce” de ríos y lagos, hasta la de mar caracterizada por contener
aproximadamente 30 partes por mil de cloruro de sodio.
Cadena alimentaria
La respuesta a esa insuficiencia fue el surgimiento del enfoque del control del proceso en
sustitución de análisis del producto final. Surge así el sistema de análisis de riesgos y puntos
críticos de control (sistema HACCP) con cinco principios a aplicar y que se conocen en la
actualidad como sistema de análisis de peligros y puntos críticos de control que incluye siete
principios, pues se sumaron dos a los cinco iniciales que continúan vigentes.
Con este sistema se desarrolla la filosofía del trabajo enfocado en adelantarse a la ocurrencia
de los problemas sanitarios para controlarlos y evitarlos. Esta capacidad es uno de sus
aportes más importantes a la inocuidad de los alimentos.
Estos cambios y la altísima exigencia que implica el cumplimiento del sistema HACCP
originaron el compendio ordenado y mejorado de regulaciones sanitarias en 1969 que se
identifica actualmente como buenas prácticas de manufactura (BPM) o buenas prácticas de
producción (BPP).
Con el desarrollo de la ciencia y la técnica se determinó que las exigencias de las BPM o
BPP sobre la base de principios del sistema HACCP tenían alta eficiencia y elevadas
posibilidades de aplicación en muchos controles de alimentos.
Un diagrama de flujo facilita el análisis de todo el proceso al tiempo que permite identificar
particularidades y detalles de cada componente o etapa del proceso, tanto desde el punto
de vista tecnológico como de la inocuidad de los alimentos.
Estos diagramas, aunque puedan parecer similares por tipo de alimento, tienen
particularidades que corresponden con cada lugar donde se hagan esos procesos.
Bases legales
En los últimos años aumentó la preocupación sobre la calidad e inocuidad de los productos
alimenticios debido a engaños de suministradores y brotes de enfermedades transmitidas
por los alimentos. Esto implicó que gobiernos e instituciones internacionales y nacionales
asociadas al comercio desarrollaran mecanismos para establecer y exigir requisitos
protectores de los consumidores, entre las que se encuentran las regulaciones sanitarias5.
La importancia de los productos que se obtienen de la agricultura y la pesca como fuentes
de alimentos para millones de personas se expresa en la tendencia del incremento de la
producción y comercialización durante los últimos años. Estos productos tienen, además,
una elevada significación para miles de familias que dependen de estas actividades para su
sustento.
Se puede afirmar, por tanto, que los productos alimenticios tienen consecuencias relevantes
para la salud y nutrición de la población, además de ser destacadas fuentes de ingresos por
actividades comerciales a nivel local, nacional e internacional, aunque los controles de la
inocuidad suelen ser diferentes en los distintos países y regiones del mundo.
Es conocido que las medidas sanitarias, de todo tipo, requieren de respaldo legal para su
aplicación, exigencia o cumplimiento, tal como se puede observar en muchos países y a
nivel internacional en las actividades asociadas a la producción, comercialización y consumo
de alimentos.
Las normas pueden ser específicas para determinados productos como, por ejemplo, leche
y productos lácteos, carne y productos cárnicos, pescado y mariscos o frutas y vegetales.
También hay normas generales que regulan la exigencia y cumplimiento de requisitos como
los microbiológicos, higiénicos o toxicológicos, entre otros.
Entre los textos del Codex Alimentarius existen varios como el código de prácticas para el
pescado y los productos pesqueros, higiene de la leche e higiene de la carne que está
dirigido a todos aquellos que se ocupan de la manipulación, la producción, el
almacenamiento, la distribución, la exportación, la importación y la venta de esos alimentos.
La Unión Europea (UE) tiene un conjunto de regulaciones para los países europeos sobre
inocuidad de los alimentos que determina la autorización para la exportación de productos
alimenticios a estos. Estados Unidos de Norteamérica, con su agencia FDA, exige el
cumplimiento de requisitos sanitarios para permitir la importación desde otros países, como
los de Latinoamérica.
Es importante destacar que la aplicación de los instrumentos para hacer cumplir esas leyes
y la educación – cultura de la población aún no es suficiente para evitar las afectaciones de
los contaminantes en alimentos.