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Nombre: Blanca Itzel Pilón Alcalá

Materia: Lexicografía

Los inicios de la lexicografía monolingüe

Con el surgimiento de la idea de lengua formada en el siglo XVI se dio pie a la aparición del
diccionario monolingüe un siglo después. Con el objetivo de mostrar a las lenguas como parte del
valor político, heroico y literario de los estadios nacionales que se relacionaba con el
engrandecimiento de los imperios (Lara, 1997: 32). Entonces el diccionario se encargaría de
catalogar ortografía, significados y citas clásicas que se repetían (Ibidem: 33).

Entonces fue como el “diccionario monolingüe comenzó por ser una institución simbólica, un
catálogo de voces de la lengua literario documentadas en un conjunto de obras declaradas
“clásicas, orientado al esplendor de la lengua del estado” (Ibidem: 33).

El paso de la lexicografía bilingüe a la monolingüe es la forma en que se rechaza la lengua materna


del latín que se ajusta a intereses nacionales. En materia de lexicografía, se rechaza al bilingüismo,
porque una lengua como el latín representa el pasado, pero para el autor esta afirmación de
olvidar el pasado, es una idea tajante, si bien si existe una idea de retroceso al pensar en la
historia, pero no toda la historia forma parte de este estancamiento; más bien la idea en el siglo VI
no era tanto de oponerse al pasado sino a legitimarse como nación (Rey -Debove. 1982 en Lara,
1997: 33).

El primer diccionario monolingüe fue el Tesoro de la lengua castellana o española ( 1611) de


Sebastián Cobarruvias con el objetivo de demostrar la etimología y la ontología de las cosas; por
otro lado afirma la continuidad histórica de las lenguas modernas desde el pasado clásico con el
bíblico ( Ibidem: 35-36).

En 1612 apareció el Vocabolario della Crusca que resaltaba en su contenido el valor humanista
de la lengua como un a preocupación normativa a partir del uso de escritores ( Ibidem: 37). El
objetivo del diccionario de la Academia Francesa era el uso de la lengua de una forma elegante
para la nobleza que otorgaba la Academia de forma absoluta (Ibidem: 41-42).

Por otro lado la Academia Española no se limitó en la selección de palabras, ni optó por una
condición de purismo ni de legitimidad, sino se concentró en un principio filológico , además se
centraba en el apoyo del valor normativo del diccionario en la documentación amplia ( Ibidem:
43).

Lo que permitió que se llegara a este estudio amplio de las diferentes palabras fue el como
ejemplo del uso de laspalabras se tenían que tomar como ejemplo los buenos escritos, los cuales
eran materia de opinión; y a pesar de que el significado por el Diccionario de autoridades define
autoridad como “ se toma por el texto, o palabras que se citan de algunos libros o sujetos que
hacen y deben hacer opinión” ; la normatividad de la Academia trascendía para imponer su
postura (Ibidem: 44).
Para el sigo XVII y XVII la lexicografía monolingüe se desarrolló con el objetivo de legitimarse a
través de la antigüedad clásica y el papel que jugaron los que reflexionaron sobre las lenguas
maternas. Los diccionarios del siglo XVII representaban la calidad de vocabulario, y quienes tenían
acceso a esta información era la nobleza, los demás eran espectadores (Ibidem: 46).

A contrario de los diccionarios italianos, españoles y franceses, los de la lengua inglesa se


ocupaban de préstamos que se interesaban den explicar las palabras difíciles empleadas en la
época (Ibidem: 48). La necesidad de una lista de palabras y significados ocurrió por dos factores:
La secularización del conocimiento, el crecimiento de escuelas públicas y la invención de la
imprenta y con ello, el crecimiento de un público lector. La idea de la lengua se sale de un ámbito
cerrado y definido por la necesidad de conocimiento de un aparte de los miembros de una
sociedad (Ibidem: 49).

A pesar de que los ingleses estaban de acuerdo en que necesitaban una autoridad normativa
para su lengua materna, no se asumía por ningún medio la autoridad de la academia ( Ibidem :
51).

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