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Rotura de fibras del recto anterior en

futbolistas
AUTOR:
LOURDESMB
FECHA:
12 FEB 2013

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Autora:

Lourdes Montero Bonet


Diplomada en fisioterapia por la Universidad de Valencia.

Resumen:

A lo largo de este trabajo vamos a realizar una revisión sobre la


prevalencia de las lesiones deportivas en el fútbol y de todas ellas vamos
a centrarnos en una que ocurre con frecuencia, es el llamado “mal del
futbolista” que consiste en la ruptura de fibras del múculo recto anterior.
Por ello debemos hacer un repaso general a la anatomía de la zona y a la
biomecánica que presenta esta musculatura, así sabremos cuáles son
las causas y cómo podríamos minar estos accidentes.

Por último veremos qué propuestas de tratamiento recomiendan diversos


autores según el grado de afectación de la lesión y si los resultados
obtenidos son o no aceptables.

INTRODUCCIÓN:

El deporte como factor de riesgo:

El fútbol es un deporte en el cual se enfrentan 2 equipos de 11 jugadores


cada uno que planifican y coordinan sus movimientos para actuar uno
contra otro. Existe, por tanto un enfrentamiento  en forma de lucha (no
hostil) para desorganizar la coordinación del equipo contrario.

Al ser un deporte en equipo, para que el juego se desarrolle de manera


correcta se hace necesaria una organización y estrategia tanto para la
defensa como para el ataque a nivel colectivo, por eso, cada jugador
tendrá una posición y tarea asignadas.

Así mismo, cada jugador, de manera individual, es muy importante que


posea una serie de cualidades que le otorguen la capacidad para la
práctica deportiva y minen el riesgo de lesiones que se puedan producir
en este tipo de juegos.

En esta modalidad deportiva es muy habitual el contacto físico, causa en


gran parte de las lesiones que se producen. Al riesgo que supone el
contacto físico con los jugadores (normalmente del equipo contrario) hay
que sumar otros factores que pueden ser causa de alteraciones o
patologías en la estructura física, tanto muscular como esquelética, del
futbolista como el contacto con el balón, las condiciones y superficie del
terreno, el calzado o los movimientos propios de este deporte.

Entre estas cualidades cabe destacar:

 Resistencia física
 Fuerza y equilibrio de ésta
 Coordinación
 Reflejos
 Propiocepción
 Motivación
 Capacidad de trabajo en equipo

Según varios estudios realizados sobre la incidencia de lesiones en el


mundo del deporte, el fútbol profesional es uno de los deportes en que se
registra mayor número de lesiones (Mayewski, Sussane y Klaus, 2006)

Lesiones más frecuentes en el fútbol:

Consideramos una lesión deportiva a toda aquella alteración causada a


consecuencia de la práctica deportiva o al entrenamiento preparatorio a
ella que requiera atención médica y/o fisioterápica  y que cause una
retirada temporal o total del terreno de juego.

En la revisión bibliográfica realizada encontramos que la mayoría de los


artículos publicados sobre la incidencia de lesiones en el mundo del
deporte sitúan al fútbol como el que más incidentes registra, Tscholl,
2007 calculó que aproximadamente la mitad de las lesiones totales
registradas en el deporte fueron en futbol y las lesiones deportivas
tratadas en el hospital Universitario de Alicante registran que un 49’5%
corresponden a esta práctica deportiva.

Los estudios revisados coinciden, en mayor o menor grado en que, en


este deporte la mayoría de las lesiones se producen en el tren inferior
(del 75 al 93% según Lilley et al., 2002), siendo las más prevalentes las
musculares cuya estadística en los estudios vistos es de un 60 a un 82%
(Hagglund, 2007), sobre todo en el muslo, no obstante también existe un
gran número de lesiones osteoarticulares donde predominan los
problemas de rodilla y tobillo en gran medida.

Según la mayoría de los autores, la lesión más frecuente es la distensión


(o rotura) músculo-tendinosa, seguida de los esguinces y las contusiones
musculares un poco más atrás quedan las tendinosis y las fracturas.

Según un análisis sobre lesiones en futbolistas en que se revisaron 2684


casos entre los años 1992-2005 el resultado de estas patologías
causadas por la práctica deportiva sería el siguiente:

 Muscular 60% del las lesiones totales, de las cuales:


o En el muslo 40%
o En la pierna 15%
o En otras partes 6%
 Alteración osteoarticular 21%, de las cuales:
o Tobillo 9%
o Rodilla 6%
o Pubis 3%
o Hombro 2%
o Otros 1%
 Lesiones tendinosas 18%, de las cuales:
o Tobillo 8%
o Rodilla 7%
o Hombro 2%
o Otros 1%

El autor del  su libro “Lesiones deportivas” HU Hinrichs, divide y clasifica


las lesiones según la estructura afectada y, dentro de esas estructura
según la patología concreta, no obstante carece de estadísticas que nos
puedan orientar sobre el grado de incidencia de estas lesiones.

En su manual, destaca como patologías más frecuentes las siguientes:

 Lesiones musculares:
o Contusión: producida por golpes o traumatismos directos
o Lesiones por elongación; distensiones y desgarros
o Miositis osificante: calcificación del músculo que se produce
como resultado de un masaje fuerte tras una lesión o por un
hematoma inter o intramuscular.
o Hernias (rotura de la fascia muscular)
o Calambres: producidos por esfuerzos intensos
o Hipertonía
o Miogelosis (endurecimiento muscular)
o Agujetas
 Lesiones tendinosas:
o Distensiones
o Roturas y desinserciones
o Tendinosis
 Lesiones óseas;
o Fracturas
o Contusiones
o Lesiones articulares

Causas de lesiones más frecuentes:

Para ver las causas más frecuentes de lesiones deportivas, primero se


debe hacer una diferenciación entre los tipos de lesiones según su inicio:

 Hablamos pues de accidente deportivo cuando nos referimos a un


proceso único y repentino que incapacita para la actividad física y
al que llamaremos “macrotrauma”
 Atlopatía primaria: proceso que provoca la lesión de forma
retardada (por sobrecarga) o por microtraumatismos repetidos y
leves.
 Atlopatía secundaria: es la consecuencia de un accidente
deportivo o de una atlopatía primaria mal tratada o que ha sido
muy grave y por eso provoca una limitación para el deporte
(secuela). Se manifiestan por lesiones tisulares o degenerativas.

Los accidentes deportivos pueden producirse por varios factores que


dependen o no de la persona lesionada y por otras causas que favorecen
su aparición.

La mayoría de la bibliografía clasifica los factores de aparición de


accidentes en:

 Factores extrínsecos:
o Son los traumatismos directos que se producen por  la
interacción del lesionado con un objeto externo, éste sería el
resultado entre la aceleración de masas del objeto o persona
que impacta y el frenado brusco sobre la estructura que se
lesiona.
o Algunos ejemplos serían las patadas, pelotazos, golpes
(contra otro jugador, el suelo…)
o Estos traumatismos producen contusiones cuya gravedad
depende de la intensidad del golpe.
 Factores intrínsecos o endógenos:
o También llamados traumatismos indirectos porque es el
propio músculo quien produce la lesión sin que intervenga un
factor externo.
o Contracción simultánea de agonistas y antagonistas
o Desequilibrio entre la demanda de esfuerzo y la capacidad
del músculo para realizarlo
o Sobreestiramiento pasivo producido por un resbalón no una
entrada con la pierna por delante
o Traumatismo excéntrico: el músculo se lesiona durante la
contracción de su antagonista, no se distiende con
suficiente rapidez, hay un desequilibrio entre las fuerzas de
ambos o no tiene suficiente elasticidad
o Esto sucede durante los cambios de ritmo, sprints, golpeos
de balón,etc.

Mal del futbolista:

En este estudio nos centraremos en una de las lesiones más frecuentes


en el futbol, el llamado “mal del futbolista”.

El mal del futbolista es una lesión bastante frecuente entre los jugadores
de futbol profesionales o no, que ha obligado a muchos de ellos a dejar la
práctica deportiva al menos por un tiempo considerable.

Consiste en la rotura, parcial o total de las fibras del músculo recto


anterior, que forma parte del grupo muscular cuádriceps, situado en la
parte anterior del muslo. Éste es considerado el grupo muscular más
potente del cuerpo y también uno de los más importantes en la práctica
de este deporte ya que interviene en la carrera, chute y lanzamiento a
puerta. Por esto requiere una fuerza especial, pero para que funcione
correctamente y no se produzcan lesiones es muy importante que actúe
en completa armonía con sus antagonistas (isquiotibiales) y con el psoas
ilíaco, que realiza la flexión de cadera.

Este tipo de lesiones suelen estar producidas por impactos de balón,


caídas, colisiones con otros jugadores o por un estiramiento exagerado
de la musculatura en la dirección de las fibras musculares pudiendo o no
producir alteraciones a nivel de los vasos sanguíneos de la zona que
puede dar lugar a una hemorragia.

El inicio es repentino y el sujeto experimenta una sensación de dolor


conocida como signo de la pedrada, puñalada o latigazo y en la
exploración observamos una depresión en la zona dolorosa o un
abombamiento por arriba o por debajo de la alteración.

El alcance de esta lesión depende del grado de afectación y el número de


fibras musculares afectadas así como de la existencia o no de
hemorragia inter o intramuscular.

Este grado lo determinaremos mediante la observación de signos y


síntomas (diferentes en cada uno de ellos) y  pruebas diagnósticas tanto
palpatorias como por imagen (RMN, ecografía…) para ver el alcance de la
lesión y descartar otras posibles anomalías.

El tratamiento de este tipo de lesiones debe ser precoz, exhaustivo y


eficaz, ya que una mala actuación podría dar lugar a alteraciones
secundarias, como por ejemplo la miositis osificante, nódulos fibrosos o
quistes,  que pueden llegar a provocar la retirada definitiva de un
deportista.

ESTUDIO:

Características del músculo esquelético:

Los músculos pueden dividirse en varias partes diferenciables, estas son:

 Epimisio: Cubierta fibrosa de tejido conectivo que envuelve


los músculos y se extiende entre los haces de
las fibras musculares.
 Perimisio: Vaina fina del tejido conjuntivo que rodea
el músculo y envía prolongaciones que aíslan los diversos
fascículos musculares.
 Endomisio: Capa interna del músculo muy fina
de fibras reticulares que envuelve cada una de
lasfibras musculares.
 Tendón:  estructura fibrosa blanquecina más dura y menos
elástica que la muscular que une el músculo al hueso
La musculatura estriada está formada por fibras musculares compuestas
por filamentos de actina y miosina que adoptan una disposición paralela
entre ellas dejando ver bandas más claras y más oscuras (lo cual da un
aspecto como estriado, de ahí su nombre). Es de contracción voluntaria y
está regulado por el SNC.

Son los músculos que recubren el esqueleto y los responsables de todos


los movimientos y el mantenimiento de la postura.

Recuerdo anatómico del miembro inferior:

En el fútbol, la zona del cuerpo más importante es, sin duda alguna, los
miembros inferiores. De ellos depende la mayor parte del trabajo a
realizar y por ello deben estar fuertes, sanos y equilibrados. El equilibrio
entre ambos miembros, entre agonistas y antagonistas y entre zona
abdominal-lumbar con estos es imprescindible para que la práctica
deportiva suceda sin ninguna alteración que pueda causar una patología
más grave (como es el caso de la pubálgia, por ejemplo)
Así pues, vamos a hacer un breve repaso sobre la anatomía del MMII para
entender algo mejor los mecanismos lesionales que veremos a
continuación.

a estructura ósea del miembro inferior se compone de la cintura pélvica,


con el sacro, 3 huesos largos: fémur, tibia y peroné, un sesamoideo
grande: rótula o patela y los huesos del tarso: astrágalo, calcáneo,
escafoides, cuboides, 3 cuñas, 5 metas y 3 falanges por dedo excepto el
gordo que solo tiene 2.
Tenemos entonces 3 articulaciones básicas: 

La primera será la articulación coxofemoral de la cadera, donde articula


la cabeza del fémur con la cavidad acetabular o cotiloidea de la pelvis a
modo de enartrosis, con gran capacidad de movimiento: flexión,
extensión, abducción, aducción y circunducción. Esta articulación une al
tronco con las extremidades inferiores.

La segunda, va a unir el muslo con la pierna, o lo que es lo mismo, el


fémur (hueso del mulso) con la tíbia y el peroné (huesos de la pierna)
mediante una enartrosis.

Es la articulación de la rodilla.  Esta articulación tiene una forma


compleja y va a ser causa de grandes patologías en el futbolista como la
rotura de ligamentos cruzados, esquinces, meniscopatías, condromalacia
rotuliana, tendinosis cuadricipital…
En esta región el fémur articula sobre la tibia pero la  concordancia
entre los cóndilos femorales y las cavidades glenoideas de la tibia no es
perfecta y, por eso, existe entre ambas dos fibrocartílagos en forma de
semianillos que ayudan a la congruencia articular y hacen de
amortiguación en caso necesario, se llaman “meniscos” y son de gran
importancia.

Cabe destacar también los mecanismos que le confieren estabilidad a la


articulación, estos son los ligamentos. Los más importantes y fáciles de
lesionar son:

 Los cruzados (anterior y posterior) van desde la meseta tibial a los


cóndilos femorales i limitan la anteversion y retroversión de la tibia
respecto al femur.
 Los laterales (interno y externo) que refuerzan la cápsula articular
y se tensan durante la extensión de rodilla.

La tercera articulación es la llamada “tibioperoneoastagalina” o


articulación del tobillo, la forman la parte distal de tibia y peroné
(maléolos) al unirse con el astrágalo y calcáneo. Es una región
importante y que se lesiona con frecuencia, no obstante, vamos a
centrarnos en el muslo, ya que el músculo al que dedicaremos este
trabajo es biarticular e implica a las 2 regiones anteriores a esta. 

En cuanto a musculatura de la zona, la dividiremos en 4 partes, 2


anteriores (región pélvica y muslo anterior) y 2 posteriores (región glútea
y muslo posterior). Cabe decir que toda esta musculatura es en gran
medida a encargada del mantenimiento de la posición bípeda y de la
coordinación y estabilización de MMII tanto en la marcha como en la
carrera, salto, natación… con lo cual debe tener una fuerza y resistencia
importante.

Zona pélvica:
Existen 3 músculos: el psoas mayor y el menor procedentes las vértebras
D12 a L5 y el ilíaco situado en la fosa ilíaca interna. Tras pasar todos
ellos por debajo del ligamento inguinal, formarán el grupo muscular que
conocemos como psoasilíaco o iliopsoas, que insertará en el trocánter
menor de fémur.

Sus funciones serán la flexión de tronco, la rotación externa de la


articulación coxo-femoral y, la más importante en este momento; la
flexión de cadera.

Zona anterior del muslo: 


En esta zona vamos a encontrar un plano profundo localizado en la parte
interna del musloque cuenta con 6 músculos, cuyas funciones principales
serán la aducción (aproximación del miembro al plano medio) y la
rotación interna de cadera, excepto el grácil (o recto interno) que
además colabora en la flexión. Son pues los autores principales del chute
de balón en el fútbol.
 Aductor o aproximador: cuenta con  3 fascículos; gran
aproximador, aproximador menor y aproximador mediano y
conforma la mayor parte de la estructura del muslo. Sus funciones
principales son la aducción de MMII y la rotación interna de
cadera.
 Pectíneo: es un músculo pequeño que sale de la rama iliopubiana
al femur y cuyas funciones son también la aproximación y rotación
exerna del muslo.
 Obturador externo: su función es la rotación externa.
 Recto interno o grácil: de la espina del pubis a la parte interna de
la tibia. Sus funciones son la aproximación y la flexión de cadera.

En el plano más superficial se encuentra el resto de la musculatura que


recubre al fémur y completa en movimiento de la extremidad inferior, sus
funciones son más variadas.
En esta parte es donde está situado el grupo muscular considerado como
el más potente del cuerpo: el cuádriceps. Está por 4 grandes músculos: 3
vastos (lateral, intermedio e interno o medial) y el recto anterior o recto
femoral. Los vastos se sitúan uno al lado del otro de forma paralela,
mientras que el recto anterior ocupa un plano más superficial
colocándose sobre el vasto inermedio

La función principal de este grupo muscular es la extensión de rodilla.


Además, el recto junto con el psoas iliaco, realiza la flexión de cadera. 

Sobre dicho grupo cruzará el sartorio, es un músculo largo que viaja


desde la parte externa de la pala ilíaca a la cara interna de la tibia. Este
músculo realiza diversas acciones como son: la aducción, la flexión y
rotación externa de cadera, la flexión y la rotación interna de rodilla.

Y ya en la cara lateral externa del muslo encontraremos el tensor de la


Fascia Lata. Que viaja desde la espina iliaca antero-superior de la pelvis
hasta la tuberosidad externa de la tibia y rótula.

Región glútea:
La musculatura de esta zona no solo se encarga de realizar movimientos
a nivel de las extremidades inferiores, sino que también es la máxima
responsable de la estabilización pélvica tanto estática como dinámica.

Aunque la región sea pequeña, existe una cantidad considerable de


músculos, cada uno con una función determinada y una colocación 
superpuesta de unos  sobre otros.

En el plano profundo se localizan:

 Glúteo menor: sus funciones son; separación, extensión y rotación


interna de cadera.
 Glúteo medio: se situa sobre el glúteo menor, por tanto podríamos
decir que se encuentra en un plano superior. Su función más
importante es la de separación, aunque colabore en otras como la
extensión de cadera
 Piramidal o piriforme: se encarga fundamentalmente de las
rotaciones.
 Géminos superior e inferior: separación y rotación externa
 Obturador interno:  separador y rotador interno
 Cuadrado crural: aproximación y  rotación externa de cadera.
Mención especial merece el músculo que ocupa el plano más superficial
de la región glútea y que da nombre  a ésta: el glúteo mayor.

 Glúteo mayor: Es el más grande y el que carga con la mayor


responsabilidad: el mantenimiento de la posición bípeda, esa será
su función principal, pero a esta se debe añadir; extensión de la
pelvis, rotación externa de la art. Coxofemoral, estabilización de la
pelvis, abducción y aproximación de cadera.

Parte posterior del muslo:


Forman un grupo muscular llamado “isquiotibiales”, como su propio
nombre indica emergen de la región isquitiática para insertarse en
distintas zonas de la parte proximal de la tibia, sus movimientos
principales serán pues: rotación, extensión de cadera y flexión de rodilla.

Dichos movimientos son los contrarios a los que realiza el grupo


muscular cuádriceps, por eso decimos que son grupos musculares
“antagonistas” entre sí.

El plano profundo de esta región lo van a conformar también los mismos


aproximadores que se han nombrado en la parte anterior del muslo.

Por tanto, los músculos que vamos a encontrar son 4, formando 2 grupos
musculares:

 Bíceps femoral: formado por 2 porciones. La porción larga extiende


y aproxima la articulación coxofemoral, flexiona la rodilla y realiza
la rotación externa. Mientras que la porción corta ayuda a la
flexión de cadera y a la rotación externa de la pierna.
 Semimembranoso: solo tiene un origen, pero en su inserción
cuenta con 3 tendones que van a la misma zona (articulación de la
rodilla) pero a diferentes puntos.
o Tendón directo; tuberosidad interna de la tibia
o Tendón reflejo: parte anterointerna de la tuberosidad interna
de la tibia
o Tendón oblicuo: entre los cóndilos femorales.

Sus funciones son; extensión, aproximación y rotación interna de cadera


y flexión y rotación interna de rodilla.

 Semitendinoso: está situado sobre el músculo semimembranoso y


realiza las funciones de rotación interna, rotación y aproximación
del muslo y flexión y rotación interna de la pierna.

En este estudio de “el mal del futbolista” el músculo que se lesiona es el


recto anterior. Dicho músculo se encuentra en la zona anterior del muslo
formando parte del grupo muscular cuádriceps.

Se trata de un músculo biarticular (cadera y rodilla) por tanto, cualquier


desequilibrio causado a estos niveles pueden alterar y perjudicar su
estructura.

Biomecánica del miembro inferior:

Ya que gran parte de las lesiones de rotura del recto anterior se


producen en el momento del golpeo del balón, es interesante dedicar un
momento al análisis biomecánico del miembro inferior en este acto para
entender mejor los mecanismos que pueden provocar esta lesión.
Así, el sistema nervioso central planea la ejecución de una tarea (en este
caso un movimiento) a partir de la información sensorial obtenida del
entorno y la orientación del cuerpo y las articulaciones es entonces
cuando decide los músculos y estructuras que serán reclutados para
proporcionar fuerza y equilibrio al cuerpo en dicha acción.

Sabemos que el modo de actuación de la musculatura esquelética es la


contracción y la relajación con una coordinación entre agonistas
(músculos que realizan la contracción o movimiento) y antagonistas (el
grupo muscular contrario que normalmente se relaja cuando actúa en
anterior) y sabemos también que existen distintos tipos de contracción
muscular en función del movimiento que sea necesario realizar, estas
son;

 Isotónicas o dinámicas: cuando hay desplazamiento de las fibras


musculares. El músculo se acorta durante la contracción, pero la
tensión es constante, desplaza una carga. Encontramos dos tipos
de contracciones musculares isotónicas dependiendo de la
dirección del desplazamiento de las fibras:
o Isotónicas concéntricas: la tensión generada por el músculo
es capaz de vencer la resistencia ofrecida y, por tanto, sus
fibras se acortan en dirección hacia el centro del vientre
muscular.
o Isotónicas excéntricas: la tensión desarrollada en el
músculo es menor que la resistencia ofrecida y, por tanto, el
vientre muscular se alarga. Este tipo de contracciones
provocan un mayor desarrollo muscular, pero también un
mayor riesgo de lesión. De hecho, la rotura muscular de
debe, normalmente a una contracción excéntrica excesiva
(rotura por distracción)
 Isométricas o estáticas: la longitud del músculo no se acorta con
la contracción. Si lo usamos como método de entrenamiento, la
energía utilizada se obtiene por método anaerobio y es un ejercicio
de corta duración y gran intensidad. Sin embargo, también sería
una contracción de este tipo la de los cuádriceps para el
mantenimiento de la posición bípeda.

Es importante saber cuáles son las fases de la marcha o, en este caso de


la carrera y cuáles van a ser los músculos que intervienen en cara uno de
los movimientos. Ferro, en 1996 propuso la siguiente secuencia de fases
de la carrera:

 Fases de apoyo:
1. Contacto: inicio del movimiento. El pie se apoya en el suelo en
alguna de sus partes, normalmente en talón o antepie (tras fase de
vuelo o estado en reposo)
2. Apoyo plantar: se apoya toda la planta del pie y dedos
3. Apoyo del punto de gravedad: se proyecta el lugar donde se va a
situar el PDG
4. Despegue del talón
5. Despegue de la punta del pie

 Fases de vuelo:

1. Altura máxima del centro de gravedad


2. Velocidad máxima del miembro inferior
3. Contacto del pie contrario en el suelo

Según otros autores que estudiaron la biomecánica en gestos deportivos,


las fases de la carrera se pueden dividir en 3 etapas:

1. Amortiguación: apoyo y sostén (contracción excéntrica)


2. Rechazo o impulso (contracción concéntrica)
3. Flotación o vuelo

Pero dado que la lesión que nos ocupa no se produce en el transcurso de


la marcha o de la carrera, sino en el momento del golpeo del balón, es
necesario observar qué sucede en ese momento para saber cuál puede
ser la causa de la lesión.

ANALISIS BOIMECANICO EN EL GOLPEO DE BALON CHUTE

En el futbol el gesto más importante es el chute o golpe al balón, el cual,


además de necesario puede resultar lesivo en determinadas
circunstancias, sobre todo en lanzamientos a altas velocidades.
Hay diferentes variables que influyen en la efectividad del golpeo del
balón como por ejemplo el ángulo de aproximación y la velocidad de
ejecución. El estudio de la velocidad (Opavsky 1988) determina que con
la aproximación estática la velocidad de lanzamiento es menor que con
la aproximación en carrera, por tanto el segundo caso será más propicio
a causar lesión.

En el momento de la marcha, un jugador que está en carrera tiende a


aumentar su base de sustentación y a bajar su centro de gravedad para
ganar estabilidad.

En el momento de la carrera, el tronco y la pelvis contribuyen al


mantenimiento de la postura, mientras que la estabilización la realiza el
glúteo medio y la articulación de la cadera contraria actúa como fulcro
para la rotación.

En la fase de talonamiento, el tibial anterior, extensor común de los


dedos y propio del 1ª tiran del pie y lo llevan hacia flexión dorsal,
mientras que el cuádriceps se contrae para la extensión y estabilización
de rodilla. En el desplazamiento del peso el glúteo medio permite la
abducción y el tríceps sural realiza el impulso.

Cuando la marcha es estable, se tiende a mantener una pierna en apoyo


y la otra retrasada respecto al tronco para conseguir una mayor fuerza
que utilizará para impulsar el balón. La fuerza para el golpeo al balón la
realizarán fundamentalmente los músculos del cuádriceps, por ser
flexores de cadera, y en especial el recto anterior (de ahí que sea el que
más se lesiona)

Mecanismo lesional:

Todos los tejidos tienen un umbral propio de resistencia en base a sus


propiedades y el tipo de carga destinado a soportar, si por cualquier
motivo se aplica una fuerza mayor a esa resistencia el tejido se rompe.

La carga está determinada por las fuerzas, vectores y variaciones en el


tiempo.

El cuerpo está sometido a 2 tipos de fuerzas: internas (efecto de los


músculos sobre tendones, huesos y articulaciones) y externas (gravedad
y fuerza de reacción).
Cuando existe una buena coordinación neuromuscular se reduce el
riesgo de lesión, por tanto este riesgo aumenta cuando hay fatiga o una
tensión excesiva.

No existe un consenso respecto al mecanismo más común por el cual se


produce una lesión en un futbolista, pero la mayoría de los autores
coinciden en que gran parte de las lesiones se producen por el contacto
físico entre el jugador y otro elemento; bien sea con otro jugador o bien
con otros elementos como el balón, el suelo, palos de portería…
En este momento lesivo, las fibras musculares son comprimidas contra el
hueso provocando la destrucción de algunas de ellas y produciendo un
hematoma. En ocasiones puede llegar a romperse la aponeurosis que
rodea al músculo o grupo muscular.

Las lesiones sin contacto suelen producirse durante los entrenamientos


por sobrecarga o fatiga muscular.

En cuanto a las lesiones musculares su forma más grave y la que nos


atañe en este estudio es la rotura que puede producirse por distracción o
por compresión.

Las roturas por distracción son de causa intrínseca, normalmente


producidas por sobrecargas, sobreesfuerzos y fatigas musculares que
rompen el equilibrio agonista-antagonista. La rotura se produce
normalmente en 1 solo músculo que suele ser biarticular y se localiza en
las partes más superficiales o en su inserción.

Este tipo de roturas se producen en deportes que requieren fuerza


explosiva en un corto periodo de tiempo porque la demanda de fuerza al
músculo rebasa su capacidad, por tanto la rotura se produce en las
contracciones excéntricas como por ejemplo frenadas bruscas,
aceleración rápida, cambios de ritmo brusco, chutes a balón, etc.

En el futbol, la lesión suele aparecer en el momento del chute, cuando se


aplica una carga dinámica (por ejemplo un balón) sobre el miembro que
realiza el movimiento, normalmente durante una contracción excéntrica.
El resultado es una contracción muscular violenta con un estiramiento
simultáneo que dará lugar a una distensión o una rotura de las fibras
musculares.

Según Rius y cols. (2005), si la alteración se produce en fase de


contracción, afectará a las fibras más superficiales, por el contrario, si el
impacto se produce en fase de relajación, afectará a las fibras más
profundas.
El riesgo de sufrir esta lesión se puede ver favorecido por diferentes
factores como podrían ser:

 el entrenamiento no adaptado al deporte o a la persona


 estiramientos mal practicados
 Mala recuperación tras el ejercicio
 Desequilibrios musculares entre agonistas-antagonistas (por
trabajo mal realizado o trabajo insuficiente en uno de los grupos
musculares)
 Condiciones del terreno de juego y calzado
 Agotamiento o fatiga muscular…

Se ha demostrado también (Witvrouw et al) que la rigidez muscular en


MMII disminuye el rango de movimiento y predispone a padecer
accidentes musculares, especialmente roturas o distensiones.

Tipos de distensiones y roturas:

En este punto es importante recordar el concepto de la patología que nos


ocupa; la rotura de fibras del recto anterior en el futbolista.

Es una rotura total o parcial en el vientre muscular del recto anterior


normalmente producida por distracción en el momento de golpeo de
balón.

Cuando se produce una lesión muscular, ésta suele acompañarse de un


sangrado en la zona que en ocasiones puede complicar la recuperación
de la misma.

Dependiendo de si la fascia muscular está o no íntegra la hemorragia se


va a clasificar en intermuscular o intramuscular.

El caso más leve es el de la hemorragia intermuscular. Aquí la fascia se


encuentra rota y el sangrado discurre entre los vientres musculares
evitando así presiones y provocando menos dolor e impotencia funcional.

Por el contrario, si la hemorragia es intramuscular, significa que la fascia


muscular está íntegra y el sangrado se concentra sobre el músculo
afectado provocando un aumento de la presión sobre éste y por tanto un
dolor intenso e imposibilitando a veces el movimiento.

Respecto a las roturas musculares, tradicionalmente se clasifican en 3


grados atendiendo a su gravedad y al número de fibras afectadas:
 Grado 1: distensión o micro rotura.

Se produce un sobreestiramiento o la rotura de algunas fibras


musculares (menos del 5%). Presenta dolor agudo en el momento de la
rotura, con tumefacción pero con un rango de movilidad más o menos
completo. El lugar del dolor no es en un punto exacto, cede con el reposo
y aumenta con el movimiento. No se aprecia depresión en la zona de
rotura de las fibras porque la zona de retracción se llena de líquido
serohemático.

 Grado 2 o moderado: rotura muscular parcial.

Se produce la rotura de un número considerable de fibras musculares y/o


tendinosas. Ocurre normalmente durante la carrera o el salto. La
palpación es dolorosa, con tumefacción y pérdida de movilidad o incluso
impotencia funcional. El dolor es inmediato y el deportista debe
abandonar el terreno de juego en el momento en que se produce. La
inflamación es fluctuante por el hematoma.

 Grado 3 o grave: rotura muscular total.

Se produce la rotura completa del vientre muscular o la unión


miotendinosa. En la palpación se observa una depresión importante (zona
de rotura) con un abultamiento en las zonas superior o inferior que
corresponde al músculo retraido por la rotura (signo del Hachazo). El
dolor es intenso e inmediato con imposibilidad de movimiento. Presenta
un edema importante y la solución es quirúrgica.

CLASIFICACIÓN DE LAS LESIONES DE CUÁDRICEPS SEGÚN JACKSON Y


FEAGIN (1973)

INTENSIDAD SÍNTOMAS RANGO CAPACIDAD


MOVIMIENTO FUNCIONAL

Leve Molestias locales >90º Marcha normal


Flexión normal

Moderada Masa muscular <90º Marcha antiálgica


dolorosa Dolor a la contracción
Tumefacción excéntrica

Grave Dolor intenso <45º Cojera intensa (necesidad


Tumefacción elevada de muletas)

Algunos autores hablan de 4 grados de lesión atendiendo al tamaño del


desgarro muscular. Así a la clasificación anterior se añadiría:

 Grado 1: rotura de un número mínimo de fibras, desgarro < 1cm


 Grado 2: desgarro moderado con una rotura <3cm y con la fascia
completa
 Grado 3: desgarro moderado >3cm y con la aponeurosis dañada
 Grado 4: rotura completa del vientre muscular.

Protocolos de tratamiento para el “mal del futbolista”:

Existen 2 métodos de curación de los desgarros o roturas musculares; la


reparación y la regeneración.

La reparación consiste en la cicatrización del músculo sin que mantenga


su estructura ni propiedades anteriores.

La regeneración consiste en la capacidad limitada que tienen algunos


tejidos para volver a su estructura y propiedades originales.

Por tanto, es evidente que como fisioterapeutas siempre vamos a


intentar potenciar la regeneración sobre la reparación. Pero cuando la
rotura muscular es total, lo más lógico y normal es la reparación
quirúrgica con su consecuente rehabilitación posterior seguida de una
readaptación al gesto deportivo.

Todos los estudios revisados coinciden en que la primera medida que se


debe adoptar incluso ya a pie de campo es la aplicación de hielo
acompañada de elevación del miembro en cuestión y de una ligera
compresión para detener el derrame.

Tras las 48h de inmovilización de rigor, cabe determinar de manera


precisa el tipo, alcance y localización de la lesión mediante los métodos
explicados anteriormente y proceder si es necesario a la punción del
hematoma.

El pronóstico y tratamiento viene determinado por el grado y extensión


de la hemorragia en el momento de la rotura (Del Corral 2005)
La mayoría de los protocolos encontrados para el tratamiento de este
tipo de lesiones son muy similares, introduciendo solo pequeñas
variaciones por ejemplo en los tiempos de recuperación o de cada fase.

Señalan de esta manera que en las lesiones más leves, después de las
48h de reposo puede comenzarse con los masajes y la rehabilitación
hasta la reincorporación al juego, mientras que en casos más graves la
vuelta al campo puede retrasarse incluso meses.

Knigth, en 1985, ya apuntó que uno de los métodos más eficaces para la
regeneración de roturas musculares consiste en la movilización durante
las primeras fases de curación, ya que genera muy pocas complicaciones
e incapacidades en comparación con otros métodos.

Esta cita corroboraría la teoría de Tabar (1972) que aseguró que la


inmovilización provoca un aumento del tejido conjuntivo que no se alinea
de forma paralela a las fibras musculares incrementando el tamaño y la
rigidez del músculo y disminuyendo su elasticidad.

Por tanto, es evidente que son muchos quienes coinciden en que el


tratamiento  debe basarse en la movilización precoz de la zona afectada,
pero también habrá que sumar algunas técnicas complementarias.

La mayor discusión hace referencia a la aplicación o no de masajes  ya


que algunos autores (como Espejo Baena) opinan que es beneficioso
realizar esta práctica de modo suave para la eliminación de sustancias
tóxicas y drenaje del edema, pero otros (como Vaquero J.) creen que
dicha técnica realizada antes de la cicatrización total de lesión puede
producir un nuevo sangrado y aumentar el hematoma, dando como
resultado la aparición de tejido fibroso y miositis osificante por la
hemorragia no reabsorbida.

El protocolo de tratamiento más extendido es el que realizaron Delle y


Drez que se compone de 5 fases:

 Fase 1 (48-72h):
o Objetivo principal: disminuir el dolor, la inflamación y el
derrame.
o Tratamiento a seguir: reposo, hielo, compresión y descarga.
 Fase 2 (3 dias-1 semana):
o Objetivo principal: mejorar el rengo de movilidad.
o Tratamiento a seguir: movimientos pasivos, calor,
ultrasonidos y electroterapia.
 Fase 3 (1-3 semanas):
o Objetivo principal: mejorar la fuerza, elasticidad y
resistencia.
o Tratamiento a seguir: ejercicios isométricos, vuelta a la
carga (primero parcial y después total), bicicleta…
 Fase 4 (3-4 semana):
o Objetivo principal: aumentar la fuerza y coordinación.
o Tratamiento a seguir: ejercicios isotónicos y, a medida que
se avanza, isocinéticos.
 Fase 5 (4-6 semana):
o Objetivo principal: vuelta a la competición.
o Tratamiento a seguir: introducción al gesto deportivo y
entrenamiento específico.

Como modificación a este tratamiento, Espejo Baena (1996) introduce


cambios en algunas de las fases como serian; masaje suave en la 2ª fase
de recuperación, ejercicios propioceptivos en la 4ª y readaptación en la
final.

En contraposición con esta típica secuencia de trabajo, encontramos


otra más moderna y sofisticada del fisioterapeuta deportivo J.M. Sánchez
que, según dice su experiencia, ha conseguido rebajar en gran medida
los tiempos de recuperación de sus pacientes: la Microrregeneración
endógena guiada (MEG) consistente en la alteración del potencial
eléctrico de la zona para que ocurra una hiperactivación del tejido
cicatricial y que aumente la producción de miofibrillas para una mayor
recuperación.

Es una técnica que despierta un gran interés por sus magníficos


resultados pero que evidentemente  no está al alcance de todo el
mundo, de hecho se usa básicamente en deportistas de élite o alto nivel.

CONCLUSIÓN

El fútbol es uno de los deportes en que más lesiones se producen. Estas


lesiones suelen ocurrir en el miembro inferior ya que es su herramienta
básica de trabajo.

Una de las patologías más sufridas en este deporte es la rotura del


músculo recto femoral, el cual, si hacemos un análisis biomecánico del
futbolista, vemos que es prácticamente el más importante porque
interviene en la parte básica y esencial del futbol: el golpeo del balón. Es
por eso que suele lesionarse durante un chute y el mecanismo lesional
suele ser una elongación repentina durante una contracción excéntrica.

Existen varios grados de rotura muscular, desde la más leve o distensión


hasta la más grave o rotura total, pero, además de esto, la gravedad va a
depender también en gran medida del tipo de hematoma que se haya
producido. Toda esta gravedad, extensión y demás detalles de la lesión
los obtenemos mediante las pruebas diagnósticas, principalmente la
resonancia magnética nuclear, ya que ofrece una visión más limpia y
exacta de la zona. Otro modo muy utilizado para el diagnóstico de las
roturas musculares es la ecografía.

En cuanto al tratamiento, la mayoría de los autores coinciden en la línea


a seguir aunque evidentemente cada uno de ellos efectuará sus
modificaciones en función de la patología y el paciente que se le
presente.

Existe otro método más novedoso y existoso de tratamiento que acorta


los tiempos de recuperación, pero está solamente al alcance de unos
pocos. 

DISCUSIÓN

Este trabajo ha pretendido abordar una de las patologías más frecuentes


en el deporte del futbol aunque quizás no da tanto que hablar como otras
que suelen tener un mayor tiempo de recuperación y, por tanto, una
retirada más larga del terreno de juego. Debe ser por eso que no existen
tantos estudios como me gustaría para poder enfocarlo de manera
distinta.

El caso es que creo que el estudio podría haberse centrado en la


gravedad de una lesión y el tratamiento especifico para ella, pero no ha
sido posible, por tanto ha resultado un poco más generalizado.

En lo que respecta a las lesiones, pienso que muchas de ellas serían


evitables siguiendo una serie de ejercicios de prevención y valorando de
vez en cuando algunos aspectos de la táctica del jugador así como la
fuerza, el equilibrio de su musculatura y demás aspectos que son
importantes pero que solo se observan cuando hay una lesión de este
tipo.
En mi opinión, respecto a los tratamientos creo que marcar los tiempos
de cada fase estaría de más ya que todas las lesiones no tienen la misma
magnitud. No obstante, el que el método utilizado siga siempre la misma
línea evidencia que es un tratamiento efectivo.

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