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TEMA 1: LA QUIEBRA DEL ANTIGUO REGIMEN

1.- El Antiguo Régimen la Monarquía Absoluta:


Es el período previo a la Revolución francesa, y estuvo caracterizado por el predominio de las monarquías absolutistas y por la vigencia de
una economía de base rural y de una sociedad estamental. En el siglo XVIII tuvieron lugar una serie de transformaciones, sobrevenidas por el
desarrollo del comercio y de las finanzas, por el ascenso de la burguesía y por la difusión de ideas reformistas, que precipitaron el final del
modelo. En esta época se produjo también una revolución del pensamiento y de la ciencia que, además de replantear la forma de entender
la naturaleza y la sociedad, inspiró el modelo político y social del siglo XIX.

1.1. ¿Qué es el Antiguo Régimen?


Se denomina Antiguo Régimen al sistema político, social y económico existente en Europa entre el Renacimiento y la Revolución francesa . El
término fue acuñado por los revolucionarios franceses para proclamar el nacimiento de una nueva era basada en las ideas del liberalismo y
quedaba definido por los siguientes rasgos:

• Política. La forma de gobierno era la monarquía absoluta, caracterizada por la concentración de todo el poder en manos del rey.
• Sociedad. Estaba dividida en estamentos, con desigualdades políticas y fiscales; entre ellos. La nobleza y el clero eran los privilegiados, y el
tercer Estado era el grupo de los no privilegiados.
• Economía. Se caracterizaba por el peso del sector agrario, que ocupaba a la mayoría de la población. La artesanía y el comercio,
organizados y regulados por los gremios, completaban la actividad económica.

1.2. La monarquía absoluta


Durante los siglos XVI y XVII, la autoridad de los monarcas europeos se impuso de forma progresiva sobre la nobleza hasta desembocar en el
absolutismo. En las monarquías absolutas, el poder del rey era considerado de origen divino, por lo que los reyes concentraban en su
persona prácticamente todas las atribuciones del Estado.
Su principal y mejor representante fue Luis XIV de Francia, cuyo lema “el Estado soy yo” simbolizaba el carácter absoluto de su poder. El
absolutismo apenas tenía límites legales. El rey nombraba y cesaba por voluntad propia a secretarios, ministros y demás empleados. Aunque
existían instituciones que representaban al reino, como las Cortes en España o los Estados Generales en Francia, en la práctica su
convocatoria era esporádica, y cada vez disponían de menos capacidad para influir en las decisiones de los reyes. Este sistema político
convertía a los habitantes de los reinos en súbditos* cuya participación en asuntos políticos era inexistente.
Solo la alta nobleza conservaba cierta influencia a través del ejercicio de las funciones políticas, para las que eran nombrados por el rey. En la
práctica, el absolutismo tuvo algunas limitaciones, como la pervivencia de los privilegios nobiliarios, la capacidad de decisión de los
parlamentos locales o la compra de cargos públicos, aunque nada de ello impidió que el ejercicio del poder monárquico fuese personal y
absoluto.
IMPORTANTE CONOCER:
Súbdito: Persona sujeta a la autoridad de un superior y con obligación de obedecerlo. Iusnaturalismo: Teoría ético-filosófica por la que los derechos se hallan
en la naturaleza del ser humano, y no en un origen divino. Luis XV de Francia: Rey absolutista de Francia (1766) Se reservaba en su persona todo el poder
soberano y poder divino, en justicia, consejo y razón. Su pueblo le sirve y ha de asumir su autoridad. El representaba el poder legislativo, publicaba las leyes y
las hacía acatar a través de sus oficiales. Los símbolos del poder absolutista. La construcción del palacio de Versalles comenzó en tiempos de Luis XIV, y el
conjunto simboliza el poder absoluto del Rey Sol.

1.3. Las excepciones parlamentarias


Las excepciones al absolutismo europeo estuvieron en Gran Bretaña y en las Provincias Unidas, países en los que terminó imponiéndose el
parlamentarismo.
• Gran Bretaña. El parlamentarismo británico fue el fruto de la revolución iniciada en el año 1642 y que culminó en 1688 con la
aprobación de la Carta de Derechos (Bill of Rights) de 1689, por la que el rey quedaba sometido al Parlamento.
• Provincias Unidas. Tras su separación de la Monarquía Hispánica en el año 1579, el territorio quedó constituido como una república
integrada por varias provincias. Todas ellas estaban representadas por una asamblea en la que el estatúder ejercía la jefatura del
Estado.

1.4. Defensores y críticos del absolutismo


Durante el siglo XVII surgieron autores que defendieron el absolutismo, aunque otros también se opusieron a él y sentaron las bases del
liberalismo. Los defensores del absolutismo.
La fundamentación del poder absoluto encontró a sus máximos representantes en el inglés Thomas Hobbes y en el francés Jacques-Bénigne
Bossuet.
• Hobbes. Escribió su obra durante la revolución inglesa. En su obra Leviatán (1651) defendía el poder del monarca frente al
Parlamento. Para Hobbes, el ser humano es egoísta (“el hombre es un lobo para el hombre”), y para evitar que la sociedad caiga en la
anarquía se necesita un poder que mantenga el orden. Su concepción del absolutismo es de tipo iusnaturalista*.
• Bossuet. En su obra principal, Política sacada de las Sagradas Escrituras (1709), definía el absolutismo como una consecuencia de la
providencia divina.

Los críticos del absolutismo El principal defensor del parlamentarismo en el siglo XVII fue John Locke. En sus dos Tratados sobre el gobierno
civil sostenía que el individuo goza de una serie de derechos inalienables, como la vida, la propiedad y la felicidad. Para Locke, la soberanía
residía en los individuos, y para evitar la arbitrariedad del gobierno defendía la separación de poderes entre el poder legislativo, el ejecutivo y
el judicial.
2.- La Economía del Antiguo Régimen:
La economía del Antiguo Régimen era de base agraria y fuertemente dependiente del ciclo agrícola, por lo que los años de malas cosechas
traían hambrunas y calamidades. En las ciudades, el trabajo artesanal y el comercio eran las principales actividades.

2.1. Las actividades agrarias


La fuente básica de recursos era la agricultura, que ocupaba a la inmensa mayoría de la población. El 80% de los europeos dependía de ella o
estaba vinculada a sus actividades. Se trataba de una agricultura tradicional y de baja productividad, que utilizaba técnicas muy antiguas, con
aperos rudimentarios y con la aplicación del barbecho en campo abierto como sistema de cultivo predominante . Además, había tierras
comunales, que constituían un complemento fundamental para la economía de las poblaciones rurales, al abastecerles de leña y pastos para
el ganado.
Los cultivos más extendidos eran los cereales (trigo, cebada y centeno), las legumbres, las plantas forrajeras y la patata (tras su llegada desde
América). Menos frecuentes eran otras especies como la vid o el olivo. El regadío quedaba limitado a las zonas húmedas y a las riberas de los
ríos.

Como complemento a la agricultura se practicaba la ganadería, sobre todo la ovina y la bovina. La mayoría de los rebaños estaban en manos
de los estamentos privilegiados, y pastaban en campos abiertos y tierras comunales.
Las transformaciones del sector agrario: A partir del siglo XVII se introdujeron profundos cambios en la agricultura que se vieron favorecidos
por la difusión de la fisiocracia*. La introducción de la rotación cuadrienal (Doc. 3), la proliferación de nuevos cultivos, como el maíz, el
tomate o la remolacha, la mejora en los útiles de labranza o la selección de las semillas permitieron una mejor alimentación.
· En Gran Bretaña se llevó a cabo un proceso de privatización y cerramiento de las tierras denominado enclosure, que favoreció que los
propietarios buscasen mayor rentabilidad introduciendo nuevas técnicas e intensificando los cultivos.
· En las colonias europeas de América y de las Indias Orientales se expandió el sistema de plantaciones, monocultivos en los que se
obtenían abundantes cosechas de algodón, tabaco, cacao, azúcar y otros productos para su exportación a Europa.

2.2. Las actividades industriales.


La producción de manufacturas era de tipo artesanal y se realizaba en pequeños talleres. En ellos, la producción estaba controlada por un
maestro, para el que trabajaban una serie de oficiales y aprendices. El trabajo artesanal estaba sometido a un rígido control por los gremios,
asociaciones de trabajadores de un mismo oficio que estipulaban los salarios, la producción y los precios. Las transformaciones del sector
industrial.

Para evadir el control gremial, algunos comerciantes empezaron a utilizar el domestic system, que trasladaba la producción a las zonas
rurales, donde los campe- sinos se convertían en artesanos en períodos de inactividad agrícola; además, los maestros más innovadores se
establecieron fuera de las ciudades.

Desde mediados del siglo XVIII, aparecieron en Gran Bretaña grandes talleres que agrupaban a cientos de trabajadores, lo que incrementó la
productividad y los beneficios.

Surgieron entonces las primeras fábricas manufactureras, que posteriormente impulsarían la innovación tecnológica que terminó
desembocando en la Revolución Industrial.

2.3. Las actividades comerciales. El comercio interior se realizaba por caminos, ríos y canales mediante carruajes y barcos de vela
o remo, aunque se veía dificultado por la existencia de aduanas interiores que encarecían el transporte. El comercio más activo era el de
grano, debido a su importancia para la alimentación.

Desde el siglo XVI, el comercio ultramarino se vio favorecido por la reapertura de las rutas con Oriente y el establecimiento de nuevas zonas
comerciales en América y África. La lucha por el control de las rutas marítimas enfrentó a las principales potencias europeas, sobre todo a la
Monarquía Hispánica contra Inglaterra y Holanda, países que, a través de la fundación de la Compañía Inglesa de las Indias Orientales (1600)
y la Compañía Neerlandesa de las Indias Orientales (1602), impulsaron la economía y la influencia de ambos países.

1. Las transformaciones del sector comercial. Durante el siglo XVIII se vivió una notable expansión del comercio. Las mejoras en la
construcción de caminos y canales y la progresiva eliminación de aduanas internas permitieron mejorar el comercio interior. Respecto
al comercio exterior, se incrementó gracias a la creación de nuevos puertos, a los avances en las técnicas de navegación, la
construcción de navíos y la expansión de las sociedades mercantiles protegidas por las monarquías.

2. Se configuró así el capitalismo comercial, basado en el comercio triangular entre Europa, África y América y que convirtió a Gran
Bretaña en la principal potencia marítima. Este país exportaba a África todo tipo de productos (sobre todo, manufacturas, alcohol,
armas y joyas) a cambio de esclavos con destino a las plantaciones de América del norte, donde eran intercambiados por azúcar,
tabaco, plata y otros productos con destino a Europa.
3. La expansión del comercio ultramarino dio lugar a la formación de una economía del mundo . La consiguiente acumulación de
capitales favoreció en Gran Bretaña las actividades manufactureras que terminaron por impulsar la Revolución Industrial.

3.- La Sociedad del Antiguo Régimen:


La sociedad del Antiguo Régimen era estamental, esto es, dividida en grupos llamados estamentos, con desigualdad jurídica entre ellos. El
origen de este esquema se remontaba a la Edad Media. La nobleza y el clero eran los estamentos privilegiados, mientras que el Tercer
Estado, integrado por la mayoría de la sociedad, carecía de derechos y privilegios y se veía obligado a pagar impuestos.

3.1. La nobleza.
El estamento nobiliario procedía de la nobleza feudal medieval; su poder, fundamentado en la función militar, se fue transformando
progresivamente como elemento de afirmación de la autoridad real. Se trataba de un grupo muy reducido al que se pertenecía por
nacimiento y al que solo se podía acceder por voluntad del rey, que otorgaba títulos nobiliarios por los servicios prestados a la Corona.

La nobleza mantuvo los privilegios por su apoyo al rey, y sus miembros se emplearon en la administración y el ejército a cambio de cargos,
rentas y propiedades, que transmitían a sus descendientes mediante la institución del mayorazgo que impedía dividir los bienes heredados
que solo heredaba el primogénito; así, llegaron a acumular patrimonios constituidos por extensas propiedades de tierra en las que gozaban
de amplias atribuciones, como la administración de justicia, el nombramiento de cargos o el cobro de impuestos.

Dentro de la nobleza, había un reducido grupo que formaba la aristocracia y que estaba compuesto por los títulos de mayor abolengo. El
resto conformaba la baja nobleza, con recursos reducidos y limitaciones en el acceso a los cargos públicos.

3.2. El clero.
Estaba formado por los miembros del clero, tanto el Clero secular los que administraban los sacramentos y pertenecía a la sociedad como el
Clero regular que vivía según los preceptos de las órdenes religiosas como los Franciscanos, Dominicos, Benedictinos etc....
Durante la Edad Media, la Iglesia se había convertido en fuente de legitimación del poder real. Para afirmar su autoridad frente a la nobleza,
los reyes buscaron el apoyo de las autoridades religiosas, que a cambio recibieron importantes privilegios y fueron recompensados con
extensas propiedades.

Durante el Antiguo Régimen, la Iglesia gozaba de enorme influencia como fuente de derecho, al ser considerada representante de Dios en
la tierra. Por ello, estaba exenta de pagar impuestos, percibía diversos tributos y disfrutaba de propiedades.
Su influencia le procuró ingresos adicionales gracias a las frecuentes donaciones.
En la institución eclesiástica también se podía diferenciar un alto clero, formado por los principales cargos eclesiásticos y que procedía de
las familias nobiliarias, y el bajo clero, constituido por sacerdotes y frailes y que gozaba de un nivel de vida y rentas mucho más modesto.

3.3. El tercer Estado.


Era el estamento no privilegiado y era un grupo heterogéneo que agrupaba a la mayoría de la sociedad, pues a él pertenecía quien no fuera
noble o clérigo.

· Los campesinos. Era el grupo más numeroso y presentaban condiciones de vida muy diversas.
 En Europa Central y Oriental predominaba la gran propiedad en manos de la nobleza y la Iglesia, por lo que el campesinado estaba
sometido a la servidumbre.
 En Europa Occidental los grandes señoríos convivían con la mediana y pequeña propiedad, por lo que había campesinos
propietarios o arrendatarios de las propiedades señoriales que gozaban de una situación más desahogada.
Todos ellos, sin embargo, estaban sometidos al pago de tributos, así como a las obligaciones señoriales y a la justicia administrada por los
grupos privilegiados.

· Los artesanos cuyos oficios estaban regidos por los gremios. Estas asociaciones controlaban el acceso a los oficios y eran responsables de la
producción y la comercialización de las manufacturas. El trabajo gremial se organizaba bajo una rígida estructura profesional en la que los
maestros dominaban los oficios, al ser los propietarios de los talleres y los responsables de la organización del trabajo y de la producción.
Bajo su supervisión trabajaban un conjunto de oficiales y aprendices.
· La burguesía: El crecimiento de las ciudades y el fortalecimiento de las actividades comerciales, financieras y manufactureras
incrementaron el poder económico, social y político de la burguesía. Su influencia fue aumentando con el paso del tiempo; sin embargo, su
pertenencia al tercer Estado situaba a sus miembros en una posición de inferioridad frente a los estamentos privilegiados, lo que exacerbaba
el descontento
en una burguesía cada vez más poderosa desde un punto de vista económico.
El clero y la nobleza vieron así cuestionada su posición y, frente a las viejas estructuras, basadas en el nacimiento y la sangre, se planteó un
nuevo orden social fundamentado en la posesión de riqueza y en las capacidades del individuo. El alcance limitado de las reformas
emprendidas por los reyes durante el siglo XVIII sembró el descontento de la clase burguesa y llevó a muchos de sus miembros a sumarse a la
causa de las revoluciones liberales.

4.- La Ilustración (I):


En el siglo XVIII se asistió a la difusión de valores que dieron lugar al nacimiento de la ciencia moderna, por ello, es conocido como el Siglo de
las Luces o de la Ilustración, porque fundamentaba el conocimiento en la razón. Fue un movimiento protagonizado por filósofos y que logró
conquistar a las minorías cultas. Contaba, además, con el apoyo de algunos monarcas que pretendían consolidar su prestigio, y con él su
poder, mediante el apoyo a la ciencia, al desarrollo económico y a la promoción cultural propios de las ideas ilustradas.

4.1. Los rasgos de la Ilustración


La Ilustración fue un fenómeno diverso, que afectó a todos los campos del saber y a todos los aspectos de la vida, desde el ideológico hasta el
relativo a la organización política o económica. Se pueden establecer las siguientes características:

• Racionalismo. Inspirados por el filósofo francés René Descartes, los ilustrados consideraban que la razón humana era la herramienta para
comprender el mundo y la base del pensamiento científico.
• Empirismo. Sostenía que el fundamento del conocimiento era la experiencia adquirida mediante los sentidos. Sus representantes más
destacados fueron los pensadores británicos Francis Bacon y David Hume.
• Cientifismo. Los descubrimientos científicos de la época extendieron la certeza de que la ciencia moderna era capaz de descifrar las leyes
de la naturaleza para ponerlas al servicio de la humanidad.
• Libertad de pensamiento. Esta defensa llevó a los ilustrados a criticar el poder absoluto y el poder de la Iglesia, sobre todo el del papado.
• Progreso. Según los ilustrados, la humanidad seguía una línea ascendente que la llevaría a alcanzar la felicidad. Esta convicción derivó en la
formulación de la teoría del progreso, del filósofo francés Condorcet.
• Educación. El progreso de la sociedad se vinculaba a la instrucción pública. Por ello se fundaron sociedades y academias siguiendo el
ejemplo de la Royal Society de Londres (1660) y la Academia de Ciencias de Francia (1666).
• Crítica social. Los ilustrados desplegaron una intensa crítica contra la sociedad del Antiguo Régimen por el excesivo protagonismo de la
religión, la pervivencia de la superstición, el peso de la tradición y la perpetuación de los privilegios.
• Reformismo. Consideraban que el fin del Estado era lograr el bienestar y procurar la felicidad de sus ciudadanos, y trataron de influir en los
monarcas para que pusieran en marcha un programa de reformas.

4.2. La Ilustración en Francia


Gracias al desarrollo del pensamiento de Descartes, a la pujanza de la monarquía y al desarrollo económico y cultural, Francia se convirtió en
el foco principal para el desarrollo de la Ilustración.
Allí surgió la Enciclopedia, que aspiraba a ser un diccionario razonado de las ciencias, las artes y la técnica destinado a difundir los avances
científicos y culturales de las diversas ramas del saber. Se trató de una obra colectiva, cuyo primer libro se publicó en 1751 y que quedó
concluida en 1772 con un total de 28 volúmenes; fue dirigida por Diderot y D’Alembert, y en su elaboración participaron numerosos
pensadores y científicos franceses del momento, como Buffon, Quesnay o Jaucourt. También en Francia desarrollaron su actividad algunos de
los pensadores más influyentes del momento, y sus ideas resultaron claves para el diseño de la sociedad contemporánea:
• Montesquieu (1689-1755). Admirador del parlamentarismo británico, en sus Cartas persas (1721) abordaba una crítica del orden político y
social de su época. Sin embargo, su obra más importante fue El espíritu de las leyes (1748), en la que recogía los planteamientos de Locke
sobre la separación de los poderes del Estado como medio para evitar la tiranía.
• Voltaire (1694-1778). Ensayista y polemista, en sus Cartas inglesas (1734) criticaba las instituciones francesas. Con su Estudio sobre el siglo
de Luis XIV demostró su faceta de historiador, pero su principal aportación fue Ensayo sobre la historia general y sobre las costumbres y el
carácter de las naciones (1756), donde denunciaba el poder del clero.
• Rousseau (1712-1778). Nació en Suiza, pero sus posiciones políticas le llevaron a exiliarse en Francia. En su obra El contrato social (1762)
defendía la idea de que el Estado surge como consecuencia de un acuerdo entre los ciudadanos, y por tanto la soberanía reside en ellos; de
ahí que el gobierno deba ser un reflejo de la voluntad general.

4.4. El despotismo ilustrado


Las ideas ilustradas fueron asumidas por algunos monarcas europeos que pusieron en marcha políticas reformistas. Esta práctica no
significaba una renuncia al absolutismo ni ponía en cuestión los privilegios de la sociedad estamental; el reformismo pretendía incrementar el
poder e influencia de los reyes mediante el desarrollo económico, cultural y militar.
Para implantar dichas políticas, los reyes se apoyaron en secretarios, ministros y altos cargos imbuidos de los ideales de la Ilustración, que
bajo el lema “todo para el pueblo pero sin el pueblo” reflejaban ese interés por aplicar reformas pero sin introducir cambios de signo liberal.
En toda Europa se asumieron estas políticas, si bien hubo algunos ejemplos especialmente significativos:
• Prusia. Federico II el Grande (1740-1786) fortaleció el Ejército, fomentó el desarrollo agrícola e industrial y convirtió el país en una
potencia.
• Rusia. Catalina II (1762-1796) impulsó un proceso de europeización, apoyó la industria y potenció el comercio con la apertura del puerto de
Odesa, en el mar Negro. Además, intentó reformar una agricultura anclada en la servidumbre, aunque sin éxito. Fue amiga de grandes
ilustrados, como Voltaire y Diderot, lo que explica su decidido apoyo a la ciencia y la cultura.
• Portugal. José I (1750-1777), y ministro el marqués de Pombal, expulsó a los jesuitas y promovió la difusión de la cultura ilustrada.
• Sacro Imperio. José II (1765-1790) limitó el poder de la Iglesia, liberó a los siervos y reformó el ordenamiento legal de los dominios
imperiales, mejoró la educación y fundó nuevas universidades.

• España. El primer rey reformista fue Fernando VI (1746-1759), quien contó con el apoyo del marqués de la Ensenada. No obstante, quien
mejor ejemplificó el modelo fue Carlos III (1759-1788), con la colaboración de destacados ministros, como Esquilache, Campomanes,
Olavide, el conde de Floridablanca y el conde de Aranda llevó a cabo numerosas reformas. Entre ellas, sobresalen el impulso a la política
urbanística de Madrid, la expulsión de los jesuitas en el año 1766, la creación de las Sociedades Económicas de Amigos del País para difundir
los adelantos técnicos y económicos, la colonización de nuevas tierras anteriormente despobladas y la liberalización del comercio con
América.
Las políticas reformistas de los ilustrados hallaron la oposición de los sectores más tradicionales de la nobleza y el clero. Muchas reformas
cuestionaban la existencia de los privilegios estamentales, lo que enfrentaba al despotismo ilustrado contra sus propios intereses, ya que
debilitaba a las bases sociales del absolutismo.

TEMA 2: LA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL


1.- La Revolución Agrícola: La interpretación clásica de la industrialización señala la revolución agrícola como un factor previo
indispensable para el despegue industrial. En Gran Bretaña, como en otras zonas del continente europeo, durante el siglo XVIII se produjeron
en el mundo rural transformaciones trascendentales para la industrialización.

1.1. Las transformaciones en el sector agrario


La revolución agrícola en Gran Bretaña vino motivada por la puesta en marcha de una nueva legislación sobre la propiedad, por la aplicación
de nuevos sistemas de cultivo y por la introducción de innovaciones técnicas.
Las leyes de cercamiento
La mayoría de la propiedad en Gran Bretaña estaba en manos de la pequeña nobleza, la gentry, que arrendaba sus fincas a campesinos sin
tierra. Otra buena parte de las tierras estaba dividida en campos abiertos (openfields), que permitían la explotación y uso comunal, para la
alimentación del ganado, obtención de leña, etc.
Los cambios legislativos en el país constituyeron el primer paso en el desarrollo agrícola que se avecinaba. Una de las principales medidas
que impulsaron el cambio fue la aprobación por el Parlamento de las leyes de cercamiento (Enclosure Acts), en vigor a partir de 1760, que
transformarían las antiguas tierras comunales en grandes propiedades privadas y valladas Esta medida transformó el mundo rural al producir
una serie de efectos:
• La concentración parcelaria supuso el fin del acceso a las tierras comunales para los campesinos sin tierra, que sufrieron un
empobrecimiento acusado. Por ello, muchos se marcharon a buscar trabajo en las ciudades, donde serían utilizados como mano de obra
para la producción de manufacturas y posteriormente pasarían a formar el grueso del proletariado industrial.
• El cercamiento de tierras incrementó la rentabilidad del campo, lo que impulsó la aplicación de las novedades técnicas y de mejoras en
los métodos de cultivo gracias al aumento de las inversiones.
• Los vallados provocaron la estabulación del ganado, lo que generó un incremento de la rentabilidad y la puesta en marcha de cultivos
forrajeros (trébol, alfalfa o nabos) que además no agotan la tierra.
Los nuevos sistemas de cultivo
A partir de 1730, el noble inglés Charles Townshend puso en marcha un nuevo sistema de cultivo que pretendía incrementar la productividad
de la tierra. Para ello, aplicó el modelo de rotación cuadrienal, que logró la eliminación del barbecho mediante la siembra de plantas
forrajeras; estas afianzaban los nutrientes del suelo y permitían aumentar la cabaña ganadera, cuyo estiércol, a su vez, servía de fertilizante
para la tierra.
Las innovaciones técnicas
Durante el siglo XVIII surgieron novedades técnicas que aumentaron el rendimiento agrario. Fue el caso de la sembradora mecánica de
Lethro Tull. Con ella, se introdujo el sistema de siembra en hilera y se consiguió poner en cultivo amplias extensiones de terreno con poca
mano de obra. Desde 1730 también se aplicó el arado Rotherham, que facilitaba el tiro gracias a su forma triangular. Por todo ello se amplió
la superficie cultivable mediante técnicas de drenaje y se incrementó el regadío.
Otras novedades tuvieron que ver con el uso de fertilizantes, propuesto por Thomas Coke, la mejora de la productividad mediante la
selección de semillas o la mezcla de razas de ganado, así como el cultivo de nuevos alimentos procedentes de las colonias, como la patata o
el maíz, que resultaron fundamentales como complemento para la dieta del campesinado.

1.2. Los efectos de la revolución agrícola


La revolución agrícola duplicó la producción agraria en unas décadas, lo que tuvo efectos determinantes para la transformación que
experimentó Gran Bretaña des- de finales del SIGLO XVIII.
1. Las transformaciones en el sector agrícola provocaron un importante Excedente de Población; por un lado, los cercamientos
dificultaron la subsistencia a los campesinos sin tierras; por otro, la tecnificación de la producción redujo de forma drástica las
necesidades de mano de obra agrícola. Ambas circunstancias empujaron a muchos campesinos a trasladarse a las ciudades en busca de
trabajo, con lo que se convirtieron en la mano de obra necesaria para la Revolución Industrial.
2. El traslado de campesinos a las ciudades produjo un inmediato incremento de la población urbana y, en consecuencia, un aumento de
las necesidades de abastecimiento de productos agrarios. La mejora en los rendimientos agrícolas hizo posible garantizar ese
abastecimiento.
3. Para aprovisionar a las ciudades se intensificaron los intercambios comerciales, favorecidos por la existencia de una red de transporte
muy eficaz.
4. Todo ello se convirtió en mayores beneficios, así como en un estímulo para la propia expansión agrícola y comercial, y para la mejora
de la red de transportes.
5. Animados por los beneficios, los propietarios de tierras aumentaron sus inversiones agrarias, tanto en nuevas técnicas como en
herramientas y maquinaria. El resultado fue que la producción no dejó de crecer.
6. El desarrollo de los sectores agrícola y ganadero mejoró de forma muy significativa la alimentación de la población, lo que repercutió en
un incremento demográfico muy importante, que no hizo sino incrementar todavía más la demanda y, con ella, los beneficios agrícolas
y comerciales.
7. El aumento de la población favoreció el desarrollo de otros sectores como la industria harinera, que a su vez incentivó la construcción
de molinos o la producción de bebidas alcohólicas, como la cerveza.
8. Los beneficios obtenidos por estas actividades terminaron derivando en un excedente de capital que sería destinado a proveer las
inversiones necesarias para la puesta en marcha de la industrialización.
9. Por ello, la revolución agrícola fue clave para la posterior Revolución Industrial, pues proporcionó un aumento de la mano de obra,
garantizó la alimentación del proletariado industrial, incrementó la demanda, mejoró las redes de intercambio comercial y ofreció las
inversiones precisas para poner en marcha la mecanización.
4.2. La revolución de los medios de comunicación

El telégrafo
1. En 1794, el francés Claude Chappe creó el telégrafo óptico, capaz de transmitir de forma visual símbolos entre torres ubicadas en las
partes altas de las rutas de comunicaciones. El primer mensaje emitido atravesó 230 kilómetros en menos de una hora, y en él se
comunicaba la victoria francesa en la guerra contra Austria.
2. Después, Napoleón, impulsó el tendido de redes de telegrafía óptica.
3. En 1833 se instaló la primera línea de telegrafía electromagnética en Alemania. Wilhelm Weber y Carl Friedrich Gauss lograron con
ello la primera aplicación práctica de una nueva forma de energía: la electricidad.
4. En 1865 se inauguró la primera gran empresa de telegrafía intercontinental. Su servicio entre Inglaterra y la India se basaba en el
novedoso cableado submarino, que un año más tarde ya unía Europa y América.
5. En pocos años, los cinco continentes quedaron conectados a través del telégrafo.
6. El nuevo ingenio modificó la realidad social mundial gracias a la comunicación prácticamente instantánea, con importantes
consecuencias:
• El control de los Gobiernos sobre sus administraciones nacionales e imperios coloniales se hizo rápido y efectivo.
• Las transacciones económicas se agilizaron, lo que dio el empuje definitivo al desarrollo de las Bolsas como mercados de
valores.
• Surgió la prensa de información contemporánea, que ya podía, a través de la figura del corresponsal, transmitir de forma
inmediata información remota.
El correo
1. En la segunda mitad del siglo XVIII, los gobiernos europeos habían asumido el control directo del Correo, al que convirtieron en
servicio público; esta decisión estaba en consonancia con el modelo centralista de Estado, que requería una rápida comunicación
entre el Gobierno y las administraciones provinciales y locales.
2. Como consecuencia, se abarataron las tarifas postales y los pagos se simplificaron con nuevos sistemas como el sello.
3. Por otra parte, la mejora continua de las infraestructuras y los transportes agilizó la circulación del correo.
4. Las comodidades que ahora ofrecía el correo facilitaron de forma paralela las comunicaciones entre los agentes comerciales y
articularon las bases de los mercados nacionales.
5. También incentivaron el modelo de suscripción a publicaciones periódicas y fomentaron el desarrollo de la prensa escrita.

5.2. Los pioneros de la industrialización continental

El retraso con el que la Europa continental empezó el proceso de industrialización respecto de Gran Bretaña no impidió que algunos países
alcanzaran niveles de producción más que aceptables en la segunda mitad del siglo XIX. Los más destacados fueron Bélgica, Francia y
Alemania, mientras que en el resto el proceso estuvo localizado en regiones muy concretas.

Bélgica
Desde su independencia nacional de Países Bajos en 1831, la industrialización belga estuvo dominada por la intervención estatal, que llegó a
financiar y explotar una estratégica red ferroviaria conectada con Francia y Alemania. Los sectores más desarrollados en Bélgica fueron la
minería, gracias a las minas de hulla y al monopolio del zinc en Europa, y la banca, entra las principales de Europa.
Francia
La industrialización arrancó en 1830, pero lo hizo tímidamente, frenada por los propietarios agrarios y los artesanos; además la excelente red
de comunicaciones de la época revolucionaria retraso la necesidad de invertir en el sector. El desarrollo industrial francés se intensificó a
partir de 1850 en zonas localizadas, en las que prosperaron los sectores financiero, ferroviario y metalúrgico. Además, la expansión colonial
y la internacionalización del capital francés fomentaron las inversiones en el exterior.
Alemania
La Confederación Germánica estaba compuesta por 39 estados. La ausencia de un espacio económico común dificultaba la expansión
económica e industrial, por lo que en 1834 se creó el Zollverein, o Unión Aduanera, que al permitir la eliminación de aduanas interiores
fomentó el desarrollo industrial.
La abundancia de hierro y carbón en zonas como la cuenca del Ruhr o Silesia relanzaron la siderurgia, animada por la rápida expansión del
ferrocarril y por un dinámico sector textil.
A pesar del retraso inicial, en 1890 Alemania era ya la primera potencia industrial de Europa.

Otros países europeos


La industrialización en otros países se concentró en regiones muy concretas.
España en Cataluña, Asturias o el País Vasco del Norte de Italia del Imperio austrohúngaro en las áreas checa, austríaca y húngara o del
Imperio Ruso en Moscú y San Petersburgo.

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