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3. ¿Es posible medir la inteligencia de los infantes y niños pequeños e incrementarla?

El enfoque psicométrico se encarga de medir las diferencias cuantitativas entre las


habilidades que compone la conducta inteligente, como aquella en donde la persona logra
adaptarse a las condiciones de vida y a la resolución de problemas y adquisición y
entendimiento de conceptos y conocimiento.
Este enfoque promueve el desarrollo de distintas pruebas como la del Coeficiente
Intelectual que buscan medir los componentes de la inteligencia como la comprensión y el
razonamiento. No obstante, no llegan a pronosticar la inteligencia posterior adecuadamente
por su corte generalista al no tener en cuenta las especificidades del ser humano.
Igualmente, existen otras pruebas que se miden por lo que el adulto responsable puede
aportar y considera de las competencias destacadas que el niño ha adquirido tanto en la
parte cognitiva como lingüística, motriz, socioemocional y adaptativa, y que sirven para
detectar alteraciones emocionales de manera temprana. Además, también se consideran
las escalas de Bayley y de HOME (Home Observation for Measurement of the Environment)
como aquellas pruebas en las que es esencial medir el papel de los tutores o padres, el
comportamiento y acompañamiento que tienen con sus hijos, la formación que le están
brindando, y cómo lo están preparando cognitivamente; ya sea si en sus hogares hay libros,
juguetes, si sus padres le dedican tiempo a sus hijos, si los felicitan y escuchan con
atención, son acciones y atenciones que juegan un papel importante ya que es el primer
entorno en el que se desarrolla el infante, y le permiten desarrollar aún más la conducta
inteligente por medio de los estímulos de los tutores.
Por lo tanto, según el enfoque psicométrico si es posible medir la inteligencia de los niños y
a su vez incrementarla en su entorno de contacto primario o familiar.

4. ¿Cómo medimos la capacidad de los infantes para procesar la información y cuándo


comienzan a entender las características del mundo físico?

El enfoque de procesamiento de la información mide y hace referencias a partir de lo que


llama la atención de los pequeños y durante cuánto tiempo lo hace. Un tipo de aprendizaje
característico y por el cual se miden los procesos mentales es la habituación en que la
exposición continua a un estímulo reduce la atención que se le presta, provocando que el
bebé pierda interés en lo que realiza, por el contrario, la deshabituación es el aumento de la
respuesta después de la presentación de un nuevo estímulo. En este enfoque de
procesamiento de la información se identifican el desarrollo de capacidades perceptuales y
de procesamiento visual y auditivo como otro factor de medición de los procesos mentales,
por ejemplo la preferencia visual entre los objetos que interactúa el niño, la memoria de
reconocimiento visual, que es la capacidad de distinguir un estímulo conocido de uno que
no se conoce cuando se le presenta al infante al mismo tiempo, y la transferencia entre
modalidades que es la más elaborado y con mayor complejidad ya que el niño usa la
información ya adquirida y aprendida por medio de la experiencia a través de un sentido en
específico para poder guiar otro sentido con mayor exactitud. Asimismo los niños llegan a
entender las características del mundo que lo rodea de 3 a 6 meses, e incluso desde el
nacimiento como afirman algunos investigadores del procesamiento de la información.

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