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Tema 3: Responsabilidad penal de las personas jurídicas.

1-. Introducción.
El aforismo latino más estudiado en este ámbito es “societas delinquere non potest” o
lo que es lo mismo, la sociedad no puede delinquir, ya que como regla general la
responsabilidad penal es personal e individual y debida a un comportamiento doloso.

En el modelo anglosajón sí que era posible que las personas jurídicas respondieran
penalmente, y a esta tradición, gracias a las directivas de la UE, es a la que se han
incorporado un montón de países continentales, en ellas, no se obliga a castigar
determinadas conductas, sino que simplemente se aconseja. En España es la LO
5/2010 la que establece esta posible responsabilidad penal de las personas jurídicas.

El principal problema que presenta la responsabilidad penal de las personas jurídicas,


por el cual la doctrina la ha rechazado y aún la rechaza, es el relativo a la capacidad de
actuar penalmente que tiene la sociedad.

La doctrina, poco a poco, ha ido tratando de dar una solución a los problemas que se
plantean, cambiando los conceptos de la responsabilidad de las personas físicas por
conceptos penales válidos para las personas jurídicas. Estos cambios se han producido;

- Tipo subjetivo.

- Tipo objetivo: Aquí se ha sustituido los criterios normales de imputación de


riesgos por otros conceptos paralelos como es el defecto de organización del
riesgo empresarial.

- En la culpabilidad: Se ha instaurado la cultura empresarial de fidelidad al


derecho.

2-. Modelos regulativos.


5.1-.Modelo de autorresponsabilidad.

Conforme a este modelo, se establece la responsabilidad penal de la persona jurídica


con independencia de la responsabilidad penal de la persona física.

Para el profesor, este es el modelo correcto, pues la persona jurídica respondería por
un hecho que le es imputable a ella misma, y no por un hecho que es atribuible a la
persona física.
5.2-.Modelo de heterorresponsabilidad.

Según este modelo, la persona jurídica respondería penalmente no por un hecho


cometido por ella misma, sino por uno cometido por la persona física.

Antes de la reforma del código penal introducida por la LO 5/2010, existía un régimen
de consecuencias accesorias, que constituía un modelo de heterorresponsabilidad
puro. Pues, los modelos de trasferencia penal de la persona física a la persona jurídica
entran en funcionamiento después de la entrada en vigor de la mencionada LO
5/2010.

El art. 31 bis introduce la responsabilidad directa de las personas jurídicas con


independencia de que se sepa o no la persona física que actúa detrás de ellas.

Según la exposición de motivos de adopta un modelo de autorresponsabilidad


derogando así el principio latín “societas delinquere non potest”.

Pero según el profesor, el art. 31 bis afecta a una esfera de imputación individual, y el
art. 31 bis afecta a una esfera de imputación colectiva. Y ambas esferas de imputación
se ven superpuestas. Por ejemplo, un hospital se organiza de tal manera que puede
producir riesgos para las personas físicas. Imaginemos que no tiene los anestesistas
suficientes y una persona fallece porque se ha incumplido la lex artis, será responsable
el administrador, el cirujano y el anestesista. En este caso hay un defecto de
organización que implica que el foco de peligro de la empresa se vea incrementado.
Por lo que se estaría atribuyendo al administrador un defecto de organización de la
empresa y por lo tanto responsabilidad penal de carácter individual.

En este ámbito, lo que importa es atribuir la responsabilidad penal a la persona física y


cumulativamente a la persona jurídica, independientemente de quien esté detrás.

 ¿Societas delinquere non potest? O ¿Societas punini potest?

¿La sociedad puede delinquir? O ¿la sociedad puede ser objeto de penas?

Antes de la LO 5/2010 había unas consecuencias accesorias para las personas jurídicas
que se encontraban en el art. 129 CP, y se podían aplicar estas consecuencias
accesorias toda vez que había un autor individual determinado. El problema era el de
la naturaleza que tenían estas consecuencias accesorias, porque no eran consideradas
ni penas ni medidas de seguridad.

En la actualidad, el art. 33 establece cuales son las penas que se pueden imponer a las
personas jurídicas, no obstante, sigue subsistiendo el art. 129 para aquellos casos en lo
que quien delinca no pueda ser considerado una persona jurídica.
Por otra parte, este sistema solo es aplicable a determinados delitos tasados en los
cuales se establece la posibilidad de que sean responsables penales del mismo las
personas jurídicas.

 ¿Delinque la persona jurídica o delinquen las personas físicas que están


detrás de ella?

La personalidad jurídica como tal es una ficción, y dentro de ella habrá que levantar el
velo y ver quién está detrás. Pero a pesar de ser una ficción, tendemos que ver si es
posible imputar o no la responsabilidad a la persona jurídica.

En todo momento, el CP se refiere a las acciones realizadas por la administrador de


hecho o de derecho.

Con respecto a la capacidad de penas, si se disuelve la persona jurídica estamos


castigando a todos, tanto a los que cometieron el delito como a los que no lo
cometieron.

Actualmente la postura adoptada por el legislador es de autorresponsabilidad, pero en


realidad es de heterorresponsabilidad.

Un sector de la doctrina, apunta a la idea de que hay que imputar o atribuir


responsabilidad penal a la persona jurídica independientemente de todo.

Lo que se ha hecho es introducir nuevamente la responsabilidad objetiva por encima


de todo.

3-. Análisis del art. 31 bis.


Apartado 1, supuesto genérico; Se hace responsable no solo a las personas jurídicas,
sino también a las personas físicas que cometen delitos en nombre o provecho de la
persona jurídica.

Supuesto específico; Esos hechos delictivos cometidos por los subordinados cuando
los mandos intermedios no han ejercido el debido control sobre los mismos. Como se
trata de imputar la responsabilidad penal a las personas jurídicas, el mecanismo opera
con la sola comprobación de que no se ha ejercido el debido control.

Apartado 2: Exige la realización de una conducta a una persona física, no por un


defecto de organización, sino que tiene que haber una responsabilidad personal.

Por último es llamativo el hecho de que se produce una acumulación de la


responsabilidad individual y colectiva, además de una compensación entre las mismas.

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