Jesú s es el ú nico camino

Por Gerson Moreno Elles 29 de enero del 2019 Enseñado en un grupo celular IUJMEC

Introducción.

El sistema de este mundo siempre plantea diversas alternativas o posibilidades para la realización de algo, la llegada
del posmodernismo puso en tela de juicio todo lo que los hombres creen, haciéndolo como parte de cada individuo
pero que de ninguna manera se trata de una verdad universal. Sin embargo la escrituras no dejan lugar a pensar que
hay muchas maneras de hacer esto o aquello. Dios nos muestra de forma continua que solo hay una vía de hacer las
cosas a su manera y es por medio de su revelación escrita y de su eterno salvador Jesucristo que es la única vía al
Padre.

Implicación teológica.

Cristo el salvador, es la única forma de acceso al padre, dado que fue el único que pudo satisfacer la justicia perfecta
del padre, afirmar que hay varias maneras de acercarnos a Dios es decir que el sacrificio de Jesús no fue perfecto o
en su defecto que no es el único mesías lo cual es claramente una herejía.

Cita bíblica usada:

Juan 14:6 “Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.”

Sin duda estas son tres afirmaciones bien interesantes que hacen del cristianismo algo necesariamente excluyente y
que raya entre la inclusividad a la que se quiere llegar con “todo vale” y “lo que la gente piense eso es la verdad para
ella”, estas son claramente formas en las que el Cristianismo se sale de las fronteras que se han puesto en este
mundo, es así que cuando se dice que no hay verdad absoluta Jesús dice que es la verdad, cuando se dice que hay
muchos caminos, la biblia dice que solo hay un camino y mientras muchos quieren tratar de definir lo que la vida es,
Jesús dice de forma cortante que él es la vida, que no se pude vivir de cualquier manera.

La parte que queremos analizar se encuentra en la primera parte del versículo, Yo soy el camino.

El camino en las escrituras siempre ha demarcado la forma en la que se hace alguna cosa. En este caso la única
forma de llegar al padre, Jesús mismo está diciendo que es él.

El contexto inmediato del versículo es Jesús hablándole a sus discípulos acerca de su muerte y diciéndoles que iba a
preparar la morada para todos. La pregunta de Tomás es obvia cuando alguien dice que se va y que luego ellos los
seguirán: “por favor dame la dirección o cómo llego”

El camino por el que vamos al Padre tiene unas características muy interesantes:

 Es único
 Es un camino angosto que tiene una puerta de ingreso que es igualmente angosta.
Mateo 7: 13-14
La puerta estrecha
13 Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y
muchos son los que entran por ella;
14 porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan.

Los caminos angostos no permiten que tu andes de cualquier manera, ciertamente te mantiene incomodo
pero al mismo tiempo vigilante acerca de cómo andas. “El precio de la libertad, es la vigilancia eterna”
 El hecho de que el camino sea angosto también presupone la idea de que no es un lugar por donde puedas
llevar todo lo que llevabas en el camino ancho, debes dejarlo en la entrada para poder continuar hacia
adelante, lo interesante es que si insistes en llevar algunas cosas estas solo te harán perder tiempo y
esfuerzo, en realidad no caben y nunca cabrán. Esas cosas demás son parte de tu temperamento e incluso
los pecados con los que has ido por esta vida.
 Cualquier otro camino conduce a la perdición y la muerte.
Proverbios 14:12
Hay camino que al hombre le parece derecho;
Pero su fin es camino de muerte.
Cómo un hombre puede darse cuenta que ese camino por el que va es el que realmente conduce a la vida de
Dios, hacia la vida después de la muerte y no a una separación eterna del Padre. Es cuando al final de todo la
conclusión que se saca es: “ yo no soy tan malo”, “ yo no necesito de una iglesia para comportarme bien”,
“yo creo que tengo fuerza de voluntad para superar esto”
Este camino de muerte se identifica en nuestra vida cuando somos nosotros los que decidimos cuándo,
cómo y dónde pasan las cosas, es decir cuando cumplimos con sentarnos en el trono de Dios para intentar
hacer lo que no podemos hacer. Esto es la perdición para nosotros.