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1. Habilidades de comunicación
Para que la comunicación sea eficaz hay que tener en cuenta que:
Entre las interferencias que disminuyen la eficacia del proceso de comunicación nos
encontramos:
Por medio de esta habilidad se comprende aquello que la otra persona está diciendo y
lo que intenta comunicar.
¿Qué es necesario para una escucha activa? Para escuchar son necesarias tres
actitudes:
Para qué nos sirve la escucha activa, ¿qué ventajas tiene una escucha activa?
La empatía resulta del proceso de adaptación por el cual una persona, en un momento
determinado, es capaz de situarse mentalmente (proceso cognitivo) en el lugar,
experiencia o emoción en el que está inmersa otra persona.
Destacamos de esta habilidad, por una parte, el proceso cognitivo que la sustenta (1ª
Fase de la empatía), y por otra, el proceso verbal o no verbal que la pone de manifiesto
(2ª Fase de la empatía).
Es decir, existen personas que serían capaces de realizar un ejercicio empático mental
pero que a la hora de manifestarlo verbal o no verbalmente, a la hora de hacerlo
explícito, no saben hacerlo.
Por otra parte, existen personas que tienen grandes dificultades en ponerse
mentalmente en el lugar de la otra persona y como resultado, bien no expresan
adecuadamente lo que desearían, o bien, utilizan expresiones verbales
“pseudoempáticas” carentes de emoción y realismo.
Realiza un ejercicio mental, imagínate por un instante que lo que te cuentan te está
ocurriendo a ti. Detecta las emociones que surgen, los pensamientos asociados, las
posibilidades de reacción.
Realiza un ejercicio mental, dedica unos segundos a recordar cómo te sentiste, qué
pasaba por tu cabeza y qué posibilidades de reacción tenías cuando te ocurrió lo que
te cuentan.
Una vez realizado el primer proceso, te será más sencillo completar el segundo. Este
proceso consiste en añadir a tu discurso expresiones que denoten con claridad que tu
opinión, tu consejo o tu comentario, parten, de haberte puesto en su lugar. A su vez,
consiste en expresar empatía con tus gestos, mirada y expresión.
El estilo pasivo permite que los derechos de los demás se antepongan a los de uno
mismo. Esta persona no se atreve a defender sus derechos.
El estilo asertivo respeta los derechos de los demás, pero defendiendo también los
propios. Si se tiene que decir “no” a algo, se hace.
Papel de los pensamientos o ideas que tenemos acerca de nosotros mismos, de los
demás y de la situación:
- “si digo como me siento realmente, no les voy a gustar y eso sería terrible”
- “mi opinión no es lo suficientemente importante como para decirla aquí”
- “Ahora que me he ofrecido voluntario no les voy a decir que no”
¿En qué consiste? Repetir el mensaje que deseamos comunicar tantas veces como sea
necesario, hasta que el otro nos escuche.
¿Cuándo utilizarlo? Cuando queremos negarnos a alguna petición (decir que no) en
interacciones con personas con las que tenemos poca relación. No dar explicaciones, ni
excusas.
¿En qué cosiste? Complementa al disco rayado. Reconocemos lo que de cierto pueda
haber en el punto de vista del interlocutor, pero manteniéndonos en nuestra postura.
¿Cuándo utilizarlo? Cuando queremos negarnos a alguna petición (decir que no) en
interacciones con personas con las que tenemos poca relación. No dar explicaciones, ni
excusas. También con personas que tenemos una relación más estrecha.
¿En qué cosiste? Preguntar una y otra vez lo que el otro desea, pidiendo detalles si la
información que nos da es vaga y poco precisa, con el fin de tener toda la información
posible antes de tomar una decisión.
¿Cuándo utilizarlo? Es una técnica útil cuando nos piden algo y no estamos seguros de
todo aquello que va a suponernos el decir que sí (tiempo, esfuerzo, gastos…)
¿En qué cosiste? Transmitir a la otra persona que nos gustaría tener algo de tiempo
para pensar sobre aquello que nos pide o propone antes de tomar una decisión.
¿Cuándo utilizarlo? Es útil para acompañar una negativa, sobre todo cuando la otra
persona ha insistido varias veces y no abandona en el empeño. También podemos
utilizarla cuando alguien ha hecho algo que nos molesta. Cuando queremos pedir a
otro que cambie algo de su conducta.
¿En qué consiste? Llegar a un acuerdo cuando parece que las posturas son
incompatibles. Distinguir entre posición e interés.
¿En qué consiste? Ante una crítica preguntarle a qué se refiere exactamente, que
quiere decir con… etc. De esta manera podemos averiguar por qué se nos critica
realmente.
¿Cuándo utilizarlo? Si las críticas son vagas y la otra persona utiliza etiquetas muy
generales para criticarnos.
¿En qué consiste? Preguntamos al otro si hay algo de lo que hemos hecho que le haya
gustado
¿En qué consiste? No prestar atención a lo que nos dice la persona sino que
simplemente nos daremos cuenta de que está enfadada. Con calma, un tono de voz
moderado y manteniendo el contacto ocular, expresaremos abiertamente que nos
damos cuenta de su enfado y que nos gustaría hablar de ello pero cuando se haya
calmado. Conseguir que el otro se enfríe.
¿Cuándo utilizarlo? Cuando alguien está muy enfadado con nosotros. Nos ataca
verbalmente. Podemos, o bien empezar a enfadarnos nosotros también o bien
sentirnos humillados, culpables, inútiles y/o avergonzados.
Cabe tener en cuenta que los demás pueden responder de forma negativa. Algunas
recomendaciones son:
Guión útil para expresar los sentimientos negativos podría ser el siguiente:
- “cuando…” (describir la conducta ofensiva o molesta de la otra persona)
- “…me siento…”(expresar los pensamientos o sentimientos, centrándonos en la
conducta molesta y no en la persona)
- “…me gustaría…” (especificar qué queremos que haga la otra persona para que
cambie la conducta que nos molesta)